manifestaciones de la cavidad oral del vih sida

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Manifestaciones de la cavidad oral Eva Calabuig Muñoz, Miguel Salavert Lletí, Marino Blanes Juliá, José Lacruz Rodrigo, José López-Aldeguer, Vicente Navarro Ibáñez Unidad de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario La Fe, Valencia Introducción Importancia de las lesiones orales en la infeccion por el VIH Clasificación de las lesiones orofaríngeas asociadas a la infección por el VIH Infecciones de la cavidad oral Neoplasias Otras lesiones orales Conclusión Agradecimientos Bibliografía 1- INTRODUCCION Desde el inicio de la epidemia de síndrome de la inmunodeficiencia humana (SIDA), en 1981, las manifestaciones orales han sido sido ampliamente estudiadas debido a su frecuencia y a que en ocasiones son sugestivas de la enfermedad. Asimismo, ya se vislumbró la importancia de realizar la biopsia de lesiones que aparentemente eran poco expresivas, para demostrar infecciones o tumores importantes no sospechados inicialmente 1 Con el devenir de la enfermedad y la experiencia de los años, hemos podido comprobar estas aseveraciones. Se ha podido demostrar como alguna de las lesiones expresivas de la enfermedad no sólo sirve para aproximarnos al diagnóstico de la infección por VIH sino que además tienen valor pronóstico 2 . En la práctica diaria, la presencia de estas lesiones obliga, de entrada, a solicitar estudios serológicos a los pacientes 3 , y son un marcador de progresión de enfermedad 4 VIH indicando que posiblemente el paciente tenga unas cifras de CD4 inferiores a 200 células/mm3 5 y requiera de la introducción de profilaxis de otras infecciones oportunistas. En el amplio estudio italiano citado previamente, Barone et al demostraron que, dentro del espectro de enfermedad orofaríngea, la candidiasis oral era la

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Manifestaciones de la cavidad oral

Eva Calabuig Muñoz, Miguel Salavert Lletí, Marino Blanes Juliá, José Lacruz Rodrigo, José López-Aldeguer, Vicente Navarro Ibáñez Unidad de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario La Fe, Valencia

Introducción

Importancia de las lesiones orales en la infeccion por el VIH

Clasificación de las lesiones orofaríngeas asociadas a la infección por el VIH

Infecciones de la cavidad oral

Neoplasias

Otras lesiones orales

Conclusión

Agradecimientos

Bibliografía

1- INTRODUCCION

Desde el inicio de la epidemia de síndrome de la inmunodeficiencia humana

(SIDA), en 1981, las manifestaciones orales han sido sido ampliamente estudiadas

debido a su frecuencia y a que en ocasiones son sugestivas de la enfermedad.

Asimismo, ya se vislumbró la importancia de realizar la biopsia de lesiones que

aparentemente eran poco expresivas, para demostrar infecciones o tumores

importantes no sospechados inicialmente1

Con el devenir de la enfermedad y la experiencia de los años, hemos podido

comprobar estas aseveraciones. Se ha podido demostrar como alguna de las

lesiones expresivas de la enfermedad no sólo sirve para aproximarnos al

diagnóstico de la infección por VIH sino que además tienen valor pronóstico2. En la

práctica diaria, la presencia de estas lesiones obliga, de entrada, a solicitar

estudios serológicos a los pacientes3, y son un marcador de progresión de

enfermedad4 VIH indicando que posiblemente el paciente tenga unas cifras de CD4

inferiores a 200 células/mm35 y requiera de la introducción de profilaxis de otras

infecciones oportunistas.

En el amplio estudio italiano citado previamente, Barone et al demostraron

que, dentro del espectro de enfermedad orofaríngea, la candidiasis oral era la

infección más frecuente seguida de la leucoplasia vellosa oral. En otro interesante

estudio6, la aparición de lesiones de leucoplasia vellosa oral y candidiasis resultó

ser mayor en varones (22% y 24%, respectivamente) que en mujeres (9% y 13%,

respectivamente) durante el periodo de estudio. Además, la leucoplasia vellosa oral

fue 2,5 veces más frecuente en los hombres que en las mujeres, variando también

su incidencia según el control del nivel de CD4, la raza y el uso de drogas por vía

parenteral

La incidencia de estas lesiones ha experimentado un cambio favorable tras

el inicio de tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) para la infección

por VIH7,8,9,10,11. Esta terapia, ha provocado grandes variaciones de incidencia no

sólo entre entre sexos y razas y distintos colectivos, sino incluso entre diferentes

culturas y países12,13. Por ello, en el futuro, sería bueno que las consideraciones

realizadas según cada zona geográfica sobre las enfermedades mucocutáneas

relacionadas, fueran incluidas en las guías y clasificaciones de la infección

VIH/SIDA14. En definitiva, la cavidad oral es muy importante en el abordaje de

cualquier paciente, no exclusivamente de los pacientes con VIH/SIDA. Es un signo

de alarma frente a una presunta infección no conocida, sobre todo en lesiones

bastante específicas de la infección por VIH/SIDA. Así, la candidiasis oral15,16 es un

marcador de la infección por VIH, además de traducir la presencia de infecciones

oportunistas como neumonía por P. jiroveci o tuberculosis17. Otras entidades,

algunas de ellas son de diagnóstico visual y de fácil acercamiento, como la

leucoplasia vellosa oral, el sarcoma de Kaposi18,19, el eritema gingival lineal, la

gingivitis ulcerativa necrotizante, la periodontitis ulcerativa necrotizante y el linfoma

no Hodgkin20 también son características de la infección que nos ocupa.

Con todo lo anterior concluimos que es de suma importancia un examen

exhaustivo de la cavidad oral en pacientes que sufren la infección por VIH o el

SIDA. Igualmente es responsabilidad del equipo de salud oral estar entrenado y

actualizado con el fin de detectar precozmente estas lesiones para tratarlas y así

obtener una pronta mejoría.

2- IMPORTANCIA DE LAS LESIONES ORALES EN LA INFECCION

POR VIH:

El Síndrome de Inmunodeficiencia Humana Adquirida (SIDA), fue descrito

por primera vez en la década de los 80 del siglo pasado y se caracteriza por una

profunda inmunosupresión con diversas particularidades clínicas, incluidas las

infecciones oportunistas, las neoplasias malignas y la degeneración del sistema

nervioso central (SNC)21,22.

Más del 90% de los pacientes con infección por VIH tendrá una

manifestación bucal en el curso de su enfermedad. Actualmente las lesiones orales

tienen un importante valor pronóstico tanto adulto como en el niño

VIH+/SIDA23,24,25,26,27,28,29,30. Se considera que las manifestaciones orales de la

infección VIH son un indicador de inmunosupresión temprana y así como de la

progresión de la enfermedad31,32. Según señala Greenspan (1986), corroborado por

Genco unos años más tarde33, la inmunosupresión y susceptibilidad a infecciones

oportunistas alteran la respuesta de los tejidos blandos bucales, periodonto o encía

y periodonto de inserción, así como la flora bucal. Según ellos, es la primera

expresión clínica de la infección por VIH y pueden encontrarse lesiones orales por

expertos en el 33% de los pacientes infectados asintomáticos,. Además, la

candidiasis y la leucoplasia vellosa constituyen unos marcadores clínicos de la

enfermedad muy valiosos en países pobres donde no existen pruebas de

laboratorio muy confiables para la identificación de la infección34.

El tipo y frecuencia de las lesiones bucales varía con el estadio evolutivo de

la enfermedad y el grado de inmunosupresión35,36,37. En algunos estudios se han

identificado las lesiones bucales como marcadores del deterioro de la respuesta

inmunológica; independientemente del recuento de linfocitos CD4 y del progreso

del SIDA en los pacientes infectados38,39. Un recuento de CD4 menor de 200

células/mm3, una carga viral mayor de 30.000 copias/ml, la presencia de

xerostomía, una pobre higiene oral y el hábito de fumar son factores que

predisponen a la expresión de lesiones en la cavidad oral en estos pacientes40,41.

Los sujetos adultos VIH+/SIDA tratados con TARGA han mostrado una disminución

en la morbi-mortalidad asociada a SIDA42, así como de la prevalencia de lesiones

orales relacionadas con la infección por VIH (LOVIH)43,44 e infecciones

oportunistas45.

Las lesiones orales se dividen en infecciones (micóticas, virales y

bacterianas), neoplasias (como el sarcoma de Kaposi) y otras presentaciones no

específicas como ulceraciones aftosas y enfermedades de las glándulas salivales.

Todas ellas pueden causar en los pacientes dolor e incomodidad, pérdida del gusto

y xerostomía, llevando a una disminución de la calidad de vida, y en algunos casos

pueden amenazar la vida46,47. El espectro de las manifestaciones orales de la

infección por VIH depende del estado de inmunosupresión, la vía de contagio y

algunos factores étnicos, geográficos, sociales y demográficos.

La prevalencia global de las manifestaciones orales de la enfermedad VIH

ha cambiado desde que se utiliza de la Terapia Antirretroviral Altamente Activa

(TARGA o HAART: Highly Active Antiretroviral Therapy). Con esta terapia se ha

observado una reducción significativa de algunas lesiones como la Leucoplasia

Vellosa Oral y la Periodontitis Ulcerativa Necrotizante o Gingivitis

Ulceronecrotizante Aguda (GUN) entre otras, sin observarse una reducción de la

incidencia de Candidiasis Oral, Ulceras Orales o del Sarcoma de Kaposi e incluso

hubo un incremento en las enfermedades de las glándulas salivales. Otros

estudios, muestran un marcado incremento de la incidencia de verrugas orales

(papilomas) en pacientes tratados con inhibidores de las proteasas48 y de

papilomas, condilomas e hiperplasia epitelial focal49 por virus del papiloma humano

(HPV), en pacientes tratados con HAART50. En los niños con el VIH que recibieron

TARGA51.no se han observado cambios relevantes en el número de lesiones

orales.

