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2009

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  • Una joven modelo conproblemas emocionales caedesde su balcn de Mayfair enplena noche. Su cuerpo yaceen la calle nevada. Todo elmundo asume que ha sido unsuicidio, excepto su hermano,que contrata los servicios delinvestigador privadoCormoran Strike para que seencargue del caso.Veterano de guerra consecuelas fsicas y psicolgicas,la vida de Strike es un

  • desastre. El encargo le dacierto respiro econmico, perocuanto ms profundiza en elcomplejo mundo de lamodelo, ms oscuro parecetodo y ms se acerca Strike aun gran peligro.Un elegante misterioimpregnado de la atmsferade Londres, desde las callesms selectas de Mayfair hastalos pubs ocultos del East Endo el bullicio del Soho.

  • Robert Galbraith

    El canto delcuco

    Cormoran Strike - 1

  • Para el verdadero Deeby,muchas gracias.

  • Por qu naciste cuando la nievecaa?

    Debiste haber nacido con la llamadadel cuco,

    o cuando las uvas estn verdes en elracimo

    o, al menos, cuando las gilesgolondrinas se renen

    para su lejano vuelodesde el verano agonizante.

    Por qu has muerto cuando loscorderos estn paciendo?

    Deberas haber muerto con la cadade las manzanas,

  • cuando el saltamontes se encuentraen apuros,

    y los trigales son rastrojosempapados

    y los vientos suspiranpor las cosas buenas que han muerto.

    CHRISTINA G. ROSSETTI, Cancinfnebre.

  • PRLOGOIs demum miser est, cuius

    nobilitas miserias nobilitat.

    Infeliz es aquel cuya fama hacefamosos sus infortunios.

    Lucio Accio, Telephus.

  • La agitacin en la calle era comoel zumbido de las moscas. Losfotgrafos se apiaban tras lasvallas vigiladas por la polica,con sus grandes cmaraspreparadas y el alientoelevndose como el vapor. Lanieve caa ininterrumpidamentesobre gorros y hombros; losdedos enguantados limpiaban laslentes. De vez en cuando, se oanarranques de espordicoschasquidos: los observadoresocupaban el tiempo de esperasacando fotos a la carpa de lonablanca que estaba en medio de la

  • calle, a la entrada del altoedificio de apartamentos deladrillo rojo que haba detrs y albalcn del piso superior desdedonde haba cado el cuerpo.

    Tras los apretujadospaparazzi haba furgonetasblancas con enormes antenasparablicas sobre el techo yperiodistas hablando, algunos enidiomas extranjeros, mientrasalrededor merodeaban tcnicosde sonido con los auricularespuestos. En los descansos de lasgrabaciones, los reporterospateaban el suelo y se calentaban

  • las manos con tazas de cafcaliente de la rebosante cafeteraque estaba a pocas calles dedistancia. Para matar el tiempo,los cmaras, cubiertos con gorrosde lana, grababan las espaldas delos fotgrafos, el balcn, la carpadonde se ocultaba el cuerpo y,despus, buscaban otra ubicacinpara planos generales queabarcaran el caos que se habadesatado en aquella tranquilacalle de Mayfair cubierta denieve, con sus filas de brillantespuertas negras enmarcadas enportales de piedra blanca

  • flanqueados por arbustos podadosde forma ornamental. La entradadel nmero 18 estabaacordonada. Se entrevea aoficiales de la polica, algunos deellos expertos forenses vestidosde blanco, en el vestbulo.

    Los canales de televisinllevaban dando la noticia desdehaca varias horas. Habaespectadores que se agolpaban encada extremo de la calle,retenidos por ms policas.Algunos haban llegado apropsito, para mirar, otros sehaban detenido de camino al

  • trabajo. Muchos sostenan en altosus telfonos mviles para sacarfotografas antes de seguir sucamino. Un joven, que no sabacul era el balcn en concreto,hizo fotografas de cada uno deellos, pese a que el de en medioestaba lleno de arbustosornamentales, tres perfectas yfrondosas esferas que apenasdejaban espacio para un serhumano.

    Un grupo de chicas haballevado flores y las habangrabado mientras se lasentregaban a la polica, que an

  • no haba decidido dndecolocarlas. Las dejaron en laparte trasera de la furgoneta de lapolica, conscientes de que lascmaras seguan cada uno de susmovimientos.

    Los corresponsales enviadospor los canales de noticias deveinticuatro horas mantenan unflujo continuo de comentarios yespeculaciones sobre los pocosdatos sensacionalistas queconocan.

    desde su tico alrededorde las dos de la maana. Elguardia de seguridad del edificio

  • alert a la polica an no hay indicios de

    que se hayan llevado el cuerpo, locual ha dado lugar aespeculaciones

    no se sabe si estaba solacuando cay

    varios equipos hanentrado en el edificio para llevara cabo una investigacinmeticulosa.

    Una fra luz invada el interior dela carpa. Haba dos hombresagachados junto al cadver, listos

  • para meterlo, por fin, dentro de unsaco para transportarlo. Lacabeza haba sangrado un poco enla nieve. El rostro estabadestrozado e hinchado, un ojoreducido a una arruga y el otromostrando una lnea blancagriscea entre los prpadosdilatados. Cuando la camisa delentejuelas que llevaba puestareluca con los ligeros cambiosde luz, provocaba una inquietanteimpresin de movimiento, comosi volviera a respirar o estuviesetensando los msculos, dispuestaa levantarse. La nieve caa con un

  • ruido seco sobre la lona.Dnde est la maldita

    ambulancia?El mal genio del inspector de

    polica Roy Carver iba enaumento. Era un hombrebarrigudo, con el rostro del colorde la carne en salmuera, cuyascamisas estaban normalmentemanchadas de sudor alrededor delas axilas y cuya poca pacienciase haba agotado horas antes.Llevaba all casi tanto tiempocomo el cadver. Tena los piestan fros que ya no los senta ysufra mareos provocados por el

  • hambre.La ambulancia est a dos

    minutos dijo el oficial depolica Eric Wardle,respondiendo sin querer a lapregunta de su superior cuandoentr en la carpa con el mvilapretado contra su odo. Acabode dejar libre un espacio para quepase.

    Carver refunfu. Su malhumor se agravaba por laconviccin de que a Wardle leemocionaba la presencia de losfotgrafos. De aspecto juvenil yatractivo, con pelo abundante y

  • ondulado de color castao ahoracubierto de nieve, Wardle habaestado, segn la opinin deCarver, perdiendo el tiempo ensus pocas incursiones fuera de lacarpa.

    Al menos, todos esos seirn cuando se lleven el cuerpodijo Wardle todava mirandohacia los fotgrafos.

    No se van a ir mientrassigamos tratando este lugar comouna jodida escena de un crimenespet Carver.

    Wardle no respondi a aqueldesafo tcito. Carver explot de

  • todos modos.La pobre estpida salt. No

    haba nadie ms all. Tu supuestatestigo estaba puesta de cocana.

    Ya viene anunci Wardley, para disgusto de Carver, salide la carpa para esperar a laambulancia a la vista de lascmaras.

    Aquella historia dej a un ladolas noticias de poltica, guerras ydesastres y todas sus versionescentelleaban con imgenes delrostro perfecto de la mujer muerta

  • y su cuerpo gil y escultural. Enpocas horas, los escasos datosque se conocan se habanextendido como un virus amillones de personas. Ladiscusin en pblico con sufamoso novio, el trayecto a casasola, los gritos que se oyeron y,finalmente, la fatdica cada.

    El novio entr rpidamente enun centro de rehabilitacin, perola polica segua mostrndosehermtica. Se haba perseguido atodos los que haban estado conella la noche de su muerte. Sehaban dedicado miles de

  • columnas en la prensa y horas enlas noticias de la televisin, y lamujer que juraba haber odo unasegunda discusin momentosantes de que el cuerpo cayera sehizo tambin famosa en pocotiempo y fue recompensada confotografas de menor tamao juntoa las imgenes de la hermosachica muerta.

    Pero entonces, ante un apenasaudible gemido de decepcin, sedemostr que la testigo habamentido y esta se retir a uncentro de rehabilitacin, saliendoa la palestra a continuacin el

  • famoso sospechoso principal,igual que el hombre y la mujer deuna casita meteorolgica, quenunca pueden salir al mismotiempo.

    As que, al final, haba sidoun suicidio, y tras una breveinterrupcin de sorpresa, lahistoria adquiri una segunda ydbil versin. Se escribi que lajoven estaba desequilibrada, queera inestable, que no llevaba bienel enorme estrellato que habanalcanzado su extravagancia y subelleza; que haba ingresado enuna clase inmoral y adinerada que

  • la haba corrompido; que ladecadencia de su nueva vidahaba trastornado unapersonalidad ya de por s frgil.Se haba convertido en una duramoralina cargada de regocijo enel mal ajeno y hubo tantoscolumnistas que hicieron alusina caro que la revista Private Eyele dedic una columna especial.

    Y despus, por fin, elhisterismo se fue pasando y nisiquiera a los periodistas lesqued nada que decir, salvo queya se haba dicho demasiado.

  • TRES MESESDESPUS

  • PRIMERAPARTE

    Nam in omni adversitatefortunae infelicissimum est

    genus infortunii, fuisse felicem.

    Pues en toda adversidad de lafortuna

    el ms infeliz entre losdesafortunados

    es el que ha sido feliz.

    Boecio, De ConsolationePhilosophiae.

  • 1

    Aunque los veinticinco aos devida de Robin Ellacott habantenido sus momentos dedramatismo y sus incidentes,nunca antes se haba despertadosabiendo con seguridad querecordara mientras viviera el daque empezaba.

    Poco despus de la medianoche, Matthew, su novio desdehaca tiempo, le haba propuestomatrimonio bajo la estatua deEros en pleno Piccadilly Circus.

  • En medio de la sensacin devrtigo y alivio que sigui a suaceptacin, l le confes quehaba planeado hacerle lapregunta en el restaurantetailands en el que acababan decenar, pero que se lo habapensado mejor al ver a la parejasilenciosa que estaba a su ladoescuchando con disimulo toda laconversacin. Por tanto, habapropuesto dar un paseo por lasoscuras calles a pesar de lasquejas de Robin, porque los dostenan que levantarse temprano y,por fin, le vino la inspiracin y la

  • llev, confundida, a los pies de laestatua. All, lanzndose decabeza en esa noche fra algomuy poco propio de Matthewse haba declarado, apoyado enuna rodilla, delante de tresvagabundos que estabanacurrucados en los escalonescompartiendo lo que pareca unabotella de metanol.

    A los ojos de Robin, habasido la declaracin dematrimonio ms perfecta de todala historia de los matrimonios. lincluso guardaba en el bolsillo unanillo que ahora llevaba ella

  • puesto. Un zafiro con dosdiamantes que se le ajustaba a laperfeccin. Y durante el trayectode vuelta no dej de mirarlo en sumano, que descansaba sobre suregazo. Ahora Matthew y ellatenan una historia que contar, unadivertida historia familiar de lasque se cuentan a los hijos y en laque los planes de l a Robin leencantaba que lo tuviese planeado se haban torcido y se habanconvertido en algo espontneo. Leencantaba lo de los vagabundos, yla luna, y Matthew, nervioso yaturullado, apoyado en una

  • rodilla. Le encantaba Eros, elviejo y sucio Piccadilly y el taxinegro que los haba llevado a sucasa de Clapham. En realidad,incluso le gustaba Londres, quehasta ahora no le habaentusiasmado demasiado duranteel mes que llevaba viviendo all.Los plidos y beligerantesviajeros que se apretujaban en elvagn del metro a su alrededor decamino al trabajo resplandecancon el reflejo dorado queirradiaba el anillo. Y cuandosali a la luz del fro da demarzo en la estacin de Tottenham

  • Court Road, se acarici la parteinferior del anillo de platino conel dedo pulgar y experiment unaexplosin de felicidad al pensarque a la hora de la comida podraacercarse a comprar algunarevista de novias.

