libro 37 escritura aymara√ ok

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1 ESCRITURA AYMARA Félix Layme Pairumani 2015

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ESCRITURA

AYMARA

Félix Layme Pairumani

2015

Page 2: Libro 37 escritura aymara√ ok

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Félix Layme Pairumani

Derechos reservados:

© Félix Layme Pairumani

[email protected]

www.aymara.ucb,educ.bo

www.periodicojayma.com

facebook felix layme pairumani

facebook catedra de aymara

Número de ediciones:

1ra. Edición electrónica 2015

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INTRODUCCIÓN

En esta obra en especial estarán presentes: 1 personas, 2

entidades estatales, 3 instituciones científicas y 4 las organizaciones

sociales o el pueblo que tuvieron que ver poco o mucho con las

lenguas aymara y quechua. Defensa idiomática, lucha por el

bilingüismo, su inclusión en la educación y desarrollo de las

lenguas indígenas. Unos moviéndose a favor, otros en contra, de un

lado para otro. Unas veces sinceramente o demagógicamente y por

otro lado estarán las iniciativas personales que en su afán de buscar

la equidad lingüística buscan también llenar un vacío en la justicia y

la paz social. Por otra parte las organizaciones sociales, el pueblo

mismo con sus individualidades, siempre están buscando la

ecuanimidad. Todos, cual sea su forma de actuar, una veces desde

varios frentes y algunos desde donde creen y pueden plasmar su

objetivo de lucha. Ante todo es una historia de disputa por la

identidad idiomática.

El interés por la recuperación de las lenguas indígenas ha

surgido con relativa frecuencia en los años ochenta y con más

intensidad en los años noventa. Las iniciativas personales primaron

más que las organizacionales. Unas veces hubo intenciones e

iniciativas individuales y en otras sólo discursos encendidos de los

dirigentes sindicales y de las organizaciones de los pueblos

indígenas. En todo caso los protagonistas fueron las acciones más

pragmáticas de los promotores culturales que han trabajado

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silenciosamente alcanzando las metas que se habían planteado.

Estas actividades se iniciaron desde mucho antes de 1980

difundiendo la política de conservación y desarrollo de las lenguas

indígenas. Algunos, los más intrépidos, han iniciado sus

actividades desde la forma escrita, publicaron periódicos y libros

escritos en lengua aymara y quechua. Como también otros han

incursionado con traducciones de los principales instrumentos

jurídicos. Con todo, paulatinamente, se han cumplido las primeras

etapas de la recuperación de estas lenguas, aunque hoy parece que

es apresurar los pasos, sin embargo creo que persiste aún lo anti-

aymara y sigue oculta la sombra del talón de Aquiles del Aymara

aún en el mismo pueblo.

Para muchos, eso de recuperar las lenguas indígenas, fueron y

aún son considerados algo así como actividades absurdas de

retroceso histórico. Según los antiaymaras, las lenguas indígenas

obstaculizaban la unidad, el progreso, la integración nacionales. En

fin, para algunos todavía es un estorbo para la civilización. Aunque

la recuperación de las lenguas aymara y quechua no son para

dividir al país o para obstaculizar el desarrollo o el progreso

nacional. En los nuevos tiempos no hay mejor unidad que respetar

la diversidad cultural. En esta era no se lo hará el progreso nacional

con la eliminación de lenguas indígenas, con acciones que resientan

a la gente o con la superposición vertical de lenguas como en la era

de la homogeneización, sino con el trato horizontal de todas las

lenguas y culturas nacionales, es más, es favoreciendo a éstas.

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Integración nacional en la visión moderna sería practicar la

alteridad en el plano nacional. Si antes la civilización era la invasión

de una forma a otra, hoy es respetar la diversidad cultural y

lingüística. Hoy están vigentes los paradigmas de convivencia

pacífica y armónica de diferentes culturas y lenguas en cualquier

escenario. Hay que entender al otro conociendo y entendiendo la

propia cultura. Antes jamás se ha considerado lo que piensan y

hacen los otros, esa es la causa principal y el origen de la

incomprensión nacional. ¿Qué puede pasar cuando unos piensan

que el futuro está adelante y para otros está atrás? ¿Qué dirían

cuando para unos la mujer simboliza el mal y en cambio para otros

representa el bien? O ¿Qué pensarían cuando en una cultura el

hombre simboliza el bien y en otro el mal? Sin embargo estas y

otras suceden a menudo en el país y no se han comportado, por lo

menos, en forma debida y respetuosa frente a una manera de ser

así.

Mientras unos moran la Tierra creyendo convivir con ella en

una lógica de muerte y otros en una lógica de vida, lo absurdo se

impone irremediablemente. En esta situación de caos alguien tiene

que perder y otros tienen que ganar, porque el tiempo no da vueltas

en vano. Mientras en su propia lengua para unos hay género

gramatical para otros no existe esta categoría. En esta realidad, uno

de ellos tiene que saber entender al otro. En tanto unos hablan como

si conocieran todo, otros no lo hacen de esa manera, pero están

obligados a saber comprender al otro. Para unos ser zorro, es decir

astuto, es una virtud, para otros eso es lo contrario, entonces hay

que saber aprender del otro y saber convivir en relatividad. Para

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otros imitar al ratón no es malo, pero para otros eso es funesto.

Todo esto debe reflejar en alguna medida la producción oral y

escrita de las lenguas indígenas. Bajo esa lógica debe encararse la

futura producción literaria en lenguas andinas y orientales de

Bolivia. Pues eso es lo que hemos entendido en los últimos veinte o

treinta años. Dentro de un mundo de relatividad cultural, lo ideal y

adecuado es vivir en la interculturalidad. Si en la balanza uno de

ellos está en dificultades para alcanzar la horizontalidad, entonces

ahí viene la dignificación y la intraculturalidad de ambos para

lograr equilibrar.

Este texto se ha dividido en siete partes para el desarrollo de

este tema: I Los pioneros de la escritura andinas, II Sistemas de

escritura y las lenguas andinas, III Los instrumentos lingüísticos, IV

El desarrollo de la Literatura Aymara, V La enseñanza de la lengua

aymara, VI Introducción a la Educación Bilingüe yVII La búsqueda

de la equidad lingüística.

Este trabajo pretende abarcar varios temas que son importantes

para encontrar información sobre el desarrollo de las lenguas

nacionales. Se toca el desarrollo de la escritura, sistemas de

escritura andinas, la introducción del sistema latino de escritura en

las lenguas indígenas. Por otro lado, hay que buscar información

sobre la producción literaria en las lenguas indígenas, tanto en el

pasado como en los últimos tiempos. Asimismo la posibilidad y la

libertad para avanzar sobre el desarrollo de las lenguas nacionales.

También se hace una evaluación rápida de la producción literaria

aymara cualitativa y por último la enseñanza de la lengua aymara

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en el último medio siglo, para que esté dentro del contexto

educación, es capital para el resurgimiento de la lengua aymara.

Luego se reflejará una política lingüística, especialmente la

propia antes que la oficial, para avanzar en la lucha por la equidad

lingüística, así como las expresiones, manifestaciones y exigencias

de las organizaciones sociales para el uso en la educación,

oficialización y la recuperación de las lenguas nativas.

Además también hay que tomar en cuenta el contexto para ver

con claridad el desarrollo de las lenguas indígenas del país.

Un dato curioso es que en 1952 había dos tipos de

comunidades, comunidades originarias y comunidades de

haciendas. Es obvio por qué se las llamaba así. Las comunidades

originarias en todo el país eran 6.330 y las comunidades de

haciendas eran 19.296. Es decir que más de dos tercios de las

comunidades eran dominadas por los patrones en las haciendas y

fueron desestructuradas. En las primeras, hasta cierto punto, se

conservaban muchas tradiciones culturales y en las segundas se

desestructuraban sistemáticamente. Porque en estas últimas no se

respetaba a la persona como miembro de una sociedad cultural ni

lingüística, sino que la población indígena vivía en un estado

permanente de discriminación y en algunos casos de hostigamiento

y en otras de zozobra. Estos mecanismos de dominación eran una

especie de armas para el sometimiento y esclavización. Lo dice toda

su producción intelectual, sean estudios sociológicos, históricos,

novelas o cuentos, reflejan fielmente el grado de sufrimiento a que

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estaban sometidas las comunidades indígenas. Además, en

literatura, es sabido que en los países latinoamericanos no hubo ni

hay creatividad. Solo hubo, con nombre de literatura, una especie

de transcripción de aquellos sufrimientos indígenas que fueron

modelados como novelas. Si esa literatura es creación o

imaginación, es decir falsa, entonces sus autores tendrían que ser

unos perversos para crear semejante literatura. Sobre todo el

principio, aquellas acciones fueron un mecanismo de sometimiento

y domesticación. Como también hubo hacendados que trataron con

respeto a los peones, hasta han aprendido la lengua indígena, sea

por necesidad o por otra causa.

Sólo los patrones, para llevar mejor sus cuentas de las fuerzas

físicas gratuitas y la Iglesia, en alguna medida, tenían control

minucioso del registro de la población indígena. En esos tiempos, el

Estado no tenía tuición ni tenía registros oficiales de la población

indígena, sino recién a partir de 1945 hubo Registro Civil para el

indio, para registrar los nacimientos, los matrimonios y las

defunciones indígenas.

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I

LOS PIONEROS DE LAS

LENGUAS ANDINAS

1. LA REVITALIZACIÓN DE LAS LENGUAS INDIGENAS*

Introducción

Hay una evolución permanente en el pensamiento de los

investigadores extranjeros y nacionales, una especie de toma de

conciencia real de algunos en torno a las lenguas indígenas. Los

documentos publicados hasta el presente lo demuestran. Se observa

un proceso que está acorde con las iniciativas y necesidades de cada

época histórica. Este proceso se inicia en el siglo XVI en América

sobre todo por iniciativa de algunos iluminados que sostuvieron

una polémica sobre la conveniencia de la EVANGELIZACIÓN en

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castellano o en lenguas indígenas. Se sabe que en los primeros años

de la conquista se evangelizaba al indígena americano en la lengua

oficial del catolicismo, el latín. El uso de estas lenguas genera dos

corrientes en pugna. Unos quieren para ser más efectivos en su

labor y predicar el Evangelio en las lenguas indígenas de manera

efectiva y otros quieren continuar predicando su fe en la legua

oficial del cristianismo el latín y algunos de ellos en castellano.

A fines del Siglo XIX, en las altas esferas de científicos sociales,

se empieza a dar importancia a las lenguas indígenas en la

investigación científica en los diversos campos de las ciencias

sociales, pronunciándose especialmente a través de los Congresos

Internacionales de Americanistas. Posteriormente, en los primeros

Congresos Interamericanos Indigenistas ya piensa en la necesidad

de usar las lenguas nativas en el proceso educativo como medio

para acelerar una transición lingüística hacia la castellanización de

los nativos.

Al final, se plantea el uso de las lenguas indígenas en la

educación bilingüe y, actualmente, piensan en la revalorización,

revitalización y el desarrollo de las culturas y lenguas indígenas

mediante un proceso de educación bilingüe e intercultural.

En el transcurso del presente trabajo veremos los distintos enfo-

ques que –a nuestro juicio– son necesarios para una plena

revalorización y revitalización de nuestras lenguas indígenas.

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Se sabe que los indios no podían instruirse ni podían aprender

a leer ni escribir en castellano y menos en sus propias lenguas.

Antes de aquellas etapas históricas, las lenguas indígenas estaban

desacreditadas y discriminadas. Tampoco la población hablante de

las lenguas discriminadas tenían ni voz ni podían votar en las

elecciones, no estaban reconocidos sus derechos ni su ciudadanía.

En materia de salud estaban abandonados a su suerte. Cuando

había que exprimir sus fuerzas para beneficio del amo, se lo hacía a

punta de garrote. Se podía vender una hacienda con su población.

Eso es esclavitud ¿o no? Arguedas afirma en Raza de Bronce:

“Nunca se dieron el trabajo de meditar si el indio se podía zafar de

su condición de esclavo, instruirse, educarse, sobresalir.”

Finalmente, hay que recordar que el pensamiento del pueblo

aymara es holográfico. Por tanto, su lucha antes de personas o

individuos es global, es comunal, es desde varios frentes, digamos

desde varios gremios. Naturalmente su lucha no es igual, unas son

más que otras, depende desde el campo que hayan escogido su

lucha de liberación.

A. Lenguas indígenas y evangelización

En 1535 se inicia la colonización española de Indo-América. Los

españoles, para conquistar América, habían llegado armados de

Dios y el diablo. Es decir al indio americano lo habían doblegado

por la fuerza de la cruz y la espada. En aquella época a los

españoles no les interesaban en absoluto extender y difundir su

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lengua y cultura entre las naciones avasalladas, sino exprimir las

fuerzas de los vencidos para encontrar riquezas. Sobre todo los

españoles buscaban el oro y la plata en sus ambos sentidos.

Después de la invasión de los españoles, al fracasar la

evangelización en latín y luego en castellano, algunos religiosos se

inclinan por el uso de las lenguas indígenas para este propósito.

Ellos se dedican incluso a escribir obras en lenguas andinas

(Domingo de Santo Tomás ya en 1560 publicó en Valladolid su

Vocabulario Bilingüe Castellano-Quechua, Gonçalez Holguín en

1608, Bertonio en 1612 y Torres Rubio en 1616). Hacia fines del Siglo

XVI recrudece la pugna entre los religiosos sobre el uso del español

o de las lenguas indígenas con propósitos de evangelización. Varios

religiosos de entonces, como Domingo de Santo Tomás, Barzana,

Bertonio, Torres Rubio y otros, exigían que los Evangelios sean

predicados a los indios por lo menos en la lengua castellana. Los

clérigos más lúcidos sugerían que los Evangelios deben ser

predicados en la lengua materna de los indios. Y los más radicales

no aceptaban estas sugerencias y surge la pelea entre los

conservadores y progresistas sobre el uso de lenguas en la

evangelización en el virreinato del Perú.

Organizan una reunión eclesiástica llamada I Concilio

Provincial de Lima, en la que los evangelizadores progresistas

pierden completamente en su afán de predicar los evangelios en

lenguas indígenas. Al año siguiente, 1583, se lleva a cabo el II

Concilio Provincial de Lima. Esta vez el grupo de sacerdotes

progresistas más o menos logran aumentar adeptos a la causa del

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uso de las lenguas indígenas, pero igual pierden en su lucha. En

1584 se produce el III Concilio Provincial de Lima y al fin triunfa la

causa de los progresistas coloniales, es decir evangelizar en lenguas

indígenas a los indios. En ese año el Concilio Provincial de Lima

autorizó el uso de las lenguas aymara, quechua y puquina para la

evangelización de la población indígena. Varias obras fueron

publicadas en estas lenguas por el mismo Concilio Provincial o

como consecuencia de la iniciativa de algunos religiosos. Uno de

estos documentos es el “Catecismo en la lengua aymara del Perú

ordenado por la autoridad del Concilio Provincial de Lima e

impreso en esa ciudad el año de 1583” (IHS Con previlegio. En

Sevilla, por Bartolomé Gómez, año de 1604). Las “Anotaciones

Generales de la Lengua Aymara” se publicaron en el año de 1584.

Dicho documento queda registrado con una introducción de Edwin

Llanos Arispe con el título de “Annotaciones de la lengva aymara”

(1584), que se publicó en la Revista “Ciencia y Cultura Nº 27

páginas 65-80, de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”. El

estilo de este documento es similar al Vocabulario de la Lengua

Aymara de Bertonio. Es muy probable que este autor haya escrito

dicho documento para el Concilio Provincial de Lima.

Para que la Evangelización sea más efectiva han escrito

catecismos, sermonarios, gramáticas y vocabularios de las lenguas

indígenas. No se enseñaba a leer y escribir a los indios, sino que los

religiosos europeos aprendían las lenguas de los indios, en este caso

el quechua, aymara o el puquina para luego predicar el Evangelio

en esas lenguas. Estaba prohibido enseñar a escribir a los indios.

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Sin embargo, el tema seguirá siendo objeto de controversia.

Hacia 1772, Don Juan José del Hoyo, en los últimos aleteos de la

Colonia, aún pregonaba en contra del uso de las lenguas indígenas

en la evangelización. Eran las últimas décadas del dominio colonial.

Después de la independencia (1825) se reactivan las iniciativas

de los movimientos que alientan el uso de lenguas indígenas con fi-

nes religiosos. Estos estaban encabezados por Beltrán, Escobari,

Sanjinés. Hugo Lanza Ordoñez anota a su vez a Néstor Peñaranda,

que el franciscano Fray Felipe Leonardo Soliz, con su oratoria, hace

llorar en la basílica de San Francisco como en la de Copacabana.

También menciona, entre los cultores no religiosos, al Dr. Nemesio

Iturri Núñez, presbítero Felipe López Mené, al políglota y Dr.

Nicolás Fernández Naranjo, Erasmo Tarifa Ascarrunz, Manuel de

Lucca Pando, al Ing. Iván Guzmán de Rojas entre otros. Sin creer

agotarlo, pues la sorpresa que guardará sobre el tema en Puno, el

lado peruano. Es más, añade al catecismo himnos o poesías

religiosas andinos a la Virgen María (Pacha Mama) surgidos

espontáneamente por el dolor que se sufría por el pesado yugo

colonial.

A partir del siglo XIX aparecen nuevas inquietudes y movi-

mientos que fueron transformándose poco a poco conforme pasaba

el tiempo y de acuerdo a la realidad socio-lingüística de esta parte

de América. En los primeros años de la República, aún se sostenía

que las lenguas nativas solo servían para la “evangelización”, pero

a partir de fines del siglo XIX se empieza a hablar del estudio de las

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lenguas indígenas para conocer el pasado y la grandeza de las

culturas indígenas.

B. Congreso Internacional de Americanistas (ICA)

En primer lugar se debe aclarar lo que fueron estos Congresos

Internacionales de americanistas. Esos son congresos de científicos

sociales del mundo. Se realizaron cada dos o tres años y

normalmente en la capital de cualquier país del mundo. Son

patrocinados, en su mayoría, por las universidades. El primero se

realizó en 1875 en Nancy-Francia. El II en Luxemburgo 1877, el III

Bruselas 1879, el IV Madrid 1881, el V Copenhague 1883, el VI

Turín-Italia 1886, el VII Berlín 1888, VIII París 1890, el IX Huelva-

España 1892, el X Estocolmo 1894, el XI México-D. F. 1895, el XII

París 1900, el XIII Nueva York 1902, el XIV Stuttgart-Alemania 1904,

el XV Quebec-Canadá 1906, el XVI Viena 1908, el XVII Buenos Aires

/ México, JD. F. 1910, el XVIII Londres 1912, el XIX Washington, D.

C. 1915, el XX Río de Janeiro 1922, el XXI La Haya, Holanda /

Göteborg-Suecia 1924, el XXII Roma 1926, el XXIII Nueva York

1928, el XXIV Hamburgo-Alemania 1930, el XXV La Plata,

Argentina 1932, el XXVI Sevilla, España 1935, el XXVII México, D. F.

/ Lima-Perú 1939, el XXVIII París 1947, el XXIX Nueva York 1949,

XXX Cambridge-Inglaterra 1952, el XXXI Sao Paulo-Brasil 1954, el

XXXII Copenhague 1956, el XXXIII San José-Costa Rica 1958, el

XXXIV Viena 1960, el XXXV México-D. F. 1962, el XXXVI Barcelona-

Sevilla 1964, el XXXVII Mar del Plata-Argentina 1966, el XXXVIII

Stuttgart-Munich 1968, el XXXIX Lima-Perú 1970, el XL Roma-

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Génova 1972, el XLI México-D.F. 1974, el XLII París 1976, el XLIII

Vencouver-Canadá 1979, el XLIV Manchester-Inglaterra 1982, el

XLV Bogotá 1985, el XLVI Amsterdam 1988, el XLVII Nueva

Orleans-EEUU 1991, el XLVIII Estocolmo-Uppsala 1994, el XLIX

Quito-Ecuador 1997, el L Varsovia-Polonia 2000, el LI Santiago de

Chile 2003, el LII Sevilla-España 2006, el LIII México-DF 2009, el LIV

Viena –Austria 2012, y el LV San Salvador 2015.

De estos Congresos han surgido, gradualmente, conclusiones y

recomendaciones muy alentadoras para su época, en favor de las

lenguas y culturas indígenas. Sobre todo para la antropología, la

arqueología, la lingüística y la etnohistoria. Posteriormente,

coadyuvarían en una nueva conciencia de respecto al otro y

conforme al advenimiento de los nuevos tiempos, con respecto al

trato humano de los indios americanos. En esta ocasión trataremos

solo lo concerniente a la lingüística.

El XXIV Congreso de Hamburgo-Alemania de 1930, dice Juan

Comas, tras reconocer a instituciones que habían facilitado medios

económicos y técnicos para el estudio de las lenguas aborígenes de

Norteamérica, expresaron el deseo de que esa acción se extendiera

en el resto del Continente. Y continua: “Al mismo tiempo el Presidente y

el Secretario general del Congreso se dirigieron a los ministros de Relaciones Exteriores de los distintos países hispanoamericanos solicitando que el gobierno respectivo fomentara las investigaciones lingüísticas de idiomas aborígenes, antes

que desaparezcan”. En Bolivia, en esa época, justamente el Gobierno

buscaba la desaparición de los idiomas indígenas, porque los

consideraban un estorbo para el “progreso nacional”.

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Posteriormente, en 1939, se realiza el XVII Congreso Inter-

nacional de Americanistas en Lima-Perú donde se aboga por el

estudio científico de las lenguas nativas. En este evento se llega a

adoptar un alfabeto para las lenguas aymara y quechua, basado en

el alfabeto de Alejandro L. Dun que data de 1894.

El XXXI Congreso de Sao Paulo-Brasil de 1954 pone énfasis en

el Tupi-guaraní. Quizá por eso en el Paraguay todos rápidamente

adoptaron el Guaraní para todo, en alguna medida despojando

lengua y cultura a los genuinos indígenas guaranís. Aunque, en el

fondo, los aborígenes tupi-guaraníes, de aquel país, hoy estén

abandonados y ni siquiera tengan dignidad.

C. XLVI Congreso Internacional de Americanistas

Asistí a uno de los Congresos de Americanistas, fue en

Amsterdam en 1988. Estuve en el Simposio Visión India, con líderes

y académicos indígenas. “El Simposio era un foro para la visión de

los mismos indígenas en cuanto a: 1) el uso de los recursos

naturales y las políticas de desarrollo; 2) los valores culturales, la

identidad étnica y su papel en la sociedad; 3) las lenguas indígenas

y la educación; 4) los derechos humanos de los pueblos indígenas.”

Aquí un resumen de Lechiner: “Con la excepción del iniciado proceso de

paz y autonomía de los pueblos indígenas en Nicaragua, el panorama a nivel americano es muy negativo. Con diferentes matices encontramos en todos los países la explotación económica, la corrupción y manipulación política, la discri-minación social, cultural y racial, el ecocidio, el etnocidio y el genocidio. Esta

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realidad de pobreza, humillación y violencia ha causado también la migración forzada, de modo que muchos hoy día viven como refugiados dentro de su propio país o en países colindantes. Dado este contexto, que aún recibe poca atención de parte de los medios de publicidad, se frustra generalmente todo trabajo de desarrollo genuino. Los apoyos no llegan, son aprovechados por otros, o tienen poca transcendencia.

Históricamente se puede trazar el desarrollo de esta estructura cómo la

colonización europea creó una asimetría social básica, que después de la llamada 'Independencia' se reforzó en los Estados-Naciones actuales, no iniciando una descolonización para los indígenas, sino combinando un colonialismo interno con la dependencia económica general. La cultura indígena es considerada en términos de un 'progreso' definido unilateralmente por el mundo occidental industrial. Para cubrir esta realidad y silenciar una posible conciencia culpable, se ha elaborado numerosas legitimaciones que dominan la percepción popular, los proyectos gubernamentales (el 'indigenismo') y hasta cierto punto también la investigación científica. Existe también una larga tradición de resistencia, que parte de la cosmovisión tradicional y principios sociales propios. Se enfatiza, por ejemplo, en la necesidad ética del respeto y de la reciprocidad en las relaciones entre la gente y en las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Tales principios, así como la base territorial, el trabajo comunitario, la lengua y el modo de pensar propios, las leyes consuetudinarias, la tecnología y la medicina basadas en un profundo conocimiento ecológico y biológico, etc., son puntos de partida para un desarrollo adecuado. No se concibe como un complejo estático, sino como una creatividad propia, que puede incorporar las revoluciones en la tecnología y en el pensamiento. Explícitamente se rechaza la idealización romántica y el aislamiento tradicionalista.

Se presentó y explicó proyectos propios que enfocan la autonomía

organizativa, económica y cultural. Esta autonomía no se debe entender como separatismo, sino como control sobre los propios recursos y sobre el propio desarrollo. Es crucial una verdadera educación bilingüe-bicultural, diseñada, dirigida e instrumentalizada por los propios indígenas, así como un cambio radical en la educación y la conceptualización en los países del 'Primer Mundo'. Obviamente estos proyectos exigen una convivencia igualitaria, un Estado de

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Derecho, la desmilitarización del campo y de la vida social en general, así como una política democrática y de respeto a los derechos humanos de individuos y pueblos.

Lo afirmado arriba no es más que un breve esbozo de la temática. Obviamente

en cuatro días de ponencias, además de reuniones previas de varios días de discusión preparatoria y reuniones posteriores de evaluación, no se puede resumir

adecuadamente en este breve espacio.”

Algunos han roto el paternalismo gracias a Musiro (Maarten

Jansen), institución que los ha viabilizado el citado Simposio. En la

intervención que les tocó, hablar de la situación cultural y

lingüística de la realidad boliviana. Cuando dijeron que en Bolivia

estában avanzando en la toma de conciencia e identidad cultural

más o menos apresurado. Antes que uno de ellos termine de hablar,

un académico indígena mexicano le increpó y se escandalizó

diciendo que el “problema era estructural” en clara muestra de

menosprecio a esa intervención sudamericana. Otro indígena

mexicano y académico dijo que el “avance de liberación mental

indígena era diferente entre los países americanos”. Claro, eso es. El

desarrollo de conciencia de identidad cultural no era iguales en los

distintos lugares. En Bolivia, después de 5 años de aquel Congreso,

en 1993 -1995 ya tuvieron un primer Vicepresidente indígena, el

aymara Víctor Hugo Cárdenas, luego de 10 años un primer

Presidente indígena, el hermano Juan Evo Morales Ayma.

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D. Congresos Indigenistas Interamericanos (CII)

Los Congresos Indigenistas Interamericanos son Congresos de

científicos sociales de América Norte, Centro y Sur. Congresos de

gente ha estado trabajando por las culturas y lenguas americanas,

más o menos estrechamente o en varios casos son militantes

indigenistas. Se sabe, con documentación, que se ha realizado 12

Congresos (I Pátzcuaro-Michoacán-México 1940, II Cuzco-Perú

1948, III La Paz-Bolivia 1954, IV Guatemala 1959, V Ecuador 1964,

VI Pátzcuaro-México 1968, VII Brasilia 1972, VIII Mérida-México

1980, IX Santa Fe-Nuevo México-Estados Unidos 1985, X San Martín

de los Andes-Neuquén-Argentina 1992, XI Managua-Nicaragua

1993, XII México-DF 1999,...)

Las conclusiones de estos Congresos son muy interesantes para

la conservación y/o, en su caso, para la “castellanización” de los

idiomas indígenas. Sobre todo en el pensamiento de los científicos

sociales, debido a la influencia poderosa de los paradigmas de la

Revolución Industrial, que les interesaba a la larga la

“castellanización” y “civilización” del indígena americano, como

parte de un plan de “progreso nacional”, aunque querían conservar

las lenguas aborígenes –como los llaman ellos– para estudios

científicos de Ciencias Sociales y luego para el Museo. Les ha

interesado más usar las lenguas para la transición al castellano.

Jamás han imaginado desarrollar estas lenguas. Eso hubiera sido en

esos tiempos algo así como sublevación o rebelión qué vendría

después un desarrollo autónomo de estas culturas y lenguas.

Estaban atentos, estaban controlando, pero no han hecho nada

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hasta 1952. Claro, no estaban equivocados. Ahora estamos

hablando de la descolonización que para muchos es una espina

dolorosa en sus talones.

Por otra parte, de 1940 a 1968 se realizan seis Congresos Indi-

genistas Interamericanos. En 1940, en Pátzcuaro-México, se afirma

que las lenguas nativas pueden ser aprovechadas para la educación

y en programas culturales. El III Congreso Indigenista

Interamericano realizado en 1954 en La Paz es rico en resoluciones

y recomendaciones al respecto. Se recomendó la alfabetización en

lenguas nativas, la realización de experiencias en educación

bilingüe, la difusión de literatura y la aprobación de un alfabeto

para unificar la producción literaria en lenguas nativas. El IV y V

Congreso llevados a cabo en Guatemala y Ecuador

respectivamente, confirman las resoluciones de los anteriores

Congresos. Finalmente, el VI Congreso llevado a cabo en México en

1968, aparte de repetir resoluciones anteriores, aporta un hecho

nuevo al hablar por primera vez de una alfabetización ínter-

cultural, con lo cual se ve claramente el avance de las ideas

indigenistas.

Todos ellos eran hijos de la época. Aunque los nuevos

paradigmas, opuestos a la era, estaban naciendo, ellos eran ajenos y

no creían que todo podía cambiar. No imaginaron que, muy pronto,

el tiempo lineal sería caduco. Con todo, sea como sea, los

componentes de dichos Congresos e investigadores cumplieron su

misión de acuerdo a su tiempo. Se pasó de una obscura era colonial

a una de castellanización y de ésta a usar las lenguas indígenas para

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la transición al castellano. Faltó poco para llegar a la recuperación y

desarrollo de las lenguas indígenas, a lo que, en los últimos

tiempos, se apunta.

E. El manifiesto de Tiwanaku y su impacto

Uno de los documentos de los últimos tiempos que ha

destapado la conciencia oculta del opresor y de los oprimidos fue el

Manifiesto de Tiwanaku, de 1973. Se inicia como un eco del

manifiesto o proclama de Pedro Domingo Murillo de 1809.

"Un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre", dijo el Inca

Yupanqui a los españoles. Nosotros, los campesinos quechuas y aymaras, lo mismo que los de otras culturas autóctonas del país, decimos lo mismo. Nos sentimos económicamente explotados y cultural y políticamente oprimidos. En Bolivia no ha habido una integración de culturas sino una superposición de dominación, ha-biendo permanecido nosotros en el estrato más bajo y explotado de esa pirámide. Bolivia ha vivido y está viviendo terribles frustraciones. Una de ellas, quizás la mayor de todas, es la falta de participación real de los campesinos quechuas y aymaras en la vida económica, política y social del país. Pensamos que sin un cambio radical en este aspecto será totalmente imposible crear la unidad nacional y un desarrollo económico, dinámico, armónico, propio y adecuado a nuestra

realidad y necesidades.” (<)

En lo que concierne a “La Educación en el Campo “ y sobre la

lengua y cultura dice:

“Para nadie es un secreto que el sistema escolar rural no ha partido de

nuestros valores culturales. Los programas han sido elaborados en los Ministerios y responden a ideas y métodos importados del exterior. La Educación Rural ha sido una nueva forma (la más sutil) de dominación y anquilosamiento. Las Normales

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Rurales no son más que un sistema de lavado cerebral para los futuros maestros del campo. La enseñanza que se da es desarraigada, ajena a nuestra realidad no sólo en la lengua, sino también en la historia, en los héroes, en los ideales y en los valores

que transmite.”

Este fue uno de los hitos históricos para buscar la liberación y

recuperación de la identidad humillada y atrapada en sus propios

prejuicios y en los ajenos. Fue un despertar de las conciencias más

negras de la historia boliviana. Fue una advertencia de cómo

estaban pensando las élites intelectuales aymaras y quechua y de

cómo pensarían en el futuro.

Reconocen la propia cultura como primer valor: "(…) Los

políticos de las minorías dominantes han querido crear un desarrollo basado únicamente en la imitación servil del desarrollo de otros países, cuando nuestro acervo cultural es totalmente distinto.‖ ―(…) Los campesinos estamos convencidos de que solamente habrá desarrollo en el campo y en todo el país, cuando nosotros

seamos los autores de nuestro proceso y dueños de nuestro destino.”

“Nuestra Historia nos habla. Antes de la Conquista Española éramos ya un

pueblo milenario, con virtudes que se desarrollaban dentro de un ambiente altamente socializado. La Colonia no supo respetar ni reconocer nuestra cultura, sino que ésta fue aplastada y sometida. La Independencia no trae la libertad para el indio. Antes bien, realizada ésta bajo los principios del liberalismo, el indio es juzgado y tratado como elemento pasivo, apto únicamente para ser usado en las guerras continuas como carne de cañón. (…) Tampoco creemos en la prédica de aquellos Partidos que, diciéndose de izquierda, no llegan a admitir al campesinado como gestor de su propio destino. Una organización política, para configurar un instrumento de liberación de los campesinos, tendrá que ser creada, dirigida y sustentada por nosotros mismos. Nuestras organizaciones políticas deberán res-

ponder a nuestros valores y a nuestros propios intereses.”

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“Economía: Sin embargo nadie podrá decir que el campesino no trabaja. La

política agraria de nuestros gobiernos ha sido nefasta. Estamos librados a nuestra propia suerte. El país gasta más de 20 millones de dólares en importar productos agrícolas que nosotros podríamos producir. Se prefiere pagar al exterior antes que pagar al campesino. Los créditos bancarios, cuando se han orientado hacia el campo, han servido únicamente para los nuevos terratenientes y para los oligarcas del algodón, de la caña de azúcar y la ganadería.

“Los Partidos Políticos y el Campesinado. En la práctica el campesinado de Bolivia no ha pertenecido realmente a ningún Partido Político, porque ninguno ha representado sus verdaderos intereses ni ha estado inspirado en sus valores culturales. Sin embargo, debemos reconocer que fue el MNR, quien más y mejor ha representado los intereses campesinos al dictar las Leyes de la Reforma Agraria y el Voto Universal. El MNR, tuvo la posibilidad histórica de convertirse en un partido que fuera instrumento de la liberación campesina, pero todo eso se frustró debido, sobre todo, a que elementos de la reacción derechista y sin ninguna sensibilidad social, se incrustaron en las filas de este Partido y lograron detener el proceso de nuestra liberación.‖

El Sindicalismo Campesino: El Sindicalismo Campesino si bien en sus bases y

en muchas de sus organizaciones provinciales es una organización de auténtica re-presentación campesina, en las esferas departamentales y nacionales ha sido instrumentalizado no pocas veces en favor de intereses totalmente ajenos a nuestra clase. Todos los defectos del partidismo político de la ciudad han entrado al campo por obra de seudo-dirigentes que se han autonombrado como repre-sentantes campesinos. Ellos han sido y siguen siendo los corruptores de nuestro pueblo Aymara y Quechua, ante la benévola e indiferente mirada del Gobierno. Ellos son los que han llevado hasta el campo el sectarismo, el politiquerismo, el nepotismo, la corrupción económica y moral, la ambición personal, el odio entre hermanos, el falso caudillismo y la carencia de representatividad. Pero quizás nada nos ha hecho tanto daño como el paternalismo; el esperar ingenuamente las

soluciones desde afuera y desde arriba.”

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25

“La Educación en el campo. En el aspecto de organización práctica la escuela

rural es una especie de CATÁSTROFE NACIONAL. El presupuesto de Educación es deficiente y está mal distribuido, correspondiendo mucho más a la ciudad que al campo. Aún en la actualidad el 51 % de los niños del campo no pueden ir a la escuela sencillamente porque no existen en sus comunidades. El campo no sólo carece de aulas, carece también de libros, de pizarrones, de pupitres, de material didáctico y sobre todo de maestros que amen realmente a nuestro pueblo oprimido‖.

―La revolución en el campo no está hecha; hay que hacerla. Pero hay que

hacerla enarbolando de nuevo los estandartes y los grandes ideales de Tupac Katari, de Bartolina Sisa, de Willca Zarate. Hay que hacerla partiendo de nosotros

mismos.” (Manifiesto de Tiwanaku, 1973).

__________________________________

*Tomado de: Por la liberación del indígena,/Documentos y testimonios, Compilación del proyecto

Marandú, prólogo de Adolfo Colombres, ediciones del Sol, Buenos Aires, 1975.

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26

F. Revalorización de las lenguas indígenas

A nivel nacional Mariano Baptista Gumucio (en 1970) fue uno

de los pocos Ministros de Educación que emprendió una política

cultural de valorización para las expresiones culturales nacionales,

políticas consecuentes a su condena de las anteriores políticas

culturales de tendencia segregacionista, de negociación y

aplastamiento de las culturas nativas y de culto a todo lo extranjero.

“En la «Declaración del Gobierno Revolucionario» de entonces se

afirma que el Estado prestará decidido apoyo al estudio y difusión

de las lenguas nativas, aunque estos propósitos no llegaron a

cumplirse por diversas causas y circunstancias.

Por otro lado varias entidades culturales públicas y privadas

han hecho más de lo esperado en favor del resurgimiento de las

lenguas y culturas nativas. Cabe destacar el caso ejemplar del

Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL) fundado en

1965, cuando dirigía el entonces profesor Pedro Plaza Martínez, que

pese a depender del Ministerio de Educación y Cultura y a las

limitaciones económicas que tiene, ha realizado actividades

decisivas para la revalorización de las lenguas nativas. Entre estas

actividades filológicas se puede mencionar en lenguas nativas, y –

ante todo– el enfoque de su pensamiento lingüístico, que se

manifiesta en un documento publicado en 1971, producto del

Primer Seminario Nacional sobre Lenguas Nativas, cuyas

conclusiones son capitales para la revitalización de las mismas.

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Entre las instituciones culturales privadas sin duda alguna, la

más destacada entonces es el Instituto de Lengua y Cultura Aymara

(ILCA) que trabaja exclusivamente en lenguas nativas. Esta entidad

empezó sus actividades en 1972, y con mayor amplitud y de-

dicación desde fines de 1982. Sus objetivos son la dinamización,

revitalización y re valorización de la lengua y cultura aymara. Es la

primera institución que se dedica a enseñar a leer y escribir en

lengua aymara a los propios aymaras de las áreas rurales. Estas

actividades, silenciosas pero eficaces, han sido acertadamente

valoradas por Albó, Greaves y Sandoval en una reciente

publicación.

También son dignas de mención las contribuciones del Centro

Cultural Portales de Cochabamba en pro de la re valorización de las

lenguas nativas, particularmente a través de la realización de tres

Congresos de Lenguas Nacionales (1973, 1974 y 1976), cuyas

conclusiones y recomendaciones reflejan adhesión y compromiso

por la causa de las lenguas indígenas.

Dentro de este conjunto de instituciones que trabajan en el

terreno de la revitalización lingüística nativa, merece un comentario

especial el rol decisivo jugado por la Universidad Mayor de San

Andrés de La Paz. Esta Universidad instauró la enseñanza de

lenguas nativas (aymara y quechua) hacia 1968, pero su mayor

mérito es el de haber incorporado la especialidad de las lenguas

nativas a nivel de Licenciatura dentro de la estructura académica de

la Facultad de Humanidades. Este hecho –iniciado en 1979– es

trascendental dentro de la historia de la Universidad Boliviana,

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además es la única Universidad americana que otorga licenciatura

en lenguas nativas hasta entonces, con lo que ciertamente se ha

dado “pasos gigantes para la revitalización de lenguas y culturas

nativas”, como indica el Profesor Yapita, director de ILCA. En este

sentido es de destacar la labor desplegada por el Dr. José Guillermo

Mendoza, entonces jefe de la Carrera de Lingüística e Idiomas de

dicha Facultad.

G. Revalorización: una exigencia del pueblo

La revalorización es una exigencia del pueblo y de sus

intelectuales que supieron leer la realidad nacional con ojos de

buenos expertos. El Centro Portales ha realizado –que yo sepa–

unos seis seminarios sobre “lenguas nacionales”. Uno de los

primeros (que se realizó del 18 – 23 Febrero de 1973) entre otras

conclusiones dice: ―La enseñanza ametódica e impositiva del castellano, como

lengua oficial, ha determinado frustraciones y procesos negativos de aculturación

desde las escuelas básicas y hasta las campañas de y planes de alfabetización.”

En un documento publicado en 1973 en mimeógrafo, por el

Centro de Coordinación y Promoción Campesina “MINK’A” y

otras instituciones, que se reunieron en una “Semana Social India”

entre 1 al 20 de Octubre de 1973, en la Paz. Entre los primeros

puntos y entre otras decían:

1.- Solicitamos que el Gobierno decrete la oficialización de las

lenguas autóctonas como el aymara y el quechua, e implantar

dentro el sistema educativo como materia de promoción en todos

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los ciclos de la enseñanza pública. Los idiomas extranjeros como el

inglés y francés deben ser sustituidos por los nuestros, de lo

contrario caemos en otra forma de alienación cultural.

2.- La creación de una Institución para el estudio de las lenguas

aymara y quechua con el fin de formar profesores de las lenguas

citadas.

3.- Que se escriba libros y otras publicaciones en las lenguas

aymara y quechua.

Todo este movimiento institucional en favor de las lenguas na-

tivas no podría explicarse sin la labor consciente y decidida de los

propios intelectuales, profesionales, dirigentes sindicales,

universitarias y gente de base, aymaras, quechuas, etc. Es, en

realidad, la proyección institucional de un movimiento profundo de

re-identificación de las poblaciones nativas en su conjunto.

Ya en 1974 se reunieron en Paraguay los principales líderes na-

tivos americanos y en las conclusiones de su encuentro exigieron a

los gobiernos el reconocimiento oficial de las lenguas nativas. En

1975, en ocasión del XXV Simposio del Centro de Estudios

Latinoamericanos, se reunieron en la Universidad de Florida

meritorios autóctonos americanos y se pronunciaron en el mismo

sentido.

Por otro lado las entidades sindicales se han manifestado direc-

tamente por la revalorización y revitalización de las lenguas na-

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tivas. Aunque no tuvimos la suerte de hallar documentos de la

Central Obrera Boliviana (COB) sobre este particular, en el II

Congreso Departamental de Campesinos de La Paz, en 1982,

tuvimos la ocasión de escuchar por radio la ponencia de un co-

nocido líder obrero quien alentaba decididamente por la

revalorización de las lenguas nativas, palabras que fueron recibidas

con estruendosos aplausos por la audiencia campesina reunida en

esa ocasión.

Dicho evento se realizó en La Paz del 1 al 18 de diciembre de

1982. En sus conclusiones, en Asuntos Educativos y Culturales,

decía: “1.- Exigir la implantación de la Educación Bilingüe en

aymara-castellano y quechua-castellano.”

A la clausura de este Congreso, se determinó “6.-Luchar por la

aniquilación de la opresión lingüística y demandar la declaratoria del aymara,

quechua y castellano como lenguas oficiales de Bolivia.” De la misma forma,

la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de

Bolivia (CSUTCB), en su “Plataforma de Lucha” de 1983, exige la

oficialización de las lenguas nativas y la “implementación” de esta

medida, en un pliego de peticiones elevado al entonces Presidente

Siles.

En marzo de 1983, en Tiwanaku, se realiza el II Congreso de

Pueblos y Organizaciones Indias de Sud América. Al igual que en

1974 en Paraguay, este evento resuelve pedir a los diferentes

gobiernos la oficialización de los idiomas nativos.

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31

El mismo año, el Presidente Siles dispone el estudio del Plan

Nacional de Alfabetización y Educación Popular, que desde llevar a

cabo de acuerdo con los objetivos y funciones que le fueron

señalados, será un gran paso adelante por su carácter bilingüe e

intercultural. Para la implementación de este Plan, el organismo

encargado de llevarla adelante –Servicio Nacional de Alfabetización

y Educación Popular (SENALEP) – ha organizado hasta ahora seis

seminarios que han contribuido a elaborar una política al respecto y

requiere un estudio serio y mesurado.

En septiembre de 1983, el entonces Ministro de Educación, Dr.

Alcides Alvarado, dictó una Resolución Ministerial disponiendo la

enseñanza obligatoria de lenguas nativas en colegios fiscales a

partir de 1984 y posteriormente en colegios particulares. Esta

medida que en sí es positiva, no se la ha implementado ni aplicado

a pesar que en la gestión escolar 1984, aun estaba en ejercicio el

Ministro de Educación Alvarado, por tanto consideramos que ese

decreto fue solo una medida demagógica y de distracción.

Pese a todo en Europa, en el I Encuentro Internacional sobre

Destrucción Cultural y Derechos Humanos del Indígena

Americano, que se llevó a cabo en Madrid el 2, 3, y 4 de abril de

1984, resonaba como un eco la exigencia de respeto al indio.

“Lo que yo quisiera es dialogar con Europa, con España pero el querer no basta,

porque el diálogo significa realización horizontal y realización horizontal significa respeto mutuo, pre–aceptación de que somos diferentes y que la diferencia no es inferioridad, pero estas palabras son muy grandes para muchos europeos, porque realmente es difícil para un indio dialogar con un europeo; como enseñar a alguien que cree que lo sabe todo, imposible.

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Entonces antes de establecer este diálogo me parece útil romper los obstáculos que impiden esta comunicación, ya que es muy propio en el pensamiento español y europeo el tratar de universalizar sus referencias. Ayer por ejemplo se decía que antes los Yanomami trabajaban cuatro horas porque había bastante caza y ahora trabajan 6 horas porque hay menos caza, entonces aquí, si ustedes son capaces de abrir su cerebro para ver algo muy importante, van a ver que se está universalizando el concepto de trabajo y escuchen que un indio les dice que dentro de nuestro mundo el concepto de trabajo no existe y dentro del idioma español trabajo etimológicamente hablando viene de travalliari, que son dos palos cruzados y usados para torturar. Dentro de la religión judeo–cristiana el trabajo es el castigo de Dios. Dentro de nosotros este concepto no existe o estamos pescando o estamos sembrando o estamos nadando pero no estamos trabajando. Entonces cuando tratamos de entender o describir el mundo indio, usando solamente categorías europeas, estamos tratando de hacer una operación del cerebro con guantes de boxeo. Es algo tan útil, es tan fino que realmente no estamos entendiendo, por eso les digo que aceptar que las categorías de ustedes no son universales es el primer paso para que exista una posibilidad de diálogo.

Ahora ¡por qué ustedes tiene miedo a la muerte? Porque tienen miedo al

infierno, otra categoría que no existe dentro del mundo indio; nosotros nos preguntamos ―¡qué medida más «infernal» es capaz de inventar algo como el infierno‖. Imagínense ustedes esa mente, realmente absurdo. Yo voy a hablar del terrorismo religioso ha nacido en Europa, ese terrorismo continúa y llega a la bomba atómica. (…)

Por ese lado una inteligencia profunda y por otra para producir armas una

estupidez tan rudimentaria, es que algo anda mal. Mi opinión al respecto es que no hay pueblos ni superiores ni inferiores, simplemente hay pueblos que orientan su inteligencia hacia la vida y hay pueblos que orientan su inteligencia hacia la muerte. Europa obviamente orienta su inteligencia hacia la muerte, no es casual que la

humanidad tenga que agradecerle por la bomba atómica.”

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Para finalizar aclaramos, en alguna oportunidad, que al esbozar

este pequeño aporte, hemos tropezado con varios factores que

determinaron sus limitaciones y profundidad, así como su

extensión, entonces no contábamos con documentos importantes

para avanzar el tema como los de UNESCO ni tampoco hemos

estudiado los referentes del Perú, pero ahora hemos conseguido

dichos documentos y podemos hacer una relación exhaustiva al

respecto. El debate sobre las lenguas nativas, si bien tiene ya una

duración de más de cuatro siglos, adquiere hoy en día una nueva

dimensión en la sociedad boliviana.

-----------------------------------------------------------------------

* Una versión resumida fue publicado en el Boletín Chitakolla, Año 2, Nº 12, septiembre de 1984, La

Paz.

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2. LAS VOCES DE LOS PIONEROS

Introducción

En este capítulo se rescata a los principales estudiosos y líderes

que han apoyado decisivamente por la recuperación de las lenguas

aymara y quechua, gente que pese a estar condenada persistieron

en su lucha y en su momento, con su participación, han

coadyuvado poderosamente en la persistencia de dichas lenguas.

Hay que morir peleando.

Son personas o instituciones que han trabajado con el objetivo

el de recuperar la lengua aymara directa o indirectamente, además

es el objetivo colateral de su trabajo. No han usado la lengua para

cuestiones solamente religiosas, por ejemplo. No fue un chantaje ni

un instrumento de sometimiento, su lucha se convirtió en una causa

justa por el idioma antes que el propio ejercicio de su profesión.

Aquí se mostrará cuándo y quienes fueron, qué hicieron o

dijeron por las lenguas aymara y quechua. Sobre todo en una época

en que dichas lenguas estaban ya condenadas a desaparecer. Estas

personas se reducen a cinco, aunque hay otros más que les

secundaron ideológica y prácticamente en menor escala. Ellos son

de acuerdo al espacio-tiempo Carlos Felipe Beltrán, Felipe Pizarro

García, Paul Rivet, Juan de Dios Yapita y organizaciones sociales.

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A. Carlos Felipe Beltrán (1816-1898)

En esta oportunidad trataremos en especial y de una manera

somera sobre la labor del padre Carlos Felipe Beltrán a quien se le

debe valorar por lo que hizo en tiempos muy difíciles, pues su

trabajo y sus sugerencias, en lengua aymara y quechua, han

alcanzado hasta esta era. Asimismo ha despertado la atención nada

menos que del insigne americanista francés Paul Rivet.

Carlos Felipe Beltrán había nacido en la localidad de Ocuri,

Departamento de Potosí y Oruro. Afirma Rivet que C.F. Beltrán,

según los documentos, ejerció 16 años de sacerdocio en ambientes

quichwas y más de 35 años en regiones aymaras de Oruro, lo que

hace que se considere más orureño que potosino; como veremos en

seguida, los lugares donde Carlos Felipe Beltrán cumplió su

apostolado.

A mediados del siglo XIX, que corresponde a 40 o 45 años

desde la fundación de la República, el mundo aymara en su

conjunto, lo mismo que el qhichwa, estaba sometido al yugo de la

explotación y servidumbre. Se puede afirmar que fue una especie

de esclavismo, trabajaban a látigo y se los podía comprar o alquilar,

no había escuelas para indios ni era permitido pensar en ellas.

Nacían y morían sin honor ni gloría.

De sus actividades se concluye que Carlos Felipe Beltrán fue un

inquieto pastor de almas y con seguridad que estaba ejerciendo

bien su vocación. En el proceso, con el influjo de la injusticia que

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sufrían sus feligreses se convirtió en un arduo luchador por la

libertad del indio. Decidió enseñar a leer y escribir, primero en

castellano luego hasta incluso en las propias lenguas maternas de

los oprimidos. Se convirtió en un asiduo investigador de las lenguas

indígenas. Para plasmar su pensamiento compró una imprenta con

tipos especiales desde los Estado Unidos en la que imprimía todas

sus publicaciones.

De todas ellas, por supuesto, para nosotros, la más interesante y

creemos que la mejor producción es su obra lingüística ORTOLOGÍA

DE LOS IDIOMAS QUICHUA Y AYMARA, cuyas propuestas veremos

más adelante.

Beltrán fue un admirador y amante de las lenguas autóctonas y

decía: “la quichua está por ser conocida y lástima sería que (…) perezca (…)”, y

dedicó su vida, aunque – como no podía ser de otra manera en su

condición de sacerdote– produciendo más literatura evangélica en

lenguas andinas. También hay algunas propuestas de real valía

difundidos entonces para resolver el problema social que la

sociedad opresora adoptaba al marginar a los indígenas.

Conocedor profundo del idioma aymara y quichwa, inventó los

signos gráficos especiales para dichas lenguas. Escribía con cinco

vocales, pero fue el primero en usar la diéresis (¨) para el

alargamiento vocálico. Beltrán en aquel entonces, empezó a usar la

diéresis (ü) sobre la vocal en vez de dos vocales seguidas. Uno de

sus méritos en relación al conocimiento de las vocales, tras estudiar

las dos mayores lenguas del mundo andino, radica sin duda en sus

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37

conceptos sobre dichas vocales: "...cambia a veces la í en e y la o en

u". Y después de breves consideraciones y ejemplos sobre las

vocales complementa: "Respecto de la o y de la u hay que hacer casi

las mismas advertencias, a saber, que en muchas ocasiones se ha de

pronunciarla o un poco suavizando ó apagada como degenerando

en u, (...)".

Estos conceptos son propios de todos los que han estudiando en

profundidad la lengua aymara y qhichwa. Recordemos a Bertonio

que dice casi lo mismo acerca de las vocales a principios del Siglo

XVII. Antes de Beltrán nadie había tratado con seguridad sobre las

vocales de las dos lenguas andinas. Se diría que en su época fue el

único en tratar esos problemas, con excepción algunos antropólogos

extranjeros.

B. Don Felipe Pizarro García

La mejor manera de poner un modelo, una enseñanza, es

señalando a una persona que haya demostrado entereza en la lucha

por sus ideales. Dará ganas de buscarlo y seguir sus huellas, siendo

un asunto de motivación. La biografía del profesor y doctor Felipe

Pizarro es un perfecto modelo a seguir.

Así que empezaré diciendo que Felipe Pizarro, según los

documentos, nació en Copacabana un 13 de septiembre 1877. Como

la vida no es eterna se sabe que falleció el 14 de noviembre de 1941

en ciudad de La Paz. Fue abogado, escritor, periodista y

aymarólogo. Fue un defensor empecinado del indio, cuando

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nuestros abuelos sufrían una especie de esclavitud y no tenían

derechos, votos ni escuelas.

En 1897, a sus 20 años de edad, había fundado en La Paz una

Escuela Nocturna de Indígenas para adultos. A sus 27 años publicó

su primer libro titulado: “Lectura por la escritura o arte de aprender

a leer y escribir en cuatro meses”. Por primera vez en la historia de

la educación experimentó una metodología de lectura-escritura

bilingüe con resultados extraordinarios puesto que se aprendía a

leer y escribir en un mes. Esta experiencia está detallada en su libro

“El alfabetizador del Indio”.

Fundó varios periódicos como el Aru wiyiri, El Indio y El Mallku

y, durante la sublevación y masacre de Jesús de Machaca (1921),

fundó el periódico El Andino, denominándolo órgano de

Propaganda de Cultura Indígena con noticias y notas en aymara.

Su pensamiento pedagógico indigenista está formulado en el

artículo sobre "La educación del indio". Dijo en 1933 que “Siendo,

pues, un principio fundamental el respetar la personalidad o sea la lengua materna del estudiante, resulta incomprensible que con el pobre indio se ha dado hacerle una excepción perjudicial, obligándosele a pensar y a expresarse en un idioma ajeno a su naturaleza; y hasta tentando de hacerle olvidar su idioma materno, sin advertir que hacer olvidar un idioma, importa matar la tradición y matar la tradición es

matar el espíritu nacional.”

Ocupó cargos de importancia en la docencia, desde Profesor,

Director e Inspector. En el Congreso Pedagógico de 1925, todas sus

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ponencias fueron aprobadas, sobre todo la enseñanza bilingüe, hoy

recién en boga.

Ya en febrero de 1901 afirmaba: “Mientras tanto, yo seguiré con las

clases dominicales que me he impuesto, sin desmayar un solo instante en mis

tareas.” Se dedicó con pasión a la Educación del Campesino para lo

que fundó las primeras Escuelas Indigenales, primero en el

Altiplano con sus propios recursos y en la ciudad desde 1915 sin

desatender sus clases diurnas. También creó escuelas Nocturnas y

Dominicales para los campesinos adultos y aún después de jubilado

continuaba en su empeño sin ayuda estatal.

Escribió varias obras y periódicos bilingües como "EL

ALFABETIZADOR DEL INDIO", "LA LECTURA POR LA ESCRITURA", EL

AJAYUN ARUPA", el ''DICCIONARIO AYMARA-CASTELLANO" y otros.

Luego se dedicó al Folklore y dejo muchas tradiciones escritas en

periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Perteneció a varias

sociedades científicas de Bolivia, Perú, Argentina y Uruguay. El

género de sus estudios fueron Didáctica, Filología, Folclore y

Literatura General. Pienso que esta persona es eminente y digna de

seguir sus huellas.

Ha estudiado el aymara y tiene varios textos escritos en dicho

idioma. Carlos Felipe Beltrán entendió en profundidad que el

problema del indio era cultural. Esto significa dotarle de todo,

puesto que cultura puede significar, desde un punto de vista

holográfico, todo, Tierra o Economía, Poder Político en su ayllu y

marca, Social que se traduciría en libertad. Por eso dotarle del

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mecanismo de escritura y mejor aún en su propio idioma, era su

objetivo.

Daniel Sánchez Bustamante, refiriéndose al Congreso

Pedagógico de 1925, anotó: “Un maestro sencillo levantóse poseído de

profunda emoción en el seno del Congreso y clamó contra la castellanización prematura y sistemática. Era don Felipe Pizarro. Su experiencia apostólica, su práctica ferviente y su fe ardorosa, desnuda de pretensiones científicas, le

inspiraban la intuición del iluminado”.

D. Paul Rivet: El Bibliógrafo del aymara y quechua

Paul Rivet es un etnólogo francés nacido en 1876 y fallecido en

1958 en París. Creador de “La Teoría Oceánica o Multirracial” que

expuso en su libro “Los orígenes del hombre americano” publicado

en 1943. En esta obra nos muestra que el origen de los indígenas

americanos es el resultado de varias migraciones de Asia, Polinesia,

Australia y Melanesia. Estuvo unos seis años investigando a los

indígenas en el Ecuador.

Las obras de una persona hablan de su grandeza o nimiedad.

Hay acciones visibles e invisibles para una época. Los trabajos

realizados por muchos hoy no se ven si no han dejado registros de

sus obras. En cambio, los que dejaron testimonios escritos quedan

como huellas imborrables en el tiempo y sus autores son

inmortales. Pero, si alguien, ajeno a una realidad, hace un máximo

esfuerzo por seguir de cerca sobre la situación de una realidad,

registrando y describiendo para el bien de un pueblo,

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sistemáticamente sobre un tema, el autor merece ser recordado y

honrado, obviamente se inmortaliza.

Paul Rivet ha estado siguiendo paso a paso, pese a la lejanía

(desde París vigilando la producción literaria de las dos mayores

culturas andinas) toda la producción intelectual en y sobre la

lengua aymara y quechua. Desde la llegada de los españoles desde

1560 a 1955, había registrado la publicación de obras, folletos,

volantes y todo tipo de publicaciones sobre y en aymara y quechua.

Paul Rivet escribió, en colaboración con Georges de Créqui-

Montfort, “Bibliographie des langues aymar{ et kichua”, en cuatro

tomos y el último volúmen se publicó en París en 1956.

Una de sus más célebres actuaciones, además de la

institucionalización de los “Congresos Internacionales de

Americanistas”, es la edición facsimilar del manuscrito (la carta

gigante) de Waman Puma de Ayala en 1936, titulado “Primera

nueva corónica”. Ésta y la edición de sus cuatro tomos de la

Bibliografía de las Lenguas Aymara y Quechua son muy

importantes para la historiografía del mundo andino.

Dicha Crónica, la Carta Gigante de Waman Puma de Ayala, fue

enviada al Rey de España el 14 de febrero de 1615, tras describir los

sufrimientos en la Colonia que le tocó vivir al autor. Dicha carta no

llegó a su destino, sino que, muy probablemente el barco que

llevaba el cargamento de las colonias de Sud América fue saqueado

en el Atlántico por los piratas daneses, prueba clara es que, tres

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42

siglos después, recién en 1908 descubren la carta de Waman Puma

de Ayala en la biblioteca real de Copenhague.

En todo caso, Paul Rivet fue un personaje extranjero que ha

hecho mucho por esclarecer, sin prejuicios, sino científicamente los

temas de interés americanista y andinos. Ése es su mérito para que

aquí, tomemos muy en cuenta en la historia de las lenguas andinas,

porque además sus libros nos han servido mucho para la relación

de los hechos históricos lingüísticos de esta obra, que hoy

entregamos al pueblo aymara.

