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MANEJO DEL COMPORTAMIENTO MADRE – CRÍA PARA EVITAR LA
MORTALIDAD POSTNATAL EN OVINOS
por:
DRA. ANGÉLICA MARÍA TERRAZAS GARCÍA
TEMA CORRESPONDIENTE A LA UNIDAD 5 CATEGORIAS DEL
COMPORTAMIENTO Y UNIDAD 7 ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO
PROYECTO PAPIME PE203713
1 Posgrado en Ciencias de la Producción y de la Salud Animal, Departamento de
Ciencias Pecuarias, Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Universidad
Nacional Autónoma de México.
Correo electrónico: [email protected]
INTRODUCCION
La existencia de un cuidado parental (ej. la conducta de los adultos dirigida
hacia las crías), está ampliamente difundida entre una gran variedad de grupos
taxonómicos (Rosenblatt y Snowdon, 1996). En un sentido más estricto, (ej la
conducta dirigida al cuidado de su propia cría), es una regla general que ocurre en
aves (Silver et al., 1985) y absolutamente indispensable en mamíferos, en los
cuales la crianza maternal es importante para la sobrevivencia del neonato
(Poindron et al., 2003).
La conducta materna es el proceso que resulta de la combinación de
factores neuronales, humorales y sensoriales cuyo fin lleva al individuo a proteger
a su progenie (González-Mariscal y Poindron, 2002; Numan et al., 2006). En
mamíferos la supervivencia de la progenie es una etapa crítica de la reproducción,
ya que determina el éxito reproductor de los padres (Carlson et al., 1980;
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Poindron, 2001). Asimismo es necesario remarcar que el recién nacido depende
totalmente de su madre para su alimentación (Nowak et al., 2000; Poindron, 2001;
Nowak y Poindron, 2006).
Factores como la deficiente alimentación durante la gestación y el
desconocimiento del manejo en etapas críticas del rebaño, pueden inducir
diversas alteraciones de tipo conductual y productivo, pero principalmente pueden
poner en riesgo la sobrevivencia del neonato.
La adecuada atención materna, una vez que la cría nace, puede garantizar
la sobrevivencia de la misma, de tal manera que es importante considerar que en
las ovejas, una vez que se acerca el momento del parto, se le deberá de proveer
un espacio o cubículo para que pueda atender adecuadamente a la progenie. Es
importante tomar en consideración factores como distocias al parto, experiencia
maternal previa y estado nutricional de las madres, ya que esos tres elementos se
han demostrado ser factores predisponentes para generar un deterioro en el
despliegue de la conducta materna en ambas especies (Lévy et al., 1996; Dwyer
et al., 2003; Dwyer et al., 2008; Ramírez et al., sometido 2011; Olazabal et al.,
sometido).
En los ovinos, los reportes a nivel mundial muestran que la mayor tasa de
mortalidad ocurre durante las primeras semanas postparto y que ésta puede
alcanzar niveles del hasta 25% (Eales et al., 1984; Fisher y Mellor 2002; Mellor y
Stafford, 2004).
Las principales causas de mortalidad reportadas están asociadas a la
madre, entre ellas la falta de leche o el abandono. En la actualidad las
investigaciones para solucionar esta problemática incluyen evaluar el cuidado y
manejo de los animales y su comportamiento, desde que inicia la gestación.
La presente revisión tiene por objetivo brindarle al lector los alcances de
investigaciones, hechas en ovinos, con el fin de disminuir las pérdidas de corderos
en los primeros días postparto, en relación al manejo sobre la base del
comportamiento madre-cría.
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1.- CONSIDERACIONES IMPORTANTES, A TOMAR EN CUENTA, DURANTE
LA GESTACIÓN.
La gestación es un evento altamente demandante y determinante para
garantizar la eficacia biológica de los individuos. Una etapa tan delicada en las
hembras de mamíferos deberá de tener especial atención por parte del humano.
Para el caso de los ovinos, los tres tercios que componen el desarrollo del
producto son relevantes, pero especialmente el último tercio de la gestación, es
determinante sobre el desarrollo y vitalidad del neonato. Por lo que uno de los
factores más importante que puede comprometer la sobrevivencia del neonato y la
capacidad productiva de la madre, es el estado nutricional de la misma, durante la
gestación (Robinson et al., 1999).