    Los ojos de los hombres sedetenan en ella mientras se abrapaso entre las obras al principiode Oxford Street. Consultaba unpapel que llevaba en la manoderecha. Bajo cualquier punto devista, Robin era una chica guapa:alta, con curvas y con un pelolargo de color rubio rojizo que

  • ondeaba cuando caminaba conpaso enrgico mientras el fro ledaba color a sus plidas mejillas.Era su primer da de trabajocomo secretaria durante unasemana. Haba tenido trabajoseventuales desde que haballegado a Londres para vivir conMatthew, aunque no seguira asmucho tiempo ms. Tena yaprogramadas lo que calificaba deentrevistas de verdad.

    Lo ms desafiante de aquellostrabajos tan poco sistemticos yestimulantes era a menudoencontrar las oficinas. Londres,

  • despus de salir de su pequeaciudad de Yorkshire, le parecaenorme, complicado,impenetrable. Matthew le habadicho que no fuese caminando conla nariz pegada a un mapa, pues lehara parecer una turistavulnerable. Por tanto, la mayorade las veces, dependa de planosmal dibujados a mano que alguiende la agencia de trabajo temporalle haba dado. No estabaconvencida de que aquello lehiciera parecer ms unalondinense de nacimiento.

    Las vallas de metal y los

  • muros de plstico azul Corimecque rodeaban las obras hacanmucho ms difcil ver por dndetena que ir, pues ocultaban lamitad de los puntos de referenciadibujados en el papel que llevabaen la mano. Cruz la destrozadacalle delante de un alto edificiode oficinas que en su planollevaba el nombre de CentrePoint y que pareca ungigantesco gofre de hormign consu opaca cuadrcula de ventanascuadradas y uniformes y sedirigi como pudo hacia DenmarkStreet.

  • La encontr casi porcasualidad, siguiendo un estrechocallejn llamado Denmark Placeque desembocaba en una callecorta llena de coloridas fachadasde tiendas, con escaparatesabarrotados de guitarras, tecladosy todo tipo de objetos musicales.Unas vallas rojas y blancasrodeaban otro agujero abierto enla calle y unos obreros conchalecos fluorescentes lasaludaron con silbidos deadmiracin de primera hora de lamaana que Robin fingi no or.

    Mir el reloj. Se haba

  • concedido su habitual margen detiempo para perderse, por lo quellegaba un cuarto de hora antes.La anodina puerta pintada denegro de la oficina que buscabase encontraba a la izquierda del12 Bar Caf. El nombre delpropietario del despacho estabaescrito en un trozo de papelrayado pegado con cinta adhesivaal timbre de la segunda planta. Unda normal, sin el relucienteanillo nuevo en su dedo, aquellopodra haberle parecidodesagradable. Sin embargo, eseda, el papel sucio y la pintura

  • desconchada de la puerta eran,como los vagabundos de la nocheanterior, simples detallespintorescos que servan de telnde fondo para su maravillosahistoria de amor. Volvi a mirarel reloj el zafiro resplandeci yel corazn le dio un brinco: verarelucir aquella piedra el resto desu vida y, a continuacin,decidi, en un brote de euforia,llegar temprano y mostrarseentusiasta por un trabajo que no leimportaba lo ms mnimo.

    Acababa de poner la manojunto al timbre cuando la puerta

  • negra se abri desde dentro y unamujer sali a la calle. Durante unsegundo curiosamente esttico,ambas se miraron a los ojosmientras se preparaban paraaguantar una colisin. Lossentidos de Robin estabaninusualmente receptivos aquellamaana encantada. La visin demedio segundo de aquel rostroblanco le caus tanta impresinque, momentos despus, cuandohaban conseguido esquivarse sintocarse por un centmetro, una vezque la mujer haba avanzado atoda prisa por la calle, haba

  • doblado la esquina y se habaperdido de su vista, pens quepodra dibujarla a la perfeccinde memoria. No fue solo laextraordinaria belleza de surostro lo que haba hecho que sele quedara grabada en sumemoria, sino la expresin de sucara: furiosa pero curiosamentealegre.

    Robin agarr la puerta antesde que se cerrara en el lbregohueco de la escalera. Unaescalera vieja y metlicaascenda en espiral alrededor deun ascensor igualmente antiguo.

  • Concentrada en evitar que susaltos tacones se atascaran en lasescaleras de metal, subi a laprimera planta, pas junto a unapuerta que tena un cartellaminado y enmarcado que decaGrficas Crowdy y siguisubiendo. Solo cuando lleg a lapuerta de cristal de la planta dearriba, Robin fue consciente porprimera vez del tipo de empresaque era aquella a la que la habanenviado para ayudar. En laagencia, nadie se lo haba dicho.El nombre que haba en el papeljunto al timbre de fuera estaba

  • grabado en el cristal: C. B.Strike y, debajo, Detectiveprivado.

    Robin se qued inmvil, conla boca ligeramente abierta,experimentando un momento deasombro que nadie que laconociera habra comprendido.Nunca haba confiado a ningnser humano ni siquiera aMatthew su perenne, secreto einfantil deseo. Y que aquelloocurriera precisamente ese da!Pareca un guio de Dios. Y estolo relacion tambin en ciertomodo con la magia de ese da,

  • con Matthew y el anillo, pese aque, si lo pensaba detenidamente,no tenan relacin ninguna.

    Saboreando aquel momento,se acerc muy despacio a lapuerta con el nombre grabado.Levant la mano izquierda zafiro oscuro ahora, bajo la tenueluz hacia el pomo. Pero antesde tocarlo, la puerta de cristal seabri.

    Esta vez no pudo esquivarlo.Cien kilos de masculinidaddesaliada y sin mirar chocaroncontra ella. Robin recibi talgolpe que la levant del suelo y

  • la catapult hacia atrs, con elbolso volando, moviendo losbrazos en el aire, hacia el vacoque haba sobre el letal hueco dela escalera.

  • 2

    Strike amortigu el impacto, oyel agudo grito y reaccion demanera instintiva. Extendi sulargo brazo y agarr con el puoun trozo de ropa y carne. Unsegundo alarido de dolor retumbentre las paredes de piedra y,despus, con un giro y unforcejeo, consigui arrastrar denuevo a la chica hasta suelofirme. Los gritos de ella seguanresonando en las paredes ydespus se dio cuenta de que l

  • mismo haba gritado tambin unDios mo!.

    La muchacha estaba dobladapor el dolor sobre la puerta de laoficina, gimoteando. A juzgar porla forma en que estaba encorvada,con una mano enterrada bajo lasolapa de su abrigo, Strike dedujoque la haba salvado agarrndolade una parte sustanciosa de supecho izquierdo. Una cortinaespesa y ondulada de pelo rubio ybrillante ocultaba la mayor partedel rostro encendido de la chica,pero Strike vio lgrimas de dolorderramndose por el ojo que no

  • estaba oculto.Joder! Lo siento! Su

    voz fuerte reverber por toda laescalera. No te haba visto. Noesperaba que hubiese nadie ah.

    Bajo sus pies, el extrao ysolitario diseador grfico queocupaba la oficina de abajo grit:

    Qu est pasando aharriba? Y un segundo despus,una queja amortiguada desdearriba indic que al dueo del barde abajo, que dorma en un ticopor encima de la oficina deStrike, el ruido tambin le habamolestado, quizs despertado.

  • Entra aqu.Strike abri la puerta con los

    dedos, para no tener ningncontacto fortuito con la chicamientras permaneca apoyada enella, y la guio hacia el despacho.

    Va todo bien? grit eldiseador grfico con tonoquejumbroso. Strike cerr lapuerta de golpe.

    Estoy bien minti Robincon voz temblorosa, an dobladacon la mano sobre el pecho ydndole la espalda. Tras unsegundo o dos, se irgui y se diola vuelta, con el rostro escarlata y

  • los ojos an hmedos.Su agresor accidental era

    enorme. Su altura, el pelo portodo el cuerpo, sumado a unvientre en ligera expansin, lerecordaron a un oso pardo. Tenaun ojo hinchado y amoratado y uncorte en la piel por debajo de laceja. Haba sangre coagulada enunos araazos con realce de filoblanco en su mejilla izquierda yen el lado derecho de su gruesocuello, que se vea por el cuelloabierto y arrugado de su camisa.

    Es usted el s seorStrike?

  • S.Yo soy la temporal.La qu?La empleada temporal. De

    Soluciones Temporales.El nombre de la agencia no

    borr la mirada incrdula de surostro magullado. Se quedaronmirndose el uno al otro,desconcertados y antagnicos.

    Al igual que Robin, CormoranStrike saba que siemprerecordara las ltimas doce horascomo una noche crucial en suvida. Ahora pareca que lasparcas le haban enviado a una

  • emisaria con una gabardina decolor beis para mofarse de que suvida se diriga hacia la catstrofe.Se supona que no deba haberninguna trabajadora temporal. Suintencin era que el despido de lapredecesora de Robin supusierael fin de su contrato.

    Para cunto tiempo te hanenviado?

    Una una semana, paraempezar contest Robin, quenunca haba recibido unabienvenida con tal falta deentusiasmo.

    Strike hizo un rpido clculo

  • mental. Una semana al precioexorbitante de la agencia haraque su descubierto aumentarahasta llegar al nivel de loirreparable. Incluso podarepresentar la gota que colmabael vaso y que su acreedor nodejaba de insinuar que estabaesperando.

    Disculpa un momento.Sali de la habitacin por la

    puerta de cristal y girinmediatamente despus hacia laderecha, entrando en un diminuto,fro y hmedo bao. All, cerr lapuerta con pestillo y se qued

  • mirando el espejo agrietado ymoteado que haba sobre ellavabo.

    El reflejo que le devolva lamirada no era atractivo. Striketena la frente alta y abultada, unanariz ancha y las cejas densas deun joven Beethoven que hubieseestado boxeando, una impresinque acentuaba el ojo hinchado yennegrecido. Su abundante pelorizado, mullido como unaalfombra, le haba supuesto queentre sus muchos motes de lajuventud se incluyera el decabeza de vello pbico.

  • Pareca mayor que sus treinta ycinco aos de edad.

    Meti el tapn en el desagey llen el lavabo agrietado ymugriento con agua fra, respirhondo y sumergi del todo supalpitante cabeza. El aguaderramada le cay en los zapatos,pero no hizo caso durante los diezsegundos de alivio de aquellatranquilidad helada y a ciegas.

    Imgenes disparatadas de lanoche anterior parpadearon en sumente: vaciando tres cajones desus cosas en un macuto mientrasCharlotte le gritaba; el cenicero

  • que le alcanzaba en la cejacuando l volva la vista haciaella desde la puerta; el camino apie atravesando la oscura ciudadhasta su oficina, donde habadormido una o dos horas en elsilln de su escritorio. Despus,la ltima y asquerosa escena,despus de que Charlotte dieracon su paradero a primera horapara clavarle las ltimasbanderillas[1] que no habapodido hincarle antes de quesaliese de su casa; su decisin dedejarla marchar cuando, tras

  • araarle la cara, ella haba salidocorriendo por la puerta; y acontinuacin, ese momento delocura en el que se haba lanzadodetrs de ella Una persecucinque haba terminado con la mismarapidez que haba empezado, conla intervencin involuntaria deaquella chica ignorante queestaba de ms y a la que se habavisto obligado a salvar y,despus, apaciguar.

