Nuevas vías de sostenibilidad económica y financiera del tercer sector social de la discapacidad

Antonio Jiménez LaraCoordinador de Programas del Observatorio Estatal de la Discapacidad

Retos globales del Tercer Sector Social de la discapacidad

El movimiento asociativo de la discapacidad se enfrenta, al igual que el conjunto del tercer sector, a importantes retos globales, que se han agudizado en el nuevo escenario que se comenzó a dibujar tras la irrupción de la crisis financiera de 2008 y su conversión en una crisis económica global.

“Va a haber muchos menos recursos públicos para las políticas sociales: por un lado, una parte significativa de los fondos públicos se están dedicando a rescatar al sistema financiero y a las empresas; por otro, se acentúan las políticas de recorte de gasto público; finalmente, se adoptan planes estatales de ajuste que reducen a la mínima expresión las posibilidades de dedicar recursos a las políticas de igualdad y protección social”.

Rafael de Lorenzo (2010): “Cambio social y Tercer Sector”. Discapacidad, Tercer Sector e Inclusión Social. Estudios en Homenaje a Paulino Azúa Berra

Contra la crisis, solidaridad

El proceso de recuperación de la crisis va a ser largo y generará importantes tensiones sociales.

Se necesita un mayor desarrollo del ámbito social para mantener los niveles de bienestar.

En ese escenario, es fundamental contar con un tercer sector más articulado y capaz de proponer y de generar cambios positivos para afrontar las necesidades derivadas del envejecimiento, del incremento de los riesgos de exclusión social, de la complejidad de la globalización y del desarrollo científico y tecnológico.

Caminos para superar la crisis

Para salir de la crisis no podemos repetir las conductas que la han provocado: No se trata de consumir más sin preguntarnos si

necesitamos lo que consumimos No se trata de producir más sin preguntarnos si el medio

ambiente lo soportará No se trata de endeudarnos más sin saber si podremos

afrontar ese endeudamiento en el futuro Tenemos que encontrar soluciones mas sostenibles y

más humanizadoras.

La trayectoria del Tercer Sector

A lo largo de su historia, el Tercer Sector ha sido capaz de: Identificar necesidades sociales Generar respuestas a esas necesidades Comprometer a los poderes públicos en la garantía

de derechos sociales Comprometerse con los poderes públicos en una

acción sistemática en favor del bienestar social.

La trampa del éxito

El Tercer Sector ha crecido, se ha articulado, ha ganado visibilidad y capacidad de influencia, y se ha convertido en un importante generador de bienestar, de empleo y de riqueza.

El propio éxito del Tercer Sector ha generado contradicciones: ¿Nos dedicamos a identificar nuevas necesidades y de promover

nuevas respuestas, o a gestionar servicios estandarizados, como podría hacer cualquier operador mercantil?

¿Dedicamos nuestras energías a defender los derechos de los colectivos vulnerables, o a defender un nicho de mercado?

¿Nos ocupamos de promover la ayuda mutua, la autogestión, el voluntariado y el empoderamiento de nuestros representados, o de conservar a nuestros “clientes” y de protegernos de la competencia?

¿Una pérdida de sentido?

Muchas de nuestras organizaciones se ven colonizadas por lógicas y prácticas de carácter mercantilista: Las claves de nuestra actuación son cada vez más

asistencialistas y economicistas, y menos relacionales, comunitarias y transformadoras.

La necesidad de financiación nos hace cada vez más dependientes de las Administraciones Públicas.

La creciente competencia interna potencia estrategias reactivas y planteamientos corporativistas, y debilita las dinámicas de colaboración, trabajo en red y transparencia

Un nuevo impulso del tercer sector

Se hace necesario un nuevo impulso del tercer sector, que implica: una mayor clarificación de las relaciones con el sector público

y el sector mercantil, una mayor profesionalización, una mejor integración con la sociedad civil, un discurso social más ambicioso, una mayor capacidad de liderazgo de las reformas sociales, y una utilización más creativa de las posibilidades que brindan

las nuevas tecnologías.

