los ojos del periodista y la memoria del pueblo - autora: jesica gullotto

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  • 7/31/2019 Los ojos del periodista y la memoria del pueblo - Autora: Jesica Gullotto

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    Construccin del Conflicto del Canal del Beagle

    segn el diario La Capital

    Los ojos del periodista y la memoria del pueblo

    Alumna: Jsica Gullotto

    Entrega: 15 de Agosto de 2008

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    El golpe llega en un momento de violencia social y la prensa influye mucho

    creando el consenso necesario para que los militares lleguen al poder.

    Eduardo Blaustein Periodista de la agencia estatal de noticias Telam

    Trabajar en los medios en los 70, oponindose y resistiendo a los militares, noimplicaba quedarse sin trabajo: era, directamente, la antesala de la muerte. No creoque todos seamos culpables, la mayora fuimos vctimas. Por qu no salamos a lacalle?, con quin y cmo? para morir?.

    Carlos Rodrguez - Periodista de Pgina 12

    Ms que culpa, los periodistas sentimos una responsabilidad colectiva frente atodo lo que ocurri. Siento que todava no hemos debatido profundamente sobre elpapel negativo que jugamos en aquel tiempo.

    Ernesto Ponsati Director de publicaciones en Hoy Da Crdoba

    Hubo periodistas que, en manos del gobierno militar o con una orientacincomplaciente, hicieron sin embargo la tarea. Hubo muchos medios que entoncesestaban en manos del gobierno militar y otros, como La Opinin, estuvieronintervenidos por los militares, y ni siquiera existen ms.

    Sibila Camps Periodista del diario Clarn

    Los medios de comunicacin tradicionales son y sern herramientas de controlsocial; reproductores de la visin de las clases dirigentes y cumplen como tales unafuncin variable que depende de los valores de quienes ostentan en poder.

    Marcos Barz Los medios y la Cultura de la violencia

    Cualquiera puede ser emisor de informacin. Pero otra cosa es conectar conun grupo de personas que le interese esa informacin.

    Gumersindo De la Fuete Director de El Mundo.es

    "Cuando no recordamos lo que nos pasa nos puede suceder la misma cosa..."

    Periodista annimo

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    Introduccin

    El exilio, el bajo perfil, el hecho de optar otra opcin o, simplemente, trabajar enun medio de baja exposicin, fueron las estrategias llevadas a cabo por la mayorade aquellos periodistas que vivieron, en carne propia, la censura de 1976.Observados por autoridades, se resignaban a publicar los comunicados militaresidnticos y sin editar, a favor de su seguridad personal.

    Miedo. Pensar que los hombres nacieron para comunicar y expresarse, y leshan interrumpido el habla. Miedo a las palabras, a ciertas palabras, quiz un tantoinadecuadas, e imposibles de utilizar. Desaparecidos, represores, derechoshumanos, formaban parte de la realidad pero no aparecan en sus redacciones. Sinembargo, nada impeda vislumbrar cmo la milicia manipulaba la informacin.

    Este trabajo integrador final no intenta apuntar con el ndice, y juzgar con ojosde 2008, lo que los medios de comunicacin optaron, publicaron o eligieron tolerardurante la ltima dictadura militar. Lo esencial es desnudar los mecanismos ydescubrir por qu hubo medios que decidieron callar la opinin pblica y si losiguieron haciendo despus.

    Sin ir ms lejos, si releemos los diarios de la dcada del '90, se ver que conlas privatizaciones y la convertibilidad ocurri algo similar a lo sucedido con ladictadura o con la guerra de Malvinas: los medios impusieron una agenda tan frrea,mediante un esquema de dominacin ideolgica, que era imposible oponrseles.Todo aquel que intentara hablar contra las privatizaciones, era descalificado, exiliadoo an peor.

    El golpe de Estado de 1976 origin y desat dos demonios fundamentados enpretextos econmicos y polticos. Por un lado la guerrilla, por el otro los militares yen el medio, slo una poblacin desinformada y temerosa.

    La dictadura militar cambi el modelo de pas. Antes, un pas industrializado,con una clase obrera, numerosa y combativa. El fin era quebrar el movimientoobrero, el otro polo de desarrollo del pas, con una clase obrera nueva, capaz de

    desintegrar la identidad poltica que haba generado el peronismo. Los mtodosaplicados son los conocidos y no sorprenden.

    De este modo, se intentar dar conocimiento sobre censura y autocensura,medios de comunicacin y represin, la pelea eterna entre guerrilla y gobierno, y sinir ms lejos, la terrible repercusin en el pueblo.

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    Resumen

    Formular correctamente un problema es alcanzar ya la mitad de su respuesta

    Carlos Sabino El proceso de la investigacin

    Segn Guillermo Briones, la formulacin o planteamiento de un problema es lafase ms importante en todo proceso de investigacin. Es tambin, la parte msdifcil, en especial cuando se quiere salir del mbito de lo trivial.

    El tema elegido se centra en la labor del periodista en pocas de dictadura

    militar donde la censura era la que pona los lmites. Durante 1976 hasta 1983, conla venida de la democracia, la Republica Argentina estuvo gobernada por diferentesgobiernos de facto.

    Los militares acortaron las posibilidades de libre expresin instalando temor ycensura en todo el pas. Segn las palabras de Ramn D. Pizarro, la libertad deexpresin es el derecho de expresar y difundir libremente pensamientos, ideas yopiniones mediante la palabra, el escrito, o cualquier otro medio de reproduccin.Pero al mismo tiempo, la sociedad cuenta con el derecho a la informacin, comociudadanos, hombres y seres que forman parte de un mismo mundo, a su veztecnolgico y cientfico. Es el derecho a comunicar y recibir informacin veraz, por

    cualquier medio de difusin, lo que permite la unin entre los individuos y lapermanencia en el mundo.

    Asimismo, los periodistas tienen el derecho a informar, sin censura previa y atravs del ejercicio veraz y responsable, cualquier hecho ocurrido. El comunicar, esel arte que mantiene unido al pueblo y lo desarrolla. Para Dominique Woltoncomunicar consiste en intercambiar con otro. Plantea la comunicacin como unaoperacin simultnea entre realidad y modelo cultural. Dado que la palabracomunicar consiste en difundir, interactuar con otro, implica tambin, los valores delibertad e igualdad entre los individuos.

    Durante la poca militar, fueron censurados los medios de comunicacin,actores y escritores; se manej estrictamente el poder poltico, se prohibieron lashuelgas y se disolvieron el Congreso y los partidos polticos. El poder del pueblocaera en manos militares luego de la intervencin a la CGT y los sindicatos. Elgobierno querra instaurar un orden poltico y social, y decidi hacerlo instalando lacensura.

    Ejemplo de ello es el Comunicado n 19 dictado por la Junta Militar el 24 demarzo de 1976, el cual citaba que sera reprimido con la pena de reclusin, de hastadiez aos, aquel que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare

    comunicados o imgenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilcitas opersonas ligadas al terrorismo. El gobierno consideraba que un comunicado

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    incorrecto o desubicado podra perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividadesde las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales.

    La Argentina ha pasado por una serie de dictaduras militares desde 1930, quemarcaron severamente la poltica y la economa, pero sobre todo afect a la

    sociedad. La ltima de ellas dej instalado el temor a las autoridades, la falta deconfianza del pueblo, y el poder de la misma sobre el pueblo, por tanto que se darconocimiento sobre la ltima dictadura militar, por haberse convertido en el gobiernode facto ms siniestro de la historia argentina. Es un tema que sigue tan vigentecomo el da en que se desat la catstrofe.

    Asimismo, durante la ltima dictadura han ocurrido diferentes hechos quemarcaron a la sociedad y quedarn en el recuerdo histrico. Uno de ellos, y en elque basar la investigacin, es el conflicto de 1977 con Chile, por la divisin de lastres islas del extremo sur sobre el Canal del Beagle (Lennox, Picton y Nueva). Esteconflicto finaliz con la intervencin del Papa Juan Pablo II en el ao 1979, quien

    propuso un tratado de paz en 1984.

    En 1971 las islas haban sido motivo de un arbitraje, confiado a la CorteInternacional de Justicia de la Haya, donde el general Lanusse haba firmado unacuerdo por el cual Argentina y Chile, aceptaban la designacin de Gran Bretaacomo Corte Arbitral para decidir en el conflicto limtrofe entre los dos pases. Pero elgobierno de Videla, acompaado por el sector nacionalista de la opinin pblica,rechaz esta decisin y, en 1978, el conflicto se agudiz hasta llegar a plantearse laposibilidad de un enfrentamiento armado, en el cual tanto Pinochet como Videlaestaban de acuerdo.

    El rgimen argentino termin por rechazar el fallo extendiendo el conflicto atoda la regin hasta el Cabo de Hornos, es decir, las islas Evout, Barnevelt,Freycinet, Terhalten, Sesambre, Deceit y la parte oriental de las islas Wollaston,Herschel y de Hornos y amenaz con la guerra. El conflicto lleg a su puntoculminante el da 22 de diciembre cuando las Fuerzas Armadas de la Argentina sedisponan a ocupar las islas en disputa por la fuerza.

    Se dar conocimiento sobre el conflicto con Chile ya que ocurri durante ladictadura militar argentina de 1976, el pas se encontraba en vsperas de Mundial, sehaba implementado la censura en los medios de comunicacin, comenzaba aestablecerse un orden social temerario a las autoridades, y por ltimo, y lo ms

    importante, porque el conflicto estaba planteado para el nuevo comienzo de unaguerra por las islas. Una idea que fue pensada por los generales Videla y Galtieripara comienzos de 1979. Adems, es interesante indagar acerca del nico conflictoque el Papa dio fin en Argentina, y permiti evadir a la Repblica de una ms queposible guerra.

    Para ello, se realizar la investigacin en la ciudad de Rosario durante eltranscurso de la ltima dictadura militar (1976 - 1983). Rosario es una de lasciudades ms importantes e imponentes del pas. Gracias al continuo desarrollocultural lleg a convertirse en la Sede del Congreso de la Lengua Espaola,mientras cientos de artistas la visitan y otros tantos turistas la eligen para pasar susvacaciones. En continua mejora, en permanente apertura cultural, Rosario alberga elMonumento a la Bandera.

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    Ciudad portuaria, explotadora y duea del Paran, la que alguna vez fuerapropuesta para convertirse en capital del pas. Madre de grandes y famosos artistas,se desarroll econmicamente bajo el segundo puerto ms importante de laArgentina, despus del de Buenos Aires. Sus races se encuentran en las orillas delro, uno de los ms grandes del mundo.