    Sali del agua fra con unjadeo y un gruido, con el rostroy la cabeza agradablementeadormecidos y con una sensacin

  • de hormigueo. Se sec con latoalla de tacto acartonado quecolgaba de la parte de atrs de lapuerta y volvi a mirar sumacabro reflejo. Los rasguos,ahora sin sangre, no parecan msque las marcas de un almohadnarrugado. Charlotte habrallegado ya al metro. Una de laslocas ideas que le haban hechosalir detrs de ella haba sido elmiedo a que se lanzara a las vas.Una vez, despus de una broncaespecialmente brutal cuandotenan veintitantos aos, ella sehaba subido a un tejado y se

  • haba balanceado borrachajurando tirarse. Quiz debaalegrarse de que SolucionesTemporales le hubiese obligado aabandonar la persecucin. Nohaba vuelta atrs despus de esaescena a primera hora de lamaana. Esta vez tena queterminar.

    Strike se tir del cuellomojado de la camisa, abri elcerrojo oxidado y sali del bao.Cruz de nuevo la puerta decristal.

    Haban puesto en marcha unataladradora neumtica en la calle.

  • Robin estaba de pie delante de lamesa, de espaldas a la puerta.Volvi a sacarse la mano de laparte delantera de su abrigocuando l entr en la habitacin yStrike se dio cuenta de que habaestado masajendose el pechootra vez.

    Est ests bien? pregunt Strike con cuidado de nomirar al sitio de la lesin.

    Estoy bien. Oiga, si no menecesita, me voy dijo Robincon dignidad.

    No No, nada de eso contest una voz que sali de la

  • boca de Strike, aunque l laescuch con aversin. Unasemana s, eso estar bien.Eh aqu est el correo. Locogi del felpudo mientrashablaba y lo esparci sobre lamesa vaca delante de ella, unofrecimiento conciliador. S,puede abrirlo, contestar eltelfono, ordenar un poco Laclave del ordenador esHatherill23, te la escribo Yas hizo, bajo la mirada recelosay dubitativa de ella. Ah tienes.Yo estar aqu.

    Entr en su despacho, cerr la

  • puerta con cuidado y, acontinuacin, se qued quieto,mirando la mochila que habadebajo de su mesa vaca.Contena todo lo que posea, puesdudaba que volviese a ver denuevo las pertenencias de supropiedad que haba dejado encasa de Charlotte. Probablemente,para la hora de comer se lashabra llevado. Estaranquemndose, tiradas en la calle,rajadas y machacadas, empapadasen leja. La taladradora sonabasin cesar en la calle, debajo deldespacho.

  • Y ahora la imposibilidad dedevolver sus numerossimasdeudas, las desastrosasconsecuencias que acarreara elinminente fracaso de su negocio,la acechante, desconocida peroinevitable continuacin terribletras haber dejado a Charlotte. Enpleno agotamiento, la tristeza detodo aquello pareca levantarsefrente a l en una especie decaleidoscopio de horror.

    Apenas sin darse cuenta deque se haba movido, se vio devuelta en el silln en el que habapasado la ltima parte de la

  • noche. Desde el otro lado delpoco slido muro de separacinllegaban sonidos de movimientos.Sin duda, la solucin temporalhaba encendido el ordenador y,en poco tiempo, descubrira queno haba recibido ningn correoelectrnico relacionado con eltrabajo en tres semanas. Despus,a peticin suya, empezara a abrirsus ltimos avisos. Agotado,dolorido y hambriento, Strikeapoy de nuevo la cara sobre elescritorio y rode sus ojos yodos con los brazos para notener que escuchar mientras su

  • humillacin quedaba reveladaante una desconocida en lahabitacin de al lado.

  • 3

    Cinco minutos despus llamaron ala puerta y Strike, que haba cadoen un duermevela, se irgui de unbrinco en el silln.

    Perdone.Su subconsciente se haba

    enredado de nuevo con Charlotte.Fue una sorpresa ver a la chicadesconocida entrar en eldespacho. Se haba quitado lagabardina, dejando ver unajustado e incluso seductor jerseyceido de color crema. Strike le

  • mir el pelo y se dirigi a ella.S?Hay un cliente que le

    busca. Le hago pasar?Que hay un qu?Un cliente, seor Strike.Se qued mirndola unos

    segundos tratando de procesar lainformacin.

    Bien, de acuerdo No,dame un par de minutos, porfavor, Sandra. Y hazle pasardespus.

    Ella se retir sin hacer ningncomentario.

    Strike tard apenas un

  • segundo en preguntarse por qu lahaba llamado Sandra antes deponerse de pie de un salto paradisponerse a tener un aspecto y unolor menos parecido al de unhombre que ha dormido con laropa puesta. Se agach debajo dela mesa para buscar la mochila,cogi un tubo de pasta de dientesy se meti ocho centmetros en laboca abierta. Despus, se diocuenta de que tena la corbataempapada por el agua del lavaboy que la parte delantera de lacamisa estaba llena desalpicaduras de sangre, as que se

  • quit las dos cosas, ansioso, casisaltando los botones en lasparedes y el archivador, y sacuna camisa limpia, aunque muyarrugada, de la mochila y se lapuso, abrochndose torpemente.Tras ocultar la mochila detrs delarchivador vaco, volvi asentarse apresuradamente y setoc el rabillo de los ojos enbusca de legaas mientras sepreguntaba si aquel supuestocliente sera real y si deberaprepararse para recibir dinero deverdad por sus servicios dedetective. A lo largo de una

  • espiral de dieciocho meses que lohaba llevado a la ruinaeconmica, Strike se haba dadocuenta de que ninguna de esascosas podan darse por sentadas.An segua detrs de dos clientespara que le pagaran el total de susfacturas; un tercero se habanegado a desembolsar un solopenique porque lo que Strikehaba descubierto no era de suagrado y, puesto que l se estabaendeudando an ms y que unarevisin de los alquileres de lazona amenazaba su arrendamientode la oficina del centro de

  • Londres que tan encantado habaestado de conseguir, Strike no seencontraba en situacin de podercontratar a un abogado. Unosmtodos ms duros y groseros decobrar sus deudas se habanconvertido en parte esencial desus fantasas ms recientes. Lehabra proporcionado un enormeplacer ver a sus morosos mspetulantes encogindose de miedobajo la sombra de un bate debisbol.

    La puerta se volvi a abrir.Strike se sac rpidamente eldedo de la nariz y puso la espalda

  • recta, tratando de parecerinteligente y alerta en su silln.

    Seor Strike, este es elseor Bristow.

    El cliente potencial sigui aRobin y entr en el despacho. Laprimera impresin fue favorable.El desconocido podra tener unmarcado parecido con un conejo,con un labio superior pequeoque no consegua ocultar susenormes dientes delanteros. Tenaun color rojizo y sus ojos, ajuzgar por el grosor de sus gafas,eran miopes. Pero su traje grisoscuro le quedaba bien entallado

  • y la reluciente corbata azul claro,el reloj y los zapatos parecancaros.

    La blanca tersura de la camisade aquel extrao hizo que Strikefuera doblemente consciente delas alrededor de mil arrugas quetena su ropa. Se puso de pie paramostrar su metro noventa deestatura, extendi una manopeluda y trat de contrarrestar lasuperioridad de su visitante enmateria de sastrera proyectandoun aire de hombre demasiadoocupado como para tener quepreocuparse por el estado de la

  • ropa.Cormoran Strike.

    Encantado.John Bristow contest el

    otro con un apretn de manos. Suvoz era agradable, educada einsegura. Detuvo la mirada en elojo hinchado de Strike.

    Puedo ofrecerles un t oun caf, caballeros? preguntRobin.

    Bristow pidi un caf solo,pero Strike no contest. Acababade ver a una joven de cejasespesas con un desaliado trajede tweed sentada en el rado sof

  • que haba junto a la puerta deldespacho. Resultaba del todoincreble que dos clientes enpotencia hubiesen podido llegar ala vez. Seguro que no le habanenviado a una segundatrabajadora eventual?

    Y usted, seor Strike? pregunt Robin.

    Qu? Ah caf solo, condos de azcar, por favor, Sandracontest antes de poderdetenerse. Vio cmo ella retorcala boca mientras cerraba la puertay fue entonces cuando recordque no tena caf, ni azcar y ni

  • tan siquiera tazas.Sentndose tras la invitacin

    de Strike, Bristow ech unvistazo al cutre despacho con loque Strike temi que fueradecepcin. Aquel clientepotencial pareca nervioso, en unsentido que el detective habaaprendido a detectar en maridossospechosos de ser culpables,pero haba en l un ligero aire deautoridad, transmitido sobre todopor el evidente coste del traje.Strike se pregunt cmo Bristowlo habra encontrado. Era difcilconseguir encargos por el boca a

  • boca cuando tu nica clienta taly como esta sola lloriquearle altelfono no tena amigos.

    En qu puedo ayudarle,seor Bristow? pregunt,volviendo de nuevo a su silln.

    Pues eh la verdad esque me preguntaba si me puededecir Creo que ya nosconocemos.

    De verdad?No se acordar de m. Fue

    hace muchos aos Pero creoque usted era amigo de mihermano Charlie. CharlieBristow. Muri en un

  • accidente cuando tena nueveaos.

    Por todos los santos! exclam Strike. Charlie s,me acuerdo de l.

    Se acordaba de lperfectamente. Charlie Bristowhaba sido uno de los muchosamigos que Strike haba hechodurante una infancia complicada eitinerante. Un chico carismtico,alocado e imprudente, lder de lapandilla de los ms chulos delnuevo colegio de Strike enLondres, Charlie haba mirado aaquel chico nuevo y enorme con

  • marcado acento de Cornualles ylo nombr su mejor amigo ylugarteniente. A eso siguieron dosmeses intensos de entraableamistad y mal comportamiento.Strike, que siempre se habasentido fascinado por elfuncionamiento tranquilo de loshogares de los dems nios, consus familias cuerdas y metdicasy los dormitorios que podanconservar durante aos y aos,tena un recuerdo muy vivo de lacasa de Charlie, que era grande ylujosa. Tena un gran jardniluminado por el sol, una casa en

  • un rbol y limonada fra que lamadre de Charlie les serva.

    Y entonces lleg el inauditoprimer da de colegio despus delas vacaciones de Semana Santaen que su tutora les cont queCharlie no volvera, que habamuerto, que se haba cado con labicicleta por una cantera cuandoestaba de vacaciones en Gales.Aquella tutora haba sido unabruja vieja y mala y no haba sidocapaz de resistirse a contarle a laclase que a Charlie, que comoellos recordaran desobedeca amenudo a los mayores, le haban

  • prohibido expresamenteacercarse con la bicicleta a lacantera, pero l de todos modoshaba ido, quiz parafanfarronear. Pero se vioobligada a dejarlo ah cuando dosnias de la primera filaempezaron a llorar.

    A partir de ese da, Strikehaba visto el rostro de un risueochico rubio despedazndose cadavez que vea una cantera o se laimaginaba. No le habrasorprendido que cada miembro dela clase de Charlie Bristow sehubiese quedado con el mismo

  • miedo a los grandes fosososcuros, a los descensosescarpados y a las rocasimplacables.

    S, me acuerdo de Charlierepiti.

    La nuez del cuello de Bristowse movi un poco.

    S. Bueno, es por suapellido, sabe? Recuerdo contoda claridad a Charlie hablandode usted durante las vacaciones,los das anteriores a su muerte:Mi amigo Strike, CormoranStrike. No es habitual, verdad?De dnde viene Strike? Lo

  • sabe? Nunca lo he odo en ningnotro sitio.

