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57 Big Bang 1. Comencé a traducir PIEDRA DE SOL durante el verano de 1994 en Málaga. Por aquella época perfeccionaba la lengua en que fue escrito el poema en una de aquellas academias para extranjeros que durante los meses estivales atraen a estudiantes de toda Europa. Respondía al nombre de “Pablo Picasso”. La casa en que nació el pintor estaba en la esquina de la Plaza de la Merced, cincuenta metros más abajo. Ahora es un museo. 2. En la academia casi todos eran nórdicos. Hablábamos entre nosotros un jovial esperanto: un inglés turístico, un alemán en estado ruinoso, un castellano primerizo. Con Simone, Mercy y Hans-Peter exploraba durante los fines de semana el interior andaluz, siguiendo con la imaginación los pasos de Federico. Sevilla (“una torre llena de arqueros finos”), Córdoba (“lejana y sola”), Granada (“que suspira por el mar”) 1 , Fuente Vaqueros, Ronda. En Málaga, había alquilado una habitación en la parte alta de la ciudad, en un apartamento junto con otros estudiantes: una finlandesa, una alemana y un inglés. He olvidado sus nombres. 1 Las tres citas entre paréntesis están en español en el original. Nueve notas para una traducción Kostas Kutsurelis Octavio Paz. (Fotografía de Steve Northup/Timepix/ Time Life Pictures/Getty Images)

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    Big Bang

    1. Comenc a traducir Piedra de sol durante el verano de 1994 en Mlaga. Por aquella poca perfeccionaba la lengua en que fue escrito el poema en una de aquellas academias para extranjeros que durante los meses estivales atraen a estudiantes de toda Europa. Responda al nombre de Pablo Picasso. La casa en que naci el pintor estaba en la esquina de la Plaza de la Merced, cincuenta metros ms abajo. Ahora es un museo.

    2. En la academia casi todos eran nrdicos. Hablbamos entre nosotros un jovial esperanto: un ingls turstico, un alemn en estado ruinoso, un castellano primerizo. Con Simone, Mercy y Hans-Peter exploraba durante los fines de semana el interior andaluz, siguiendo con la imaginacin los pasos de Federico. Sevilla (una torre llena de arqueros finos), Crdoba (lejana y sola), Granada (que suspira por el mar)1, Fuente Vaqueros, Ronda. En Mlaga, haba alquilado una habitacin en la parte alta de la ciudad, en un apartamento junto con otros estudiantes: una finlandesa, una alemana y un ingls. He olvidado sus nombres.

    1 Las tres citas entre parntesis estn en espaol en el original.

    Nueve notas para una traduccin

    Kostas Kutsurelis

    Octavio Paz. (Fotografa de Steve Northup/Timepix/Time Life Pictures/Getty Images)

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    3. Regres a Colonia con una gran cantidad de libros, numerosos discos de flamenco y con la traduccin a medio comenzar. Fue mi dcada re-nana. Conclu la primera versin aquel mismo octubre, en la soledad de la Luxemburger Strasse, en el sptimo piso de un rascacielos que acoga entre otras cosas el albergue estudiantil donde me quedaba. La lluvia no paraba ni un momento. El contraste me diverta. En la pantalla inclinada de mi ordenador me saludaba cada maana, en blanco y negro, un sol mexicano. Fuera, en los balcones verdes de la lluvia2, las precipitaciones teutnicas sostenan el ritmo. Ya por entonces estaba dejando el Derecho.

    4. Como la mayora, conoc el poema por la traduccin de Makrs, por la edicin completa de sus Escritos, los que se salvaron que Epaminondas Gonats3 public en 1985 en Esta4. De inmediato me causaron una gran impresin el vigor verbal de Paz, el porte de imgenes de los versos, el fondo reflexivo. No obstante, la lectura de la traduccin me dejaba algunos vacos. Descubr que faltaba el esquema organizativo, la geometra de la forma, que dira Elytis. Y mi familiaridad con estas cosas me haba convencido de que un poema de 600 versos sin semejante arquitectura externa, sin un esqueleto visible, era difcilmente concebible. Mi sospecha habra de confirmarse algunos aos ms tarde, en Bonn. All, en una cesta de una librera de viejo, consegu la traduccin al alemn de Fritz Vogelgsang5. Tena impresos en el lado opuesto los endecaslabos del espaol.

    5. Nunca cre completamente en la cantinela de la identificacin, de la smosis pongamos que ideal entre forma y contenido. Si tuviese vigencia, la misma traduccin sera imposible. Porque traduccin significa exactamente esto: el despojamiento de la forma y su restablecimiento con otros medios dentro, en otro lugar. Una prctica de la reencarnacin, como se ha dicho. Hace quinientos aos que traducimos del griego antiguo y del latn de manera mproba; sin embargo, nos resulta imposible siquiera conjeturar cmo sonaba un poema de Safo o de Catulo en sus pocas res-pectivas. Que hablen si quieren los especialistas en mtrica y los fillogos. La prosodia de Esquilo nos es tan desconocida como la msica de sus coros. Sus palabras llegan impronunciables a nuestros odos.

