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Memorias de maestros

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MAESTROSMemorias de

Memorias de Maestros

Investigación y escritura:

Ana María Jaramillo Villegas

MAE:

Elizabeth Montoya Martínez / Claudia

Aguirre / Cristina Ruiz

Diseño Editorial y Dirección de arte:

Ana Cecilia Ochoa / Alejandra Sepúlveda /

Doris Álvarez / María Luisa Isaza

www.parqueexplora.org

Diseñado y editado en Medellín, Colombia

por PARQUE EXPLORA

carrera 52 #73-75

Medellín - Colombia

Tel: 5168300 Fax: (574) 5168381

e-mail: [email protected]

Primera Edición: Julio de 2010

I.S.B.N.: 978-958-98544-2-6

Todos los derechos reservados. Queda prohibida

la reproducción total o parcial de esta obra, sea

por medios mecánicos o eléctrónicos, sin la debida

autorización por escrito de la editorial.

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IntroducciónEstas son las memorias del grupo de maes-

tros que ha acompañado al Parque Explora, centro interactivo de ciencia y tecnología de Medellín, desde que era planos sobre un papel hasta que se hizo obra de ciudad, espacio de encuentro con el conocimiento y referente de transformación para todos los habitantes de Medellín. Es el recuerdo de los cinco años que en el 2010, cumplirá la Red de Maestros Amigos de Explora (MAE).

A través de encuentros periódicos con docentes, y de su libre replicación en el aula, la propuesta educativa se ha filtrado en los sa-lones y patios de las instituciones, permeando también otros rincones de la ciudad y llevando así la filosofía y el lenguaje más allá de sus propios muros. Ha sido una alianza con ellos,

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los maestros. Voceros y partícipes de lo que es hoy Parque Explora.

Existen muchos prejuicios: que los más jóvenes son perezosos, que los próximos a jubilarse ya no quieren estudiar más, que no hay tiempo, que les pagan muy poco para todo lo que les exigen, que para qué desgastarse si los muchachos de hoy no quieren aprender. Sí, ser maestro no es un oficio fácil, ellos también lo saben. Aún así, sin créditos ni obligaciones, llegan a compartir con otros y a aprender algo nuevo para llevar a sus estudiantes. ¿Altruis-mo? ¿Pasión? ¿Convicción?

Este ejercicio es en honor a ellos y busca que el trabajo pase de la intuición a la memoria. Quisimos conversar directamente con algunos de sus protagonistas y ver qué es lo que ha pasado y para dónde queremos ir, detenernos a pensar y volverlo una reflexión. Confiamos en que la muestra que hemos escogido representa el espíritu de los docentes que han pasado por la Red, y los que hoy están en ella, en los 74 encuentros realizados hasta el 2009.

Comenzaremos con una cronología de los ires y venires de esta historia. Miraremos aque-

llo que le ha dado forma a esta Red, es decir, el lenguaje que juntos, docentes y Explora, le han impreso a todas las actividades. Llegaremos luego a algunos resultados donde esas intuicio-nes, que fueron las premisas de arranque, se han ido transformando en evidencias:

Primero: los docentes son libres y autóno-mos para adaptar todo lo que reciben y hacer de cada recontextualización un nuevo conocimien-to. Segundo: el conocimiento es integral y el trabajo con maestros se hace de manera trans-versal. Tercero: el saber que logre compartirse entre ellos será el más potente. Cuarto: una red en un museo de ciencia y tecnología tiene matices especiales, principalmente por contar con espacios complementarios y por favorecer conversaciones con los científicos.

Terminaremos con un diálogo sobre el fu-turo, donde cada uno plasmará sus deseos y se compartirán algunos aprendizajes pendientes.

Lo sucedido será contado desde las palabras de ellos, docentes diversos, de todas las áreas y tendencias, desde artística hasta química; de todos los grados, desde los más chiquitos hasta

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los adolescentes inquietos; de colegios privados y de estratos uno y dos.

No haremos teorías ni defenderemos hi-pótesis. Sólo dejaremos que los detalles, en sus relatos, evidencien los resultados de la búsqueda que el Parque se ha propuesto: hacer de los maestros, amigos fundamentales para descubrir con gozo el conocimiento.

Antes de comenzar, un especial agradeci-miento a los aliados que nos han acompañado y que han compartido con nosotros lo mejor de ellos. Destacamos el papel de la Secretaría de Educación de Medellín la cual siempre, siempre, ha sido parte de la casa.

Aliados: Secretaría de Educación del Municipio de

Medellín, Escuela del Maestro (Aula Taller de Ciencia y Tecnología, de Matemáticas y de Lenguaje), Escuela de Ingeniería de Antioquia (Pequeños Científicos) y SIMENS.

Colaboradores:Universidad Nacional (Grupo GOTA y Aula

de Ciencia y Tecnología/Granizal), EAFIT (Universidad de los Niños), UPB (Facultad de

Educación), ONDAS, Colegiatura Colombiana de Diseño, U de A (Laboratorio de Entomología y Facultad de Educación), Jardín Botánico, Politécnico Jaime Isaza Cadavid y el Parque Zoológico Santa Fe.

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Introducción ........................................................1. Ires y venires Cronología de una búsqueda .............2. Formas de llevar el conocimiento Metodologías de MAE y cualidades de sus actividades ........3. Intuiciones hechas evidencias ...................

Adaptaciones o recontextualizaciones .................Del dictado al experimento: Claudia Elizabeth ......Reciclar ideas: Esther ...........................................Pompas para grandes y chiquitas: Luz María ......La institución como laboratorio: Dirleans ............

MAE transversal ..................................................Enseñar inglés con la ciencia: Yor Mary ..............La estación metereológica: Rubiela .......................Los muchos nombres del conocimiento: Heliodoro Matemáticos: Pilar y Hernán ..............................

Intercambios entre maestros ................................De uno en uno, cuatro: William, Heliodoro, Dirleans y Claudia Elizabeth .................................Los profes que van a clase en canoa: Heliodoro, Claudia Elizabeth. y los de Antioquia ......................Maestras de maestros: Pilar y Esther .....................Compartiendo gomina: Marta y Luz María .......

Una red en un museo de ciencia y tecnología ......“Paz y tranquilidad”: Claudia Emilse ...................El científico de los bichos: Claudia Elizabeth ..........El Parque, lo mejor: Noelis ..................................

4. Diálogo sobre el futuro Sueños y aprendizajes pendientes) .................................

Anexo Perfiles ¿Quiénes son ellos? ..........................

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El lunes 31 de octubre de 2005, a escasos meses de haberse conformado el equipo que desarrollaría el Parque Explora, en el Aula Taller de Ciencia y Tecnología de la Escuela del Maestro, 76 docentes de Medellín tuvieron su primer encuentro de reconocimiento.

El Secretario de Educación Horacio Vélez y el entonces director del proyecto Rafael Aubad sabían que estos formadores serían vitales para darle espesura a ese gran proyecto de centro interactivo, que se unía a la transformación educativa de Medellín: “Nos encontramos en una etapa vital para el proyecto –se leía en la carta de invitación- donde profesionales de diversas áreas se concentran para desarrollar los aspectos cruciales del Parque: arquitectura, museología, comunicaciones y programas edu-cativos. Para el diseño y puesta en marcha de estos últimos, es indispensable la participación de ustedes, los docentes, quienes serán en últi-ma instancia, con sus alumnos, la razón de ser de este gran esfuerzo”.

Aquella reunión avizoraba el porvenir. Buscaba comenzar una red de maestros que se

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vinculara en forma activa y se proyectara como grupo de investigación pedagógica. Además, daba inicio al reto de encontrar, de la mano de ellos, nuevas miradas a eso llamado “ciencias” y que más tarde integraría dentro del grupo, a participantes de todas las áreas del saber. Desde aquel día Luz María y Dirleans se volve-rían amigos incondicionales de Explora.

Luz María1, una de las docentes de colegio privado que continúa en la Red, recuerda con asombro aquel primer día: “Fue muy extraño porque al llegar a la Escuela del Maestro nos dijeron que íbamos a ir a la Placita de Flores. Yo tenía una idea como maluca de ese lugar, que allá se compraban ramitas y pescados, ¿qué trabajo podríamos hacer? Pero finalmente fue interesante y muy motivacional. Todos salimos impactados porque algo que parecía no tener ningún sentido resultó ser muy importante. Vimos ese lugar desde muchos puntos de vista”.

Y es que aquel recorrido buscaba comenzar la desmitificación. Se haría teniendo en cuenta “la observación” como elemento clave en pro-cesos de investigación: aprender a mirar, mirar con un objetivo, mirar conscientemente. Bus-caba también acercarse a algunas preguntas

1 El perfil de cada uno de los maestros que fueron entrevis-tados, aparecerá al final del texto.

que sacaban a la clase de ciencias del aula y la acercaban a la vida cotidiana, ¿qué me ofrece la calle, el entorno, la ciudad para diseñar una salida pedagógica? ¿En dónde encontramos “ciencia” como material de trabajo para ser utilizado en una clase?

Dirleans llegaría buscando compañeros para esas certezas: “Unas semanas antes, el 25 de agosto de 2005, en una entrevista que me hizo El Mundo yo manifesté que deberíamos ir dejando la tiza y buscando otros espacios para la enseñanza y el intercambio de experiencias; que con un proyecto como el lombricultivo podríamos trabajar diferentes áreas del saber y no estar siempre dentro de un aula”.

De hecho, de aquella primera conversación surgiría una conclusión que daba sentido a lo que vendría después. Un 80% de los asistentes consideró las salidas de campo, y un 71% las redes de apoyo, como las principales necesida-des para mejorar su práctica docente.

Desde aquel momento y hasta hoy la Red no ha dejado de existir, se ha expandido y con-

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traído, ha incorporado nuevos amigos y otros se han ido sin despedirse; se ha buscado a si misma y se ha encontrado con grandes aliados; ha invitado a docentes de todas las áreas, sin prioridad de estrato, nivel o formación.

“En esa época el Parque estaba en ideas –continúa Luz María-, muy claras, pero todavía no había nada construido. Éramos poquitos porque decían que no les daban permiso, que tenían otras cosas que hacer en el colegio. Veíamos que eran sueños tan grandes que no sabíamos si se iban a hacer realidad. Mi pri-mer año con MAE me enriqueció muchísimo. Íbamos a aprender así estuviéramos cansados. Luego volvíamos como locos a los colegios a aplicar todo eso. Éramos unos niños chiquitos. Llegó otra etapa donde ya teníamos que aportar y diseñar, visitar el lugar. Veíamos los muros pelados, los alambres en el suelo y nos pregun-tábamos si el tiempo alcanzaría para hacer algo de esa magnitud. Caminábamos por la obra en construcción y nos preguntábamos ¿será que estos muritos si lograrán tener ese gran impac-to en la sociedad? Y ahora miro y sí, fue muy posible y muy grande, ¿a qué hora se metieron en los colegios, a qué hora en la ciudad?. Pero el tiempo ha pasado y me ha tocado ver la cons-trucción y sus ingenieros, hacer guías, revisar

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materiales, hacer experimentos… Lo mejor es saber que de alguna manera, nosotros hemos participado en el diseño de todo esto. Mejor dicho, los profesores comprometidos pusimos aquí nuestro granito de arena”.