    Bristow no era la primerapersona que Strike conoca quesacaba cualquier tema deconversacin el tiempo, elpeaje urbano, sus preferencias enlas bebidas calientes paraposponer la charla sobre lo queles haba llevado a su despacho.

    Me han dicho que tiene quever con el cereal contest.Con las medidas de los cereales.

    Ah, s? Nada que ver congolpes ni con huelgas je, je

  • no[2]. Pues ver usted, cuando yobuscaba a alguien para que meayudara con este asunto vi sunombre en la gua. La rodillade Bristow empez a moversearriba y abajo. Podrimaginarse que en fin, quesent que era una seal. Unaseal que me enviaba Charlie.Dicindome que yo tena razn.

    Su nuez suba y bajaba altragar.

    Muy bien dijo Strike conrecelo, esperando que no lehubiesen tomado por un mdium.

  • Se trata de mi hermana,sabe? continu Bristow.

    De acuerdo. Tiene algntipo de problema?

    Est muerta.Strike se detuvo antes de

    contestar: Qu? Tambinella?.

    Lo siento dijo concautela.

    Bristow le agradeci lascondolencias con una bruscainclinacin de cabeza.

    Yo Esto no es fcil. Enprimer lugar, debera saber quemi hermana es era Lula

  • Landry.Durante un breve momento

    volvi a resurgir la esperanza deque poda tratarse de un cliente,pero fue decayendo poco a pococomo una losa de granito queaterriz con un golpe atroz sobreel vientre de Strike. El hombreque tena sentado enfrente estabadelirando, si es que no era unverdadero trastornado. Era igualde imposible encontrar dos coposde nieve idnticos que aquelhombre de cara plida y aspectode conejo pudiera haber salidodel mismo acervo gentico que la

  • belleza de corte de diamante, pielbronceada y piernas largas quehaba sido Lula Landry.

    Mis padres la adoptaron dijo Bristow con voz sumisa,como si supiera lo que estabapensando Strike. Todos somosadoptados.

    Aj contest Strike.Tena una memoriaexcepcionalmente precisa.Volviendo a recordar aquellaenorme casa tranquila y ordenaday su resplandeciente y extensojardn, se acord de una lnguidamadre rubia presidiendo la mesa

  • en la merienda, la voz distante yestruendosa de un padreintimidatorio, un hermano ariscoque coma sin ganas la tarta defrutas, el mismo Charlie haciendorer a su madre con suspayasadas, pero de ninguna chica.

    Usted no lleg a conocer aLula continu Bristow, denuevo como si Strike hubiesedicho en voz alta lo que estabapensando. Mis padres laadoptaron despus de morirCharlie. Tena cuatro aos cuandovino con nosotros. Haba estadoen un centro de acogida durante

  • un par de aos. Yo casi tenaquince. An recuerdo estar de pieen la puerta de casa y ver a mipadre trayndola por el caminode entrada. Llevaba un gorritorojo de lana. Mi madre an loconserva.

    Y de repente, John Bristowestall en lgrimas de una formaescandalosa. Lloraba con lasmanos en la cara, con loshombros encorvados, temblando,mientras las lgrimas y los mocosempezaron a deslizarse entre susdedos. Cada vez que parecacontrolarse, volvan a estallar

  • ms sollozos.Lo siento perdone

    Dios moRespirando entrecortadamente

    y con hipo, se dio toquecitos pordebajo de las gafas con unpauelo arrugado, tratando derecuperar el control.

    La puerta del despacho seabri y entr Robin con unabandeja. Bristow mir hacia otrolado, con sus hombrostemblorosos movindose arriba yabajo. A travs de la puertaabierta, Strike entrevi de nuevoa la mujer del traje en la

  • habitacin de fuera. Ahora lomiraba frunciendo el ceo porencima de un ejemplar del DailyExpress.

    Robin coloc dos tazas, unajarrita de leche, un azucarero y unplato con galletas de chocolate,nada que Strike hubiese vistoantes, contest con una sonrisa alas gracias que l le dio y sedispuso a salir.

    Espera un momento, Sandradijo Strike. Podras?

    Cogi un papel de suescritorio y se lo llev a larodilla. Mientras Bristow emita

  • leves sonidos tragando saliva,Strike escribi de la forma msrpida y clara que pudo:

    Por favor, busca en Google aLula Landry y comprueba si fueadoptada y, de ser as, quin laadopt. No hables de lo que estshaciendo con la mujer que estfuera (qu hace aqu?).Escrbeme las respuestas a laspreguntas de arriba y tremelasaqu sin decir qu hasdescubierto.

    Le entreg el papel a Robin,que lo cogi sin decir palabra ysali de la habitacin.

  • Lo siento Lo sientomucho se disculp Bristowentre jadeos cuando la puerta secerr. Esto es Normalmenteno soy He vuelto al trabajo,estoy viendo a clientes Respir hondo varias veces. Consus ojos rosados, su parecido conun conejo albino aument. Larodilla derecha seguamovindose arriba y abajo.

    Ha sido una poca espantosasusurr mientras respirabahondo. Lula y mi madremoribunda

    A Strike se le estaba haciendo

  • la boca agua ante las galletas dechocolate, pues no haba comidonada desde lo que a l le parecandas. Pero pens que sera pococompasivo empezar a comermientras Bristow se sacuda,lloriqueaba y se secaba los ojos.La taladradora neumtica seguasonando como una ametralladoraen la calle.

    Se ha abandonado porcompleto desde que Lula muri.Eso la ha destrozado. Se suponaque su cncer estaba remitiendo,pero ha recado, y dicen que no sepuede hacer nada ms. Es decir,

  • es la segunda vez. Tuvo unaespecie de depresin tras lo deCharlie. Mi padre pens que otrohijo mejorara las cosas. Siemprehaban querido una nia. No lesresult fcil ser aceptados, peroLula era mestiza y ms difcil decolocar, as que consiguieronllevrsela termin sofocandoun sollozo.

    Siempre fue gu-guapa. Ladescubrieron en Oxford Street, decompras con mi madre. Lacogieron en Athena. Es una de lasagencias ms prestigiosas.Trabajaba como modelo a ti-

  • tiempo completo a los diecisieteaos. Cuando muri, su valorrondaba los diez millones. No spor qu le cuento todo esto.Probablemente ya lo sepa. Todoel mundo lo saba todo sobreLula o pensaba que lo saba.

    Cogi su taza con torpeza. Lasmanos le temblaban tanto que elcaf se le derram y cay sobresus bien planchados pantalones.

    Qu es exactamente lo quedesea que haga por usted? pregunt Strike.

    Bristow, temblando, volvi adejar la taza sobre la mesa y

  • despus se agarr las manos confuerza.

    Dicen que mi hermana sesuicid. Yo no lo creo.

    Strike record las imgenesde la televisin: la bolsa negradel cadver sobre una camilla,parpadeando bajo una tormentade flashes mientras la introducanen una ambulancia, los fotgrafosapindose a su alrededormientras esta empezaba amoverse, acercando las cmaras alas oscuras ventanillas mientraslas luces rebotaban contra elcristal negro. Saba ms sobre la

  • muerte de Lula Landry de lo quehubiese deseado. Lo mismo podadecirse de cualquier personasensible de Gran Bretaa. A basede ser bombardeado con aquellahistoria, uno llegaba a interesarseen contra de su voluntad y, antesde darse cuenta, estaba tan altanto, tena una informacin tansesgada sobre los hechos del casoque no le habran dejado formarparte del jurado.

    Hubo una investigacin,no?

    S, pero el inspectorencargado del caso estaba

  • convencido desde el principio deque haba sido un suicidio,simplemente porque Lula habatomado litio. Los datos que paspor alto algunos incluso se hanvisto en internet.

    Bristow golpe absurdamentecon un dedo sobre la mesa vacade Strike, donde se habraesperado que hubiese unordenador.

    Se oy una leve llamada a lapuerta y se abri. Robin entr, lepas a Strike una nota doblada ysali.

    Perdone, le importa? se

  • excus Strike. Estabaesperando este mensaje.

    Desdobl la nota sobre surodilla, de modo que Bristow nopudiese ver a travs del papel, yley:

    Lula Landry fue adoptadapor sir Alec y lady YvetteBristow a la edad de cuatroaos. Se crio como LulaBristow, pero tom el apellidode soltera de su madre cuandoempez a trabajar de modelo.Tiene un hermano mayorllamado John que es abogado.La chica que espera fuera es lanovia del seor Bristow y

  • secretaria de su bufete. Trabajanpara Landry, May y Patterson, elbufete que fund el abuelomaterno de Lula y John. Lafotografa de John Bristow en lapgina web de LMP es idnticaal hombre con el que esthablando.

    Strike arrug la nota y lalanz a la papelera que tena a suspies. Estaba pasmado. JohnBristow no era ningnfantaseador. Y a l, a Strike,pareca que le haban enviado unatrabajadora eventual con msiniciativa y mejor caligrafa que

  • ninguna de las que habaconocido nunca.

    Lo siento. Contine ledijo a Bristow. Estabahablando de la investigacin?

    S confirm Bristowdndose golpecitos en la punta dela nariz con el pauelo mojado.Bueno, yo no niego que Lulatuviera problemas. De hecho, lehizo pasar un infierno a mam.Empez ms o menos en la pocaen la que muri nuestro padre.Probablemente usted ya sepa todoesto. Dios sabe que se hablmucho de ello en la prensa

  • pero la echaron del colegio porcoquetear con las drogas. Se vinoa Londres. Mam la encontrmalviviendo con drogadictos. Lasdrogas aumentaron sus problemasmentales. Se fug del centro detratamiento. Hubo un sinfn deescenas y dramas. Pero al final,se dieron cuenta de que tena undesorden bipolar y le recetaron lamedicacin adecuada y, desdeentonces, mientras ella tomara suspastillas, estaba bien. Nuncahabra adivinado que le pasabanada malo. Incluso el forenseadmiti que haba estado tomando

  • su medicacin, la autopsia lodemostr.

    Pero ni la polica ni elforense supieron ver ms all deque se trataba de una chica con unhistorial de dbil salud mental.Insistieron en que estabadeprimida, pero le aseguro queLula no estaba deprimida enabsoluto. La vi la maana anteriora su muerte y estabaperfectamente. Las cosas leestaban yendo muy bien,especialmente en lo queconcierne a su carrera. Acababade firmar un contrato con el que

  • iba a ganar cinco millones en dosaos. Me pidi que le echara unvistazo y se trataba de un acuerdoestupendo. El diseador era ungran amigo suyo, Som. Supongoque habr odo hablar de l. Ytena la agenda llena para losprximos meses. Tena pronto unasesin fotogrfica en Marruecos ya ella le encantaba viajar. Asque, como ve, no haba raznalguna para que se quitara lavida.

    Strike asinti cortsmente,poco impresionado para susadentros. Segn su experiencia,

  • los suicidas eran perfectamentecapaces de fingir un inters porun futuro que no tenan intencinde vivir. El estado halageo y detonos dorados de Landry podrahaberse convertido fcilmente enoscuridad y desesperacindurante el da y la mitad de lanoche que haba precedido a sumuerte. Saba que esas cosaspasaban. Record al teniente delCuerpo de Fusileros Reales quese haba levantado la nocheposterior a su cumpleaos, unacelebracin en la que, segndecan todos, haba sido el alma

  • de la fiesta. Haba escrito unanota a su familia en la que lesdeca que llamaran a la polica yque no entraran en el garaje.Quien encontr el cuerpo colgadodel techo del garaje fue su hijo dequince aos, que no haba visto lanota y atraves corriendo lacocina para ir a por su bicicleta.

