memorias del 27 de febrero a este pueblo de rumba sangre y olvido. textos: rafael pompilio santeliz
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Memorias del 27 de febrero
A este pueblo
de rumba
sangre
Y olvido.
Textos: Rafael Pompilio Santeliz
Los olvidados, los nunca escuchados, los hambrientos de sed y de justicia, sólo se llevaron migajas para su hambre o alguno que otro paquete de harina.
Porque el saqueo, el desgarrador y feroz saqueo, ya fue hecho con estricto orden y cuidado.
Eduardo Dalter
Ese día
hasta algunos
policías
fueron panas...
no así el ejército.
Si los sesenta representarona unas vanguardias sin masas, el final de los ochenta inició un proceso de masas sin vanguardia.
Y si coincidimos en que este despertar empezó en 1989 con sus 3000 muertos, y a estos les sumamos los del 4 de febrero, los del 27 de noviembre, los asesinatos de abril y casi tres centenas de campesinos asesinados en la lucha por la tierra, entonces este proceso:
No ha sido nada pacífico.
Si es de morir se muere
Con los genes intactos de sangre Caribe, el barrio San Andrés se burló de la muerte. Cada vez que caía un muerto, los pobres le pedían “Taime” a los pobres soldados. Pobres contra pobres hacían un alto, al grito infantil de “Taime”, entregaban el cadáver y al instante de la entrega se acababa el tiempo. Los soldados disparaban a sus espaldas y estos corrían a risotada limpia.
Zapatería
Atiborrada en su interior, la zapatería no daba abasto físico. Con decisión reventó la vidriera y llenó un saco de zapatos de todo tipo.
Cuando la detuvieron le preguntaron:
¿Qué iba hacer Ud., con tanto zapato izquierdo?
MayoríaDe niño jugó a los blancos de la Wells Fargo, de adolescente estudió artes de guerra en Vietnam y Panamá. De hombre admiró a Rambo.
En su primera misión despreció las destrezas del barrial.
-Será fácil acotó. Operación tenazas por retaguardia.
No necesito ni casco ni chaleco.
Olvidó que La Montañita
también mira hacia atrás.
Lo esperó un aguacero de balas.
A este adelantado catire, alumno
de la United States Military
Academy, West Point, le faltó
aprobar Barrio I y II.
Estos no se han cansado
de disparar contra el hambre.
El sostén de familia.
Al loquito José Ignacio del barrio Las Malvinas le preguntaron: ¿Sabes rezar?...porque vas pa´ la morgue.
Cuando alegó que era el único sostén de su mamá
Antes de disparar le gritaron:
-Pues que se le caigan
las tetas.
Tiro al blanco… al negro, al indio, al mestizo…
Lo buscaron por ser francotirador. Acostado bajo el camión militar disparó, como quinientas veces.
Ni idea de cuántos se echó.
-Eran como esos patitos que corren por una banda en un carrusel y uno gana premios por atinar.
-Esa era mi orden y así la cumplí. Acabar con lo que se pueda.
Los profesionales
De las ventanas residenciales el profesional miraba las turbas en acción. Radicalícimo se dirigió a la familia: Coño, esto lo entiendo yo: falta harina Pan, café, papel, jabón y de paso nos subieron la gasolina. Yo bajo a unirme con mi pueblo.
Y subió con un super televisor.
No más sangre!!!