El tratamiento específico de las enfermedades orales asociadas con la

enfermedad VIH se ha utilizado muy poco. El AIDS Cost and Utilization Study

(Estudio de Utilización y Costos en SIDA) sobre 1424 adultos, reveló que

solamente un 9.1% del tratamiento empleado tenía como objetivo la curación o

mejoría de estas manifestaciones orales, dato que contrasta con la gran

prevalencia de dichas lesiones. También en este estudio y tras el ajuste del

recuento de CD4 y otras variables, se observó que los Afro-Americanos e Hispanos

tuvieron menos oportunidad de recibir tratamiento. La oportunidad de recibir

tratamiento de las enfermedades orales pedendía del nivel educativo, la realización

de pruebas clínicas y la utilización de los servicios de salud52.

La habilidad para diferenciar una lesión de otra, y tratar las

manifestaciones más orales comunes es fundamental en el cuidado general en

esta población de pacientes. Los siguientes epígrafes tratarán de plasmar los

detalles más importantes sobre las manifestaciones orales más comunes

asociaciadas con la infección VIH.

En 1999, la Organización Panamericana de la Salud, el Grupo de

Clasificación del Centro para Control y Prevención de Enfermedades de los

Estados Unidos (CDC), Clearinghouse en problemas Bucales relacionados con la

infección VIH, el Programa Regional del VIH (RPHIV) y el Centro de Colaboración

de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre manifestaciones bucales del

VIH, actualizó la clasificación de las lesiones bucales en la infección VIH/SIDA.

Dicha clasificación se expone a continuación53.

3- CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES OROFARINGEAS

ASOCIADAS A INFECCIÓN POR VIH

La primera clasificación, propuesta por Pindborg54, de las manifestaciones

orales asociadas a la infección por el VIH fue etiológica, clasificándolas en tres

grupos: las causadas por microorganismos (bacterias, virus y hongos), las lesiones

de origen neoplásico y otras alteraciones. En 1991, se propuso una nueva

clasificación separando las lesiones en adultos y en niños, que fue modificada en

199355 por el Instituto de Problemas Orales relacionados con la infección por el

VIH de la Comunidad Económica Europea (CEE) y el Centro de Colaboración en

Manifestaciones Orales del VIH de la OMS. Estas clasificaciones siguen teniendo

cierta vigencia y permiten agrupar las manifestaciones orales de la infección por el

VIH según su etiología y tratamiento, tanto para adultos como para niños56,57 tal

como se muestra en las tablas 1 y 2.

Se consideran siete lesiones cardinales de la cavidad oral: candidiasis oral,

leucoplasia vellosa oral (LVO), sarcoma de Kaposi, linfoma de Hodgkin, eritema

gingival lineal, gingivitis ulcerativa necrotizante y periodontitis ulcerativa

necrotizante. Todas ellas se encuentran fuertemente asociadas con la infección por

el VIH y han sido identificadas y aceptadas internacionalmente, puesto que están

presentes en más del 50% de los pacientes VIH positivos y en más del 80% de los

diagnósticados de SIDA. A continuación se desarrolla cada una de estas

afecciones orales, más frecuentemente encontradas en los pacientes VIH.

4- INFECCIONES

Las infecciones orofaríngeas pueden clasificarse en:

4.1. INFECCIONES FUNGICAS

Los síntomas generales de las aftas micóticas incluyen: sensación dolorosa,

de ardor en la boca o la garganta, disgeusia (especialmente con alimentos picantes

o dulces) y disfagia.

4.1.1. CANDIDIASIS OROFARINGEA

La Candidiasis Orofaríngea es la infección micótica más común asociada a

la infección VIH. Se manifiesta en forma de manchas o parches de un color blanco

o rojo-rosáceo en la lengua, las encías, las paredes laterales o superior de la boca

y la pared posterior de la garganta. Las cuatro formas de Candidiasis Oral

observadas más frecuentemente son: la Candidiasis Pseudomembranosa, la

Candidiasis Hiperplásica, la Candidiasis Eritematosa y la Queilitis Angular.

Candidiasis Pseudomembranosa (CP): Se presenta como placas blancas

con apariencia de cuajada o requesón en la mucosa bucal, lengua y otras

superficies mucosas (figura 1); y cuando se raspan dejan una superficie roja o

sangrante. Se localizan en cualquier parte de la mucosa oral. Pueden ser

asintomáticas o producir sensación de quemazón y dolor. El organismo más

comúnmente involucrado con la presentación de la Candidiasis es la Candida

albicans, sin embargo hay cada vez más datos a favor del incremento en la

incidencia de especies no-albicans58. El diagnóstico de CP se basa en la apariencia

clínica teniendo en cuenta el historial médico del paciente. La preparación de

hidróxido de potasio, el cultivo del hongo o la biopsia pueden ser útiles para

obtener un diagnóstico preciso. En pacientes que llevan tratamientos

antirretrovirales (TARGA/HAART) que contienen inhibidores de la proteasa (IPs) ha

habido un descenso de esta infección. Perece ser que es debidoa los IPs que

disminuyen la virulencia de Candida spp., tal como sucede con la aspartyl

proteasa. A pesar de ello ésta sigue siendo una de las manifestaciones orales más

comunes de la enfermedad VIH. El tratamiento de la CP deberá hacerse mediante

terapia tópica (nistatina, clotrimazol) en los casos leves a moderados y sistémica

(fluconazol) en los casos de moderados a graves. La terapia antimicótica deberá

mantenerse al menos durante 2 semanas para reducir la formación de colonias al

nivel máximo posible y así, prevenir la recurrencia.

Las lesiones de Candidiasis Hiperplásica (CH) consisten en placas blancas

que no se desprenden al raspado y persisten en el tiempo. Se localizan

preferentemente en la mucosa yugal, lengua, labios y es característica la

localización en la zona retrocomisural. Esta entidad puede ser clínicamente

indistinguible de una leucoplasia; sólo el tratamiento antifúngico de prueba, la

práctica de una biopsia teñida con PAS (ácido peryódico de Schiff) o, en algunos

casos, la titulación de anticuerpos confirmarán el diagnóstico. A las formaciones

blanquecinas pueden asociarse zonas eritematosas. Algunos autores hablan de

candidiasis leucoplásica59. Este proceso, de carácter crónico, también requiere

tratamiento antifúngico, que será más eficaz en la medida en que se instaure más

precoz posible.

Candidiasis Eritematosa (CE): se presenta como una lesión sutil roja y plana

en la cara dorsal de la lengua y/o en el paladar blando o duro. En la lengua se

caracteriza por la pérdida de las papilas .Estas lesiones pueden resultar de la

eliminación de la pseudomembrana o ser la forma inicial de la infección por

Candida spp. La CE suele ser sintomática aunque puede presentar sintomatología

similar a la de la forma pseudomembranosa aumentando con el calor. Entonces los

pacientes refieren sensación de ardor o quemazón en la cavidad oral, más cuando

ingieren comidas saladas o picantes o cuando toman bebidas ácidas. El

diagnóstico clínico se basa, al igual que en la CP, en la apariencia de la lesión,

teniendo en cuenta la anamnesis y el estatus viral del paciente. La presencia de

hifas del hongo o blastosporos se puede observar mediante una preparación de

Hidróxido de Potasio. Aunque se considera una de las manifestaciones orales más

comunes asociadas a la enfermedad VIH, frecuentemente no es diagnosticada60.

Esta infección es limitada y sólo requiere terapia antimicótica local.

La presentación clínica como Queilitis Angular (QA), consiste en la aparición

de un eritema o de fisuras de los ángulos de la boca, unilaterales o bilaterales,

generalmente dolorosos (figura 2). La QA puede presentarse con o sin la

presencia de CE o CP. Si no se trata puede persistir un largo período de tiempo. El

tratamiento se realiza con crema antimicótica tópica sobre las áreas afectadas,

cuatro veces al día durante un minimo de 2 semanas.

Ohman y cols. clasificaron las queilitis angulares, tal como se describe en la

tabla 361.

Tabla 3. Clasificación de las queilitis según Ohman

Tipo I Queilitis localizada, con lesión mínima en piel.

Tipo II Queilitis fisurada, con rágades más extensas y profundas que la anterior.

Tipo III Fisuras intensas que se extienden de forma radial desde la comisura hasta la piel.

Tipo IV Queilitis eritematosa que se extiende al borde de los labios; no hay fisuras.

La Glositis Romboidal Media se conoce también con el nombre de glositis

losángica o glositis media candidiásica. Fue descrita por Brocq en 1907 y la puede

presentar el 1% de la población. Consiste en una zona atrófica papilar de forma

elíptica o romboidal, situada en el centro del dorso de la lengua, delante de la “V”

lingual y de color generalmente rojizo, aunque también puede adoptar una forma

hiperplásica62,63. En la mayoría de ocasiones, es asintomática clínicamente,

algunas veces produce molestias como escozor con los alimentos ácidos. Se han

descrito como posibles etiologías la persistencia tras el nacimiento del tubérculo

impar y medio de la lengua, la existencia de un tiroides lingual, o ser secundario a

otro tipo de malformación fetal64. Las lesiones no son distintas en los pacientes con

SIDA.

Cuando progresa la enfermedad VIH y la inmunosupresión es más severa, la

incidencia y severidad de la Candidiasis Orofaríngea se incrementa. La

introducción de azoles orales y más notablemente del fluconazol, ha dado lugar a

una mayor incidencia de la Candida albicans resistente a los azoles, así como a la

aparición de especies no-albicans tales como la Candida glabrata, que es

intrínsecamente resistente a esta clase de antifúngicos65. Esta resistencia se ve

incrementada, a su vez, por el bajo recuento de CD4 y la presencia de especies

no-albicans66,67. Para minimizar el riesgo de resistencia, se debe considerar la

terapia local como de primera línea de tratamiento para los casos iniciales o

recurrentes de Candidiasis Orofaríngea. El método más común para tratar la

candidiasis oral es la utilización de enjuagues, que se hacen circular dentro de la

boca y luego se tragan, o tambien pastillas que se chupan. Las pastillas que se

chupan deben disolverse en la boca antes de tragarlas y no se deben masticar o

tragar enteras ya que pueden causar epigastralgias. Los tres tratamientos más

comunes son: Clotrimazole: son pastillas, se toman cuatro a cinco veces al día,

durante una o dos semanas. Nystatin está disponible en formulación líquida o en

pastillas (para disolver en la boca). La dosis líquida es de 5 ml cuatro veces al día

por una o dos semanas; debe hacerse circular lentamente dentro de la boca,

durante el máximo de tiempo que se pueda (ej.: unos minutos) y luego tragarlo. Las

pastillas deben tomarse chupadas, una o dos, cuatro a cinco veces al día durante 7

a 14 días. Anfotericina B: está disponible en forma líquida para el tratamiento de la

candidiasis oral. La dosis normal es de 100 mg, cuatro veces al día, manteniendolo

en la boca durante el máximo de tiempo posible, y luego se traga.

