oaxaca en llamas (appo)

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A las clases explotadas y oprimidas de México Consideraciones sobre el proceso democrático- revolucionario de los pueblos de Oaxaca Felipe Cuevas Segunda Edición, Noviembre de 2006 Introducción I. Intereses capitalistas en Oaxaca II. Acción de los grupos financieros y sus partidos III. Advenimiento del proceso democrático-revolucionario de masas IV. Contribuciones del heroico pueblo de Oaxaca V. La cuestión del poder

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A las clases explotadas y oprimidas de Mxico

Consideraciones sobre el proceso democrtico-revolucionario de los pueblos de OaxacaFelipe CuevasSegunda Edicin, Noviembre de 2006IntroduccinI. Intereses capitalistas en OaxacaII. Accin de los grupos financieros y sus partidosIII. Advenimiento del proceso democrtico-revolucionario de masasIV. Contribuciones del heroico pueblo de OaxacaV. La cuestin del poderIntroduccinLa clase parasitaria desata su violencia contra las masas trabajadoras en Oaxaca, especialmente para aplastar en germen una Comuna que est cuestionando seriamente las bases del sistema de dominacin. La burguesa tiene la pretende hacernos creer que nuestro lugar est en el absurdo de defender el sistema que nos oprime, la clase explotadora cuenta para esto con muchas experiencias y un sentido prctico que le dicta desaparecer de la escena todo indicio de poder proletario en Mxico, y sin embargo, no ha podido someter al pueblo como se lo tena proyectado.

Los capitalistas se empean al mximo por hacernos asumir sus puntos de vista y criterios a la hora de ubicar cualquier fenmeno de la lucha de clases en el inters de doblegarnos y romper las filas que se estn agrupando en torno a la revolucin, as operan y gastan millones de pesos en radio, televisin, prensa, revistas, medios electrnicos y todo espacio donde hacen uso de la palabra, complicando el proceso popular. No es para menos si observamos seriamente que una amplia zona de miseria engendrada por el rgimen en nuestro pas, acusa la presencia y permanencia de protestas populares en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacn y el Distrito Federal desde hace varios aos, que pugnan por construir una democracia de los obreros, de los campesinos pobres y de los diversos sectores populares.

Con lo que respecta a Oaxaca los capitalistas intentan hacernos olvidar ese 76.5 % promedio de su poblacin en la miseria ms espantosa (que en algunas regiones del estado llega a ms del 90 %), el alto analfabetismo, los bajos ingresos, la ausencia de mecanismos democrticos, la verticalidad del poder burgus, la opresin de los monopolios sobre las pequeas economas familiares urbanas, sobre los campesinos pobres, sobre la clase obrera, sobre la juventud y sobre el magisterio.Su capacidad de hacerlo es gigantesca, simplemente en los primeros das despus de la entrada de la Polica Federal Preventiva a la capital del estado los precios de productos y transportes se encarecen, los salarios disminuyen y en conjunto los servicios tienden a ser ms costosos gracias a una especulacin que a los burgueses les interesa incentivar en aras de recuperar ganancias sin importar el deterioro de las condiciones de vida del pueblo.

No obstante la lucha avanza da tras da, este momento va imponindose como la fase de la reevaluacin de clase de nuestros intereses, fase de los forcejeos, fase de la resistencia, de los aprendizajes en torno a las argucias burguesas y sus ardides publicitarios, fase de la sabia diplomacia popular, del asedio a las fuerzas del enemigo que pretendi resolver la situacin con tanquetas y militares y que ahora se desdice de viejas promesas; el momento actual pasa como la etapa en que nuevas evidencias desenmascaran el carcter del Estado burgus y el juego de los monopolios.Las campaas recientes contra las masas populares de Oaxaca, la represin, la astuta manipulacin contra de las masas, la concentracin de los actos criminales de Estado contra el pueblo, contra el heroico magisterio y los sectores empobrecidos aglutinados en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca; no alcanzan a asegurar la victoria de las fuerzas de la contrarrevolucin, el pueblo sigue en pie de lucha y conquista una visin, unos objetivos y una tctica firme contra sus opresores a precios muy altos, pero ya nada les hace desistir en su idea revolucionaria de transformacin social.Los sectores populares han aprendido a batallar en los ms complicados escenarios de la poltica burguesa y salir avante, bien a bien, es claro que quien ms ha salido desgastado en la campaa legal ha sido una vez ms la democracia burguesa, su Senado de ilustres bandidos, su Cmara de Diputados mercaderes, su poder ejecutivo y sus fuerzas militares, desenmascarndose ante el pueblo al defender las prerrogativas gran burguesas y sostener el rgimen de un tirano que hace negocio con la miseria de los pueblos oaxaqueos, que se ha baado en la sangre del pueblo y enlodado en la corrupcin como todos los dems.

Los polticos de hoy, especialistas en urdir las peores pginas de la historia nacional caen ante la poltica de clase que nuestros pueblos estn levantando, sus ultimtum y sus represiones contra el pueblo no pueden acallar la protesta de ste, lejos de ello la resistencia se vuelve ms firme y sostenida acotando los campos de maniobra de la burguesa. Ninguno de esos seores y sus partidos son capaces de actuar mas que bajo el respaldo de poderosas empresas, todos ellos sucumben ante el pueblo, no quedndoles otra opcin que lanzarse a los brazos de Hank Gonzlez, Carlos Slim, de Alfredo Harp Hel, de Azcrraga, de Salinas, de los imperialistas y dems financistas, cuyo nico recurso es mentir desvergonzadamente, simular preocupacin por la suerte de los de abajo y reprimir.

Nuestro partido denuncia la falsedad de todos ellos, su reclutamiento por los poderosos, nuestro partido y el FPR rechazamos que la suerte de los monopolios sea la misma para el resto de la poblacin. La clase obrera y sus aliados tienen otros caminos que recorrer.I. Los intereses capitalistas en OaxacaFuera de las caractersticas particulares de tipo territorial, tnico, cultural, de atraso econmico y social, la poltica que las clases dominantes ejercen en Oaxaca tiene escasas diferencias con la de sus pares en el resto de la repblica mexicana, en Oaxaca como en el resto del pas, dominan unos cuantos monopolios nacionales y extranjeros, que auxiliados por el aparato estatal oprimen con toda impunidad; pues a todos los gobiernos estatales les gua la aplicacin de las mismas lneas monopolistas, financieras y antipopulares.

Sin embargo, son evidentes las condiciones en que la burguesa y sus monopolios mantienen a las clases trabajadoras en ese estado del sur, Oaxaca est sumido en la ms grave falta de electricidad, drenaje, agua potable, vivienda con pisos y paredes dignas, los ingresos del pueblo oscilan alrededor de los $2,578 pesos mensuales, el 80 % de sus municipios se encuentran postrados en la miseria, sus principales ciudades arrojan un saldo de ms del 40 % de sus habitantes sin los servicios bsicos, tomando en cuenta las condiciones de la vivienda oaxaquea, hay que agregarles el hacinamiento tambin alarmante, pues en la arruinada vivienda del pobre viven generalmente 7 personas en promedio, en general slo 65.5 % de la poblacin cuenta con agua entubada, el 80 % de nuestras mujeres padecen desnutricin; Y los capitalistas aseguran no percatarse de sus responsabilidades!En todos los estados se suceden las represiones, el autoritarismo y los intereses de los capitalistas, en todos ellos prevalece el mando de personajes reaccionarios, mercaderes de la poltica, estranguladores del pueblo; en todos los estados los magnates y caciques, insolentes todos con el trabajador sencillo, no hacen ms que repartirse el botn producto del saqueo del pas; en todos los estados las clases dominantes no hacen ms que empearse en sustraer hasta la ltima gota el trabajo ajeno; en todos los estados la oligarqua financiera se dedica ferozmente a promover sus negocios (con los recursos del pueblo), a impulsar nuevas formas de enriquecerse pisoteando los intereses de los trabajadores elevando nuestra miseria a lo indecible.La burguesa y su Estado, atados a los imperialistas, cerrados a la pura y llana bsqueda de ganancias, degeneran en todos los rdenes, y no hay fuerza suficiente que pueda desviar esta marcha, misma en la que el fascismo viene en acompaamiento para asegurar sus intereses de la nica manera posible en las actuales condiciones. Esta avanzada descomposicin del rgimen, hace parte de la debacle mundial del capitalismo y particularmente de la economa yanqui a la que Mxico se encuentra subordinado.