    La Capital es el diario ms importante de la ciudad y con mayor historia. Conel tiempo se convirti en el nico medio escrito que trascendi y permaneci vigentedurante los aos.

    Carlos Sabino en El proceso de investigacin, asegura que formularcorrectamente un problema es alcanzar ya la mitad de su respuesta. De all seresume que el interrogante planteado es: Cmo construyeron los periodistas deldiario La Capital el conflicto del Canal del Beagle en el perodo de 1977 (cuando seinsina la guerra) hasta 1984 (la intervencin Papal)?

    Habiendo planteado el tema del que se dar conocimiento y sus razones, acontinuacin, la investigacin.

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    Breve resea histrica

    A pasos de la dictadura militar:

    Hacia los aos setenta entr en crisis la idea favorable a la intervencin delEstado en la economa. Se empez a creer que los pases deban competir en elmercado internacional con los productos de la mejor calidad que fuesen capaces deproducir, de modo que el criterio de que el Estado deba proteger la industria serareemplazado, paulatinamente, por la idea de competencia. Los militares, con elapoyo de los sectores econmicos ms poderosos del pas, designaron ministro deeconoma a Alfredo Martnez de Hoz. Con el tiempo, el ministro tom ciertasmedidas econmicas que resultaron desfavorables para el pueblo argentino. Una delas ms importantes fue abrir la importacin de productos que resultaban ms

    econmicos que los fabricados en el pas. Por tal motivo, la mayora de losindustriales quebraron.

    Otra de las reformas adoptadas fue la autorizacin de la creacin de bancos einstituciones financieras. Esto provoc que, tanto ex industriales como toda aquellapersona proveniente de cualquier sector social que pudiese ahorrar algo, se dirigieraa los bancos y financieras que, a su vez, ofrecan altos intereses a fin de obtenerbeneficios. De esta manera, la actividad especulativa creca mientras la actividadproductiva decaa. Esto desat que los salarios de los trabajadores se mantuvieranbajos y muchos de ellos quedaran sin trabajo ante el cierre de fbricas.

    Las consecuencias que provocaron las medidas econmicas adoptadas entre1976 y 1982 resultaron el gran aumento de la deuda externa, la gran concentracinde capitales en algunos grupos empresarios locales que crecieron haciendocontratos para las obras pblicas del Estado, y, por ltimo, la existencia de unacreciente desindustralizacin y cierre de pequeas y medianas empresas.

    Con todo, el pas se encontraba en una situacin crtica a nivel econmico ypoltico despus de la cada del gobierno de Isabel Martnez de Pern. Un passostenido con pinzas y un gobierno encargado de dirigir la economa y controlar lavida privada y pblica del pueblo argentino. Sin embargo, el golpe de Estado haba

    sido aceptado, aunque con cierta resignacin, por casi todas las fuerzas polticas ydiversos sectores de la sociedad. Sobre esa base actu la dictadura militar, bajo elnombre de Proceso de Reorganizacin Nacional.

    La Reorganizacin que proponan llevar a cabo los militares se basaba en unconjunto de normas que hicieron conocer al pas a travs de los diarios, la radio y latelevisin. Entre las normas proclamadas por la milicia, se encontraba la censura delos medios de comunicacin en cuanto a la informacin a editar y dar a conocer alpueblo. De ahora en adelante, se publicara slo aquello previamente supervisadopor algn militar, los periodistas ahorraran sus opiniones y los comunicadosgubernamentales seran publicados al pie de la letra segn lo citado por las

    autoridades.

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    Con ese clima econmico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que,fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarroll un proyecto planificado,dirigido a destruir toda forma de participacin popular. El rgimen militar puso enmarcha una represin implacable sobre todas las fuerzas democrticas: polticas,sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la poblacin mediante el terror de

    Estado para instaurar temor en la poblacin y as imponer el "orden", sin ninguna vozdisidente. Bajo esta base, se inaugur el proceso autoritario ms sangriento queregistra la historia.

    A pasos de la guerra con Chile:

    La actividad humana sobre el universo es la fuente del conocimiento, elinstrumento principal de la investigacin y el medio de su comprobacin

    Aunque pequeas y prcticamente deshabitadas, las islas del extremo surcuentan con una posicin estratgica sobre el Canal Beagle. Su paso por losOcanos Pacfico y Atlntico les brinda una amplia proyeccin martima y grandesriquezas en hidrocarburos.

    En 1977 se desencadena la ms importante de las disputas entre Chile yArgentina, en la cual ambos pases exigan la posesin de las islas sureas y susespacios martimos adyacentes. Un conflicto que desencadenara una terrible guerrael 22 de diciembre de 1978, sino fuera por la intervencin del Papa Juan Pablo II. Elconflicto se centr en la disputa por la posesin de las islas e islotes ubicados en elllamado "martillo, un polgono definido en el Compromiso de Arbitraje en 1971 en elque se hallaban ubicadas las islas Picton, Nueva, Lennox, Gratil, Augusto, Snipe,Becasses, Gable e islotes adyacentes.

    En ese mismo ao, los pases acordaron someter la soberana de las islas a unTribunal Arbitral. La sentencia, conocida como Laudo Arbitral, se dict en 1977 yotorgaba aguas navegables en el Canal Beagle a ambos pases y la mayor parte delas islas y derechos ocenicos a Chile. El rgimen argentino rechaz el fallo yextendi el conflicto a toda la regin hasta el Cabo de Hornos, lo que inclua las islasEvout, Barnevelt, Freycinet, Terhalten, Sesambre, Deceit y la parte oriental de las

    islas Wollaston, Herschel y Hornos.El conflicto lleg a su punto culminante el da 22 de

    diciembre cuando las Fuerzas Armadas de la Argentina sedisponan a ocupar las islas por la fuerza.

    El rgimen militar argentino dej pasar el plazo dado por elPapa sin dar respuesta. El 25 de marzo de 1981, en unadeclaracin pblica, el gobierno ejerci ms precisiones ydetalles. Ninguno de los gobernantes de facto del proceso dereorganizacin nacional argentino se pronunci sobre la

    propuesta papal.

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    A comienzos de 1981, fueron detenidas, en ambos lados de la frontera, variaspersonas bajo la acusacin de espionaje. Las tropas fueron puestas otra vez en lafrontera y Argentina cerr todos los pasos fronterizos hacia Chile, una medida quese consideraba previa a la guerra.

    El 19 de febrero de 1982, seis semanas antes del comienzo de la guerra porlas Islas Malvinas, el remolcador argentino Ara Gurruchaga ancl sin permiso de lasautoridades chilenas durante tres das frente a la isla Deceit, ubicada fuera de lazona de litigio definida por el Compromiso de Arbitraje de 1971. Una zona que elgobierno argentino haba comenzado a reclamar como propia desde que habadeclarado nulo el Laudo Arbitral, rompiendo las promesas hechas al Vaticano en el"Acta de Montevideo" que declaraba la abstencin de tomar medidas que turbasen laarmona entre las dos naciones.Finalmente, tras el retorno a la democracia y la aprobacin de un plebiscito, ambospases firmaron el Tratado de Paz y Amistad en 1984, en el que el estado platenserenunciaba definitivamente el reclamo sobre las islas.

    Tras ms de dos tercios de siglo de disputa, se otorgaron las islas en la mitadnorte del canal a Argentina y las islas en la mitad sur a Chile, ambo pases conderechos de navegacin en casi toda la zona. Asimismo concedi a Argentina lamayor parte del territorio marino en disputa.

    La autoridad moral que el Papa posea en ambos pases catlicos impidi a lossectores ms belicistas a rechazar la oferta de mediacin, aunque el Vaticano sabaque corra un grave riesgo por la disparidad de las posiciones presentadas.

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    Anlisis concreto del hecho segn el diario La Capital

    El conocimiento llega a nosotros como un proceso, no como un acto nicodonde se pasa de una vez de la ignorancia a la verdad

    Carlos Sabino El proceso de la investigacin

    Durante la dictadura de 1976, muchos de los ahora lujosos centros de

    entretenimiento, como el Rock and Fellers situado en la esquina de Crdoba yMoreno, formaban parte de los llamados centros clandestinos de detencin. Muchosde aquellos treinta mil desaparecidos fueron rosarinos o estaban instalados en laciudad. Sitios como el reconocido y prestigioso Politcnico eran tomados por laguerrilla para adoctrinar a los estudiantes y convertirlos en sus seguidores. La ideaprimordial era educar personas para que se manifiesten en contra de los militares.La Plaza Cvica, patrimonio histrico, y madre de torturas clandestinas a mujeres.

    Rosario hoy es sede de cultura, pero fue en su momento, sede de matanza,torturas, genocidio, injusticia y dolor.Hubo hechos marcados que llamaron la

    atencin popular, como la muerte delteniente general militar Snchez,acribillado en la puerta de su domicilio. Yotros tantos inocentes baleados al salir oingresar a sus casas por haber sidoconfundidos con guerrilleros. La ciudadpodr ser en estos tiempos un ejemplo,pero la historia argentina no deja entreverrenglones en blanco.

    Para la construccin del acontecimiento, fue fundamental la eleccin de unmedio de comunicacin con dos caractersticas fundamentales: debi ser un mediogrfico, y pertenecer a la ciudad de Rosario. Un medio grfico, en primer lugarporque al estar plasmado en un papel, se vuelve ms certera y segura toda lainformacin difundida sobre el hecho. Slo por estar impreso, se pueden observarlos detalles, como por ejemplo, el lugar que ocup la noticia en el diario, laextensin, las fotografas, los pies de fotos, si fue nota de tapa, o por cunto tiempoestuvo presente la noticia en el medio y fue difundida. Marshall Mc Luhan aseguraque todo medio escrito es un medio caliente, de alta definicin. Adems sostieneque la primera plana de un diario es una instantnea de la aldea global, que implicaal lector.

    En segundo lugar, porque el periodista que trabaja en un medio grficonecesita ms cantidad de informacin, que a su vez es extrada con anticipacin y

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    se encuentra bien desarrollada. Los periodistas se tomaron su tiempo para escribir lanota y lo hicieron de manera conciente, por tanto que se supone que la informacinque sale impresa en los diarios no es arrebatada y por ende insegura. Otro punto afavor de la impresin es lo que origina en la sociedad. No hay dudas que todo lo queest escrito produce mayor impacto y genera una credibilidad mayor del hecho.

