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Niños en Abandono
El abandono o negligencia se define como la falta de protección y cuidado mínimo
por parte de quienes tienen el deber de hacerlo y las condiciones para ello. Es una
expresión de maltrato psicológico que se genera cuando los responsables de
cubrir esas necesidades básicas de los niños no lo hacen e implica la existencia
de un descuido crónico, con implicaciones físicas, como no alimentar, no abrigar,
no cuidar y no mediar a los niños, entre otros.
o Historia
Que se hallen niños viviendo en la calle no es un fenómeno reciente, como lo
demuestran algunos cuadros costumbristas de conocidos pintores como Murillo.
En la introducción de su Historia del abandono infantil en la Rusia soviética (1918-
1930), Alan Ball afirma
"Los niños huérfanos o abandonados han sido una fuente de miseria desde
antiguo. Aparentemente estuvieron relacionados con la prostitución de jóvenes en
la Roma de Augusto y, pocos siglos después, motivaron que un concilio
eclesiástico convocado en el Galia Transalpina declarase: Respecto a los niños
abandonados: Hay una queja generalizada de que en estos días están más
expuestos que a la amabilidad. Sobre la Rusia zarista, algunas fuentes describen
a grupos de muchachos vagabundeando por las calles, es éste un fenómeno que
ha sobrevivido a todos los métodos de erradicación intentados”
La entrega de recién nacidos incluso niños mayores estaba institucionalizada en
las llamadas “casas expósitos”, en donde se recibían niños abandonados o
huérfanos. Ya en 787, la Iglesia fundo la primera casa expósito en Milano lo cual
se fundó para contrarrestar la muerte de muchos niños, por que se quería salvar a
los niños abandonados en ríos y bosques que estaban destinados a la muerte.
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Especialmente en Italia este fenómeno estaba muy difundido, por eso se fundaron
muchas casa expositoras pero también en Francia hubo preocupación de lo
mismo comenzaron a fundar ellos también. En 1160 Guy de Montpellier fundo la
Orden Hospitalaria del Espiritu Santo que recogían niños huérfanos. En 1198 El
Papa Inocencio III Introdujo oficialmente el llamado torno de los expositores. Este
era un sistema desde la calle se colocaban los niños abandonados en el torno (un
cilindro) el pero que recibía hacia que el torno girara hacia adentro y
simultáneamente asía sonar una campana que le anunciaba la tornera una nueva
llegada de un niño en abandono. Este método fue bueno y factible y favorable
pero a la vez fue desfavorable por que se daban más abandonos por que se
sabría que los infantes estarían bien atendidos y serian bien recibidos.
Este método se utilizo por mucho tiempo en Roma hasta llegar a ver como
aprobación el abandono de los niños, apoyándose en una base jurídica para
legitimación del abandono, quedando esto solo en Roma llegándose así a difundir
principalmente los expósitos en los siglos XVIII y XIX hizo la aceptación
incondicional y ánimo de los expósitos en regla. Siendo así legalizado el rehusó de
los expósitos jurídica y legítimamente que así una madre era soltera y deja en
abandono no se le investigada nada o si eran ambos padres que dejaban en
abandono no se les investigada a un así fuera bajo amenaza no se podía pero
después de dejar en abandono no podría tener algún relación madre e hijo. Por
esto fue impedido el circulo de protección infantil germánico.
En 1848, Lord Ashley describía más de 30.000 niños "abandonados, vagabundos,
despojados, desnudos y delincuentes" que circulaban por todo Londres. En 1890,
el periodista Jacob Riis describió a ciertos "árabes callejeros" de Nueva York,
cuyas características y medios de vida podrían ser fácilmente reconocidos en los
actuales niños de la calle. Hacia 1922, se contaban en Rusia cerca de 7.000.000
de niños sin hogar, como resultado de casi una década de devastación
continuada, entre la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Rusa.
Se mantuvo esta mentalidad hasta el siglo XX
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El Siglo de los niños (1900), durante el siglo XX se desarrolló un gran interés por
la infancia, que se evidenció en el desarrollo de numerosas instituciones, formas
de socialización y patrones culturales que tuvieron a los niños, como su centro de
atención.
A partir de la década de los veinte, la preocupación pública por la situación de los
niños estuvo marcada por la cuestión social. Así, las políticas de bienestar de la
época planteaban que la modernización del país dependía directamente del
mejoramiento de las condiciones de vida de los seres más vulnerables y
desprotegidos de la sociedad como los trabajadores, mujeres y niños. Para esto,
se desarrollaron una serie de proyectos que incorporaron a la figura del infante, no
sólo en los discursos y plataformas programáticas, como lo fue la polémica Ciudad
del Niño, sino que también como figura representativa del futuro de la nación.
