libro denominación de origen

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    Contenido

    Presentación 7

    Introducción 13

    La denominación de Origen “No es una varita mágica” 21

    Mensajero de los dioses Pallar de Ica 35

    Lágrimas de luna Loche de Lambayeque 61

    Milagros y leyendas en el Valle Sagrado Maíz blanco gigante Cusco 87

    La nobleza del barro Chulucanas 113

     Trece años después del fin del mundo Café Machu Picchu - Huadquiña 139

    Café Villa Rica Las grandes minorías 165

    Gusto y Orgullo peruano Pisco 198

    Bibliografía y Agradecimientos 217

    Denominaciónde Origen

    Maravillas delEspíritu Peruano

    Copyright©InstitutoNacionaldeDefensadelaCompetenciay dela Protección dela PropiedadIntelectual(Indecopi) yProyectoUSAID| FacilitandoComercio, dela Agenciade losEstados Unidospara elDesarrollo Internacional.CalleDeLaProsa104- San Borja, Lima41y CalleLosTulipanes147Oficina602- SantiagodeSurco, Lima33, Perú, respectivamente.

    Edición y redacción: GonzaloRojas SamanezDiseñoy diagramación: Juan CarlosCoronelFotografía: PaoloLópezCoordinación y transcripciones: WidadTubbeh Alcázar

    Impresión: Formae Imagen deBilly Victor OdiagaFranco

    Impresoen elPerú Junio2011 – PrimeraEdición

    Tiraje: 1000ejemplares

    HechoelDepósitoLegalen laBibliotecaNacionaldelPerú -N° 201106897

    Un agradecimientoespecial atodas aquellaspersonas einstituciones quehicieron posiblela edición deeste libro:

    Por elIndecopi a: Eduardode laPiedra  MauricioGonzáles  PatriciaGamboa  Lily Escobar  AshyadeeVásquez

    VerónicaPerea  AdrianaHerrera

    Por elProyecto USAID|FacilitandoComercioa:  ElenaConterno  CatherineEscobedo  JoséNarvaez  CeciliaFerreyros  InésElejalde  KattiaHuayta

    Diseñode carátula: Juan CarlosCoronel Ymuy especialmenteal Ministeriode Agriculturay alInstituto GeográficoNacional delPerúquese involucraron y comprometieron con laedición deeste libro.

    2011INSTITUTO NACIONALDE DEFENSADE LACOMPETENCIAY DE LAPROTECCIÓN DE LAPROPIEDAD INTELECTUALPROYECTO USAID|FACILITANDO COMERCIO

    Lainformación contenidaen estedocumentopued eser reproducidatotal oparcialmente, informandoprevia y expresamentealos propietariosde losderechos deautor, y mencionandolos créditosy lasfuentes deorigen respectivas.Asimismo, sedeberán enviar tresejemplares alIndecopi y alProyectoUSAID| FacilitandoComercio.

    Elcontenidodeestedocumentoes deresponsabilidadde losautoresy nonecesariamentereflejael puntode vistadela Agenciade losEstadosUnidosparael DesarrolloInternacional– USAID, ni delIndecopi.

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    Presentación

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    o circunstancias más adversas— somos capaces de crear, de innovar, de

    producir aquello que parece imposible.

     Tengo latente aún el recuerdo de cada una de las ceremonias de de-

    claración de protección de denominaciones de origen en las que he par-

    ticipado y revivo la satisfacción, la alegría por el esfuerzo realizado y el

    reconocimiento alcanzado, por las mujeres y los hombres detrás de cada

    historia. Por ello, no podría ser más apropiado el título: Denominación deOrigen: Maravillas del espíritu peruano. Porque cuando vemos lo que los

    peruanos somos capaces de hacer, no nos sorprenderá encontrar detrás

    de una etiqueta exitosa, nuestro arte e historia, nuestro legado milenario

    y el alma de nuestra gente sacrificada, tenaz y llena de un espíritu que

    disfruta en la innovación.

    Esas son las maravillas que usted encontrará en esta obra que, espera-

    mos, sea la primera de una serie en la que más adelante incluyamos Maca

    Junín-Pasco, denominación de origen cuya protección se declaró cuando

    esta publicación se encontraba en su fase de cierre.

    Entregar este libro, no habría sido posible sin la concurrencia y el in-

    valorable apoyo de personas e instituciones como el Proyecto USAID |

    Facilitando Comercio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desa-

    rrollo Internacional, el equipo de la Dirección de Signos Distintivos deIndecopi y el aporte de los consultores que han logrado recoger y plas-

    mar información, testimonios e imágenes que muestran una realidad no

    siempre visible, que subyace y trasciende al procedimiento técnico admi-

    nistrativo. A todos ellos, nuestro agradecimiento y reconocimiento por su

    compromiso y voluntad de difundir, en estas páginas, una muestra de la

    esencia de nuestro Perú.

    Eduardo de la Piedra Higueras.

    Presidente del Consejo Directivo

    Presentar una obra como la que usted tiene ahora en sus manos, con

    testimonios de esfuerzo conjunto, de consensos, de impulso y de

    logros, resulta sumamente satisfactorio. Denominación de Origen. Mara-

    villas del Espíritu Peruano, nos lleva al pasado con orgullo, a partir de un

    presente expectante. Nos sumerge en una materia cuyo conocimiento y

    comprensión aún no son muy extendidos en nuestro medio, pero cuyas

    potencialidades van determinando —sobre todo en los últimos años—el interés cada vez mayor de nuestros productores por acudir al uso de

    herramientas de propiedad intelectual como son las denominaciones de

    origen.

    Pisco, Maíz Blanco Gigante Cusco, Chulucanas, Pallar de Ica, Café Vi-

    lla Rica, Loche de Lambayeque, Café Machu Picchu-Huadquiña y Maca

    Junín-Pasco, nuestras denominaciones de origen, se refieren a productos

    únicos por su procedencia geográfica, pero también por poseer una ca-

    lidad que los hace “especiales” e indica al mercado y a los consumidores,

    que dichos productos cumplen con un determinado estándar.

    En países como el Perú, con una biodiversidad y una variedad tan

    grandes, la denominación de origen puede contribuir significativamen-

    te a un mejor posicionamiento de nuestros productos en los mercados

    internacionales, lo cual viene ocurriendo ya con Pisco y Chulucanas. Sinembargo, tenemos frente a nosotros, como se podrá apreciar en esta

    obra, un amplio horizonte de desarrollo.

    Este libro tiene algo de historia y de antropología, pero también es

    un recorrido por nuestra geografía y un encuentro con nuestra gente:

    mujeres y hombres que con dedicación, esfuerzo y convicción, forjan día

    a día un Perú que crece y mejora. Revisando sus páginas, nos contagiare-

    mos de su mirada optimista y descubriremos cómo, cuando los peruanos

    miramos el presente con alegría y esperanza —aun en las condiciones

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    E

    l proyecto USAID | Facilitando Comercio , de la Agencia de los Estados Uni-

    dos para el Desarrollo Internacional, busca favorecer y mejorar el clima de

    negocios y la competitividad del Perú y otros países andinos, a fin de que más

    personas y empresas puedan beneficiarse directa e indirectamente de las opor-

    tunidades que ofrece el comercio entre naciones.

    El Proyecto trabaja en los componentes de Propiedad Intelectual, Derechos La-

    borales, Facilitación del Comercio, Simplificación Administrativa, Medicamentos y

     Telecomunicaciones. El apoyo y entusiasmo con las denominaciones de origen se

    inscribe en el primero de los componentes mencionados.

    En relación a este tema, estamos apoyando a Indecopi, además de esta pu-

    blicación, con una evaluación de impacto de las denominaciones de origen del

    Loche de Lambayeque y del Café Villa Rica. En Colombia estamos apoyando a

    productores para lograr la inscripción de la denominación de origen de veinte

    productos, iniciativa que esperamos replicar pronto en el Perú. En Ecuador esta-

    mos apoyando la promoción del uso de la denominación de origen Cacao Arriba.

    La globalización llega a nivel local respetando y valorando la historia, la geo-

    grafía y la tradición de los pueblos, o, si se quiere lo local llega al escenario global

    aportando desde su propia identidad: bajo esa perspectiva entendemos la deno-

    minación de origen. Ello es notorio en esta publicación que recoge información

    científica, técnica, pero también tradición oral, pasión, innovación, esfuerzo, orgu-

    llo por productos peruanos que, en muchos casos, representan cientos de años

    de historia y la riqueza de nuestra geografía, la diversidad, la cultura, la gente.

    Confiamos en que la denominación de origen, como signo distintivo, contri-

    buya a mejorar el posicionamiento de muchos productos peruanos en el merca-

    do internacional y a lograr una mayor retribución para los productores.

    El minucioso trabajo realizado por el equipo involucrado en la presente publi-

    cación nos lleva, inevitablemente, a que la próxima vez que disfrutemos un plati-

    llo hecho con Loche de Lambayeque, Maíz Blanco Gigante Cusco, Pallares de Ica,

    o disfrutemos un Café Villa Rica, de Machu Picchu-Huadquiña o un exquisito Pisco,

    o contemplemos una pieza de cerámica escultórica de Chulucanas, lo hagamos

    sabiendo que se trata de una de las Maravillas del Espíritu Peruano.

    Elena Conterno Martinelli

    Jefa de Proyecto

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    Introducción

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    U

    na de las ventajas de ese, a veces, súbito furor por la uniformidad

    que conlleva la aldea global, está precisamente en que, al meter-

    nos a todos en el mismo canal, nos confronta, nos permite comparar sin

    ofender, competir —se supone— sin malas artes, en buena ley, no con el

    cuchillo entre los dientes.

    En ese contexto y más allá del origen mismo de la legislación referida

    a la denominación de origen (aquí sí vale la redundancia), en casi todas

    sus versiones y específicamente en la manera en que se aplica en el Perú,

    debe entenderse en ella el ejercicio del legítimo derecho que asiste a

    personas o instituciones a usufructuar el nombre de un producto, siem-

    pre asociado a un ámbito geográfico específico, unas prácticas sociales

    y a una cultura determinada, como signo distintivo a su favor y al del

    consumidor.

