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AYMARA UTA Sociedad República del Collasuyo Por Administrador | Publicado: 10 dUTC marzo dUTC 2010 Roberto Choque Canqui Antes de crear una institución propia de los aymaras quechuas, los caciques, apoderados y otros representantes de las comunidades de toda la República de Bolivia, desde 1912 protagonizaron una lucha incansable, tanto individual como colectiva contra los usurpadores de tierras comunitarias, los abusos cometidos por las autoridades locales y los vecinos de los pueblos rurales.

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AYMARA UTA

Sociedad República del CollasuyoPor Administrador | Publicado: 10 dUTC marzo dUTC 2010

Roberto Choque Canqui

Antes de crear una institución propia de los aymaras

quechuas, los caciques, apoderados y otros

representantes de las comunidades de toda la

República de Bolivia, desde 1912 protagonizaron una

lucha incansable, tanto individual como colectiva

contra los usurpadores de tierras comunitarias, los

abusos cometidos por las autoridades locales y los

vecinos de los pueblos rurales.

Los caciques principales que han destacado por su

lucha, entre 1912 y 1933, fueron Santos Marka T’ula,

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Faustino Llanqui, Marcelino Llanqui, Dionisio Paxipati, Francisco Tancara, Mateo Alfaro y Rufino Willka. Estos además de defender las tierras

comunitarias, buscaban la instalación de escuelas

indígenas en sus comunidades.

Entre los propugnadores de creación de escuelas se

distinguió Marcelino Llanqui, quien en 1920 en

calidad de profesor ambulante había establecido

escuelas en su propia comunidad de Jesús de Machaca, lo cual posteriormente motivó a

protagonizar una sublevación de comunarios contra el

corregidor y los vecinos de esa.

Más tarde aparece otra figura, se trata de Eduardo Leandro Nina Quispe y sobre éste nos ocuparemos

más adelante. En el lado peruano, el movimiento

indígena también llegaba a su auge. En 1914, Rumi Maqui Ccori Zoncco (Teodomiro Gutiérrez Cuevas),

Jefe Supremo de los Pueblos Indígenas y Generalísimo

de sus Ejércitos, tenía ya organizado su Estado Mayor,

su cuartel, su Bandera y asimismo estableció sus ramas

(cuotas) de dinero seguramente para sostener la guerra

indígena contra las explotadores. Para cortar los

abusos de una vez por todas, el mejor camino

propuesto para salir de esa situación fue la

restauración del Tawantinsuyo (Vasallo 1979).

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Entre los indígenas aymaras de La Paz no faltó la

iniciativa e interés de fundar un centro educacional a

nivel nacional para todas las comunidades (ayllus) de la

República de Bolivia. Mientras las autoridades

educativas se esforzaban por establecer las escuelas

normales rurales en el altiplano, los propios indígenas

ya sean comunarios, colonos de haciendas o citadinos

se lanzaron a la creación de un centro educativo que

coadyuve la enseñanza y el movimiento reivindicativo

de sus tierras.

En ese sentido la institución que se creó constituía de

hecho un centro generador de ideas y hombres

entrenados en la lucha contra el sistema imperante.

Esta institución al principio fue denominada la

“SOCIEDAD REPÚBLICA DEL COLLASUYO“.

La “Sociedad República del Collasuyo” fue fundada en

la ciudad de La Paz, el 8 de agosto de 1930 (1), por el

indígena Eduardo Leandro Nina Quispe, siendo así uno

de los destacados impulsores de la educación indígena.

Desde entonces la Sociedad o el “Centro Educativo

Collasuyo” tuvo múltiples actividades. A los diez días de

su fundación, el 18 de agosto de ese año, la primera

impresión sobre su presidente fue reflejada en los

siguientes términos: “El esforzado indígena Nina

Quispe, que en un arranque de eclosión cívica ha

resuelto iniciar la fundación de la República del

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“Collasuyo” a base de su obra dinámica educacional“.

Por otra parte, el semanario “Claridad”, órgano de

prensa de la ciudad de La Paz, correspondiente a 7 de

diciembre de 1931, comentaba sobre la admirable labor

de Nina Quispe, puesto que éste había estado

trabajando silenciosamente “por la grandeza del

Collasuyo, dedicándole todas sus atenciones y energías,

para su resurgimiento, dejando a un lado la política y

las inútiles discusiones sobre el origen de la crisis

mundial”.

Ni tanto disparate que en ese momento embargaba “la

atención de todos los mandatarios del mundo”, sino que

firme y convencido seguía “instruyendo a los suyos y

dotándoles del tributo del saber”. Este comentario no

era exagerado. Entre los años 1928 y 1930 los

fundadores de escuelas indígenas en las regiones

altiplánicas, especialmente en La Paz, fueron Eduardo

Leandro Nina Quispe, Manuel Inca Lipe y su esposa,

Petrona Callisaya, quienes promocionaron numerosos

alumnos. Así, Eduardo L. Nina Quispe en la escuela de

la calle Yanacocha (ciudad de La Paz), en 1928,

promocionó 21 alumnos, en 1929, 2.000 alumnos y en

1930, 2.681 alumnos. Por su parte Manuel Inca Lipe y

su esposa en la comunidad de Pucuro del cantón de

Santiago de Huata de la provincia Omasuyos,

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promocionó 74 alumnos, el 12 de noviembre de 1930 y

en 18 de diciembre de ese año, 51 alumnos.

El “Centro Educativo Collasuyo” era una institución

comunitaria de ayllus, su dinámica de accionar se

encontraba expandida en las comunidades de la

república, cuyos linderos o mojones lo separaban con

las demás de la América.

La República de Bolivia como en la actualidad hacia

1931 estaba dividida en nueve departamentos:

Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Potosí, Oruro, Santa

Cruz, Tarija, Beni y El Litoral. Esta división política ha

sido mantenida y obedecida en su ordenamiento por

todos los bolivianos para conservar la libertad.

Pero la mayoría de la población boliviana

históricamente ha sido siempre indígena con raíces

culturales preincaica e incaicas. Los idiomas aymara y

quechua eran hablados por la mayoría de la “raza

indígena”, el castellano lo hablaban los blancos y

mestizos, a quienes los indios debían considerar como

sus hermanos.

Los miembros de la nueva institución eran “todos los

delegados e hilacatas de las distintas comunidades del

departamento de La Paz” situadas en las catorce

provincias: Murillo, Ingavi, Los Andes, Omasuyos,

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Larecaja, Muñecas, Camacho, Caupolicán, Loayza,

Sicasica, Pacajes, Nor Yungas, Sur Yungas e Inquisivi.

Desde luego, el “Centro Educativo Collasuyo” pareciera

que no causaba sospecha entre la oligarquía gamonal

sino que contaba con la simpatía de algunos personajes

importantes del país y estudiosos de las culturas

pretéritas del Qullasuyu.

Así el 26 de diciembre de 1931, Arthur Posnansky,

estudioso de la cultura de Tiwanaku, respondiendo al

oficio de Nina Quispe le decía: “me cabe indicar que el

acto de la expresada colocación de la kantuta sobre la

Wiphala, con la asistencia de los representantes

indígenas, caciques y elementos representativos”,

programado para el día domingo 27 de ese mes a horas

15:00, se llevaría a cabo en el local del Club Bancario,

donde funcionaba “la exposición indianista” y donde se

esperaba para honrar ese “solemne acto, por parte de

la clase indígena en su mayor número posible”.

Seguramente para ese acto, Nina Quispe también invitó

al señor Presidente de la República con el propósito

de contribuir a los festejos de la Semana Indianista.

El presidente de la República, contestando a su

invitación, en fecha 28 de diciembre de ese año, le

deseó que todos los trabajos de la Sociedad presidida

por Nina Quispe, “tengan por mira la grandeza de

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Bolivia, que es nuestra patria común”. También el

Ejército de Bolivia a través del Estado Mayor, el 2 de

enero de 1932, respondiendo a un oficio del señor

presidente del “Centro Educativo Collasuyo”, fechado

el 30 de diciembre de 1931, le expresó haber recibido

los boletines en los que se hacían las transcripciones de

peticiones de varios comunarios hechas a los poderes

públicos.