Comenzando el 2006, el Parque Explora decidió priorizar a los vecinos de aquel lote de parqueaderos, talleres y casitas, que luego sería un espacio de saber, pensando en ellos como los amigos “más cercanos”. También se invitó a los maestros activos de otros progra-mas de la ciudad, buscando aliados ya inquie-tos, que no temieran lanzarse a la aventura de transformar sus prácticas. Una de éstas fue Claudia, una docente y vecina que, como ella misma lo dice, ama a Explora.

actividades. Lo primero que viví fue un lanza-miento de cohetes en la Javiera Londoño, era en el programa Explora Pregunta y Aprende. Yo iba cada 15 días con María Camila y Ángela María que ahora van para noveno. Lo mejor de esa experiencia era que ellas luego tenían que replicar el taller con los otros estudiantes de la institución. El cierre del programa fue en el Alzate Avendaño de Aranjuez, hicimos un cortaicopor y con eso yo construí loterías y rompecabezas, fue genial”.

Paralelo al trabajo con docentes vecinos, comenzó oficialmente la Red con otros amigos de la ciudad como las profes Pilar y Esther. Du-rante 13 encuentros, entre el 2006 y el 2007, aproximadamente 60 docentes, de diversas áreas y grados, se encontraron en la Escuela del Maestro, para realizar actividades experi-mentales y conversar sobre los contenidos que tendría el Parque.

A Marta también llegaron a buscarla al colegio. “El sábado 3 de marzo del 2007, fueron al Marco Fidel Suárez a presentar el Parque. Luego de la intervención, en la que nos hablaron de proyectos como el Exploramóvil, Inventores Anónimos, Arte Robótico, Vecinos construyen Explora, Informática Familiar y Explora Pregunta y Aprende; nos invitaron a

“El primer día que supe del Parque fue porque llegaron al colegio buscando la maestra de ciencias para invitarla a participar. Nosotros estábamos ahí en la 76 con la 49, en Campoval-dés. Por ese entonces había comenzado la bulla de que iban a construir una cosa grande al lado de la Universidad entonces cuando llegaron por mí yo me sentí muy feliz de unirme a las

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los docentes a vincularnos. Recuerdo que nos explicaron qué significaría el Parque para la ciudad y yo con eso decidí empezar a caminar con ellos. Mi primer taller fue Los Sentidos en la Escuela del Maestro. Nos taparon los ojos y nos dieron un dulce, una chocolatina; nos invitaron a percibir la textura, la suavidad y la mayor cantidad de cualidades posibles. En este taller experimentamos con los diferentes sentidos, disfrutando de nuestras sensaciones y percepciones. Lo mejor era que yo lo podía replicar con los educandos”.

En aquella búsqueda de cómo vincularse mejor con los docentes, y haciendo un recono-cimiento a los maestros de maestros que en la ciudad, desde hacía años, venían trabajando por mejorar sus pedagogías, el Parque decidió realizar durante el 2007 un seminario – taller de buenas prácticas y lanzó el programa Ex-plora las Ciencias Naturales donde Yor Mary, una docente de primaria acostumbrada a dictar diferentes áreas, se vincularía definitivamente.

“A la institución llegó una invitación y yo fui a la Escuela del Maestro. Nos presentaron el Parque y comenzamos una serie de encuentros en diferentes lugares y con varios especialistas. Fueron 15 sesiones de experiencias muy bue-nas: en UPB nos enseñaron Lúdica ambiental,

en el Zoológico la Cría de mariposas, en el Jardín Botánico hicimos El herbario, en EAFIT vimos ¿Por qué tiembla la tierra?, hasta hicimos ¡sacarle el ADN a un banano! En ese momento Explora era un proyecto, entonces nos iban contando el progreso mientras se construían las bases y también nos iban preguntando cómo queríamos que fuera, qué esperábamos. El trabajo buscaba siempre hacer de la ciencia algo divertido. Nunca he dejado de implementar esos talleres porque siempre me sorprendo al ver ese asombro en los muchachos. Ahí de verdad aprendíamos”.

“La práctica más hermosa fue Cría de ma-riposas -comenta Marta-. Tengo un recuerdo muy lindo… Luego de la capacitación en el Zoológico, nos llevamos los huevitos en un tarro plástico. Yo se los di a los estudiantes para que los cuidaran en la casa porque como mi institución tiene tres jornadas, no teníamos

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un aula propia para ponerles atención. Yo les dije: “Háganse cargo, cuídenlos y si los dejan morir perderán el periodo”. Era claro que no iba a cumplir lo anterior, pero los jóvenes quedaron convencidos de la advertencia. A los 15 días llegó una mamá muy, muy asustada y me dijo:

- Profesora, imagínese que yo le boté el tarrito a mi hijo.

- Señora, ¿usted por qué hizo eso? – Le pregunté.

- Porque no se movían, y pensé que estaban muertas…

¡Pero era que estaban en pupa! Al final logramos que volaran como cinco”.

Finalizando el 2007, comenzaban a ma-terializarse en el Parque esas ideas que se habían venido cuajando desde los diferentes frentes de trabajo. Era hora de que los do-centes amigos migraran al espacio físico, e hicieran realidad allí, ese sabor que empe-zaban a descubrir a través de las actividades experimentales. Había llegado el momento de tomárselo y hacerlo propio, descubrirlo y aportarle saberes. Los expertos amigos debían dar paso a los docentes expertos.

Esther recuerda su primera visita: “Ante-citos de inaugurar el Parque yo tenía mucha ansiedad. Nos dijeron que la sesión siguiente sería ‘Explora la obra’. Me alegró tanto que me equivoqué y me fui para allá un día antes. Pre-guntaba por todas partes a los obreros y nadie me decía nada. Volví a mi casa y me di cuenta que era al otro día. Nos pusieron unos cascos rojos y la camiseta. Me sentía muy orgullosa de pertenecer a ese grupo pionero”.

La ciudad estaba inquieta con las obras que se inaugurarían finalizando el año, dedicadas a la educación y al conocimiento. “Había con-ferencias por todas partes” recuerda Noelis, quien llegaría en esa época cuando científicos internacionales y nacionales visitaron Medellín para conversar con docentes, mamás, estu-diantes, trabajadores, sobre diversos temas de interés como la música y el cerebro, el río Amazonas y sus indígenas…

Inaugurado el Parque, se conformó un solo grupo que se reunió, en un acto casi ritual, para imaginarse todo lo que podría suceder a partir

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de ese momento, cuando ya el gran laboratorio estaba construido. El 2008 se convirtió así en un descubrir las potencialidades de este nuevo escenario. Se hacían actividades experimenta-les, pero también ellos comenzaban a aportar en la construcción de los estándares y a la vez, se concretaban los intercambios de experien-cias entre los participantes.

Pilar recuerda aquellos descubrimientos: “Cuando entré por primera vez a las salas, me sentí como una niña. Estaba súper ansiosa pero privilegiada por estar ahí. Me pregun-taba cómo se irían a sentir mis estudiantes cuando lo conocieran. Y me respondía que sería genial. Ahora cuando los llevo, no dejo de conocerlo a través de sus ojos, ellos me dan ideas nuevas para utilizar en la clase, y ellos mismos se vuelven monitores de los demás en la institución. A veces me queda un sentimien-to de tristeza por no poderlos llevar a todos entonces les programo talleres de cohetes, del caleidoscopio, o de astronomía y ellos vuelven a ser los mismos conmigo”.

en la ciudad encarnaba una transformación educativa. Claudia Vera y Heliodoro llegarían en aquel entonces, luego de buscar y rebuscar entre redes y demás actividades.

“Yo llegué a principios de 2008, luego de la inauguración, por invitación de una maestra –comenta Heliodoro-. Acá la estoy buscando en mi diario de campo y no he podido encontrar su nombre, tengo una laguna mental. Fue compa-ñera en la universidad. Me la encontré un día en la calle y me dijo:

- Vea, usted que es tan piloso pa’ tanta cosa, vámonos pa’ Explora.

- ¿Cómo así que vámonos? –le dije yo-. - Sí, es que yo pertenezco a la red, a los

MAE. -¿A los MAE? ¿Qué es eso? Le pregunté con

curiosidad-.

Y me contó la historia: que eran unos maestros amigos de Explora y las reuniones eran mensuales, que daban muchas temáticas y era chévere estar ahí, sobre todo, porque lo actualizaban a uno en pedagogías, conocía compañeros y estaba en la movida. Ahhh bueno!, -le dije yo-, eso me sirve porque a mi me encanta estudiar. Entré y ya me enamoré

Docentes de diferentes procedencias se iban uniendo, atraídos quizá por esa nueva obra que

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de esto y de lo que estamos haciendo. Me ha servido mucho, ha impulsado ideas en mí. La experiencia Explora es única en la educación de este país, ojalá todos los maestros tuvieran la oportunidad de verlo”.

Rubiela también llegó en aquel entonces cuando se descubrían los nuevos espacios que complementarían la Red. “Me impactó bastante el taller de aprender a hacer televisión ha-ciendo televisión. Fue muy interesante porque llegamos al estudio que hay en Explora y nos encontramos con que cada uno iba a conducir un libreto, meterse de una en el rol y ver que eso sirve muchísimo en el aula de clase”.

Para el 2009 un nuevo grupo de unos 100 docentes, invitados por otros en un voz a voz, se acercaron por primera vez y conocieron el Parque y sus propuestas. Más tarde se unirían al grupo de los antiguos.

Mientras tanto, los maestros amigos, que habían estado desde antes, asumirían un nuevo reto: explorar el modelo de trabajo Pequeños Científicos, basado en la experiencia de “La mano en la masa”, un innovador programa francés de enseñanza de las ciencias por indagación, complementado con estrategias comunicativas y de competencias ciudadanas.

A este propósito se unió también Simens, con unas cajas de material experimental (Dis-covery Box) elaboradas por madres de familia en Europa y contextualizadas para Colombia por Maloka y la Universidad de los Andes.

Este giro de la Red, tendría sus aciertos y desaciertos, pero una vez más ésta se buscaba a si misma, de la mano de sus principales aliados: los Maestros Amigos de Explora. Para Esther y Claudia, fueron más las ventajas: “La herra-mienta de las cajas me ha cambiado la forma de dar la clase, entre más la conozco más me gusta”. “La experiencia fue fabulosa –comenta la segunda-, era mucho trabajo pero yo entendí que era libre en mi forma de aplicarla”.

Sin embargo, para Luz María quien es una fiel defensora, y de hecho trabajaba con la me-todología desde antes de entrar a la Red: “Antes del 2009, la dinámica de MAE era diferente porque ya cuando al profesor lo quieren evaluar y le exigen hacer registro, ya no le gusta”. De hecho, con la entrada de Pequeños Científicos

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como único programa, el grupo sufrió una disminución vertiginosa de asistentes, pasando de 87 en la primera sesión del año a 30 para la reunión de agosto. Después de esto se tomó la decisión de juntar los antiguos con los nuevos y dirigir el proceso en otro sentido.

Aunque la Red se recuperó finalizando el año, lo cierto es que ninguno de los docentes que asumió el reto de quedarse con Pequeños Científicos se arrepintió. Una vez más, hicieron uso de la libertad para aprender y tomaron lo que a su juicio mejor les complementaba su propia experiencia.

