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El contenido de esta obra es una contribución del autor al repositorio digital de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, por tanto el autor tiene exclusiva responsabilidad sobre el mismo y no necesariamente refleja los puntos de vista de la UASB. Este trabajo se almacena bajo una licencia de distribución no exclusiva otorgada por el autor al repositorio, y con licencia Creative Commons – Reconocimiento de créditos-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Ecuador Neoliberalismo, movimientos sociales y propuesta popular Jaime Breilh 1994 Artículo publicado en: Espacios, 3 (1) (1994): 13-30.

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  • El contenido de esta obra es una contribución del autor al repositorio digital de la Universidad

    Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, por tanto el autor tiene exclusiva responsabilidad sobre el mismo y no necesariamente refleja los puntos de vista de la UASB.

    Este trabajo se almacena bajo una licencia de distribución no exclusiva otorgada por el autor al repositorio, y con licencia Creative Commons – Reconocimiento de créditos-No comercial-Sin

    obras derivadas 3.0 Ecuador

    Neoliberalismo, movimientos sociales y propuesta popular

    Jaime Breilh

    1994

    Artículo publicado en: Espacios, 3 (1) (1994): 13-30.

  • Número Treos

  • Contenido

    TEMA CENTRAL

    Movimientos Sociales y Poder PolíticoNeoliberalismo, movimientos socialesy poder políticoLos actores sociales y políticosdebaten propuestas actualesEl quehacer de la economía popularLas formaciones socialesen el Tercer Mundo

    EDITORIAL

    Sigue la historia ...y sigue la lucha Arturo Campaña 3

    JaimeBreilh 13

    Entrevistas 33

    Zonia Palán 62

    Wilson Herdoíza, 70

    Proyectos Políticos AlternativosVigencia del Estadonacional-democrático Alberto Acosta 81¿Alternativa? Un gobierno popularrevolucionario Rafael Lan'ea 96La Potencialidad del proyecto.indio en Ecuador

    ANALlSIS y PROPUESTAS

    La transición históricaEcuador: Un país en crisisAlcances de la comunicaciónalternativaLas reformas a la Ley deHidrocarburosDebate por nuestro futuro

    Galo Ramón JI. 104

    Bolívar Echeverría 113

    Gonzalo Sono M. 121

    Eduardo Tamayo 134

    Gustavo Jarrín 141

    Juan José Castello 144

  • Contenid·o/

    ED/~PUNTOS CARDINALES

    Socialismo: pensamientoy perspectivaLa solidaridad es la ternurade los pueblosTras la dictadura de Yeltsin

    Francisco Hidalgo 1!S

    Patricio Ycaza 168

    Francisco Proaño 173

    HEUCES DE HURACAN

    J. Gallegos Lara o el escritorcomprometidoNelson Estupiñán Basso la novela de la negritud

    Homenaje a Pedro Vuskovic

    CINDES 183

    Francisco Proaño 188

    Leonardo Ogaz 188

  • ~~ Vo1.1, No 3, 13-30CINDES, Quito-Ecuador, 1994

    ros,~xtraña

    nte,~Iero3.ntonces.

    Resumen: El fracaso de las previsiones triunfalistas delempresariado neoliberal pone al descubierto las contradicciones

    de un modelo neoliberal regresivo. El autor reconoce que las fasesconservadoras de la historia son épocas donde se acentúa el

    espíritu renovador frente a un estado de cosas insostenible en elque se torna necesaria la consolidación de las fuerzas populares.

    El "destape "privatizador y la "dictadura democrática "que losustenta, deben ser enfrentados por un proceso popular basado enuna construcción política moderna, que tome distancia respecto a

    la concepción verticalista e iluminista de los partidos, así comofrente a un movimientismo disperso e inorgánico.

    El trabajo aborda el análisis de la relación entre partidopolítico y movimiento social, entre poder popular, movi~iento

    femenino e indígena, y termina trazando algunos desafios para laconducción política contemporánea.

    Palabras claves: Poder popular, movimiento social,construcción de propuestas.

    NEOLIBERALISMO,MOVIMIENTOS SOCIALESy PROPUESTA POPULARbloNeruda

    ) General Jaime Breilh

    fe Profesorde laFacultaddeCienciasMédicas,InvestigadordelCEAS, PresidentedeICINDES.

    El "Destape" Privatizadory la DictaduraDemocrática

    Una mirada al panorama de desconcierto social de América Latinaque se agudizó desde la década anterior, demuestra el fracaso de laspredicciones triunfalistas del empresariado neoliberal y pone al des-cubierto las contradicciones de un modelo social regresivo.

    La pauperización alcanza velocidades increíbles y no está disfrazadaya de las políticas de bienestar social de un "Estado benefactor" o delos subsidios y protecciones sociales que ofreció a los pobres, en otrosmomentos, una burguesía con actitud más progresiva, preocupada pormantener por lo menos la apariencia legitimadora de una redistribucióndel ingreso.

    Por el contrario, el capitalismo en los últimos tiempos ha tomadola fonna desembozada de un modelo abiertamente regresivo donde lasclases en el poder han puesto a funcionar el reloj de la historia al revés,

  • 14 Jaime Breilh

    mIos dueños de las empresasen latinoamérica

    para salir de su crisis, al versemomentáneamente libres del

    control social ypolítico que otrorapuso algún límite a sus apetitos, se

    encuentran ahora en 1;:etapaorgiástica de un destape

    privatizador.

    demoliendo una a una las conquistas sociales,los niveles salariales logrados en afios de luchapor los trabajadores, y festinando las empresasy recursos estratégicos que eran el único patri'-monio aún no completamente saqueado.

    Así como en otros contextos y situa¡;ioneshistóricas se habló de un "destape" de w-génciasy expectativas represadas, que súbitamente en-contraron su expresión en espacios que habíansido prohibidos; parecieJ;a que de forma seme-jante, los dueños de las empresas en latinoa-mérica para salir de su crisis, al verse momentá-neamente libres del control social y político queotrora puso algún límite a sus apetitos, se en-cuentran ahora en la etapa orgiástica de un des-tape privatizador. No otro calificativo merece lacadena interminable y voraz de atracos cumpli-dos en todos los países de la región, a vista y pa-ciencia del pueblo, y bajo el manto de una llama-da "modernización".

    En afios recientes atestiguamos estupefactosel cinismo con que se monta el proceso expoliador.Estamos viviendo una era de acaparamientoperverso y de vuelta a los patrones de explotaciónde décadas anteriores. La modernización no sela ve por ningún lado, pero se ha convertido enel santo y seña para penetrar en todos los recin-tos de la vida colectiva, a rentabilizar todo lo quepueda ser lucrativo, bajo la éjida del capital fi-nanciero. Si los parques infantiles, si el oxígenoque respiramos pudieran ser privatizados, conseguridad que se crearla una justificación econó-

    mica y las condiciones políticas para el festina-miento. Mientras tanto, la "solidaridad"se escu-cha como slogan del discurso oficial desde Mé-xico hasta la Patagonia.

    Claro que el fenómeno no es sólo latinoame-ricano, aun en las sociedades del capitalismocentral se produce la paradoja de un avance tec-nológico acompafiado de una vuelta a relacionessociales de comienzos de siglo. Como lo explicaPetras para el caso norteamericano, la economíapostindustrial se asemeja crecientemente a las"banana republics", porque la nueva economíade servicio creada, se ha tomado volátil e inesta-ble, dependiente de los flujos de capital externo,con una capa francamente minoritaria de privi-legiados frente a una maSa de trabajadores tem-porarios y mal pagados en empleos de servicios.Lo que dicho autor está señalando, es que aún enel ámbito doméstico el imperialismo no se haconstruido alrededor de Una aristocracia obreraprivÚegiada, sino que lo~ "recllrsos domésticosy los presupuestos estatales se han orientado apromover la presencia universal del Imperio aexpensas del deterioro de sus ciudades, de losservicios públicos como el de salud, de un incre-mento de los impuestos y de un flujo intermina-ble de capitales hacia afuera". 1

    Llega a tal punto la distorsión cínica de larealidad que los propulsores de este gran retrocesoinhumano, orquestan una campafia de prensamundial para manipular las conciencias de lapoblación, con el frn de que se los acepte comolos innovadores y revolucionarios, mientras quelos luchadores históricos y las organizacionesque lideran la resistencia social, por arte de ma-gia de esta, cosmética infame, son tildados deconservadores, de grises y antediluvianos.

    Durante algunos afios la capacidad de res-puesta colectiva ante el despojo, se ha visto mer-mada. Talvez un proceso que ha contribuido aese entorpecimiento coyuntural es el vacío ge-nerado por una crisis de identidad política de la

    1. Petras, James, "Paradoxes in a World in Transition",Intemational Seminaron tlieConjucture ofSocialism, Rosa-rio, 1993.

    Neolib

    población, sobretodo fminada en gran mediljidad sociológica y cutropolitanos. En los 1nuestros países se ~ejército descomunalrrados, subasalariados ~expuestos a los medi(nantes; grupos social,que si bien se estrernemasivas, al no estro,orgánico alrededor desenten sus interesesgrado suficientemen'ción clasista del poeuna confusión ideechada por los aparat(

    m se recreinstrumentldemocrátic

    contradictolFujimoric

    contubeJempresarial y~

    prensa, des'modelo SOCié

    de!