Para los casos de moderados a severos deberá utilizarse antifúngicos

sistémicos como ketoconazol, itraconazol, o fluconazol. A diferencia de los

anteriores, estos fármacos se tragan inmediatamente, pero tienen más

probabilidades de causar efectos secundarios, que incluyen dolor epigástrico,

diarrea, náuseas e hipertransaminasemia.

Aunque el Eritema Gingival Lineal (EGL) es una enfermedad periodontal y

se tratará con más detalle en el siguiente capítulo, la investigación ha indicado que

puede haber una relación entre la colonización sub-gingival de especies de

Candida y algunas condiciones periodontales relacionadas al VIH, incluyendo el

EGL68. La clasificación más reciente de Enfermedades Periodontales por la

American Academy of Periodontology, agrupa el EGL bajo el tipo "enfermedad

gingival de origen micótico"69. Se presenta como una banda roja a lo largo del

margen gingival, que puede estar o no acompañada por sangrado ocasional e

incomodidad. Aparece más frecuentemente en los dientes anteriores, pero suele

extenderse a los dientes posteriores. Se puede presentar también en la encía

adherida y no adherida como parches parecidos a petequias. El tratamiento para el

EGL deberá incluir el desbridamiento realizado por un odontólogo, seguido por

enjuagues de suspensión de Gluconato de Clorhexidina al 0.12%, dos veces al día

durante 2 semanas; y una muy esmerada higiene oral por parte del paciente.

4.1.2. Otras micosis

En el curso de la enfermedad por el VIH aparecen infecciones por otros

hongos que son patógenos y con una gran tendencia a la diseminación. Entre las

referencias más recientes se encuentran las producidas por Histoplasma

capsulatum, que provoca la histoplasmosis. Clínicamente comienza con síntomas

pulmonares, afecta la piel y la mucosa oral. En ésta produce lesiones nodulares

con tendencia a la ulceración, que son muy dolorosas. El tratamiento más efectivo

es la anfotericina B endovenosa, también se ha ensayado con éxito el uso de

fluconazol e itraconazol70,71,72,73.

También se ha descrito la esporotricosis, causada por el hongo Esporotrix

schenkii. Es excepcional y el diagnóstico exige el cultivo de muestras tomadas de

las lesiones. Estas se inician en la boca y luego progresan al resto de la economía,

lo que dificulta el tratamiento y pueden provocar la muerte del paciente74.

La coccidioidomicosis, causada por el hongo Coccidioides immitis,

aparece en zonas endémicas. Por ejemplo, en un estudio75 realizado en Arizona

donde Coccidioides immitis es endémico, la prevalencia fue de 41 casos por cada

1000 pacientes diagnosticados de SIDA. Todos ellos habían presentado una

candidiasis en el momento del diagnóstico del VIH. Por esta razón se propone el

tratamiento preventivo con fluconazol, a todos los pacientes con menos de 200

CD4/mm3 o bien con antecedentes de candidiasis pseudomembranosa.

La criptococosis es otra micosis sistémica, producida por Criptococcus

neoformans, puede cursar con lesiones ulcerativas de predominio en el paladar.

Las lesiones son importantes ya que pueden llegar a producir una perforación que

alcance los cornetes y tabique nasal, provocando incluso la destrucción de los

senos maxilares76. Se diagnostica por biopsia y detección de antígenos en suero. El

tratamiento más apropiado es el de Anfotericina B endovenosa junto con

fluocitosina77,78 en algunos casos.

La penicilosis está producida por el Penicillium marneffei, y es endémica en

el sudeste asiático, provoca un cuadro febril, con síntomas pulmonares, lesiones

dérmicas (en el 70% de pacientes) y hepatoesplenomegalia. El diagnóstico se

efectúa por hemocultivo, cultivo de médula ósea o de piel. El tratamiento y la

profilaxis secundaria son similares a los de la histoplasmosis.

4.2. INFECCIONES BACTERIANAS

La Enfermedad Periodontal Crónica del adulto se presenta frecuentemente

en pacientes afectos de la infección por VIH. Clínicamente se caracteriza por dolor

severo, halitosis marcada, hemorragia espontánea, papilas gingivales ulceradas,

necrosis de la encía marginal y pérdida rápida de los tejidos de soporte (huesos y

tejidos blandos) (figura 3). Los pacientes a menudo se refieren a ese dolor como

"dolor profundo de la mandíbula". El paciente se debe remitir precozmente al

odontólogo para que este efectúe una remoción de la placa dental, cálculos y tejido

blando necrotizado; utilizando lavados de gluconato de clorhexidina al 0.12% o

yodo povidona al 10%. Asimismo se deberá iniciar una terapia antibiótica efectiva

frente a microorganismos gram-negativos y anaerobios, como metronidazol o

amoxicilina-clavulánico. El equipo médico deberá cuidar el manejo del dolor,

suplementos nutricionales y enfatizar la importancia de la higiene oral.

Las tres presentaciones más frecuentes de la enfermedad periodontal en

esta población son: el Eritema Gingival Lineal (EGL), la Gingivitis Ulcerativa

Necrotizante (GUN) y la Periodontitis Ulcerativa Necrotizante (PUN). Estas

entidades serán tratadas con mayor profundidad en el siguiente capítulo

correspondiente a las manifestaciones dentales.

4.3. INFECCIONES VIRICAS

La presencia de las lesiones ulcerosas de origen desconocido y de larga

evolución se debe en muchas ocasiones a infecciones virales. Las localizaciones

más frecuentes son: mucosa labial y bucal (27%), lengua (25%) y encía (18%). El

tamaño medio de las lesiones no supera los 2 cm y la duración de las lesiones es

de aproximadamente 6 semanas. Los agentes infectivos implicados en estas

lesiones son: citomegalovirus exclusivamente (53%), citomegalovirus y virus del

herpes simple (28%) y virus del herpes simple (19%) (233-235).

4.3.1. Virus Epstein-Barr

La Leucoplasia Vellosa Oral (LVO) es causada por el virus de Epstein-Barr

(VEB) y se presenta como una lesión blanquecina, rugosa, generalmente

localizada en los bordes laterales de la lengua. A veces se desarrollan a lo largo

del interior de la mejilla o en la parte superior o inferior de la lengua. Su visión a

gran aumento muestra pliegues verticales o vellosidades, que al ser estimulados

por aire presentan movimiento: También es posible que estas placas no se

presenten con vellosidades y no contengan protuberancias o pliegues perceptibles.

Esto constituye un signo clínico de situación avanzada de la infección por VIH, y

en ocasiones puede llegar a tener un aspecto parecido a las aftas o a la candidiasis

oral. Sin embargo, a diferencia de ésta última, las lesiones de LVO no se

desprenden con el raspado de la lesión.

La LVO está considerada como una enfermedad benigna, ya que raramente

provoca problemas físicos serios y no causa complicaciones graves. Es importante

mencionar que la LVO puede afectar a aquellos individuos con un sistema

inmunológico sano, incluso a quienes no están infectados por el VIH. La infección

latente por el VEB es muy frecuente, sin embargo sólo algunas personas, incluidas

aquellas con un sistema inmunológico debilitado, desarrollan esta enfermedad.

Más del 25% de las personas VIH positivas desarrolla LVO en algún momento

durante el curso de la infección. Es una de las primeras infecciones oportunistas

que aparecen en las personas VIH positivas, siendo más común entre los VIH

positivos varones fumadores. Puede aparecer con cualquier recuento de linfocitos

CD4. Si bien hay personas VIH positivas con más de 500 CD4/ml que desarrollaron

LVO, es más frecuente en aquellos con recuentos de linfocitos T-CD4 menores a

200 cel/ml.

Por lo general, las lesiones de LVO no causan molestias ni alteran el sabor

de la comida o de los líquidos. Por lo tanto, es posible que muchas personas no

sepan que tienen LVO a menos que se examinen la lengua o el interior de la boca

para localizar las placas. En algunos casos, la LVO puede ocasionar un dolor leve,

alteraciones en el gusto y agudizar la sensibilidad a las temperaturas de los

alimentos

Los estudios han mostrado una reducción significativa en la incidencia de

LVO en la era HAART79. Esta condición es normalmente asintomática y no requiere

tratamiento a menos que haya compromiso estético grave. Los pacientes que

presentan esta patología durante el tratamiento con TARGA, pueden estar

experimentando un fallo terapéutico en su actual régimen antirretroviral. En los

casos en que se realiza tratamiento, se emplean antivirales como el aciclovir, en

ocasiones combinado con podofilina, aunque la tasa de recidiva es muy alta.

En la figura 4 se puede observar el aspecto que presenta la LVO en la

lengua.

4.3.2. Virus Herpes Simple

Existen dos tipos de virus del herpes simple: 1 y 2. El tipo 1 está relacionado

principalmente con la gingivoestomatitis herpética y la faringitis herpética primaria,

como formas de primoinfección, y con las lesiones herpéticas recurrentes en el

labio y las regiones intra y periorales. El tipo 2 se circunscribe habitualmente

(aunque no exclusivamente) a infecciones en el área genital. En pacientes VIH +,

homo- o bisexuales, pueden encontrarse lesiones en las zonas oral y genital, y

pueden aislarse indistintamente ambos tipos de virus80. Estos virus tienen una gran

apetencia por infectar estructuras procedentes del ectodermo (piel, mucosas y

sistema nervioso, sobre todo periférico). Una vez establecido el contagio y

provocada la infección primaria, alcanzan las terminales de los nervios sensitivos y,

por transporte retrógrado, el núcleo de las células ganglionares donde se establece

la latencia viral. Ello posibilita reactivaciones posteriores, que provocan la

enfermedad recurrente81.