Se ha reportado que una mala alimentación o malnutrición de las hembras
gestantes afectan la producción de la leche, el peso al nacimiento del cordero, la
producción de hormonas relacionadas con la madurez del neonato, y
subsecuentemente deteriora el comportamiento y las relaciones madre-cría (Louca
et al., 1974; Khalaf et al., 1979; Rae et al., 2002; Dwyer et al., 2003; Everett-
Hincks y Dodds, 2007; Corner et al., 2010; Olazábal et al., sometido).
La alimentación de los animales deberá de cubrir los requerimientos
adecuados de acuerdo a lo que marca el NRC (2007). Por lo que se recomienda
evitar tener a las hembras gestantes con baja condición corporal no menor de 2.5
(en la escala de 0 a 5). Pues los distintos estudios realizados demuestran que
incluso cuando el nivel de malnutrición es moderado se puede afectar las distintas
variables productivas mencionadas como el bajo peso al nacimiento, la pobre
producción de calostro y un desempeño madre-cría deteriorado.
Asimismo, se deberá de poner mayor atención al estado nutricional de las
hembras gestantes, especialmente cuando se sabe que portan más de un
producto. Esta situación se puede conocer por dos formas, una cuando se sabe
que son ovinos de razas prolíficas, como la Romanov o la Pelibuey, una segunda
forma es que el productor tenga la posibilidad de determinar el tamaño de la
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camada por medio de un diagnóstico de gestación de tiempo real. En la actualidad
existen técnicos especializados en el diagnóstico en campo, y el precio por cada
diagnóstico es de no más de treinta pesos por animal.
Los estudios al respecto han demostrado que el deterioro en los factores
que ponen en riesgo la sobrevivencia del neonato, relacionados con la
malnutrición, se acentúan cuando el tamaño de la camada incrementa De esta
manera tanto el peso de la camada, e incluso el peso al destete, así como el
desempeño conductual en los primero días postparto, se ven afectados con mayor
agudeza cuando las gestaciones son de dobles y todavía más si son de triples
(Gunn, 1983; Scales et al., 1986; Everett-Hincks y Dodds, 2007).
En estudios realizados con hembras gestantes bajo sistemas de
alimentación por pastoreo se observó que cuando la altura de la pastura o de la
planta era menor o igual a 4 cm, el peso de la camada, el comportamiento
materno y el peso al destete, así como la tasa de sobrevivencia, fueron
deteriorados. Estos efectos se acentuaron cuando las ovejas portaban tres
productos (Everett-Hincks et al., 2005; Corner et al., 2010).
En esos estudios con ovejas gestantes en pastoreo, también concluyen que
los efectos de una baja disponibilidad de forraje se acentúan cuando esa situación
ocurre durante la gestación tardía. Por lo que se recomienda que si los animales
se encuentran o van a estar en pastoreo durante la gestación, que exista alta
disponibilidad de forraje con una altura no menor a 4 cm y por supuesto, que dicho
pastoreo tenga un adecuada calidad nutricional. Además de no olvidar proveer de
complementos de minerales y sustratos energéticos.
En relación al suplemento nutricional en la gestación, varios estudios han
investigado el impacto de proveerlo en ovejas, especialmente porque ayuda
mejorar el crecimiento del producto y el adecuado inicio de la lactancia, así como
una buena producción de calostro (Hall et al., 1992; Banchero et al., 2004a y b).
En estudios realizados en ovejas se observó que proveyendo suplemento
nutricional de tipo proteico, y especialmente energético, en las últimas dos
semanas de la gestación, se puede llegar a mejorar el comportamiento materno y
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la habilidad de crianza en las primeras horas portparto, asimismo se incrementa la
producción de calostro (Murphy et al., 1996; Banchero et al., 2004 a y b).