E. Juan de Dios Yapita

Juan de Dios Yapita es un lingüista aymara. Su mayor mérito y

acierto fue hallar y establecer las tres vocales fonémicas (/i/, /a/ y

/u/) del aymara para esta época. El segundo hallazgo fue implantar

la x como fonema /x/ para el fonema postvelar fricativo, cuando

para otros era la doble jj. Aunque el uso de /x/, de forma

sistemática, fue aprobado primero en el “ACTA DE LA

INDEPENDENCIA DECLARADA POR EL CONGRESO DE LAS PROVINCIAS

UNIDAS EN SUD AMÉRICA” en 1816, cuya versión en aymara fue

atribuido a Vicente Pazos Kanki, como consta en la obra de Paul

Rivet. Los estudios de Juan de Dios Yapita fueron basados en la

ciencia de la lingüística. Por todo ello fue pionero en relanzar la

escritura de dicha lengua, pero esta vez hacia una escritura

sistemática. Todo esto en una época, 1968, en que campeaba la

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43

discriminación de idiomas indígenas. Éste es el mérito de Don Juan

de Dios Yapita.

Don Juan Dios Yapita, por su labor y persistencia a enseñar el

aymara en las universidades fue entonces un acto heroico para.

Junto a un par de artículos escritos en los años 80 que son capitales

para analizar la cultura aymara y proseguir su estudio.

Siempre, para un indígena, es considerado tan solo como un

informante el escribir cualquier obra en colaboración con un gringo,

porque, obviamente al indígena no se lo considera como coautor en

un nivel horizontal, por más que los indígenas hayamos aportado

más conocimientos, somos discriminados, no por el coautor, sino en

la óptica del grueso de la sociedad opresora, somos vistos como

simples informantes. Más de uno ha insinuado esto en la

presentación del AYMARA Compendio de Estructura Fonológica y

Gramatical. Eso ha pasado con Juan de Dios Yapita, en coautoría

con Martha J. Hardam luego con Denis Arnold. Esto pasó también a

Mauricio Mamani con William E. Carter y eso me ha pasado a mí

cuando me metí de coautoría con Xavier Albó. Los indígenas,

cuando nos metemos con gringos, siempre somos ensombrecidos y

disminuidos, hagamos lo que hagamos, también debemos

reconocer que es necesaria una madrina o un padrino para salir del

cascarón, con mayor razón en nuestra condición de dominados

coloniales, aunque no todos. Los más han tenido por Madrina a la

Universidad.

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44

Juan de Dios Yapita había empezado en los años 1965,

estudiando Lingüística. Después en 1968 fue profesor de Aymara

de la Universidad Mayor de San Andrés. Posteriormente se fue a

enseñar aymara a la Universidad de Florida (Estados Unidos).

Luego de unos años volvió a la Universidad en que empezó a

enseñar aymara. En cuanto a su producción intelectual, conozco un

libro, que más me gusta, “Enseñanza de la lengua aymara como

segunda lengua”, que ha publicado la famosa editorial Difusión en

los años setenta. Luego sólo conozco boletines y abundantes

volantes dispersos. Sin embargo habría que compendiar toda su

producción intelectual de 1968 a 2000, que es más rica y que está

dispersa en periódicos y revistas.

Fundó el Instituto de Lengua y Cultura Aymara bajo una

Resolución Ministerial y donde trabajó intensamente en la escritura

de la lengua aymara. La labor incansable de este Maestro de la

Juventud es admirable. Después del desparecido Felipe Pizarro

García hoy tenemos a un Maestro que nos demostró su portento por

una causa, la aymara.

Juan de Dios Yapita se sabe que nació en la comunidad de

Qalamaya, provincia Omasuyos a orillas del lago Titica, en 1931.

Después de asistir a instituciones educativas, se formó para

contador pero en el proceso fue dejando aquello y se convirtió en

un aventajado lingüista. Enseñó la lengua aymara a extraños y a los

propios indígenas. Fue un mentor de juventudes en lingüística

aymara. Fue profesor de aymara de la Universidad de Florida y la

Universidad Mayor de San Andrés durante varios años.

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45

Sin embargo, los defensores y cultivadores de estas dos lenguas

aymara y quechua son varios y por no omitir a algunos no los

mencionamos. Serán otras generaciones que examinarán en detalle

este aspecto.

F. El discurso de Juan Lechín Oquendo

Este capítulo parecerá como el título de un tema más o menos

político o más sindicalista, que cualquier otra cosa. Pero no es así.

Hubo en el pasado muy pocos políticos que tuvieron la sinceridad y

la lucidez mental de proclamar su verdadera identidad o por lo

menos reconocer sus raíces culturales ancestrales. Entre ellos está

Don Juan Lechín Oquendo, un afamado luchador por las

reivindicaciones populares de Bolivia. Reitero muy pocos políticos

y dirigentes sindicales, después de haber bebido el marxismo

reconocen sus raíces culturales. Por su sinceridad Juan Lechín

Oquendo fue reconocido y aplaudido en su momento por las bases

campesinas aymaras, cuando visitó uno de sus Congresos.

Este texto fue grabado por Donato Ayma Rojas, otro luchador

por las conquistas culturales aymaras. Esta grabación y apreciación,

muy meritoria, de la lengua aymara fue transcrita por el suscrito.

Este discurso de Juan Lechín Oquendo fue en el II Congreso

Departamental de Federación Única de Campesinos de La Paz, el 15

a 17 de diciembre de 1982, en la ciudad de La Paz. Por todo lo que

dice y porque los hablantes del aymara debemos respetar a los

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46

líderes mestizos o criollos por lo que dijeron e hicieron en su

momento, para fortalecer las lenguas indígenas subestimadas, por

apresurar el reencuentro con su propia identidad y hacer una

revolución pacífica a partir de una toma de conciencia andina. Esta

acción es primero y la mejor vía de la revolución a nuestro favor. El

discurso de Lechín se transmitió por Radio San Gabriel en el área

aymara y conmovió a muchos y lo rescatamos para la posteridad. Si

la radio es efímera por ser oral y muchas veces las voces se las lleva

el viento nosotros las rescatamos y las pusimos en la forma escrita

porque creemos que la forma escrita perenniza las ideas para las

generaciones del futuro.

El famoso líder obrero decía:

“El compañero Jenaro lo dijo, yo quiero repetir. «Bolivia, compañeros, tiene

dos nacionalidades fundamentales: La aymara y la quechua, que son la gran mayoría de la población». Los que vivimos en las ciudades, la gran mayoría de la gente de las ciudades, también tenemos sangre aymara o tenemos sangre quechua. Yo tengo sangre aymara, yo soy nacido de madre aymara y nacido en Corocoro, soy de Pacajes. Como yo… (aplausos) los dirigentes sindicales en su gran mayoría mantienen su raza intacta, aymaras y quechuas. Y si tienen mezcla, tienen siempre eminencia o preeminencia de la sangre aymara o quechua.

De tal modo que podemos asegurar, lo que decíamos, en la época en que

gobernaba la rosca, cuando la rosca decía "el problema en este país son los campesinos". Cuando nosotros tuvimos la suerte de llegar al Parlamento, dijimos, el problema de este país, no son los campesinos, son los pocos blancos que hay; porque es la verdad... (aplausos). Y lo curioso es que desde la época del coloniaje, nos han acostumbrado a que los gobernantes a que los explotadores, tengan la piel blanca y los explotados, a los que han matado como mitayos, en las minas, sean aymaras o quechuas.

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Esa costumbre continúa. Eso no quiere decir que nosotros vamos a terminar

con las pieles de color blanco. No! No vamos hacer lo que han hecho los gringos de EEUU. Ése país que se dijo civilizado, ha cortado la cabellera a los nativos de Estados Unidos. No. No los vamos a tocar; pero si llegado el momento, tendrán que rendirnos cuentas de todos los dineros que se han apropiado injustamente. Dineros del pueblo boliviano. Eso sí! (aplausos) Por eso digo yo, —repitiendo lo del compañero Jenaro— … Y sugiriéndole al compañero dirigente de Maestros Rurales, que uno de los problemas que deben pedirles, es que la educación tenga fundamentalmente un idioma nativo, los dos idiomas aymara y quechua … (aplausos)‖

―Porque es el idioma de nuestra tierra. Es el idioma que entendemos mejor

desde niños. Nuestros padres nos riñen en aymara, nuestros padres nos aprecian y abrazan en aymara. De tal modo que nuestra mente está para entender el aymara. Y nos vienen a distorsionar la cabeza enseñándonos el castellano. Nuestra cabeza no piensa igual. Por eso es importante que los maestros por un lado y nosotros por otro, exijamos como lenguaje materno el aymara y quechua y después —si quieren— que nos enseñen el español para hablar con los blancos (aplausos).

Compañeros ustedes nos han enseñado mucho…” (Grabación de Donato

Ayma Rojas, 17 de diciembre de 1982, regrabación por Radio y

transcripción de Félix Layme Pairumani)

Como podrá apreciarse, este discurso es alentador para la

incipiente identidad cultural aymara que entonces se sostenía. En

aquel entonces estaba aún vigente la política cultural de

“civilización” y la “castellanización” a “raja tabla” en lo lingüístico.

Hablar de educación bilingüe, entonces, era como un sacrilegio.

Enseñar aymara estaba visto como un acto retrógrado y quienes lo

hacían, para unos, estaban como actos de unos inútiles héroes y

para otros como un acto de ir atrás, contra la historia y contra las

políticas de progreso nacional.

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G. Luchas por varios frentes

No es casual que grandes acontecimientos histórico que se han

producido más o menos en cada década, unas más célebres que

otras y unas directa o indirectamente que otras. Ya en 1989 Zarate

Villca participaba en la Revolución Federal aliado de Pando en la

Revolución Federal. Después de 10 años Franz, Tamayo escribía sus

famosos artículos demoledores en El Diario, que luego serían

fundamentales para mucha gente. Por la lectura de Creación de

Pedagogía Nacional nacería una corriente progresista en los

intelectuales y militares del país así como a sus contrarios que,

indirectamente, alimentaría más a los primeros. En el año 1922,

Leandro Nina Quispe, un maestro taraqueño y precursor de las

enseñanzas de lectura y escritura para los indígenas, deambulaba

como un profeta andino.

En 1931 Avelino Siñani y Elizardo Pérez fundan en Warisata la

primera escuela indigenal. Es el mayor hito histórico de la

educación indígena en el país y el continente. Luego la Guerra del

Chaco (1932-1934) ensombrecería y luego corroboraría que la

Guerra se había perdido porque el indio no estaba educado. En

1940 se instituye el registro Civil para los indígenas que antes ni

siquiera estaban tomados en cuenta como ciudadanos bolivianos,

sino que los inscribía la Iglesia Católica en sus parroquias y se

producía por primera vez, desde la llegada de los españoles, en

1945 la realización del Primer Congreso Indigenal y Campesino.

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49

Posteriormente se produjo la Revolución Nacional de 1952. Los

cambios, después de esta Revolución, se han dado paulatinamente.

Se han ido dando, más o menos, cada década por la recuperación

cultural y lingüística del aymara-quechua. Para 1962 se habían

multiplicado las escuelas en el campo, aunque con currículum

oculto para forjar mano de obra barata para la industrialización.

Todos esos altibajos sirvieron, pese a todo, para los propósitos

libertarios de conciencias indígenas.

En 1973 se produjo el célebre Manifiesto de Tiwanaku. Este fue

otro hito histórico para que los corderos educados se despojen y

digan su palabra sobre la realidad nacional y su situación como

protagonistas. El Manifiesto rompió el silencio cómplice de una

política de “castellanización” y dominación de los pueblos aymara-

quechuas. Desde entonces provienen las primeras poesías protesta

dentro de la literatura aymara.

Para 1982 hubo varios acontecimientos y uno de ellos es el

Discurso de Juan Lechín Oquendo. Como se ha visto, el discurso de

Lechín nos ha hecho dar cuenta que una secuencia más o menos de

una década o en su entorno un cambio cualitativo a favor de las

luchas indígenas, unas más que otras. El grueso del pueblo aymara

no despertaba de su letargo, sino después de una década del

discurso de Juan Lechín Oquendo de 1982.

Además de otras actividades, para 1992, se hicieron varias

experiencias de educación intercultural y bilingüe. Fue el año de

1992, el Quinto Centenario, otro de los hitos del despertar del

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50

pueblo aymara-quechua. Fue la pólvora del despertar de una

conciencia sobre el encontronazo o invasión de Europa al

Abiyayala, sobre todo el inicio para pensar la descolonización.

Para el año 2002, con la expulsión del diputado cocalero

campesino Juan Evo Morales Ayma, el sistema opresivo había

firmado su sentencia de extinción política. De ahí en adelante

pasarían muchas cosas, en verdad era una Revolución Cultural.

Tenemos que entender que una revolución es un cambio y éste es

cambio de paradigmas, entonces estamos frente a una verdadera

revolución. Así mismo el año 2002 tiene varios hechos históricos del

pueblo aymara-quechua que no están registrados ni analizados

debidamente para tener un panorama claro del desarrollo de una

conciencia ancestral andina.

Sin embargo, el pueblo aymara aún no había tomado conciencia

real del rescate de su identidad cultural y menos tiene conciencia de

la importancia de su lengua materna. Este es otro proceso y sólo se

lo hará con un nuevo plan de alfabetización en la lengua aymara.

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51

II

LA ESCRITURA Y LAS LENGUAS

ANDINAS

Introducción

En el estudio de las lenguas aymara y quechua, cada vez que se

avanza más, surgen problemas de toda índole. En especial cuando

se analiza la escritura sistemática de estas dos lenguas. El problema

más grande fue el fonológico, después fueron problemas

ortográficos y luego las dificultades normativas debido a

intransigencias, de algunos, por la forma que de fondo. Hasta hay

gente que discrepa del uso de sistemas de escritura, quiero decir

sistema anti-latina y latina. Las consecuencias de esta última pelea

aún no llego al río. En la historia de la escritura que normaliza las

lenguas andinas fueron sólo propuestas y de ahí no pasó a más.

Unos prefieren lo no latino, no obstante ni siquiera los mismos

proponentes escriben en ellas, en realidad son gestos poco

prácticos.

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52

Otros piensan que el español, el francés, el inglés y otros

idiomas tienen sistemas o símbolos de escritura propia. Cuando en

aymara usamos esos mismos símbolos de escritura creen que

estamos utilizando símbolos de escritura de esos respetables

idiomas. Para complicar más podemos decir que esos idiomas no

tienen símbolos de escritura propia, sino prestados del latín. Los

símbolos de escritura que utilizan esas lenguas son símbolos de

escritura latina y ésta la cosechó del alfabeto fenicio y hebreo. Por

tanto, esos idiomas utilizan símbolos de escritura latinos en sus

alfabetos, lo mismo que hacemos ahora para las lenguas aymara y

quechua.

En esta ocasión veremos los sistemas de escritura universales

más relevantes. Sin este requisito no está claro cuando

emprenderemos el desarrollo de la escritura de las lenguas

indígenas. Para entrar en el terreno mismo de las escrituras de las

lenguas aymara y quechua hay que conocer las razones para su

desarrollo por vía de sistemas de escritura universales o una propia.

Lo curioso es que los detractores de la escritura de las lenguas

indígenas, mientras desarrollamos la producción literaria aymara o

quechua, nos achacan y tratan al aymara peor que una cenicienta

que ni le dan la posibilidad de que pueda escribir. Arguyen que ni

siquiera tiene símbolos de escritura sistemática cuando sus propios

idiomas prestigiosos no la tenían, sino son adoptados del sistema

latino de escritura.

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Reitero. Para discriminar y desvalorizar a los idiomas

indígenas, algunos han optado por argumentos tan pueriles como

que “los idiomas aymara y quechua no tenían o no tienen símbolos

de escritura propia” que dichos idiomas “son sólo dialectos y no

idioma ni lengua”, obviamente sin conocer el fondo mismo de la

filología. El español tampoco tiene, reitero, símbolos alfabéticos

propios, sino prestados del latín. Todos los idiomas tienen dialectos,

sobre todo el español. El dialecto es parte de un idioma, es la

variación regional del habla de una lengua.

Para estudiar este tema, fundamentalmente, se ha consultado

otras investigaciones relacionados, es decir la base de la bibliografía

existente sobre la materia. El acopiar pieza por pieza nos ha costado

bastante tiempo y paciencia para reunir materiales y poder opinar

sobre el tema.

1. SISTEMAS DE ESCRITURAS Y LENGUAS UNIVERSALES

En primer lugar lo que existe son lenguas universales y

sistemas de escritura universales. Se llaman “universales” a

aquellas lenguas muy conocidas por su difusión, lo mismo que su

escritura. Sin embargo un sistema de escritura universal puede ser

adoptado por varias lenguas también universales. De hecho eso ha

sucedido con el sistema de escritura latina, que han adoptado seis

de los doce idiomas más grandes del mundo: Español, Inglés,

Portugués, Alemán, Francés e Italiano.

Page 54: Libro 37 escritura aymara√ ok

54

Los sistemas de escritura universales hoy no son más que una

media docena aproximadamente. Veamos. La escritura latina, la

cirílica, la griega, la árabe, la hebrea y la ideográfica.

Se ha comprobado que existe una serie de sistemas de escritura

o sistema de símbolos alfabéticos pero no son conocidos entre las

más de cuatro mil lenguas que existen en el mundo. Dichos

sistemas son conocidos escriturariamente solo en una decena o

veintena de lenguas. Entre ellas también están los sistemas de

escritura indígenas desarrolladas en su momento de apogeo. Y

algunos, por ser quizás más genuinos, insisten con unos alfabetos

que ni ellos mismos dominan su uso. Pero además, ni con el

desarrollo de la propia lengua se puede alcanzar el máximo

impulso de su propia escritura, debido a la apabullante supremacía

del sistema latino de escritura que por la fuerza de la ciencia y

tecnología, además de prejuicios coloniales propios de sus

hablantes, se está quedando como el sistema de escritura más

grande del mundo. A estas alturas es descabellado desarrollar un

sistema nuevo y opuesto al sistema latino de escritura.

Las doce lenguas universales de hoy, de acuerdo a su densidad

poblacional que los hablan, están de acuerdo al siguiente orden:

Mandarín, Español, Inglés, Hindi, Árabe, Portugués, Ruso, Japonés,

Alemán, Francés, Coreano e Italiano.

Insisto, como se analizará, seis (español, inglés, portugués,

alemán, francés e italiano) de las doce lenguas más extendidas

poblacionalmente del mundo usan en su escritura el sistema latino.

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55

En segundo lugar están tres lenguas orientales (Chino mandarín,

Japonés y Coreano) con sistemas ideográficos. Finalmente tres

lenguas con sistema de escritura propia cada uno, el ruso, hindi y

árabe.

Ahora la meta de aprendizaje de nuevas lenguas para un

indígena andino u otro, deberá ser primero leer y escribir su lengua

materna, luego el castellano, después el inglés y chino mandarín.

Luego si alguien tiene interés y capacidad de aprender otras

lenguas aún.

Antes había la creencia de que una persona tenía la capacidad

de aprender un solo idioma y hasta por cuestiones políticas la

exigencia era que en un país se debía hablar una sola lengua. Claro,

eso estaba bien cuando reinaba el paradigma de la homogeneidad,

pero ahora estamos en la era de la diversidad y alteridad. Hoy el

que tiene dominio, mejor el que sabe hablar varios idiomas tiene

mayores opciones. El mundo ha cambiado diametralmente y si uno

quiere triunfar tiene que estar de acuerdo con las reglas de juego de

los nuevos tiempos.

2. HISTORIA DE LA ESCRITURA ANDINA

La escritura, cual sea su sistema, es uno de las muestras del

mayor avance en una cultura. Durante todo el tiempo de la

intromisión colonial se ha pregonado que las mayores lenguas del

llamado nuevo mundo no tenían escritura. Posteriormente se ha

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56

constatado algunos hechos que niegan dichas afirmaciones. Claro

está que los que formaron parte del colonialismo, en un principio,

quisieron encontrar una escritura de las lenguas americanas como

propias. No entendieron otra forma de escritura. Con el transcurso

del tiempo, ha cambiado esta manera de concebir una sola forma de

escritura.

Varios investigadores, en esta materia, han avanzado

ampliamente. Uno de los primeros fue Dick Edgar Ibarra Graso, con

su trabajo Escritura Indígena Andina, publicado en 1953, en el que

presenta una serie de escrituras de rezos religiosos, especialmente

de las épocas colonial y republicana. Los intentos de desarrollar un

sistema para escribir datan desde tiempos muy remotos. No se ha

llegado a un sistema claro, preciso y adecuado para reflejar la forma

escrita de las lenguas andinas. Precisamente, en la lengua aymara

existe la palabra qillqaña, /qillqaña/ o [qilqaña] que quiere decir

escribir y existen varias toponimias con esa palabra. Quizá la

intromisión colonial de los españoles, por su política de

sojuzgamiento, ha evitado, en alguna medida, conocer ciertos tipos

de escrituras antiguas, desarrolladas o en proceso de desarrollo por

ser contarios a su sistema de escritura y/o por celos políticos.

Según otros investigadores, "la escritura existió siempre en el

Perú". Existen datos históricos de que los Incas, por razones

estratégicas y políticas, la prohibieron. Lo mismo hicieron los

españoles. Si no fue eso, por los menos han truncado, directa e

indirectamente, el desarrollo de los medios de comunicación

propios de los indígenas en aquellos tiempos. Nada es definitivo, la

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57

historia lo aclarará y ya van investigando. Pastor Ordóñez, un

investigador peruano citado por Enrique Valle, dice: "Los kollas

habitantes de esa zona, llamada el Kollao, poseían en tiempos

remotos una escritura ideográfica propia, en plena evolución" (Valle

1976).

En los últimos tiempos existen personas que se ocupan de la

escritura, proponiendo un sistema distinto al sistema latino de

escritura, justamente por resentimiento con el hispanismo y el

Occidente. Inventaron curiosos símbolos alfabéticos, algunos

basados en peculiares inventos anti-latinos. Y alguno que otro

presenta ingenuamente simples mutilaciones de símbolos latinos.

Pero lo curioso es que los inventores no escriben sus pensamientos

en dichos alfabetos, y si escriben alguna que otra hoja, ni el propio

inventor sabe leerlos por lo que esas iniciativas pasan a ser simples

anécdotas.

Si las lenguas indígenas lograran desarrollar su literatura, con

éxito, sería escribiendo en símbolos latinos, que al final son factibles

escribir y son tecnologías universales. Insisto existen cerca de 4.000

lenguas en el mundo, pero sólo existe una decena de sistemas de

escritura más conocidos, desarrollados o universales (Latino,

Cirílico, Griego, Árabe, Hebreo, las escrituras ideográficas chinas

y...). Fuera de ello, los adelantos tecnológicos que son universales –

occidentales o no– deben ser empleados con inteligencia por los

indígenas, por eso pienso que se debe desarrollar la literatura

aymara en dicho sistema de escritura, sin que con ello se nieguen

las otras y las genuinas formas de comunicación indígenas.

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En todo este tiempo, de las cuatro décadas, que he dedicado

mis esfuerzos en la escritura de la lengua aymara, se puede reflejar

tranquilamente tanto cultural y lingüísticamente el aymara en el

sistema alfabético latino. Quiero decir en un alfabeto confeccionado

con los símbolos latinos de acuerdo a la lengua aymara.

3. SISTEMAS DE ESCRITURA PREHISPÁNICOS

A. Alfabeto de Enrique Valls – 1976

Enrique Valls de EFE, en 1976 (matutino PRESENCIA, 12.01.76),

publica una nota con el título de “Los incas tuvieron una escritura

logogr{fica”. Aunque la Real Academia Española no reconoce este

término, se puede interpretar que se trata de una escritura basada

en logos graficados. Valls textualmente nos dice: “Uno de los reproches

que se le ha hecho secularmente a la civilización conocida como incaica que floreció en el Perú, tras de nacer modestamente en el Cuzco y extenderse hasta lo que es hoy Ecuador, Bolivia, el norte de Argentina y parte de Chile, es su carencia de escritura. Este reproche es rechazado por la investigadora Victoria de la Jara, peruana, arqueóloga y antropóloga, que ha pasado largos años de estudio, tratando

de demostrar lo erróneo de esta afirmación.”

Si la escritura era logográfica no era sistemáticamente

reproducible en un mensaje, en varias unidades de comunicación,

sino solo eran frases-mensajes personales, locales o de linajes. Sin

embargo estaban a punto de llegar a sistematizar un mensaje escrito

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para fines de masificación. Si el mensaje estaba en un tejido o en

una cerámica eran mensajes de linajes o regionales, eso mismo ha

ocasionado que dichas escrituras hayan desaparecido con facilidad

con el tiempo.

Enrique Valls continúa: “La escritura incaica es logogr{fica.

Cada signo representa una palabra que puede comprenderse sin

considerar la pronunciación. El uso de colores y la adición de líneas

y puntos sobre una forma básica, permitió reducir el número de los

signos facilitando el aprendizaje. Los signos incaicos son

geométricos, porque el tejido condiciona su forma, que también se

conserva en madera. Casi todos los textos incas que se conocen

están sobre tejidos y en los keros, vaso ceremoniales, dice Victoria

de la Jara”.

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Esta investigación está basada en objetos pre-hispánicos y son

genuinas muestras de mensajes escritos, como dice, en geroglifos,

cuya interpretación, por supuesto, no fue fácil. En su tiempo lo

mismo ha debido pasar, eran prendas con motivos simbólicos o

icónicos cuya lectura era accesibles para pocos.

Para su mayor conocimiento y por ser uno de los testimonios

genuinos que tiene referencias antiguas de la escritura inca, los

seleccionamos y anexamos a la presente obra.

B. Escritura jeroglífica de Ibarra Grasso

Dick Edgar Ibarra Graso con el título de: LA ESCRITURA

JEROGLÍFICA DE ORURO, publicó en el desaparecido matutino

PRESENCIA, en su sección LITERARIA, en 1982 un cuadernillo de

escritura jeroglífica encontrada en Oruro. Ibarra Graso a la letra

dice:

“El cuadernillo posee ocho páginas de escritura, conteniendo

rezos católicos y constituye una especie de catecismo. Esta escritura

todavía está muy difundida en la región Andina de Bolivia, y parte

del Sur del Perú, al menos en Puno y Cuzco. Del Noroeste

argentino existen noticias de que hasta fines del siglo pasado, al

menos, se usaban en Jujuy y en épocas anteriores su conocimiento

llegaba hasta la zona de las lagunas de Guanacache, en la provincia

de Mendoza.”

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El autor ya desde 1940 había descubierto la existencia de

escritura indígena y para 1953 publica un libro sobre el tema. En su

artículo, Ibarra Graso, fundamenta:

“Esta escritura se escribe hoy sobre papel, papel común por los demás incluso

hojas de diario sobre cuyas letras se dibujan los jeroglíficos, en cuero también en la región de Copacabana, arcilla y piedra, lo último antiguamente. Los escritos de arcilla son de dos formas: la primera la conocimos en San Lucas, y consiste en la fabricación de unos discos de arcilla de hasta más de un metro de diámetro, sobre el cual se pegan los signos jeroglíficos hechos en forma moldeada y puestos

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parados, los podríamos comparar, en su forma general, a las velitas de cumpleaños de una persona que cumpla bastante de ellos. La segunda forma consiste en un disco semejante, algo menos grande, pero más ancho, en cuya superficie se encuentran los signos representados por multitud variada de cosas menudas: piedrecitas, trozos de cerámica con grabados o no, dientes, trocitos de vidrio, semillas, etc. El P. Joseph de Acosta en 1591, describe exactamente eso, y las llama ―ruedas de rezar‖. En el Museo Arqueológico Municipal de Oruro hay un hermoso ejemplar de esta forma de escribir. Para el Museo Arqueológico de la Universidad de Cochabamba hemos conseguido personalmente dos, procedentes

de Puqui en las cercanías de Salinas de Garcí Mendoza, en Oruro.”

Y agrega:

“Esta escritura, que hoy se utiliza exclusivamente para escribir los rezos

católicos, es sin embargo de origen precolombino, pero al parecer solo se usó para pequeñas anotaciones por la gente del pueblo, sin que nunca fuese tomada como elemento cultural importante por las diversas civilizaciones que se sucedieron en la región andina. Su primera manifestación que conocemos es la inscripción en un ceramio Chavín de un numeral que representa el 5, formado por cinco rayitas unidas por sus bases; luego en la espada del llamado Monolito Ponce, se encuentran cuatro signos de esta escritura, en forma evidentemente más desarrollada, que indica que la escritura tuvo bastante importancia en la civilización de Tiahuanaco. Su uso siguió en el periodo del Reino Colla, así aparece en un keru de madera procedente del Norte de Chile, en donde se encuentra un personaje con ocho signos a su alrededor. De Cochabamba tenemos una pequeña tablita de piedra, con once signos grabados, etc.‖

Es imperioso leer su libro, sin embargo el artículo en cuestión es

un buen resumen de su obra y anexamos al final de este libro.

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C. José Huidobro Bellido – 1987

Huidobro Bellido es un arqueólogo peruano. En tres artículos

publicados en 1987, hizo saber sobre su posición sobre la escritura

indígena. Él comienza diciendo:

―Desde pequeños aprendimos que en el denominado ―Nuevo Mundo‖ las

culturas andinas no habían conocido la escritura, afirmación esta que mostraba ante la historia universal a las culturas precolombinas como ágrafas. Se decía, poniendo como ejemplo al antiguo mundo tawantisuyano que los inkas nunca conocieron la escritura y que solo habían conocido ―unas cuerdas sencillas con nudos llamados quipus‖. Estas afirmaciones con el transcurrir del tiempo fueron quedando relegadas, ya que posteriores estudios como los de Victoria de la Jara, realizados con una nueva visión, fueron hallando pruebas materiales de que en Indoamérica prepizarrina existieron diversas culturas que poseyeron sistemas de escritura tan iguales o superiores a las desarrolladas de la vieja Asia o el antiguo Egipto.‖

Después, nos hace saber sobre la escritura en Huaycán, en Perú:

―Karola Siebert manifestaba respecto de los grabados del denominado

Templo de la Luna de Huaycán: En el Templo de la Luna se pueden ver dos paredes con unos jeroglíficos que nos hablan de la fase de la Luna y el diluvio universal (Siebert 1965:42). Esto quiere decir que los antiguos andinos ―escribían‖ en sus monumentos arquitectónicos tan igual que los antiguos egipcios. ―En este bello mural nos sigue diciendo Siebert vemos a la izquierda los símbolos del agua universal y a la derecha vemos los jeroglíficos que nos indican el diluvio que se va y el diluvio que se viene. Después están las fases de la Luna…‖(Siebert 1965:42).―

Luego nos habla del escriba de Chocopata-Cusco, lo cual es

novedoso, él dice:

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―Y al decir único tenía mucha razón, ya que esta pieza de valor incalculable

nos trae un maravilloso mensaje del lejano pasado tawantinsuyano. Con el nombre de ―Amauta‖ (Que nosotros preferimos denominarlo ―Escriba‖) fue bautizado este raro espécimen encontrado en el lugar denominado Chocopata, Cusco. Por el arqueólogo Italo Oberty. Las características del idolillo son: cabello largo, rostro barbado, nariz aguileña, manos muy grandes y un tocado muy singular. Lo importante del escriba es que está leyendo una tablilla en la que se encuentran una serie de jeroglíficos. El descubrimiento del ―Escriba‖ plantea un sin número de interrogantes. Sin embargo él mismo constituye otra prueba física para poder demostrar que en América India hubo escritura jeroglífica.‖

Hoy se puede preguntar ¿Dónde está el escriba?, es decir ¿en

qué museo se encuentra este valioso tesoro? Ni el mismo Huidobro

tiene una foto para ilustrar su artículo, sino solo un dibujo

aproximado. El autor no presenta un sistema de escritura ni

jeroglíficas, sino una referencia de que hubo escritura en el mundo

indígena.

Page 65: Libro 37 escritura aymara√ ok

65

D. Inka: Waskar Chukiwanka – 2003

Chukiwanka es un célebre intelectual aymara. Es respetado y

tiene una larga trayectoria, primero historiador académico, segundo

como político (desde muy joven militó en la lucha por la identidad

cultural aymara y yo lo he visto cuando en la Feria del 16 de julio

de la ciudad de El Alto, pregonaba su pensamiento hecho todo un

p´axpaku), fue diputado nacional y, tercero, es autor de varios libros,

uno de ellos de la historia de la wiphala. Con estos antecedentes es

justo tomar en cuenta una de sus propuestas: la escritura Tawa.

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66

La escritura tawa de hecho es complicada, sin embargo, por

primera vez, siempre serán complicadas todas las cosas, sobre todo

la escritura. Una de las virtudes del aymara es que, entiende que

nada es imposible, esa es su fuerza de rebeldía, aunque algunas

cosas sean irreversibles, todo tiene su tiempo, hay que saber

esperar.

La forma de la escritura no debe ser única, sino diversa. Lo

contrario de estas propuestas es que no parecen ser practicables,

pero algún día lo serán. Hoy ni los propios autores de esas

propuestas escriben en sus ofertas. Por ahora, aunque apenas

deletrean algunos y otros ni los escriben, pero esperemos que algún

día, en el futuro, se atreverán. Es la fuerza de la rebeldía aymara la

que cuenta, toda iniciativa nueva es una rebeldía a lo establecido. Si

es así entonces ¿quién puede enseñar a escribir en esos alfabetos

extraños? No te desesperes vendrá el poeta. Lo que hoy es paradoja,

mañana puede ser realidad.

Sin embargo, nosotros también podemos estar equivocados. Por

eso hoy mostramos aquí esas propuestas, hoy extrañas para

nosotros y quizá mañana prosperen esas insólitas ofertas. Lo

respetamos y lo exponemos aquí, porque la historia no discrimina

ningún recurso, imaginación, creación ni propuesta. Estamos en la

era de la incertidumbre. Por más chocante que sea la oferta de otros

se debe respetar y aceptar que todos tienen derecho a expresarse

sobre cualquier asunto. Por esta razón pido disculpas si de alguna

manera he sido agrio con estas propuestas, pero yo también tengo

Page 67: Libro 37 escritura aymara√ ok

67

derecho a expresar mi parecer sobre cualquier tema, mucho más si

es tema de mi libro.

E. El quipu incaico

Para este acápite acudo a Burns para entender lo que son los

quipus haciendo un resumen de la introducción de su libro.

Nuestro autor empieza diciendo: ―Hace más de quinientos años en el

imperio incaico era usual el manejo de los quipus para comunicar y recordar eventos. Si bien es cierto que estos útiles medios de comunicación existieron antes de ser fundado el Tahuantinsuyo, los Incas sin embargo los desarrollaron en un sistema esencial capaz de mantener el orden administrativo de un territorio que crecía con cada día.‖

Page 68: Libro 37 escritura aymara√ ok

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Sin embargo todos quieren saber y ¿qué son los quipus? “La

respuesta parece obvia: son conjuntos de hilos de diversos colores y tamaños anudados de distintas maneras, cuya función principal era almacenar y transmitir información. No obstante, un quipu –visto desde una perspectiva de estudio –consiste, mínimamente, de un cordel principal o troncal, del cual penden colgantes (los colgantes suspendidos en otros colgantes se llaman subsidiarios), y sus rasgos significativos más comunes son nudos atados en colgantes, u otras modificaciones de colgantes. Los amautas y quipucamayos, hasta donde se sabe, los utilizaron principalmente para anotar las cuentas de los tributos, la estadística demográfica, el

recuerdo de hechos pasados, as leyes y ordenanzas, los ritos y ceremonias.‖ (Op.

cit. P.13)

Sin embargo, cronistas y viajeros perspicaces se refirieron

durante la Colonia temprana a la existencia de ciertos quipus que

registraban literatura (poemas y canciones) a diferencia de los

quipus comunes de carácter contable o censal. Esta referencia se ve

reforzada por la mención que hacen Viviano y Davide Domenici de

un manuscrito del siglo XVII de un misionero jesuita que cuenta lo

siguiente: "He visitado archivos sobre quipus que narran la verdadera historia del pueblo inca y la que esconden sus comuneros. Estos quipus difieren de los que se usaban para hacer cálculos ya que tienen símbolos muy elaborados que cuelgan de una cuerda principal; fueron enterrados por desconocimiento por los españoles,

especialmente sacerdotes". Entonces, ¿cómo pudieron esos cordeles de

nudos y colores representar un lenguaje? Se afirma que en el

Tahuantinsuyo se manejaban sistemas de fijación de información

basados en quillcas (letras) y números que conjuntamente con los

nudos y colores de los quipus, conformaron la misteriosa escritura

perdida de los Incas con la que se registraba toda clase de

informaciones tanto en los quipus como en los tocapus.

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El enorme corpus de quipus, descrito tanto por Leland Locke

como por Marcia y Robert Ascher, nos ha dado la pauta necesaria

para emprender una difícil pero hermosa tarea: la lectura o

decodificación de quipus. Para cumplir con tal cometido, el

presente libro está dividido en una breve introducción y en dos

capítulos algo extensos. En la introducción, se hace referencia al

portentoso avance de la civilización Inca y sus antecesores, y

buscamos responder a la interrogante cruda de cómo era posible

que una civilización de tantas luces y alcances no haya tenido,

aparentemente, una escritura de letras.

En el primer capítulo, planteamos la existencia de una escritura

de letras en el Incanato, basada en las ilustraciones de la Nueva

Corónica y buen Gobierno de Felipe Guarnan Poma de Ayala, y

sustentada en un alfabeto compuesto de diez grafías consonánticas

que combinadas con números conformaron un sistema acrofónico.

Se aborda además las relaciones pasadas y actuales entre el runa

simi o quechua y castellano. Cerramos este apartado con un estudio

en detalle sobre el quipu. En el capítulo segundo abordamos

directamente la decodificación de los quipus. La decodificación del

quipu BGQ1, publicada en nuestra obra inicial Legado de los

Amautas, nos permite tomar ese modelo para la tarea con los demás

quipus aquí descifrados. Finalmente, concluimos con algunas

reflexiones sobre la necesidad de continuar la tarea de seguir

descifrando estos importantes medios de comunicación, para

desentrañar todo el legado glorioso y ejemplar de los pueblos

andinos.

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70

Para concluir se puede afirmar con seguridad, que el estudio de

la escritura andina, apenas comienza a hurgar sus fuentes, puesto

que, fuera de los mencionados hallazgos, existen otros trabajos

dispersos en libros, revistas y periódicos, que por falta de tiempo y

recursos nos privamos de continuar. Otros los har{n<

4. INICIATIVAS DE ESCRITURAS ANTI-LATINAS

A los 20 años después de la Revolución Nacional de 1952, quizá

como producto de la educación indígena primero y luego la

educación campesina, se produjeron algunas reacciones contra el

sistema de escritura latina. Estas reacciones, después de aquel

acontecimiento histórico, las hubo también en política y otros.

Diríamos que los ultras, extremos, siempre han existido y eso no es

nada extraño, es parte de la diversidad.

Estas propuestas de escrituras son un conjunto de alfabetos

para escribir las lenguas aymara y quechua y no son residuos

antiguos de escrituras pre-hispánicas, sino una extraña propuesta

de rasgos distintos y otros son adulteración de los mismos símbolos

latinos. Quizá se han propuesto presentar esta clase de iniciativas

nada novedosos solo por contrariar al sistema de escritura latina.

Sin embargo, en la historia de sistemas de escritura de lenguas

indígenas andinas importa analizar y dar una relación más o menos

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71

exhaustiva de su existencia. Estas iniciativas muy bien pueden ser

una muestra de una de las preocupaciones de la subsistencia de las

lenguas aymara y quechua. Siempre habrá este tipo u otras de

preocupaciones sobre el porvenir de las lenguas indígenas.

Además, cuando se trata de libertad de expresión, todas las

ideas son bienvenidas por más descabelladas que sean. Es en este

sentido que aquí se toman en cuenta, aunque no sean prácticas, esas

otras formas de pensar sobre la búsqueda de escritura no latina de

las lenguas indígenas.

A. Alfabeto de Claudio Payi - 1973

Claudio Payi, según se sabe, fue potosino. En 1973 hizo circular

en el Museo de Etnografía y Folclore (MUSEF), en una hoja

mimeografiada, un alfabeto extraño. Sin más fundamentación que

su equivalente de sus símbolos con las latinas.

Son símbolos de escritura ordenado, en primera columna están

las mayúsculas y seguida de minúsculas, así como los

correspondientes números. Son símbolos extraños que tiene un

orden paralelo al alfabeto latino con símbolos que más parecen a

letras latinas mutiladas, es decir rasgos cortadas de letras latinas.

El texto está explicado en una hoja escrita en aymara y en

símbolos latinos. Según, Juan de Dios Yapita, a quién Claudio Payi,

primero presentó su alfabeto, se produjo el siguiente incidente. El

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profesor, entre sonrisas advirtió que faltaba el fonema /x/, y le

preguntó y ¿dónde está la x? y Claudio contestó, “aquí”, señalando

su bolsillo y ¿por qué no has puesto aquí? Porque me lo pueden

robar, fue la respuesta. Si se analiza con detenimiento, el alfabeto de

Payi, reitero, no son más que letras latinas adulteradas o mutiladas.

Sus seguidores, aún el año 2005, plagiando continuaban

difundiendo dicho hoja mimeografiada. Lo curioso es que en ese

sistema no se ha escrito ni una página. Cuando una obra no tiene

seguidores se muere de por sí, más aún si su autor no ha hecho

nada por ella y solo ha sido producto de las circunstancias y por

figuración.

Page 73: Libro 37 escritura aymara√ ok

73

B. Alfabeto de Hernán Mena Bustillo – 1976

Uno de los mejor planteados en la presentación de su propuesta

de alfabeto fue Hernán Mena Bustillo. La propuesta de este autor

está abundantemente fundamentada. El autor presentó su inútil

propuesta, nada menos que en el XLII Congreso Internacional de

Americanistas en París en 1976. Luego el 14 de noviembre del

mismo año lo publicó PRESENCIA LITERARIA, en La Paz-Bolivia.

Inútil, porque después de casi cuatro décadas nadie siguió a la

propuesta de Mena ni siquiera el propio autor tuvo la capacidad de

enseñar, luchar y continuar con la producción literaria en dicho

alfabeto. Todo fue solo una ilusión. Sin embargo hubo el hecho y

éste debe ser reconocido por la historia, por lo menos Mena ha

hecho eso lo que otros no harían nada por su idioma materno que

se muere.

El principal argumento que esgrime Mena es la siguiente:

“Porque, seamos francos, ¿Quién, en Bolivia, que se precie de cultura

hispánica, va a tratar de ―imitar a un indio‖, de ―pronunciar a lo indio‖, con todos los matices de voz, de entonación, con los giros del lenguaje, las interjecciones, los gestos? Pocos, desoladoramente pocos. Y, sin embargo, desde el punto de vista lingüístico y psicológico son elementos esenciales, irrenunciables. Ellos constituyen el núcleo, el hueso, el alma de la lengua. Miremos la situación desde otro punto de vista. ¿Sabe usted como pronunciaría el alfabeto latino un indio de 24 quilates, un inca, u digno hijo de Pacakutij (Pachacutec)? Mas o menos así: A (como la A española, quizá un poco más abierta) UE (diptongo de U mas E atona, más

exactamente como la ъ del búlgaro), CI (con una S fina, como la S del francés), DI

(D muy blanda, casi Y, como la De del eslovaco), E (E abierta), IPHI (I inicial

dura, como la ы del ruso, mas la PF del alemán), JI (J palatal). ATCHI (con la C

del checo), I, JUTA (con la U muy posterior, no redondeada, o muy poco) KA, ILI (I inicial siempre dura), ILLI, IMI, INI, IÑI, O, PI, KU, IRI, (con una R de

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muy leve vibración, como la R del japonés), ISI, TI, U, UE, JOPHLI UE (la B se

ha ensordecido), IKIS, YI, CITA.” (Op. cit)

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75

Obviamente la lengua o el idioma no solo son palabras, frases y

oraciones, dentro de ella existen otros componentes secundarios

como ciertas entonaciones, mímicas y hasta gestos. Por el camino de

“tal como hablamos debemos escribir” no vamos a llegar a ninguna

parte. No se debe confundir con el lenguaje fonético (oral) y

fonémico o fonológico (escritura). Hay que saber sintetizar y hacer

sistemática la escritura que meterse a un túnel sin salida.

Hay una forma de matar la lengua, es complicando, mutilando,

haciéndola y hasta imposible de aprender a escribir una lengua.

5. LA ESCRITURA LATINA DEL AYMARA

A. La importancia del sistema latino

Hay más de 4000 lenguas en el mundo y sólo una decena y más

de sistemas de escrituras, se optó por el sistema latino, primero fue

porque es con la cultura latina que tuvimos contacto con la cultura

occidental. Como efecto de la colonización y la era de la

Independencia, a estas alturas, es conocido el sistema latino y es

fácil su reproducción escribiendo, hasta cierto punto, por la

alfabetización en las escuelas y no es coherente inventarse una más

por solo contrariar a dicho sistema de escritura por varias razones.

La tecnología actual es universal, quiero decir computadoras y

otras en muchos casos son fáciles de manejar en el sistema latino.

Nadie está prohibiendo o siquiera insinuando de que no se escriba

en esos mecanismos de escritura. No solo por el resentimiento

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contra el proceso colonial, en el que algunos o muchos han sufrido

y han sugerido, para contrariar otras formas de escritura vamos a

sacrificar a ultranza la escasa tradición de escritura y lectura

adquiridas, en el último medio siglo. Adoptar una propuesta muy

arcaica, anticuada y complicada para el momento histórico en que

se está viviendo, es embrollarse en más dificultades.

El pueblo aymara como muchos pueblos indígenas de las

Américas, ha sido colonizado por gente que supo escribir en la

escritura latina. Este hecho, con el proceso y el transcurso de los

años de cambios, se ha impuesto enseñando, a través de su sistema

escolar, a leer y escribir en ese sistema de escritura. De esa tradición

de escritura proviene el hecho de aprender a leer y escribir en

símbolos latinos, porque la misma lengua española se escribe en ese

sistema y en las lenguas indígenas no es difícil escribir en el sistema

latino. Todos los mecanismos de escritura se han dado a favor de

dicha escritura en las lenguas indígenas, porque de lo contrario en

otros sistemas de escritura sería prácticamente casi imposible.

Hay cosas que no se deben hurgar rápidamente buscando

descolonizarse por descolonizarse. Hay cosas que no son

reversibles y una de ellas es la escritura. Insisto la existencia en el

mundo de más de cuatro mil lenguas y solo una decena de sistema

de escrituras más conocidos nos lo demuestra.

Inventar y proponer un nuevo sistema de escritura, así sea

genuino para los propios indígenas como quipus, logográfico,

ideográfico u otros, por más que sea deseable, no es factible y ni es

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práctico en esta era de desarrollo informático y cibernético. Primero

por el avance tecnológico, segundo por la dificultad de aprender un

nuevo sistema, si apenas se escribe en el sistema latino. Tercero sino

se tiene siquiera tradición de lectura y menos escritura, aún en el

sistema más extendido del mundo, no se podrá escribir nunca en un

nuevo sistema y cuarto porque no hay profesores que enseñen en

esos sistemas extraños, cuando ni los inventores y los reinventores

de sistemas antiguos de escritura andina, no las escriben ni han

hecho aprender ni a su mujer e hijos a leer en esos sistemas de

escrituras que proponen, porque no son creíbles.

Ya se ha visto la historia de la escritura.

Para concluir, reitero, las razones para optar la escritura latina

son: a) Porque los que conocemos los mecanismos de escritura

latina ya hemos escrito siquiera algo en ella b) Porque el sistema de

escritura latina es una de las más extendidas en el mundo c) Porque

las escuelas y las computadoras usan símbolos latinos y d) Porque

toda la comunicación social está escrito en símbolos latinos.

Todos estamos rodeados de símbolos latinos (productos,

enlatados, carros, máquinas, señalizaciones de transito, etc.).

Prácticamente toda documentación está en la escritura latina

(certificados, documentos de propiedad, transacciones, etc.). En la

educación, mal o bien, es en castellano (porque los aymaras y

quechuas pidieron aprender ese idioma), se aprende a leer y

escribir en sistema latino. Y finalmente la tecnología (quiero decir

computadoras) están en sistema latino. Algunas cosas, por más

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78

colonialista que parezcan, se deben mantener y adoptar a nuestra

manera de ser, no es cuestión de rechazarlas. Hay que saber

armonizar dos tecnologías, la andina y la ajena, todo extremo, todo

purismo es la muerte de una cultura. Adoptar, renovarse es vivir.

B. Las razones de la escritura latina

Aunque para los varones no todo se puede hacer a la vez. Para

la mujer aymara se puede hacer algunas cosas a la vez. Por

prudencia no se debe expulsar todo la vez, solo por descolonizarse,

sino es un proceso, algunas cosas son irreversibles. Uno de estas

cosas irreversibles es el sistema de escritura ya adquirida.

Para nadie es desconocido que los españoles al colonizarnos

nos trajeron varias cosas. Entre ellos animales, la vaca y la oveja son

las más conocidas. Cuando uno cree que baila una danza

genuinamente andina la waka waka, diríamos que baila una danza

mestiza. Pues la vaca ha sido traída por los españoles. Otro tanto

sucede con la oveja. Cuando uno luce ropa de bayeta (hilada y

tejida de lana de oveja) y cree que es indígena y genuinamente

aymara frente al que usa pantalón de algodón, se engañan. Al

contrario el algodón es propio de América y fue conocido en lengua

aymara como qhiya. La bayeta de oveja, se puede decir que es

procedente de Europa, la oveja fue introducida por los españoles en

el siglo XVI a América. Una cosa es, que nos hemos apropiado

pronto de estos animales por razones económicas y creemos y los

consideramos como algo propio de los indígenas.

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79

La tecnología y el mecanismo de escritura fue traída por los

españoles. Aunque no tuvieron un sistema de escritura

propiamente de ellos, sino los romanos les dotaron y con el proceso

histórico adquirieron el dominio del sistema latino. Los españoles

se apropiaron de la escritura latina, lo mismo que nosotros de la

vaca y la oveja. Creyeron que tuvieron un sistema de escritura

propio, cuando en realidad lo que pasó fue apropiarse de un

sistema ajeno y adecuarlo a la idiosincrasia de su idioma.

En principio, en las tierras sojuzgadas de América, era

prohibido enseñar a leer y escribir a los indígenas americanos, lo

mismo que vender caballos y armas españolas. Tuvieron sus

razones coloniales. Pero al presente, en los nuevos tiempos, las

cosas han cambiado diametralmente. Lo prohibido es lo que antes, a

como dé lugar, se aprende con facilidad. Nuestros abuelos

aprendieron, unas veces, valiéndose de la propia Iglesia Católica,

del rango de cacicazgo y en otras clandestinamente. Mucho más en

la Guerra de la Independencia y más aún en la era republicana y

para la segunda etapa del republicanismo (1955). Primero en la era

de escuelas indígenas y las escuelas rurales el aprendizaje del

castellano y su escritura se habían masificado para los indígenas

aymara, quechuas y otros; sobre todo se dio un desmesurado

prestigio a la cultura dominante.

A estas alturas no hay vuelta que dar. El sistema de escritura

latina ha quedado como el aceite en la piedra, impregnada, no

habrá poder que la haga cambiar, esto no es descolonizable lo

mismo que la vaca y la oveja.

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Sobre este tema, reitero a propósito, para que quede bien claro

al respecto.

—La más común de las escrituras en todo el mundo es el uso de

los símbolos latinos.

—Por tecnología, máquinas de escribir, etc. incluso idiomas con

otras formas de escritura, hoy están intentando escribir con los

símbolos latinos tal el caso chino y el japonés (Ren Chao). Por eso,

hoy, en el mundo andino se ha adaptado para la escritura de las

lenguas indígenas la simbología latina.

—Sobre todo para alcanzar y apropiarse del avance de la

tecnología universal.

—Por la enseñanza de lectura y escritura en esos símbolos<

—A estas alturas, de cualquier modo, ya es fácil lo conocido o

recientemente aprendido, es decir el sistema latino y la escritura del

castellano. Esta latinización coadyuva directamente a la moderna

escritura del aymara.

C. Los precursores de la escritura latina

Los precursores de la escritura aymara y quechua son los

religiosos coloniales. Llegaron al Imperio Inca junto a los

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conquistadores españoles en 1533. Domingo de Santo Tomás fue

uno de los primeros autores de la gramática y vocabulario quechua.

Llegó al Perú en 1538 y para 1560 ya tenía publicados dos de sus

libros en Valladolid “Grammatica o Arte de la lengua general de los

Indios de los Reynos del Peru Nueuamente compuefta por el

Meftro fray Domingo de S. Thomas.” Y “Lexicon, o/Vocabulario de

la lengua general/del Perv”, también publicado en Valladolid y en

el mismo año.

Luego, Ludovico Bertonio, otro de los primeros grandes autores

de gramática y vocabulario aymaras, arribó al Perú en 1581. Para

1603 y 1612 publicó varios libros. Hizo lo mismo Diego González

Holguín. Publicó sus obras en 1586 un vocabulario del quechua y

Diego de Torres Rubio (Arte Breve 1616) entre los que publicaron

libros sobre las lenguas andinas. A todos ellos se los califica como

los clásicos del aymara y quechua.

Los sacerdotes de la línea de los progresistas empezaron a

aprender, estudiar y escribir en y sobre las lenguas andinas,

motivados por el fracaso sufrido en la evangelización en lengua

latina y castellana. Para este efecto escribieron obras como

gramáticas, vocabularios y catecismos evangélicos en dichas

lenguas. Esto con el fin de que los religiosos recién llegados puedan

aprender y evangelizar con facilidades a la población sometida. No

era para enseñar a leer y escribir en lengua aymara y quechua a los

propios indios, eso –entonces– estaba prohibido. Es decir los

mecanismos de la escritura estaban prohibidos a los indígenas, lo

mismo que tener y montar a caballo y obvio usar armas.

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El objetivo de sus obras fue la evangelización, es decir usar

como medio los idiomas andinos para sus objetivos. Dichos

instrumentos coloniales, evangélicos y lingüísticos no fueron

escritos para los indígenas, sino para los propios religiosos

españoles. Era aprender las lenguas indígenas para que luego

prediquen con facilidad, para hacer entender a los indios “las

buenas nuevas” de Cristo. Así nos indican los propios religiosos

coloniales, reiteradamente, en las páginas de presentación de sus

libros.

Reitero, en la Colonia no pensaron en ensenar a leer y escribir a

los indígenas, ni siquiera en sus lenguas maternas, menos en el

castellano. Con excepción de los hijos de los caciques, después de

ser evangelizados y ennoblecidos por España, podían aprender a

hablar y escribir la lengua castellana. Por esa excepción Juan de

Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salca Mayagua en 1613 y Felipe

Guarnan Poma de Ayala en 1611 (1587-1613) aprendieron a leer y

escribir. Por eso se ve en la redacción de algunos pasajes en aymara

y quechua, no son sistemáticos como la redacción en Ludovico

Bertonio por ejemplo. En los escritos coloniales de algunos

escritores indios no hay sistematicidad en la escritura en la

representación fonológica ni de escritura. Muchas veces hay que

adivinar si un símbolo corresponde a un determinado fonema u

otro. Prueba clara de que no se encontraba la escritura de las

lenguas indígenas en las parroquias.

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Además no existen textos para enseñar de las fases iniciales de

lectura y escritura en las lenguas andinas para los indígenas en toda

la época colonial, tampoco existen textos para enseñar el castellano

a los indígenas. En cambio abundan los catecismos, sermonarios y

otros instrumentos evangélicos para catequizar a la población

recién conquistada.

Para tales propósitos conformaron un alfabeto más próximo al

castellano para las lenguas andinas. Fueron los religiosos coloniales

quienes implantaron el uso del sistema latino de escritura en las

lenguas indígenas. Los religiosos no tuvieron problemas de

escritura en toda la Colonia. Es decir no hubo peleas internas sobre

alfabetos entre ellos, por lo menos eso no se ve en los documentos

coloniales. Así que, por otro lado, aquellos escritos, cual sea su

origen, hoy nos sirven para estudiar y fortalecer nuestras lenguas

maternas. La implantación del sistema latino fue todo un proceso

hasta que nosotros los indígenas ya escribamos en él.

D. La naturaleza de la escritura latina

—Escritura latina de las lenguas indígenas. Todo ello con el fin

de sistematizar la escritura en las lenguas andinas utilizando la

simbología latina para conservar y desarrollar aceleradamente las

culturas andinas.

—La escritura fonética

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[Janiw eqeqo uñjañ munapktti]

Esta escritura, la fonética, directamente sería la transcripción de

lo dicho.

—La escritura fonémica

La escritura fonémica trata de la presentación formal escrita de

la lengua en forma sistem{tica<

/Janiwa iqiqu uñjaña munapxkthti/

—Intentos de la escritura al modo andino y latino

Como siempre en todo hay dos corrientes de opinión. Los

conservadores y los liberales. Los primeros, con la escritura fonética

[] optan por la innovación, la forma moderna o castellanizada y los

segundos, es decir la escritura fonémica // mantiene la forma

antigua y leal de la tradición idiomática aymara.

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–n

–m

Fonema diversas escrituras

k k, c (delante a, o, u), qu (delante i, e)

b b, v

g g (delante a, o, u) gu (delante i, e)

j j, g

s s, z, c (delante i, e)

w hu, v

y y. i

k+s x, cs, cc

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E. La escritura aymara en la República y en la actualidad

Hay cosas que son irreversibles o son muy difíciles de

retroceder en el tiempo-espacio. Una de ellas es la escritura que en

nuestro caso, es la escritura latina en toda Indoamérica y hasta en el

mundo. Una vez que los españoles llegaron a América de ellos

aprendimos el catolicismo y clandestinamente el idioma y en

especial la escritura. Ellos habían aprendido de los romanos y

después de varios siglos de sometimiento que les infringieron los

moros, hasta tuvieron la numeración arábiga para su idioma.

Con el advenimiento de la era republicana y con los nuevos

tiempos aquello que fue prohibido ya era lícito y se difundía para

todos. El castellano no solo se enseñaba en la Colonia, con el

transcurrir del tiempo se castellanizaba, esto es enseñar el castellano

a la fuerza y a expensas de las lenguas indígenas, nativas o

maternas de los indígenas. Por este hecho, es obvio, que su escritura

también se difundieron. Ahora para todos los indígenas son

conocidos el alfabeto o letras del alfabeto castellano y muchos saben

leer mal o bien. Por lo tanto el sistema latino ya no es ajena a la

escritura de las lenguas indígenas. Es más, se asocia fácilmente de

cómo puede ser escrito el aymara o quechua con los mismos

símbolos de la escritura del alfabeto castellano. Eso ha pasado con

Waman Puma de Ayala o con Vicente Pazos Kanki en el pasado y

hoy con muchos de nosotros, se puede escribir el aymara o quechua

en símbolos latinos, claro que no sistemática, pero muchos perciben

cómo escribir.

Page 87: Libro 37 escritura aymara√ ok

87

Aquí cabe aclarar lo que es el proceso de la escritura en lenguas

indígenas y tener en cuenta que la población ya no es pasiva. Es

decir, ya son protagonistas tanto en la elaboración e implantación

de la escritura de dichas lenguas. Existen varios líderes que van

trabajando en la escritura de las lenguas indígenas, maestros y

líderes de base. Algunos muy versados, otros recién iniciados.

Hasta cierta época continuaba una especie de paternalismo

religioso y de algunos simpatizantes con dichas lenguas, referente

al tema del proceso de la escritura de los idiomas indígenas. Hoy

pocos escriben canciones e himnos religiosos, hasta los objetivos ya

son mayores, incluso después de empezar la tradición de la lectura.

No solo ir por una producción de literatura aymara con erudición

sino lograr un clásico de la literatura aymara.