Otras entidades patológicas que han sido relacionadas con títulos altos de

anticuerpos anti-VHS han sido algunas parálisis de pares craneales, eritema

multiforme, síndrome de Behçet, aftas recurrentes, carcinoma oral y sarcoma de

Kaposi82,83.

La infección por VHS-1 es muy frecuente como manifestacion oral por

herpes en pacientes con infección por VIH. El 17% de la población de Estados

Unidos de más de 12 años sufre una lesión herpética oral al año. Se ha

demostrado que las personas con SIDA infectadas por el VHS-1 también tienen

aumentado el número de viriones VHS-1/VIH, tanto en el interior de los macrófagos

como de las células de Langerhans. Ello significa un aumento en el número de

viriones infectantes maduros, lo cual adquiere importancia en la transmisión

transcutánea del virus84. La depresión linfocitaria y de las células citotóxicas

presentes en los pacientes VIH+, hacen que las infecciones por los virus del herpes

sean más frecuentes, persistentes y severas. Así, en estos pacientes, al presentar

la denominada Gingivoestomatitis herpética primaria, la aparición de la úlcera

suele ser inmediata a la formación de la vesícula, lo que condiciona formas muy

floridas e incluso atípicas. Son lesiones que superan en muchos casos los 3 cm. de

diámetro, que posteriormente adquieren una forma de cráter, con fisuras, bordes

irregulares y una zona central cubierta de un exudado blanco-grisáceo coagulado.

Si existen varias lesiones, éstas pueden coalescer, ser más duraderas y con

tendencia a la diseminación, local y sistémica, y todo ello en proporción al estado

inmunitario del paciente85.

El herpes simple intraoral recurrente (Infección herpética recurrente)

comienza como una pequeña aglomeración de vesículas que se rompen para

producir pequeñas y dolorosas ulceraciones que pueden coalescer formando

placas. Suele presentarse a nivel de los labios, paladar y encías. Aunque estas

ulceraciones herpéticas son a menudo autolimitadas y recurrentes confieren peor

pronóstico al paciente La aparición de úlceras de larga evolución, aún sin un

componente aparentemente herpético, debe hacer pensar en esta causa como

origen del proceso86.

El diagnóstico es clínico. En formas atípicas debe realizarse el

citodiagnóstico de Tzank. Consiste en el estudio microscópico del raspado de las

bases de las lesiones teñido con Giemsa así pueden observarse células

multinucleadas que contienen cuerpos de inclusión eosinófilos y fenómenos

degenerativos balonizantes que son las lesiones citopáticas que produce el virus87.

Otras alternativas diagnósticas son el cultivo viral del contenido vesicular, las

pruebas de anticuerpos monoclonales y de fluorescencia, la biopsia y otras

técnicas histoquímicas.

El tratamiento se basa en la administración, por vía tópica o sistémica, de

antivirales derivados de nucleósidos que interfieren en la síntesis de ADN viral; el

más utilizado es el aciclovir88,89. La infección celular por el virus del herpes provoca

la inducción de una timidincinasa viral, que fosforila el aciclovir a una forma

monofosfato. Enzimas intracelulares convierten este monofosfato en trifosfato de

aciclovir, que constituye un potente inhibidor específico del enzima ADN

polimerasa, evitando la posterior síntesis del ADN vírico. No afecta los procesos

celulares normales, lo que supone una baja toxicidad celular; asimismo, se

distribuye bien por todos los compartimentos orgánicos y es capaz de atravesar la

barrera hematoencefálica. La vía de administración de este producto varía según la

zona y la gravedad del proceso. Así en formas cutáneas no diseminadas, la crema

de aciclovir al 5%, utilizada cinco o seis veces al día, es efectiva. En casos más

diseminados y sin insuficiencia renal concomitante, la administración de 200mg/4-

6h por vía oral es suficiente para controlar el proceso. Inicialmente las lesiones

responden al tratamiento, pero posteriomente pueden presentar resistencias. En

casos de lesiones sistémicas graves, puede utilizarse la infusión intravenosa.

El aciclovir tiene escasa toxicidad. A pesar de ello, puede provocar

erupciones cutáneas, alteraciones gastrointestinales como náuseas, vómitos,

diarreas, dolores abdominales o reacciones neurológicas reversibles, como

temblores; todos estos síntomas desaparecen al suprimir el tratamiento. Se ha

comprobado el desarrollo de resistencias. In vitro la causa es la ausencia o la

pérdida de la actividad timidincinasa viral. La vidarabina se propuso como

alternativa en caso de resistencia o intolerancia al aciclovir, pero se comprobó que

producía un efecto neurotóxico, con aparición de parestesias, ataxia y

convulsiones. Otras opciones son el interferón, el ganciclovir o el fosfonoformato

(Foscarnet®). Existen estudios de utilización de formas tópicas de cidofovir, como

alternativa, en resistencias por aciclovir90.

4.3.3. Virus Varicela-Zoster

El Herpes Zoster, como reactivación del virus de la varicela zoster (VVZ),

puede presentarse a lo largo de cualquier rama del nervio trigémino, por lo que es

posible una presentación intraoral o extraoral. Las lesiones externas comienzan

con vesículas que muy pronto se rompen y se convierten en costras. Las lesiones

intraorales comienzan con vesículas que se rompen y se convierten en

ulceraciones orales. Debido a que las dos presentaciones suceden a lo largo del

trayecto del nervio trigémino, la molestia principal del paciente puede ser una

odontalgia de origen desconocido. Las opciones de tratamiento incluyen dosis altas

de aciclovir (800 mg, 5 veces al día durante 7 a 10 días), o famciclovir (500 mg, 3

veces al día durante 7 días).

4.3.4. Citomagalovirus

El CMV es un virus que produce una infección inicial, seguida de un periodo

de latencia como en el resto de Herpesvirus, durante el cual se acantona en el

epitelio bucal, otros epitelios (sobre todo el glandular), así como en macrófagos,

endotelio y linfocitos. Dependiendo de los factores inmunitarios puede sufrir una

reactivación. La infección por citomegalovirus es una de las más comunes en los

pacientes VIH+. La afectación oral en el paciente VIH+91 se produce generalmente

en forma de úlceras grandes, mal delimitadas, profundas, dolorosas y de larga

evolución, denominada generalmente gingivitis ulcerativa. Una localización

menos frecuente es la lingual, ya que la mayoría de casos se ubica en paladar y

encía, tambien pueden afectarse las glándulas salivales, en concreto la parótida92.

El diagnóstico de las lesiones puede sospecharse por la clínica, al fijarse en

la localización y duración. Se debe realizar un cultivo celular, la serología y la

detección de anticuerpos tienen escaso valor. La biopsia puede ser

patognomónica, si se evidencian células con un gran núcleo oval eosinofílico, con

grandes cuerpos de inclusión y un halo citoplasmático periférico (imagen en ojo de

búho). El diagnóstico diferencial hay que establecerlo con aftas mayores, úlceras

herpéticas, úlceras tuberculosas, micosis profunda, linfoma no Hodgkin y

carcinoma espinocelular93,9495.

El tratamiento puede iniciarse con aciclovir tópico y sistémico e incluso con

corticoides tópicos, pero existe una alta resistencia al aciclovir (23%). Ello obliga a

utilizar ganciclovir intravenoso, 10mg/kg/día durante tres semanas, seguido de

5mg/kg/día, como mantenimiento, durante un tiempo indeterminado. Otra opción

terapéutica es el fosfonoformato (Foscarnet®) a dosis de 60mg/kg/8h o

120mg/kg/12h, así como un fármaco derivado del ganciclovir, denominado

valganciclovir. Se han propuesto altas dosis de aciclovir para prevenir la

reactivación del citomegalovirus y, en definitiva, para prevenir todas las infecciones

causadas por la familia Herpesviridae.

4.3.5. Virus del Papiloma Humano

Los virus del Papiloma Humano (VPH) producen infección de células

epiteliales cutáneas y de mucosa plana estratificada, e inducen la aparición de

tumores benignos autolimitados y de algunas lesiones que pueden evolucionar a

carcinomas96. Se transmite por contacto directo y uno de los lugares donde se

localiza es la cavidad oral. Está presente en el 13,5% de individuos sanos. Su

acción patógena en el grupo de pacientes VIH+ incluye las lesiones siguientes97:

- Verruga vulgar (VPH-2)

- Condiloma acuminado (VPH-6, 11, 16)

- Papiloma (VPH-6, 11)

- Hiperplasia epitelial focal o enfermedad de Heck (VPH-13, 32)

Verruga vulgar

Las Verrugas Orales (verrugas vulgares) son consecuencia de la infección

por el VPH-2 y se han reducido drásticamente en la era HAART. Las verrugas

Orales pueden tener apariencia exofítica, pediculada y con una superficie plana

(figura 5). Un reciente estudio observó que el riesgo de verrugas orales aumentaba

en los pacientes VIH con una disminución de logarítmica del ARN viral en los 6

meses anteriores al diagnóstico de VPH; lo cual sugiere que pueden estar, en

parte, relacionadas con la reconstitución inmune. El tratamiento puede implicar el

uso de cirugía, cirugía láser o crioterapia aunque la erradicación es difícil ya que

estas lesiones tienden a recidivar con mucha frecuencia.

Condiloma acuminado

El condiloma acuminado es una lesión generalmente transmitida por vía

sexual, por lo que también se le conoce como verrugas genitales o venéreas.

Como agentes etiológicos se han implicado a varios tipos de virus papiloma

humano (VPH), como son el VPH-6 y 11 más frecuentemente, pero también otros

como el VPH-16 y el 18.

Las lesiones generalmente son clínicamente evidentes en la zona perianal o

en los genitales tras un periodo de incubación de un mes tras el contacto sexual.

También pueden aparecer lesiones en la mucosa oral, en zonas no queratinizadas

como los labios, paladar blando, suelo de la boca y bordes laterales de la lengua.

Las encías raramente están afectas. Algunas de las lesiones orales son

consecuencia de la autoinoculación de las lesiones genitales.

