musica y politica

Upload: camilo-fernandez

Post on 02-Mar-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/26/2019 Musica y politica

    1/7

    38

    AQUELLO OUE UNA PRESENCIA

    - -

    PUEDE OCULTAR

    P

    au

    la Cannova

    Paula Cannova Profesora de Armona, Morfologa y

    Contrapun to, egresada de la Facul tad de Bellas Artes

    de la Universidad Nacional de La Plata. Profesora

    Adjunta de

    la Ctedra H istoria

    de

    la Msica I y 11, y JTP

    de

    la Ctedra Apreciacin Musical

    de

    dicha Unidad

    Acadmica.

    Miembro

    del equipo de investigacin

    del Proyecto Lenguaje visual y musical: hacia una

    reformulacin de propuesta pedaggica, dirigido por el

    Lic. Daniel Belinche.

  • 7/26/2019 Musica y politica

    2/7

    En numerosa bibliografa sobre historia de

    la msica de los siglos

    XX

    y

    XXI1

    (ms especfi-

    camente

    en

    estudios sobre msica acadmica,

    sobre todo de Europa central pero tambin a

    veces de Amrica Latina) es habitual encontrar

    un pargrafo, o al menos un subttulo, referido a

    la relacin en tre la msica y la ideologa,

    en

    al-

    gunos casos denominada "msica y poltica".

    2

    Sin embargo, esta constante no es usual

    en

    los libros anteriores a

    los

    siglos mencionados, sin

    por ello dejar de reconocer que

    -en

    reiteradas

    oportunidades en el interior de los apartados

    biogrficos de los compositores-

    3

    es posible

    reconstruir, a l menos parcial e hipotticamente,

    tal relacin.

    Se descarta la suposicin de que el inters

    por

    una praxis musi

    ca

    l

    en sinto

    na

    co

    n el

    con texto de su produccin, haya sido una

    aparicin novedosa

    en

    el siglo XX, debido a

    la enorme cantidad de casos testigo que fa lsan

    esa hiptesis.

    4

    En consecuencia, lc ul es el

    criterio para la inclusin de tales pargrafos

    en

    los libros de historia de la msica

    en

    la

    contemporaneidad?

    Antes de tratar de resolver este interro-

    gante, proponemos un recorrido por l

    os

    rasgos

    que estos apartados (relacin msica-poltica/

    msica-ideologa) contienen, donde tal vez

    localizar algunas variables que nos orie

    nten

    hacia esta bsqueda.

    1

    Como

    muestra

    de

    ello, podemos citar los siguientes libros: U. Dibelius: La

    msica

    contempornea

    a partir de

    1945 Madri

    d,

    Akal, 2004; R. Morgan: La msica del

    sig

    lo XX, Madrid, Akal, 1994; D. Fisherman: La

    ms

    ica del siglo XX, Buenos Aires,

    Paids, 1998;

    J.

    Molina- H. Bolcatto: La

    s

    ituacin

    de

    la

    msica

    al finalizar

    el

    siglo

    ,

    Rev. Summarium, N 3,

    Santa

    Fe, 2000; R.

    Sm

    ith Brindle: La nueva Msica Buenos Aires, Ricordi, 1996; G. Vinay: Historia de la Msica vol. II. El siglo XX, Madrid,

    Tumer,

    1977; P. Griffich: Modern Music.

    The avant-Garde

    since

    1945

    Nueva Yo rk, Akal. 1981;

    A.

    William:

    La msica

    en el

    siglo XX, Madrid, Taurus, 1985; E. Salzman: La ms

    ica

    del siglo XX, Buenos Aires, Vctor Ler, 1972.

    2

    La

    msica popular y los estudios sobre ella pudieran compartir esta situacin; sin embargo,

    tanto

    la primera como los ltimos

    presentan caractersticas que este trabajo no

    est

    considerando y

    que

    por lo

    tanto

    no resulta tico incorporarlos aqu. Sin duda

    alguna los aportes realizados por los investigadores y musiclogos a travs de inst

    it

    uciones

    co

    mo la Asociacin

    In t

    ernacional

    para el Estudio de la Msica Popular

    estn

    promoviendo un desarrollo

    en

    el campo de la historia de la msica popular. No

    obstante,

    ha

    bitualmente estos trabajos suelen circunscribirse a un gnero

    en

    particul

    ar

    o a

    una

    problemtica

    dentro

    del

    mismo. La bibliografa relativa a una posible h i

    sto

    ria

    de

    la msica popular

    en tanto

    corpus especfico es an escasa.