Resaltaba que ha sido muy plausible la actitud asumida

por la “raza indígena” en todo lo que se refería “a

levantar su nivel moral y cultural”, y sobre el servicio

militar le manifestó que se ha impuesto desde hace

mucho tiempo la obligación de encaminar y encausar

las actividades de los conscriptos por medio de la

persuasión. El trato que se dispensaba al soldado hasta

ese momento, era en forma humanitaria y de “absoluta

igualdad”. Al mismo tiempo, al igual que el Presidente

de la República, les deseó felicitaciones y prosperidad a

todos y cada uno de los miembros de la mencionada

institución indígena.

La creación de la “Sociedad República del Collasuyo” al

principio no fue combatida por sus adversarios por que

sus actividades no estaban orientadas contra los

intereses de los llamados “blancos”. Pero seguramente

nadie se habría preguntado cuáles eran los objetivos

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que perseguía esa institución dirigida por los propios

aymaras.

Claro está uno de los objetivos principales era la

educación y subsidiariamente la extensión cultural

indianista. Sin embargo, entre sus actividades se

incluía la publicación de documentos relacionados al

movimiento indígena, más que todo los relacionados a

la cuestión de tierras. Esta última ha de ser uno de los

puntos cuestionados por sus enemigos para ser

destruida posteriormente.

Eduardo L. Nina Quispe, con el objeto de fortalecer y

asegurar el funcionamiento de la institución. Que

dirigía y dadas las circunstancias desfavorables para

sus buenos propósitos, tuvo que buscar a veces el

apoyo de un gobierno de turno o simpatizar con éste.

El 5 de octubre de 1932, Nina Quispe, al conocer los

asechanzas de los enemigos del gobierno, cursó una

nota de protesta al Excmo. señor Presidente de la

República, Dr. Daniel Salamanca, manifestándole que

estuvo “hondamente conmovido por la incomprensible

momentánea de parte de algunos elementos

impresionables que han llegado al punto de faltar a la

autoridad cometiendo un desacato”, por ese motivo, la

Sociedad que presidía hizo llegar “su voz de protesta

contra semejantes actitudes”, y se congregaba

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“alrededor de la autoridad suprema de la nación, para

que continúe su camino”.

La respuesta del presidente de la República no se dejó

esperar. De manera que, el 6 de octubre de 1932, le

respondió diciendo que “tengo grato manifestarle que

quedo muy agradecido a su voz de protesta, ya que ella

está inspirada por un desinteresado patriotismo”.

A pesar de todo ello, el presidente de esa institución

indígena, fue combatido por algunos elementos

políticos, ya sea dentro o fuera del gobierno, quienes

empezaron a conspirar contra su funcionamiento.

Así el subprefecto de la provincia de Omasuyos, el

14 de noviembre de 1932, informando sobre los

sucesos de Ancoraimes al señor prefecto de La Paz,

entre otras cosas, le manifestó que era “indispensable

establecer una estricta vigilancia” sobre las actividades

de los indígenas Santos Marca T’ula y Eduardo L. Nina

Quispe, éste último profesor de escuelas indígenas,

quienes ejercían “una poderosa influencia sobre los

comunarios del Departamento” de La Paz.

A los diez días de esta denuncia, el 24 de noviembre de

1932, la autoridad judicial le había decomisado todos

los documentos personales de Eduardo L. Nina Quispe,

todo el archivo del “Centro Educativo Collasuyo”, y

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como también su correspondencia oficial, pero no

habría logrado, “con este medio, conseguir los papeles

comprometedores” con la propaganda comunista.

Sindicación no comprobada. La represión empezó no

solamente decomisando la documentación de la

mencionada institución sino también con la detención

de algunos de sus miembros. Más adelante, Nina

Quispe manifestó al prefecto en los siguientes

términos:

“Ya que nuestra acción cultural se refleja por nuestra

documentación y actuaciones oficiales, de las que se

comunica a las autoridades constituidas, probándose

que no realizamos manifestaciones ocultas, queremos

poner en su conocimiento de que nuestros arrestados

han sido sometidos a torturas y vejaciones de parte de

ciertos individuos, lo que pongo en su conocimiento

para que sirva disponer la libertad de ellos”.

De ese modo la institución fue afectada con la

detención de algunos de sus miembros y cuya libertad

exigía el mencionado Nina Quispe. El celo político, más

que cualquier otro factor, fue determinante para la

destrucción de la “Sociedad República del Collasuyo”

(o Centro Educativo Collasuyo) que había impactado su

funcionamiento en el ámbito nacional. Después el

presidente y los demás miembros de esa institución

tuvieron que buscar algún apoyo del poder político del

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Estado y de la iglesia para salvar su existencia como

tal, pero era muy difícil para enfrentar a sus enemigos

que tenían todo apoyo político y poder de decisión.

El 23 de enero de 1933, Eduardo L. Nina Quispe y su

secretario de actas, Juan de Dios Sirpatico, se

dirigieron con mucha reverencia al Ilustrísimo señor

Obispo de la Diócesis manifestándole que la

Sociedad indígena que presidían deseaba proseguir

sus labores bajo los auspicios de “Nuestra Señora

Madre, la Virgen de La Paz”, cuyo culto se celebraba el

día siguiente.

Entonces como quiera que la defensa de tierras

comunitarias era uno de los objetivos de la institución,

le rogaron diciendo “quiere poner bajo su generosa

protección las gestiones pendientes al reconocimiento

de los títulos coloniales sobre sus pertenencias, así

como las de las tierras de Manso y Ñuflo de Chávez,

que en estos momentos detentan el pueblo de

Guaraní”. En cuanto a los soldados bolivianos que se

encontraban en el Chaco, dijeron “queremos a su

sagrada imagen rogar por la vida y salud de nuestros

hijos que combaten en el Sud Este defendiendo la

soberanía nacional, hollada salvájemente por el rapaz

Guaraní”. Además de su adhesión y recuerdo,

ofrecieron para el día siguiente “una coronación de

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kantutas a la Santísima Virgen de Nuestra Señora de

La Paz”.

Siguiendo siempre a los mencionados indígenas, se

puede percibir que ellos no contaban con alguna

garantía ni defensa. Sin embargo, el 25 de enero del

mismo año, Eduardo L. Nina Quispe, presidente de la

Sociedad y Juan de Dios Sirpatico, secretario de actas,

solicitaron al prefecto del Departamento de La Paz su

autorización para celebrar en la Basílica una misa de

acción de gracias por el país con la asistencia de la

“Sociedad República del Collasuyo”, portando su

estandarte.

Además, el objeto de esa solicitud era para advertir a la

autoridad prefectural que el acto religioso no sea

confundido con los actos políticos, por que como quiera

que ese sencillo acto al que debían concurrir los

caciques, delegados representantes, jilaqatas y alcaldes

de las comunidades, podían ser utilizado por la policía

por algunos émulos propios para señalar como acto de

indisciplina o subversión, dados los prejuicios

comunistas que dominaban al señor jefe de

investigaciones, rogaron a esa autoridad que previniera

a la policía no tomar “ninguna medida de violencia”.

Pero no sabemos todavía si ese acto ha sido llevado a

cabo o no, dado que el celo político por las actividades

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de los miembros de esa institución indígena cesaba en

asechar su continuidad.