El principal centro de interés político estuvo enfocado en disminuir la mortalidad
infantil, lo que se logró bien avanzado el siglo. La vulnerabilidad que afectaba a los
niños era tanto sanitaria, como moral y el alma de los menores era amenazada por
la delincuencia infantil, las precarias condiciones de trabajo, el abandono de los
padres y el uso "inapropiado" del tiempo libre. En este contexto, varias leyes de
protección a la infancia que buscaban controlar la marginalidad, el abandono y la
delincuencia fueron promulgadas desde 1912, a las que se les sumaron las leyes
laborales de 1924.
A su vez, desde fines del siglo XIX, la educación primaria también comenzó a
cobrar protagonismo y a ampliar su alcance. Uno de los mecanismos para
incentivarla fue la alimentación escolar, aunque con resultados insuficientes. Sin
embargo, la cobertura se transformó en un objetivo explícito a partir de la
promulgación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria en 1920, pese a que su
aplicación se demoró varias décadas en concretarse. Así, desde 1928 hasta
principios del siglo XXI, sucesivas reformas educacionales se propusieron ampliar
la cobertura escolar y adecuar los objetivos educacionales a las necesidades del
país y a los aportes de la pedagogía y de la sicología infantil, lo que se tradujo en
la creación de organizaciones que, tanto dentro como fuera de la escuela,
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moldearon la formación moral de los niños, como los Boy Scouts, Los Pioneros
(agrupación de niños comunistas) y Los Niños Cruzados (de origen católico).
A lo largo del siglo XX, varios escritores incorporaron a los niños en la literatura,
mientras que la narrativa infantil tuvo importantes cultores, como Gabriela Mistral.
A partir de los años 40 la especialización y la difusión aumentó, sobre todo con
autores como Marcela Paz y Hernán del Solar y la amplia distribución de las
revistas para niños, siendo la más exitosa El Peneca. Entre las décadas de 1960 y
1970 la socialización a través de la lectura comenzó a declinar y el ocio infantil se
canalizó a través de programas de radio y televisión y más adelante con los
novedosos videojuegos y la expansión computacional.
En el ámbito privado las formas de crianza se modificaron a tal grado que, el
castigo y la disciplina rígida dejaron de ser considerados métodos legítimos de
educación, lo que no ha evitado que sigan presentes prácticas de maltrato y abuso
hasta el día de hoy.
A lo largo del siglo XX, la doctrina de los derechos del niño traspasó la frontera de
la discusión intelectual para representar una nueva visión que ha implicado
cambios trascendentales, en la forma de concebir el lugar que ellos tienen en
nuestra sociedad. Paradójicamente esto se desarrolla en momentos en que el
número de niños ha disminuido notablemente, ya que, mientras la tasa global de
fecundidad era de 3,6 hijos por mujer en 1970, la cifra disminuyó a 2,3 en 2002.
o Causas
Los niños y las niñas abandonadas, huérfanos y vulnerables son aquellos que
carecen de la protección más inmediata con quien cuenta un niño; los
progenitores, entre las razones más comunes ya sean transitorias o permanentes
tenemos:
o Niños que han perdido a sus progenitores o tutores (niños y niñas
huérfanos).
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o Niños que han perdido el contacto con sus progenitores. Es el caso, por
ejemplo de los niños y niñas de la calle, los niños y niñas abandonados,
deportados o refugiados.
o Los niños que han sido separados de sus progenitores, como ocurre
cuando los padres o las madres son detenidos o alguien secuestra a los
niños y niñas.
o Niños que han sido colocados en centros de acogida por sus progenitores o
tutores. Por ejemplo los niños y niñas con discapacidades o los niños y
niñas provenientes de familias pobres que son depositados en instituciones.
o Niños que han permanecido durante largo tiempo bajo atención
hospitalaria debido a enfermedades como VIH.
o Niños que han sido recluidos en centros educacionales, reformatorios,
correccionales o centros penitenciarios como resultado de una resolución
judicial o administrativa. Por ejemplo, los niños y niñas sospechosos de
delincuencia o que han sido condenados, o niños y niñas que solicitan asilo
infantil.
o Un niño nacido con una discapacidad, malformación congénita o
enfermedad crónica tiene una posibilidad más alta de ser abandonado por
sus padres. Debido a que los bebés y niños son necesitados para empezar,
los padres que viven con un hijo con una condición crónica pueden no ser
capaces de lidiar con las crecientes demandas de su hijo. Como los padres
que viven en la pobreza, estos padres creen que su hijo estará mejor sin
ellos y los abandonan en el sistema público o los dejan viviendo con
parientes.
o Problemas de comportamiento; todos los niños experimentan problemas de
comportamiento a medida que crecen y aprenden sobre el mundo a su
alrededor. Para algunos padres, el mal comportamiento de sus hijos es una
fuente de estrés extremo y son incapaces de manejarlo. Otros padres
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tienen hijos con comportamientos extremos, incluso criminales, que son
incapaces o no quieren controlar. Estos niños están bajo un riesgo mayor
de ser removidos del cuidado de sus padres y ser ubicados en situaciones
alternativas para ellos.
o Muchas madres jóvenes luchan por satisfacer las exigencias de cuidar a un
bebé mientras que siguen siendo una niña ellas mismas. Otras madres
jóvenes echan de menos la vida de adolescente y comienzan a resentir su
bebé por "evitar que vivan". Los bebés nacidos de madres más jóvenes
tienen un mayor riesgo de abuso, negligencia y abandono, según la
Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente. Estos niños
pueden terminar siendo criados por el sistema público o por sus abuelos en
ausencia de sus padres jóvenes.