Las lesiones intraorales pueden ser únicas o múltiples y, en general, al

principio son pápulas ligeramente elevadas con un color similar al de la mucosa

normal. Las pápulas tienden a coalescer y formar lesiones de mayor tamaño. Las

lesiones verrucosas también son frecuentes especialmente en los bordes de la

lengua y son, aparentemente, muy semejantes a las verrugas comunes o

papilomas, es decir, con una superficie rugosa y prolongaciones digitiformes. Las

lesiones papilares suelen ser de color blanquecino. El condiloma acuminado es una

infección intraoral frecuente en los pacientes VIH positivos. La distribución de las

lesiones es similar a la observada en pacientes VIH negativo pero el número de

lesiones es mayor en los pacientes con infección por VIH. Las lesiones de mayor

tamaño tienden a interferir con la masticación y, ocasionalmente, la mordedura de

las mismas produce sangrado98.

Las aplicaciones de podofilina tópica utilizadas generalmente para el

tratamiento de las lesiones genitales están contraindicadas para las lesiones orales

debido al alto potencial de intoxicación con este fármaco. Así mientras que las

lesiones de menor tamaño se ablacionan quirúrgicamente, aquellas lesiones

grandes y múltiples se tratan mejor con cirugía láser. De cualquier modo, este

tratamiento sólo debe realizarse cuando las lesiones interfieran con la masticación

o por razones estéticas.

Papilomas

Son hiperplasias epiteliales benignas de larga evolución y crecimiento lento.

Se presentan habitualmente como una masa única, bien delimitada, aunque

también pueden ser múltiples. Son lesiones exofíticas, pediculadas, cuya superficie

presenta proyecciones digitiformes visibles macroscópicamente. Se pueden

encontrar con frecuencia en la boca, sobre todo en la úvula, el paladar, la lengua y

los labios. Su tamaño no suele superar los 10 mm. En los pacientes seropositivos

las lesiones presentan características idénticas a las presentes en los pacientes

inmunocompetentes, a excepción de su aparición, que es más brusca en los

primeros y con un curso evolutivo más corto. El tratamiento es la escisión, sobre

todo de la base de la lesión y la recidiva es poco frecuente.

Hiperplasia epitelial multifocal

La hiperplasia epitelial multifocal es una infección causada por papilomavirus

también denominada Enfermedad de Heck. Actualmente existe la tendencia en

América Latina de llamar a esta enfermedad hiperplasia multifocal del epitelio

(HME).

Se localiza con mayor frecuencia en las mucosas labial, lingual y la mucosa

bucal. Clínicamente se caracteriza por presentar lesiones múltiples, solo en raras

ocasiones son únicas99,100,101,102 y asintomáticas. Suelen ser elevaciones

redondeadas bien definidas, con la superficie lisa del mismo color de la mucosa

que las rodea, de 0.1 y 0.5 cm de diámetro, a vaces, de varios centímetros por la

confluencia de varios nódulos más pequeños. Mas raramente pueden ser rugosas,

con aspecto papilomatoide y confundirse con papilomas. Son de crecimiento lento

y no se ha observado transformación neoplásica maligna. Es muy característico

que las lesiones recidiven de modo que cuando se estira la lesión, ésta tiende a

desaparecer y al disminuir la tensión, la lesión reaparece. Esta enfermedad tiene

preferencia por afectar a la población infantil, ocasionalmente a los adultos con

predilección por las mujeres 103,104. Es bien conocido que las lesiones se observan

asociadas a la presencia de los virus papiloma humano (VPH) tipos 13 y 32.

Estudios inmuhistoquímicos y de hibridización in situ demostraron la presencia de

dichos tipos de VPH105,106,107,108,109. Algunos artículos revelaron la presencia de

VPH-16, VPH-11110 y un tipo de VPH relacionado con el VPH-11, VPH-1111 y VPH-

6112. Otros factores asociados que se han publicado son: la presencia de un gen

recesivo, irritación por corrientes galvánicas asociadas a amalgamas dentales,

costumbre de masticar tabaco y la falta de vitamina K.

El hecho de que la mayor parte de los pacientes tuvieran, al menos, uno de

sus familiares cercanos con lesiones parecidas, hizo pensar a algunos autores que

se trataba de una enfermedad de carácter hereditario113,114,115. Recientemente, se

propuso que su transmisión familiar es directa a través de utensilios de uso común,

como lo son los cubiertos para la comida. Su prevalencia es muy variada según los

diferentes autores, desde el 0,06% hasta el 33,8%116 de las poblaciones

estudiadas.

Los niños resultan afectados con mayor frecuencia y para este hecho no se tiene

una explicación concreta, aunque es posible que la infección sea más frecuente en

la infancia por el menor desarrollo de la inmunidad en esta etapa de la vida. Con el

desarrollo completo del sistema inmune y la adquisición de elementos del sistema

inmunitario capaces de reconocer y atacar a estos virus las lesiones se

desvanecen hasta casi desaparecer, de manera que, en la mayor parte de los

casos no se observan lesiones en los individuos adultos. También hay que tener en

cuente que la mayor parte de los pacientes viven en condiciones de pobreza, mala

higiene y desnutrición.

El consenso general es que el carácter autolimitado y asintomático de las

lesiones no recomienda su tratamiento ya que los nódulos desaparecerán

conforme crezca el niño. Se deberán extirpar (por medio de la cirugía) solamente

las lesiones que se encuentren en zonas de traumatismo intenso. En los pacientes

seropositivos, son más frecuentes la recurrencia y la tendencia a la

diseminación117. Por ello, en estos casos, el tratamiento es la extirpación de las

lesiones o la aplicación de nitrógeno líquido118 (el uso de la crioterapia a base de la

aplicación local de nitrógeno líquido da muy buenos resultados). Archard y

colaboradores sugirieron la administración de sulfamidas y vitamina A.

4.3.6. Poxvirus

Se trata de un virus productor de una lesión clínica cutánea denominada

molusco contagioso (Molluscum contagiosum). En la piel produce pequeñas

pápulas umbilicadas que en los niños son más frecuentes en el tronco y las

extremidades. El contagio suele ocurrir por contacto cutáneo y su periodo de

incubación varía entre 14 y 50 días. Como todos los agentes que describimos en

este capítulo, las lesiones también pueden localizarse en la zona perioral.

En los pacientes VIH+, las lesiones son más extensas, siendo frecuente la

afectación oral-perioral119,120. El diagnóstico es clínico-patológico, con una

histología característica, en la que se encuentran los cuerpos de inclusión

intracitoplásmicos basofílicos. En pacientes inmunocompetentes el proceso se

autolimita; en inmunodeprimidos, se trata con la escisión con cucharilla, así como

la aplicación de retinol o interferón intralesional.

5- NEOPLASIAS

5.1. Sarcoma de Kaposi

El sarcoma de Kaposi (SK) es la neoplasia más frecuente en pacientes con

SIDA. Fue descrito por primera vez en 1872 por el dermatólogo húngaro Moritz

Kaposi. En sus inicios y hasta la reciente aparición de la enfermedad epidémica del

virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el SK era un tumor muy poco frecuente.

La mayoría de los casos descritos inicialmente, tanto en Europa como en América

del Norte, aparecieron en varones ancianos de ascendencia italiana o judía de

Europa oriental. Más adelante se confirmó la presencia de esta neoplasia en otros

grupos específicos de la población, a saber: varones jóvenes, adultos de raza

negra de origen africano, niños preadolescentes, receptores de un trasplante, y

otros pacientes en tratamiento inmunosupresor.

Existen diversas formas de presentación de dicha neoplasia, dependiendo

de la situación basal del paciente: la forma clásica, la africana, la relacionada con

trasplantes y el denominado sarcoma de Kaposi epidémico asociado a la

enfermedad del VIH (diseminado y fulminante). Además, el SK ha sido identificado

en varones homosexuales no infectados por el VIH121. Pese a que la histopatología

de los diferentes tipos de tumor es esencialmente idéntica en todos los grupos, sus

manifestaciones clínicas y el curso de la enfermedad difieren de manera

espectacular122.

El trastorno adquirido de la inmunidad celular que caracteriza la enfermedad

del VIH y la mala inmunorregulación subyacente predisponen al huésped a una

variedad de infecciones oportunistas y neoplasias inusuales, y especialmente al

SK. El mismo VIH desempeña una función indirecta en el desarrollo del SK123. Para

el desarrollo del SK se requiere una compleja interacción de citoquinas y factores

de crecimiento celular en los tejidos afectos. Los pacientes seropositivos, en

respuesta a la infección por VIH, producen una gran variedad de citoquinas

inmunoestimuladoras que favorecen la proliferación del tumor. También se cree

que la proteína “Tat” (de transactivación) del mismo VIH, es otro factor promotor del

SK. Todo ello explica porqué esta enfermedad es particularmente agresiva cuando

está asociada a la infección por VIH. Sin embargo, no es suficiente explicación

para su comportamiento epidemiológico, ya que si el SK estuviera causado sólo

por disregulaciones celulares, lo sufriría un porcentaje mucho mayor de pacientes

seropositivos.

Una clave importante para descifrar el enigma de la patogénesis del

sarcoma de Kaposi fue el descubrimiento en 1994 del virus herpes humano tipo 8

(VHH-8), conocido también como virus herpes del sarcoma de Kaposi o virus

herpes gamma124. El VHH-8 fue identificado tanto en la saliva como en las biopsias

de los tejidos afectos de SK clásico, africano, relacionado con un trasplante o

asociado con el SIDA. Sin embargo, no fue hallado en tejidos no afectados por

dicha neoplasia125,126,127,128.

5.1.1. Sarcoma de Kaposi epidémico

En 1981, se observó por primera vez una forma fulminante y diseminada de

SK en varones jóvenes homosexuales o bisexuales formando parte de la epidemia

que ahora se conoce como SIDA129. Aproximadamente 95% de todos los casos de

SK epidémico en los Estados Unidos se han diagnosticado en varones

homosexuales o bisexuales, con una edad media de 39 años. En el pasado,

aproximadamente 26% de todos los varones homosexuales con la enfermedad del

VIH presentaron SK o desarrollaron SK a lo largo del curso de su enfermedad. Sin

embargo, menos del 3% de los heterosexuales usuarios de drogas intravenosas

con enfermedad del VIH lo desarrollaron. La proporción de pacientes con

enfermedad por VIH afectos de SK ha disminuido constantemente desde que se

identificó por primera vez130. En 1981 cerca del 48% de los pacientes de SIDA

tenían SK como forma de presentación. En agosto de 1987, la proporción

acumulada de pacientes de SIDA con SK había disminuido a menos del 20%.