    Por otra parte, Mc Luhan aseguraba que el medio es la extensin del hombre.Esta concepcin tiene su remate lgico en el enfoque histrico, en el que Mc Luhantoma la historia y desarrollo del medio tcnico como eje del cual gira la historia delhombre. Rosario cont, durante su historia, con una serie de revistas y peridicospopulares que fueron desvanecindose algunos (como es el caso de La Tribuna), yquedando vigentes otros.

    De modo que el medio que se utiliz para recopilar informacin y construir elacontecimiento fue el diario La Capital de Rosario. El diario La Capital es unmedio de prensa escrita de la ciudad, y dicha hoja est destinada a proveerinformacin a un pblico de ms de dos millones de lectores, de cinco provincias

    argentinas. Fue fundado por Ovidio Lagos y Eudoro Carrasco, siendo publicado suprimer ejemplar el 15 de noviembre de 1867, en pleno debate por el lugar deinstalacin definitiva de la Capital Federal. A travs de sus pginas bregaron idealespara que Rosario fuera declarada capital de Argentina.

    Curiosamente, se desplegar la construccin de un acontecimiento a nivel pasbajo la mirada de una de las ciudades ms importantes del pas.

    Desde el trece de octubre de 1965, el diarioLa Capital de Rosario comenz a publicar todotipo de informacin acerca del conflicto con Chile,cmo haba surgido y paso a paso las diferentesdeterminaciones tomadas por los distintosgobiernos democrticos, comenzado por elgobierno de Aramburu, pasando por la dictadurahasta llegar al gobierno de Alfonsn. Desde ya, muchos fueron los medios grficosque siguieron el tema hasta la conclusin del mismo, ejemplo de ellos son el diarioLa Nacin, La Prensa, Clarn, y La Razn, de Buenos Aires.

    De este modo, se fue desarrollando el tema por todo medio de comunicacinhasta la llegada de la dictadura, que intervino en forma estricta sobre la informacin

    a publicar. Sin embargo, la intervencin no fue del todo estricta, ya que el Conflictodel Beagle era un tema del que se vena hablando e informando haca aos, y anquedaba pendiente la resolucin; slo que los militares, estaban dispuestos a llevaral pas a una guerra para reclamar los derechos martimos y de las islas a Chile, yChile, con Pinochet al mando, no se negaba a la idea de guerra.

    El diario La Capital desplegaba cada da, casi religiosamente, la ltimainformacin sobre el tema a modo de resumen. La mayora de las notas sin fotos yan en blanco y negro; el formato de sbana con los titulares en negrita, claros yexpresivos, presentaban el nuevo proyecto de problema, y al da siguiente en la tapadel diario, la resolucin del mismo. As, durante aos, la noticia se mantendra

    latente en el medio ms reconocido de la ciudad y no al azar, ya que los problemasque ocupan la atencin de los hombres cambian, no por casualidad, tal como lo

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    afirman Paul Lazarsfeld y Robert Merton, sino en gran medida de acuerdo con lasmodificadas exigencias de la sociedad.

    Puesto que una problemtica social es un conflicto que atae a todos aquellosque forman parte de una sociedad, la noticia del da a da se publicaba con notas

    extensas y palabras formales, a travs de la utilizacin de un vocabulario pococomn para los lectores de esta poca. Muchos periodistas recurran a laseditoriales para fomentar su opinin personal sobre el hecho mientras otrosescriban pequeas columnas informativas en la tercera pgina del diario. Asimismo,una palabra se haca presente en cada titular, en cada nota. Beagle representaba lalucha por la conquista de las islas y de lo que en ese momento, el pas considerabacomo algo propio que se le estaba siendo quitado por un extrao sin derechos areclamar. Beagle se convirti en la palabra clave de las notas y ya no seranecesario explicarle al lector qu significaba la palabra ni qu valor atribuirle a lamisma.

    La comunicacin en su teora y prctica es considerada la esencia de loshombres, la realidad en la que viven y el medio en el que nacen y se desarrollan. Eslo inherente al hombre, la base de su sociabilidad y expresin cultural; que a su vezse convierte en la visin individual y nica que posee el hombre sobre el mundo quelo rodea y su propio ser; y los medios masivos de comunicacin son la puerta deentrada y salida de la informacin, la que los hace sentir libres, capaces de razonare informados de lo que ocurre a su alrededor. Sin embargo, con la llegada de ladictadura, todo cambiara de modo radical, comenzando con la censura y represinhacia los medios de informacin. Slo basta pensar que el hombre sera despojadode sus propias palabras y pensamientos por una voluntad superior.

    Walter Benjamn escribe en sus apuntes El autor como productor que elperidico no es otra cosa que el escenario de miles de embrollos literarios. De talmodo que su contenido es el material que rehsa toda forma de organizacin noimpuesta por la impaciencia del lector, y que a su vez, esta impaciencia no esnicamente la del poltico que espera una informacin, sino que tras ella arde la delexcluido que cree tener derecho a hablar en nombre de sus propios intereses.Entonces bien se podra continuar este concepto afirmando que desde hace tiempo,las redacciones han aprovechado el hecho de que nada ata tanto a un lector a superidico como la impaciencia que reclama el nuevo alimento cada da. Estoprovoca que el lector del diario est siempre dispuesto a convertirse en su propio

    escritor.Una vez, Eliseo Vern se pregunt cul es la realidad y cul la ficcin. Y sin

    demasiados rodeos respondi que la inquietud aparece cuando uno se da cuentaque la realidad es una puesta en escena.

    De este modo, el medio se convirti en la poca de dictadura en el teatro quepresentaba la obra de la realidad que rodeaba a la sociedad, y la sociedad, aquellosque juzgaban la obra a travs de la crtica, y al mismo tiempo, marcaban ladiferencia entre realidad y ficcin. El inconveniente se presenta cuando, el mismomedio, manipula la informacin. Entonces, es all donde este simple proceso se

    complica y deja de cumplir su rol fundamental: comunicar los hechos tal cualsucedieron. De modo que las situaciones sociales son las que determinan lasideologas, y por tanto, ellas son siempre algo relativo; son verdades parciales, que

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    La ideologa representa una cosmovisin a travs de la cual se interpretan elmundo, la realidad, la persona humana, las relaciones econmicas, sociales ypolticas. De este modo, bien se puede definir a la ideologa como un sistema amplioy neutral. En principio es amplio porque se aplica de manera indistinta a cualquier

    sistema de pensamiento y accin. Luego, es neutral porque no pretende clasificarnada en bueno o malo, verdadero o falso. Al menos as debera ser, pero ocurre lamayora de las veces que los medios, en lugar de mantenerse imparciales, empleandichos dos significados en forma errnea.

    Las doctrinas polticas y las cosmovisiones propias, tal como sostieneMattelart, convierten el trmino ideologa en un sentido estricto y negativo. Porquese descubre que la ideologa se genera a partir de intereses de clases y eslegitimadora del sistema dominante. De modo que, ya no se aplicar a cualquiersistema de pensamiento porque slo designa una deformacin de la realidad,provocada por intereses creados por la clase dominante: el gobierno de facto.

    Asimismo, y segn lo afirmado con anterioridad, la ideologa se convierte en unafalsificacin de la realidad que se est viviendo, generada inconscientemente ydestinada a ocultar.

    El hombre es curioso por naturaleza y temerario a la soledad, por ello suinsistencia en mantenerse al tanto de lo que ocurre en la sociedad. Slomantenindose informado puede emitir opiniones propias, y slo a travs de lasmismas, puede sentirse parte de la sociedad. Porque no basta slo con conocersobre el hecho, sino formar parte del mismo otorgando conocimiento y opinionespersonales. Pero los medios de comunicacin no siempre estn dispuestos a brindarla informacin de forma exacta y permitir que los hombres opinen a libre albedro,ms an cuando se encuentran censurados y bajo la lupa mayor de un gobierno tanestricto.

    La opinin pblica se define, segn Vincent Price,como aquellos conocimientos adquiridos, pensamientosa exponer, y costumbres arraigadas que cualquierindividuo hace presente frente a un determinado grupoo sociedad a fin de expresar y debatir libremente en unsitio abierto y partcipe para todos, dichosconocimientos, pensamientos y costumbres. Lo

    interesante de este tema es investigar cmo semanejaban los periodistas en tiempos donde su opininy trabajo estaban siendo vigilados. Muchas personasdebieron exiliarse, mientras otras optaron por quedarseen su pas pero en silencio. El gobierno aplic el temorcomo defensa propia y los periodistas de la pocadebieron autocensurarse y aceptar las reglas del juegoo abstenerse a las circunstancias.

    Entonces, la ms preciada herramienta con la quecuentan los hombres, tambin ser manejada por el medio, a su vez manejado por

    el gobierno propulsor de su propia ideologa dominante. Poco a poco se vislumbrarcmo dicha ideologa y el temor que ejerce sobre los hombres genera unaindiscutible espiral de silencio.

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    Edicin de la revista Humor enla poca del proceso

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    Para Elizabeth Noelle Neumann la opinin pblica no es ms que el resultadode la interaccin entre individuos y entorno social. Pero muchas veces, el individuorenuncia a su propio juicio a fin de no sentirse aislado por pensar diferente, o por lasimple seguridad que le causa saber que en boca cerrada no entrarn moscas. Ese

    doble temor, por un lado al aislamiento, por el otro a la inseguridad fsica personal yde sus seres queridos, genera triple preocupacin en el individuo: la exclusin algrupo social, la duda sobre su propia capacidad de juicio y la impotencia de sentirselibre de opinar y formar parte de la sociedad que integra y no poder hacerlo.

    Los individuos perciben estas tendencias y adaptan sus convicciones enconsecuencia de ellas. Uno de los dos campos presentes acrecienta su ventajamientras el otro retrocede. Esa tendencia a expresarse en un caso y a guardarsilencio en el otro, engendra un proceso de espiral que gradualmente instala unaopinin dominante. A su vez, la opinin dominante es impartida por el medio a lasociedad, instalndose como la nica verdadera y confiable.

    A partir de esa afirmacin, se definir la opinin pblica como aquella quepueda ser expresada en pblico sin riesgo de sanciones, ya que, expresar la opininopuesta significa aislamiento e inseguridad. Cuando un medio mantiene vigente lainformacin que le es asignada y la repite incansablemente durante un perodo detiempo considerable, la informacin toma, por s sola, seguridad y poder sobre elindividuo. A su vez, ste confa y no se atreve a descalificar o contradecir lo que oyeo ve.