    En ese contextoca cierra su círculcampafia de despnproyecto político seva de las concienci.mediar problemasde organización, dementados por error

    El enorme podlinformación permimanipular las imá,conveniente de lostético la masiva pminar una miradaen Europa del Est

  • olíticaspara el festina-"solidaridad"se escu-urso oficial desde Mé-

    )no es sólo latinoame-iades del capitalismodoja de un avance"tec-IDavuelta a rela~iones¡iglo.Como lo explicanericano, la economíacrecientemente il lase la nueva economíamado volátil e inesta-os de capital externo,minoritaria de privi-de trabajadores tem-mIpleos de servicios.dando, es que aún enperialismo no se ha!l aristocracia obrera:ecursos domésticos¡ se han orientado aersal del Imperio aliS ciudades, de lose salud, de un incre-un flujo interrnina-

    1".1

    orsión cínica de la~estegranretrocesoiIIlpaña de prensaconciencias de la;e los acepte comomos, mientras queas organizacionesi1, por arte de ma-:, son tildados deItediluvianos.

    :apacidad de res->, se ha vistomer-ha contribuido al es el vacío ge-iad política de la

    orld in Transition",:ofSocialism, Rosa-

    Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular

    población, sobretodo en las áreas urbanas, deter-minada en gran medida por la enorme comple-jidad sociológica y cultural de los espacios me-tropolitanos. En los polos más importantes denuestros países se ha estado acwnulando unejército descomunalmente grande de desemple-ados, subasalariados y migrantes, continuamenteexpuestos a los medios de propaganda más alie-nantes; grupos sociales enormes y pauperizadosquesi bien se estremecen e irrumpen en protestasmasivas, al no estructurarse aquellas de modoorgánico alrededor de organizaciones que repre-senten sus intereses históricos, no se han inte-grado suficientemente al proceso de construc-ción clasista del poder popular y han caído enuna confusión ideológica hábilmente aprove-chada por los aparatos políticos de la burguesía.

    ... se recrea ese novedosoinstrumento de la "dictadurademocrática", figura política

    contradictoria inaugurada porFujimori con el aplauso ycontubernio del mundo

    empresarial y sus instrumentos deprensa, desfogue natural de unmodelo social que profundiza la

    desigualdad.

    En ese contexto adverso la hegemonía políti-ca cierra su círculo mediante una millonariacampaña de desprestigio de la izquierda y delproyecto político socialista. Manipulación masi-va de las conciencias que no sería posible de nomediar problemas de la subjetividad popular yde organización, de alguna manera también ali-mentados por errores en la conducción política.

    El enorme poder y control de los medios deinformación permite a los grupos dominantesmanipular las imágenes y construir una visiónconveniente de los eventos históricos. Caso pa-tético la masiva propaganda destinada a dise-minar una mirada tendenciosa de lo que ocurreen Europa del Este, que distorsiona el sentido

    15

    verdadero de la lucha democrática de esos pue-blos y construye figuras políticas como la deYeltsin, el cual por obra y gracia de esa cosmética,se transforma del "Pinochet de Clinton", -comolo ha llamado acertadamente Moreano, desnu-dándolo como instrumento de la imposiciónmás autoritaria del atraco de una mafia de laeconomía swnergida- en "adalid de la demo-cracia". De esa forma se enmascara el festín pri-vatizador y se recrea ese novedoso instrumentode la "dictadura democrática", figura políticacontradictoria inaugurada por Fujimori con elaplauso y contubernio del mundo empresarial ysus instrumentos de prensa, desfogue natural deun modelo social que profundiza la desigualdad.

    La "dictádura democrática" no se ejerce sólopor la vía de la coartación autoritaria de los po-deres legislativo y jurisdiccional por artimañas"legales", sino por la imposición de un gran pro-yecto ideológico de hegemonía que nos trata deuniformar bajo un pensamiento funcional a lasupervivencia del sistema de los empresarios.

    Bajo la "Pax Americana" se ennoblece laimagen de ese Estado pseudo democrático y susdictadores, mientras se denuncia el supuesto au-toritarismo de los regímenes socialistas como elde Cuba. Todo aquello gracias a un "colosal apa-rato de distorsión y encubrimiento, vertebradoalrededor de una doble moral y que presenta loinhwnano e injusto del mundo actual como si-nónimos de progreso o del costo que habría quepagar para progresar".2

    Todo ese conjunto de determinaciones histó-ricas se expresan en un desbalance de fuerzasque favorece el proyecto coyuntural de las cla-ses hegemónicas. Yeso constituye el medio pro-picio para que el oportunismo empresarial lance

    zarpazos claves sobre los recursos estratégicos yempresas nacionales rentables, en espacios quehabían constituido parte de un patrimonio colec-tivo aparentemente "intocable".

    El anlbiente cultural donde se desarrolla lasubjetividad de nuestra población y se construyen

    2. BreiUI,Jaime. "Palabras urgentes 811teel Embate", EspaciosNo. 2, pp. 157-166, Quito 1993.

  • 16 Jaime Breilh

    las ideas políticas ha sido presa también de laofensiva neoconservadora, creándose para losgrupos y organizaciones populares un escenariocomplejo donde las ideas sociales de años ante-riores tienen que persistir y desarrollarse en me-dio de nociones o influencias filosóficas y teóri-cas muy ligadas al clima ideológico postmodernoy a la subjetividad neoliberaL

    ... un enfoque parcial,que desliga objetos de análisis

    trascendentes para la construcciónpolítica, como "etnia",

    "nacionalidad", "género", IIbarrio","familia", "cotidianidad", de susraíces sociales y clasistas más

    profundas, despojándolos de supoliticidad real, de su fuerza como

    categorías analíticas y comoherramientas para la acción

    liberadora.

    De modo general se observa el fortalecimien-to, a lo largo de estos últimos años de neolibera-lismo, de una racionalidad pragmática, de unarazón instrumental que busca desplazar la lógi-ca reinvindicatoria y contestataria de un pensa-miento crítico, fuertemente ligado al cristianismode bases, al marxismo y a todas las doctrinas quehan alimentado las primigenias utopías de lohumano: justicia, igualdad, libertad plena, au-tarquía y construcción solidaria de la vida.

    En medio de esa trama han aparecido ideassociales "alternativas" que han impactado a lascapas medias, muy proclives a los atractores demoda del pensamiento sajón y europeo. Corrien-tes filosóficas como la fenomenología y escuelasinterpretativas como el interaccionismo simbó-lico, por ejemplo, que retrotraen el foco de preo-cupación a lo individual, interpersonal y coti-diano empiezan a marcar los "diagnósticos desituación" de un culturalismo despolitizado opolitizado con un enfoque parcial, que desligaobjetos de análisis trascendentes para la cons-

    trucción política, como "etnia", "nacionalid.ad","género", "barrio", "familia", "cotidianidad",de sus raíces sociales y clasistas más profundas,despojándolos de su politicidad real, de su fuerzacomo categorías analíticas y como herramientaspara la acción liberadora.

    EI..talento_de muchos expertos democráticosy su capacidad d~ aporte l2..olíticopara las causas

    . ----~!!!ayo~ se ve ~nyuelto en eSD~ev~ _l~~apragmática y cOnciliadora, lo cual se justifica.-- .- - -.unas veces como concesIones neceSarIas parasobrevivir, yen otras, se esgrime como alternativaestratégica que sustituye la vía del enfrentamien-to social directo por la "larga vía d~ I~ reformas~stitucionales". De una o de otra forma, valiosos~xponentes del pensamiento social de~stro_spaíses, han terminado convirtiéndose en lo queCueva llamó "los amanuenses del Poder".-- -

    bineras, mfm, nuevoprotesta \nuestras e

    No caleconómiclel trabajo'chos más,mento veldición es1tración y ¡superexpcsu propIavilizaciónburguesíavez másotras regÜy condici<

    Un sapora runguna modenal, comedel uso y ¡la culturaempleo yEstado mla institu(de sustenla compnla democde laequiseno par:méstica 2nización,guridad Ieducaciólformativ!conquist2smo instilDio del c

    La rese da un:

    La lucha social y el espejismo deltriunfo neoliberal

    Son varios ya los signos históricos de satura-ción de la propuesta neoliberal que, en definitiva,corroboran sus contradicciones inherentes y lla-man a cautela aun a los dirigentes del mundo he-gemónico.3

    Al respecto, no es dable pensar que esas vo-ces swjan ahora sólo porque ya se completó elciclo expoliador y la recuperación de la crisis delcapitalismo central, sobre todo norteamericano,si bien algo de eso puede estar pasando, la ver-dad es que hay mucha preocupación por el agra-vamiento de las contradicciones sociales y el re-conocimiento del malestar y lucha popular, aunen países que en las últimas décadas no habíanmostrado esa intensidad del combate poblacional.

    El manto destructor ya no afecta sólo a loscampesinos y obreros que siempre padecieron laexplotación en carne viva, ahora también se es-tremecen y vuelcan su inconformidad los maes-tros, los empleados públicos, los profesionalesjóvenes de la salud, los jubilados, pilotos y ca-

    3. Como son los voceros del FOIldode Ultramar del Japón, quepiden mayor recato y no extremar la polarización social.

    4. Valenzu,América LMéxico, 15

  • acionalidad",tidianidad",nás profundas,al,de su fuerza) herramientas

    :democráticoslara las causas-- ~nueva log¡caal se justifica~cesanas paramo alternativaenfrentamien-e la~refonnaslnna, valiosos:tI de nuestrQ.sose en lo CLue

    I Poder".

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    cos de satura-, en defInitiva,lerentes y lla-le! mundo he-

    r que esas vo-e completó elde la crisis delifteamericano,sando, la ver-Inpor el agra-lCialesy el re-I popular, aunjas no habíanepoblacional.

    cta sólo a lospadecieron laambién se es-dad los maes-profesionales, pilotos y ca-

    ~ardel Japón, que:ación social.

    Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular· 17

    bineras, madres y padres de desaparecidos, enfIn, nuevos grupos que visitan los espacios deprotesta vistiendo de dignidad las calles denuestras ciudades.

    No cabe aquí insistir sobre la explicacióneconómica estructural del neoliberalismo. Desdeel trabajo "clásico" de Valenzuela4, y luego mu-chos más, han explicado como es un gran argu-mento velado en favor del oligopolio y su con-dición estructural de modelo de alta concen-tración y polarización social. Una modalidad desuperexpoliación autolimitante, que genera ensu propia entraña las condiciones para una mo-vilización popular. Una argucia histórica de laburguesía latinoamericana de posibilidades cadavez más limitadas por el mayor atractivo deotras regiones con mano de obra aún más baratay condiciones de control social mayor.

    Un sainete de modemización, que no incor-pora ninguno de los elementos sustanciales deuna modernización verdadera del Estado nacio-nal, como serian: la democratización profundadel uso y acceso a los bienes de la producción, dela cultura y la ciencia; la desaparición del des-empleo y la mendicidad; la organización de unEstado modemo plurinacional y multicultural,la institucionalización de una práctica políticade sustentación humana y técnica y no sujeta ala compra de redes clientelares y a la falacia dela democracia parlamentaria; el advenimientode la equidad de género por medio de un trabajoserio para someter la vida social, política y do-méstica a la igualdad entre géneros; la huma-nización de la vida mediante la protección y se-guridad universal de la población frente a laeducación, la salud, la vivienda, la recreaciónformativa desalienante y, en fIn, tantas otrasconquistas postergadas por la voracidad y egoí-smo institucionalizado que caracterizan al domi-nio del capital sobre lo humano.

    La realidad desafortunadamente es otra. Sise da una mirada al estado de deterioro al que

    4. Valenzuela, 1. Critica del Modelo Neoliberal. ColecciónAmérica Latina de la Facultad de Economía de la UNAM,México, 1991,pp. 19.

    han llegado en la actualidad las poblaciones dedistintos tipos de países del continente, se cons-tatan diferencias abismales entre los mismos yel grado alarmante de inequidad social que seextiende a lo largo y ancho de los países, sobretodode aquellos que pertenecen al mundo del capita-lismo más atrasado y dependiente. 5

    En efecto, al desplegar a los países de Américaen una escala de inequidad social básica, se pue-de tener una imagen, primero de la distanciaabismal de desarrollo humano básico que existeentre Cuba y Canadá, especialmente, y EstadosUnidos en menor grado, frente al resto de países,pero además, surge una imagen preocupante delnivel de atrqso y sufrimiento social .implíciloque campea en los territorios capitalistas.

    La ubicación comparativa del Ecuador, entree120% de países que tienen las peores condicionesde América en esa escala de deterioro humanoy atraso social, expresa con claridad la imposibi-lidad del capitalismo para ofrecer un modelo deauténtico desarrollo humano para nuestro país.El Instituto Nacional de Estadísticas en estosdías ha reconocido que el 80% de la poblacióndel país vive en pobreza.

    Cabe preguntarse entonces: ¿De qué manerahabrá que operar políticamente frente a esascondiciones objetivas de nuestra sociedad dondepersisten la miseria y el agravamiento de la de-sigualdad? ¿Cómo se deberá realizar la construc-ción política para montar un proceso popular li-

    5. Con el fm de cuantificar la magnitud del descalabro de lacalidad de vida, el Centro de Estudios y Asesoría en Salud(CEAS) diseñó un índice compuesto, mediante la combinaciónde varios indicadores, construidos con datos del Banco Mundial,de Naciones Unidas y de USAID, relacionados aldeterioro dela alimentación y estado nutricional, a la falta de acceso a laeducación, a lasdeficiencias de servicios curativos Ypreventivosde salud y, por último a la falta de acceso al agua segura paraconsumo, delamayorparte delos países de América. Con finescomparativos, se utilizó como escala de referencia la que se po-dría fonnar colocando en un extremo, como valormáximo deinequidad equivalente al, al del país del mundo de peorescondiciones de vida (fue generalmente algún país afiicano) ycomo valor mínimo equivalente a Oal del país con lamejor si-tuación mundial relativa (generalmente Suecia) respecto aesos indicadoreas.

  • 18 Jaime Breilh

    berador y generalizado? ¿Cuáles son las dificul-tades en ese camino y cuáles detenninacionessuperestructurales y subjetivas condicionan unatraso en el desarrollo de la conciencia colectivay en el desencadenamiento de meCanismos parala construcción democrática de expresiones au-ténticas y eficientes de un poder popular para latransformación?

    Una parte importante de la reflexión sobreesa problemática pasa por el análisis de las for-mas de conducción política y de las expresionesde la conciencia colectiva que se dan en la so-ciedad. .

    V arios s~>nlos puntos de análisis que implicael conocimiento de la dinámica de los movimien-tos sociales y el poder político. Por un lado, estála necesidad de clarificar el problema del sujetohistórico de la transformación, lo cual conllevael estudio de relaciones como la de "partido" y"movimiento", el esclarecimiento de los vínculosentre el "enfoque de clase" y la participación demovimientos populares específicos. Lo anteriorva ligado a la discusión de las formas de conduc-ción política y de las ideas sobre lo que es la van-guardia colectiva.

    De ese modo, surge la necesidad de enfocaralgunas relaciones fundamentales respecto alproceso de construcción del poder popular: larelación entre partido y movimiento social, larelación entre partidos, la relación entre la di-rigencia política y el trabajo de análisis teórico;esto último implica el estudio de la relación en-tre la intelectualidad y la política. Es decir, hayla necesidad de profundizar el trabajo de análisisque se ha producido en varios foros populares,nacionales e internacionales, y llevar esta dis-cusión hacia los más amplios sectores.

    El Problema de la SubjetividadPopular y la Forja de Ideas Políticas

    En cada época de su historia las sociedadesse caracterizan por el predominio de una ciertaracionalidad, que es parte sustancial del contextoideológico, e impregna la cosmovisión de laspoblaciones, su juicio de lo que es válido o útil

    Es precisamente esapenetración de una subjetividad

    ajena a las raíces e interés propiodel pueblo. un recurso vital para lareproducción de esa hegemonía de

    la que hablaba Gramsci.

    para la vida social, las formas de construir expli-caciones sobre los eventos y el modo de razonaren perspectiva histórica acerca de los grandesproyectos humanos que tienen que cumplirse-aquello que Sedefine convencionalmente comola utopía-o

    Es evidente que el comportamiento políticode los grupos sociales guarda una estrecha rela-ción con esas formas de racionalidad que, de al-guna manera, son parte del material básico delque se forjan las ideas políticas. Si bien es ciertoque las diferentes clases sociales se caracterizanpor patrones de ideación y contextos de vida dis-tintos, sin embargo, en el mundo de la comuni-cación moderna, se replican las formas de sin-cretismo cultural y de imbricación ideológica,profundamente influidas por las formas de ra-cionalidad que se expanden hegemónicamente.

    Los anhelos, sueños y vivencias de las po-blaciones están fuertemente influidas por lascondiciones generales de reproducción ideo-lógica. En otras palabras, la construcción de unpensamiento critico popular y de las accionesreinvindicativas que llevan adelante las clasessociales subordinadas, a más de incorporar lainfluencia de los saberes y formas culturales desu extracción pasada y de la experiencia actualde clase, no dejan de tener la profunda influenciade los patrones de subjetividad racional predomi-nantes, promovidos por las clases que manejanel poder.

    Es precisamente esa penetración de una sub-jetividad ajena a las raíces e interés propio delpueblo, un recurso vital para la reproducción deesa hegemonía de la que hablaba Gramsci, que

    como lose domivés de 1no tamlpor me<capaz cde los 1

    Ha)¿qué mqueseltidos debases tproyec'de quevidad ,especíJecológzadas?constf1esas 1=menosmo suconstrtundo,

    his

    Lment("po:en lacon]

    6.Culmpel

  • !nteesaiubjetividad,terés propioo vital para lalegemonía de:ramsci.

    de construir expli-1modo de razonarca de los grandesen que cumplirsecionalmente como

    Irtarnientopolíticouna estrecha rela-rlalidadque, de al-1aterial básico dels. Si bien es ciertoles se caracterizan¡textosde vida dis-ndo de la comuni-las formas de sin-cación ideológica,las formas de ra-hegemónicamente.

    vencias de las po-influidas por las

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    Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular

    como lo sintetiza Cueva, consiste en que "la cla-se dominante se impone como tal, no sólo a tra-vés de la coerción o sea de la violencia fisica, si-no también mediante la hegemonía, es decir,por medio de una 'dirección intelectual y moral'capaz de asegurar incluso el 'consenso activo'de los gobemados".6

    Hay que preguntarse con responsabilidad,¿qué más querría la burguesía monopólica, sinoque se expanda el consenso activo de que los par-tidos de izquierda no sirven para nada? ¿Que lasbases teóricas sobre las que éstos fundaron susproyectos son obsoletas? ¿Qué mejor para ellosde que nos disolvamos en función de una subjeti-vidad volcada dispersamente a reinvindicacionesespecíficas como las étnicas, las de género, lasecológicas, las míticas, etc., pero descontextuali-zadas? Si, en efecto, la trascendencia para laconstrucción de una subjetividad popular deesas preocupaciones es incuestionable, no esmenos cierto que están siendo manipuladas co-mo sustitutos conceptuales y distractores de laconstrucción de un poder popular unitario y ro-tundo, en lugar de alimentarlo.