Y ahora comienza el 2010…

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El ‘qué’ era claro: MAE giraría en torno al conocimiento científico abordado desde todas las disciplinas. Ahora venía el verdadero reto ¿cómo lograr la socialización del saber? Esta pregunta ha sido el motor de la búsqueda y la verdadera identidad de la red: encontrar formas de llegar, lenguajes precisos para narrar, mane-ras útiles de transmitir contenidos…en última, explorar nuevas estrategias metodológicas.

“Cómo hablar de los alimentos? –pregunta Yor Mary-, ¿cómo decirle a un niño que las ha-rinas son dulces?, pues dejando que mastiquen y mastiquen una galletita. Si no se la tragan, pasado un rato, vendrá un sabor dulce a la boca y ellos mismos sabrán la conclusión. A veces lo importante no es manejar conceptos muy ex-tensos sobre algo, sino que con cosas sencillas seamos capaces de llevar el conocimiento. En Explora me he dado cuenta que uno no necesita mucho para enseñar, sino deseos de innovar y aprender con los muchachos”.

Y es que la forma, por ejemplo de dar una clase, no es algo superficial. Dirleans también

FORMAS DE LLEVAR EL CONOCIMIENTOMetodologías de MAE y

cualidades de sus actividades

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lo reconoce: “Aquí venimos profes de todas las áreas ¿y sabe por qué? Por la metodología. Es que nosotros ya sabemos lo que tenemos que enseñar, lo que buscamos todo el tiempo, son nuevas formas de llegar a los alumnos”.

de sus profes y ha invitado algunos aliados para compartir experiencias.

El pensamiento de Explora se hace presente y permea la Red: ciencia activa, libre aprendi-zaje, diversión, asombro e innovación son cua-lidades percibidas por los docentes a lo largo de estos años de trabajo:

“Finalmente todos los talleres van en la misma línea –cuenta Esther-: motivar a las téc-nicas de indagación, exploración y preguntas. Hacen énfasis en que nos soltemos un poquito y dejemos de ser tan apegados a los métodos antiguos y mejor estemos más metidos tratando de curiosear, de crear”.

Pilar lo mira desde sus estudiantes: “Me fascinan estas metodologías porque no tengo que usar tiza y tablero. Tengo al muchacho trabajando y a mí preparándome para formular mejores preguntas de indagación de acuerdo a los temas”.

Rubiela también reconoce en MAE el pen-samiento del Parque: “Yo vengo de manera libre porque a mi me gusta aprender y además paso rico. Es como venir a jugar con estas posibilidades que los muchachos tienen para acceder al conocimiento. MAE me sirve como complemento a las metodologías, porque yo estoy convencida de que no pueden ser sólo una

En el Parque, los maestros interaccionan de diferentes modos y a través de diversas herramientas como el reto, la experimentación, la indagación, la pregunta, las experiencias interactivas y el trabajo colaborativo. Com-parten desde experiencias muy sencillas que las pueden llevar directamente al aula, hasta pequeños o grandes cambios en su metodología de trabajo. Cinco años después, la reflexión ha ido arrojando maneras de hacer las cosas que se evidencian tanto en la naturaleza de las acti-vidades, como en la dinámica misma de la Red.

Este lenguaje no se ha construido en sole-dad. Sin dejar de incorporar siempre libertad y diversidad, ha seguido las huellas del pen-samiento del Parque, ha mirado tendencias internacionales, y trabajado en los estándares nacionales; ha dado valor y calidez a la palabra

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en el aula. Estas comunidades de docentes le enseñan a uno muchas cosas, aunque no vaya a aplicar todo en el aula, sí cuento ahora con más herramientas”. Rubiela.

Y para Heliodoro: “En MAE hay diversidad, y si hoy vinimos para esto, la próxima sesión será una sorpresa y eso lo aprende uno para su clase”.

Lo que más valoro es esta familiaridad, el don de gentes, el compañerismo que se vive, el in-tercambio que se da entre nosotros; nos llama-mos, nos escribimos y si tenemos una duda pues en los encuentros las conversamos con otros colegas. En esta Red hay profes muy buenos”.

Pero una red no es tal sin sus participantes. Para muchos de ellos, la mayor fortaleza de los encuentros, está en los lazos de amistad que se tejen y la calidad humana que se vive, en un espacio donde el reconocimiento de la impor-tancia del otro y la valoración de su voz es vital.

“El personal de MAE me gusta mucho –co-menta Dirleans-, y siento que hay intercambio de saberes con mis compañeros. A mí no me interesan los créditos, me interesa apropiarme del conocimiento y aprender de los otros. Por ejemplo, la profe Noelis sabe mucho, mucho del agua, yo quisiera aprender de ella. Hay otro, William, que ha escrito dos libros sobre bioética, yo uso uno de ellos para enseñar en once, quiero usar el otro también. Además está Heliodoro que me va a enseñar de sus cultivos.

Otro importante marco de trabajo ha sido la revisión de experiencias exitosas y de estánda-res. Que los estudiantes trabajen como lo hacen los científicos, favoreciendo las actividades de indagación y experimentación; acercándolos a los métodos de las ciencias y a sus implicacio-nes en la vida cotidiana. Hacia esto apuntan los desarrollos de las aulas taller, algunos programas innovadores implementados ya en Colombia y los más importantes referentes mundiales. En el Parque Explora, la conforma-ción y el desarrollo del trabajo con maestros no ha sido ajeno a esto.

Uno de los aportes más importantes lo hicie-ron los mismos maestros a través del análisis del contenido de las salas interactivas en el marco de los Estándares Básicos de Compe-

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tencias Científicas. A partir de este trabajo se construyó el material que los docentes usarían con sus estudiantes en las visitas de modo que se favoreciera un puente con las actividades diarias del aula.

Durante estos años MAE ha recogido diver-sas experiencias y ha conversado con ellas para ir encontrando su propia forma. Cada uno de los aliados ha contribuido desde sus fortalezas y ha introducido diversidades en la red.

Pequeños Científicos ha representado una alianza importante. Los diez principios que sustentan este modelo, que se encuentran descritos en el libro Los niños y la ciencia (Charpak, 2006), han sido fundamentales en esta búsqueda, aportando nuevas herra-mientas de trabajo en las áreas de lenguaje y ciudadanía, reconocidas por Savater como de difícil enseñanza:

“Pienso que la educación sobre valores y temas humanísti-

cos ha sido la más comPlicada, Porque es más fácil enseñarle

a la gente a escribir o manejar una máquina que enseñarle

lo que imPlica la actitud vital, la sensibilidad frente a

los demás y la ParticiPación ciudadana, que se traducen en

solidaridad, tolerancia, resPeto, bondad y no-indiferencia

frente a los demás”

Basta mirar las noticias para constatar que efectivamente en este país la convivencia ciu-dadana es una prioridad. Pero de tanto mirarlo de frente, y rodearlo con palabras, parece que ya no lo viéramos, que no lográramos llevarlo al aula. El Parque, no siendo ajeno a esto, se fue a buscarlo por otro camino: se fue a ingeniarse las maneras de despertar curiosidades e inte-reses, de indagar la vida cotidiana con mirada de científicos y corazón de niños, y hacer del trabajo colaborativo el pilar para encontrar respuestas comunes.

Este es el reto de MAE.

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3.1. Adaptaciones o recontextualizaciones

“yo no sé cómo se llama lo que yo me invento en el aula”.

Rubiela coge la caja de Simens y la convierte en estación metereológica. Claudia mezcla la experimentación con los roles, el trabajo en equipo y la indagación. Dirleans usa los talleres de Explora las Ciencias Naturales y los acomoda a lo aprendido en Pequeños Científicos. Esther va guardando todo lo que le dan y luego lo reci-cla según sus necesidades.

La primera intuición que se ha hecho evi-dencia es esta: MAE pone en escena diversas herramientas que cada uno incorpora de mane-ra libre. Ellos escuchan, experimentan, partici-pan, revuelven y aplican en su aula. Hacen de cada recontextualización, nuevo conocimiento.

Esto sólo es posible en el marco del libre aprendizaje. Los maestros re-crean las formas de enseñar a partir de lo que el medio les ofre-ce, en este caso, lo que comparten aquí; y el

INTUICIONES HECHAS EVIDENCIAS

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Parque escoge buenas prácticas que suscitan el gusto por el conocimiento y las pone a disposi-ción de ellos.

Algunos profes nos relatan cómo suceden esas adaptaciones o recontextualizaciones.

Del dictado al experimento: Claudia Elizabeth

“Antes de estar en MAE mi dinámica era lle-gar con un libro y dictarles: ‘Bueno muchachos, ¡orden! Título: sistema digestivo. Escriban: primero, la boca, segundo ¡silencio!…’. Ya no. Ahora es experimentar. Es llegar donde ellos y decirles: ‘Hoy vamos a aprender el sistema digestivo’. Y ahí empiezan las preguntas de indagación. Salen unas cosas que yo digo: ¡Dios mío! ¿Qué hacía antes perdiendo el tiempo en dictados si ellos saben tantas cosas?. Las clases se volvieron más dinámicas. El primer día que llegué con la caja de electricidad, les presenté el objetivo, les dije qué íbamos a aprender y les expliqué para qué servía cada material: el plafón donde va el bombillo, dos caimanes para agarrar y una batería para dar energía. Luego ellos manipularon y ensayaron varias formas de conexión hasta que constataron que la ener- Claudia Elizabeth

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gía salía de la batería, recorría una distancia y prendía el bombillo. Esto parece muy obvio, pero no, estamos hablando de niños de pri-maria. En la clase siguiente, como ya habíamos visto el recorrido, nos dedicamos a experimentar con elementos del medio para ver si conducían la electricidad, que una regla, un borrador, un lápiz…Ellos experimentaron y de pronto ‘profe, profe, el clip prende un poquito, ¿por qué?’ ‘Porque es de un material similar’, se respondían ellos mismos. Lo más increíble de todo fue que al final, explicaron, luego de descubrir, cuáles elementos eran conductores y cuales no. ¡Eso nunca lo hubiera logrado con un dictado!”

Esther

Reciclar ideas: Esther

“Yo voy guardando lo que me dan en MAE y luego lo voy sacando. Me llevo las guías o las descargo de Internet y no digo: esta es del 2008, esta es de Pequeños Científicos, esta… No, yo no sé de eso. Simplemente me llevo las experiencias y allá en mi aula rescato la que me

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es útil según la materia y el grado que tenga. Y la verdad, todas me han servido.

Las cosas me sirven de diferentes formas. Por ejemplo hay experiencias concretas, como la de las pompas de jabón, que las utilizo para el club de ciencias donde los motivo a la investigación, ahí son un éxito. Utilizamos dis-tintas concentraciones de jabones y pitillos con diámetros diferentes; es una de las actividades más desencadenantes de preguntas y con la cual uno fácilmente explica qué es investigar.

con los materiales de cada uno (un soporte, tres bolas con pitas, un cronómetro y un metro) y organizo lo que la guía debe decir. Entonces al principio yo les hablo de generalidades del péndulo, para qué sirve, dónde han oído hablar de él. Ahí se genera una pregunta que es la que ellos deben solucionar experimentando con los materiales, por ejemplo, ¿qué cosas hacen que el movimiento varíe? El encargado del material viene a recogerlo y todos corren a explorar y a responder las inquietudes. Cuando pasas por el lado de los equipos están probando con péndulos de masas diferentes desde el mismo lugar o con péndulos con masas iguales pero pitas de longitudes diferentes. Ellos van copian-do todo lo que les va surgiendo, entonces ya es más fácil decirles que, de acuerdo con lo que vieron, vamos a profundizar para la próxima clase sobre las leyes que rigen el movimiento. De hecho si tengo una clase donde no hay una experiencia práctica ellos mismos me dicen que se aburren. Por eso uno de mis propósitos del próximo año es tener unas cuatro o cinco actividades clave que reúnan una cantidad de temas. Si al muchacho no se le da algo práctico donde él pueda hacer, coger, manipular, eso no lo motiva, mirar al tablero ya no es interesante”.

