P~rrltrrln p?f>i.lrrrln~ con Coccothrr~irslas cnccnl l~~r t t s t~~s . resiilta -ser el friiigilido nienos estudiado de la zona caiitábrica, princip:il habitat de sil distribncióti septentrional en Espaíia. La revista Ar- droln Iia piil~licado esporádicas iiotas sobre su iiidificaci61i y erra- tinmo a partir de mi primer trabajo más extenso de F. Bernir; (l!W). Un somero rfoliis para Guipiizcoa se hace en el «Bstndio .de la Avifauiia)~ de esta provincia (Noval. 1967). Sin embargo. en el resto de Eiiropa un copioso anillaniiento (solamente en Gran Bretaíia Iiasta l9GS, 4O.JFS Camachuelos anillados) y iihsigiiieiite~ recuperacione<. permiten estiidiar con I>astante preci.ii611 los movi- mientos eqtaciotiales del pájaro, sil xfntrrs nacional e incluso con tina nieticulota observación se llegan a valorar los daños qne la .especie prodi~ce anoalniente en las plantaciones de frutales (New- ton; 1WG).

Con el escaso material de qiie Iiasta el momento se di.rpone (la mayor parte del trabajo es t i basado en anillamientos y ohserva- ciones propiasi, vamos a tratar de ofrecer rin panorama de la (lis- tribucibn en la zona cantál>ric:i de Camachiielo Comíni. Aiinqiie l e realizado abundantes observiicioiies en Navarra. Vizcaya, Snn- tander, Galicia y norte de Portiigal, preferentemente en hosqiies próximos a Viaiia do Castelo y Graga, solamente ir11 trahajo sis- temático y nietiidico de observación. censo, aiiillainieiitos, ,captil. . n s y reciiner;iciones fue realizado en dos pinitos de la zona can- tibrica. Uno eti Guipiizcoa. alrededores de la villa de Zumaya y .e11 menor escala casi toda la prorincin. y otro en Astnriar. en nna :zona pr6siina :I Villariciosn.

492 ARDEOLA, VOL. ESPECIAL (lm)

Como se trata de un pájaro disperso y errático la mayor parte. del año. de costumbres reservadas y canto poco llamativo por sir tono bajo. las capturas no fueron grandes. Un promedio de dos ejemplares diarios, computando los dias de capturas (0-6). En ge-. neral, se evitó realizarlas entre abril y julio, aunque se hicieron frecuentes pruebas de atraccióii en época de reproducción y reac- ciones ante figuras de Camacliiielos realizadas en plastiiina.

Las capturas se hicieron con una trampa especial construida con dos redes invisibles (niist net o red japonesa), combinada con* diversos métodos de atracción, que, en general, dieron buenos resultados (82 por 100 de los Camachuelos atraídos a las proximi- dades de la trampa fueron capturados). Este porcentaje es un pro- medio obtenido en nueve meses de capturas anuales. Pájaros jó- venes, antes de la muda, responden 100 por 100 a la atracción: Esta disminuye progresivamente, alcanzando un mínimo en mar- zo-abril (40 por 100).

Pocos nidos fueron examinados detenidamente, pues, en mi ex- periencia, o son descubiertos a depredadores o desertados con fa- cilidad, iiicluqo conteniendo pollos ya crecidos. De seis nidos ahan- donados, dos contenían pollos ya emplomados. En ambos casos se comprobó que los adultos estahan vivos y merodeaban por las proximidades. Así, un nido situado en un matorral de zarzamora, Ri6bru sp., sohre le cuneta de una carretera muy transitada en Carli~yín (Asturias), conteniendo cuatro pollos de siete días, fue desertado después de que obtuve varias fotografías sin tocar el nido, puesto que ni siquiera fueron anillados. Este comportamien- to contrasta. .sin emhargo, con el de iica pareja nidificante en. cautividad. La puesta de cuatro huevos fue cambiada de lugar en el aviario, después de catorce días de incuhción por la hembra y ésta aún continuó tres días más en el nuevo emplazamiento del nido, con resultado negativo, ya que los huevos estaban infértiles.

