[nº 6] diario de la muestra

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NOVIEMBRE DE 2012 | SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P. AÑO 8 | NÚMERO 6 Pertinencia del Teatro / Parte 1 Por Jaime Chabaud Magnus _______________________Pág. 3 Conclusiones del Encuentro de Salas Independientes _______________________Pág. 4 Qué país, qué contexto, qué teatro Por Rubén Ortiz _______________________Pág. 5 La batalla individual, la lucha colectiva Por Fernando de Ita _______________________Pág. 6 MIÉRCOLES 14 Una especie de comedia en peligro de extinción Por Dinorah Medina Lora Una comedia de enredos carnosamente planteada que nos asoma a la sierra de Sonora con una serie de dive- tidos, pero predecibles, enredos. De elegante y cálida es- cenografía que nos remite a la sierra, un simpático loco en penumbras hace las de tramoya para ofrecernos una serie de paisajes desérticos en donde ocurren las dis- tintas escenas, pese a que, por momentos, las transicio- nes se vuelvan un poco repetitivas, lo cual cuelga un po- co la obra y la hace un tanto larga, pero con un desenlace ágil y muy, muy divertido. Una rica micropoética que nos deleita con una mez- cla por demás extraña y al mismo tiempo muy familiar. Que nos distancia y nos acerca mediante el verso a la ficción de estos personajes bien construidos. Que nos remiten de alguna manera a la fauna y a la flora de la sie- rra; en algunos casos, flores blancas, plantas espinosas, malvados coyotes, ardillas alegres y pájaros enamora- dos que cohabitan entre enredos para, finalmente, dejar que triunfe el amor. Una gran actuación la que nos brinda Francico Veru y su habilidad para el verso, sumada a su velocidad mental. Meritorio trabajo el del resto del elenco que, sin perder el ritmo, nos llevan de carcajada en carcajada y más carcajada. Alonso del Saguaral, un rico higo para disfrutar en esta fría tarde potosina. Y así como los evolucionistas afirman que el Saguaro es un milagro que surgió con el diseño de un creador inteligente, asistimos a la come- dia de un director/autor inteligente, que si bien no nos ofrece un milagro, sí nos brinda una creación que cum- ple y asume los cánones que se propone. Y lo único que necesitamos es… dos actrices que nos cicatricen el corazón Por Juan José Campos Loredo Dos actrices (una «gorda» y una «anoréxica») ensa- yan frenéticamente una obra de Jean Genet mientras lavan la ropa desaforadamente, soltándose los diálo- gos con frenesí, sin ritmo, sin control, sin contención alguna en un cuartucho que se mueve en la miseria de un espacio, que en la lógica de sus tres por tres, con vein- te miradas expectantes, debería ahogarlas y neutrali- zarlas, cosa que nunca sucede y que, si acaso, pasa lo contrario: somos nosotros los espectadores los que nos ahogamos con sus motivos para desmembrarnos poco a poco. Un espacio en blanco..., un hueco, porque así es como nos sentimos cada vez que las balas están cerca » Pasa a la pág. 2 » Pasa a la pág. 2 Casa con dos puertas, mala es de guardar Por Antonio Trejo Martes 13, cabalístico, lo mismo puede sugerir la bue- na fortuna para algunos como la desventura para otros, y tal parece el caso concreto de la presentación de la puesta en escena a cargo del grupo Perro Teatro (DF), bajo la dirección de Gilberto Guerrero, que llega a es- ta Muestra Nacional de Teatro con un montaje del tea- tro clásico español de Pedro Calderón de la Barca. ¿Cómo entender que el espectador se muestre inquieto en su butaca; qué lectura se puede hacer cuando francamente algunos –por no decir muchos– abandonan la sala antes de concluir la obra? Algo no funciona del todo en este caso y es que, sin ser rigoris- tas, es evidente la mala lectura de dirección en torno al género de esta comedia de enredos, ligera y sin de- masiadas complicaciones en el texto que desafor- tunadamente solo se queda en la buena intención, las ganas y el intento fallido del cuadro de actores/actri- ces. La dirección de esta puesta en escena carece de lo principal en el estricto sentido del tratamiento de co- media en verso, y más, tratándose de un clásico, quizá no tan conocido para muchos, pero finalmente un clá- sico que se desdibuja por la obviedad del trazo escé- nico, la repetición monorrítmica del texto que, de ma- nera lineal y con poca fortuna en el tono y matices, debería imprimir el sello de esta obra. La escenografía, bien apuntalada, denota un tan- to el descuido en el practicable, instalado en el foro » Pasa a la pág. 2 Nacido de un muslo: el caos de la inmortalidad Por Fco. Javier Silva Castillo Voz tenue, como advirtiendo, no es sino la antesala de una trama «la estampida haciendo añicos la coherencia», quizás, lo que veremos. Cuando el caos se propone descomponer el ordenado mundo y hacernos mover errática- mente, la creatividad se alza gestando algo que resulta conocido y agradable a los sentidos. Esta noche, el nuevo espacio escénico de la UASLP, la Caja Negra, fue sede de la puesta en escena Nacido de un muslo, de Edgar Chías, dirigida por Iván Dominguez-Azdar. El grupo Al Son de Teatro (Nuevo León) cosecha un merecido aplauso a este trabajo donde se hace patente una búsqueda, esfuerzo y coordinación para presentar un texto irónico, veloz e ingenioso. Las pausas, alargadas, tal vez oportunas, dan paso a la presencia de los personajes dispuestos cada uno a cierta distancia en un espacio negro, austero, pero bien iluminado. Las acotaciones del libreto también se abren paso, se vuelven presentes en un acelerado diálogo que a veces es inalcanzable; es ese caos que gusta de hacer de las suyas para descomponer lo que se supone debe llevar un orden, pero resulta agradable y aplaza la coherencia, esa, que llegará al final. Nacido de un muslo. Foto: Luis Agundis

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33 Muestra Nacional de Teatro-San Luis Potosí

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NOVIEMBRE DE 2012 | SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P.