Si bien las causas pueden variar enormemente, la separación de los progenitores
y de la familia resulta por lo general perjudicial para el bienestar y desarrollo del
niño. Por otra parte, el ingreso en una institución no suele ser la mejor solución par
En un informe de 1993, la OMS sugería estos factores como causantes del
fenómeno:
o Desintegración del entorno familiar
o Conflicto armado
o Pobreza extrema
o Desastres (naturales o provocados)
o Hambre
o Abusos físicos y sexuales
o Explotación infantil
o Desplazamiento social tras emigración
o Urbanización y crecimiento descontrolado de suburbios
o Incultura
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o a estos niños y niñas.
o Efecto
El abandono de los padres o de otros seres queridos puede tener un efecto
profundo en la vida de un individuo. Lo más común es que el abandono ocurra en
una edad temprana, cuando la persona es tan sólo un niño. Un niño puede ser
abandonado porque uno o ambos de sus padres están lejos la mayoría del tiempo,
no dan mucho afecto o porque un padre tiene un problema, como el alcoholismo,
que afecta la forma en la que trata al niño.
1. Rebeldía
El abandono durante la niñez puede llevar a que el individuo exprese después una
necesidad de rebelarse contra figuras autoritarias como los padres o los
profesores, especialmente durante el periodo de la adolescencia cuando las
hormonas dictan gran parte del comportamiento de una persona. En individuos
con un historial de abandono, este es particularmente el caso ya que el
adolescente realmente está tratando de que los adultos alrededor lo cuiden y lo
quieran, como lo explica el ensayo “Robert Hawkins: Estudio sobre los efectos de
problemas de abandono sin resolver” por J. Ray Rice. Estos adolescentes se
rebelan para probar los límites y llamar la atención.
2. Baja autoestima
El abandono en una edad temprana cambia cómo se desarrolla el niño y muchos
individuos que se enfrentan con el abandono se convierten rápidamente en
adeptos a simplemente sobrevivir. Ya que sus padres no están cerca o no proveen
lo que necesita, estos niños desarrollan un instinto de supervivencia que a
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menudo domina su comportamiento y reemplaza el desarrollo normal de la niñez.
Este instinto de supervivencia y una necesidad de evitar un abandono posterior, se
vuelven aparentes en un amplio rango de situaciones, desde las amistades hasta
las carreras. Por ejemplo, el individuo puede experimentar problemas para confiar
en otros o compartir información.
3. Dolor emocional
El abandono puede tener como consecuencia un exceso de problemas
emocionales para los niños afectados, tanto a corto como a largo plazo. Si el
abandono es repentino, es probable que el niño se sienta impactado y confundido.
El abandono puede hacer que el niño sienta que lo que hizo el padre es su culpa,
lo que puede llevarlo a sentir culpa e incluso vergüenza. Dentro de estas
situaciones también son comunes los sentimientos de aflicción y enojo.
4. Carencia de formación de la identidad
La falta de uno de los padres puede tener un impacto a largo plazo asociado a la
forma en que se relaciona el niño con las personas de su sexo. Una de las tareas
de los padres es asegurarse de que su hijo asuma las implicaciones de su sexo de
forma madura, algo que a menudo se hace dando un buen ejemplo con el
comportamiento hacia el prójimo, sean o no del mismo sexo. Por ejemplo,
generalmente los niños pequeños necesitan una figura paterna para que los ayude
a manejar su masculinidad en desarrollo, y este desarrollo puede atrofiarse debido
a la ausencia de una figura paterna.
5. Comportamiento antisocial
El abandono puede llevar a que el niño no desarrolle completamente sus dotes
sociales, lo que puede resultar en que más adelante se involucre en situaciones
delictivas o adicciones. Los problemas anti-sociales pueden variar desde correr
riesgos (como tener encuentros sexuales a temprana edad) hasta el exceso de
consumo de alcohol. Los niños abandonados tienen más probabilidades de
consumir drogas o cigarrillos.
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6. El ciclo del abandono
El abandono infantil puede dar comienzo a un ciclo de negligencia y abuso. Los
niños abandonados por uno de sus padres tienen más probabilidades de hacer lo
mismo con sus hijos.