    Es como una marejada de"modernizaciones" que van

    proponiendo cambios de conductay renovación del conocimiento y

    que, consciente oinconscientemente,

    refuncionalizan elementosculturales y políticos

    históricamente ligados a la lógicade construcción de la lucha

    popular.

    La racionalidad pragmática o razón instru-mental que acompaña en el terreno ideológico("postmoderno") lo que el neoliberalismo realizaen la estructura económica, tiene lazos históricoscon la mentalidad del Norte sajón, nacida en el

    6. Cueva, Agustín. "El Fetichismo de la Hegemonía y elImperialismo" CuademosPolíticos, 89: 31-39, 1984.

    mundo mercantil de la libre competencia y queprivilegia la relación directa entre fmes y mediosy eleva el criterio de utilidad inmediata a un sitiopreferencial, porque para ésta, lo útil es igual alo concreto y la consecución inmediata de metasfactibles llena la realización del animal político,constituyéndose en el centro de la vida humana. 7Para esa visión que pretende calar hondo en .nuestra subjetividad colectiva, lo útil es lo racio-nal, y lo útil es lo económicamente productivo olo que alcanza metas de acción definidas por elEstado o por las modas impuestas por la propa-ganda oficial de corte nacional o internacional.

    En medio de ese clima hegemónico, se robus-tecen corrientes ideológicas que marcan unahuella prófunda en el pensamiento crítico con-temporáneo. Es como una marejada de "moder-nizaciones" que van proponiendo cambios deconducta y renovación del conocimiento y que,consciente o inconscientemente, refuncionali-zan elementos culturales y políticos histórica-mente ligados a la lógica de construcción de lalucha popular. Asunto que no tendría porqué sernegativo -máxime cuando se han puesto enevidencia los errores de implantación de unadoctrina socialista fosilizada y de manual-excepto que, lamentablemente, mucho de esaola modernizadora de la doctrina social y políticade "avanzada" no es más que el resucitamientode doctrinas de una identidad epistemológicaconocida, que al recuperarse, desmantela la sus-tancia anticapitalista de las ciencias sociales ypolíticas. Nos quieren llevar a un relativismocoyunturalista, que se sube con habilidad opor-tuna en la moda de tumo y que reintroduce comoeje epistemológico la vieja noción positivista deque "el mundo es demasiado complejo como pa-ra ser comprendido por teorías epistemológicasgenerales", que lo humano no es científicamentepredecible, como lo podrían ser las cosas en elmundo fisico y que los seres humanos estamosguiados por conductas impredecibles ligadas a .los sueños, deseos, mitos y por una praxis inor-gánica movida por sentidos y anhelos irrepetibles

    7. Quijano, Aníbal. Modernidad, identidad y Utopía enAméricaLatina, Editorial El Conejo, Quito, 1990.

    19

  • 20 Jaime Breilh

    .. .los viejos argumentos con losque siempre se quiso desarticular

    la vida individual de lasdeterminaciones colectivas, serecuperan ahora en la críticapostmoderna del marxismo.

    y sin contexto.

    Esa línea de pensamiento lleva a la conclu-sión de que la hegemonia "no aparece corno mo-mento constitutivo de un proceso estructuradode reproducción social (reproducción de deter-minado modo de producción) sino como una di-mensión autónoma de la sociedad que sería po-sible alterar cualitativamente aun antes de quela estructura de poder haya sido realmente tras-trocada". 8

    Entonces, los viejos argumentos con los quesiempre se quiso desarticular la vida individualde las determinaciones colectivas, se recuperanahora en la críticapostmoderna del marxismo.

    Agustín Cueva a lo largo de su combate con-tra todas estas expresiones y, acusado siemprecomo un cerrado ortodoxo por los teóricos demoda -que la historia ha ido desmintiendo unoa uno-, ha desplegado argumentos que yo no voya repetir aquí sobre la forma como "el propiomarxismo comienza a adoptar un lenguaje equí-voco, a veces enredado en la trampa de viejasoposiciones pre-marxistas, como por ejemplo lade 'sociedad civil' vs. 'sociedad política' olvi-dándose en este caso que el marxismo se cons-tituyó haciendo la 'vivisección' del concepto desociedad civil hasta descubrir su médulaeconómica y su contradictoria estructuraclasista".9 Un neomarxismo al margen de Marx.

    En ese sentido, las conocidas distorsiones dela fenomenología y de ese culturalismo micro-

    8. Cueva, Agustín. "El Fetischismo de la Hegemonía y elImperialismo", Op. cit. p. 32.

    9. Cueva, Agustín. MarxismoLatinoamericano: HistoriayProblemas, Planeta, Quito, 1987:

    social -antropología funcional-, se revisten delropaje popular y de la necesidad de ser prácticos,para reproducir la separación entre ciencia y po-lítica, dejando a esta última corno el territorio deuna voluntad colectiva imprevisible que sólo sela puede trabajar en el día a día.

    La lógica instrumental desmonta del análisispolítico las relaciones dialécticas de "período" y"coyuntura", de lo "general" y lo "particular",de "determinación histórica" y "causa social in-mediata", de" estrategia" y "táctica", de "cono-cimiento científico" y "experiencia inmediata"que se requieren trabajar en la veta fundamentalde la lucha social.

    Volviendo al análisis sobre las distintasracionalidades, los pueblos del Sur -vertienteeuropea, americana u otras- han gestado una ra-cionalidad distinta, que podría denominarsehistórica. Un modo de pensar fuertemente ligadoa las nociones de promesa de liberación, deigualdad, de ruptura de toda forma de domina-ción, incluida la esclavitud a lo inmediatamenteútil, la oposición a un sentido exclusivamentepragmático de la vida, donde no hay cabida plP"alo "improductivo", para la creación cultural, pa-ra la reflexión política, para la investigación nosometidos a designios prácticos inmediatistas-no otra cosa expresaban las amenazas del pro-caz y obeso cerebro fmanciero del febrescorde-rismo, cuando señaló que "a los sociólogos va-gos había que matarlos como a los pavos en lavíspera"-. Para los señores del dinero, de unaburguesía inculta y pragmática que nos domina,la racionalidad histórica es un obstáculo a remo-ver.

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    En la orilla opuesta, bajo la urgencia de unespacio propio del pueblo, librado del encadena-miento a la supervivencia y dispuesto a construirun mundo distinto, lo práctico tiene un sentidodiferente, es una subjetividad distinta que relievalo justo, lo solidario, lo creativo, lo crítico, etc.,como lo verdaderamente racional en la granperspectiva del desarrollo humano. Lo cual noquiere decir que a nombre de esa subjetividadcontrahegemónica se descuide la conquista de

    PercionaJi,cionaliltividadconcrelconocesocial)populanuco yseguid:teresesmientn

  • Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular 21

    ·evistendelr prácticos,lenclaypo-erritoriodeque sólo se

    realizaciones prácticas, el dominio de instrumen-tos más avanzados a los que se le permita accesoal pueblo subordinado y sus intelectuales orgá-nicos. Por tanto, lo que se propugna no es una iz-quierda teoricista y especulativa, atrasada yblandengue; más bien, a lo que lleva una subje-tividad histórica es a una conducta donde lasprácticas que haya que realizar, incluso las con-cesiones que haya que hacer, se articulen, orgáni-ca y unitariamente, a un proyecto de liberaciónglobal y no a un tareismo disperso e incoherente.

    Esas dos cosmovisiones, la instrumental sa-jona y la histórica, se enfrentan en la construcciónde los fundamentos del pensamiento político, ysu conflicto está en la base de la lucha ideológicaentre quienes propugnan, explícita o implícita-mente, la reducción de la política a lo inmediata-mente útil y factible, versus aquellos que breganpor conquistas que van más hondo en el enfren-tamiento histórico.

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    ... 10 útil y lo promisorio no seoponen tangencialmente en laconstrucción de la lucha; lo

    importante es que las prioridadesde lo útil sean pensadas en función

    de la construcción de lopromisorio y sean realmente

    viables como promesa liberadora yno subterfugios de una

    conciliación.

    Pero además, el conflicto entre esas dos ra-cionalidades va ligado al conflicto entre la ra-cionalidad rebelde y la conciliadora, dos subje-tividades diametralmente opuestas a la hora deconcretar las acciones políticas. La primera re-conoce la necesidad objetiva del enfrentamientosocial para la construcción del verdadero poderpopular que gira alrededor del dominio econó-mico y de la autarquía política e ideológica, con-seguidas bajo la confrontación radical de los in-tereses económicos y de poder de las mayorías,mientras que la segunda, se expresa, en el mejor

    ocia de unencadena-a construir1U1 sentidolue relievarítico, etc.,:xl la gran,o cual noIbjetividadnquista de

    de los casos, como anhelo de una transformaciónpaulatina por la larga vía de las reformas.

    Ahora, para el pensamiento dialéctico, la-mentablemente muy poco empleado en el razo-namiento político, lo útil Y lo promisorio no seoponen tangencialmente en la construcción dela lucha; lo importante es que las prioridades delo útil sean pensadas en función de la construc-ción de lo promisorio y sean realmente viablescomo promesa liberadora y no subterfugios deuna conciliación. Ese movimiento es el que evi-ta que la subjetividad popular renuncie a unamentalidad de conquista mediata de sus interes.eshistóricos de largo plazo, mientras construye lasjornadas de reinvindicación puntual de sus de-mandas. Esa conducción dialéctica del movi-miento político es la que permite que las vivenciasde las clases populares "en sí", puedan alimentarla fOlja de esas clases "para sí" y su dominio so-bre la sociedad.