    El Proyecto USAID|FACILITANDO COMERCIO de la Agencia de los Es-

    tados Unidos para el Desarrollo Internacional y el Instituto Nacional de

    Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelec-

    tual-Indecopi, entidad encargada por el Estado peruano para administrar,

    regular y otorgar el uso de la denominación de origen (DO) en el territorio

    nacional, han impulsado este libro. Una publicación que es, en realidad,

    parte de una política de fomento, difusión y apoyo al recurso de la DO

    como signo distintivo que, bien entendido y apropiadamente utilizado

    por productores y consumidores, puede convertirse en poderosa palanca

    de expansión hacia los mercados externos y en un servicio de mejora en

    la información, bajo garantía de calidad y respeto por el consumidor.

    Es importante destacar que esta publicación no pretende un nivel de

    análisis técnico o de demostración jurídica sobre los estudios que sus-

    tentan cada uno de los pedidos formulados a la entidad rectora de estos

    procesos en el Perú —nos referimos desde luego a Indecopi— ni abar-

    ca el soporte técnico en detalle de las consideraciones que se tuvo en

    cuenta para otorgar la denominación de origen a cada producto. Se trata,

    más bien, de una suerte de presentación en sociedad de los primeros

    siete productos peruanos que han alcanzado la aprobación de sus expe-

    dientes de denominación de origen. Desde luego, en cada caso, hay una

    Resolución y un expediente que detalla el cumplimiento de los requisitos

    de “registrabilidad”, los análisis efectuados, los factores naturales, climáti-

    cos, humanos, y los aspectos legales, entre otros, en virtud de los cuales

    se otorga la DO. Estos expedientes se encuentran a disposición de cual-

    quier persona que quiera revisarlos y analizarlos, para verificar la minu-

    ciosidad que se ha aplicado en la evaluación. Las opiniones que en este

    libro puedan expresarse, no reflejan necesariamente la posición oficial de

    Indecopi, ni del Proyecto USAID|FACILITANDO COMERCIO; esto por obvio

    no puede, sin embargo, omitirse.

    El caso de Chulucanas es interesante a modo de ejemplo. Bien utiliza-

    da, con un Consejo Regulador activo y enérgico, la DO puede significar

    una revaloración del producto —no de toda la cerámica que se hace en

    Chulucanas, sino una garantía para ciertas empresas y asociaciones—,

    mientras que para los consumidores, dentro o fuera del país, la seguri-

    dad de que las piezas que llevan el holograma DO han sido fabricadas

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    siguiendo determinados estándares y que ha existido una entidad que

    lo ha verificado. Los resultados ya se e stán viendo. Algunas piezas que se

    certifican en su calidad y reciben la DO han triplicado o cuadriplicado su

    valor en el mercado. El artesano empieza a entender que si cumple con

    ciertas normas en la fabricación y en el control de calidad —que condi-

    cionan todo el proceso, desde el recojo de arcilla hasta la conservación

    de las piezas— entonces el comprador estará dispuesto a pagar más por

    ese producto sin correr el riesgo de recibir “gato por liebre”. De eso trata

    la denominación de origen, de proteger derechos, tanto de productores

    como de consumidores.

    Corresponde al autor agradecer a ambas organizaciones, Indecopi y

    al Proyecto USAID|FACILITANDO COMERCIO de la Agencia de los Estados

    Unidos para el Desarrollo Internacional, por un encargo que ha resultado

    extraordinariamente enriquecedor. En el camino de recoger información,

    viajando por las tres regiones naturales del Perú, hemos comprobado

    que estas siete denominaciones de origen: Pisco, Pallar de Ica, Loche de

    Lambayeque, Café Machu Picchu - Huadquiña, Maíz Blanco Gigante Cus-

    co, Chulucanas y Café Villa Rica, identifican productos que son represen-

    tativos de la riqueza, la variedad y la historia fascinante de un país diverso,

    complejo y desafiante.

    Por ejemplo, cuando usted disfrute de una deliciosa morusa de pallar

    (Phaseolus lunatus) o un picante de pallares en algún huarique —un esta-

    blecimiento no muy conocido, barato, que quizás no presente hileras de

    cubertería dorada a cada lado del plato pero donde tendremos certeza

    absoluta sobre la excelente calidad de la comida— ubicado, digamos, en

    las afueras de Ica, no sólo aplacará esa hambre atrasada que trae desde su

    lejano o cercano lugar de procedencia sino que, sabiéndolo o no, usted

    se integrará en una tradición culinaria que hunde sus raíces miles de años

    de antigüedad. Los Nazca, por entonces, ilustraban sus vasos y botellas

    con imágenes en las que aparece no sólo el pallar sino también el gusano

    que suele atacar a esta leguminosa. Hay, asimismo, pallares adornando

    los hermosísimos mantos Paracas. Y más al norte, los Moche, 200 años

    a.C., incluían en sus magníficas botellas, estilizadas representaciones de

    platillos diversos, sobre todo, de pallares. Pero también, pallares guerreros

    o, algo que ha intrigado a los arqueólogos y antropólogos por más de

    un siglo, representaciones de divinidades animales antropomorfizadas,

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    entregadas a lo que Golte define como “juego de los pallares”. Este an-

    tecesor remotísimo del popular juego de “jacks” o yaces consistía en tirar

    palillos al aire y, mientras estos estaban en suspenso, intentar recoger pa-

    llares de diferentes colores del suelo arenoso. Los pallares eran, además,

    de diferentes calidades y colores, lo cual hacía más complejo el juego.

    Desde luego no se trataba de un simple juego de niños. Golte cree que

    se trataba de una ceremonia reservada a los sacerdotes y gobernantes,

    una liturgia en la que se producía el “tinku”, es decir, el encuentro de los

    mundos de arriba y de abajo.

    Pero eso no es todo. En los museos de Ica, de Berlín, de Santiago de

    Chile, de Lima, de Lambayeque, podemos encontrar vasijas en forma de

    pallar o que representan la cabeza de hombres pallarizados, que se fusio-

    nan con un pallar; o de pallares antropomorfos que corretean llevando

    pequeñas bolsas de … pallares, como una ofrenda a las divinidades del

    cielo y de la tierra, o pallares antropomorfos practicando el juego de los

    pallares. Igualmente, se aprecian pallares diminutos que corren y en el ca-

    mino se van convirtiendo en guerreros. Pallares en serie, en serio y, quizás,

    hasta en broma. Pallares ad infinitum.

    Por características intrínsecas que lo diferencian de otros cultivos es-

    tacionales, para el pueblo Moche y el Nazca, el pallar ocupaba un lugar

    de fábula y privilegio, como parte de una cosmovisión y una simbología

    necesarias para sociedades agrícolas sólidamente jerarquizadas, embar-

    cadas en la formidable tarea de irrigar los valles de la costa peruana.

    No es distinto el caso del loche o del maíz, ambos rodeados por una

    considerable parafernalia de creencias, mitos, canciones que hoy se si-

    guen cultivando. En Chulucanas se da el fenómeno curioso de una reva-

    lorización entre los artesanos piuranos, de la cerámica ornamental Vicús,

    a partir de estudios arqueológicos realizados en la década de los años

    sesenta y la pérdida de valor, en esa misma década, de la cerámica utili-

    taria por la introducción de las ollas de metal y los utensilios plásticos. En

    otra vertiente más cercana, el cultivo y la adaptación del café que llegó

    con los españoles y su adopción por parte de los campesinos cusqueños

    o las familias migrantes austro alemanas junto a integrantes de la etnia

    Yanesha; o de la uva en la costa por españoles, afroperuanos y mestizos,

    para producir esa bebida exquisita, inconfundible e imprescindible que

    se llama Pisco, nos hablan precisamente del principal activo (y reto) que

    tenemos como país: la variedad.

    Lo que presentamos en las páginas que siguen es apenas la punta de

    ese gran iceberg de historia, tradición y cultura que sostiene nuestro pre-

    sente, que convierte el simple acto de comer mote (maíz hervido) con

    queso blanco, o de beber chicha, en r ituales de acercamiento a lo infinito,

    a lo divino.

    Si el Perú fuera un restaurante, este ramillete sería como un menú de

    connaisseur , digno de recompensar el gusto más riguroso. Aquí está una

    parte de lo mejor, no todo, de lo que este país ofrece al mundo: café que

    brota cerca de la misteriosa ciudadela perdida de los Incas; barro quese hace arte y nobleza en cerámica de belleza magistral; maíz, pallares

    y loche (zapallito) que no sólo se convierten en deliciosos potajes, sino

    que son parte fundamental de refinadas culturas que perviven en el ima-

    ginario popular, ya sea en la forma en que se producen y se procesan o

    en la que se utilizan o se piensan. Aquí, hasta en la fraseología técnica,

    tenemos una muestra representativa de esa mixtura de sangres, de cul-

    turas, de fascinantes rituales y de misterios, y también de oposiciones y

    preguntas, que configuran el Perú.

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    Denominación de Origen:“no es una varita mágica”

    PATRICIA GAMBOA,Directora Nacional de Signos

    Distintivos de Indecopi

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    Denominación de Origen:“no es una varita mágica”

    N

    o había terminado aún sus estudios universitarios cuando entró a

    Indecopi y a partir de entonces ha desarrollado una carrera siem-

    pre en ascenso. Patricia Victoria Gamboa Vilela, chiclayana, estudió en el

    Colegio Nuestra Señora del Rosario en su tierra natal y luego Derecho

    en la Pontificia Universidad Católica del Perú. En esa época, la institución

    contaba con aproximadamente 300 trabajadores, ahora son más de mil.

    La ley de creación de Indecopi data de noviembre de 1992. Con el creci-

    miento económico y del mercado interno, la demanda de servicios de la

    institución, en particular los relacionados con los signos distintivos, se ha

    multiplicado exponencialmente y sigue creciendo.

    Empecemos con las definiciones. ¿Qué es la denominación de ori-

    gen (DO)?

    Es un signo distintivo que sirve para identificar aquellos productos

    que tienen características especiales vinculadas a su ámbito geográfico.En tal sentido, debe entenderse, no como un elemento que reivindica un

    producto autóctono u originario del lugar, sino como una herramienta

    empresarial que identifica productos locales “especiales” y que permite

    posicionarlos en un mundo que, siendo globalizado, muestra una marca-

    da preferencia por productos cuyas características no se replican en otra

    zona, precisamente porque se encuentran indisolublemente asociadas a

    un medio geográfico bien determinado. Este es un “nicho de mercado”

    que se abre para nuestros productores y artesanos y lo deben aprovechar

    porque en nuestro país tenemos, precisamente, esos productos locales,

    especiales, que se diferencian de los similares de su especie por el medio

    geográfico en el cual se producen, extraen o elaboran. En el caso de pro-

    ductos agrícolas y agroindustriales, por ejemplo, podemos y debemos

    apuntar a los mercados llamados gourmet , es decir, más especializados enlos que el consumidor da mayor valor a este tipo de productos.