    3 La historiografia musical pocas veces se ha planteado desligarse de la verificaci

    n

    de

    los

    cambios estilsticos mediante las figuras

    que destaca, las cuales

    han

    sido principalmente compositores. Son stos los sujetos sobce los cuales se consoli

    da

    la periodizacin

    propuesta,

    una

    vez aparecida en Occidente la autora. La sola incorporacin de los intrpretes implicara un cambio en las

    segmentaciones o periodizaciones expuestas generalmente. Ms an, pudie

    ra

    n hacerlo variables como las

    co

    ndiciones o

    la

    s

    relacion

    es

    de produccin.

    4 A modo

    de

    ejemplo puede considerarse la situacin

    de

    Herinch Isaac

    {]

    450-1517) quien estando al servicio

    de

    la Kapelle

    del emperador Maximiliano, obtuvo permiso para residir

    en

    Italia de forma perma

    nente -como

    atesti

    gua

    H. Raynor- gracias

    a su vala como diplomtico o agente secreto de la corte imperial.

    39

  • 7/26/2019 Musica y politica

    3/7

    CUANDO

    LO

    IDEOLGICO ESTA

    LA

    IZQUIERDA

    Bajo el ttulo "msica y poltica" es fre-

    cuente encontrar una enumeracin de algunos

    compositores que

    en la

    escena acadmica

    han

    declarado su conviccin ideolgica, su perte-

    nencia partidaria o su militancia, de manera

    e.._'Cplcita. La

    propiedad sobresaliente de todos

    d

    10s es compartir una tendencia ideolgica de

    ~.rierca. en sus

    diferenciaciones (no menores

    ;:e.ro a

    nes

    de este escriro, inclusivas)

    en t

    re

    :::z...--::c:,..:;as..

    leni:ni.sras,

    cor:skistas,

    maosras, anar-

    ~-ras,

    50cialiscas.

    actera. El

    recorrido

    de

    los

    do-racados

    que aparecen

    en

    estos aparrados suele

    componerse de algunos apellidos infaltab

    les: H.

    Eisler (1898-1962); L ono (1924-1990); H.

    W Henze (1926); H. Pousser (1929); Ch. Wolf

    (1934); N.A. Huber (1939), C. Cardew (1936-

    1981). En menor lugar aparecen S. Revueltas

    (1899-1940) y C. Nancarrow (1912-1997).

    Existiendo entonces este recorte de lo ideo-

    lgico en vinculacin directa con

    las

    tendencias

    de izquierda, pareciera no ser posible ligar el

    pensamiento poltico y el artstico a modos

    ms relacionados con el conservadurismo.

    En ningn caso podemos encontrar

    en

    estas

    bibliografas a compositores cuyas acciones y/o

    pensamientos polticos

    se

    enlacen con polticas

    ms o menos totalitarias, ms o menos liberales,

    ms o menos capitalistas, aun habindolo ma-

    nifestado expresamente, o al men

    os

    existiendo

    pruebas fehacientes de su ideologa.

    La pregunta por los aspectos ideolgicos

    no pretende aqu sumarse a la frecuente opo-

    sicin entre izquierda y derecha polticas

    en

    las que muchos relatos histricos recaen. No

    slo porque en reiteradas oportunidades

    el

    hbitus

    5

    constituye antes bien un entramado,

    ms que lneas divorciadas que los recorren

    en

    paralelo, sino porque la consideracin de la

    vida social como

    un

    espacio conformado por

    compartimientos divididos se rechaza como

    anlisis posible en este trabajo. Por consi-

    S En el sentido elaborado por

    P Bo

    urdie

    u.

    guiente, se comprende a la vida social

    en

    tanto

    unidad que -

    en

    el contexto de sus relaciones,

    condiciones y modos de produccin- elabora,

    construye, consolida y transforma

    las

    posibilida-

    des y las imposibilidades de

    mun

    dos existentes,

    tanto

    en

    el mbito material como simblico.