Postulados
o Se les brinde protección y socorro en cualquier circunstancia y con la
oportunidad necesaria.
o Se les atienda antes que a los adultos en todos los servicios, en igualdad
de condiciones.
o Se considere el diseñar y ejecutar las políticas públicas necesarias para la
protección de sus derechos.
o Se asignen mayores recursos a las instituciones encargadas de proteger
sus derechos.
o Del Derecho a la vida.
o Niñas, niños y adolescentes con discapacidad física, intelectual o sensorial
no podrán ser discriminados por ningún motivo. Independientemente de los
demás derechos que reconoce y otorga esta ley, tienen derecho a
desarrollar plenamente sus aptitudes y a gozar de una vida digna que les
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permita integrarse a la sociedad, participando, en la medida de sus
posibilidades, en los ámbitos escolar, laboral, cultural, recreativa y
económica.
Clasificación
o Por la conducta: omisión.
o Por el resultado: formal o de mera conducta.
o Por su duración: instantáneo.
o Por su ordenación metodológica: básico o fundamental
o Por su autonomía: autónomo o independiente.
o Por su formulación: amplio.
o Por su composición: normal
o Por estructura: simple
Otras formas de abandono infantil abarcan:
• Permitir que el niño presencie actos de violencia o maltrato severo entre los
padres o adultos.
• Ignorar, insultar o amenazar al niño con violencia.
• No suministrarle al niño un ambiente seguro y de apoyo emocional por parte
de los adultos.
• Mostrar descuido imprudente por el bienestar del niño.
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El abandono en la niñez va de la mano con el maltrato infantil UNICEF define
como víctimas de maltrato y abandono a aquellos niños, niñas y adolescentes
de hasta 18 años que sufren ocasional o habitualmente actos de violencia
física, sexual o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones
sociales. Dentro del grupo familiar se distinguen los siguientes.
o Maltrato Físico: Agresión que puede o no tener como resultado una
lesión física, producto de un castigo único o repetido, con magnitudes y
características variables.
o Maltrato Emocional: El hostigamiento verbal habitual por medio de
insultos, criticas, descréditos, ridiculizaciones, así como la indiferencia o
el rechazo explícito hacia el niño, niña o adolescente. También se
incluye el rechazo, el aislamiento, aterrorizar a los niños o niñas,
ignorarlos y corromperlos.
o Abandono Y Negligencia: Se refiere a la falta de protección y cuidado
mínimo por parte de quienes tienen el deber de hacerlo y las
condiciones para ello. Existe negligencia cuando los responsables de
cubrir las necesidades básicas no lo hacen.
o Abuso Sexual: Es toda forma de actividad sexual entre un adulto y un
niño, niña o adolescente. Incluyendo la explotación sexual.
Formas de abandono hay bastantes y, por lo mismo, hay un aumento
sostenido en el abandono de menores. De hecho basta con leer un diario o ver
un noticiario para darse cuenta de esta lamentable realidad.
Los niños y niñas que carecen de la guía y protección de una persona adulta
suelen ser más vulnerables y corren un mayor riesgo de padecer violencia,
explotación, trata de menores de edad, discriminación y otros abusos. En
situaciones de conflicto, la separación involuntaria de la familia y del abrigo de
su comunidad -que en ocasiones les conduce hasta otro país- aumenta
considerablemente la exposición del niño a la violencia, el maltrato físico, la
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explotación e incluso la muerte. Los niños y niñas que sobreviven habrán de
enfrentar malnutrición, enfermedades, traumas físicos y psicosociales, y
limitaciones en su desarrollo cognitivo y emocional. Las niñas sin tutela corren
un mayor riesgo de ser víctimas de abusos sexuales, mientras que ambos,
niños y niñas, corren el riesgo de ser forzados o inducidos a participar
“voluntariamente” en conflictos armados y actos de violencia.
Posturas a favor y en contra
Diversas instituciones y personalidades relacionadas con la defensa de los niños
se muestran a favor del trabajo infantil, argumentando que la grabe crisis
económica que afronta el país obliga a trabajar a todos los miembros de la familia
como única posibilidad de subsistencia, ante la incapacidad del estado para poder
garantizar el bienestar social.
La asamblea legislativa de la república de El Salvador
Considerando:
I. Que el artículo 34 de la constitución de la república reconoce el derecho de
toda niña, niño y adolescente, tienen a vivir en condiciones familiares y
ambientales que le permitan su desarrollo integral, para lo cual tendrá la
protección del Estado, estableciendo además, que la ley determinará los
deberes del Estado y creará las instituciones para la protección de la
maternidad y de la infancia.
II. Que de acuerdo con el artículo 35 de la misma, es un deber del Estado
proteger la salud física, mental y moral de las niñas, niños y adolescentes, y
garantizar el derecho de éstos a la educación y a la asistencia, con la
salvedad del Régimen jurídico a la que se refiere.
III. Que conforme a la convección sobre los derechos del niño, ratificada por la
república de El Salvador el 27 de Abril de 1990, los estados partes
respetaran los derechos enunciados en ella, y aseguran su aplicación a
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cada niño sujeto a una jurisdicción sin distinción alguna,
independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la
opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la
posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier
otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales;
comprometiéndose a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean
necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes
de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley,
tomando para este fin, todas las medidas legislativas y administrativas.