Por otra parte, en relación al estado nutricional de las hembras gestantes,
también se han observado otros manejos que no necesariamente implican la
suplementación nutricional, pero que si pueden promover una mejor utilización de
nutrientes, especialmente sobre el desarrollo de los fetos. De esta manera en
ovejas de la raza Corriedale que fueron mantenidas en pastoreo con forraje nativo,
durante la gestación y a las que se les dio un complemento individual durante los
últimos 10 días previos al parto. Se evaluó el efecto de la trasquila en dos
momentos de la gestación, a los 70 ó a los 120 días. Se compararon lo efectos
sobre el peso al nacimiento, la producción de calostro y la vitalidad del cordero en
la primera hora de nacido. Los efectos fueron comparados entre los distintos
momentos de la trasquila, sin trasquila, así como el efecto del tamaño de la
camada. Se encontró que cuando las ovejas fueron trasquiladas a los 70 días de
gestación, el peso al nacimiento de los corderos no fue afectado en camadas de
sencillos, pero si en partos múltiples. Los corderos mellizos nacidos de madres
que se trasquilaron a los 70 días fueron más pesados que los del grupo de
trasquila a los 120 días, y que los nacidos de madres sin trasquilar. Cuando se
midió el efecto sobre la vitalidad de los corderos en la primera hora postparto, se
encontró que el porcentaje de corderos que se amamantaron durante la primera
hora de nacidos, ascendió a 78% para las trasquiladas en el día 70 de gestación y
61% para las trasquiladas en el día 120, comparado con sólo el 21% de los
corderos nacidos de madres a las que no se les trasquiló. Cuando se compararon
los grupos en las ovejas que tuvieron partos dobles, se encontró que el 99% y el
92% de los corderos de madres trasquiladas a los 70 y 120 días de gestación
respectivamente, se levantaron en la primera hora de nacidos. Asimismo estos
corderos se amamantaron más rápido en comparación con un bajo porcentaje en
los nacidos de madres no trasquiladas (Banchero et al., 2010).
En un estudio posterior, los mismo autores reportaron que ovejas para
producción de lana, con gestación de sencillos, y las cuales fueron trasquiladas en
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el día 53 de gestación, resultó en un incremento del 22.2% de la producción de
leche en los primeros días postparto, asimismo los corderos pesaron 1.4 kg más al
nacimiento, y 4.5 kg más al destete, que aquellos corderos que nacieron de ovejas
no trasquiladas en la gestación (Shorp et al., 2011).
Como se puede observar la gestación es una etapa muy delicada para la
oveja y su progenie, por lo que es necesario remarcar que se deben cuidar
factores muy importantes para permitir una gestación exitosa y garantizar la
sobrevivencia del neonato. El principal de los factores es la nutrición de la hembra.
La oveja deberá tener acceso a alimento que le permita cubrir sus requerimientos
nutricionales, asimismo se puede mejorar el estado nutricional y en consecuencia
la sobrevivencia de la cría, proveyendo suplementos y/o complementos
energéticos en las últimas dos semanas previas a la fecha esperada de parto.
Por su parte, factores como la existencia de gestaciones múltiples y la
esquila durante la gestación son necesarios conocer, y que pueden ser manejados
adecuadamente para el bien de la hembra y los corderos.
2.- PRECAUCIONES DE MANEJO POCO ANTES DEL PARTO.
Una vez que la gestación ha llegado a su fin, y pocas horas previas al inicio
de la labor de parto, en las ovejas se puede observar un comportamiento que
especialmente en sistemas de producción intensiva, genera problemas, y es el
relacionado con la atracción al líquido amniótico (Smith et al., 1966; Lévy et al.,
1983; Poindron et al., 1980; Dwyer et al., 2008) y en consecuencia la posibilidad
de presentarse conductas de “robo de corderos”
Este comportamiento es parte natural del etograma de la maternidad en ovejas,
sin embargo, hay factores que pueden convertirlo en un problema, uno es si el
rebaño se encuentra muy hacinado y no hay posibilidades de que la hembra se
aísle para realizar el parto; un segundo factor, es la presencia de hembras
primíparas; y un tercer factor el hecho que haya otras hembras pariendo al mismo
tiempo. Estos factores juntos, incrementan la posibilidad del robo de corderos,
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cuando esto ocurre se puede observar que hembras con pocas horas antes de
parir, se acercan a corderos ajenos recién nacidos e inician la competencia con la
verdadera madre, por el cuidado de la cría. En ocasiones se puede observar que
al día siguiente, en las primeras horas del día, existan hembras aún limpias en la
región posterior (sin indicios de parto), pero con un cordero incluso ya
amamantando; y simultáneamente haber hembras agitadas en busca de su cría.