    CUANDO LA FUENTE SLO VERIFICA LO

    IDEOLGICO

    Tambin

    es

    comn hallar bajo el antes men-

    cionado pargrafo, pequeas citas de alguno

    de los compositores incluidos, que dan cuenta

    de

    su

    pensamiento ideolgico. No obstante,

    en los dems captulos que organizan a estas

    bibliografas, son escasas las referencias de los

    compositores indicados que se encuentran en

    relacin con los ejes o estticas en las que se los

    enmarca. De manera tal que podramos pensar

    la inscripcin en una determinada tendencia

    artstica como suficientemente obvia a los

    fines de no requerir de uno de l

    os

    recursos ms

    empleados en los textos acadmicos, como es

    la apelacin a

    la

    fuente

    en tant

    o validaci

    n

    . O

    mejor an, al otro lado del cristal, podramos

    inducir que circunscribir a un compositor a una

    determinada esttica no es tan riesgoso para el

    autor como hacerlo con relacin a un pensa-

    miento ideolgico, por lo cual en

    es

    te ltimo

    caso, la referencia de la cita

    se

    presenta como

    imprescindible. Lamentablemente, la

    hi

    storia

    vuelve a confirmar que

    en

    tiempos duros, la sola

    sospecha de simpata hacia algunas tendencias

    ideolgicas ha sido la excu

    sa

    que muchos dic-

    tadores

    han

    utilizado sobre tales artist

    as,

    para

    desplazarlos de los espacios

    of

    iciales, censurar

    sus obras de forma explcita, menospreciar su

    actividad artstica como panfletaria, o ms

    brutalmente, hacerlos padecer detenimientos,

    persecuciones o torturas.

    6

    6

    El 31

    de agosto de 1967 , el diario

    El

    Exp

    r

    eso de

    Lim

    a, calificaba de "poeta I taliano Rojo" a L. Nono en el anuncio del

    arresto al que la Guardia Civil lo someti, a la vez que prohiba la continuacin de su ciclo de conferenci

    as

    sobre msica

    electrnica, episodio que termin con la expulsin del compositor veneciano del pas.

  • 7/26/2019 Musica y politica

    4/7

    AQUELLO QUE

    UNA

    PR

    E

    SENCIA

    PUEDE OCULTAR

    Paula canllOl8

    CUANDO LO ESTTICO

    SE

    PRETENDE

    DIVORCIADO DE LO IDEOLGICO

    Gran parte de los compositores incluidos en

    los apartados que conjugan msica y poltica

    tambin estn indicados en otras secciones

    de los

    libros cuyos ejes temticos suponen agrupamientos

    en

    fu

    ncin de caractersticas tcnicas y estticas

    del lenguaje musical. Estas bib

    liografas acostum-

    bran a incluir pequeos desarrollos analticos de

    las obras de los compositores mencionados o, al

    menos, rasgos generales

    de su produccin mu-

    sical en trminos tcnicos. No obstante,

    en

    los

    casos

    de

    los

    compositores que se inclu

    ye

    n

    en

    los

    apartados que nos convocan (los polticos) y que

    tambin participan en algunas de las tendencias

    que la bibliografa comenta, su insercin

    en es

    t

    as

    ltimas est despojada de todo anlisis referen-

    cial a su obra. As, el desan-ollo de los aspectos

    analticos sobre su tarea compositiva se reserva

    a los espacios concretos donde slo se incluyen

    los compositores politizados. Esta situacin (la

    de su compromiso poltico) s

    in duda

    mediatiza

    el anlisis orientndolo hacia las apreciaciones

    ideolgicas, que se presentan como propias a

    las actitudes

    de es

    tos artistas. Un caso ejemplar

    es el de L. Nono. En la mayora de los libros de

    historia de la msica del siglo

    XX

    encontramos su

    nombre, su inscripcin

    en

    el serialismo integral

    y

    obviamente su inclusin ms desarrollada

    en

    el

    apartado "msica y poltica", dada su militancia

    en el Partido Comunista Italiano. Sin embargo, es

    nicamente

    en

    esta seccin donde la referencia

    analtica a su msica se hace expresa. El an

    lisi

    s

    de alguna

    de

    sus

    obras tiende, antes que nada, a

    fundamentar su condicin de militante, por lo

    cual

    Se

    reca,e

    i::: ~ ai ".::::u:__

    _ e

    los tex-ros (f~'c 5e

    ro.r.~

    ;;: c:::.:a.::1

    Es

    ta

    ltima

    ;:a.-a,e:

    ::;::-

    ;..;;

    en la medida

    en

    qu

    e sedrcurucr..ta l~--;.ec .. .::e

    vnculo poltico, la msica debe

    dar

    cue:::;:a de

    ste de manera directa, reducindolo a lo desci-

    frable slo a travs del lenguaje verbal. Por lo cual

    tambin podramos suponer que este anlisis de

    los compromisos polticos o ideolgicos es nica-

    mente observab

    le

    en los aspectos tcnicos y no en

    los modos de relacin que el compositor establece

    con el material musical, los instrument istas, las

    instituciones donde su msica pudiera presen-

    tarse, las industrias

    cult

    urales que la difunden

    o quienes detentan sus derechos. Asimismo,

    es

    este ltimo hecho el que conduce a pensar que es

    mejor incluir aspectos analticos del compositor

    en cuestin en

    el

    apartado "poltico" y no

    en el

    puramente esttico, dacio que habra una diferen-

    cia entre el compositor politizado y el resto de

    sus colegas que, a

    un con

    perspectivas estticas

    comunes, no comparten su politizacin.

    8

    Vol-

    viendo al caso del ejemplo, Nono aparece en los

    apartados de l se rialismo integral ju

    nto

    a Boulez

    (1925) y Stockhausen (1928), pero el anlisis

    de

    su msica se presenta habitualmente s lo en

    los apartados que dan cuenta de su compromiso

    ideolgico. lSer tal vez que la utilizacin de una

    herramienta tcnica modifica la produccin si

    es

    utilizada por alguien que desarroll su conciencia

    de clase? Este podra ser un interesante criterio

    pa ra revisar los agrupamientos est

    t

    icos que

    realiza la historiografa musical

    9

    pero lamenta-

    blemente parece no ser an lo suficientemente

    import

    ante.'

    Esta

    si

    tu

    acin se

    co

    rr

    espo

    n

    de

    directamente con la idea que presenta a la rea-

    7 Lej

    os

    de restar importancia a la msica vocal de

    L.

    Nono, la cual no slo es de una enorme trascendencia sino de un

    grado de innovac in ineludible (como ejemplo vale citar el desarrollo que lleva adelante en la fragmentacin del text o y sus

    implicancias

    te

    xtural

    es

    en o

    br

    as como Canciones para Silvia Il canto sospeso, entr e otras). sta es muestra de su compromiso

    artstico y poltico, como tambin lo son su msica instrumental, elect roacstica y su

    vi

    da entera.

    8

    Aun no

    compartiendo el marco ideolgico de su colega veneciano pero s su condicin de serialista, el compositor y dir

    ec

    tor

    francs P.

    Bo

    ulez ha dejado se

    nt

    adas sus posiciones en relacin con la poltica cultura l francesa de Malraux en numerosos

    artculos periodsticos. Sin embargo, esto no pareciera ser un dato relevante para incluirlo en la bibliografa.

    9 Es tambin notorio que la mayora de las mencionadas bibliografas no incluyan a los composi tores de msica seria que

    desarrollan su trabajo fundamentalmente en lo que se conoce como msica incidental,

    ta

    nto para cine, video,

    te

    levisin,

    como para l

    as

    nuevas propuestas mul timediales,

    el

    net-art, el arte digital sonoro, etcter

    a.

    A

    n

    no

    se exponen los trabajos

    en este sentido que ha

    cen los

    compositor

    es

    que

    s

    se encue ntran mencionados slo por sus aportes a la msica

    sinf

    nica,

    de

    cmara, a la pera o al ballet (sobre todo si este responde a los patrones de la danza clsica) .

    IOEn el contexto lat inoamericano es necesario destacar los substantivos aportes con relacin a estudios relativos a temt icas

    especficas sobre msica, msicos y contexto realiza

    do

    s por Ornar Corrado, Grnciela Paraskevadis, Julio Estrada, Edgar

    Molina, Corin Aharonin, entre otros.

  • 7/26/2019 Musica y politica

    5/7

    -

    =

    ,

    .