IV. Que las niñas, niños y adolescentes, nacen e inician su vida como seres
completamente independientes y sujetos plenos de derechos,
constituyéndose como el sector más vulnerable de la sociedad, ya que el
cambio de ésta, así como las medidas legislativas que el estado toma,
tienen mayores repercusiones en ellos que sobre cualquier otro grupo de
sociedad, en razón de lo cual se vuelve conveniente emitir una ley que los
proteja de manera íntegra, ya que es obligación del estado, brindar
seguridad y certeza jurídica que toda niña, niño y adolescente necesita para
su pleno desarrollo.
LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA
Libro 1
Derechos, Garantías y Deberes
Título preliminar
Disposiciones generales
Capítulo I
Disposiciones preliminares
Artículo 1.-Finalidad
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La presente ley tiene como finalidad garantizar el ejercicio y disfrute pleno de los
derechos y facilitar el cumplimiento de los deberes de toda niña, niño y
adolescente en El Salvador, contenidos en la presente ley, independientemente de
su nacionalidad, para cuyo efecto se crea un sistema nacional de protección
integral de la nier y adolescencia con la participación de la familia, el estado y
sociedad, fundamentado en la constitución de la república y en los tratados
internacionales sobre derechos humanos vigentes en El salvador, especialmente
en la convención sobre los derechos del niño.
Artículo 31.- Salud mental
El Estado deberá garantizar la atención de la salud mental, neurológica y
psicosocial de la niña, niño y adolescente mediante la formulación de políticas
públicas e implementación de programas específicos. La internación en
instituciones públicas o privadas de cualquier niña, niño o adolescente por
padecimientos de origen mental, neurológico o psicosocial, deberá ser autorizada
por la madre, padre o representante legal, y podrá ser revisada por la autoridad
judicial competente, previa petición de la parte interesada. Se prestará especial
atención a la salud mental de las niñas, niños y adolescentes en los casos de
desastres naturales u otras situaciones de vulnerabilidad.
Artículo 34.- Derecho a la seguridad social
Las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho de ser inscritos y beneficiarse
en forma prioritaria de los servicios de salud provistos por el Instituto Salvadoreño
del Seguro Social cuando su madre o padre sea derecho habiente. De igual
manera, las otras instituciones públicas que brindan servicios de seguridad social
otorgarán la misma cobertura. La cobertura de los servicios a las niñas, niños y
adolescentes, se asumirá y desarrollará de forma progresiva y conforme a las
leyes correspondientes, atendiendo a las capacidades y hasta el máximo de los
recursos disponibles. Dicha progresividad será supervisada por el Consejo
Nacional de la Niñez y de la Adolescencia. En caso de no ser beneficiarios,
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deberán ser atendidos cuando en el sistema de salud pública no existan los
medios y recursos necesarios para el tratamiento médico-quirúrgico que
necesitasen y la emergencia así lo amerite.
Artículo 35.- Derecho a un medio ambiente sano
Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a gozar de un medio ambiente
sano, ecológicamente sustentable y adecuado para su desarrollo. El Estado tiene
el deber de prever en la política medioambiental, programas permanentes dirigidos
a promover la participación de la niña, niño y adolescente en la protección,
conservación y disfrute de los recursos naturales y reducir los riesgos resultantes
de los peligros ambientales. Asimismo, y con la cooperación de la sociedad y las
familias, deberá implementar programas educativos vinculados con el manejo
adecuado de los residuos sólidos, el reciclaje de basuras y el monitoreo de la
calidad del agua potable suministrada a su comunidad
Artículo 37.- Derecho a la integridad personal
Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a que se respete su integridad
personal, la cual comprende la integridad física, psicológica, cultural, moral,
emocional y sexual. En consecuencia, no podrán someterse a ninguna modalidad
de violencia, tales como el abuso, explotación, maltrato, tortura, penas o tratos
inhumanos, crueles y degradantes. La familia, el Estado y la sociedad deben
proteger a las niñas, niños y adolescentes de cualquier forma de explotación,
maltrato, tortura, abuso o negligencia que afecte su derecho a la integridad
personal.