Después de un mes, el 28 de marzo de 1933, Eduardo

L. Nina Quispe y Manuel Inca Lipa, mediante un oficio

se dirigieron al prefecto manifestando estar

“profundamente indignado por la sindicación de

comunista que se ha permitido hacer el señor Jefe de la Legión Cívica haciéndose eco de la denuncia de un

individuo descalificado llamado Nicolás Ochoa o Montes de Oca, quien ha tenido la habilidad de

sugestionarlo a aquél haciéndole creer -con versiones-

absolutamente falsas, inspiradas por un ruin y

mezquino sentimiento de venganza, por las fechorías

cometidas en Santiago de Machaca“.

A pocos días de ello, efectivamente Nina Quispe y otros

Indígenas son detenidos bajo el pretexto de que ellos

hacían propaganda comunista. El 5 de mayo de 1933,

los indígenas Alejandro Quispe y Manuel Inca Lipe

hicieron conocer su protesta al prefecto del

departamento de La Paz manifestando de que “hace ya

más de una semana han sido sometidos a detención los

indígenas Eduardo L. Nina Quispe, Mariano Quispe,

Esteban Machaca y otros” a quienes se los acusaba de

realizar “propaganda comunista”, lo que para ellos era

una falsedad puesto que habían “demostrado por

innumerables pruebas y atestaciones”, siendo que sus

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actividades mismas no eran “sino tendientes a la

instalación de escuelas de alfabetización de los

indígenas que se encontraban “sumidos en la

ignorancia mas grande”; así, como también tenían

cuidado de que sus títulos de “propiedad sean

arreglados conforme a los títulos revisitarios” que han

conseguido desde el año 1884.

En ese entendido las actividades de los detenidos eran

suficientemente claras y se encontraban “a la vista de

las autoridades y particulares”; par tanto, no

constituían de ninguna manera como actos delictivos,

puesto que obraban con autorización de las mismas

autoridades, “quienes han autorizado los poderes que

los indígenas comunarios” en forma legal.

Entonces los mencionados indígenas peticionarios se

preguntaban ¿Cuál era pues el motivo por el cual se los

perseguía y sometía a detención a los indígenas

ancianos?. El motivo era el pretexto de haber realizado

la propaganda comunista (o reclamo de la delimitación

de sus tierras). Los referidos detenidos se encontraban

recluidos en el cuartel de carabineros sin proceso

alguno, pues el iniciado hace algún tiempo contra

algunos representantes indígenas encontraban ante el

juzgado primero de Instrucción, donde han prestado

sus declaraciones indagatorías y luego han sido puestos

en libertad, esto “seguramente por no haber suficiente

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prueba” en contra de ellos por los su puestos delitos

denunciados.

Sin embargo, nuevamente parece que se tratara nada

más que causarles molestias con arrestos todo hasta

cierto punto, por orden del Fiscal de Distrito que no

sabia por qué motivo se ha ensañado con ellos

acusándolos de comunistas, lo cual no podían

comprender y pensar en ello, ya que como indígenas

eran propietarios de sus tierra, por cuya delimitación

iban reclamando y sólo este podía ser el motivo por el

cual eran detenidos.

Por consiguiente, los peticionarios, esposas e hijos de

los detenidos nada tenían que ver con esa clase de

trajines que se sindicaba, esto estaba en la conciencia

de los mismos sindicados por que ellos jamás se

dedicaban a otra cosa que a buscar un futuro honorable

para los indígenas a quienes representaban; todo ello

realizado de acuerdo a los sentimientos patrióticos y de

acuerdo también con las autoridades, puesto que éstos

además les han autorizado para que ellos se ocupen de

esa “tarea de alfabetización”.

Entonces no habiendo otro motivo que justifique tales

detenciones, suplicaron que su autoridad se manifieste

si es que no conoce el atropello que están cometiendo

con nuestros representantes, para que con su espíritu

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verazmente justo y patriota, se sirva ordenar la libertad

de los indígenas nombrados y que se encuentran

sufriendo una detención injusta en el cuartel de

carabineros, sometidos a trabajos forzados. No se sabe

cuál fue la respuesta del prefecto y su actitud con

relación a ese reclamo.

Sin embargo, el 18 de marzo de 1934, el teniente

coronel Justiniano Zegarrundo, Comandante de la

Legión Cívica, dirigiéndose al señor prefecto del

Departamento de La Paz, informaba manifestando

“debo dejar que la Legión Cívica que inició una

laboriosa campaña contra los comunistas,

adelantándose a la última sublevación indígena del

altiplano ha tomado medidas contra uno que se titulaba

nada menos que Presidente de la República de

Colllasuyo llamado Eduardo Nina Quispe, indígena que

valiéndose de su condición de fundador de escuelas

rurales, consiguió imponerse sobre la enorme raza

indígena tejiendo, indudablemente, una vasta

organización subversiva”.

En esos momentos, el mencionado Nina Quispe y sus

compañeros ya se encontraban presos en el Panóptico

“con pruebas suficientes de cargo” según la Legión

Cívica. Posteriormente, Eduardo L. Nina Quispe, según

René Arze, fue liberado, pero seguramente ya no pudo

reorganizar la Saciedad República del Collasuyo.

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NOTA.- Estos datos son recogidos de las fuentes

primarias, que aún falta escudriñar mucho, sobre la

“Sociedad República del Collasuyo” y sus miembros

que la dirigían, nos permite reflexionar por el momento

por no ir todavía a más allá de su estudio exhaustivo

cómo una institución creada por los propios indígenas

al cabo de dos años de su funcionamiento, a pesar de

ser recibida al principio con simpatía por las altas

autoridades del gobierno, los intelectuales y los mismos

representantes de las comunidades de La Paz y del

interior, fue atacada abiertamente por los gamonales

através de los medios de represión y otras

organizaciones, como ser la Legión Cívica, con el

pretexto de sublevación y de realizar propaganda

comunista.

Qullasuyu por siemprePor Administrador | Publicado: 01 dUTC agosto dUTC 2002

Carlos Mamani Condori

Para los pueblos indígenas, sometidos a dominación

colonial, fue muy difícil guardar memoria de su pasado,

estigmatizados como neófitos por la ideología

colonialista, ¿qué valor podrían tener sus

conocimientos? La memoria, el conocimiento fueron

desvalorizados como superstición, materia prima para

la hechicería y por tanto objeto de extirpación; todo

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recuerdo de libertad debía ser extirpado en beneficio

de la colonización. Así hoy el estudio del pasado

indígena, durante su era de libertad y soberanía, está

sometido a la re lectura de crónicas escritas por los

mismos conquistadores; sin embargo en la oscuridad

del tiempo pasado es posible vislumbrar algo de luz, los

pocos indios que aprendieron la escritura dejaron

testimonio de una memoria guardada y cultivada en

función de la vida social y política de los Andes.

Don Joan Santa Cruz Pachacuti S. nativo del Qullasuyu,

en su Relación de antiguedades deste reyno del Piru.,

refiere cinco edades, de las cuales las primeras pueden

ser consideradas míticas y las tres históricas:

1. Ccallac pacha (qallaq pacha). El tiempo del

principio, del empiezo, comienzo, el orígen.

2. Tutay pacha. El tiempo de la oscuridad, del que no

existe memoria.

3. Purun pacha “y como cada uno cogieron lugares

baldíos para sus beviendas y moradas”, es el tiempo de

la inocencia, de la pureza, el primero que corresponde

a la cultura, de apropiación de los espacios

territoriales, la industria.

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Juan Santa Cruz Pachakuti, el cronista del Qullasuyu, a

quien debemos esta periodización, rememora como las

naciones que posteriormente conformaron el

Tawantinsuyu “benieron de hazia arriba de Potosí” en

un estado de guerra tribal “tomando los lugares,

quitándose cada uno de las compañías en los lugares

baldíos” (Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui

1993:f3, p187).

4. Awqa pacha. “cadal día abía gran falta de tierras y

lugares, y como no abían, cadal día abian guerras y

discordias que todos en general se ocupavan hazer

fortalezas y assi cadal día an abido encuentros y

batallas sin aber la paz en este tiempo combates y

guerras injustos, que los unos y los otros estavan jamás

seguros, sin alcansar quietud” (Pachacuti Yamqui

1993:f3, p187-188).