    ¿Quizá un ejemplo sea útil para comprender esto?

    A veces propongo esto en las presentaciones que hago a los produc-

    tores: si nosotros vemos una botella que dice brandy, de una marca X, el

    consumidor tal vez pague una determinada cantidad de dólares por ese

    producto, pero si en esa botella en lugar de decir solamente brandy dice

    Brandy de Jerez o Cognac , es muy probable que el consumidor esté dis-

    PATRICIA GAMBOA, Directora de Signos Distintivos de Indecopi

    puesto a pagar más porque no es cualquier brandy, es un brandy elaborado

    en una zona particular (Jerez en España, o Cognac en Francia, respectiva-

    mente), bajo características y en condiciones especiales. La denominación

    de origen es un signo distintivo porque, puesto en la etiqueta, ayuda al

    consumidor a distinguir un producto de otro, a quien no quiere comprar

    cualquier brandy y prefiere un Jerez o un Cognac, le permite elegirlo.

    ¿Y en nuestro caso?

     Trasladado a nuestra denominación de origen emblemática que es el

    Pisco, tenemos que el aguardiente de uva puede ser elaborado en cual-

    quier parte, tener una presentación muy vistosa, muy bien elaborada, yel consumidor tal vez lo compre y pague un determinado precio por esa

    botella. Pero si la etiqueta de esa botella en lugar de “aguardiente de uva”

    dice Pisco, con toda seguridad el consumidor estará dispuesto a pagar

    más. Ello, antes que por el atractivo de la marca que identifica al pro-

    ducto, ocurre por la denominación de origen, porque sabe que Pisco es

    un aguardiente especial que se elabora sólo en determinadas zonas y

    bajo determinados parámetros. La denominación de origen, permíteme

    insistir en esto, es una herramienta de distinción del producto, es uno de

    Abril 2011, taller de capacitación aproductores de loche en Lambayeque.

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    los signos distintivos (como la marca, marca colectiva, marca de cer tifica-

    ción) que pueden ir en la etiqueta y que ayudan al consumidor a tomar

    una decisión de compra.

    En el caso de las denominaciones de origen, ¿cuál es la función de la

    Organización Mundial de Propiedad Intelectual, OMPI?

    La OMPI es el organismo especializado del sistema de organizaciones

    de las Naciones Unidas al que le competen los temas de propiedad in-

    telectual. Dentro de sus funciones está la de brindar asistencia técnico-

     jurídica a los países, propiciar el intercambio de información tecnológica

    y fomentar la armonización en las legislaciones sobre propiedad intelec-

    tual; así como administrar los tratados internacionales existentes. Precisa-

    mente uno de los tratados internacionales que la OMPI administra es el

    Arreglo de Lisboa para la Protección de las Denominaciones de Origen y

    su Registro Internacional, que a la fecha cuenta con 27 países miembros,

    uno de los cuales es el Perú. En virtud de este Tratado un país miembro

    puede gestionar la protección de sus denominaciones de origen en los

    demás países miembros. Para ello, a través de la o ficina competente local

    (que en el caso del Perú es Indecopi) se envía una solicitud a OMPI, que, a

    su vez, se encarga de remitirla a los otros países miembros del Arreglo de

    Lisboa. Este mecanismo administrado por OMPI facilita el proceso para no

    tener que ir a cada uno de esos países (con idiomas diferentes, monedas

    diferentes para propósito del pago de tasas, etcétera). Debemos precisar

    que cada país miembro tiene la facultad y la potestad de proteger o no

    la denominación de origen solicitada con arreglo a su legislación interna.

     

    El proceso local para obtener la DO tiene requisitos. Primero, verifi-

    car la legitimid ad de la entidad o en la empresa o las asociaciones

    proponentes y luego empieza un proceso, ¿qué es lo más importan-

    te para que Indecopi otorgue o no la denominación de origen?

    Lo más importante es lo que nosotros llamamos expediente técnico,

    otros países le dicen pliego de condiciones. Este documento es el que

    debe demostrar que estamos frente a un producto especial, cuyas carac-

    terísticas particulares se deben al medio geográfico de producción, ex-tracción o elaboración (incluyendo factores naturales y humanos). La de-

    nominación de origen es un signo distintivo que informa al consumidor

    sobre el vínculo que existe entre el producto y el medio geográfico del

    cual procede. Esto debe quedar técnicamente acreditado a través de es-

    tudios realizados por profesionales especializados. Estos estudios forman

    parte del expediente técnico. Junto a ello, se deben presentar medios de

    prueba que acrediten que en el mercado, los agentes vienen utilizando el

    nombre del lugar geográfico para identificar el producto.

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    ¿En muchos productos hay un aspecto material que tiene que ver

    con el agua, el suelo, la forma de cultivo pero también un aspecto

    cultural, antropológico?

    Cuando hablamos de medio geográfico nos referimos tanto a factores

    naturales como humanos. Se privilegian lo s factores naturales, pero estos

    no pueden desligarse de la intervención humana, por ejemplo las formas

    de cultivo, de cosecha, de sembrado, recolección, secado y en el caso de las

    artesanías, las técnicas de elaboración. El propio paisaje en el que se desa-

    rrollan las actividades en el campo casi siempre incorpora modificaciones

    que son producto de la ocupación del espacio por el ser humano.

    ¿Qué ventajas y qué oportunidades ofrece la denominación de ori-

    gen a un productor común y corriente, por ejemplo, de Chulucanasen Piura o de Loche en Lambayeque?

    La denominación de origen es una herramienta comercial, compren-

    der esto es muy importante. Es un signo distintivo y como tal es un instru-

    mento, no genera un efecto económico por el solo hecho de su registro,

    o en forma inmediata y directa, depende de cómo se use. Tal como ocu-

    rre, por ejemplo con las marcas: cuando a un empresario se le otorga el

    registro de una marca, con ello no se le asegura que, como efecto inme-

    diato y automático, va a tener éxito en el mercado. Lo que se le otorga es

    seguridad jurídica, la posibilidad de excluir a terceros del u so de su marca

    para que pueda invertir con la tranquilidad de que no va a ser copiado

    y que, en todo caso, tendrá los mecanismos eficientes para defenderse

    de terceros que usen su marca sin autorización. El éxito económico de-

    penderá de la calidad de sus productos, las estrategias de publicidad y

    posicionamiento, etcétera. Lo mismo se aplica a una denominación de

    origen: el registro otorga la seguridad jurídica y la posibilidad de impedir

    que productores de otras zonas geográficas utilicen indebidamente la

    denominación. Es importante tener en cuenta que, al ser un signo de

    uso colectivo, los productores autorizados a utilizar la denominación de

    origen deben trabajar de manera coordinada y organizada para obtener

    buenos resultados en la gestión de este intangible.

    Esas son las ventajas para los productore s, pero ¿qué ventajas trae

    para los consumidores? 

    Para entender la importancia de los signos distintivos, desde la pers-

    pectiva de los consumidores, imaginemos por un momento que estos

    signos distintivos no existen. En ese escenario, se elevarían los costos de

    transacción. El consumidor tendría que invertir más (tiempo o dinero)

    para obtener la información necesaria que le permita tomar adecuadas

    decisiones de compra. Si una persona compra, por ejemplo, una bebida,

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    28 2928 29

    la prueba y no le gusta, lógicamente ya no querrá volver a comprarla,

    ¿cómo lo puede hacer si no tiene herramientas que le permitan identifi-

    carla o reconocer ese producto en el mercado? De la misma manera, no

    tendría cómo reconocer el producto que sí le gustó y que desea comprar

    nuevamente. Para ese propósito, como medios de identificación es que

    sirven los signos distintivos, entre ellos la denominación de origen, que

    brinda información respecto a las características del producto, vinculadas

    a su medio geográfico. La denominación de origen, al igual que los otros

    signos distintivos, es para el consumidor un vehículo de información que

    le permite elegir en el mercado.

    Ver en una botella en la que dice denominación de origen protegi-

    da, hace que el consumidor valore el producto de otro modo…

    Cuando en una etiqueta aparece la expresión “Denominación de Ori-

    gen”, el consumidor recibe información importante: se trata de un pro-

    ducto distinto a los del mismo género, las características especiales que

    presenta se deben al medio geográfico, y ha sido designado o protegido

    como denominación de origen por una entidad del Estado que ha ve-

    rificado que esto es realmente así. Además, sabe que ese producto se

    produce o elabora bajo un esquema de control en cuanto a estándares

    de calidad; pueden ser diez o veinte productores distintos, con marcas

    diferentes pero que producen bajo los mismos estándares de calidad.

    Pero también tienen que existir mecanismos de control del Estado,

    de Indecopi…

    Por una parte, el control o fiscalización del adecuado uso de la denomi-

    nación de origen, es competencia y obligación del Estado, a través de laDirección de Signos Distintivos de Indecopi, que tiene la función de v elar

    porque solamente usen la denominación de origen quienes estén autori-

    zados. Por otro lado, el control de calidad, de estándares y demás acciones

    que permitan el posicionamiento de la denominación de origen, compete

    a los propios productores debidamente organizados para actuar de mane-

    ra conjunta en el mercado. Así, la alianza del Estado y de los productores

    (teniendo a estos últimos como protagonistas), es la que puede asegurar

    el adecuado funcionamiento de un sistema de denominaciones de origen.

    ¿Qué acciones despliega Indecopi en relación al primer aspecto? 

    La Dirección de Signos Distintivos de Indecopi realiza campañas de

    fiscalización para detectar usos no autorizados. Por ejemplo, en el caso

    de Pisco, cada año realizamos aproximadamente unas 60 a 70 visitas de

    inspección en distintas regiones (con el apoyo del Área de Fiscalización

    y de las Oficinas Regionales del Indecopi). Nos gustaría hacer un mayor

    número de fiscalizaciones, pero obviamente los recursos del Estado son

    limitados.