    La operacin de espiral de silencio se postula dentro de la sociedad comoalgo natural y sin intenciones negativas, cuando en realidad, lo nico relevante deesta operacin, es hacer callar la voz opositora que quiz tenga razn en sudeclaracin, o quiz no, pero seguro repercutir en contra de la autoridad superior oideologa dominante que prefiere el silencio. Es clara la participacin primordial de lapresin y dominacin por parte de quien se considera superior, infundiendo temor einseguridad en aquel individuo capaz de reflexionar por su propia cuenta y valorizarsus ideales y pensamientos propios.

    Es que el intelectual revolucionario aparece en este perodo de la historia porde pronto y sobre todo como traidor a su clase de origen, asegura Walter Benjamn.Y aquellos hombres que quieran ir en contra del poder debern lidiar no slo con el

    gobierno, sino tambin con la exigente sociedad que lo discrimina, aquella parte dela sociedad que quiz est de acuerdo con la autoridad o que, en cambio, prefierecallar. Salvador Giner hace referencia a la sociedad como un nico grupo, vasto ydifuso, compuesto a su vez por subgrupos que obedecen un constante proceso deobediencia. Para el autor, la desigualdad social que permea toda la sociedad noocurre slo entre individuos de diversas jerarquas, sino en el hecho de sentirsealguien ms o simplemente mejor que otro.

    Aqu pueden dividirse dos grupos sociales de poder, por un lado el gobierno defacto que intentaba imponer sus ideologas por la fuerza, y por el otro la guerrilla queestaba dispuesta a no obedecer y levantar armas si fuera necesario. Ambos se

    consideraban lo suficientemente fuertes e importantes como para obedecer a otro yesto llev a un quiebre social que dej en el medio a un pueblo desorbitado y sinsaber por cul bando optar. De este modo, los grupos sociales no hicieron ms que

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    juzgar el mundo social no slo en relacin con los miembros de su grupo, sinotambin, en relacin con los dems.

    W. Barnett Pearce agrega que los individuos saben exactamente lo que son,se reconocen a s mismos y son capaces de asumir la responsabilidad de sus actos

    personales. La perspectiva construccionista est centrada en el significado de estasacciones y dispone que todo acto sea realizado en interaccin social con otros.Pero no siempre todo acto realizado es justificado como un bien social, porque

    el hecho de que el responsable se haga cargo de lo ocurrido no le quita la culpa delo ocasionado. Durante el proceso militar se infundi el temor en el sentido msliteral y amplio de la palabra. El fusilamiento de los civiles inocentes en el basural deJos Len Surez y ms tarde del periodista que arriesg a contar toda la historia.Luego la distraccin generada por el ftbol en 1978, donde Argentina ganaba elmundial. Ms tarde, la insufrible guerra de Malvinas en 1982. Y no olvidar los treintamil desaparecidos y muerte de guerrilleros y militares. La noticia de la posible guerracon Chile por el conflicto del Canal del Beagle, que, ms tarde, sera resuelto con un

    tratado de paz por el Papa Juan Pablo II en 1984. Con todo, slo un puebloconfundido y desinformado o, lo que es an peor, mal informado.

    Michel Foucault afirma por su parte que la prctica es algo decidido ynegociado al momento, y no reducido al nivel de la simple reproduccin de leyes,reglas y sistemas culturales. Es decir, el hombre acta ms bien siguiendo impulsose intereses y eso lo lleva a ejercer un cierto poder frente a otro de acuerdo a lasprcticas que realiza. De modo que las prcticas se producen gracias a las fuertesconexiones existentes entre la trayectoria cultural de una persona, la forma de ver elmundo y las actividades y comportamientos que el hombre realiza. Estos conceptosson complementados con la nocin de biopoder que se despliega de distintasmaneras y en diferentes situaciones.

    En la poca de dictadura el fenmeno concomitante al biopoder era el temor,la censura que imparta el gobierno a la libertad de expresin a travs de lautilizacin de la fuerza y la imposicin para conseguir lo requerido. Al estudiar losdiferentes grupos que presentan alteraciones en su comportamiento, se puedenanalizar las influencias que intervendrn, ms tarde, en los cambios de la conductadeterminados, a su vez, por el grupo de poder. De este modo, la poltica se convierteen el instrumento y consecuencia de las relaciones que establecen en la sociedadlos grupos o clases que la componen.

    En estas relaciones establecidas, las partes pugnanpor hacer prevalecer sus intereses; adems nunca loscomponentes de la sociedad se encuentran en un estadode equilibrio absoluto. Mientras esas diferencias existentesen las relaciones de fuerza constituyen el poder, lo quediferencia a unos de otros es la misma fuerza acumuladacon el tiempo. Lo propio del poder radica en la diferenciaexistente en las relaciones de fuerza, puesto que el poderest en todas partes y viene de todas partes, tal como loasegura Foucault en El discurso del poder.

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    Tal es as que los militares no adquirieron el poder, sino que lo ejercieron entoda situacin estableciendo relaciones no igualitarias entre los ciudadanos. Estoprovoc,al mismo tiempo, una relacin desigual que gener laresistencia de uno de sus lados: la guerrilla. Por ende, dichas relaciones fueron

    generadas de modo intencional, ya que no existe poder alguno que se ejerza sin unobjetivo o inters.

    El poder se manifest de modos diferentes y consecutivamente durante todo elmandato militar. En principio, a travs de la utilizacin de la fuerza fsica, como se hacitado con anterioridad, y esto se refiere a la posibilidad latente de coercin que sellev a cabo a partir de la violencia como modalidad para la imposicin de un criteriosobre otro.

    A la violencia se sum la concentracin econmica de posesin, capital ybienes de produccin que configuraron un polo de poder, manejado por el Estado y

    dependiente del capital extranjero, la deuda externa creca a mansalva, lasindustrias y fbricas nacionales cerraban y los obreros perdan sus empleos. Unapoca donde lideraba la inflacin que ms tarde terminara en una terrible crisiseconmica y billetes de cien mil pesos que no valdran nada.

    Por otra parte, el poder sobre los medios de comunicacin. Un poder visto yutilizado como alternativa que contribuye a desmitificar hechos y liberar conciencias.Es exactamente el sustento ideolgico de otro poder no violento puesto en prctica atravs de la persuasin. Asimismo, el consenso popular reconocido como el factorsobre el cual debera depositarse el poder legtimo, donde el conjunto de personasse somete, pero de modo voluntario, a que alguien elija y decida a quin obedecer,hasta cundo y cundo hay que cambiarlo. Sin embargo, esta especie de voluntadno es ms que ficticia, puesto que los individuos deben hacer y decir slo los que seles est permitido. Y aqu es donde entran en juego todas las manifestaciones depoder anteriores.

    Porque el hombre es sometido a una voluntad suprema, sin derecho a rplica,infundida sobre la base del temor y la violencia. Con un pas destrozadoeconmicamente donde los gobernantes slo queran su propio beneficio y el dineropareca no valer. Con los medios dispuestos a callar por el mismo temor, y ungobierno que adquiri la posesin del saber y se consideraba, a partir del mismo, un

    fabricante de verdades. Y por ltimo, el pueblo que debera obedecer pese a todo.El pas se encontraba desvastado cuando lleg la democracia. Los medios

    comenzaron a revelar y el comienzo de la difusin de los crmenes cometidos en elpas, por la dictadura militar, confront a la sociedad con el rostro oculto de unarealidad que no haba podido ni querido ver. Poco a poco, los partidos polticoscomenzaron a reorganizarse surgiendo nuevos dirigentes, y el pueblo se preparabapara volver a ejercer su derecho de libre eleccin de candidatos. Finalmente, elradicalismo triunf en las elecciones de 1983, seguido por el peronismo y por otrasdos fuerzas polticas: el Partido Intransigente y la Unin de Centro Democrtico.

    Jean Cocteau escribi en su libro Le sang dun pote, que un espejo harabien en reflexionar antes de dar sus imgenes. El poder que poseen los mensajes

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    Edicin de la revistaCaras y Caretas

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    puede ser explcito y oculto al mismo tiempo, de acuerdo a quien los informa y a laideologa que obedecen.

    El mensaje slo tiene, a veces, una validez de veinte segundos. Transcurridoese lapso, el interlocutor tiene derecho a modificar la tasa de cambio de la divisa en

    cuestin, plantea Jean Cocteau. Entonces toda aquella informacin, que debaponerse en escena rpidamente, contar con la desventaja del corto tiempo deproduccin y, por lo tanto, no habr lugar para la reflexin. Por otra parte, valerecordar que el poder que imparte el mensaje ya no es discursivo sino, ms bien,informacional, ya que estrecha lazos muy fuertes con el conocimiento. Con todo, elmedio de comunicacin termina por convertirse en una especie de monopolioencargado de reconfigurar la informacin a fin de satisfacer la ideologa dominante.

    Sin lugar a la crtica, se instala en la sociedad una informacin generalizada ycomn a todos. Esto genera que la razn o el pensamiento se conviertan en algoexterno y poco probable de alcanzar, eludiendo la lgica, mantenindose alejados

    de las leyes naturales de comunicacin necesarias. Lo universal corrompe el campoparticular desplazando la opinin pblica y la ideologa personal. De modo que semuestra al individuo bajo la influencia del grupo social al que pertenece. Asimismo,el instinto especial con el que cuenta cada hombre se reducir al mero instintosocial, a su vez, secundario y reducible.

    Gustavo Le Bon asegura en sus apuntes Psicologa de las multitudes, que loshombres se encuentran sumergidos en una psicologa colectiva guiada por la mismasociedad a la que pertenece. Dicha psicologa persigue los instintos y disposiciones,mviles e intenciones, del hombre hasta sus actos y relaciones con sus semejantes.Esto lleva a la construccin de la gran masa psicolgica, donde quien quiera que lacomponga y, por diversos o semejantes que pueda ser su vida, ocupaciones,carcter o inteligencia; el slo hecho de hallarse transformados en una multitud lesdota de una especie de alma colectiva. Dicha alma, les hace pensar, sentir y obra deuna manera completamente distinta de cmo pensara, sentira u obrara.

    Le Bon asegura que en una multitud se borran las adquisiciones individuales,desapareciendo as la personalidad de cada uno de los que la integran. De modoque lo inconsciente social surge en primer trmino y lo heterogneo se funde en lohomogneo. Dicha homogeneidad provoca, al mismo tiempo, una especie decontagio mental fcilmente comprobable, ya que dentro de una sociedad todo

    sentimiento y acto son contagiosos, hasta el punto en el que el individuo sacrifica suinters personal al inters colectivo. Esta conducta puede darse voluntad propia ynatural del individuo o por el efecto que causa el temor de la autoridad en l, pero loque es seguro es que siempre se dar de modo inconsciente.