Si esta situación no se corrige, en el momento que la hembra “robadora de
corderos” tenga su parto, dedicará la atención a sus crías y pueda ser que ignore
a la previamente sustraída. Por otro lado, la hembra a la que se le sustrajo el
cordero, corre el riesgo de que pase su periodo sensible, y cuando se le intenté
reponer a su cordero, ésta lo rechace. Por lo que la consecuencia de este evento,
la cría robada terminará siendo alimentada artificialmente y pero aún, si el
productor no se percata, empezará a caer en un estado que ponga en riesgo su
vida.
Lo que se recomienda para evitar que ocurran eventos de este tipo durante el
periodo de partos, es en primera instancia proveer un corral suficientemente
amplio, con una buena cama de paja y seco. En el caso que el productor tenga los
recursos, podrá colocar cubículos armables, dentro del corral de parto, que
permitan que las hembras lo utilicen cuando se aíslan para parir. De preferencia
que los cubículos tengan acceso libre, sin puertas para que las hembras, cuando
lo prefieran puedan salir para alimentarse y beber agua.
Otro manejo que se sugiere es que si hay hembras que paren por primera vez,
darles especial cuidado, para evitar que ellas roben o que les roben a su cordero y
el problema se complique por su inexperiencia materna. En ocasiones a estas
hembras, sí se recomienda colocarlas en corrales o cubículos armados de paneles
abiertos de 2m x 2m, los cuales deberán ser cómodos y provistos con agua y
alimento. Estos corrales estarán dentro del corral comunal de hembras gestantes.
Sin embargo es importante remarcar que si la hembra no tuvo problemas con la
vinculación de su neonato, ella y sus corderos deberán estar fuera de ese cubículo
una vez que hayan transcurrido 4 horas después del parto.
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En días previos antes del parto el productor deberá estar provisto con todo
el material necesario para dar cuidados a los corderos y a las hembras que así lo
requieran. Cuidados como proveer una buena cama en el corral de partos, tener
un área de cuidado postnatales provisto con una lámpara que genere calor.
Asimismo el contar con un termómetro digital puede ayudar en el postparto a
monitorear el estado de la cría a través de tomar la temperatura trans-rectal cada
cierto tiempo, y decidir qué tipo de medida tomar en caso de hipotermia.
Para poder ayudar en caso de distocia, es necesario que el productor esté provisto
con guantes desechables, lo cual permitirá asistir el parto sin correr el riesgo de
contraer alguna enfermedad.
Finalmente es necesario contar con sondas buco-gástrica para suministrar
calostro o sustituto de calostro vía gástrica. También es importante considerar que
es posible que se presente la necesidad de asistir, con alimentación artificial, a
corderos abandonados o cuya madre tiene poca leche, por lo que además de las
sondas, se deberá de contar con biberones provistos con un chupón para
corderos, así como tener cualquier sustituto artificial de calostro, de preferencia en
polvo.
3.- PRECAUCIONES Y CUIDADOS EN EL PARTO Y EN EL PRIMER DÍA
POSTERIOR A ESTE.
Una vez que ocurre el parto, hay factores que se deberá tomar en cuenta
para que se garantice una adecuada vinculación oveja-cordero. Dichos factores
han sido demostrados tener efecto sobre el despliegue del comportamiento
materno y sobre la capacidad de reconocimiento madre-cría en los primeros días
postparto.
Factor nutrición materna.
El primero de los factores, y que se encuentra directamente asociado con la
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nutrición de la hembra en la gestación, es la nutrición. Hembras que han padecido
de desnutrición o malnutrición, se ha demostrado que muestran un pobre o
deficiente cuidado materno en las primeras horas postparto (Thomson y Thomson,
1949; Putu et al., 1988; Dwyer et al, 2003; Everett-Hincks, 2007; Olazabal et al.,
sometido). Estas hembras muestran poco actividad de limpieza de su cría, se
atrasa el tiempo en que las amamantan, y algunas veces tienden a abandonar a
sus crías, especialmente bajo condiciones de pastoreo. Esta situación se complica
con la baja producción de calostro y leche, así como la falta de vitalidad de la cría.