Trabajo en red y vertebración en la diversidad

Las debilidades estructurales de las organizaciones se ven acentuadas por la ausencia de estrategias comunes y unidad de acción

Por ello, una estrategia clave en este nuevo escenario es el trabajo en red, entendido como la articulación de redes eficientes que integren los recursos existentes, permitan movilizar recursos adicionales y los orienten más directamente a lo toma de decisiones y a la consecución de resultados.

Se trata de configurar un sector no lucrativo más vertebrado en su diversidad, en el que cada organización comprenda el sentido de la existencia de otros tipos de organizaciones y de la alianza con ellas, y en el que primen actitudes de generosidad y audacia para apostar por lo común y subordinar a ese interés común los intereses particulares.

Dependencia del sector público

El sector social de la discapacidad tiene una gran dependencia financiera del sector público: dos tercios de los ingresos proceden de dicho sector.

Procedencia de los ingresos (entidades de primer nivel)

Sector público71%

Cajas de ahorros y otras ONL

6%

Empresas2%

Particulares12%

Otros9%

Procedencia de los ingresos (entidades de segundo nivel)

Sector público63%

Cajas de ahorros y otras ONL

22%

Empresas7%

Particulares5%

Otros3%

Creciente competencia con el sector mercantil en la provisión de servicios

El Tercer Sector Social está dejando de ser el socio privilegiado del Estado de Bienestar en la acción social y los servicios sociales.

El sector mercantil ha incrementado su participación en la provisión de servicios sociales que generan economías de escala y ofrecen márgenes garantizados de rentabilidad.

Un nuevo modelo de relación con el sector público

En la relación con el sector público es fundamental conseguir un nuevo modelo de alianza público-privada que parta del reconocimiento de la aportación específica que el sector no lucrativo hace a la sociedad en materia de promoción del bienestar social y de superación de las desigualdades.

Este nuevo modelo debe implicar una mejora de los instrumentos de gestión de la acción social en el sector público (conciertos plurianuales, cláusulas sociales…), y una clara separación de las funciones de regulación, control y gestión de la acción social.

Un nuevo modelo de relación con el sector público

Para poder construir ese nuevo modelo de relación entre el sector no lucrativo y el sector público en un contexto marcado por las tensiones presupuestarias y la tendencia al recorte de los gastos públicos es fundamental desarrollar una propuesta clara y articular un sólido liderazgo, que refuerce la capacidad de negociación del sector.

El reforzamiento de la capacidad de negociación y reivindicación ante las Administraciones Públicas debe conseguirse en conexión con el conjunto del Tercer Sector Social.

Diversificación de las fuentes de ingresos

Incremento de la autofinanciación (cuotas de socios y venta de servicios). Mayor compromiso de los usuarios en la financiación de los servicios.

Fórmulas que potencien la libre elección del usuario y reduzcan la dependencia directa del sector público (prestaciones vinculadas).

Definición de programas de colaboración con las empresas y en el seno del propio sector (proyectos compartidos y gestión conjunta de servicios).

Consolidación de los sistemas para la captación activa de fondos que ya tienen distintas entidades.

Nuevas formas de financiación: crowfunding. La financiación colectiva o microfinanciación (en inglés

'crowdfunding') es una forma de cooperación entre muchas personas para reunir una suma de dinero con la que apoyar el desarrollo de una iniciativa concreta.

Crowfunding

El crowdfunding está emergiendo con fuerza en el mundo on line. Permite desarrollar proyectos e iniciativas logrando que el máximo de usuarios posibles aporten pequeñas cantidades económicas. Verkami

http://www.verkami.com Goteo http://

www.goteo.org/

Retos específicos del sector de la discapacidad

El tránsito desde una concepción que entendía la discapacidad como un problema individual (paradigma médico) a otra que la formula como una cuestión de derechos y de relación entre el entorno y el individuo con una capacidad funcional diferente (paradigma social), pone en cuestión el diseño del movimiento asociativo proveniente de los años 70 y 80, organizado en base a diagnósticos.

Al mismo tiempo, como resultado de la emergencia de nuevas causas de la discapacidad, se desarrollan nuevas formas de conciencia grupal que se traducen en nuevas organizaciones que se segregan de las organizaciones matrices. Esto conduce a una creciente diversificación de las organizaciones con tendencia a la fragmentación y cambios en las estructuras de poder e influencia tradicionales de las organizaciones.