    Al igual que en la competencia deportiva, un. equipo que juega con mentalidad ganadora, que"no se achica", como suele decirse en lajerga deldeporte, adquiere una subjetividad combativaque le da réditos en la cancha, así también unmovimiento popular cuyas organizaciones mo-toras alimentan una subjetividad crítica y unadisposición para la conquista del poder econó-mico, técnico y político, está destinado al triunfohistórico. Pero entonces, el movimiento populartiene que reconocer con realismo, que la domi-nación de clase se reproduce también por mediode estos mecanismos ideológico-políticos y quelos aparatos de información y cultura controladospor los empresarios han situado, como lo diríaQuijano, "bajo ataque los fundamentos culturalese intelectuales de la lucha de los explotados ..."lO

    Existen otros aspectos de la subjetividaddominante que deben ser trabajados como pro-blemas filosóficos de la construcción política.Así por ejemplo, el asunto de la subjetividad pa-triarcal, una mentalidad que mantiene y nutre lasubordinación no sólo de las mujeres a los va-rones, sino que alimenta una racionalidad con-

    10. ¡bid.p. 2.

  • 22 Jaime Breilh

    traria a la solidaridad, que es campo propicio pa-ra la mentalidad individualista y dominadoraque necesita reproducir el sistema global parasobrevivir. En ese sentido, el nexo histórico en-tre el aparato general de dominación clasista yla reproducción doméstica y familiar de relacio-nes de subordinación es evidente.

    ...han interpretado erróneamentela derrota histórica de los partidos

    comunistas en Europa del Estecomo el fin de la era de los

    partidos y el comienzo de la era dela sociedad civil

    Cosa semejante sucede con el problema de lasubjetividad nacional, que tanto peso tiene frentea las reinvindicaciones de las culturas y nacionestradicionalmente subordinadas de nuestro paísy que requiere un análisis concreto de la relaciónentre las expresiones progresistas del pensamien-to "occidental", que hacen parte de la racionali-dad moderna, respecto a la visión de las otrasculturas que forman parte del mosaico de nacio-nes indígenas que conforman el espacio históricoque compartirnos.

    En síntesis, el problema de la subjetividadhay que retomarlo con mayor profundidad yconsiderarlo como un ingrediente fundamentala la hora del trabajo político, sobretodo en mo-mentos en que los partidos de la izquierda re-quieren dar un salto profundo en la conducciónpolítica y redefinir sus fomas de relación con losmovimientos poblacionales.

    Partido Politico y MovimientoSocial

    El problema del sujeto histórico de la trans-formación social es también un punto contro-versial. En términos "clásicos" la propuesta po-lítica de la izquierda giró alrededor de la cons-trucción de un partido que representa el interéshistórico de la clase obrera, objetivamente enfren-

    tada al capital en la producción. Al margen deque pueda discutirse ahora, si es un sólo partidoo un frente de partidos los que se requiere histó-ricamente para armar la conducción política enun país como el Ecuador de fines de siglo, el he-cho es que algunos sectores han comenzado aponer en duda la necesidad o la preeminencia deese instrwnento de la organicidad popular.

    Varios de ellos han interpretado errónea-mente la derrota histórica de los partidos comu-nistas en Europa del Este como el fin de la erade los partidos y el comienzo de la era de la socie-dad civil. Es interesante notar que, paradójica-mente, ni siquiera la derecha política sostiene,ni en el discurso ni en la práctica, que hay queacabar con los partidos, como 10 hacen algunos"téoricos progresistas". Tan es así, que aún enesta época en que aparentemente ha llegado a suocaso la era de las grandes concentraciones par-tidarias y de los balcones, las clases dominantesinvierten cuantiosos recursos en la manipulaciónde aparatos políticos poderosos que se movilizanen todo el territorio y dan cuenta de sus necesi-dades de control frente a los conflictos de poder,locales, regionales y nacionales, ocupándose enconjunto, del manejo de las contradicciones po-líticas de todo orden.

    En el marco de esa misma lógica antipartidoque fue mencionada, se argumenta que la solu-ción para el fenómeno ocurrido en el socialismoreal, es la disolución de las estructuras partidariasde la izquierda y la promoción de fuertesmovimientos populares, con su creatividad y supersonalidad propias. Es cierto, que muchasorganizaciones en efecto asumieron un controlverticalista de la conciencia política, "bajandolínea" en una actitud mesiánica o ilurillnista queconsideró a las bases como masa manipulableque había que dirigir hacia fmes siempre pre-definidos por las cúpulas. Es verdad que en nopocas ocasiones se manejó un concepto mecánicoo adialéctico de la relación entre los partidos ylos movimientos, a los que se consideró comouna cadena de transmisión de los designios deuna élite; pero otra cosa muy distinta es que lasolución de esa problemática se convierta en una

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  • In. Al margen de:s un sólo partidose requiere histó-Icción política enes de siglo, el he-lan comenzado aIpreeminencia de¡dad popular.

    pretado errónea-)s partidos comu-10 el fm de la era:la era de la socie-. que, paradójica-política sostiene,tica, que hay quelo hacen algunoss así, que aún enIteha llegado a suIcentraciones par-;lases dominantesn la manipulaciónsque se movilizanIltade sus necesi-mflictosde poder,:s, ocupándose enmtradicciones po-

    lógica antipartido~enta que la solu-o en el socialismollcturaspartidarias~ción de fuertesu creatividad y su:rto, que muchasnieron un control~olítica, "bajandoa o iluminista quelIlasamanipulableiIles siempre pre-verdad que en no:onceptomecánicoIltre los partidos ye consideró comoe los designios dedistinta es que la

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    Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular

    estrategia regresiva y suicida de eliminación delos partidos como expresión orgánica del interés

    .histórico de las clases subordinadas o que se pre-tenda transmutar el sujeto histórico revolucio-nario, que debe estructurarse alrededor de todaslas clases estructuralmente enfrentadas al interéscapitalista, por un conjunto disperso e inorgánicode movimientos particulares cuya riqueza deaporte en lo particular es irremplazahle, perocuya especificidad política limita su capacidadde manejar las contradicciones y demandas or-ganizativas más amplias .

    Agustín Cueva señala enfáticamente que laexistencia de una "sociedad civil" dinánlica yreformista perse no es ninguna garantía de unaposibilidad de cambio social y que la "robustezde la sociedad civil no puede considerarse comosinónimo de entrada en la era de las grandes or-ganizaciones de masas".l1

    En esa misma dirección apuntan las palabrasde Janles Petrascuando al referirse a la falaciadel sistema "democrático" e1eccionario éxplicacomo" ...la proliferación de elecciones está acom-pañada de un decaimiento de la participaciónpopular verdadera ..." y donde " ...la presencia demujeres y represent~tes de las llamadas ~o-rías va creciendo al mismo ritmo que su integra-ción funcional al sistema dominante ..." al puntoque " ...la representación simbólica de esos gru-pos se ha convertido en un elemento de las nue-vas fornlas de dominación de clase".12

    y esa es una gran verdad porque puede per;fectamente coexistir un sistema expoliador ymonopólico con una "sociedad civil", plena deorganizaciones, clubes y grupos dispersos,movilizados y reformistas, de todo orden. Si noexiste una subjetividad revolucionaria, una men-talidad de triunfo, un conocimiento y un frenteorganizado y unitario que articule el conjunto,todo seguirá· siendo esenciálrnente igual y laparticipación popular se~uirá siendo un es-

    11. Cueva, Agustín. Las Democracias Reslringuidas deAméricaLatina, Planeta, Quito, 1988, p. 68.12. Petras, James. Op. cil. p. 4.

    peJlsmo.

    Los movimientos de masas que se conducencon independencia de las clases en el poder tam-bién construyen poder popular. también conquis-tan espacios de una politicidad contrahegemó-nica, enfrentan contradicciones específicas conlos sectores dominantes, son también espaciosválidos e inclusQ a veces insustituibles para lapráctica política y el enfrenamiento. Eso es cier-to, siempre y cuando no lleven en su entrai'ía elvirus divisionista, o distraigan al pueblo de suscontradicciones principales. De lo contrano.aunque se adornen de afanes progresIstas son elmejor instrumento de la hegemonía Como loexpresa· un graffiti pintado en una calle de Quitoen estos dias, "lo peor de canlinar no es hacerlopor el camino equivocado, sino por el canlinocon·ecto con los pasos elTados" (pisagancho).

    ...puede perfectamente coexistir unsistema expoliador ymonopólicocon una "sociedad civil", plena deorganizaciones, clubes y grupos

    dispersos, movilizados yreformistas, de todo orden.

    Los razonamientos anteriores ubican el aná-lisis de la vía eleccionaria, de la lucha parlamen-taria y de la democracia representativa en unaseria encrucijada. En el capitalismo actual, y elEcuador es un magnífico ejemplo, la burguesíalegisla por decreto ejecutivo. Como lo habríamosdicho en el barrio, se pasa los cuerpos legislativos"por la galleta", empleando artificios como el delos proyectos de emergencia, de tal forma que ir-respeta aun las propias reglas de la democraciaburguesa. Por otro lado, la pertenencia a espacios_de poder institucional (incluida la w-iiversidad),por elem~ntos bienintencionados de la izquier-da, la maypr parte de veces no está ligada a unaestr~tegia definida de W1frente político con pro;yecto histórico y termina mediatizándose en milde ilusiones, donde se aplica con lamentable

    23

  • 24 Jaime Breilh

    certeza ese conocido refrán popular de que ·"elcamino al infierno está pavimentado de buenasintenciones". La culpa de esa desconexión no latienen necesariamente esos intelectuales sino laincapacidad de los partidos de recoger sus an-gustias y necesidades puntuales como parte delproyecto político global.