Primero se delimitan los campos de acción en el que se han

movido muchos para el proceso mencionado. Enseguida se puede

mencionar lo siguiente: a) Alfabeto, b) textos de escritura y lectura

(alfabetización), c) gramáticas, diccionarios y manuales de

ortografía, d) producción literaria en sus diversos géneros y e)

investigaciones especializadas en lengua castellana sobre el tema.

Por ejemplo hoy existen más que antes varios diccionarios bilingües

en lenguas indígenas escritos por los propios hablantes.

Aquí se verá en especial el inciso b), el resto se verá más

adelante o en otra ocasión. En cambio del resto lo describimos luego

y en forma abreviada.

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En su generalidad, en torno a los primeros cien años de la era

republicana, la escritura aymara fue haciéndose un problema y por

supuesto despertó un inusitado interés. Primero para continuar

evangelizando y segundo para mejorar el antiguo sistema de

escritura de las lenguas andinas, en especial aymara y quechua. En

esta etapa van proliferando una serie de alfabetos. Lo contrario

pasaba con los textos de alfabetización, que no pasaban de uno o

dos. Pero hasta hoy no han terminado los problemas de escritura en

este proceso de recuperación de las lenguas indígenas, y nos invita

a continuar trabajando por nuestro pueblo que es luchar por el

bilingüismo y la diversidad.

F. Los alfabetos aymaras modernos

La introducción de la escritura con simbología latina, reitero, se

inicia después de la llegada de los españoles a América. Más que a

cualquier otro sector de poder en aquella época, fue a los religiosos

a quienes les tocó el papel de introducir la forma escrita moderna

en lenguas nativas. Lo hicieron en latín y castellano, naturalmente,

con el fin de facilitarse la tarea de la "evangelización".

Por la desigualdad en la fonología de las lenguas andinas y

europeas, los religiosos del Siglo XVI tuvieron bastantes problemas

en aprender las nuevas lenguas, en ordenar sistemáticamente la

escritura en lenguas nativas y, en especial, en adaptar la simbología

latina a la fonología aymara. En los primeros alfabetos se observa

una serie de dudas y confusiones de fonemas para asignar un

símbolo para escribir cada fonema. Aún así, se hizo una serie de

Page 89: Libro 37 escritura aymara√ ok

89

trabajos en lengua aymara. Lo que actualmente nos ofrecen es una

fuente inagotable de investigación en diversos campos del

pensamiento andino.

Entre los pocos religiosos que escribían en aquella época

sobresale la figura de Ludovico Bertonio, seguido de cerca por

Diego de Torres Rubio. Aunque, entonces, muchos religiosos ya

hablaban la lengua aymara, no consiguieron escribirla. En el

supuesto caso de que lo hubiesen logrado, sus textos se perdieron

con el tiempo, como pasó con varios de los manuscritos del padre

Barzana.

En los primeros años de la República, en su generalidad,

muchos creían que las lenguas andinas sólo podían servir para la

evangelización y no para describir la ciencia y la literatura. Hasta

las calificaron, paradójicamente como simples dialectos, como si

fuese un sub-lengua o unos infra-idiomas. Cuando, irónicamente,

todos los idiomas del mundo tienen dialectos, sobre todo, el idioma

castellano es una sarta de dialectos en el mundo.

Los alfabetos creados para la escritura de las lenguas indígenas

en la Colonia fueron modificados poco a poco. Los iniciadores de la

innovación fueron Carlos Felipe Beltrán, Isaac Escoban y otros. Con

la celebración del Primer Congreso Internacional de Americanistas,

en 1875, en Francia, se produce un inusitado interés y preocupación

por estudiar las lenguas nativas de América. Y los que empezaron

dichos estudios –especialmente en lo fonológico– fueron los propios

miembros de la Sociedad de Americanistas. Este hecho –repito–

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90

causó preocupación entre los criollos del Perú y de Bolivia,

concretamente con respecto a la lengua aymara. Algunos, como

Belisario Díaz Romero, Rosendo Gutiérrez y Carlos Bravo,

creyéndose superiores o mejores conocedores de la dicha lengua,

ensayaron propuestas de alfabetos para escribir la lengua aymara,

pero les falto el toque final, la sistematización.

Con el transcurso del tiempo se ha acumulado, como

propuestas, una serie de alfabetos para el idioma aymara. Ofertas

que con el tiempo se fueron imponiendo conforme a las políticas

culturales, algunos, con objetivos científicos, otros, con propósitos

políticos de asimilación y los más con fines religiosos.

Posteriormente se produjo una especie de "guerra de alfabetos", por

las posiciones intransigentes adoptadas entre ellos. De todos los

alfabetos elaborados, tres se destacan hasta el año de 1983.

El primero, adoptado por religiosos católicos y protestantes en

los años sesenta, codificó un alfabeto bilingüe para facilitar la

castellanización. Los iniciadores fueron los católicos luego los que

lo sistematizaron fueron los protestantes, en especial los del

Instituto Lingüísticos efe Verano (ILV). Los católicos y los

protestantes, juntos, después de traducir publican el Nuevo

Testamento en aymara. Después de unos años, en 1968, se aprobó

un alfabeto durante el gobierno del Gral. Barrientos, bajo el D.S. N°

08483 del 18 de Septiembre de 1968. Dice el Decreto que se trata del

"más aconsejable medio de tránsito al castellano, aunque,

paradójicamente, dicho Decreto no derogaba el anterior alfabeto y

los dos funcionaban sin que importe a nadie. Los símbolos

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91

designados llevan la misma complejidad del latín y del castellano,

por lo que fue rechazado por otros sectores.

El segundo es producto de los 10 primeros Congresos de

Americanistas, alfabeto que fue propuesto por Alejandro L. Dun y

otros, en 1894. Para aquel tiempo es, sin duda, el mejor estructurado

en cuanto a las consonantes. Aun hoy están vigentes los símbolos

designados. Con ligeras variantes fue re-aprobado por otros

Congresos, como por ejemplo por el III Congreso Indigenista

Interamericano (La Paz, 1954), después de haber sido revisado por

el Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL). Este alfabeto,

originalmente, fue hecho para realizar estudios científicos, para

escribir las palabras aymaras y quechuas, y realizar estudios de

prehistoria americana y, luego, para facilitar el aprendizaje del

aymara a los que no sabían hablar esta lengua. Ha sido reconocido

también por Decreto Ley No. 03820 del 1 de septiembre de 1954,

por el gobierno de Paz Estenssoro.

Y, finalmente, el tercero es producto de la educación indígena.

Los que proponen este alfabeto son aymaras ya instruidos por la

escuela indígena. Es como una protesta a la imposición

extralingüística, protagonizada por los protestantes. Aparece este

alfabeto indígena el mismo año 1968 en que se oficializa el alfabeto

de la "castellanización". Juan de Dios Yapita propone el alfabeto

fonémico aymara y plantea escribir dicha lengua tal como se

escriben otras lenguas; con un sistema de signos convencionales a

su idiosincrasia y conforme a su fonología.

Page 92: Libro 37 escritura aymara√ ok

92

El alfabeto fonémico aymara es, sin duda, el que mejor y

definitivamente refleja la fonología de esta lengua, tanto en

consonantes como en vocales. El principal objetivo fue la

revitalización de esta lengua andina. Como no podría ser de otra

manera, es a partir de este alfabeto que los indígenas que hablan

dicha lengua empezaron a escribir sobre su cultura. De esta manera

se enfrentaron con dos de sus fuertes adversarios –la alianza

católico-protestante–, en una especie de lucha por el alfabeto, pero

en el fondo no fue más que luchar por "ser aymaras". Obviamente,

en los católicos había disidentes que favorecería a la corriente

indigenista de 1983.

G. La unificación de alfabetos aymaras

Con el advenimiento del gobierno de Hernán Siles Suazo y a

iniciativa de los políticos de entonces, se ha levantado la bandera de

la "alfabetización" y se crea el Servicio Nacional de Alfabetización y

Educación Popular (SENALEP). Este organismo estatal se propone,

de acuerdo con las exigencias de los diversos sectores del pueblo,

enseñar a leer y escribir en lenguas indígenas. Pero entonces se ve

presionado por los tres sectores sustentadores de sus alfabetos.

Cada uno de ellos insiste en que se adopte el suyo. El SENALEP no

sabe a quiénes o a quién dar crédito y por ello organiza un Primer

Seminario Internacional sobre Educación Intercultural y Bilingüe

que se realizó del 8 al 12 de 1983, en la ciudad de Cochabamba.

En la discusión sobre el alfabeto estuvieron presentes los tres

grupos interesados, a saber: la Comisión de Alfabetización y

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93

Literatura en Aymara-Instituto Lingüístico de Verano (CALA)

dependiente del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), el Instituto

Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL) y el Instituto de Lengua y

Cultura Aymara (ILCA). Fuera de ellos estuvieron también

presentes instituciones estatales, organizaciones de base como la

Central Obrera Boliviana (COB), la Confederación Sindical Única de

Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación

Nacional de Maestros de Educación Rural de Bolivia (CONMERB) y

otras organizaciones de base. Además estaban los representantes de

las universidades, instituciones de educación y cultura popular,

instituciones religiosas, organismos e instituciones internacionales y

otros.

En esa ocasión, después de deponer toda actitud propia que

pueda atentar contra las lenguas aymara y quechua, y en aras de la

unidad, se adoptó, por unanimidad y con la aprobación de los

propios sectores en pugna, un alfabeto único para el aymara y otro

para el quechua. Se hizo todo lo posible para que el nuevo alfabeto

incorporase posiciones de uno u otro sector, Unos perdían la

complejidad de signos del castellano en el alfabeto aymara y

quechua (c/q y c/q'); otro perdía el doble apóstrofe (") para las

aspiradas; alguno que otro las vocales abiertas, y así fue un triunfo

el acuerdo de la "unificación", en gran medida dirigida por Xavier

Albó y con ello concluyó la "guerra de alfabetos".

En los siguientes meses se oficializó un alfabeto único del

aymara y otro del quechua, bajo el D.S. No. 20227 de 9 de mayo de

1984, por el gobierno de Hernán Siles Suazo. El Decreto Supremo

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94

dispone que; "toda obra científica, literaria, así como pedagógica y,

en general, todo uso escrito de los dos idiomas andinos debe

utilizar el alfabeto único [...]". Después se abrogaron todas las

disposiciones contrarias al nuevo Decreto.

Este hecho, sin duda, es un hito histórico para las lenguas

aymara y quechua. Hoy, los sustentadores de los tres alfabetos

diferentes de dichas dos lenguas andinas tienen un criterio

unificado, aunque algunos intransigentemente todavía insisten en

sus divergencias, pero ya sin conseguir credibilidad por parte de la

población aymara. Lo más triste es que, pese a que hasta los

empíricos entienden el tratamiento del problema fonológico y

fonético, es decir el uso de tres vocales de dichas dos lenguas

indígenas y la normalización lingüística de una lengua, los

académicos con doble licenciatura y doble doctorado no entienden

y no lo harán mientras no se despojen de su simulación y vicios

académicos. Mientras para otros (lingüistas y antropólogos)

“escribir el aymara y quechua con cinco vocales es un descrédito

para un académico” (nos dijo Lucy Briggs).

H. Surgen nuevos problemas menores

Después de una década surgen otros problemas sin

importancia, pero que magnificaron como el de, si se escribe con

vocal al final en la palabra o frase. Algunos universitarios, por

discriminar a los lingüistas empíricos, decidieron caprichosamente

escribir “así como hablamos”, confundiendo transcripción con

escritura normalizada de una lengua. La lengua aymara se escribe

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95

con vocal final en palabras, frases y oraciones. Con mucha más

rigurosidad si existe una coma, punto y coma y punto. Lo

paradójico es que, teniendo maestrías y doctorados, confunden

transcripción con la presentación formal y escrita de la lengua

aymara.

Existe una especie de desconocimiento de la realidad oral y

escrita de una lengua. Unos no han salido del nivel de transcripción

de la oralidad. Puesto que, dicen: “el aymara debemos escribir así

como hablamos”. Su fundamento científico, especialmente

lingüístico y antropológico, les impide salir más allá de la simple

transcripción. Su fundamento es que no se debe modificar en

absoluto ningún rasgo de la expresión oral. Según ellos, reitero esto

les coarta ir más allá, de la simple transcripción. Es su dogma, bajo

ninguna circunstancia se debe modificar la emisión oral para

criterios de investigación científica. Por eso se quedan en la mera

transcripción de la forma oral de una expresión. No escriben para

desarrollar la lengua, sino para reflejar fielmente una expresión, eso

es transcripción. Por tanto fotografían la lengua o mejor desecan la

expresión oral para el análisis lingüístico, para estudiarlo.

Confunden el análisis lingüístico con la producción literaria.

Para nosotros, la lengua es un instrumento de comunicación

muy dinámica como la sociedad que lo habla. Por tanto, si hacemos

también transcripción, vamos más allá de ello, proyectamos una

forma escrita estandarizada y sistemática para desarrollar la lengua

indígena. La expresión es espontánea, el subconsciente no puede

controlar ciertos lapsus al hablar, por eso una expresión oral tiene

Page 96: Libro 37 escritura aymara√ ok

96

tantos errores y muchas veces cuando no se tiene dominio de una

lengua no hay modo de controlarlo y se escapan algunos errores y

sólo se puede pedir perdón y disculpas. En cambio la forma escrita

es posible controlar y consultar para evitar errores. Hasta existen

borradores para remediarlo, para no estar pidiendo disculpas. Si se

quiere, la escritura es la presentación formal de una lengua. La

escritura es la transcripción de la expresión oral, esta es la materia

prima de la escritura, de ahí proviene la presentación sistemática,

estandarizada y formal de la lengua.

¿Hay desinteligencias o caprichos? Más que desinteligencias,

creo que hay caprichos. Porque la pelea no es de fondo sino de

forma. Sea con vocal final o sin ella el significado es exactamente

igual. Dos más tres es igual a cinco, pero tres más dos también es

cinco, solo es de forma, el problema no es de fondo. Para nadie es

desconocido que el orden de los factores no altera el producto. Pero,

el aymara antiguamente, cuando no tenía influencia del castellano,

siempre llevaba la vocal final. Es más, los ancianos de antes, que no

tenían influencia con las radioemisoras (con programas aymaras

citadinas), hablan el aymara con vocal completa y muy lentamente,

porque tiene vocales finales y eso de hablar calmado era su cortesía.

Por eso aferrarse a la postura de elisión de la vocal final de las

palabras aymaras, además atentar el trato aymara, sólo es un

capricho e ir contra la integridad de la lengua aymara.

Primero. Pareciera que no quieren entender la escritura fonética

y la fonémica o fonológica.

Page 97: Libro 37 escritura aymara√ ok

97

Segundo. No entienden transcripción (“así como hablamos”)

con escritura sistemática normalizada. Proclaman que la lengua

aymara se debe escribir como una variante de aymara

castellanizado. Entonces, si es así ¿cómo justificamos las tres vocales

del aymara? Pues ellos mismos escriben el aymara con las vocales

/i/, /a/ y /u/, pero fonéticamente existen las vocales abiertas [e] y [o]

y más vocales abiertas en el aymara ([I], [E], [A], [O] y [U]). Las

lenguas jamás se escriben así como hablamos. Es decir, reitero,

confunden la transcripción con la presentación formal de la lengua.

(La transcripción entendida en este caso como escribir lo que

alguien está hablando, tal como es. Si tose hay que escribirlo).

Tercero. En todas las lenguas del mundo, muchas veces, se

escribe de una forma y se lee de otra manera, ejemplos abundan:

Michelle se dice [Maykol] Rousseau [Rusó] (<) Así que el aymara

no se escribe así como hablamos.

Cuarto. Se escribe en aymara: Nayaxa kullawa thuqhuña muntha.

Proponen que se debe escribir: Nayax kullaw thuqhuñ muntha. El

significado es exactamente el mismo. No saben por qué luchan.

Ellos luchan más por la forma que por el fondo.

Quinto. El aymara ha sufrido cierta influencia del castellano en

el proceso colonial. En ese penoso camino de “castellanización” y

acriollización de la lengua aymara. Por tanto con una oración con

vocal completa se pretende rescatar la característica pausada del

aymara. Eso fue una forma ceremonial del aymara. Los ancianos y

ancianas hablan despacio y con vocal completa. A partir de la

Revolución del 52 el aymara se ha castellanizado. Hasta esa forma

pausada se ha perdido por imitar al castellano, un idioma hablado

casi de corrido que tiene el español. A eso colabora la elisión de

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98

vocal final. Eso es ir contra la naturaleza e integridad del idioma

aymara. Como prueba, si se toma un diccionario aymara y se busca

la terminación de las palabras, jamás se encuentra ni una palabra

que termine en consonante. Por tanto, podemos deducir que la

imposición a ultranza de la supresión final de la vocal en la

escritura aymara obedece simplemente a la castellanización del

aymara, a los caprichos personales incubados y generados por

actitudes discriminatorias de los empíricos. Si el significado con

vocal final o sin ella es el mismo, entonces no hay problema, es

decir, si es que lo hay, reitero, no es de fondo sino de forma, por eso

es solo un capricho.

I. Algunos objetivos lingüísticos

En todo esto cuando el Estado sostuvo una política lingüística

diferente, el pueblo resistía, y lo consideraba como a una

enfermedad pasajera. Mientras tanto unos no hacían nada nosotros

hicimos los siguientes instrumentos:

1. Los instrumentos lingüísticos del Aymara, (elaboración de

ortografía, gramáticas y diccionarios); en su primera fase, falta una

segunda y sobre todo mayor difusión.

2. Bases legales: jamás se ha esperado aquello, es más muchas

de ellas ni siquiera se sabía de su existencia. Si bien ellas son

necesarias como respaldo, sin embargo caen en lirismos; creemos

que son más urgentes las acciones en la práctica.

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99

3. Difusión de la lengua Aymara. Por eso hemos fundado y

mantenidos dos periódicos indígenas desde 1982 a 2004 (me refiero

al Jayma y Kimsa Pacha).

Desde hace varias décadas las organizaciones sociales han

exigido al Estado, a través de resoluciones y recomendaciones, una

educación bilingüe y la oficialización de las lenguas indígenas

Aymara y Quechua. En la actualidad, el Gobierno está

distribuyendo computadoras en las escuelas y colegios. Si bien esto

ayudará mucho en la enseñanza aprendizaje de nuevas tecnologías

de enseñanza, será mejor aún cuando se recupere de manos

privadas el WAI VAI, un instrumento satelital o canal gratuito de

servicio social, porque sin él, esas computadoras sin ése canal de

servicio a la humanidad no servirán de mucho por el costo enorme

del Internet en las áreas rurales. Es necesario que las nuevas

tecnologías se integren como nuevas metodologías de enseñanza de

lenguas y ciencias en las escuelas y colegios, además de que

servirán para la capacitación de escritores en lenguas indígenas.

Algunos objetivos:

*Recuperar, desarrollar y difundir la lengua Aymara a través de

medios de comunicación como periódicos, televisión, la radio y

otros medios masivos.

*Incentivar la producción literaria normalizada en lengua

Aymara para coadyuvar el proceso de creación intelectual.

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100

*Rescatar del olvido y del silencio los trabajos académicos, tanto

lingüísticos y antropológicos, más aproximados a la interpretación

del pensamiento Aymara.

*Contribuir en las campañas de alfabetización en lengua

Aymara.

*Rescatar e incluir en los seminarios sobre estrategias de

relanzamiento económico en las poblaciones de habla aymara, para

asegurar la recuperación y desarrollo lingüístico cultural del mismo

pueblo.

*Rescatar y difundir los paradigmas del pensamiento Aymara y

las nuevas concepciones de vida.

*Sobre todo en las carreras de lingüística de las universidades,

crear una materia de formación de escritores en lenguas indígenas a

partir de un estudio intensivo de la cultura aymara y quechua.

Y sabemos que varios organismos internaciones, en especial de

las NNUU se han pronunciado desde 1953 al presente, pero vuelvo

a reiterar y volveré a insistir, han sido gotas de agua sobre la arena

candente, porque no van acompañadas de un soporte económico

respetable. Son como las leyes españoles del siglo XVI, “se acatan

pero no se cumplen”.

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101

III

LOS INSTRUMENTOS LINGÜÍSTICOS

INTRODUCCIÓN

En este capítulo mostramos un panorama exhaustivo y

detallado de los principales textos aymaras en forma breve, es decir

sobre los instrumentos lingüísticos del idioma aymara.

Las características tipológicas de la lengua castellana y aymara

son totalmente opuestas. La primera es una lengua flexiva y hasta

cierto punto aislante y la segunda, pertenece al grupo de las

lenguas aglutinantes. Asimismo la primera reconoce tres personas

gramaticales y la segunda cuatro, la una tiene género gramatical y

la otra no. Pero, quizá lo más diametralmente diferente sea la forma

en la que el aymara y el castellano hablante entienden y estructuran

la realidad. Los puntos de partida son otros, la ideología otra, el

entendimiento del mundo y de las cosas otro. Por éstas y otras

características lingüísticas, no es fácil hacer una gramática y un

diccionario bilingüe, especialmente, cuando la lengua de entrada es

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102

el castellano. Pese a todo, a través de este libro intentamos

aproximarnos a esta realidad.

Descolonizar una lengua es muy complicado porque todos los

instrumentos lingüísticos, obviamente, han sido enfocados desde la

perspectiva cultural europea. Todas las gramáticas por la fuerte

occidentalización desde las escuelas han sido colonizadoras.

Siempre se pretende hacer los instrumentos lingüísticos desde la

perspectiva de la lengua de mayor prestigio. El redescubrimiento y

comprensión de la epistemología aymara recién está en gestación.

Estudiando esos tres componentes hay que revisar nuestra

producción sobre los instrumentos lingüísticos. Ya Franz Tamayo

decía: “Los libros, en el curso de los años y de la tentativa científica,

tienen el derecho de modificarse, cambiarse y aun transformarse.”

Si antes hemos encarado algunos instrumentos lingüísticos desde la

perspectiva mixta, es por cuestiones del advenimiento de la

interculturalidad, porque de una y otra perspectiva tenemos que

entender estas dos lenguas (castellano y aymara) opuestas

tipológicamente. Además de que uno, para emprender un trabajo,

pudo haber estado sujeto bajo contratos de trabajo.

Teniendo esas características, la lengua aymara, tiene sus

propios instrumentos lingüísticos, esto es, sus propias reglas de

normatividad como lengua y el contexto sociocultural y político que

encierra como un halo a un idioma.

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103

Cuando nos referimos a instrumentos de una lengua estamos

hablando del alfabeto de un idioma, la gramática, la lexicología,

manual de ortografía y la base legal que reconoce o da ciudadanía

al idioma en el ámbito de un país.

1. LOS INSTRUMENTOS LEGALES

En 1997 se publicó la Constitución Política del Estado traducida

a la lengua aymara. Lo hizo el profesor Vitaliano Huanca y

posteriormente se tradujo también a la lengua quechua. También la

nueva Constitución Política del Estado Plurinacional (CPEP) fue

traducido al aymara.

Así mismo a pedido de la Contraloría de la República se ha

traducido la ley SAFCO. De la misma forma, se está trabajando en

las revisiones y validaciones de las leyes INRA y Participación

Popular, cuya primera versión fue mandada traducir al profesor

Huanca por la Universidad de La Cordillera.

Por otro lado, el país cuenta con la traducción en ocho lenguas

orientales de la Declaración de los Derechos Humanos. El programa

de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) encargó a la

UCB/SECRAD y fue ejecutada de una manera admirable. En las

lenguas orientales de Bolivia. En los idiomas que fueron traducidos

son: Ayoreo, Chiquitan (Besuro), Sirionó, Tacana, Tsimane, Weenhayek y

Yucuraré. Luego agregaron acertadamente la lengua Esse Ejja.

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104

Ahora si acudimos a examinar la situación jurídica de las

lenguas indígenas, en todo caso, son muy favorables, aunque no

lleguen todavía los incentivos. En los últimos tiempos desde la OIT,

Naciones Unidas, UNESCO, han difundido favorablemente la

defensa de los derechos lingüísticos, los que repercutieron en

Bolivia, desde la CPEP, la “Ley Avelino Siñani” y la Ley General de

Derechos y Políticas Lingüísticas han avanzados de acuerdo a las

expectativas esperadas. Sin embargo, éstas sin el apoyo financiero a

la identidad lingüística sería algo así como las Leyes Indias de los

españoles de la Colonia, se acatan, pero no se cumplen.

Algunos creen en el poder absoluto de la Ley. Ésta, sin la

sustentación científica, el apoyo del pueblo y apoyo económico para

su implementación, no vale nada. Por ejemplo: Las Leyes Indias de

los Reyes españoles en la Colonia, si bien se acataban, no se

cumplieron. Ninguna ley sin la voluntad, conciencia de su pueblo y

su prosperidad económica hará milagros. Al contrario, en algunas

que se pretende normar gustos y estilos hasta pueden ser

contraproducentes. Otros pueden resultar algo así como camisa de

fuerza.

El advenimiento de leyes salvadoras o protectoras de los

idiomas indígenas son como “al burro muerto cebada al rabo”. Así

que, no, porque esas leyes sean nacionales u de organismos

internacionales, las lenguas indígenas andinas y orientales están

vivas, sino por la conciencia y persistencia permanente de su

población, porque son fuertes a las discriminaciones odiosas y sobre

todo porque su pueblo ha luchado y los que creen en el idioma de

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105

su pueblo trabajaron silenciosamente en una labor de hormigas, por

el restablecimiento de su lengua y cultura, aunque muchas veces

con flaquezas y dudas de sí mismos obvio en una situación colonial

y neocolonial.

La lucha por los idiomas hasta el año 2005 se ha hecho sin

ninguna ley, porque era una lucha contestataria de rebelión, era ir

contra el orden establecido. Ahora cuando abundan las leyes sobre

el uso de idiomas, es como si el Estado las hubiera arrebatado la

bandera de lucha y pelean entre ellos por los idiomas. El pueblo los

mira atónitos, esperando resultados, pero nada. No han hecho

nada, no han producido en esos idiomas nada que valga la pena y

soporte de cuantas ediciones se pueda tener de sus obras. Todo es

pasajero.

2. EL ALFABETO: INSTRUMENTO NUMERO UNO

A. El alfabeto

Todos los pueblos en la antigüedad han escrito sobre sus

dioses, historia y problemas en diversos materiales y en varias

formas; cuero, papiro, tablillas, piedras, cerámica, tejidos y

representaciones de pinturas, grabados o dibujos en las cavernas,

que se conoce con el nombre de arte rupestre. Eso también es una

forma de escribir.

Desde los dibujos hasta una escritura simbólica sistemática se

ha desarrollado en bastante tiempo. Últimamente, debido a la

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106

invención del papel e imprenta, la escritura ha progresado

aceleradamente hasta jerarquizar a las lenguas en ágrafas y no

ágrafas.

Los idiomas más conocidos y por el mayor estatus que

alcanzaron debido al colonialismo que desarrollaron, después del

famoso invento de Gutemberg, sistematizaron y desarrollaron la

escritura de sus lenguas para reflejar de forma escrita en ese medio

de comunicación. El sistema de escritura que rápidamente se

desarrolló fue el romano. Éste, por su dominio imperial, creció

desmesuradamente e influyó en otras lenguas. Cada idioma adoptó

sus símbolos de escritura e incluso, algunos, bajo el modelo

gramatical del latín, idioma de los romanos.

Este modelo es el orden alfabético que todos hoy conocemos y

ese orden de sonidos debe ser seguido por las lenguas ágrafas para

ser escritos. Los mismos colonizadores, una vez que llegaron de

Europa a América, adoptaron un sistema alfabético para escribir las

lenguas indígenas, porque tenían la necesidad de escribir las

lenguas indígenas para poder aprender esas lenguas y luego

evangelizar con facilidad.

Dichos alfabetos, que eran varios, fueron imponiéndose a través

de los siglos de dominación colonial hasta que se ha hecho tradición

el orden alfabético de A - Z. Fue así que cuando se ha querido

avanzar en la escritura de las lenguas aymara y quechua el camino

ya estaba trazado, el seguir la tradición latina de escritura. Además

“la castellanización” con su enorme prestigio se imponía. Solo había

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107

que pelear algunos detalles, adecuar aquel sistema latino a los

requerimientos fonológicos aymaras. Peor aun con el desarrollo

científico y la tecnología, ha quedado incólume el sistema latino en

los pueblos indígenas, éste no se descolonizará.

Hoy, para desarrollar una escritura sistemática, necesariamente,

se requerirá cuatro instrumentos lingüísticos fundamentales a

saber: alfabeto, diccionario, gramática y manual ortográfico. Cada

uno de estos, por el momento, puede tener varias clases y pueden

ser elementales y/o avanzados.

B. La pelea de alfabetos cosa del pasado

En materia de alfabetos existe una larga historia de luchas por

el uso de símbolos, para ver y ratificar los puntos allí sustentados.

Habían ordenado más de veinte tipos de sistemas de escritura para

el aymara y otro tanto para el quechua. Algunos fueron

confeccionados con bases lingüísticas que postulaban la

preservación y el desarrollo de la lengua. Otros fueron construidos

con criterios políticos que buscaban la extinción de las lenguas

indígenas y la transición al castellano. Como también hay otros que

son declarados inviables. Esto se inició para las labores de

evangelización de los indígenas en 1533.

Tres de los principales alfabetos son, el primero el alfabeto

indigenista que fue aprobado por el III Congreso Internacional

Indigenista Interamericano que se reunió en La Paz, que a su vez,

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108

fue aprobado en el Perú en 1939 por el XXXIX Congreso

Internacional de Americanistas. Dicho alfabeto fue reconocido por

Decreto Ley N° 03820 del 1 de septiembre de 1954, firmado por el

Dr. Víctor Paz Estenssoro. El segundo alfabeto, el de los

protestantes, fue reconocido por el Gral. René Barrientos Ortuño

con el Decreto Supremo N° 8483, de 18 de septiembre de 1968. Este

alfabeto aymara, que salió precipitadamente, no deroga el anterior

Decreto y, como no podía ser de otra manera, se produce una

anarquía en el uso de alfabetos. Apareció el mismo año un tercer

alfabeto, por desacuerdo y porque el nuevo alfabeto oficial

técnicamente era inconsistente. Este último alfabeto fue elaborado

por Juan de Dios Yapita.

ALFABETO COLONIAL ALFABETO INDIGENISTA ALFABETO DE REVITALIZACION

Para evangelizar Para castellanizar y civilizar Para revitalización y desarrollo

de la lengua

Sustentadas por las iglesias Evangélica y Católica

Sustentada por los indigenistas y americanistas

Por el lingüista Juan de Dios Yapita

1968 1954 1968

Debido a las exigencias que surgían de las tres corrientes, para

llevar a cabo el plan de alfabetización de entonces, se tuvo que

pensar en la unificación de alfabetos tanto para el aymara como

para el quechua.

En 1983, a iniciativa del Servicio Nacional de Alfabetización y

Educación Popular (SENALEP) y ante la anarquía de uso

incoherente de una serie de alfabetos para encarar un plan de

alfabetización, con el apoyo y participación de organismos estatales,

académicos, sindicales y populares, se convocó a un Primer

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109

Seminario Internacional con el título de "Hacia una Educación

Intercultural y Bilingüe" con el fin de tratar una variedad de

problemas educativos, uno de los cuales fue "la anarquía de

alfabetos".

En dicho evento estaban presentes representantes de las

diversas entidades e instituciones. Para mejor información cito

parte del documento de divulgación del Ministerio de Educación y

Cultura titulado "Alfabeto único oficial para los idiomas aymara y

quechua", publicado en octubre de 1983, sobre la participación de

instituciones para la unificación de los alfabetos de aymara y

quechua. Textualmente dice:

El Ministerio de Educación y Cultura a través de sus

organismos especializados y descentralizados, Instituto Boliviano

de Cultura (IBC), Instituto Nacional de Antropología (INA), el

Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL), el Servicio

Nacional de Alfabetización y Educación Popular (SENALEP) y el

Proyecto Rural I de Cochabamba.

Las Universidades: "San Andrés" de La Paz, y "San Simón" de

Cochabamba, La Central Obrera Boliviana (COB) y la

Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de

Bolivia (CSUTCB). También participaron representantes de La

Comisión de Alfabetización y Literatura en Aymara (CALA),

ALFALIT Boliviano, EMELAT, Instituto de Lengua y Cultura

Aymara (ILCA), Centro de Investigación y Promoción del

Page 110: Libro 37 escritura aymara√ ok

110

Campesinado (CIPCA), Sociedad Bíblica, Instituto de Idiomas

Maryknoll y Radio "San Gabriel".

En la reunión de Cochabamba, se contó, además, con los

represéntenles del Proyecto de Educación Bilingüe de Puno, Perú,

(Ministerio de Educación Misión Alemana) INIDE y la Universidad

Católica de Ecuador (UCE)".

Este evento se llevó a cabo del 8 al 12 de agosto de 1983 en la

ciudad de Cochabamba, En esa ocasión, después de deponer toda

actitud intransigente y en aras de la unidad y por el compromiso de

trabajar por la recuperación de las lenguas aymara y quechua, se

unificó y se adoptó el nuevo alfabeto. Y para no extenderse más en

inútiles discusiones, se dio la posibilidad de usar las cinco vocales

castellanas con la esperanza de que con el tiempo se comprendiera

mejor el problema. Esto sucedió en el presente, pues mucha gente

empieza a comprender y tomar conciencia de un alfabeto con

perspectiva. El siguiente año, el alfabeto unificado fue reconocido y

oficializado bajo el D.S. N° 20227 del 9 de mayo de 1984,

derogándose anteriores disposiciones contrarias a dicho Decreto

Supremo, es decir a los anteriores decretos que reconocían alfabetos

de las lenguas aymara y quechua.

Actualmente todos escriben con el Alfabeto Único del Aymara

y Quechua, salvo alguno que aún mantiene el antiguo alfabeto

colonial, utilizando cinco vocales.

Page 111: Libro 37 escritura aymara√ ok

111

Pero hoy ya no es bien visto hablar de alfabetos sino de avanzar

y encarar otros problemas de escritura mucho más trascendentales

en la recuperación y normalización de la lenguas andinas. La pelea

de alfabetos es cosa del pasado.

C. El alfabeto oficial

El alfabeto es un conjunto de signos gráficos bajo un orden

convencional destinado a reflejar de una manera sistemática la

articulación de una lengua. Por tanto cada lengua tiene, para

escribir, un alfabeto convencional de acuerdo a sus características

fonológicas.

El alfabeto más usado es el Alfabeto Oficial, que fue reconocido

bajo el D.S. Nro. 20227 del 9 de mayo de 1984, derogándose

anteriores disposiciones (sic) contrarias a éste Decreto Supremo.

En Bolivia, después de una larga exigencia del pueblo,

recientemente, fue aprobado en la Cámara de Diputados y luego en

el Senado la Ley de Oficialización de las Lenguas Nacionales (las

lenguas: castellano, quechua, aymara, guaraní y unas treinta

lenguas más de Bolivia) y próximamente dicen las fuentes oficiales

se la promulgará como Ley de la Nación por el Señor Presidente de

la República.

El uso del alfabeto único y oficial se ha generalizado en forma

notable entre los aymaras. En menos de diez años la producción

Page 112: Libro 37 escritura aymara√ ok

112

escrita con este alfabeto ha sobrepasado lo que otros han hecho en

treinta años. Esta demostración cuantitativa y cualitativa dejaría

estupefactos a muchos.

Últimamente, frente a intentos aislados de modificar el alfabeto

único, en el "IV Congreso Internacional Académico de las lenguas

quechua, aymara y guaraní" que se realizó en los primeros días del

mes de octubre de 1992 en Cochabamba, se ratificó la vigencia del

alfabeto único y oficial de las mencionadas lenguas. Algunas partes

salientes del Boletín de la Academia, dice: "La institución académica

rescatará las conclusiones y recomendaciones de congresos,

seminarios, mesas redondas, talleres e investigaciones referidas a la

lingüística andina amazónica y la educación intercultural bilingüe.

Socializará experiencias y trabajos de investigación actual de la

lingüística, sociolingüística y temas afines. También apoyará a las

acciones de normalización lingüística en base al D.S. 20227/84, hacia

la implementación de la educación intercultural bilingüe, la

alfabetización y posta-alfabetización, conformar las Academias

regionales según las características lingüísticas de nuestro país"

(Boletín de la Academia de Lenguas Aymara, Quechua, Guaraní y

otras).

Finalmente, es más urgente abocarse a la producción e

investigación de temas que falta desarrollar, como la normalización,

el estudio de la semántica aymara y otras, que tratar temas ya

superados por la investigación científica en el tiempo.

Page 113: Libro 37 escritura aymara√ ok

113

D. Explicaciones técnicas

A continuación, detallamos las consonantes del citado alfabeto

de acuerdo al cuadro de los puntos de articulación en el Alfabeto

Fonético Internacional. Primero del aymara y luego del castellano.

a) Consonantes aymaras Labiales

Alveodentales Palatales

Velares

Postvelares

P t ch k q

ph th chh kh qh

P' t' ch' k' q'

s j x

1 11

m n ñ

w y

r

b) su comparación con el Alfabeto castellano (boliviano)

1) Fonémico (Consonantes fonémicos del castellano)

Labiales Alveodentales Palatales Velares

p t ch k

b d g

f1 s j

l ll

m n ñ

w y

r,rr

Page 114: Libro 37 escritura aymara√ ok

114

1 labiodental

Variantes en la escritura (variaciones fonéticas de las

consonantes castellanas)

Fonema Diversas escrituras k k, c (ante a, o, u), qu (ante i, e)

b b, v

g g (ante a, o, u) gu (ante i, e)

j j, g

s s, z, c (ante i, e)

w hu, v

y y. i

k+s x, cs, cc

Como se ve, en el alfabeto castellano la escritura de las

consonantes no es fonémica ni siquiera fonética. Por ejemplo la g

puede representar dos fonemas y cada uno de ellos se representa

además por otros signos: gu y j. Todo ello es el resultado de una

larga historia desde que el castellano fue evolucionando a partir del

latín.

Todo lo contrario pasa con las cinco vocales castellanas que sí

son impecablemente fonémicas, (Las expresamos con la doble barra

//),

Vocales:

/i/ /u/

/e/ /o/

/a/

Page 115: Libro 37 escritura aymara√ ok

115

b) Las vocales aymaras

Varios autores han usado las cinco vocales del castellano en la

escritura de las lenguas aymara y quechua como si fuesen la lengua

castellana o como si hubiera algún parentesco o tipología entre las

lenguas andinas y la indoeuropea castellana. "El sistema fonémico de

cada idioma es distinto." (Swadesh). De no haber ocurrido la

inversión de vocales en la comunicación de los hablantes aymaras o

quechuas, cuando se expresaban en castellano, no habría necesidad

de hablar sobre el problema. Es muy sabido que las personas que

han aprendido una segunda o tercera lengua siempre han

encontrado problemas en los sonidos diferentes e inexistentes en su

idioma. Las interferencias no sólo se dan en fonología sino también

en la sintaxis. Los ejemplos abundan en las expresiones de nativos

cuando se expresan en castellano o en extranjeros ingleses,

franceses, alemanes u otros cuando hablan el castellano. Pero

hechas las investigaciones científicas sobre la materia, se ha

comprobado que el aymara y quechua no tienen las cinco vocales

como el castellano, sino solamente tres /i/, /a/ y /u/ con varios

alófonos, variaciones o gradaciones. "Todos los lingüistas están de

acuerdo en que tanto el quechua como el aymara originalmente

tienen sólo tres vocales fonémicas /a, i, u/" (X. Albo).

Así lo habían intuido Bertonio, Torres Rubio y otros clásicos de

la época colonial al hablar de la dudosa existencia de las vocales e y

o, en aymara cuando la ciencia de la lingüística todavía no había

nacido. Actualmente se sabe que el aymara tiene fonéticamente

Page 116: Libro 37 escritura aymara√ ok

116

ocho o nueve vocales a nivel de variaciones pero sólo tres vocales

fonémicas, con significado propio.

La fonética es la descripción de las realizaciones concretas de la

lengua con sus aspectos suprasegmentales de las que resultan los

alófonos, y/o variaciones, y éstos aún pueden variar mientras que la

fonémica describe las unidades diferenciadoras de significado. Aquí

interesa la distinción de significado y función que cumple una

unidad fonémica y es indivisible.

Veamos algunos contrastes entre lo fonético [ ] y lo fonémico / /:

fonética fonémica

[i] [u] /i/ /u/

[T] [v]

[e] [a] [o] /a/

[E] [A] [O]

Veamos algunos ejemplos en la escritura fonética y fonémica: [isi] ropa, /isi/

[p'IqE] cabeza, /p'iqi/

[ñeq'E] barro; /ñiq'i/

[k'ara] salado, /k'ara/

[q'Ara] pelado; /q'ara/

[ñuku] bozal, /ñuku/

[t'UqO] clueca, /t'uqu/

[p'oqO] cana. /p'uqu/

Page 117: Libro 37 escritura aymara√ ok

117

Además aunque uno escriba [p'IqE, p'iqe, p'eqE, p'iql, p'íqi], la

palabra aymara no cambia de significado. Pero, en castellano, estas

variantes suponen cambios de significado, es decir, son fonémicas.

Ejemplos; socio, sucio; mesa, misa; piso, peso, etc.

Las vocales abiertas e y o y sus variantes normalmente, en

aymara sólo se producen con las cuatro consonantes postvelares,

debido al punto de articulación en que se encuentran estas

consonantes. Prácticamente el aymara hablante no percibe ni

mínimamente las variaciones internas de las tres vocales.

"A veces el investigador del idioma autóctono es un fonetista a

la antigua, que sabe analizar pero no sintetizar" (Swadesh). Un

sociolingüista decía: "...la mera presencia de alófonos no justifica la

adopción de letras distintas. Llevados por este principio, en

quechua y aymara no llegaríamos a cinco sino a ocho, diez o más

vocales (!). Un hablante de castellano sólo percibe cinco, pero un

inglés detectará fácilmente otras muchas variantes, Tampoco vale el

argumento pedagógico para la transición al castellano. El contraste

e/i, o/u no se detectará precisamente en los alófonos sino en los

contrastes de sentido, y ello ocurrirá ante todo en el aprendizaje del

castellano como segunda lengua" (Albo).

Para los docentes universitarios usar cinco vocales en la lengua

aymara, sabiendo que no es así, “es un descrédito”, decía un

lingüista de una prestigiosa Universidad.

Page 118: Libro 37 escritura aymara√ ok

118

3. LOS DICCIONARIOS

Un diccionario es un libro con descripción de cada palabra y

sistemática y alfabéticamente ordenado el vocabulario de una

lengua.

La compilación de diccionarios, vocabularios y glosarios

constituye una tarea ardua y difícil. Para no extender más, diremos

que hay diccionarios mono o bilingües o multilingües,

especializado o especial, histórico o etimológico, orto épico y

ortográfico, fraseológico, estilístico o idiomático, de dialectos, de

palabras extranjeras, de acentuación, de sinónimos, etc.

Todos los diccionarios llamados aymaras ya publicados de la

Colonia al presente son diccionarios bilingües aymara - castellano o

a la inversa.

La elaboración de un diccionario aymara monolingüe hasta

1986 es un hito en la historia de la lengua aymara. Primero, porque

es enfrentarse, con la presentación de cada vocablo, con conceptos

propios. Es romper un esquema bilingüe a una lengua materna

propia. Este modelo, de hecho nos conduce a buscar definiciones

propias antes que traducción de descripciones ajenas. Lo hicimos en

ése año y no logramos publicarlo hasta 1996. Sin embargo esta obra

constituye un valioso instrumento de toma de conciencia de

identidad para los estudiosos y estudiantes de esta lengua. Desde

esa perspectiva amplía el horizonte del idioma aymara,

Page 119: Libro 37 escritura aymara√ ok

119

comprendiendo los sinónimos y antónimos, recupera las palabras

en su exacto sentido y sus significados enriqueciendo el

vocabulario.

Los diccionarios bilingües aymaras son generalmente para

aprender la lengua y en su generalidad están dirigidos a los que

están aprendiendo esta lengua. Algunos, los más antiguos o los que

están escritos desde la perspectiva y conceptos del castellano son

obsoletos, además es de difícil alcance para el manejo de los

profesores, estudiantes y promotores.

En este sentido, la elaboración de un diccionario, siquiera,

básico aymara, desde el punto de vista de la cultura aymara es de

gran utilidad, no solamente porque es único en su género sino,

particularmente, porque tiene la visión de revalorizar la identidad

aymara y nacional.

El orden alfabético para las entradas en aymara en los

diccionarios es el siguiente: a ch chh ch' i j k kh k' 1 11 m n ñ p ph p'

q qh q' r s t th t' u w x y

Además existe un alargamiento vocálico (") que, como su

nombre lo dice, alarga a cualquiera de las tres vocales del aymara,

que fonológica y gramaticalmente puede cambiar de sentido de las

palabras.

Page 120: Libro 37 escritura aymara√ ok

120

A. Diccionarios clásicos coloniales

El más antiguo es el "Vocabulario de la Lengua Aymara" de

Ludovico Bertonio; publicado en 1612; que alcanzó varias ediciones

(1612 Francisco de Canto, 1879 Leipzig, 1956 Don Bosco, 1984

Musef, 1993 San Gabriel, 2005 Arequipa y 2008 UMSA realmente

digno de estudio.

El Vocabulario Aymara de Ludovico Bertonio (1557/1625), fue

publicado en 1612; impreso en la Compañía de Jesús de Juli, en la

provincia de Chucuito por Francisco del Canto. En realidad, esta

obra de Bertonio, es el primer diccionario aymara.

Otro de los lexicógrafos coloniales es Diego de Torres Rubio

que en 1616 publicó un manual de aymara. Aunque ésta es una

gramática, sin embargo lleva anexa un " Vocabulario breve

aymara", como su autor lo llama. Esta obra también fue publicada

en la Imprenta de Francisco de Canto en Lima. Luego tenemos a

varios lexicógrafos.

De las anteriores ediciones se puede realzar dos hechos.

Cuando en el país se subestimaba y se veía al aymara como un

dialecto de una tribu salvaje, en Europa, los alemanes hicieron la

segunda edición, no facsimilar, sino transliterando, copiada letra

por letra trabajo muy moroso de este diccionario. En 1879, en dos

tomos, y junto con la gramática fueron publicados por Julio

Page 121: Libro 37 escritura aymara√ ok

121

Platzman en una hermosa edición, en la ciudad de Leipzig, en la

casa editora de B.G. Teubner.

En 1945, otro alemán, el insigne antropólogo Arthur Posnansky

planeó publicar el "Vocabulario de la lengua aymara" de Ludovico

Bertonio, en la misma forma que publicara la obra de Guarnan

Poma de Ayala en cuatro números del Boletín de la Sociedad

Geográfica efe La Paz. Empezó publicando un primer fascículo en

el Boletín No, 68 hasta la página 48; prometiendo continuar en el

siguiente número, lo que nunca aconteció.

Al cabo de once años del intento y publicación de la tercera

edición por Posnansky, la Editorial "Don Bosco", en 1956, publicó

en facsímil y en un solo volumen el "Vocabulario de la lengua

aymara" de L. Bertonio. Posteriormente, este incunable alcanzó el

2014 la séptima edición, unas veces edición facsimilar y en otras

transliteradas, a cargo de varias instituciones.

B. Diccionarios y vocabularios post-clásicos

Se llaman postclásicos a los posteriores diccionarios coloniales.

Aquellos diccionarios, me refiero a los diccionarios posteriores a

Gonzales Holguín y Bertonio, que jamás serán igualados. Si lo

hacen serán en tamaño y magnitud del diccionario, pero en el

tiempo siempre serán superiores y muy meritorios. Porque de una

u otra forma, mal o bien reflejan los vocablos aymaras de la época.

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122

Por tanto aquí tratamos de los diccionarios aymara que se han

elaborado posteriormente a aquellos colosos, sea en base a sus

cosechas y con las nuevas investigaciones, sea enteramente escritos

desde otra perspectiva y cual sea su magnitud.

En Bolivia Juan Enrique Ebbing, Manuel Rigoberto Paredes,

Pedro Miranda S.J., así mismo la Iglesia Evangélica CALA tiene un

breve diccionario, como el Instituto de Idiomas de los Padres de

Maryknoll y Manuel De Lucca. Hans van den Berg publicó en

Iquitos un "Diccionario Religioso Aymara", obra única en su género

y por cierto muy valiosa por los datos que aporta. En 1990

aparecieron dos obras que sin duda tienen su valor; la UMSA-OEA

publicaron un "Léxico Pedagógico " asimismo Erasmo Tarifa

publica su Diccionario Aymara.

En Puno - Perú, Mario Franco Inojosa, el Proyecto Experimental

de Educación Bilingüe -Puno (Convenio Perú - República Federal

de Alemania), Juan Luis Ayala Loayza, sin contar las últimas

novedades bibliográficas referentes a instrumentos lingüísticos de

las lenguas indicadas tanto de Bolivia, Perú y Chile.

a). De la época republicana

En 1966 el peruano Mario Franco Inojosa publica en Puno-Perú,

una versión modernizada del libro de Torres Rubio. La

actualización fue hecha en el alfabeto aprobado en 1939, en Lima,

por el XXVII Congreso Internacional de Americanistas que se llevó

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123

a cabo en dicho año en Perú. El vocabulario en sí no es completo y

el mismo Torres Rubio dice que son "los vocablos más comunes,

que ordinariamente usamos". Pese a ello, la obra de Torres Rubio,

constituye un trabajo muy importante por cuanto los documentos

de aquella época son escasos.

En 1917, Juan Antonio García S.J. publica una gramática en base

a una de las obras de Bertonio, la que lleva un vocabulario que su

autor llama "Silva de frases".

En Puno-Perú, en 1965, Mario Franco Inojosa publicó un "Breve

vocabulario castellano aymara" que es elemental y contiene, además

de lexemas comunes, vocablos nuevos del aymara lupaka.

Juan Enrique Ebbing, en 1965, publicó su "AIMARA, Gramática

y Diccionario". Como su título lo dice en dicha obra va incluida un

diccionario, es elemental y este está dirigido para los que se

proponen aprender el idioma aymara.

En 1970 la Revista PUKARA, entonces de la Prefectura de La

Paz, publica un "Vocabulario de la lengua aymara" que fue escrita

por Manuel Rigoberto Paredes y fue fichado por Paul Rivet en su

estadía en La Paz en 1954. Dicho vocabulario también circuló, en

1971, en separata publicada por Ediciones ISLA.

El mismo año, 1970, Pedro Miranda S. J. publicó su "Diccionario

Breve Castellano Aymara y Aymara Castellano". Este trabajo creo

que no es breve, como modestamente lo llama su autor, pues no

Page 124: Libro 37 escritura aymara√ ok

124

será muy abundante en términos, pero tiene un alto contenido

antropológico difícil de hallar en otros diccionarios, aunque, como

todos, fue escrito con fines religiosos.

En la época también aparecen varios vocabularios o

diccionarios breves como: los de CALA (1976), ILCA (1974) e INEL

(1978).

El Instituto de Idiomas de los Padres Maryknoll, en 1978, editó

un diccionario de uso interno. Su característica es que todas las

entradas lexicales son ejemplificadas, lo que ayuda a los que están

aprendiendo dicha lengua.

En 1983 Manuel De Lucca con la cooperación de Misión Alianza

de Noruega publicó en la Imprenta de CALA un "DICCIONARIO

Aymara Castellano, Castellano Aymara". Esta obra se nutre de la

investigación de campo y del vocabulario de Bertonio.

Posteriormente, en 1987, en una versión resumida lo publica la

Editorial "Los Amigos del Libro". Uno de los méritos de esta obra es

citar el lugar de la fuente donde fue hallado el léxico, dato muy

importante para un estudio de dialectología.

En Perú Juan Luis Ayala Loayza, en 1988, publica un

"Diccionario Español Aymara Aymara Español" que muy bien

completa el panorama léxico del aymara del antiguo Chucuito.

Erasmo Tarifa Ascarrunz publicó con el apoyo del Convenio

"Andrés Bello" un "Diccionario aymara castellano" con lo que,

Page 125: Libro 37 escritura aymara√ ok

125

últimamente, se están incrementando notablemente los diccionarios

aymaras.

b). Diccionarios modernos

Para calificar de modernos a los instrumentos lingüísticos

tomamos tres requisitos fundamentales; 1.- que esté elaborado

desde la perspectiva lingüística; 2.- que esté escrito en el Alfabeto

Único, 3.- que esté escrito desde la perspectiva de la lengua y

cultura aymara y 4.- que sea novedad y/o haya tenido éxito.

El Proyecto Experimental de Educación Bilingüe Puno

(Convenio Perú República Federal de Alemania) también publicó

un "DICCIONARIO Aymara Castellano" en 1984. Esta obra refleja

una serie de variantes dialectales que enriquece la lexicografía

aymara. Escrito y producto de las experiencias de educación

bilingüe desarrollado en esos años en Puno-Perú.

En 1985 Hans van den Berg publicó en Iquitos un "Diccionario

Religioso Aymara", obra única en su género y por cierto muy

valiosa por los datos que aporta. Este será un hito para que en el

futuro se escriban diccionarios especializados de la lengua aymara.

Otro de los libros que sale de la rutina es el “Aymara aru pirwa”/

“aymara arunaka thaqhañataki”, escrito por Félix Layme. Publicado en

el año 2002 con el auspicio del Unicef. Es un diccionario aymara

monolingüe, es decir todas las entradas y definiciones

Page 126: Libro 37 escritura aymara√ ok

126

terminológicas están desarrolladas enteramente en lengua aymara.

Por este hecho es el primero y único en su género en Bolivia en

dicho idioma.

Como penúltimo tenemos, otra vez, el “Diccionario

Bilingüe/Aymara-Castellano” de Félix Layme Pairumani, respetado

por su volumen y capaz de responder con éxito a todas las

consultas. Habiéndose publicado la primera edición en 1993, en

solo 22 años ha alcanzado cinco ediciones a 2015. La primera a

cargo de Presencia en 1993, la segunda por Reforma Educativa en

1996, la tercera a cargo del Concejo Educativo Aymara en 2004, la

cuarta edición estuvo a cargo de Ediciones Biblos de Cochabamba

en 2011 y la quinta edición por la editorial Osel-Book en 2015.

Mientras con excepción de Bertonio, todos los diccionarios no salen

de su primera edición.

Para finalizar, en 1990 han aparecido dos obras que sin duda

tienen su valor; la UMSA y OEA publicaron un "Léxico Pedagógico"

en el que proponen una terminología pedagógica aymara para

adoptarlo en el quehacer educativo.

c. Diccionarios aymaras inéditos

Es difícil saber al presente la cantidad exacta de diccionarios

aymaras inéditos. Nunca se ha realizado un trabajo sobre el tema

por lo que trataremos aquí muy aproximada y brevemente.

Page 127: Libro 37 escritura aymara√ ok

127

En primer lugar tenemos a Carlos Felipe Beltrán (1816 1898),

este admirable religioso, aparte de haber publicado un considerable

número de folletos religiosos en quechua y aymara, dejó inédito un

"diccionario aymara español". Esto lo podemos saber para el

registro que dejó el científico francés Paul Rivet, quién escribió en la

revista Kollasuyo (nº 68, 69 y 70) sobre Carlos Felipe Beltrán. No

sabemos al presente dónde se halla dicha obra. Es importante

porque Beltrán, con seguridad, conocía bien y reflejaba las variantes

dialectales de Oruro, Potosí y La Paz de la época, es decir del siglo

XIX.

Se sabe también que Nicolás Acosta (1844 1893) dejó inédito un

"Diccionario de la Lengua Aymara". Esto lo dice Arturo Costa de La

Torre en su obra "Catálogo de la Bibliografía Boliviana" pero no

tenemos datos sobre el número de léxicos con que cuenta ni en el

lugar donde se encuentra. Sólo se sabe que, después de la muerte

del autor, su biblioteca fue vendida a una Universidad de los

Estados Unidos.

El historiador José Rosendo Gutiérrez (1840 1883) también

había dejado inédito un "Diccionario de la Lengua Aymara" que se

halla en la Sección Archivo de "José Rosendo Gutiérrez", en la

Biblioteca de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz

(comunicación de Don Antonio Paredes Candía).

Carlos Bravo (1849 1902) siendo uno de los fundadores de la

"Academia Aymara", en 1900, dio noticia y sometió ante la

Academia, para su examen y corrección un "Vocabulario Aymara

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128

Castellano y Castellano Aymara" y un "pequeño diccionario de los

modismos de la lengua aymara". Examinando los datos, parece que

no es más que una corrección y actualización del Vocabulario de

Ludovico Bertonio.

El inquieto profesor Felipe Pizarro García (1877 1941) también

aparece, en la obra de Costa de La Torre, como autor de un

manuscrito con el título de "Diccionario Aymara Español". Sin

embargo, en el Boletín de la Sociedad Geográfica de La Paz (n° 65,

p. 112), en una nota de homenaje póstumo al profesor Pizarro, en la

enumeración de sus trabajos, no se hace mención a dicha obra.

También tenemos datos de un trabajo inédito de Nemesio Iturri

Nuñez (1900? 1959) con el título de "Diccionario de la Lengua

Aymara. Según informaciones de Paredes-Candia, la mencionada

obra "tiene más de 20,000 voces" y dizque sus familiares conservan

aún dichos manuscritos.

Finalmente, Luis Soria Lenz (1898 195?) habría dejado un "Breve

Diccionario Castellano Aymara y Aymara Castellano".

Esto en relación a los estudios hasta antes de los años setenta.

De los actuales estudiosos no tenemos datos, es posible que se estén

trabajando sobre los instrumentos lingüísticos aymaras con más

dedicación, esta vez, por parte de los propios investigadores de esta

lengua.

Page 129: Libro 37 escritura aymara√ ok

129

4. GRAMÁTICAS AYMARAS

¿Definición de gramática? Primero consultemos con la Real

Academia Española (RAE). En primera instancia nos dice que es el

“Arte de hablar y escribir correctamente una lengua.” No nos dice gran cosa.

En una segunda instancia nos dice: “Aquella en que se trata de los

principios generales o fundamentos de todos los idiomas.” Más o menos está

claro. Pero consultemos con un diccionario de la especialidad de

lingüística. Acudamos a Lewandowski, pero éste nos lleva a un

caos inaudito, lo único que pude rescatar de éste es: ―—construcción

lingüística, estructura inmanente del lenguaje, el sistema de reglas en funcionamiento que subyace al lenguaje; —conjunto de las reglas, de las posibilidades de una lengua, representadas –> en una teoría de la gramática como –>modelo y teoría parcial de una –>teoría del lenguaje, o como teoría lingüística

universal.” (Op. cit. p. 158). Para mí es más fácil entender en el

Diccionario de Gabino Ramos “Ciencia que estudia la estructura [de un

idioma].”(sic.).

Estos datos son importantes de saber antes de entender qué es

una gramática, puesto que sabiendo muy bien del tema se puede

reflejar la naturaleza de la estructura de un idioma y no tomar

moldes o modelos de otra lengua sí o sí, sino observando,

analizando y reflejando lo extraordinario y raro de los componentes

estructurales de un idioma. Esas diferencias son las que no

debemos inhibir ni pasar por alto, porque esa puede ser la riqueza y

en fin una nueva forma diferente de ver el mundo o su mundo.

Page 130: Libro 37 escritura aymara√ ok

130

En la Bibliografía describo, especialmente, a los estudiosos de

las gramáticas aymaras, por supuesto todos con su manera de

pensar y ver el mundo aymara. Todo esto es complejo cuando se

quiere encarar una educación bilingüe, quiero decir que no siempre

se encuentran los más confiables. Sin ánimo de influir en nada al

respecto, más al contrario sólo de información histórica, menciono a

los principales trabajos en esta rama.

Nuevamente tenemos a Ludovico Bertonio que ha publicado

varias gramáticas, unas tres versiones de 1603 a 1612, una de ellas

fue publicada nuevamente en Alemania 1879. Luego tenemos a

Diego de Torres Rubio (1616), Helen Roos, Juan Enrique Ebbing,

Erasmo Tarifa, Martha Hardman-Vasquez -Yapita, Rodolfo Cerrón-

Palomino, Saturnino Gallego, Donato Gómez y José Condori.