AÑO 8 | NÚMERO 6

Pertinencia del Teatro / Parte 1Por Jaime Chabaud Magnus_______________________Pág. 3

Conclusiones del Encuentrode Salas Independientes_______________________Pág. 4

Qué país, qué contexto, qué teatro Por Rubén Ortiz_______________________Pág. 5

La batalla individual, la lucha colectiva Por Fernando de Ita_______________________Pág. 6

MIÉRCOLES 14

Una especie de comedia en peligro de extinción

Por Dinorah Medina Lora

Una comedia de enredos carnosamente planteada que nos asoma a la sierra de Sonora con una serie de dive-tidos, pero predecibles, enredos. De elegante y cálida es-cenografía que nos remite a la sierra, un simpático loco en penumbras hace las de tramoya para ofrecernos una serie de paisajes desérticos en donde ocurren las dis-tintas escenas, pese a que, por momentos, las transicio-nes se vuelvan un poco repetitivas, lo cual cuelga un po-co la obra y la hace un tanto larga, pero con un desenlace ágil y muy, muy divertido.

Una rica micropoética que nos deleita con una mez-cla por demás extraña y al mismo tiempo muy familiar. Que nos distancia y nos acerca mediante el verso a la ficción de estos personajes bien construidos. Que nos remiten de alguna manera a la fauna y a la flora de la sie-rra; en algunos casos, flores blancas, plantas espinosas, malvados coyotes, ardillas alegres y pájaros enamora-dos que cohabitan entre enredos para, finalmente, dejar que triunfe el amor.

Una gran actuación la que nos brinda Francico Veru y su habilidad para el verso, sumada a su velocidad mental. Meritorio trabajo el del resto del elenco que, sin perder el ritmo, nos llevan de carcajada en carcajada y más carcajada.

Alonso del Saguaral, un rico higo para disfrutar en esta fría tarde potosina. Y así como los evolucionistas afirman que el Saguaro es un milagro que surgió con el diseño de un creador inteligente, asistimos a la come-dia de un director/autor inteligente, que si bien no nos ofrece un milagro, sí nos brinda una creación que cum-ple y asume los cánones que se propone.

Y lo únicoque necesitamos es…dos actrices que nos cicatricen el corazón

Por Juan José Campos Loredo

Dos actrices (una «gorda» y una «anoréxica») ensa-yan frenéticamente una obra de Jean Genet mientras lavan la ropa desaforadamente, soltándose los diálo-gos con frenesí, sin ritmo, sin control, sin contención alguna en un cuartucho que se mueve en la miseria de un espacio, que en la lógica de sus tres por tres, con vein-te miradas expectantes, debería ahogarlas y neutrali-zarlas, cosa que nunca sucede y que, si acaso, pasa lo contrario: somos nosotros los espectadores los que nos ahogamos con sus motivos para desmembrarnos poco a poco.

Un espacio en blanco..., un hueco,

porque así es como nos sentimos

cada vez que las balas están cerca

» Pasa a la pág. 2 » Pasa a la pág. 2

Casa con dos puertas,mala es de guardar

Por Antonio Trejo

Martes 13, cabalístico, lo mismo puede sugerir la bue-na fortuna para algunos como la desventura para otros, y tal parece el caso concreto de la presentación de la puesta en escena a cargo del grupo Perro Teatro (DF), bajo la dirección de Gilberto Guerrero, que llega a es-ta Muestra Nacional de Teatro con un montaje del tea-tro clásico español de Pedro Calderón de la Barca.

¿Cómo entender que el espectador se muestre inquieto en su butaca; qué lectura se puede hacer cuando francamente algunos –por no decir muchos– abandonan la sala antes de concluir la obra? Algo no funciona del todo en este caso y es que, sin ser rigoris-tas, es evidente la mala lectura de dirección en torno al género de esta comedia de enredos, ligera y sin de-masiadas complicaciones en el texto que desafor-tunadamente solo se queda en la buena intención, las ganas y el intento fallido del cuadro de actores/actri-ces. La dirección de esta puesta en escena carece de lo principal en el estricto sentido del tratamiento de co-media en verso, y más, tratándose de un clásico, quizá no tan conocido para muchos, pero finalmente un clá-sico que se desdibuja por la obviedad del trazo escé-nico, la repetición monorrítmica del texto que, de ma-nera lineal y con poca fortuna en el tono y matices, debería imprimir el sello de esta obra.

La escenografía, bien apuntalada, denota un tan-to el descuido en el practicable, instalado en el foro

» Pasa a la pág. 2

Nacido de un muslo: el caos de la inmortalidad Por Fco. Javier Silva Castillo

Voz tenue, como advirtiendo, no es sino la antesala de una trama «la estampida haciendo añicos la coherencia», quizás, lo que veremos. Cuando el caos se propone descomponer el ordenado mundo y hacernos mover errática-mente, la creatividad se alza gestando algo que resulta conocido y agradable a los sentidos.

Esta noche, el nuevo espacio escénico de la UASLP, la Caja Negra, fue sede de la puesta en escena Nacido de un muslo, de Edgar Chías, dirigida por Iván Dominguez-Azdar. El grupo Al Son de Teatro (Nuevo León) cosecha un merecido aplauso a este trabajo donde se hace patente una búsqueda, esfuerzo y coordinación para presentar un texto irónico, veloz e ingenioso.

Las pausas, alargadas, tal vez oportunas, dan paso a la presencia de los personajes dispuestos cada uno a cierta distancia en un espacio negro, austero, pero bien iluminado. Las acotaciones del libreto también se abren paso, se vuelven presentes en un acelerado diálogo que a veces es inalcanzable; es ese caos que gusta de hacer de las suyas para descomponer lo que se supone debe llevar un orden, pero resulta agradable y aplaza la coherencia, esa, que llegará al final.