Artículo 38.- Protección frente al maltrato
El Estado tiene la obligación de establecer políticas públicas y programas para la
prevención, atención y erradicación del maltrato y el abandono físico y emocional
de las niñas, niños y adolescentes. Se entiende por maltrato, toda acción u
omisión que provoque o pueda provocar dolor, sufrimiento o daño a la integridad o
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salud física, psicológica, moral o sexual de una niña, niño o adolescente, por parte
de cualquier persona, incluidos sus padres, madres u otros parientes, educadores
y personas a cargo de su cuido, cualesquiera que sean los medios utilizados. Se
considera asimismo como maltrato el descuido en el cumplimiento de las
obligaciones relativas a la prestación de alimentación nutritiva y balanceada,
atención médica, educación o cuidados diarios y la utilización de las niñas, niño y
adolescentes en la mendicidad. El Estado garantizará la creación de programas
dedicados a la atención y auxilio de aquellas familias que debido a la falta de
recursos económicos no pueden cumplir por sí mismas con las obligaciones antes
señaladas. Las niñas, niños y adolescentes deben ser tratados con respeto a su
persona e individualidad y no pueden ser sometidos a castigos corporales,
psicológicos o a cualquier otro trato ofensivo que atente contra su dignidad, sin
perjuicio del derecho de la madre y padre de dirigirlos, orientarlos y corregirlos
moderada y adecuadamente.
Artículo 42.- Libertad de tránsito
Las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho de transitar libremente por todo
el territorio nacional, sin otras restricciones que las establecidas por la Ley y las
derivadas de las facultades de sus madres, padres, representantes o
responsables.
Artículo 49.- Derechos de refugio y asilo
Las niñas, niños y adolescentes que posean el estatus de refugiado o estén en
situación de asilo en El Salvador, tienen derecho a recibir protección y asistencia
legal y humanitaria para el pleno goce de sus derechos. El mismo derecho asiste a
su madre, padre o a las personas encargadas de su cuidado.
Artículo 57.- Protección frente al trabajo
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Los adolescentes tienen el derecho a ser protegidos ante toda práctica laboral
que, dentro del sector formal e informal de la economía, ponga en riesgo el
ejercicio de sus derechos. Para tales efectos, el Estado y la sociedad formularán
las políticas, planes, programas y medidas de protección tendentes a erradicar el
trabajo de las niñas, niños y adolescentes que no han cumplido la edad mínima
para el trabajo. El Órgano Ejecutivo en el ramo de Trabajo y Previsión Social
deberá desarrollar campañas, inspecciones y acciones permanentes en los
lugares de trabajo, con el fin de sancionar a los patronos por el incumplimiento a la
presente disposición.
Artículo 59.- Edad mínima para el trabajo
La edad mínima para que una persona pueda realizar actividades laborales es de
catorce años de edad, siempre y cuando se garantice el respeto de sus derechos
y no perjudique el acceso y derecho a la educación. Bajo ningún concepto se
autorizará el trabajo para las niñas, niños y adolescentes menores de catorce
años.
Cifras
Aunque no existe un registro fiable se suele afirmar que en El Salvador hay un
promedio de 9 niños al mes que quedan en abandono. El Instituto Salvadoreño
para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia (ISNA), habla acerca de
que esa cifra va en aumento y que la media subió de 11 a 15 casos de abandono
al mes. El 98% de los casos de niños abandonados recibidos en el centro médico
infantil son casos externos, es decir, de niños que son abandonados en las calles,
basureros o puertas de casas. El otro 2% corresponde a niños hospitalizados que
son abandonados por sus padres. En la mayoría de casos son infantes que
padecen alguna discapacidad o enfermedad crónica. La mayoría de los
abandonos son en la edad más corta, es decir entre 0 y 2 años, Le siguen
aquellos pequeños entre 2 y 6 años. En muchos de los casos, son madres solteras
quienes abandonan a los pequeños, ya que tanto ellas como el papá no
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planificaron y simplemente lo dejan, situación que genera muchos problemas
afectivos y psicológicos en los menores.
En nuestro país, el 73,6% de los niños, niñas y adolescentes sufre violencia física
o sicológica de parte de sus padres, familiares o conocidos. Esta cifra revela que
el maltrato infantil es un problema complejo y doloroso que afecta a una mayoría
de familias de nuestro país. En estas familias se utiliza la se utiliza la violencia
como una forma para resolver los conflictos que se generan entre sus miembros.
Se trata de una situación mucho más generalizada de lo que se piensa.
Cifras A Nivel Mundial
En Europa central y del este, casi 1,5 millones de niños y niñas viven bajo tutela
pública.
En Rusia, la cifra de niños y niñas que cada año "quedan sin tutela" ha aumentado
a más del doble en los últimos 10 años, pese al descenso del índice de natalidad.
En el decenio de 1990, 1 millón de niños y niñas quedaron huérfanos o fueron
separados de sus familias a causa de conflictos armados.
Se estima que entre un 2% y un 5% de la población refugiada son niños y niñas
sin tutela.
Se prevé que para el año 2010, unos 106 millones de niños y niñas menores de 15
años habrán perdido a al menos uno de sus progenitores. En este cómputo se
incluyen los niños y niñas que quedarán huérfanos a causa del VIH/SIDA, que
superarán la cifra de 25 millones. Las previsiones correspondientes a 12 países
africanos indican que para el año 2010 los niños y niñas huérfanos constituirán al
menos el 15% de todos los niños y niñas menores de 15 años.