Unos hicieron dichos instrumentos desde la perspectiva del

latín, especialmente los coloniales, otros del castellano, unos muy

técnicos y los otros intentan realizar desde la perspectiva andina y

didáctica.

Existen varias gramáticas que los occidentales nos han llevado

por el camino de la homogeneización en todo. En los hechos, de

acuerdo al tiempo transcurrido, tenemos varios tipos de gramáticas

aymaras y quechuas. Esto, si se analiza con ojos andinos, me parece

muy rico para entender cómo funciona la gramática de la lengua

aymara.

Hoy ni el español pretende normas únicas. En el IV Congreso

Internacional de la Lengua Española se presento un proyecto –Lía

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131

Varela y Jaime Otero– de elaboración de una Gramática descriptiva

de la lengua española basada en la noción de “norma poliédrica” y

ya no de norma única, para la lengua común.

A. Gramáticas Aymaras publicadas

Las gramáticas de la lengua aymara tienen una historia larga

como cualquiera de las lenguas del mundo. Al presente existen

unas doce gramáticas de dicha lengua. Algunas, las más antiguas,

están escritas tomando como modelo el latín o el castellano, como

las gramáticas escritas después de la independencia e incluso aún

en la era republicana, como el caso del “Suma Lajjra Aimara

Parlaña” publicado en 1969. Algunas, muy pocas, desde la

perspectiva científica. Aún no se ha escrito una gramática aymara

desde la perspectiva de la propia lengua menos para el uso de los

propios hablantes. Las gramáticas escritas hasta los años ochenta

eran para sacerdotes, para los lingüistas o para que los gringos que

quieren aprender el idioma aymara o quechua, pero nunca fue para

los propios indígenas.

Reitero, las gramáticas aymaras y quechuas siempre han sido

escritos, en su mayoría, para responder a los requerimientos

coloniales, en especial religiosos. Aun la misma ciencia de la

lingüística ha servido para ese propósito (Véase Helen Ross por

ejemplo). Uno que otro ha sido construido con un propósito

enteramente científico, por ejemplo la gramática aymara de

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132

Hardman que es para enseñar a otros lingüistas. Esto está claro en

su terminología especializada que utiliza para explicar.

Sin embrago, últimamente aparecen varias gramáticas,

pretendidamente escritas desde la perspectiva y con propósitos de

desarrollar la lengua. Son de los propios hablantes de la lengua

aymara. Y otros, por extranjeros que al querer aprender el idioma y

por tanto anotar las reglas pasaron a estructurar una gramática

(caso J. A. Ebbing y Saturnino Gallego). Y no ha faltado alguno que

otro, reitero, ha embutido el aymara al molde latino del castellano

(caso Erasmo Tarifa).

B. Gramáticas coloniales

AUTOR F. EDICION TITULO Años de

reedición Objetivo Lugar de edición

Ludovico Bertonio

1603 Arte breve de la

lengua aymara

1879 Religioso Roma/Leipzig

Ludovico

Bertonio

1612 Arte de la lengua

aymara

¿? Religioso ¿?

Ludovico Bertonio

1612 Arte de la lengua aymara con una silva

de frases

Juli/202 Religioso Cochabamba

Diego de

Torres R.

1616 Arte breve de la

lengua aymara

1966 Religioso Juli/Lima

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133

C. Gramáticas Post-clásicos

AUTOR F. EDICION TITULO Nº de edición

Objetivo Lugar de edición

Ernest W. Middcndorf

1890 Gramática aymara (en alemán)

1 científico Alemania

Juan Antonio García

1915 Gramática aymara 3 Religioso La Paz

Germán Villamor

1945 Gramática aymara y quechua

1 Turístico? La Paz

Helen Ross

1954 Rudimentos de la lengua

aymara

1 Religioso La Paz ¿?

Juan enrique Ebbing

1965 Gramática y diccionario aymara

2 Aprender el idioma

La Paz

Erasmo Tarifa Ascarrunz

1968 Gramática de la lengua aymara

1 Castella-nización

La Paz

Instituto de Idiomas Maryknoll

1978 Introducción a estudios preliminares de la gramática aymara

1 Enseñanza Cochabamba

D. Gramáticas Modernas

Reiteramos, para considerar y calificar a un trabajo como

modernos instrumentos lingüísticos tomamos tres parámetros que

creemos son fundamentales. Uno que esté elaborado desde la

perspectiva lingüística, dos que esté escrito en el Alfabeto Único

que sea de mayor uso y tres que esté escrito desde la perspectiva de

la lengua y cultura aymara.

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134

AUTOR F. EDICION

TITULO Nº de edición

Objetivo Lugar de edición

Martha Hardman de Bautista

1987? Compendio de estructura fonológica y gramatical del idioma aymara

1 científico La Paz

Donato Gómez B. y José Condón

1991? Morfología gramatical de la lengua aymara

2 científico La Paz

Juan Carvajal Carvajal

1989 Estructura gramatical de la lengua aymara

1 Investigación.

La Paz

Félix Layme Pairumani

2002 Gramática Aimara/Para maestros de educación intercultural bilingüe

2 Pedagógico La Paz

E. Gramáticas aymaras inéditas

En cuanto a gramáticas se refiere podemos afirmar con

seguridad que fueron menos estudiadas quizás porque la lengua no

se habla por la gramática. Pero de todos modos para los maestros y

estudiantes aymaras y quechuas es importante estudiar la

gramática para recuperar la lengua además de la cultura.

Los que hemos aprendido a hablar el castellano por el método

de "castellanización a raja tabla", tenemos serios problemas cuando

nos expresamos en dicha lengua y aun en ambas lenguas. Esto no es

ninguna novedad, puesto a muchos estudiosos como Ana Irahola

(lingüista española), en 1992, en sus transcripciones de castellano de

los maestros de área quechua y aymara hacía notar la sintaxis del

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135

castellano y la sintaxis de un castellano entreverado con el aymara.

El referido estudio es en realidad una tesis que ojalá pueda ser

publicada y podamos confrontar el origen de nuestros errores.

Sin duda realizar estas obras es muy complicado. Se necesita

conocer la lengua y cultura aymara en profundidad, pues las

características de la tipología aymara no son como del castellano, en

su caso son opuestas. La lengua castellana es una lengua flexiva y

hasta cierto punto aislante y la lengua aymara sufijante y pertenece

a la rama de las lenguas aglutinantes, lo mismo que el quechua.

Y para terminar esta parte cito lo que dije en 1992, en el

diccionario aymara que publiqué en PRESENCIA, sobre algunas

características culturales que mantengo:

El aymara y castellano, reitero, son lenguas tipológicamente

opuestas, la una pertenece a las lenguas aglutinantes (sufijante) el

otro es aislante-flexivo. Mientras el primero funciona solamente con

sufijos, el otro necesita de afijos, prefijos, sufijos e infijos. Alguna

vez dije: "La primera reconoce tres personas gramaticales y la segunda cuatro; la

una tiene género gramatical y la otra no. Pero, quizá lo más diferente sean la forma en la que el aymara y el castellano hablante entienden y estructuran la realidad: Los puntos de partida son otros, la ideología otra, el entendimiento del mundo y de las cosas otro. Por éstas y otras características lingüísticas, no es fácil hacer un

diccionario bilingüe, especialmente, cuando la lengua de entrada es el castellano".

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136

5. MANUALES ORTOGRÁFICOS

Todos se atrevieron a la creación de alfabetos. Existen más de

veintidós alfabetos, pero no existen otros tantos de diccionarios y

gramáticas, menos manuales de ortografía. Toda esta producción ha

sido elaborada por autodidactas en la lengua o si se quiere de gente

de otra especialidad. Los lingüistas son autores en una ínfima

minoría y, generalmente, su producción casi nadie lee. Por eso su

trabajo, seguramente, se publica en pocos ejemplares y parece que

son solo para especialistas y no tienen efecto directo en la política

lingüística ni en las acciones políticas a favor de una lengua

oprimida.

La ciencia sin la política no sirve para nada, como tampoco

sirve la política sin la ciencia. Estas dos instancias deben

complementarse, ahí estamos los vulgarizadores de la ciencia. Los

resultados científicos hay que ponerlos en claro y didácticamente

para el pueblo. Esa es nuestra tarea, ahora y en el futuro.

Si bien la gramática muestra la estructura de la lengua y reglas

generales de una lengua, la ortografía va más allá en la lengua

aymara. No solamente es la pronunciación cuando se habla de

ortografía, sino toca otros componentes como las reglas de

escritura. De ahí que es urgente leer sobre este tema para tener

dominio de la lengua aymara, en especial para traductores,

escritores, poetas y hasta para los locutores aymaras, más para éstos

últimos puesto que deben hablar al público en lenguaje perfecto y

no en un lenguaje mezclado entre aymara y castellano como hasta

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137

ahora se ha procedido. Por otra parte, también se debe recalcar que

esta tarea es tan difícil en una situación como la nuestra donde la

interferencia gramatical del castellano campea en la oralidad

aymara. Esto debido a que la expresión oral de cualquier lengua es

espontanea y es muy difícil controlar el subconsciente para

expresarse correctamente en un idioma.

No es como la forma escrita donde se dispone de tiempo para

consultar diccionarios, existen borradores para corregir. La forma

oral no tiene ocasión para esos recursos. Por eso los locutores

aymara deben tener el máximo cuidado de propalar su mensaje en

un aymara correctamente expresado. La radio también enseña, toda

expresión de una radio emisora es escuchada e imitada por la

audiencia. Si tal o cual locutor se expresa de una manera incorrecta,

el público muchas veces imita dicha expresión y se hace el efecto

reproductivo de una forma incorrecta de hablar el aymara.

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138

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139

IV

El DESARROLLO LITERARIO AYMARA

Introducción

El desarrollo de la Literatura Aymara desde tiempos antiguos al

presente se fue convirtiendo en un tema complejo. Me limitaré a

esbozar los componentes más sobresalientes del tema desde la

perspectiva indígena y sin afanes académicos o científicos sino más

bien desde una posición más empírica, de uno que busca el

desarrollo y la producción literaria en esta lengua. Porque si uno se

esfuerza desde la perspectiva académica, además de no serlo, no

tendría la fuerza motivadora con que se ha estado haciendo desde

el anarquismo lingüístico, más aún con la vulgarización de

conocimientos científicos. Además reitero, para mí, la ciencia sin

política no sirve para nada. Es como descubrir al delincuente y no

hacer nada por la justicia. En esta vía es más efectivo el empirismo,

que es simultáneo con la política.

El mecanismo de escritura no era lícito para los indígenas y por

eso no se ha desarrollado propiamente la literatura aymara. En toda

la Colonia y aún en el primer Siglo de la era republicana era estéril

la producción literaria aymara, salvo excepciones como la de

Waman Puma de Ayala o Vicente Pazos Kanki que publicaron su

producción intelectual en la Colonia. En la era republicana son

también excepciones los trabajos de Carlos Felipe Beltrán y Víctor

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140

Ibáñez, con su CHACHAPUMA. Novela de costumbres indígenas

del tiempo del Imperio Aymara, en 1919.

Los precursores se gestaron en el centenario de la República de

Bolivia. El mismo Ib{ñez en 1930 publica el “Aukakallu”. En 1931

se funda Warisata y empieza a deciparse el ambiente del

oscurantismo de los tiempos difíciles. Los cambios paulatinamente

desembocan en la Revolución del 52. De ahí en adelante se abre un

mundo de incógnita ¿qué hará el pueblo aymara ya sabiendo leer y

escribir?

Incentivado por instituciones religiosas y organismos no

gubernamentales (San Gabriel, CIPCA, QHANA, etc.) se ha visto un

protagonismo expectable y prometedor. Así mismo, la participación

de líderes es evidente en cuanto a una especie de participación en la

poesía protesta.

Durante los últimos veinte años 1980 a 2000 he visto que

muchos, justamente por temor al descrédito, no hacen ni dejan

hacer el ejercicio intelectual y la libertad de expresión en la

producción literaria, en las propias investigaciones ni en las

especulaciones sobre el mundo andino. Es decir no ven con buenos

ojos, tanto los investigadores profesionales indígenas y no

indígenas, aquello que hacen los empíricos andinos. Creen que esta

forma de hacer investigaciones y las luchas culturales no tienen

importancia aunque no para un Arturo Orías, Ramiro Condarco

Morales y Jorge Ovando Sanz que son materia y temas de

investigaciones académicas. Peor aún, a los profanos les sacan de

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141

quicio si los empíricos andinos se manejan todavía en la lógica

propia del mundo andino.

Lamento mucho, pero eso es lo que he percibido de los

académicos citadinos en los últimos cuarenta años.

1. PROLEGÓMENOS ACLARATORIOS DE LA LITERATURA

A. Definiciones:

Literatura, en términos etimológicos, es el conocimiento y uso

de las "letras", es decir del lenguaje escrito. Con ello se quiere decir

que cualquier expresión escrita es literatura. Eso me ha referido el

antropólogo Xavier Albó.

Sin embargo, en términos propiamente literarios, desde un

punto de vista más apropiado, se considera literatura al arte bello

que emplea como instrumento la palabra. Es la lengua como

expresión de arte. Literatura andina es toda expresión bella, oral o

escrita. Sobre todo ahora, de la misma manera que la forma literaria

escrita, se resalta también el valor de la literatura oral y por

supuesto que la oralidad es el origen de lo escrito. En este trabajo

nos abocaremos más a esta segunda parte, el lenguaje bellamente

escrito. Aunque ya desligándonos de los cánones lingüísticos,

porque Rolando Barthes nos advierte, sabiamente.

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142

“En esos momentos puede decirse que entre la literatura y el lenguaje no

queda ya ninguna zona común de reflexión: la literatura ya no se siente lenguaje, excepto por lo que respecta a algunos escritores precursores, como Mallarmé, y la lingüística reconoce no tener sobre la literatura más que algunos derechos, muy limitados, encerrados en una disciplina filológica secundaria, la estilística, cuyo

estatuto, por otra parte, resulta incierto.” (Barthes, 1994, p. 23)

En el mundo aymara existen variadas formas de expresiones

bellas muy dignas de ser tomadas en cuenta por su profundidad en

el tema y sobre todo por su forma expresiva, que suelen repetirse en

forma oral unas más que otras. Si se repiten muchas veces es que

cumplen su función social y cultural. Se manifiestan en las

actividades más variadas de una comunidad. A eso se llama

«literatura oral» por no existir otra expresión más precisa ya que,

unir dos elementos, como son la oralidad y la literatura, es

contradictoria de por sí. Una cosa es lo oral (expresión espontánea)

y la literatura (arte de la bella palabra escrita). Desde una lógica

tetraléctica, resultaría literatura oral y literatura escrita en términos

aymaras, una armonización de elementos contrarios, es una

solución lógica muy propia del aymara. Una vez que estas ya son

escritas pasan a ser, de alguna forma, literatura.

La literatura aymara, desde el punto de vista del arte de la bella

palabra escrita, se refiere entonces justo a las tantas y variadas

versiones de cuentos, leyendas, mitos, canciones y oraciones

rituales, tanto del pasado como del presente. Son las

manifestaciones sociales y culturales escritas que entretienen,

divierten, deleitan, hacen sentir, reír o llorar. En fin, son expresiones

bellas del alma, del pueblo, que es el complemento perfecto del

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143

currículo escolar de la nueva educación. En especial para el

desarrollo armónico del alma para el desarrollo cultural y espiritual

de un pueblo. Estas manifestaciones, por supuesto, forman parte de

un conjunto holístico mucho más grande de actividades sociales

aymaras. Pero además, dentro de esa globalidad, se considera

probable la existencia de varias formas de escritura en las culturas

indígenas pre-hispánicas. Ellas también reflejan de la misma

manera la expresión literaria oral, en la que, después de siglos de

sometimiento, la cultura aymara muestra tener en principio la

'literatura oral'.

Hace algunos años, se ha mostrado en una antología de

literatura aymara, un panorama más o menos completo, sobre el

tema, con el aporte de diferentes contextos. Se espera que en el

futuro se realicen estudios de todos los géneros literarios aymaras.

En todo caso, recién se está empezado a estudiar en detalle las

piezas de literatura indígenas.

B. La fiesta trabajo-aymara

Una de las características culturales aymaras es que, es un

pensamiento holográfico. Es decir, es una cultura en la que todo es

global o total, lo segmentario no es relevante. Esto es muy claro

cuando se toca un aspecto como la ritualidad; junto con ella se

engloba de manera automática otros componentes como la música,

la danza, la producción, la poesía, oraciones en fin su totalidad.

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144

La intromisión hispana, destruyó gran parte de la literatura oral

aymara. Primero persiguió y quiso exterminar a los dioses andinos

con aquello de la "extirpación de idolatrías". Con esto se afectó todo

el sistema del comportamiento humano de los indígenas y su

relación con la Tierra. De hecho han desaparecido algunos modelos

tecnológicos, como la inhumación de cadáveres, como el de trabajo-

fiesta, el jayma, etc. Están en peligro otros componentes culturales

como la tecnología del manejo de la lluvia, granizada, helada y

vientos. Segundo, sometió con una brutal discriminación

inhumana, redujo a la miseria con la explotación económica. Éstos

han hecho al indígena en un ser servicial, resentido, agresivo y

apático. Además lo ha inclinado a un ser derrotado y de ahí al

alcoholismo.

En fin ¿qué se podía esperar, en materia de producción o

reproducción cultural de un pueblo sometido de esa manera? Se

sabe que ni la lucha armada, ni la política ni los líderes indígenas

tuvieron éxito. Entonces estas sociedades comunitarias, de forma

paralela, optaron por nuevas formas de lucha: la resistencia pacífica

y cultural, en sus variadas formas (comunicadores, folcloristas,

promotores culturales, sindicalistas, políticos indígenas, etc.), que se

ven en la actualidad en todas partes y en todas las manifestaciones

sociales.

Este tema, en realidad, es otra de las características culturales

del aymara. Por supuesto corresponde a la tradición oral, que luego

de ser escritas sería literatura oral. Es que en el pueblo aymara se ve

que no existió el concepto y la acción de trabajo como se

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145

conceptualiza en el occidente; sino más bien una especie de fiesta-

trabajo. Esto la realizaban con facilidad con el paradigma de la

reciprocidad que su a vez reproducía el paradigma comunitario.

Pero viendo y analizando dicho concepto de trabajo, ni en la misma

cultura occidental parece y aparece un concepto genuinamente

humano y de paz, sino proviene de un afán perverso y diabólico de

apropiación de lo ajeno, de dominación a otro pueblo cuyo

instrumento fue la tortura en muchos casos. La palabra trabajar

etimológicamente en occidente proviene de travalliari, dos palos

cruzados que fueron usados para torturar.

Entonces los seres humanos desde tiempos inmemorables

siempre facilitaban las actividades diarias, antes que estar sufriendo

en la realización de sus actividades agobiantes. Es pues

comprensible la abundancia de fiestas agrícolas en las comunidades

indígenas, sean estas para cosechar la papa, el desgrane de la

quinua y cañahua. Hasta hace poco, aquellos cereales, eran

cosechados con canciones y bailando dentro el sistema del ayni. Es

decir un trabajo de colaboración reciproca bailando y cantando.

Cuando se estudia con detenimiento estas muestras, se hallarían

grandes sorpresas. Aún abundan algunas canciones para ello. Sólo

en los últimos trescientos años de la Revolución Industrial el

concepto de trabajo aburrido y sacrificado se ha acentuado y para

atenuar esos sufrimientos y estrés se ha instituido las vacaciones y

días feriados.

Claro que las fiestas andinas, por su carácter de pueblo

sometido a la dominación, se fueron románticamente por la

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146

libación, para aplacar su condición de dominación. Todo confluye

en vida social de un pueblo más para el mal o más para el bien.

Depende.

C. Los nuevos resurgimientos:

El pueblo aymara resurgió poco a poco, pero en tiempos

recientes a pasos de marcha. Después de un desprestigio cultural

social y explotación en varias etapas históricas, pese a las nuevas

formas de dominación, se está recuperando. Eso se ve en especial en

el campo de la producción literaria aymara, donde hay avances

alentadores en los últimos casi veinte años (1980 a 2000). Después

de la oralidad incursionamos en la escritura. Se ha salido de la pelea

de alfabetos y ahora se sale de la mera transcripción fonética

llamada a medias fonémica, antes entendida como escritura, a una

escritura sistemática fonémica de la lengua aymara, a la que se

llama normalización lingüística.

Asimismo en otros campos, como la ritualidad ésta ha salido de

la clandestinidad y hoy se vuelve a practicar libremente. Muchos

elementos culturales se mantienen, la música y la danza (es decir la

fiesta andina) con sus características propias, algunas otras

provenientes de afuera, han sido estilizados al modo andino. Las

innovaciones sin embargo, siempre se basan en la lógica cultural

aymara. Pese a la monstruosa alienación cultural, producto de la

escolarización occidental, paulatinamente con el esfuerzo de varios

intelectuales indígenas se va valorando su cultura y fortaleciendo

los movimientos de reivindicación del pueblo y con ello de hecho se

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147

acrecienta la producción literaria en esta lengua andina y en sus

varios géneros.

Pero esto no quiere decir que se olvide de las sombras

destructivas a largo plazo del aymara y quechua, una especie de

cáncer que lentamente va creciendo en el interior de cada persona,

el afán de olvidar su lengua materna y cambiar de idioma algún día

para alcanzar un estatus social más elevado. Ése es el cisma que

corroe a cada individuo, pese a que se declare ferviente partidario

de la conservación de las lenguas indígenas. Pero, en los hechos, en

la vida real no pasa nada de eso.

La recuperación del aymara y quechua tiene que pasar por una

campaña gigantesca, primero de alfabetización en dichas lenguas

indígenas, segundo por una concientización de las razones y por

qué no deben morir dichas lenguas y tercero el problema es

económico. Sin el fortalecimiento económico de dichos pueblos será

inútil hablar de la recuperación de las lenguas aymara, quechua y

guaraní. Sin esos tres pasos y más, no veo cómo se puede recuperar

las lenguas indígenas del país.

D. Los tiempos regresan:

El pueblo aymara después de haberse guarecido largo tiempo

(cuatro siglos), de la tormenta de la colonización sale hoy de su

escondite. Ahora debe recoger sus pertenencias y emprender sus

labores cotidianas y anuales y hacer un nuevo plan de vida

armoniosa como en el pasado, sin copiar los males ajenos que

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148

distorsionen su sociedad. Debe desplegar sus fuerzas creativas

como en el pasado.

Ahora las cosas están cambiando. Nada permanece intacto,

todo es cambio. Eso lo sabían muy bien los aymaras y no solamente

ellos sino también otras culturas del Hemisferio Sur. En la cultura

aymara se la conocía como el Pacha Kuti. Se sabía que el tiempo no

era lineal sino cíclico, que había ciclos cortos, medianos y de largo

plazo. Han pasado los tiempos de esclavitud (¿o qué otra cosa eran

la mit’a minera y las haciendas?), aunque persisten los sufrimientos

camuflados en la democracia.

De todas maneras, ahora estamos obligados a una nueva tarea,

la construcción de un nuevo porvenir: la de la paz, la cultura, el

respeto a la Pacha Mama y a la diferencia entre los pueblos. Reitero,

sabemos que sólo respetando las diferencias culturales llegaremos

al entendimiento entre los seres humanos. Eso lo vamos a hacer de

acuerdo con la sabiduría de nuestros ancestros, pues ellos

practicaron la convivencia en la horizontalidad y ahora haremos

conforme a los paradigmas culturales aymara - quechuas.

En fin, es hora de registrar, estudiar y producir nuestros

pensamientos, no solamente orales, sino escritos para que

permanezcan por mucho tiempo. Las canciones, la poesía, los

cuentos, leyendas, mitos y tantos testimonios son una verdadera

historia y ahí está precisamente nuestra filosofía. Debemos escribir

para que las generaciones futuras puedan estudiar y practicar la

sabiduría del pueblo aymara.

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149

Todas las taras coloniales aprendidas deben ser revisadas y la

mayoría desechadas. El alcoholismo por ejemplo. Si para aplacar

nuestra condición de esclavos en la Colonia, muchos por escapar se

sumergieron en modelos coloniales. Ahora se debe desechar y

abocarse a la construcción de una sociedad como wiphala visto por

fuera como por dentro. Ya no hay por qué y ni de qué llorar. Es

hora de inventariar los recursos y empezar a caminar para vivir en

armonía, como fuimos, genuinamente. Ahora los poderosos de ayer

están aturdidos y no saben qué hacer en el mundo. Se les han

agotado sus conocimientos, especialmente su filosofía de vida y no

saben de dónde copiar. Un ejemplo. El sirwiñaku, después de

hacernos olvidar su práctica, hoy con el nombre de matrimonio de

prueba, en el Occidente ya le están tomando en cuenta.

Nosotros los indígenas somos, ahora, modelo en el mundo. No

es casual que muchas universidades nos visitan para hacer sus tesis.

Ahora es tiempo de los pueblos del Hemisferio Sur, el ciclo del

norte terminó o está declinando desde hace medio siglo.

Los tiempos regresan. Es hora de indagar lo que los antiguos

hicieron, pensaron, dijeron y lo que buscaron. Es hora hallar la

identidad perdida y recuperar la lengua materna que se está yendo

imperceptiblemente.

Hace medio siglo, los primeros profesores indigenistas

descubrieron el poder y carácter de nuestros idiomas. Hallaron

gestos y dichos tan penetrantes en la lengua quechua al oírlos a los

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150

indígenas los primeros profesores quedaron atónitos. Toribio

Claure presenció una escena de éstas. Cuando una mujer quechua

se defendía, dice dicho autor. ―La persuasión, adquiere en el quichua,

expresiones tan dulces, tan subyugantes, que no habrá perversidad humana que se

resista o permanezca indiferente a su poderoso influjo.‖ (Op. cit. 1949, p. 59).

Podemos afirmar que las formas de persuasión aymara no lo son

menos. Esas expresiones duermen aún, duermen en el pueblo

quechua y aymara de manera algo distintos en la una como en la

otra. Esas expresiones son las que tenemos que volver a practicar o

hallar y estudiarlas para recuperar nuestra alma, la genuina

expresividad de nuestros idiomas perdidos en la Colonia y en era

Republicana.

2. REVISANDO LA HISTORIA LITERARIA AYMARA

A. La literatura andina pre-hispánica

Antes de que los españoles llegaran a estas tierras de los Andes,

con seguridad florecían muchas culturas. En completo respeto a la

diversidad cultural forzado por el escenario geográfico, aún en el

llamado Imperio Incaico, debido a que, uno de sus paradigmas más

importantes, fue la Pacha Mama, la cual enseña que todo es global y

diverso a su vez. Dentro de la cultura aymara se ve una diversidad

regional admirables y ni qué decir en la cultura quechua. Veamos

un ejemplo de esta diversidad cultural en Bolivia. La vestimenta en

la población de Tarabuco es distinta a la de Potolo o la Jalq'a no es

igual a la de Raqay Pampa que a su vez es diferente a la de Norte de

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151

Potosí y ésta a la de Charasani-La Paz, sin embargo son

componentes de una sola cultura, la nación Quechua.

Los tantos y tan variados restos culturales como son las

diversas formas y diseños de cerámicas y los tejidos nos muestran

que manejaron muy bien un paradigma, la de la diversidad. Esta les

sacó de quicio a varios escritores bolivianos, como por ejemplo a

Alcides Arguedas. A él le enfermaba la diversidad geográfica,

climática y étnica de Bolivia, la consideraba un obstáculo para 'el

progreso' del país. Imaginó que sólo en ambientes como las llanuras

de Europa Central, climas uniformes, estaciones puntuales,

étnicamente homogéneas, eran requisitos para “el progreso”. Ahora

esas ideas son sólo añoranzas, el futuro es diverso y es necesaria la

coexistencia pacífica con el otro.

En cada una de las culturas, actualmente, aparecen colosales

monumentos arquitectónicos. En los Andes hubo conceptos

arquitectónicos, cosmológicos, una economía original y un conjunto

de paradigmas culturales diferentes. En una situación como ésta

¿cómo no va haber el cultivo de las bellas artes? Todos sus trabajos

grandes y pequeños lo hicieron cantando y bailando. Un ejemplo

contundente es la tawaylla, el desgrane de la quinua en son de

danza. Por supuesto hubo las expresiones bellas de sentimiento,

rituales y de convivencia armoniosa. Una cosa es que eran distintas

y diversas de una región a otra, que luego fueron barridas por el

tiempo y la situación adversa que vino después.

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152

La literatura oral, con seguridad, tuvo que ser practicada de

una manera diversa y original en cada cultura y no faltaron otras

que fueron imitadas. Aquí no era ilícito copiar e imitar porque no

era un mundo individualista a pie juntilla sino era parte de una

sociedad comunitaria. Así que cada imitador iba mejorando

libremente, sin ataduras de propiedad intelectual, una pieza de

canción u otra en una comunidad.

No temo decir que hubo escritura en el mundo andino antes de

la invasión de los españoles. Podemos hablar sin temor a equívocos

de varias formas de escritura andina. Estas pueden haber sido

simbólicas, logográficas e ideográficas. Hubo varias maneras de

escribir y resolver los problemas comunicativos y numéricos. Un

ejemplo, la yupana incaica de Guarnan Poma es distinta de la de

Tiwanaku, enseñada por Jorge Miranda Luizaga, en su libro "La

Puerta del Sol".

Reitero, la cosmovisión, las concepciones y las formas de

encarar las actividades en los andinos eran distintas a la de los

españoles. Pero frente al desprestigio y la persecución tuvieron que

ser camufladas y luego pasaron al olvido. De esa época se ha

conservado sólo algunos mitos, el resto parece haber desaparecido,

salvo alguna que otra poesía aymara gracias a la mano que las

escribió en la lengua de origen en cierta época difícil de la Colonia.

Por eso es importante la escritura. La escritura hace perdurable

la lengua. Si apenas llegaron los españoles hubiesen escrito en

aymara y quechua todas las costumbres, canciones, mitos, etc.

Page 153: Libro 37 escritura aymara√ ok

153

habríamos tenido muchos más elementos de juicio sobre la cultura

aymara y quechua, en fin todas las culturas amerindias.

B. La literatura aymara-quechua en la colonia

En la Colonia sabemos que quienes tomaron en cuenta las

lenguas indígenas fueron los religiosos cristianos de la época.

Obviamente, sabemos que todo texto fue escrito para fines de

evangelización y lo dicen ellos mismos en las presentaciones de sus

obras que se publicaban con una serie de autorizaciones

eclesiásticas.

En estas obras muy pocas veces se tomaron en cuenta la belleza

de la expresión aymara, es decir la literatura oral de entonces. Éstas

no fueron recogidas ni escritas y menos difundidas salvo en

algunas obras de Bertonio y Torres Rubio que fueron publicadas

algunas perlas literarias.

Reitero que en los catecismos cristianos se pueden hallar muy

pocas piezas literarias aymaras. Hay alguna que otra en uno de los

libros de Bertonio. Las piezas literarias han sido consideradas como

supersticiones y con el fin de combatir esas pocas piezas, se han

mostrado solo algunos fragmentos y que es todo lo que quedó. Lo

hace notar Bertonio que existen gracias a la participación de Don

Martín Santa Cruz del ayllu Cara, oriundo de una de las dos

parcialidades de la provincia de Juli.

Page 154: Libro 37 escritura aymara√ ok

154

En cambio cuando los religiosos se alejan de temas evangélicos

aparecen muchas más muestras de literatura genuinamente andina.

Me refiero a los escritos de Guarnan Poma de Ayala en los que

aparecen piezas literarias del quechua y algunas del aymara. La

misma actitud encontramos en relación con algunos cronistas

españoles de principios de la Colonia.

Con todo, existen muy pocas piezas literarias. Sin embargo

creemos que la literatura oral aymara debió ser mucha más rica,

variada y original en aquel entonces. De haber sido escritas hoy

contarían con muchas y valiosas piezas literarias de la época.

Una cosa es bien clara en la producción literaria aymara

colonial, aunque sólo sea religiosa. La época Colonial se divide en

dos etapas. La una, desde 1560 a 1660 más o menos. Después, hasta

la Guerra de la Independencia no se ha publicado nada importante

y capital para los estudios aymaras. Eso sí, es evidente, la

publicación de abundantes catecismos y otras publicaciones

menores o reedición de aquellas obras ya publicadas. Pese a que

Guaman Poma de Ayala ya había escrito su enorme carta al rey

Felipe II en torno a 1615, este no se conocería hasta 1908, año en que

descubrió el manuscrito el profesor Richard Pietschmann en la

Biblioteca Real de Copenhague. Recién en 1936 hicieron una edición

facsimilar en Francia. En dicha carta de 1.179 páginas, aparecen

verdaderas piezas literarias en quechua y algunas en lengua

aymara.

Page 155: Libro 37 escritura aymara√ ok

155

La tradición oral de entonces estaba vigente. Es más, existen

otros casos de varios géneros de cuentos y leyendas. Con seguridad

el arte bello de la palabra en su época fue muy cultivado, pero no

fueron escritos. Recién ahora tenemos a la mano cuentos recogidos

y escritos en la Colonia. Los que fueron fantaseados en castellano y

al modo español. Por ese mismo motivo no lo consideramos

propiamente literatura aymara. Circulan todavía como leyendas y

mitos al modo castellano. Mientras no se analice someramente y

clasifiquen qué es lo andino y qué no lo es, no se sabrá gran cosa

sobre la literatura oral aymara.

Los cuentos, leyendas y mitos aymaras escritos en castellano

pierden su riqueza expresiva y cultural. Lingüísticamente, por la

diferencia de categorías gramaticales y semánticas pierde

obviamente su personalidad genuinamente aymara, a menos que se

lo rescate al modo del castellano andino. Esa es la suerte, también,

de las traducciones.

Sobre este tema hay mucha labor que desplegar. Aquí no lo

damos por agotado. Se puede ver con nuevos enfoques y visiones,

al fin y al cabo nada es definitivo. Se debe continuar buscando más

datos que enriquezcan estos primeros bosquejos.

Page 156: Libro 37 escritura aymara√ ok

156

C. En la primera etapa de la era republicana

En la bibliografía de lenguas Aimara y Quichua de Paul Rivet,

no hay que descubrir ya grandes obras, éstas ya han sido

difundidas y son por de más conocidas como, Domingo de Santo

Tomás, Bertonio, Holguín, Torres Rubio y otros, si no otras obras

menores, especialmente en su mayoría de corte religioso cristiano

católico, más papeles, páginas escritas en aymara o quechua.

Por ejemplo, de los once trabajos que hizo Vicente Pazos Kanki

con la Iglesia católica y de ellos sólo son conocidos “los cuatro

evangelios en aymara”. Los dos últimos siglos de la Colonia y en el

primer siglo de la República fueron estériles en la producción

literaria aymara, salvo alguno que otro trabajo más o menos

novedoso, como la que acabamos de mencionar la de Pazos Kanki o

la de Emeterio Villamil de Rada.

Como se ha visto, los precursores del resurgimiento de la

literatura en lenguas andinas fueron los antropólogos europeos.

Parece tener su origen sobre todo en los primeros Congresos

Internacionales de Americanistas que se iniciaron en 1875 en Nancy

-Francia. Para el aymara, si bien en la Colonia se sintió la necesidad

de implantar una escritura alfabética latina a inicios del siglo XIX,

esta escritura alfabética se fue sistematizando y perfeccionando

paulatinamente. Justamente en esto han coadyuvado los

americanistas Max Uhle y Alejandro L. Dun.

Page 157: Libro 37 escritura aymara√ ok

157

Aunque en esos años en uno y otro alfabeto, algunos,

especialmente los religiosos, en su labor de producción de textos

bíblicos en aymara, se dedicaron a recoger alguna que otra poesía

aymara de entonces. Las convirtieron en poesías católicas dedicadas

a las vírgenes. Es obvio que, originalmente, éstas eran canciones

dedicadas a la Madre Tierra, la Pacha Mama. (Esto es notorio y se

pueden encontrar con seguridad en los escritos de Carlos Felipe

Beltrán y José María Sanginéz en la era republicana).

Sin embargo mucho antes de esta situación ya las luchas

cacicales fueron encomiables pues fortalecieron el movimiento con

reclamos concretos tales como la creación de escuelas para la

enseñanza de lectura y escritura. Estas exigencias estuvieron

encabezadas por Santos Marka T’ula y Rufino Nina Quispe que

actuaron en el Departamento de La Paz en los años 1920 a 1930.

Algunas poesías - canciones aymaras escolares surgieron entre

los años 1931 y 1939, con el advenimiento de las escuelas

indigenales fundadas por Elizardo Pérez. Éstas son, hasta ahora,

muy famosas. Una es la de Warisata (me refiero a la canción escolar

Illampu), otras son la de la provincia Pacajes. En esto ha tenido

mucho que ver Alfredo Guillen Pinto, alentando e incentivando su

cultivo. Lamentablemente son pocas las piezas, apenas cuatro que

han pervivido y la más famosa es Axawiri Imilla. Éstas canciones

escolares surgieron en una época, que la llamaría “la época de oro”

de la educación indígena, en torno a 1931. Después, jamás

alcanzarían a producir lírica alguna en materia de inspiración en la

Page 158: Libro 37 escritura aymara√ ok

158

libertad, por más que sea un solo instante en la historia, porque

sabemos que las escuelas indigenales fueron atacadas y destruidas.

En los años posteriores, los primeros en recuperar los cuentos

aymaras son los antropólogos Weston La Barre en 1947 y Harry

Tschopik en 1948. En Bolivia, Luis Soria Lens, en 1951 recogió

algunas poesías en dicha lengua y un año antes Alfonso Finot y

Antonio Gonzales Bravo escribieron unas cinco poesías no

religiosas en dicha lengua. Asimismo Manuel Rigoberto Paredes

publicó algunas poesías aymaras en "El Arte Folklórico de Bolivia".

D. El resurgimiento: post 1952 de las lenguas andinas

A nivel de creaciones personales de poesía en esta lengua

existen dispersas en varias publicaciones. Todas ellas, hasta aquí,

no son escritas por aymaras. Y es que antes no era permitida la

enseñanza de la escritura a los indígenas. Sólo a partir de 1955, la

Reforma Educativa generalizó la educación indígena.

Después de 1970 algunos aymaristas inauguraron la escritura

aymara enseñando esta lengua a los extranjeros y a los que no

hablan dicha lengua. Empezaron a divulgar varios volantes

mimeografiados. Generalmente sin escritura sistemática sino cuasi

transcripciones de la oralidad. Casi ninguno cumple con el requisito

literario de belleza de la palabra, si no didáctico. Sin embargo, al

Page 159: Libro 37 escritura aymara√ ok

159

final fue un buen paso y hay que comprender que por ahí se

empieza, para llegar a niveles más altos de la conciencia en la

redacción aymara.

De esa época, es decir de 1953 a 1981, no se encuentra

producción literaria aymara de valía, es decir el cultivo del arte de

la palabra bella. Aunque los grupos folclóricos crearon de una

manera espontánea algunas canciones en dicha lengua. Posterior a

1972 hay algunas producciones literarias, generalmente

incentivadas por algunos programas radiales e instituciones

lingüísticas (Radio San Gabriel e INEL) que han difundido modelos

de escritura de cuentos, en ellos se ven un eco de un movimiento

indígena que luego se proyectará como Katarismo.

A partir de 1982, y más por el programa de alfabetización que

se inició en 1983 a cargo del Ministerio de Educación, fue naciendo

poco a poco la escritura en aymara con alguna regularidad a través

de cuentos y poesías. Toda esta producción, especialmente en la

poesía, tiene un contenido más dedicado a la Madre Naturaleza -

Pacha Mama. Es decir, dedicado a la Ecología y un segundo lugar

está dedicado a los líderes indígenas como Tupaq Katarí y Bartolina

Sisa. Los temas tienen que ver con la búsqueda de la libertad, otros

se refieren a la vida y algunos a la escuela. Pero fuera de ello existen

algunos textos escritos aymaras dispersos, en ediciones muy

rudimentarias y limitadas por lo mismo casi desconocidas.

En cuanto a cuentos tenemos los cuentos aymaras de CALA,

1976 (pequeños folletos escritos en dicho idioma y castellano),

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160

"Achilan wiñay arupa" (1987) de ILCA, "Wiñayarunaka* (1980) de

INEL y folletos de cuentos de Radio San Gabriel (1988).

En la misma época se hizo notar la producción literaria en sus

varios géneros en el Programa Experimental de Educación Bilingüe

de Puno - Perú llevado a cabo en 1977 a 1991 con la cooperación de

la GTZ - alemana. Son importantes la producción aymara

personales de José Luis Ayala y Víctor Ochoa además de otros, en el

Perú.

Las razones para la escasa producción literaria en la lengua

aymara son principalmente la alienación cultural, producto de una

educación enajenante, traumatizante y de castellanización. Sin

embargo, esto atenta directamente a las iniciativas de producción

literaria aymara. Además en esa situación existe el temor a la

ridiculización y sobre todo a los ataques tempranos de algunas

personas propias y extraños a toda producción escrita en esta

lengua. Un ejemplo. En 1994 en Bolivia a través de una revista de

una poderosa ONG, un ciudadano, de cuyo nombre no quiero

acordarme, aún siendo aymara, atacaba sin consideración bajo

simples sospechas (porque no otra cosa es cuando dice: "Noto,...

Notaba,... he notado,... parece..."), con pretensiones de estudio batía a

diestra y siniestra en un lenguaje cínico e irónico, desanimando a

los pocos redactores en dicha lengua. Con él se inició la liquidación

de la escasa producción literaria aymara peruana y boliviana de los

últimos años.

Page 161: Libro 37 escritura aymara√ ok

161

Sin embargo vienen los nuevos tiempos. Ahora, me refiero a los

años noventa y cinco en adelante, contamos con varias

producciones literarias de organizaciones culturales indígenas de

Bolivia y Perú, los que no menciono por temor a omitir a algunos.

Así mimo con la implantación de la educación intercultural y

bilingüe hay la posibilidad de que se avance más en la creación

literaria aymara pero cuidando de que sea una producción genuina.

Aunque nada es definitivo, todo es un proceso.

3. PERSPECTIVAS DE LAS LENGUAS INDÍGENAS

A. Los nuevos paradigmas

Alguna vez dije: “Se creyó que los españoles acabarían con el aymara, que

la República sepultaría a los herejes, que la revolución del 52 acabaría con su historia y que finalmente la globalización sepultaría para siempre su existencia, pero ¡nada! Los antiguos paradigmas científico-histórico-occidentales no pueden compararse con el pensamiento aymara; sin embargo, muchos de los posmodernos coinciden en la manera de pensar y obrar: como anillo al dedo y agua que llevan a

su molino.” Los paradigmas posmodernos casi todos coinciden con

los andinos y por supuesto con los aymaras (La Razón: 21.12.2010).

Honestamente, para decir aquello, ya había leído a Javier

Medina. Para saber dónde estamos en la historia, textualmente cito

a Javier Medina, él dice: ―En este sentido, si seguimos la sugerencia de Kuhn

acerca de la Estructura de las revoluciones científicas y, sobre todo, la tesis de Toffler sobre la Tercera Ola y reconstruimos las otras dos, podríamos diseñar, a vuelo de pluma, y por amor de la brevedad, la siguiente matriz que puede ser leída desde el centro hacía los costados:‖

Page 162: Libro 37 escritura aymara√ ok

162

―Así, pues, a la pregunta donde nos ubicamos en la historia universal, yo

respondería diciendo que la mayoría de este país, la Bolivia amerindia, se ubica a) materialmente, en la Primera Ola; es más, ésta fue una de las cunas más importantes de la Agricultura gracias a que concentra la mayor biodiversidad del planeta b) intelectualmente, en la Tercera Ola por la sintaxis y lógica no aristotélicas, de Tercero incluido, que permiten a idiomas como, por ejemplo, el Aymara, por ser insuperables lenguajes para traducción automática en sistemas computarizados. Con otras palabras, el Paradigma holista de la Primera Ola y el Paradigma sistémico de la Tercera Ola comparten una misma sintaxis: la interconectividad total del hecho biótico. La minoría europea de este país se ubica en la Segunda Ola, sólo que de un modo fantasmático pues no tiene y lo que

Revolución Agrícola Revolución Industrial Revolución Informática

Religiones de manifestación Localismo

Des-centralización Diferencias Consensual Redes Andrógino/sistemas disipativos

no lineales Tinku, taypi Pachamama Inter-relaciones Animista Integralidad

El cuerpo como campo de energías Parte de un continuum cósmico Aprender como un viaje Con-centración

Holista

Religión de proclamación Universalismo

Centralismo Homogeneización Autoritarismo Institucional Masculino/lineal/racional

Izquierda/derecha Naturaleza como cosa Compartimentos estancos Mecánico Especialización

El cuerpo como máquina Dicotomía cuerpo-alma Aprender como un producto Primacía de lo exterior

Atomista y segmentario

Religiosidad neo-pagana Regionalismo

Descentralizaciones Respeto a la alteridad Horizontalidad Redes, circuitos Racional e

intuitivo/interacciones no lineales Centro radical Hipótesis Gaia Inter-disciplinariedad Flujo de energía

Conjunto El cuerpo como sistema Continuum cuerpo/psique Aprender como un proceso Revalorización de la

experiencia interior Sistémico

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163

constituye la esencia de la revolución industrial: la fábrica. Por eso, esta Bolivia oficial existe como un simulacro y, a saber, que no funciona. No funciona el Estado-Nación, el principio de soberanía, un mercado interno homogéneo; no funcionan los poderes del Estado, sobre todo el Legislativo y el Judicial; la corrupción y falta de credibilidad son universales; no funciona el sistema educativo: no tiene referencia en la producción; no tenemos un sistema de seguridad alimentaria; siempre estamos en emergencia... No sólo eso, sino que además sabemos que no funciona, pero –curiosamente– no sacamos de ello las consecuencias.

Caídas las grandes Palabras de la Segunda Ola, la minoría europea de este país

se ha aferrado al dogma de la Democracia formal de las sociedades industriales, con una fe cerril y carbonera que asombra. Como piensan dicotómicamente, contraponen democracia a dictadura. Y ello no es necesariamente así. Es cierto que las sociedades occidentales se han manejado con el Principio de identidad y el Principio de no contradicción; pero estos principios de la lógica aristotélica no son precisamente pertinentes en sociedades de Primera o Tercera Ola. Otra vez, pues,

la analogía para poder nombrar lo que nos sucede.‖ (Medina, 1992, p. 154 ss.).

C. El redescubrimiento de lo propio

Esto de conocerse a sí mismo, para muchos, es muy difícil. Un

autoexamen de su personalidad, de su carácter e idiosincrasia

parece por demás. Todos creen que se conocen a sí mismos, sin

embargo no lo es, por eso varios filósofos occidentales como

orientales recomiendan “conócete a ti mismo<” dijo, según

Diógenes, Tales Milesio, uno de los siete sabios de Grecia y lo

mismo ha dicho el estratega militar chino Sun Tzu. La conciencia de

la identidad cultural, lingüística, social, económica, etc. nos llevará

ineludiblemente a la libertad. Pero, en una situación colonial mucha

gente no cree en sí mismo y cree que lo que hace, da por conocida a

Page 164: Libro 37 escritura aymara√ ok

164

su personalidad, mintiéndose a sí mismo. Una vez más, por mirar

apresuradamente fuera, descuida el verdadero origen de la mayor

seguridad y creatividad, el conocimiento de sí mismo.

El otro componente es la lectura. No tenemos hábitos de

lectura, pero si hemos alcanzado tareas mucho más difíciles,

también alcanzaremos la tradición de lectura. Lo importante es que

exista un plan, una meta a alcanzar, sobre todo decisión de ser y

hacer bien las cosas. Solo a partir de la identidad se puede ser

capaces de ser creativos y llegar a metas consideradas utopías.

Se debe buscar obviamente la propia filosofía, la adecuada

epistemología, los paradigmas perdidos u olvidados, con que se

conducen en su sociedad. La lógica trivalente o tetraléctica aun se

practica, hace falta abrir bien los ojos y describir lo que los antiguos

abuelos han descubierto y han buscado.

Si nuestros paradigmas culturales tienen mucho en común con

los del futuro mundial, es imperativo recuperar la identidad

cultural perdida o por perderse. Es decir debe ser la estrategia

volver y recuperar nuestros paradigmas culturales, sin desconocer

lo que saben las otras culturas extranjeras.

Page 165: Libro 37 escritura aymara√ ok

165

4. PRODUCCIÓN LITERARIA AYMARA EN LA REFORMA EDUCATIVA

(1995-2005)

Introducción

En los años noventa se ha implantado la Reforma Educativa

Boliviana, en el que se reconoce la pluriculturalidad y

multilingüismo de la realidad social boliviana. Mientras tanto, ya se

avanzó bastante en el proceso de la recuperación de las lenguas

vernáculas bolivianas por parte del pueblo encabezados por sus

líderes políticos y culturales. Ya mucho antes, las actitudes

contradictorias de los altos funcionarios del Estado boliviano hacían

entrever la inconsistencia de su política de homogeneización

nacional, porque no otra cosa fue la política de la “castellanización”

y “civilización” de los indígenas, como forma del “progreso

nacional”.

Con la implantación de la educación intercultural y bilingüe

dentro de la Reforma Educativa se apoya a las políticas de

fortalecimiento de las lenguas indígenas de Bolivia. Es producto,

por una parte, debido a los cambios de paradigma que está

sufriendo el mundo, y por otro, es el fruto de una larga lucha de los

diversos sectores del pueblo aymara en su búsqueda de respeto y

dignidad para su cultura. Por último, es producto de la visión clara

de algunos intelectuales y políticos bolivianos progresistas que han

proyectado un futuro mejor, creyendo encontrar justicia social. Han

Page 166: Libro 37 escritura aymara√ ok

166

optado esta opción de política cultural, pese a la oposición de los

sectores tradicionales por la nueva visión que se pintó en el

horizonte con respecto a las políticas culturales. Esta nueva postura,

naturalmente, modificará la política de "castellanización". Aunque,

por el momento, fuese solo una acción para usar las lenguas

indígenas para llegar a la castellanización, pero con el proceso se

arreglan y se mejoran en el camino. Cual sea su posición en el inicio

se abre una nueva coyuntura, esta vez mucha más amplia, para la

producción de la literatura aymara-quechua.

En los últimos años, me refiero a la década del 90, he estado

siguiendo de cerca las experiencias de educación intercultural y

bilingüe en las áreas aymara y quechua. Se ha llegado a conocer de

cerca la edición de las obras en estas lenguas para la Biblioteca

Escolar de la Reforma Educativa de entonces.

Los técnicos o políticos de turno siempre desdeñan las lenguas

y culturas indígenas. Si políticamente están cercados por el contexto

mundial y hay recursos para la recuperación de esas políticas

culturales, lo hacen a regañadientes y sin tener fe en esas lenguas y

casi obligados por captar recursos antes que reconocer la diversidad

cultural del país. En este camino ellos no han tenido más que buscar

a los entendidos o experimentados en el manejo de las lenguas

indígenas. Por esos azares estuvimos cumpliendo lo que se puede

hacer con respecto a la recuperación lingüística y cultural de los

pueblos indígenas. Hablo de esa producción que muchas veces

hemos asumido por la causa, para hacer alguna producción

tangible que quede para las futuras generaciones.

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167

A. Antecedentes de la producción aymara actual

La Dra. Lucy T. Briggs, lingüista norteamericana se fue

directamente en señalar las cosas prácticas en aymara en su

ponencia (en Estudios Bolivianos - Cochabamba). Apunta tres

importantes publicaciones en la producción de la literatura aymara

en Bolivia. La primera es: YATIÑATAKI, publicación de INEL

(Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos: hoy desaparecido), y

que en su tiempo (1974-1981) fue una de las pocas producciones

periódicas que salía escritas en lenguas andinas.

La segunda es JAYMA, que ha iniciado sus actividades en 1982

y publica periódicamente noticias y literatura aymara en aymara y

artículos de investigación en castellano. Y finalmente tenemos a

YATIÑASAWA de ILCA (Instituto de Lengua y Cultura Aymara).

Aparte de dichas publicaciones existen otras no periódicas, sino

ocasionales, como: CUENTOS ANDINOS, los libros de Rufino Phaxsi

y otros. Esta relación está fuera de todo esfuerzo y apoyo religiosos.

Sabemos (que) también los protestantes y católicos realizan

producción literaria en aymara, generalmente de temas cristianos,

(que) es loable siempre y cuando reflejen la genuina gramática

aymara, y el pensamiento, cosmovisión y esencia de la cultura

aymara, aunque eso es pedirles demasiado.

Page 168: Libro 37 escritura aymara√ ok

168

A inicios de 1980 estuvimos en una especie de enfrentamiento o

guerra de alfabetos, debido al uso de varios alfabetos para escribir

la lengua aymara. Felizmente, en 1983 y 1984 se ha unificado el

alfabeto para escribir la lengua aymara y asimismo también para la

lengua quechua. Esta etapa quedó como una etapa histórica ya

superada en cuanto al alfabeto, gracias a las orientaciones de la

ciencia de la lingüística y sobre todo por la predisposición que

tuvieron los asistentes interesados de verdad en las lenguas

indígenas, que concurrieron al I Seminario Internacional Hacia una

Educación Intercultural y Bilingüe de Cochabamba en 1983, que en

aras de la recuperación de las lenguas aymara y quechua ha optado

por entender las razones de la urgencia de la unificación del

alfabeto de cada de estas lenguas andinas.

A partir de la unificación de alfabetos aymaras, se ha realizado

una campaña de alfabetización en lenguas aymara y quechua, a

cargo el Servicio Nacional de Alfabetización y Educación Popular

(SENALEP), que ha alfabetizado una gran cantidad de población

bilingüe (aymara - castellano). Una muestra de la magnitud de esta

campaña es que logró publicar más de cien mil cartillas de

alfabetización en lengua aymara y otro del quechua (hubo varias

ediciones), además de atender a la población castellana.

Gracias a esta campaña de alfabetización han surgido, aunque

en forma dispersa, varios poetas y cuentistas aymaras, en un

principio tímidamente pero luego con brío, como se podrá apreciar

en la Antología de Literatura Aymara volúmenes I y II. (Estas

antologías concentran poesía y prosa aymara de las distintas

Page 169: Libro 37 escritura aymara√ ok

169

épocas, de áreas rurales, sub - urbanas y urbanas, publicadas y no

publicadas. Como su nombre lo dice, es antología de lo más

sobresaliente que hay de la producción literaria aymara, en el

ámbito continental.

Hasta antes de 1995 parece haberse allanado los problemas de

la escritura y la producción de literatura aymara. Sin embargo una

cosa que pudo ser de fácil resolución, como aquello de alfabetos,

fue la escritura aymara, que puede ser escrita desde la perspectiva

fonética o fonémica y se optó por la segunda. En la normalización

lingüística de esta lengua, es decir en la escritura sistemática, surgió

una complicación demagógica propia de caprichos enfrentados. En

anteriores oportunidades, se ha tocado este tema, sin embargo, a

veces conviene reiterar y eso es redundar, y si éste aclarará el

camino a la nueva convivencia, entonces valdrá la pena excederse.

Algunos antiguos predicadores de escritura fonémica hoy

proclaman la escritura fonética del aymara en cuanto a escritura

sistemática. Dicen que "el aymara se debe escribir así como

hablamos... "(Es decir continuar en la etapa de la transcripción

fonética aymara, como se lo hacía antes de 1990). Ahora hay una

especie de tregua. Pidieron "flexibilidad" y se lo aceptó, pero

también la hubo en 1984 para el alfabeto. Pero solo resultó que fue

capricho. El problema no es de fondo sino de forma (2+3=5 y 3+2=5),

desde el punto de vista racional, el orden de los guarismos no altera

el producto. Lo mismo sucede si se escribe en aymara con vocal

final completa o elidiendo la vocal al final. El significado no cambia

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170

ni un ápice. Entonces el problema no es de fondo sino de forma, por

tanto es solo un capricho.

B. Producción literaria aymara de 1990 a 1999 a). El contexto

Desde todo punto de vista las lenguas indígenas estaban mal

vistas. Estaban consideradas como algo ilícito. No tenían

autorización oficial ni leyes les que les protegían ni menos que les

alentaban. El comunicador en lenguas indígenas, un escritor en

lenguas aymara, quechua y guaraní estaban vistos como lenguas

incipientes e idioma de salvajes. Como lenguas sin gramática ni

escritura. “El aymara es una lengua de analfabetos”(Eduardo Pérez

Iribarne).

No había gente que valore la redacción aymara y en otras

lenguas indígenas. Cuando aparecía algún texto enteramente en

quechua u otra lengua se sorprendían y la consideraban como

actividades de gente desocupada que perdía su tiempo. Escribir en

aymara y peor publicarlo era una pérdida de tiempo. Para la

felicidad de los enemigos de las lenguas indígenas ni siquiera había

lectores en sus propios hablantes.

Aunque en honor a la verdad y descargo de intelectuales de

mucha altura intelectual, hay que mencionar a contados científicos

como los doctores Arturo Orías, Ramiro Condarco Morales, Jorge

Ovando Sanz y otros, de la misma sociedad opresora compraban y

Page 171: Libro 37 escritura aymara√ ok

171

se cuidaban de comprar los siguientes números del periódico Jayma.

Pero en el grueso de la población hispana nada. Asimismo en la

sociedad indígena habían varones que fueron asiduos lectores, por

su puesto muy pocos, si a uno se lo puede mencionar es a Simón

Yampara Guarachi.

Ya se había caminado en todo tipo de caminos tortuosos y lleno

de obstáculos. Ya se había transitado por una producción radial

más o menos exitosa. Se ha deambulado por una experiencia en la

comunicación social escrita en lenguas aymara y quechua

(periódico Jayma y Cono Sur). Se ha realizado ensayos de pequeños

concursos literarios (Khana, Cipca y San Gabriel). Pero seguía

siendo como una especie de trabajo clandestino, sin autorización y

de nivel familiar antes que abiertamente público.

A continuación enumero los siguientes textos aymaras a los que

tuve acceso para revisarlos, en mi calidad de consultor para la

adecuación de los primeros y revisión en el resto en la gestión de

1995-1996. Estos corresponden a los primeros textos publicados y en

vías de publicación. Estos no son textos con contenidos curriculares

escolares sino textos auxiliares de lectura y generalmente de la

tradición oral aymara.

Page 172: Libro 37 escritura aymara√ ok

172

b) Textos aymaras peruanos

En el Perú, en la localidad de Puno, en los años 1980 a 1990, con

el financiamiento de GTZ –Alemana, fueron desarrollando

experiencias de educación bilingüe. De éste proyecto, por lo menos,

existe una buena cantidad de publicaciones de materiales de

lectura. Muchos son en lengua aymara y quechua. Para nuestro

estudio se ha reunido las de aymara, en su mayor parte. Son libros

que realmente fueron hechos con mucha dedicación y aprecio a la

educación bilingüe, lástima que la gente de entonces no supo

apreciar esa coyuntura para fortalecerse culturalmente. Aquí solo

mencionamos los libros literarios y así los abundantes textos de

educación regular en aymara y quechua. Particularmente son dos

de cuentos y una de poesía aymara. Wiñay Pacha volúmenes I y II.

La de poesía es Suma Arusa, las que, a su vez, fueron publicados en

Bolivia, previa adecuación a la escritura normalizada del aymara

del país.

La característica de estas obras, me refiero a las peruanas,

contienen hermosos dibujos hechos por profesionales dibujantes

conocedores del medio ambiente aymara y por supuesto fueron

publicados con la Cooperación de GTZ - alemana.

Page 173: Libro 37 escritura aymara√ ok

173

c) Producción de THOA (recopilados por Vitaliano Huanca).