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33 MUESTRA NACIONAL DE TEATROpág. 2

SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P., MIÉRCOLES 14 DE NOVIEMBRE DE 2012

GOBIERNO DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ: Fernando Toranzo Fernández, Gobernador Constitucional; Xavier A. Torres Arpi, Secretario de Cultura; CONACULTA: Consuelo Sáizar Guerrero, Presidenta; Teresa Vicencio Álvarez, Directora General del INBA; EQUIPO EDITORIAL: Juan Meliá Huerta y Laura Elena González Sánchez, Coordinadores Generales de la 33 MNT; César Tapia Rodríguez, Coordinador Operativo de la 33 MNT; Alicia Martínez Gómez, Araceli Alvarado Castro, Coordinadoras de Difusión; Déborah Chenillo Alazraki, Coordinadora Editorial; María de Lara, Jefa de Redacción; Beatriz Gaytán, Coordinadora de Diseño y Maquetación; Ricardo Anaya y Esmeralda Eguía, Diseño y Formación; Fernando Betancourt Robles, Coordinador de Colaboraciones; Érika Medina Jonguitud y Patricia Ordóñez Galindo, Vinculación y Enlace; Francisco Sánchez Palau e Ismael Sánchez Meza, Distribución; REPORTEROS: Antonio Trejo, David Ortiz Celestino, Dinorah Medina, Javier Silva, Juan José Campos, Rocío Arellano y Verónica Rimada Diz; REPORTEROS GRÁFICOS: Andrés Téllez, Esteban Maldonado, Fernando López y Luis Agundis; CARICATURISTA: Carlos Santillán; COLUMNISTAS: Anecdotario, El arcipreste, Eleno Guzmán Gutiérrez (Escenarios invisibles), Héctor Bourges Valles (Lo que viene), Homero Adame (Medio cajón), Juan Martín Cárdenas Guillén (Santo oficio); IMPRESIÓN: Desarrollo Regional de Medios, S.A. de C.V., García Diego 193, Col. Los Ángeles, San Luis Potosí, S.L.P.

Dos actrices que se aplauden y felicitan con el mismo desparpajo de quien se sabe, se insiste, se quiere convencer de que son buenas, que han nacido para la escena. Se atragantan con mordiscos de bolillo entre carcajadas que nos ahogan y angustian; una baila un cuplé mientras la otra prepara un finísimo huevo con cebolla en una paupérrima parrilla. Se insultan, se aman, se escupen, se niegan el amor, se consuelan, se lavan y, al final, en su soledad (por-que están terrible y miserablemente solas), se cuentan (nos cuentan) una historia de princesas con una incon-mensurable ternura, mientras en lo tenue de su espacio se escuchan, sin decir más una de la otra, porque, a fin de cuentas, ya no queda nada que decir ante este mosaico de la realidad brutal de los sueños que se comparten y que se han destrozado en lo ridículo y anacrónico de los tiempos del olvido que marca la competitividad neo-liberal en una triste historia de princesas, criadas ante su destino, que lavan diálogos y que nunca tendrán un es-pacio para ser representados. Castillo en ruinas tragado en él mismo en mil pedazos. Y luego, el asimilar lo que no hay: futuro. Una carga potente, pese a la brevedad del ejercicio.

En Lo único que necesita una gran actriz es una gran obra y las ganas de triunfar, Diana Magallón y Mari Carmen Ruiz nos sacuden en todo momento. Aquí, poco importa la cátedra o las tablas de la experiencia, ya que la vida se exfolia por todos sus poros de los cuerpos que se exponen en lances semidesnudos, donde el espacio no al-canza para apresar la ternura. Damián Cervantes articula muy bien esta creación colectiva de Vaca 35, Teatro en Grupo, basada en las Las criadas, de Genet, y el conjunto, en la sencillez de la concepción espacial nos hace pre-guntarnos: ¿para qué el escenógrafo, para qué un vestuarista? ¿Dónde quedó el músico? ¿Dónde el teatro de la corporeidad, moda referencial hace algunos años? Contar historias desde su aparente lado «primitivo» cada vez se vuelve más poderoso que el artificio meticulosamente concebido. Y pensemos más allá, ¿dónde quedan los mi-llones que se erogan a grandes compañías, ante la fuerza de dos actrices que nos muestran a la cara la necesidad a la que se enfrenta el teatro mexicano, al gritar lo que la parafernalia escénica muchas veces ha dejado de hacer? La miserable condición de los muchos que sueñan lo que solo para unos privilegiados será. Teatro que nos arranca del teatro mismo para exigirnos esa necesidad de escuchar más allá de lo que nosotros muchas veces quisiéramos, por doloroso, no escuchar.

Una puesta inolvidable, referencia ya indiscutible para entender las postrimerías emergentes y muy necesa-rias de nuestro teatro, en esta Muestra Nacional.

En Facebook y twitter: Juan José Campos Loredo / Correo: [email protected]

Buscar la inmortalidad ha sido una carrera de todos los tiempos, de todas las épocas; al profundizar en su búsqueda encontramos que lo que se desea es seguir viviendo, aunque la vida suponga un periplo terrible, accidentando y lleno de sinsabores, «después de cierta edad todo es excesivo; después de cierta edad, todo es memoria, testimonio de la derrota», enfatiza Dave (Juan Luna/Eduardo Martínez) tratando de alargar su vida, a pesar de sus cuestionadas relaciones cargadas de infidelidades, mentiras e incluso relaciones inces-tuosas. Sonja (Tere Medellín) quiere asegurar su fu-turo junto a la pequeña Mica (Aglae Lingow), pero la amante de Dave, Lorenza (Liliana Cruz), también busca un bienestar futuro y, por último, la ciencia pide su tajada, pues experimentar para prolongar la vida no resulta barato. Así lo expone el médico de esta trama, Weson (Luis Escalante).

La realidad tras la función…

Es difícil, debo confesar, tratar de escribir una nota cuan-do al final de la obra, con invitados en esta casa, que es nuestra ciudad San Luis Potosí, se presencian bala-ceras ya como un acto común y corriente. La congoja se hace presente; en el escenario que es esta ciudad, la trama se ha hecho violenta, incierta y la sangre no deja de fluir… lo peor es la sensación que deja todo esto. Al menos se sabe que al salir de un teatro, el drama, la comedia o la tragedia ahí termina, pero la vida con-tinúa en la tragedia real que no es fácil asimilar.

En Facebook: Francisco Javier Silva Castillo;en Twitter: JavierSilvaC007; Correo [email protected]

Nacido de un muslo... Viene de la página 1 Y lo único que necesitamos es... Viene de la página 1

que se percibe endeble, muy a la ligera; no obstante, termina por cumplir el propósito en el diseño para lo que fue concebido.