    El contagio mental provoca en el individuo, que ha perdido su personalidadconsciente, que obedezca a todas las sugestiones de operador que se a ha hechoperder, y termine por cometer los actos ms contrarios a su carcter natural ycostumbres. El hombre ya no es ms que un autmata sin voluntad, tal comodescribe el autor, por el slo hecho de formar parte de una multitud, a su vez dirigidatambin por la autoridad, adquiere la espontaneidad, la violencia, la ferocidad y los

    herosmos de los seres primitivos. Porque la multitud es impulsiva, verstil e irritabley se deja guiar exclusivamente por lo inconsciente.

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    La multitud es influenciable y crdula, pero no reacciona sino a estmulos muyintensos, de modo que, para influir sobre ella, es intil argumentar utilizando lalgica. Y es justamente aqu donde se exponen la violencia y el temor como armasfundamentales para conseguir el objetivo. La multitud se mostrar muy accesible alpoder de las palabras que la autoridad utilice, tanto que pueden desatar las ms

    violentas tempestades, como ocurri con la guerrilla, o apaciguarlas y devolverles lacalma, como ocurri con el pueblo. Dichas las palabras ante la multitud apaciguada,el jefe ganar el respeto de todos los rostros e inclinarse todas las frentes, cita LeBon.

    Por ltimo, la necesidad de toda multitud de un jefe que los oriente, pero espreciso que el mismo posea determinadas aptitudes personales. En este caso, elgobierno de facto se hall fascinado por una intensa fe (en una idea) de dominaciny censura, e indudablemente, supo cmo hacer surgir la fe en la multitud. Utilizandola voluntad potente e imperiosa con la que contaba, a su vez susceptible de animar ala multitud, carente por s misma de voluntad, puso en manifiesto las nuevas formasde gobierno y la ideologa militar que dominara a la gran masa popular.

    El fenmeno de pnico es observable en las masas militares con mayorclaridad que en ninguna otra formacin colectiva. Dicho fenmeno se producecuando tal multitud comienza a disgregarse y se caracteriza por el hecho de que lasrdenes de los jefes dejan de ser obedecidas, cuidndose ya cada individuo de smismo. Rotos los lazos recprocos, surge un miedo inmenso e insensato.

    De este modo, cuando el individuo integrado en una masa en la que surgido elpnico comienza a no pensar ms que en s mismo, demuestra con ello habersedado cuenta del desgarramiento de los lazos afectivos que hasta entoncesdisminuan a sus ojos el peligro. Asimismo, Mac Dougall llega a la conclusin de queel fenmeno del pnico termina por disolver el alma colectiva, de la que se estabahablando con anterioridad, en una de sus exteriorizaciones ms evidentes, pues esindudable que el pnico significa la disgregacin de la multitud.

    Cuando la masa padece el pnico a la represin, se llega a un conformismosocial impuesto por la fuerza, y esto traza en la sociedad un tringulo perfecto entrerepresin, conformismo y masificacin, donde el precio de la integracin es laprdida de la integridad. Lo dicho acontece realmente que la tirana deja libre alcuerpo y se embiste contra el alma, tal como lo afirma Tocqueville. Por tanto que elamo no dir ms: debes pensar como yo o morir; sino eres libre de no pensar

    como yo, tu vida, tus bienes, todo te ser dejado, pero a partir de ese momentosers un intruso entre nosotros.

    Segn como lo describe la autora Ana Mara Miralles, la formacin de laopinin pblica debe se vista como un proyecto poltico dinmico y no como elresultado contingente de la informacin. La opinin pblica designa a la masasegmentada de opiniones particulares en las que se expresan intereses divididos yhasta conflictivos. De modo que, sita a los ciudadanos en la posibilidad de asumirsu propia agenda sin que sean excluidos por los discursos de los polticos o de otrosperiodistas. Asimismo, debera de ser as, sin embargo esto no se produce conexactitud.

    La nocin general de establecimiento de agenda acarrea un conceptofundamentado en la capacidad que adquieren los medios de comunicacin para

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    influir en el relieve de los acontecimientos de la mente pblica, convirtindose losmedios masivos, en aquellos encargados de dominar la creacin de los hechosocurridos. La prensa, en definitiva, no har ms que llevar dichas cuestiones a unnivel de conciencia poltica entre lo pblico, convirtiendo a las noticias impresas enuna versin editada de la realidad. Del mismo modo, vale destacar que el mundo

    real se escoge cuando los medios informativos deciden qu cubrir y qu aspectostransmitir en sus informes, as como tambin deciden qu mensajes noticiososatendern.

    Los peridicos indican con claridad el valor que le dan al relieve de un tem porel tamao del titular y su ubicacin dentro del peridico, as tambin, como lacantidad de pginas que se le dedica y por cunto tiempo permanece caliente en elmedio. El establecimiento de agenda afirma que el pblico se entera de dichasrelevancias por los medios informativos, incorporando un conjunto similar de pesosen sus agendas personales. Y el conjunto, a su vez, es el atributo de todos losmensajes transmitidos al pblico.

    Ahora bien, en qu medida la visin de cada uno con respecto a un objetoest siendo moldeada o influida por el medio? Algunos han sostenido que la visinde los consejos ciudadanos como instituciones estn directamente influidas por losinformes de la prensa, con el resultado de que esos grupos gobernantes locales seperciben como con ms pericia y autoridad de cuanto en realidad poseen. Sinembargo, y en este caso en particular, las cuestiones polticas se han tomado elatrevimiento de convertirse en el factor relevante de la sociedad.

    La opinin pblica propiamente liberal se constituye entonces como una fuerzamoral y crtica sobre la sociedad, el bien pblico y cualquier poder. Una masa cuyafuerza es indudable y casi indomeable, utiliza estrategias sociales para hacerpblicas sus opiniones. Durante la poca de dictadura militar, slo un grupodecidido a manifestar su opinin por la fuerza, la guerrilla, que a travs de laestrategia principal de manifestacin en las calles hizo visible la opinin privada desector en el espacio pblico.

    El bloque que constituyeron intentaba expresar que muchos eran los quesentan lo mismo, una especie de expresin de la voluntad colectiva. Entonces losvoceros se convierten en los representantes del mensaje de las multitudes quemarchan, construyendo, al mismo tiempo, un discurso que aspira al liderazgo. De

    este modo, las marchas callejeras supusieron un reto a las visiones dominantes y aas prohibiciones, definindose como opositoras al poder. Las marchas de lasMadres de Plaza de Mayo se convirtieron en creadoras de acontecimientos, al igualque el movimiento guerrillero.

    Asimismo, es relevante la opinin de los lderes. El lder funciona como bisagraentre el medio de comunicacin y los ciudadanos, ya que su peso meditico es losuficientemente notorio y fuerte. Por consiguiente, que el poder de influencia queellos poseen es mayor que el de cualquier otro individuo social. Tanto es as, que loslderes de opinin proporcionan a la prensa la ilusin de estar informando sobre elconjunto y por ello, se convierten en las fuentes usuales de informacin; y lo citado

    se encuentra unido con la capacidad de persuasin que adquiere cada lder sobrelos rganos de decisin poltica.

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    El periodismo pblico pretende elevar el nivel de los contenidos informativoscon una idea en mente: proporcionar elementos a las audiencias para participar enel debate de los temas de inters pblico. Lo curioso a destacar en este aspecto esque los contenidos que intente proporcionar estarn previamente censurados por loslderes de opinin dominante, esto les imposibilitar proporcionar los elementos

    necesarios para formar el debate, puesto que los lderes siempre irn por detrs dela negociacin de sus propios intereses polticos, econmicos y sociales. El gobiernotermin por constituir la idea de que tendra que existir una opinin pblica unnime,para legitimar as una poltica dominante y reforzar las relaciones de fuerza.

    El discurso poltico y el poder que ejerce en los medios

    Nadie es ajeno a la comunicacin y nadie tiene distancia con respecto a ella

    Dominique Wolton - Pensar la comunicacin

    Partiendo de la base de que no existe la comunicacin en s misma, sino quesiempre se encuentra ligada a un modelo cultural, se pude afirmar que el diario LaCapital no hizo sino otra cosa que difundir e interactuar, pero esta vez no con lasociedad sino con el gobierno. Esto provoc una ruptura en el orden social que lleva desconocimiento multitudinario, por un lado, por la falta de informacin, por el otro,el hecho de no conocer la diferencia entre realidad y ficcin.

    La produccin del discurso est controlada, seleccionada y redistribuida poruna serie de procedimientos que tienen por funcin conjurar sus poderes y peligros,dominar el acontecimiento y esquivar su temible materialidad. Michel Foucault

    plantea en El orden del discurso que el individuo conoce muy bien sus lmites, ypor lo tanto, no tiene el derecho de decirlo todo as como de hablar de todo encualquier circunstancia. De modo que el discurso no es simplemente lo quemanifiesta el deseo, sino tambin el objeto del deseo; aquello por lo que se lucha yse convierte en el poder del que el individuo quiere aduearse.

    El gobierno se adue de un discurso planificado separando de modo arbitrarioy violento lo verdadero de lo falso. Dicho discurso era respetado porque infundaterror, ya que era el discurso pronunciado por quien tena el derecho y decida lajusticia, anunciaba lo que iba a pasar, contribua a su realizacin y arrastrabaconsigo la adhesin de los hombres. La verdad ya no resida en lo que era el

    discurso en aquello que se haca, sino en lo que deca el lder. Esto provoc que lavoluntad de verdad ejerciera una especie de presin y coaccin sobre los demsdiscursos, imponiendo a los dems individuos un cierto nmero de reglas.

    Es necesario concebir el discurso como una violencia que se ejerce sobre lascosas, como una prctica que se impone donde los acontecimientos del discursoencuentran el principio de su regularidad. Por el mismo modo, que la verdadentendida como un absoluto no existe, ya que todo discurso se encuentra manchadacon el tinte de la intencionalidad.

    Foucault agrega que el mundo natural no es ms que un mundo fetichizado

    donde el hombre se abandona como existente natural y donde objetivaingenuamente la significacin de los objetos. De modo que no existe la objetividad,pues el mundo y sus objetos siempre sern contemplados por un sujeto.

