nueva semblanza de juvenal - core · la sátira ii, una mujer, laronia, es vista con buenos ojos...

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Nueva semblanza de Juvenal Bartolomé SEGURA RAMOS RESUMEN El Autor, que ha traducido al espaflol la obra de Juvenal para la «Colección Hispánica de Autores Griegos y Latinos» de Ediciones Alma Iviater, expone breve- mente en este articulo —desde su repetida lectura de las Sátiras y su conocimiento de la bibliografía correspondiente— los rasgos de la personalidad del satírico romano que le parecen más peculiares, insistiendo en el humor en sus distintas facetas y en el lirismo de algunos pasajes, así como en la modernidad de los versos de la sátira XVI. SUMMARY The Author, who has transíated the work of Juvenal to spanish for the «Colec- ción Hispánica de Autores Griegos y Latinos» (Ediciones Alma Mater), presents briefly in this paper —basing his view on continued reading of the Satires and knowledge of the pertinent literature.— a peculiar portrait of the Roman satirist, insisting on his humour in different forms, on the lyric colour of some passages and on the modernity of the lines of the XVIth satire. Juvenal era, originariamente al menos y durante bastante tiempo de su vida, pobre en el sentido romano de la palabra, es decir, aquel individuo libre que no disponía de los cuatrocientos mil sestercios que le garantizaban el rango de caballero y que por consiguiente había de vivir como cliente de algún señor, pero que disponía de los suficientes medios materiales para vivir: casa, esclavos, comida, etc. Por lo tanto, no hay que ver en nuestro poeta a un desgraciado lleno de resabios contra todo y contra todos, como Cuadernos de Filología Clásica. Estudios latinos ni II. Servicio de Publicaciones UCM. Madrid, 1996.

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Nuevasemblanzade Juvenal

BartoloméSEGURA RAMOS

RESUMEN

El Autor, queha traducidoal espaflol la obra de Juvenalparala «ColecciónHispánicade Autores Griegosy Latinos»de EdicionesAlma Iviater, exponebreve-menteen estearticulo —desdesurepetidalecturade las Sátirasy su conocimientodela bibliografía correspondiente—los rasgosde la personalidaddel satírico romanoquele parecenmáspeculiares,insistiendoen el humoren susdistintasfacetasy en ellirismo de algunospasajes,así comoenla modernidaddelos versosde la sátiraXVI.

SUMMARY

The Author, who hastransíatedthe work of Juvenalto spanishfor the «Colec-ción Hispánicade AutoresGriegos y Latinos» (Ediciones Alma Mater), presentsbriefly in this paper —basing his view on continued readingof the Satiresandknowledgeof the pertinent literature.— a peculiar portrait of the Romansatirist,insisting on his humourin different forms, on thelyric colour of somepassagesandon the modernity of the lines of the XVIth satire.

Juvenalera, originariamenteal menosy durantebastantetiempo de suvida, pobre en el sentidoromanode la palabra,es decir, aquelindividuolibre queno disponíade los cuatrocientosmil sesterciosque legarantizabanel rangode caballeroy quepor consiguientehabíade vivir como clientedealgún señor,pero quesí disponíade los suficientesmediosmaterialesparavivir: casa,esclavos,comida, etc. Por lo tanto,no hay que ver en nuestropoetaa un desgraciadolleno de resabioscontratodo y contratodos,como

Cuadernosde Filología Clásica. Estudioslatinos ni II. Serviciode PublicacionesUCM. Madrid, 1996.