Igualmente se estudió la dispersión invernal, por suelta con- junta de grupos de Camachuelos capturados individualmente en dias anteriores y rastreamiento de la zona en días sucesivos por- dos grupos de observadores, usando incluso radio-teléfonos.

Un total de 198 Camacliuelos fueron anilladol: con :iliill:is de :du- minio de la Sociedad Española de Ornitologia. Además, y para identificación a una distancia media, utilizando prismáticos de diez aumentos, y gran luminosidad, fueron marcados con aiii!las plás- ticas de colore$ vivos, evitando los tonos verdosos o apagados. Aproximadamente unos 2Z0 Camacliuelos fueron capturndos y sol- tados de este modo. Se utilizaron dos colores diferentes por año. Un color señalaba pájaros aparentemente en segundo aiio (The B. T. O. Guide to A g c i q Rr Sezing), y otro color señalaba iii- maduros y pájaros en primer invierno. Con este método, y apro- vechando la general mansedumbre y quietud de la especie, pudie- ron tomarse datos y realizarse observaciones sobre cortos movi- mientos, día a día, distinguiendo los efectuados por los adultos del incesante erratismo de los jóvenes.

-- 7

Camachuelo común. Prrrhula uvrrhula iberiae 1

Fig. 1.

494 ARDEOLA, VOL. ESPECIAL (1971)

IV. KECUEE~TO EN EL CAMPO

El Camacliuelo Común, como la mayoría de las especies, des- arrolla su actividad más intensa en las primeras horas de la ma- Iiana. Un período de movimientos más rápidos y más largos des- plazamientos, desde el amanecer hasta las doce horas. Permanece estacionado o en movimientos corto4 hasta las diecisiete horas en que la búsqueda del dormidero adecuado lo entretiene hasta el anochecer. Es característico del paisaje otoñal e invernal ver pe- queños grupos sobre ramas desnudas, con el plumaje inflado y emitiendo algunos, especialmente los machos, un seudocanto. gor- jeo en tono muy bajo y raspante, acompañado de cortos silbidos. Es precisamente en estas horas cuando se hace difícil el recuento de Camachuelos, puesto que los pájaros no obedecen al reclamo con la facilidad con qne lo hacen en horas tempranas, lo que obli- g a al olxcrvndor a andar mucho y con poco éxito.

Se ha seguido una técnica en cierto modo artificial o provoca- da para efectuar el recuento. Todos los pájaros capturados un día se sueltan aiiillados al anochecer. El Camachuelo no es inadruga- dor. Aproximadamente quince-veinticinco minutos despues de es- cuchar notas de alarma de Erithacirs irrbeorln. Tro.qlobi~tes tro- glodyies o Terdw rneruln, comienza el erratismo de P?rrltuln. Sus movimientos poseen al principio una dirección definida hacia zonas vegetales de atracción. Esta especial predilección por de- terminadas plantas ha favorecido el trabajo y la observación.

Como resultado de un minucioso y paciente trabajo de anota- ción he redactado una lista de especies vegetales por orden de pre- ferencia, indicando entre paréntesis el número de veces que un Camachuelo o grupo de ellos ha sido descubierto u observado co- miendo o descabezando las yemas. botones florales, flores, semi- llar o frutos de las plnntas y de los arbustos y árboles que se citan.

Plantas y arbustos:

Rellís ptrnrnis. margarita de los prados (22) Tornr~icum offin'icnle, diente de león (20) S m d o wt~lgnrir, cardillo (IR) llrticn sp.. ortigs (14)' Corylits n?dlnnn, avellano (1%