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    El discurso, aunque planteado desde diferentes puntos de vista, hacareferencia siempre a la misma intencin de poder y dominacin, de exigencia ysubordinacin, y el ejemplo de ello es el comunicado nmero diecinueve promulgadopor los militares en 1976.

    Comunicado N 19(Diario "La Prensa", 24 de marzo de 1976)

    La "desaparicin" fue la frmula ms siniestra de la "guerra sucia": el "objetivo" erasecuestrado por un comando paramilitar donde, convertido en un nmero y sinninguna garanta legal, quedaba a merced de sus captores. La desaparicin depersonas fue un programa de accin, planificada con anticipacin, establecindose

    los mtodos por los cuales llevarlo a la prctica: arrojando a los "desaparecidos" alRo de la Plata (previa aplicacin de sedantes) desde aviones o helicpterosmilitares y en fosas comunes; fusilamientos y ocultamiento de cadveres, sin ningntipo de identificacin.

    La pregunta es cmo puede un simple juego de palabras disfrazar semejanteideologa? Es que el poderoso discurso cuenta con ciertas armas externas, losuficientemente afiladas como para ejercer presin y olvidar. El triunfo final de laseleccin argentina en el Mundial de Ftbol ha supuesto que la Junta Militar quediriga el General Videla haya cubierto con creces los objetivos que se propuso alemprender la organizacin del campeonato. Durante 25 das, los problemas del pasargentino haban pasado a un segundo plano y el ttulo mundial conseguido por suseleccin los mantendra oculto por ms tiempo an. (Diario "El Pas", junio de1978).

    En medio de la crisis poltica, econmica y social del rgimen militar,sorpresivamente el 2 de abril de 1982, tropas argentinas recuperaron las islasMalvinas. Tras frustrados intentos diplomticos, la fuerza de tareas britnica lleg alAtlntico sur y comenzaron las hostilidades. Con hitos como el hundimiento delcrucero General Belgrano -que produjo 322 muertos- y del destructor britnicoSheffield, la guerra concluy el 14 de junio, con la rendicin argentina.

    La derrota marc el derrumbe poltico del rgimen. El regreso de los soldadosarroj luz sobre las sospechas de lo que haban padecido, sin los pertrechos y elentrenamiento suficientes para enfrentar a los britnicos. Para defender las islas delataque de ingleses bien entrenados y equipados, la junta militar procedi a reclutarjvenes argentinos, sin instruccin militar, la mayora de los cuales provena deprovincias pobres del interior del pas. La derrota catastrfica de Malvinas y elconocimiento de la muerte de centenares de jvenes argentinos (ms de 600),deterioraron el frente militar, pero sobre todo, la reputacin del ejrcito, al cual seconsider como mayor responsable del desastre.

    La represin, cuidadosamente planeada, organizada y dirigida por los msaltos niveles de decisin poltica y militar, fue, al mismo tiempo, clandestina. Susdestinatarios no fueron exclusivamente los integrantes de las organizaciones

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    guerrilleras comprometidos con la lucha armada, sino que se extendi a un conjuntode actores sociales y polticos sin vinculacin directa con las organizacionesguerrilleras.

    El llamado Proceso de Reorganizacin Nacional supuso la coexistencia de un

    Estado terrorista clandestino, encargado de la represin, y otro visible, sujeto anormas, establecidas por las propias autoridades revolucionarias pero que sometansus acciones a una cierta juridicidad. En la prctica, esta distincin no se mantuvo, yel Estado ilegal fue corroyendo y corrompiendo al conjunto de las instituciones delEstado y a su misma organizacin jurdica.

    Asimismo surge la misma pregunta planteada con anterioridad. Pero en estecaso, los militares decidieron cambiar el vuelco del discurso. El pueblo seencontraba confiado enviando chocolates con mensajes alentadores mientras ellosnunca llegaban y el ejrcito (constituido la mayora por jvenes de dieciocho aos)se renda ante el ataque avasallador de Gran Bretaa. Para ello, el gobierno militar

    decidi controlar estrictamente la difusin de noticias acerca de la evolucin polticay militar del conflicto, y cre un clima triunfalista que no se corresponda con el cursoreal de los acontecimientos. El quince de junio de 1982, las tropas argentinas serindieron ante las inglesas. La guerra por las Islas Malvinas habra terminado ascomo empezara el fin de la dictadura militar.

    La dictadura de 1976 complet y profundiz el esquema de persecucin yexterminio que comenzara sistemticamente con la Triple A, liderada por LopezRega. Y aqu la distribucin de desaparecidos segn profesin u ocupacin:

    Obreros......................................................................................... 30,0%Estudiantes................................................................................... 21,0%Empleados.................................................................................... 17,8%Profesionales.................................................................................10,7%Docentes....................................................................................... 5,7%Conscriptos y personal subalternode las Fuerzas de Seguridad...........................................................2,5%Amas de casa............................................................................... 3,8%Autnomos y varios........................................................................ 5,0%Periodistas.................................................................................... 1,6%Actores y artistas........................................................................... 1,3%

    Religiosos..................................................................................... 0,3%(Informe de la Conadep, Nunca Ms, Eudeba, 1984)

    Durante el proceso militar el orden del discurso se fue trasladando hacia undiscurso de poder soberano y absoluto. Y sin comprender por qu, se hanescuchado a muchos hombres repetir la frase que vuelvan los militares o con losmilitares estbamos mejor, haba seguridad y orden. Pues no asombra demasiadosi se reflexiona, ya que ese es el propsito del discurso, as como todo lo que llevaconsigo y provoca en el oyente. La persuasin el su arma fundamental, y laignorancia la estrategia a la que aborda, puesto que la refugia.

    El discurso del Vaticano tampoco estaba tan alejado de una realidad poltica,slo que se centr en una ideologa ms bien neutra (aunque no del todo), con el fin

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    de buscar una solucin favorable y equitativa para ambos pases. Para ello seinvolucr en una serie de investigaciones previas sobre el sitio en disputa, losreclamos exigidos por ambas partes, y un intento de solucin que llevara muchosaos en llevarse a cabo.

    El cinco de mayo de 1979 el diario La Capital publica en su portada el ttuloque muchos estaban esperando: Comenz ayer la mediacin papal. En el interiorde la nota se describen lugar y fecha exacta de la reunin y las personas implicadasen las prximas decisiones. Dicha mediacin se trasladara hasta mediados de 1984cuando Chile acepta, finalmente, la propuesta dispuesta por Juan Pablo II. Entrepropuesta y propuesta, a fin de llegar al comn acuerdo, el Vaticano se tomaba entrecuatro y seis meses, delimitando siempre las reas martimas, terrestres y areas.En junio del mismo ao, el diario escribe en su portada Media el Vaticano en elDiferendo. El Cardenal Samor haba sido elegido como icono en representacin dela Argentina, mediador entre el Vaticano y el pas. Muchas fueron las propuestas y ladecisin de los pases se encontraba sometida a intereses polticos y econmicos,

    por ello la dificultad en llegar a un acuerdo comn.

    Finalmente, el veintinueve de junio de 1983, el diario vuelve a escribir en suportada: La solucin de la controversia. El discurso apaciguador del Cardenal y lapropuesta del Papa llevaron a un irremediable acuerdo entre ambas partes, evitandola posible guerra. El discurso jug el papel fundamental en este conflicto, persuasivoy apaciguado. Nada sencillo para dos pases regidos por militares dispuestos a llevara cabo lo imposible para cumplir sus objetivos. Porque igual que un comercial detelevisin o una publicidad, el discurso es poderoso e intencional, y excava ms afondo, ya que utiliza las palabras.

    Roland Barthes explica en La semiologa, que en publicidad el anclaje puedeser ideolgico, ya que el texto gua al lector entre los significados de la imagen,hacindole evitar algunos y recibir otros, por tanto que lo telegua hacia un sentidoelegido con antelacin. Las palabras, al igual que las imgenes, se conviertenentonces en fragmentos de un sintagma ms general, y la unidad del mensaje secumple en un nivel superior. Cada palabra significara algo, elaborado por el orador,para la transmisin de una ideologa o la resolucin de un problema, como en estecaso.

    Las entrevistas realizadas revelan la censura de prensa impartida por el

    gobierno vista por los ojos del pueblo. Liliana Mundin (Prof. Universitaria de Ingls)cuenta con detalles su oficio y obligaciones a cumplir en 1978. Asegura que alcomenzar los preparativos para la celebracin del mundial de ftbol, algunasalumnas haban sido elegidas para trabajar dentro del Crculo de Prensarecientemente inaugurado en la actual Plaza Pinasco. Su trabajo era hablar con losperiodistas extranjeros, transcribir sus mensajes y enviar los reportes a las agenciasde prensa internacionales. Todo, a travs de la utilizacin del idioma universal.

    Liliana sostiene que en aquellos aos, como joven estudiante del Profesorado,vea rigidez en la educacin, censura de las pelculas con contenido poltico orelacionado con la sexualidad: Yo, al igual que muchos otros jvenes que

    estudiaban o trabajaban, no estaba muy al tanto de que se ocultaba informacin.Pero recuerdo que en algunas oportunidades, trabajando con los periodistas quevenan de distintas partes del mundo, enve algunos reportes que decan: ...el ftbol

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    ocupa las mentes de los argentinos. Parece que estuviesen adormecidos o bajo losefectos de algn lavado de cerebro... no se han dado cuenta an de la cantidad dedesaparecidos...Los medios locales no reflejan lo que est ocurriendo

    La entrevista realizada no hace ms que mostrar cmo los medios extranjeros

    tenan mayor conocimiento de lo que ocurra en Argentina que los propioshabitantes. Nadie pareca haberse enterado de nada. Todo pareca estar bien. Notenamos informacin, entonces seguramente creamos que todo estaba normal,asegura la entrevistada. Con todo, Liliana agrega: "Confieso que esto provoc ungran sacudn en la sociedad, porque nadie entenda nada. Nos resignbamos acomentar entre colegas lo poco que escuchbamos y a cuestionar las opinionesextranjeras pensando: qu dicen?, estn locos?, por qu no se ocupan de susasuntos?, para qu se meten?".