Diversos autores, en 1995, consideraron la forma oral del SK como la

manifestación inicial en casi un 60% de los pacientes con SIDA131,132.

La introducción de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA, o

HAART por sus siglas en inglés), además de retrasar o evitar la aparición de cepas

de VIH resistentes a los fármacos y disminuir enormemente la carga viral, conduce

a una supervivencia más larga y reduce el riesgo de aparición de infecciones

oportunistas133,. El empleo del TARGA está claramente relacionado con la

tendencia descendente (12%) de la incidencia del SK como enfermedad que define

el SIDA.

5.1.2. Clínica

El SK epidémico, al inicio de la enfermedad, se caracteriza generalmente

por lesiones multifocales diseminadas134 que pueden afectar a la piel, la mucosa

oral, los ganglios linfáticos, y a órganos viscerales como el sistema gastrointestinal,

el pulmón, el hígado y el bazo. Por lo que se refiere a las lesiones cutáneas, se

localizan especialmente en la zona del escote y la punta de la nariz. Los lugares de

presentación del SK epidémico son mucho más variados que los que se ven en los

otros tipos de esta neoplasia. En un informe inicial sobre las manifestaciones

clínicas de la enfermedad en el que se describió a 49 pacientes, ocho por ciento de

ellos no presentó afección de la piel, 27% tenía lesiones localizadas o menos de

cinco lesiones cutáneas y 65% tenía innumerables lesiones cutáneas ampliamente

distribuidas sobre la superficie de la piel. En el primer examen, 61% de los

pacientes presentaron linfadenopatías generalizadas. Cuatro de estos pacientes

con linfadenopatías generalizadas no tenían lesiones cutáneas ni afección

detectable de órganos viscerales en el momento de presentación. En ellos,

mediante una biopsia, se encontró SK localizado en los ganglios linfáticos. En el

45% de los pacientes estudiados, se encontró lesiones en uno o más sitios a lo

largo del sistema gastrointestinal. El 29% de los pacientes, cuando se les vio por

primera vez, tenía fiebre inexplicable o pérdida de peso. Por lo tanto, mientras que

la mayoría de los pacientes presenta enfermedad cutánea, la complicación de SK

en los ganglios linfáticos o en el tracto gastrointestinal ocasionalmente puede

preceder a la aparición de lesiones cutáneas.

Las lesiones orales pueden ocurrir en cualquier superficie mucosa pero

tienen especial predilección por la mucosa palatina y la gingival, seguidas en

frecuencia por los labios y la lengua135. Inicialmente, los sarcomas de la mucosa

oral son planos y de color levemente azulado, rojizo o amoratado (figura 6). Con el

tiempo, las lesiones se decoloran y desarrollan pápulas superficiales y nódulos

blandos, generalmente menores de 2 cm, que se ulceran con facilidad. Las

lesiones individuales pueden coalescer, formando placas. Simultáneamente

pueden palparse adenopatías cervicales y las glándulas salivares aumentadas de

tamaño. En el contexto de la inmunodepresión que padecen, estos pacientes

suelen asociar candidiasis oral y/o gingivitis relacionada con el VIH, así como

leucoplasia vellosa oral. La variedad hiperplásica (nodular) del SK suele

localizarse, sobretodo, en las encías y la lengua provocando, en ocasiones, el

sangrado de la mucosa. En los pacientes infectados por VIH, el SK oral también

puede desarrollarse sobre lesiones o enfermedades periodontales

preexistentes136,137.

El SK, además de contribuir de un modo importante a la mortalidad de los

pacientes con SIDA, es un problema social importante ya que son lesiones visibles

que se consideran como un estigma del SIDA.

La calidad de vida de estos pacientes puede verse afectada de diferentes

modos: las lesiones en la cavidad oral dolorosas o voluminosas, así como el

edema asociado, dificultan el habla, la masticación y la deglución, mientras que las

lesiones en la cara pueden causar desfiguración y acrecentar el aislamiento social.

En cambio, la mayoría de los pacientes con enfermedad del VIH que presentan

lesiones mucocutáneas del SK se sienten saludables y, generalmente, están libres

de síntomas sistémicos a diferencia de los pacientes con enfermedad del VIH que

inicialmente desarrollan otra infección oportunista.

En casi todos los pacientes con SK epidémico localizado, tarde o temprano,

se disemina la enfermedad en ausencia de TARGA. Generalmente la progresión de

la enfermedad se produce de manera ordenada, de unas pocas lesiones

mucocutáneas localizadas o generalizadas a una enfermedad cutánea más

numerosa y extendida con afectación de los ganglios linfáticos, el sistema

gastrointestinal y otros órganos. El SK pleuropulmonar es un signo fatídico que

ocurre por lo general al final del curso de la enfermedad, especialmente en

aquellos pacientes cuya muerte se atribuye directamente al SK138. Aún con todo, la

mayoría de los pacientes con SK epidémico mueren de complicación asociada a

una o más infecciones oportunistas.

5.1.3. Anatomía patológica

El diagnóstico del SK tras la observación clínica, se confirma de manera

definitiva a través de la biopsia del tejido afecto, necesaria para un diagnóstico

definitivo. En las lesiones iniciales (estadio parcheado), el SK se caracteriza por la

proliferación de pequeñas venas y capilares alrededor de uno o más vasos

dilatados. A menudo se observa un infiltrado inflamatorio mononuclear, que incluye

mastocitos, con eritrocitos dispersos y depósitos de hemosiderina. Puede haber

una discreta proliferación perivascular de células fusiformes, pero la atipia celular

es mínima.

En fases más avanzadas, las lesiones son nodulares y muestran un

aumento del número de pequeños capilares o dilataciones vasculares intercaladas

con capas proliferantes de células sarcomatosas o células fusiformes atípicas, a

menudo con abundante extravasación de hematíes y depósitos de hemosiderina.

Típicamente, los canales vasculares, con forma de hendidura, no presentan una

capa endotelial visible y están intercalados con las células fusiformes. Las células

aumentan de tamaño y tienen núcleos hipercromáticos con un pleomorfismo

moderado. La actividad mitótica es variable pero generalmente es mínima. La

infiltración por células inflamatorias crónicas es también variable. Los globos

hialinos intra- y extracelulares aparecen con cierta frecuencia en los estadios

iniciales de este tumor, mostrándose como agrupaciones de esferas eosinofílicas

menores que los eritrocitos. Son PAS positivos y resistentes a la diastasa,

representando, probablemente, hematíes destruidos o parcialmente digeridos

(eritrocitos fantasma).

5.1.4. Diagnóstico diferencial

El sarcoma de Kaposi, como lesión proliferativa vascular y fusiforme, puede

confundirse con otras lesiones tumorales de los tejidos blandos, especialmente con

el granuloma piogénico, hemangioma, linfangioma, hemangioendotelioma,

hemangiopericitoma y la angiomatosis bacilar. Es aquí donde más valor tiene la

visión microscópica del tejido tumoral.

5.1.5. Tratamiento

El tratamiento del sarcoma de Kaposi es paliativo y depende de si se localiza

sólo en la piel, o si se ha diseminado a otras partes del cuerpo. En la piel, si

aparecen sólo unas pocas lesiones puede no necesitar tratamiento, aunque debe

considerarse una enfermedad sistémica y evolutiva. La estrategia para un

tratamiento óptimo del sarcoma de Kaposi (SK) incluye, el tratamiento antitumoral,

el tratamiento antirretroviral, la profilaxis contra las infecciones oportunistas y, el

diagnóstico precoz y tratamiento de las infecciones que apartecen en el curso de la

enfermedad. Sin embargo, no hay datos que indiquen que el tratamiento mejore la

supervivencia139.

Se han empleado diversos tratamientos en el SK oral con un resultado

variable. Las lesiones pequeñas o localizadas pueden extirparse quirúrgicamente

con un pequeño margen de tejido normal a su alrededor, mediante la

electrodesecación, la crioterapia de curetaje o excisión quirúrgica. Sin embargo, las

terapias más recientes se han centrado en el uso de la irradiación de baja dosis (en

torno a 2,000 cGy)140,141, la quimioterapia intralesional y las soluciones

esclerosantes. Así, las lesiones del SK localizadas en el paladar han sido tratadas

eficazmente con inyecciones intralesionales de vinblastina142 o empleando

infiltraciones tumorales de un agente esclerosante como el sulfato tetradecilo

sódico al 3% (Sotradecol), con una eficacia comparable143... Lucatorto y Sapp144

propusieron este tratamiento para aquellas lesiones de un tamaño inferior a 2,6 cm

de diámetro, causando cierto grado de ulceración de las lesiones y posterior

cicatrización sin recurrencia posterior. Con la radioterapia la mayoría de las

lesiones retroceden aunque pueden recidivar en 4-6 meses.

En caso de lesiones múltiples o de gran tamaño, la quimioterapia sistémica

es efectiva en la mayoría de los casos145,146. Aunque se dispone de una gran

variedad de regímenes de fármacos solos o en combinación, la norma actual para

la terapia de primera línea es la antraciclina liposómica (doxorubicina o

daunorubicina). La encapsulación liposómica prolonga el período de circulación de

las antraciclinas, aumenta la concentración del fármaco en el tumor y modifica el

perfil de los efectos tóxicos147. Algunos ensayos aleatorizados llevados a cabo en

varias instituciones, han mostrado una mejora en la tasa de respuesta (45%-60%

versus 20%-25%) y un perfil más favorable de efectos tóxicos para la doxorubicina

liposomal pegilada en comparación con la combinación de doxorubicina,

bleomicina y vincristina (ABV) o de bleomicina y vincristina (BV)148,149,150. Otro

agente que dio como resultado una tasa de respuesta de un 50%, fue el Paclitaxel

(Taxol) en un estudio de fase II151. Los interferones alfa también se han estudiado

ampliamente, dando como resultado una tasa de respuesta objetiva de 40% en

pacientes con SK epidémico152,153. Hoy en día se administra el interferón en

combinación con otros fármacos contra el VIH, obteniendo una respuesta lenta y

alcanzando su efecto máximo a partir de los 6 meses. Varios ensayos han

combinado el interferón alfa con otros agentes quimioterapéuticos y, en general, no

han mostrado ningún beneficio de las combinaciones del interferón con

quimioterapia en comparación con las actividades de un solo agente.