5. Inka pacha. Durante el tiempo de guerras apareció

Tunupa, que favoreció a un cacique llamado Apo

Tampo, del que fue descendiente Manco Capac, el

primer inka (Pachacuti Yamqui 1993:f6, p193-194). En

la relación del cronista la identificación de Tunupa con

Santo Tomás no importa mucho, sino la periodización y

la significación que tiene en ella la formación del

Tawantinsuyu. Fue Manco Capac, casado con su

hermana Ypa Mama Uaco que “assi comensó poner

leyes morales para el buen gobierno de su gente,

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conquistándoles a los ynobedientes muchas provincias

y naciones del Tawantinsuyus”, no todos fueron

absorbidos con violencia sino que también “Benieron

ellos mismos de sus bellas gracias con presente ricas”

(Pachacuti Yamqui 1993:f9, p197).

El tiempo histórico, de los inkas además de

caracterizarse por la Ley y el órden, también lo fue por

la pluralidad étnica “Y assi que los bestidos y traxes de

cada pueblo fuesen deferente, como en hablar, para

conocer porque en este tiempo no echavan de ver y

conocer a los yndios qué nación o que pueblo eran y

para que más sean conocidos los mandó que cada

provincia y cada pueblo se escogiese o hiziesen de

donde descienden o de donde vinieron” (Pachacuti

Yamqui 1993:f8v, p.198). Esta es la memoria del

pasado libre que, durante los tempranos años

coloniales, quedó testimoniada por los pocos indígenas

que lograron algún dominio sobre la escritura. Sin

embargo, ¿qué ocurrió despues? Y ése después es un

largo período que se extiende en el país desde el año

de 1538 hasta 1952, 414 años de existencia colectiva

bajo una abyecta condición de servidumbre, donde la

luz del conocimiento a través de la lectura de textos,

obviamente en idioma español, estaban penados con la

extirpación de ojos, y la libertad de movimiento con la

cortadura de tendones. El año de 1538 es el año de la

invasión y conquista española del Qullasuyu y 1952, es

Page 21: AYMARA UTA

la revuelta indígena que socaba profundamente las

bases de un Estado asentado en el pongueaje y lo

obliga a su vez a conceder una ciudadanía formal a los

indios, que poco antes eran considerados poco menos

que bestias. La concesión de la ciudadanía supuso la

puesta en marcha de una política de asimilación, cuyo

principal instrumento debía ser la escuela, a través,

primero de la alfabetización y luego de la aculturación.

La asimilación pasaba y pasa por el aprendizaje de la

historia de la Gesta Colonizadora, la admiración al

heroísmo de los Pizzarro, Valverde y Almagro, la

universalización de la religión crisitiana, la civilización

occidental, etc.; y todo en idioma español. Así el

retroceso a un estado de obscuridad fue más que real

“Tutay pacha”. Sin embargo, la necesidad de natividad

que requería el “proyecto de construcción nacional”,

pasaba por la adopción de la historia indígena de

resistencia, especialmente de los movimientos

anticoloniales de 1780-1781, historia que no tiene

relación con la realidad política y social actuales. Con

esta invasión de “conocimiento” prestado qué quedaba,

¿qué podía quedar en la memoria colectiva indígena?,

otra vez se patentizaba el acto de extirpación, esta vez

a través de la ilustración y la modernidad contra lo

indio, calificado como tradicional e incluso retrográdo,

entonces la palabra cultura se convirtió en sinónimo de

español y costumbres criollo mestizas.

Page 22: AYMARA UTA

En la perspectiva indígena el colonialismo fue el

retorno forzado al tutay pacha, al tiempo de la

oscuridad.

Sin embargo, el colonizador en su obra de destrucción

y barbarie no pudo percatarse de las formas y técnicas

de recopilación y conservación de la memoria, hasta

ahora se ha sostenido que fueron los kipu, un registro

mnemotécnico contable y se creía que era la única

forma de registro. Gracias a la perspicacia de Pedro

Cieza de Léon, sabemos que los inka.

“Tuvieron en tanto sus memorias que muerto uno

destos señores tan grandes no aplicava su hijo para si

otra cosa que el señorío, porque era Ley entre ellos que

la riqueza y aparato real del avìa sido rey del Cuzco no

lo oviese otro en su poder ni se perdiese sus memoria;

para lo qual se hazía un bulto de mantas, con la figura

que ellos ponerle querían, al qual llaman el nombre del

rey ya muerto y salían estos bultos a ponerse en la

plaza del Cuzco quando se hazían sus fiestas en

rededor de cada bulto destos reyes estaban sus

mujeres y criados y benían todos, aparejándole allí su

comida y bevida pórque el demonio devía de hablar en

aquellos bultos, pues que esto por ellos se usva. Y cada

bulto tenía sus truhanes o desidores questavan con

palabras alegres contentando al pueblo; y todo el

tesoro quel señor tenia siendo bivo, se estava en poder

Page 23: AYMARA UTA

de sus criados y familiares/ y se sacaba a las fiestas

semejantes con gran aparato; sin lo cual no dexavan de

tener sus “chacras” ques nombre de heredades, donde

cojían sus mayzes y otros mantenimientos con que se

sustentavan las mugeres con toda la demás familia

destos señores que tenían bultos y memorias aunque ya

eran muertos” (Cieza de León: 1985: 28-29).

Los bultos no fueron solo privativos del inka, sino una

práctica generalizada en los pueblos de Los Andes, así

hasta ahora los ayllus del Qullasuyu, los conservan,

como repositorio de conocimientos, saberes y

testimonios. Son las autoridades jilaqatas y mallkus que

se ocupan de su resguardo y yatiris especializados se

ocupan de su interpretación.

¿Cuál es el peso de un pasado del que no se guarda

memoria?. Expresado de otro modo, ¿qué peso puede

tener la memoria oral indígena frente a la memoria

escrita? En un país como Bolivia, donde las relaciones

coloniales se mantienen intactas, la memoria escrita

autoidentificada ella misma como “historia” ha tenido

un peso opresivo, cual es el de legitimar una realidad,

un órden eminentemente colonial como normal, e

incluso como nacional. Esta historia, a diferencia de su

definición filosófica como sinónimo de libertad en un

proceso continuo de cambios, es en verdad una

narrativa perversa, cuyos objetivos son: el olvido de la

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identidad, los derechos y la libertad por los pueblos

indios.

La reconstrucción de la historia indígena,

ineludiblemente pasa por la consideración de políticas

coloniales aplicadas por los reinos de España y por la

república criolla. La primera concibió un orden con

pueblos nativos subordinados, en su nueva condición

de indios a la casta de colonizadores europeos y la

segunda se concibió como república libre de indios,

para ello solo esperaban su desaparición lenta y

gradual, incluso fecharon el año de 1878, como el inicio

defintivo de tal proceso (Censo General de la República

de Bolivia 1900: 35-36). Durante el colonialismo

español, al menos en sus años inciales, la política de

aculturación de la élite indígena dió como resultado

una evidente preocupación por parte de los mismos en

dejar testimonio escrito de su pasado, ellos fueron:

Garcilaso de la Vega, Felipe Guaman Poma de Ayala y

Joan Santa Cruz Pachacuti Salcamguaygua, Este

destello de luz se apagó prontamente, la mayoría

indígena tendría solo noticias referenciales a fines del

siglo XX

La asimilación, como política de Estado, fue iniciada

recien a los 127 años de independencia (1825) a través

de la escuela cuyos programas y contenidos

adoctrinaban a los indios en una nueva identidad, que

Page 25: AYMARA UTA

tenía la virtud retórica de desindiar a todo un colectivo

acostumbrado a fuerza de látigo a pongear(palabra

andina que refiere servilismo).

