narrar en la era de la vigilancia

2
IDEAS Lunes 12 de mayo de 2014 - 12/05/14 Narrar en la era de la vigilancia Libre expresión. Escritores de todo el mundo son perseguidos por distintos poderes titular del Club PEN Internacional traza un panorama preocupante. Por Hector Pavon Noticias de ayer. “Un activista tailandés contrario a la ley de lesa majestad y destacado miem del grupo progubernamental de los ‘camisas rojas’ murió hoy tras ser tiroteado en Bangkok. información apenas circuló pero se refiere a Kamol Duangphasuk, un poeta conocido como Mainueng K. Kuntee. Salía de un restaurante cuando recibió entre cinco y seis disparos. Kam era el líder de una fragmentación de los “camisas rojas” llamada “Grupo para la Declaración Justicia Callejera” que trabaja en favor de la liberación de presos políticos en Tailandia.Cien de personas han sido procesadas por lesa majestad (delito político, contra el pueblo, el prínc y el Estado que persiste en algunos países) en estos años en el país, cuando en los 90 apenas denunciaba una decena. El foro de Presos Políticos en Tailandia estima que cerca de 300 personas están encarceladas tras haber sido declaradas por los tribunales culpables de “difamar, ofender o amenazar al rey, la reina o al heredero al trono”. El castigo sobre hombres y mujeres de ideas y palabras ha sido una obsesión de dictaduras diversas. Antes les resultaba más sencillo: secuestraban al autor, lo torturaban y/o mataban llevaban sus escritos, destruían imprentas y quemaban los libros. La velocidad de la difusión ideas e ideologías ha cambiado notablemente. Internet, y las redes sociales en particular, aceleraron los ritmos y hoy una poesía insurgente atraviesa muros concretos y virtuales. Por el Club PEN Internacional destaca que el 30 por ciento de los autores y periodistas detenido blogueros. Cuando hay marchas o revueltas espontáneas en Sudámerica o en el mundo árab pide a los usuarios de redes wi-fi que liberen las contraseñas para facilitar la comunicación. Pero aunque el flujo de libros e ideas sea ágil eso no evita represalias y nuevas persecuciones paranoia ha aumentado. Nos hemos vuelto, al parecer, “desconfiados” de los opositores, señalaba Salman Rushdie en 2013. Y más complacientes con los tiranos, agregaba: “El hom que desafió los tanques en la plaza Tiananmen ha sido en gran medida olvidado en China”, subraya el autor de Versos satánicos , libro que publicó en septiembre de 1998 y que le valió condena a muerte por parte del gobierno iraní en la década del 90. La amenaza lo obligó a v refugiado y custodiado hasta que la fatwa (pronunciamiento legal islámico), le fue retirada aunque algunos grupos extremos sostienen que sigue vigente. El libro era leído como un insu contra Mahoma. El “cinismo” domina y los negocios repuntan, remata el escritor chino Liao Yiwu exiliado en Berlín en una nota en el diario Le Monde a fines del año pasado donde fustigó “la indolencia Occidente” hacia la represión de los disidentes en su país. Liao Yiwu –símbolo de la disidenc china–, fue arrestado en 1990, detenido durante cuatro años y torturado por haber recitado públicamente su poema épico Masacre el 4 de junio de 1989, aquel día sangriento en que el ejército puso fin al movimiento de la plaza Tiananmen. Liao Yiwu huyó de China en 2011 y vive en el exilio en Berlín, señalaba en 2013: “Mi amigo L Bifeng, poeta y escritor, que compartió mis cuatro años de cárcel después de la masacre de Tiananmen, al comienzo de los noventa, está en la cárcel en nuestra provincia natal, el Sichu Fue condenado a doce años de reclusión en el otoño de 2012. Obviamente, fue acusado de de económicos, pero todos saben que su único crimen es haber seguido fiel a la causa democrá y haber sido amigo mío. Fue incluso condenado de una forma más excesiva que mi otro ami fiel, Liu Xiaobo, que gozó, por su parte, de cierta compasión, ya que su pena de once años de cárcel le valió el Premio Nobel de la Paz en 2010”. Y también en esa declaración que publicó acusaba a los gobiernos occidentales: “Pero ¿quién se acuerda, hoy, de Li Bifengen Francia, intelectual sale a auxiliarlo, qué sinólogo tomó partido por él para pedir su liberación? Todo temen perder su visa para China, la subvención que será otorgada a su universidad si contrib a crear allí un Instituto Confucio, la posibilidad de efectuar viajes a China cuando se realizan coloquios que son pretextos para grandes festines en hoteles de lujo. Utilizo mi pluma y la m Versión para imprimir Imprimir Imprimir Narrar en la era de la vigilancia http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Narrar-vigilancia_0_113568... 1 de 2 14/05/2014 10:47 a.m. Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.