Probablemente no deba usarse en el tratamiento del SK sintomático de progreso

rápido.

En resumen, habitualmente el tratamiento de elección en todos los pacientes

con SK es el inicio del TRAGA. En los pacientes más estables inicialmente puede

ser suficiente la terapia local al igual que en los pacientes que presentan escasas

lesiones con alto componente cosmético. En estos casos la radioterapia puede ser

una elección razonable. El interferón y su combinación con antivirales se pueden

considerar en pacientes con lenta evolución del SK o mínimamente sintomáticos.

La quimioterapia se debe considerar para los pacientes que presentan una rápida

evolución, con afectación amenazante de la vida, afectación pulmonar o linfedema

severo. La quimioterapia liposomial puede ser una alternativa válida y menos tóxica

que la sistémica. En los casos en que exista una recaida después de la

quimioterapia, el Paclitaxel es una alternativa a considerar. Los pacientes con

mielosupresión, además del TARGA, deben recibir factores estimulantes de

colonias y se debe recomendar profilaxis para las principales infecciones

oportunistas.

5.2. Linfomas

El Linfoma es la segunda neoplasia más frecuentemente encontrada en

pacientes VIH positivo. Esta condición definitoria de SIDA que, ocasionalmente se

presenta en la cavidad oral, suele localizarse más frecuentemente en el sistema

nervioso central. La lesión oral tiende a presentarse como una masa exofítica, que

rápidamente se ulcera, siendo grande y dolorosa cuando se sitúa en el paladar o el

tejido gingival. El aspecto de esta masa puede ser eritematoso o amoratado con

una consistencia gomosa. Las glándulas salivales y los ganglios linfáticos

regionales pueden ser las estructuras más afectadas, siendo en ocasiones la

primera manifestación. En algunos casos se desarrolla sobre una enfermedad

periodontal pre-existente como la periodontitis ulcerativa necrosante. Por ello, en

caso de que la periodontitis no responda al tratamiento es importante realizar una

biopsia de la lesión para descartar la existencia de un LNH asociado.

La mayoría de linfomas son de tipo no Hodgkin de alto grado de malignidad

y de localización predominante extraganglionar. Suelen ser de células B, con

subtipos histológicos muy poco diferenciados y de comportamiento agresivo y

pobre respuesta al tratamiento. En pacientes con SIDA, alrededor de un 5% de los

LNH extraganglionares son intraorales. Se ha estimado que casi el 100% de los

LNH asociados al VIH contienen virus Epstein-Barr. El riesgo de linfomas en

pacientes con SIDA es 10 a 15 veces superior al que presenta la población sana de

la misma edad y 1000 veces más alta para linfomas específicos, como el de Burkitt,

que constituye el 25% de los casos de linfomas asociados al SIDA154. Se ha

calculado que entre un 4-10% de los pacientes con SIDA desarrollarán un linfoma

durante el curso de la enfermedad. Sin embargo, dicha cifra es cuestionable

actualmente ya que la eficacia de la TARGA permite una disminución de la

incidencia del proceso, así como una mejoría en la supervivencia si aparece el

linfoma155,156. Las clasificaciones de este proceso son muy complejas, puesto que

deben referirse el tipo histológico, que no suele ser puro sino una mezcla de varios

tipos. En la tabla 4 exponemos la clasificación de Kiel (citada por Wolvius)157, para

encuadrar los diferentes tipos de linfomas no Hodgkin.

LINFOMAS DE BAJO GRADO DE MALIGNIDAD 1. Linfocítico (Leucemia crónica linfocítica, leucemia prolinfocítica, tricoleucemia)

2. Linfoplasmablástico

3. Plasmablástico

4. Centroblástico- centrocítico

5. Monolítico

LINFOMAS DE ALTO GRADO DE MALIGNIDAD 1. Centroblástico (monomórfico, polimórfico, multilobulado, centrocitoide)

2. Inmunoblástico

3. Linfoma de Burkitt

4. Anaplásico de células grandes

5. Linfoblástico

6. Otros tipos

Tabla 4. Clasificación de Kiel de los linfomas no Hodgkin de células B

De todas las formas descritas en la clasificación de Kiel tienen especial

preponderancia por su frecuencia, los linfomas plasmablásticos. Esta entidad, que

se notificó por primera vez en pacientes con VIH, en 1997158, ha incrementado su

prevalencia desde entonces, llegándose a diagnosticar como lesión primaria en la

cavidad oral. Este caso requiere un diagnóstico diferencial histopatológico con el

SK, ya que tiene una predilección especial por el paladar y la encía adherida. La

rápida progresión y diseminación a las cadenas ganglionares loco-regionales y la

ausencia de VHH-8 como factor implicado en su génesis pueden orientar el

proceso159,160.

En el linfoma de Burkitt, se ha implicado el virus de Epstein-Barr como

posible cofactor en la génesis de este tumor. Se postula que la inmunosupresión

provocada por el VIH puede producir una expresión de los clones en las células B,

transformadas por el VEB, seguido de traslocaciones de genes. Ello degeneraría

hasta la formación de un tumor, gracias a la inmunosupresión concomitante y

especialmente a la disfunción linfocitaria161.

En general, los lugares más frecuentes de asentamiento de linfomas en la

cavidad oral son la mucosa gingival, vestibular y palatina, con afectación frecuente

del hueso maxilar inferior. Las lesiones en boca consisten en una tumefacción, con

cierta tendencia a la ulceración. Debe realizarse diagnóstico diferencial con

abscesos dentarios, sarcoma de Kaposi, o úlceras de otro origen. Tienen tendencia

a la diseminación, tanto local como a distancia, lo que supone muy mal pronóstico.

La supervivencia corta desde el momento del diagnóstico, de modo que en la

mayoría de casos no supera los 3 meses. Se requiere una biopsia para el

diagnóstico definitivo. El tratamiento es complicado, debido a la inmunodeficiencia

subyacente y a la frecuente aparición de infecciones oportunistas concomitantes.

Estos pacientes deben ser remitidos a un Especialista en Oncologia para su

tratamiento. Se suele recurrir a la radioterapia, quimioterapia o la combinación de

ambas. Actualmente se propone la utilización de dosis hiperfraccionadas de

ciclofosfamida, vincristina, doxorrubicina y dexametasona en los pacientes que

están recibiendo TARGA. Este protocolo es mejor tolerado e induce una respuesta

positiva del proceso, con un aumento de la supervivencia y una mejoría en la

calidad de vida162. Con él la tasa de supervivencia en los pacientes con LNH oral

se ha estimado en una media de unos 8 meses.

5.3. Otros tumores

Carcinoma espinocelular

El carcinoma espinocelular es la neoplasia intraoral más frecuente en la

población general, representando un 96% de todos los cánceres orales y un 5% del

total de neoplasias de EEUU163. Este tumor tiene un pico de incidencia en

personas de más de 65 años, seguido de los que tienen entre 55 y 64 años. El

carcinoma escamoso intraoral en los pacientes VIH positivo se presenta con

relativa frecuencia en la tercera década de la vida164,165. Esta neoplasia crece

rápidamente metastatizando de manera temprana en el curso de su desarrollo en

los ganglios linfáticos regionales. Estas dos características se acentúan en los

pacientes VIH positivo. El carcinoma escamoso en pacientes con SIDA se

desarrolla sin la existencia previa de condiciones pre-malignas como pueda ser la

leucoplasia o eritroplasia y no parece tener una relación con la leucoplasia vellosa

oral.

En este tipo de tumores, la localización intraoral es la menos frecuente,

primando la localización anal. Cuando asienta en la boca, el lugar más

frecuentemente afectado tanto en los VIH negativos y como en los positivos, es la

lengua, aunque se han descrito localizaciones en la encía166 e intramandibular.

Este tumor oral puede presentarse de diferentes formas clínicas, tanto como

ulceración o como un gran crecimiento exofítico. Es frecuente que produzca dolor,

sobretodo en la lengua. Pueden asociarse linfadenopatías regionales desde los

estadios iniciales. Se han publicado manifestaciones intraóseas del carcinoma

escamoso de la cabeza y cuello. Como en otros tumores hay una asociación con

factores co-carcinógenos como el tabaco, alcohol, alteración inmunológica y

tratamientos previos con radioterapia. Otros cofactores presentes en estos

pacientes son la mala higiene oral, infecciones víricas como hepatitis B y C,

papilomavirus, herpes simple, sífilis y candidiasis167. La coinfección con virus del

papiloma humano, en concreto con el tipo 16, parece un factor predisponente a

este tipo de tumor168, aunque hay estudios que también implican otros

virus169,170,171. Una vez diagnosticada la lesión, que siempre requiere una biopsia y

el consiguiente análisis histopatológico, se procederá a decidir qué tratamiento es

el más idóneo.

El tratamiento consiste en cirugía y/o radioterapia, pero el éxito de estas

modalidades terapéuticas depende del estado de desarrollo de la neoplasia, su

localización y tamaño, el grado de diferenciación histológica, la presencia de

adenopatías y/o metástasis a distancia, así como de la salud general del paciente,

su estado inmunológico y la respuesta al tratamiento antirretroviral. Si las lesiones

son de labio y muy localizadas, puede plantearse la braquiterapia. En las lesiones

intraorales, la cirugía en combinación con radioterapia o esta última utilizada de

forma aislada son los tratamientos de elección. La quimioterapia ha demostrado

poca efectividad en este tipo de tumores172 y, además la evolución tras el

tratamiento en el caso de pacientes VIH positivo es peor que en aquellos VIH

negativo.

6- OTRAS LESIONES ORALES

6.1. Enfermedad de las Glándulas Salivales y Xerostomía

La Enfermedad de las Glándulas Salivales se hace aparente clínicamente

por un incremento en el tamaño de las glándulas salivales mayores y, sobre todo,

de las parótidas. La biopsia de parótidas sospechosamente agrandadas revela un

incremento en el infiltrado linfocítico, fundamentalmente de los linfocitos CD8.