SOBRE *P. PYRRHULA) EN EL N O R E DE ESl'ASl

Lonicera sp., madreselva (10). Salir sp., sauce (8) Ruhus sp., zarzamora (6) Pyvncantha sp., espino (6) C'kmatis sp., clemátida (3) Jimiperzcs communis, enebro (2) Cotoiwaster sp., cotoneaster (2) Eaphorbia sp., (2) Rubus idaeics, frambuesa (1) Berberis wulgaris, agracejo (1) I:iliI>end& zrlmarin (1) I'rrnzus domestica (1) 17~!wrnzrrir sp. (1) .Sainbucus uigrn, saúco ( 1 ) Tn.ci+s bizccnto, tejo ( 1 ) Forsythia (1) iJlar, árgoma o tojo (1)

y observaciones incontables por su abundaiicia sobre plantas gra- mineas de Ciirex sp., Agrostis sp., Pon rp. y otras no rletermi- nadas.

Arboles :

Frnxiritcs sp., fresno (15) Betida sp., abedul (12) Alrins glutinosa, aliso (8) Poplclss sp., álamo (3) Fapbs sylwntica, haya (2) Qrrrrct~s robw, roble (2) Uknus sp., olmo (1) Sorbiu ntccwpnrin, serbal ( 1 )

y también incontables obseri.acioiies sobre Pims s.vIwrstrU, Pinus rirdiata y Pinus I>hznstrr. Pero una especial mención ha de hacer- se de los intensos ataques que los Camxhiielos realizan sobre melocotoneros silvestres y cultivados, Prunirs persicn. En mi ex- periencia un solo Camachuelo descabeza en un minuto 7-8 botones florales. Creo no exagerar al considerar a esta especie frutal como el mayor atractivo en los meses invernales para el Camachuelo.

Anllla Fecha , Lugar Edad Lugar Y e ~ h a - -.-- --

Zumaya (Guip.) Id. Id. Id.

Villavizlosa, Id. Id.

Id. Id. Id. Id.

1 d. Id. Id. Id. Id. Id. Id. Id. Id. Id.

2 . O año *

I .er año M

Juv.

U

* m

1 .er año m

4 . O año J uv.

* 1." año

Juv. l.=' año

. w

m

Anglel, B. P. (Francia) Zumaya, itr situ Autorrec. i t ~ situ

b

v P * S e

Recuper. P

Sietes, Villavic. a 7 Kms. Autorrec. in sllu .

w

B

Blain, L. A. (Francia) Autorrec. i n silid

m m

, m

w

w * 8 n

19-11-61, n los 4 meses y 16 dias (muerto) 14-1-61, a los 3 meses y 9 dlas (cazado) 26-XI-65, a los 18 dias (red) a a

• , m 18-Vlll-66, a los 14 dtas (red) '? $1-111-6-8 a los 8 meses (red) < 16 y 17-V111-67 (red. S días en la wnn)

o r

1-1-70, a 1 año, 9 meses y 9 dias (cazado) IZ m

26-IX-68. a 1 mes y 28 días (cazado) 8 17-X1-68. a 1 mas y 11 días (red) 2 24-Xl-68. a los 28 días (red)

h l..

13-IV-69, a l mes y 21 dias (red) 3 29-VlII-69, a los 2 días (red) b. U

1-1-10, a 1 año, 6 meses y 26 dlas (red) 11-1V-70, a los 4 meses y S dias (muerto) 4-X-70, a los 38 días (red) 20 XII-70. a 1 mes y 17 dias (red) 23-XII-70, a los 22 dlas (red) 24-1-71, a 1 mes y 26 días (red) 19-Xll-70, a las 8 días (red) 31-1-71, a 1 mes y 12 dias (red)

D e aquí la persecución de que es objeto y el nombre iulgar de .«Cortabrotes» que tiene en muchas zonas del campo asturiano. 'También los ciruelos, singularmente en floración, y los manzanos, sufren eli menor escala la depredación.