    Si como resultado de esas acciones de fiscalización se detectan usosno autorizados, formulamos, de oficio, una denuncia por infracción a los

    derechos de propiedad industrial contra quienes incurran en esa con-

    ducta. Se pueden dictar medidas cautelares, tales como el comiso de

    productos, cese de uso, entre otras. Si la denuncia se declara fundada, es-

    tas medidas cautelares se convierten en definitivas y se pueden además

    dictar sanciones económicas (multas de hasta 150 UIT). Si se detecta que

    un productor autorizado hace mal uso de la denominación de origen, se

    inicia el procedimiento administrativo para cancelarle la autorización. Las

        F   o   t   o    G   o   n   z   a    l   o    R   o    j   a   s

    Diciembre de 2010 entrega delcertificado de Denominación de

    Origen del Loche de Lambayeque

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    30 3130 31

    denominaciones de origen constituyen un tema prioritario para el país,hemos tenido avances, pero nos espera aún un largo camino por recorrer.

    Apuntamos a que, en un tiempo no muy lejano, tengamos los recursos

    necesarios para que, al interior de la Dirección de Signos Distintivos, se

    implemente un área dedicada exclusivamente al tema de denominacio-

    nes de origen con la cantidad adecuada de personal especializado para

    tareas de control y con los recursos necesarios. Yo creo que estamos fir-

    memente encaminados hacia ello.

    Los artesanos y los productores también pueden ayudar mucho, de-

    nunciando…

    Desde luego. Nosotros hacemos las campañas de fiscalización pero

    obviamente ellos están más cerca de la información certera sobre la exis-

    tencia de productos adulterados, algo que a nosotros nos puede tomarmucho tiempo en descubrir. Por eso es tan impor tante que se constituya

    un consejo regulador para cada uno de los productos que cuentan con

    denominación de origen. Es el caso de Chulucanas y Pisco, que ya cuen-

    tan con un Consejo Regulador, entidad que tiene, precisamente entre sus

    funciones, alertar a Indecopi sobre posibles usos no autorizados, lo que

    nos permitirá utilizar mejor nuestras capacidades y recursos.

    ¿Qué pasa después que se obtiene la DO?

     Estamos caminando a paso lento pero seguro, y a la vez, en cierto

    modo, regresando sobre lo ya andado para hacer los ajustes necesarios.

    Al principio se impulsó la obtención de la denominación de origen pero

    se descuidó un tanto la parte asociativa, que es fundamental para el éxito

    en este tema. En realidad es ahí donde tiene que empezar el camino parala denominación de origen y lo hemos visto afor tunadamente en los ca-

    sos recientes de Machu Picchu - Huadquiña y Villa Rica, donde, desde mu-

    cho antes de que concibieran la idea de gestionar la obtención de una

    denominación de origen, ya habían asociaciones fuertes de productores,

    que venían trabajando en conjunto y con una clara visión empresarial.

    ¿Forzosamente tiene que ser un producto orgánico para contar con la DO?

    No, no es forzoso. Puede ser un producto orgánico pero puede que

    no lo sea. Por ejemplo Café Macchu Picchu - Huadquiña identifica a un

    producto que es orgánico, pero esto no es condición o requisito para

    acceder a una denominación de origen.

    ¿Cuál es el futuro que avizora a las denominaciones de origen en el

    Perú? 

    El tema Signos Distintivos ha evolucionado favorablemente en el Perú

    en años recientes. En 1996 se recibían aproximadamente 12,000 solicitu-des de nuevos registros sobre signos distintivos, ahora son casi 27,000 por

    año. En el caso particular de las denominaciones de origen, ahora tenemos

    ocho, cuatro de las cuales se dieron en los últimos dos años. La figura de

    las denominaciones de origen está cada vez más difundida, hay interés de

    parte de otras entidades públicas y de entidades cooperantes en apoyar

    iniciativas para la generación de nuevas denominaciones de origen y para

    apoyar a los productores en la generación de procesos asociativos, que

    como he señalado, son la base para el éxito en este tema.

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    32 3332 33

     

    Pero no es sólo cuestión de cantidad…

    No se busca avanzar a paso acelerado para generar nuevas denomina-ciones de origen; tenemos el trabajo de revisar lo que se hizo para que

    todas las ya existentes funcionen adecuadamente. Por ejemplo, estamos

    trabajando para sensibilizar a los productores a fin de que refuercen sus

    procesos asociativos. La DO tiene que desarrollarse en base a una alianza

    entre el sector privado y el sector público, teniendo como motor princi-

    pal al primero. Asimismo, se tiene que generar en el consumidor una cul-

    tura a favor de las denominaciones de origen. Esto es muy importante. Si

    el consumidor no sabe qué es, no va a estar dispuesto a pagar más por un

    producto con denominación de origen, y si esto es así, los productores

    no se van a ver compensados por el esfuerzo desplegado en la calidad

    de sus productos.

    Ceremonia de autorización de funcionamiento delConsejo Regulador de la Denominación de Origen Pisco

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    34 3534 35

    Mensajeros de los dioses

    Pallar de Ica

    MUSEO LARCO

    LIMA-PERÚ

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    36 3736 37

    Ante la ventana, al caer la no-

    che, como en la parábola del

    mensajero de Kafka que nunca ha

    de llegar a su destino porque siem-

    pre habrá una escalera, un muro, un

    palacio exterior, que se interponga

    entre él y su destino, entre el em-

    perador y su súbditos, así podemos

    imaginar también a un mensajero

    moche, antecesor recóndito e im-

    pensado de los chasquis chimús y

    quechuas (y de los integrantes de

    esa especie en extinción llamada

    Carteros sp.), llevando en sus ma-

    nos un pequeño morral hecho de

    cuero curtido de llama y en el in-

    terior de esa bolsita un puñado de

    pallares. La parábola de Kafka nos

    ilustra sobre la imposibilidad teóri-

    ca de llegar a sitio alguno, la para-

    doja del desplazamiento, –una idea

    en la que Borges se solazaba con

    frecuencia- pero nosotros, estamos

    peor que la tortuga borgiana y que

    el mensajero kafkiano, no somos

    destinatarios del mensaje moche

    y aunque nos llegase, tampoco

    podríamos descifrarlo, ni siquiera

    podríamos estar seguros de que se

    trata de un mensaje, una invitación

    al juego, o una contribución para

    la cena de mañana. Tal la magni-

    tud de nuestra ignorancia sobre las

    ideas y el genio extraordinario del

    pueblo Moche (Kafka 1917, 1140-

    1141), (Borges 1974 245-249), (Ka-

    fka 1991 pp. 130-131. Prólogo de

    JLB a “La Metamorfosis”).

    En realidad no estamos inven-

    tando nada. Las bolsas se han en-

    contrado. En el Museo Larco Herre-

    ra de Lima y en otros del Perú y del

    mundo podemos ver no sólo las

    bolsas y los pallares, también cen-

    tenares de botellas y vasijas –que

    aquí se conocen como huacos-

    con el pallar (Phaseolus Lunatus)

    como motivo principal. Huacos en

    los que figuran pallares dibujados

    en una representación “realista”,

    huacos con forma de pallar, huacos

    con forma de pallar antropomorfi-

    zado (cabezas o cuerpos enteros

    pallarizados), huacos en los que

    aparecen pallares antropomorfos

    con piernas y brazos, o estilizados,

    Bolsa que los mochicas

    utilizaban para llevarpallares y otros granos

    Vasija de asa estribo con figura de

    pallar antropomorfaMUSEO LARCO

    LIMA-PERÚ

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    38 3938 39

    versidad Católica del Perú, dedica

    una minuciosa reflexión a la impor-

    tancia de los pallares en la cultura

    Moche y poco antes, Claude Levi-

    Strauss, nada menos, había desta-

    cado la importancia que ciertas se-

    millas de leguminosas tienen para

    diversos pueblos “distantes en el

    tiempo y en el espacio”, incluyendo

    los antiguos peruanos. Su artículo

    titulado “Pythagore en Amérique”

    fue publicado en “Le Regard Eloigne”

    (Levi-Strauss 1983).

    Por su parte, Hocquenghen

    (1984, 405-411) señala: Vemos que

    en la iconografía moche los pallares

    aparecen en las representaciones

    relacionadas con los ritos de inicia-

    ción de los jóvenes guerreros, los

    ritos de pasaje de la adolescencia a

    la mayoría de edad. Esto se confir-

    ma si consideramos las representa-

    ciones de pallares antropomorfos.

    Los pallares antropomorfos llevan

    la vestidura, los ornamentos y las

    armas de los guerreros. Si los pa-

    llares atraen tanto la atención en

    la iconografía moche, es debido

    con cabezas de animales, zorros

    por ejemplo, cuerpo de pallar y

    piernas y brazos humanoides, o

    pallares de este tipo pero diviniza-

    dos, con atuendos propios de las

    deidades o de las integrantes de

    la casta dominante y con mayor

    frecuencia como diminutos gue-

    rreros entregados a una suerte de

    desbande enloquecido en el que

    cuesta entender que estén luchan-

    do entre sí o contra algún invisible

    enemigo. Otro motivo frecuente

    en la iconografía moche es el que

    nos muestra hileras de corredores

    subiendo o bajando con bolsas de

    pallares en la mano que culminan

    su peregrinación ante la presencia

    de señores o deidades ricamente

    ataviadas. También es reiterativa la

    representación de esas deidades

    o señores principales, ubicados

    casi siempre a diferentes alturas

    uno frente al otro (lo que refleja

    sin duda posiciones sociales diver-

    sas), ante un cúmulo de arena en

    el que se ven pallares. Cada una

    de estos personajes lleva lo que

    parece ser un atado de palillos en

    una mano. Existen también cera-

    mios en los que aparecen palla-

    res antropomorfos, vestidos con

    atuendos propios de dignatarios o

    deidades, entregados uno frente a

    otro, a esta misma actividad de ca-

    racter probablemente ceremonial.

    Pallares divinizados arrojando pe-

    queños pallares. Pallares que en su

    movimiento se convierten en seres

    humanos. La abundancia de repre-

    sentaciones del pallar en la icono-

    grafía Moche y Nazca y la actitud

    de los personajes descritos fue in-

    terpretada por Rafael Larco Hoyle

    en un célebre artículo publicado

    en La Prensa de Buenos Aires el 21

    de octubre de 1934, como prueba

    de la existencia de un tipo de es-

    critura iconográfico a través de los

    pallares utilizado por los pueblos

    preincas. Más tarde esta teoría no

    ha logrado consenso ni desarrollo

    entre los expertos.

    Anne Marie Hocquenghem en

    el número 2 (1984) de la Revista

    “ Antrophologica”, Pontificia Uni-

    al hecho que estas semillas son

    las únicas plantas cultivadas que,

    actúan como hombre y guerrero:

    participan en carreras, combates y

     juegos.