Título Contenido PP Formato Ilustración Tapa Lugar/ edición

1 Kunturixatawaqumpi lulimpi/

Jukumarixa warmimpi / Warixa tawaqunakampi

Cuentos +

traducción castellana

¿? 6.5x22

cm

¿? A todo

color

La Paz

2 Liqi liqixa tata Pirutimpi Cuentos+

traducción castellana

17 6.5x22

cm

12

ilustraciones a todo color

A todo

color

La Paz

3 Phisimpi anumpi / Uywani

warmimpi / Phisixa Mariya

tawaqumpi / Phisixa supayampi

Cuentos +

traducción

castellana

31 6.5x22

cm

27

ilustraciones

a todo color

A todo

color

La Paz

4 Qamaqixa warmi achakumpi/qamaqixa achakumpi

Cuentos+ traducción

castellana

32 6.5x22 cm

13 ilustraciones

a todo color

A todo color

La Paz

5 Qamaqixa liwunampi Cuentos+ traducción

castellana

16 6.5x22 cm

14 ilustraciones

a todo color

A todo color

La Paz

6 Jamp'atumpi waynampi / Qhisi

challwampi tawaqumpi

Cuentos+

traducción castellana

34 6.5x22

cm

12

ilustraciones a todo color

A todo

color

La Paz

7 Qamaqixa k'ank'ampi Cuentos+

traducción castellana

16 6.5x22

cm

12

ilustraciones a todo color

A todo

color

La Paz

8 Qamaqixa warmi achakumpi /

Qamaqixa achakumpi

Cuentos+

traducción

castellana

32 11

ilustraciones

a todo color

A todo

color

La Paz

d) PEIB (Libros preparados por Juan Carvajal).

Nº Título Contenido PP Formato Ilustración Tapa Lugar de

edición

1 Tiwula 1 Cuentos cortos 89 18x21 Interior a dos

colores

A todo color La Paz 1991

2 Tiwula 1I Cuentos cortos 73 18x21 Interior a dos

colores

A todo color La Paz 1995

3 Tiwula 1II Cuentos cortos 77 18x21 Interior a dos

colores

A todo color La Paz 1995

Page 174: Libro 37 escritura aymara√ ok

174

Estos libros fueron publicados en la Imprenta Artes Gráficas

Latinas, bajo el Convenio MEC- UNICEF.

e) Producción de Félix Layme Pairumani

Nº Título Contenido PP Formato Ilustración Tapa Lugar de edición

1 ARSUTANAKA 1 Fábulas aymaras 1 55 18x21 45 ilustraciones a dos colores

A todo color

La Paz

2 ARSUTANAKA 2 Fábulas aymaras 2 57 19x21 cm 40 ilustraciones

a dos colores

A todo

color

La Paz

3 AMTKAÑANAKA Amenidades aymaras 60 19x21 cm 45 ilustraciones

a dos colores

A todo

color

La Paz

4 YATITANAKASA 1 Relatos culturales 1 62 19x21 cm 25 ilustraciones a dos colores

A todo color

La Paz

5 YATITANAKASA 2 Relatos culturales 2 64 19x21 cm 25 ilustraciones

a dos colores

A todo

color

La Paz

6 Wali CH'ULLQHIÑASAWA

Relatos históricos 63 19x21 cm 28 ilustraciones a dos colores

A todo color

La Paz

7 MUSPKAÑANAKA Cuentos fantásticos 63 19x21 cm 63 ilustraciones

a dos colores

A todo

color

La Paz

8 JAWARINAKA Cuentos aymaras 56 19x21 cm 40 ilustraciones

a dos colores

A todo

color

La Paz

9 AYMARA AMUYUNAKA Mitos aymaras 55 19x21 cm 40 ilustraciones a dos colores

A todo color

La Paz

10 SÄWINAKA Proverbios aymaras 65 19x21 cm 51 ilustraciones

a dos colores

A todo

color

La Paz

11 JAYLLINAKA Antología de cantos 53 19x21 cm 37 ilustraciones a dos colores

A todo color

La Paz

12 JAWARINAKA Antología de poesías 72 19x21 cm 35 ilustraciones

a dos colores

A todo

color

La Paz

Estos libros alcanzaron dos ediciones. La primera entre 1994 y

1995 a cargo del UNICEF en apoyo al proyecto de Educación

Intercultural Bilingüe, ejecutado por Convenio MEC -UNICEF (1990

Page 175: Libro 37 escritura aymara√ ok

175

a 1994). Y la segunda fue publicada a cargo de la Reforma

Educativa del Ministerio de Educación en 1996.

Una cosa debe quedar bien clara. Lo primero es siempre lo

primero. Los primeros libros publicados jamás serán alcanzados

por los segundo ni los terceros. El tiempo transcurrido entre éstos y

aquellos no lo permiten. Los primeros siempre serán los

generadores de los segundos. Un ejemplo. Ludovico Bertonio jamás

será alcanzado por ningún otro diccionario de manera

independiente. Siempre será hijo de aquel. Por más que tenga

defectos, desorden u omisiones, el antiguo siempre será como un

faro que guiará a las de más producciones de libros de su

especialidad.

Por lo demás, existen libros solitarios o dispersos que han sido

publicados en la misma serie, que no citamos aquí, por no

extendernos más.

f). Producción literaria aymara inédita

En mucho tiempo, en forma esporádica, se han dedicado a la

producción escrita aymara. Toda aquella producción ha servido

para practicar la lectura y la redacción en la lengua aymara, éste fue

perfeccionándose hasta llegar a una sistematización de la forma

escrita de esta lengua. Sin duda en un principio se ha empezado a

escribir dicha lengua de una especie de transcripción luego a una

forma de transcripción mejorada y ahora se transita en la escritura

Page 176: Libro 37 escritura aymara√ ok

176

sistematizada. En otras palabras, esta última se llama también

normalización lingüística de la escritura aymara.

Si en la escritura se tuvo varios pasos o etapas hasta llegar a una

escritura más o menos perfeccionada, la misma producción de

literatura aymara tuvo también todo un proceso de desarrollo. En la

colonia, primero fueron las traducciones bíblicas, casi pocas o

ninguna de trascendencia en cuanto a la transcripción de la

literatura oral propiamente aymara. En la República se ha

continuado con lo mismo, especialmente en la primera etapa.

Recién en los años treinta en adelante fueron recogidas algunas

canciones escolares y folclóricas inspiradas en las lenguas

indígenas.

Posteriormente entorno a 1950, aparecen algunas poesías

escritas en lengua aymara por mestizos que sabían dicha lengua.

Obviamente todas escritas a la manera castellana. Se puede concluir

que en el mundo aymara no hubo poesía declamada como en el

mundo castellano u otros idiomas, sino cantada, es decir cantos o

canciones en aquellos tiempos. Pero recientemente, con el

advenimiento de la escuela, tanto recitar en castellano en horas

cívicas los días lunes y en fechas cívicas. Este ha acostumbrado

adoptar la poesía declamada. En las primeras oportunidades de los

concursos de poesía, en esta lengua, han aflorado una buena

cantidad de poesías escritas en aymara, especialmente a partir de

1970 en adelante. Es decir aparecen creaciones individuales en la

poesía aymara, muchas de ellas son inéditas, pues apenas han sido

Page 177: Libro 37 escritura aymara√ ok

177

declamadas en las escuelas y después nadie lo ha recogido ni

menos publicado.

En las canciones indígenas no hay creación personal sino

comunitaria. Si es que las hay, se convierten en trabajos anónimos

con el aporte de los demás miembros de la comunidad. Al invento

de uno, otros iban añadiendo, quitando, en fin, mejorando hasta

llegar a perfeccionarlo, luego los difundieron. Después llegaría a

cautivar a todos los miembros de la comunidad por su belleza y

expresividad alcanzada. La cultura y lengua aymara responde a

una situación comunitaria y claro esto tiene lógica. No es que esté

en contra de las creaciones individuales, sino simplemente se hace

notar que es mil veces mejor la participación de los otros en un

trabajo por más personal que éste sea.

Los hablantes de esta lengua se manejan bajo una norma, se

llama la reciprocidad y sin ella no es posible llegar a producir una

obra de arte que llegue al corazón del pueblo aymara y lo correcto

es citar el concurso de dichos colaboradores para la culminación de

una obra, en este caso la literatura aymara. Por ello, siempre se cita

la procedencia, los que me contaron, los que aportaron en algo en

toda la producción de literatura aymara. Este proceso se ha

tergiversado porque se sabe la complejidad cultural y lingüística

aymara. Así que, con él, se hizo literatura en dicha lengua, sacando

de la enredada y redundancia de la tradición oral para gustar la

lectura e incentivar producción literaria en esta lengua, sobre todo

para buscar desarrollar el hábito de lectura en lengua aymara en las

futuras generaciones.

Page 178: Libro 37 escritura aymara√ ok

178

g). Problemas históricos y socioculturales

Se puede asegurar que además de los problemas históricos y

socioculturales también hay un proceso de desarrollo en este rubro.

Reitero, primero fueron las traducciones bíblicas, luego canciones y

cuentos, ahí nació la poesía aymara sin canto. En la actualidad se

produce (si vemos la producción literaria, en esta lengua de la

Reforma Educativa) en base a cuentos y poesía aymara sin canto.

Las creaciones personales son muy pocas y si hay son inéditas, son

orales como algunas novelas radiales y en su generalidad tienen

interferencias culturales y lingüísticas del castellano. Por ejemplo

los ensayos en esta lengua son pocas. En cuanto a las

investigaciones científicas en dicha lengua apenas hay una, la de

Carlos Mamani, sobre un tema histórico. Después del año 2000,

recién se habría iniciado la producción literaria de creación

individual, fecunda sobre todo. Será aún difícil encuadrarse al

contexto aymara o indígena, con lo que se retrasará aún todavía

más.

De la misma manera el proceso de toma de conciencia de la

importancia de la lectura tuvo también sus primeros pasos. En

principio, el aymara, se inició leyendo como el castellano. Mucho

después se entendió que no se debía leer corrido como el castellano

sino pausada y tranquila en la lengua aymara.

Cuando se ensayó la lectura del aymara corrido como el

castellano grande fue la sorpresa. Cuando uno se ha visto enredada

Page 179: Libro 37 escritura aymara√ ok

179

en una serie de conflictos producto de la tipología lingüística, en

cada una de ellas. En esta situación sería cómico ver leer la lengua

aymara a la mayoría de sus propios hablantes, en especial los que

recién se inician en el estudio de esta lengua, me refiero a

estudiantes de nivel superior.

Cuando uno no se está bien entrenado en la lectura de esta

lengua, tiene varios problemas, por falta de tradición de lectura. Lo

mismo ha ocurrido con la escritura, ya que escribían con el alfabeto

castellano, luego mejoraron medianamente y después se dieron

cuenta que no eran iguales la escritura de ambas lenguas, que

habría que tomar conciencia del valor de los símbolos en una y otra

lengua.

Fuera de ello hay otro componente importante que se debe

tomar muy en cuenta si se quiere escribir y analizar la literatura

aymara, en estos pasos o etapas del proceso de la escritura aymara.

El hecho es que los indígenas que hablan esta lengua y otros como

sus padres y abuelos estuvieron colonizados desde hace siglos. Los

indígenas actuales fueron colonizados más o menos hace como

cincuenta años con mucha más intensidad y efectividad con la

escuela. Es decir colonizados con nuevos modelos ajenos de

comportamiento sociocultural. Eso repercutirá desfavorablemente

en la gente que se dedique en la producción literaria aymara.

La castellanización fue más intensa desde 1952 a 1990 más o

menos, aunque luego hubo coyunturas para contestar y luchar por

una educación acorde con los derechos humanos y del niño. En este

Page 180: Libro 37 escritura aymara√ ok

180

proceso los indígenas se han empapado de la manera de ver el

mundo como de sus señores y con la propia han actuado y

sobrevalorado los valores ajenos. Se han avergonzado de propia

lengua, de sus apellidos indígenas y hasta de los nombres de sus

pueblos y comunidades. Esos nombres han cambiado por una serie

de nombres extraños. Lo mismo ha ocurrido con su propia manera

de pensar y actuar.

Por tanto pretender escribir su propia lengua de la noche a la

mañana es sencillamente escribir con palabras aymaras frases y

oraciones castellanas. Mucho tiempo ha pasado para que se

percaten de esta situación. Por lo menos algunos tardaron una

década, en salir de esta situación. Aun así han dirigido sus medios

de comunicación con mucho miedo, esperando sanas críticas de los

supuestos conocedores de la materia de la redacción en esta lengua,

si es que los había. Ahora, habrán críticas, pero serán más por

intereses personales que por una crítica ecuánime puesto que toda

crítica a destiempo no es más que por revancha o una causa

emocional.

Como se verá hay un conjunto de pasos que se puede llamar

proceso de toma de conciencia cultural y de escritura aymara. Con

seguridad que esto ha debido pasar y pasa en muchas culturas

indígenas no andinas. Creo que hay mucho que trabajar en esta

materia. Aunque también hay que recalcar que en otros países es

posible que la situación sea distinta puesto que allí la educación

indígena empezó mucho más antes. Como también hay los que

Page 181: Libro 37 escritura aymara√ ok

181

empezaron recién en estos temas. Con todo no es homogéneo el

proceso de conciencia y de la escritura de las lenguas indígenas.

5. LA LITERATURA EN LENGUAS AYMARA Y QUECHUA

En materia de literatura aymara y quechua se puede decir que

este campo es muy amplio. Para el aymara me remito a lo que dije

alguna vez en Puno en el "I Congreso de la Lengua y Cultura

Aymara". El quechua es una lengua gemela del aymara, en la

antigüedad se llamaba runasimi y el aymara jaqaqru, son dos

lenguas que tienen la misma tipología lingüística y cultural.

Asimismo hacen y son una hermosa pareja en la historia política

andina.

Sin embargo a grandes rasgos puedo decir que el quechua está

en una situación similar al aymara, es decir en la etapa de los

primeros pasos de producción literaria. Por ello es necesario

guardarse críticas destructivas para no desmoralizar el proceso de

producción literaria aymara y quechua.

Tenemos suficientes problemas en la tarea de incentivar el

desarrollo literario de las lenguas maternas, como para entretenerse

con observaciones destinados a frenar la producción literaria en

lenguas andinas. Con la alienación cultural, la educación de

transición al castellano, sustentadas irracionalmente por algunos

sectores y la comunicación social no siempre cumplen el papel de

Page 182: Libro 37 escritura aymara√ ok

182

toma de conciencia a favor de las lenguas indígenas, por el

contrario obstaculizan con sus programas ajenos y de aculturación.

Al final, sin duda habrán nuevos problemas, gente que se aferre

a una forma escrita de las lenguas indígenas como si fuese un

dogma religioso. En cambio, continúan codeándose con los que

sustentan la castellanización y los que buscan la educación bilingüe,

ante la paciencia de los indiferentes y profanos.

No es razonable que después de tantos años continúenos en la

oralidad cuando está tecnología, la forma escrita es y será siempre

la reina de la comunicación social, mucho más en la nueva era. La

forma escrita además de plasmarla para leer una y otra vez,

analizar e interpretar su significado para beneficio de los

interesados eterniza la lengua y permite la difusión del

pensamiento aymara y quechua más allá de lo insospechado. Por

eso la producción escrita de las mencionadas lenguas andinas debe

salir de la simple oralidad a la doble vía: oral y escrita.

Debemos saber que el dilema "para aprender una segunda

lengua es preciso saber bien la lengua materna" (Bárbara

Schuchard, 1972), se fue repitiendo por muchos años, es hora de

que la entendamos y la practiquemos. Ese es el camino para

aprender un buen castellano como segunda lengua.

Otro de los dilemas lingüísticos es aquel proclamado por Franz

Tamayo, que dice: "Para aprender a leer y escribir se precisa saber

antes hablar y comprender la lengua". Esto lo ha dicho en 1910 y los

Page 183: Libro 37 escritura aymara√ ok

183

"beodos" como él llamaba a los tecnócratas, no lo han entendido

entonces ni en los años 50, 70 ni hoy. Por no comprender a Tamayo,

irónicamente, han proclamado la alfabetización en lengua castellana

para los hablantes aymara y quechua. Hasta ahora muchos no las

entienden ni las van a entender, por eso se cierran y se oponen a la

educación bilingüe.

Hace unas dos décadas mucha gente no comprendía que el

aymara tiene solo tres vocales, incluso gente con doble doctorado.

Ahora proclamar cinco vocales en aymara es un descrédito para

quiénes lo sostengan. Dicen que la historia no se repite. Pero ahora,

paradójicamente, nuevamente la historia parece repetirse. Hoy,

gente con doble licenciatura no entiende lo que es una

normalización lingüística y siguen proclamando que "se debe

escribir el aymara así como hablamos".

Ya ha retornado el paradigma de la diversidad con la

Revolución Informática Cibernética y los profesores como Jaime

Escalante, doctores como Guillermo Bedregal y otros, consideran

que la educación bilingüe es un retroceso en plena era de la

diversidad. O sea, siguen pensando que el tiempo es lineal, cuando

el mayor intelectual occidental Albert Einstein ha generado una

nueva concepción, la de “relatividad cultural”. Por lo tanto nos falta

mucho por entender la realidad en que vivimos entre unos y otros.

Existe todavía una intolerancia, un autoritarismo vertical en

tiempos de la horizontalidad.

Page 184: Libro 37 escritura aymara√ ok

184

Hay mucho por hacer por nuestro pueblo y nuestro futuro.

Parafraseando a un proverbio árabe podemos decir “mientras

podamos escribir un libro hagámosla en nuestra lengua materna,

plantemos no sólo un árbol, sino muchos y eduquemos a nuestros

hijos para una civilización de respeto a las diferencias y no para una

que se está despidiendo”.

Si bien hasta ahora se han producido dichos instrumentos

lingüísticos desde una posición tradicional o si se quiere empírica,

sin rigores lingüísticos, es que los especialistas por más que sepan

hablar la lengua aymara, no van a escribir con estos instrumentos,

sino algunos líderes lingüísticos del pueblo y ya lo harán en su

oportunidad. Además algunos profesionales en el pueblo aymara

necesitan fuertes incentivos para producir sus materiales y lo hacen

siempre en castellano sobre la lengua aymara. Tampoco hablan

dicha lengua a diario sino ocasionalmente cuando los conviene. Si

han hecho investigaciones con nombre de tesis jamás publican sus

obras, salvo muy pocas excepciones, los más los han guardado en

los archivos de su institución, al cual tienen acceso muy pocos o

sólo ellos. Si es una tesis de licenciatura ¿cuál el miedo a

publicarlas? Yo por mi obra no temería usar los recursos

económicos propios para difundirlos.

Page 185: Libro 37 escritura aymara√ ok

185

V

LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA

AYMARA

Introducción

Una primera observación. En un país con múltiples lenguas la

política lingüística del Estado debe ser, por lo menos, propender a

enseñar siquiera las principales lenguas, pero aquí solo se ha

procedido, con el nombre de libertad en idiomas se enseña la

lengua del conquistador.

Una segunda mirada. Las lenguas nacionales, si se han

reconocido, deben ser difundidos por los tres estamentos

educativos: desde la educación regularizada, educación superior y

educación alternativa. Además de que existen esos estamentos

estatales ninguna de las mencionadas instancias las difunden de

manera sistemática y regular, sino de favor, demagógica o

conmiseración. Los que pueden enseñan las lenguas indígenas

como pueden y los más improvisan. Es más su personal de

Page 186: Libro 37 escritura aymara√ ok

186

instrucción discute con el Estado y en contra de las leyes si se debe

o no enseñar las lenguas indígenas.

Un tercer vistazo. Hasta ahora no existe una metodología de

enseñanza de lenguas, aún para la lengua oficial y menos para las

lenguas indígenas. Si hay algunas metodologías son iniciativas de

enseñanza de lenguas por gente dedicada voluntariamente a esta

labor. Todos los profesores de enseñanza de lenguas del país son

profesionales autodidactas que la vida les ha enseñado a obrar en

un mar de confusiones y estériles con las lenguas indígenas.

Todos sabemos que en esta nueva era es imperioso aprender

una de las lenguas indígenas en Bolivia. No porque se le ocurre al

gobierno de turno, sino porque el paradigma universal es

diversidad, alteridad y horizontalidad entre todos. Además hoy

estamos en una especie de “relatividad cultural”. Eso supone que

no hay culturas ni lenguas superiores tan solo diversos o diferentes

comparadas unas con otras y que hay respetar al otro en la medida

en que quieras ser respetado. Hoy la cultura se encamina hacia una

convivencia horizontal sin verdades absolutas.

Por eso los voluntarios y autodidactas hemos llegado al

convencimiento de que el Estado no va hacer nada por las lenguas

indígenas, porque apenas dan pautas de política lingüística. No es

quedarse en fabricar leyes sino dar un real impulso a la nueva

convivencia en los términos anunciados. Nuestra política también

está colonizada y allí no llega la descolonización, hasta hicieron

falsas alfabetizaciones, la alfabetización siempre ha sido en la

Page 187: Libro 37 escritura aymara√ ok

187

lengua materna, pero ellos han inventado una alfabetización en el

segundo idioma.

1. BASES PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS

Para enseñar una lengua hay que conocer bien las categorías y

las estructuras gramaticales de ambas lenguas, la del estudiante y la

lengua a enseñar, que no son iguales, a menos que sean lenguas

emparentadas como castellano y portugués o paralelas como la de

aymara y quechua. El profesor de lengua debe saber enseñar o

mínimamente conocer la lingüística para facilitar su propio trabajo.

Y para los estudiantes de una lengua, el lema debe ser, “para

aprender una segunda lengua es necesario saber bien la lengua

materna”. Porque es en base de las estructuras de la lengua materna

que se va a contrastar y asimilar con dedicación las diferencias.

Se debe identificar los valores conflictivos con la lengua

materna y la segunda lengua. Como los clásicos de la lingüística

han dicho que “la lengua es un sistema de h{bitos”, entonces se

aprende practicando, es fundamental ir acostumbrándose a hablar.

No se enseña la lengua partiendo de la gramática, pero pese a eso

más adelante siempre se requerirá el auxilio del ordenamiento de la

gramática. De una u otra forma, la lengua es gramática.

En la situación boliviana el análisis contrastivo ayudará a

comprender mejor la tarea y la del estudiante de lengua para un

rápido aprendizaje. El análisis contrastivo surge y explica los

Page 188: Libro 37 escritura aymara√ ok

188

fenómenos opuestos o conflictos entre dos lenguas y culturas. En

especial muestra el funcionamiento de ciertos valores gramaticales

y culturales de una lengua frente a otra, en este caso el de castellano

y la lengua aymara, que son sistemas diferentes.

Si consideran que una lengua es muy difícil podría ser debido a

las diferencias tipologías lingüísticas, como el caso de las lenguas

Aymara y Quechua versus Castellano. Las primeras son lenguas

sufijantes por excelencia y pertenecen a lenguas aglutinantes y la

otra, por el contrario, es flexivo-aislante. Totalmente opuestos.

Además de que dichas lenguas andinas salen de los parámetros

propiamente lingüísticos. Aquí, además tiene que ver la tipología

cultural.

Para muchos es sabido que mucha gente pareciera tener terror a

la lengua aymara. La consideran, sin darse cuenta, muy difícil.

Aquello ha contagiado incluso a los propios aymaras quienes temen

escribir su propia lengua. Y con ello no hacen más que distorsionar

su mente de forma psicológica. Si dices que es difícil, es difícil. Aquí

entra la habilidad del profesor de lengua de desbloquear ese

trauma, el desmitificar una falacia que como un tumor bloquea la

mente. Todas las lenguas son complicadas, con algunas excepciones

como el portugués para castellano hablantes o quechua para

aymaras o viceversa. A la hora de aprender una segunda lengua

ayudará muchísimo, reitero, la decisión y el deshacerse del trauma,

para el aprendizaje de una nueva lengua, en la situación boliviana.

Page 189: Libro 37 escritura aymara√ ok

189

2. LOS COMPONENTES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS

A. Los estudiantes

Tenemos un abanico de posibles estudiantes de lenguas.

Entre los del mismo país tenemos a los propios aymaras que

saben hablar la lengua aymara y no saben escribirla, nativos que

han perdido casi un 50% del idioma materno y que tienen muchas

dificultades. Los nativos que apenas hablan un 20 o 10 % del

aymara necesitan recuperar su aprendizaje del idioma materno.

Asimismo, tenemos estudiantes de aymara que no hablan nada de

este idioma. Como también tenemos extranjeros interesados en la

lengua aymara. Para enseñar a éste último grupo es esencial tener

los conocimientos lingüísticos, porque con ellos podemos explorar

la tipología y características sintácticas para tener éxito en nuestro

propósito.

Requisitos:

Decisión del estudiante: no debe venir por curiosidad o porque

le han obligado o por necesidad. Éste último tiene varios tipos de

necesidades, por necesidad de comunicarse con los que hablan ésta

lengua o porque le han obligado a presentar pruebas de que se sabe

hablar el aymara para optar un cargo. Éste último, aunque

obligado, que es un avance, algún día comprenderá de verdad que

Page 190: Libro 37 escritura aymara√ ok

190

es necesario saber hablar dicha lengua. A los anteriores hay que

motivarlos.

Dificultades

La edad de las personas. La edad tiene mucho que ver con el

aprendizaje de una lengua. Aunque no faltan excepciones, cuando

hay decisiones tomadas en serio o cuando ya sabe hablar varias

lenguas. Las lenguas llaman a las lenguas. Quién sabe dos o tres

lenguas, por más que sea adulto, si tiene una decisión tomada y

puede aprender con soltura otra lengua más.

Sucedió en un curso extraño de aymara extra universitaria, de

gente de pueblo, sean éstos gringos, mestizos criollos o aymaras

que han perdido su lengua hace tres generaciones.

Los ancianos aymaras decían: “Ch’uqixa khallt’ixa,

khallt’apuniwa”. Es decir, si la papa queda a medio cocer ya no cuece

por más que haya suficiente fuego. En este caso jamás volverá a

cocerse. Aquellos estudiantes de aymara que procedían de varios

cursos rápidos de aymara, han iniciado y luego por diversas causas,

por ejemplo por falta de práctica diaria del nuevo idioma, se

olvidaron gran parte de lo aprendido, luego cuando tuvieron

tiempo, ante otro profesor, nuevamente fueron a inscribirse para

aprender aymara. Lo mismo que anteriormente abandonaron a

medio camino su estudio de aymara alegando que el profesor no

sabe enseñar u otro argumento. Así, sucesivamente hasta que entra

en el trance de que nunca aprenderá aymara y si lo cree y sigue

actuando así, pues así ser{. Gleasson dice que la lengua “es un

Page 191: Libro 37 escritura aymara√ ok

191

sistema de h{bitos”. Entonces si no se practica lo poco que se ha

aprendido el aymara, jamás se podrá desplegar a aprender el

idioma. Es como la chispa y luego la llamarada.

Fuera de ello hay otros componentes que dificultan la

enseñanza o el aprendizaje del nuevo idioma. Primero el prestigio

del nuevo idioma por aprender. El aymara es una lengua altamente

desprestigiada y por siglos por el colonialismo de todo tipo. Aun

para los propios hablantes de dicha lengua no tiene un valor

capital, sino secundario. El cambio de apellidos aymaras por uno

español es la prueba de esta aseveración. La lengua que sí tiene

reputación es el castellano, pero no existe la enseñanza de este

idioma para los indígenas. Por más que los indígenas quieren

aprender a hablar el castellano, pero no hay enseñanza del

castellano a los indígenas aymaras, sino una castellanización a los

aymaras y eso es enseñar a la fuerza el castellano a expensas de su

lengua materna.

Segundo, el trabajo recargado de los estudiantes de lengua

aymara también es un obstáculo para el éxito del aprendizaje de

dicha lengua. Un ejemplo. Los estudiantes universitarios, por la

naturaleza de vencer cuantas materias pueda, toman seis o siete

materias en un semestre además el aymara, ya no pueden atender a

tantas materias y muchas veces tienden a faltar o ir a clases de

aymara día por medio.

Tercero, la enseñanza asistemática de la materia. Ya hemos

dicho que para poder aprender una lengua debiera haber unos tres

Page 192: Libro 37 escritura aymara√ ok

192

niveles por no decir cuatro. Si vamos a empezar con un primer

nivel hay que continuar con el segundo y el tercero, pero esto no se

da en las universidades. Claro que un primer nivel ésta bien para

los que saben hablar la lengua objetivo, pero no para los que no

saben nada del idioma que se pretende aprender. Para ellos son los

tres niveles. Estas dificultades deben ser analizadas para tener éxito

en la enseñanza de lenguas indígenas.

B. Componente cultural

Para aprender un idioma no solamente es primordial la lengua

sino también es muy importante la cultura. Lo contrario es como

querer criar el pez sin el agua. Son importantes los puntos de

partida culturales, la cosmovisión y la lógica de la lengua a

estudiar.

Contenidos:

La enseñanza de una lengua jamás debe empezar por la

gramática, aunque los aprendices desesperados puede hacerla, sino

con la práctica oral de la misma lengua en forma sistemática. Sin

embargo, el contenido oculto es la gramática, porque sin ella la

lengua no existe.

Si es así, el primer componente serán los pronombres

interrogativos (sin éste cualquier idioma sería un desastre), los

nombres y verbos más usuales, paralelamente estarán presente la

fonología. Luego entrará las destrezas del estudiante de la nueva

Page 193: Libro 37 escritura aymara√ ok

193

lengua en el escenario y aquí es práctica y práctica oral de la nueva

lengua.

Las lenguas extranjeras en nuestro país se enseñan años en los

centros educativos regulares y aún así no logran resultados

satisfactorios por diversas causas. En este sentido, en un medio

bastante complejo como el nuestro, una lengua desprestigiada y

subestimada como el aymara o quechua, que adicionalmente no

cuenta con los instrumentos auxiliares necesarios, no es posible

pretender aprenderla y/o enseñarla en unos cuantos meses, sino,

solo una enseñanza elemental como para entender y saber contestar

las interrogaciones básicas, formular preguntas y comprender una

nueva cultura desde sus paradigmas. Ése es el Primer Nivel.

Con un profesor que conoce su materia y un buen método, con

un texto relevante y con estudiantes que de verdad quieren

aprender la lengua con la memoria y el corazón, los resultados

serán mayores a los esperados.

Materiales

No hay textos de aprendizaje de la lengua aymara, lo más

conocidos son el de Grondin, Cotari y algunos más. Son textos

escritos seriamente, un curso completo y que no sea traumático, es

fundamentalmente importante para no ahuyentar a los que quieren

aprender el idioma. Si últimamente aparecieron como hongos tras

la lluvia, algunos textos, son folletos elementales de la lengua

aymara, no es un método sistemático, creativo y efectivo para hacer

aprender la lengua aymara.

Page 194: Libro 37 escritura aymara√ ok

194

Para la producción de un buen texto de enseñanza del aymara

para no indígenas o de la enseñanza del castellano para aymaras, se

ha cifrado esperanzas en una generación de lingüísticas, se ha

esperado inútilmente, creo que los salvadores no vendrán, que

pena, no tenemos alternativa que acudir a los empíricos.

3. LAS INSTANCIAS PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS

En el país andamos muy mal en materia de enseñanza de

lenguas. No solo en aymara o en quechua, sino en la misma lengua

oficial castellana. Los bachilleres campesinos llevan la peor parte en

su formación y el aprendizaje de la nueva lengua. Aún algunos de

los estudiantes de colegio de los centros urbanos tienen problemas

de redacción en la lengua oficial, el castellano.

Existen tres instancias de educación en Bolivia: La educación

regular (primaria y secundaria). La educación alternativa (no es

regular ni escolarizada) y la educación superior (Universidades e

Institutos Superiores de formación.

En estas instituciones no se enseña sistemática y completamente

hasta aprender la nueva lengua. Si no solo se pasa un semestre de

los cuales son efectivos sólo cuatro meses del semestre. Son cursos

para simular que se enseña aymara y solo se enseña un aymara

incipiente, bueno porque es un Primer Nivel. Reitero, un idioma se

aprende, siquiera, en tres niveles, por no decir cuatro niveles.

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195

A. Enseñanza de lenguas en educación regular

Hasta hace poco no había textos de enseñanza de la lengua

castellana para los indígenas que no hablan dicha lengua. No existía

personal, especialmente preparado en enseñanza de lenguas, sino

que cualquier profesor podía asumir también la materia de

enseñanza de dicha lengua. Creen que es suficiente que hable el

idioma de enseñanza. Peor aún no existe un método probado y

debidamente experimentado. Sin duda es la parte más delicada de

la enseñanza de lenguas en Bolivia.

En el país se enseña el inglés, francés y otras lenguas durante 12

años, sin lograr aprender dichas lenguas. Casi lo mismo pasa con

las lenguas indígenas en los centros urbanos. Se está fallando

primero en la creación de un método de enseñanza de lenguas y

segundo no existe un texto que refleje éste método, luego son

importantes la capacidad de los profesores y el interés de los

estudiantes por aprender dichos idiomas.

Recalco, a los lingüistas jamás se les ha ocurrido elaborar un

texto de enseñanza del castellano para los monolingües aymaras y

quechuas. Si el objetivo es recuperar las lenguas aymara y quechua,

esto será posible en la medida en que los campesinos hablantes del

aymara y quechua aprendan a hablar bien el castellano.

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196

B. Enseñanza de lenguas en educación alternativa

Desde la gran campaña, realizado por el Servicio Nacional de

Alfabetización y Educación Popular (SENALEP) en la década del

los años 80, entonces tan fustigado por algunos sectores gremiales y

sindicales en su tiempo, se pudo hacer mucho por la dinamización

lingüística y cultural del pueblo, por dar esperanzas para proseguir

sus estudios posteriores. Sea para alcanzar a profesionalizarse o

bien continuar de manera autodidacta por la lucha de su cultura.

Los continuadores de la educación alternativa que mejor han

desarrollado el legado del SENALEP fue el CETHA –Corpa.

Entonces, es menester estudiar esta historia del Centro de

Educación Alternativa del país.

Hoy se olvidan de sus hazañas y se atreven a la alfabetización

en castellano. Se alfabetiza a las personas que hablan su lengua

materna, pero que no las escriben, lo demás es enseñar otras

lenguas.

4. LA IMPORTANCIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS

Antes, para muchos, era una vergüenza hablar y enseñar las

lenguas indígenas en las escuelas. Los tiempos han cambiado de

dirección y hoy es una necesidad y obligación aprenderla. Sobre

todo aprender a escribir sabiendo hablar el aymara. Mañana será

parte de nuestra cultura general, en nuestro país el saber hablar y

escribir las lenguas indígenas.

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197

El interés en el país por las lenguas indígenas ha crecido

paulatinamente desde los años noventa. En muchas carreras

universitarias fueron tomando muy en cuenta el asunto de lenguas

indígenas. En algunas universidades del mundo Centro Andino es

requisito saber una de las lenguas indígenas para culminar los

estudios superiores en forma integral. El interés por las lenguas

indígenas en países del Hemisferio Norte surgió en los años setenta.

Este hecho no es solamente en centros de formación académicos del

país sino en los países vecinos como Perú y Chile. Así mismo, se

enseña en universidades de Norte América y Europa.

El estudio de las lenguas aymara y quechua, como toda lengua

del mundo, es amplio y complejo. Para introducirnos, estamos ante

una lengua muy antigua que tiene unos cinco mil años y durante

ese tiempo se ha mantenido en la oralidad. Recién en la Colonia

nació la escritura latina de las lenguas andinas. Sin embargo, sobre

la escritura latina aún es tema complejo y existen pocos trabajos

sobre el tema. Asimismo, vamos a referimos al proceso histórico

general de la escritura, es decir cómo y cuando se empezó a escribir

las lenguas aymara y quechua en la simbología latina, pero sobre

todo las razones por las que se debe escribir en dichos símbolos.

Aunque parezca absurdo para algunos, las lenguas Aymara,

Quechua y otras son importantes para recuperar la fuerza propia de

nuestros pueblos, porque detrás de las lenguas y culturas están

otras energías innovadoras y creadoras que han sido cambiados con

la concepción de espacio y tiempo lineales. Las lenguas recuperan

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198

las energías para retornar al conocimiento seminal, la reciprocidad,

la totalidad y lo comunitario. Es pues muy importante, es decir

capital, para reconocer con facilidad la cosmovisión propia, la

sacralidad de la Tierra y que ella es viva y parte de los seres

humanos.

En el nuevo milenio querer extinguir las lenguas indígenas en

nombre de la “civilización” y homogeneización, es un crimen. Ya

no es tiempo de amordazar a un pueblo haciendo que cambie su

lengua materna por la fuerza por el idioma oficial del colonialismo,

mucho más si se tiene en cuenta que esa lengua es opuesta a la

naturaleza de la lengua materna del indígena. En los nuevos

contratos sociales del Siglo XXI se requiere, urgentemente, la

enseñanza de la lectura y escritura en sus lenguas maternas y la

enseñanza de la segunda lengua u oficial de forma apropiada.

Cuando se habla de alteridad y diversidad, la civilización y la

homogeneización no son coherentes con la época, no retomar las

lenguas indígenas.

Nadie se opone a la enseñanza del castellano como segunda

lengua. Toda lengua para el ser humano es un recurso de

comunicación, pero nos oponemos a la "castellanización", porque

mata a las lenguas indígenas. Además existe otro argumento más

contundente, al niño se le enseña en la lengua que sabe. Y toda otra

lengua que el niño no sabe hablar, se le enseña a hablar y después,

cuando ya la haya aprendido se le enseña a escribir su lengua

materna, al que pasará con facilidad los mecanismos de la lectura y

escritura de la segunda lengua.

Page 199: Libro 37 escritura aymara√ ok

199

Estamos en el Hemisferio Sur. La Naturaleza, es decir, el medio

ambiente, el clima, el movimiento del agua, son distintos al

Hemisferio Norte. Aquí todo es diverso y lo que es diverso

funciona. Allí es la puntualidad, aquí es flexibilidad. Hoy la lógica

no es aristotélica solamente, sino también es trivalente o difusa.

Reitero hoy vivimos en tiempos del reinado de los paradigmas de

alteridad y diversidad. Por eso, el saber muchas lenguas es una

riqueza para los pueblos, porque tienen diversas formas de ver el

mundo, de ver las cosas y de respetarse mutuamente.

5. LAS RAZONES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS

A. ¿Por qué la enseñanza de lenguas indígenas?

Antes nos hablaban de “castellanización” y “civilización”

porque el paradigma era la homogeneización y eran tiempos de la

Revolución Industrial. Hoy estamos en la Revolución Informática y

Cibernética, el paradigma ordenador es diversidad y alteridad, esto

hay que saberlo bien para tener éxito en la vida.

Antes el objetivo era aprender una sola lengua oficial, hoy es

respetar al otro y sólo aquel que sabe varias lenguas tiene mayores

opciones. Para los bolivianos hoy es imperioso saber una de las

lenguas indígenas no solo porque lo dice nuestra Constitución, sino

por necesidad y por deber. ¿O, no es un deber ser culto?

Page 200: Libro 37 escritura aymara√ ok

200

¿Por qué aprender una lengua indígena además de la

disposición Constitucional?

Concretamente: ¿Cuáles son las razones de la importancia de

aprender el Aymara o Quechua?

B. Para los propios indígenas

a) Para que uno sea genuino. Porque cualquier ser humano,

sólo puede ser creativo a partir de su lengua y cultura maternas.

Para evitar que su creatividad se anule y que por que las hablen no

se conviertan en simples calcadores, plagiadores y remedadores.

b) Para aprender bien y debidamente una segunda o tercera

lenguas sólo a partir de la lengua materna se aprende correctamente

una segunda lengua, en este caso el castellano. Muchas veces

importan los calcos sintácticos a la hora de aprender otra lengua,

siempre habrá comparaciones y las diferencias con las

comparaciones son las que se debe aclarar en una y otra lengua

para aprender o para enseñar.

c) Para evitar y entender que las lenguas y culturas hoy son

relativas en el mundo y que nadie tiene la verdad absoluta. La

alienación cultural era producto de la superposición de culturas,

por la imposición de culturas con mucho prestigio contra otras

culturas desvalidas como la aymara y quechua. Ya es tiempo de

aprender el castellano, el inglés, el mandarín o cualquier otra

lengua extranjera, pero sin olvidar ni reprimir, como en el pasado,

Page 201: Libro 37 escritura aymara√ ok

201

la lengua materna. Hoy es tiempo de dignificación de las lenguas

oprimidas.

C. Para los no indígenas

a) Para ser ecuánimes, solo aprendiendo una lengua indígena

recuperarán su dignidad. Para conocer la Patria profunda con su

rica diversidad cultural y lingüística, sin prejuicios.

b) Para practicar la alteridad que es el paradigma de

comportamiento más importante del siglo XXI, y esto es conociendo

mejor a sus habitantes, dónde viven, cuántos son, cómo piensan,

cómo ven las cosas y cómo son sus idiomas.

c) Para vivir ya en armonía, justicia y paz con los habitantes

originarios, un día injustamente maltratados.

d) Para entender y archivar los odiosos prejuicios coloniales que

distancian y reflejan la ignorancia y nos hacen quedar mal en plena

era de la diversidad y alteridad.

3) Para los que son o creen que son extranjeros

a) Para vivir en armonía con los originarios del país en que

están de paso o residen.

b) Para conocer mejor su pensamiento, sus sentimientos y para

tener éxito en sus relaciones

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202

c) Para completar su cultura general, para saber cómo piensa la

gente en diferentes culturas.

En el transcurso del tiempo las concepciones y las actitudes de

los investigadores fueron cambiando poco a poco valorando lo

indígena aunque, pese a ese cambio cualitativo, las políticas no

cambiaron con esa misma rapidez. Los que menos comprenden

estos cambios son los políticos de todos los colores porque se

aferran a determinaciones de sus jefes o doctrinas refutadas por la

historia y los avances científico-tecnológicos.

Ya lo dijo uno de sus sabios: "La civilización implica la coexistencia de

culturas que presentan entre sí la máxima diversidad. Consiste incluso en esta coexistencia. La civilización mundial no puede ser la coalición, a escala mundial, de

culturas que guarden cada una su propia originalidad." (Claude Levi-Straus,

Race et Histoire, París, 1961).

6. NUESTRAS TAREAS PRIORITARIAS

Las corrientes que niegan los valores autóctonos o indígenas

aún son muy fuertes y arraigadas en amplios sectores del país, lo

que supone aún una larga tarea de cambios de mentalidades y de

debate público. No es suficiente dotar a las lenguas de un rosario de

leyes sin el apoyo financiero.

Esa corriente de verticalismo y de homogeneización ha llegado

incluso a construir un nuevo colonialismo para distorsionar a los

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203

propios autóctonos, originando desconfianza de las propias

culturas del dominado. Esta corriente, mimetizada incluso en

corrientes pro-autóctonas, motiva también, sin darse cuenta,

actitudes demagógicas que se manifiestan en apoyo solamente

verbal a la oficialización de las lenguas nacionales, motivado por

simple conveniencia de comodidad política.

Hay que trabajar mucho en educación, en especial en el nuevo

currículum escolar. Reitero al niño se le enseña en la lengua que

sabe hablar. Enseñar al niño o niña en una lengua que no sabe

hablar, es traumatizar y destrozar su personalidad. Eso es lo que ha

estado sucediendo hasta ahora en el país, salvo algunas

excepciones. Sin entender lo que es la educación intercultural

bilingüe es difícil entender la intra-culturalidad. No hay que saltar

pasos progresivos ni regresivos, ahí está el secreto de lo

retroprogresivo.

Hablan de alfabetización. Se alfabetiza al que sabe hablar la

lengua y no la sabe escribir. Se enseña una segunda lengua al que

no sabe dicha lengua. Los pasos son distintos. Mientras hayan

monolingües en lenguas indígenas en el país, no es concebible

alfabetizar en castellano y luego plantar banderas blancas. Aun con

un incipiente castellano balbuceado, la alfabetización no salvará al

trauma lingüístico aplicado, durante el proceso de castellanización.

Aquí la tarea es amplia y complicada. Se trata de una cruzada de

reflexión y toma de conciencia interior de liberación.

Page 204: Libro 37 escritura aymara√ ok

204

Poca gente entiende cuando se habla de la revitalización de las

lenguas y culturas autóctonas. Alguno que otro se pregunta: ¿Por

qué revitalización, acaso no está vivo el aymara? El pueblo aymara

o quechua está vivo, en especial en sus personas mayores, sin

embargo en su juventud y peor en su adolescencia, por la acción

alienante de la escuela, está casi muerta.

Nuestras tareas por ahora son:

1.- Producción de literaria monolingüe en lenguas indígenas

autóctonas.

2.- Ahora que se reconoce a las lenguas oprimidas se debe

incentivar la enseñanza de dichas lenguas en todos los estamentos

estatales, públicos y privados.

3.- Alfabetización en lenguas aymara, quechua, guaraní, etc.

4.- Crear periódicos y revistas en lenguas mencionadas.

5.- Publicar los instrumentos normativos lingüísticos de las

mencionadas lenguas.

6.- Ya lo hemos dicho alguna vez de iniciar estudios y planes

tendentes a lograr el poder económico para asegurar y consolidar la

revalorización y revitalización de las lenguas nativas.

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205

VI

INTRODUCCIÓN A LA EDUCACION

BILINGÜE

Introducción

En toda la era colonial y republicana fue tradición la actitud de

discriminación y una sarta de prejuicios contra las lenguas

indígenas. Las culturas indígenas además eran consideradas como

hechos y obras de salvajes en la Colonia y los pueblos del oriente

boliviano eran vistos aún peor y no solo eso, se los cazaba como a

fieras perjudiciales (Léase a Wanda Hanke).

Las lenguas andinas y no andinas de estas tierras, porque

estructuralmente no tenían similitud con la gramática del latín, eran

consideradas inferiores e imaginaron que era un obstáculo para el

progreso. En la era republicana, esa mentalidad colonial, no había

cambiado en nada. En la actualidad aún existe gente con esa

creencia.

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206

Luego con la Revolución del 52, a mediados de 1955 recién se

empezó a implantar las escuelas en las comunidades indígenas, bajo

la Reforma Educativa y la mirada incrédula de las fuerzas sociales

derrotadas. Estas escuelas no desarrollaban la propia creatividad,

sino distorsionaba y alienaban al pensamiento indígena,

imponiendo una nueva forma de ser. Porque su política fue

imponer un nuevo modelo de desarrollo, por tanto, fue plenamente

una especie de invasión cultural, de “castellanización y

civilización” a la fuerza. El paternalismo ante todo fue la norma a

seguir sin discutir. Ellos, los blancos revolucionarios, lo sabían todo

pese a que los sectores populares habían hecho la Revolución. Los

indígenas sólo tenían que obedecer y hacer lo que ellos mandaban.

Sabían ellos los modelos de vida y todos tenían que aprender ese

modelo. Lo que importaba entonces era la “civilización” y el

“progreso nacional”.

Reinaba la cultura occidental. Todos tenían que saber que ella

era la rectora y el modelo en el mundo, los demás que no coincidían

con ella, eran considerados salvajes, es decir no eran culturas. Con

ese argumento pueril han dominado y domado el mundo indígena.

Hasta ahora ese concepto sigue y permanece vigente en varias

capas sociales. Los caminos de la descolonización empieza a partir

de la Segunda Guerra Mundial.

No había enseñanza del castellano sino una brutal

“castellanización”, es decir cambiar por la fuerza las lenguas

indígenas por el castellano. Para plasmar esa política, la

metodología era brutalmente traumática. Además de ello, el

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207

personal docente que la ejecutaba fue gente improvisada, algo así

como si vaciaran la ciudad de desocupados y a falta de estos

algunos malandrines más, a quienes llamaban maestros interinos.

Se castellanizaba directamente con la lectura y escritura del

castellano prohibiendo el uso de su lengua materna en el aula a los

niños. Por esta vía se ha llegado a la distorsión de ambas lenguas.

Eran las últimas décadas donde sólo algunos sectores sociales

tenían la verdad absoluta.

Los indios no podían instruirse ni podían aprender a leer ni

escribir en castellano y menos en sus propias lenguas. Éstas estaban

desacreditadas y discriminadas, tampoco podían votar en las

elecciones, no tenían derechos ni ciudadanía. En materia de salud

estaban abandonados a su suerte. Eso sí, cuando había que exprimir

sus fuerzas para beneficio del patrón se lo hacía a punta de garrote.

Se podía vender una hacienda con su población. Eso es esclavitud

¿o no? Arguedas afirma en Raza de Bronce: “Nunca se dieron el

trabajo de meditar si el indio podía zafar de su condición de

esclavo, instruirse, educarse, sobresalir.”

Finalmente hay que recordar que el pensamiento del pueblo

aymara es holográfico, por tanto, su lucha antes que personas o

individuos es global, comunal. Su lucha se asentó desde varios

frentes, digamos gremiales. Naturalmente que su lucha no era

igual, unas son más que otras, depende desde el campo que haya

escogido pelear por su liberación.

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208

1. LA UNESCO Y LAS LENGUAS VERNÁCULAS

Pese que la UNESCO en 1954, ya aclaró que “Es un axioma afirmar

que la lengua materna constituye el medio ideal para enseñar a un niño. Desde el punto de vista psicológico, la lengua materna es el sistema de signos que funciona de manera automática en su mente para permitirle expresarse y comprender. Sociológicamente, es un medio de identificación entre los miembros de la comunidad a la que pertenece. Desde el punto de vista educativo, el niño aprende más rápidamente empleando esa lengua que mediante otra con la que no esté

familiarizado.” (Op. cit. p. 13). Los civilizadores no lo creyeron tanto

tiempo y recién lo hacen, a tanta exigencia del mismo pueblo y de

los organismos internacionales como la UNESCO y el UNICEF.

Florian Coulmas, en 1983, afirmó: “El interés en la muerte de un

idioma se originó en Europa Occidental y en Norte América, donde los grupos minoritarios que viven dentro de las fronteras de Naciones-Estado consolidados y opulentos, han sido capaces, recientemente, de obtener algún apoyo y simpatía para su causa. Históricamente, la idea de la Nación-Estado y con ella la del nacionalismo europeo que floreció desde el Renacimiento, nunca ha favorecido la diversidad lingüística y cultural, sino, más bien, ha puesto énfasis en la unidad y uniformidad. Las minorías fueron con frecuencia consideradas como una amenaza

para la integridad nacional.” (Op. cit).

La conclusiones de la UNESCO son contundente cuando

afirman: “Cuando la lengua extranjera pertenece a una cultura totalmente

extraña, el niño halla dificultades adicionales aún mayores: interpretar por sí mismo las nuevas ideas en términos de su propio pensamiento –su lengua materna–, y expresar sus propias ideas y pensamientos en los nuevos modos de la lengua extranjera. Las ideas que han sido formuladas en una lengua son tan difíciles de expresar en los modos de otra, que una persona encargada de esa tarea puede muy bien perder su facilidad para expresarse. Un niño, obligado a efectuar ese trabajo a

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209

una edad en que su capacidad de autoexpresión, aun en su lengua materna, no está completamente desarrollada, quizá no logre nunca expresarse adecuadamente. Por estas razones, es necesario realizar todos los esfuerzos posibles para dar la

educación en la lengua materna.” (Op. Cit. P. 50-51).

En el Seminario sobre «Educación y lenguas nativas» que el

Centro Portales realizó entre 12-14 de octubre de 1973. Se supo que

pese a ciertos prejuicios coloniales, las “Experiencias realizadas con

campesinos que aprendieron los rudimentos de lectura y escritura en castellano, muestran que al pasar a la práctica de la lectura y escritura en lengua nativa, superan rápidamente las dificultades iniciales, incluso descubriendo ellos mismos las reglas ortográficas nuevas al interpretar los significados de las palabras por

contexto.”

Por estas y por varias otras razones, no hay que ver a la

Educación Intercultural y Bilingüe como algo imposible e

impensable. Son nuestros miedos y nuestros hábitos coloniales que

los hemos considerado como verdad absoluta, nos hacen sus

esclavos y no nos deja pensar con lucidez. Siempre se ha dicho que

el pensamiento opresor es un pensamiento único y tan poderoso

que nada puede cambiarlo o transformarlo, cuando, hoy en

nuestras narices, se está desmoronando. La cultura del opresor está

en crisis. Hoy nada hay absoluto, todo es incertidumbre, vivimos en

tiempos de caos cuántico, sin embargo en la cultura aymara y

quechua ése fue y es un paradigma, de ahí que la lógica andina es

trivalente.

La UNESCO hasta hoy sigue en defensa de las lenguas en

peligro de extinción o indígenas en su gran mayoría, pero todos son

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210

“sordos por conveniencia”. Para la sorpresa de muchos el quechua

y aymara también están considerados en peligro de extinción.

2. PRECURSORES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE

Entre 1894-1906, Friedrich Max Uhle y otros insisten en la

imperiosa necesidad de estudiar lo nativo, de comprender y

despertar el pasado estudiándolo a través de sus idiomas, folclore,

costumbres, técnicas y música en los pueblos de América.

Coincidiendo con estas posiciones, en esta misma época publican

varias obras importantes (Bertonio / Platzman, Middendorf y otros),

que coadyuvan a este movimiento.

En 1917, Juan Bardina, experto español en educación, en su

informe al Presidente, decía “Yo no estoy obligado a colaborar en la

desviación y anulación de una raza.” (Op. Cit. P. 14) Esto refiriéndose a los

pueblos aymara y quechua. Y continua m{s all{: “Son pocos en La Paz

los que han estudiado más profundamente que yo la literatura aymara, la lengua quetchua, el folklore indígena. Negar a los alumnos las luces de esas capacidades, es atentar contra lo más elemental de su cultura. Una cosa semejante podríamos decir

de no pocos puntos especializados correspondientes a otras secciones.” (Op. cit.

34). Y concluye: “Y como si una voz misteriosa surgiera del fondo del Lago

Sagrado y la llamase a un gran destino, esos indiecitos, tan despreciados hoy, serían asombro del mundo y orgullo de su país; porque, por segunda vez en la Historia, se habría demostrado que la civilización y la energía no son patrimonio eterno de

una sola raza.” (Op. Cit. 199).

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211

Posteriormente, el polígrafo boliviano Daniel Sánchez

Bustamante, haciéndose eco de estas posiciones, propone que: “Los

niños de raza aimará o quechua deben recibir un núcleo muy firme de conocimientos; pero, por el momento, todavía muy restringido: ante todo, la enseñanza de la lengua castellana, sin soñar con desterrar el aimará o el

quechua;…” (op. Cit. P. 47-48). Sin embargo también proliferan las

posiciones contrarías, como por ejemplo la de Ezequiel Osorio

quien hacia 1916 planteaba la guerra implacable a los idiomas

aborígenes como una forma de integrar aceleradamente a los

nativos a la sociedad boliviana bajo la consigna: “Difundamos el

castellano y hagamos desaparecer las lenguas bárbaras.” (Citado por Guillen

Pinto, 1919, p. 78).

La meta desde hace tiempo fue: “El día que en Bolivia no haya sino la

lengua española en el uso de todos, podremos decir que estamos en la verdadera

senda que lleva el progreso.” (Guillen Pinto p. 165). No hay dudas, la

desaparición de las lenguas indígenas estaba ya determinada.

Luego en 1946, Vicente Donoso Torres, en su “Filosofía de la

Educación Boliviana”, proclamaba la “castellanización” del

indígena, “Necesitamos m{s bolivianos que indios” decía.

Aunque mucho antes de aquel filósofo Elizardo Pérez (1931), en

Warisata, pone en práctica sus propios ideales defendiendo el uso

de las lenguas nativas. Las concepciones anti-feudales del indicado

pedagogo se concretizan en la definición que hace él de su escuela:

“Lo ideal sería que todos los bolivianos hablemos español, quechua y aimara,

porque tales, son, en realidad los idiomas nacionales. Negar lo español sería tan necio como negar lo aimara o lo quechua en la formación de la conciencia o la

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212

mentalidad nacional. Nuestra Escuela es pues bilingüe y lo es porque los idiomas maternos no deben desaparecer, con el objeto de que concurran a ese gran proceso de interpretación idiomática, que dará con el tiempo un idioma estrictamente boliviano, así como el inglés que siendo de origen sajón y de influencia latina, es

hoy un idioma original.”(op. Cit. p. 474).

Esto se ve claramente cuando Máximo Huañuico compone su

célebre canción “Illampu” en aymara, así mismo Antonio Gonz{les

Bravo compone varias poesías aymaras.

3. EXPERIENCIAS DE EDUCACIÓN BILINGÜE EN PERÚ

Experiencias de educación bilingüe existen varias o quizá

muchas. En esta ocasión se citan, de acuerdo a mi visión, dos

experiencias más trascendentales del vecino país del Perú. Uno en

la Amazonía de dicho país en los años 70 y el otro en el

Departamento de Puno en los años 80, acá muy cerca del lago

Titicaca, experiencias que fueron llevadas en las lenguas: Shipebo,

Aymara y Quechua.

Mildred L. Larson, en 1979, dice que: “Los problemas de interferencia

lingüística fueron mínimos con el método de educación bilingüe. Aprendiendo a

leer primero en el vernáculo, la adaptación fue más fácil.” (Op. cit. p. 53). Esta

afirmación, realmente es tan importante para los propios andinos

que debería meditarse seriamente.

Es más. El autor cita un documento de la UNESCO de 1953 que

dice: “Educadores y psicólogos concuerdan en que un niño debe

aprender a leer y escribir en la lengua que se habla en el hogar<

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213

Cuando se han sentado esas bases, el niño puede lograr un dominio

total de su propio idioma y, si es necesario, de otros idiomas; sin

ello, existe el peligro de que nunca pueda lograr el completo

dominio de ningún idioma.” (Larson, p. 289)

“Así frente a otras posibilidades, la educación bilingüe en la selva, a pesar de

sus riesgos, ha producido positivos resultados, según la opinión de los mismos nativo-hablantes y los especialistas de campo que han trabajado con el programa. Dichos resultados incluyen: el estímulo de sentimientos de autoestimación y de confianza en sí mismas, el fomento de la participación en la vida nacional, la disminución del trauma socio-educativo; el mejoramiento de la situación económica y el nivel de salud y la apertura hacia una mayor independencia y la libre determinación. Tomándola como un todo, es posible que ninguna otra solución hubiera resultado tan efectiva, los resultados positivos sobrepasan a los

negativos.” (Larson, p. 289 y 290).

Esta experiencia está reflejada en una obra de 520 páginas con el

título de EDUCACIÓN BILINGÜE/ una experiencia en la Amazonía

peruana, publicado en Lima en 1979. Es una antología y

recopilación de Mildred L. Larson, Patricia M. Davis y Marlene

Ballena Dávila.

La experiencia de Puno, que ha tenido un fuerte apoyo

económico, nada menos que de la GTZ-Alemana, no fue bien

aprovechada, pese que sus técnicos han producido una motivadora

producción de materiales espectaculares para tal efecto. La

alienación cultural fue un escollo serio para obstaculizar la marcha

de la educación bilingüe y los técnicos de la misma sucumbieron

ante tal oposición. Tras dos décadas de aquella experiencia mucha

gente de Puno ni se acuerda de la misma.

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214

Creo que técnicamente el proyecto fue bien llevado. Hubo

recursos para realizarlo. El equipo pedagógico tampoco lo era

menos, se ve por su producción de textos para el proyecto. Los

materiales o textos producidos para cada grado y para cada materia

hablan mucho sobre el rubro, asimismo hubo las guías didácticas

para cada grado y materia. Entonces ¿dónde estuvo la falla?

Puedo estar equivocado, pero creo que la falla estuvo en la

población beneficiaria. Concretamente en los padres de familia de

las comunidades en que se realizó el proyecto de educación

bilingüe. Para muchos es conocido que en las décadas 70, 80 y hasta

90 campeaba una especie de fenómeno de “alienación cultural”,

tanto en Bolivia y el Perú. Esta es la vergüenza por hablar el aymara

o quechua y llevar apellidos indígenas. La gente ha creído que su

desgracia estaba en saber su lengua aymara o quechua y de lleno se

zambullía en el castellano para lograr su metamorfosis de indio a

mestizo. Cuando se hablaba de educación bilingüe creían que se

estaba hablando de una educación solamente en aymara o quechua

y las propias comunidades rechazan una educación bilingüe. La

paradoja es, mientras sus dirigentes exigen la oficialización de las

lenguas indígenas y piden educación bilingüe, sus bases rechazan la

educación bilingüe.