Copiando a Vaurie en The Birds of flie Palcnrclic Fair~in: .nPyrrlittln pyrltiiln iberiar, Voous 1!)51, Linnres de Riofrio. Sa- lamanca, occidente de España. Bien diferenciada de otias razas europeas, los maclios miiy brillantemente coloreados dt'hojo. rojo bermelllii oscuro. Hembras distintirameiite más pálidas y más grises encima y debajo que en la sul>especie cwoporn del occiden- te francés: longitud del ala de diez maclios de iberine 71)-$4 (81.8'). Se extiende por los Pirineos (al menos Pirineos centrales y occi- dentales) y a más altura que csropoea, montañas cant5bricas y montes de Galicia, al sur hasta montañas del norte de Portugal ; en el sur de Salamanca en invierno y prol>ablen~ente inoviéndose .en a1titud.n

>fedidas alares para Galicia y Salamanca, segiin Bernis, 7 nia- chos 79-8s (SS), 2 hembras 80-81 (80,s).

Vniirie para iheviae. 10 maclios 'iS,5-88,5 (81.4). Noval para Guipíizcoa, 16 machos 80-81 ($0.3). 30 liernhrns

76-81 (78,7). Xoval para Asturias, 20 maclios 7984 (80,ü). 20 hembras 7(i-S1

( 7 W . Procediendo como antes se ha indicado y analizando tanto I:I<

recnperaciones como las observaciones en el campo se pueden oR- tener conclusiones, nunca exactas. pero si lo suficientemerite L -1 aras .para proporcionar IUI esquema de los movimientos estacionales de F'ywhtdn f. iberioc, entendiendo por tales sil aparente rrratismo durante los meses de otoño e invierno.

En mi experiencia. parece segiiro que en la zona Caritáhric:~ española deben distinguirse (los poblaciones de C:iinriclii~elo Co- mún, opuestas en sil con~portaiiiiento. Una, muy :iciiiadaiiicntc ,=e- dentaria, como luego se verá, ocupando bosques de altitud no superior a 500 metros s. 11. m., valles y franja costera y otra de montaña, reprodticiéndosc en bosques y malezas de altitudes su- periores a 500 metros.

El estudio se ha realizado fundamentalmente sobre pájaros criando y vagando en zonas bajas. No se han realizado anillamien- tos en la montaña. Pero sí abundantes observaciones invernales. Por tanto, en este caso se han alcanzado conclusiones Únicamente. por observación directa y deducción.

En Giiipitzcoa la mayor parte de las recuperaciones de Cama- chuelos anillados fueron obtenidas en el propio lugar del anilla- miento, autorrecuperaciones, o en zonas relativamente próximas.. Solamente en i:n caso un pájaro (jorigen francés?), anillado en Zumaya en octubre, fue hallado muerto en Anglet, Francia, 70 km. al XNE., cuatro meses después. Por el contrario, otro Cainacliuelo anillado y soltado junto con el anterior, fue también recuperado a los tres meses en el mismo lugar del anillamiento. No han podido constatarse francos movimientos en dirección Sur en Guipúzcoa.. Ningiino de los pájaros anillados en Zumaya y otras zonas del Norte de la provincia fue recuperado 12 kil6metros en Iínea al sur, en Azcoitia, donde un sólo pajarero captura anualmente 250- 300 Camachnelos para enjaular, capturas extraordinarias si se tiene en cuenta la no ahmidaiicia y especialmente la dispersión de este pájaro.

En .9sturias la recuperación más lejana del Lugar de anillamien- to, dentro de la provincia, alcanzó solamente 5 km. al Sur. Sin embarco, se Iia producido una recuperación extraordinaria. Un Camachuelo macho, anillado en su primer año el 7-XII-69 (medida alar, SI), en Villaviciosa, fue encontrado muerto en Blain, Loire Atlantique, Francia, más de 800 km. en línea de tierra al NNE.. el 12 de abril del sigliiente año. Puede deducirse de esta recupera- ción que existe una plena relación o identificación entre la pobla- ción de la Bretafia francesa, occidente francés, estimada por Ma- yaud como P. p. ewopota (7 machos W. Francia, 77-83 (79,6) d e medida alar) y la del Norte de España, presumiblemente P. p. ibe- rige? Quizás se trate de un caso aislado de migrador con retorno a su lugar de nacimiento. De cualquier modo. esta recuperación. anima a proseguir los anillamientos y observaciones.