El tema de Oaxaca, con sus complejidades como proceso social vivo, exige que no nos dejemos llevar por los seuelos especulativos y oficiosos, que afrontemos las realidades de los objetivos capitalistas tal cual se presentan, pues solo as puede cobrar sus contornos.

Concurren en Oaxaca los intereses de todas las clases sociales para definirse en muy dispares concepciones y reivindicaciones, tanto con muy diferentes fuerzas, recursos y posibilidades para actuar. Precisamente por esto, antes que lanzarnos a hacer vaticinios, nos concentramos en plasmar el proceso actual como es, sus tendencias y trascendencias; de esta manera queremos librarnos del enredo en el rea de los romanticismos o las impugnaciones que bien a bien permiten identificar la posicin que se tiene o se busca cimentar, aunque nada dicen acerca del fenmeno concreto del que se habla y sobretodo de sus perspectivas.

Bajo este entendido, sin apostar a una solucin rpida del problema, cabe destacar como elemento bastante marcado por la protesta popular oaxaquea y la crtica general, en torno a las condiciones actuales, que el capitalismo moderno impone a las masas de todo el mundo un modo de vida normal que esconde (o al menos lo intenta encubrir) condiciones de deshumanizacin material y espiritual en distintos grados y formas. Se extrae de nosotros una enorme masa de ganancias, se presiona el ejercicio de un comercio, se incentiva cultivar un tipo de relaciones sociales, se adoctrinan visiones de pensamiento, se inculcan nociones sobre el bien y el mal, se trazan ideales de vida, se orientan comportamientos, se disuade, se atemoriza, se amedrenta, se golpea y se asesina para que las cosas no se salgan de curso.

Sopesar esta cuestin hecha poltica estatal sumamente descarada en el caso oaxaqueo, entra ya, cierto, en una lnea de concepciones en que se quiere aminorar el peso de las difciles condiciones de vida; el peso de las ms graves tendencias de explotacin; el peso de las fuerzas dominantes que concentran la riqueza; y de todas las contradicciones sociales.

Con todo, las clases dominantes se plantean el problema de la permanencia del capitalismo bajo grandes presiones antagnicas. Como esta cuestin que alcanza a expresarse en un replanteamiento de la poltica burguesa como fuerza consciente, equilibrada y competente en el ejercicio de su papel, sobre las compensaciones del sistema a los estragos de sus antagonismos, se delinea en todas direcciones adquiriendo una alta importancia y una afinacin constante an bajo el fascismo; sera absurdo pasarla de largo o darla por sobreentendida, y menos cuando es un elemento de argumento que tambin apunta a las teoras postulantes del progresismo capitalista a condiciones humanizantes que tienen en Ulises Ruiz a su peor propagandista, a la vez que a su hombre ms ferviente y convencido, sabedor por el lado de la brutalidad de que solo la fuerza del capital las puede imponer sin importar los medios.

Uno de los rasgos modernos del capitalismo imperialista est en haber consolidado su sistema de relaciones internacionales, esta base impuls la integracin de las clases sociales en torno al ciclo de produccin, resultando la expansin de sus fuerzas al mximo permisible y asegurando su mantenimiento en todas las latitudes, en tanto el proceso aseguraba cierto tratamiento a los antagonismos; manteniendo inmensas regiones a reserva del desarrollo econmico tanto porque nada podan ofrecer los capitalistas, como por convenir su atraso para posteriores despojos. Aqu, como en muchas otras regiones del mundo, se suscriben los arreglos de los poderosos que valindose de la Confederacin Patronal de la Repblica Mexicana (COPARMEX) pretenden consumar el despojo en torno al patrimonio cultural, al potencial turstico y al enclave transstmico de Oaxaca, solo que esto ocurre en un mal momento de la crisis general del sistema.Este fenmeno trae consigo el fortalecimiento de las contradicciones de clase y la agilizacin de la lucha de clases en torno a todo acontecer social, enmarcado en los intereses populares, magisteriales, campesinos, de trabajadores y estudiantiles, hartos del despotismo del capital. An cuando los alcances de las contradicciones estn todava por desatarse en toda su expresin, condicin sta ltima de un entramado que requiere sus tiempos de acumulacin, se trata de una red interactuante de las fuerzas del capitalismo, de la fusin de los ciclos estatales, regionales y nacionales en uno solo de naturaleza internacional, que se construye para eslabonar el dominio de los monopolios y las superpotencias.Hay sin duda en todo esto una idea ms sustancial: que las relaciones econmicas, polticas y sociales establecidas, se constituyen en tales mediante la supresin de otras perspectivas para las clases sociales subordinadas; para las que, por tanto, el problema de la revolucin trasciende objetivamente como su estrategia segura, a la que eslabona un conjunto de tcticas en confrontacin con los intereses del gran capital.

II. La accin de los grupos financieros, el Estado y sus partidos.

La accin de la oligarqua financiera y sus polticos en torno a Oaxaca revela las dinmicas propias de una democracia burguesa plenamente sujeta a las labores de sojuzgar al pueblo. Ninguno de los poderes de la burguesa mantiene otro propsito que no sea el de desgastar, socavar y poner de rodillas a los explotados y oprimidos de Oaxaca, ninguno de los monopolios u organismos empresariales ha tenido otro objetivo que no sea el de exigir, calumniar, escarmentar, encarcelar y asesinar a los luchadores populares para que se les deje seguir saqueando el estado sureo y conservar sus instituciones retrgradas, exclusivas y alejadas de las masas.