Las actuaciones, un poco disparejas de todo el con-junto, no permiten arriesgar más allá de la simple marca o acotación de dirección, y los actores se notan for-zados; no hay esas ganas de jugar, arriesgar y ponderar la picardía, el cinismo y el carácter de los personajes de Calderón de la Barca. Reconocemos el esfuerzo y la in-tención del trabajo de este grupo que, por alguna razón, logró pasar la aduana de la selección; sin embargo, en esta función en especial, poco fue lo que pudo ofrecer para lograr mantener la expectativa y el interés del es-pectador, habituado al goce estético y lúdico del teatro. Se esperaba más de este montaje en varios sentidos: quedó pendiente alguna buena coreografía en el duelo de espadas, el desparpajo y la comicidad que los cria-dos pudieran haber mostrado, la picaresca de las mu-jeres y la gallardía de los hidalgos que se vieron opacos, sin fuerza. Eso sí, mucha memoria en el texto, mucha voz con algunos trastabilleos en las tiradas largas de voz, ya que hacer teatro en este ritmo y tono de la técnica y lenguaje estilo español, no es fácil. Esta comedia, en apa-riencia, ligera, se volvió pesada, tediosa por momen-tos; las escasas risas en algunos espectadores (producto de las situaciones propias del texto) no fueron suficien-tes. Así es el teatro: de pronto te da mucho, pero tam-bién te lo quita todo, y el arte no admite concesiones.

Correo: [email protected] / Blog: redculturasanluis.blogspot.mx

Casa con dos puertas... Viene de la página 1

Foto: Andrés Téllez

33 MUESTRA NACIONAL DE TEATRO pág. 3

SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P., MIÉRCOLES 14 DE NOVIEMBRE DE 2012

Por Jaime Chabaud Magnus

Los ojos incrédulos y hasta burlones de políticos, empresarios y otros ciudadanos de alcurnia revelan lo mafufa que parece la propuesta: combatir la violencia con educación y cultura (y teatro), en lugar de balas de rifles automáticos y granadas. Y sí, sus ojos se desorbitan y te ven como si te hubieses fumado un churro del ta-maño de un bat de beisbol. ¿El teatro es capaz de ayudar a reconstruir el dañado tejido social? ¿Puede frenar la delincuencia? ¿Puede dar sentido a la vida de quie-nes ya no tienen ninguno?

La urgencia de considerar al teatro (y las artes, la lectura y el deporte, etcé-tera) como un elemento valiosísimo para sanar a un país que se multiplica en huér-fanos y viudas, en miedo e incertidumbre, no puede instalarse en el imaginario de nuestros políticos, si los propios hacedores no logramos que entiendan sus bene-ficios. Muchas son las experiencias de países que durante conflictos armados o épocas de violencia extrema (y después de estas) emplearon expresiones artís-ticas (y al teatro como una de las principales) para ayudar a la reconstrucción de los dañados tejidos sociales, al cierre de dolorosas cicatrices. Experiencias tea-trales que van desde la guerra de los Balcanes o de las masacres en Ruanda hasta la guerra sucia en Colombia y Perú o la posdictadura en Argentina, hablan de su inmenso valor en la sanación de un pueblo y las víctimas de la barbarie. ¿Cuántos muertos estamos esperando que haya en México antes de que termine el sexenio de Calderón para poner manos a la(s) obra(s)? ¿110 000? ¿120 000? Es un número mayor al saldo de la rebelión en Libia que derrocó a Muamar el Gadafi. Al final, en Libia, cayó un régimen antidemocrático. Aquí solo tenemos muertos y ningún cambio.

Si durante la conquista de la Nueva España la Iglesia se sirvió del teatro para la evangelización, y la intelligentsia criolla lo usó para atraer al pueblo a la causa independentista de 1810, el siglo XX y el México posrevolucionario y «moderno» comprendieron su utilidad como vehículo didáctico o propagandístico. ¡Vaya, hasta Luis Echeverría entendió su utilidad y lo empleó para las brigadas de Orientación Campesina de la Conasupo (Compañía Nacional de Subsistencias Populares) en los años setenta del siglo pasado! Antes, en el mismo siglo, las Misiones Culturales del vasconcelismo y el cardenismo de los años veinte y treinta, o en los cincuenta el CREFAL (Centro Regional para la Educación Fundamental de América Latina) de la UNESCO en Michoacán, habían apreciado las capacidades educativa y transformadora del teatro. Si a estas sumamos la increíble cualidad sanadora que ha demostrado en las experien-cias internacionales citadas, tendríamos que pensar en incorporarlo no solo dentro de los planes de cultura gubernamentales, sino también en los de seguridad pública.

En México, hoy existen ejemplos de experiencias vitales que el gremio artístico se empeña en no ver y que han cambiado las reglas del juego entre poblaciones vulnerables a la violencia y al narco. Con resultados alucinantes, han atendido de manera maravillosa a los olvidados y desechables de nuestra sociedad. Experiencias de teatro en cárceles, con chicos de la calle, sordos, ciegos, prostitutas, ancianos, niños con Síndrome de Down o en poblaciones que eran el peor metedero de heroína del país y se han transformado bajo sus influjos sanadores. Las personas que, desconociéndolo, bebieron el bálsamo del teatro, fueron tocados de una vez y para siempre.

San Pedro de las Colonias, Coahuila, es considerado (o era hasta hace pocos años) el pueblo con mayor consumo de heroína del país. A ese lugar, que existe en el mapa gracias a la heroína, llegó Xerardo Moscoso después de transitar por muchos años por el cine y teatro chilangos, y encontró una misión mayor. Con base en Torreón, Xerardo se volvió un personaje vital y deseado y protegido por buena parte de los pobladores de San Pedro de las Colonias, que jamás hubiesen pensado que el grupo de teatro amateur de su pueblo (La Gaviota, en homenaje a Chéjov) pudiese llevar por Galicia la poesía de León Felipe con acento del norte de México en una exitosa gira en 2007. En los territorios donde «la vida no vale nada», para muchos, las cosas comenzaron a tener sentido. Hace menos de tres años, el insaciable Moscoso creó un segundo grupo en Torreón en medio del fuego cruzado de Chapos, Zetas y Gobierno: Taller de Teatro Estable Salvador Novo. La crítica Luz Emilia Aguilar Zinser acompañó a Mos-coso a la develación de cincuenta funciones de una obra el 30 de septiembre pasado y escribía: «Pude atestiguar la fuerza del teatro para tejer relaciones humanas cálidas y respetuosas, complicidades colectivas en busca de saber y de belleza. El teatro puede ser una poderosa manera de transformar el dolor, el miedo, la soledad y el caos social, en dignidad compartida, voluntad de cambio, de vida».