Esta situación fue inédita y llena de emociones para los

indios, denominativos como “compañero” y ciudadano

resonaron en todos los rincones del país indio, entonces

de pronto los indios, en especial las comunidades

cercanas a los centros urbanos tuvieron que asumirse

mistis, incluso blancos!. Sin embargo como la odiada y

temida indiada, cuya imágen fantasmagórica aún

resonaba con sus japapeos(grito de guerra india) en el

imaginario criollo/mestizo, la asimilación y la concesión

de la ciudadanía no pasaron de ser una fórmula que

rápidamente se convirtieron en pongueaje político

prestamente controlada y administrada por los

sindicatos camapesino y el partido de gobierno, el

Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).

Mientras esto ocurría desde la perspectiva del Estado

boliviano, la sociedad indígena enfrentaba una crisis de

transición en su desindianización, su identidad se

debatía entre formar parte de la nación boliviana como

hermano campesino y/o continuar manteniendo su

identidad. Fue en esta coyuntura que el año de 1976, el

jóven Juan Condori Uruchi escribió “Los aymaras

somos todo un pueblo”, y no solo clase; fue el comienzo

de un proceso de autoidentificación y de

Page 26: AYMARA UTA

enfrentamiento a la absorción hacia la “nación”

boliviana. Lo de Juan Condori Uruchi puede

considerarse también como el advenimiento de un

nuevo ciclo que se caracterizó por el pensar propio.

De la asimilación, administrada a través de la

educación, surgió una primera generación de indios

alfabetos, la mayoría en la profesión de abogados, que

se animó a pensar de manera distinta al catecismo

nacionalista. La lectura de algunos textos de épica

indígena, especialmente los referidos a las rebeliones

anticoloniales, constituyeron el acelerador ideológico

inicial que dieron lugar a la formacion de grupos como

15 de Noviembre, el Movimiento Universitario Julían

Apaza y el Mink’a.

El surgimiento de la historiografía india/aymara fue

parte de este proceso, sus aportes realizados tanto en

forma individual como colectiva, estuvieron orientados

por el objetivo de escribir la historia de resistencia y

lucha contra el colonialismo; sin embargo, el interés no

era meramente historiográfico, sino de carácter

teórico, por cuanto su comprensión no solo beneficiaba

al conocimiento sino también a la formulación de una

acción política que apunte a la descolonización. Uno de

los principales iniciadores, Roberto Choque Canqui,

partió básicamente de la duda respecto a una narrativa,

desde todo punto de vista extraña, incluso a nuestra

Page 27: AYMARA UTA

fisonomía. Existía alguna veracidad en la paternidad de

la “patria boliviana”, personificada por los generales

venezolanos Simón Bolivar, José Antonio de Sucre y

toda su cohorte de mártires criollos. Para probar fue

requisito desarrollar un trabajo empírico en los

archivos, el rastreo no de la historia indígena, sino de

la historia criolla de la gesta. Esta preocupación se

plasmó en una obra aún inédita La situación social y

económica de los revolucionarios del 16 de julio de La

Paz, (1979) . La revisión emprendida por Choque situó

en toda su magnitud colonial a los héroes del

catecismo, impuesto a los indios a través de la escuela.

Retrocediendo a los primeros años de la colonización,

en su partida hacia el Antisuyu el Inka Mango dejó

dicho a su pueblo: “Lo primero que hareís, será que a

estos barbudos que tantas befas a mí me an hecho, por

me fyar yo dellos tanto no les creaís cosa que os

dixieres, porque mienten mucho..” (Titu Cusi Yupanqui

1570/1992:51). Así la duda fue el principio de la

reconstitución de la memoria indígena, de la historia

del Qullasuyu que ha constituido la plataforma de un

proceso que hoy se expresa en manifestaciones

nacionales por la libredeterminación: el Qullasuyu otra

vez y para Siempre!

A Roberto Choque correspondió aperturar un camino y

el curso hacia la reconstitución ha correspondido a una

generación de historiadores, principalmente aymaras,

Page 28: AYMARA UTA

cuyo esfuerzo constante se plasma en aportes

fundamentales para la restauración del Qullasuyu. Sus

componentes: María Eugenia Choque, Esteban Ticona,

Waskar Ari, Germán Choque Condori conforman un

colectivo de investigadores cuyo objetivo es establecer

las bases de una memoria que permita el salto al

futuro, al pachacuti (cambio de mundo), al Qullasuyu

libre y re establecido.

La memoria indígena se construye con registros

propios, con registros escritos por españoles e indios

ladinizados, la construcción de esta memoria es la

historiografía aymara, que siempre se orientará hacia

la restitución de derechos hacia el pachakuti, el

retorno. El mismo Inga Mango, al partir hacia

Willkapampa dejó dicho:

“Ya me parece se ba haziendo tienpo de partirme a la

tierra de los Andes, como arriva os dixe, y que me sera

forzado detenerme allá algunos días. Mirad que os he

dicho y pienso dezir agora ques/ que mireis quanto

tienpo a que mis aguelos e visaguelos e yo os hemos

sustentado y guardado, favorecido y gobernado todas

vuestras casas, probeyendolas de la manera que abeis

abido menester, por lo qual teneis obligasción de no

nos olvidar en toda vuestra vida, vosotros y vuestros

descendientes, ansy a mí, como a mis aguelos y

visaguelos y tener mucho respeto y hazer mucho

Page 29: AYMARA UTA

respeto y hazer mucho casso de my hijo y hermano

Titucusy Yupangui…” (Titu Cusi Yupanqui 1570/1992:

50)

La esperanza siempre de la restitución, en la retirada

del Inka hacia Willkapampa, de los caciques y mallkus

que una y otra vez enfrentaron al colonialismo,

fundando, refundando una y otra vez el Tawantinsuyu.

Fue Rimimaki en el Altiplano puneño, luego Eduardo

Nina Quispe, que presidió la República de Qullasuyu?

Así en toda la primera mitad del siglo XX el sueño de la

restauración fue la idea que impulsó sueños de

libertada y llevó a extremar esfuerzos en la defensa del

ayllu y el territorio contra la última ola de colonización,

esta vez bajo el liderazgo gamonal peruano o boliviano.

Despuntando el siglo XXI, el camino es retomado desde

el Qullasuyu hacia la reconstitución y a la restitución,

el movimiento de ayllus, de mallkus ha dado la señal

inicial, refundar el país a través de una Asamblea

Nacional Constituyente. Y, en el pensamiento refundar

no es más que reconstituir el Qullasuyu otra vez y para

siempre!

El idioma de los aymarasPor J. P. Arpasi | Publicado: 01 dUTC enero dUTC 1995

Page 30: AYMARA UTA

El aymara altiplánico, ó simplemente aymara,

es un lenguaje andino hablado por un millón y

seiscientos mil personas, en las proximidades del lago

Titicaca. Más precisamente, según los últimos censos

de Bolivia y Chile (1992) y del Perú (1993) existen

1.237.658 aymaristas bolivianos, 296.465 aymaristas

peruanos y 48.477 aymaristas chilenos. También

existen varias comunidades de las provincias

argentinas de Salta y Jujuy que se autoproclaman

aymaristas aunque no hablen esta lengua. El aymara

altiplánico tiene dos lenguas hermanas: el Kawki y el

Jaqaru, ambos hablados, todavía, en algunas

provincias serranas de Lima. Desde el siglo XIX algunos

estudiosos como Antonio Raymondi, Sebastian Barranca y Julio C. Tello sospecharon de un

parentesco entre estas tres lenguas. Fueron los

trabajos lingüísticos de Marta J. Hardman, durante

los años 60 del siglo XX, que confirmaron plenamente

esta conjetura. Hardman mostró que el aymara

altiplánico, el jaqaru y el kawki son miembros de una

misma familia lingüística a la que ella denomina de

familia jaqi. Por otro lado, Alfredo Torero denomina a

esta familia de aru. Recientemente, Rodolfo Cerron-Palomino propone que la denominación de esta familia

Page 31: AYMARA UTA

sea aimara. El argumento de Cerrón-Palomino es la

necesidad de nomenclatura simétrica con respecto a la

familia lingüística quechua, donde nombres como simi

no fueron aceptados. En estos primeros años del siglo

XXI, de acuerdo a la información que poseemos y con

mucha aflicción, podemos decir que el kawki puede

estar extinto; mientras que el jaqaru, con base en Tupe (Yauyos), se debate en la lastimante agonía de ser

hablado por unas pocas millares de personas tupinas,

casi todos ellos viviendo en la ciudad de Lima. Esto

hace prever que en una o dos generaciones el jaqaru,

segundo miembro de la familia aymara, también pase a

pertenecer a la clase de las lenguas extintas.