    .

    lizacin artstica,

    en

    este caso musical, de forma

    autnoma del plano poltico-ideolgico. Es decir,

    el muy difundido pensamiento que sust

    enta

    a la esfera del arte como emancipada de las

    condiciones de la realidad

    en

    donde ella se pro-

    duce y se inserta, participando de la vida social.

    Ahora

    bien,

    considerando

    este ltimo

    punto, el de la permanencia de la idea del arte

    como autnomo de

    la

    realidad social, aparece

    un halo sobre aquello que anteriormente no

    se nombraba.

    Es

    decir, en rigor de verdad

    la

    bibliografa referida a la historia de la msica

    acadmica actual ha generado por

    un

    lado,

    un salto cualitativo al considerar el pargrafo

    msica y poltica. Sin embargo, por otro, es la

    misma inclusin apartada la que demuestra una

    separacin entre una m( sica que discurre por los

    mbitos sociales

    don&

    surge y sobre l

    os

    cuales

    acta en el universo simblico, de otra que en

    apariencia no lo reali

    za.

    El origen de estos apartados se remonta a la

    consolidacin de las teoras sociales aplicadas al

    estudio del arte, y

    en

    particular a algunas obras

    expresamente referidas a la resistencia sobre

    algunos hechos histricos.

    11

    Sin embargo, a dife-

    rencia de algunos importantes enfoques prove-

    nientes de la historia social,

    12

    como puede serlo

    el de H. Raynor en materia de historia musical,

    lo habitual es el estudio particularizado sobre

    un

    caso (composi

    tor,

    gnero musical, tendencia

    esttica, etc.) pero no as un relato abarcativo

    de la o las historia/s de la msica actual.

    La

    inclusin de estos subttulos en apariencia

    abre camino hacia la construccin de un relato

    histrico sobre la praxis musical en el marco

    de sus relaciones sociales y de produccin. No

    obstante, puede culminar en la adopcin de la

    autonoma del arte al circunscribirse a casos

    ms o menos unvocos.

    Esto es lo que una presencia puede ocultar.

    La presencia de

    un

    espacio que se limita a expo-

    ner

    -ax:~

    l"'Pl"'Tl5JU Dl:*"ll'""',I"' .;;u:tf :oc.-.-

    tiruyen e.

    ;-~.i::11

    de

    algunos

    cc= . . ; ;~1

    izquierda, y

    por~

    .::......

    m:m::sr:.ic

    ~r-e

    el compromiso y la

    res; ~

    a.: 'Ot':.er

    establecerse slo con . e.at

    _ _ ~ 2 . n

    una sociedad ms solidaria v~ra r::.::""':

    resulta evidente que el acuerdo con c. es::a..:t de

    cosas imperante (el cual se distancia de.-'.> ames

    mencionado) tambin existe en el ni,el de la

    cultura, de

    las

    culturas y de la CULTURA oficial.

    Pareciera ser entonces ste el criterio

    principal que orienta la inclusin del subt tulo

    "msica y poltica",

    es

    decir

    el

    desarrollo

    en

    tomo

    de la manifestacin esttica solamente

    de los compositores de izquierda.

    Es

    cierto que muchas veces no resulta fcil

    incorporar entre los subttulos de un libro a

    alguno de los compositores relacionados

    con

    el

    nazismo como Hans Pfitzner (1869- 1949), o

    declarar que Carl Orff (1895-1962) es el autor

    de la marcha oficial para las Olimpadas en

    la

    Berln de 1936, o que

    en

    noviembre de 1933

    Joseph Goebbels (1897-1945) asumi como

    titular de la Cmara de Cultura del Te rcer

    Reich, y Richard

    St r

    auss (1864- 1949) lo hi

    zo

    en

    la Cmara de la Msica. Ser tal vez que

    la participacin de los artistas en el rgimen

    nazi no es lo suficientemente importante como

    para incluirse en la construccin de un relato

    histrico referido a

    la

    msica? Slo

    escos

    casos,

    demasiado obvios, bastan para preguntarse por

    esta ausencia ocultada.

    Congruentemente con lo antes mencionado,

    tal

    vez

    sea posible reconsiderar

    no

    slo la parti-

    cipacin o adhesin poltica a un determinado

    partido, sino tambin una lectura ideolgica

    13

    de las obras de l

    os

    composicores que

    se

    incluyen

    en los libros de h istoria de la msica.