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215

4. EDUCACIÓN BILINGÜE Y LA REFORMA EDUCATIVA NEOLIBERAL

En los años 1989 a 1990 se inicia, bajo el Convenio MEC-

UNICEF, un proyecto de Educación Intercultural y Bilingüe en doce

núcleos escolares del país, 7 en la región quechua y 5 en la región

aymara. La educación bilingüe es una metodología. Lo fundamental

de esta es partir de la lengua que sabe el niño para ensenar. Aquí

Franz Tamayo nos dice, en 1910, esta joya; "Para aprender a leer y

escribir se precisa antes saber hablar y comprender la lengua". Esto

no se ha podido entender en cuarenta años hasta 1950 y de ahí

hasta ahora.

Entonces, metodológicamente, educación bilingüe es partir con

la escritura y lectura en la lengua que sabe el niño. Luego

simultáneamente, o un poco después, la enseñanza oral de la nueva

lengua, o segunda lengua. Una vez aprendido en forma oral

muchas palabras de la nueva lengua se hace la transferencia de la

escritura a la segunda lengua. Obviamente los fonemas y sus

símbolos comunes primeramente y luego aprenderán los nuevos

sonidos y símbolos de la nueva lengua. Debemos recordar que hay

dilemas que no deben ser olvidados. Para aprender una segunda

lengua hay que saber bien la lengua materna. El niño aymara ya

tiene aprendido con fluidez el idioma materno. Por lo que

aprenderá con relativa facilidad la escritura de su idioma. La nueva

lengua, en este caso el castellano, no se aprende despreciando la

lengua materna del niño, en nuestro caso el aymara. Esto es lo que

está sucediendo en las escuelas rurales.

Page 216: Libro 37 escritura aymara√ ok

216

Esta modalidad de educación bilingüe, como no podía de otra

manera, ha despertado un inusitado interés en muchos y en otros

un rechazo contundente. Y sobre todo ha producido alguna que

otra polémica. Eso mismo ha fortalecido a la causa del bilingüismo.

Todos esos antecedentes fueron calando hondo en algunos

intelectuales bolivianos que abogaron por la educación bilingüe. La

idea fue creciendo paulatinamente hasta que algunas instituciones

también realizaran experiencias de la educación intercultural y

bilingüe. Con esas experiencias se supo de las causas del trauma

que padecen los indígenas aymaras y quechuas. Como ejemplo

tenemos para un castellano "horrendo", como dirían algunos

escritores bolivianos.

Reitero, el Ministerio de Educación hizo sus experiencias de

Educación Bilingüe e Intercultural, bajo el convenio MEC-UNICEF

en los años 1989-1994. Experiencia que se generalizó en la Reforma

Educativa que emprendió hasta el año 2005.

Cuando se habla de educación intercultural y bilingüe alguna

gente cree que va ser una educación en una sola lengua, en este caso

solo en aymara, no entienden que quiere decir “bilingüe”. Si hoy la

temen todavía, me parece que es ignorancia e incapacidad para

entender los nuevos tiempos y un desconocimiento de los

paradigmas vigentes.

Varios son los factores que ocasionaron dicho fenómeno de

desentendimiento. El desconocimiento del valor de la lengua

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217

materna para el aprendizaje de una segunda lengua, la existencia de

dos fonologías distintas, la visión cultural diferente entre las dos

lenguas, las diferencias tipológicas lingüísticas y fundamentalmente

la falta de una adecuada enseñanza del castellano como segunda

lengua, son las causas fundamentales.

Sobre todo, junto al castellano se produjo la alienación cultural.

La alienación cultural –dice INDICEP–se manifiesta como:

vergüenza y auto negación; admiración por todo lo extranjero, lo

importado, complejo de inferioridad, culto a los valores ajenos,

creencia que el progreso consiste en la adopción de la forma de vida

de los países imperialistas, desvalorización de lo propio, etc. En el

caso andino la vergüenza por nuestros apellidos indígenas, la

vergüenza por hablar las lenguas maternas son algunas de las

muestras de la alienación. Las consecuencias son obvias. Los

indígenas se abaten en un mar de confusiones, de frustraciones, de

apatía, se vuelven rencorosos y al final agresivos.

La educación intercultural y bilingüe, según los intelectuales

progresistas, es justamente para remediar esta situación. Ésta es una

coyuntura para recuperar el pensamiento indígena. Habrá algunos

cambios de actitud en la población, sin embargo creemos que el

problema continuará si no se hacen cambios estructurales y el

retorno a los paradigmas andinos.

Luego a raíz de aquellas experiencia se han realizado, dentro de

la Reforma Educativa Neoliberal, la Educación Intercultural y

Bilingüe, que fue mal entendida, como si se tratase de ensenar sólo

Page 218: Libro 37 escritura aymara√ ok

218

en aymara o quechua. El mismo nombre lo dice claramente. Dice

bilingüe, nadie está en contra del castellano, al contrario. Reitero,

desde la perspectiva del aymara sería, para aprender el castellano

primero se precisa saber bien la lengua aymara. Así de simple.

5. PRECURSORES DE MATERIALES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE

A. Cartillas de alfabetización

Uno de los primeros que se preocupó de la implantación de la

escritura de las lenguas indígenas en los propios hablantes fue sin

duda Carlos Felipe Beltrán. Publicó cerca de cuarenta opúsculos en

lenguas castellana, aymara y quechua. Algunos son libros de

sermones, antología de cánticos religiosos, literarios y folletos de

alfabetización (silabarios para uso de niños en castellano y quechua

en 1872).

Dicho religioso despertó la atención de varios estudiosos, como

Paul Rivet, entre otros. Dicen las fuentes históricas que, en esa

época, Beltrán discrepó y polemizó con el Dr. José María Montero y

José Jenaro Solíz sobre la lengua quechua. Además hizo interesantes

proposiciones para mejorar el alfabeto y las reglas para adoptar los

préstamos lingüísticos.

Las labores y actitudes de Carlos Felipe Beltrán fueron muy

diferentes a los sacerdotes coloniales. Digamos que, los religiosos

coloniales eran los pescadores y Beltrán enseñaba a pescar. Otra de

Page 219: Libro 37 escritura aymara√ ok

219

las diferencias es que elaboró textos dirigidos a los propios

hablantes. En una de esas publicaciones, en 1890 dice en los

subtítulos; "Miscelánea literaria en quichua y español para la

instrucción recreativa del indio y su afición al estudio". En otro

subtítulo y en otro opúsculo, en el mismo año, dice; "Escuela

indiana o método para enseñar a leer y escribir a los indiecitos en

quechua y castellano". Aunque hoy esto suene algo peyorativo, por

lo de "indiecitos", pero, en aquel entonces, está muy claro en la

intención de enseñar a leer en las dos lenguas (castellano quechua,

o castellano aymara) a sus hablantes, por más que fuese en gran

parte, para la evangelización.

Además de incursionar en terrenos como el alfabeto ("Ortología

de las lenguas aymara y quichua"), también incursionó en temas

como la gramática y lexicografía, aunque no las publicó. Sin duda,

de una u otra forma resulta ser el primero en pretender que los

propios indígenas escribiesen en sus lenguas maternas sin

propender la transición de idiomas. Éste es el hecho más

importante de Carlos Felipe Beltrán y esto la historia lingüística no

puede ignorar. Beltrán es el primer iniciador del proceso de la

escritura de las lenguas indígenas en Bolivia. Motivado por su fe

católica y por su amor al indio y a las lenguas quechua y aymara,

Beltrán ha hecho lo impensable para su época.

Reitero, aquí nos estamos abocando a la gente que ha trabajado

en la introducción de la escritura aymara y quechua en la población

que habla estas lenguas. En otras palabras a los alfabetizadores, esto

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220

sin duda es tan importante como con los otros en el proceso de

escritura para el futuro de nuestras lenguas indígenas.

En este terreno existen personas que han elaborado textos en

lenguas indígenas. Otros más con el afán de evangelizar, unos con

el fin de difundir sus alfabetos y otros en la convicción de que se

debe alfabetizar en la lengua que sabe la población. En este caso los

primeros se hicieron en la era republicana para enseñar a leer y

escribir en las mencionadas lenguas. Luego los inventores de

alfabetos hicieron lo propio para mostrar la bondad de sus

alfabetos, entre ellos se encuentran católicos, protestantes y otros.

Uno de los pioneros de la escritura aymara es sin duda, después

de Beltrán, el profesor Felipe Pizarro, que publicó y enseñó en

lengua aymara en los años 1920 con un anónimo publicado en 1946

con el título de "Aymara silabario" como consta en la bibliografía.

Finalmente fueron naciendo a requerimientos estatales o

privados para implementar la alfabetización en lenguas andinas.

Por ello tenemos cartillas elaboradas por las iglesias evangélicas,

como por ejemplo de CALA (Comisión de Alfabetización en

Lengua Aymara), que es para evangelizar y difundir su alfabeto.

Otro tanto sucede con INEL (Instituto Nacional de Estudios

Lingüísticos, hoy desaparecido), en 1976 editaron una cartilla con el

título de: "Alfabeto Aymara Ilustrado", cuyo texto es para difundir

el alfabeto mejorado del Congreso Indigenista Interamericano. Lo

mismo ocurre con un texto de Juan de Dios Yapita, con el título de

"Alfabeto fonémico aymara", que circuló en 1974.

Page 221: Libro 37 escritura aymara√ ok

221

Son escasos las cartillas que no tienen fines religiosos y que

difunden alfabetos, como el texto "Jisk'a" ('Aymara leit'añataki,

Pequeño Silabario Aymara') de Ernesto Aliaga Suárez en 1968. Estas

publicaciones no son textos amplios del Alfabeto Aymara, sino

contienen muy poca información.

Las cartillas mejor elaboradas, sistematizadas y bien

programadas, con contenidos amplios de alfabetización son los del

SENALEP (Servicio Nacional de Alfabetización y Educación

Popular), realizados en 1884 en adelante. Muchos conocen dichas

cartillas (el aymara con el título de Markaslayku y Musuq

P'unchay/Rijch'arina el quechua), puesto que fue editado en un tiraje

de más de 100 mil ejemplares según tengo entendido, y en

sucesivas ediciones. Obviamente el impacto fue muy grande. Ha

fortalecido el actual movimiento e implantación de la educación

bilingüe y el nuevo despertar de la consciencia indígena.

Por otro lado, después de la desaparición del SENALEP, se

elaboró tres textos o cartillas, para el aymara, quechua y guaraní. El

primero a cargo de Félix Layme Pairumani, con el título de; Aymara

Qillqaña Yatiqañüni. El segundo por el Dr. Pedro Plaza, titulado

Qhichwata Qillqanapaq y el tercero a cargo del profesor José

Barrientos, con el título de "Ñañemboe Yaikuatia Ñañe Ñee",

respectivamente. Estos textos, publicados en 1995 por la Reforma

Educativa, hoy sirven para los maestros como instrumentos auto

instructivo de la lectura y escritura de dichas lenguas.

Page 222: Libro 37 escritura aymara√ ok

222

B. Los textos de lectura y escritura en aymara

Cabe recalcar que hasta 1989 se había trabajado más para

adultos. Ya en los inicios del noventa se elaboraron textos de lecto-

escritura sistemática para niños en las lenguas aymara y quechua

dentro de un programa de educación bilingüe bajo el convenio

MEC-UNICEF (1990-1995), cuyo trabajo es tan importante para

lanzar hoy, con seguridad, hacia la Educación Intercultural y

Bilingüe.

Paralelamente, la Comisión Episcopal de Educación (CEE), en

los mismos años también incursionó en educación bilingüe y

produjo textos para niños quechuas. Aunque no se supo más del

proyecto de educación bilingüe de CEE.

Una década antes del convenio MEC-UNICEF boliviano, en el

Perú (1978 a 1990), con otro convenio, entre el Ministerio de

Educación del Perú y la GTZ Alemana, se experimentaba la

Educación Bilingüe en Puno, en las lenguas aymara y quechua.

Dicho Proyecto fue llevado a cabo con la participación de expertos

en la materia, tanto de Alemania como del Perú.

Producto de aquella labor nacieron valiosos textos en las dos

lenguas andinas y todo ese material, sin duda son básicos hoy para

elaborar textos de educación intercultural y bilingüe. Están

dirigidos para niños aymaras y quechuas. Para las futras acciones

educativas bilingües es imperativo consultar dicho material. El

trabajo del Perú es muy serio y metódico de educación bilingüe.

Page 223: Libro 37 escritura aymara√ ok

223

Cada texto de grado y materia tiene su manual instructivo de

metodología para el maestro. Aquí los expertos y docentes que han

elaborado los textos han demostrado su capacidad profesional, es

un trabajo de mucho esfuerzo, tiempo y dinero. Aquí solo se juzga

por sus obras, por la producción y esmero con que están hechos los

materiales escolares y guías para el profesor. No tuvimos ocasión

de visitar la aplicación in situ de la educación bilingüe de Puno-

Perú.

En Bolivia, así mismo, el Departamento de Lingüística de la

UMSA, ha ensayado una fugaz educación bilingüe del que no se

tiene información. Fuera de ello, se han realizado varios ensayos de

educación bilingüe en el país, pero lamentablemente no se han

publicado los textos ni los resultados. Seguramente los

financiadores no estipularon su publicación y aún deben contar con

los informes de sus proyectos.

Paralelamente el convenio MEC-UNICEF en Bolivia, ha

desarrollado un proyecto experimental de Educación Intercultural y

Bilingüe en seis unidades educativas quechuas y cinco escuelas en

la zona aymara. Esta experiencia estuvo asesorada por los expertos

peruanos que trabajaron en la experiencia de Puno con la GTZ. En

este proyecto se ha producido los textos para escuelas primarias

para cada grado y materia así como también las guías para los

maestros. En especial en esta experiencia, es notable la preferencia

por la enseñanza de la segunda lengua de forma metódica y

sistemática. El lema m{s o menos era: “en la medida que el niño

Page 224: Libro 37 escritura aymara√ ok

224

aprenda a leer y escribir en castellano, dará importancia al

aprendizaje del aymara y quechua”.

Todas estas experiencias deben de ser estudiadas y analizadas

(buscando informes de estos proyectos). Los problemas que en su

momento obstaculizaron la marcha de la educación bilingüe para

emprender sus propios derroteros, pero tenemos la manía de no

estudiar experiencias anteriores. Todos quieren inventar la pólvora.

Por ese camino nunca llegaremos lejos. No hay que olvidar los

trabajos realizados por los pioneros, sus aciertos y desaciertos,

además de descubrir dónde tuvieron sus mayores problemas para

avanzar.

En materia de producción de textos de aprendizaje del

castellano para hablantes de aymara y quechua andamos como

tortugas. No existe un texto novedoso, creativo y atrayente para

niños, adolescentes ni para adultos. Han pasado tres décadas de la

creación de la Carrera de Lingüística y “no aparece el poeta”,

quiero decir el especialista, sino todos nos relatan sobre la

morfología del idioma aymara y quechua hasta el cansancio para

enseñar a otro similar a ellos. Con seguridad seguirá la letanía.

Page 225: Libro 37 escritura aymara√ ok

225

6. LA NUEVA EDUCACIÓN QUE SE BUSCA

Con la apertura de la Educación Intercultural y Bilingüe es hora

de que, desde las escuelas se vaya trabajando intensamente en lo

cultural, en las nuevas actitudes de saber entender al otro, buscar la

recuperación de las lenguas indígenas y sobre todo se debe ir en

busca de la propia epistemología.

Primero se debe conocer cómo está hoy la cultura o civilización

a la que queremos entrar o convertirnos, qué valores rigieron y qué

valores hoy rigen en esa civilización. Y saber si nuestra cultura está

superada o no por la historia.

El paternalismo es pasarse de humanista a confianzudo. Nos

han ofrecido el cielo y nos han emborrachado con nimiedades.

1) Nos han hecho creer en ellos y el desprecio por nosotros

mismos. Ahora que estamos emborrachados con y por la

civilización occidental, pretenden juzgarnos y proclamar que

queremos civilizarnos a lo occidental, pretendiendo desmentirnos

con las actitudes de nuestros propios alienados culturales y

generalizar que queremos civilizarnos, cuando en realidad no

quieren que lleguemos a despejarnos de nuestra borrachera, es

decir quieren de una buena vez cerrar el caso proclamando que

“queremos olvidar el aymara, el quechua o el guaraní”, sin dejarnos

despejarnos y descolonizarnos.

La formación académica occidental se la tomaron muchos

profesionales indígenas como ente propio y connatural, algo así

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226

como lo más sublime y definitivo, que no habrá salida de él más

que hacerlo propio. Cuando para muchos de nosotros dicho

academicismo no es más que un instrumento de investigación

científica, es una herramienta prestada y quizá existan otras

herramientas alternativas propias de investigación científica.

Cuando proclaman que la epistemología de la ciencia occidental es

la única y universal, me están diciendo que los constructores de

Tihuanaco, Teotihuacan y Chinchin Itza, fueron construidos con

epistemologías occidentales y eso no lo creen ni sus abuelos. Si no

se dan cuenta de esto, entonces tenemos en casa un enemigo

propio, los indios falsificados que combaten la recuperación de

nuestro propio pensamiento.

No hay culturas perfectas y absolutas, depende de la

perspectiva de cada persona y cultura, sin embargo es mejor

rescatar lo bueno de otras culturas y llegar a un plurilingüismo del

que estamos en la era de la diversidad y alteridad. Pero en eso los

indígenas somos campeones, puesto que se ha practicado eso

mismo por miles de años.

2) Hay que desechar toda forma de paternalismo. Éste proviene

del verticalismo y de la discriminación, de la presunción de que uno

solo tiene la verdad absoluta. En la era de lógica difusa siguen

anclados en Aristóteles.

3) Una educación basada en el racionalismo es ir de conceptos y

definiciones y perderse en teoría para no hacer nada. Creen que la

tecnología es solamente máquinas, olvidan que también son

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227

aplicaciones y conocimiento sin máquina. Por tanto hacer llover sin

máquinas y leer en coca también es tecnología.

4) Una educación que se basa en los conocimientos empíricos,

es para saber y poder sistematizar. Debemos preguntarnos ¿cómo

los indígenas americanos sabían que el espacio-tiempo es una sola

realidad? Eran empiristas. Es decir sus conocimientos se basaron en

experiencias de la vida. Sus fuentes de conocimientos eran la Madre

Naturaleza, los animales, las plantas, etc. No había pues escuelas

encerradas en cuatro paredes haciendo producir lechugas en el

pizarrón. Las escuelas eran la propia comunidad, por eso Elizardo

Pérez habla de “escuela-ayllu”, pero los pedantes la destruyeron. O

cuando Mariano Baptista habla de “ciudad-escuelas” ni entienden

ni creen. El racionalismo ha calado hondo con una educación

basada en la teoría abstracta.

5) Rescate de los conocimientos tecnológicos andinos. Estos

conocimientos, varios de ellos, están basados en la física cuántica.

Mientras no se estudie esta materia no se hará ni se avanzará gran

cosa para entender estos temas. La ciencia hoy, no solamente es la

demostración objetiva de las cosas, sino también es objetiva y

subjetiva. Entonces, en los temas andinos, también entran como

materia de estudio los conocimientos de los yatiris.

6) Ya se ha dicho y se lo repite. Cuando se habla de educación

bilingüe creen que se va desechar el castellano y solo será en una

lengua indígena. Dice bilingüe, el castellano y una lengua indígena

m{s. Ya no son tiempos de “castellanización” es decir enseñar el

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228

castellano a la fuerza a costa de una lengua indígena. Un

tratamiento de lenguas acorde con los nuevos paradigmas quiere

decir conforme al paradigma de diversidad y alteridad. Hoy, en la

era de la posmodernidad, la meta es saber más lenguas. Quien sabe

más lenguas tiene mayores oportunidades. La política de

monolingüismo es historia.

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229

VII

HACIA LA EQUIDAD LINGÜÍSTICA

Introducción

Lo que hay que saber es ¿qué se ha alcanzado hasta hoy en

cuanto el desarrollo de las lenguas y culturas indígenas? Si hubo

avances es por el propio esfuerzo del pueblo y nada fue hecho por

los políticos de turno. Se debe estar consciente de que esas luchas

del pueblo fueron por los frentes más avanzados desde donde se ha

luchado por las lenguas y culturas andinas. Comunicadores (orales

y escritos), los sindicalistas. Hubo otros frentes indirectos que han

coadyuvado a este movimiento, como son los folcloristas y algunos

intelectuales. En fin, la lucha por el idioma es un anhelo del pueblo

y la han ejecutado entre muchos. Además es multifacético, está en el

imaginario del pueblo, es un plan y programa holístico que está en

la mente de las entidades culturales, políticas, sociales, económicas,

etc.

Page 230: Libro 37 escritura aymara√ ok

230

¿Los políticos? Ellos como organización no han hecho nada más

que seguir modelos occidentales. No han hecho políticas estatales

en muchos rubros, siempre han deambulado así, sin políticas

estatales. Algunos abanderados del pueblo han asumido su rol en

cada una de los rubros de forma independiente y costo personal,

invirtiendo dinero muchas veces por sus creencias y en otras

donando sus tiempos libres por la causa cultural lingüística.

De hecho son los anarquistas los que realizaron esos trabajos

difíciles. No son gente especializada y tecnologica, sino líderes

sociales, culturales, sindicales, folclóricos, etc. que se han ocupado

de leer las investigaciones científicas, que se publican en muy

reducidos ejemplares y que, tras leer sueñan recuperar la memoria

de su pueblo con esas investigaciones. Son una especie de

divulgadores o vulgarizadores de las ciencias sociales. Han usado

los resultados de la ciencia para sus fines políticos, eso es lo bueno,

me parece una acción muy inteligente y acertada.

Claro que esa es una actividad política. A esos anónimos no les

interesa la ciencia por la ciencia, eso sería vivir sin sentido, cantar

por cantar, en fin una especie de “masturbación mental” (Yampara),

sino los conocimientos científicos que se publican en muy pocos

ejemplares, lo toman y lo divulgan a favor de las políticas del

pueblo o por lo menos se fortalecen con esas lecturas para tener

seguridad de lo que se está haciendo.

En su mayoría han hablado, han opinado y alguno que otro a

escrito. Otros lo documentaron debidamente para la posteridad. Es

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231

más importante lo que en su momento han dicho, más que haber

obrado físicamente generando una nueva conciencia. Muchas veces

el avivamiento de la palabra del momento presente es la que luego

dio satisfacción espiritual. Son recogidos por los que saben escribir

y documentar. Entonces existe un inusitado movimiento invisible e

intangible, como si se moviera solo en el espíritu de las personas o

en otra dimensión. Quizá es una o ambas.

En esta actividad de documentar cada uno ha trabajado como

puede y lo que debe, de acuerdo a su formación y capacidad de

raciocinio y posición ideológica. Por lo menos esto han hecho de

acuerdo a su limitada capacidad intelectual, otros con mayores

carteles y estudios no han hecho nada por su pueblo, es como si no

existieran. Sólo se refleja lo que uno cree. Esto es lo que dicta la

razón y corazón, nada se puede hacer por cambiarlo.

El afán de escribir, desde que uno aprende a escribir, es un

imán que lleva siempre a anotar todo, cuando se está en una

reunión o se está en una charla o cuando se está viendo o leyendo

noticias. En esta realidad, la escritura, tiene que ver con todo.

1. LOS MEDIOS ORALES

Los primeros en incursionar en la recuperación de las lenguas

indígenas sin proponérselos son los radialistas. Claro, no podía ser

de otra manera en un mundo de muchas necesidades. El pueblo

aymara, quechua y otras son culturas mas orales que escritas y en

Page 232: Libro 37 escritura aymara√ ok

232

esa condición se han mantenido relativamente hasta ahora. Un

instrumento como la radio ha resultado un éxito en ese mundo. En

principio, como siempre, con interferencias lingüísticas y culturales

debido a la política de la castellanización, pero en su conjunto, los

programas radiofónicos en aymara fueron mejorando de manera

paulatina.

En los últimos tiempos todos intentan mejorar dicha forma oral

con más énfasis en incrementar la riqueza léxica y el descuido de

conocimientos gramaticales. Pero falta mucho por hacer sobre todo

para alcanzar y comprender el nivel óptimo de la oralidad. Sobre

todo expresarse desde el contexto cultural y lingüístico aymara.

Falta emprender estudios sobre el uso adecuado del idioma en los

programas radiales aymaras o quechuas.

Existen muchas emisoras radiales, sin embargo, hay pocos

programas en las lenguas indígenas. Sobre todo apenas dan una

hora para programas en dichas lenguas. Así como también existen

radio emisoras que jamás usan aymara ni quechua en sus

programaciones.

Existen dos tipos de radios urbanas y radios provinciales, en

estas últimas el uso frecuente de la lengua es más en lenguas

indígenas. Esto requerirá un análisis posterior, dada la proliferación

de estas emisoras.

Por otro lado tenemos la incursión de la televisión en el

escenario aymara o quechua. Sin embargo, éstos canales con sus

Page 233: Libro 37 escritura aymara√ ok

233

programas novelísticas van produciendo una especie de alienación

cultural, además de otros con menos efectos dañinos. Hay

programas generalmente opuestos a la realidad cultural andina.

Difunden de manera indiscriminada valores ajenos y nocivos para

los pueblos indígenas y el país. Un canal estatal no daba ni cinco

minutos para informativos aymaras y quechuas.

(CUADRO DE RADIO EMISORAS AYMARAS de mayor alcance)

Radioemisora Habitualmente Nº Prog. Aymaras

San Gabriel Aymara Todas

Pacha Qamasa Aymara Todas

Nacional castellano 6 horas

Fides castellano 4 horas

XX castellano 3 horas

YY castellano 2 horas

1. Radios

a) Urbanas

b) Provinciales

2. Televisión

2. LOS MEDIOS ESCRITOS EN AYMARA

Sera bueno pintar el marco espacio-temporal y social del pueblo

aymara y quechua. Es bueno y coherente empezar estableciendo las

referencias del medio social imperante para entender a estas

culturas y lenguas. Estos informes de la variedad de descripción de

la ubicación, población, referencias socio-económicas y demás datos

serán importantes para tener un cuadro completo del problema.

Aunque muchas de ellas ya son conocidas en su generalidad.

Page 234: Libro 37 escritura aymara√ ok

234

Aquí solo quiero manifestar, una vez más, las principales

características culturales del mundo aymara. Porque por ahí es

donde se empieza a entender el respeto al otro. Para no alargar más

se puede decir que el pueblo aymara tiene una concepción holista de

las cosas y por lo tanto es comunitario, todo esto se lo aprendió de

la Pacha Mama, la concepción socio-económica se basa en la

reciprocidad. Es profundamente respetuoso con la Madre

Naturaleza la que se llama también Pachamama. Tiene una visión

andrógina en cuanto al género. En fin, cree en el pacha, espacio-

tiempo que es cíclico.

Quiero aclarar que la realidad socio-lingüística del país es

eminentemente bilingüe. Los monolingües son pocos. Una tercera

parte es quechua-castellano, otra es aymara-castellano, los

monolingües quechuas, castellanos y aymaras son muy pocos en

relación a los bilingües. Debo decir que hay una abismal diferencia

en cuanto a la tipología lingüística de las lenguas andinas y el

castellano. Reitero, la una es una lengua aislante flexiva y las otras

son sufijantes por excelencia y pertenecen por supuesto a la rama

de las lenguas aglutinantes.

Para este trabajo sólo hemos tomado en cuenta los últimos

avances en cuanto el desarrollo de la educación bilingüe y

programas de alfabetización para despertar en los futuros lectores

de dichas lenguas para desarrollar una comunicación escrita en

lenguas andinas.

Page 235: Libro 37 escritura aymara√ ok

235

Primero debemos hacer un homenaje a Felipe Pizarro, por

iniciar el uso de la lengua aymara en la comunicación social escrita

en el periódico "El Andino", fundado y sostenido por él mismo en

1921, aunque con una extensión mínima de la lengua mencionada.

Hay que considerar que fueron en tiempos muy difíciles para esta

lengua, puesto que en la misma época José Luis Osorio, en Sucre,

hablaba de “declarar guerra a las lenguas aymara y quechua”.

Fue 1982 en que se fundó JAYMA, modestamente, un periódico

escrito en lengua aymara y castellano. Se soñaba poder desarrollar

una comunicación entre más de cuarenta comunidades de Jesús de

Machaca, en una dinámica horizontal con la diversidad de

conocimientos en aquella región. Se lo bautizó con el nombre de

JAYMA, que quiere decir trabajo comunitario para todos.

En la misma época o un poco antes apareció Yatiñasawa,

dirigido por Juan de Dios Yapita y el otro por INEL (Instituto

Nacional de Estudios Lingüísticos hoy desaparecido) con el nombre

de Yaüñataki (edición en mimeógrafo). Un poco después entró en

escena el periódico quechua denominado Ñawpaqman/CQNOSUR,

en áreas rurales de Cochabamba. Fue fundado el año 1983, con el

nombre de "Mizqueño" por el Centro Cultural Portales y a partir de

1986 fue sostenido por el CENDA, con el nombre de Ñawpaqman.

Esta realidad tiene problemas socio-lingüísticos si no se toman

adecuados métodos de enseñanza de lenguas. No es fácil enseñar

una lengua opuesta a la lengua materna. Estas características por

supuesto no han sido tomadas en cuenta en la era de la

Page 236: Libro 37 escritura aymara√ ok

236

castellanización. Recién desde 1990 se ha empezado a enseñar la

lengua castellana respetando la lengua materna en algunas

escuelas. Sólo a partir de 1995 se inicia con bastante vacilación,

temor e inexperiencia con la nueva metodología de primeras y

segundas lenguas. Es decir respetando las lenguas maternas y

enseñando una segunda lengua. Para ello se ha tenido que formar

unos expertos denominados “asesores pedagógicos”.

Además hay que añadir que varios periódicos bilingües fueron

creados a partir de 1990, Entre los principales, por ejemplo,

tenemos: Sartasipxañäni, en la lengua aymara que nació en Jesús de

Machaca en 1993 y alcanzó a unos 8 números. El otro es el Wiñay,

periódico bilingüe quechua y castellano, se publicó a finales de 1993

y 1994 y que logró alcanzar a cuatro números. Pero hubo otros

medios de comunicación escritos que alcanzaron a sobrevivir y

murieron a 1, 2 o 3 números.

ETAPA AÑOS Nos. PUBLIC.

PP FORMATO LENGUAS Lugar de Circulación

1ra. 1982-1983 2 36 1 cuartilla Aymara Jesús de Machaca (Campesinos)

2da. 1983-1984 3 4 ½ tabloide Aymara La Paz (Fed. Sindical)

3ra. 1985-1989 21 8 Tabloide Aymara Campo-ciudad

4ta. 1990-1992 14 12 Tabloide Aymara-castellano

En escuelas del EIB de

LP-CCB-OR-POT y CH

5ta. 1995-1998 12 12/16 Tabloide Aymara-castellano

Campo-ciudad

Page 237: Libro 37 escritura aymara√ ok

237

ETAPA AÑOS Nos. PP FORMATO LENGUAS Con … Lugar de Circulación

6ta. 2000 300 8 Tabloide Aymara-quechua

“PRESENCIA” Jayma

Nacional, Dir. FLP

7ma. 2002 50 8 Tabloide Aymara, quechua y guaraní

Los jueves/c “LA

PRENSA” Kimsa pacha

Nacional, Dir. FLP

8va. 2003 2004

50 8 Tabloide Aymara, quechua y guaraní

Los jueves c/ “LA

PRENSA” y CEA Kimsa Pacha

Nacional, Dir. FLP

9na 2006 14 8 ½ tabloide Aymara-castellano

Los jueves c/ “LA

PRENSA” y CEA Dir. Lucio Torrejón S.

En los medios escritos los primeros en incursionar en la escena

de la prensa escrita fueron en aymara El Andino 1922, Yatiñasawa

1972, Jayma 1982, Sartasipxñäni 1993. En quechua Nawpaqman

(Conosur) 1986, Wiñay 1994, para fortalecer las lenguas indígenas

de manera escrita y en el medio que más interesa al público, en los

medios de comunicación.

Periódico año final Nros.

El Andino 1921 1923? 3

Yatiñasawa 1972 1988 15

Jayma 1982 2001 370

Ñawpaqman 1986 ¿? ¿?

Wiñay 1994 1994 3

Kimsa Pacha 2002 2004 140

En esa condición, oral y escrita, hay seguridad de que las

lenguas indígenas se recuperarán no para apabullar al castellano

que será siempre la lengua franca en nuestro país, sino para ver la

riqueza cultural, y sobre todo por la equidad lingüística. Porque a

partir de una cultura y lengua se puede alcanzar un desarrollo con

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238

éxito. Solo a partir de su lengua y cultura maternas se puede ser

creativos, y no en las prestadas, y porque solo desde esa perspectiva

se puede entender al otro.

Como en toda obra humana se ha enfrentado con diversos

problemas, pero el mérito mayor es haber inaugurado cuanto antes

la comunicación escrita en estas lenguas con mayores perspectivas.

En esta situación los abanderados son Jayma en el matutino

"Presencia" y ahora " Kimsa Pacha" en el periódico "la Prensa", Por

otro lado hay problemas que se irán superando de manera

paulatina. Pero esto se lo hará unidos entre locutores y escritores

ayamara-quechua. Creo que esta vez tendrán éxito. Pero todavía

falta mucho por entender, sobre todo entender que la escritura

aymara no es una mera transcripción sino la presentación de una

escritura sistemática y ordenada de la lengua. A esto se llama

normalización lingüística del aymara.

Por tanto, hubo periódicos a escala limitada que son aquellos

pocos que nacieron cada cuantos números y desaparecieron rápido.

Algunos como Jayma y Conosur se mantuvieron por más de dos

décadas. Luego existieron periódicos que, como suplementos,

sobrevivieron en una situación injusta, junto con grandes medios de

comunicación. Tal el caso de Jayma con Presencia y ahora Kimsa

Pacha con el periódico La Prensa.

El objetivo de Kimsa Pacha es fortalecer las lenguas indígenas

desarrollando la tradición hablada y escrita, y sobre todo, ir más

allá de simple oralidad e ingresar a la lectura y redacción. Además

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239

consolidar la tradición de lectura y escritura, con ella asegurar la

publicación de suplementos en aymara, quechua y guaraní en unos

años más.

3. LA TRADICION DE LECTURA Y ESCRITURA

A. Los lectores de los periódicos indígenas

En 1983 estaba ya funcionando el Servicio Nacional

Alfabetización y Educación Popular (SENALEP) que ha realizado

unos seis seminarios en varios aspectos y temas de interés de

aquella época. Como producto fundamental ha producido una

edición de 100.000 cartillas de alfabetización que se han agotado

rápidamente. Esto es una muestra de que fue efectivo dicho

instrumento de alfabetización en lengua aymara y otro tanto en el

quechua. Sin embargo, dicha institución fue clausurada gracias a las

peleas políticas y pugnas burocráticas en 1996.

Esta iniciativa de alfabetizar en lenguas aymara y quechua,

quiere decir enseñar a leer y escribir a una persona que solo sabe

hablar oralmente una de las lengua andinas mencionadas. Por

tanto, hablar de alfabetización en castellano a los que solamente

hablan el aymara o quechua es un absurdo. Querrán decir

enseñanza del castellano como segunda lengua.

Las repercusiones, después de la liquidación del SENALEP,

continuaron. Han surgido varias ONGs con proyectos de

alfabetización. Por ejemplo el Plan Internacional realiza labores de

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240

alfabetización en varios lugares y silenciosamente. Otro tanto

sabemos que en Sucre una institución de alfabetización bilingüe ha

ganado un Premio de la UNESCO, por su destacada labor, etc.

B. Proyección

El terreno más complicado y difícil de abordar y continuar es la

tradición de lectura en los pueblos aymara y quechua. Si las radios

tienen éxito en sus audiencias es porque están frente a un pueblo de

fuerte raigambre de tradición oral. Tanto el aymara y quechua son

culturas eminentemente orales y, muy posiblemente lo sean, las

otras culturas indígenas.

Esta es una de las muestras de que las culturas andinas no

habían desarrollado un sistema de escritura a niveles generales,

sino solo en un segmento de la sociedad andina como son los yatiris

y otros analistas de la semiótica andina. Reitero, lo que en las

culturas andinas cobra más fuerza son informaciones orales y

audiovisuales y no la forma escrita. Además se ha prohibido la

lectura y escritura en toda la Colonia y aún principios de la

República. La tradición de lectura en estas dos culturas estaba

desterrado o en su caso recién empezaba a interesarles y, otra vez,

una élite de lectores y escritores se interesó con más ahínco de este

mecanismo de lectura y escritura.

Muchos docentes y el público en general se lamentan que los

escolares o mejor los colegiales no leen o no les interesa leer y si

leen obligatoriamente no entienden lo que leen. La respuesta está en

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241

que están frente a alumnos de un estrato social donde la tradición

de lectura está recién en gestación o no existe.

Desde los estamentos estatales no se ha incentivado por

interesarlos por los beneficios y bondades de la lectura y escritura,

ni siquiera para el castellano y menos para las lenguas indígenas.

Probablemente en Bolivia existen más de dos millones y medio de

analfabetos. Analfabeto es aquel que sabe hablar su lengua materna

y no la sabe escribir.

4. POLÍTICA LINGÜÍSTICA DEL PERIODISMO AYMARA

Introducción

Primero. Muchas veces los trabajos intelectuales de los

anarquistas son más efectivos que de los tradicionales

profesionales. Todo lo contrario a un autodidacta, un anarquista

manifiesta su idea con la naturalidad del rocío que yace en las hojas

tranquilas, que expresa un mundo oculto y nuevo, no pensado a

propósito. Muchos no necesitan de un académico más, que en

verdad pululan en abundancia en las universidades, sino que uno

se exprese naturalmente. El sentimiento y parecer del lado opuesto,

es que diga su vivencia de la vida y a decir verdad la ciencia se

regocija sistematizando esos conocimientos empíricos. ¿Qué sería la

ciencia sin los conocimientos empíricos? Los inventaría o

desaparecerían. En verdad Umberto Eco dice que ―Cada lengua constituye un cierto modelo del universo, un sistema semiótico de comprensión del mundo, y si tenemos 4.000 modos distintos de describir el mundo, esto nos hace más ricos. Deberíamos preocuparnos de la conservación de las lenguas del mismo modo que nos

preocupamos de la ecología.‖ (En: V. V. IVANOV, Reconstructing the Past,

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242

1992, p. 4). Sólo a la juventud le interesa ambas conocimientos: la

totalidad; porque teniendo la libertad de educación empírica, aún

conserva la mente holística y originaria, es decir estamos listos para

el cambio y creemos como aymaras en aliados y contrarios a su vez

y la complementariedad de opuestos. Si bien la otra cuadrícula

racionaliza, ésta, la participación de los empíricos, recrea la mente y

humaniza la ciencia, es además creativo. Siempre se debe navegar

simultáneamente en ambas direcciones. Armonizar contrarios es

nuestra naturaleza.

Segundo. Ni Calvet ni Ninyoles se aproximan en su análisis a la

epopeya de la lucha política aymara. La pelea por la lengua

materna se remonta a más de tres décadas. Uno mismo ha vivido la

experiencia. No tenemos más que la escuela de vida que no

pertenece a ninguna corriente lingüística. El pensamiento son las

generadas en el mundo andino. La experiencia de los empíricos es

el terreno mismo de las acciones de la escritura de la lengua

aymara. Hemos puesto los cimientos de la escritura sistematizada

de la lengua aymara sobre bases firmes, sabiendo jugar y

cambiarlos en su oportunidad. Hoy muchos siguen nuestro camino

ya trazado en cuanto a la escritura sistematizada o normalizada de

la mencionada lengua. Hasta el mismo Ministerio de Educación

enarbola dicha bandera. Aunque algunos lingüistas le hacen guerra

con simplezas como: “hay que es escribir el aymara así como

hablamos”. Un autor con mayor y mejor producción de literatura

indígena decidirá las futuras acciones.

Page 243: Libro 37 escritura aymara√ ok

243

Tercero. Se hará una relación aproximada de la política

lingüística con que se ha emprendido en la experiencia de redacción

de los periódicos indígenas en el contexto sociolingüístico

boliviano. Se ha dedicado de lleno a producir e inundar con

literatura en Aymara en un momento en que dicha lengua es

discriminada y condenada a una muerte segura. Se ha acumulado

una serie de experiencias para hacer un periódico indígena. Se ha

producido abundantes números en los dos periódicos: Jayma, Jayma-

Presencia y Kimsa Pacha-La Prensa. Así mismo se ha publicado una

buena cantidad de libros escritos en lengua aymara desde 1996.

A. Antecedentes de la política lingüística

De los castigos en la escuela por hablar la lengua aymara se ha

aprendido bastante, la discriminación de lenguas les dio la

impresión de que sus padres eran despreciables. Han vivido con ese

trauma por mucho tiempo, desde la adolescencia y juventud. Todas

las injusticias fue realmente una escuela de rebeldía y esa ess la

fuerza aymara. Cuando los jóvenes hemos creído tener derecho a

saber la lengua y cultura de nuestros mayores, hemos practicado el

idioma en la casa, pero jamás era bien visto en la escuela y el

colegio. Ahora sabemos, que querían expresarse en la lengua que

mejor sabían, pero no les dejaron. Esa opresión es como un trauma

de un resorte enrollado que se manifestará, no se sabe cómo. Esta

pues parte de una injusticia.Primero porque es el primer y original

instrumento de comunicación con que contamos y segundo porque

en la comunidad nuestros padres lo hablaban habitualmente.

Después se ha comprendido que la lengua es una realidad

Page 244: Libro 37 escritura aymara√ ok

244

simultánea con la cultura, eso estaba en nuestro ser, además de que

es un instrumento de comunicación social, es un instrumento

político para el fortalecimiento de identidades culturales. Así que

así se ha empezado a luchar por la reivindicación cultural.

Las lenguas indígenas para la Nación-Estado fue y es un

estorbo para los afanes de homogeneización y solo ellos tenían la

potestad de decidir, el hacerlas desaparecer o no. Porque entonces,

los indígenas vivíamos en una situación vertical y dentro de las

políticas de masificación trazados por los opresores. Estábamos en

sus manos, ni siquiera teníamos la voz para defendernos. Además,

era inútil hablar con ellos, tenían la verdad absoluta. Sólo quedaba

un camino: callar y trabajar silenciosamente por nuestra identidad,

con fe en el Pacha Kuti. El lema fue hablar y escribir entre nosotros

del futuro en nuestra lengua materna.

Había que despertar al gigante dormido antes que ellos lo

adormezca con propuestas políticas demagógicas. En aquel

entonces, 1972, transitábamos en el contexto de la dictadura militar

y optamos por la vía de la lucha pacífica, empezando por el idioma.

Nos propusimos escribir e inundar con literatura aymara. Cuando

para empezar inventariamos los materiales lingüísticos escritos en

aymara hasta entonces se constata que no existía gran cosa. Salvo

algunos panfletos religiosos católicos y protestantes llegaban de vez

en cuando a las ferias. Es que para entonces no teníamos acceso ni a

los cuatro tomos de Bibliografía de las Lenguas Aymara y Quechua

de Paul Rivet publicado en 1951 a 1956. Aún así, los vocabularios y

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245

gramáticas de la primera centuria de la Colonia, en los tres siglos

posteriores, no han hecho gran cosa.

Los aymaras no tenían nada escrito en lengua aymara, si habían

algunos eran para enseñar a los que no son aymaras. Porque si bien

contenían palabras antiguas y en desuso, esos documentos de

épocas anteriores, no eran gran cosa para esta era. La meta no se iba

a cumplir con catecismos y panfletos evangélicos, sino con una

producción literaria cultural, política, filosófica, etc. de nuestro

pueblo. Además se encontraban en un ambiente indiferente y con

autoridades políticas contrarias a los que queríanla recuperación de

la lengua aymara. Sobre todo los académicos aymaras de entonces

que en vez de alentar su labor de rescate, los desmoralizaban

arguyendo que “¿A estas alturas para qué sirve el Aymara?”,

“Aprender el Aymara es como el caminar del cangrejo”, “Lo pasado

hay que olvidarlo”. Quizás entonces tenían razón. Era el apogeo del

tiempo lineal occidental, eran newtonianos. Las verdades de ayer,

hoy son solo paradojas de la historia, ¿quién lo puede creer? Hoy ya

no rige el tiempo lineal, aunque muchos lo sigan. Hoy para los

propios occidentales el tiempo es retroprogresivo y para los

andinos siempre fue cíclico por milenos. Sin embargo la batalla por

la lengua se iba a librar en aquel escenario y escribiendo en la

misma lengua despreciada. Eso era empezar de cero y era

enfrentarse a un proceso largo y penoso.

En esta era el que sepa varias lenguas tiene mayores opciones.

Hay docentes que en el pasado enseñaban el castellano reprimiendo

la lengua materna del niño en la escuela. Jamás se les ocurrió

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246

enseñar la segunda lengua sin reprimir ninguna lengua. La mejor

manera de aprender otras lenguas es la vía de la lengua matera. Se

debe reiterar que la lengua materna es la llave para aprender otras

lenguas. La era en que se vive los obliga a retornar a la lengua y

cultura maternas. La lucha por conservar las lenguas indígenas es

un derecho a la vida. Un pueblo sólo puede expresarse libremente

en su lengua materna. Expresarse en una lengua prestada, cuando

no se domina esa lengua, siempre tendrá ataduras sintácticas,

semánticas y culturales más aún si la lengua del entorno es de

enorme prestigio y de una sociedad discriminante como la

española, siempre impedirán la libre expresión y de hecho se atenta

a la libertad de expresión. Es como andar con una camisa de fuerza.

Eso es el amordazamiento de un pueblo ¿Se escucha en las

madrugadas los programas radiales aymaras? Ahí está claramente

el clamor del pueblo aymara expresándose en una lengua atrofiada.

Además, se constata las interferencias culturales y la anulación de la

creatividad aymaras. La política lingüística del pueblo aymara fue

libertad en cuanto a idiomas, la revitalización y desarrollo de la

lengua aymara, con el fin de recuperar la creatividad andina, como

recurso clave para el resurgimiento cultural aymara.

B. Escollos coloniales

El colonialismo continúa con su imposición vertical de políticas

que atentan primero a las lenguas indígenas y después a toda una

cultura. Teniendo una lengua como el castellano, de tanto prestigio

y poder, todavía infringen con políticas de extinción de otras

lenguas menores. Cuando se dice recuperar la lengua Aymara

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247

estamos diciendo recuperar del colonialismo aplastante con su

pretexto de lengua oficial, para desarrollarse en armonía con otros,

no para imponer ni mucho menos para aymarizar a otros pueblos,

sino para convivir en armonía con otras culturas. Aunque esto fue

soñar, hoy es posible gracias al advenimiento de los nuevos

paradigmas de la Revolución Informática Cibernética.

Los modelos en nuestro país, en el pasado, fueron el

verticalismo, racionalismo e individualismo. Uno de los

paradigmas trascendentales del industrialismo era la

homogeneización, por tanto la multitud de lenguas indígenas eran

un estorbo para sus políticas. Hoy estamos en la globalización, y

ésta no es sinónimo de homogeneización, sino es algo así como

homogeneización-diversidad o diversidad-homogénea, es ambas

cosas a la vez, sino fuera así no tendría sentido la alteridad y

diversidad que son también paradigmas de esta era. El tiempo y

espacio para Newton fueron dos realidades absolutamente

separadas y luego para este tiempo, según Einstein, ambas son una

sola realidad simultánea. Por eso para un aymara aliados y

contrarios es su racionalidad, es normal aquello de individual y

comunitario, aliados y contrarios, así se lo entiende en la realidad

aymara. La vida es el arte de vivir en complementariedad, es saber

armonizar contrarios para vivir bien y en paz con el otro.

Son nuevos tiempos, todos los Estados y pueblos deben cuidar

y desarrollar sus propios instrumentos de comunicación. No debe

molestar el desarrollo de otras lenguas mayores, de lo contrario

estaría demostrando afanes imperialistas. Es más, los propios

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248

indígenas quieren aprender esas lenguas, por eso casi todos los

indígenas son bilingües, hasta trilingües y hay hasta tetralingües

como el caso de los Chipayas y Kallawayas. Por supuesto que

tienen interés por aprender bien el castellano, el inglés o el

mandarín. Esa es la meta, pero jamás una castellanización del siglo

pasado o una anglización o mandarinización.

A propósito para aprender a leer y escribir primero hay que

saber hablar la lengua materna. Hoy hay muchas escuelas que

enseñan a leer a los aymaras directamente en la lengua castellana,

sin que los niños aymaras sepan hablar dicha lengua. Esta es una

aberración pedagógica que solo se puede dar en un Estado colonial.

Y reitero, para aprender una segunda y hasta una tercera lengua es

necesario saber bien la lengua materna. En estas condiciones es

insólito despreciar la lengua materna en la escuela. Al niño se le

enseña en la lengua que habla o sabe.

Volviendo al tema, reitero lo que nos molesta son los afanes

colonialistas de imponer una sola lengua al mundo a expensas de

otras lenguas menores, es su pretexto de civilización, progreso e

integración nacional, todos en un marco conceptual trasnochado de

homogeneización. El futuro, o mejor hoy, se prefiere lo bilingüe,

trilingüe ya no hay opción para monolingües. Reitero, cuando el

paradigma del nuevo comportamiento humano es la diversidad,

alteridad y equidad, no quiere decir reducir a una sola lengua. No

queda otra alternativa que incentivar y desarrollar las lenguas

despreciadas. No son tiempos de verdades absolutas, son tiempos

de olvidar taras y prejuicios absurdos, son tiempos de

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249

horizontalidad, son tiempos de construir una nueva realidad más

justa.

Las lenguas mayores tienen o crean academias de lenguas.

Quizá en el mundo Aymara, éstas no sean necesariamente vitales.

En el Occidente reinó el modelo la homogeneización, la

centralización y lo vertical, entonces se justifica instituciones

rectoras de ése tipo. En la cultura Aymara no es así, es una cultura

de diversidad-holística, en este sentido será mejor una cadena de

identidades, una red de modelos que varían los mínimos y

engloben los componentes comunes. En un principio, cuando se

quiere salir del colonialismo, puede ser, la academia, es una especie

de camisa de fuerza, que estorba más que facilite la libertad de la

escritura y que evite la incursión de nuevos valores en la

producción escrita de un idioma indígena. Además, no están dadas

las condiciones para formar o crear academias cuando no se tiene

escritores, por lo menos varios, en una lengua indígena. Porque no

vaya ser que los llamados lingüistas aymaras, con apenas con un

solo artículo en Aymara en su haber, sean miembros o académicos

de la magna corporación de una lengua, que analizan y escriben

solo en castellano, que más saben de teoría lingüística que de la

redacción propia del idioma indígena, que más conozcan

contenidos culturales occidentales que el pensamiento Aymara,

ejerciendo su función rectora como parásitos desde arriba y en

castellano y no en lengua indígena.

Lo lingüístico no resuelve los hábitos de escritura y producción

literaria, más que teoría es la práctica. Mucho más cuando la

lengua, como la Aymara, sale de los lindes de la propia lingüística.

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250

Frente a importar modelos occidentales mejor es la creación

temprana de academias de lenguas indígenas. La recuperación de la

lengua Aymara no solamente es producción literaria escolar, es

mucho más, es más de arte que de ciencia del lenguaje. Reitero, “la

lingüística reconoce no tener sobre literatura más que algunos

derechos muy limitados”. Para mayores dilucidaciones léase a

Rolando Barthes (1994, 23).

C. Nuestra política lingüística

En todo caso, así como existieron muchas lenguas en el pasado,

en esta era de la misma manera deben subsistir muchas lenguas, sin

imponerse y homogeneizarse como en el colonialismo o

industrialismo. Sus intelectuales no aceptan la castellanización o

asimilaciones lingüísticas y culturales, sino aprendizajes de

primera, segunda y tercera lenguas. No hay una razón coherente a

la nueva era de por qué hay que saber una sola lengua, so pretexto

de integración, civilización y progreso nacional, en una situación de

libertad y democracia. Cuando se tiene capacidad y la mente no

lleva traumas para aprender más lenguas y cuando saber tantas

lenguas es un recurso y más opciones de visión.

Ciertamente los anarco-lingüistas, ilusos y soñadores tuvimos

que luchar contra tres frentes: contra círculos oficiales en el que su

postura es la homogeneización lingüística de Nación–Estado, con

límites bien demarcados y algunas veces hasta minados. Contra la

sordidez del mismo pueblo indígena oprimido que no cree en sí

mismo, sino en los prestigiosos colonizadores y ante la situación

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251

caótica que ambos generan ante las iniciativas en pro de las lenguas

indígenas y sobre todo evitando recursos para las acciones de

recuperación de lenguas perseguidas.

Lo que se busca es primero que esos círculos oficiales se abran

con lucidez. Hagan esfuerzos por ser justos y den recursos

económicos para incentivar a los promotores y escritores en lenguas

indígenas. No hay que olvidar que la valoración de las lenguas

indígenas son inútiles sin el componente económico. Tampoco

lengua y economía son separadas, uno sin el otro no funcionarán.

Sin este componente todas las iniciativas de buena voluntad serán

insuficientes, el enorme prestigio de las lenguas oficiales siempre

aplastará las incrédulas iniciativas del oprimido, si no se lo apoya

debidamente.

Segundo, se debe desatar una campaña sistemática de

educación del oprimido al estilo freireano, una especie de

descolonización lingüística, una toma de conciencia de la realidad

para asumir mejor la alteridad. Sólo a partir de nuestra lengua y

cultura podemos entender al otro; de lo contrario sólo se

mascullarán chauvinismos y fundamentalismos de uno y otro

frente. Y tercero, desbloquear ese meollo colonial, que nos ata,

incentivando, valorando y dando prestigio a esos pocos promotores

culturales, a esos pocos escritores en lenguas indígenas porque esos

son los modelos a seguir en un pueblo indígena y en cualquier

nación.

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252

Requerimos de personas aymaras que con sanos propósitos

estudie, cultive y escriba en la mencionada lengua desde la

perspectiva de ésta lengua, desde su genuino modo de pensar y

hacer. Si es posible, con mística reflejando el genio de la lengua.

Solo así describirá la característica y el rico aporte de los Qulla al

mundo. Porque escribir una lengua en estructuras de pensamiento

ajeno y gramática ajena es una forma destruir una lengua. Así

mismo, encarar educación bilingüe sin saber ambas lenguas es

engañar, es suplantar a los técnicos de una lengua indígena y

cumplir el papel de un paternalista del siglo pasado.

No nos preocupamos de ser uno, aunque sí en círculos

colonizados u occidentalizados. La esencia humana es dos en

unidad. Las trivialidades y cuestiones contradictorias son parte del

ser humano. Una cosa es que se ha satanizado y se ha pretendido

extirpar esa parte que les molesta para cultivar el yo único. Lo que

para un indígena parece una especie de auto-castración de una de

las dos partes del ser humano. Aprendieron con ello a creer en el yo

y rechazar al otro. Para la cultura Aymara el mal y el bien coexisten,

no puede haber el uno sin el otro. Sin embargo en otras latitudes

han decidido eliminarlo y creo que lo lograron del todo. Allá ellos,

respetamos su manera de pensar, los hemos aceptado por más de

cinco siglos. Nosotros los aymaras hemos vivido siempre en la

complementación de opuestos, ahora deben dejarnos ir por nuestro

camino o en todo caso deben aprender nuestros modelos.

La preservación de la unidad del idioma Aymara no supone

homogenización sino diversidad-holográfica. La lengua es como la

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253

Madre Naturaleza que nos une y respeta las diversidades.

Justamente las diferencias son la riqueza, si fuera todo igual ¿qué

sentido tendría la vida? Eso sería la muerte para el Aymara. La

coexistencia con el contrario es la dinámica en la vida, es la fuente

de la armonización y generar valores para el crecimiento espiritual.

Hay algunos lingüistas que creen que, por que la lengua

Aymara es lengua oral no se debe escribir en el sistema latino.

Nosotros no creemos que es posible. La escritura es un instrumento

de comunicación, es como un teléfono o un ordenador, hacer que

un pueblo no tenga acceso a la tecnología universal es un absurdo.

Ahora tampoco es ético tildar a propuestas indígenas de etnicistas,

nacionalistas y fundamentalistas, cuando ellos, los acusadores, han

practicado eso por siglos, además que ellos mismos nos enseñaron

eso bajo su sistema colonial. Mientras estemos viviendo en medio

de etnicismos, nacionalismos y fundamentalismos ajenos, con ellas

despegaremos y después nos despojaremos de ellos.

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255

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ANEXOS

Los incas tuvieron una escritura logográfica Por Enrique Valls Uno de los reproches que se le han hecho secularmente a la civilización conocida

como incaica que floreció en el Perú, tras de nacer modestamente en el Cuzco y extenderse hasta lo que es hoy Ecuador, Bolivia, el norte de Argentina y parte de Chile es su carencia de escritura. Este reproche es rechazado por la investigadora Victoria de la Jara, peruana, arqueóloga y antropóloga que ha pasado largos años de estudio tratando de demostrar lo erróneo de esa afirmación.

Victoria de la Jara dice que los cronistas españoles que fueron quienes unánimemente

afirmaron que los incas no poseían escritura alguna, no supieron entender lo que se les ofrecía a sus ojos y que estaba dibujado por así decirlo, en vaso ceremoniales, mantos funerarios y telas.

La escritura incaica es logográfica; cada signo representa una palabra que puede

comprenderse sin considerar la pronunciación. El uso de colores y la adición de líneas y puntos sobre una forma básica, permitió reducir el número de los signos facilitando el aprendizaje. Los signos incaicos son geométricos, porque el tejido condiciona su forma, que también se conserva en madera. Casi todos los textos incas que se conocen están sobre tejidos y en los keros, vaso ceremoniales, dice Victoria de la Jara.

La primera evidencia de la escritura inca, la encontró la investigadora citada en dos

mantos funerarios de la cultura de Paracas (Sur del Perú), escritura a la que llamo ―signos semilla‖. En esos mantos hay 213 personajes con 213 inscripciones diferentes. La confirmación de su idea la encontró trabajando con una pequeña tela decorada en la que había 23 felinos y 23 inscripciones diferentes. Cada felino lleva 6 o 7 ―signos semilla‖ bordados en diferentes colores.

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Victoria de la jara copio fielmente todos los ―signos semilla‖ que pudo encontrar

durante dos años seguidos y le remitió un informe al respecto al sabio lingüista francés Marcel Cohen considerado como una eminencia en su especialidad. Cohen le respondió tras estudiar el informe que ―según el número de signos y en razón de alineamientos sobre ciertos documentos me parece que se encuentra usted frente a una verdadera escritura, tal vez ideo fonográfica como la de Egipto y Mesopotamia‖.

De acuerdo a estas opiniones, de un demostrado experto y de otros recabados por la

investigadora peruana, los ―signos semilla‖ forman por sí mismo un sistema grafico en el que esos gráficos parecen corresponder a las palabras signos.

EL MENSAJE DE LOS KEROS Según Victoria de la jara, sobre los vasos ceremoniales llamados keros, fue escrita la

historia de los incas y su lectura restituirá las partes del código sobre madera que se creyó perdido y que de acuerdo a antiguas versiones fue mandado preparar por el Inca Pachacutee, con el objeto de perennizar la memoria de los fundadores del imperio inca.

Victoria de la Jara ha descifrado algunos símbolos dibujados en un kero. Según dice

se trata de una inscripción fúnebre dedicada al inca Pachacutee. Tres filas de signos decoran la parte superior del kero. Una misma inscripción se repite en la primera y tercera hilera de signos, pero la segunda fila ostenta símbolos diferentes. Según la investigadora ello quiere decir lo siguiente: ―Madre fértil Apu Inti (padre sol), luna resplandeciente, Apu creador, (padre creador) madrecita fértil, gran Apu inti, luna resplandeciente Apu creador.

A decir verdad, según otros investigadores e historiadores peruanos, la escritura

existió siempre en el Perú, pero fue eliminado justamente por el inca Pachacutee, que la substituyo por las cuerdas con nudos llamados quipu que solo podían ser interpretadas por sus guardianes los quipucamayos.