Los capitalistas saben que ahora no les es factible alejarse de los negocios pblicos, saben que ahora ms que nunca requieren de la mano dura del Estado para compensar sus prdidas econmicas y el odio de clase que las masas les guardan, y por eso actan celosamente en Oaxaca como hace poco lo hicieron en Michoacn, en Coahuila, en Tabasco, en Chiapas, como lo hacen preventivamente en Jalisco, en Guanajuato, en Hidalgo, en Guerrero, en Baja California, en todas partes, coludindose con los viejos caciques, comprando polticos y abriendo el paso a nuevos peleles del tipo de Felipe Caldern.En Oaxaca, pese a las contradicciones internas entre monopolios, caciques, terratenientes, grandes comerciantes, narcotraficantes y otros rapaces explotadores, las coincidencias entre estos ante el estallido social no se han hecho esperar, desde sus inicios, como para asegurar sus negocios comunes, Ulises Ruiz se coloc como fiel representante de todos, pero en particular de los monopolios, a fin de acallar el descontento social, para imponer el silencio y permitir que los grandes negocios proyectados por el imperialismo no tuvieran la menor oposicin, bajo el argumento de que la protesta social no tiene razn de ser, que todo marchaba bien, que en poco tiempo se vera el progreso, que los ingresos del pueblo no podan ser motivo de queja.Sin lugar a dudas, los magnates, cada da obvian la parte de miserias que va engendrando su actuar, y solo la toman en cuenta como arma a favor de su poltica, enredo del que no pueden evadir su responsabilidad. Por ejemplo, el sistema de patronos que prevalece en nuestro pas da cuenta que todo lo fundamental cuanto se orienta en las instancias pblicas solo beneficia a unos cuantos y empobrece a las inmensas mayoras, como ha sido muy especialmente el caso del turismo en el estado que encarece las condiciones de vida, que el magisterio ha denunciado y para lo que plantea su demanda de rezonificacin por vida cara, pero el turismo adems ha trado la emigracin en masa, el hambre, la indigencia, la prostitucin y otros males, las polticas estatales contra el ejido tuvieron este mismo impacto sin que se inmute la clase capitalista.De esta manera, las riquezas obtenidas en Oaxaca, la burguesa no las hubiese logrado ni remotamente sin el auxilio de sus gobernantes, ubicando a Ulises Ruiz en un papel ms definido alrededor de los intereses empresariales, por lo que en definitiva ste personaje no es simplemente un mal poltico que lleg bajo maniobras fraudulentas -como nos quieren hacer creer los oportunistas-, ya que por la simple concentracin de los recursos para la vida poltica todo se ha convertido en corrupcin, farsa y fraude con el nico objetivo de que el sistema siga funcionando. Precisamente para esto el aparato poltico es indispensable con sus manipulaciones, maniobras, presiones y chantajes sobre la poblacin, valindose frecuentemente de un discurso en la direccin opuesta, o sea, afirmando que se est construyendo un rgimen donde prevalezcan los intereses populares, llegan al descaro de sostener que a un ao de los desastres naturales, han remediado la situacin de la poblacin y actuado bajo el principio de primero ayudar a los desposedos, cuando es bien sabido que solo favorecieron a los grandes hoteleros, asimismo predican una democracia donde los ciudadanos participen solo que todo debe quedar en manos de las sacrosantas instituciones del capital, sean estas las estatales o las organizaciones partidistas gran burguesas en el marco del Estado de Derecho.En el estado de Oaxaca los burgueses impusieron un gobernador de su propio gusto y medida, controlan las instituciones pblicas con sus personeros, instalan sus propias leyes y llevan a cabo una explotacin extrema de bajos salarios, compra de productos agrcolas del campesinado a bajos precios, otro tanto hacen con sus tierras, les arrebatan el agua a las poblaciones, degradan los servicios pblicos, saquean y destruyen el patrimonio cultural de los pueblos, encarcelan y asesinan a los luchadores sociales y hacen prevalecer la impunidad de su accionar.Tal poltica es sin duda lo que les ha llevado al descrdito y al desastre como ocurre en muchas partes del pas, las turbulencias e inestabilidades del sistema son originadas por las propias leyes econmicas y agravadas por el accionar de la clase capitalista, desde antes de que el pueblo se pusiera en pie.A su favor, la calaa de sus partidos polticos, desde el amasiato fascista PRI-PAN, la inconsecuencia social-traidora del PRD y el contubernio de las conveniencias de sus pequeos partidos amantes del presupuesto; son el sustento de los grandes intereses financieros en el estado, que en el conflicto actual han demostrado la afinidad de intereses privados y pblicos bajo el capitalismo. Los compromisos hablan por s solos, desde el momento en que se fijan montos exorbitantes para que los partidos polticos se dediquen a difundir las ideas del capitalismo en sus diversas variantes y a sembrar la premisa de que en Oaxaca debe prevalecer la paz de las instituciones as sean estas ultrarreaccionarias, as tambin sus representantes sean de la peor especie, como recientemente lo confirm el fastuoso Senado de la Repblica, en un intento ms por conciliar lo inconciliable entre el pueblo y sus explotadores, recordndonos aquellas pocas en que, para imponerse, los poderosos recurran al juicio de que las instituciones se respetan y punto, con la salvedad de que ahora es una normatividad del sistema.Los magnates se dan cuenta que en Oaxaca sus posibilidades de manipular a la poblacin son cada vez ms limitadas, y por eso recurren en primera instancia a las instituciones del Estado, a los partidos polticos, a sus intelectuales, y al alto Clero para que se reciten las eternas leyes de la propiedad privada y el eterno derecho privado a explotar a los dems, mas tampoco es suficiente, sus facultades tropiezan con la resistencia tenaz de la poblacin, especialmente de sus sectores arruinados, obligando a la burguesa a emprenderla con todo en un nuevo intento de amedrentar y ahogar en sangre al movimiento de masas.Consecuentemente Ulises Ruiz respaldado por los magnates, por el PRI y en los amarres con el PAN, recurri a nuevos trucos de cabildeo para asegurarse la primera de dos victorias que a la fecha tiene (aunque la inmensa mayora de los oradores en tribuna dijo lo peor del strapa URO, para consolar a los combatientes, como el Tribunal Federal Electoral quiso consolar a los electores, finalmente vot contra el pueblo oaxaqueo y a favor de los monopolios y la democracia burguesa), que el Senado no declarara desaparecido los poderes del estado de Oaxaca; naturalmente lo consigui porque en general as conviene a la oligarqua financiera y al resto del aparato poltico que no desea crear precedentes de tal calibre en estas condiciones en que la lucha de clases tiende a agudizarse, esa es la esencia de tal alianza tendida en breve plazo, misma que ha permitido a otros gobernantes mantenerse en el poder hasta el final de sus mandatos sin importar cunto saquearon al pueblo, cunto le arruinaron y mataron a sus dirigentes.

Pero veamos que en el Mxico contemporneo la forma preferida de resolver los problemas sociales es no otorgando ninguna concesin al pueblo y sentando precedentes legales para la represin, es decir, ambientar el nico camino con que se quiere tratar al pueblo para mantenerlo atemorizado, inseguro y dcil. Es seguro que el intento por poner en manos de la SCJN el caso, las auditorias, el referndum, el plebiscito, el juicio poltico y la revocacin de mandato, conducir a la misma charca. Solo el crecimiento de la correlacin de fuerzas y la profundizacin de la lucha de clases con mayor y mejor organizacin clasista reventar la hegemona gran burguesa en la definicin del proceso.Es tpica de esta clase de personajes pululantes a lo largo de la historia del capitalismo, su conducta nefasta, y a veces cuestionada por sus propios auxiliares o compinches. Ulises Ruiz se ha montado definitivamente en una compleja trama de intereses gran burgueses en que concurren los propsitos estratgicos del Estado por no perder el prestigio que le dan dos siglos de opresin; el anhelo capitalista de mantener inquebrantables una sola de sus instituciones; su aspiracin a pasar la crisis poltica sin una sola prdida; tanto como los intereses burgueses involucrados en la regin que se debaten en torno a las proyecciones del Plan Puebla Panam, tanto como en torno al tradicional despojo cotidiano de nuestro pueblo.

Ulises Ruiz est aprovechando de comn acuerdo con los polticos de su partido y en arreglo con el panismo su manutencin y su compromiso de velar por los grandes intereses financieros en la regin; Ulises Ruiz est aprovechando el cobarde silencio de los socialdemcratas del PRD que hoy muestran tener ms miedo a la revolucin que al fascismo.