    Eso no es todo dijoBristow. Hay pruebas, pruebascontundentes. Tansy Bestigui,para empezar.

    La vecina que dijo haberodo una discusin?

    Exacto! Oy los gritos de

  • un hombre, justo antes de queLula se tirara por el balcn! Lapolica menospreci sutestimonio simplemente porqueen fin, porque haba tomadococana. Pero eso no significa queno supiera lo que haba odo.Tansy mantiene hasta el da dehoy que Lula estaba discutiendocon un hombre segundos antes decaer. Lo s, porque he hablado deesto con ella muy recientemente.Nuestro bufete est llevando sudivorcio. Estoy seguro de quepodra convencerla para quehable con usted.

  • Y luego continu Bristowmientras observabanerviosamente a Strike y tratabade calibrar su reaccin, estnlas grabaciones del circuitocerrado de televisin. Un hombrecamina hacia Kentigern Gardensunos veinte minutos antes de queLula cayera y despus est lagrabacin del mismo hombrealejndose a toda velocidad deKentigern Gardens despus deque ella hubiese muerto. Nuncadescubrieron quin era. Noconsiguieron identificarle.

    Con una especie de

  • entusiasmo furtivo, Bristow sesac entonces del bolsillo interiorde su chaqueta un sobreligeramente arrugado y lo sostuvoen el aire.

    Lo he escrito todo. Conhorarios y dems. Est todo aqu.Ver cmo encaja.

    La aparicin del sobre noconsigui aumentar la confianzade Strike en el juicio de Bristow.Ya le haban entregado cosas asantes. Los frutos por escrito deobsesiones solitarias ydesacertadas; divagacionesmaniticas sobre teoras;

  • complejos horariosdistorsionados para que encajencon contingencias fantsticas. Elprpado izquierdo del abogadopalpitaba, una de sus rodillas seagitaba arriba y abajo y los dedosque sujetaban el sobre temblaban.

    Durante unos segundos, Strikesopes aquellas sealescontraponindolas con loszapatos claramente fabricados amano de Bristow y el relojVacheron Constantin que asomabasobre su plida mueca algesticular. Era un hombre quepoda pagar y que as hara. Quiz

  • el tiempo suficiente como parapermitirle a Strike abonar unacuota del prstamo, que era lams apremiante de sus deudas.Con un suspiro y una reprimendaa su propia conciencia, Strikedijo:

    Seor BristowLlmeme John.John Voy a ser sincero

    con usted. No creo que est bienaceptar su dinero.

    Unas manchas rojasaparecieron en el plido cuellode Bristow y en su ordinariorostro mientras segua

  • sosteniendo el sobre.A qu se refiere con que

    no estara bien?La muerte de su hermana

    fue probablemente objeto de unainvestigacin extremadamenteexhaustiva. Millones de personasy los medios de comunicacin detodo el mundo siguieron cadamovimiento de la polica.Debieron de ser el doble deexhaustivos de lo habitual. Elsuicidio es algo difcil de aceptar.

    Yo no lo acepto. Nunca loaceptar. Ella no se mat.Alguien la empuj por ese

  • balcn.De repente, la taladradora de

    la calle se detuvo, de modo que lavoz de Bristow son fuertementeen la habitacin y su irritacin fuela de un hombre dcil al quepresionan al lmite.

    Ya veo. Lo entiendo. Ustedes otro ms, no? Otro jodidopsiclogo de silln? La muerte deCharlie, la muerte de mi padre, lamuerte de Lula y la inminentemuerte de mi madre. Los heperdido a todos y necesito unconsejero para sobrellevar elduelo, no un detective. Cree que

  • no he odo ya esto otras cienjodidas veces?

    Bristow se puso de pie,impresionante con sus dientes deconejo y su piel enrojecida.

    Soy un hombre bastanterico, Strike. Siento ser tan vulgaral decirlo, pero es as. Mi padreme dej un fondo fiduciariobastante cuantioso. He consultadola tarifa vigente para este tipo decosas y habra estado encantadode pagarle el doble.

    El doble de honorarios. Laconciencia de Strike, antes firmee inflexible, se haba debilitado

  • por los repetidos golpes deldestino. Este de ahora le dejabafuera de combate. Su yo ms vilestaba retozando ya en el reino dela ms feliz especulacin: un mesde trabajo le proporcionara losuficiente como para pagarle a latrabajadora eventual y parte delos atrasos del alquiler; dosmeses, las deudas msacuciantes tres meses, harandesaparecer una cantidadconsiderable de su descubiertocuatro meses

    Pero John Bristow hablabamirando hacia atrs mientras se

  • diriga hacia la puerta, apretandoy estrujando el sobre que Strikese haba negado a coger.

    Quera que se ocuparausted del caso por Charlie, perohe averiguado cosas suyas. Nosoy idiota del todo. Divisin deinvestigaciones especiales de lapolica militar, verdad? Tambincondecorado. No puedo decir queme impresionara su cargo. Bristow ahora casi gritaba yStrike fue consciente de que lasamortiguadas voces femeninasque se escuchaban en la sala defuera se haban quedado en

  • silencio. Pero al parecer meequivocaba y puede permitirserechazar un trabajo. Bien!Olvdelo. Estoy seguro de queencontrar a otro que se encarguede este trabajo. Siento haberlemolestado!

  • 4

    La conversacin de los doshombres se haba odo, cada vezcon mayor claridad, a travs de ladelgada pared divisoria duranteun par de minutos. Ahora, en elrepentino silencio que sigui alcese de la taladradora, laspalabras de Bristow eran del todoperceptibles.

    Por pura diversin, siguiendocon el buen nimo de ese felizda, Robin haba tratado deinterpretar de manera convincente

  • el papel de secretaria habitual deStrike y no revelar ante la noviade Bristow que solamente llevabatrabajando media hora para undetective privado. Ocult lomejor que pudo cualquier muestrade sorpresa o emocin ante elarranque de gritos, pero, demanera instintiva, se puso dellado de Bristow, cualquiera quefuese la causa del conflicto. Eltrabajo de Strike y su ojo moradotenan cierto glamur desgastado,pero su actitud hacia ella habasido deplorable y an le dola elpecho izquierdo.

  • La novia de Bristow habafijado la mirada en la puertacerrada desde el primer momentoen que las voces de los doshombres se empezaron a or porencima del ruido de lataladradora. Rechoncha y muyoscura, con pelo lacio y muycorto y lo que podra haber sidoel rastro de un poblado entrecejode no habrselo depilado, parecaenfadada por naturaleza. Robinhaba notado con frecuencia cmolas parejas solan tener unatractivo personal bastanteequivalente, aunque, por

  • supuesto, haba factores como eldinero que a menudo parecangarantizar conseguir una pareja deun aspecto significativamentemejor que el de uno mismo. ARobin le pareca adorable queBristow, que a la vista de suelegante traje y su prestigiosobufete poda haber puesto losojos en una mujer mucho msguapa, hubiese elegido a esachica, de la que supona que serams agradable y simptica de loque su apariencia indicaba.

    Est segura de que noquiere un caf, Alison? le

  • pregunt.La chica mir a su alrededor

    como si le sorprendiese que lehablaran, como si hubieseolvidado que Robin estaba all.

    No, gracias dijo, con unavoz profunda que sonsorprendentemente melodiosa.Saba que se iba a molestar aadi con una extraa especiede satisfaccin. He tratado dehablar con l sobre esto, pero nome escucha. Parece que estesupuesto detective lo estrechazando. Hace bien.

    La sorpresa de Robin debi

  • de quedar patente, pues Alisoncontinu con cierto tono deimpaciencia:

    Sera mejor para John queaceptara la verdad. Ella se mat.El resto de la familia lo haasimilado. No s por qu l nopuede hacerlo.

    No tena sentido fingir que nosaba de qu hablaba aquellamujer. Todo el mundo saba loque le haba pasado a LulaLandry. Robin recordabaexactamente dnde estaba cuandooy que la modelo se haba tiradoy haba muerto una noche de

  • enero de temperatura bajo cero:de pie junto al fregadero de lacocina de la casa de sus padres.La noticia haba llegado a travsde la radio y ella haba lanzadoun pequeo grito de sorpresa ysali corriendo de la cocina encamisn para decrselo aMatthew, que estaba pasando allel fin de semana. Cmo podaafectar tanto la muerte de alguiena quien no se ha conocido nunca?Robin admiraba enormemente labelleza de Lula Landry. No legustaba mucho su propia tezlechosa. La de la modelo era

  • oscura, luminosa, intensa y conuna fina estructura sea.

    No ha pasado muchotiempo desde que muri.

    Tres meses aclarAlison, sacudiendo su DailyExpress. Este hombre esbueno?

    Robin haba notado laexpresin desdeosa de Alisonmientras contemplaba el estadodeteriorado y la evidentesuciedad de la pequea sala deespera y acababa de ver porinternet el despacho impoluto ypalaciego donde trabajaba la otra

  • mujer. Su respuesta, por tanto, fuemotivada ms por el amor propioque por ningn deseo de protegera Strike.

    Ah, s contest confrialdad. Es uno de losmejores.

    Abri un sobre rosa adornadocon gatitos con la actitud de unamujer que se enfrenta a diario aexigencias mucho ms complejase intrigantes de lo que Alisonpudiera imaginar.

    Mientras tanto, Strike yBristow se enfrentaban el uno alotro en la habitacin de dentro,

  • uno furioso y el otro tratando debuscar el modo de dar la vuelta asu situacin sin abandonar sudignidad.

    Lo nico que quiero,Strike, es justicia dijoBristow con voz ronca mientrasel color iba volvindose msintenso en su enjuto rostro.

    Pareca haber golpeado undiapasn divino. Aquella palabrason en la desvencijadahabitacin provocando unainaudible pero lastimera nota enel pecho de Strike. Bristow habalocalizado el rescoldo que Strike

  • protega para cuando todo lodems hubiese quedado reducidoa cenizas. Necesitaba dinero condesesperacin, pero Bristow lehaba dado otra razn mejor paratirar por la borda sus escrpulos.

    De acuerdo. Lo entiendo.Lo digo de verdad, John. Loentiendo. Vuelva aqu y sintese.Si an quiere mi ayuda, megustara brindrsela.

    Bristow le lanz una miradaasesina. No haba ms ruido en eldespacho que los lejanos gritosde los obreros de abajo.

    Quiere que entre su

  • eh esposa?No contest Bristow, an

    tenso, con la mano en el pomo dela puerta. Alison cree que nodebera estar haciendo esto. Locierto es que no s por qu haquerido acompaarme.Probablemente porque espera queusted me rechace.

    Por favor sintese.Tratemos esto de la formaadecuada.

    Bristow vacil y, acontinuacin, se acerc de nuevoa la silla que haba dejado libre.

    Su autocontrol se derrumb

  • por fin. Strike cogi una galletade chocolate y se la meti, entera,en la boca. Sac un cuaderno sinusar del cajn de su escritorio, loabri, cogi un bolgrafo y tratde tragarse la galleta durante eltiempo en que Bristow tard envolver a su asiento.

    Quiere que lo coja? propuso apuntando al sobre queBristow an agarraba.

    El abogado se lo pas comosi no estuviese seguro de poderconfirselo a Strike. Este, que nodeseaba estudiar conminuciosidad su contenido

  • delante de Bristow, lo dej a unlado con un pequeo golpecitocon el que pretenda mostrar quese trataba ahora de un valiosocomponente de la investigacin yprepar su bolgrafo.