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pretendenalgunos.Apegadoa los moresmaiorwn, como la mayoríade losromanosde buenaeducación,nostálgicodel pasado,como casi todoslospoetas(Xl, 151-153:«éste es el hijo de un pastorendurecido,aquél, de unvaquero.Suspirapor sumadre,a la que no ha visto hacemuchotiempo,¡ ylleno de melancolíaechade menossu choza y los cabritos conocidos»),yenormementesentimental:XV 131-136«La naturalezadeclaradar al género¡humanocorazonesharto blandos,porquele ha dado/laslágrimas:éstaesla parte mejor de nosotros, el sentimiento.¡ Así es que ella nos invita allorar ante la miseriade un amigo ¡ que es reo en un juicio, ante un pupiloquecita ajuicio ¡ al tutor que le ha engañado»;VI 219-221 (a propósitodela mujer mandona):«Crucifica a este esclavo.»«¿Quécrimen ha cometidoparamerecer¡ el tormento?¿Quiénes su acusador?¿Qué tcstigos hay?Tienes ¡ que oírle. Ninguna vacilación sobre la muerte de un hombreesjamáslarga»,se nospresentacomohombrehonradoa cartacabal,no tantopor sus ataquesa los vicios y flaquezashumanoscuanto por lo que sedesprendede sucomportamiento:la sátiraXI nosrevelasusencillez,la III,puestaen bocade Umbricio, dejatraslucir su propio carácter:«¿Quévoy ahaceren Roma?No sé mentir; no puedoalabar ¡ un libro si es malo, ypedirlo; desconozco¡los movimientosde los astros;prometerla muertedeun padre¡ no quieroni puedo;jamáshe inspeccionadolas entrañas/de lasranas; llevar a unacasadalo que le envía su amante,¡ lo que le encarga,otros saben;con mi ayudanadie¡ seráladrón, y por esono salgo acom-pañandoa nadie»(41-47); y amantede la libertad espiritual; cf. XIII 49-52:«Aún no le habíatocadoensuertea nadieel sombríoimperio¡ subterráneo,ní existíael siniestro Plutón con su esposasiciliana, ¡ ni habíarueda niFuriasni peñasco,ni el tormentodel buitre ¡ negro,sino sombrasalegressinreyes infernales.»Fue en alguna ocasiónxenóbolo,como sin duda fueronlos romanosdesdetiempo inmemorial: resistenciaa la cultura y civilizacióngriegaya en el siglo II a.C.(recuérdesea Catón),desconfianzade los griegos(Plauto, Curc. 288 isti Graeci pafliaíi,... 294 cas si offendero),determinadoresentimientocontra ellos (Horacio, Episí. II, 1, 156, Graecia capte ferumvictorem cepit; el mismo Virgilio, en la famosacomparaciónde Aen. VI847-848Excudentalii spirantia mollius acre ¡ (credo equidem),uluosducentde mermare uultus...); mas con todo, estos rasgos xenófobosse expresanfundamentalmenteen una sátira, la III, que está puestaen boca de otrapersona,lo que implica un cierto matiz de perspectiva:las afirmacionesnoson directamentede Juvenal,que en ciertamanera,se inhibe acercade ellas.

Por otra parte,quisieraque el lector comprendieracómo se debeleer aJuvenal:no como a un calvinistaamargadoy resentido,un furibundopadrede la Iglesiaquearremetecontratodoslos vicios de la humanidad,quees lamaneracomo se ha querido ver al buen satírico, ni siquieracomo quiencomenzócon furia desataday se fue aplacandocomo el huracán.No. AJuvenalhay que leerlo desternillándosede risa desde la primera palabra