    A pesar de todo esto, si la literatura moderna de veras dispone de una obra que muestre que forma y temtica vienen a coincidir casi abso-

    2 En espaol en el original. 3 Prosista, poeta, traductor y editor griego (Atenas, 1924-2006). 4 Editorial griega. Kutsurelis se refiere a Yorgos Makrs (1923-1968), poeta y narrador griego.5 Traductor alemn (1930-2009).

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    lutamente, esta obra tiene que ser Piedra de sol. No es slo lo que el mismo Paz dice sobre la impulsiva normalidad de los versos. Es sobre todo la extrema austeridad de las grandes parbolas naturales que rigen el poema y que solicitan su equivalente en el caparazn de la forma. Las rbitas y los snodos de los planetas, la cclica cancin de las cuatro eras, el descenso de la perpetua corriente fluvial, el permanente juego de las reverberaciones y de los reflejos de la luz, la sombra de los laberintos: todo en un orden natural. Y dnde si no, a pesar de la mtrica tradicional, en esta geometra de la lengua, se puede hallar el complemento potico de semejante disciplina csmica? Los endecaslabos de Piedra de sol son su contenido. Sin ellos, el poema sera otro.

    6. El ttulo supona un problema. Desde el principio yo haba ele-gido el monoslabo oh, no o o, como quisieron Makrs y, ms tarde, Denegris6. Ms tarde, vi que tambin Matzu7, en el fragmento que tradujo, estaba de acuerdo conmigo. En espaol, Piedra del sol es una denominacin popular, un vivo grabado del entusiasmo popular, es decir, de la perplejidad y del temor que la imprevista emersin desde la tierra de esta misteriosa, monstruosa (segn los parmetros europeos) piedra ritual de los aztecas debi de provocar entre los habitantes de Tenochtitln, la actual ciudad de Mxico, all por 1790. Paz, cuando lo tom prestado para su poema, lo convirti en Piedra de sol, suprimi de manera distintiva una ele. Mantuvo sin embargo la pureza de la bruma popular, legendaria, que rodea a este ptreo anaglifo y a su nombre. El compuesto griego intenta salvar las mismas cosas. Hace poco, me enter que la palabra existe en realidad: responde a un topnimo en el extremo septentrional de nuestro atlas lingstico, Tracia.

    7. Ahora pienso que el agostamiento de la lengua de hoy en da, y no me refiero slo a la poesa, no se expresa en ninguna parte de forma ms palmaria que en la evitacin sistemtica, casi obsesiva, de los compuestos, tanto de los de procedencia popular (sobre todo) como de los de procedencia culta. o8: con esta palabra quera Soloms terminar Los libres asediados9. De los 10

    6 Tasos Denegris (1934-2009), poeta y traductor griego. 7 Ilas Matzu, traductor. 8 Muertos sanguinolentamente.9 Kutsurelis se refiere al poema de Dionisios Soloms (1798-1857). 10 Animales sentados

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    hablaba hasta hace nada Karusos11 con su cortante inteligencia lingstica. Y sin embargo alguien me revel que era una palabra de estilo palmico. La confusin que ve en los compuestos una mala peculiaridad de los partidarios de la lengua popular, y no aquel envidiable mecanismo del que diacrnicamente dispone la lengua para economizar los significados, dura ya desde la Generacin del 30. Edmund Keely12 habla en algn sitio de lo mucho que Seferis reprob las palabras artificiales de Palams13, como por ejemplo , pecho-perdiz14, de Dodeclogo:

    Gitana pecho-perdiz oh, hechicera, que hablas a medianoche con los astros en una lengua de mandato

    Por supuesto, en muchos casos Palams exageraba. No obstante, la palabra pecho-perdiz es especialmente popular, es decir, completamente natural y carece de afectacin, porque aparece por ejemplo en las canciones de las Ccladas. Parece que ya en los tiempos de Sefe-ris se haba hecho difcil para cualquiera aprehender qu sutil observacin, cunta audacia expresiva, pero tambin cunto erotismo cavernoso oculta este epteto popular. Y cunta modernidad precursora, aadira,

    11 Nikos Karusos, poeta griego (Nafplio, 1926-Atenas, 1990). 12 Traductor estadounidense (Damasco, 1928). 13 Kutsurelis se refiere a la entrevista que, a finales de diciembre de 1968, Keely hizo a Seferis, que se public en The Paris Review. La pregunta de Keely se refiere a la economa en el estilo (economy in style). Kosts Palams (1859-1943) es uno de los grandes poetas griegos de los siglos xix y xx (adems de dramaturgo y crtico). 14 Teniendo en cuenta, por ejemplo, el compuesto pecho-lobo, utilizo esta misma forma de denominar para traducir ese compuesto griego.

    que habra entusiasmado a un Lorca, pero que tam-bin entusiasm a Andreas Embirikos: una mujer con pecho de pjaro. El mismo Seferis en El rey de Asina compara el mar con el pecho de un pavo muerto violentamente. Pero quizs sea lgico, las palabras se inutilizan igual que las vivencias que las alimentaron. Y cuando ni siquiera puedes reconocer el pjaro, es seguro que nunca proyectars mentalmente sobre l el firme pecho de una mujer. Los que somos incapaces de entender nos parece mal coordinado, artificial.