En un contexto donde la vida en general y la cultura en particular se han paralizado, donde ya algunos trabajadores del arte y periodistas han dejado de respirar por su necedad de continuar, el trabajo de Xerardo Moscoso no se puede entender sino como producto de un verdadero deseo de cambio social que comienza desde las bases.

Continuará…

Pertinencia del Teatro / Parte 1

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SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P., MIÉRCOLES 14 DE NOVIEMBRE DE 2012

Pocas cosas son tan difíciles como nombrar y sintetizar procesos en unas cuantas líneas sin ser parciales y trans-mitir el verdadero sentido de una discusión. Asumimos que después de tres días de reflexión para los protagonistas de esta historia –los representantes de las salas independientes de nuestro país– sonará parco transmitir sus conclusiones con el espacio que este medio de comunicación nos permite. Por ello, invitamos encarecidamente a algún participante para que nos envíe una colaboración que refleje la esencia de la discusión desde dentro, y comparta su problemática desde la práctica y no desde la interpretación. Ojalá que en nuestro próximo número podamos compartir con la comunidad de la MNT lo ocurrido en El Rinoceronte Enamorado, La Carrilla y el Cen-tro de las Artes, desde esta perspectiva. A continuación, reproducimos el documento de conclusiones redactado por los moderadores, Patricia Chavero, Héctor Garay y Nayeli Real.

La discusión se dio en torno a los siguientes ejes temáticos: Diagnósticos específicos de las agrupaciones tea-trales que cuentan con foro; Acciones realizadas por las agrupaciones; Vínculos de colaboración, y Coincidencias y contradicciones con el conjunto de la sociedad y con el gobierno entre las propias agrupaciones.

Las conclusiones preliminares de la discusión son las siguientes:

I. Caracterización de las agrupacionescon salas independientes que participaron en este encuentro

Las agrupaciones con salas independientes son:

a) Agrupaciones en las que hay un compromiso con el discurso artístico; b) Tienen una trayectoria reco-nocida con diez años, en promedio, de permanencia; c) Hay una relación entre las características del espacio escénico y el proyecto artístico; d) Son una alternativa de programación de obras donde se ve algo distinto; e) Elencos acotados, grupos pequeños, lo que define sus decisiones artísticas; f) Desarrollan una relación con la comunidad en donde se encuentran ubicados. Para estos grupos, hacer teatro es contribuir al desarrollo social; g) Efectúan temporadas, entran en circuitos de presentación local, regional y nacional; h) Hay una di-versidad de modelos de producción y programación. Se autoproducen; i) En algunos casos funcionan como presentadores, con lo que dan oportunidad a grupos emergentes; j) Han transitado hacia la creación de una organización interna, cuya estructura general comprende la dirección artística, la administrativa y la técnica; k) Han logrado una capacidad de gestión con instituciones públicas de difusión de la cultura; l) Aprovechan y potencian los recursos públicos. Una inversión en estos espacios reditúa por tener aparatos administrativos reducidos y eficaces; m) Realización de una planeación a futuro; en ocasiones su planeación es de tres años; n) Necesitan de continuidad; claridad a más de dos años; o) Para su financiamiento, además de las convo-catorias públicas: Efiteatro, México en Escena, Iberescena. Buscan fuentes complementarias de recursos; p) Son generadores de empleo cultural; q) Buscan estrategias para lograr una estabilidad económica como agrupación; r) Trascienden los cambios sexenales y de administraciones locales; s) Hay una necesidad de iniciativas para fortalecer su desarrollo e incidencia en la sociedad, con el objetivo de lograr su sostenibilidad; t) Necesitan trabajar más en el área internacional: conexión con organismos, entrar en circuitos de presen-tación y acceso a fondos internacionales; u) Buscan aumentar cuantitativamente el número de espectadores de las salas; v) Identifican la necesidad de incorporar especialistas en gestión y en promoción; w) Requieren la participación de la Iniciativa Privada.

II. Acuerdosa) Después de identificar que cualquier negociación tiene que ser colectiva, los participantes en este en-cuentro se asumen como convocantes para la creación de la Red de Espacios Teatrales Autónomos (RETA); b) Identificar las posibilidades políticas del gremio ante las Cámaras y el Ejecutivo; c) Sensibilizar sobre la importancia de regular el sector con las características específicas que tiene los proyectos artísticos en salas independientes; d) Los asistentes a esta reunión responderán el documento: Esquema de Evaluación de Proyectos de Artes Escénicas, con la intención de hacer un primer diagnóstico, así como enviarlo a otros espacios (ANEXO); e) Investigar y ampliar la información de otros grupos que cuenten con salas inde-pendientes; f) Vincularse con los comodatarios de espacios del Programa de Teatros para la Comunidad; g) Buscar los mecanismos y acciones para concretar las siguientes propuestas.

III. Propuestasa) Revisión, reformulación y perfeccionamiento de los mecanismos de apoyo a agrupaciones teatrales exis-tentes: México en Escena, Efiteatro, Teatros para la Comunidad Teatral, PAICE, de instituciones de difusión de la cultura. Es necesario transitar a programas de apoyo de mediano y largo plazo; b) El PAICE debe am-pliarse para que asociaciones con inmuebles puedan tener apoyo, y no solo los comodatarios; c) Revisión de marcos normativos que afecten la actividad de salas independientes (autónomas). Sobre todo, buscar el tra-to diferenciado de los reglamentos de protección civil y uso de suelo; reducir los obstáculos reglamentarios en temas hacendarios; d) Incluir en la agenda de la Cámara la legislación de salas pequeñas: una ley de espacios culturales; e) Una figura jurídica que le dé certidumbre a las empresas culturales sin fines de lucro; f) Avanzar en mecanismos de evaluación. Que la continuidad de los apoyos otorgados en programas como México en Escena dependa del logro de los objetivos y metas establecido en los proyectos artísticos; g) Creación de indicadores de la actividad teatral en salas independientes.

Agradecemos la colaboración de Nayeli Real para la elaboración de esta nota.