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hastala última, porqueasíes comoél quiereserleído,asíquiereservisto ysentidoy comprendido;porqueJuvenalfue lo que,paraentendernos,pode-mosexpresarconvulgar frase: «un cachondomental’>. En efecto:el humor,la gracia,la ironía, la carcajada,es el norte que guíaa nuestrosatírico entodomomento;los contextosquecrea,el fondo quelateimplícito y quehayque leer entrelíneas,la utilización de la mitología o la historia a sus finescómicos,colocandoesoscomentariosen un contextoprosaicoen elqueporcontrasteprovocanla hilaridad, las felices y continuasexpresionesa querecurre,todo apuntaa esta interpretación,la verídica, la certera,la única.Juvenalevolucionó.como no podía sermenos,por cuantosu obra, breve,peroconcienzudamentetrabajada,seprolongaa lo largode másde cuaren-ta años:¿cómono ibaaevolucionara lo largo de tanto tiempo?Perosi susprimerassátirasmuestranun tono diferentea las del medio y éstasa lasúltimas, esos diversos tonos y talantesno son sino máscaraso poses,condicionadas,por lo demás,necesariamente,por la edad:primero,adoptóla táctica del ardor, luego, de la serenidad,por último, del desdény lamansedumbre.Servidumbrede la edad; es igual: por debajo, un mismoespíritu siempre,un mismoafán,unamismameta:hacerreír por encimadetodo, tratarno importaqué asuntode unamaneragraciosa,cómica,humo-rística.En Juvenal,aunquedigala verdad(recuérdeseelhoracianoridentemdicere uerurn, sólo que en el casode Juvenalal ridentemhabríaque añadirsummacum hilaritate), en todo momentodeseahacerlomofándosede todo;y su supuestapasión de las primerassátiras está tan subordinadaa esteprincipio, comola serenidady calmade las centralesy las mustiasy senilesde su último período(nuestropoetaprocedede situacionesmásconcretasen lasprimerassátirasa otrasmásgeneralesenlas centralesy últimas).Hayquever en Juvenalla gracia,la burlay la comicidaddesdeel primer versoalúltimo: cualquierotra lectura andaextraviada.Así se explica también laalusióna los muertosdela Vía Flaminia al final de la primerasátira:no essino unabroma,con laquedeentradase burla de susfuturos intérpretes.AJuvenalle danigual vivosque muertos:ilustracomoconvieneen cadacasolos asuntosque censura,pues despuésde todo, aspira a que el lector seretuerzade risa;de modoquees el único escritorromanoestrictay propia-mentehablandoque respondeal conceptomoderno de humorista (en elbuen sentidode la palabra).

Y ya quehemosaludido ala interpretaciónde la alusiónjuvenalianaalos muertosde la sátira1, añadamosalgunascosasmássobreel resto desuproducción.lEn primer lugar, algoatañentea la famosasextasátira, la máslargade su repertorioy que quizá ha podido llamar la atenciónpor estardedicadaen exclusivaa lasmujeres.En primertérmino,hemosde decirquesi Juvenaldedicala másJargade sussátiras(cercade 700versos)aatacaralasmujeres,no olvidemosqueel restode su producción,queabarcatodavíamásde 3.000 versos,está dedicadapor enteroa criticar a los hombres;en

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segundolugar, hay quedejarclaro algo quepuedepasardesapercibidoamuchos:Juvenalatacaa la mujer, no en cuantomujer, porqueéstaseaasí ode otra manerapor naturaleza,sino en cuantoque, al igual queel hombre,tambiénel génerofemeninoha degeneradodesdelos buenostiempos,a quetodoslos poetashacentan continuasreferencias.Y no sólo esestocierto (enla sátiraII, unamujer, Laronia,es vistaconbuenosojos por Juvenaly en subocaprecisamentepone un largo discursocontra los hombresque nuestropoetaapruebade buen grado;y en la VI se dejabienclaro queel matrimo-nio, pueses con el pretextode la bodade suamigoPóstumocomoel poetaescribe la sátira, es sagrado,y el satírico recogea una mujer, Cornelia,madrede los Gracos,que de tan perfectacomoera resultabainaguantable),sínoquela degeneración(a la queyase aludeclaramentedesdela presenta-ción de la sátira en la cual se describe la edad de oro y unos hogarespudibundosy decentesal cien por cien) que subyacecomo leil-motin de suataquea las mujeresafectacasi exclusivamentea la clasealta, a la nobleza:noblesson Epia, Mesalina, Saufeya, Medulina y tantasotras que desfilanpor la sátira;y es que la degeneraciónparaJuvenales en sentidopropio lade la nobleza.