Organizaciones de Apoyo
En 1958 que se creó la Dirección de Asistencia Social, dentro de la Secretaría de
Gobierno, permitió dar un enfoque distinto en cuanto a la orientación y objetivos de
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la asistencia al menor y a darle una mayor participación al Estado en la ejecución
de los programas para con este sector de la población.
Es importante mencionar que en esta época, cuando los menores manifestaban
conductas antisociales y cometían algún tipo de infracción a las leyes penales,
eran sometidos al mismo tratamiento de los adultos, juzgándolos e internándolos
en centro penitenciarios comunes, lo que agrava más la situación de ellos.
El número de menores infractores se aumentó y tanto las causas como sus
efectos se hicieron más complejos, dando lugar a que se establecieran los estados
de “riesgos” y “peligrosidad”. A consecuencia de ello, surgieron los intentos de
brindarle al menor un tipo de protección diferente a la que se le brindaba con
acciones de tipo preventivo y rehabilitador. Entonces la situación de los menores
se comenzó a observar desde otra óptica. Así, el 15 de julio de 1966, mediante
Decreto Legislativo No. 25 de ese año, se promulgó la Ley de Jurisdicción Tutelar
de Menores, limitando la protección y jurisdicción legal de los menores, hasta
dieciocho años, dando la pauta para la creación de los primeros establecimientos
de atención al menor con fines de observación y tratamiento.
Ante la necesidad de legislar la protección a niñez y adolescencia, el 15 de julio de
1966 se promulgó la Ley de Jurisdicción Tutelar de Menores, se creó
paralelamente a dicha ley, el Primer Juzgado Tutelar de Menores y se fundaron el
Centro de Orientación Rosa Virginia Pelletier y el Centro de Observación de
Menores.
El 15 de julio de 1969 fue lanzada sobre las instalaciones del Hogar del Niño de
San Salvador una bomba que cobro la vida de una empleada y destruyo los
archivos de la institución.
Origen del Instituto Salvadoreño de Protección al Menor
El Instituto Salvadoreño de Protección al Menor fue creado mediante Decreto
Legislativo N°. 482 de fecha 11 de marzo de 1993, atendiendo por un lado, la
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necesidad de racionalizar y optimizar recursos estatales en favor de la niñez y la
adolescencia y por otro, la urgencia de orientar este accionar bajo un sólo
lineamiento de trabajo: La Política Nacional de Atención al Menor.
Desde su creación el Instituto agrupó a las instituciones que trabajan en protección
de niñez y adolescencia siendo así que se fusionaron el CSM Y DGPM
conocido como Tutelar de Menores y los Centros de niños del Ministerio de
Educación para dar lugar en mayo de 1993 a la institución llamada Instituto
Salvadoreño de Protección al Menor (ISPM), llegando a contar con 16 centros
ubicados en los departamentos de Ahuachapan, Santa Ana, San Miguel,
Sonsonate, San Salvador, La Paz y La Libertad.
De acuerdo con esta nueva concepción de protección al menor, se clasificó a
dichos centros de la manera siguiente:
Centros de Reeducación
Centro de Desarrollo integral (Guarderías)
Centro de Profesionalización
Centros Curativos de Educación
Especial Hogares Escuela
De acuerdo a esta nueva concepción de atención Integral a la Niñez y la
Adolescencia, se clasifico a los Centros de Internamiento y atención a la Niñez y la
Adolescencia de la Siguiente manera:
Centros de protección (hogares)
Centro de Desarrollo Integral
Centros de Inserción Social
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Valoración Ética
En nuestra realidad los niños que han quedado en abandono es grande el
desacierto social. Muchos de ellos desde recién nacidos son dejados que nos
demuestra que muchas instituciones como iglesia, gobierno y sociedad dicen
luchar por combatir este fenómeno cuando no es así son con lo que se dice,
piensa y hace; estos niños son un principio de que no hay amor, que han sido
abandonados desde horas de nacidos en repetidas ocasiones que sin ellos
desearlo tienen tormentos y calvarios por que viven maltrato y sufrimiento; solo
con expresiones de nuestra conducta como humanos que desaprobamos moral y
socialmente.
Muchos niños buscan como vía de escape la calle cuando han sufrido maltrato
Infantil, porque nosotros como sociedad no hemos sabido cómo desarrollar una
buena estrategia para rescatar a estos infantes de las calles, quedando ellos
expuestos a violaciones, drogadicción, perversión o hasta conductas antisocial.
Cada uno de estos niños muestra nuestra incapacidad, sus sentimientos son
rencorosos y nosotros permanecemos tranquilamente, intentado obviar el
problema al sufrimiento que ellos padecen y preocuparnos solo por lo que
nosotros tenemos, haciendo muchas veces insensibles ante este fenómeno social.
Salimos ante eventos de problemas sociales para qué supuestamente
enfrentamos las injusticias participando en manifestaciones en la acción de la
violación de los derechos humanos y los niños solo nos ven confundidos ante
nuestras reacciones sin comprender nosotros sus prioridades.