Las que más me han gustado para el aula son las prácticas del 2009 con Pequeños Científicos porque logré modificar la forma de desarrollar las clases. Planeo mejor por donde comenzar, respeto los tiempos e implemento los roles y la indagación. Ahora yo cojo cualquier tema y lo dicto con ese mismo esquema. Por ejemplo digo: hoy voy a trabajar con movimiento pen-dular, que no hace parte de los talleres que he aprendido en Explora, pero organizo la clase y los materiales según las pautas que aprendí allá: armo grupos de trabajo, tengo una mesa

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Pompas para grandes y chiquitas:Luz María

“Yo daba química en once. Sin embargo, las profes de transición me invitaron a hacer con ellas prácticas de laboratorio. Me acuerdo que en ese mes estaban trabajando “la experimen-tación” y ya habían hecho recetas de cocina y mazapanes. Pero ese día llegué yo con un balde, una cuchara y un montón de frasquitos. Esos chiquitos de seis años salieron todos con su delantal de química y empezamos. ‘Bueno mis pequeños científicos ¿qué podemos hacer con estos materiales?’, -les pregunté yo-. Ellos tomaron todo y empezaron a jugar hasta que fuimos llegando a las pompas. No se me olvida que cogí un alambre e hice una rueda grande, la sumergí en el líquido y salió una película muy firme. Yo la agitaba para todos los lados y ella volvía al centro. Ellos me seguían asombra-dos. Luego hicimos un cono con papel periódico y yo empezaba a soplar hasta que la pompa, que estaba escondidita, iba saliendo grande, grande. ¡Hubo hasta lágrimas! Así, con algunas pequeñas modificaciones yo les fui mostrando la naturaleza de los experimentos científicos. La profe me había dicho que la atención máxi- Lus María

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ma era de 35 minutos pero al final seguimos derecho hasta la hora del almuerzo. Hasta llegó después un padre de familia y me tocó irme para el laboratorio a explicarle cómo se logra-ban las pompas porque él las quería hacer en una primera comunión.

Con las de once la adaptación fue al revés. Partiendo de un tema de química llegamos a la experiencia. Fue el día en que tenía que hablar de la glicerina, claro, las pompas de jabón eran precisas para eso, podría mostrarles el proceso de saponificación con el jabón, las cualidades de la película, su elasticidad, acabar con el mito de que la glicerina es una grasa, etc. Así que hicimos la práctica y ellas disfrutaron como unas niñas chiquitas. Eso me impactó mucho. Lo trabajamos en el patio y los brillos del sol sobre las pompas, fueron acercando a todo el colegio. Al final teníamos un público increíble.

me sirvieron para el periódico mural cuando le tocó al área de ciencias y ahora emplearé algunas de Pequeños Científicos con mis gru-pos de primaria”.

La institución como laboratorioDirleans

“Yo llego al salón de noveno y les digo: ‘Bueno muchachos para la próxima clase vamos a traer el siguiente material: bicarbonato, vina-gre, tubitos vacíos…’ y los pelados se animan inmediatamente: ‘Sí profe, ¿y qué vamos a hacer con eso?’. Al otro día llegan con el mate-rial y se hacen en grupos de cinco. Ellos están a la expectativa y yo les digo: ‘Vamos a hacer una pareja explosiva’, entonces repartimos los roles. Tengo una niña, Karen Amaya, que es excelente. Yo le explico el taller y ella pasa por todos los grupos, saca a un representante y se lo explica. Los autorizo a experimentar. ‘¡Profe esto no me da, profe esto no me da!’ Hasta que por allá ¡pam! Explota uno y todos miran inmediatamente. Ahí empieza una cadena de explicaciones entre ellos mismos. Luego vamos a hablar de por qué se presenta este fenómeno. No es sólo un juego, es toda una puerta a la

Mejor dicho, adapto todo en algún lugar. En once trabajé también el ADN del banano con el profe de genética y La magia del huevo para las nociones de bioquímica. Otras prácticas

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investigación. Después de esta actividad ellos quieren saber qué es un sólido, qué es un ácido y por qué reaccionan de esa manera. Las pre-guntas vienen espontáneamente.

Los alumnos de los salones de los lados me paran en los corredores a preguntarme si les voy a dar clase el año entrante. Eso a veces crea incomodidades con otros compañeros. La de educación física me dice que por qué uso el patio si es de ella. ‘No profe –le respondo yo-, la educación física también se puede hacer en el salón, también hay que investigar sobre el cuerpo. Porque en los procesos de indagación se puede interactuar con toda la institución.

Dirleans

3.2. MAE transversal

mejorar la calidad de la enseñanza de las ciencias es mucho

más que ProPorcionar destrezas en ciencias naturales o en

ciencias sociales o en algunas aPlicaciones tecnológicas.

comenzaremos Por hacer del conocimiento integrado un eje

metodológico. Proyecto Buinama

“¿qué hace él con un exPerimento de ciencias en clase de

inglés? ¿no será que está transformando algo, que está

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volviendo el saber más universal? ese es el maestro que

necesitamos urgentemente…” Heliodoro

MAE siempre se concibió así: Sería un es-pacio donde todas las áreas del saber y todos los niveles podrían encontrar puntos en común, porque en un museo de estos no sólo se apren-dería de ciencias sino también a convivir.

Particularmente en el último año se han discutido las bondades de los roles y del trabajo colaborativo, se ha cuestionado el manejo de la disciplina y del tiempo, y evidenciado la impor-tancia del lenguaje (interpretar, argumentar, comunicar) en la socialización de cualquier proceso de indagación. Por ejemplo, es nece-sario que el docente reinterprete su idea del orden y del espacio de trabajo, para que no vea la metodología experimental como un factor de desorden en sus clases.

La participación de docentes de diversas áreas es un hecho en la Red. De esta forma, una segunda intuición ha encontrado evidencias: MAE retoma algunas premisas de los estánda-res de competencias científicas y los comparte con todos, porque bien lo dice su coordinadora “como un científico se acerca a la realidad, yo me puedo acercar a cualquier área del saber; y tocar, observar, hacer, preguntar, son herra-

mientas que llevadas a cualquier experiencia generan un vínculo con los estudiantes”.

Esta ha sido la prioridad de la Red, promover actitudes favorables a todo conocimiento. He aquí algunas historias sobre esas experiencias que surgen, allí donde los saberes se encuentran.

Enseñar inglés con la ciencia:Yor Mary

“Luego de ocho años dando ciencias natu-rales en bachillerato, ahora estoy en primaria. Cuando empecé en el Parque tenía un tercero y recuerdo mucho cuando hice el taller ¿Por qué tiembla la tierra?. Construimos un modelo de ésta en plastilina y luego miramos que nosotros éramos sólo una pequeña franjita y que tenía un centro caliente. Ellos estaban aterrados de saber que estábamos aquí y no nos movíamos. Surgieron gran cantidad de preguntas y yo con ese solo tema pude trabajar toda una sema-na: hicimos volcanes, miramos cómo fluía el magma y cómo se formaban las montañas; los

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niños vieron que las cordilleras estaban hechas de un montón de cobijitas; les impresionó saber que en el mar también había abismos, monta-ñas, volcanes y otro tipo de vida. Investigaron mucho, hicieron exposiciones y se volvieron casi unos expertos en ese tema de la tierra. Luego lo relacionamos con cuidar el medio ambiente y después me tocó a mí completar los temas a partir de las preguntas que se les fueron generando a ellos.

Muchos profesores dicen, es que si hago las experiencias no me da tiempo para desarrollar el plan de estudios, pero creo que es un proble-ma de planeación porque si uno hace una malla curricular, puede ver las relaciones entre temas y preguntas. Por ejemplo, si haciendo el taller del sistema digestivo surge la pregunta de cómo se procesa y se obtiene la energía, pues lo co-nectas con la importancia de los alimentos que seguro lo tenías en otra parte muy distinta del currículo. Se te conecta también con la circula-ción porque es por ahí por donde se conducen los nutrientes al resto del cuerpo. ¡Qué importa que los temas se mezclen!, lo primordial es tener claro el indicador de logro, por ejemplo ‘identifica las partes del sistema circulatorio’. Ahí está, lo va a ver en el video, si vamos al Parque también lo verá allá…Hay compañeros Yor Mary

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que prefieren ver cada sistema en un período pero yo creo que es mejor relacionarlos. Yo em-pecé el año con el taller Seres vivos y diversos con las preguntas por la diversidad y por cómo surge la vida, puras experiencias del 2008.

los alimentos en inglés pero hablando de su importancia, ellos se comen la manzana y la describen, su color, su olor, su sabor. Si logran construir una frase o decirme cuántas semilli-tas tiene, para mi es todo un logro.

Luego de hablar de esto me metí a que vieran el ADN, y estamos hablando de niños de tercero de primaria, así que hicimos la práctica de la extracción del material genético del banano y ese salón quedó vuelto nada, pero todos cogían escobas y trapeadores para volver a dejarlo limpiecito y que pudiéramos seguir haciendo esos talleres sin que la otra profe se molestara. Luego nos fuimos yendo para los sistemas e hicimos las prácticas del 2009.

Ahora estoy dando inglés pero igual cogí la caja Discovery porque no me quería salir de Explora. Diseñé una malla de inglés pero los contenidos estaban integrados con ciencias naturales. Por ejemplo, en tercero se ven los sentidos, entonces yo hago ese taller y nos tapamos los ojos para ver cómo vemos y cómo oímos. Luego cuando llegamos al gusto vemos

Yo trabajo en una escuelita que es pequeña y está viejita. El Municipio no le puede meter plata porque es privada entonces se iban a lle-var los 21 computadores del aula abierta de Me-dellín Digital porque no había espacio. Nosotros dijimos que dejábamos el salón y nos íbamos para allá. Para mí terminó siendo una ventaja porque entrábamos a Internet y completába-mos buscando páginas de pronunciación. Así que la tecnología también llegó a mi clase.

Estas metodologías me han servido mucho con los niños especiales. En primerito hice la Cría de mariposas. Tenía un muchacho Cris-tian, con Síndrome de Down y para mí era un problema porque todo el tiempo les escupía a los otros y se aislaba. Cuando introduje los talleres experimentales él era el primero que estaba ahí, atento a cualquier movimiento, y

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luego, cuando yo hablaba él se quedaba elevado mirando para arriba. Con el tiempo comprendí que estaba procesando porque al final de la experiencia siempre, en su lenguaje enredado, me daba su concepto, ¿por qué?, yo creo que es porque él lo vivió, vio la oruga comer y crecer”.