    Muchos fueron los estudiantes que, enaquella poca debieron aceptar las reglas del

    juego. La guerrilla tampoco qued de brazoscruzados. Durante el gobierno militar el grupoguerrillero ERP (Ejrcito revolucionario del pueblo)se caracteriz por la toma de colegios. El fin eraproponer nuevos modos de enseanza ycapacitacin, sin embargo dicha propuestaesconda algo ms all. Planteada la idea primera,la guerrilla adoctrinaba a los alumnos para luego

    reclutarlos y constituir losdistintos grupos guerrilleros ya instalados (montoneros y ERP).A partir de 1972, se organiz dentro del Politcnico de Rosarioun grupo de alumnos que comandaba el Centro de estudiantes.El grupo estaba en constante rebelda y contraposicin a losdirigentes del colegio, fundamentalmente con el decano de lainstitucin. Aprovechando el litigio que exista entre ambos, laguerrilla opt por generar un gran disturbio y tomar la escuelapor la fuerza, dejando los estudiantes desde segundo a quintoao dentro de ella.

    Ricardo prefiri no develar su identidad. Hombre de familia deunos 53 aos. Rosarino, y estudiante del quinto ao del

    Politcnico, cuenta cmo vivi la represin dentro del colegio: Recuerdo que a cadagrupo de chicos se les hablaba de distinta manera segn la edad, pero a final, elmodo de enseanza era siempre el mismo. Lo relevante para la guerrilla era liberaral pas de la represin militar. Conjuntamente, a aquellos estudiantes msavanzados o interesados se los inclua dentro de los grupos guerrilleros yaformados, mientras otros alumnos eran elegidos para desempear la tarea depanfleteros o escribir las paredes a modo de protesta. Aquellos estudiantes queaceptaban formar parte de los grupos guerrilleros aprendan a luchar frente a frentecontra los militares, utilizando todo tipo de armas. Pero al fin, todo se sintetizaba enuna enseanza pre guerrillera contra el estado represor. Recuerdo haber faltado unpar de semanas al colegio y cuando iba, rogaba a Dios que mi viejo me fuera a

    buscar, de otro modo, saba que no sala.

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    La noche de los lpices16 de septiembre 1976

    Estudiantes bajo control

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    Conjuntamente con la toma de instituciones educativas, la guerrilla se traslad a lasvillas, donde segn ellos, el pueblo sera ms accesible y fcil de convencer.Utilizando a las villas como escudo, reclutaron cientos de ciudadanos haciaTucumn. Asimismo, varios de los compaeros de Ricardo quedaron reclutados yfueron trasladados a la selva tucumana, donde se encontraba la base guerrillera,

    con el fin de hacer de Tucumn un pas liberado e independiente, pero los militaresal tener conocimiento de ello, arrasaron la selva tucumana. Slo los grandes jefespudieron escapar refugindose en las iglesias. Ricardo asegura que el CleroCatlico estaba muy vinculado con la guerrilla por ello la matanza de tantossacerdotes.

    Ricardo afirma que a medida que los aos fueron pasando la lucha entremilitares y guerrilleros fue creciendo hasta convertirse en la masacre de la que todosse encuentran informados hoy en da. Las amenazas de bombas eran cosa detodos los das. El pueblo estaba aterrorizado porque nunca sabas si llegabas a tucasa. Cada vez que sala llevaba conmigo el DNI porque los militares nos paraban

    en la calle para verificar que no estuviramos en las famosas listas negras.

    El problema entre guerrillero y ejrcito se limitaba en un principio a la simplelucha de intereses e ideologas, donde se aplicaba la conocida ley del ojo por ojo.Los guerrilleros mataban un militar y los militares respondan con lo mismo. Perodespus de pasados los aos, la guerra se volvi cada vez ms intensa ysangrienta, hasta el punto lmite. Escal la punta del iceberg cuando fallece la hijadel almirante Armando Lambruschini, uno de los tres jefes del cuerpo del ejrcito. Lahistoria la cuenta Ricardo recordando informacin jams olvidada. Segn elentrevistado, Paula Lambruschini de quince aos, invita a dormir a su casa a sumejor amiga, de cual nombre desconoce. A la maana siguiente, sin nadie en eldomicilio a excepcin de Paula, una militante de la organizacin guerrilleraMontoneros coloca una bomba en uno de los dormitorios del piso. La bomba detoncerca de las dos de la madrugada. Esto ocurri en agosto de 1978, a pasos de lallegada del mundial. Poco despus, el 15 de septiembre de 1978, Lambruschinisucedi en la jefatura de la Marina y como miembro de la dictadura al almiranteEmilio Massera, hasta que en 1981 fue reemplazado a su vez por el ex almiranteJorge Anaya. A partir de ese instante, el pueblo sufrira las peores consecuencias.

    Un genocida menos es el titular de la crnica con la que el peridico Pgina12 resea brevemente la trayectoria militar y poltica del Almirante despus de su

    muerte. Lambruschini fue condenado a ocho aos de prisin por la Cmara Federalque finalmente juzg a los mximos responsables, entre ellos a dos de los miembrosde la primera junta militar, el ex general Jorge Videla y el ex almirante EmilioMassera, castigados a su vez con penas de reclusin perpetua. Todos ellos fueronliberados por los decretos de indulto que el ex presidente Carlos Menem firm el 28de diciembre de 1990, Da de los Santos Inocentes.

    Lambruschini, considerado responsable en 35 casos probados de secuestro y10 de torturas reiteradas y robo de nios nacidos en la maternidad clandestina delcampo de concentracin que funcionaba en la Esma, estuvo slo cinco aos ycuatro meses privado de su libertad. En 1994 el juez scar Garzn Funes le oblig,

    igual que a Emilio Massera y al Estado, a indemnizar en un milln de pesos a DanielTarnopolsky, cuya familia ntegra desapareci tras ser secuestrada y trasladada a laEscuela de Mecnica de la Armada (ESMA)

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    La muerte de Lambruschini ha reavivado la batalla ideolgica que ahora selibra desde los peridicos. El conservador diario La Nacin, ignor la responsabilidadde Armando Lambruschini en los crmenes cometidos y probados por los que fuecondenado, y rese su alegato de seis minutos durante el juicio seguido contra las

    juntas militares, en el que el ex almirante dijo: "Mi honra queda a salvo antes de esteproceso y a salvo quedar tambin en caso de condena".

    El ex Almirante fue uno de los personajes clave en el conflicto por el Beagle,cuando las fuerzas militares de la Argentina y Chile estuvieron a pocas horas deenfrentarse. Mediante diversos viajes al exterior, Lambruschini busc forjar alianzasen favor del gobierno militar y tambin fue uno de los integrantes de la junta que msse pronunciaron en procura de una salida poltica a la situacin nacional deentonces.

    (Diario La Capital, Rosario, 15 de agosto del 2004)

    Cetros clandestinos de detencin y torturas

    En estos laboratorios del horror se detena, se torturaba y se asesinaba a personas.Locales civiles, dependencias policiales o de las propias fuerzas armadas fueronacondicionados para funcionar como centros clandestinos. Estas crcelesclandestinas tenan una estructura similar: una zona dedicada a los interrogatorios ytortura, y otra, donde permanecan los secuestrados.

    Centro clandestino, La Plaza Cvica,exterior - Rosario

    Jefatura de Polica, exterior - Rosario

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    Interior de los calabozos donde torturaban mujeresPlaza Cvica - Rosario

    Jefatura de Polica, interior - Rosario

    En la ESMA funcion uno de los msgrandes centros clandestinos de

    detencin y exterminio.

    El interior de El Pozo de Banfield -Buenos Aires

    Durante la ltima dictadura militar, elPozo de Banfield funcion como centroclandestino de detencin de la Brigadade Seguridad, Investigaciones eInteligencia de la Polica Provincial deBuenos Aires. Tambin form parte de

    una de las sedes del Plan Cndor.

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    Hasta hace poco tiempo segua funcionando como dependencia de la Policabonaerense.

    El

    interior de El Pozo Rosario

    A las 2 de la maana Silva y Pinasco vieron como un grupo de personas con armaslargas salan de los autos sospechosos y entraban a la iglesia.13 de diciembre del 1976 - Masacre de Margarita Beln

    El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadasderrocaron al Gobierno constitucional e instalaronen nuestro pas la dictadura militar mssangrienta de la historia nacional. A lo largo y a loancho del pas desplegaron su plan de terror,miedo, violencia. Persecuciones, amenazas,muertes, desapariciones de personas, fueron unaconstante a partir del golpe militar.

    Esa especie de censura: Primeraparte

    El ex Jefe de Redaccin del diario La Capital de Rosario trabajaba durante elproceso militar en el diario propiamente citado. En su labor de periodista principiante,escriba las editoriales de todos los das ms dos columnas semanales sobre polticay cultura. Testigo de la llamada marcha del silencio y escritor en la poca dondeArgentina y Chile disputaban por las islas del Canal del Beagle. Luis Etcheverry se

    encontraba trabajando de periodista de espectculos en el perodo del procesomilitar, de modo que vivi en cercana la censura en el medio y las exigencias delgobierno de facto.

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    El entrevistado asegura que durante el proceso no existi la censurapropiamente dicha, y con lo que respecta la palabra, sino un acuerdo premeditadoentre los directores del diario y el gobierno, de modo de tratar con mensura el temade la guerrilla. Luis afirma que la agitacin poltica comienza con la revolucincubana y a partir de 1968, donde surge la guerrilla dividida en dos grupos, los

    montoneros por un lado y la ERP (Ejrcito revolucionario del pueblo) por el otro. Esteltimo ms concentrado, ya que los montoneros abarcaron un gran radio de accin.

    Uno de los hechos principales que desat la guerrilla fue la toma de La Calera(pequea ciudad de Crdoba) donde el grupo guerrillero montonero toma la jefaturade polica por la fuerza. Por supuesto, el hecho fue exitoso desde le punto de vistaguerrillero. Luego se toma Garn (una localidad de la provincia de Buenos Aires),pero esta vez sin armas. El diario La Razn publica en horario vespertino unacrnica sobre los hechos ocurridos, donde se divisaba el inclinamiento a favor a laguerrilla, y si bien los militares an no lideraban el poder, esa crnica despert laatencin de los mismos, que ms tarde pidieron que el medio tuviera cuidado con las

    publicaciones en especial cuando se informaba de poltica. Y los medios de prensa,a excepcin de aquellos clandestinos de ideologa guerrillera, hicieron caso alpetitorio sin cuestionar. Luis Etcheverry asegura que ese fue el punto de partida dela despus llamada censura en los medios.

    El diario haba adoptado una poltica imparcial informando todo lo que seconsideraba pblico. Durante el proceso, el medio grfico guard inmenso respetopor las noticias que publicaban y el modo en que lo hacan. En los titulares y cuerpode las notas no nombraban al ejrcito revolucionario del pueblo o a los montoneroscon el propio nombre sino que se los citaba con la frase bandas subversivas, comoalguna vez fuera hecho en la poca peronista, donde el nombre Pern era borradode la memoria del pueblo.

