memorias del 27 de febrero textos: rafael pompilio santeliz
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Memorias del 27 de febrero
Textos: Rafael Pompilio Santeliz
Del interior traían y traían urnas sin terminar
La muerte fue su último trago
La morgue no daba abasto
Entonces con tractoresinventaron La peste
Hubo rumores de asesinatos masivos, dementes callejeros, revolucionarios identificados, estudiantes rebeldes… Esto llevó a una excavación en 1990 de una fosa común en un sector del cementerio público llamada, no por casualidad, "La Peste." 68 cuerpos en bolsas de plástico fueron desenterrados en el lugar, y nadie sabe cuántas muertes más fueron ocultadas por las fuerzas del gobierno. La contraloría social y Radio Bemba calcula los muertos en 3000
Juicio a los muertos
En el barrio El cementerio, la investigación popular y Radio bemba, descubrieron un importante contrabando de artefactos eléctricos y miles de dólares falsos.
Penetraron al recinto y se lo llevaron todo.
Tres fueron las formas de burlar la requisa:Un albañil logró en tiempo record construir una falsa pared en media mañana. Al fondo, decenas de cajas; al frente una estupenda pared de bloques, frisadita.
Otros desesperados apelaron a la vieja idea egipcia de enterrar mercancías en las fosas fúnebres; sin embargo, fueron descubiertos y obligados a desenterrarlos.
Unos, más victoriosos, buscaron los árboles más frondosos y con contrapesos construyeron, un hermoso árbol de navidad, adornado con grabadores envueltos en bellos regalitos. Poder creador del pueblo.
Salones
Radio Bemba informa que en la carnicería La Chocozuela todavía queda carne.
Dos guardias cuelgan de los garfios.
Porfiado
Descubierto con las manos en la nevera, fue barrido a peinilla y rolo, hasta quedar tirado en la acera y dado por muerto.
-Vámonos ya este no va pal’ baile. Dijo la gendarmería.
Quién sabe cuánto duró en sangre pero al despertar miró vidriosa la nevera y nuevamente cargó con ella.
Conciencia
Una señora flaca en plena faena, dice con rabia:
-Qué saqueo ni que saqueo
esto es una RECUPERACIÓN.
La inocencia no mata al pueblo
Pastor Sequera, músico de Lara, vive solo en casa de vecindad caraqueña. A las dos de la madrugada, entre incertidumbres clericales, lo tentó el demonio y se fue dispuesto a eliminar su vieja hornilla eléctrica, donde cocinaba sueños de bohemia.
Entró decidido y tomó la primera que vió: una cuatro hornillas.
Amigable, un capitalino lo abrazó solidario: -No agarres esa que adentro están las buenas.
Cuando entró, el depósito estaba desierto. Se devolvió apresurado, pero ya la cuatro hornillas volaba cerro arriba.
Un vecino que lo observaba le reposto:
-Te rolearon buevón.
La Guayabera
Entre la abundancia del saqueo llegó Rigoberto con cara triste y cuando le preguntaron por qué no tenía su casa “surtida”, dijo:
-No, si me quedé como guayabera.
-¿Cómo es eso?
-Por fuera.
El muerto asustado
Por vía cristiana, murió sin culpa, Ceferino Camacaroel día lunes pre- saqueo en el barrio San Andrés. Y los hechos ocurrieron. Dos bandos: piedras y tanques.El muerto hinchado bajó el martes, entre sus más allegados.La marcha -sin carros- pasó a los franco tiradoresPero fueron menosPasó a las turbasPero fueron menosLlegó a la avenida Intercomunal militarizadaY sólo tres cargaban la urna.
No se sabe cómo llegó al cementerio.
Con sus dientes haremos un collar En su cráneo beberemos fermentos Con sus huesos haremos flautas Con su piel haremos un tambor Y bailaremos.
Poema indio al conquistador