A las :interiores recuperaciones pueden unirse las ohseivacioneo muy numerosas efectuadas en pleno campo, aprovechando el mar- cado con anillas plásticas coloreadas. En observaciones realizadas en las primeras horas de las mañanas otoñales. pudo constatarse que la densidad de inmaduros y adultos marcados disminuía progresi- vamente desde el centro, lugar de anillamiento, de un círculo de 10.

Fig. 2.-Camnchuelo Coniú~i sobre melocotoi~eso silvestre, árbol fi-utal en ei que causa grandes. destrozos descabezando los botones -florales.

(Fotos del autor.)

566 A

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SP

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I-4L (1971)

. - -

Fig. &.-Ejemplar joven de Cam;-lcl-iuelo Comúil (al-riba). comenzailclo a adquirir el plurnajc normal de-adulto. Abajo, otro jos7e11 sobre ramas de un cinatriomo, en el que se puede apre-

ciar la muda. (Fotos de l autor.)

Fig. 5.--4rriba y abajo : ejeimplar adulto de Cainachuelo Comíiil en el que se ve 11iei-i el obispillo blanco puro y la franja alar del mismo color, así coino el doble anillamiento efectuado.

(Fotos del ahbtor.)

kilómetros de radio, de tal modo que en la periferia ya predomina- ban poblaciones sin anillar. Hubiera sido interesante anilkir nueva. mente en este punto, pero la excesiva curiosidad del paisanaje por- los métodos de reclamo y captura utilizados me hicieron desistir.. Toda la zona está, en general, muy poblada. En estos períodos de. estudio no se han observado corrientes de migrantes. Esto parece diferir de observaciones realizadas en Francia (Yeatman, 1!365), que señalan notable migración. Aquí el sedentarismo parece muy acusa- do en la población de los valles. Unicamente he observado algunos: grupos de migrantes durante marzo en caho Higuer y zumaya (GuipUzcoa), coincidiendo con un fortísimo paso de Fn'ngilla cor- Eebs. Más abundantes parecen en octubre en zonas tradicionales de- paso, como Apota, limite SE de la misma provincia.

En el resto de las provincias cantábricas estos movimientos mi- gratorio~ no los he observado y probablemente son nulos, salvando el extraordinario caso comentado arriba.

P. Geroudet. 1964, considera para Suiza años de Camachuelos y años sin Camachuelos. Con experiencia de treinta años de obser- vaciones estima que existe cierta periodicidad hianual, aunque con. ligeras irregularidades. I a s causas probables de esta periodicidab' no parecen tener ninguna relación con el rigor de la estación in- vernal. Pero si con la fructificación de las coníferas en la mon- ta3a. Una abundante fructificación de estas especies vegetales pro- duce ausencia de Camachuelos en zonas bajas y viceversa. De aquí la observación de años n inviernos de Camachuelos y .años sin' Camachuelos. También el mismo observador se pregunta si las irrupciones en el llano no serán ocasionadas por una superpobla-- ción periódica. Este no parece ser el caso de la zona Cantáhrica es- pañola. Es muy posible que el diferente comportamiento deba atribuirse al clima más templado que produce una extraordinaria. cantidad y variedad de plantas y árboles que proporcionan abun- dante alimentación en todas las estaciones, independientemente de- la fructificación de una sola especie vegetal. Muchas especies d e árboles silvestres no padecen aquí la acusada vecería que parece- ser destacada norma en países europeos más al Norte. Sin em-- bargo, no debe perderse de vista este razonamiento de Geroudet para Camachuelos que se reproducen en bosques del Sur de le. cordillera y alta montaña, como luego se verá.