    John, si pudiese hacerme unbreve resumen de lo que ocurriel da en que muri su hermana,sera de mucha ayuda.

    Metdico y meticuloso pornaturaleza, a Strike le habanenseado a investigar de acuerdocon el ms alto nivel de exigenciay rigor. En primer lugar, dejar queel testigo cuente su historia a su

  • modo: el torrente de palabras sininterrupciones ofreca a vecesdetalles, aparentementeintrascendentes, que despusresultaban ser pruebas de unvalor incalculable. Una vez quese haba recopilado esa primeraoleada de impresiones, llegaba elmomento de pedir y ordenar losdatos de forma rigurosa y precisa:personas, lugares, pertenencias.

    Ah dijo Bristow, quien,tras toda su vehemencia, parecano saber por dnde empezar.La verdad es que no A ver

    Cundo fue la ltima vez

  • que la vio? pregunt Strikepara animarle.

    Sera S, la maanaanterior a su muerte. Nosotrosla verdad es que discutimos,aunque, gracias a Dios, hicimoslas paces.

    A qu hora fue?Era temprano. Antes de las

    nueve. Yo iba de camino aldespacho. Quiz fueran las nuevemenos cuarto.

    Y sobre qu discutieron?Ah, sobre su novio, Evan

    Duffield. Acababan de volver ajuntarse. En la familia

  • pensbamos que haban terminadoy estbamos encantados. Es unhombre horrible, un drogadicto yuna persona que seautopromociona continuamente.La peor influencia sobre Lula quese pueda imaginar.

    Puede que yo haya sido unpoco severo. Me me doy cuentaahora. Tena once aos ms queLula. Senta que deba protegerla,sabe? Quiz fuera algo mandn aveces. Ella siempre me deca queyo no entenda

    Que no entenda qu?Pues nada. Ella tena

  • muchos problemas. Problemaspor ser adoptada. Problemas porser negra en una familia deblancos. Sola decir que yo lotena fcil no s. Quiz tuvierarazn. Parpade rpidamentepor debajo de sus gafas.Aquella discusin fue en realidadla continuacin de otra quehabamos tenido por telfono lanoche anterior. No me poda creerque fuese tan estpida como paravolver con Duffield. El alivio quesentimos todos cuandorompieron Es decir, dado elhistorial de ella con las drogas,

  • salir con un drogadicto Exhal. No quera escucharme.Nunca lo haca. Estaba furiosaconmigo. De hecho, a la maanasiguiente le dio instrucciones alguardia de seguridad del edificiopara que no me dejara pasar msall de la recepcin, perobueno, Wilson me dej pasar detodos modos.

    Humillante tener que contarcon la compasin del portero.

    Yo no habra subido continu Bristow con voz tristemientras unas manchas de colormoteaban de nuevo su delgado

  • cuello, pero llevaba el contratocon Som para devolvrselo. Mehaba pedido que le echara unvistazo y tena que firmarlo.Poda ser muy displicente con esetipo de cosas. De todos modos,no se mostr muy conforme conque me dejaran subir y volvimosa discutir, pero terminamosenseguida. Se calm.

    Entonces, le dije que a mamle gustara que le hiciera unavisita. Mam acababa de salir delhospital, sabe? Le haban hechouna histerectoma. Lula dijo quequiz ira a verla despus a su

  • casa, pero que no estaba segura.Tena cosas que hacer.

    Bristow respir hondo. Larodilla derecha empez amoverse arriba y abajo otra vez ycomenz a frotarse sus huesudasmanos como si se las estuvieralavando.

    No quiero que piense malde ella. La gente crea que eraegosta, pero era la ms joven dela familia y estaba bastanteconsentida. Luego se pusoenferma y, lgicamente, seconvirti en el centro de atencin.Y despus, se enfrasc en esta

  • vida extraordinaria en la que lascosas y la gente daban vueltas asu alrededor y los paparazzi laperseguan por todas partes. Noera una vida normal.

    No confirm Strike.En fin, le cont a Lula lo

    aturdida y dolorida que estabamam y ella me dijo que quiz sedara una vuelta ms tarde. Memarch. Fui a mi despacho parapedirle a Alison unosexpedientes, porque queratrabajar desde la casa de mamese da para hacerle compaa.Volv a ver a Lula en casa de

  • mam, a media maana. Se sentun rato con ella en el dormitoriohasta que lleg mi to de visita y,despus, entr en el estudiodonde yo estaba trabajando paradespedirse. Me dio un abrazoantes de

    La voz de Bristow seentrecort y baj la mirada a suregazo.

    Ms caf? le ofreciStrike. Bristow neg con lacabeza sin subir los ojos. Paradarle un momento pararecuperarse, Strike cogi labandeja y se dirigi al despacho

  • de fuera.La novia de Bristow levant

    la mirada de su peridico con elceo fruncido cuando apareciStrike.

    No han terminado? pregunt.

    Es evidente que no respondi Strike sin ningunaintencin de sonrer. Ella le lanzuna mirada furiosa mientras l sediriga hacia Robin.

    Puedes ponerme otra tazade caf, eh?

    Robin se puso de pie y cogila bandeja en silencio.

  • John tiene que estar devuelta en el despacho a las diez ymedia le inform Alison aStrike con voz ligeramente msalta. Debemos irnos en diezminutos como muy tarde.

    Lo tendr en cuenta leasegur Strike con tono anodinoantes de regresar al despacho,donde Bristow permanecasentado como si estuvieserezando, con la cabeza agachadasobre sus manos entrelazadas.

    Lo siento murmurmientras Strike volva a suasiento. Sigue resultndome

  • difcil hablar de ello.No hay problema

    contest Strike cogiendo de nuevosu cuaderno. As que Lula fue aver a su madre. A qu hora fueeso?

    Sobre las once. Todo salien la investigacin, tambin loque hizo despus. Le pidi a suchfer que la llevara a unaboutique que le gustaba y,despus, regres a su casa. Tenauna cita all con una maquilladoraa la que conoca y su amiga CiaraPorter fue tambin. Debe de habervisto a Ciara Porter, es modelo.

  • Muy rubia. Las fotografiaronjuntas como si fuesen ngeles, esprobable que lo haya visto:desnudas, salvo por los bolsos ylas alas. Som utiliz lafotografa en su campaa depublicidad despus de que Lulamuriera. La gente dijo que habasido de mal gusto.

    As que Lula y Ciarapasaron la tarde juntas en el pisode Lula y despus salieron acenar y se juntaron con Duffield yotras personas. Fueron a Uzi, ladiscoteca, y estuvieron all hastapasada la medianoche.

  • Despus, Duffield y Luladiscutieron. Mucha gente lo vio.l la trat con malos modos,intent obligarla a que sequedara, pero se fue sola de ladiscoteca. Todos pensaron luegoque lo haba hecho l, peroresult tener una coartadairrebatible.

    Demostrada con la pruebade su camello, no? preguntStrike sin dejar de escribir.

    S, exacto. As que asque Lula volvi a su apartamentoalrededor de la una y veinte. Lafotografiaron cuando entraba. Es

  • probable que usted recuerde esafoto. Sali despus en todaspartes.

    Strike se acordaba de ella:una de las mujeres msfotografiadas del mundo con lacabeza agachada, los hombrosencorvados, los ojos pesados ylos brazos cruzados con fuerzaalrededor de su torso, apartandola cara de los fotgrafos. Una vezque el veredicto de suicidio habaquedado claramente demostrado,haba cobrado un tono macabro:la joven rica y guapa a menos deuna hora de su muerte, tratando de

  • ocultar su desdicha de las lentes alas que haba seducido y que tantola haban adorado.

    Era normal la presenciade fotgrafos en la puerta de sucasa?

    S, sobre todo si saban queestaba con Duffield o si queranconseguir una fotografa suyaregresando a casa borracha. Peroesa noche no estaban all solo porella. Se supona que iba a llegarun rapero americano que sequedara en el mismo edificio esanoche. Se llama Deeby Macc. Sucompaa de discos haba

  • alquilado el apartamento dedebajo del suyo. Al final resultque no se qued all, porque conla polica dando vueltas por todoel edificio le fue ms fcil irse aun hotel. Pero los fotgrafos quehaban seguido el coche de Lulacuando sali de Uzi se unieron alos que estaban esperando a Maccen la puerta de los apartamentos,as que formaban un grupobastante grande en la entrada deledificio, aunque todos se fueronyendo despus de que ellaentrara. Les haban dado el soplode que Macc no aparecera por

  • all en las siguientes horas.Era una noche desagradable

    y fra. Nevaba. Temperaturas bajocero. As que la calle estabavaca cuando ella cay.

    Bristow parpade y dio otrosorbo al caf, ya fro, y Strikepens en los paparazzi que sehaban marchado antes de queLula Landry cayera desde subalcn. Imagnate lo que habravalido la fotografa de Landrylanzndose hacia su muerte,pens Strike. Quiz lo suficientecomo para retirarse.

    John, su novia dice que

  • tiene que estar en no s dnde alas diez y media.

    Qu?Bristow pareci volver en s.

    Mir su caro reloj y ahog ungrito.

    Dios mo, no tena ni ideade que llevaba aqu tanto rato.Qu? Qu pasar ahora? pregunt un poco desconcertado. Va a leer mis notas?

    S, por supuesto asegurStrike. Y le llamar en un parde das cuando haya terminadolos trabajos preliminares. Esperotener para entonces muchas ms

  • preguntas.De acuerdo contest

    Bristow, ponindose de pie algoaturdido. Tome mi tarjeta. Ycmo quiere que le pague?

    Los honorarios de un mespor adelantado estaran muy bienrespondi Strike. Sofocando unleve acceso de timidez yrecordando que el mismo Bristowse haba ofrecido a pagar eldoble, dijo una cantidadexorbitante y, encantado, viocmo Bristow no ponaobjeciones ni preguntaba siaceptaba tarjetas de crdito ni

  • tampoco prometa pagar msadelante, sino que sacaba untalonario de cheques de verdad yun bolgrafo.

    S, digamos una cuartaparte en efectivo aadiStrike, poniendo a prueba susuerte. Y por segunda vez esamaana, se qued pasmadocuando Bristow contest:

    Me preguntaba si ustedpreferira Y empez a contarun montn de billetes decincuenta adems del cheque.

    Salieron a la sala de fuera enel mismo momento en que Robin

  • estaba a punto de entrar con elotro caf de Strike. La novia deBristow se puso de pie cuando seabri la puerta y dobl elperidico con la actitud de quienha estado esperando demasiadotiempo. Era casi tan alta comoBristow, de gran corpulencia, conuna expresin arisca y unasmanos grandes y varoniles.

    As que ha aceptadohacerlo, no? le pregunt aStrike. Este tuvo la impresin deque la mujer pensaba que seestaba aprovechando de su noviorico. Era muy posible que tuviese

  • razn.S. John me ha contratado

    contest.De acuerdo dijo ella sin

    ninguna cortesa. Espero queests contento, John.

    El abogado le sonri y ellasuspir dndole unos toques en elbrazo, como una madreligeramente exasperada a su hijo.John Bristow levant la manopara despedirse y despus siguia su novia saliendo de lahabitacin. Sus pasos se alejaronpor las escaleras de metal.

  • 5

    Strike mir a Robin, que habavuelto a sentarse delante delordenador. Su caf descansabajunto a montones de cartasclasificadas y alineadas encimade la mesa.

    Gracias dijo dando unsorbo. Y tambin por la nota.Por qu eres trabajadoratemporal?

    A qu se refiere? pregunt ella con miradarecelosa.