    Luego, en su libro pionero “ Ico-

    nografía Mochica”, Hocquenghem

    (1987 105-109, 146-147 y figuras

    51-61, 157-163) ampliará este aná-

    lisis afirmando que “puede haberse

    establecido una relación entre la

    evolución del frijol [pallar] y la de

    los hombres”, por tratarse de una

    planta silvestre domesticada. Para

    ella los juegos de los pallares “de-

    ben ser representaciones de ritos

    relacionados con la fertilidad agra-

    • Recientemente se ha demostrado que

    la concentración de molibdeno en los

    pallares puede ayudar a las personas con

    sensibilidad a los sulfitos desde que esta

    parece asociada a una carencia o a niveles

    bajos de molibdeno en el organismo de

    estas personas.

    LOQUESABEMOS

    Representación de seres divinizados

    practicando “el juego de los pallares”

    La imagen muestra el detalle

    ampliado de un rostro queaparece en el ceramio de la

    derecha

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    40 4140 41

    ria”. Golte (2009: 217-225), entre

    otros, coincide en que se trata de

    un juego y dice que es antecesor de

    lo que hoy se conoce como yaces

    o jacks y que en algunas zonas de

     Trujillo todavía se practica con pali-

    llos que se arrojan al aire, mientras,

    se recoge pallares de diversos co-lores que se encuentran colocados

    en montículos de arena. Golte en-

    cuentra en este juego un ritual que

    se funda en la dicotomía clásica de

    arriba y abajo que marcó y sigue

    marcando la cosmovisión andina.

    Una, entre las muchas preguntas

    que subsisten sobre la función del

    pallar en el antiguo Perú es esta:

    ¿Por qué correr de una comarca

    a otra llevando una pequeña por-

    ción de pallares? Volveremos sobre

    este punto más adelante pues esde gran importancia no sólo para la

    denominación de origen del pallar

    de Ica sino también para nuestra

    comprensión de la historia, al fin de

    cuentas, de nuestra propia historia,

    pero antes vamos a revisar qué es

    lo que sí sabemos con certeza con

    respecto al Pallar de Ica.

    Otorgada en noviembre de 2007, la Denominación de Origen del Pallar de Ica, como en otros casos,

    fue producto de un esfuerzo conjunto, del trabajo y coordinación colectiva entre instituciones,

    entre las que se encontraban autoridades del Ministerio de Agricultura, del Gobierno Regional,

    representantes de Asociaciones de Productores y Agencias Agrarias, expertos de la Universidad

    Nacional Agraria La Molina, de la Universidad San Luis Gonzaga, del Instituto Nacional de Cultura

    de Ica, del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología y de INDECOPI. La comisión de trabajo,

    estuvo integrada por: Víctor Sanabria López, Julissa Taboada Gutiérrez, Martín Barrientos Flores,

    Rosario Canales Vargas, Jorge Buleje Casavilca, Germán Abregú y tres integrantes del Centro de

    Estudios para el Desarrollo y la Participación - Región Ica (Carlos Cabrera, Jorge Silva, GuillermoRamos). Posteriormente, en setiembre de 2008, el Ministerio de Agricultura publica un libro de

    excelente factura y primoroso acabado (El Pallar de Ica, Denominación de Origen) en el que se

    ofrece información muy precisa sobre el tema y del cual nos hemos tomado la libertad de extraer

    algunos datos en este libro.

    Raúl Sotil Galindo

    Uno de los especialistas que

    participó en la elaboración del

    expediente para obtener la deno-

    minación de origen del Pallar de

    Ica es Raúl Sotil Galindo, médico,

    periodista y autor de varios libros

    sobre arqueología e historia. Lo

    encontramos en el campus de la

    Universidad Alas Peruanas, en Ica, y

    de inmediato procede a argumen-

    tar apasionadamente a favor de la

    denominación “cabezas ofrenda”

    en vez de “cabezas trofeo”, tal como

     Tello y otros arqueólogos llaman a

    los cráneos que se han encontrado

    en diversos sitios de la cultura Naz-

    ca (Sotil 2009. “Las cabezas ofren-

    da”. Universidad Alas Peruanas).

    Varias de esas piezas nos observan

    desde un estante cercano, cabe-

    zas momificadas que conservan la

    piel apergaminada, a ratos el hue-

    so amarillento se deja ver. Una de

    ellas, con gorro de peluche de co-

    lor rojo, peinado con raya al medio,

    finas y largas trenzas de estilo rasta,

    bigote crecido, las escleróticas de

    los ojos que sobresalen como pe-

    lotas de golf, parece ensimismada

    en algún ontológico dilema. Junto

    a este personaje, las otras cabe-

    zas en hilera tienen agujeros en la

    frente de los cuales penden sogas

    y llevan agujas que perforan los la-

    bios, lucen también como intriga-

    dos. Quizás no les falte razón. Aún

    así, uno tiene la impresión de que

    todos ellos quisieran participar de

    nuestra conversación.

    Sotil, en comunicación personal

    y en su libro “El Pallar de Ica” (2010,

    Universidad Alas Peruanas), ha sos-

    tenido:

    El pallar blanco es originario de Ica y existen

    pruebas arqueológicas que así lo sustentan:

    Aquí vino un científico belga a estudiar las

    semillas silvestres del pallar, lo mandaron a

    Las características agroecológicas

    del departamento de Ica han sido

    fundamentales para darle cualidades

    especiales al pallar de Ica.

    Sus valles presentan un clima apropiado

    para la siembra de esta planta, desde

    febrero hasta abril época en que la

    temperatura promedio fluctúa entre

    los 24 °C a 27 °C , permitiendo que la

    germinación de la semilla sea óptima,

    con un periodo de emergencia de 6 a 8días, aproximadamente.

    Los agricultores de las provincia de I ca,

    Palpa y Nazca tienen pleno conocimiento

    de las zonas o sectores donde se

    produce el pallar; cada valle con un

    calendario de siembras que sigue la

    secuencia del clima.

    DENOMINACION DE ORIGEN DEL PALLAR DE ICA

    Ceramio que muestra en

    una mano un pallar y enla otra los palillos

  • 8/19/2019 Libro Denominación de Origen

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    42 4342 43

    Ovillo de mantode la transición

    Paracas-Nazca, II a.

    C. a II d.C.

    yor de San Marcos y autor de im-

    portantes obras de investigación

    arqueológica. La última de ellas

    “Moche, Cosmología y Sociedad, una

    interpretación iconográfica” , en la

    que dedica un capítulo comple-

    to al pallar. Conversamos con él,

    un caluroso sábado de verano en

    su casa de Lima. La entrevista se

    eso. Y me dijo “mire estas semillas silvestres

    son de Centroamérica, tienen 2,000 años”. Es

    evidente que aquí en Ica ha habido un pro-

    ceso de domesticación del cultivo, tenemos

    el testimonio más antiguo que hay y que

    está en un fragmento de tejido, que corres-

    ponde a la transición Paracas, Nazca, hace

    por lo menos 1,800 o 2,000 años, ahí está el

    proceso de germinación del pallar, ilustra-

    do, inclusive de colores. Aquí hay un pallar

    negro que tiene su raíz y su plántula, aquí al

    costado tiene un gusano, que es un proble-

    ma hasta la actualidad, pues a estas semillas

    antes de sembrarlas hay que fumigarlas por-

    que llevan un tipo de bicho que después se

    puede desarrollar.

    Según Sotil las representaciones

    Moche son posteriores a las Para-

    cas – Nazca. En la iconografía Naz-

    ca, “en miles de tazas de cerámica

    están los pallares (…). Me llamó

    la atención algo: ¿por qué los pin-

    tan? (…) Hasta que encontré los

    pallares de colores, rojos, blancos,

    negros, pallares de gran antigüe-

    dad. Es un cruce en la polinización

    que trae parte del rojo y parte del

    blanco”. Luego nos muestra ilustra-

    ciones de ceramios que interpreta

    como cabezas ofrenda “que llevan

    un pallar y un gusano. Puedo in-

    terpretar, me puedo acercar, pero

    no puedo asegurar, si al gusano lo

    combatían o se alegraban cuando

    lo veían, como elemento mágico

    en la mentalidad Nazca”. Siendo

    importante, para fines de la deno-

    minación de origen, no es forzoso

    que el producto sea originario de

    la zona en cuestión, sin embargo,

    para las sensibilidades nacionalis-

    tas y regionalistas sí reviste capital

    importancia.

    El Pallar de Ica, agrega Sotil, se

    distingue de los otros pallares que

    hay en el norte. En Cañete o Chin-

    cha, no tienen el mismo gusto, por

    el agua, por el terreno y la radiación

    solar. Aquí se producen los mejores

    pallares del mundo. Mis hallazgos

    demuestran que los pallares esta-

    ban en bolsas de dos o tres kilos,

    con otros productos, tales como-

    menestras, maíz y mazorcas com-

    pletas. El Imperio de los Incas fue

    grandioso porque se asentó sobre

    dos mil años de culturas muy desa-

    rrolladas. En la costa no se hicieron

    grandes construcciones en piedra

    porque no las había, se usó el ba-

    rro, pero aquí uno ve una cerámica

    Nazca o un manto Paracas y es ob-

    vio que ese nivel de refinamiento

    traía consigo un aparato adminis-

    trativo, un aparato religioso, una

    ciudad, viajes, intercambio, comer-

    cio…

    Preguntamos: Es posible imagi-

    nar un mensajero que lleva pa-

    llares, o cierto tipo de pallares

    para una élite, o para una fami-

    lia noble, pero, ¿por qué tenían

    apuro?

    “Lo único que podemos decir

    nosotros es que esta gente le daba

    mucha importancia al pallar. Por-

    que era vida, era sobrevivencia”,

    responde Sotil.

    Más tarde, en Lima, conversa-

    mos con Jürgen Golte, kantiano y

    riguroso profesor de la Universidad

    Libre de Berlín, afincado entre no-

    sotros hace ya algunos años, in-

    tegrante notable del Instituto de

    Estudios Peruanos (IEP), catedráti-

    co de la Universidad Nacional Ma-

    Pallares encontrados en sitiosarqueológicos de Ica.

  • 8/19/2019 Libro Denominación de Origen

    23/108

    44 4544 45

    reproduce a continuación bajo el

    formato periodístico y coloquial,

    casi en su totalidad, por el interés

    e importancia de las apreciaciones

    de Golte para todos los productos

    que se presentan en este libro.