Fuera de todo esto Ulises Ruiz no es ms que un simple poltico burgus sanguinario cuyo poder se sustenta en que sirve a los intereses de los monopolios, este personaje solo es moneda de cambio para los capitalistas.Esta arquitectura de la poltica del capital en s es la base de las alianzas de la gran burguesa para el caso de Oaxaca, que si bien no es del todo homognea, pues alguien saldr raspado, por ejemplo los mismos terratenientes van a sufrir las consecuencias cuando los grandes monopolios los desplacen del mando regional que an sustentan en varias partes de la entidad, y hasta los grandes comerciantes y hoteleros nacionales van a perder las viejas prerrogativas, de cara al dominio que los imperialistas tienen proyectado, en suma, sus posiciones y ganancias van a disminuir ineluctablemente ante la competencia monoplica trasnacional.URO no hace otra cosa ms que llevar a escena su papel de lacayo del capital financiero sin importarle el rechazo popular de que es objeto, y por tanto, su ridcula manera de actuar se ve sujeta a las reglas de un juego hecho a imagen y semejanza de los grandes monopolios, en otras palabras, su comportamiento poltico es el de cualquier empresario haciendo negocios de su posicin poltica, maniobrando con lo que sabe que tiene, administrando una buena dosis de chantaje con lo que el PAN quiere del PRI, y con lo que sabe que es, vendiendo a buen precio su posicin de agente pblico.En este caso, Vicente Fox, los senadores, los partidos polticos y Ulises Ruiz demuestran simple y llanamente que los polticos burgueses son incapaces de resolver los problemas sociales, demuestran que llevados por los intereses capitalistas no tienen ninguna intencin en solventar la grave situacin de las masas, sus problemas sociales, sus necesidades de empleo, de salario digno, de apoyos al campo y a sus pequeos negocios, de auxilio a sus escuelas y universidades, de vivienda digna, de salud, demuestran que en adelante las instituciones pblicas solo pueden garantizar la seguridad de los monopolios haciendo amarres desde sus palacios, sin consulta popular, pero bajo el cobijo de su ejrcito y policas.Como sealamos, la accin de los grupos financieros en los medios de comunicacin, en el Senado, en el poder ejecutivo y en los poderes estatales, no ha sido suficiente, en la medida en que las capas populares respondieron con la organizacin; vindose obligados a tender y ejercer otros mecanismos de presin y manipulacin como lo son la divisin del movimiento popular que tradicionalmente les traa buenos resultados, pues ante la desesperacin general, en ocasiones las fuerzas negociaban recursos a costa de fracturar la unidad y los procesos de lucha en tiempos en que de una u otra forma la burguesa tena con qu chantajear y el movimiento no atinaba a encausarse con una poltica independiente.En esos trminos los enemigos del pueblo vienen emprendiendo campaas que buscan quebrantar la unidad, fundamentalmente dividiendo al magisterio de los sectores populares, auxilindose tambin del oportunismo, sabedores de que la estructura magisterial de la Seccin 22 posibilit una rpida organizacin del descontento, adems de que se reconoce en los intereses populares una radicalidad superior de cara a la lucha contra el rgimen, cuyas repercusiones van trascendiendo en el plano nacional. Y la alternativa aplicada ha sido la de otorgar nuevas facultades a la Gordillo para que ejerza sus influencias en el estado donde ms se le ha desenmascarado (la tiene difcil).Una extensin ms de la poltica burguesa en descomposicin es la liberacin de delincuentes para reclutarlos y capacitarlos desde las instancias represivas, agrupndoles en bandas de sicarios al margen de la poltica que asolan el estado y siembran la muerte en nuestras filas, y de cuya responsabilidad los capitalistas se desentienden, pero tampoco convencen dadas las evidencias por el armamento, por el objetivo que persiguen ese enjambre de bandas y por su disposicin a defender a Ulises Ruiz, a los caciques y a los grandes empresarios. Esta expresin de la poltica burguesa se encuentra en fase de convertirse en lo que se suele llamar cuestin de rutina para arribar a su legalizacin en los marcos de que supuestamente se tratara de ciudadanos que solo buscan defenderse.El siguiente truco ha sido sembrar el supuesto de que el rgimen ya resolvi, que ahora le toca a las organizaciones populares desistir de sus luchas y renunciar a sus intereses. Dicho as, y repetido millones de veces en todas las formas posibles, hacen suponer que el Estado efectivamente algo hizo en beneficio del pueblo, que se fue receptivo, pero que la resolucin tomada fue adversa y por tanto no queda ms que acatarla, que no se reprimi, sino simplemente se hizo valer la ley, que no se violaron los derechos del pueblo, sino que solamente no tienen cabida en las condiciones actuales.

Pero en este como en muchos casos, el Estado burgus simplemente confirma sus posiciones, no atiende en lo ms mnimo los anhelos de la poblacin, porque no es este su propsito, y lo que resuelve definitivamente es doblegar como sea a los descontentos en cualquier parte del pas.Ahora los polticos burgueses dan nuevas cartas al fascismo que cree llegado el momento de actuar para disolver al movimiento popular y especialmente a ese engendro revolucionario que resulta de la constitucin de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, identificada como estructura de lucha por el poder para los explotados y oprimidos.

Los burgueses al tiempo que de cara al pueblo piden al gober fascista que considere un permiso, dan nuevos nimos a ese chacal, le incentivan a pasar a la ofensiva una vez ms, a encarcelar a los representantes populares, a quitar a la APPO y al pueblo todo medio o instrumento de lucha, y le orientan a que amedrente a las masas con una nueva escalada de violencia.

En tanto el rgimen foxista se evade, dice que heredar el problema de URO a Caldern como si no estuviese demostrado ante millones de personas que tambin es su problema, que tambin contribuy de primera instancia a agudizarlo. Los otros poderes se desentienden y pretenden no estar implicados, cuando estos mismos son los que colocan a URO en las condiciones de reprimir a un movimiento justo y necesario. Pero la fuerza de la APPO que le viene dada por las energas democrtico-revolucionarias de la poblacin oaxaquea est lejos de haber sido derrotada, sus condiciones y la situacin en que la coloca la clase dominante le crea un escenario mayor para su lucha.III. El advenimiento del proceso democrtico-revolucionario de masasEn esas condiciones resulta evidente que el gobierno estatal es incapaz de atender sus asuntos cotidianos, noms dar un paso prctico le acrecienta el rechazo popular, no administra sus asuntos, de plano sus instituciones siguen abandonadas por sus titulares y solo hacen suponer que trabajan, ni asegura al 100% los intereses gran burgueses, el seor la pasa escondido de mansin en mansin, de hotel en hotel, los tribunales de su justicia estn desarticulados, y sus escarnecidas fuerzas represivas no funcionan como hasta hace poco lo hacan, as que solo les resta el disimulo y la reconcentracin para una nueva asonada represiva.Los burgueses se mueren de ganas por continuar con la escalada represiva, en virtud de que la toma del centro de la ciudad no les bast para aniquilar por la fuerza al movimiento, mas ni eso parece ser factible ms que al precio de una insurreccin popular que va tomando todos sus derechos histricos y sus perspectivas inmediatas. Pero su poltica consiste precisamente, en que mientras no puede actuar en toda la regla impedido por la amenaza de movilizacin, ahora de todo el pas; consiste pues, en hacer creer que su autntica incapacidad obedece a una conducta legal y pacfica hasta colocar todas las premisas del ejercicio monoplico de la violencia.Si de una parte la accin de las fuerzas burguesas obedece a la defensa intransigente de sus intereses ms sagrados, tambin se debe en alto grado al declive histrico del capitalismo y la agudizacin de sus contradicciones. Las clases sociales explotadas y oprimidas estn dando cuenta de importantes sntomas de separacin de las clases dominantes, acusan una pugna superior contra las mismas bases del sistema y por esto los capitalistas se han empeado en dar nuevas lecciones de su poder.Las ofensivas del capital se han sucedido una tras otra sin parar en las consecuencias, generando una crisis poltica y econmica que mueve a millones de seres a repudiar y combatir el estado de cosas existente, resultando Oaxaca con sus tradiciones de protesta uno de los escenarios ms destacados de la lucha de clases actual. La dictadura del capital se ha metido en el torbellino de la poltica demaggica y fascista, es aqu donde las patticas debilidades del sistema, los compromisos imperialistas y el desgaste de las viejas formas de control hallaron su respuesta abonando el camino de la lucha popular.