Hemossignificadolíneasarribalas diferentesposes,máscaraso tácticasque Juvenal,aprovechandoel ánimo de las distintasetapasde su vida, hautilizado al escribir las sucesivassátiras,sin que en ningún casola aspira-ción máxima del poeta, el humor, sufriese menoscaboalguno. En efecto,despuésde la sátiraVII, el ánimodel poetase serenay a partir del quintoyúltimo libro, a saber,las sátirasXIII, XIV, XV y XVI, nuestrosatíricoentraenpleno declivede la edad.Así, la XIII es la máspesaday soporíferade sussátiras,la XIV enlazamal la educaciónpaternay el asuntode la avarícía,que ocupamásde dos tercios de estasátira, cuyaextensiónrebasalos 300versos; la XV acudea un exótico tema, el canibalismoen un pueblo deEgipto, para a continuaciónabordarla cuestiónde la cultura y los senti-mientos humanos(de todos modos,ya antes, la XII. referida a narrar elnaufragiode un amigo suyoy el sacrificio queelpoetacelebraen su honor,no tieneabsolutamentenadade sátira);por último, la sátiraXVI es un casoapartey no sólo por ser unaobrainconclusa(sólo alcanza60 versos),sinopor el tenor y estilo: éstos son por completo diferentesa toda su obraprecedente.Juvenaltratapor primeravez la profesiónmilitar, y lo haceconuna ironíadescompasadadesdeel primer momento;y no sólo es irónica laincompleta sátira en cuestión, sino que presentarasgos muy lejanos a lasenildecadenciay comprensivaplacidezquecaracterizaa sus últimascrea-clones:como si el poetarenaciesede suscenizasy aspirasea encontrarunestilo nuevo,surrealistay kafkiano avanála letíre a la vez, lleno de vitalidady energía.Desdeesepuntode vista, la obra seapartade toda la produccióndel poeta,y uno se sientetentadoa pensarque eraeseestilo precisamenteclque tal vez habríaanheladoesteescritorromanode aire tan modernoque

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no existeotro en todala literaturalatina quepresenteese singularrasgoengrado tan manifiesto,El Juvenalde la sátiraXVI, incompletay breve,es unescritorromanoque estámásallá de su tiempo y de la literaturalatina engeneral.

No quisieraconcluir sin apuntarotro rasgo que, tratándosede unescritorde sátiras,es decir, de un género moralistay censorio,poco apro-piadoaefusionesemotivas,sueleserpoco tenidoen cuentapor los estudio-sos y que por eso ha de llamarnos más la atención: me refiero a losnumerosos«toques»líricosque salpicansusmásde 3.800hexámetrossatíri-cos. Pondréunoscuantosejemplosnadamásparailustrar estacaracterísti-ca. En VII 53-59 leemos: «Peroel poetasingular, cuya vena no sea la detodos, ¡ que no acostumbraa componernadatópico, y que no / forja unpoematrivial con la monedacomún,a éste,/ queno me atrevoa describircómo es y tan sólo siento, ¡ lo crea un espíritu libre de ansiedad,que notolera nada/ que sea sombrío,que anhelalas selvasy sabebeber¡ en lasfuentesde las Aónides.»Y en VII 207-210:«Den los diosestierra fina y sinpeso,y azafranesperfumados¡ y una primaveraperpetuaen la urna a lasombra¡ de los mayoresque quisieronponer al preceptoren el lugar¡ delsantopadre.»Tambiénen IX 126-129: «Porquese da prisaa correr,efímera¡ florecilla, estabrevísimaporción de la vida, limitada ¡ y miserable.Mien-trasbebemos,mientraspedimosguirnaldas,¡ perfumesy chicas,se noscuelasin advertirlo la vejez.»En XIV 253-254: «Si quierescoger otros higos yacariciar¡ otrasrosas,has de poseer...».

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