    Sin mayores preámbulos Golte

    se explaya sobre su reflexiones re-

    cientes acerca de lo que él llama

    “un quiebre” histórico y cultural,

    que ocurre en el siglo XVI y deter-

    mina que “todo lo que está situado

    antes quede en una bruma. En Eu-

    ropa hay una memoria histórica de

    2,000 años a nivel de los pueblos,

    saben exactamente si los romanos

    los invadieron y cómo y dónde. Tie-

    nen memoria de eso, lo reviven en

    las festividades, la memoria histó-

    rica está presente, muy profunda-

    mente para crear una identidad”.

    ¿Esto tiene que ver con los Incas

    imperiales y con los españoles

    conquistadores?

    Bueno, sí, los Incas también, de

    alguna manera, quieren borrar la

    historia y decir con nosotros co-

    mienza un gran imperio. Pero en

    Europa ha habido lo mismo, reyes

    o imperios que decían lo mismo

    pero a nivel familiar a nivel de pue-

    blo la memoria es otra, es distinta a

    la gran historia oficial.

    ¿Por qué cree usted que entre

    nosotros ocurrió este quiebre?

    ¿Tal vez por el tema religioso?

    El tema religioso podría incidir

    en esto, pero se ve que hay di-

    ferencias y que la religión no ha

    borrado la memoria en todos los

    sitios. La religión ha logrado bo-

    rrar la memoria siempre y cuando

    los métodos de cultivo pudieron

    ser sustituidos por otros de origen

    europeo, un terreno donde pue-

    de entrar un arado mediterráneo,

    puede ser trabajado con métodos

    europeos y en esas zonas es más

    fácil que se pierda la memoria. La

    religión sólo podía entrar donde

    al mismo tiempo se daban condi-

    ciones materiales para que el dis-

    curso religioso de alguna manera

    pueda penetrar. En realidad, en la

    religión precolombina se escon-

    den los conocimientos, no hay una

    separación entre conocimientos y

    religiones, entonces, para mante-

    ner un tipo de agricultura, se tiene

    que mantener los conocimientos y

    por lo tanto también se mantiene

    la religión.

    Usted analiza lo que llama el jue-

    go de los pallares, ese juego que

    con el tiempo se ha convertido

    en los yaces, ¿hay evidencias ar-

    queológicas que indiquen que

    esto era un juego nada más, que

    sólo lo jugaban personalidades

    notables?

    En las imágenes Moche se pue-

    de ver bien que esto se hace en

    presencia de divinidades, está de-

    dicado a divinidades, ahí no hay

    duda de que está insertado el

     juego a una comprensión de que

    este se dedique a la divinidad del

    mundo de arriba y del mundo de

    abajo. Hoy cuando están jugan-

    do yaces mal o bien queda una

    memoria bien tenue. En la época

    prehispánica usaban sogas largas,

    de hasta 15 metros, que tenían la

    coloración de un coralillo, de esa

    serpiente chiquitita. El coralillo es

    pariente de la cobra y como esta se

    puede incorporar cuando se sien-

    te amenazada, es decir, se pone en

    vertical, juntando el mundo de arri-

    ba y el mundo de abajo. Esas sogas

    servían para los ritos; el 21 y 22 de

    setiembre tiran estas sogas al aire

    para que los seres puedan pasar de

    un mundo al otro y estas sogas es-

    tán representadas en la Huaca de

    la Luna en Moche. Allí hay un friso

    muy grande de 5 metros de ancho

    a todo color donde está represen-

    tado este rito de tirar una soga al

    mundo de arriba, a la vía láctea

    y hay seres del mundo de abajo

    que están subiendo por la soga al

    mundo de arriba y todo esto está

    en un ambiente en el cual se repre-

    sentan un montón de estrellas. Yo

    noté que estos astros no podían

    estar en una (ubicación) casual, y

    como ahora se puede reconstruir

    a qué parte del cielo se refiere,

    • Entre las plagas que pueden afectar el

    cultivo están los Gusanos de tierra o Gusanos

    cortadores ( Agrotis sypsilon, Prodenia,

    Spodoptera frugiperda, Feltia experta), el

    Gusano picador perforador de plantas tiernas

    (Elamospalpus lignosellus), el Gusano pegador

    de hoja (Cydia favivora), polilla cuyo estadio

    larval es de color verde claro. Además el

    llamado “Escarabajo de la hoja”(Diabrotica

    de color), algunos pulgones (Aphis gossipii,

    Mysus persicae), el Gusano falso medidor

    de la hoja (Pseudoplusia includens) y el

    Gusano perforador o barrenador de vainas

    (Epinotia aporema). Como si esto fuera

    poco, el Pallar puede verse afectado por las

    Cigarritas (Empoasca kraemeri), pequeños

    insectos de color verde, la Arañita Roja

    (Paratetranichus peruvianus), la Mariposa de

    la flor (Leptotes sp) y, entre las enfermedades,

    la Chupadera fungosa, producida por los

    hongos Rhizoctonia solani y Fusarium sp, la

    Mancha foliar, producida por hongos, como

    la Alternaria alternata, Cercospora cruenta

    y otros. También puede verse afectada por

    nematodos y algunas virosis.

    •  Tres son las variedades mejor conocidas en

    Ica, las llamadas tardías (pallar criollo), las

    semiprecoces (Señor de Luren y Generoso de

    Ica 1548-71) y las variedades precoces (Sol deIca 450 e Iqueño precoz INIA 205). La mejor

    época de siembra está entre los meses de

    febrero y abril.

    LOQUESABEMOS

    Golte, investigador del

    Instituto de EstudiosPeruanos

    MUSEO LARCO

    LIMA-PERÚ

       M   U   S   E   O    L

       A   R   C   O

       L   I   M   A  -   P   E   R    Ú

  • 8/19/2019 Libro Denominación de Origen

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    46 4746 47

    t o n c e s

    los enfren-

    tamientos son

    encuentros que pue-

    den engendrar frutos. Y

    como los pallares tienen esa

    particularidad, que pueden ser

    sembrados durante prácticamente

    todo el año, se puede tener varias

    cosechas, por eso es un alimento

    central de la población costeña y

    hay enfrentamiento entre pallares,

    porque necesitan encontrarse no

    solo en la época húmeda sino tam-

    bién en la época seca.

    Usted muestra también la repre-

    sentación de pallares jugando a

    los pallares, es un refinamiento

    y una exquisitez rayanas con la

    genialidad…

    Es algo que yo tengo que decir,

    mal o bien, aunque uno sea antro-

    pólogo lo normal es que se mire a

    las otras culturas con cierto aire de

    superioridad, como diciendo noso-

    tros somos los que entendemos el

    mundo, hoy. Con los Moches me

    uno puede identificar las conste-

    laciones enormes. En el Internet

    incluso estos programas pueden

    reconstruir las constelaciones en el

    pasado para saber cómo se veían

    desde un punto en la superficie

    mirando en alguna dirección. En-

    tonces, yo he identificado primero

    las constelaciones, y he mirado un

    poquito probando cuando se po-

    día ver porque la Huaca de la Luna

    es como un edificio grande y tiene

    una plaza en la entrada grande. Me

    dije, los que querían ver algo te-

    nían que haber estado en la plaza,

    tenían que mirar desde la plaza la

    Huaca de la Luna y he tratado de

    identificar desde la Huaca de la

    Luna las constelaciones que esta-

    ban representadas en la imagen

    del friso y efectivamente fue el 23

    de septiembre del 560 a las 8 de la

    noche, que se aprecia como la Vía

    Láctea lentamente está bajando

    hacia la Huaca de la Luna; ellos lo

    sabían. Es un conocimiento muy

    desarrollado aún para el presente,

    la Huaca de la Luna es un monu-

    mento que todo el mundo debería

    ver para que sepan lo que podían

    hacer estos hombres moche.

    Y el artista tuvo que estar mar-

    cando rápidamente los puntos

    en un mapa estelar, teniendo un

    esquema preconcebido de que

    iba a ocurrir esto...

    Es para organizar una fiesta en

    esa fecha cuando el mundo de arri-

    ba está entrando a la Huaca y junta

    de esta forma el mundo de arriba

    y el mundo de abajo y esta unión

    está representado en la misma ima-

    gen como unos hombres que tiran

    la soga hacia la Vía Láctea y por la

    soga están caminando lagartos y

    otros seres. Desgraciadamente, la

    gente no sabe leer bien las imáge-

    nes, yo les he hablado un poquito lo

    que significan, hay que trabajar para

    comprender las imágenes. Dicen

    ahí tenemos un friso, a todo color,

    muy lindo pero no se dan cuenta

    que en realidad es un monumento

    al conocimiento astrológico y a los

    rituales que hubo en ese momento.

    Usted menciona y describe a es-

    tos, como pallares guerreros. Por

    qué hacer pallares guerreros.

    Esto tiene que ver con una cosa

    muy simple. En realidad los pallares

    y los frijoles tienen un tiempo de

    germinación y de crecimiento muy

    breve, el más breve que hay, son

    algo así 80 días. Si hay un sobran-

    te se puede cultivar no solamente

    en la época de lluvias en la sierra,

    cuando se llenan todos los ríos y ca-

    nales, sino también en los terrenos

    que quedan húmedos a lo largo de

    todo el año y también en la época

    seca. Y la época seca es en realidad

    de confrontación entre el mundo

    de arriba y el mundo de abajo, pero

    como se puede ver hoy en ritos en

    la sierra, también la confrontación

    bélica es un encuentro que pue-

    de engendrar futuro. Por ejemplo,

    esto ocurre en algunos pueblos de

    Bolivia y Perú, donde “las mitades”,

    es decir dos bandos de pobladores,

    comienzan a pelear mutuamente,

    para romperse la cabeza y dar algo

    así como una ofrenda al suelo. En-

    • El Pallar de Ica (Phaseolus lunatus) es una

    leguminosa, o menestra, conocida también

    como Lima Bean desde la época colonial.