    Al pasar los aos, el medio informaba cada vez menos, producto de laautocensura de los periodistas y el temor generado por los militares. Tal es as quecuando las madres de Plaza de Mayo comenzaron las protestas empujadas por laindignacin de no saber de sus hijos, los medios de comunicacin mencionaron muypor arriba el hecho pero nadie se anim a entrar en detalles. Se realizaban crnicasdonde mencionaban los actos de protesta guiados por ellas pero no se haca unanlisis ms all ni se investigaba en profundidad.

    El gobierno de facto, por su parte, exiga al diario que ste publicarainformacin Se oficial. Los comunicados que transmita eran pequeos y concisos,ya que el gobierno era muy parco y tampoco le convena detallar en demasa, msque lo justo y necesario. Asimismo, Luis aclara: a mi parecer el diario habaadoptado una actitud justa y valiente, toda las muertes eran consideradas crmenesy no exista una excusa que justificara la muerte. De modo que todo acto deviolencia o atentado era condenado. El medio termin por oponerse a la violenciasea de derecha, de izquierda o centro. El pueblo sufra las muertes y lasexplosiones de bombas a diario, y eso gener un estado generalizado de horror, dedesesperacin, de rogar que todo pronto se termine.

    Luis afirma lo anterior con conocimiento de causa. Su labor como Concejal dela ciudad desde 1973 hasta 1976, en el Partido demcrata progresista, lo hizo darcuenta de muchas cosas dentro del mbito poltico. Suspirando recuerda la poca

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    cuando el General Cmpora se introdujo en el poder y asegura con vehemencia:dicindolo de un mal modo, Isabel no fue ms que una broma macabra de Pern,puesto que es imposible pensar que en un pas tan convulsionado, pudiera gobernaruna persona tan incapaz y alterada. Eso alter a la sociedad, que no vea la horaque Isabelita fuera destituida, sin importar lo que pasara despus.

    Entonces se gener un desconocimiento bastante profundo, producto otra vezde la autocensura y el hartazgo multitudinario, que prefera hacer odo sordo a loszumbidos extraos por temor. Y los hechos seguan ocurriendo y se informaba, s,pero no con los detalles que ahora se conocen. El medio editaba la informacin conmesura, pero no hay que olvidar que el diario era muy conservador, por lo tanto nopublicara nada en contra del gobierno. Siempre con objetividad y respeto, porquecuando interviene la opinin del periodista, la informacin se vuelve inexacta y setransgiversa la verdad. Siempre hay que tener en cuenta que si bien hay tantasverdades como ojos miran, la realidad es una sola y uno no puede escapase deeso.

    Por supuesto se ha escuchado hablar de muchos periodistas secuestrados ydesaparecidos durante el proceso, Etcheverry asegura que en generillos mediosrespetaban la poltica militar y se mantenan al margen, sin embargo, existan otrosperidicos paralelos (como el diario El descamisado) manejados por el grupomontonero y de ndole clandestina. En definitiva, los militares encerraran a cualquierindividuo que estuviera ligado a la guerrilla o supiera quin lo estaba: era unagigante lista negra que no tena nombres, que jams v y que creo tampoco exista.Recuerdo una vez que vena de visita el actor Luis Brandoni a canal 3 y yo trabajabacomo entrevistador en la columna de espectculos. Hago contacto para realizarleuna nota y en el momento donde me dirijo en bsqueda de una cmara me dicen:no, Brandoni no. Jams supe porque ni pregunte en demasa. Slo atin a explicarlela situacin a Luis, que por cierto qued muy fastidiado.

    El ex Secretario general de redaccin del diario cierra la entrevista afirmandoque lo nico objetivo importante para los militares era, a fuego y sangre, eliminar a laguerrilla, y para ello, cualquier cosa era vlida en las reglas del juego.

    Esa especie de censura: Segunda parte

    El periodista Carlos del Frade no pone obstculos cuando se trata de hablar decensura y autocensura en los medios de comunicacin y comienza su explicacinasegurando: La censura permanente necesita de obedientes y mediocres hasta queuna sociedad opta por el cambio. Pero aqu se genera la controversia antes citadapor Luis Etcheverry: qu ocurre cuando no hay opciones de cambio de cambio sinoms bien la resignacin provocada por el miedo?

    Del Frade asiente que la poca militar la sociedad se encontraba sometida auna oferta informativa que nunca saba si era completa y verdadera o incompleta y

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    mentirosa. La cuestin es que tampoco dispona de la necesaria conciencia dediversificar los canales por los cuales se vinculaba con las noticias y de all quetampoco se dispona de herramientas masivas de comunicacin que presentasen loshechos que haban sido ignorados por los distintos medios. De tal forma, la libertadde expresin no era ms que una frase hueca, donde la censura rondaba la figura

    de delito pero entraba de lleno en la falta de democracia informativa en la principalciudad de la provincia.

    Hoy en da cada vez se venden menos ejemplares de La Capital, y ms allque su facturacin supera largamente el milln de pesos mensuales, un diariosolamente se mantiene en el tiempo a partir de la credibilidad y el equilibrio con quemostr y muestra todas las tendencias sociales, polticas, econmicas, culturales yexistenciales de la sociedad en la que desarrolla su actividad.

    Carlos sostiene que la decisin hoy por hoy de los trabajadores del diario deponer freno a la censura y a las notas que vienen de arriba es una lucha que merece

    ser acompaada por el resto de la ciudadana que ya a esta altura necesitacomprometerse en la discusin sobre contenidos, formas y hasta propiedad de losgrandes medios de comunicacin, algo que no hubiese podido hacerse en la pocadel proceso.

    Asimismo, caus cierta repulsin ver la presencia de las columnas delperiodista Evaristo Monti sosteniendo la lnea editorial del diario, como unademostracin de continuidad de lo viejo, donde Monti elogi los dotes de estadistadel principal asesino de rosarinos, Leopoldo Fortunato Galtieri, cuando era el titulardel Comando del Segundo Cuerpo de Ejrcito entre octubre de 1976 y febrero de1979.

    Entonces censura, autocensura, miedo, inseguridad, mentira, conveniencia,represin y falta de libertad formaron parte de la poca del proceso, y no slo sehabla de desaparecidos y muertes, sino tambin de guerras y posibles guerras.Porque la censura y autocensura que se gener a partir de la llegada militar noabarc slo la informacin sobre el Canal del Beagle sino los siete largos aos degobierno de facto, donde la guerra entre ambos bandos pareca nunca acabar y elpueblo se mantena en cierta medida al margen, pero despus sufrira lasconsecuencias.

    Fue un listado negro de palabras que parecan llevar el mismo significado, y elmismo destino.

    Esa especie de censura: Tercera parte

    El propio general Videla argumentaba en un reportaje realizado por laperiodista Mara Seoane:

    No, no se poda fusilar. Pongamos un nmero, pongamos cinco mil. Lasociedad argentina, cambiante, traicionera, no se hubiere bancado los fusilamientos:ayer dos en Buenos Aires, hoy seis en Crdoba, maana cuatro en Rosario, y as

    hasta cinco mil, 10 mil, 30 mil. No haba otra manera. Haba que desaparecerlos. Eslo que enseaban los manuales de la represin en Argelia, en Vietnam. Estuvimostodos de acuerdo. Dar a conocer dnde estn los restos? Pero qu es lo que

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    podamos sealar? El mar, el Ro de la Plata, el Riachuelo? Se pens, en sumomento, dar a conocer las listas. Pero luego se plante: si se dan por muertos,enseguida vienen las preguntas que no se pueden responder: quin mat, dnde,cmo.

    (Televisin norteamericana el 14 de septiembre de 1977)

    Debemos aceptar como una realidad que enla Argentina hay personas desaparecidas. Elproblema no est en asegurar o negar esarealidad, sino en saber las razones por las cualesestas personas han desaparecido. Hay variasrazones esenciales: han desaparecido por pasar ala clandestinidad y sumarse a la subversin; handesaparecido porque la subversin las elimin por

    considerarlas traidoras a su causa; handesaparecido porque en un enfrentamiento, dondeha habido incendios y explosiones, el cadver fuemutilado hasta resultar irreconocible. Y acepto quepuede haber desaparecidos por excesos cometidosdurante la represin. Esta es nuestra responsabilidad; las otras alternativas no lasgobernamos nosotros. Y es de esta ltima de la que nos hacemos responsables: elgobierno ha puesto su mayor empeo para evitar que esos casos puedan repetirse.

    Qu es un desaparecido? En cuanto ste como tal, es una incgnita eldesaparecido. Si reapareciera tendra un tratamiento X, y si la desaparicin seconvirtiera en certeza de su fallecimiento tendra un tratamiento Z. Pero mientras seadesaparecido no puede tener ningn tratamiento especial, es una incgnita, es undesaparecido, no tiene entidad, no est, ni muerto ni vivo, est desaparecido.

    (Histrica declaracin del general Videla, transcripta por el diario Clarn y publicadael 14 de diciembre de 1979)

    Los operativos de detencin eran realizados comnmente por militares oparamilitares, fuertemente armados, que se movan en automviles en grupos de

    cuatro o cinco personas. Previamente, acordaban con las fuerzas de seguridad laliberacin de la zona donde iban a actuar. Atrapaban a las vctimas en la calle, enbares, cines, en sus casas o en el lugar donde se encontraran en ese momento.

    Una vez detenidos eran trasladados a un centro clandestino de detencindonde se los interrogaba mediante un rgimen de tortura sistemtica. Finalmente, enla mayora de los casos, eran asesinados y sus cuerpos hechos desaparecermediante los denominados vuelos de la muerte, sepultados en fosas comunes, ocomo n.n.

    Durante los primeros aos, si bien los medios haban pactado no darinformacin sobre lo que estaba ocurriendo, de vez en cuando se publicaban

    noticias sobre la detencin de personas o la aparicin de cadveres.

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    Junta militar encabezada por el GeneralVidela en 1976

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    Son las dos caras de una misma moneda que atormenta a travs de los aos yjams se define ninguna de ellas.

    A modo de cierre

    El diario La Capital, como tantos otros medios, reserv sus derechos deopinin para ajustarse al gobierno, y no es que se intente sealar el por qu de sudecisin sino ms bien la razn de la misma. Se habl de censura previa cuando loque ocurra era una autocensura primera por parte de todos los periodistas que

    trabajaban en los diferentes medios. Se habl de ideologa dominante cuando lanica base