La estación metereológica: Rubiela

“Cómo olvidar a las estudiantes Melissa y Manuela del grado cuarto. Desde mayo estaban preocupadas día a día por medir la temperatura ambiente y la pluviosidad, para nuestro estudio.

Rubiela

Es que lo mejor que me he llevado para el aula es la experiencia de la caja Discovery. Aunque yo soy de sociales, me interesa mucho que ellas comprendan esto del clima que ahora es tan importante. Estamos haciendo un estudio comparativo de estas dos variables y lo lleva-remos por dos años consecutivos. Me pongo de acuerdo con la profe de ciencias en las temáticas en que nos encontramos, ella las

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trabaja desde un ángulo y yo desde mi área y así nos complementamos.

¡Ah! y recuerdo mucho a mis estudiantes de sexto. Sin salir del colegio, hicieron mediciones de temperatura en distintos puntos, efectuaron comparaciones y sacaron conclusiones. Obser-varon eclipses, hallaron la diferencia horaria en el mundo e hicieron teatro con algunos dioses griegos y romanos. Luego con el grado cuarto construí las veletas y fue hermoso verlos en el patio jugando con sus molinos de viento”.

Lo que más implemento es la metodología del trabajo cooperativo sobre todo porque mi área se presta mucho para esto, y hay un mayor goce y disfrute”.

Los muchos nombres del conocimiento: Heliodoro

“Las herramientas de Explora le dan al estu-diante motivación porque antes era sólo copiar y copiar. Ahora no. Ahora puede salir oyendo el radio, conversar y reírse pero viene con resul-tados ¿cómo lo hago? Pues con la apertura que he aprendido aquí. Es que disciplina no es estar quieto y callado, eso no es. En Pequeños Cien- Heliodoro

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tíficos aprendí una cosa sencilla que me ayudó a ahorrar la voz, a no desgastarme con gritos. Es una señal simple de levantar el puño y, usted no me va a creer, pero eso mueve masas, yo lo descubrí y me quedé aterrado, felicitaciones al que se lo inventó.

ecoturismo, prevención de desastres. Y a lo mejor el de ciencias naturales piensa que sólo debe dar botánica y deja a los seres humanos por fuera. Yo pienso que eso es un problema de la planificación del conocimiento. Explora logra mostrarlo de otra manera porque tú llegas a la sala digital y te das cuenta que para entender cosas debes saber geografía, historia, informá-tica, física o química pura.

Por ejemplo, yo participé en MAE en un experimento de presentador de televisión. Nunca me imaginé que tuviera que haber tantos profesionales juntos para que una sola persona hablara. Nunca había estado en un estudio y me pareció espectacular porque pa-sábamos por varios roles. Fue una experiencia enorme, yo soy un profesor de ciencias, con 40 años de experiencia y eso, eso me abrió las puertas del lenguaje.

¿Cuál es la cualidad más importante de un núcleo integrador de áreas? Es difícil de responder de manera teórica, es como si me preguntaras ¿qué libro leo? Todo el mundo dice que hay que leer pero uno no lee por leer. Yo te preguntaría ¿cuál es tu problema? Hay que ir viendo las necesidades. Yo llegué a la normal, que es un colegio en medio de un bosque, en el año 2003. Un día salí al patio y había una

Mis clases de sociales son en la piscina o en el campo de trabajo o haciendo composta y aunque la mayoría de las experiencias del Par-que no son de mi área, ahí se da la verdadera integración. Como dijo Edgar Morin, el cono-cimiento tiene campos que son interactivos y que se permean unos a otros, y es por esto que en clases de sociales o de tecnología yo puedo practicar ejercicios de inglés que me permiten, a su vez, entender lo que hay en Internet.

Las ciencias sociales hace mucho rato dejaron de ser historia y geografía, ahora son relaciones ético-políticas, es el interactuar de todos con todos y con todo. En la institución tuve choques porque estaba enseñando pro-tección del medio ambiente y salud y sí, para mí son una rama de las ciencias sociales, son relaciones sociales con el ambiente: ecología,

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libélula enorme que luego se volvió un proble-ma hasta con heridos. Las niñas se rasgaban las vestiduras y se daban contra los postes que porque ese animal comía gente, que eso tenía unas alas muy raras, rojas y azules. Yo vi ese escándalo y creí que era una pelea. Llegó una niña asfixiada y yo le dije, ‘¿qué pasó?’, y me dijo, ‘es un animal que come gente’. Yo me ima-ginaba algo como una vaca de grande, y pensé, estos niños no conocen ni siquiera los insectos, y los profes adentro en el salón enseñando los coleópteros. A los niños hay que sacarlos del aula y ponerlos en contacto con los objetos para que los exploren y los cuestionen.

Ahora donde trabajo empecé a ver que los niños no son rurales pero tampoco son urbanos y pensé que les serviría mucho saber cultivar, defenderse con la tierra. Esta no es una zona in-dustrial ni petrolera, aquí lo que más tenemos es naturaleza, fuentes de agua, bosques y eso es lo que tenemos que aprender a organizar. Entonces me planteé enseñarles el biocultivo, porque a la tierra hay que darle su mismo ali-mento, por eso es orgánico. Se me han pegado dos profes y los dos son de ciencias. Al proyecto le he ido incorporando todo lo que saco de aquí, básicamente la indagación. Es trabajar, no con lo que yo le propongo, sino con lo que él me

propone a mi, con las necesidades que él tiene. Les hago una pregunta problema y ellos van a indagar. Luego en la socialización uno ve que ellos tienen necesidad de responder cosas que yo ni me había planteado. Por ejemplo, empeza-mos a analizar el ambiente y vemos que tiene que ser saludable y que mi salud depende de este, entonces hubo la necesidad de estudiar las relaciones entre ambos, y de ahí comenzamos a indagar en los sistemas del cuerpo. No me va a creer, tengo 9 CD con las investigaciones de todos, nos demoramos 10 semanas. Prácti-camente dejé los libros y cogí el Internet y la prensa. Cuando vino el BID pues leímos sobre economía y luego la universidad Uniminuto nos dio un curso de economía solidaria y salieron 5 ideas de empresas que las vamos a realizar este año con el biocultivo”.

Matemáticos: Pilar y Hernán

“Hernán y yo adaptamos la metodología de la caja de Discovery a nuestro trabajo con las matemáticas. Hicimos un módulo de geome-

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tría que puede ser aplicado desde preescolar hasta once y ya se lo dimos a todos los docen-tes de la institución.

La primera parte, ‘cuerpos’, la podemos dar sin problema desde chicos hasta grandes. Para una profe de preescolar es sencillo: primero escuchar los sonidos, vendarle los ojos a dos muchachos y tocar, para desarrollar todos los sentidos y luego preguntamos ‘en qué piensas cuando te dicen cuerpos geométricos’ pues en cada grado te irán dando su concepto. Ellos pue-den ir a la casa y contar cuantos bordes tiene la nevera, cuantos lados. Luego eso irá cambiando de nombres, en los años siguientes entrarán las palabras técnicas, pero ahora lo importante es que interioricen el concepto. Por ejemplo, llegar y preguntar ‘¿qué características tienen los objetos que ruedan?’ Hasta el más chiquito te puede responder eso.

Hernán

Los módulos tienen todas las características que hemos aprendido en MAE, más nuestra propia creación y experiencia. La pregunta pro-blematizadora, la experimentación, socializa-ción, cierre y aplicaciones cotidianas. También incluye los roles que deben cumplir los chicos,

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la descripción de cada sesión (diseñada para 40 o 50 minutos) y la guía que se le da los estu-diantes. Creo que a los docentes lo que más nos cuesta es construir las preguntas y organizar el cierre de la sesión, por eso hacemos énfasis en los que debemos saber antes de comenzar la clase, claro que, así como en MAE, cada profe puede modificar esto como mejor lo considere.

Toda esta experiencia en la Red nos ha llevado a poner el énfasis en los procesos de investigación, a través de la indagación. Par-ticipamos activamente en la Feria Explora con varios proyectos. Los mejores que tenemos son el Perpetuum mobile, La existencia de Dios a través de las matemáticas, Los huesos de Na-pier en escritura Braille y Biocombustible con chlorella, ¡con todos ganamos premios!

3.3. Intercambios entre maestros

una red de conocimiento se sostiene Por el vínculo que se

establece con los colegas en torno al conocimiento, se

constituye sobre la adhesión libre de Pares académicos y

se fortalece desde la autonomía de cada nodo (o comunidad

de Práctica que lo comPone). Salinas, M. L. y Vanegas, N., 2006

Los intercambios entre maestros, unos inducidos y otros espontáneos, constatan otra intuición que se ha hecho evidencia a lo largo de estos años:

Escuchar a otros, a aquel que trabaja sin recursos y teme que la calle le gane la partida y se conquiste a un estudiante más; o al que lo tiene todo y combate contra la indiferencia que produce haber nacido con la universidad garantizada y un computador bajo la almoha-da. Saberse parte de un colectivo con el que se comparten inquietudes y se siente menos soledad. Tener amigos. Compartir con otros lo que lentamente se ha construido en la intimi-dad del aula…

Lo que surge de ahí, de la potencia de esas relaciones entre los propios maestros, es lo que verdaderamente hace de este grupo una red, lo que ratifica que “MAE tiene lazos fuertes”.

Estas son historias de amigos compartiendo entre sí.

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De uno en uno, cuatro: William, Heliodoro, Dirleans y Claudia Elizabeth. William le presta su libro de bioética a

Dirleans, Dirleans le enseña el lombricultivo a Heliodoro y Heliodoro construye una huerta con los estudiantes de Claudia. Una historia de intercambios espontáneos.

Comienza Heliodoro:“Una vez en una reunión de MAE com-

partimos la idea de lo que hacíamos con los estudiantes. Yo les comenté a varios sobre la importancia de cuidar el ambiente y generar alimentación y riqueza a través del trabajo or-ganizado con la tierra. Allí estaba Claudia, una profe de un jardín escolar que inmediatamente me acogió la idea. Yo la visite en su institución en diciembre de 2008 y establecimos las bases de un biocultivo donde mis estudiantes le transferirán a los suyos nuestra experiencia, para juntos montar una huerta de alta produc-ción ya que su terreno es óptimo. Ahí vamos con la idea. Empezaremos a trabajar la tercera semana de 2010.

Por otro lado, en la clausura de MAE del 2009 conocí al profesor Dirleans y por referen-

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cias de su rectora yo sabía que él había ganado un premio con un proyecto sobre lombircultivo, que es la columna vertebral en un biocultivo. Así que convinimos para la tercera semana de enero de 2010 una visita a ambas instituciones para compartir las experiencias. En la Normal tenemos todo, no nos falta sino la técnica que Dirleans posee. Vamos a intercambiar, él nos enseñará su proyecto y nosotros lo compartire-mos a su vez con Claudia y es así como vamos haciendo una cadena exitosa de experiencias nacidas todas en el interactuar de MAE”.

Sigue Claudia:“He decidido irme a trabajar al solar y le

dije a don Heliodoro, así que él va a replicar su experiencia conmigo. Él nunca nos contó que estaba convocado a los premios, pero un día habló de una huerta escolar y ese siempre ha sido mi sueño porque yo tengo un espacio muy grande allá en la institución. Marta, otra de las profes de la red, me animó a hablar con él. Lo abordé un día saliendo del Parque y le dije:

- Don Heliodoro, yo tengo un solar, un es-pacio muy grande en el colegio y me gustaría hacer allí una huerta.