Insistiendo sobre los cortos movimientos de los pájaros q u e habitan los valles, se ha observado, en un plano general, mayor in-

504 ARIXOLA, VOL. ESPECIAL (1m)

.quietud y erratismo en Camacl~uelos inmadiiros. Probablemente 'la miidd, que afecta a todo el plumaje de los adiiltos durante 30-12. :semanas y solamente a las plumas del cuerpo de los jóvenes con duración de 7-9 semanas (Newton, lW%), obligue a aquellos a per- manecer en zonas frondosas con mejor defensa y adecuada alimen- tación. A pesar de ello Iie comprobado una gran mortalidad entre

.adultos en muda. Su vuelo es lento y dificultoso y probablemente son fácil presa de predadores. Sin embargo, un retraso en la muda no parece influir en su supervivencia, especialmente si el Otoño es benigno, como sucede normalmente. .4 esta conclusión h:r llegado también con anterioridad Newton para Inglaterra. Igualmente en la zona estudiada por éi, cerca de Oxford, ningún adulto fue recu- perado miiy lejos del lugar de anillamiento y estudio.

Los grupos de 2.8 Camachuelos inmaduros permanecen invaria- -Memente juntos en los primeros meses otoñales, vagando por la campiña y juntándose ocasionalmente con otras parejas « pájaros solitarios, disgregándose si el griipo es muy numeroso y orientin- dose con su melancólica llamada. Ocasionalmente se ve11 griipos muy numerosos, un máximo de 24 individuos observado por mí en Zumaya en el mes de noviembre sobre Ah~cs glt&osn. Eatos gru-

p o s son ya sólo parejas o pájaros solitarios al comienzo del invier- -no. La depredación, como se ha dicho, y probablemente la excesiva voracidad sobre algunas semillas vegetales ricas en grasas, po- drían ser la causa de una elevada mortalidad. Dos pájaros enfer- mos, sacrificados, contenían abundante grasa, especialmente sobre órganos vitales, corazón e Iiígado. Sin embargo no Iie capturado ningún ejemplar atacado de papilomas en las patas, enfermedad varias veces (3) observada por mi en F~i)~,,cilla rorlcbs. El ejem- plar anillado 1-70531, como joven, tenía inia clara deformidad ve- -rrugosa en la cara. Autorrecuperado .?;i días después, la enferme- ..dad había desaparecido.

Incidentalmente debe comentarse aqoi iin peligro que amenaza a las poblaciones de Camacliuelo. Los cada vez más numero!ros trata-

' mientos con insecticiclas de Ins plantaciones de frutales, inciden -catastróficamente sobre la especie. Se está iniciando una gran mortandad y probablemente se acnse pronto una notable inferti-

=lidad, lo que a no dudar hará disminuir notal>lemente el éxito de la nidificación.

¿os Camachuelos que Iiribitan bosques caducifolios de alta mon- taña en la Cordillera Cantábrica, parecen presentar un carácter di-

aerenciado con las poblaciones ya estudiadas de los valles y alturas inferiores a 500 metros. El biotopo montañés es diferente y la .alimentación puede ser menos variada. El erratismo coniiatural a todos los Camachuelos se convierte probablemente en ierdadera transhumancia en muchos ejemplares, especialmente los que ocu- pan laderas sur de la Cordillera, invadiendo zonas de las que están ausentes durante la reproducción. Las medidas alares obtenidas por Bernis para pájaros de Lugo y Salamanca son muy altas en ,comparación con el promedio obtenido por mi al N de la Cordille- ra, e incluso con los dados por Voous y Vaurie. Desafortunada- mente, durante mis observaciones en Portugal no realicé captu- ras que me permitiesen disponer ahora de medidas alares compa- rativas. Probablemente los Camachuelos que invernan en el Sur de Galicia, Norte de ~ o r t u ~ a l , Salamanca y Castilla la Vieja son ejem- plares transhumantes descendidos de la cara Sur de la Cordillera. Ya apunta Vaurie que los Camachuelos que ocupan zonas montañosas dan un promedio alar mayor. Se han creído ver influencias hormo- nales en estas cortas migraciones de algunos ejemplares (Lack. 1944). Las reacciones de los pájaros son primarias y es difícil es- tablecer con seguridad qué obliga a pájaros de una misma especie e incluso nacidos en el mismo nido a comportamientos conipleta- .mente opuestos.