    La historia nos emplaza a fortalecer los par-tidos, a recrear sus raíces en la necesidad y lasubjetividad popular, pero para hacerlo, debeninnovarse los procesos de construcción partidariay resolverse por mecanismos creativos y audacesla contradicción entre disciplina y democracia,para que no se afecten ninguno de esos ins-trumentos de la gestión revolucionaria, para quepuedan combinarse el respeto a las particulari-dades grupales e individuales con el espíritu decuerpo orgánico que requiere un partido en-frentado al enemigo fundamental.

    Poder Popular y Movimiento Feme-nino: Un Caso Ilustrativo

    Es evidente que el tema femenino es particu-lannente controversial e ideológicamente carga-do, razón por la cual constituye un buen terrenode ilustración de las dificultades y potencialida-des de un buen análisis político, del cual aquíapenas se esbozan algunas ideas.

    "En ese campo social y por razones históricasevidentes, la cabeza visible de la ofensiva han si-do las propias mujeres, aun cuando siempre hu-bo innumerables aliados y cómplices masculinosque han ofrecido su contingente para la reivin-dicación de las tesis femeninas, porque está des-pertándose, débil y tardíamente, una concienciade género en los varones.

    "Y es que en la mayor parte de las sociedades,la construcción androcéntrica de la vida socialcolocaba y sigue colocando a las mujeres en ra-dical desventaja, más que todo, frente al controlde las riendas .del poder, tanto en el ámbito do-méstico, como en el de la sociedad más amplia.No es fortuito, por consiguiente, que de todos es-tos años de experiencia acumulada, haya sedi-

    mentado, como punto nodal de una estrategia, laconsigna de la autarquía femenina, llamada enel mundo sajón 'empowerment', que se tomóhistóricamente necesaria porque las mujeres sehan visto forzadas a replegarse para su defensa,construir su propio poder, en una época dondebuena parte de sus dirigentes sostienen la ne-cesidad de una prudente desconfianza respectoal 'rival ancestral"'.JJ

    Entonces, si por razones objetivas era másque necesario que esa lucha la consolidaran yempujaran las mujeres, que eran las más afec-tadas por la doble, triple o cuádruple subordi-nación -todas formas ligadas a un mismo eje desubordinación social-, no es menos cierto que elángulo ultrafeminista también contribuyó a sos-layar facetas, igualmente trascendentes de laproblemática de género y de la inserción de éstaen el desafio global contra la subordinación so-cial. De ese modo, las tesis de la lucha femeninamás progresistas y de mayor proyección libera-dora se vieron entretejidas con los agresivos pe-titorios de un ultrismo cerrado y autolirnitanteque ha contribuido a marginalizar reivindicacio-nes clave que, si bien se tomaron socialmente"visibles" gracias ala propialuchade las mujeres,ocupan todavía una posición menor en la escalade preocupaciones del movimiento, o al menosen su ideario explícito.

    Una de esas, quizás la de mayor proyecciónpolítica, es la que se refiere a la de integraciónde las fuerzas convencionalmente reconocidascomo feministas a un esfuerzo intergenérico porla humanización de la sociedad global en todassus dimensiones: la producción, las condicionesde consumo, de la práctica doméstica, los órganosde dirección colectiva, las entidades de cultw"a,etc. En esa escala de eventos, no es infrecuenteque el feminismo y el machismo se hayan en-contrado como dos caras de la misma posterga-ción de la liberación real. Un feminismo desligadode la lucha histórica de las clases subordinadas

    Lacpor

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    hubé

    tan

    puededomincamenindivilpaclO~fectanestruceJempmenincon lacon la

    Lade lasberadlna, tÍ!del potas de

    DIes la¡:trucci,ge devameltensibde lacon t(mientbras,1luchasiglo!Clone:conqly repl1~. BREILH. J.- La Construcción de Género. Lo Político y la

    Salud-Santo Domingo, Facultad LatinoamericanadeCienciasSociales (FLACSO)-PASCAP. 1993.

  • una estrategia, lanina, llamada enIt', que se tomóle las mujeres separa su defensa,

    L1Daépoca dondesostienen la ne-)nfianza respecto

    ,bjetivas era mása consolidaran y·an las más afec-iádruple subordi-un mismo eje de~noscierto que elcontribuyó a sos-;cendentes de lainserción de éstaubordinación so-la lucha femeninaroyección libera-los agresivos pe-D y autolimitantew reivindicacio-aron socialmentenade lasmujeres,lenor en la escala¡ento,o al menos

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    :nero, Lo Político y lalIIIllericanadeCiencias

    Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular 25

    La captación de fuerza y autarquíapor parte de las mujeres, para que

    sea auténticamente liberadora,profundamente democrática y

    humana, tiene que enfrentar lasbases estructurales del poder,

    tanto como las formas veladas oabiertas de poder masculino.

    puede ser perfectamente funcional al sistema dedominación general, lo que quiere decir, políti-camente, que el poder femenino liberalizado oindividualista o la consecución dispersa de es-pacios de gestión por las mujeres puede ser per-fectamente compatible con la persistencia de laestructura actual de poder. De ese modo, porejemplo, la asimilación funcional del trabajo fe-menino bajo el capitalismo tiene más que vercon la necesidad histórica del capitalismo quecon la conquista de la autarquía de las mujeres.

    La captación de fuerza y autarquía por partede las mujeres, para que sea auténticamente li-beradora, profundamente democrática y hwna-na, tiene que enfrentar las bases estructuralesdel poder, tanto como las formas veladas o abier-tas de poder masculino.

    De ahí surge la pregunta estratégica de ¿cuáles la perspectiva de género correcta para la cons-trucción de una nueva sociedad? ¿Es la que sur-ge del seno del movimiento femenino, exclusi-vamente, o sea la que impulsan las víctimas os-tensibles? ¿O debe ser generada por el conjuntode la sociedad, engranando la lucha femeninacon toda su riqueza y especificidades, al movi-miento global de la lucha social? ¿En otras pala-bras, el hilo conductor mantenido por la históricalucha feminista, desde las primeras jornadas delsiglo anterior por el derecho al voto, las moviliza-ciones posteriores por la igualdad de empleo, laconquista de servicios de apoyo a la maternidady reproducción, hasta las tesis más actuales de

    debate por el poder, la autoafirmación y la des-trucción de formas sexistas de interacción sim-bólica debe concentrarse en las organizacionesfemeninas o debe abrirse, con participación delos varones, que también tenemos graves pro-blemas de género propios y que padecemos lasinequidades de una sociedad injusta?

    Las mujeres se han quejado y no con poca ra-zón diciendo que "algunos de esos hombres quedesarrollan simpatías con nuestra causa se impa-cientan ante la falta de respuestas claras, y escla-vos del estilo masculino deciden ellos su propioconcepto de alianza que casi siempre tenpinamarcado por el patriarcalismo: invasión de nues-tros espacios, intentos de trazamos pautas, apro-piación dé nuestra voz".14

    Estoy de acuerdo con que han existido esastransgresiones y que debemos someternos todosa un proceso de reeducación, pero el que arras-tremos esos lastres fOljados en un mundo an-drocéntrico, no nos exime de discutir en conjuntolas cuestiones de la construcción de una sociedaddemocrática donde se transformen las cuestionesdel poder, globales y específicas. Menciono estepunto, porque no veo una salida verdadera a losproblemas de las mujeres que no esté profunda-mente ligada a la destrucción de las bases pri-marias del poder y a un esfuerzo conjunto por lahumanización global de la sociedad. La sociedadpatriarcal implica profundas pérdidas tanto paramujeres como para varones que expresan, desdeese punto de vista también, las bases objetivas dela unidad política.

    Para la formulación de propuestas hacia eldesarrollo femenino -y yo diría también mas-culino-, tenemos que impulsar el nexo perma-nente entre los movimientos, programas y accio-nes específicos y la construcción de las organiza-ciones políticas más generales; sólo así evitare-mos reproducir el error histórico de una luchaaislacionista que repliega los temas de mujer ha-cia cenáculos que fomentan una conductaandrofóbica. Por tanto, al trazar políticas de gé-

    14. CIP AF" Presentación del libro de Michael Kaufman"Santo Domingo, Editora Taller, 1989, pp. 6.

  • 26 Jaime Breilh

    nero hay que resolver el problema de cómo con-vertir las acciones y programas de género en he-rramienta estratégica global de la lucha y avancede lo hwnano en un mundo atenazado por eldominio neoliberal y la distorsión perversa delsentido del progreso y la vida misma.

    En el trasfondo de esta problemática subyacenalgunos problemas que deben trabajarse: ¿Cómolograr la incorporación de los varones a la luchade género? ¿Qué debe hacerse para que la pro-blemtácia de género deje de ser marginal en latarea política? ¿De qué manera lograr lo anteriorsin que por eso se produzca una pérdida defuerza y poder del movimiento femenino? ¿Cómohacer para que los programas de género no setomen funcionales al poder dominante e intro-duzcan una peligrosa despolitización de la nece-sidad femenina? ¿Cómo lograr que la elevaciónde los niveles de lucha de género no se haga aexpensas y al margen de la construcción políticageneral y unitaria? ¿De que mánera plantear laconstrucción del poder femenino, no como unproceso reducido a la conquista "liberal" de unpoder individualizado, sino como un ingredientede la construcción del poder colectivo? Son pun-tos de análisis que deben estar en el centro de lareflexión política tanto desde los partidos comodesde el propio movimiento.