La máquina de Esquilo, la obra de Teatro Escolar de LEGOM, dirigida por Alberto Lomnitz, fue de gran utilidad para los teatreros de la Muestra que por primera vez entendían los orígenes y el desarrollo del teatro y escuchaban los nombres de Arión y Tespis como los fundadores de la tra-dición que nos tiene aquí, mendigando un boleto para entrar a las obras más esperadas del convivio. Por cier-to, ayer, un montón de cómicos nos quedamos con las ganas de ver el Ensayo sobre débiles, de Alberto Villarreal. Ni modo que les pidamos a los colegas que pongan sus obras en foros monumentales, cuando están hechas para escenarios mínimos porque es ahí su espacio natu-ral. ¿Sería mucho pedir que en estos casos, cuando se sabe de antemano que habrá una fuerte demanda de localidades y que el espacio elegido es breve, se progra-men cinco, seis funciones?

El frío hizo estragos entre los comediantes locales y foráneos que andan moqueando, tosiendo, carras-peando porque el aire del Altiplano les llegó a los alvéo-los y los mandó al catre, y no precisamente a gozar de la posición horizontal del cuerpo. A tomar vitamina A y pas-tillas de propóleos para seguir la danza de la Muestra, que todavía tiene camino por delante. El amor también cambia la condición física y mental de sus víctimas. Una periodista y editora que se ha distinguido en las últimas muestras por sus críticas nada complacientes, aquí en San Luis todo le gusta y a todos los montajes les encuentra algo positivo. Azorado por el cambio de conducta, indagué que la razón es la flecha del amor y el deseo.

Una buena noticia para la gente de teatro que siem-pre anda en busca de oportunidades para acrecentar el conocimiento de su oficio: en el II Festival Interna-cional de Puebla Héctor Azar (FITHA), que comienza el 24 de noviembre y termina el 4 de diciembre, habrá ta-lleres gratuitos para actores, directores, gestores, titiri-teros y videastas, con maestros de talla internacional, como Ramiro Osorio (Col.); Ralf Alderhalden (Sui.); Car-los Converso (Méx.); Juan Cavestany (Esp.); Jorge Vargas (Monterrey, NL); Violeta Luna (EE. UU), y Roberto Fleitas (Bra.). Así que, chicas y chicos interesados, a ligarse a los poblanos que andan en la Muestra para tener cama, quiero decir, refugio. Para mayores informes: jeitaproducciones.com

Estuvo en San Luis de pisa y corre Enrique Singer, ti-tular de la Dirección de Teatro de la UNAM y director de El atentado, de Ibargüengoitia, que trae la compañía de Teatro de la Universidad Veracruzana que está feste-jando sus sesenta años de existencia. El chisme es que Singer estaba preocupado porque modificaron su trazo original sin aclarar que era un remontaje de uno de los ti-tulares de la Compañía, Alberto Lomnitz.

III Foro de Análisis de Políticas Públicas Relativasal Sector Teatro: Encuentro de Salas Independientes

Foto: Fernando López

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SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P., MIÉRCOLES 14 DE NOVIEMBRE DE 2012

ELENO GUZMÁN

33 MUESTRA NACIONAL DE TEATROpág. 6

SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P., MIÉRCOLES 14 DE NOVIEMBRE DE 2012

JUAN MARTÍN CÁRDENAS

Tom en la granja, o el conflicto de ser homosexual en donde crían vacas. La comedia negra del dramaturgo canadiense Marc Bouchard (Quebec, 1958- ) desmiente, de entrada, que en el «mundo desarrollado» hay plena tolerancia para las preferencias sexuales, y el mismo autor nos advierte en el programa de mano que la homofobia no se da únicamente en el campo, sino en todos los estratos de la sociedad «civilizada», comen-zando por la escuela, y que ese acoso aumenta cada día en humillación y violencia. Por ello no es gratuito que la historia de Tom sea una cadena de mentiras, de fingimientos. El que ambos recursos tengan su carga de ironía, incluso de comicidad, es una de las virtudes del texto.

Bouchard –uno de los autores de teatro en lengua francesa más destacados de la actualidad, con una carrera que ya acumula veinticinco textos publicados– no es desconocido en México, en donde se han montado algunas de sus obras, como Las musas huérfanas y Endebles, esta última bajo la dirección de Boris Schoemann, quien es el principal impulsor en México de la dramaturgia de Canadá y Francia. Lejos de la de-nuncia esquemática, panfletaria, Tom en la granja comienza por mostrar el malabarismo al que deben recu-rrir los homosexuales para encajar en la sociedad establecida, y lo hace poniendo en el centro del juego a una madre, buena como el pan, y socarrona como una gallina vieja, interpretada espléndidamente por Verónica Langer.

El dramaturgo Jaime Chabaud y la autora Maribel Carrasco comentaban que se agradece hallar un texto bien estructurado, con personajes tan bien dotados de sustancia dramática que se van trasformando a lo largo de la trama porque hay, bendito Dios, un conflicto que resolver, un suspenso que develar, como manda el canon. Tom (Pedro de Tavira Egurrola), un joven citadino, emprende un viaje al campo en busca de la fa-milia de su amado, muerto accidentalmente, y ese traslado no solo lo lleva al campo, sino al encuentro del mundo ficticio que tuvo que construir su novio para evitar el índice flamígero de una comunidad conserva-dora. En tono de comedia con tintes oscuros, vemos la imagen que tenían del muerto su madre y su her-mano, un macho probado (Leonardo Ortizgris), y descubrimos con la madre la verdad oculta en los cua-dernos juveniles del occiso. Esta obra le permite a Boris reafirmar su militancia de género, así como divertirse y divertirnos con un texto que se alarga en demasía metiendo peripecias que no agregan cosa sustancial al asunto nada menor de la homofobia. Es notable el regreso de Jorge Ballina a la escenografía «artesanal», el vestuario siempre puntual de Cordelia Dvórak, y el buen porte de Alaciel Molas.