La lucha de clases en Oaxaca ha rebasado los mrgenes regionales colocndose en un destacado lugar con respecto de la lucha nacional de la clase obrera y los campesinos pobres de nuestro pas, en buena medida ha sido la propia burguesa la que ha llevado el conflicto a este nivel.

La ligazn interna entre el sistema capitalista y el fenmeno democrtico-revolucionario oaxaqueo enfrenta obligadamente ese contraste, es decir, son los antagonismos que engendra el capitalismo (en el centro: del trabajo contra capital) los que llevan a las masas urbanas y rurales del estado de Oaxaca a disputar el poder a la burguesa mediante la APPO como la forma que posiblemente cobre un gobierno obrero, de campesinos pobres y popular, nada ms necesario y nada ms indispensable en estos momentos.La accin popular en Oaxaca viene a elevar la definicin de la lucha revolucionaria como emanacin de las contradicciones entre explotados y explotadores, lo cual se requera urgentemente porque en el mundo contamos con nociones instrumentalistas de la actividad social, en especial del curso revolucionario, de concepciones sustentadas en idealizaciones absurdas y sectarias, as como del rechazo abierto y la separacin de la actividad poltica de sus bases clasistas, de las condiciones materiales de existencia de las fuerzas productivas y de su empalme con la inmortal ideologa cientfica de Marx, Engels, Lenin y Stalin . Concepciones aquellas que en distintos aspectos daan un proceso sujeto a unas condiciones objetivas y subjetivas, lo alejan de sus orgenes en el seno de nuestra sociedad.

Con la aceleracin de la dinmica productiva del capitalismo, la lucha de clases se ha recategorizado a fuerza de que sus procesos son parte cotidiana en la vida de cada pas. En el mundo se han colocado de firmes los lazos de un modo de producir, que se sostiene a base del expansionismo del capital financiero, hecho de mltiples implicaciones. Solamente observar que esta realidad confronta a unos cuantos miles de monopolios con millones de explotados nos lleva a valorar la actuacin de stos ltimos en una lucha constante contra los primeros.

Y nos preocupa superar un error frecuente: sectores sociales reivindicadores de una accin revolucionaria evaden su responsabilidad de trazar con amplitud sus posiciones, ofreciendo una posicin vulnerable, y muchas veces se encuentran ante el dilema de las fuerzas retrgradas que hace tiempo han adelantado su anlisis y su accin en el arte de desarticular los procesos de lucha bajo la visin de que Oaxaca es un caso marginal, aislado o de fenmenos de la sociedad factibles de corregir, todo eso es a causa de que no siempre se coloca nuestra crtica al centro de los procesos sociales, por supuesto, en algunos casos son limitaciones que los revolucionarios tenemos.

A pesar de lo cual esas posiciones ya avanzan en el planteo de una crtica contra el sistema de dominacin, aunque todava con resabios de tendencias inclinadas a resolver para s uno u otro mal del capitalismo, por ejemplo, las pugnas centradas en las demandas reivindicativas y de una mayor participacin social sin trastocar el rgimen; en otros casos la evidencia seala que se trata de la crtica radical revolucionaria pero con elementos escasos y herramientas limitadas para proyectarse, como las asambleas populares y frentes en varios pases que instintiva e insuficientemente se orientan a la lucha por el poder poltico-econmico.

Quiere decir que como sugieren nuestros crticos pequeo-burgueses radicales, que en lo expuesto renunciamos a la accin consciente en virtud de que los elementos lo disponen todo?, quiere decir que a los comunistas solo nos gua la inercia de estar en todas partes?, ni eso, ni inseguridad alguna, nuestras pausas obedecen a que en la definicin de los contornos de la revolucin proletaria contra el sistema capitalista exigen su rigor; simplemente la dinamizacin de los elementos nos convoca a una nueva adecuacin de nuestras acciones, de nuestra poltica unitaria, de la tctica de masas, hacindose menester observarlos, comprenderlos y ubicar nuestra actuacin como clases sociales interesadas vitalmente en el desarrollo de la historia.La APPO es un primer ejemplo de que las masas son capaces de organizarse, combatir al rgimen y trazarse un nuevo tipo sociedad sustentada en los intereses de clase de las mayoras, en una especie de ley histrica de oponerse resueltamente al poder de los capitalistas y alentar las transformaciones revolucionarias en el pas.La APPO ha retomado la alta tarea de encabezar en Oaxaca la derrota del sistema de relaciones sociales omnipotente, una tarea muy elevada que no se resuelve en unas cuantas batallas; pero que sin embargo debe impulsar apoyndose en sus fuerzas motrices fundamentales que en el estado resultan ser el magisterio, la poblacin urbana arruinada, la clase obrera, la juventud, los campesinos pobres y los pueblos indgenas. En el caso de la clase obrera, aunquenumricamente pequea en el estado sureo, resulta estratgicamente fundamental para la conduccin posterior del proceso; por ello es urgente apuntalar su programa estratgico que les aglutine con mayor firmeza y les garantice su incidencia nacional. Con sta y la accin decidida del pueblo oaxaqueo contamos con nuevas herramientas para que todos los sectores populares del pas comprendan la relacin entre la convergencia contra el rgimen-frente nico y la revolucin proletaria.La accin histrica de los trabajadores del campo y la ciudad que como siempre enfrenta el rechazo de la burguesa, es el nico medio para que el proceso avance. Los objetivos inmediatos de la lucha popular son ms claros, se agrupan en torno a la lucha contra el imperialismo y la oligarqua financiera, frente al orden desptico antidemocrtico, en la lucha contra el fascismo y los principales instrumentos de la poltica burguesa.As la APPO se coloca como uno de los principales bastiones del movimiento popular nacional, afianza la perspectiva democrtica y revolucionaria de los pueblos como nica salida a la crisis econmica y poltica del rgimen. En su radicalizacin vemos una verdadera tribuna del pueblo contra sus opresores, y la ms consecuente accin frente a stos, por ello cuenta con inmensas fuerzas de respaldo por todo el pas.

Estas tareas la llevan a conducir el proceso de la lucha popular, y por tanto a hacer una poltica flexible de aglutinacin y unidad de todos los sectores populares progresistas, democrticos y revolucionarios, a cultivar las tradiciones de lucha y a contribuir al impulso del Frente nico de los explotados y oprimidos.