    La Cuestión del Movimiento yNacionalidad Indígena

    De la misma manera en que no se puede des-pachar la cuestión femenina por la vía rápida yretrógrada de ubicar todo en el cajón de sastre deuna visión superficial del socialismo, visto exclu-sivamente como "problema de clases" -formaerrónea de defender el enfoque clasista de la po-lítica- tampoco es dable reducir el problemacultural y político de las nacionalidades y etniasal casillero del campesinado como categoría deinserción económica.

    La complejidad del movimiento indígenatiene que aswnirse en lo político.

    El asunto indígena no se reduce tampoco a

    la dimensión cultural -recogida por la categoríaetnia-o La reproducción histórica de los indios,incluso en sus contradicciones con el aparatodominante feudal, y más tarde con el capitalista,tiene un hilo conductor que es la nacionalidad,la cual se expresa en una territorialidad concreta,un régimen jurídico y normativo ancestral, for-mas culturales diferenciadas (etnias), prácticassociales y cotidianas propias y, todo eso, en lasociedad indígena campesina, marcado por unaprofunda relación con la naturaleza.

    Ahora, cabe estar claros, sin embargo, que laconstrucción y desarrollo hacia el futuro de esasnacionalidades y el fortalecimiento cultural, en-tran en directa contradicción con la sociedad demercado, la gestión capitalista de la economía yel Estado de clases actual, por eso la lucha no po-drá ser exclusivamente cultural y territorial, si-no que tendrá que enraizarse en lo economico ypolítico general.

    Además, el sentido solidario de la vida quese expresa, por ejemplo, en el "comunitarismo"que rescatan las organizaciones indígenas, con-lleva la necesidad de vincular las tesis de libe-ración de las nacionalidades indígenas, con lasreinvindicaciones de la nacionalidad afroecuato-

    riana y taltiza, porqlducir un 1pecie de 1entienda,mamaneltiene quemana mSlindígenases sólo asnosólop'no porqueda socialsuperaciéciones yfortalecir-indias yder alien

    Ahonque exist,a un ferrmovunlelmIsmo, prealizaciceventosorganiza,nacionaliFENOCnes Camcontradicmovimie:los problindígenadel espe,

    Lasola organpluriculbsus riquetrol y prltierra, sutic a, susde la edtcultural,racistas,ejemplmun fuertt

    ... el problema indígena no essólo asunto de indios, nos atañe a

    los trJestjzos, no sólo porqueestamos ligados por la sangre,

    sino porque el asunto de lahumanización de la vida social porel que luchamos todos, requiere lasuperación del racismo, el fin de

    las discriminaciones ysubvaloraciones mutuas, requiere

    el fortalecimiento de nuestrasraices culturales -indias y

    afroamericanas- para enfrentar elpoder alienante de la hegemonía

    capitalista.

  • por la categoría:a de los indios,con el aparato

    on el capitalista,la nacionalidad,ialidad concreta,'o ancestral, for-~tnias),prácticas, todo eso, en lanarcado por unaraleza.

    I embargo, que lael futuro de esas!nto cultural, en-)ll la sociedad dede la economía yso la lucha no po-I y territorial, si-n lo economico y

    io de la vida que'comunitarismo"s indígenas, con-las tesis de libe-tldígenas, con las¡lidad afroecuato-

    ena no es, nos atañe a,loporquerlasangre,rntode/adasocial pors, requiere lamo,el fin deionesylJas, requiereenuestras-indias yIenfrentar elIhegemoníaJ.

    Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular 27

    riana y también con las de la nacionalidad mes-tiza, porque seria un grave contrasentido, repro-ducir un racismo al revés e incorporar una es-pecie de filosofia indígena "liberal" que se des-entienda del proceso global. Por eso, de la mis-ma manera que el conjunto de nuestra sociedadtiene que nutrirse de esa reserva cultural y hu-mana inscrita en el pensamiento y las prácticasindígenas, así mismo, el problema indígena noes sólo asunto de indios, nos atañe a los mestizos,no sólo porque estamos ligados por la sangre, si-no porque el asunto de la humanización de la vi-da social por el que luchamos todos, requiere lasuperación del racismo, el fm de las discrimina-ciones y subvaloraciones mutuas, requiere elfortalecimiento de nuestras raices culturales-indias y afroamericanas- para enfrentar el po-der alienante de la hegemonía capitalista.

    Ahora, lamentablemente de la misma formaque existe un feminismo funcional que se oponea un feminismo contrahegemónico, dentro delmovimiento indígena y no sólo externamente almismo, pugnan fuerzas opuestas. La simultánearealización en Quito hace pocos días, de doseventos de contenido y finalidad contrariosorganizados por la CONAIE (Confederación denacionalidades Indígenas del Ecuador) y de laFENOC (Federación Nacional de Organizacio-nes Campesinas) pone de relieve las profundascontradicciones que existen al interior de esemovimiento y expresan, una vez más, el nexo delos problemas políticos propios del movimientoindígena con las contradicciones más ampliasdel espectro político.

    Las once nacionalidades indígenas requierenla organización de un Estado multinacional ypluricultural para poder oxigenar y desarrollarsus riquezas particulares. Sus demandas de con-trol y protección territorial, de propiedad de latierra, sus necesidades de oficialización linguís-tica, sus requerimientos de manejo autárquicode la educación y los espacios de reproduccióncultural, su necesidad de combatir las expresionesracistas de nuestra sociedad, son apenas algunosejemplos de petitorios propios que necesitan deun fuerte movimiento indígena para avanzar y

    ¿Cómo hacer para que lasacciones indígenas no puedan serabsorbidas omediatizadas por losorganismos del Estado ypierdan

    su sentido liberador,convirtiéndose en dóciles aliadosdel sistema? ¿Cómo lograr que la

    elevación de los niveles de lucha delas nacionalidades no se logre a

    expensas y al margen de laconstrucción política general y, .

    peor aún, en un racismo antiblancofratricida?

    expandirse. Cualquier partido que desconozcasu especificidad y pretenda cercenarla en una vi-sión homogenizadora y economicista, está con-denado a romper su relación histórica con dichomovimiento.

    De la misma manera, si el movimiento indí-gena asume la posición ostracista y ahistórica dedivorciar su lucha de las tesis generales que im-pulsan las fuerzas progresistas para transformarel país y construir una democracia profunda-social y política-, se convertiría en un instru-mento divisionista y funcional.

    Entonces, una propuesta popular para lopolítico tiene que partir de una reflexión acercade problemas nodales de la vinculación del mo-vimiento de las nacionalidades con las organiza-ciones que trabajan en la construcción del poderpolítico en la dimensión general: ¿Cómo lograrla incorporación de los ciudadanos no indígenasa la lucha de los indígenas y de éstos a las orga-nizaciones políticas más amplias? ¿De qué mane-ra lograr lo anterior sin que por eso se produzcauna pérdida de fuerza y poder del movimientoindígena? ¿Cómo hacer para que las accionesindígenas no puedan ser absorbidas o mediati-zadas por los organismos del Estado y pierdansu sentido liberador, convirtiéndose en dócilesaliados del sistema? ¿Cómo lograr que la eleva-

  • 28 Jaime Breilh

    ción de los niveles de lucha de las nacionalidadesno se logre a expensas y al margen de la construc-ción política general y, peor aún, en un racismoantiblanco fratricida? ¿De qué forma los procesosde descentralización del poder, de control localo regional de espacios de gestión deben ser tra-bajados como tesis de las organizaciones par-tidarias?

    La fortaleza del movimiento indígena estambién garantía de fortaleza de los partidos deizquierda y viceversa. Las contradicciones queenfrentan proyectos como el de Reforma Agrariapresentado por las organizaciones indígenas ycampesinas de las tr~s regiones del país, es nosólo un instrumento de equidad social para lasetnias, de reforzamiento cultural de aquellas, dedefensa de sus propias áreas ecológicas, de asi-milación por los indios de principios técnicosmodernos para la eficiencia productiva en elcampo; es también un instrumento clave de lalucha por la defensa de la calidad de vida de lapoblación no indígena. Es decir, la unidad polí-tica encuentra su raíz en la unidad objetiva ma-terial de los intereses de los indígenas con los delas otras mayorías subordinadas al mismo capitalmonopólico neoliberal, que busca frenar el de-sarrollo a fondo de las tesis indígenas.

    El proceso de conquista de espacios de he-gemonía popular, entonces, tiene que estar ligadoa la conquista del poder político, y las accionesespecíficas de los movimientos, deben podersedimentar en una construcción orgánica, o selas lleva el viento en el largo plazo.

    Ahora bien, como lo señala Ramón -asuntoválido para cualquier proceso de construcciónde propuestas-, la propuesta india "se trata deun presente continuo ...que se redefme constante-mente y no es acabada ....viene permanentementeelaborándose y reelaborándose".lS

    Cuando se hace referencia al problema degénero, haciendo un paréntesis en este momento,tiene que reconocerse que atraviesa a toda la so-

    15. Ramón, Galo- "La Potencialidad del Proyectio Indio" , enesta Revista.

    ciedad y sus clases sociales. En esa medida paracomprenderlo no es suficiente con analizar elproblema de clases. Pero si eso es cierto, no esverdad en cambio que sea factible compre~derel problema de género sin mirar la estructuraclasista de la sociedad, porque los patrones desubordinación patriarcal, de violencia de género,de discriminación de la mujer, etc., si bien estánpresentes en todas las clases y aún pueden ha-berse gestado antes de la aparición de estas, seconcretan de manera distinta en las diferentesclases. Eso no más ya demanda un analisis cla-sista, pero habría que añadir otro elemento decapital importancia política, sólo las mujeres delas clases populares y aquellas que proveniendode otras extracciones ejercen una posición declase contestataria, son las que pueden movilizarun verdadero proceso liberador, -colectivo y noliberal- que no sea funcionalizado al sistema.