- Vea mi correo para que me mande una carta oficial e institucionalicemos la relación.

Al final del año, en un encuentro, me dijo:- ¡Qué hubo pues doña Claudia!, ¿usted por

qué no me ha mandado la cartita de solicitud?, yo tengo allá una cantidad de muchachos que quieren ir a enseñarle a los suyos.

- Don Heliodoro –le contesté yo-, he estado como embolatada pero ya le conté a mis niños y están muy animados. No los puedo dejar antojaditos.

- Tenemos con que trabajar mijita, la maqui-naria, los abonos, los muchachos…

Cuando ¡oh! la gran noticia para mí cuando sale don Heliodoro Arango en la gala de los Pre-mios de Medellín la más Educada. ¡Ahhhhhh! -le gritaba yo a mi mamá-, ese es, ese es el señor que me va a ayudar. No podía creer que con esa persona era con la que pensaba trabajar y realizar el proyecto de la huerta escolar. Es que se la tenía bien guardadita. El último día que nos reunimos en el Parque para lo de la Feria del 2010, él fue al colegio y miró el terre-no. Al verlo me dijo que se podía sembrar ci-lantro, zanahoria, aromáticas, cebolla y rábano. Me dio indicaciones sobre cómo mover la tierra

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y me explicó cosas muy importantes para ir realizando los módulos y la transversalizacion de la huerta en las diferentes áreas. Miramos lo que necesitábamos y escogimos el pedazo. Ahora me están moviendo la tierra a 50 cm de profundidad. Como él está en Villahermosa y yo en Campovaldés, entonces bajará con sus mu-chachos y le enseñarán a los míos. Luego viene el proyecto de emprendimiento porque vamos a empezar a vender las verduras. En enero don Heliodoro me hizo firmar con sello y todo. Ya le tomé la primera foto al solar vacío, se la tengo que hacer también al trabajador removiendo la tierra, eso va a ser algo muy lindo! Don Heliodo-ro quiere escribir muy bien todo porque como él trabaja con bachillerato esta será su primera experiencia con primaria”.

Termina Dirleans:“Me he enriquecido mucho con los inter-

cambios que he tenido en la red. En una re-unión del mes de agosto de 2009, le comenté al profesor William Henry Asprilla, que estaba compartiendo la clase de ética y valores con los alumnos del grado once, y que quería una pro-puesta diferente a la tradicional. Él me dijo: ‘No te preocupes, yo te colaboro con eso’. Para mi sorpresa, el día 11 del mismo mes, me obsequió

un libro escrito por él mismo y titulado La nece-sidad de una reflexión bioética en la educación colombiana, con el que había participado, en el 2005, en el Foro Educativo de Medellín. Tenía una dedicatoria muy significativa para todos los MAE ‘la ciencia y mis amigos unidos para siem-pre, construiremos un mañana mejor’ William. Gracias querido compañero.

Luego, en diciembre del año pasado, en una actividad de clausura en el Hotel Quirama, yo me presenté y conté algo del proyecto del lom-bricultivo. Cuando terminé, el profesor Heliodo-ro me dijo ‘hombre, hace rato quería conocerlo a usted’ y yo le dije lo mismo, que quería que él me compartiera su sistema de riego sistema-tizado. Así que quedamos en esas y esto hará crecer nuestra Red. Gracias Heliodoro, ¡siempre adelante, gran compañero!”

Los profes que van a clase en canoa:Heliodoro, Claudia Elizabethy los de Antioquia

Comienza Heliodoro: “A nivel personal lo que más me gusta es que me encuentro con muchas realidades, sentimos el calor humano

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y ponemos en juego los diferentes saberes de cada uno. Increíble la experiencia con los pro-fes de Antioquia en julio de 2008. Éramos los anfitriones de una actividad en la que ellos y nosotros, los MAE, conversábamos sobre diver-sas experiencias. Yo apenas me imaginaba la situación de otros. Mejor dicho, me hice cons-ciente de que estaba en la capital. Maestros que me contaban que para llegar a donde los cogió la lancha para venir aquí, llevaban dos días caminando. Vino una monja que trabaja entre Antioquia y Chocó. Se levantó dos días antes del encuentro para poder llegar. Primero cogió una lancha y luego un carro y luego un bus que por fin la llevaría a la “civilización”. Son profes que salen cada 3 meses a cobrar y el resto del tiempo lo pasan allá, que van a clase en canoa, con niños que llegan sin camisa, sin zapatos, sin un lápiz; donde la enseñanza oral y el ejemplo son lo primordial; donde para qué poner tareas si los niños no tienen ni casa. Yo no termino de entender cómo es la labor de alguien en esas condiciones, como si estuviéramos en la Inglaterra de 1700, que como no tenían papel enseñaban a escribir en la arena. Y me pregun-to, a un niño que vive en un ambiente de esos, ¿cómo hace usted para transmitirle la idea de la ciencia moderna? Porque él no la ve aparecer

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por ningún lado y el maestro no tienen nada para mostrarle, ni un termómetro, un baróme-tro, una computadora. Es que ni el conflicto los toca porque no hay nada que quitarles, les falta todo, no hay maquinarias, son tierras muy difíciles, traen la comida desde lejos. La her-mana decía que a ellos sólo les podían quitar la vida. Yo reafirmé algo: que Colombia tiene sitios muy difíciles pero no pensé que hubiera lugares donde nunca ha llegado una máquina de escribir o de afeitar, donde no hay un pro-yecto ni lejano de electrificación. Yo me quedé así, con los ojos abiertos”.

Y termina Claudia: “Después de esa expe-riencia tengo algo claro: no me vuelvo a quejar”.

Pilar

Maestras de maestros: Pilar y Esther

Pilar y Esther asumen el reto de facilitar la formación de los nuevos docentes que llegan al Parque a participar en la Feria Explora. Durante varios días y algunas noches, recogieron lo

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mejor de todas las capacitaciones que habían recibido en MAE y diseñaron los módulos que a su juicio, introducían a las herramientas de indagación, “tenemos que volvernos docentes investigadores si queremos avanzar” les dice Pilar a los 20 maestros nuevos que la miran inquietos en el auditorio de E.P.M. Durante una semana, recibirán, de la mano de ella, las herramientas necesarias para hacer actividades desencadenantes de preguntas, guiar a sus estudiantes en la formulación de proyectos de investigación e incorporar algunas formas de experimentar en el aula de clase.

Pilar levanta la mano empuñada y deja de hablar mientras los profes, que apenas acaban de aprender la señal, se miran con sonrisas pícaras mientras se explican unos a otros que eso es una comunicación no verbal para que todos hagan silencio En la actividad practican el ejercicio de los roles, del trabajo cooperativo y la exposición de resultados.

importancia de la socialización, Pilar comenta: “Con un muchacho metí la pata. Cuando se implementaron los roles, a él le toco la función de relator pero era demasiado introvertido y nervioso. Yo lo seguía presionando pero él no podía cumplir su rol. Luego hablé con la mamá y ahí entendí otras cosas. Poco a poco se fue convirtiendo en uno de mis mejores estudian-tes y ya no lo presiono, ahora respeto la dife-rencia. Aprendí que debo rotar los roles entre los estudiantes, para que ellos escojan cuál es la mejor función que pueden desempeñar”. Ese comentario de la facilitadora anima a varios profes a contar sus dificultades y miedos. Luego comienza el taller de la zanahoria y los utileros pasan por los materiales.

En el salón del frente, Esther, otra de las pro-fes de MAE hace lo suyo con otros 20 pupilos.

Compartiendo gomina: Marta y Luz María

“Era el día 21 de julio del 2007. Estábamos en el Zoológico haciendo el taller de Cría de mariposas y conversé mucho con la profe Luz María Atehortúa. Le comenté que quería hacer con mis estudiantes un laboratorio para elabo-

Y efectivamente las relaciones que se tejen entre iguales son diferentes. Hablando de la

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rar gel húmedo y llevaba varios días investigan-do pero me daba miedo implementarlo porque dentro de las consultas que tenía no encontraba ningún protocolo que me garantizara que no habría secuelas de caspa para quien lo usara. Pues resulta que ella daba química en once y ya tenía la práctica muy bien montada, con un proceso garantizado y me lo podía compartir. Acepté su invitación y aunque no fue fácil ponernos de acuerdo, el día 2 de agosto la vi-sité en su institución. Fui acompañada de mi esposo. Hicimos la práctica y me dio la fotocopia del procedimiento para la fabricación del gel húmedo con fijación. Ella comenzó con la expli-cación teórica pero los tres nos entusiasmamos, entonces ella nos propuso que pasáramos a la práctica. Buscó lo necesario y realizamos la primera fase. Lo disfrutamos mucho. Me faci-litó lo necesario para terminarlo en mi casa y con su actitud me confirmó lo que siempre he pensado durante el ejercicio de mi profe-sión: ‘El conocimiento no es propio, no puede permanecer guardado en nuestra mente sin beneficiar a nadie. Hay que compartirlo”.

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3.4 Una red en un parque de ciencias

“Prohibido no tocar”

El Parque tiene un significado en la ciudad que le aporta valor a la Red, que le da otro matiz. La arquitectura, las experiencias inte-ractivas y los espacios complementarios, como el estudio de TV o el vivario, hacen de la casa de encuentro un verdadero laboratorio, tanto pedagógico, como social.

Otra intuición que ha conseguido eviden-cias: Explora es un espacio de encuentro, de intercambio, es un espacio de ciudad. No com-pite con la escuela porque su misión es otra: complementar el trabajo del aula con distintas actividades, no formales e informales.

MAE, se encontraron frente a frente con gran-des científicos. Aquí están sus historias.

“Paz y tranquilidad”: Claudia Emilse

“Al contrario de muchos colegios en que los chicos están acostumbrados a ver tubos de ensayo, termómetros, goteros y embudos, en el mío esto es rarísimo. Por eso cuando llegué con Pequeños Científicos, ellos se llenaron de tantas expectativas que hasta superamos el número de la convocatoria. Es imposible olvidar ese primer contacto con el material. La imagen de asombro por aquella pequeña caja que traía experiencias científicas, les generó mucho entusiasmo.

Como mi asignación académica era artísti-ca, elaboré el trabajo en la jornada contraria. No les importaba estar desde temprano en el colegio, incluso algunos cargaban sus cocas con almuerzo que en ocasiones nos sentába-mos a compartir.

En el segundo semestre el sector pasó por un conflicto social tremendo que, en ocasiones, impidió el trabajo. Fue muy triste una vez que los chicos no pudieron llegar al taller. Una

Muchos recuerdos significativos de los do-centes, se encuentran bajo esos techos rojos, como aquel día en que los chicos de Claudia salieron del aula para descubrir el Parque o cuando algunos estudiantes, de docentes de

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mamá se vino con el niño y me dijo, ‘si no lo bajaba no me lo aguantaba, pero así como lo traje así mismo me lo llevo’. Porque había luga-res por donde no se podía pasar.