Lo que se recomienda para evitar la aparición de esta situación es, como ya se
mencionó en la primera sección, proveer buena alimentación durante la gestación.
En el caso de que el productor no tenga suficientes recursos para sostener toda la
gestación, que al menos suplemente con sustratos energéticos y proteicos,
durante el último tercio de la gestación.
Otro problema que se presenta debido principalmente a la malnutrición
durante la gestación, y que podría deteriorar la vinculación madre-cordero, es la
incidencia de distocias o partos difíciles, se ha encontrado que hembras que han
sido malnutridas en la gestación tiene mayores incidencias de distocias y por lo
tanto, la asistencia al parto se incrementa. Dicho problema se sugiere que puede
estar asociado al deficiente crecimiento del producto, que al final de la gestación
no se posiciona adecuadamente para salir por el canal de parto (Dwyer et al.,
2003). Por otro lado, se ha demostrado que cuando el proceso de parto en sí se
prolonga por más de 32 minutos, especialmente en parto de sencillos con alto
peso al nacimiento, se ha observado que también se deteriora la vitalidad del
neonato y el comportamiento materno (Darwish y Aschmawy, 2011).
Factor raza
Existen diversas evidencias que demuestran que las ovejas de ciertas razas
de ovinos, cuentan con un temperamento materno mayor que otras. Por ejemplo
está bien documentado que la raza Suffolk despliega un pobre comportamiento
materno, y tiene mayor incidencia de problemas para vincularse con su camada,
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en comparación con razas poco seleccionadas (para revisión Dwyer et al., 2008).
En los estudios realizados por la Dra. Dwyer en Escocia, ella ha comparado el
temperamento de la raza Suffolk con una raza poco seleccionada llamada Scottish
Blackface, en donde esta última demostró tener mejor temperamento materno y la
una mayor capacidad de destetar más crías, que la raza Suffolk. En estudios
recientes realizados en México con la raza Pelibuey se encontró que la habilidad
materna es muy similar a la desplegada por esa raza escocesa (Ramírez et al.,
2011). Por lo que si conocemos de la deficiencia de temperamento materno o
cuidados postnatales por la madre, debido a una raza, se deberán de tomar las
precauciones adecuadas para evitar abandono de crías o en su caso muerte por
inanición.
En México también existe una raza altamente prolífica que tiene potencial de ser
aprovechada, ya que en estudios realizados en Francia comparando el
temperamento materno entre razas de esa región, se encontró que las ovejas
Romanov demostraron tener mejor temperamento materno en las primeras horas
postparto, a pesar de contar con varias crías (Poindron et al., 1984). En estudios
recientes realizados con ovinos de esa misma raza, sugieren que la habilidad de
dichas ovejas no sólo está presente en las primeras horas postparto sino que
también despliegan una adecuada capacidad de reconocimiento distal a pesar de
tener más de 2 corderos (García y González TESIS MAESTRÍA EN PROCESO).
Si se sabe de la existencia de mejor temperamento materno debido a la
raza ovina, se recomienda iniciar con un proceso de selección en el rebaño que
permita incluir razas con buen temperamento materno, como la Pelibuey e incluso
bajo un sistema de buena alimentación, a la raza Romanov.
Factor paridad o experiencia materna
Otro de los factores que ocasiona una alta incidencia de abandono o
rechazo de crías, así como predisposición a hipotermia por atraso en la limpieza y
el amamantamiento, es la experiencia materna de la oveja (revisión Poindron et
al., 2007; Dwyer et al., 2008).
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Cuando se sabe que habrá hembras que pare por primera vez, se deberá estar
muy atento a su proceso de parto, y en las primeras horas posteriores, ya que se
ha demostrado que estas hembras, incluyendo las de razas maternas, tiene
problemas para atender adecuadamente a sus corderos. Por lo que desde los
primeros indicios de parto, estas hembras deberán ser colocadas en corrales o
cubículo individuales, dentro del mismo corral de partos, como se describió en la
sección anterior. Estos animales, lo que muestran es una neofobia, debida al
evento nuevo del primer parto, por lo que caen en un estado alterado, que puede
interferir con la buena expresión de su comportamiento materno. Normalmente
estas hembras están más nerviosas y agitadas, y aunque se muestran maternales
no saben cómo conducirse con el cordero, por lo que inciden en rechazarlo e
interrumpir su limpieza y atrasar su amamantamiento (revisión Poindron et al.,
2007).