    En ese mismo sentido uno concuerda conRamón en que "la propuesta indígena desbordala idea de la lucha de c1ases"16, siempre y cuan-do desbordar no implique destruir sino enrique-cer con otras categorías particulares necesarias.

    ¿Quién podría interpretar el mundo otavale-ño, por ejemplo, su cosmovisión, sus necesi~adesmás profundas, sus formas culturales y mundocotidiano, sus sueños y aspiraciones, sólo con unanálisis sociológico de clases? Pero, así mismo,¿cómo podrían entenderse las cosas y planearselas acciones políticas, si el enfoque no se articulaa la comprensión de las oposiciones de clase,sustanciales, que existen, por ejemplo, entre elindígena otavaleño, propietario de dos o tresempresas industriales o comerciales, medios detransporte, etc., versus aquellos indígenas quetrabajan de obreros del anterior? ¿De qué formase conectaría la lucha local por espacios justosde comercialización y producción -artesanal yagrícola-, con el proceso más global de otrosecuatorianos que emprenden el mismo tipo deconflicto contra los monopolios y la concentra-ción del crédito?

    Por consiguiente, si bien estamos de acuerdo

    16. ¡bid.

    en recuperar 1fortalecer las ptos, no es coheldebe prescindiconstrucción damplias. La falbrete de indígeque he señala!entraña la disteque para rein'trabas socialesa la burguesíapropiedad y Séecológica, auslejercicio coleereinvindicaciolgena, son invil

    En esascirltancia el fortal,lisis de los proy la instauraci,trucción de la 1de poder.

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    Las fases c'la que atravesacas de estanclIInovador.Por everría aún pande ser una époccia de la EdadModerna, fuetentes y creati'

    Esa línea dra juzgar las rcomo la actuaconvertirse enfrente al cualsición que pUCldel autor ante~salida: refonna

    17. Echeverría, BRevista.

  • sa medida para:on analizar el~scierto, no es,le comprenderIr la estructuraos patrones dencia de género,~.,si bien estánlún pueden ha-ón de estas, sel las diferentesun analisis cla-ro elemento de,las mujeres delleproveniendona posición deJedenmovilizar-colectivo y noldo al sistema.

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    Irnosde acuerdo

    Neoliberalismo, Movimientos Sociales y Propuesta Popular 29

    en recuperar niveles de análisis específicos yfortalecer las particularidades de los movimien-tos, no es coherente concluir de esa premisa, quedebe prescindirse del análisis de clase y de laconstrucción de organizaciones partidarias másamplias. La falsa homogenización bajo el mem-brete de indígenas, de todos esos tipos de indiosque he señalado como ejemplo, llevaría en suentraña la distorsión o castración de lo indígenaque para reinvindicarse tiene que romper lastrabas sociales que a los indios aburguesados oa la burguesía mestiza no le interesa derrumbar:propiedad y señorío sobre la tierra, protecciónecológica, ausencia de lazos de subordinación,ejercicio colectivo del poder, y otras que sonreinvindicaciones clave del movimiento indí-gena, son inviables en una sociedad de clases.

    En esas circunstancias cobra especial impor-tancia el fortalecimiento de los partidos, el aná-lisis de los problemas de la conducción políticay la instauración de formas orgánicas de cons-trucción de la propuesta popular con opción realde poder.

    Desafíos de la Conducción Política

    Las fases conservadoras de la historia, comola que atravesamos, no son necesariamente épo-cas de estancamiento y anulación del espíritu in-novador. ·Por el contrario, como lo analiza Eche-verría aún para el caso de la Edad Media "lejosde ser una época evanescente, de simp le decaden-cia de la Edad Antigua y preparación de la EdadModerna, fue uno de los períodos más consis-tentes y creativos de la historia occidental".17

    Esa línea de razonamiento es importante pa-ra juzgar las posibilidades reales de una etapacomo la actual, que está llegando al punto deconvertirse en un estado de cosas insosteniblefrente al cual se torna indispensable lUla tran-sición que puede asumir, siguiendo con la lógicadel autor antes citado, una de cuatro fonnas desalida: reforma, reacción, revolución o barbarie.

    17. Echeverría, Bolívar. "LaTransición Histórica", en estaRevista.

    La salida reformista sería la que proconiza lamutación de las formas, la aparición de subfor-mas que no alteran la sustancia del período ycrea "remansos de utopías realizadas ...saluda alfuturo pero no cree indispensable despedirse delpasado". 18

    La reacción es otra forma de salida, donde seproduce una reafmnación exagerada del ordensocial establecido, el "futuro es sometido y de-vorado por el pasado ...actitud ético-política quese deja amedrentar por esta respuesta prepotentedel establishment".19 Como en el caso de la víaanterior, ésta implica una derrota de la sustanciahistórica a favor de las formas.

    ... esa rica vertiente de movilizaciónpopular puede no llegar a construir

    una subversión de la sustanciasocial, si no se cumplen otras

    condiciones importantes que son:la contrucci6n orgánica integraday el desencadenamiento de

    propuestas concretas del pueblo ...

    Pero cuando la forma fracasa en dominar elempuje de la sustancia en un período histórico,se producen las otras dos salidas.

    La vía de transición revolucionaria es aquellaen la que

  • 30 Jaime Breilh ~tá4CINDES,

    Cabe preguntarse: ¿Cuál es el quehacer nece-sario y los instrumentos ético-políticos para lo-grar un desempate progresista y una salida revo-lucionaria? ¿Hacia qué tipo de salida van a des-encadenarse las fuerzas sociales, cuando seatestigua una movilización e inconformidad po-pular, una voluntad unitaria que se expresa enmuchos capítulos recientes de la lucha social yla enorme cantidad de trabajos de reflexión cri-tica acerca de la experiencia socialista y la pro-ducción teórica que han proliferado como partede un esfuerzo de avance?

    Hay cabida para una confmnación optimistade que en e~ta época conservadora se podrán in-cubar avances importantes del pensamiento y laacción revolucionaria a condición de que seponga en' marcha una conducción políticaadecuada.

    Varias pautas aparecen ya señaladas por laexperiencia popular como caminos de una sub-versión del estado actual de cosas bajo un es-quema unitario. La formación de la CoordinadoraCampesina Indígena, la aparición de la Coor-dinadora por la Vida, la voluntad irrepresablede paro cívico, los esfuerzos patrióticos por asu-mir la defensa de los recursos estratégicos, laconsolidación de espacios organizativos de granenvergadura como la CONAIE.

    Pero esa rica vertiente de movilización popu-lar puede no llegar a construir una subversión dela sustancia social, si no se cumplen otras con-diciones importantes que son: la contrucción or-gánica integrada y el desencadenamiento depropuestas concretas del pueblo que compitancon precisión y ventaja frente a las propuestas delas clases dominantes en todos los órdenes de lavida social.

    La construcción orgánica requiere objetiva-mente del concurso de ::.paratos partidarios,pues, mientras las organizaciones ymovimientoslocales se realizan sobre términos más puntualesy de plazo más corto, los partidos giran alrededorde planteamientos ético-políticos globales desa-rrollados por la experiencia popular alrededordel enfrentamiento con el enemigo histórico. La

    clave radica en ligar dialécticamente esas dosformas de movimiento político, un partido queexpresa y recrea en el orden general los anhelosy necesidades particulares y un movimiento querecrea en lo local las lineas globales de liberaciónde un pueblo y sus naciones en conjunto.

    El hecho de que los movimientos hayanrebasado a los partidos en ciertas coyunturas nodebe hacemos perder de vista que, una vez pa-sados esos momentos, pueden perder su fuerzay jamás dan cuenta de todos los contenidos yproyecciones que deben alcanzarse. El ejemplodel enfrentamiento anti-imperialista en Panamáde los últimos años pone a relucir los límites dela lucha política del movimentismo, donde luegode un par de años de resistencia exitosa, tocaronfondo y requirieron del proceso de acción par-tidaria.21

    Habrá que cuidar sin embargo que en lasnuevas etapas se corrijan los problemas del ver-ticalismo y falta de democracia en la conducciónpolítica, donde las cuotas de poder se ganen porel nivel e intensidad de la práctica, y los productosde ésta no impliquen acaparamiento elitista delas decisiones.

    La desobediencia y superación de las formasde vida dominantes implica la vertebración detareas teóricas y prácticas alrededor de linea-mientos estratégicos claros y una acumulaciónestructurada de fuerzas, orientadas por unpensamiento critico que se muestre sin titubeoscomo herramienta de unidad, trabajo creativo,transformación social y acercamiento a las uto-pías que nutren la voluntad colectiva. _

    1. Ca2. Fn

    3. Re4. Fn

    5. Ml6. Sir7. Asy Aln8. Ur

    9. CeIndíg10. f\11. F12. [

    13. F14. lRev(15. F

    21. Castro, N."Panamá: DeMovimienlosSocialesaPartidosPopulares" Revista NuevaSociedad 125,1993, pp. 15-19.