El Camachuelo no es un pájaro sensible al frío. porque su ali- mentación variada y arbórea le permite resistirlo fácilmente. Pero si lo es a la sed y al calor. Los pájaros que ocupan zonas altas de la Cordillera. en su vagabundeo hacia el Norte, encuentran abun- dante alimentación en montes de altura media, colinas y valles fron- dosos. L s que descienden hacia el sur están obligados a recorri- .dos mayores por la aridez de grandes zonas y siguen sotos flu- viales de Castilla, cuenca del Duero, fundamentalmente y por el Oeste la cuenca del Sil y los extensos pinares de Lugo y Orense, alcanzando zonas frondosas y bien regadas de Zamora, Silamanca y otras provincias castellanas.

Se cita su presencia esporádica en varias provincias alejadas del .área de reproducción: Huelva, Cádiz (Algeciras), Málaga, Ma- -drid, Zaragoza. Valencia. Todas son citas invernales o más bien .de finales de otoño.

506 ARDEOLA, VOL. ESPECIAL (1971)

VI. C O K C L U ~ I ~ N

Pyrr11uEa pjrrltitla ibcrine se reproduce en el Norte de España,. desde el borde occidental de los Pirineos Orientales, ocupando el tercio norte de las provincias de Huesca, Navarra y flanqueando, la Cordillera Cantábrica hasta Galicia, donde ya su densidad parece menor.

Existen dos poblaciones netamente diferenciadas por su com- portamiento. Una, eminentemente sedentaria, ocupando valles y zonas de altitud media al norte de la Cordillera, reproduciéndose en forma dispersa en aquellos y más concentradamente en monta- iias ; y otra, habitando pisos altos de la Cordillera, bosques cadu- cifolios y estensos tojares. inclinada al erratismo invernal y for- zada en parte a la trashiirna~ich. En general, el erratismo comienza. en el mes de julio, limitándose a los jóvenes, pues los adultos, probablemente a causa de la mida, permanecen estacionados en. zonas frondosas y hiimedas, de alimentación abundante y adecuada.

Las cuencas fluviales descendentes de la Cordillera Cantábricn facilitan y en cierto modo obligan a largos desplazamientos hacia el sur. Los páiaros que realizan esta t.rasliumancia dan un prome- dio alar mayor que los Iiabitantes de zonas bajas al norte de h Cordillera. en donde. por otro lado se capturan solamente algunos Camacliuelos con medidas alares altas.

No parece qiie la fructificación de especies vegetales sea causa de estos movimientos. Más bien parece nn impulso irresistible, sin. que en el mismo se observe periodicidad bianual como se constata en otros paises eiiropeos. Pero no debe descartarse que una super- población por éxito en In reprodocción provoque irrnpciones más ;11 sur sin periodicidad anual.

La entrada en Espaíin de Camacl~itrlos de origen fran'ces pare- ce mny limitada. Eri muy contadas zonas de las provincias de Gui- piizcoa y Navarra se aprecian lo qne parecen ser cortos movimien- tos migratorios, observac!os casi siempre a la vez que el paso de. Fritr..t$ln ror leh , extraordinarianiente intenso en el país vasco-fran- cés y en el espaíiol. En ninguna otra zona de la costa Cmtábrica se observaron migrantes. La recuperación en el Departamento fran- cés de 1,oire Atlantique de un Cnmacltuelo anillado de Asturias, resulta muy notable por la rlistancia recorrida. Es un caso aislaao. que obliga a proseguir los anillamientos para alcanzar resulta'dos. más completos que los apuntados.

VII. R ~ c o ~ o c r ~ r r s i r ~ o

Este t r a b a j o n o hubiera podido real izarse sin l a incomparab le .colaboraci6ii e i i el c a m p o d e J. A. Alberdi eii Guipíizcoa y de m i s hijos, .Nfredo, Sergio y Giiillcsmo. para qu ienes l a c i d a del Caniaclioelo Comíin n o parece teiier ya secretos.

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