    Una

    propuesta en tal sentido debiera con-

    templar las obras musicales en el marco de las

    11 A partir de la guerra que

    EE

    .UU. lleva adelante en Vietnam, las luchas de independencia argelina y la de diferentes pases

    africanos,

    las

    dictaduras en Amrica Latina, entre otras, son varios los compositores que dedican

    su

    obra a las causas, incluyen

    en

    ella materiales referenciales, o simplemente aclaran su posicin

    en

    relacin

    con

    los temas vin

    cu

    lantes. Una muestra de

    ello podra incluir obras como O King de

    L.

    Berio, en memoria al asesinato de Martin Luther King, y iDnde ests hermano?

    de

    L.

    Nono, en reconocimiento a los desaparecidos de la ltima dictadura cvico-militar en Argentina.

    12

    Se hace referencia a la tendencia historiogrfica originada en torno a la revista

    Past

    and presenta partir de 1952.

    13

    Jorge Edgar Molina ilumina en este sentido al "Reconocer la influencia de estos postulados ideolgicos, como la de

    otros que provienen de diversas cosmovisiones, no pretende cargar de semanticidad a los rasgos especfic

    os

    de la msica, ni

  • 7/26/2019 Musica y politica

    6/7

    AQUELLO QUE UNA PRESENCIA PUEDE OCULTAR

    Paula

    cannova

    condiciones de produccin imperantes en un

    momento determinado y la toma de decisio-

    nes

    que

    los msicos realizan. Las opciones

    esttico-musicales de los ltimos aos

    no se

    ven afectadas por la proliferacin del tipo de

    produccin descentralizada del neoliberalismo

    con

    pretensiones globalizadoras? l u inters

    reviste para

    un

    a empresa multinacional ajena

    a la esfera artstica patrocinar

    un

    festival de

    msica contempornea?

    La compresin digital sonora -como los

    formatos de tipo mp3- ha facilitado el acceso a

    diferentes pblicos

    de

    mucha msica mediante

    l

    as

    redes informticas como Internet . Sin em-

    bargo, esos diferentes pblicos deben al menos

    cumplir una condicin: poder acceder a los

    dispositivos requeridos (conectividad a la red,

    conocimientos mnimos para la bsqueda, entre

    otros). Pe ro tambin la msica comprimida

    en estos formatos cambia, gana posibilidades

    de destinatarios en la medida en que pierde

    rango de diferencias relativas a la intensidad,

    por ejemplo. Todas estas variables, lno estn

    afectando, condicionando, cambiando

    al

    me-

    nos,

    la

    produccin de la msica actual?

    l

    u

    mecanismos utilizan los compositores para la

    defensa actual de sus derechos intelectuales en

    el marco de las legislaciones vigentes?

    La continuidad existente

    en

    el dodecafonis-

    mo y el serialismo integral en relacin con un

    pensamiento compositivo que pretende controlar

    el

    material musical, es una realidad

    hi

    stricamen-

    te validada.

    14

    Tambin lo

    es

    la diferencia sonora

    que ambas estticas s

    up

    onen. Adems de ampliar

    la serializacin a otros parmetros sonoros como

    la duracin,

    la

    intensidad y la articulacin, la

    denominada corrie

    nt

    e

    se

    rial

    se

    desarroll en

    la

    Europa de posguerra, dentro de la poltica del

    Estado de Bienestar, que promovi la existencia

    de radios nacionales difusoras de esas msicas,

    de centros especializados para la formacin de

    compositores e instrumentistas y de conciertos

    pblicos cuya programacin estaba compuesta

    fundamentalmente por obras de jvenes com-

    positores 15 Sin embargo, el dodecafonismo

    lleg a ser tildado de arte degenerado por

    el

    nazismo y prohibir

    se

    efectivamente su difusin

    a consecuencia de su no correspondencia con las

    ticas y estticas del nacional socialismo. Pero

    adems es necesario mencionar que su principal

    referente, el compositor austriaco A. Schonberg

    (1874-1951) fund en 1918 y fue presidente

    a perpetuidad de la Verein fr musikalische

    Privatauffhrungen,

    una

    sociedad privada

    de

    audiciones musicales dedicada a la ejecucin de

    msica nueva proveniente de diferentes rincones

    de Europa. La Asociacin posea

    un

    estatuto

    redactado por A. Berg (1885-1935),

    en

    donde

    no slo se prohiban los aplausos, el anuncio an-

    ticipado del contenido del programa, el informe

    pblico de los lugares en los que se realizaban las

    reuniones, sino que adems se vedaba el acceso a

    quienes no eran socios y a los crticos musicales.