A la semana siguiente me llamaron de Explora para invitarnos a una visita. Mi salón estaba de luto, entonces yo aproveché la opor-tunidad. Cuando me avisaron estaba en un comité de calidad y me dijeron que tenía que confirmar en dos horas. Gracias al apoyo de la rectora pudimos salir porque ¿qué rectora deja salir 180 niños de un día para otro? Yo le dije, ‘doña Gloria los muchachos están muy tensionados, déjenos ir’.

Cuando volvimos de la visita, Angie una estudiante de cuarto grado me dijo, ‘profe, ¿a quién hay que darle las gracias de habernos sacado de allá después de tanto dolor?’ a mi eso me partió el alma, entonces yo le mandé un correo al Parque que decía ‘gracias por robarle risas a mis alumnos en medio de tanta tristeza’.

Claudia Emilse

Los niños no tienen posibilidad de que los traigan a estos espacios, así sean gratis ellos no tienen el pasaje. El colegio sólo tiene un patieci-

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to. Antes los sacaban a una cancha en educación física pero ahora ya no pueden salir ni allá.

Explora no es más que ciencia e investiga-ción, también es un espacio de paz y tranquili-dad. Así como todo proyecto, él también tiene corazón, un corazón de muchas personas que cada día abren con una sonrisa, sin saber que mas allá de recibir una recompensa, mueven y borran, en lo más interior, heridas y temores, miedos de unos chicos que escapan al conflicto. Dios bendiga grandemente a todos los que tra-bajan en esta labor”.

Cuando Yor Mary leyó esto, vinieron re-cuerdos de su época en esta misma institución: “Los 10 años de trabajo en la Cima se hicieron presentes de nuevo. Los niños son bien pilos, juiciosos, buenos estudiantes. Hay que abra-zarlos mucho y entregarles mucho amor”.

El científico de los bichos: Claudia Elizabeth

“Un día me llamó la niña de comunicaciones del Parque y me dijo: ‘Claudia, tenemos una visita de un escritor que está participando en la Feria del libro. Dará un taller como preámbulo para la explicación de su obra, es sobre bichos

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El Parque, lo mejor: Noelis

“De las herramientas de MAE la que más me ha gustado es la de Pequeños Científicos porque está muy relacionada con las propuestas de construcción de conocimiento y eso me ha dado mucha fuerza. Pero para mí, más allá de estas cosas que van para el aula, lo que más me impacta es la oportunidad que tenemos de aprender con los personajes que vienen. En cada conferencia que yo asisto, sola o con los chicos, nos van dando luces de conocimiento, pero definitivamente lo que más disfruto es cuando puedo traer a los estudiantes porque ellos son mi razón de ser. El Parque me parece uno de los aciertos a nivel del conocimiento científico más importantes que hemos tenido en el Municipio de Medellín. Hay que invertir en investigación y en ciencia porque somos nosotros mismos los que tenemos que ver de qué forma vamos a superar las dificultades aquí en Colombia, que no tengan que venir a decirnos todas las cosas porque es a nosotros a los que nos duele el país, entonces hay que aprender e investigar para poderlo sacar adelante.

A mi me tocó, desde ponerme casco rojo cuando venía con mis estudiantes antes de la

y tenemos un cupo de 40 estudiantes (entre los 7 y los 13 años). Queremos invitarte’. Eso fue un sueño hecho realidad. Cuando llegamos, los chicos se sentían súper importantes, y decían ‘!de tantos colegios escogernos a nosotros!’. Fue en el Teleport, y cuando llegó el escritor, todo alto él, todo gringo y los niños se emocionaron mucho porque era el mismo que habían visto en el volante. Empezó a hablarles en inglés y todos quedaron groguis. Me decían, ‘¡profe nos está hablando en inglés!’. Él preguntó a alguien del Parque si los niños no le entendían, se ima-ginaría un colegio bilingüe o algo así. Cuando se dio cuenta de que no, trató de hablarnos en español pero tampoco. Entonces trajeron un traductor y fue una experiencia hermosa donde él les contaba cómo creaba sus cuentos, cómo él escribía las historias de los bichos a partir de experiencias que tenía en las aulas de clase o hablando con profes de ciencias, por ejemplo del grillo y lo que come. Les dieron bichos vivos con los cuales ellos tenían que dibujar y contar historias y él se llevó varias de algunos niños…”

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inauguración, hasta la visita de los astronautas, a la que traje algunos de los chicos de los más avanzados. Yo trabajo hace años con el progra-ma de Rodolfo Llinás, entonces cuando vino a Colombia, a mi me llamaron para vernos porque él quería evaluar nuevamente a los estudiantes con los que vengo trabajando su programa de Cosmología I, y ver el progreso de estos. De hecho, Hernán Darío, uno de los chicos ya se graduó el año pasado. Fuimos a su hotel y en esa conversación él siguió incentivando ese espíritu de conocimiento en los muchachos.”

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El futuro ha empezado a llegar. Varios de los maestros de la Red ya encarnan, con sus prácticas, los sueños de muchos y algunos aprendizajes pendientes. Cada vez más, el porvenir será construido por ellos, sobre todo, por aquellos que han sido pilares de la red y ejemplo de búsqueda y transformación para sus compañeros.

En las conversaciones realizadas para recoger esta memoria, surgieron ideas reite-rativas sobre el futuro: la necesidad de crear sus propios materiales, la importancia de más intercambio entre ellos y el deseo de compartir sus saberes con nuevos docentes.

También se mostraron algunas debilidades que ellos mismos reconocen: los vacíos en la escritura como medio para transmitir sus prác-ticas y la necesidad de concretar una participa-ción activa en la creación de nuevas cajas y en la realización de investigaciones pedagógicas.

Aquí, estas ideas en sus propias palabras.

DIÁLOGO SOBRE EL FUTURO

Sueños y aprendizajes pendientes

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Sobre espacios de creaciónRubiela: “Para empezar, a mí me gustaría

elaborar mi propia caja, yo quisiera tener una con herramientas mucho más puntuales para trabajar temáticas de sociales directamente, tener por ejemplo, un barómetro, pluviómetros, mapas, las cartas de navegación. De hecho ya hicimos un telescopio en uno de los encuentros. Tener una dotación tal que podamos trabajar con salones grandes. Acá en MAE habría con quien hacer equipo, hay más profes de sociales”.

Sara: “Les podríamos mostrar cómo Ex-plora construye una actividad experimental: escoger un tema, investigarlo, explorar cómo lo podemos explicar con algunos materiales, mejor dicho, cacharrear, diseñar el experimen-to, documentarlo, trabajarlo y evaluarlo”.

se pueden trabajar todos los minerales para pintar y esto también es de ciencias y de socia-les, porque las culturas indígenas pintaban con la misma tierra”.

Elizabeth: “Hay docentes que han venido pi-diendo pita para profundizar en temas concretos, para eso es el centro MAE para los que quieren pasar a ser parte de grupos más específicos de creación. Querer más, también es, quiero dar más y eso hay que potenciarlo. Para empezar a manejar procesos pedagógicos desde la indaga-ción o la investigación implica estar dispuesto a coger todos los temas que has trabajado durante años y pasarlos a otro formato y para esto nece-sitas espacios de creación, para ir haciendo esas modificaciones a tus prácticas”.

Claudia Emilse: “Quisiera que siguiéramos con los encuentros pero que paralelo a eso que se abrieran capacitaciones para los que deseen trabajar con la caja de Discovery. Me gusta mucho el proyecto de crear materiales que sir-van a todas las áreas. Por ejemplo, en artística

Heliodoro: “MAE es una Red con mucha movilidad, claro que me gustaría que se trata-ran las cosas con más profundidad y que pudié-ramos avanzar hacia la investigación. Por eso me quedo, porque espero empezar y darle fin a un proceso. Resolver un problema a máximo

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dos años, y no porque la investigación tenga que ser inmediatista, sino porque en educación hay que lograr cosas rápido porque la juventud está cambiando y si nos dormimos, cuando vayamos a tomar medidas, los niños que estábamos investigando ya serán profesionales”.

Marta: “Hemos dejado cosas empezadas. Una vez listamos las experiencias para hacer un caja propia y eso quedó en veremos. A mi me gustaría que tuviéramos algo que pudiéramos decir, esto lo hicimos los MAE, no lo tomamos de ninguna parte. Los maestros somos capaces de fabricar implementos para nuestros mucha-chos y adaptarlos a nuestras necesidades, hici-mos una reunión preliminar pero se quedó ahí. Hay momentos en que como MAE me siento en el aire. Ya me enseñaron una experiencia y ya la repliqué con mis estudiante ¿y ahora qué?, ¿qué sigue?. No podemos dejar perder la gente que quiere trabajar porque ahora sí la pereza lo va cogiendo a uno. Yo dejé la red de la Escuela del Maestro por venir acá, porque aquí estaba la novedad pero si ya no la hay me toca buscar nuevos caminos. Hay muchas ganas de hacer cosas pero no se avanza, no concretamos. ¿Qué nos va a hacer crecer? Las debilidades. Si todo fuera maravilla pues no estaríamos conver-

sando. De hecho, una de las cosas que más me gusta es que este espacio me ha mostrado deficiencias que yo tenía en mis clases”.

Luz María: “MAE debe recargar fuerzas porque está decayendo. Quiero seguir sintién-dome orgullosa de decir que estoy allí. Ojalá no se acabe porque somos una verdadera red”.

Claudia Elizabeth: “Poner a una cantidad de gente de acuerdo es muy difícil, pero nos ha dado la oportunidad de conversar, de pro-poner, de organizar qué queremos, para dónde vamos y nosotros nos quedamos ahí, en hablar y hablar. Muchos MAE se fueron al principio del 2009. Yo creo que fue porque no quedaron claras las funciones de antiguos y nuevos. Es que nosotros ya llevábamos muchas cosas vividas como para ponernos en lo mismo. Yo siento que el Parque ya nos ha dado mucho, demasiado y que nos ha faltado a nosotros, los viejos, darle más al él”.

Elizabeth: “El año entrante haremos el centro MAE. Un espacio físico de encuentro y apoyo a los docentes. Ya hay tres grupos de do-

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centes que podrían trabajar como comunidad de práctica (matemáticas, sociales y de ciencias con énfasis en investigación pedagógica). Nos capacitamos en herramientas básicas, focali-zamos un problema concreto donde aplicarlas y además tenemos un espacio físico para programar reuniones y hacer vínculos con los científicos. Una comunidad de práctica permite trabajar en la construcción de cajas propias o en escoger un tema para que un científico lo acompañe o profundizar en investigación pedagógica. Si no renovamos las cosas pues vamos a perder el sentido vital y fácilmente caeremos en la monotonía”.

Sobre espacios de socializaciónYor Mary: “Somos muchos los interesados

en seguir, en sistematizar y proyectarnos. En el colegio hay maestros haciendo cosas muy bue-nas pero la institución no valora mucho eso en-tonces uno mejor va cambiando por debajo, sin mostrarlo, con la certeza de que lo importante son los estudiantes. Pero yo este año sí quiero escribir todo y mostrarlo. Aunque no haya reconocimiento lo importante es perseverar y en eso me ha ayudado Explora. Creo además

que cada profe debe aportar sus experiencias. Hay compañeros muy valiosos de los que me gustaría aprender. Yo no tengo claro qué es un grupo de investigación pero me encantaría, ¡por fin voy a estar en uno! Me gustaría que los profes de matemáticas que adaptaron la caja nos la mostraran a todos y también seguirnos puliendo en temas de ciencia, por ahí nos pro-pusieron el grupo de astronomía”.