Acción comúnFuenteovejuna es el paradigma clásico de la comunidad que, cansada de la injusticia de los poderosos, forma causa común para ponerle freno. Juliana Faesler, otra militante de la diversidad sexual, ha tomado el espíritu de la obra de Lope de Vega para irrumpir en la realidad de un barrio de San Luis Potosí con el impulso, con la energía del arte. Sin demagogia alguna, la directora de teatro y ópera se metió de lleno a trabajar con un nutri-do grupo de niños y jóvenes en una dinámica física y mental en la que el baile, el canto, la plástica, son deto-nadores de la conciencia individual y colectiva. Juliana tuvo el tino de no ponerlos a hacer teatro, sino acciones concretas que van hallando por sí mismas su carga simbólica. A partir de un pequeño núcleo de «conducto-res de energía» (Arely Delgado, Víctor Ortiz y Antonio Retana) y de dos fandangueros de primer orden (Juan José Parra e Ismael Infante), se va formando una atmósfera testimonial, contestataria, participativa de los chavos dispersos en las butacas del teatro Raúl Gamboa, un sitio ideal para el teatro de barrio. El testimonio sobre la realidad que viven aquí y ahora estos mexicanos es neto, duro, rabioso, esperanzador en la medida en que es una toma de conciencia ante la inacción, de postura ante la impostura, de valentía ante el miedo, de grito de paz ante la vociferación de la violencia. Más allá del sentimiento de culpa clasista, de la condes-cendencia, esta acción colectiva a partir de las pulsiones del arte nos muestra el potencial que hay en la gente de la calle para oponerse en cuerpo y alma al hijo de puta del comendador en turno.

Arte y tecnología I:los cyborgsen la escena contemporánea

Muy a propósito de algunas discusiones que me he encon-trado entre algunos notables participantes de la MNT, se ha coincidido en la presencia de la tecnología en el teatro actual, y que esta se ha limitado en la mayoría de las pro-puestas a servir como un «complemento» o artilugio del escenario, más que de la dramaturgia. No le digo que esto sea la generalidad, porque se han dado dignas propuestas de lo contrario. Sin embargo, no se deja de reconocer que, en este ámbito, el teatro está muy por detrás de la danza y de la música. Pocas propuestas realmente relevantes han hecho de los recursos tecnológicos parte del lengua-je estético, de las estructuras narrativas y argumentales o de la potencialización del escenario como espacio escé-nico. En este sentido, ha sido la danza la que ha tomado ventajosa delantera, por incidir en la incorporación de rup-turas que involucran a la tecnología coadyuvando a crear una nueva dimensión sígnica de la representación en el es-cenario. La potencia de trastorno de esta emergencia de un nuevo orden genérico de la representación es incalculable.

Le recuerdo algo que ha escrito José Luis Brea a este propósito: «La tecnología –en cuanto aplicada a la repre-sentación– pone las condiciones de posibilidad para el desarrollo de una nueva forma artística –en tanto permi-te el manifestarse cumplido de una nueva relación del su-jeto de conocimiento con la representación como tal. Y yo le digo a usted que no olvide incorporar a los posthu-manos posmodernos en su textos dramáticos: no cierre los ojos ante el cyborg, ante el escenario expandido por la realidad aumentada y el teatro virtual (la idea de teatra-lidad expandida, de Giannachi). Considere, como se lo co-mentaré más adelante, una Crítica de la Razón Tecnoló-gica: si todo es teatro, nada es teatro.El cyborg como actor.Le explico: aunque el término cyborg parece acuñado para o desde la ciencia ficción, en realidad remite a «ser for-mado por materia viva y dispositivos electrónicos» (Diccio-nario de la RAE), o «designa una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos, general-mente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de tecnología».

En su estado más extremo, desde fines del siglo XX y sobre todo ya en este siglo, diversos artistas han experi-mentado con la inserción de dispositivos en el interior de su organismo, como extensiones de sus capacidades de per-cepción. Convertirse en auténticos cyborgs, en un sentido más allá que el de la definición etimológica. Y aquí vemos cómo comulgan de manera ineluctable, la experiencia ar-tística y la tecnología.

Cyborg es cuerpo y tecnología. La tecnología –en cuanto aplicada a la representación– pone las condiciones de posibilidad para el desarrollo de una nueva forma ar-tística en tanto permite el manifestarse cumplido de una nueva relación del sujeto de conocimiento con la repre-sentación como tal.

Harbisson, por ejemplo, se hizo colocar un dispositivo en la cabeza, conectado a su sistema nervioso, que le permitía escuchar los sonidos de los colores que se le presentaban en la vida cotidiana. Nueva potencia de la percepción.

En la actualidad, propuestas artísticas vanguardistas utilizan tecnologías electrónicas para potenciar las posibi-lidades expresivas en los discursos artísticos, pero tam-bién como posibilidades de ampliar la dimensión estética del espectador.

Mañana le haré otras referencias a expresiones en el arte escénico contemporáneo: la danza, el teatro y la inci-dencia de las tecnologías en la escena actual. Voy por una copa de vino ahora y lo veo mañana.

La batalla individual, la lucha colectiva

Por Fernando de Ita

Tom en la granja. Foto: Luis Agundis Fuenteovejuna. Foto: Fernando López

33 MUESTRA NACIONAL DE TEATRO pág. 7

SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P., MIÉRCOLES 14 DE NOVIEMBRE DE 2012

Conversaciones para despedirel sexenio

En el afán de abrir una discusión para pensar el fin de sexenio desde la 33 Mues-tra Nacional de Teatro (San Luis Potosí, SLP) y desde quienes participan de una ma-nera u otra– en la producción teatral de este país, se piensa este espacio de re-flexión como un diálogo en torno a las circunstancias políticas que atraviesan el teatro y el arte en general, a través de tres preguntas que pongan en contex-to la relación entre prácticas creativas y ejercicio de pensamiento de algunos participantes. Una posibilidad para detener nuestras rutinas e intentar vernos a nosotros mismos en el momento crucial que representa en nuestra cultura ins-titucional el cambio sexenal. Las tres preguntas para esta conversación son:

1. En tu opinión, ¿qué acontecimientos públicos marcaron este sexenio y por qué crees que representan un giro en la vida pública nacional y para ti en lo personal?

2. Desde una noción amplia, ¿cuál consideras el suceso más importante acon-tecido en estos seis años para el ámbito de la producción estética y qué produjo en tu quehacer?

3. ¿Qué imaginas, qué esperas, qué deseas, qué prevés de lo que viene en el futuro próximo?