    16

    lCu

    l es entonces la continuidad del pensa-

    miento compositivo que supone estar presente

    en

    el dodecafonismo y el

    se

    rialismo inte

    gral?

    lEl

    ordenamiento de algn elemento del mismo tipo

    como la altura, el ritmo, o antes bien, la asuncin

    de la existencia de una sintaxis musical cuyos

    componentes se consileran como individuali-

    dades aisladas? lEl denominado pensamiento

    compositivo es independiente del tipo de relacin

    existente entre los compositores y la circulacin

    de su msica? Son s lo algunas de l

    as

    cues tiones

    que pudieran ser abordadas

    en

    este se

    ntid

    o.

    Desde hace ya ms

    de

    dos dcadas, C.

    Prudencia (La Paz, Bolivia, 1955) ha logrado

    una propuesta esttica con el uso de Los ins-

    trumentos andinos que no pretende controlar

    o asemejarlos a las sonoridades tpicas de los

    sosten

    er

    que deremnada obra pueda adscribirse a tal o cual ideologa, pues todo ello significara acota r el tr abajo artstico y

    despojarlo de su especificid

    ad

    . Pero siendo la Msica, como todos las Artes, port adora de todos los aspectos de la personalidad

    de sus creadores, no puede estar ausente en ella la visin

    de

    l mundo que

    caracter

    iza a cada uno, en la que la ideologa es su

    ejercicio

    co t

    idiano",

    en Revista Sum marium 4. Estticas del

    fin

    del siglo 2,

    2005

    .1

    14 R. Margan: a msica del

    sig

    lo XX, 1994.

    15 Los cu

    rs

    os i

    nt

    ernacionales de Dannstadt existen desde 1946 y fueron organizados por W. Steinecke, apoyados por el alcalde

    Ludw

    in

    g Merzger y

    po

    r el oficial norteamer icano responsable de la administrac in de reatros y salas

    de

    conciertos

    de

    l gobierno

    militar de Wiesbaden. En 1950 se iniciaron las Jornadas Musicales de Msica Contempornea de

    Don

    aueschingen a cargo

    de H. Strobel; las mismas suponen ser la

    cont

    inuidad de l Festival

    de

    Msica de Cmara que se realizaba desde 1920.

    16 M.

    de

    Arcos,

    Experimentalismo

    en la

    msica

    cinematogrfica 2006, p. 101.

  • 7/26/2019 Musica y politica

    7/7

    \

    ~-

    - \ . J ,

    1-

    "&

    ,

    instrumentos de viento de la orquesta tradicio-

    nal centroeuropea.

    17

    Esta decisin consciente

    de

    permanecer

    en

    el

    modo

    de

    produccin

    sonora

    que es propia de la cultura aymar-la cual otor-

    ga

    una prcticaespecfica a ese grupo organol-

    gico-

    constituye

    no

    slo una bsqueda tmbrica,

    sino

    la renuncia

    a considerar defectuoso

    un

    modo de sonoridad propio. Y es a su vez, una

    negacin a

    la

    imposicin esttica habitual

    de

    la

    cultura dominante. Asimismo, esta utilizacin

    del instrumental mencionado

    en

    algunas de las

    obras

    del

    compositor boliviano, se concreta en

    ejecuciones posibles mediante la agrupacin

    musical

    que

    l fund, la

    Orquesta

    Experimen-

    tal de Instrumentos Nativos (OEIN).

    De

    esta

    manera, una opcin

    esttica

    tambin incluye la

    posibilidad

    de

    concrecin, en

    un

    marco

    donde

    la ejecucin musical de las obras actuales

    no

    es habitual, ni a bajo costo, esencialmente en

    contextos de pobreza como los que circundan a

    Amrica Latina. El trabajo

    con

    los msicos inte-

    grantes

    de

    la

    OEIN forma parte de un proyecto

    ms amplio que

    supone

    tambin la posibilidad

    de

    incorporar otros msicos,

    fundamentalmente

    otros compositores, quienes mediante el contac-

    to

    con

    la cultura y los modos de

    produccin

    de

    la orquesta

    realizan obras para esta formacin.