  • Sabes escribir y utilizar lossignos de puntuacin. Entiendeslas cosas a la primera.Demuestras iniciativa Dednde han salido las tazas y labandeja? Y el caf y lasgalletas?

    Se lo he pedido todoprestado al seor Crowdy. Le hedicho que se lo devolveramos ala hora de comer.

    Al seor qu?Al seor Crowdy, el

    hombre de abajo. El diseadorgrfico.

    Y te lo ha dado sin ms?

  • S contest ella, un pocoa la defensiva. Pens que trasofrecerle caf al cliente,deberamos drselo.

    Su utilizacin del verbo enplural fue como una suavepalmadita a su estado de nimo.

    Pues ese tipo de eficienciava mucho ms all de lo que hanenviado antes de SolucionesTemporales, creme. Siento haberestado llamndote Sandra. Era elnombre de la ltima chica. Cules tu verdadero nombre?

    Robin.Robin repiti l. Ser

  • fcil recordarlo.Se le ocurri la idea de hacer

    una divertida alusin a Batman ya su formal compinche, peroaquel chiste malo muri en suslabios cuando el rostro de ella sevolvi de un rosa brillante.Demasiado tarde, fue conscientede que sus inocentes palabraspodran ser entendidas de laforma ms desafortunada. Robingir su silla de nuevo hacia lapantalla del ordenador, de modoque lo nico que Strike vio fueuna mejilla encendida de refiln.Durante un momento de mutua

  • humillacin, la habitacin pareciencogerse hasta adoptar eltamao de una cabina telefnica.

    Voy a salir un rato dijoStrike, dejando su cafprcticamente sin tocar ycaminando lateralmente hacia lapuerta. Cogi el abrigo quecolgaba al lado de esta. Sillama alguien

    Seor Strike, antes de quese vaya creo que debera ver esto.

    An sonrojada, Robin cogidel montn de cartas abiertas quehaba junto a su ordenador unahoja de papel rosa fuerte y un

  • sobre del mismo color, los cualeshaba metido en una carpeta deplstico transparente. Strike sefij en su anillo de compromisomientras ella sostena las cosasen alto.

    Es una amenaza de muertedijo ella.

    Ah, s contest Strike.Nada de lo que preocuparse.Suelo recibir una casi todas lassemanas.

    PeroEs un antiguo cliente

    insatisfecho. Un poco trastornado.Cree que utilizando ese papel me

  • va a despistar.Seguramente, pero no

    debera verlo la polica?Para que se ran, quieres

    decir?No es gracioso. Es una

    amenaza de muerte! exclamella. Y Strike se dio cuenta de porqu Robin lo haba colocado, conel sobre, dentro de una carpeta deplstico. Se sinti ligeramenteconmovido.

    Gurdala con las dems dijo, apuntando a losarchivadores del rincn. Sifuese a matarme, ya lo habra

  • hecho. Encontrars por ah dentroseis meses de cartas. Estarsbien si te quedas al mandomientras estoy fuera?

    Me las arreglar respondi, y a l le hizo gracia eltono amargo de su voz y suevidente decepcin al darsecuenta de que nadie tomara lashuellas digitales de la amenaza demuerte adornada con gatitos.

    Si me necesitas, el nmerode mi mvil est en las tarjetasdel cajn de arriba.

    Muy bien contest ellasin mirar ni al cajn ni a l.

  • Si quieres salir a comer,hazlo. Hay una llave de repuestoen algn sitio del escritorio.

    Vale.Hasta luego.Se detuvo justo al cruzar la

    puerta de cristal, en el umbral deldiminuto y fro bao. La presinen las tripas empezaba a doler,pero pens que la eficacia deRobin y su preocupacindesinteresada por su seguridadmerecan cierta consideracin.Tras decidir esperar hasta llegaral bar, Strike empez a bajar lasescaleras.

  • En la calle, encendi uncigarro, gir a la izquierda y pasjunto al 12 Bar Caf, sigui por laestrecha pasarela de DenmarkPlace y pas junto a un escaparatelleno de guitarras de colores yparedes cubiertas de folletosexpuestos, lejos del incesantegolpeteo de la taladradoraneumtica. Rode los escombrosy restos de la calle al pie deledificio Centre Point. Una estatuadorada gigante de FreddieMercury adornaba la entrada delDominion Theatre al otro lado dela calle, con la cabeza agachada y

  • un puo elevado en el aire, comoun dios pagano del caos.

    La elaborada fachada del pubTottenham se levantaba detrs delos escombros y las obras yStrike, con el agradablepensamiento de la gran cantidadde dinero que llevaba en elbolsillo, franque sus puertas y sesumergi en una tranquilaatmsfera victoriana deresplandecientes volutas demadera oscura y accesorios delatn. Sus divisiones de cristalesmerilado, los viejos asientos depiel, los espejos de la barra

  • cubiertos de oro, querubines ycuernos de la abundanciahablaban de un mundo seguro yordenado que supona unagradable contraste con el estadoruinoso de la calle. Strike pidiuna pinta de Doom Bar y se lallev hasta la parte de atrs delpub casi desierto. Dej su vasosobre una mesa alta y circularbajo la llamativa cpula decristal del techo y fue directo alservicio de caballeros, quedesprenda un fuerte olor a pis.

    Diez minutos despus, ysintindose considerablemente

  • ms a gusto, Strike llevababebido un tercio de la bebida, locual intensific el efectoanestsico de su agotamiento. Lacerveza de Cornualles le saba ahogar, a paz y a una seguridad noexperimentada desde haca muchotiempo. Haba un cuadro grande yborroso de una doncellavictoriana bailando con unasrosas en la mano justo delante del. Jugueteando coquetonamientras lo miraba a travs deuna lluvia de ptalos, con susenormes pechos cubiertos deblanco, tena un aspecto tan poco

  • parecido al de una mujer realcomo la mesa sobre la que yacasu pinta o el hombre obeso con elpelo recogido en una coleta queestaba manejando los surtidoresde la barra.

    Y entonces, los pensamientosde Strike pulularon de nuevohacia Charlotte, que eraindudablemente real. Guapa,peligrosa como una vboraarrinconada, lista, a vecesdivertida y, segn deca el amigoms antiguo de Strike, piradahasta la mdula. Habanterminado esta vez? Terminado

  • de verdad? Cobijado en suextenuacin, Strike record lasescenas de la noche anterior y deesa maana. Por fin ella habahecho algo que l no podraperdonar y, sin duda, el dolorsera intenso una vez que laanestesia desapareciera. Pero,mientras tanto, haba ciertosaspectos prcticos a los que habaque enfrentarse. El piso en el quehaban estado viviendo era deCharlotte: su elegante y lujosacasa de Holland Park Avenue.Eso significaba que, desde lasdos de esa madrugada, l era un

  • sin techo voluntario.Bluey, vente a vivir

    conmigo[3]. Por el amor de Dios,sabes que es lo ms lgico.Puedes ahorrar dinero mientrasmontas tu negocio y yo cuidar deti. No deberas estar solomientras te recuperas. Bluey, noseas tonto.

    Nadie ms volvera allamarle Bluey. Bluey habamuerto.

    Era la primera vez en su largay turbulenta relacin que l sehaba ido. En tres ocasiones

  • anteriores haba sido Charlotte laque haba dicho basta. Siemprehaba existido entre ellos unacuerdo tcito de que si algunavez se iba l, si decida que nopoda ms, la separacin seracompletamente distinta a todas lasque ella haba iniciado, ningunade las cuales, por muy dolorosa yturbulenta que fuera, habaparecido definitiva.

    Charlotte no descansara hastahacerle tanto dao como pudieracomo represalia. La escena deaquella maana, cuando lo siguihasta su despacho, no haba sido

  • ms que un simple anticipo de loque podra ocurrir en los meses eincluso aos venideros. l nohaba conocido nunca a nadie contal sed de venganza.

    Strike fue renqueando a labarra, pidi una segunda pinta yvolvi a la mesa para seguir consus sombras reflexiones. Haberabandonado a Charlotte le habadejado al borde de la totalindigencia. Estaba tan ahogadopor las deudas que lo nico quese interpona entre l y un saco dedormir en un portal era JohnBristow. De hecho, si Gillespie le

  • peda la devolucin del prstamoque haba sido el anticipo de sudespacho, no tendra ms remedioque dormir a la intemperie.

    Solo llamo para ver qu talva todo, seor Strike, porque nonos ha llegado la cuota de estemes La recibiremos en losprximos das?.

    Y por ltimo, estaba sureciente aumento de peso. Ya quehaba empezado a considerar lasdeficiencias de su vida, por quno hacer una evaluacincompleta? Diez kilos. De modoque no solo se senta gordo y en

  • baja forma, sino que estabaejerciendo ms presin en laprtesis de la parte inferior de lapierna que ahora tena apoyadasobre la barra metlica que hababajo la mesa. Strike estabaempezando a cojear simplementeporque el peso adicional leestaba causando rozaduras. Lalarga caminata por Londres aaltas horas de la madrugada conla mochila al hombro no habaayudado. Consciente de que sediriga hacia la pobreza, habadecidido ir hasta all de la formams barata.

  • Volvi a la barra a pedir unatercera pinta. De vuelta en sumesa bajo la cpula, sac sumvil y llam a un amigo de laPolica Metropolitana cuyaamistad, aunque era solo depocos aos, se haba forjado encircunstancias especiales.

    Al igual que Charlotte era lanica persona que lo poda llamarBluey, el inspector RichardAnstis era la nica persona que lellamaba Bob el mstico, apodoque gritaba al or la voz de suamigo.

    Necesito un favor le dijo

  • Strike a Anstis.Dime.Quin se encarg del caso

    de Lula Landry?Mientras Anstis buscaba la

    informacin, le pregunt por sunegocio, por su pierna derecha ypor su prometida. Strike mintisobre el estado de las tres cosas.

    Me alegra orlo contestAnstis con tono animado. Bien,aqu tienes el nmero de Wardle.Es buen tipo. Enamorado de smismo, pero te llevars mejor conl que con Carver, que es uncabrn. Puedo interceder por ti

  • con Wardle. Lo llamo ahora, siquieres.

    Strike rompi un folletoturstico que haba en unexpositor de la pared y apunt elnmero de Wardle en el espacioque haba junto a una foto de laguardia montada.

    Cundo vas a venir porcasa? pregunt Anstis.Trete a Charlotte alguna noche.

    S, eso sera estupendo. Tellamar. Ahora tengo mucho lo.

    Despus de colgar, Strike sepuso a cavilar durante un rato y, acontinuacin, llam a un conocido

  • muy anterior a Anstis y cuya vidahaba ido en una direccindiametralmente opuesta.

    Te llamo para pedirte unfavor, amigo dijo Strike.Necesito informacin.

    Sobre qu?Dmelo t. Necesito algo

    que pueda utilizar para conseguiralgo de un madero.

    La conversacin se prolongdurante veinticinco minutos y tuvomuchas pausas, que se fueronhaciendo ms largas y elocuenteshasta que, por fin, Strikeconsigui una direccin

  • aproximada y dos nombres, quetambin apunt junto a la guardiamontada, y un aviso, que noanot, pero que capt con laintencin que saba que pretendatener. La conversacin termincon un tono amistoso y Strike, queahora bostezaba enormemente,marc el nmero de Wardle, quecontest casi de inmediato conuna voz fuerte y cortante.

    Aqu Wardle.S, hola. Me llamo

    Cormoran Strike yQuin es?Cormoran Strike

  • contest. As me llamo.Ah, s dijo Wardle.

    Anstis acaba de llamarme. Esdetective privado? Anstis me hadicho que estaba interesado enhablar de Lula Landry.