Según el historiador Montesinos, reputado de fantástico por los investigadores

―serios‖, la escritura fue inventada en el Perú por Huaynacavi- Pirhua, pero el inca estableció la pena de muerte para quien usara las ―kelkas‖. Estas eran hojas de árboles sobre las que se escribía a guisa de papel, algo así como el papiro de los egipcios. Mas el inca prohibió que esta escritura se usara, y poco después un amauta (sabio) invento caracteres para escribir, fue quemado vivo. Luego solo se usaron los quipus…

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Otro investigador, Rigoberto Paredes, dice que los incas suprimieron la escritura para

evitar que el pueblo se instruya lo suficiente y pudiera dudar de su ―origen divino‖. Lo cual concuerda perfectamente con el régimen despótico y asfixiante que los incas impusieron a sus súbditos como verdaderos señores de horca y cuchillo.

El inca Pachacutec, además era muy celoso del buen nombre de la realeza, ya que

según otras versiones, ordeno eliminar de la historia incario los nombres de todos aquellos incas cuyos hechos no eran muy edificantes y reconstruyo esa historia fabricando nuevos quipus en donde todo era positivo para la casta gobernante.

Pastor Ordoñez, autor de pictografías sobre puno, en el altiplano peruano-boliviano,

dice textualmente. ―Los kollas habitantes de esa zona llamada el kollao poseían en tiempos remotos una escritura ideográfica propia. En plena evolución. Sobre las paredes, sobre las rocas, sobre los objetos manuales se distinguen representaciones humanas o de animales y plantas que no solamente recuerdan al objeto correspondiente, sino que constituyen correlaciones graficas de nombres ``.

¿Tuvieron los incas una escritura eliminada por razones políticas, a la que sustituyo

otra solamente para elites (como también se ha sostenido), dejando al grueso del pueblo incaico de lado? Tal vez, puesto que en realidad la suma de todo lo dicho más arriba parece apuntar hacia ello y más teniendo en cuenta el carácter feudal y teocrático del régimen de incas.

---------------------------------- Tomado de: PRESENCIA, lunes 12 de enero de 1976.

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LA ESCRITURA JEROGLÍFICA DE ORURO Por Dick Edgar Ibarra Graso

En la excursión de estudio hecha, en compañía del Sr. Roy Querejazu al Sur del

Departamento de Oruro, en busca de un grupo de sobrevivientes de los antiguos y supuestamente ya desaparecidos Urus que dieron el nombre al Departamento, encontramos también, y así dijimos en nuestras primeras declaraciones a la PRENSA, un cuadernillo de escritura jeroglífica, que es la primera muestra de ella que obtenemos de Oruro. En realidad antes habíamos visto otros cuadernillos semejantes, pero nos fue imposible comprarlos.

El cuadernillo posee ocho páginas de escritura, conteniendo rezos católicos, y

constituye una especie de catecismo. Esta escritura todavía muy difundida en la región Andina de Bolivia, y parte del Sur del Perú, al menos en Puno y Cuzco; del Noroeste argentino existen noticias de que hasta fines del siglo pasado, al menos, se usaban en Jujuy, y en épocas anteriores su conocimiento llegaba hasta la zona de las lagunas de Guanacache, en la provincia de Mendoza.

Descubrimos de la existencia de esta escritura en 1940, en San Lucas, provincia de

Cinti, Chuquisaca, y en 1953 publicamos un libro bastante extenso sobre ella, con unas 1200 muestras de escritura. Este libro naturalmente esta hoy muy agotado, pero esperamos que a mediados de año o poco más salga una nueva edición, muy ampliada en sus informaciones, en su texto e ilustraciones.

Las muestras reproducidas en la primera edición de nuestra obra proceden de los

Departamentos de La Paz, Potosí y Chuquisaca, faltando por entonces muestras de la escritura de Cochabamba y Oruro, las cuales han aparecido ahora.

Esta escritura se escribe hoy sobre papel, papel común por los demás incluso hojas de

diario sobre cuyas letras se dibujan los jeroglíficos, cuero también en la región de Copacabana, arcilla y piedra, lo último antiguamente. Los escritos de arcilla son de dos formas: la primera la conocimos en San Lucas, y consiste en la fabricación de unos discos de arcilla de hasta más de un metro de diámetro, sobre el cual se pegan los signos

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jeroglíficos hechos en forma moldeada y puestos parados, los podríamos comparar, en su forma general, a las velitas de cumpleaños de una persona que cumpla bastante de ellos. La segunda forma consiste en un disco semejante, algo menos pero más ancho, en cuya superficie se encuentran los signos representados por multitud variada de cosas menudas: piedrecitas, trozos de cerámica con grabados o no, dientes, trocitos de vidrio, semillas, etc. El P. Joseph de Acosta en 1591, describe exactamente eso, y las llama ―ruedas de rezar‖. En el Museo Arqueológico Municipal de Oruro hay un hermoso ejemplar de esta forma de escribir. Para el Museo Arqueológico de la Universidad de Cochabamba hemos conseguido personalmente dos, procedentes de Puqui en las cercanías de Salinas de Garcí Mendoza, en Oruro.

Esta escritura, que hoy se utiliza exclusivamente para escribir los rezos católicos, es

sin embargo de origen precolombino, pero al parecer solo se uso para pequeñas anotaciones por la gente del pueblo, sin que nunca fuese tomada como elemento cultural importante por las diversas civilizaciones que se sucedieron en la región andina. Su primera manifestación que conocemos es la inscripción en un ceramio Chavin de un numeral que representa el 5, formado por cinco rayitas unidas por sus bases; luego en la espada del llamado Monolito Ponce, se encuentran cuatro signos de esta escritura, en forma evidentemente más desarrollada, que indica que la escritura tuvo bastante importancia en la civilización de Tiahuanaco. Su uso siguió en el periodo del Reino Colla, así aparece en un keru de madera procedente del Norte de Chile, en donde se encuentra un personaje con ocho signos a su alrededor. De Cochabamba tenemos una pequeña tablita de piedra, con once signos grabados, etc.

Su uso actual ya lo conocemos, es el escribir fundamentalmente los rezos católicos,

pero en dos ocasiones hemos visto pequeñas cartas en las cuales se daban informes sobre la cantidad de bultos de sal vendidos, etc.

Presentamos aquí una página del cuadernillo citado al principio. Procede de la

localidad de Quillacas, al Sur de Oruro, y contiene el rezo de los 10 mandatarios. El indígena que nos lo vendió, de nombre Primitivo Jallasa, ya no lo sabía leer pues había pertenecido a su abuelo; se sorprendió mucho al ver que yo leía esos rezos sin mayor dificultas, pero eso no es tan de extrañar considerando el libro que escribimos sobre ello y en donde hay la traducción, signo por signo, de numerosos rezos. Los textos escritos están en lengua aymara, que no sabemos, pero si conocemos los principales signos, de modo que la lectura general de los mismos nos es perfectamente posible.

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La página reproducida contiene los 10 Mandamientos, como lo dijimos, y los signos utilizados en ella son de tres clases: primero, de representación directa, o sea una mujer, mujer, segundo, simbólicos, una cruz, Dios; tercero, fonéticos, una aproximación, como si en castellano dibujásemos un sol y un dado, y le leyéramos allí soldado; así un ojo, nayra en aymara, representa su sinónimo en pronunciación nayra, primero.

Los números están representados por rayitas, y es fácil así identificar en el texto

reproducido cada uno de los 10 Mandamientos. La escritura se hace según nuestra forma, pero en los textos más antiguos se realizaba comenzando por abajo y siguiendo en zig-zag para arriba. Dos rayitas forman el punto final, que aquí han sido trasformadas en hoces no sabemos su porque. El signo ―mandamiento‖, que aparece en tercer lugar, consiste aquí en dos cuadrados sobrepuestos, pero en textos más antiguos consiste en dos triángulos contrapuestos.

Las primeras palabras de este rezo son: De Dios (una Cruz), los Mandamientos son

(un hombre indicando los dos cuadrados), 10 (diez rayitas), los primeros (un ojo), tres, (tres rayitas), etc.

(PRESENCIA LITERARIA, La Paz, domingo 30 de mayo de 1982)

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ESCRITURA INCA Por: HERNAN MENA BUSTILLOS Resumen del trabajo que con el título ―Escritura Inca‖ fue presentado por el autor al

XLII Congreso Internacional de Americanistas, celebrado en Paris del 2 al 9 de septiembre de 1976.

¿QUE ES UN ALFABETO? De una manera general puede decirse que un alfabeto es

un conjunto de signos convencionales que sirven para transcribir una lengua. Nosotros seremos más exigentes y plantearemos las cosas así: Necesitamos un alfabeto quechua –o inca, como quiera llamársele – que: 1) Reproduzca lo más exactamente posible los sonidos de la lengua; 2) Sirva como buen instrumento de clasificación de las palabras (el diccionario): 3) Permita establecer claramente las estructuras del idioma. Debemos añadir aun una cuarta exigencia a este alfabeto: la sencillez, tanto en su manipulación como en el aprendizaje. Esta exigencia nace de la realidad cultural del pueblo inca. Es un pueblo prácticamente sin experiencia en la materia y es necesario que disponga de un instrumento pedagógico claro, sencillo y adaptado a su lengua.

Veamos como creemos haber resuelto todos estos problemas. Se notara e primer lugar

que hemos renunciado al alfabeto latino. Esta cuestión merece un análisis cuidadoso. La experiencia muestra que los sistemas propuestos son bastante deficientes, razón por la cual existe una verdadera anarquía en la manera de escribir el quechua. Es suficiente consultar algunos libros de diferentes autores para constatar nuestra afirmación. Lo mismo –a mayor escala y con peores consecuencias– se nota en la confección de los diccionarios, puesto que el orden de los signos, así como la manera de transcribir los sonidos, determinan la posición de las palabras. Si a esto se añaden otras veleidades como es el suprimir algunas vocales y otras tantas consonantes el resultado es verdaderamente catastrófico. Imagínese un diccionario de la lengua española organizado según el alfabeto japonés; el resultado será de una gran confusión. Y si, para pulir las aristas, le quitan al español dos vocales y dos o tres consonantes se obtendrán, al final, un libro de una confusión infernal. La imagen no es arbitraria, hay un diccionario quechua de mucho prestigio que corresponde, casi punto por punto, a estas características.

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Sin embargo, el problema no está resuelto. Aun podría argüirse así: ―La carencia de un tal sistema no excluye posible aparición. Después de todo, el albanes, el turco, el checo, el vietnamita y tantos otros, son, como el quechua, idiomas alejados de las lenguas románticas y usan para su transcripción los caracteres latinos. Y no les va tan mal‖. Es verdad; pero, detengámonos un instante a reflexionar sobre dos hechos fundamentales. Primero: Existe la tendencia a conferir al alfabeto latino un valor inmanente, una ventaja específica sobre los otros sistemas. Es completamente erróneo. Los signos en lingüística – y en todas las materias – son arbitrarios, convencionales, no tienen ningún valor en sí.

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Luego, son perfectamente equivalentes. Por otra parte. ¿De qué le sirve a una persona conocer el alfabeto latino frente a una página escrita en lengua polaca o alemana? No avanzaran una pulgada en la comprensión del texto y, en la lectura, sus conocimientos serán fuente de innumerables errores. No vayamos tan lejos, trátese de leer en francés, que es una lengua próxima al español, y se verá cuantas dificultades surgen. (No tomamos en cuenta los problemas de impresión de recuperación de textos, de cambios pedagógicos, por ser de poca importancia). No tenemos bibliotecas ni amplios programas de enseñanza, ni siquiera un periódico. Estamos lejos de los problemas actuales de la China o de la situación de los rusos en la época de la revolución, o de la problemática de los turcos en los días de Ataturk. Estamos al comienzo del ovillo uy mas vale empezar de buen pie. Segundo: En Suecia viven los suecos, en Albania los albaneses, y así sucesivamente. Es decir al interior de sus fronteras nacionales no existen problemas idiomáticos. En Bolivia los indios no están solos. Al contrario, están en contacto permanente con una civilización superior que utiliza una lengua diferente. Por consiguiente, si se adopta –o adapta– el alfabeto latino, las fuentes de error se multiplican por 10, por 20, por 80. (Piénsese en el conjunto de factores adversos al quechua - y al aymara, por supuesto.-: Profesores de formación hispánica, alumnos desorientados, niel de cultura muy bajo del pueblo, el lenguaje hibrido de los centros urbanos, tendencias deformantes en la radio y la música, neta subestimación social y psicológica quechua, excesivo peso del español, etc.). Resultado: La pronunciación y la escritura hispánicas tienden a imponerse a la escritura y pronunciación quechuas. Es una constatación de todos los días. Porque, seamos francos, ¿Quién, en Bolivia, que se precie de cultura hispánica, va a tratar de ―imitar a un indio‖, de ―pronunciar a lo indio‖, con todos los matices de voz, de entonación, con los giros del lenguaje, las interjecciones, los gestos? Pocos, desoladoramente pocos. Y, sin embargo, desde el punto de vista lingüístico y psicológico son elementos esenciales, irrenunciables. Ellos constituyen el núcleo, el hueso, el alma de la lengua. Miremos la situación desde otro punto de vista. ¿Sabe usted como pronunciaría el alfabeto latino un indio de 24 quilates, un inca, u digno hijo de Pacakutij (Pachacutec)? Mas o menos así: A (como la A española,

quizá un poco más abierta) UE (diptongo de U mas E atona, más exactamente como la ъ del búlgaro), CI (con una S fina, como la S del francés), DI (D muy blanda, casi Y, como

la De del eslovaco), E (E abierta), IPHI (I inicial dura, como la ы del ruso, mas la PF del alemán), JI (J palatal). ATCHI (con la C del checo), I, JUTA (con la U muy posterior, no redondeada, o muy poco) KA, ILI (I inicial siempre dura), ILLI, IMI, INI, IÑI, O, PI, KU, IRI, (con una R de muy leve vibración, como la R del japonés), ISI, TI, U, UE, JOPHLI UE (la B se ha ensordecido), IKIS, YI, CITA. Siguiendo más o menos las

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pronunciaciones anotadas anteriormente). Como se ve, hay bastante material para hacer burlas. Lo que no se comprende es porque un indio tiene que hacer el ridículo y someterse a las burlas, o a la tiranía, o, en el mejor de los casos, a la condescendencia caritativa del profesor cuando se trata de aprender su propia lengua. Y si se piensa que un tercio de ese alfabeto es completamente inservible (B, C, D, F, G, H, Q, X, Z) y que el resto es, a la evidencia, insuficiente a colmar las brechas (los signos diacríticos podrían resolver el caso de las consonantes triples - quedaría el problema de su denominación - ¿y los diptongos? Aquí no hay solución aceptable, sin hablar de los signos mixtos cuya importancia es indiscutible), se ve pues que insistir en el alfabeto latino es una verdadera locura. En conclusión: la adopción – que más parece una imposición de los caracteres latinos para el quechua es una solución absurda que causa perjuicio a ambas partes: Los incas obtendrán a la larga – y a la corta, a juzgar por sus manifestaciones – una lengua caricatural y extravagante destinada a las aldeas y los socavones; los hispanohablantes, un español empobrecido y deformado, invadido de quechuismo, el castellano de nuestros arrabales. Dentro de este esquema tampoco nuestra elite cultural queda intacta: en el ámbito hispanoamericano actual el español de Bolivia es verdaderamente lamentable. Más vale separar las aguas: ahora que es tiempo. Ganaran las dos culturas en propiedad de la riqueza, en personalidad. Más vale la interacción de dos culturas ricas, vigorosas, hermanadas por la historia que una hibridación forzada que más parece una servidumbre. En fin de cuentas, hay muchas lenguas y muchos alfabetos en el mundo. ¿Está el pueblo inca tan abandonado de la mano de Dios que no pueda aspirar a poseer su propia escritura que tanta falta le hace? ¿Están sus mejores hijos tan desalentados que no puedan aceptar el desafío del futuro?

Veamos ahora las virtudes y los defectos del alfabeto propuesto. Debemos, de entrada,

reconocer ciertas imperfecciones. Se pedía demasiado: Una frase en la que aparecerían una sola vez todos los sonidos de la lengua ordenados de acuerdo a criterios lingüísticos, y que esta frase tuviera, además, una significación fácilmente comprensible. El resultado es aceptable. Las vocales ocupan los lugares pares y las consonantes triples los lugares impares, la semiconsonante esta exactamente al medio de los dos grupos, los diptongos están ordenados de manera imperfecta (salpicados de consonantes y signos mixtos), y al final un grupo de consonantes. En cuanto a las palabras utilizadas, también estas presentan ciertas imperfecciones etimológicas y semánticas, no fonéticas (uelayuj, iuiaoaua). Otra imperfección resulta de la no coincidencia total del paradigma mnemotécnico (que recurre a vocales auxiliares para dar sentido a la frase) con el esquema teórico.

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Creemos, sin embargo, que todas estas deficiencias están ampliamente compensadas por la grande, enorme, irrefutable ventaja que representa el hecho de disponer de una frase que contiene todos los elementos necesarios para la transcripción de la lengua y que constituye, además, un sistema practico y seguro de referencia. Desde el punto de vista de la alfabetización, problema número uno del pueblo inca – es un instrumento de valor inestimable: Permitirá reducir a meses el trabajo de años.

Sin duda, lo que más sorprende al principio son los signos mismos que, por ser raros,

se cree que tienen que ser necesariamente difíciles. Es una impresión falsa. Hemos renunciado a toda presunción de originalidad plástica, a toda complicación inútil en aras de la sencillez. Todos los signos se pueden trazar con dos movimientos de la mano (salvo uno o dos), se ha dado preferencia a la línea curva sobre la recta para facilitar, el trazado, algunos de ellos coinciden con otros existentes en otras lenguas (las posibilidades de invención de signos sencillos a dos trazos son limitadas, imposible evitar las coincidencias), todos son claramente reconocibles. (Hay algunos que nos reprochan de no habernos inspirado en la cerámica, los tejidos, los quipus, etc. Pensamos que se equivocan: Se debe escribir clara y rápidamente, sin perder el tiempo en hacer obras de arte. La caligrafía pertenece a la edad media).

Veamos ahora los sonidos en particular. Las consonantes triples no tienen discusión,

con ligeras variantes todos están de acuerdo. Nosotros hemos separado las series K.K.K y Q.Q.Q para marcar la diferencia. En cuanto a las vocales hay una discusión terrible. Nosotros pensamos que hay ocho vocales, que- para no atizar el fuego y crea complicaciones en el aprendizaje – se pueden reducir a cinco, tres considerándose realizaciones secundarias de las vocales fundamentales (Ê, I. U; E, Î, Û. La discordancia en la E sirve para marcar la diferencia con el español). Creemos que es una convención razonable. Los más exigentes utilizaran ocho vocales y, los demás, cinco, sin que esto altere la estructura del sistema, puesto que solamente las cinco vocales fundamentales sirven como criterios de clasificación. En cuanto a la semiconsonante (Y) hay unanimidad. El problema de los diptongos es muy complejo para ser expuesto en todos sus detalles. Bástenos decir, de una manera esquemática, que en el quechua se produce, como en el alemán, el ataque fuerte de las palabras, lo que origina la diptongación en posición inicial; en las demás posiciones, la diptongación es una regla general (un alfabeto, considerado como esquema fonético, es siempre una fórmula de transacción, debe atender al mayor porcentaje estadístico. Como bien dicen: la excepción confirma la regla). La separación del diptongo UE de UI permite recuperar pronunciaciones regionales y de gran expresividad a las palabras. La separación de OA y UA no solo responde a una realidad, y, en este

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sentido, permite reconocer muchas palabras, sino que también jugara un rol capital al momento de establecer la gramática, puesto que entonces se contara con dos partículas diferentes con valores morfológicos y sintácticos propios. (Para este asunto de los diptongos aconsejamos a los interesados a reflexionar sobre el desarrollo de la V latina en las lenguas romances y germánicas, así como sobre el sistema de vocales y diptongos en el ruso moderno. Igualmente las soluciones del japonés son muy instructivas).

Esta misma lógica de dar soluciones sencillas a problemas complejos – finalmente, una

escritura debe estar al servicio de la masa del pueblo y no ser el privilegio de unos cuantos iniciados- nos ha conducido a encontrar soluciones originales. Es el caso de los signos mixtos, hay varias formas de la vocal I. Su estudio es complejo y haya correr aun mucha sangre de lingüista, la tinta. Sin introducimos el símbolo mixto (lo llamamos mixto porque pensamos que se trata de una I larga más una iota) el problema está resuelto, independientemente del resultado de las discusiones de los especialistas en independientemente de las diversas maneras de pronunciarlo, porque estamos de acurdo en lo principal: en su valor funcional. Significa ―a él‖ en los imperativos (uillariiy), da un matiz de la hipótesis (niuajtiiykiri), una forma de la posesión (sonqoyniiy), una forma de complemento verbal (puriiycacharin), etc. Argumentos parecidos son validos para el signo (25) que permite diferentes pronunciaciones (yoj, yuj, ûj), pero cuyo valor semántico es siempre el mismo. Estas convenciones simples no solo resuelven problemas aparentemente insolubles sino que confieren a la lengua una gran uniformidad sin destruir los particularismos. Al mismo fin sirve el signo auxiliar X que deja en suspenso el problema espinoso del plural. (En realidad aquí no hay verdadero problema sino un malentendido, futo de la poca información lingüística y de la influencia del español. En efecto, en lengua quechua no existe el plural como forma gramatical definida, como sucede en las lenguas románicas, germánicas y eslavas; la noción del pluralismo, al igual que en el japonés, está dada por partículas, o por el sentido de la frase).

En fin, no se debe olvidarse que una lengua de cultura es siempre el resultado de una

convención, de una voluntad común, de una creación concertada y cumulativa. Fue el caso de la koyné en Grecia y fue y es el caso del hochdeutsch en Alemania. A la raíz de estas convenciones no solo debe encontrarse una voluntad común, sino también el conocimiento justo de las tendencias convergentes, es decir, aquellas que garantizan la unidad y el porvenir del idioma, y el rechazo firme de todas las corrientes divergentes que tienden a su dislocación y fragmentación. Así se han hecho las lenguas cultas que hay en el mundo; así se hará la nuestra. Si se nos pidiera el argumento más sólido en favor de nuestro alfabeto, responderíamos sin hesitación: la práctica. En la alfabetización directa a la lengua. Según

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nuestra manera de ver, un alfabeto debe ser un mecanismo rigurosamente calculado. Si todos los elementos componentes funcionan bien, el conjunto marcha bien. Naturalmente, nuestro objetivo va mas allá de la sola transcripción de los sonidos, incluye la organización de la lengua (la gramática) y su clasificación (el diccionario). Con todo, la reproducción de las palabras es ya buen examen. A quienes realicen esta prueba les sugerimos hacer fichas con los signos (lo que elimina su memorización, que es forzosamente lenta) y disponerlas en la forma en que estos se presentan. Luego, repetir varias veces, lentamente, el paradigma mnemotécnico hasta crear un cierto automatismo en la identificación del sonido con el signo. Después de tener un poco de práctica con palabras sencillas, tratar de construir las palabras más difíciles y más raras para ver si efectivamente el sistema dispone de todos los signos necesarios para su transcripción exacta.

Antes de finalizar, quisiéramos insistir en un verdad fundamental: una lengua es lo que

podríamos llamar un determinismo histórico, un verdadero fatalismo. Un pueblo no puede decir: ―No me gustan mis valles, ni mis ríos, ni mis montañas. No me gusta el color de mi piel‖. No hay nada que hacerle. No se puede cambiar. Con la lengua sucede lo mismo: Sea pobre, inculta, despreciada, deformada, incluso renegada, es siempre el corazón, el refugio, la esperanza, el destino, el símbolo de un pueblo. Tan cierto, es esto que cuando muere una civilización desaparece su lengua y cuando muere una lengua desaparece un pueblo. En esta materia no hay conveniencia política, no hay argumento histórico ni moral que valga. Es una especie de derecho natural: se tiene derecho a oír, a oler, a mirar. También se tiene derecho a hablar. Y hablar en la lengua de los padres los parientes, los amigos. Eso es lo que constituye una continuidad histórica, un dominio cultural. ¿Seremos tan optimistas si creemos que en nuestra época también se tiene derecho a escribir? Vaya este trabajo como un aporte a ese gran movimiento espiritual: El Renacimiento del pueblo inca. Para ayudar a la comprensión y al estudio del alfabeto incluimos la letra de una canción; los entendidos podrán divertirse haciendo comparaciones con la letra de la Marsellesa. Se canta con la música de la cueca del 111.

Tomado de: PRESENCIA Literaria, Domingo 14 de noviembre de 1976.

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PRIMER SEMINARIO NACIONAL SOBRE LENGUAS

NATIVAS

26 de abril — 3 de mayo de 1971

DECLARACIÓN: 1º — El lenguaje como uno de los instrumentos de liberación de los pueblos

oprimidos El lenguaje constituye uno de los instrumentos más importantes y primarios creados

por el hombre, que le sirve como medio de comunicación social y por tanto significa arma eficaz en el proceso de liberación de los pueblos oprimidos. Por tal razón, debe merecer la atención primordial de los organismos estatales.

En nuestra realidad nacional, se observa la diferencia fundamental entre la ciudad y el

campo. Mientras aquélla ofrece a sus moradores amplios adelantos científicos y técnicos y por consiguiente la posibilidad de alcanzar mayor bagaje cognoscitivo, en contraposición los habitantes del agro se debaten en el ostracismo cultural más dramático. La información científica no llega hasta ellos, o si llega, en forma incompleta, incomprensible a través de una lengua ajena, dado que los instructores, técnicos o investigadores, en la generalidad de los casos no aplican el idioma que se habla en esas áreas.

Se debe afirmar también, que el lenguaje aporta directamente a concientizar a los

sectores oprimidos, porque la personalidad humana no puede florecer en una vida de duro esfuerzo y pobreza. Tal estado de postración tiene que ser superado. No sólo conformarse con los cambios cualitativos y cuantitativos en la relación de las fuerzas productivas y los medios de producción, sino que se requiere la transformación en el estrato espiritual del hombre que repercute en la libre comunicación de las masas, de acuerdo a sus necesidades en su propia lengua.

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En nuestro país, se cuenta con dos lenguas indígenas habladas por la mayoría, la quechua y la aymara, con más del 33 y 22% del total respectivamente. De ahí que el legalizar el uso oficial de las mismas será el principio de la liberación efectiva del pueblo boliviano. Y, en virtud de que el corolario de toda transformación es el desarrollo integral del hombre, habrá que enfrentar con toda valentía la educación del hombre nuevo boliviano, consciente de su destino.

2º—Abrogar la discriminación lingüística En Bolivia existe todavía una especie de discriminación lingüística. A los grupos que

hablan lenguas aborígenes se les considera de una manera peyorativa. En el fondo, menosprecio y explotación van íntimamente ligados.

Sobradamente sabido que las comunidades indias constituyen lo superviviente de las

grandes culturas indígenas que fueron sometidas por la conquista en el siglo XVI a la férula del colonialismo español. Luego, la independencia política obtenida en 1825 no trastrocó el sistema económico-social imperante, sino tan sólo reemplazó al amo europeo peninsular por el patrón criollo. Como consecuencia, el castellano advino como idioma de la clase dominante y las lenguas nativas como expresión de los vencidos.

Imperativo ineludible desechar ese esquema discriminatorio y esa tarea tiene que

tener especial énfasis dentro del proceso de liberación implantado en Bolivia. Justo reconocimiento a la heroica como silenciosa resistencia de los indios a la destrucción de su genuina cultura y a la extinción de su lengua.

Hoy en día la acción imperialista tiende a forzar la adopción de rasgos alógenos. Ella

debe ser evitada, ya que a los grupos indígenas no se les puede obligar a recibir productos que no quieren. Tampoco se les puede obligar a que renuncien a su propia lengua.

3º — Importancia histórica y científica Un argumento más radica en la importancia histórica del aymara y del quechua.

Ambas lenguas se hallan vinculadas a antiguas culturas que florecieron en el período precolombino y por tanto de larga tradición. La primera fue expandida por el imperio de Tiwanaku en el lapso comprendido entre 724 y 1150 de nuestra era en la región andina, a través del territorio comprendido entre Cajamarca en el Perú por el norte hasta el sur de Bolivia, y noroeste argentino, abarcando además el litoral septentrional de Chile.

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Tiwanaku se distinguió por sus logros en arquitectura con sus inmensos templos y palacios, así como por su artística artesanía, en cerámica, metalurgia y textilería. La se-gunda fue también extendida por el imperio inkaico, que se desarrolló entre 1438 - 1532, cubriendo una superficie de cuatro millones de kilómetros cuadrados y quince millones de habitantes. Todos los autores han reconocido la labor social del mismo, donde no existió la miseria, el hambre y la desocupación. El Cuzco, su capital, el momento de la conquista fue una de las ciudades más pobladas del mundo y no había ninguna en España que se le equipara en densidad demográfica. Dichos imperio, en el aspecto intelectual, consiguieron excelentes expresiones, que como es lógico repercutieron en la lengua, con singular riqueza de vocablos.

El estudio de las indicadas lenguas permitirá a la investigación científica poseer un

magnífico medio para la reconstrucción ideal de la filosofía y el pensamiento de esas extinguidas culturas prehispánicas. Su estudio y su análisis en los centros universitarios promoverán el interés y de seguro se operará algo similar a lo que acontece en México con el náhuatl, donde con verdadera devoción se lo aprende.

Bolivia tiene que manifestar orgullo por el hecho de que en el país se hablan las

aludidas lenguas y no es riesgoso afirmar que en el futuro habrá un renacimiento de las mismas, en el plano científico y literario.

4º— La lengua como fenómeno estructural Una tesis marxista sostiene que el lenguaje no es fenómeno super-estructural, sino

por el contrario estructural. Definido no como mera consecuencia ideológica o espiritual, como un reflejo, sino

ubicado en la esfera de las relaciones materiales, ligado estrechamente al desarrollo de las fuerzas productivas, a las necesidades del hombre. Si bien fundamental en la acumulación cultural y estética, sobre todo conquista técnica e instrumental. La lengua es herramienta del avance social.

En el caso del quechua y del aymara, además de formas lingüísticas históricamente

logradas, no se las puede desvincular del proceso social en Bolivia. 5º—Analfabetismo y educación El analfabetismo constituye una vergüenza histórica para las clases que han detentado

el poder político y cuyas raíces profundas se hunden en la misma colonia. Tanto durante

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el dominio hispánico como en el período republicano se descuidó su erradicación, ya que importaba más la explotación sistemática del nativo que trabajaba en el agro. Sólo a partir del 9 de abril de 1952 se comenzó a comprender la magnitud del problema y se incrementó notoriamente el número de escuelas rurales. Se puede indicar que en Bolivia casi todas las comunidades poseen locales escolares, en la mayoría de los casos erigidos con su propio esfuerzo y medios. El Estado en la práctica no dota de material escolar a las aulas y se percibe alarmante ausencia de pizarras, tiza, etc.

Es preciso considerar la importancia del factor humano maestro, el que no ha

contribuido a una educación adecuada, pues el Estado debería propender a elegir a quienes por vocación y capacidad conduzcan la nueva escuela nacional, ya que en ella se asentará el futuro de la sociedad.

Inmediatamente surge la cuestión de lengua y alfabetización. Sería aconsejable que se

imparta ésta en el idioma materno, siguiendo las más modernas prescripciones técnicas al efecto.

Es necesario que las lenguas autóctonas que han sido preteridas durante tantos siglos

vuelvan a tener vigencia plena y condiciones de igualdad con la castellana. 8º — La Revolución Cultural y las lenguas nativas Las consideraciones precedentes fundamentan la necesidad y conveniencia de

oficializar el uso de las lenguas quechua y aymara. Dicho paso, en extremo positivo, no resuelve de por si el problema de fondo planteado en nuestro país. Puede convertirse en un instrumento, ya sea en favor del proceso revolucionario, o de medidas meramente reformistas, e inclusive implicar mayor sometimiento del autóctono, sino se enfoca adecuadamente sus implicaciones.

La oficialización preconizada tiene que estar acompañada por una serie de

disposiciones, que partiendo de una revisión total del problema, abra un proceso profundo de cambios radicales, no sólo en el plano económico-social-político, sino también de liberación cultural. A dicho proceso, de hondo contenido, denominamos REVOLUCIÓN

CULTURAL BOLIVIANA. Se podría caracterizar por los siguientes rasgos generales:

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(1) Su objetivo principal radica en la solución del actual dualismo cultural antagónico que hasta hoy separa al país en los términos mundo indio – mundo occidentalizado, manteniendo una división que impide plasmar una nueva conformación de tipo revolucionario.

(2) Tal propósito habrá de plasmarse en una expresión concreta, que sólo puede ser

dada por el propio pueblo, protagonista y ejecutor del movimiento de liberación. (3) Entendemos la revolución cultural como un hecho integral y de ningún modo

aislado de los otros aspectos del proceso revolucionario, ni anterior, ni posterior, sino tan simultáneo corno pueden serlo la acción y el gesto que lo realiza.

(4) Ese proceso permitirá que el pueblo concrete soluciones cabales. Ello no significa

desconocer el papel de los intelectuales en la revolución cultural Al contrario, son quizá los más llamados para delinearla, sistematizando y formulando los logros del proceso revolucionario popular en el campo de la ciencia y la cultura.

(5) La revolución cultural tiende a la creación del nuevo hombre boliviano, libre del

imperialismo y colonialismo, dueño de su destino, dotado de rasgos propios y con propia expresión. Lógicamente, para conseguirlo se precisa que se rompan las barreras de preterición de todo lo indígena y entre ellas el otorgar a las lenguas nativas su plena importancia oficializándolas.

RECOMENDACIONES INMEDIATAS 1,- Solicitar al Supremo Gobierno se dicte el respectivo Decreto disponiendo la

existencia de tres lenguas oficiales en Bolivia, la castellana, la quechua y la aymara. 2.- Pedir la traducción al quechua y al aymara de todas las disposiciones legales

vigentes. 3.- Recomendar al Ministerio de Educación y Cultura el sostenimiento de Academias

de las principales lenguas nativas, para que elaboren normas y diccionarios oficiales de las mismas.

4. — Que mientras funcionen plenamente dichas academias, se adopte transitoriamente el sistema de grafías aceptado por el III Congreso Indigenista Interamericano.

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5. — Que el Estado imponga las medidas conducentes para impulsar la producción

literaria en sus diversas ramas, así como la divulgación científica, en lenguas aborígenes. 6. — Solicitar la reedición de los autores clásicos en lenguas nativas (Bertonio,

Torres Rubio, González Holguín etc.). 7.— Asimismo, la publicación de textos didácticos y pedagógicos en idiomas

indígenas. 8.— Pedir se incremente a los centros de investigación científica que estudian las

antiguas culturas precolombinas y revalorizan nuestro pasado. 9.— La realización de un Seminario sobre la familia lingüística guaraní, con sede en

Santa Cruz, con vistas a estudiar su difusión y sus características en Bolivia. 10- — Pedir la revisión del artículo 115 del Código de la Educación Boliviana por

su carácter discriminatorio. 11. — Solicitar la concesión para el Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos

KIPUKAMAYU, de una sede apropiada, dotada de biblioteca especializada y de laboratorio lingofónico.

12. — Sugerir la aplicación de la computadora y de la cibernética en el estudio

lingüístico. 13.— Sugerir que el Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos, KIPUKAMAYU,

organice institutos regionales en las localidades de Umala, Tiwanaku y Achacachi, para el aymara; Yura, Novillero, Yamparaez y Oruro, para el quechua; Santa Cruz para el guaraní.

14. — Sugerir que las universidades enseñen lenguas nativas y exigir como requisito

indispensable a sus egresados el conocimiento de cuando menos de una de ellas para la obtención de título académico.

15. — En las Escuelas Normales Rurales debe ser condición indispensable para el

postulante el conocimiento de una lengua nativa y para su egreso el hablarla con fluidez.

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16.— La alfabetización debe ser impartida en la lengua materna. En cuanto a la educación ulterior, aconsejable el sistema bilingüe funcional (Castellano más una lengua nativa).

17.— Apoyar la medida adoptada en las Escuelas Normales Urbanas en sentido de !a

obligatoriedad del aprendizaje de por lo menos un lengua nativa para su egreso. La Paz, 3 de mayo de 1971.

Lic- Juan Cornejo Lora Director del Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos KIPUKAMAYU,

Coordinador del Seminario

Lic. Wálter Hermosa Virreira, Prof. Carlos Ponce Sanginés Presidente, Primera Comisión presidente. Segunda Comisión

Dr. Hugo Lanza Ordóñez Sr. Zenón Barrientes M.

Relator, Tercera Comisión Relator, Primera Comisión

Prof. Oscar Bustillos. Dr. Gregorio Loza Balza Secretario, Primera Comisión Relator, Segunda Comisión

Prof. Pedro Plaza Martínez

Secretario, Tercera Comisión

NOTA: La Academia Nacional de Ciencias de Bolivia inició la publicación de su Serie Documentos Científicos, con el objeto de divulgar las conclusiones de simposios y reuniones científicas que se realizan en el país, La A. N, C, B. simplemente realiza la edición, sin necesariamente solidarizarse con el contenido de los documentos editados.

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CONCLUSIONES DEL PRIMER CONGRESO DE LENGUAS NACIONALES

1. Aspectos socioculturales Considerando que: - Las culturas quechua, aymara, tacana, guaraní y otras sufren las presiones de la

cultura urbana que somete a estos grupos a situaciones de crisis económica social. - El respeto y desarrollo de las lenguas debe ser encarado al mismo tiempo que los

demás problemas, especialmente los sociales y económicos. - La enseñanza ametódica e impositiva del castellano, como lengua oficial, ha

determinado frustraciones y procesos negativos de aculturación desde las escuelas básicas hasta las campañas y planes de alfabetización.

- Todos tenemos derecho a identificarnos con nuestra propia cultura y tener opción

a compartir, en igualdad de condiciones, los beneficios de las diversas culturas sin presiones externas.

- La integración de la nación boliviana en el más profundo de sus sentidos sólo podrá

consolidarse a partir de la clara conciencia de su pluriculturalidad. El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda: - Que el Estado boliviano elimine toda acción discriminatoria, de agresión en sus

diferentes formas y desprestigio de los valores culturales propios de las mayorías y minorías culturales autóctonas, legislándose y planificándose de tal manera que se garantice la pervivencia y desarrollo de las diversas culturas nacionales como fundamento de una nación integrada.

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- Que la promoción humana, llámese alfabetización, desarrollo, educación popular, etc., se realice en forma integral, toman do en cuenta los caracteres singulares de las culturas que conviven en Bolivia.

- Que la atención del problema económico y social de los diversos grupos culturales

sea el centro notivacional de los programas educativos, lingüísticos y otros, permitiendo que los representantes de estos grupos sean quienes decidan y orienten dichos programas.

- Que los agentes externos a las culturas autóctonas, trabajadores sociales,

investigadores, educadores populares, deben poseer una preparación sin prejuicios que les permita identificarse con la comunidad y actuar en base a una confianza y aceptación mutua, interpretando los anhelos e intereses de dichos grupos humanos.

2.- Aspectos Educativos Considerando que: - La escuela no da importancia al desarrollo de la comunicación en lengua materna,

cuando se trata de culturas diferentes a la urbana hispanohablante, tratando más bien de suplantarla por el castellano, obligando al niño aymara, quechua, tupi-guaraní y de otras culturas a expresarse, leer y escribir en un idioma totalmente distinto a aquel con el que se educa y comunica en el hogar y comunidad.

- Los programas imponen lenguas de culturas extrañas (por ej. inglés y francés) sin

ningún sentido pedagógico y funcional desde los primeros cursos. - Los programas escolares, partiendo de la concepción de "un niño universal" que no

es sino una abstracción a partir del niño de cultura urbana, desatienden y subestiman contenidos y realidades propios de las culturas autóctonas.

- Las iglesias y otras instituciones en su acción educativa lle van signos claros de

alienación cultural: sus principales va lores son extranjeros o extranjerizantes, y su organización

y sus métodos verticales. El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda:

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- Pedir al Ministerio de Educación y Cultura, en especial, que examine y cambie la política prácticamente negligente y peyorativa en relación a

los idiomas nativos. - Proponer el sistema de educación bilingüe sin relaciones de temor, imposición y

humillación ni subordinación de las lenguas nativas al castellano. Entendiéndose, por tanto, como sistema bilingüe el estímulo del desarrollo tanto espontáneo como sistemático de las lenguas nativas y la enseñanza metódica y oportuna del castellano, ayudando a resolver las dificultades propias de cada lengua.

- Dar mayor importancia, para obtener verdaderos cambios en educación, a la

educación asistemática, teniendo en cuenta que además de los niños, tomarán parte activa los adultos portadores de los valores culturales de la comunidad y entre ellos la lengua.

- Que la escuela valore y promueva las lenguas maternas y todos los valores de las

culturas autóctonas. - La enseñanza de la lectura y la escritura y la promoción humana escolar deben tener

como base las lenguas nativas sin descuidar la enseñanza, con métodos adecuados, del castellano como segunda lengua y dejando, además, abierta la posibilidad del conocimiento de otras lenguas y culturas.

- Pedir que el Ministerio de Educación designe escuelas pi loto y modelo, para iniciar estas nuevas orientaciones en educación.

- Que las escuelas, radioemisoras, iglesias y otras instituciones que llegan a los puntos

más recónditos del país tengan en cuenta y respeten las culturas nativas a quienes se dirigen, realizando un porcentaje predominante de programas con valores nativos antes que extranjeros, rurales antes que urbanos.

- Que las normales rurales y también urbanas cambien radicalmente sus programas,

obteniendo contenidos y métodos a partir de la investigación y permanencia en las comunidades para las cuales se forman los futuros educadores.

- Promover la creación literaria en lengua nativa a través de concursos, difusión

radial, publicaciones, etc., estimulando a quienes se distinguen como creadores en sus propias lenguas nativas.

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3. Aspectos Lingüísticos Considerando: - Que los problemas de las lenguas nacionales hasta hoy no han sido atendidos como

parte de la realidad pluricultural que caracteriza al país. - Que no existe, por una parte, la suficiente cantidad de especialistas que con

objetividad encaren el problema, y por otra, recién comienzan a intervenir los propios interesados, para que se posibilite una vigorosa corriente lingüística.

Que hasta hoy, en el enfrentamiento de los diferentes problemas lingüísticos han

pesado los interesas y preconceptos de instituciones, grupos religiosos y orientaciones estatales del momento.

- Que es imprescindible introducir los criterios y formación lingüística y

sociocultural en la orientación de los planes educativos, tanto sistemáticos como asistemáticos y en los diferentes medios de comunicación nacionales.

- Que, a pesar de diversos intentos, el problema de la ortografía, como problema

lingüístico muy específico es tratado con anarquía y desligado de un contexto más amplio lingüístico y Bocio-cultural.

- Que existen en Bolivia, instituciones, la mayor parte de las cuales se encuentran

representadas en este Congreso, que coordinando en forma positiva sus esfuerzos podrán cumplir tareas vitales en relación al desarrollo de las lenguas nacionales.

El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda: - Que se organicen cursos de lingüística aplicada a la realidad nacional,

sociolingüística y psicolingüística para profesores que dictan lengua y literatura y para educadores de áreas rurales. Asimismo, que se estimule la formación de especialistas en estas ramas.

- Que se elabore y publique un texto guía de lingüística de las lenguas nacionales que

sirva de base para estudios posteriores y constituya una forma de difusión de esta ciencia

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- Realizar investigaciones con las siguientes prioridades: • Estudio de las variaciones dialectales, exigido por los problemas surgidos de la

interrelación de las lenguas nacionales. • Estudio de la situación lingüística nacional en instituciones clave como la escuela y

la radiofonía, atendiendo en forma especial los aspectos socio y psicolingüísticos. • Análisis contrastivo del quechua, aymara, lenguas orientales y castellano. - Obtener la inclusión de preguntas relativas a la situación lingüística del país en el

próximo censo nacional. - No pronunciarse definitivamente en este Congreso acerca de un alfabeto de las

lenguas nativas, sino limitarse a señalar los siguientes principios que deben tenerse en cuenta en una ortografía práctica para las mismas:

• Escoger símbolos de fácil caligrafía y diferenciación. • Utilizar, en lo posible, símbolos que existen en las máquinas de escribir y en las

imprentas. • Prever la necesidad de representar préstamos léxicos, sobre todo del castellano. • Tener una sola representación para cada sonido contrastivo o fonema. • Utilizar símbolos ortográficos del castellano para sonidos que éste tiene en común

con las otras lenguas nacionales, pero sin llevar en lo posible a la escritura de las lenguas nativas las complicaciones e irregularidades de la ortografía castellana, facilitando así el intercambio entre idiomas nacionales, sin violentar la estructura fonológica de los mismos.

• Tomar en cuenta representaciones cuyo uso se encuentra difundido. • Realizar investigaciones para determinar en forma comparativa las ventajas y/o

desventajas de cada solución, de terminándose la mejor alternativa en caso de conflicto entre los criterios anteriores.

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4.- Aspectos Generales Considerando: - Que no existe un plan lingüístico integral e interdisciplinario para Bolivia, siendo el

problema de las lenguas nacionales decisivo para resolver la orientación de planes educa-tivos y otros aspectos de la vida nacional.

El Primer Congreso de Lenguas Nacionales recomienda: - Encarar todo problema específico lingüístico, como el de la ortografía, sin

desglosarlo de su contexto socio-cultural, y de acuerdo al conjunto de recomendaciones del Congreso.

- Elaborar en base a los documentos de trabajo, resoluciones y recomendaciones del

Primer Congreso Nacional, un Plan Integral Lingüístico para Bolivia, que será puesto en marcha a partir de la realización del presente Congreso y evaluado en su primera etapa durante la realización de un segundo Congreso que será realizado en el plazo de un año.

- Coordinar los esfuerzos de las instituciones que trabajan por el desarrollo de las

lenguas y culturas nacionales mediante un proyecto lingüístico para Bolivia. - Designar un comité ejecutivo que en nombre del Primer Congreso Nacional de

Lenguas y en permanente consulta con sus miembros e instituciones representadas, se responsabilice de llevar adelante dichas resoluciones.

Cochabamba, 23 de febrero de 1973

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OBSERVACIONES SOBRE ENSEÑANZA DE LECTURA Y ESCRITURA EN LENGUA QUECHUA

Introducción Para el año 1974 el Departamento de Lingüística del Centro Pedagógico y Cultural

Portales está planeando un trabajo experimental sobre enseñanza de lectura y escritura en lengua materna. En previsión de dicho programa, desde marzo de 1973 se vinieron acumulando observaciones relativas a actitudes educativas, especialmente en lo que se refiere al grado de resistencia y aceptación de las lenguas nativas por una parte, y por otra se realizaron algunas experiencias previas en la escuelita de Waykhuli, sin interferir el programa oficial en lengua española y usando un buen grado de flexibilidad que tuvo en cuenta las actitudes de la maestra, sus modalidades y ritmo de trabajo . Los resultados ob-tenidos, relatados en forma breve, queremos que sirvan de interrogante al Seminario sobre Educación y Lenguas Nativas, uno de cuyos objetivos es formular sugerencias a quienes se proponen realizar trabajo de campo.

2. Actitudes.- De 24 maestros de educación rural reunidos en el seminario realizado en el núcleo

escolar de Méndez Mamata (mayo 1973), en el que se trató como tema central el de la educación en lengua materna, sólo un maestro y una maestra tuvieron una posición favorable a la enseñanza de lectura y escritura en lenguas maternas nativas. Se trataba del Profesor Tomás Rodríguez, invitado en forma especial, justamente en conocimiento de sus ideas claras a este respecto. Esta actitud favorable fue resultado de una experiencia realizada con una cartilla en lengua nativa hecha por él mismo. La maestra pertenecía a la escuelita de Waykhuli, en la que se realizaron las experiencias que relataremos luego. La maestra de Waykhuli era renuente, en un principio, a enseñar en quechua la lectura y escritura, sin embargo, sus primeras experiencias en el primer curso de su escuela, determinaron cambios favorables.

En cuanto a los demás maestros, se pudo observar una firme oposición a la enseñanza

de lectura y escritura en lengua materna, lo que corresponde a una actitud generalizada

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entre los maestros rurales. Esto coincide con los resultados de una escala de actitudes aplicada durante al año 1970 por Indicep. A la proposición ―al campesino se lo debe castellanizar en lo posible aun antes de que ingrese a la escuela‖, el 91% de los maestros rurales respondió afirmativamente.

Sin embargo, en forma también generalizada los maestros aceptan el uso de la lengua

nativa materna como medio de comunicación efectivo con sus alumnos y por tanto como auxiliar en la enseñanza. Pero, salta a la vista una contradicción: los maestros se comunican con los niños en quechua y exigen al mismo tiempo que se acostumbren a hablar en forma permanente en castellano. Hemos visto que aún existen castigos como el "cocacho", que recibe de su vecino el niño que emite alguna expresión en idioma quechua. Y como visitantes de las aulas rurales nos hemos llegado a acostumbrar a la actitud crítica verbalizada o no del maestro cuando nos dirigimos a los niños en su lengua materna.

Esta actitud del maestro rural se 'debe a la siguiente contradicción manifiesta: los

programas oficiales exigen una castellanización veloz (hemos encontrado calendarios que destinan a este efecto 15 días del período de aprestamiento) en forma previa y paralelamente a la enseñanza de la lectura y escritura, por una parte, y por otra: el maestro rural conoce por experiencia el conjunto de dificultades que significa el comunicarse y enseñar a leer y escribir en castellano, encontrándose totalmente de acuerdo en utilizar la comunicación en lengua nativa como auxiliar de su tarea. Y por qué acepta con tanta docilidad la enseñanza de lectura y escritura en castellano? Simplemente porque el educador ha estructurado una actitud conflictiva: es en un porcentaje muy elevado quechua-hablante nativo que rechaza, "por buena educación y afán de progreso", su lengua materna y cultura materna en beneficio del castellano. En círculo vicioso, la exigencia de castellanización es la institucionalización y pedagogización de este conflicto.

Fue ilustrativa esta observación: un maestro tenía a su cargo una clase modelo de

lenguaje para sus colegas, en base a programación y texto oficiales; el tema debía desarrollarse en lengua castellana y así comenzó. Sin embargo, a pesar de la gran habilidad del maestro que logró mantener el interés de la clase, con mímica, danzas y recursos que recordaban a un prestidigitador, tuvo que dejar el castellano y readaptar el tema en lengua y ambiente nativos; todo esto exigió un esfuerzo demoledor para el maestro. Por otra parte, podía advertirse los siguientes hechos en cuanto a canales de comunicación: los niños, en voz baja, seguían la clase y la comentaban en quechua entre ellos; el profesor di-rigía las preguntas en castellano, frente a éstas los niños debían reinterpretar y traducir lo que para ellos venían interpretando y finalmente el maestro, al darse por vencido con el

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castellano, lanzaba preguntas en quechua; esta vez se apoderó la perplejidad de los niños, no sabían si tenían la obligación de responder en castellano o en quechua. Ante estas dificultades y fracasos surge el eslabón más elaborado del círculo vicioso conflictivo al que aludíamos: el estereotipo prejuicioso, medido por la ya citada escala de actitudes de ÍNDICE con el siguiente resultado: el 72% de maestros rurales (sobrepasa con mucho a porcentajes de otros grupos) responden SI a la siguiente proposición: "El campesino es muy lento de inteligencia, por tal motivo es práctico y beneficioso educarlo preferentemente para trabajos simples, ya sean técnicos o de artesanía".

Estas y muchas otras observaciones, así como el análisis de textos de lectura y

documentos técnicos oficiales convergen en mostrarnos la institucionalización de resistencias y prejuicios hacia las lenguas nativas.

Hemos constatado también el fracaso en el intento de neutralizar estos prejuicios con

simples argumentaciones, así nos lo demostró el seminario que organizamos en el Núcleo Escolar de Méndez Mamata, salvo excepciones ya citadas, respondió el silencio ante la proposición de educación en lenguas nativas, y las charlas informales rebelaron, más bien, una renuencia defensiva frente a una posible proposición de experimentar en lenguas nativas.

En cambio, por ahora, los diálogos amigables, en que con claridad y cuidado se ha

mostrado la ventaja que ofrece el uso de las lenguas maternas, se ha indagado con los maestros el bajo grado de lectura comprensiva que han logrado los niños castellanizados, la facilidad con que pueden estos mismos niños elaborar un texto en su propia lengua o leerlo comprensivamente, han resultado ser de suma efectividad. Contribuiría a crear en gran escala una actitud positiva hacia la utilización de las lenguas maternas la demostración del proceso y resultados de una experiencia piloto debidamente implementada y proyectada.

3. Experiencia con lectura, y escritura en lengua materna.- Las observaciones anteriores sobre actitudes, confirmaron nuestra primera impresión

de que no existía un ambiente propicio para llevar adelante de inmediato una experiencia piloto en cuanto a uso de las lenguas nativas en la escuela rural. Además, era necesario obtener datos previos que permitan formular un programa experimental de largo alcance.

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Con este criterio, al mismo tiempo que íbamos tornando contacto con autoridades de educación rural y discutiendo el tema con los maestros interesados en un posible plan experimental, realizamos junto con la maestra de la escuela de Waykhuli, Sra. Lidia de Lobada, una experiencia formulada de tal manera que no interfiriera el programa oficial de enseñanza de lectura y escritura en lengua castellana. En la primera etapa colaboró el Prof. Freddy Soria Galvarro.

Primeramente se realizaron conversaciones en quechua con los niños. Qué diferencia

de efectos según los idiomas que se utilizaron. El silencio o respuestas monosilábicas a los estímulos en castellano obligan al educador que conduce la clase al grito autoritario e inexpresivo, a la motivación forjada y a una situación de tensión con los niños. En cambio, al pasar al quechua, el panorama cambia. Esto ocurrió en una clase: se preguntaba en castellano sobre lo que los niños habían hecho el domingo pasado, nadie respondía; lo máximo que se respondió fue: que fueron al río o al cerro, expresado en forma muy impersonal; pero, creada la atmósfera y lanzadas las preguntas en quechua, la conversación y los relatos se hicieron amenos, a partir de respuestas como éstas:―orqopi rumisitusta wayk‗ orqani‖ (cociné piedrecitas en el río), ―mayupi sunt‘erqachani‖ (me revolqué en el río). La lengua materna permite partir de la vivencia propia, de lo que se hace y pervive en la imaginación. Por eso no nos cansaremos de repetir: la entrada del niño en la escuela rural, que significa una ruptura del desarrollo de sus posibilidades expresivas a través de la lengua, determina un disloque en su proceso evolutivo en una etapa en que la conducta psicomotriz debe subordinarse a una vida interior cuyo desarrollo se acentúa materializándose a través del lenguaje.

De estas conversaciones iban saliendo vocabulario y temáticas propias del mundo del

niño campesino. Obtuvimos así, con la maestra, los primeros textos quechuas que fueron multigrafiados por un rápido sistema de impresión.

Los niños reaccionan con entusiasmo al encontrarse con lo que contaron y dibujaron,

impreso para todos los compañeros y con toda la jerarquía de un texto de lectura. Y la sorpresa crece en estos niños que ya avanzaron escritura y lectura en castellano, al descubrir que las líneas escritas tienen un significado, y un significado que les incita a reír, a comentar entre ellos, y desplegar imaginación a partir de su propio mundo. La lectura de una frase en castellano para ellos resulta fatigosa, se va a remolque de sílaba en sílaba y a veces deteniéndose en letras, con retrocesos y descansos; de por sí todo este proceso ya descarta la posibilidad de captar el sentido y vivenciar la frase, mucho más si se trata de

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una lengua ajena, que recién se la va conociendo. Normalmente, el niño no entiende lo que lee en castellano, peer si él mismo ha escrito.

Una cosa es proponer al niño: Pili sua misi;

que proponerle:

gato ladrón de patos; aunque esta frase signifique lo mismo que la anterior, hasta es muy posible que ese

significado no sea reconocido, por los motivos arriba indicados y por otros como la asociación de la frase y cada una de las palabras con recuerdos muy propios que estimulan inmediatamente la imaginación y la necesidad de expresarse.

Cuán fácil será encontrar de un solo "golpe de lectura", el sentido de la frase

quechua. Debido a que el proceso de retención ha sido logrado a partir, justamente, de la captación del sentido. Esta remisión inmediata a los significados facilita de un modo extraordinario las percepciones globales. Por este motivo y otros, a los que dedicaremos atención en otra oportunidad, en la enseñanza de lectura y escritura en quechua se puede aplicar algo que es imposible hacer cuando no está en juego la lengua materna: los métodos globales.

Durante la primera parte de la experiencia, se constató que los niños pudieron

familiarizarse a través de las prácticas en quechua en manejar con soltura las sílabas ya avanzadas en castellano y luego utilizarlas en nuevas lecturas en esta misma lengua, aunque mostraron más facilidad y gusto en formar nuevas frases quechuas con las palabras avanzadas e interpretar por contexto aquellas frases nuevas con palabras desconocidas y conocidas,

Posteriormente, la utilización del quechua facilitó el aprendizaje de las nuevas sílabas

que exigía el avance del programa castellano. Se acumularon, siempre con temas sacados del ambiente, de los ciclos vitales de la

comunidad y experiencias personales, las hojitas que llegaron a constituir una breve cartilla, pero lo suficiente como para comprobar que con un texto elaborado de esta manera se desplazaría, a la brevedad y con positivos efectos, los textos desambientados, actualmente utilizados.

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En la última etapa, la lectura de temas quechuas sirvió de consolidación de la capacidad de leer que luego era transferida a la lectura de temas en castellano.

Debemos hacer notar que esta experiencia la hicimos con mucho respeto por el

programa oficial conducido por la maestra, a cuyo criterio dejamos lo que se refiere a la enseñanza de los fonemas privativos del quechua, sugiriéndole solamente la posible sigilografía a ser utilizada Hizo su experiencia concluyendo que en la misma no provocó dificultades ni interferencia en el maneje del sistema signográfico del castellano.

4. Conclusiones y recomendación Estas breves pero significativas observaciones nos conducen a las siguientes

conclusiones y recomendaciones vializables con el apoyo del Seminario sobre "Educación y lenguas nativas".

a) Proyectar para el período escolar de 1974 una experiencia piloto debidamente

implementada en base a las proposiciones siguientes. b) Establecer criterios, materiales y métodos para la enseñanza experimental de

lectura y escritura en lenguas nativas y del castellano, en forma oral, como segunda lengua. c) Se debe prestar especial atención a la utilización de los métodos globales. d) Los niños deben ser estimulados a preparar junto con la maestra sus materiales de

lectura. e) Se debe prestar especial atención al período de aprestamiento sustituyendo la

castellanización por actividades expresivo-lúdicas.

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PREJUICIOS RELATIVOS AL USO DE LAS LENGUAS NATIVAS

1. Introducción.- Se llama prejuicio a un punto de vista, un razonamiento, una actitud o una conducta

aparentemente conforme con la realidad. La distorsión de la realidad que entraña el prejuicio comienza ya en la percepción, lo que nos hace ver que el prejuicio en mayor o menor grado corresponde a una conformación de la personalidad, como resultado de una particular dinámica de los impulsos, especialmente la agresividad, frente a situaciones ambientales que son fuente de gratificaciones o frustraciones. Son estas últimas las que suelen producir el prejuicio negativo u hostil, que es al que normalmente se hace referencia y nos interesa aquí. Tratar de analizar estos aspectos es entrar a ubicar diversidad de factores determinantes, tanto en el plano de la personalidad como en el de la situación ambiental, que involucra desde las desigualdades económicas de los grupos hasta las modalidades con que cumpla su rol el poder político. Lo que nos reducimos a afirmar es, aludiendo ya al tema que nos ocupa, que los prejuicios relativos a las lenguas nativas, al igual que otros, se estructuran como consecuencia de un conflicto crónico, velado o evidente, entre grupos humanos en situación de interculturalidad. Los miembros de un grupo en esta situación expresan el prejuicio con proposiciones estereotipadas que son falsas generalizaciones con hostilidad, totalmente inadvertidas o más o menos manifiesta. Expresión con hostilidad y rechazo muy encubiertos será decir: "el quechua no es un idioma sino un dialecto". El sub-prefecto de una provincia del valle cochabambino, hace poco gritaba en un colectivo: "No sean incivilizados, hasta cuándo van a hablar quechua". Aquí el rechazo y hostilidad se encuentran menos ocultos.