Su muy posible transformacin de gobierno obrero y de campesinos pobres la coloca en un escenario atrayente entre las masas de nuestro pas, resultando adems una necesidad para su desarrollo, en torno al cual las banderas estratgicas del proletariado se colocan como las fundamentales del proceso, de entrada apuntalando la lucha por una asamblea estatal-nacional constituyente democrtica y popular, por una nueva constitucin local-nacional y la instauracin de una repblica democrtica y popular.La profundidad de los antagonismos en el momento actual presenta al movimiento popular un punto de ruptura frente a la burguesa en un nuevo orden, en el orden de que los trabajadores requieren proclamar y hacer su poltica de clase, su pugna contra el capitalismo y su lucha por el socialismo, sin esta trascendencia simplemente no cabe hablar ya de movimiento revolucionario de las masas, esto es el rasgo que distingue el proceso actual de los anteriores en que fue suficiente en cierta forma el puro accionar defensivo contra la oligarqua y sus medidas econmicas.El problema organizativo fundamental de la APPO estriba en el de afirmar la organizacin de todos los sectores populares en el estado, sin los cuales sern insuficientes las prximas acciones. Este problema est subordinado a lo siguiente:

a) Que el programa de la APPO contemple los intereses y demandas fundamentales de la poblacin, como lo son los de los recursos pblicos, la tierra, la vivienda, la educacin, el trabajo, la salud, la expropiacin de los monopolios y el poder proletario.b) Que los sectores populares se constituyan en verdaderos actores de su poltica, a que su agrupacin obedezca a una posicin de clase que encuentre sus espacios democrticos en los marcos de la alianza obrera, campesina y popular, superando su incorporacin masiva con su organizacin.

c) Que se consolide la unidad de sus principales sectores en donde la lnea a seguir sea discutida por las bases y resuelta de comn acuerdo por las instancias de la APPO en esta perspectiva de democracia popular.

d) Que la organizacin afiance la ruptura de clase frente a la oligarqua financiera y su Estado.

e) Que las afecciones gremiales, economicistas y sectarias sean superadas bajo las premisas de la estrategia democrtica y popular.

La visin de la oligarqua financiera en Oaxaca contina careciendo de objetividad, no estn considerando en absoluto el estado de nimo popular, se sostiene a reserva de ste y proclama que todo volver a la normalidad sin mayor problema.

En esto la APPO debe continuar socavando el poder burgus y extender su organizacin, acelerando las luchas en todo el territorio, levantando las banderas populares y llamando a las masas a controlar la vida del estado, a fortalecer un orden democrtico y revolucionario, poner al centro la pelea por una nueva constituyente estatal que se apoye en las tradiciones comunitarias de los pueblos y en la solidaridad proletaria, har ms ancho el camino que ya abri.IV. Las contribuciones del heroico pueblo de OaxacaLas clases y sectores populares oprimidos, explotados y exasperados por la burguesa y sus polticos en Oaxaca estn contribuyendo con su lucha diaria a la apertura del proceso revolucionario de la lucha de clases, especialmente a ubicar en su concrecin la poltica popular y proletaria a seguir. Ello puede verse en la persistencia en cumplir con la movilizacin, as como al no claudicar ni abandonar una sola de sus banderas, de responder a las provocaciones policiales y de sicarios que buscan acorralar los bastiones del pueblo, en responder a toda la ofensiva policial y meditica con una nocin clara de los retos que el movimiento de masas tiene y la responsabilidad que la APPO ha contrado con todo el pueblo mexicano.

Tal condicin no se da sin el influjo perjudicial de concepciones y prejuicios pequeo burguesas, sin la concurrencia de posturas oportunistas que persisten en controlar al movimiento, sin abandonar an el temor y la inseguridad respecto del camino que se est abrazando; problemticas en parte desligadas de la lnea estratgica que las condiciones materiales han creado, y en parte interesadas en recrear la tradicional poltica de ddivas a que la burguesa tena sometidas a las masas de nuestro pas, que en Oaxaca a ltimas fechas se condicion a la renuncia completa a cualquier accin en un intento por aislar a todas sus poblaciones. Ese es el lado dbil para los siguientes pasos tcticos de este movimiento, que sean cuales sean sus progresos inmediatos no debilitan su importancia social para la lucha de clases general.El proceso democrtico y revolucionario avanza empujando a las fuerzas de la reaccin, a las fuerzas del fascismo, que ya slo atinan a responder con la tradicional represin, de esta manera el rgimen capitalista tom sus medidas contra el pueblo, mismas que ni siquiera han logrado debilitar nuestros nimos como qued manifiesto a la fecha con la resistencia general. As pues, los burgueses, se ven asediados por el repudio de millones y millones de oprimidos de Mxico y del mundo.

La oligarqua financiera es incapaz de solucionar los grandes problemas de Mxico, ya que es su causante, pretende que con sus fuerzas de ocupacin este proceso democrtico y revolucionario se detenga y sea suprimido para beneplcito de los monopolios y los imperialistas, para subir de tono a la explotacin y opresin de por s exacerbadas, mas como ocurri recientemente en la ciudad proletaria de Lzaro Crdenas en el estado de Michoacn, la insurgencia no se hizo esperar.Las enseanzas del heroico pueblo de Oaxaca en su larga marcha y en su firme resistencia a la ofensiva fascista marcan sin duda una nueva interpretacin de la realidad nacional, ms amplia, mucho ms clara de lo que significa el sistema capitalista, de lo que representa el sometimiento de Mxico al neocolonialismo, de lo que trae consigo el Plan Puebla Panam, el Tratado de Libre Comercio, de toda la porquera de los negocios burgueses del turismo internacional, de la salvaguarda de caciques y terratenientes, y del resguardo de las fbricas-prisin de millones de proletarios.Oaxaca es ahora inspiracin para la clase obrera y todo el pueblo mexicano, en donde el pueblo sigue ganndole batallas a la burguesa y sus fuerzas represivas como aconteci en la Universidad Benito Jurez de Oaxaca, donde nuevamente han contenido al sector militar de choque que hasta hace poco era imposible vencer, ponindolo en desbandada y acentuando la crisis moral en sus filas menguadas ya por decenas de deserciones.

ste estado, sometido a la ruina y la opresin de la burguesa, sufre hoy la atroz represin del rgimen por el simple hecho de exigir libertad, democracia y mejores condiciones de vida; en respuesta, la oligarqua financiera no ha hecho otra cosa que maniobrar y urdir artimaas para mantener las cosas como estn, demostrando los roles de su Estado, de sus instituciones, partidos polticos y medios de informacin, demostrndonos al mismo tiempo la necesidad de la revolucin proletaria, y ejemplificando lo que ser la democracia de clase.Sin duda las acciones de la oligarqua financiera y su Estado frente al problema social en Oaxaca son parte de la poltica con que quieren atar a todo el pueblo mexicano; los acontecimientos en el sur son ejemplos de lo que ocurre en los distintos estados que componen el pas, los Ulises Ruiz estn en todos los estados de la repblica con sus distintos colores (amarillo, azul y tricolor), pero en el sur se encontraron con la resistencia organizada, con la conciencia de clase, y por ello se busca ahogar en sangre a este pueblo.

Como qued evidenciado en los ltimos meses, la dictadura del capital es lo que defiende la Polica Federal Preventiva en Oaxaca y no otra cosa, los grandes negocios son lo que sustenta Fox con su presin a los pueblos, la entrega del pas al imperialismo es el programa de Caldern, la disposicin de los recursos del pueblo para la burguesa es el objetivo de Ulises Ruiz y la clase a que representa, tales son las cuestiones en disputa en Oaxaca y en todo el pas, por lo que la lucha debe activarse extensa y profundamente en estos momentos en la sierra, en la costa, en el campo y las ciudades, en todos los rincones de Mxico.La embestida de las fuerzas pblicas contra los pueblos de Oaxaca tiene adems el carcter de significar la derrota de la democracia burguesa, su desenmascaramiento y el arribo total del fascismo ante la imposibilidad de que la burguesa pueda seguir gobernando como hasta ahora; por ello tanta inversin militar, su apuesta es someter a un pueblo humilde para que todos los explotados y oprimidos no se atrevan a cuestionar el estado de cosas actual.Mas las cosas no estn saliendo como la oligarqua financiera lo esperaba, peor an, en ello est arriesgando ms su credibilidad, su propio rgimen frente al repudio general, as a la burguesa slo le qued echarse en brazos de los imperialistas total y definitivamente.