Retos específicos del sector de la discapacidad

El éxito de los movimientos sociales del sector en la defensa y promoción de los derechos de las personas con discapacidad, unido a la emergencia de nuevos riesgos sociales, ha hecho que la discapacidad pierda el lugar preeminente que ocupaba en el ranking de la vulnerabilidad.

La reivindicación de derechos y el rechazo de la discriminación por discapacidad entra en contradicción con la actividad de gestión o cogestión de centros y servicios dependientes del soporte financiero del Estado que llevan a cabo muchas organizaciones del sector.

Visión estratégica y articulación interna…

Para superar esos retos, se necesita una certera visión estratégica, un proyecto claro y definido que sirva de guía para la transformación del sector.

Internamente, será necesario seguir avanzando en la superación de la sectorización y la fragmentación del colectivo, logrando un equilibrio entre la globalidad y la especificidad, entre las necesidades generales y las específicas de cada tipo de discapacidad.

En un contexto de descentralización creciente del Estado de Bienestar, la articulación de los CERMIS autonómicos se ha convertido en un reto fundamental para el sector.

…para resolver las tensiones…

Será necesario también incorporar al movimiento a grupos que actualmente están al margen, que no están ni se sienten representados, pero que tienen unas grandes necesidades de atención que no pueden ser ignoradas.

El movimiento asociativo deberá ser capaz de resolver la tensión entre su dimensión reivindicativa y de representación de intereses y su dimensión de prestador de servicios. Esa tensión está relacionada con el tema de la financiación, con la necesidad de una mayor profesionalización y con la creciente presencia de entidades con ánimo de lucro en la prestación de servicios a las personas con discapacidad.

… y lograr un nuevo desarrollo social y organizativo

La clave para superación de esas tensiones pueda estar en un nuevo desarrollo social y organizativo de las organizaciones de la discapacidad, dentro de una dinámica de transformación y redefinición del Tercer Sector en su conjunto, que suponga: una mayor apertura a la diversidad emergente, un reforzamiento de la capacidad de negociación y de

reivindicación ante las Administraciones Públicas, una superación de la dependencia financiera del sector

público mediante la diversificación de las fuentes de ingresos, y

un replanteamiento profundo de la identidad y de la misión.

Empoderamiento del sector

Las organizaciones del sector de la discapacidad deberán ser agentes del empoderamiento individual y colectivo de las personas con discapacidad y generadoras de capital social, para promover la calidad de vida de las personas con discapacidad y de la comunidad en su conjunto.

Las organizaciones del sector tienen que funcionar no sólo como proveedoras de servicios, sino también como “escuelas de democracia” y de formación de la identidad de las personas con discapacidad.

Hacer de la necesidad virtud

Debemos aprovechar la crisis para volver a nuestras fuentes y recuperar nuestras señas de identidad

Debemos potenciar nuestra capacidad crítica, relacional, comunitaria y proactiva

Debemos construir a partir de nuestras contradicciones, para superarlas de una forma creativa: Sin dejar de estar presentes en la gestión de servicios públicos,

pero agregando verdadero valor para los destinatarios de esos servicios

Sin dejar de cuadrar nuestras cuentas a fin de mes, pero sin convertirnos en rehenes de la necesidad de financiación

Sin debilitar nuestra estructura y capacidad de interlocución, pero aprovechándolas para retomar nuestros auténticos objetivos (menos lobby de proveedores, más movimiento social)

Claves para avanzar

Mirar más allá de nuestros intereses a corto plazo Mirar más allá del colectivo que defendemos y atendemos Apostar por el fortalecimiento de los sistemas públicos de servicios

sociales, sanidad, educación y garantía de ingresos Potenciar actitudes de generosidad y audacia Organizarnos de una forma más innovadora. Profundizar en la

calidad, la gestión del conocimiento, los valores, las relaciones, la imagen…

Poner en valor nuestros activos intangibles: capilaridad social, motivación, capacidad de articulación, dinámica de red, prestigio comunitario…

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