    En inglés se conoce también como butter

    bean o chad bean. En Argentina le llaman

    frijol manteca, haba pallar  en Ecuador,

    fagiolo di Lima en Italia, haricot bannette

    o haricot de Lima en Francia y kapbohne 

    en Alemania. Su cultivo floreció en el valle

    de Ica desde tiempos inmemoriales pues

    éste presenta condiciones agroclimáticas

    excepcionalmente favorables para su

    producción. Es originaria de América sin

    que los estudiosos se hayan puesto deltodo de acuerdo si se trató de Mesoamérica

    (Guatemala) o Sudamérica (Perú). Lo más

    razonable es que se trate de variedades

    distintas. En todo caso se ha demostrado que

    el cultivo de pallar en el Perú data de 6 mil

    años a.C. es decir hace unos 8 mil años.

    • La cáscara cruda de algunas variedades

    puede contener pequeñas dosis de

    ásido cianhídrico, si bien este compuesto

    desaparece en la cocción, muchos países,

    como los Estados Unidos solo aceptan el

    ingreso de pallares con bajo nivel de este

    compuesto, tal el caso del Pallar de Ica.

    LOQUESABEMOS   F  u

      e  n  t  e

      :    I  n  t

      e  r  n  e

      t

  • 8/19/2019 Libro Denominación de Origen

    25/108

    48 4948 49

    ordenamiento y eso requiere una

    gran acumulación deconocimien-

    tos pero también maestría en la

    abstracción absoluta.

    Se ha dicho que el pallar podía

    simbolizar mensajes...

    Yo no puedo afirmar esa teoría

    porque si bien hay formas diversas

    de representar los pallares, hay que

    imaginarlo más como los huayru-

    ros medio rojo naranja y medio ne-

    gro, como un símbolo de Pachaca-

    mac. Por eso, cuando en un taxi se

    ve la imagen del Señor de los Mila-

    gros, esta tiene un huayruro aden-

    tro y también me di con la sorpresa

    cuando me fui a un mercado y vi

    huayruro rojo sin negro y pregunté

    a la señora y eso cómo se llama y

    me dijo ese huayruro es hembra,

    y el negro, el macho, entonces el

    rojo y negro se jun tan nuevamen-

    te como opuestos y es un símbolo

    de fertilidad, de encuentro entre

    los mundos. Una vez encontré a un

    señor que practicaba el juego de

    pallares, sabía cómo jugarlo, él de-

    tes que reciben las plantas y parece

    que las ofrendan a la tierra hacien-

    do un hueco con un palo. Hay otras

    imágenes en las que se puede ver

    esto, al final de una larga fila de

    corredores, hay templos, tanto del

    mundo de arriba como del mundo

    de abajo, a donde se dirigen estas

    largas hileras de corredores que

    llevan sus saquitos con frutos para

    ofrendarlos.

    Algunos productos como el pa-

    llar tenían una importancia dis-

    tinta a otros, tenían un valor sim-

    bólico o ritual mayor, también es

    el caso del maíz…

    Hay una gama muy amplia

    de productos y en el mundo

    simbólico algunas plantas son

    representadas con más frecuen-

    cia. Por ejemplo los pallares,

    simplemente porque es el ali-

    mento básico en la costa. En la

    representación del mundo de

    abajo, prácticamente todas las

    figuras que representan al mun-

    do de abajo tienen la forma de la

    di cuenta que eran unos tipos su-

    mamente sofisticados que habían

    pensado hasta el último detalle y

    organizado todo en imágenes. La

    cerámica es solo uno de los tantos

    elementos donde presentan imá-

    genes, lo hacen en una tradición

    muy extensa sin que se produzcan

    grandes variaciones a lo largo del

    tiempo. En los Moches, cuando em-

    piezan, más o menos en el año 100,

    200 d.C. ya el sistema está desarro-

    llado desde mil años antes, y por

    el transporte caravanero disponen

    de materia prima en grandes can-

    tidades y pueden dedicar a miles

    de artesanos a producir objetos y

    también desarrollar formas de ex-

    posición cada vez más complejas

    de algo que antes se debe haber

    expresado con discursos. En el pe-

    riodo Moche entre 100 y 700 d.C.

    desarrollan en la cerámica esa for-

    ma de pintar en miniatura, en Mo-

    che V que es la última fase, pueden

    poner en una vasija chiquita, 40 o

    50 personas en interacción según

    un esquema muy sofisticado de

    cía que en su pueblo, en las alturas

    de Trujillo, había plantas de pallares

    que tenían manchas diversas. Ellos

    las separaban y según las manchas

    asignaban nombres y jerarquías y

    podía salir un ganador de acuerdo

    a la jerarquía de los pallares en el

     juego.

    También hay unas bolsas para

    llevar pallares, ¿qué sentido te-

    nía llevar tan poca cantidad de

    pallares? ¿No será que tenía un

    valor como mensaje?

    En las imágenes más complejas

    se ve que los corredores se dirigen

    hacia los templos, tanto a las divini-

    dades del mundo de arriba como

    del mundo de abajo. Lo que hay en

    los atados, es una especie de ofren-

    da. Acá hay dos espirales (señala

    en una vasija) una espiral termina

    arriba, este es un sacerdote del

    mundo de arriba que recibe y abre

    su atado y tira sus pallares. La otra

    fila que también va alrededor co-

    rre hacia abajo y hay unos señores

    que tienen un tocado de sacerdo-

    • La cosecha y trilla se realizan cuando

    las plantas adquieren un tono pajizo

    característico y las vainas están secas La

    recolección es manual, arrancando las

    vainas por la mañana colocándolas en

    canastas, jabas o costales para transportarlas

    a la era donde permanecerá unos días

    hasta completar el secado adecuado para

    efectuar una buena trilla. La t rilla depende

    del objetivo del grano: consumo o semilla;

    puede ser mecánico para el primer caso pero

    cuando el objetivo es semilla, la t rilla debe

    ser manual.

    • Uno de los más populares platillos de la

    cocina norteamericana especialmente

    sureña es el “succotash”que integra maíz

    y pallares. Los pallares grandes de Ica son

    utilizados en Japón para preparar una pasta

    dulce llamada “shiro-an”.

    LOQUESABEMOS

       M   U   S   E   O    L

       A   R   C   O

       L   I   M   A  -   P   E   R    Ú

  • 8/19/2019 Libro Denominación de Origen

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    papa. Es decir las mismas vasijas

    tienen la forma de papa, porquees la mejor forma de representar

    lo que se reproduce debajo de la

    tierra. Así hay frutos diversos que

    se ubican en diversos lugares del

    mundo que aparecen con mayor

    y menor frecuencia en las pintu-

    ras. Hay todo un ámbito de fru-

    tos esculturados en cerámica, en

    todos ellos es visible la expresión

    de una relación entre el mundo

    de arriba y el mundo de abajo.

    • Con cerca del 85% del total nacional, Ica es la región más importante en la

    producción de pallar en el Perú, seguida por Lambayeque con 5%. Estados

    Unidos es nuestro principal comprador con 37 % de las exportaciones, seguido

    por Líbano con 18 y España con 16 %, respectivamente.

    Taxonomía

    Orden Fabales

      Tribu Phaseoleae

      Subtribu Phaseolinae

      Familia Fabaceae

      Subfamilia Faboideae

      Género Phaseolus

      Especie Phaseolus

    lunatus L.

    Representación plana (lineal) de una seriede imágenes que aparecen en espiral en unceramio Mochica.

    Pallares que se humanizan y transportanmensajes a seres divinizados

    MUSEO LARCO

    LIMA-PERÚ

    LOQUESABEMOS

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    LO QUE SABEMOS

    La zona geográfica delimitada para el cultivo

    de las variedades comprendidas en la deno-

    minación de origen (Señor de Luren, Tipo Ge-

    neroso, Generoso San Javier, Generoso de Ica,

    Mediano Guiador, Sol de Ica, Verde San Camilo,

    Verde Guiador, Precoz Mejorado, Cuatro Pepas,

    Flor Blanca y Serruchito) son:

    Chincha:  Valles de Topará y Alto Larán.

    Pisco: Valles de Huáncano, Humay e Indepen-

    dencia.

    Ica: Valles de Huamaní, Los Molinos, Salas Gua-

    dalupe, San Juan Bautista, Asociación de Agricul-

    tores Los Aquijes, Santiago, Ocucaje y Callango.

    Palpa:  Valles de Santa Cruz, Sacramento, Río

    Grande, Llipata, Palpa y Piedras Gordas.

    Nazca: Valles de Ingenio, San Javier, San Juan de

    Changuillo, Vista Alegre y Coyungo.

    Los caracteres de los granos de los pallares

    de Ica son los siguientes:

    Largo del grano 1,74 a 3,08 cm

    Diámetro del grano 1,29 a 1,99 cm

    Espesor del grano 0,61 a 0,81 ml

    Volumen de 100 semillas 80 a 236 ml

    Peso del grano 1,21 a 2,81g

    Color del grano Blanco

    Forma del grano Redondeado a aplanado

      (descriptor 5, 10, 11, 12, 13)

    Fibra 4,08 % a 5,7 %

    Grasa cruda 2,11 % a 3,15 %

    Carbohidratos 46,49 % a 57,98 %

    Proteínas 16,73 % a 22,72 %

    Cenizas 3,44 % a 5,58 %

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    En la base de estudios realizados,

    hemos llegado a las siguientes con-clusiones:

    • Se ha comprobado que hay dife-

    rencias fenotípicas entre los palla-

    res de Ica y los que se cultivan en

    otras localidades.

    • Se puede apreciar diferencias en

    las características cuantitativas

    del grano de pallar (largo, diáme-

    tro, espesor, volumen y peso), que

    podrían ser resultado de los facto-

    res ambientales que moldean los

    fenotipos; sin embargo el carácterque resultó más importante en la

    diferenciación es el contenido de

    ácido cianhídrico.

    • Los altos gradientes térmicos de

    Ica y la mayor cantidad de horas

    de sol, podrían determinar que

    la capacidad fotosintética de la

    planta logre acumular los fotosin-

    tatos que se traducen en caracte-

    res particulares de sabor del gra-

    no del Pallar de Ica, comparado

    con otras localidades.

    • A nivel genético se apreció pocadiferencia entre los individuos de

    las diversas variedades, lo que po-

    dría significar que las diferencias

    morfológicas tienen una mayor

    influencia ambiental, ya que no

    hubo correspondencia entre va-

    riación genética a nivel molecular

    y variación fenotípica varietal.

    Tras un exhaustivo trabajo,el equipo que se encargó de

    evaluar las característicasde este producto arribó

    a las conclusiones quereproducimos aquí:

    ¿Por quéla denominación de origen?