    En

    otro contexto y marco ideolgico, pero

    preocupado por las condiciones

    de

    produccin

    de la msica actual, el ya mencionado compositor

    y director

    P

    Boulez particip

    en

    1976 junto

    con

    M.

    Guy

    de la formacin del Ensamble lnterCon-

    tempora in (EIC). Este Ensamble

    no

    es la primera

    agrupacin

    instrumental con

    la

    que Boulez

    inici su trabajo como intrprete o director; los

    anteriores grupos sin

    duda

    alguna

    han

    aportado

    a la vigencia que el EIC posee, al menos en tr-

    minos de experiencia. No obstante,

    un

    estudio

    de los objetivos que poseen estas iniciativas, las

    condiciones de produccin que las permiten y las

    polticas culturales que las pudieran sustentar a

    escala gubernamental, no aparecen en los libros

    de historia de la msica.

    Es difcil -argumentar que este tipo de

    prcticas musicales

    no

    produzcan cambios o

    consolidaciones

    de

    tcnicas y estticas

    en

    la

    me..i.:..

    ::: :

    _ ..

    EiE _

    ":1 9c:ic ?_,

    fundar...e:- -ae::::t, XJllll n:_ S~ .- ,,._....,_

    ca en los

    m~esi :$

    e s

    concepciones

    :;,:. s:ic:iks.

    S r n

    relaciones de prcxiuc.dll:o

    c:r.:~

    de...

    obras, en sum a, definen . : r . . . :~

    =i:f:. :;; ~

    :.e

    los relatos

    hist

    ricos en romo a .z

    Relatos que adems de informar

    SOC..

    principalmente

    permitan consmrir

    1e.."'~.1en-

    tas

    con

    las cuales significar

    y

    comprender el

    presente, ampliando el universo de perspecrfras

    que intervienen en la toma

    de

    desiciones. Ya que

    en definitiva, aquello que est oculto no deja

    de

    estar

    presente.~

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    -

    DE

    AR C

    O S,

    M.:

    Experimenta ismo en la msica

    cinematogrfica

    Madrid, Fondo de

    Cultura

    Econmica,

    2006.

    - DIBELIUS, U.:

    a msica

    contempor

    nea a

    partir de 1945

    ,

    Madrid, Akal, 2004.

    - FISHERMAN, D.:

    a

    msica

    del siglo

    XX, Buenos Aires,

    Paids, 1998.

    - GRIFFITH,

    P.:

    Modem

    Mu.si

    c. The

    avant

    -

    Garde

    since

    1945

    ,

    Nueva York, Akal, 1981.

    -

    MOLINA,

    J.:

    "M

    sica e ideo loga", en Revis ta

    Summarium N

    2

    4. stti

    cas de

    fin de

    siglo

    2, Santa Fe, Centro

    Transdisciplinario de Investigaciones de Esttica, 2005.

    -

    MOLINA

    , J y BOLCATTO, H.: "La situacin de la

    msica al finalizar

    el

    siglo", en Revista Summarium N

    2

    3,

    Santa Fe, Centro Transdisciplinario de

    In

    vestigaciones de

    Esttica, 2000.

    - MORGAN, R.: a

    ms i

    ca

    del

    sigl

    o

    XX , Madrid, Akal,

    1994.

    -

    MORGAN,

    R.: La

    msica del s

    iglo XX, Madrid, Akal,

    1994.

    - SALZMAN, E.: La msica

    del siglo

    XX, Buenos Aires,

    Vctor Ler, 1972.

    - SMITH BRINDLE, R.:

    La nue

    va

    Msica

    ,

    Bu

    enos

    Air

    es,

    Ricordi, 1996.

    - VINAY,

    G.: Historia

    de la

    Msica

    v

    ol.

    II

    .

    El siglo

    XX,

    Madrid, Turner, 1977.

    -WILLIAMS, A.: a

    msica

    en el sig

    lo XX

    , Madrid, Taurus,

    1985.

    17

    Esta actitud est consolidada fundamentalme

    nte

    al evitar la incorporacin del vibrato cons tante en la produccin sonora

    de los instrumentos de soplo

    y

    la utilizacin forzada del sistema de afinacin temperado.