Enrique Olmos de Ita

1.Sin duda, la ola de violencia y su espectacularización continúa: el Casino Royal, en Monterrey; los muertos de San Fernando, Tamaulipas; las imágenes de los colgados; los cuerpos en ácido. Un as-pecto que por grotesco y bizarro me llamó la atención fue la muerte de dos secretarios de Gober-nación y el nulo esclarecimiento de los hechos. Y desde luego, la supuesta epidemia de influenza que acaparó la atención de los medios internacionales. Desde España lo viví con mucho morbo.

Personalmente, la violencia en la frontera. En el último año viví en Reynosa, Tamaulipas, y me sorprendió la falta de capacidad de asombro que ha logrado en los ciudadanos la muerte, el secues-tro, desaparición y negación de toda noción de civilidad en la frontera norte, en especial la que proviene del estado.

Y al mismo tiempo, la adaptación al entorno de los ciudadanos fronterizos para aceptar la violencia y la destrucción inminente del espacio público.

Calderón pasará a la historia por ser el presidente más sangriento de la historia moderna de México y aun así, en las últimas elecciones federales, Tamaulipas y Nuevo León votaron por el PAN. Este país no tiene remedio.

2. Prefiero hablar del antiestético Estela de Luz, una muestra más de la estupidez y la cerrazón del pa-nismo y de su forma de operar: entre la miseria discursiva y la improvisación continua. Desapro-vecharon la efeméride histórica para hacer una verdadera transformación en infraestructuras culturales, y a cambio nos dejaron un símbolo de su ineficacia: una escultura absurda, inútil y que se terminó a destiempo. Un espejo dilatado de su gestión.

Otro suceso que me parece importante y que tiene que ver con la vida escénica nacional es la erección de la Compañía Nacional de Teatro y sus tristes resultados, el ánimo burgués de su sem-blante artístico y la pobre respuesta crítica de buena parte del gremio.

Sin duda, en lo estrictamente teatral, el avance del teatro para niños y jóvenes me enor-gullece. Sin duda estamos haciendo el mejor teatro para públicos específicos en nuestra lengua.

3. En México, el discurso desde la esfera federal es muy claro: opacidad y semblante aparentemente democrático, que no lo será; el regreso de la dictadura con la cara lavada. Mucho gasto público en imagen y la improvisación como norma, sin reformas estructurales en nada. De la política cul-tural espero poco cambio, acaso el habitual baile de funcionarios en torno a los puestos públicos y más inversión en infraestructura, pero no en calidad estética para llenar espacios. Del teatro es-pero una comunidad muy activa entre los menores de cuarenta años y, en especial, más allá de la ciudad de México; un acercamiento a públicos específicos, descentralización del trabajo tea-tral y experimentación formal, además de resistencia frente al teatro geriátrico, que nos ha impues-to una tradición jerárquica y centralista.

Mesa de reflexión: Tácticas teatrales y su incidencia social

Por Rocío Arellano

Una de las preguntas iniciales que se había formulado al comien-zo de las ponencias fue: ¿Cuál es la relación de la comunidad teatral con la sociedad? Poco a poco, los expositores se fueron aden-trando en sus experiencias en el trabajo de reinserción de personas que cotidianamente son marginadas. Así, una pregunta sencilla y concisa en su fórmula, pero compleja en cuanto a lo que conlleva ser parte de una comunidad claramente desinteresada en estos temas (la poca asistencia de público lo comprueba, así como la ausen-cia de directores participantes en la Muestra como parte impor-tante de la integración social) dio como resultado algunas re-flexiones importantes sobre el trabajo teatral para y por una sociedad inmersa en la apatía y la violencia.

Sonia Enríquez relató parte de sus experiencias con el Taller de Dramaturgia Mexicana, con sede en el Estado de México, inte-grado por gente de la propia comunidad, lo que promueve la con-vivencia entre todos e incluso con las autoridades policiacas; desde su perspectiva, este taller ha contribuido en gran medida a que la comunidad artística de la localidad valore su acervo cultural. Asimismo, Enríquez desarrolla diversos talleres y cur-sos para acercar a la gente al teatro, y, dado que ahora uno de sus problemas más graves es la inseguridad en el estado, están en busca de sedes alternas.

Tocó el turno a Édgar Maldonado con una propuesta inte-resante sobre la pedagogía teatral para personas con discapa-cidad mental, actividad complicada si se toma en cuenta que no puede hacer uso de los textos escritos para montar las obras, por lo que se enfoca en un esquema corporal. Algunos de los resultados que Maldonado acentuó fueron que los jóvenes tu-vieran la posibilidad de percibir ingresos a través del teatro y cruzar criterios teatrales con los fenómenos psicosociales que se padecen. En cuanto a los obstáculos, los primordiales y más recu-rrentes son la dificultad de encontrar espacios para las obras y la sobreprotección y/o abandono extremo por parte de los pa-dres de los actores con discapacidad, que dificulta una verda-dera transformación social en el teatro para este proyecto.

La actriz Carmen Ramos también hace teatro en institu-ciones de reclusión. Para ella, la responsabilidad del arte es ética, además de social. A través de su experiencia en Santa Martha Aca-titla pudo ver que: «Más allá de un espacio físico vacío dentro de los reclusos, hay que construir un espacio afectivo personal con ellos. Crear un lazo que nos identifique como seres huma-nos, no como relegado social». Comentó también que las institu-ciones deben continuar con los programas culturales en re-clusorios; que debe existir una documentación que realmente procure incidencia en los proyectos por parte de las autoridades, y que se abran becas para la reinserción social.

El último ponente fue uno de los gestores del Foro Shakes-peare, José Carlos Balaguer, quien apuesta por generar concien-cia social por medio de políticas públicas en los reclusorios de México, y agregó que hace falta continuidad en la cultura, así como leyes que contemplen la reinserción de exconvictos a la so-ciedad como parte de iniciativas civiles para fomentar la cultura, en particular la del teatro, porque es partiendo de esas premisas que nuestra sociedad dejará de crear monstruos para crear con-ciencias sociales. Termino esta reseña con la frase memorable que Jaime Chabaud expresó en la mesa de reflexión, y que comparto con ustedes: «No hay un entendimiento en el rol social que represente a la profesión teatral». Eso explica muchas cosas.

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