Por otro lado, la teoría de un posible

origen común, una misma lengua madre, del aymara y

el quechua parece estar quedando sin validez. R.

Cerrón-Palomino, M. J. Hardman, entre otros, señalan

que el error fundamental de los partidarios del

quechumara (Orr y Longacre), como es denominada

Page 32: AYMARA UTA

esa supuesta lengua madre común, es que sus

argumentos están basados solamente en la

comparación del aymara altiplánico y la variedad del

quechua cuzqueño-boliviano y no de todas las familias

de ambos lenguajes. Es plausible que conjeturar alguna

teoría a este respecto tiene que ser un resultado de

considerar las familias lingüísticas, con la mayor

completitud posible, de ambos lenguajes como son el

Quechua I (Huayhuash) y Quechua II(Huampuy) y todas

sus sub-familias diseminadas en Colombia, Ecuador,

Perú, Bolivia y Argentina así como a la familia jaqi ó

aru ó aimara y sus lenguajes/dialectos

aymara(altiplánico), kawki y jaqaru. Esto llevaría a la

reconstrucción hipotética del proto-quechua y del

proto-aymara que, según parece, están a buena

distancia de un origen común.

El primer estudio gramatical y lexical del

lenguaje aymara fue hecho por el jesuita italiano

Ludovico Bertonio, a finales del siglo XVI, mientras

cumplía su misión en Juli(Chucuito, Puno). Bertonio

estudió al aymara usando como referencia a la

gramática latina. Durante los cuatro siglos siguientes a

Bertonio los otros estudios del aymara continuaron a

Page 33: AYMARA UTA

tener como marco de referencia a los modelos

gramaticales indoeuropeos. Se considera al trabajo de

Ellen Ross, en 1963, como el primer estudio del

aymara usando conceptos de la lingüística moderna,

sacudida de los defectos de los anteriores estudios.

Posterior a Ross aparece el equipo de lingüistas de la

escuela de Florida bajo la dirección de M. J. Hardman.

Todos los estudiosos de la lengua aymara reconocen

que los resultados de esta escuela son de los más

importantes hasta ahora conocidos.

La representación alfabética del lenguaje aymara ha

merecido más de 30 propuestas diferentes, a comenzar

con la del propio Bertonio. Buena parte de estos

sistemas fueron inadecuados para la realidad fonémica

del aymara. En los años 60′s el profesor boliviano Juan de Dios Yapita, un aymara hablante miembro de la

escuela de Florida propone el alfabeto sobre el cual

está basado el actual alfabeto unificado ó único. Este

alfabeto tiene carácter oficial, reconocido por Decreto

Supremo DS-20227 del 9 de mayo de 1984 por el

gobierno boliviano y también por Resolución

Ministerial RM-1218 del 18 de Noviembre de 1985 por

el gobierno peruano. En Chile es reconocido como el

grafemario aymara. Este es un alfabeto fonémico con

26 consonantes y 3 vocales (Figura izquierda).

Page 34: AYMARA UTA

De acuerdo a la categorización clásica de las lenguas;

inflexivas, aglutinantes y aisladoras, el aymara es

una lengua aglutinante. Mientras que de acuerdo a la

clasificación moderna que tiene una escala contínua

desde lenguajes analíticos hasta los lenguajes

sintéticos, el aymara está en la zona de los lenguajes

sintéticos. Una otra característica del aymara es su

sistema de cuatro personas gramaticales. El carácter

aglutinante aymara se debe a las propiedades de sus

dos clases morfológicas fundamentales: raíces (verbos,

sustantivos, adjetivos) y sufijos. Las raíces verbales y

los sufijos son elementos morfológicos sin ningún

significado por si mismos. Mientras que combinando

adecuadamente estos elementos morfológicos se puede

expresar cualquier tipo de ideas. Para el profesor

boliviano Iván Guzmán de Rojas, atrás de las reglas

de esta combinación de sufijos existe dos estructuras

independientes; una estructura lógica y una estructura

algebraica. La estructura lógica sería la trivalente

propuesta por J. Lukasiewicz durante las primeras

décadas del siglo XX. Mientras que la estructura

algebraica sería específicamente la de los anillos de enteros módulo-3 (Z3). Comprobadamente el aymara

posee más de 200 sufijos propios y prestados. M. J.

Hardman calcula que combinando adecuadamente

sufijos y raíces verbales se puede alcanzar hasta

363.394.720 formas verbales diferentes.

Page 35: AYMARA UTA

Como la educación oficial en Bolivia, Perú y Chile es en

español y considerando que esta educación monolingüe

no es de las mejores, mal se puede esperar una

educación bilingüe castellano/aymara ó

castellano/quechua. Sin embargo existen instituciones

y ONGs que vienen difundiendo el lenguaje aymara oral

y escrito por fuera de medios oficiales. En ésta labor se

destaca radio San Gabriel de La Paz perteneciente

del arzobispado de Bolivia y que cuenta con apoyo

financiero español. Su programación diaria de 15 horas

es integralmente en aymara y contiene programas de

alfabetización y difusión de la cultura aymara. Todo

esto junto con la edición y publicación de textos básicos

escritos en aymara. Otro centro destacado, y con mayor

rigor académico, es el Instituto de la Lengua y Cultura

Aymara (ILCA), también ubicado en La Paz, es dirigido

por el renombrado profesor y lingüista aymara Juan de

Dios Yapita. Posee importantes publicaciones sobre

gramática y sociología aymara. Finalmente debemos

mencionar el brote de diccionarios aymara en Internet,

siendo el mas importante la publicación del

Vocabulario completo de Bertonio en

lenguandina.org.

Cultura aymaraPor J. P. Arpasi | Publicado: 01 dUTC enero dUTC 1995

Page 36: AYMARA UTA

Posiblemente el principal aporte cultural de la antigua

cultura aymara, a la humanidad, sea la domesticación

de la papa(patata). Cuando los españoles

conquistaron al imperio Inca encontraron a la papa

cultivada y consumida en todo el territorio Inca. Sin

embargo, en la meseta del Titicaca, como en ningún

otro lugar, encontraron mas de 200 variedades. Los

antiguos aymaras también fueron pioneros en inventar

la técnica de deshidratación de la papa, con fines de

almacenaje. Esta papa deshidratada es obtenida y

consumida masivamente hasta los días de hoy y es

conocida como ch’uñu(chuño). Dependiendo del

procedimiento particular usado puede tener otros

nombre, tunta, muraya, etc. Esta técnica de

deshidratación de la papa es basada en el

aprovechamiento de las condiciones climáticas de los

4000 metros de altura de la meseta del Titicaca. La

papa es expuesta alternada y constantemente, durante

2 semanas, a los quemantes rayos solares diurnos y a

los congelantes fríos nocturnos.