Expresado en forma concisa lo que es el prejuicio, paso a realizar un inventario con

breves comentarios de los prejuicios que crean una atmósfera adversa a la utilización de las lenguas nativas.

2. Inventario de prejuicios.-

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A. Los campesinos prefieren el castellano en lugar de su propia lengua para alfabetizarse y para el aprendizaje de lectura y escritura de sus hijos, como recurso do enfrentamiento a la ciudad.

Como todo estereotipo prejuicioso, éste parece ser una completa verdad. Pero no es

así por más de un motivo: primero, se lo hace funcionar en situaciones y contextos que dan a entender que esta preferencia del campesino significa un rechazo de su lengua; segundo, parte de supuestos también prejuiciosos e inducidos por el campesino: de que no existe otro camino de enfrentamiento a la ciudad, por ejemplo, hablando siempre de lenguas» el que los funcionarios de oficinas públicas, profesionales, etc. sepan y practiquen lengua nativa. Además, se excluye el hecho de que no sólo hace falta manejar el castellano para enfrentar la ciudad, sino afirmar la personalidad con el buen manejo de la propia lengua.

B. Es muy difícil escribir y leer en quechua o aymara, más aun para el campesino.- El hombre de ciudad bilingüe, que ha aprendido a leer y escribir en castellano, tendrá

gran dificultad en leer en quechua, aun conociendo las reglas de la ortografía usada. Y luego hace este razonamiento: "Si yo (o nosotros) difícilmente leemos en quechua o aymara, para el campesino quechua (o aymara) esto será casi imposible".

La infravaloración de la capacidad del quechua y el aymara es el fondo de este

estereotipo, ya que no conocemos prácticas sistemáticas de una enseñanza metódica, con materiales adecuados, en lengua nativa.

Experiencias realizadas con campesinos que aprendieron los rudimentos de lectura y

escritura en castellano, muestran que al pasar a la práctica de lectura y escritura en lengua nativa, superan rápidamente las dificultades iniciales, incluso descubriendo ellos mismos las reglas ortográficas nuevas al interpretar los significados de las palabras por contexto.

C. El aprendizaje de la lectura y escritura en quechua dificulta el posterior

aprendizaje de lectura y escritura en castellano. Como en el caso anterior, se proyectan y generalizan las dificultades propias del

hombre de ciudad, que sufre situación conflictiva en cuanto a lenguas.

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Se llama la atención sobre dificultades provenientes del quechua, que viene adoptando una signografía racional y no sobre las más graves del castellano con una signografía irracional bien consolidada.

El aprendizaje de lectura y escritura en lengua nativa, venciendo sus propias

dificultades, para luego pasar al aprendizaje de lectura y escritura en castellano con las suyas, es encarar el proceso en forma lógicamente graduada, a tal punto de ser dos aprendizajes totalmente diferentes, encarados cada uno oportunamente: primero, el traslado del sistema de significados auditivo-orales completamente familiar a una simbología escrita y luego la ampliación del sistema escrito ya conocido para abarcar significados de una segunda lengua, que presentará más o menos dificultades de acuerdo al grado de conocimiento de la segunda lengua. El proceso se dificultará siempre si el aprendizaje de lectura y escritura se comienza con la segunda lengua.

Por tanto, las interferencias son problemas que surgen de la falta de método y de las

situaciones de conflicto intercultural en que se realizan los aprendizajes. Además, en circunstancias y tonos determinados, la proposición acepta que el castellano pueda interferir en las lenguas nativas, pero no lo contrario, aunque aquellas tengan prioridad por maternas.

D. La educación en lenguas nativas, así como la práctica y desarrollo de las mismas,

atrasa la integración de las poblaciones nativas a la vida nacional. Lisa y llanamente, lo que sostiene este estereotipo como integración de la vida

nacional es la desaparición de las culturas nativas. Una larga experiencia histórica demuestra que la integración nacional por este camino es imposible, el sistema educativo castellanizador y muchos otros aspectos de la vida institucional han fracasado en este objetivo.

La integración planteada así no es sino expresión de temor y hostilidad a la

convivencia y desarrollo en la vida nacional de grupos humanos con modalidades culturales diversas.

El problema de integración en realidad es por una parte la comunicación e

interrelación adecuada entre grupos con modalidades culturales diversas y por otra, la organización de los mismos dentro de un solo sistema administrativo y estatal.

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La integración de los quechuas y los aymaras a la cultura de ciudad es imposible. La integración de individuos aislados quechua y aymaras en base al olvido u ocultación de sus valores culturales y principalmente de la lengua es ineficaz. El portador del prejuicio re-plicará que de este modo propugnamos el aislamiento de quechuas y aymaras. Es propio de él no ver matices de acuerdo a las complicaciones que tienen la vida real, ve las cosas y las personas catalogándolas de acuerdo a puntos extremos: indigenista-modernista, bueno-malo, izquierda-derecha, etc.

E. Utilizar las lenguas nativas en la educación significa aislar, de acuerdo a un

indigenismo ya periclitado, a las poblaciones nativas, y poner en vigencia organizaciones sociales y estilos de vida del pasado como el correspondiente al incario.

Las proposiciones prejuiciosas, como ya se dijo, tienden a dividir los grupea

humanos, los puntos de vista, las filosofías, en dos: materialistas y espiritualistas, buenos y malos, etc. Así, este estereotipo afirma un extremo de la dualidad. Si se afirma la posibili-dad de desarrollo de las culturas y lenguas nativas, se es indigenista que se opone a lo que se ubica en el otro polo: la modernidad, no se conciben los matices y las posibilidades que escapen a esta dualidad. Al afirmar un extremo y negar el otro, justamente el punto de vista prejuicioso se aleja de la realidad.

De lo que se trata es de lograr el mayor desarrollo de los grupos humanos y esto será

posible a partir de aquellas potencialidades con que cuentan, entre ellas el idioma, más el aporte de todo aquello que nos ofrezca la modernidad: por ejemplo, la tecnología propia de un mundo que vive la era electrónica.

F. Las lenguas nativas son lenguas atrofiadas, en las cuales no se puede reflejar la

riqueza y complejidad de la vida moderna. La infravaloración de las lenguas y formas de vida nativa se refleja en esta obsesión

por la modernidad. Y se quiere dar modernidad sólo en palabras, sin advertir la necesidad, la urgencia de desarrollar modernidad en esa vida nativa respetando, claro está, su propio estilo de vida. Lo que queremos decir, en otra forma, es que una lengua refleja la vida real del grupo humano. Los quechuas y aymaras no tienen por qué reflejar una realidad que no les corresponde; en la medida que se abra el camino de desarrollo de la cultura quechua y aymara las lenguas reflejarán este proceso.

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Por otra parte, esta afirmación, como toda afirmación prejuiciosa, parte de un etnocentrismo exagerado. La cultura de ciudad se ha desarrollado predominantemente por el lado de los utensilios y por este lado también se ha desarrollado una lengua de ciudad como el castellano. Pero si vemos por el lado de las acciones y sentimientos humanos y vida de la naturaleza, veremos también posibilidades de las lenguas nativas.

El desarrollo de las formas de vida nativa se dará en situación de interculturalidad, lo

que hace que no se descarte la interacción positiva de las lenguas, cada una con sus propios matices y riquezas.

G. Es imposible comunicar por medio de las lenguas nativas conceptos técnicos y

científicos propios de la civilización actual. Si estos conceptos técnicos y científicos están alejados de la vida, poco interesa que

no se los pueda reflejar en la lengua materna, se los manejará en una segunda o tercera lengua a las cuales tendrán acceso quechuas y aymaras. En la medida que estos conceptos estén pegados a la vida y emerjan en gran parte de ella misma, no se tiene por qué pensar que los idiomas nativos no estén en posibilidades de expresar lo técnico y científico.

Por otra parte, acaso no hace falta desarrollar otros valores humanos que

complementen a los técnicos y científicos? No es un prejuicio que desvaloriza nuestra vida el exaltar la tecnología y ciencia que frecuentemente no va pareja a valores que están al servicio de la vida?

3. Manera de neutralizar los prejuicios.- Quienes se manejan con prejuicios, acostumbran llevar agua a su propio molino. La

manera más inhábil de neutralizar sería polemizar con ellos; frente a los mejores razonamientos, las "razones" emocionales del prejuicio apenas percibibles buscarán, afirmarse.

Un análisis del prejuicio, introduciendo las afirmaciones dentro de un contexto más

amplio y relacionando con los diferentes aspectos de la realidad cultural y lingüística tendrá mayor efectividad que entrar en una polémica.

La utilización cada vez más generalizada de las lenguas nativas, con espontaneidad y

eficiencia. Por ejemplo, se ven comunicados y noticias en la prensa, dirigidos a poblaciones

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campesinas fundamentalmente; y qué razones impiden que esos materiales vayan en lenguas nativas? Esto contribuiría a elevar el prestigio de las lenguas nativas, pues el prejuicio se alimenta del bajo prestigio para, a su vez, alimentarlo.

Pero la mejor manera, sin lugar a dudas será crear modelos de experimentación con

lenguas nativas para difundir su aplicación, mostrando que estas lenguas deben y pueden ser usadas y desarrolladas.

DECLARACIÓN DE PATZCUARO SOBRE EL DERECHO A LA LENGUA*

Reunión técnica regional sobre educación bilingüe y bicultural El derecho a la lengua implica: a) Que las etnias de América, al igual que las de todo el mundo, tienen el derecho a

expresarse en sus respectivas lenguas en todos los actos de su vida pública y los estados están obligados a reconocer ese derecho, dictando las reformas legislativas tendentes a la oficialización de dichas lenguas.

b) Que la lengua debe constituir la base a partir de la cual se lleve a cabo la enseñanza

escolar y sistemática, de ella y de los demás conocimientos que se transmiten al educando, sea éste niño o adulto;

c) Que por ser dicha lengua la expresión de una particular manera de pensar y actuar,

la cual sustenta una determinada concepción del mundo y de la vida, su enseñanza no se puede separar de tal cosmovisión, por lo que los conocimientos que se impartan deben descansar en esta última; en tal virtud los planes, programas o contenidos de estudio deberán estructurarse conforme al cumplimiento de tales fines;

d) Que el aprendizaje de otras lenguas estará subordinado a los lineamientos

anteriores, razón por la cual se les conceptuará como segundas lenguas aptas pan comunicación con los otros sectores de la población;

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e) Que la formulación de planes, programas o currícula de enseñanza sistemática de cualquier área del saber corresponde a cada

etnia en particular y, mente, será ella la que determine quiénes los y qué contenidos y metodologías emplearán;

f) Que aquellos sectores de las etnias que por razones históricas particulares han sido

objeto de una agresión colonial intensa, que ha llegado a extremos de deculturación, tales como la pérdida de la lengua, sin que por ello hayan abandonado otros elementos que conforman su identidad histórica y su conciencia colectiva, tienen derecho a ser plenamente reincorporados a la etnia madre, a través de un tipo de aprendizaje lingüístico cuyos principios y formas de ejecución deberán ser concertados entre los hablantes de la lengua materna y aquellos que la van a recuperar;

g) Que los miembros de todas las etnias, de la misma manera que tienen el derecho al

uso pleno de su lengua, tal como ha sido establecido en los parágrafos anteriores, tienen también el derecho a ser juzgados en su propia lengua conforme a normas establecida por tribunales concordantes con la cultura respectiva;

h) Que el derecho a la lengua corresponde indiscriminadamente a cada etnia, no

importando el número de miembros de esta última, ya que a este respecto privan los criterios cualitativos sobre los cuantitativos, toda vez que las reducciones de las poblaciones son, en muchos casos, consecuencia directa o indirecta de acción colonizadora a la cual también se debe poner mediante la reapertura de los espacios sociales cercados y la consiguiente liberación de las facultades creativa de sus pobladores.

Pátzcuaro, julio de 1980.

* CREFAL/III/UNESCO, julio de 1980. ---------------------------------------------- CADAL (Centro antropológico de Documentación de América latina, A.C.) CIVILIZACION

/Configuraciones de la diversidad 1, CADAL y 1, México D.F. 1983 (1 CEESTEM, Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo).

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SOBRE EL INSTITUTO LINGÜÍSTICO DE VERANO La declaración La política colonialista, del ILV fue el producto, tanto del

conocimiento y la experiencia que los participantes tienen sobre las actividades de esta institución misionera, como de dos informes sobre la misma que se utilizaron en el Encuentro, en los que se analiza la historia de la institución, su expansión en el Tercer Mundo, su papel de precursor ideológico del sistema imperante, los efectos destructores de su trabajo en las culturas indígenas y su actividad desmovilizadora de las capacidades de respuestas autónomas de las etnias locales.

La política colonialista del ILV El idioma propio constituye un factor fundamental en la existencia y en el proceso de

liberación de cada pueblo indígena. Un pueblo que haya perdido su lengua tiene grandes dificultades para definir su ser y su proyecto histórico.

Toda educación formal o informal debe basarse en el idioma del grupo, pero no para

transmitir contenidos y valores alienantes sino los pertenecientes al acervo de cada pueblo y aquellos elementos ajenos que de alguna manera sirvan de instrumentos de lucha en el proceso de liberación. Cualquier institución intrusa que bajo el pretexto de estudiar el lenguaje conlleve formas de dominación es indeseable y debe ser eliminada.

En la mayoría de los casos, la pérdida del idioma indígena en las nuevas generaciones

significa el comienzo de la muerte del grupo. En tales situaciones, la dinámica de la lucha de recuperación y liberación exige abrir canales de contacto entre los ancianos y los jóvenes para que a través de un nutrido diálogo intergeneracional el pueblo recupere y refuerce su idioma y sus sistemas de relación fundamentales.

El uso del idioma —sea oral o escrito— debe ser gobernado por el mismo pueblo

indígena dentro de sus propios cauces de creatividad. La aceptación indiscriminada de préstamos lingüísticos o ideológicos a partir de las lenguas dominantes conduce a la larga a un procesó de desnaturalización y pérdida del idioma.

El lenguaje indígena no se restringe solamente idioma verbalizado, sino que implica,

también las formas de actuar, los sistemas organizativos, así como los procedimientos de

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elaboración de manifestaciones culturales materiales y no materiales. Hay que restaurar la dimensión del lenguaje vivo a los diversos códigos culturales indígenas para acabar con el folclorismo y el exotismo que trata de reducir toda la dinámica cultural a una superestructura fragmentaria y superflua que pierde toda significación para la resistencia y la liberación de los pueblos.

La palabra se convierte en instrumento de lucha en la medida en que asume la

codificación total del proyecto histórico que adelanta, en forma libre, autónoma y creativa todo pueblo que pugna por la superación radical de los condicionamientos seculares establecidos por el sistema global de dominación colonial.

Ahora bien, los estados nacionales propician una política educativa y del lenguaje que

atenta contra la integridad de las sociedades indoamericanas al privárselas del instrumento esencial de la conceptualización como dimensión civilizatoria propia. Esta política se expresa en unos casos en un monolingüismo declarado que admite únicamente la lengua del dominador como instrumento de comunicación generalizado. En otros esta misma política, cuyo objetivo final es la europeización lingüística, se encubre bajo el manto de un falso bilingüismo, que se manifiesta primordialmente en el sistema educativo durante los primeros años de aprendizaje escolar. En lugar de reconocer francamente la existencia y vigencia de las lenguas indígenas e implementar su oficialización, sea a nivel regional o nacional, según sea el caso, la mayoría de los estados americanos delegan su política lingüística en entidades pseudocientíficas norteamericanas de carácter religioso "fundamentalistas", entre las que se destaca el "Summer Institute of Lingüistics" (SIL) a escala mundial.

El Instituto Lingüístico de Verano, en relación a las lenguas en sí, opera con dos

objetivos políticos daros. a) presenta un cuadro de extremada fragmentación dialectal y lingüística, tratando de

demostrar la inviabilidad de la formación de unidades lingüísticas estandarizadas, esenciales para el despegue de proyectos políticos de liberación de los pueblos indios, y

b) sustentar la ideología del carácter ahistóríco, estático y regresivo de tas lenguas

indígenas, según la cual éstas serían incapaces de absorber dinámicamente las nuevas experiencias colectivas que confrontan los pueblos oprimidos. En otros términos, se les niega la posibilidad de una interpretación propia tanto conceptual como lingüística, de la dinámica social y de la naturaleza.

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Es evidente el papel fundamental del ILV en la movilización de los movimientos de

liberación indoamericanos que a partir de lo ideológico penetra hasta los niveles organizativos de base de las sociedades indígenas. El ILV forma un estrato de maestros y promotores bilingües a quienes manipula según sus metas políticas, y quienes a su vez instrumentalizan el resto de las comunidades al servicio de dicho esquema de dominación. De esta forma el instituto llega a controlar vastas áreas que constituyen enclaves de importancia estratégica para el dominio geopolítico del continente por parte del impe-rialismo y la eventual apropiación de recursos naturales.

Después de más de cuarenta años de presencia en Indoamérica, es notoria la función

monopolizadora del ILV en el campo de la lingüística, tanto teórica como práctica, que ha obstaculizado de hecho el surgimiento de cuadros nacionales de relevo en este campo. Para citar un caso concreto, cuando en 1975 el gobierno peruano intentó nacionalizar las actividades del ILV, uno de los tantos obstáculos con los cuales se enfrentó fue la carencia absoluta de lingüistas y técnicos capacitados.

Otra faceta de la actuación del ILV es la evangelización coercitiva en términos

fundamentales las de los pueblos americanos. E1 objetivo inmediato de esta evangelizaron es conocer desde adentro el entero sistema de pensamiento de los pueblos invadidos, lo que acelera el proceso de descomposición social, impidiendo el surgimiento de respuestas-alternativas de carácter político. Su gestión evangelizadora ataca los puntos claves del sistema social y cultural, lo cual se traduce en el impedimento progresivo de las prácticas habituales de los grupos. Se trata, pues, de una estrategia que apunta hacia la desintegración irreversible de los pueblos y culturas indoamericanos, que irrespetando la dignidad y los derechos humanos más elementales coadyuva al plan de recolonización acelerado del continente.

Barbados. 28 de julio de 1977 ---------------------------------------------- CADAL (Centro antropológico de Documentación de América latina, A.C.)

CIVILIZACION /Configuraciones de la diversidad 1, CADAL y 1, México D.F. 1983 (1 CEESTEM, Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo).

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¿Por qué escribimos en Aymara con sólo 3

vocales?* M. J. Hardman

Se ha gastado mucha tinta y mucha pasión argumentando lo que debe ser el alfabeto

para representar a la lengua Aymara, casi sin excepción entre personas cuya primera lengua NO es la lengua Aymara. Hay sin embargo, un alfabeto desarrollado dentro de la comunidad Aymara misma, que escribe la lengua con 26 consonantes, pero sólo con 3 vocales, más un símbolo de alargación vocálica. De las consonantes han habido pocos reclamos – es una riqueza de la lengua y se aprecia, al mismo tiempo que se reconoce como elemento necesario.

Es al contrario en el caso de las vocales. Muchos reclamos hay. Las letras que utilizan

para representar a las tres vocales son: A I U. Las personas que hablan español siempre reclaman asi: ¿y la E y la O? Hasta la misma

gente bilingüe muchas veces optan por distorsionar a su propia lengua con el fin de que en la escritura parezca más al castellano. Y muchas veces esto se hace por desconocer las bases científicas lingüísticas que deben regir en el desarrollo de un alfabeto.

Cuando existe ya un alfabeto para representar a una lengua con una larga historia,

suele haber muchos detalles en que el alfabeto y la lengua ya no se concuerdan. Por ejemplo, la H en castellano se usa más de adorno que de otra cosa – hecho que quita mucho tiempo de los niños escolares y de sus profesores. Después hay también los dolores de cabeza que dan los usos arbitrarios de la B o la V, o los casos tan confusos (sobre todo para los niños) de la C, la S y la Z.

Como los que hayan intentado el aprender inglés saben muy bien, el sistema de

escritura que se utiliza para representar a la lengua inglesa tiene todavía menos correspondencia con la misma lengua, hecho que multiplica los problemas para los estudiantes, tanto extranjeros como los mismos, anglo – hablantes. Para los mismos anglo–hablantes es tarea de mayores proporciones el aprender a leer y escribir su propio idioma, a veces un problema casi insuperable. Aunque parezca mentira, el analfabetismo es actualmente un problema de primera urgencia en los Estados Unidos –– es decir; el analfabetismo entre los graduados de la escuela secundaria. En el estado de la Florida ha

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llegado a tales proporciones que más de la mitad de los graduados de la secundaria no pueden leer lo suficiente como para confrontarse con un periódico o sacarse un brevete.

La escritura que, se utiliza para representar a la lengua inglesa no representa a

ninguna variedad de la lengua de por sí, así que en ese sentido se pudiera decir que presenta igual dificultad para todos.

P ero se paga un preció muy alto para esa desconcordancia, en el tiempo y el esfuerzo

tanto de los alumnos como de los profesores dentro del aula, sin contar además, los costos sociales que recaen sobre los que fracasen en la tarea, costos que pagan la sociedad en general. Y todo esto por insistir en un alfabeto con raíces históricas pero que ya no representa en forma sistemática y consistente.

Frente al problema de desarrollar un sistema de escritura para representar a una

lengua donde no existe en la actualidad tal tradición, se puede optar por inventar a un sistema donde hay un reflejo fiel del sistema sonoro de la lengua, es decir –un carácter alfabético (ya sea letra o combinación de letras) por cada unidad sonora (fonema) – o se puede optar por inventar un sistema que, desde el primer momento presenta a los estudiantes los problemas que se han heredado los sistemas de escritura para castellano o para inglés. Podemos insistir en que se aprendan dos o más maneras de representar una sola unidad sonora (fonema), que aprendan dos' o más valores para otras letras o caracteres– es decir, obligar al aprendiz a (mal) gastar su tiempo aprendiendo complicaciones gratuitas.

Hay una base científica para poder decidir el número de caracteres (letras o

combinaciones de letras) que se necesitan para un alfabeto que ha de representar a una lengua dada, la cual es la teoría fonémica de la ciencia lingüística. 2 El número de distinciones que utiliza en una sola lengua es limitada. Cada ―distinción‖ se oye por los hablantes de tal lengua como un solo ―sonido‖ aunque fonéticamente es muy fácil ya mostrar que en verdad hay mucha variación en la realización física de cada "sonido". En inglés, aunque varía según el dialecto, hay más o menos 45 fonemas, es decir "sonidos" distintos, según el oído inglés; en castellano hay unos 23. El Aymara tiene 29, mientras sus lenguas hermanas, Kawki y Jaqaru tienen 39.

Para explicar bien la idea de variación dentro de un solo fonema, o unidad sonora,

vamos a dar unos ejemplos. En inglés ocurre p", como al principio de la palabra pot 'olla; también ocurre p, como en la palabra sport 'mancha' –– pero esta diferencia NO

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IMPORTAD, pata el oído del anglo hablante, ni siquiera se escucha. En Aymara también ocurren p" y p, pero la diferencia SI IMPORTA: jup"a 'quinua' y jupa 'ella, él'.'Así que, si vamos a representar a la lengua Aymara, tenemos que escribir esta diferencia, pero no para escribir la lengua inglesa.

En castellano ocurre th como en hada; también ocurre d como en anda –– pero esta

diferencia NO IMPORTA, y seguro mis lectores están en este momento quejándose de que en hada no hay th sino d. Para representar el castellano tienen razón. Pero estos dos sonidos también ocurren en inglés, y allí SI IMPORTA la diferencia: th ocurre en they 'ellos' y d ocurre en day 'día'. Así que al representar al inglés, es necesario indicar la diferencia entre th y d; pero no lo es al representar al castellano.

Hay los que argumentan de que, si los hablantes de una lengua escriben ésta como si

fuera otra, pueden aprender la segunda lengua con más facilidad. Así qué un hablante de inglés aprenderá con más facilidad el Aymara si escribiera p"ot pero spot. De igual modo, un hablante de español aprendería con más facilidad el inglés si escribiera atha (por hada) pero anda.

Para quien tenga ojos, lo absurdo de tal proposición es obvio: mejor es aprender cada

lengua tal cual es. Tampoco hay que confundir a una lengua el sistema que se utiliza para representarla.

Sin embargo, es justo esta clase de lógica que utilizan los hispanohablantes — sobre

todo los de los ministerios de educación, los religiosos, los catequistas, y los políticos que quieren insistir en el imperialismo hispano, en la ''castellanización'' de todo lo indígena — y de allí proponen campañas de "alfabetización" y de ―castellanización‖ donde los hablantes de Aymara pueden aprender el castellano escribiendo su propia lengua como si fuera castellano. 3

Hay en el Aymara TRES VOCALES DISTINTAS. Se pudiera representarlas con

los caracteres o las letras que se quiera, siempre y cuando sean TRES. Como el anglo –hablante escucha dos sonidos (day – thet) donde el hispano – hablante escucha sólo uno, y como el aymara – hablante escucha dos sonidos (jup"a – jupa) donde el anglo – hablante escucha uno solo: de igual el Aymara hablante escucha sólo un sonido donde los hispano –hablantes escuchan dos. Es decir, misa y mesa le suena igual.

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En castellano la d como en inglés they ocurre entre vocales. En inglés la p" como en Aymara jup"a ocurre al principio de palabras.

En igual forma, las variantes de las vocales I A U, un solo sonido cada uno para el

oído Aymara, son acondicionadas según el ambiente. Para el bien de los chisteros baratos urbanos, el ambiente M – S es un ambiente donde no ocurre ni 'i' ni 'e' sino algo intermedio, fuera de la experiencia hispánica –– así que misa / mesa es buena 'leña' para esos chisteros que quieren burlar de lo que no entienden. Pero veamos un poco más en serio. La palabra' churitu es 'me da/dio', pero no es oración, es palabra suelta no más. Para formar oración es precisó agregar un 'sufijo oracional', es decir, un sufijo que indica qué clase de oración es. Si se dice churituwa es 'Me da /dio.'. En este caso, la segunda u suena, para el oído hispánico, como 'u'. Pero si se dice churituxaa es 'Me da/dio, yo creo', entonces la segunda u más parece al hispánico, 'o'. Pero noten, es la misma palabra, solo en distintas oraciones. O tomemos otro ejemplo. La palabra sari 'se va/ fue', donde la i parece a la 'i' hispánica, se conforma de la raíz: sar– 'ir' y la desinencia –i 'tercera persona'. Si agregamos a esta palabra, en su sitio debido al sufijo –x– ‗completo‘, nos da la palabra sarxi ‗se va/fue (p. ej. a su casa)‘. En este caso la i parece más al castellano ‗e‘ pero noten: es la misma desinencia, es decir – uno pudiera escribir con cinco vocales la lengua Aymara con tal que ya sea hispano – hablante y con tal que no entienda bien el significado de las palabras. Porque uno va a tener que ir variando la deletración siempre de acuerdo a la posición, y ninguna palabra va a tener una deletración fija.

E s decir: si impusiéramos el sistema inglés a la representación del castellano (para

mejor aprender inglés) se escribiría: de thuelo pero en duelo; lo thicho pero un dicho. Desde luego, es posible imponer esta clase de tontería en la ortografía que se utiliza

para representar a una lengua. Pero es colmar de trabajos extras y confusiones innecesarias solo para dar la apariencia de facilidad a maestros que no hablan la lengua de sus alumnos.

Pero hay otro efecto todavía más triste: engaña a los niños –– haciéndoles pensar de

que los sistemas vocálicos del castellano y del Aymara son lo mismo. ¡Y no son lo mismo! –– como es testimonio elocuente los chistes sin fin que se cuentan en la calle y que se publican en los periódicos. Les roba a los niños la oportunidad de percibir, y de comprender, de que, para aprender bien el castellano es necesario aprender UN NUEVO SISTEMA.

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Y aquí es la tragedia de la confusión entre escritura y lenguaje, y entre sistemas lingüísticos autónomos.

Porque al fin y al cabo, es insulto tanto al castellano como al Aymara confundir la

lengua con su "escritura, y negarle a cada uno la existencia de su propio sistema. Y si, al negar la realidad de esta diferencia, se puede lograr que los niños campesinos sigan hablando el castellano con su 'dejo campesino', entonces está ignorancia lingüística pueda utilizar se para continuar la justificación de la discriminación social que existe actualmente.

Por e so hay que escribir el Aymara con TRES' vocales: A I U. Y, por eso hay que

enseñar el sistema del castellano, que ES diferente, con 5 vocales. Así, y sólo así, se podrá dar real oportunidad a los niños de habla Aymara.

NOTAS 1 A A CH CH" CH' I I J K K‖ K‘ L LL M N Ñ P P‖ P‘ Q Q" Q‘ R S TT‖ T‘ U U W X

Y para los lectores que no lo conozcan. 2 Hay para ciertas lenguas, ciertas condiciones mórfofónémicas que exigen la modificación de

esta teoría–– pero no juega estas complicaciones ni el menor rol en la cuestión a mano en este artículo.

3 La mayor parte de lo dicho en este artículo también pudiera tener aplicación a la represen-tación escrita de la lengua Quechua. Hay, sin embargo, muchas variantes de la lengua–Quechua, y en algunas parece que lengua misma ya bajo de los conquistadores y por su uso por estos mismos conquistadores ha cambiado de tal modo que se ha asimilado al sistema hispánico. Por la mucha pasión que hay entre los quechuólogos, prefiero no meterme en estas peleas. Qué quien, lea, vea hasta donde es aplicable lo dicho.

______________________________ *Tomado de: EL DIARIO, 15 de octubre de 1978.

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Declaración de los disidentes DECLARACIÓN DE LAS REPRESENTACIONES DE

UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES ACADÉMICAS AL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE ACADEMIAS DE LA LENGUA QUECHUA Y AYMARA

Los abajo firmantes, ante los acuerdos, en la plenaria, sobre la adopción de cinco o

tres para el Quechua, dejan establecido lo siguiente: 1. Nuestro cuestionamiento, sobre la forma en la que se desarrolla la discusión, en la

que más primaron factores emotivos que científicos. 2. Nuestro desacuerdo, con la decisión de adoptar por votación acerca de un aspecto

que debe sustentarse en una fundamentación científica y objetiva. 3. Nuestro rechazo a la forma de tomar decisiones sobre problemas fundamentales

de orden lingüístico, que luego, inevitablemente, afectarán a los hablantes de estas lenguas, sin que las organizaciones de base campesinas Quechua y Aymara, hayan estado presentes,

4. Deseamos también declarar, que la adopción de cinco vocales, refleja una posición

contraria a la identidad de la lengua quechua y significa seguir subordinando esta lengua a la estructura del castellano, con la consiguiente atrofia de las lenguas y culturas nativas.

Por otro lado, usar las tres vocales significa asumir una posición de reivindicación y

revalorización de las culturas y las lenguas nativas, porque se está tomando como base la escritura del sistema lingüístico propio del idioma vernáculo, a partir del uso, que de él, hacen los hablantes campesinos monolingües en Quechua y Aymara.

Cada lengua, tiene su propio sistema fonológico, y por lo tanto, debe tener su propia

escritura, para no seguir dependientes del castellano. Por tanto, plantear las cinco vocales, es hacerse cómplices con la situación de opresión a la que los vernáculos hablantes, han sido sometidos por cinco siglos.

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5. Declaramos enfáticamente, que no basta ser hablantes de Quechua o Aymara, para poder decidir sobre problemas, tan importantes que requieren de estudios científicos especializados. Esta situación, se hace inadmisible cuando no se toma en cuenta experiencias ni trabajos científicos de estos problemas, ni siquiera experiencias en el campo educativo sobre la nueva realidad de la educación bilingüe.

6. Esta decisión de cinco vocales, pretende dividir y socavar los esfuerzos de

alfabetización y educación bilingüe en Quechua y Aymara de los últimos anos, que han producido materiales educativos con tres vocales.

7. Asimismo, denunciamos la acción desunificados del Instituto Lingüístico de

Verano, representado por el Sr. David Weber, a través de su influencia directa en las Academias Regionales de la lengua Quechua en Ancash, Huánuco, Junín y Cajamarca.

Esta institución evangelizadora norteamericana tiene por objeto el adoctrinamiento

de las poblaciones indígenas del país, bajo una aparente defensa de lo autóctono, propugna la marginación de estos pueblos, impidiendo cualquier tipo de gestión unificadora del pueblo quechua, lo cual no facilita acceso a la educación formal, la formación de federaciones, las posibilidades de intercomunicación entre la totalidad del mundo quechua hablante.

El ILV promueve la adopción de alfabetos locales del quechua y trabaja por impedir

que esta lengua logre el nivel de unificación escrita (no oral), que sí tienen las lenguas con tradición escrita, como el castellano, inglés, etc., con el uso de un panalfabeto único, para todas las variedades quechuas, que respete las que se hablan, no sólo en el Perú, sino en todos los países sudamericanos en los que se habla esta lengua. El Perú, ha dado el gran paso, hacia esa unificación con la Resolución N° 1218, del 18 de noviembre de 1985, Sin embargo, a pesar de la dación de este dispositivo legal, durante los últimos dos años, el ILV ha venido sistemáticamente oponiéndose a acatar esta resolución y ha logrado que en los departamentos: Ancash, Junín y Huánuco se den resoluciones directorales que modifican la Resolución Ministerial ya mencionada.

Como se puede apreciar la acción de esta institución evangelizadora no sólo va en

contra de los intereses de los pueblos Quechua Aymara, sino que cuestiona la majestuosidad de nuestra legislación, se infiltran en el pueblo para que, aparentemente, sean ellos los que gestionan la dación de resoluciones a todas luces cuestionables.

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Cusco, 14 de febrero de 1987. Universidad Nacional Mayor de San Marcos – Lima.

Dr. Gustavo Solís Fonseca Dra. Madelaine Zúñiga C.

Universidad Mayor de San Andrés La Paz–Bolivia, Dr. José G. Mendoza Quiroga Prof. Pedro Plaza Martínez

Universidad Nacional del Altiplano – Puno, Escuela de Postgrado

Dr. Luis Enrique López Quiroz L.E. 07812326 Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. Y Academia Regional de la lengua Ayacucho Chanca

Dr. Clodoaldo Soto Ruiz 28223442 Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco.

Prof. César N. Higuera B. Prof. Urbano López Romero

Nacional Agraria La Molina – Lima. Mgt. William Hurtado de Mendoza

Academia Peruana de la Lengua Aymara Rvdo. P. Domingo Llanque Chana

Academia Regional de la Lengua I Cultura Quechua de Puno Rufino Chuquimamani Valer L.E. 02389363

Instituto de Cultura Andina (INCA) – Lima Dr. Hernán Amat Olazábal

Academia de Quechua "Yachay Wasi" Demetrio Tupak Yupanqui L.E. 07240777

Departamento de Lingüística UNSAAC Irene Quispe Pinto 23875008

Departamento Académico de Lingüística _________________________________________ *(Suplemento JAYMA, No. 14–15, Enero–febrero de 1987, con el título de: FUNESTA REUNIÓN DE

ACADÉMICOS DEL CUZCO)

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SISTEMATIZACION DE LA ESCRITURA AYMARA:

Elisiones y recuperaciones vocálicas

Juan Carvajal Carvajal

CNC – CEPOS

La adopción de un alfabeto consensuado para el idioma aymara en 19831, fue un paso muy importante dentro de la normalización de la escritura de esta lengua, y dio fin a la anarquía de los sistemas alfabéticos, y otros problemas afines. Pero la práctica cotidiana de la escritura, principalmente con fines educativos, hizo que surgieran otras dificultades de carácter complementario, como los referidos a la normalización, la estandarización, y dentro de éstas la sistematización de la escritura aymara.

Los casos de elisión vocálica Un aspecto que tiene que ver con la escritura, que da lugar a frecuentes polémicas, es el

relativo a la elisión vocálica, un fenómeno morfofonémico que a nivel oral caracteriza a la lengua aymara. La elisión vocálica es la pérdida de determinados segmentos vocálicos en la construcción de las palabras aymaras y en la y producción de las frases u oraciones. En aymara se presentan dos tipos de elisiones vocálicas: Las elisiones morfológicamente condicionadas que se presentan al interior de la palabra, que afectan a la vocal de la raíz o tema y las elisiones sintácticamente condicionadas o las que se presentan en la vocales finales de palabra dentro de la frase u oración.2 (Cerrón, 1994).

Las elisiones morfológicamente condicionadas afectan a las vocales que se encuentran

al interior de las palabras, raíces o temas, producto de los procesos morfológicos de flexión y derivación tanto nominal como verbal. La recuperación de estas vocales tanto en el registro oral como escrito podría afectar al significado de los mensajes.

1 Este alfabeto mereció reconocimiento oficial mediante D.S. 20227 del 9 de julio de 1984. 2 Cerrón Palomino, Rodolfo. Quechumara Estructuras paralelas de las lenguas quechua y aymara.

Cipca, Nº. 42. 1994, La Paz

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Las elisiones sintácticamente condicionadas se presentan en las vocales finales de las

palabras que forman la cadena oracional. Se da mayormente en las vocales finales de las palabras ubicadas al interior de la frase u oración, pero también, en la vocal final de la última palabra de la oración. Estas llamadas elisiones son productos de procesos morfofonémicos, y muy particularmente del ensordecimiento de las vocales. Las elisiones sintácticamente condicionadas, a diferencia de la anterior elisión, son fácilmente predecibles.

Sobre la desonorización ya Briggs, señalaba que, ―en todos los dialectos los sufijos

oracionales (…) suelen perder sus vocales finales cuando se encuentran al final de la frase dentro de la oración‖3. Efectivamente, algunas vocales finales se suprimen o desonorizan o mejor se ensordecen.

Se debe dejar claro que, la normalización en general y la recuperación vocálica en

posición final de palabra, en particular, solamente rige para la forma escrita, y no para el registro oral. Sin embargo, dentro del enunciado oral, si escuchamos con cuidado veremos que hay mayor elisión en los estilos de habla familiar o coloquial. En cambio en una alocución más formal, como las conferencias o el uso del aymara en la radio, los hablantes tienden a recuperar o pronunciar las vocales finales de las palabras.

Fundamentos para la recuperación vocálica La escritura de la lengua aymara recuperando las elisiones vocálicas sintácticamente

condicionadas exhibe razones que la fundamentan. De las que apuntamos algunas: Sistema de escritura frente a los niveles de análisis fonológico, en el análisis fonológico

de la lengua hay dos niveles, el fonético y el fonémico. Para el primer análisis es preciso recurrir a la transcripción fonética, que consiste en anotar lo más fielmente posible las realizaciones efectivamente percibidas, procurando la mayor fidelidad en la percepción y representación de los sonidos. (Lázaro; 1953)4 Aunque cada sonido es un evento único y no se repite incluso en la misma persona, es posible agrupar los sonidos en clases naturales caracterizadas por sus propiedades articulatorias más o menos comunes. El nivel fonético es de interés para los especialistas, pues los hablantes pasan por alto las variaciones que sufren los sonidos.

3 Briggs, Lucy Therina. El Idioma aymara – variantes regionales y sociales. Ediciones ILCA, 1993 La Paz. 4 Lázaro Carreter, Fernando. Diccionario de términos filológicos. Ed. Gredos. 1953, Madrid

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En cambio, el análisis fonémico, corresponde a la comunicación, del que el hablante

tiene conciencia, pues tiene relevancia para los efectos de la comunicación. Los fonemas en cada lengua tienen un número determinado, estable o invariable, y refleja la conciencia lingüística del hablante.

Al nivel de la escritura, debemos indicar que los sistemas de escritura alfabética, como

el caso del aymara, tienen base y sustento en el análisis del nivel fonémico. En consecuencia, la escritura de la lengua aymara es un sistema de representación cuya base es el análisis del nivel fonémico superando las prácticas transcripcionistas. No confundir ―el nivel de transcripción fonética con la escritura fonológica‖5.

Sistematización de la escritura y la distinción entre lengua escrita y oral, hay la idea de que la escritura debe ser un calco de la expresión oral, como si existiera una total coincidencia entre la lengua oral y la lengua escrita. Sobre este aspecto se ha desarrollado dos teorías6, la―teoría de la continuidad‖ que sostiene, que la lengua oral y la escrita son en esencia medios lingüísticos equivalentes con funciones similares. La segunda, es la ―teoría de la gran línea divisoria‖ que sustenta que la lengua oral y la cultura escrita, aunque son interactivas, son diferentes. (Olson y Torrance) 7

Siguiendo la segunda teoría, los autores coinciden en señalar que el lenguaje escrito es diferente del oral. Se afirma que buscar la coincidencia entre el habla y la escritura es una pretensión anticientífica. Las personas escriben como los otros escriben, de manera distinta de cómo hablan. La lengua escrita exige una mayor reflexión metalingüística, una mayor atención a su estructura lógica y la forma, mediante la búsqueda y selección de palabras, construcciones y accidentes gramaticales, que por su carácter descontextualizado, son importantes para transmitir el mensaje y facilitar la recreación del significado por parte del lector.

Por norma, las palabras aymaras en su totalidad, terminan en una vocal. No se

encontrará en aymara palabras que en posición final terminen en consonante. Esta estructura se manifiesta también en los préstamos que se introducen al aymara, de manera

5 Jung, Ingrid El quechua en la escuela: la experiencia del Programa de Educación Bilingüe – Puno. En: El Quechua en

Debate. Ideología, normalización y enseñanza. Ed. Juan Carlos Godenzzi. CBC 1992 Cusco. 6 David R. Olson y Nancy Torrance Introducción. En: Cultura escrita y oralidad. Comps. Olson y Torrance. Gedisa ed. 1995 Barcelona. 7 David R. Olson y Nancy Torrance. Ob. Cit.

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que, si la palabra prestada termina en consonante, obligatoriamente se aumenta una vocal, generalmente la /a/, aunque no se descartan las otras vocales. Como cada regla tiene su excepción, ésta también presenta excepciones, que están referidos fundamentalmente a algunas interjecciones. Los sufijos aymaras tienen también una estructura parecida a las palabras. Por cuanto, todos terminan en una vocal.

Considerando la estructura de la palabra y los sufijos aymaras, y considerando que el

sistema de escritura debe representar cada palabra con una imagen léxica independiente,8 se propone que la escritura sistemática del aymara represente la genuina estructura de la palabra, con o sin sufijos, morfológica o sintáctica, sin las elisiones vocálicas que atentan contra su identidad e integridad.

Para concluir, me permito señalar que, la práctica elisionista de la escritura aymara es

reciente, producto de la corriente lingüística estructuralista norteamericano, ―que se limita a estudiar la parte exterior de las lenguas.‖ (Zimmermann; 1999:98)9 Concretamente se manifiesta a partir de los trabajos apoyados por la lingüista Helen Ross y otros posteriores. Los textos aymara anteriores están escritas en su forma completa.

Sin embargo, los seguidores de la escritura elidida, o corriente transcripcionista, no son consecuentes, no observan ninguna regularidad, constancia ni coherencia, por cuanto, una categoría de palabras que cumplen una misma función, unas veces es escrita en su forma elidida y otras veces no elidida, o se pasan al otro extremo, elidiendo en todos los casos.

Estructura profunda y estructura superficial en la escritura sistemática, la identificación

de la estructura profunda y estructura superficial de las lenguas, fue desarrollada profusamente por el lingüista norteamericano Noam Chomsky y sus seguidores. En el entendido de que, ―Toda lengua puede considerarse como una particular relación entre el sonido y el sentido‖, entendiéndose aquí por sonido aquella forma fonética determinada por la estructura superficial, y por sentido, el contenido semántico determinado por la estructura profunda.

8 Saenger, Paul. La separación de las palabras y la fisiología de la lectura. En: Cultura escrita y

oralidad. Nancy Torrance y David R. Olson (compiladores) Gedisa, 1995 Barcelona 9 Zimmermann, Klaus. Política del lenguaje y planificación para los pueblos amerindios: Ensayos de

ecología lingüística. Vervuert Iberoamericana. 1999 (98). Madrid

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(Velilla; 1974:82) Sin embargo, se debe aclarar que esta teoría fue objeto de un análisis y desarrollo bastante complejo por su autor, aquí solamente se tomará la sección pertinente para los propósitos de la presente nota.

Para hacer breve un extenso análisis diremos que, ―...la representación sintáctica de una oración comprende, esencialmente, dos partes: una estructura profunda, representada por el conjunto de los marcadores sintagmáticos subyacentes e interpretable semánticamente (sentido) y una estructura superficial, representada por el marcador sintagmático derivado final e interpretable fonéticamente (sonido).‖10 (Ruwet; 1978:416).

Este aspecto nos induce a tomar conciencia de que el nivel oral responde a la estructura

superficial de la lengua, que como consecuencia de las transformaciones, tiende a suscitar situaciones ambiguas. En cambio, el lenguaje escrito corresponde a la estructura profunda, que tiene un sentido claro y preciso. Por eso, la escritura de la lengua aymara debe reflejar la estructura profunda de la lengua con la finalidad de hacer comprensible la comunicación y no una transcripción fonética, como sucede con las elisiones vocálicas, donde las oraciones pueden adquirir un significado ambiguo y confuso.

Escritura sistemática coherente con la estructura de la palabra aymara, como la

definición de la palabra en las lenguas en general y en aymara en particular, es muy controversial, adoptamos la que considera como la unidad libre mínima, intercambiable, y limitada por dos pausas o por un signo de puntuación y una pausa y viceversa. Puede constar de una raíz con o sin sufijos flexivos y/o derivativos, y que sirve para diferenciar frases. Y de acuerdo a la clase de sufijos añadidos a la raíz, se dan dos clases de palabras: la palabra morfológica y la palabra sintáctica. La palabra morfológica es la forma libre susceptible de tomar sufijos oracionales y/o independientes. La palabra sintáctica es una forma libre que consiste de una palabra morfológica más sufijo o sufijos independientes y/o oracionales.11

1 Ruwet, Nicolás. Introducción a la Gramática Generativa. Trad. Elena Bombín y Marcos Martínez

Hernández. Segunda Edición. Ed. Gredos. 1978. Madrid. 1 Briggs. Ob. cit.

10 Ruwet, Nicolás. Introducción a la Gramática Generativa. Trad. Elena Bombín y Marcos Martínez

Hernández. Segunda Edición. Ed. Gredos. 1978. Madrid. 11 Briggs. Ob. cit.

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Contenidos INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………3

I LOS PIONEROS DE LAS LENGUAS ANDINAS

1. LA REVITALIZACIÓN DE LAS LENGUAS INDIGENAS* ……………………………… …….……………… 9

A. Lenguas indígenas y evangelización ………………………… …………………………………….……….… 11

B. Congreso Internacional de Americanistas (ICA) ……………………………… ………………………….15

C. XLVI Congreso Internacional de Americanistas ……………………………… ………………………… 17

D. Congresos Indigenistas Interamericanos (CII) ……………………………… …………………………..20

E. El manifiesto de Tiwanaku y su impacto ……………………………… ………………………………..……..22

F. Revalorización de las lenguas indígenas ……………………………………………………………………….26

G. Revalorización: una exigencia del pueblo ……………………………………………………………… ……28

2. LAS VOCES DE LOS PIONEROS ……………………………… ……………………………… ………………………..34

Introducción

A. Carlos Felipe Beltrán (1816-1898) ……………………………… ………………………………………………..35

B. Don Felipe Pizarro García ……………………………… …………………………………………………………….37

D. Paul Rivet: El Bibliógrafo del aymara y quechua ……………………………… ……..…………………40

E. Juan de Dios Yapita ……………………………… ………………………………………………………… ………… 42

F. El discurso de Juan Lechín Oquendo ………………………………………………………………………….. 45

G. Luchas por varios frentes ……………………………… …………………………………………………….…… 48

II LA ESCRITURA Y LAS LENGUAS ANDINAS

INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………… ………… 51

1. SISTEMAS DE ESCRITURAS Y LENGUAS UNIVERSALES ………………………………………..…… 53

2. HISTORIA DE LA ESCRITURA ANDINA ……………………………… ……………………………………..…… 55

3. SISTEMAS DE ESCRITURA PREHISPÁNICOS ……………………………… ….…………………………… 56

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A. Alfabeto de Enrique Valls – 1976 ……………………………… ………………………………………….… 58

B. Escritura jeroglífica de Ibarra Grasso ……………………………… ……………………………….… ..60

C. José Huidobro Bellido – 1987 ……………………………… ……………………………… …………….…….62

D. Inka: Waskar Chukiwanka – 2003 ……………………………… ………………………………………...… 65

E. El quipu incaico ……………………………………………………………….…………………………………………...67

4. INICIATIVAS DE ESCRITURAS ANTI-LATINAS ……………………………… ……………………………….70

A. Alfabeto de Claudio Payi – 1973 ……………………………… ………………………………………….…… 71

B. Alfabeto de Hernán Mena Bustillo – 1976 ……………………………… …………………………….…. 73

5. LA ESCRITURA LATINA DEL AIMARA ……………………………… ……………………………………….…. 75

A. La importancia del sistema latino ……………………………… ………………………………………….… 75

B. Las razones de la escritura latina ……………………………… ………………………………………..… 78

C. Los precursores de la escritura latina ……………………………… ……………….………………...… 80

D. La naturaleza de la escritura latina ……………………………… ……………………………………..… . 83

E. La escritura aymara en la actualidad …………………………………………………………… ……….…..86

F. Los alfabetos aymaras modernos ……………………………… ………………………………………….……88

G. La unificación de alfabetos aymaras ……………………………… …………………………..…… ……….92

H. Surgen nuevos problemas menores ……………………………… ………………………………..…..……..94

I.. Algunos objetivos lingüísticos ……………………………… ……………………………… ………..……..…...98

III LOS INSTRUMENTOS LINGÜÍSTICOS

INTRODUCCIÓN……………………………… ……………………………… ……………………………… …………. ..101

1. LOS INSTRUMENTOS LEGALES ……………………………… ……………………………… ……………………...103

2. EL ALFABETO: INSTRUMENTO NUMERO UNO ……………………………… …………………………………105

A. El alfabeto ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………… ...105

B. La pelea de alfabetos cosa del pasado ……………………………… ……………………………….. …. 107

C. El alfabeto oficial ……………………………… ……………………………… …………………………………. ….111

D. Explicaciones técnicas ……………………………… ……………………………………………………..…… …. 113

a) Consonantes aymaras ……………………………… ……………………………………………………....113

b) Las vocales aymaras ……………………………… ………………………………………………………….115

3. LOS DICCIONARIOS 118

A. Diccionarios clásicos coloniales ……………………………… ………………………………… .120

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B. Diccionarios y vocabularios post-clásicos ……………………………… ………………121 a). De la época republicana ……………………………… ……………………………………………….. 122

b). Diccionarios actuales ……………………………… ……………………………… ……………………. 125

c. Diccionarios aymaras inéditos ……………………………… ……………………………………….. 126

4. GRAMÁTICAS AYMARAS ……………………………… ……………………………… …………………………. 129

A. Gramáticas aymaras publicados ……………………………… …………………………………………. 131

B. Gramáticas coloniales ……………………………… ……………………………………………………………..132

C. Gramáticas Post-clásicos ………………………………………………………………………………………...133

D. Gramáticas Modernas ……………………………… ……………………………… …………………………….133

E. Gramáticas aymaras inéditas Félix Layme……………………………… ………………………………134

5. MANUALES ORTOGRÁFICOS ……………………………… ……………………………… ………………………….136

IV El DESARROLLO LITERARIO AYMARA INTRODUCCIÓN……………………………… ……………………………… ……………………………… ………….. 139

1. PROLEGÓMENOS ACLARATORIOS ……………………………… ……………………………… ……………….. 141

A. Definiciones: ……………………………… ……………………………… ………………………………………….. 141

B. La fiesta trabajo-aymara……………………………… ……………………………… ………………………. 143

C. Los nuevos resurgimientos ……………………………… …………………………………………………... 146:

D. Los tiempos regresan: ……………………………… ………………………………………………………….. .147

2. REVISANDO LA HISTORIA LITERARIA AIMARA……………………………… ………………………… ....150

A. La literatura andina pre-hispánica ……………………………… …………………………………… …..150

B. La literatura aymara-quechua en la colonia ……………………………… …………………….. …153

C. En la primera etapa de la era republicana ……………………………… …………………………. .156

D. El resurgimiento: post 1952 de las lenguas andinas …………………………………………… .158

3. PERSPECTIVAS DE LAS LENGUAS INDÍGENAS ……………………………………………………….…. .161

A. Los nuevos paradigmas ……………………………… …………………………………………………………… 161

C. El redescubrimiento de lo propio ……………………………… ………………………………………….. .163

4. PRODUCCIÓN LITERARIA AYMARA EN LA RR EE (199?-2005) ………………………………….165

Introducción ……………………………… ……………………………… ……………………………………..…… ..165

A. Antecedentes de la producción aymara actual ……………………………… ……………………. .167

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B. Producción literaria aymara de 1990 a 1999 ……………………………… …………………………… 170

a). El contexto ……………………………… ……………………………… ………………………………………….. 170

b).Textos aymaras peruanos ……………………………… …………………………………………….…..… 172

c) Producción de THOA ……………………………… …………………………………………………………….. 173

d) PEIB (Libros preparados por Juan Carvajal). ………………………………………… ………….. 173

e) Producción de Félix Layme Pairumani …………………………………………………………………...174

f). Producción literaria aymara inédita …………………………………………………………..………….175

g). Problemas históricos y socioculturales ………………………………………………………….…….178

5. LA LITERATURA EN LENGUAS AYMARA Y QUECHUA ……………………………………………………...181

V LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA AYMARA INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………………………………………………………..185

1. BASES PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS ………………………………………………………………….….187

2. LOS COMPONENTES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS …………………………………………….……189

A. Los estudiantes ……………………………… ……………………………… …………………………………………..189

B. Componente cultural ……………………………… ……………………………… ………………………..………..192

3. LAS INSTANCIAS PARA LA ENSEÑANZA DE LENGUAS ………………………………………………….194

A. Enseñanza de lenguas en educación regular ………………………………………………………………195

B. Enseñanza de lenguas en educación alternativa ……………………………………………………. ..195

C. Enseñanza de lenguas en educación superior……………………………………………………..… .. 196

4. LA IMPORTANCIA DE LAS LENGUAS INDÍGENAS …………………………………………………….…. .196

5. LAS RAZONES DE LA ENSEÑANZA DE LENGUAS 3.905………………………………………………..198

A. ¿Por qué la enseñanza de lenguas indígenas? …………………………………………………… ……198

B. Para los propios indígenas ……………………………… …………………………………………………… …200

C. Para los no indígenas ……………………………… ………………………………………………………………. 201

6. NUESTRAS TAREAS PRIORITARIAS ………………………………………… ……………………………… ….202

VI INTRODUCCIÓN A LA EDUCACION BILINGÜE INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………………………205

1. LA UNESCO Y LAS LENGUAS VERNÁCULAS …………………………………………………………………..208

2. PRECURSORES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE ……………………………………………………………...210

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3. EXPERIENCIAS DE EDUCACIÓN BILINGÜE EN PERÚ ……………………………………………………..212

4. EDUCACIÓN BILINGÜE Y LA REFORMA EDUCATIVA NEOLIBERAL ……………………………… 214

5. PRECUSORES DE MATERIALES DE LA EDUCACIÓN BILINGÜE ……………………………… …….218

A. Cartillas de alfabetización……………………………… ……………………………… ………………………. 218

B. Los textos de lectura y escritura en aymara ……………………………… ……………..…………..222

6. LA NUEVA EDUCACIÓN QUE SE BUSCA ……………………………… ………………………………………. .224

VII HACIA LA EQUIDAD LINGÜÍSTICA INTRODUCCIÓN ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………229

1. LOS MEDIOS ORALES ……………………………… ……………………………… ……………………………………. .231

2. LOS MEDIOS ESCRITOS DEL AYMARA ……………………………… ………………………………………… .233

3. LA TRADICION DE LECTURA Y ESCRITURA ……………………………… ……………………………… ….239

A. Los lectores de los periódicos indígenas ……………………………… ……………………………… …239

B. Proyección ……………………………… ……………………………… ……………………………………………….. .240

4. POLÍTICA LINGÜÍSTICA DEL PERIODISMO AYMARA ……………………………………………………….241

Introducción ……………………………… ……………………………… ……………………………… ……………….241

A. Antecedentes de nuestra política lingüística …………………………………………………………. 243

B. Escollos coloniales ……………………………… …………………………………………………………………… 246

C. Nuestra política lingüística ………………………………………………………………………………… …… 250

BIBLIOGRAFIA …………………………………………………………………………………………………. 255

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ANEXOS ……………………………… ……………………………… …………………………………………………..266

1. LOS INCAS TUVIERON UNA ESCRITURA LOGOGRÁFICA Por Enrique Valls …………………….….267

2. LA ESCRITURA JEROGLÍFICA DE ORURO Por Dick Edgar Ibarra Graso …………………………..270

3. ESCRITURA INCA Por: HERNAN MENA BUSTILLOS …………………………………………………………...273

4. PRIMER SEMINARIO NACIONAL SOBRE LENGUAS NATIVAS ……………………………………………. 282

5. CONCLUSIONES DEL PRIMER CONGRESO DE LENGUAS NACIONALES Centro Portales….. 289

6. OBSERVACIONES SOBRE ENSEÑANZA DE LECTURA Y ESCRITURA EN LENGUA QUECHUA

Centro Portales ……………………………… ……………………………… …………………..………………………………295

7. PREJUICIOS RELATIVOS AL USO DE LAS LENGUAS NATIVAS Centro Portales …………………301

8. DECLARACIÓN DE PATZCUARO SOBRE EL DERECHO A LA LENGUA* ……………………………….. 306

9. SOBRE EL INSTITUTO LINGÜÍSTICO DE VERANO ……………………………… ………………………………308

10. ¿POR QUÉ ESCRIBIMOS EN AYMARA CON SÓLO 3 VOCALES? …………………………………….…… .311

11. DECLARACIÓN DE LOS DISIDENTES ……………………………… ……………………………………………………..316

12. SISTEMATIZACION DE LA ESCRITURA AIMARA ……………………………… …..………………………………..319

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Félix Layme Pairumani

Doctor Honoris Causa, UCB/2005 Premio Mundial: Hiroshima

Foundation for peace and culture, Stockolm, January 1998. “Por su labor en pro de la equidad lingüística, rescate de la lengua aymara, por sus esfuerzos pioneros para transformar los postulados del plurilingüismo en una realidad cotidiana y por apoyar a la conservación de su legado cultural”.

• Catedrático de Lengua y Cultura Aymara de la Universidad Católica Boliviana (1984 al presente).

• Ex-Docente de la Lengua Aymara de la UMSA, La Paz, 1983-1988.

• Investigador del Instituto Nacional de Estudios Lingüísticos (INEL) del entonces IBC, 1983 -1989.

• Fundador y Director del Suplemento Trilingüe “Kimsa Pacha” del periódico “La Prensa”.

• Encargado del suplemento de lenguas indígenas “Jayma” en el Matutino Católico “Presencia”, (2000- 2001).

• Técnico del Proyecto de Educación Intercultural y Bilingüe (EIB) Convenio MEC/UNICEF, 1989-1992.

• Autor de más de una treintena de libros en lengua aymara y castellano, entre ellos de literatura e instrumentos lingüísticos, publicados por el Ministerio de Educación y el Unicef.

• Asistió a varios eventos internacionales: Estocolmo-Suecia (1998). Berlín-Alemania (1992). Amsterdam-Holanda (1988). París-Francia (1984).

• Profesor: Egresado de Warisata 1971.

• Secundaria en Colegio Nacional “Gualberto Villarroel” y Tiwanaku.

• Formación autodidacta. Nacido en 1949, en Titïri del cantón Jesús de Machaca, Provincia Ingavi-La Paz.

www.aymara.ucb.edu.bo [email protected]