En algunas ocasiones cuando la vinculación de la hembra con su cordero
no evoluciona, se recomiendo hacer una estimulación cervico vaginal de al menos
5 minutos continuos, con ayuda de un guante limpio. Este manejo puede ser útil
siempre y cuando se realice en las primeras 4 horas postparto. Además se deberá
contener o sujetar a la hembra para permitir que los corderos se alimenten y esto
se hará inmediatamente que se detecta el rechazo al amamantamiento por parte
de la madre. Si la oveja no ha amamantado por si sola a su cordero, se
recomienda de que además de la estimulación cervico-vaginal y transcurridas las
primeras 4 horas postparto, se mantenga en el cubículo, así como seguir
sujetándola para que alimente regularmente a su cordero. No olvidar proveerle en
el cubículo agua limpia y suficiente alimento, además de no olvidar limpiar la cama
de dicho corral.
En la mayoría de las ocasiones si la vinculación materna no está afectada por
otros factores distintos a la experiencia materna, en el transcurso de 12 horas
posteriores al parto, la mayoría de las hembras primíparas estarán atendiendo a
sus corderos.
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Adopciones
Cuando alguno de los factores mencionados impiden que la oveja y su
cordero se vinculen adecuadamente, y por lo tanto ocurra el rechazo o abandono;
o en los casos en que la madre ha muerto, el productor deberá considerar la
opción de inducir la adopción de ese cordero (s).
Por otro lado, existe también la posibilidad de que una hembra pierda a su
cordero, en este caso también se deberá considerar darle un cordero ajeno
proveniente de una camada múltiple. Existen básicamente tres métodos validados,
para inducir la adopción en las primeras 4 horas postparto, y que permiten tener
mayor éxito.
Uno de los métodos es induciendo la adopción en el periodo sensible o dentro de
las 4 primeras horas postparto. Si la hembra acaba de parir el éxito de adopción
se incrementa. Para este método se considerará, en primera instancia, realizarle a
la hembra una estimulación manual en la región cervico-vaginal por 5 minutos
continuos, con ayuda de un guante limpio. De ser posible tomar membranas o
líquido amniótico de la misma hembra y con ellos impregnar al cordero a adoptar.
Una vez que finalice la estimulación se saca el brazo y al mismo tiempo, se
presenta al cordero enfrente de la cabeza de la oveja.
Otro método y que sirve cuando la hembra nodriza tiene otro cordero, es
colocándole a su cordero un trapo de preferencia de algodón, alrededor del cuerpo
y dejárselo por varias horas. Posteriormente ese trapo se le colocará al cordero
huérfano. Este proceso se hará varias veces al día hasta lograr inducir una
adopción.
Finalmente en el caso de que una oveja haya perdido a su cordero y no tiene más
crías se recomienda quitarle la piel al cordero muerto y colocarla encima del
cordero que queremos sea adoptado.
En todos los casos, e independientemente del método de adopción que se utilice,
el productor deberá sujetar regularmente a la hembra para que amamante al
cordero huérfano, y permitir que en cada ocasión la hembra lo olfatee. Asimismo
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tanto la madre como el cordero huérfano, deberán estar en un corral individual
para facilitar la vinculación. No olvidar proveerle a la hembra de alimento y agua. Y
todavía más importante los métodos de adopción tienen más éxito dentro de las
primeras 4 horas postparto debido a la existencia del periodo sensible en la madre
que la hace más reactiva a vincularse con un cordero.
CONCLUSIONES
El despliegue de una conducta maternal adecuada, así como una vinculación
oveja-cordero en las primeras horas postparto son determinantes para garantizar
una lactancia exitosa y por lo tanto una sobrevivencia del cordero.
Factores como la nutrición en la gestación, la experiencia maternal y la raza, son
de gran importancia y que se debe cuidar para permitir que ese comportamiento
característico de los ovinos, se despliegue de manera adecuada. Todo con el
objetivo, que cualquier ovinocultor persigue, que es tener menor mortalidad y
mayores ingresos.
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