Después de la conquista española del imperio incaico,

la papa fue rechazada como alimento por los españoles,

por aproximadamente 2 siglos. En algunas partes de

Europa era una planta decorativa. Fue en Irlanda, que

no tenía otras alternativas alimenticias, donde la papa

se convierte rápidamente, en alimento exclusivo. Esta

dependencia se manifiesta dramáticamente cuando

Page 37: AYMARA UTA

aparece una plaga que acaba con cosechas enteras de

los Irlandeses. Hasta ahora ellos recuerdan esa

calamidad como la Irish Famine. A partir de la

aceptación de los irlandeses, después de los ingleses

(patata inglesa), la papa es aceptada en todo el mundo

como un alimento de primer orden. El término potato,

y sus derivados como patata, batata, etc; es de origen

caribeño y fueron los ingleses quienes lo acuñaron.

Las antiguas sociedades aymaras eran necroteístas, es

decir cada muerto se convertía en un Dios que tenía

que tener su chullpa. El acabamiento de la chullpa era

conforme la jerarquía del difunto, a mayor jerarquía

mejor elaborada la chullpa. Los conjunto de Sillustani y

Cutimbo son ejemplos de sepulcros de la antigua élite

de los Collas y los Lupaqas. Estos vestigios de Sillustani

y Cutimbo permiten establecer que los antiguos

aymaras desarrollaron de manera independiente la

gran arquitectura de la piedra, con finos acabamientos

y tamaños colosales. Como la construcción de la

chullpas, de la élite, exigía gran precisión, es fácil

deducir que instrumentos de metales mezclados como

el bronce eran del dominio pleno de los antiguos Collas

y Lupaqas. Además, claro está, de otros puros como el

cobre, oro, etc.

Obviamente en los andes siempre se ha cultivado la

música. Pero recientemente se conoce como música

Page 38: AYMARA UTA

andina a la música cuyo núcleo ejecutor es compuesto

por 4 instrumentos: siqu(siku), charango, bombo y

quena. El siqu es de origen aymara y al grupo de

músicos que lo tocan/danzan se les conoce como

siquris. Esto porque en aymara -iri es un sufijo

quedenota actor/ejecutor, de manera que siquri, en

aymara, significa el tocador/ejecutor de siqu. El

charango es de creación posterior a la conquista

española, pues originalmente los instrumentos de

cuerda fueron desconocidos en los andes.

Antiguamente eran hechos con la caparazón del

armadillo que en aymara es conocido como

khirkhinchu. la mayoría de historiadores sostienen

que el khirkhinchu fue creado en la zona aymara en el

siglo XVII.

Hasta los años 60 estos instrumentos fueron

rechazados por los pobladores de la urbes y solo eran

tocados por los indígenas en zonas rurales y remotas. A

partir de la segunda mitad de los años 60 la juventud chilena inicia un movimiento político-cultural de

carácter contestatario. Esta actitud toma como símbolo

un movimiento musical denominado de nueva canción o

también canción protesta que es exclusivamente

ejecutado por los 4 instrumentos musicales indígenas.

Los primeros exponentes de esta nueva canción son

Victor Jara, Inti Illimani, Kollawara e Quilapayun.

Posteriormente esta música es difundida y aceptado

Page 39: AYMARA UTA

por estudiantes de los otros países andinos,

especialmente de Bolivia y Perú, que en la época

estaban bajo gobiernos militar/dictatoriales. A

comienzos de los años 80 la nueva canción deja a un

lado su mensaje político y es aceptada comercialmente

transformándose en música andina. Ahora existen

cientos de grupos practicantes de esta música tratando

de alcanzar algún éxito comercial. En este empeño, es

muy frecuente verlos actuando en las plazas y

estaciones de los metros de ciudades europeas y de

EEUU. Solo pocos de ellos ven estos esfuerzos

coronados.

Existen muchas danzas de origen aymara. Están

clasificadas en dos grupos: danzas nativas y danzas

mestizas. Los orígenes de las danzas nativas se

remontan a épocas anteriores a la conquista española,

por lo tanto tienen pocos elementos de origen europeo.

Infelizmente, estas danzas son escazamente aceptadas

en las urbes siendo únicamente practicadas por los

aymaras rurales. Ejemplos de éstas danzas: Sikuris,

Pinkillus, Chaqallus, Lawa K’umus, Chuqilas, K’usillos,

etc.

Por otro lado las danzas mestizas son las danzas con

origen posterior a la conquista española. Así, poseen

elementos aymaras y europeos de manera equilibrada.

La mas conocidas de estas danzas, como la diablada, la

Page 40: AYMARA UTA

tuntuna(tundiqui) y la morenada, etc. tienen su orígen

en Oruro, son ampliamente aceptadas y ejecutadas en

los centros urbanos de la meseta del Titicaca. Su

vestimenta, llamada traje de luces, a semejanza de los

trajes de los toreros españoles esta riquísimamente

ornamentada por fantasías haciendo que su

adquisición/flete sea a un costo elevado. Una

curiosidad es que hasta la década 50 del siglo XX estas

danzas de trajes de luces eran desconocidos en Puno.

Hasta entonces, la fiesta de la candelaria puneña era

únicamente celebrada con danzas nativas.

Historia del pueblo aymaraPor J. P. Arpasi | Publicado: 01 dUTC enero dUTC 1995

Por “pueblo aymara” entendemos al

conjunto de individuos que tienen como lengua

materna al aymara y también a las personas y grupos

que claman para sí su identificación como aymaras. No

existe un subgrupo étnico exclusivo del aymara y

recíprocamente el lenguaje aymara no puede ser

considerado una exclusividad de ningún subgrupo

étnico. Esto porque diferentes subgrupos étnicos tales

como los Qullas, Lupaqas, Qanchis, Carangas,

Page 41: AYMARA UTA

Lucanas, Chocorvos, Chichas, etc. hablaron aymara

desde tiempos pre-incaicos hasta siglos post-incaicos.

Geográficamente estos grupos estaban asentados en

diferentes lugares de los actuales departamentos de

Lima, Ica, Huancavelica, Ayacucho, Arequipa,

Apurimac, Cuzco y norte de Puno, zonas de

Cochabamba y Potosí localidades, hoy, de habla

quechua. Los apellidos Mamani y Quispe,

linguísticamente son de indiscutido orígen aymara y

son de los más numerosos en diferentes regiones

andinas e inclusive urbes del Perú, Bolivia, y Chile. Sin

embargo por el proceso histórico de avance del

quechua y castellano sobre el aymara muchas personas

con estos apellidos claman por una identidad quechua

antes que aymara. Otros ni siquiera eso, planean, si no

lo han hecho antes, cambiar Mamani ó Quispe por un

apellido europeo.

Page 42: AYMARA UTA

Básicamente, existen tres

corrientes teóricas explicando el origen geográfico de

la lengua aymara; a) en el altiplano del Titicaca (teoría

localista del aymara altiplánico), b) en los andes

centrales del actual Perú, c) en el norte del actual

Chile. La versión localista es conexa con el estado

Tiwanaku sosteniendo que el aymara convivía con las

lenguas pukina y uru/chipaya, siendo el pukina la

lengua de mayor prestigio hablada por la clase

gobernante. El principal exponente de esta teoría es el

arqueólogo norteamericano Alan Kolata. Cualquiera

que sea la veradad sobre la lengua de Tiwanaku, un

recuento de la discusión sobre el origen lingüístico,

étnico e histórico de los constructores de la ciudad de

Tiwanaku comienza con Cieza de Leon, el primer

europeo a documentar sus observaciones de esta

Page 43: AYMARA UTA

región, en el siglo XVI. Cieza de Leon recoge versiones

de los aymaristas pobladores de la época señalando

que Tiwanaku fue una modelo y las ruinas de Tiwanaku

fueron siempre un lugar sacro dentro del estado Inca.