Paso a paso, palmo a palmo en las calles de la ciudad de Oaxaca el foxismo, los imperialistas, la oligarqua financiera y sus serviles partidos, reciben en pleno rostro el repudio a su sistema, y sobre todo la declaracin de guerra de este pueblo harto de la miseria y explotacin a que le han atado.Secuela en particular de la explotacin capitalista, la represin del rgimen, y la forma en que sta tendencia se consolid a travs de la Cmara de Senadores y las estructuras dirigentes del PRI, el PAN y el PRD, demuestra fehacientemente que todas las fuerzas del capitalismo estn coludidas para mantener el sistema de predominio de la propiedad privada.Asimismo, las diversas tendencias del supuesto rostro humano del capitalismo quedan evidenciadas como ineficaces para sofocar al fascismo, como complacientes reservas del capitalismo que prefirieron en los momentos en que la represin poda detenerse de entre los manejos legales, a apostar por un triunfo electoral fallido (Obrador en Tabasco) que abrirle paso a un pueblo organizado, ni mucho menos para combatir al fundamento de la maximizacin de ganancias y del rgimen en s de la democracia del capital.

Todas ellas demuestran su incapacidad para remediar los problemas econmicos, polticos y sociales, delatan que ya ninguna de las viejas polticas socialdemcratas as se proclamen de izquierda, ni neoliberales, ni nacional-burguesas, ni patriticas, alcanzan a ser suficientes para adormecer el instinto de clase de las masas trabajadoras.Todas las fuerzas del capitalismo se reagrupan por encima de sus acostumbradas polmicas y contradicciones, para combatir la revolucin que su mismo sistema ha venido fraguando, ellos saben perfectamente que la lucha popular en Oaxaca representa la primera oleada de luchas proletarias y populares directamente contra la explotacin y opresin.Los burgueses predican en todas partes cul es el status quo inviolable de su legalidad y cul es el veredicto contra los pueblos de Oaxaca a pesar de toda la compasin y el romanticismo con que lo sealan, como advirtiendo que fueron llevados por activistas inconscientes a un escenario del que slo pueden salir doblegados.

Precisamente esta manera de enfocar la realidad, producto del ocaso capitalista, de su recurrente crisis econmica, de la decadencia poltica e ideolgica burguesa, y de su ofuscacin en un irreal bienestar capitalista; slo alcanza a proclamar como nuevo el viejo precepto de la fatalidad histrica para los oprimidos, desenmascara sencillamente la esencia de la gran poltica destinada a someter a las inmensas mayoras, a cerrarles el paso a cualquier tendencia clasista.A este respecto, la manera en que los partidos burgueses realizan cotidianamente sus labores, como protagonistas activos al servicio del capital financiero y los intereses generales de su Estado, viene resultando de lo ms degradante y descarado que hemos podido observar, todos caen en contradicciones, se enredan en sus argumentos, sus mentiras quedan a la vista del pueblo, sus embustes son irrisorios, se descaran en la defensa a ultranza de las posiciones monopolistas nacionales y extranjeras, y ms cuando qued clara su obediencia a los yanquis una vez que el embajador Tony Garza dio sus propias rdenes para la represin en Oaxaca Pero este estado de cosas que se sostiene por el poder con que cuentan, que les da la seguridad para actuar; es profunda y ampliamente develado por un pueblo condenado al sacrificio.

As, cuando declaran que no usan la represin, las imgenes son claras; cuando hablan de la reconciliacin, destacan la agrupacin de sicarios; cuando aseguran enviar recursos para el pueblo, se renen con los magnates para activar sus negocios, cuando hablan de dilogo y derechos humanos encarcelan al pueblo...Qutese as a los polticos burgueses esas cualidades, sustanciales a la estructura del capitalismo en Mxico, les acarreara la prdida de un empleo bien remunerado otorgado por los monopolios, pagado por estos en prebendas y por el Estado con un supersalario, no por nada todos ellos manifiestan su odio a quienes los desenmascararon desde las barricadas.En tanto, las reformas ms retrgradas que la oligarqua financiera anuncia con gran pompa para lo inmediato, se ven amenazadas por esta forma de organizacin de las masas, y no slo eso, la contrarrevolucin en s misma sabe que los pueblos reclaman una sociedad totalmente opuesta a la dictada desde las tierras del imperialismo, sociedad libre de la explotacin y la opresin para la que ni las reformas ms democrticas son imposibles en las actuales condiciones, a ms de estar condenadas al fracaso en tanto no se ponga al centro el acabar con los monopolios y las bases de la depredacin capitalista a que hemos estado sujetos, baste de ejemplo las calumnias de autoritarismo venidas de todas las instancias burguesas contra la APPO, cuando es patente que esta estructura ha alcanzado un amplio uso de mecanismos democrticos de hacer valer los intereses, las opiniones y el mando de las mayoras.

En esto de las lneas opuestas de las clases sociales opuestas, una vez ms los oligarcas vuelven a insistir sobre su paquete de reformas estructurales, que nuestro pueblo viene rechazando, paquete que segn ellos nos salvar de la grave crisis, pues ya est claro que al menos en los prximos tres aos, no hay perspectivas a la crisis econmica del pas.

Y entretanto los burgueses quieren grandes ganancias, mismas que slo se pueden obtener de: 1.- la flexibilizacin laboral, 2.- el aumento de impuestos a las clases sojuzgadas, 3.- del subsidio estatal una vez que PEMEX y la industria elctrica sean vendidos totalmente, 4.- al igual que de la explotacin de esas empresas, 5.- de la entrega absoluta del campo mexicano y la industria nacional al capital financiero internacional. Son por tanto los monopolios los que plantean a la clase obrera una nueva ubicacin del problema: revolucin o contrarrevolucin, reforma o revolucin.

El pueblo oaxaqueo demuestra con su ejemplo, en la crtica de las protestas, con sus formulaciones ideolgicas, que en efecto el rgimen de los monopolios y su democracia electoral estn hechos para mantener a las masas en la esclavitud asalariada, que todo cuanto se predica para resolver los problemas sociales no es ms que pura palabrera, que la fusin de sus diversos partidos con las distintas ideologas y empresas burguesas se ha consumado, por lo que los intereses proletarios no tienen cabida mientras subsista un rgimen tal.Por lo tanto el pueblo en lucha se plantea y crea sus instancias al margen de las instituciones del capitalismo, an cuando no descarta utilizar a estas ltimas, mas no en un plano central, pues sabe que su organizacin slo puede subsistir bajo estructuras y objetivos distintos a los del capitalismo, una cuestin objetivada en la APPO bajo el denominador de organizacin independiente de las clases dominantes.Estas luchas demuestran ahora que para triunfar necesitamos de la conjugacin de todas las acciones populares por todo el pas, de la energa popular manifiesta frente a la PFP, frente a los magnates, frente a los monopolios, frente a las instituciones burguesas, con la firmeza de los millones de la famlica legin, que desde el sur lanzan el grito de guerra: ya cay. Asimismo, el desarrollo en lnea del proceso revolucionario, del paso a una nueva etapa revolucionaria est condicionado el seguimiento prctico de la iniciativa oaxaquea, y sustancialmente de que la clase de los proletarios se ponga al frente de las tareas del proceso democrtico revolucionario.Comienza un combate sin cuartel, un combate de muchas formas y dimensiones entre explotados y explotadores, las condiciones opuestas y los intereses opuestos en una problemtica bastante complicada de crisis poltico-econmica reclaman de las masas actuar en los marcos estrictos de la lucha contra sus explotadores en forma concreta, objetiva y revolucionaria, construyendo a la par nuevas instancias democrticas de organizacin a imagen y semejanza de la APPO.V. La cuestin del poderHemos llegado al grado en que se hace indispensable hablar de la cuestin del poder desde el punto de vista proletario y popular. Este aspecto se caracteriza en que ahora la abordamos bajo marcos ms concretos y objetivos de la lucha de clases actual, especialmente en lo que tiene que ver con los progresos del movimiento en Oaxaca.