    Ingredientes para cuatro personas

    1 kg de pallares secos (ponerlos a

    remojar un día entero)

    100 gr. de ajos

    2 oz. onzas de aceite de oliva

    Sal al gusto y una pizca de comino.

    Carne de cerdo.

    Preparación

    Colocar los pallares (remojados

    desde el día anterior) en una ca-

    cerola con cantidadsuficiente de

    agua.

    Cuando empiece a hervir y poner-

    se el agua amarillenta, colocarlos

    o mudarlos y dejarlos en agua fría.

    Pelar los pallares y quitarles las al-mendras.

    Nuevamente en agua hervida po-

    nerlos a cocinar con un chorro de

    aceite de oliva. Mover constante-

    mente hasta que quede un puré.

    Faltando 10 minutos, freir lonja de

    cerdo, con sal y lo ponen a cocinar

    después de mudado el pallar. La

    textura tiene que quedar como la

    de un manjar.

    • De la conclusión anterior se des-

    prende que las particularidadesdel entorno son importantes

    para que el pallar logre sus ca-

    racteres óptimos de sabor en la

    zona de Ica.

    Luego de esbozar varias conclu-

    siones, debemos sintetizar que, da-

    das las diferencias evidentes en los

    caracteres morfológicos del grano

    y un sistema genético bastante ho-

    mogéneo que se muestra diferente

    debido a los factores ambientales y

    que, para el caso de Ica, esa expre-sión alcanza niveles óptimos, pues

    algunas variables meteorológicas lo

    favorecen, considerando que existen

    razones suficientes para señalar que

    las zonas de cultivo de los pallares de

    Ica son lugares particulares, donde el

    grano alcanza su más alta calidad y

    se justifica la obtención de su deno-

    minación de origen.

    (Fuente: Resolución y expediente.

    Ver bibliografía.)

    Morusa de Pallares Secos

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    Succotash proviene de una palabra

    del pueblo Narragansett, nativos

    norteamericanos de lengua algon-

    quina casi extinguidos en la actuali-

    dad. Muchas palabras actualmente

    en uso, especialmente nombres de

    lugares provienen de la lengua al-

    gonquina, por ejemplo: Massachu-

    setts, Connecticut, Illinois, Míchigan,

    Wisconsin, Milwaukee, Chicago, etc.

    Lo ingredientes básicos son el maíz y

    el pallar blanco de Ica o Lima beans.

    Se pueden agregar tomates, pimien-

    tos verdes o rojos. Probablemente

    debido a su bajo costo y la facilidad

    con la que se pueden adquirir sus

    ingredientes este platillo fue muy

    popular durante la Gran Depresión

    en los Estados Unidos. Actualmente

    es tradicional en las celebraciones de

    thanksgiving en New England, Penn-

    sylvania y otras zonas del sur. Las

    recetas revisadas incluyen diversas

    cantidades de mantequilla o azúcar

    de acuerdo al gusto o la dieta. Hay

    quienes reemplazan la mantequilla

    con crema de leche y los tomates

    por pimientos. Algunos restaurantes

    Preparación

    1. Disolver media taza de mante-

    quilla en una cacerola grande.

    Revolver suavemente con los

    pallares y la sal y cocinar a fuego

    lento por 20 minutos.

    2. Mientras tanto, en una olla apar-

    te, calentar los tomates, con el

    azúcar y la otra media taza de

    mantequilla. 20 minutos a fue-

    go medio.

    3. Agregar los tomates azucarados

    y el maíz sobre los pallares, coci-

    nar unos diez minutos más.

    Ingredientes

    • 1 taza de mantequilla

    • 2 tazas de pallares de Ica frescos

    • 1/2 cucharadita de sal

    • 4 tomates, pelados y sin semillas

    • 2 cucharaditas de azúcar blanca

    • 4 choclos medianos (Mazorcas de

    maíz) desgranados.

    ofrecen hamburguesa sureña acom-

    pañada con succotash. Los tiempos

    de cocción pueden variar de acuer-

    do a la altura y al lugar en el que nos

    encontremos. Cuestión de probar.

    Succotash

    Shiroan se trata de un postre muy

    popular preparado básicamente

    con pallares blancos de Ica, y azú-

    car. Algunas de las recetas tradi-

    cionales implican un interminable

    proceso de lavado, hervido, luego

    enjuagado de los pallares, para so-

    meterlos a baños de agua helada y

    volverlos a cocinar en ciclos repe-

    titivos. La preparación que figura

    abajo es en realidad una versión

    simplificada a la española.

    Ingredientes:

    230 gr de pallares blancos secos

    1/4 de taza de agua

    1 taza de azúcar

    Elaboración:

    1. Lavar los pallares y escurrirlos.

    Ponerlos en una cazuela grande

    cubriéndolos con agua fría. De -

     jarlos en remojo toda la noche.

    2. Poner los pallares en una cazue-

    la media y añadir agua hasta

    cubrirlos; llevarlos a ebullición a

    fuego medio. Hervir durante 2

    minutos, luego apagar el fuego y

    dejarlos reposar durante 1 hora.

    3. Escurrir los pallares y volver a

    ponerlos en la cazuela. Añadir

    agua hasta cubrir por encima

    unos 5cm. Llevarlos a ebullición

    a fuego medio, una vez rompa

    a hervir bajar a fuego lento. De-

     jarlos cocinarse durante 30 mi-

    nutos o hasta que se ablanden.

    Escurrirlos.

    4. Con una batidora se hace puré

    de los pallares hasta dejar una

    pasta lisa. Dejarla reposar.

    5. Combinar el agua y el azúcar

    en una cazuela. Llevarlo a ebu-

    llición a fuego fuerte, remover

    con frecuencia hasta que el azú-

    car se disuelva completamente.

    6. Reducir a fuego medio y añadir

    la mitad del puré de pallares al

     jarabe de agua y azúcar. Remo-

    ver despacio. Seguir hasta que

    la mezcla comience a hervir,

    remover constantemente. En-

    tonces añadir el puré y seguir

    removiendo hasta que la mez-

    cla sea suave y cremosa, 3 o 5

    minutos más. Apagar el fuego y

    pasar el puré por un tamiz.

    7. El shiroan puede guardarse en

    la nevera herméticamente va-

    rios días antes de utilizarlo en

    cualquier postre.

    Shiroan   F  u  e  n   t  e  :   I  n   t  e  r  n  e   t

       F  u  e  n   t  e  :   I  n   t  e  r  n  e   t

     

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    Lágrimas de luna

    Loche de Lambayeque

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    Lágrimasde luna 

    “y toda divinidad

    se vuelve sólo un puñadode tierra que nos mira…”  Jodorosky, Raquel

    Cuando en Lambayeque a us-

    ted le dicen que la palabra

    “Loche” significa ‘Lágrima de luna’,

    en lenguaje Muchik, y luego ob-

    serva un ejemplar maduro, rugoso,

    verrugoso, quizás le asalten dudas.

    Pero a medianoche, entre el ramaje

    rampante y en plenilunio, los frutosdel loche parecen, en efecto, des-

    tellar como grandes gotas hechas

    de alguna materia misteriosamen-

    te refulgente y azulada, vertida por

    algún astro celeste. El más cercano

    es, desde luego, la luna, y lo inevita-

    ble, acto seguido, es preguntarse:

    ¿qué penas pueden aquejar a un

    satélite inerte para hacerlo llorar

    con tal generosidad?

    Ya el antropólogo Jürgen Golte

    (entrevista personal) nos había pre-

    venido: el loche pertenece al mundode abajo en la cosmovisión andina,

    al territorio de la luna. Y, aunque no

    se trata de una certeza matemática

    es algo que se siente y se entien-

    de por la experiencia. Pero no es,

    desde luego, solamente de penas

    sino también de fertilidad, de vida

    y hasta, hay que decirlo, de sexo.

    La región Lambayeque tiene,

    cerca unos de los otros, tres esplén-

    didos museos: el de Sipán, el de

    Brunning y el Museo de Sicán, en

    Ferreñafe. Este último se encuen-

    tra estratégicamente enclavado

    en una de las áreas —reconocidasen la declaratoria de protección de

    denominación de origen— en las

    que se cultiva el loche. Su director

    es Carlos Gustavo Elera Arévalo. Un

    arqueólogo trujillano de 54 años

    que estudió en la Pontificia Univer-

    sidad Católica del Perú y luego en

    Canadá. Elera es un apasionado in-

    vestigador del tema Sicán, una de

    las etapas de desarrollo del pueblo

    Muchik. Su tesis doctoral trató so-

    bre el significado del sitio arqueo-

    lógico Puémape, en el litoral de

    la zona semidesértica del mismo

    nombre entre Jequetepeque y

    Chicama. Por entonces, la heren-

    cia Cupisnique, expresión Muchik

    temprana, se confundía con la cul-

    tura Chavín, y su trabajo permitió

    discernir distancias y diferencias.Eso, apunta Elera, “precisamente

    está vinculado con la siembra ini-

    cial del Loche de Lambayeque”.

    Para nuestro arqueólogo, el lo-

    che (Cucurbita moschata) es “cien

    por ciento” originario de Lambaye-

    que. “El hallazgo más temprano de

    zapallos en la costa norte lo realizó

    una misión proveniente de EE.UU.

    en un sitio que se llama Nanchoc,

    en Zaña, al sur de este valle, con

    una data de aproximadamente 5

    mil años a.C. Allí se demuestra el

    uso y la domesticación de cucurbi-

    táceas, de zapallos, que son nativos

    de la zona”.

    Elera se refiere a Tom Dillehay,

    a quien el profesor lambayecano

    David Martín Ayasta Vallejo (Ayasta,

    2009) cita como:

    Arqueólogo especializado en la investiga-

    ción del poblamiento de América y prime-

    ras ocupaciones, [quien] ha registrado las

    evidencias más antiguas de loche en la zona

    de Nanchoc (parte alta del valle de Zaña).

    Asegura reconocerlas en restos de almidón

    impregnados en la dentadura de los anti-

    guos habitantes de esta zona. Dice Dillehay

    (2008) ¨Almidón de las semillas de Phaseolus

    (frejol) e Inga feuillei  (huaba), la carne de Cu-

    Carlos Elera: El loche es

    cien por ciento originariode Lambayeque

    “El loche pertenece al

    mundo deabajo en la

    cosmovisiónandina, al

    territorio dela luna” 

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    curbita moschata (Loche) frutas, las nueces y

    de Arachis habitualmente se presentan en

    numerosos dientes a esa fecha entre