Sobre espacios de multiplicaciónCristina: “MAE debe incidir en los otros

maestros, me gusta la idea de que sea una comu-nidad de reivindicación social. No puede estar al margen de lo que pasa porque pocas profesiones tienen un componente vocacional tan alto. Está comprobado que muchas de las grandes trans-formaciones sociales han estado lideradas por ellos y nosotros debemos acompañarlos”.

Elizabeth: “Ellos mismos han dado la idea de tomarse los núcleos educativos, que a 5 años

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los profes de MAE sean sus dinamizadores. Se sueñan también con tener un mini Explora en sus instituciones, que sean capaces de multipli-car esta filosofía en espacios por fuera”.

Claudia Emilse: “Me gustaría que fuéra-mos profes para los otros profes. Trabajar con Explora, colaborarle con los que vienen por primera vez. Mostrarles algunas cosas que nosotros ya sabemos. Que bueno un banco de memorias, que si yo quiero, por ejemplo, ha-blar del cuerpo humano, entonces voy y busco si un compañero ha trabajado eso. Yo creo que el Parque está rompiendo mitos y paradigmas y eso se debe compartir”.

Dirleans: “En el futuro los MAE seremos multiplicadores. Es que cuando los otros profes observan que en mis actividades hay mejor comportamiento y los chicos siempre están indagando, experimentando, y en las pruebas siempre son los mejores, entonces me pregun-tan ¿cómo lo haces?. Yo veo la Red creciendo, y las expectativas no son sólo de los que estamos adentro sino también de los que están afuera”.

Yor Mary: “Debemos seguir siendo una publicidad para Explora porque nosotros lo lle-vamos a los barrios, a los grupos, a los colegios”.

Esther: “Hay que pensar en un proceso para los que llevamos tanto tiempo y vamos buscando otras cosas. Yo quisiera que lo que nosotros hemos vivido lo vivan todos los docen-tes nuevos que entran, como hacer semilleros de investigación de maestros. A mi me gustaría coger un tema o una experiencia de una sala y mirarla desde todas las áreas”.

Heliodoro: “Veo muy promisorio el futuro y ojalá pasen bastantes cosas buenas. La educa-ción de toda la ciudad se va a transformar desde acá. Simplemente tenemos que multiplicar a Explora por cinco”.

Noelis: “Yo doy a conocer el Parque en todas partes. Este año solicité recursos para sistematización para recoger de forma crítica lo que ha sido el proceso. Seguiremos soñando, porque mientras la vida palpite, a pesar de todas

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las dificultades, sostendremos y alentaremos esperanzas. En medio del caos, los maestros estamos llamados a promover la esperanza y el cariño por la vida”.

Dirleans: “Cuando me pensione quiero vol-ver a Quibdó. Tengo unas tierras por allá y voy a meterme a organizar una finca agroecológica que le sirva a la Universidad y a los colegios, que sea como un laboratorio, que sirva de negocio productivo y de espacio de estudio. Explora es mi escuela para llegar allá”.

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Perfiles¿Quiénes son ellos?Aquí, una ventana a la intimidad de esas

figuras que dan cuerpo a estas historias:

Luz María Atehortúa Pimienta I.E. San José de las Vegas

Es tecnóloga en alimentos y licenciada en biología y química, y lo tiene claro “yo quiero ser maestra”. Siempre ha estado en once pero ahora se irá para primaria a poner en práctica su versatilidad. Ha puesto a disposición de sus compañeros de MAE, de instituciones oficiales, los laboratorios y las experiencias del colegio. En sus clases hace vinos, productos de belleza, espejos, fermentación del pan. “Si un profe de

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ciencias no entiende que la experimentación es lo fundamental, esta equivocado – comenta enfática-, y es que no sólo se hace en un labora-torio, puede ser en un parque o en un corredor”. Ha hecho parte de este grupo desde el primer día hasta hoy y sus estudiantes han obtenido premios en la Feria Explora.

Pilar Yaneth Ruiz I.E. Fernando Vélez del Municipio de Bello

Pilar quiere comprobar algo: que a través del pensamiento espacial los estudiantes pueden desarrollar cualquier otro tipo de pensamiento matemático. Sólo una hipótesis, como ella misma lo sabe. Tras 20 años de experiencia con la tiza y el tablero, un día se empezó a pregun-tar porqué los muchachos se aburrían tanto en el colegio y ya ha impulsado dos aulas taller en su institución. Entre los cursos de pintura, hi-droaeróbiocos, spinnig; una especialización en recreación ecológica y un hijo de 19 años, tiene tiempo para todo. La gente le pregunta ¿Cómo lo haces? Y ella responde “disfrutando al máxi-mo”. Gracias a MAE ahora es facilitadora en el Parque Explora y docente de investigación en Regionalización del Tecnológico de Antioquia. Admira a su amigo y compañero del proyecto

Hernán Darío Gómez Agudelo, a Carlos Julio Echavarría un gran maestro de las matemáticas que le ha enseñado cómo hacer de las clases una aventura y a su alumno Jairo Andrés Múnera Giraldo, quien la invitó al mundo de los motores.

Noelis Isabel Martínez Oliveros I.E. San Antonio de Prado

Llegó al Parque persiguiendo al Amazonas, en medio de las muchas conferencias que se daban en la ciudad antes de la inauguración. Todo lo que aprende lo incorpora a su proyecto “Círculos procultura del agua”, un núcleo integrador e inspirador para ella. Recibió el baúl pedagógico que el científico colombiano Rodolfo Llinás donó a todas las instituciones del país y hoy en día es una de las docentes líderes en esta metodología llamada “Cosmolo-gía”. Sueña porque sabe que “aún en medio del caos, nosotros los maestros somos los llamados a promover la esperanza y el cariño por la vida”.

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Claudia Emilse Vera AgudeloI.E. Fe y Alegría San José la Cima.

Es ejemplo dentro de su institución: ha vin-culado a la red a otros 10 docentes. Licenciada en educación básica con énfasis en matemá-ticas pero amante de las ciencias naturales, el arte y sobre todo, los animales. Llegó a Explora en enero de 2008 y desde ese mo-mento ha estado vinculada a todo. Construyó un blog (http://experienciasconmae.blogspot.com/) con sus estudiantes y trabajó la caja de Discovery en su jornada contraria. Admira a don Jorge Sepúlveda, maestro que le cambió la mirada sobre las matemáticas.

Dirleans Becerra Palacios I.E. José Asunción Silva

Ha sido de Explora desde siempre. Es cho-coano. Fue catedrático y gestor de proyectos y allí mismo quiere volver a aplicar todo lo que ha aprendido. Quedó de segundo en el concurso de experiencias significativas a nivel nacional y representó a Antioquia, con un proyecto de lombricultivo como actividad productiva y de investigación. Lidera los proyectos en su

institución y coordina el área de ciencias. Ya le dijo a los todos los profes “no me vayan a traer una hoja con la planeación que ustedes creen, van a preguntarle a los estudiantes, negocien con ellos y miren cómo acomodan sus intereses a la malla curricular”. Admira y agradece al licenciado en biología y química Luis Oswaldo Becerra y a la docente de la UdeA Sandra Boni-lla, por su compañía y asesoramiento.

Yor Mary Hernández Durango I.E. Asia Ignaciana.

Es una mujer estudiosa, caminante de los cerros de Medellín y madre de tres hijos. Traba-ja en primaria donde ha aprendido a adaptar de todo en todas partes. Está en el Parque desde que “Explora era sólo un proyecto, lo iban cons-truyendo, y nos iban contando, mientras hacía-mos talleres con varios expertos”. Su sueño es escribir todos estos aprendizajes. Recuerda con cariño a su maestro Miguel Ángel, quien con la experiencia y sabiduría de los años, le explicó en forma sencilla los temas más complejos.

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Heliodoro Arango Taborda I.E. Normal Superior

Es maestro de ciencias sociales, formado en matemáticas pero convencido de que “el conocimiento es uno con muchos nombres”. Ganó la distinción Cecilia Lince Velásquez en el Premio Medellín, la más educada, año 2009, por su proyecto de biocultivo el cual expandió sus alcances a la comunidad del sector. Quiere hacer investigación pedagógica y multiplicar a Explora por cinco. Cree que un buen maestro debe andar a diario de cacería: qué dijo Internet, qué dijo el cine, qué pasa en los parques y la ciudad qué?

Rubiela Vanegas CadavidI.E. Ciro Mendía

Estudió ciencias sociales en la UdeA y es una apasionada de la lengua materna desde que es-tudiaba en la Normal Nacional de Copacabana. Sigue siendo una incansable buscadora de co-nocimiento pero ahora no lo hace ni por créditos ni por títulos: “La propuesta mía es empaparme de todo un poquito, estoy convencida de que el docente debe aprender y desaprender”. Por eso se mete a bares de músicas raras, enseña

geografía con obras de la literatura y lee a sus clásicos Eduardo Galeano, William Ospina y Ernesto Sábato. Participa también del Club de lectura “Jitanjaforas” con el maestro Fernando Hoyos. Llegó al Parque hace dos años y desde entonces no se pierde de nada. Esta preocupada por la situación de los docentes en este país.

Esther Lucía Duque RestrepoI.E. Alcaldía de Medellín

“Soy más del Parque Explora que de cualquier otra parte”. Lleva 9 años metida en clubes de cien-cia y por su gran experiencia ganó la distinción Cecilia Lince Velásquez en el Premio Medellín, la más educada, año 2008. Es líder de formaciones de nuevos docentes para la Feria Explora y ha sido invitada dos veces, por el gobierno de Panamá, para compartir sus aprendizajes. Se inspira en Galileo cuando dice “no puedes enseñárselo todo, sólo puedes ayudarle a encontrarlo por si mismo”. Ha aprendido mucho de los maestros Miguel Monsalve y Jorge Morante.

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Claudia Elizabeth Gómez Marín Centro Educativo Integral Momentos Felices

Vecina y amiga del Parque desde que este era sólo un lote baldío y desde entonces hasta hoy, ha participado de todas las actividades. En el 2009 aplicó la Caja Discovery con excelentes re-sultados. Es licenciada en Educación Preescolar y maestra formadora en inclusión. Lleva 19 años en el Centro Educativo Integral Momentos Felices.

Marta del Socorro Gómez Atehortúa I.E. Marco Fidel Suárez

Llegó al Parque desde que los encuentros eran en la Escuela del Maestro. Enseña química y ciencias naturales y ha dictado clase desde sexto hasta once. Considera que “lo mejor que le ha pasado a la educación es el Parque Explora ya que le permite al joven interactuar y al maestro capacitarse”. Ha participado en la Feria Explora. Puso en práctica la metodología de Pequeños Científicos, modificando la guía de Discovery Box. Estando al servicio del Colegio María Auxiliadora, el núcleo de desarrollo edu-cativo 0108 le hizo un reconocimiento público por su destacada labor educativa.

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Este libro se terminó de imprimir

el 10 de julio de 2010 en Medellín,

Colombia, en los talleres gráficos

Especial Impresores.

Tipografías: Caslon y Egyptian