En el siglo XVII Bernabé Cobo observa, y luego

publica, que el nombre aymara de Tiwanaku es Taypi Qala (La piedra central). Despues de esto Tiwanaku fue

olvidado por los estudiosos y cronistas, posiblemente

solo saqueadores lo tengan frecuentado. Con el

adviento de las repúblicas la destrucción y abandono de

Tiwanaku por parte del estado e iglesia bolivianas se

dió hasta los primeros decenios del siglo XX. Miles de

piedras de Tiwanaku fueron usadas para construir

edificios y templos de las localidades próximas. En esas

circunstancias llega a Bolivia A. Posnansky a quien se

debe mucho de la fama de Tiwanaku. De manera

radical, Posnansky lanza su teoría de Tiwanaku como

siendo la cuna de todas las culturas de la América pre-

colombina. Sin embargo según esta teoría los actuales

indios aymaras no pueden ser descendientes de los

constructores de Tiwanaku una actitud

preconceptuosa, muy del agrado de las autoridades y

élite bolivianas. Como resultado de esto en los textos

escolares no se menciona ni siquiera como remota

posibilidad que la inmensa mayoría de amerindios

bolivianos sean los orgullosos descendientes de los

constructores de Tiwanaku cuyas ruinas son

Page 44: AYMARA UTA

reconstruidas en nombre de una discutible

restauración.

Kolata sostiene que la razón fundamental del fin del

estado Tiwanaku fueron las variaciones climáticas

relacionadas con el recientemente estudiado fenómeno

“El Niño”. Posibles sequías de varios años de duración

podrían haber destruido a este estado altiplánico cuya

economía, como de todos los pueblos andinos antiguos,

estaba basada en la agricultura.

Después de la decadencia

de Tiwanaku surgieron otras sociedades aymaras,

políticamente organizadas, siendo los más importantes

los reynos Lupaqa, y Qulla. Los Incas sin ninguna

distinción denominaron por Qullas a todos los

aymaristas y también todo este territorio junto con las

tierras mas australes pasó a ser el Qullasuyo. Pedro

Cieza de Leon acentúa estas denominaciones

denotando por meseta del Collao a la meseta del

Titicaca y, también, denotando por Collas a todos los

aymaristas (Cap. XCIX de Crónica del Perú). No hay

Page 45: AYMARA UTA

consenso sobre la manera en que habría sido la

conquista de los territorios aymaras por el imperio

Incaico. Unos sostienen que los incas anexaron pacífica

y respetuosamente a los aymaras para luego asimilar

su cultura, una analogía de lo que los griegos fueron

para los romanos. Sin embargo, otros sostienen que

hubo cruentas guerras para la conquista del territorio y

estados aymara, y que durante el dominio inca hubo

bastantes rebeliones. Cualquiera que sea la verdad, los

incas no consiguieron imponer el quechua sobre el

aymara, por lo menos nó en la meseta del Titicaca.

Cerron Palomino sostiene que en realidad la lengua de los gobernantes Incas era el Aymara. La

expansión del quechua en el Qullasuyu es post-

conquista española.

La conquista española del imperio de los Incas se

inicia cuando 150 aventureros españoles

supuestamente invitados del Inca Atawallpa lo

engañan y lo toman rehén. Como la sociedad teocrática

de los incas atribuía a su gobernante poderes divinos,

los otros líderes del imperio tardaron a comprender la

crítica situación de su monarca. Esta inconsciencia es

la única causa que puede explicar razonablemente el

porque no fue movilizado de manera rápida, como

correspondía, el poderoso y numeroso ejército imperial

en aras del rescate de Atawallpa. En ese entretiempo

de varios meses, entre la captura y la muerte del Inca,

Page 46: AYMARA UTA

estos pocos españoles fueron capaces de comprender

las pugnas entre la diversidad de pueblos que estaban

bajo el dominio incaico y de esa manera ganar aliados

entre éstas naciones que veían a los españoles como

sus liberadores del imperio. Después de matar al Inca,

los españoles contando con el respaldo militar y

logístico de millares de nativos, rebeldes al dominio

inca, fueron practicamente invencibles en los

momentos decisivos de esta guerra de la conquista.

Bastarían pocos años para que éstos aliados nativos se

arrepientan de su fatal error. Pero ya era muy tarde, el

imperio estaba destruido y todos sus pobladores,

inclusive estos aliados, reducidos a condiciones

subhumanas. Durante la colonia el status de los

aymaristas y todos los otros nativos fue peor, inclusive,

a la de los esclavos africanos pues éstos últimos tenían

algún valor en dinero mientras que la “indiada” se

podía obtener gratis. Millones de aymaristas y otros

indígenas murieron, forzados por los encomenderos

que contaban con el consentimiento de las autoridades

políticas y eclesiásticas españolas. Esta matanza

alcanzó las mayores cifras en las minas de Potosí cuya

riqueza de plata fue despilfarrada, entre otras cosas, en

la llamada “armada invencible”. Este fue un verdadero

genocidio por el que hasta ahora los descendientes de

los antiguos nativos andinos claman una declaración

formal de arrepentimiento y disculpas, tal como

aconteció en Brasil en abril del 2000.

Page 47: AYMARA UTA

Después de la batalla de Ayacucho en 1824, que fue la

última de la guerra de independencia, todos los

territorios habitados por los aymaras estaban en el

seno del territorio peruano. Pero un año después, en

1825, líderes de la región del Alto Perú, motivados por

intereses personales y el centralismo limeño, deciden

que esta ex-audiencia se convierta en la nueva

república de Bolivia. El lago Titicaca y los aymaristas

fueron separados en dos partes perteneciendo cada

una a diferentes países. Años más tarde estalla la

guerra del Pacífico que enfrentó Chile contra Perú y

Bolivia. Como las batallas decisivas de esta guerra

estuvieron geográficamente enmarcadas en los

antiguos territorios de los Lupaqas y Qollas se puede

deducir la alta cuota de sangre aymara derramada en

esta guerra que ha carecido de cualquier sentido para

el pueblo aymara. Chile ganó esta guerra y con eso

conquistó importantes territorios salitrero/cupríferos

de Bolivia y Perú que mayoritariamente eran poblados

por aymaristas. De esta manera intereses ajenos fueron

los que los separaron a los aymaristas en los senos de

tres repúblicas diferentes.

La independencia de España, de los países

sudamericanos, en poco o nada mejoraron la condición

de los aymaristas y otros nativos. Es más, algunos

historiadores sostienen que su situación empeoró.

Hasta recientemente la práctica del pongaje era una

Page 48: AYMARA UTA

forma sutil de esclavitud en las casas de los ricos

gamonales de Bolivia y Perú. Estimativas actuales

sostienen que el 80% de los 1.6 millones de aymaristas

estén viviendo en las ciudades desempeñando

actividades económicas informales y periféricas. El

20% restante vivirían en el medio rural laborando en la

pequeña agricultura y pastoreo en las peores

condiciones de miseria. Como los castellano hablantes

de las urbes son intolerantes con las lenguas nativas,

un aymarista es forzado a aprender el español y

consecuentemente ocultar su idioma materno hasta a

sus propios hijos que por lo general solo hablan

español. Esto resulta en la alta tasa de decrecimiento

de los aymara hablantes que amenaza con la extinción

del aymara como lengua viva.

Durante casi todos los años del siglo XX siempre

existieron personajes y organizaciones que se decían

representativas de los aymaras. La poca

confianza/entusiasmo que consiguieron despertar es

porque los líderes de estas organizaciones casi siempre

abandonaron a sus representados una vez que ellos

obtuvieron beneficios para sí propios. Pese a todo esto,

debemos reconocer a algunos líderes aymara que han

realizado un trabajo honesto y entusiasta por la causa

aymara. Las voces de ellos demandando el

reconocimiento de la los valores del pueblo aymara, el

respeto por la identidad y lengua, hacen que el

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“PachaKuti” (tiempo de vuelta) se transforme de una

lejana esperanza en algo factible. Este movimiento que

se nota en muchos documentos y sitios esparcidos por

Internet, nos permite afirmar que el revigoramiento de

la lengua y cultura aymara parece tornarse una bella

realidad. Puede ser que esté comenzando un nuevo

capítulo en el libro de la historia del pueblo aymara.