Además del aumento bilateral de las glándulas parótidas, a menudo, existen

síntomas de boca seca. Se ha notificado un incremento en la presentación de esta

enfermedad en la era TARGA, lo cual puede estar relacionado al síndrome de

reconstitución inmune.

La Xerostomía o boca seca es la queja más frecuente en el grupo de

personas que padecen la enfermedad VIH. Uno de los factores que más influye en

el deterioro de la dentadura en los pacientes VIH positivos son los cambios en la

cantidad y en la calidad de la saliva, incluyendo la disminución de sus propiedades

antimicrobianas. Aproximadamente el 29% de los que participaron en el estudio

cohorte de Análisis de Costos de atención del VIH/SIDA en México173, reportaron

síntomas de xerostomía. Los factores que más frecuentemente se asocian a la

disminución de la secreción de saliva incluyen la Enfermedad de Glándulas

Salivales previamente referida, el uso de fármacos antirretrovirales, y otras

condiciones como el fumar y una carga viral de >100.000 copias/mm3 174

.

Más de 400 fármacos pueden producir síntomas de xerostomía.

Aproximadamente un 30-40% de los pacientes infectados por VIH presenta una

sequedad bucal moderada a severa en relación con los efectos de los

medicamentos, como la didanosina (ddI) o la proliferación de linfocitos CD8 en las

glándulas salivares mayores.

El uso de la droga metanfetamina cristalina conocida como ice o glass, por

pacientes con infección por VIH, se ha asociado con el rápido deterioro de la

dentadura, conocida como la “boca meth”. El primer factor de esta condición es

probablemente la xerostomía, junto con el bruxismo, la malnutrición y las

sustancias corrosivas constituyentes de la metanfetamina cristalina, como el litio,

los ácidos muriático y sulfúrico y la lejía entre otros.

Los molestos síntomas de boca seca se pueden aliviar temporalmente

chupando dulces duros que no contengan azúcar, masticando chicles sin azúcar, y

utilizando algunos humectantes orales. Para evitar el incremento en la caries

dental; se debe aconsejar al paciente una higiene oral meticulosa así como la

utilización de preparaciones de flúor tópico formuladas por el profesional.

6.2. Estomatitis Aftosa

Estomatitis Aftosa, también denominada Ulceraciones Aftosas Recurrentes

(UAR), es muy común. Tiene una prevalencia de un 0,2-0,4% en la población

general, mientras que en los pacientes VIH positivos aumenta a un 4%175.

Las UAR se presentan sobre tejidos no queratinizados y no fijos como la

mucosa labial y vestibular, el suelo de boca, la superficie ventral de la lengua, la

orofaringe posterior y el vestíbulo maxilar y mandibular. Se caracterizan por un halo

de inflamación y una cubierta pseudomembranosa de color amarillo grisáceo. Las

UAR, que normalmente desparecen entre 7 y 14 días en la población general,

pueden ser más duraderas y más dolorosas en individuos con compromiso inmune.

El dolor se incrementa notablemente al comer o tomar alimentos salados, picantes

o ácidos; y también cuando se consumen alimentos duros o ásperos. Es importante

enfatizar que el tratamiento temprano de estas lesiones puede garantizar una mejor

respuesta terapeutica y por lo tanto una pronta mejoría.

El tratamiento se realiza con corticosteroides tópicos, tales como el elixir de

dexametasona (0.5mg/5ml), realizando enjuagues de 5 ml durante 1 minuto y luego

se desecha; o para las presentaciones más severas, los corticosteroides sistémicos

como la prednisona. El uso de agentes inmunoactivos contribuye a una reducción

en la inflamación y una posterior mejoría de los síntomas, aunque no producen un

alivio inmediato del dolor.

El dolor producido por las Ulceraciones Aftosas Recurrentes se trata con

anestésicos de uso tópico o analgésicos sistémicos. Los anestésicos locales

(enjuagues anestésicos) producen un alivio del dolor, generalmente de corta

duración, y en cambio, disminuyen la percepción del sabor de los alimentos y el

deseo de comer que es un problema más serio por que disminuye la ingesta de

alimentos, que deteriora el estado general del paciente. Los analgésicos sistémicos

son más efectivos, pero no evitan el dolor de la ulcera oral cuando se traumatiza

con la comida. Una nueva presentación local sobre-formulada de 2-octyl

cianoacrilato, ha mostrado ser un buen recurso para controlar el dolor oral

producido por lesiones ulcerativas176.

6.3. Ulceras Neutropénicas

Las úlceras neutropénicas son muy dolorosas y pueden aparecer tanto

sobre tejidos queratinizados como sobre los que no lo están, y se asocian con

recuentos de granulocitos menores de 800 células/l. Estas lesiones se encuentran

con frecuencia en pacientes con infección por VIH, aunque la causa es

desconocida. Son unas lesiones grandes, de rápida progresión, que aparecen en la

cavidad oral y no pueden explicarse por otras causas.

Los pacientes afectos deberían recibir factores estimulantes de colonias

granulocíticas (CSF-G) como tratamiento previo al uso de corticoides tópicos o

sistémicos, dependiendo del tamaño y la localización de la lesión.

7- CONCLUSIONES

Las lesiones orales que se han encontrado en relación con la enfermedad

por VIH todavía son muy prevalentes y significativas y aumentan en proporción con

la progresión de la infección por VIH. Un examen bucal intencionado y detenido

puede detectar fácilmente la mayoría de las lesiones. El conocimiento de éstas, su

significado y tratamiento beneficiará la salud y bienestar de los pacientes

infectados por VIH.

Por ello el cuidado general de los pacientes VIH/SIDA debería incluir

exámenes orales periódicos que monitoricen la progresión de su enfermedad y a

su vez alivien los síntomas de las enfermedades oportunistas y neoplásicas, con el

fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes infectados por el VIH. Se

recomienda una consulta cada 6 meses para pacientes asintomáticos y una visita

médica cada mes o cada dos meses para pacientes sintomáticos.

De todo lo anterior podemos concluir que en los pacientes infectados por el

VIH o con SIDA, además del examen bucal periódico, es de suma importancia un

examen exhaustivo en la consulta odontológica. Igualmente es responsabilidad del

equipo de salud oral estar entrenado y actualizado con el fin de detectar este tipo

de lesiones en un estadio temprano para tratarlas y así obtener una pronta mejoría.

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo se ha realizado con la colaboración del Instituto de Salud Carlos

III de Madrid (ISCIII) y la Fundación para la Investigación del Hospital Universitario

La Fe de Valencia (CM04/00248).

8. TABLAS

Tabla 1. Clasificación de consenso de las manifestaciones orales asociadas a

la infección por el VIH en adultos (EEC-Clearinghouse, 1993).

Grupo 1: Lesiones fuertemente asociadas con la infección por el VIH

Candidiasis: eritematosa / pseudomembranosa

Leucoplasia vellosa

Sarcoma de Kaposi

Linfoma no Hodgkin

Enfermedad periodontal

o Eritema gingival lineal

o Gingivitis ulceronecrosante

o Periodontitis ulceronecrosante

Grupo 2: Lesiones menos comúnmente asociadas con la infección por el VIH

Infecciones bacterianas

o Mycobacterium avium complex

o Mycobacterium tuberculosis

Infecciones víricas

o Virus del herpes simple

o Virus varicela-zoster

o Virus del papiloma humano

Hiperpigmentación melanótica

Estomatitis ulceronecrotizante

Enfermedades de las glándulas salivares

o Xerostomía (débito de flujo salival disminuido)

o Inflamación uni o bilateral de las glándulas salivares mayores

Púrpura trombocitopénica

Ulceración (etiología no filiada)

Grupo 3: Lesiones posiblemente asociadas con la infección por el VIH

Infecciones bacterianas

o Actinomyces israelí

o Escherichia coli

o Klebsiella pneumoniae

o Bartonella spp. (Enfermedad por arañazo del gato, Angiomatosis epiteloide bacilar)

o Infecciones víricas

o Citomegalovirus

o Molluscum contagiosum

Infecciones fúngicas (diferentes a Candida)

o Cryptococcus neoformans

o Geotrichum candidum

o Histoplasma capsulatum

o Zigomicosis (Mucor, Rhizopus, Absidia, etc…)

o Aspergilosis (Aspergillus fumigatus, Aspergillus flavus, etc…)

Reacciones medicamentosas

Alteraciones neurológicas

o Parálisis facial

o Neuralgia del trigémino

Estomatitis aftosa recurrente

Tabla 2. Clasificación de consenso de las manifestaciones orales asociadas a

la infección por el VIH en niños (EEC-Clearinghouse, 1993).

Grupo 1: Lesiones comunmente asociadas con la infección pediátrica por el VIH

Candidiasis oral: eritematosa / pseudomembranosa /queilitis angular

Virus del herpes simple

Eritema gingival lineal

Tumefacción parotídea

Ulceras aftosas recidivantes

Grupo 2: Lesiones menos comúnmente asociadas con la infección pediátrica por el VIH

Infecciones bacterianas de tejidos orales

Enfermedades periodontales

Dermatitis seborreica

Infecciones víricas

o Citomegalovirus

o Virus del papiloma humano

o Molluscum contagiosum

o Virus varicela-zoster

Xerostomía

Grupo 3: Lesiones estrechamente asociadas con la infección por el VIH pero raras en

niños

Neoplasias

o Linfoma no Hodgkin

o Sarcoma de Kaposi

Leucoplasia vellosa

Úlceras orales por Mycobacterium tuberculosis

9. ICONOGRAFÍA

Figura 1. Candidasis Orofaríngea pseudomembranosa en un paciente VIH positivo.

Figura 2. Candidiasis orofaringea y queilitis angular.

Figura 3. Enfermedad periodontal crónica. Gingivitis ulcerativa necrotizante.

Figura 4. Leucoplasia vellosa oral.

Figura 5. Verruga oral de superficie plana.

Figura 6. Lesiones de sarcoma de Kaposi oral a nivel amigdalar.

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