    8. Piedra de sol es una gran frase circular, escribe Paz. Comienza y acaba con los mismos versos. Como el ro, su corriente no se agosta. Regresa por descontado a sus fuentes, siempre recicladas. Su tiempo tambin. Nada le es ms extrao al poema que el tiempo directo, lineal, que con exactitud matemtica va dirigido hacia un punto fijo, el tiempo de los pueblos semticos, el tiempo del cristianismo, del marxismo y del urbanismo liberal. En Paz el tiempo es cclico, como en los anti-guos griegos, en los indoeuropeos, en los amerindios. Juicio Final y Redencin, Revolucin y Avance, Fin de la Historia o Inmortalidad, todos estos ingenios de la consciencia occidental le resultan completamente extraos. No existen extremos irreconciliables, la pasin y la muerte colindan, tambin el Infierno y el Paraso, todos los siglos caben en un instante, los demonios tienen el rostro doble de Jano, no la inmvil, obstina-damente inalterable mscara de Jehov. El tiempo es una serpiente ouroboros, chupa y vomita su propio ser a cada instante.

    La misma Historia, con todos sus sacrilegios, es una mueca temporal, una pincelada en un espejo acuoso, inmediatamente destinadas a borrarse. Su deprimente peso se alza frente a la elocuente vivencia

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    del instante. Todos, los lderes y los jefes de retaguardia, sus triunfadores y sus porteadores, son devastados cada vez que dos amantes se encuentran frente a frente:

    o o o, oo o o o , o , o , o oo o oo, o oo oo, o o o o o oo o, o oo o o o o o o o o o, o o o o, o o o

    el burro pedagogo, el cocodrilometido a redentor, padre de pueblos,el Jefe, el tiburn, el arquitectodel porvenir, el cerdo uniformado,el hijo predilecto de la Iglesiaque se lava la negra dentaduracon el agua bendita y toma clasesde ingls y democracia, las paredesinvisibles, las mscaras podridasque dividen al hombre de los hombres,al hombre de s mismo, se derrumbanpor un instante inmenso y vislumbramosnuestra unidad perdida, el desamparo

    Elytis lo dice de otro modo, y sin embargo de la misma manera:

    Que otros busquen cadveres y que pruebenSus palas en las tierras de la Historia. La realidadEs til si contina. Pero el ayer, el dolo, slo l Significa - que el tiempo sobre l no prospera15.

    La realidad, la Historia Estatuas de madera sobre los que el tiempo se pega y se pringa. La poesa, sin embargo, yace ms all, echa races y germina en otra parte.

    9. Hay algunos versos que todava hoy, cuando los leo, casi quince aos desde la primera vez que intent verterlos al griego, me estremezco. Es justo pues que finalice con ellos. Se encuentran ms o menos en mitad del trayecto del poema. Hablan de los ojos del pasado, de la mirada de los que pasaban y que sin

    15 Traduzco estos versos que pertenecen al libro Las elegas de Oxpetra ( , Atenas, karos, 1991) de Odysseas Elytis, en concreto a su poema Comagene desaparecida ( ).

    Octavio Paz y su esposa. (Fotografa de Al Fenn/Time Life Pictures/Getty Images)

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    embargo se quedan para siempre para mirarnos sepul-tados, pareciera que desde las profundidades del pozo:

    , o o

    miradas enterradas en un pozo,miradas que nos ven desde el principio

    En realidad nada termina. Nada se vaca desde cero. Todo late en todo desde un comienzo. En el gran drama csmico estamos siempre sobre el escenario y en las gradas, hipcritas y espectadores al unsono, observadores y observados. Incluso la sucesin de las generaciones es al final una coexistencia inexplicable, una simultaneidad imaginaria:

    o o o o o o o o o , oo o o o o

    mirada nia de la madre viejaque ve en el hijo grande un padre joven,mirada madre de la nia solaque ve en el padre grande un hijo nio,

    El mundo es un pozo, dice Paz. En su oscura superfi-cie, unos leen la alevosa del deterioro; otros, el nico, verdadero modo de existencia:

    o o o o o, o o : ;

    miradas que nos miran desde el fondode la vida y son trampas de la muerte o es al revs: caer en esos ojoses volver a la vida verdadera?

    El fragmento se cierra con un signo de interrogacin. Que nos baste con esto. La elevacin y el hundimiento, la ida y el retorno tienen sentido slo donde el camino es en lnea recta. Sin embargo, el camino de (Piedra de sol), el camino circular, no sabe de puntos de partida o de metas. No tiene siquiera una direccin dada para girar hacia ella. Siempre podemos recorrerlo. Pero hacia dnde nos llevarn nuestros pasos, es final-mente cosa nuestra.

    Octavio Paz, , Piedra de solTraduccin-anexo: Kostas Kutsurelis

    Edicin bilinge, Atenas, Mastros, 2007

    Primera edicin de este ensayo: revista virtual POIEIN, 17 de abril de 2008

    Traduccin y notas: Mario Domnguez Parra