Upload: monica-gruber

Post on 19-Dec-2015

216 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Reflexiones

TRANSCRIPT

Page 1: Narrar en La Era de La Vigilancia

IDEAS Lunes 12 de mayo de 2014 - 12/05/14

Narrar en la era de la vigilanciaLibre expresión. Escritores de todo el mundo son perseguidos por distintos poderes. Etitular del Club PEN Internacional traza un panorama preocupante.

Por Hector Pavon

Noticias de ayer. “Un activista tailandés contrario a la ley de lesa majestad y destacado miembro

del grupo progubernamental de los ‘camisas rojas’ murió hoy tras ser tiroteado en Bangkok.” La

información apenas circuló pero se refiere a Kamol Duangphasuk, un poeta conocido como

Mainueng K. Kuntee. Salía de un restaurante cuando recibió entre cinco y seis disparos. Kamol

era el líder de una fragmentación de los “camisas rojas” llamada “Grupo para la Declaración de

Justicia Callejera” que trabaja en favor de la liberación de presos políticos en Tailandia.Cientos

de personas han sido procesadas por lesa majestad (delito político, contra el pueblo, el príncipe

y el Estado que persiste en algunos países) en estos años en el país, cuando en los 90 apenas se

denunciaba una decena. El foro de Presos Políticos en Tailandia estima que cerca de 300

personas están encarceladas tras haber sido declaradas por los tribunales culpables de

“difamar, ofender o amenazar al rey, la reina o al heredero al trono”.

El castigo sobre hombres y mujeres de ideas y palabras ha sido una obsesión de dictaduras

diversas. Antes les resultaba más sencillo: secuestraban al autor, lo torturaban y/o mataban, se

llevaban sus escritos, destruían imprentas y quemaban los libros. La velocidad de la difusión de

ideas e ideologías ha cambiado notablemente. Internet, y las redes sociales en particular,

aceleraron los ritmos y hoy una poesía insurgente atraviesa muros concretos y virtuales. Por eso

el Club PEN Internacional destaca que el 30 por ciento de los autores y periodistas detenidos son

blogueros. Cuando hay marchas o revueltas espontáneas en Sudámerica o en el mundo árabe se

pide a los usuarios de redes wi-fi que liberen las contraseñas para facilitar la comunicación.

Pero aunque el flujo de libros e ideas sea ágil eso no evita represalias y nuevas persecuciones. La

paranoia ha aumentado. Nos hemos vuelto, al parecer, “desconfiados” de los opositores,

señalaba Salman Rushdie en 2013. Y más complacientes con los tiranos, agregaba: “El hombre

que desafió los tanques en la plaza Tiananmen ha sido en gran medida olvidado en China”,

subraya el autor de Versos satánicos , libro que publicó en septiembre de 1998 y que le valió una

condena a muerte por parte del gobierno iraní en la década del 90. La amenaza lo obligó a vivir

refugiado y custodiado hasta que la fatwa (pronunciamiento legal islámico), le fue retirada

aunque algunos grupos extremos sostienen que sigue vigente. El libro era leído como un insulto

contra Mahoma.

El “cinismo” domina y los negocios repuntan, remata el escritor chino Liao Yiwu exiliado en

Berlín en una nota en el diario Le Monde a fines del año pasado donde fustigó “la indolencia de

Occidente” hacia la represión de los disidentes en su país. Liao Yiwu –símbolo de la disidencia

china–, fue arrestado en 1990, detenido durante cuatro años y torturado por haber recitado

públicamente su poema épico Masacre el 4 de junio de 1989, aquel día sangriento en que el

ejército puso fin al movimiento de la plaza Tiananmen.

Liao Yiwu huyó de China en 2011 y vive en el exilio en Berlín, señalaba en 2013: “Mi amigo Li

Bifeng, poeta y escritor, que compartió mis cuatro años de cárcel después de la masacre de

Tiananmen, al comienzo de los noventa, está en la cárcel en nuestra provincia natal, el Sichuan.