Para que en ese estado del sur llegara al momento en que la cuestin del poder se le presenta como un asunto vital, tuvo que transcurrir una serie de acciones y aprendizajes, una serie de padecimientos y penalidades impuestas por la poltica gran burguesa que en apartados anteriores hemos ubicado. Pero fundamentalmente, que arribara a una comprensin ms clara de sus condiciones reales y las de la democracia burguesa que actualmente nos rige a voluntad de los monopolios en tiempo de crisis.La cuestin del poder presenta diversas problemticas vinculadas a la carga de aos de opresin y adoctrinamiento de las masas a las formas del dominio burgus, as como al rol de la propiedad privada. Esas problemticas han impedido que la necesidad urgente de un poder de los obreros, los campesinos pobres y sectores populares quede velada y supeditada a encontrar dentro de los marcos del rgimen actual, estructuras gubernamentales menos agresivas, que resultan producto de sueos utpicos inalcanzables para las masas.Efectivamente, an cuando en nada se corresponde con la realidad, es una utopa diseminada an en amplios sectores la lucha por gobiernos democrticos, que, preservando las bases del sistema capitalista y particularmente del Capitalismo Monopolista de Estado, pretenden al mismo tiempo defender los intereses de las masas. Se trata de una ilusin incentivada tambin por la poltica demaggica burguesa y de las experiencias pasadas de capas pequeo-burguesas que se abran paso a estratos ms elevados de la pirmide social.

Son ilusiones fomentadas para mantener la expectativa de progreso y desarrollo dentro de las clases sojuzgadas por el capitalismo e impedir de mil maneras que estas irrumpan contra el sistema, es decir, para dificultar an ms la ruptura revolucionaria. Son tambin, ilusiones cultivadas a travs de las instituciones del Estado en torno a un supuesto carcter democrtico del mismo, carcter que llama al colaboracionismo y la integracin de todas las clases en torno a la vida social civil burguesa. Son ilusiones que reflejan el basto alcance de las fuerzas del capitalismo para forzar la renuncia masiva a la lucha por una nueva sociedad sin explotados ni explotadores. Son ilusiones alimentadas adems por el temor, la inseguridad y la amenaza de las masas con respecto a lanzarse contra los fundamentos del sistema capitalista.

Y claro es, tambin se trata de titubeos, de vacilaciones naturales de las masas respecto del alcance de sus potencias, de su posibilidad de vencer al enemigo de clase, de la confianza en sus propias fuerzas para doblegar a los explotadores y levantar las estructuras vitales de la democracia proletaria.

El pueblo de Oaxaca reencontr de una manera histrica la forma que debe tener su propio poder proletario y popular en torno a sus asambleas, su forma de organizacin estatal; logro que los trabajadores del pas valoraran en todas sus dimensiones, pues en ste se encuentra expuesta de forma prctica la idea del socialismo, de la lucha y organizacin contra toda explotacin, contra toda opresin.

Esta forma en que se nos presenta la construccin del poder, idea en perspectiva, puesto que no hay cabida para el ejercicio del poder de los de abajo dentro del capitalismo, se encuentra ante la disyuntiva de cmo orientarse en su misin histrica e impedir involucionar los pueblos de Oaxaca hacia una estructura sujeta a los vaivenes de la poltica burguesa en el papel de ncleo oposicionista, peor an, terminar en el economicismo o la integracin al cuerpo general de las agrupaciones burguesas como ha sucedido en muchas otras ocasiones. Lo cual no es una cuestin para especulaciones, sino una cruel realidad repetida en cada proceso en que las masas han logrado irrumpir y trazar su divorcio con respecto del poder burgus.Ahora que la derrota de Ulises Ruiz se hace ms evidente, todas las fuerzas de la burguesa en su trama interminable, se aprestan a cerrar el paso a la asuncin del pueblo al poder, imponiendo los mecanismos tradicionales del Estado de Derecho, de la bsqueda de alternos y alternativas a la crisis para que el mando capitalista se restituya sin sufrir mella alguna sus instituciones.Y alerta, que es en lo que la prensa burguesa, tanto como todos los polticos burgueses y pequeo burgueses vienen insistiendo para que al pueblo de Oaxaca se le cierren todos los caminos posibles y se encuentre en la condicin de movimiento desgastado, sin ms alternativa que sucumbir ante unos u otros bandos que ya se disputan Oaxaca como botn. Si se examina con atencin los mensajes que constantemente nos envan los seores explotadores, y que se han vuelto parte de la labor cotidiana de toda discusin poltica no revolucionaria; se ver que en todo prevalece la idea de que no hay ms camino que el de las instituciones del gran capital, que no hay cabida para ninguna otra posicin en torno al poder del Estado.Si bien, a ltimas fechas queda demostrado que la burguesa no puede doblegar al movimiento por la va de la fuerza, an le queda en la manga jugar la carta de encadenamiento del proceso a su sistema legal, institucional de poder. Con ello su poltica se concentra en: engao, manipulacin, represin y constitucionalismo.Hasta en organizaciones izquierdistas e intelectuales democrticos slo se presenta la perspectiva de que en todo caso se vuelva a una normalidad constitucional, adquiriendo los pueblos unos derechos que ya de por s tienen, pero que en poco coadyuvan a la defensa de sus intereses. En este sentido, es natural que en todos los sectores populares que conforman la APPO, se manifieste la inseguridad en torno al camino que se vislumbra una vez derribado el chacal Ulises Ruiz, pues aunque la cuestin del poder est plantendose en forma rotunda y clara por las condiciones materiales de decadencia capitalista, la amenaza del cerco a cualquier poder emanado del pueblo hasta su total aniquilamiento est ms que patente en las declaraciones de la burguesa y sus partidos.Sin embargo, el aspecto de las posibilidades ha trascendido a la condicin de la necesidad urgente del poder proletario y popular, contando con las simpatas de todo el pueblo mexicano, de la clase obrera, los campesinos pobres, los trabajadores en general y el resto de los sectores populares.

Un poder que ponga al centro la democracia extensa para millones de explotados y oprimidos, que priorice la solucin de sus intereses, no puede ms contar con el apoyo directo, entusiasta y material de los trabajadores de todo el pas. La burguesa, perder una base importante que irradiar al resto del pas nuevas fuerzas democrticas y revolucionarias en su lucha contra los designios imperialistas y oligrquicos. Siendo fundamental la consolidacin de la accin, organizacin y unidad de las fuerzas motrices de nuestra revolucin, la cuestin est en que las masas en Oaxaca deben trazarse urgentemente la crtica directa frente al poder burgus, para lo que cuentan con inmensas fuentes demostrativas de la naturaleza rapaz de los capitalistas, esa crtica esconde el trazado de una nueva repblica democrtica popular basada en el poder de las masas a travs de sus asambleas populares.