Anualmente se dan muchos casos de suicido de menores de deambulan por la
calle, porque nuestro país se da mucho la corrupción que son los hechos reales e
cual el niño sufre lo mismo en donde son muchas veces esclavizados por comida
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o algo para sustentarse presionándolos sin ningún remordimiento deseando ellos
solo su muerte, el niño de la calle es la más indefensa de las víctimas.
Recomendaciones
Efectuar campañas nacionales y divulgar información para alentar a los gobiernos y la
sociedad civil a proporcionar a todos oportunidades educativas.
Adoptar una estrategia multisectorial orientada a promover el derecho a la educación
y fortalecer las iniciativas conjuntas entre los gobiernos, los organismos de
las× Unidas , la sociedad civil, las ONG y el sector privado.
La prestación de servicios básicos (v. gr. cursos de alfabetización, apoyo médico y
psicosocial, ropa y alimentos) directamente en la calle, para ayudar a los niños a
tomar decisiones bien fundadas y positivas acerca de sus propias vidas, de la
posibilidad de dejar la calle e incorporarse a centros de alojamiento o al seno de sus
familias.
Organizar rondas callejeras para identificar a los niños que recientemente se han
echado a la calle y establecer un diálogo respetuoso que les ayude a tomar la
decisión de abandonar esa opción.
Integración de los niños de la calle en los primeros grados del sistema escolar y
creación de programas de rehabilitación para los que han abandonado los estudios.
Desarrollar actividades educativas extraescolares, talleres docentes personalizados y
cursos de alfabetización y formación vocacional, para vincular la educación formal y la
no formal y facilitar la matrícula de los niños de la calle en las escuelas públicas.
Organización de campañas de promoción y de programas de educación preventiva
para los niños de la calle en lo referente al VIH y el SIDA, y creación de programas de
formación que generen competencias para la vida activa, con cursos sobre
comunicación y aptitudes personales, toma de decisiones, pensamiento crítico y
desarrollo de capacidades para organizar su propia vida y hacer frente a situaciones
difíciles.
Crear un contexto escolar capaz de retener en el centro a los antiguos niños de la
calle.
Mejorar la formación previa de los docentes y la que reciben durante el servicio, de
manera que adquieran experiencia en métodos y prácticas de integración, mediante el
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trato con alumnos de diversas capacidades y experiencias, y distintos antecedentes
sociales y culturales.
Conclusión
Al analizar e investigar acerca de este tema nos dimos cuenta de la importancia
que se le deba de dar a los niños de la calle, pero este problema no es
debidamente combatido por el gobierno ni la sociedad
Debemos de estar consientes que si no se les da la debida importancia a este
problema se puede agravar y ser más difícil de controlar por eso desde que
comenzamos a elaborar este trabajo sabíamos de la importancia que debíamos de
tener al hacerlo ya que podemos tomarlo a la ligera porque es nuestra obligación
contribuir a que lo demás sepan nuestra realidad de los niños en abandono
A pesar de la crítica a esto, sería utópico pensar que estas formas de instituciones
de control deben desaparecer o que el trabajo social(o cualquier otra disciplina)
encontrará una solución al problema. Por lo cual estás son las formas,
los recursos y las instituciones que tenemos para abordar la problemática de los
chicos pobres y de la calle.(esto implicaría cambios estructurales).
Saber que el niño de la calle se vio obligado a forjar su subjetividad e identidad en
la calle o en la miseria, y lo cual es un proceso muy difícil de revertir. Ya que las
tienen muy arraigadas.
Entonces nos hallamos ante un desafío (pertinente también al trabajo social) de
que para brindarle protección, comprensión, afecto y mejores condiciones de vida,
estás serán necesidades que deberemos volver a crear en el niño, en
contraposición a la identidad elaborada en la calle. Sin olvidar rescatar la historia
de los niños que estos tienen un origen que merece ser contado por más que
provenga de condiciones extremas de miseria, tratando de establecer vínculos con
su familia, comunidad, por que en cierta manera son parte de él y no penalizarlo y
encerrarlo por un destino que seguramente él no eligió.
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Bibliografía
http://www.buenastareas.com/ensayos/Postulados-De-Derechos-
Infantiles/2406090.html
http://es.scribd.com/doc/109490575/Abandono-de-Personas
http://www.iin.oea.org/Revista_social_Vol_16.pdf
http://www.wma.net/es/30publications/10policies/a2/
http://www.trabajosocial.uson.mx/pdf/savia0.pdf
http://www.sinfinesdelucro.net/content/view/1393517/Recomendaciones-
para-un-programa-para-ninos-de-la-calle.html
http://www.unesco.org/new/es/education/themes/strengthening-education-
systems/inclusive-education/street-children/
http://www.monografias.com/trabajos10/calle/
calle.shtml#conclusion#ixzz3D5z8BSxZ
http://html.rincondelvago.com/ninos-de-la-calle_3.html
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Anexos
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