Fue condenado a doce años de reclusión en el otoño de 2012. Obviamente, fue acusado de delitos

económicos, pero todos saben que su único crimen es haber seguido fiel a la causa democrática,

y haber sido amigo mío. Fue incluso condenado de una forma más excesiva que mi otro amigo

fiel, Liu Xiaobo, que gozó, por su parte, de cierta compasión, ya que su pena de once años de

cárcel le valió el Premio Nobel de la Paz en 2010”. Y también en esa declaración que publicó

acusaba a los gobiernos occidentales: “Pero ¿quién se acuerda, hoy, de Li Bifengen Francia, qué

intelectual sale a auxiliarlo, qué sinólogo tomó partido por él para pedir su liberación? Todos

temen perder su visa para China, la subvención que será otorgada a su universidad si contribuye

a crear allí un Instituto Confucio, la posibilidad de efectuar viajes a China cuando se realizan

coloquios que son pretextos para grandes festines en hoteles de lujo. Utilizo mi pluma y la magia

Versión para imprimirImprimirImprimir

Narrar en la era de la vigilancia http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Narrar-vigilancia_0_113568...

1 de 2 14/05/2014 10:47 a.m.

Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Softwarehttp://www.foxitsoftware.com For evaluation only.

Page 2: Narrar en La Era de La Vigilancia

Etiquetado como:

de la literatura para que los sufrimientos de China no sean silenciados, para que esta prodigiosa

injusticia que se comete con nosotros, con los chinos, sea conocida en mínima medida: ¿por qué

hay que lamentar las víctimas del nazismo, del estalinismo o del fascismo y seguir cantando loas

al desarrollo económico de China? ¿Acaso nuestra piel es menos blanda que la de ustedes?”

Persecuciones legendarias

Muchos manuscritos y libros se perdieron en pleno siglo XX junto con la vida de sus autores.

Una de esas víctimas fue, por ejemplo, Antonio Machado. Era enero de 1939 cuando huía del

franquismo en compañía de su familia. Llegó a la localidad francesa de Portbou y la nieve lo

obligó a abandonar su equipaje con sus manuscritos. Encontró refugio en el hotel francés

Bounguel, pero allí murió veinticinco días después.

O el caso de Walter Benjamin perseguido durante la Segunda Guerra Mundial. Cercado por los

nazis en su huida por los Pirineos entregó una bolsa de manuscritos a una mujer que lo

acompañaba y se suicidó. Su acompañante, antes de ser apresada, abandonó la bolsa. Cada

nuevo conflicto bélico o gobierno totalitario genera una nueva lista de perseguidos. Como la que,

con un final de tortura y muerte, incluyó a los argentinos Rodolfo Walsh y Haroldo Conti.

Los hostigamientos no se detienen y además suman actores. Ya no se trata sólo de las fuerzas del

sistema las que pretenden silenciar voces: aparecieron con violencia las mafias (caso Roberto

Saviano en Italia) o los carteles del narcotráfico en Colombia y México (cientos de periodistas

asesinados). A su vez la periodista rusa Anna Politkovskaya, fue asesinada en 2006 en Moscú

cuando preparaba un artículo sobre las torturas sistemáticas en Chechenia. Las presiones y

amedrentamientos se diversifican y atacan y se utilizan métodos novedosos como, por ejemplo,

las acusaciones de “subversión” contra el escritor Liu Xiaobo y de supuesto fraude fiscal hacia el

renombrado artista Ai Weiwei. Se trata de minimizar su activismo de resistencia y volverlos

delincuentes comunes.

Pero evidentemente las herramientas que aportan las redes sociales se han vuelto determinantes

y han devenido en los grandes cucos de los gobiernos que atacan la libertad de prensa. En

febrero de 2012, un periodista y poeta saudí llamado Hamza Kashgari, publicó tres tuits sobre el

profeta Mahoma. Hamza Kashgari afirmó posteriormente que “reclamaba su derecho” a pensar

y expresarse libremente. Recibió escaso apoyo, y fue condenado como apóstata (que reniega de

su fe). Muchos de sus acusadores pidieron que fuera ejecutado. Sigue preso.

El caso del premiado escritor albanés Ismail Kadare es excepcional y esperanzador. Huyó de su

país rumbo a Francia durante el año 1990 amenazado por el presidente estalinista Enver

Hoxhaua. Pudo volver 10 años después. Y vivir para seguir escribiendo.

http://www.clarin.com/rn/ideas/Narrar-vigilancia_0_1135686431.htmlCopyright 1996-2013 Clarín.com - All rights reserved - Directora Ernestina Herrera de Noble

Narrar en la era de la vigilancia http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Narrar-vigilancia_0_113568...

2 de 2 14/05/2014 10:47 a.m.

Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Softwarehttp://www.foxitsoftware.com For evaluation only.