    S, as es confirmStrike, conteniendo otro bostezomientras examinaba los panelespintados del techo. Bacanales quese convertan, segn pareca, enfiestas de hadas: Sueo de unanoche de verano, un hombre concabeza de burro. Pero lo quede verdad quisiera es elexpediente.

  • Wardle se rio.Joder, ni que me hubiera

    salvado la vida, amigo.Tengo informacin que

    podra interesarle. He pensadoque podramos hacer unintercambio.

    Hubo una breve pausa.Debo entender que no

    quiere hacerlo por telfono?Exacto contest Strike

    . Hay algn lugar al que legustara ir para tomar una cervezatras un duro da de trabajo?

    Despus de apuntar el nombrede un bar cerca de Scotland Yard

  • y acordar que en el plazo de unasemana pues no poda ser antes a l tambin le vena bien,Strike colg.

    No siempre haba sido as. Unpar de aos antes poda contarcon la sumisin de testigos ysospechosos. Haba sido comoWardle, un hombre cuyo tiempotena ms valor que el de lamayora de aquellos con los quese juntaba, un hombre que podadecidir cundo y dnde seentrevistara y durante cuntotiempo. Como Wardle, no habanecesitado uniforme. Estaba

  • constantemente embozado enburocracia y prestigio. Ahora eraun hombre que cojeaba vestidocon una camisa arrugada que seaprovechaba de los viejosconocidos, intentando hacer tratoscon policas que antiguamente sealegraban de recibir susllamadas.

    Gilipollas dijo Strike envoz alta bajo el resonante cristal.La tercera cerveza le habaentrado con tanta facilidad queapenas le quedaban un par decentmetros.

    Son su mvil. Mir la

  • pantalla y vio el nmero de sudespacho. Era evidente que Robinestaba tratando de decirle quePeter Gillespie haba ido enbusca de dinero. Dej que pasaraal buzn de voz, vaci el vaso yse fue.

    La calle estaba luminosa yfra, la acera, mojada y loscharcos, con intervalos plateadosa medida que las nubes sedesplazaban rpidamenteatravesando el sol. Strikeencendi otro cigarro al salir y sequed fumando en la puerta delTottenham, viendo cmo los

  • obreros se movan por el foso dela calle. Terminado el cigarro,camin sin prisa por OxfordStreet para hacer tiempo hastaque la solucin temporal sehubiese ido y as poder dormir enpaz.

  • 6

    Robin haba esperado diezminutos para asegurarse de queStrike no iba a volver antes dehacer varias llamadas telefnicasagradables desde su mvil. Lanoticia de su compromiso fuerecibida por sus amigos tanto congritos de emocin como concomentarios envidiosos,provocando ambas cosas enRobin idntico placer. A la horade comer, se regal una horalibre, compr tres revistas de

  • novias y un paquete de galletasdietticas lo cual dejaba unadeuda en la caja de la calderilla,una lata de galletitas, dealrededor de cuarenta y dospeniques y volvi a la oficinavaca, donde pas cuarentafelices minutos examinandoramos y vestidos de novia ysintiendo un hormigueo por todoel cuerpo por la emocin.

    Cuando pas la hora que sehaba dedicado para comer,Robin lav y devolvi al seorCrowdy sus tazas y su bandeja, ytambin sus galletas. Al darse

  • cuenta de que l trataba deentretenerla con la conversacinesa segunda vez, paseando lavista distradamente desde suboca hasta sus pechos, decidievitarlo durante el resto de lasemana.

    Strike segua sin regresar.Deseando tener algo ms quehacer, Robin orden loscontenidos de los cajones delescritorio, deshacindose de loque identific como desperdiciosacumulados de las otrastrabajadoras eventuales: dostrozos de chocolatina

  • polvorientos, una lima de uasdesgastada y muchos trozos depapel con nmeros de telfonoannimos y garabatos. Haba unacaja de viejos sujetapapeles demetal que nunca haba visto antesy un nmero considerable depequeos cuadernos azules sinusar que, aunque no lucan ningndistintivo, tenan aspecto de cosade burocracia. Robin, conexperiencia en el mundo de losdespachos, tena la sensacin deque deban de haberse cogido dealgn almacn institucional.

    El telfono de la oficina son

  • de vez en cuando. Su nuevo jefepareca ser una persona conmuchos nombres. Un hombrepregunt por Oggy, otro porTrasto, mientras que una vozseca y entrecortada pidi que elseor Strike le devolviera lallamada al seor Peter Gillespiecuanto antes. Cada una de esasveces, Robin llam al telfono deStrike y solo consigui quesaltara el buzn de voz. Dej, portanto, mensajes de voz, escribiel nombre y el nmero de cadauno de los que haban llamado enuna nota adhesiva, las llev al

  • despacho de Strike y las dejordenadamente sobre su mesa.

    La taladradora neumticasegua retumbando en la calle. Aeso de las dos, el techo empez acrujir cuando el ocupante del pisode arriba se volvi ms activo.Por lo dems, Robin podra haberestado sola en todo el edificio. Lagradual soledad, junto con lasensacin de puro placer queamenazaba con hacer estallar sucaja torcica cada vez que susojos se posaban en el anillo de sumano izquierda la animaron.Empez a limpiar y a ordenar la

  • diminuta habitacin que estababajo su control temporal.

    A pesar de su generaldesalio y de una excesivasuciedad, Robin descubrienseguida una estructuraorganizativa firme que agradaba asu carcter de persona ordenada ylimpia. Clasific por fechas lascarpetas de cartn marrn algoanticuadas en esta poca deplstico y nen alineadas sobrelos estantes que haba detrs desu mesa, cada una con un nmerode serie escrito a mano en ellomo. Abri una de ellas y vio

  • que los sujetapapeles se habanutilizado para asegurar las hojassueltas en cada expediente. Buenaparte del material que habadentro estaba escrito a mano conletra difcil de leer. Quiz era ascomo trabajaba la polica. QuizStrike fuese un antiguo polica.

    Robin descubri el montn deamenazas de muerte rosas al queStrike se haba referido en elcajn de en medio del archivador,junto a un pequeo fajo deacuerdos de confidencialidad.Cogi uno de ellos y lo ley: unformulario sencillo que exiga

  • que el abajo firmante seabstuviera de hablar fuera delhorario de trabajo de ninguno delos nombres ni de la informacinde la que pudiese tenerconocimiento durante la jornadalaboral. Robin se qued pensativaun momento y, despus, firm ypuso la fecha cuidadosamente enuno de los documentos, lo lleval despacho de Strike y lo colocen su escritorio, de modo que lpudiese aadir su propio nombreen la lnea de puntos de la quedispona. Hacer ese voto desilencio unilateral le devolvi de

  • nuevo parte de la mstica eincluso del glamur que habaimaginado que habra tras lapuerta de cristal grabado antes deque se abriera y Strike casi latirara por el hueco de la escalera.

    Despus de dejar elformulario en la mesa de Strikevio la mochila escondida en unrincn tras el archivador. El filode su camisa sucia, un reloj dealarma y una bolsa de jabnasomaban entre los dientesabiertos de la cremallera de lamochila. Robin cerr la puertaque separaba ambos despachos

  • como si hubiese presenciado sinquerer algo embarazoso yprivado. Sum a la belleza depelo moreno que haba salidocorriendo del edificio esa maanacon las diversas heridas de Strikey lo que pareca haber sido, ahoraque lo pensaba, una persecucinretardada pero decidida. Con sunueva y alegre condicin demujer comprometida, Robinestaba predispuesta a sentir unaenorme lstima por cualquieracon una vida amorosa menosafortunada que la suya, si sepoda calificar como enorme

  • lstima el placer exquisito que enrealidad senta al pensar en supropio paraso en comparacincon los dems.

    A las cinco, y ante lacontinuada ausencia de su jefetemporal, Robin decidi quepoda marcharse a casa. Tararemientras rellenaba su hoja deasistencia, estallando en unacancin mientras se abotonaba lagabardina. Despus, cerr conllave la puerta de la oficina,desliz la llave de repuesto por elbuzn y empez a bajar de nuevolas escaleras, con cierta

  • precaucin, en direccin aMatthew y a su casa.

  • 7

    Strike haba pasado el principiode la tarde en el edificio de laUniversidad de la London Uniondonde, pasando condeterminacin junto a larecepcin con el ceo fruncido,haba llegado a las duchas sin quele dieran el alto ni le pidieran elcarn de estudiante. Luego, secomi un bocadillo de jamncorreoso y una chocolatina en lacafetera. Despus, se puso acaminar, fumando, con los ojos en

  • blanco por el cansancio, y seacerc a unas tiendas baratas paracomprar, con el dinero deBristow, algunos artculos deprimera necesidad que tena queadquirir ahora que su pensincompleta se haba acabado. Mstarde se vio encerrado en unrestaurante italiano con variascajas grandes en la parte de atrs,junto a la barra, estirando lacerveza hasta que casi olvid porqu estaba haciendo tiempo.

    Eran casi las ocho cuandoregres a la oficina. Aquella erala hora en que ms le gustaba

  • Londres. Con la jornada laboralterminada, los escaparates de lospubs se volvan clidos, como sifuesen joyas, con sus callespalpitando y llenas de vida y lainfatigable permanencia de susedificios antiguos suavizada porlas farolas, la ciudad se volvacuriosamente reconfortante.Hemos visto a muchos como t,parecen murmurar con tonotranquilizador mientras l cojeapor Oxford Street acarreando unacaja con una cama plegable. Sietemillones y medio de corazoneslatiendo con gran cercana en la

  • abarrotada y vieja ciudad y, apesar de todo, muchos de ellosestaran sufriendo muchsimo msque el suyo. Caminandocansinamente junto a tiendas apunto de cerrar, mientras el cielose volva ail por encima de sucabeza, Strike encontrabaconsuelo en la inmensidad y elanonimato de aquella ciudad.

    Fue una proeza subir a cuestasla cama plegable por lasescaleras metlicas hasta lasegunda planta y cuando lleg a lapuerta que tena su nombre, eldolor en el extremo de su pierna

  • derecha era insoportable. Por unmomento, se inclin para apoyartodo su peso en el pie izquierdo,jadeando sobre la puerta decristal y viendo cmo seempaaba.

    Gordo cabrn dijo envoz alta. Viejo dinosaurioachacoso.

    Se limpi el sudor de lafrente, abri la puerta con llave yarroj sus diversas compras alsuelo, junto a la puerta. Entr enel despacho, empuj a un lado sumesa y coloc la cama,desenroll el saco de dormir y

  • rellen el hervidor barato en ellavabo que haba junto a la puertade la oficina.

    Su cena segua en el bote depasta preparada que habaescogido porque le recordaba a lacomida que sola llevar en subolsa de vveres: una asociacinbien arraigada entre la comidacalentada rpidamente yrehidratada y las viviendasimprovisadas haban hecho que lorecordara de forma mecnica.Cuando la tetera hirvi, aadi elagua al bote y se comi la pastarehidratada con un tenedor de

  • plstico que haba cogido en lacafetera de la universidadsentado en el silln de sudespacho y mirando hacia la callecasi desierta, mientras el trficopasaba retumbando bajo la luz delcrepsculo al final de la calle yescuchando el ruido sordo de uncontrabajo dos plantas ms abajo,en el 12 Bar Caf.

    Haba dormido en lugarespeores. Como en el suelo depiedra de un aparcamiento devarias plantas en Angola y en unafbrica de metales seriamentedaada donde haban colocado

  • tiendas de campaa y se habandespertado tosiendo holln negropor las maanas; y, lo peor detodo, el fro y hmedo dormitoriode la comuna de Norfolk a la quesu madre los haba ar