letras 20 de septiembre

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Letras SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014 | DE CAMBIO [ Letras ] ESPECIAL Ramón Martínez Ocaranza En la víspera del primer centenario Ramón en blanco y negro SERGIO J. MONREAL | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 La poesía entre la vida y la muerte MARCOS EDGARDO DÍAZ BÉJAR | PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 A propósito de «Otoño encarcelado» GASPAR AGUILERA DÍAZ | PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 Ocaranza y su travesía por los triángulos ROSARIO HERRERA GUIDO | PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN RAMÓN MARTÍNEZ OCARANZA | PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3

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Page 1: Letras 20 de septiembre

LetrasSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: V ÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014 |

DE CAMBIO[Letras]ESPECIAL

Ramón MartínezOcaranzaEn la víspera delprimer centenario

Ramón en blanco y negroSERGIO J. MONREAL | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2

La poesía entre la vida y la muerteMARCOS EDGARDO DÍAZ BÉJAR | PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4

A propósito de «Otoño encarcelado»GASPAR AGUILERA DÍAZ | PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5

Ocaranza y su travesía por los triángulosROSARIO HERRERA GUIDO | PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6

CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN RAMÓN MARTÍNEZ OCARANZA | PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3

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2 2 2 2 2 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014

Ramón enblanco y negroPOR SERGIO J . MONREALPOR SERGIO J . MONREALPOR SERGIO J . MONREALPOR SERGIO J . MONREALPOR SERGIO J . MONREAL

i, de cara al canon de la lírica nacional,la obra de Ramón Martínez Ocaranza si-gue condenada sin perspectiva de cam-bio visible a la marginalidad excéntrica,podría decirse que en Michoacán, por

encima de preferencias, modas y generacio-nes, el poeta jiquilpense ha pasado a conver-tirse en clásico por clamorosa unanimidad. Loleen y se entusiasman con él desde miembrosde la vieja guardia que tuvo la fortuna deconocerlo y asistir a sus clases, hasta jóvenespreparatorianos todavía a medio desembarcaren las letras y la vida, pasando por una amplí-sima y variopinta gama de etcéteras a la vezconvergentes, divergentes y paralelos.

Los pocos que consiguen mantener ciertareticencia frente a dicho fervor, rara vez obje-tan al personaje o su obra, y más bien mani-fiestan un abierto rechazo a encontrárselo im-puesto como referente obligatorio, lugar co-mún, petrificada institución y santo de todaslas capillas. Los gustosos adeptos del culto oca-ranziano debemos agradecer ese saludablederecho al disenso, muy útil para recordar quebajo todo clamor grandilocuente suelen ace-char el asfixiante silencio y la corrosiva insus-tancialidad, y que los principales perjudicadospor semejantes ritos suelen ser los propiossujetos de homenaje.

En Michoacán todos parecemos de acuerdoen que la obra de Ramón Martínez Ocaranzaes importante y única. Otro asunto es ya aven-turarse a tratar de razonar por qué. Arriesgouna hipótesis de trabajo: la obra de RamónMartínez Ocaranza es importante y única, en-tre otros motivos, por el hecho mismo de ser

Seso, una obra. Artífices de versos y poemashay muchos; artífices de una obra hecha deversos y poemas, ya no tantos. Pero para serun gran poeta no basta ni con hacer buenospoemas ni con articularlos obra. Un gran poe-ta es aquel que, de manera inequívoca –aunqueno necesariamente premeditada– consigueorganizar las piezas individuales de su corpuscomo componentes necesarios de un univer-so cuyas resonancias alcanzan de manera tanesencial como impredecible y secreta a losotros. Hablar de la poesía de Ramón MartínezOcaranza es hablar de una totalidad articulada,un microcosmos individual cuyas lúcidas in-terrogantes consiguen compartirse eco huma-no con una amplitud de registros sólo equipa-rable por estos lares a la que alcanzara en sumomento Concha Urquiza.

Si algún defecto tiene el vasto y desordena-do abordaje (reseñístico y autoconfesional lasmás de las veces, analítico y crítico las menos)que múltiples voces han venido realizandodesde hace décadas, es la tendencia a invisibi-lizar la condición de la obra poética de Martí-

acia el centenario en 2015 del nacimiento del poeta RamónMartínez Ocaranza [Jiquilpan, 5 de abril de 1915], y en laconmemoración, el presente año, del XXXII aniversario desu fallecimiento [Morelia, 21 de septiembre de 1982], ini-ciamos la edición de diversas obras que nuestro poeta dejó

preparadas y han permanecido inéditas, junto con múltiples escritostestimoniales y estudios literarios.

La tarea, emprendida por la Fundación Cultural Ramón Martí-nez Ocaranza, A.C., que resguarda el patrimonio literario del poe-ta, el Seminario Permanente de Autores Michoacanos (AsociaciónRed Utopía) y jitanjáfora, permitirá, ademásde lecturas innovadoras, la recuperación de lapoesía y el pensamiento de un autor de enormevigencia en su siglo pero de una receptividadparcial, fragmentaria y fracturada, que nues-tra generación insiste en resarcir en su integri-dad y plenitud:

Una demostración más de la permanenteactualidad de un autor y su obra, cuyasexpresiones, interrogantes y respuestas dotande contenido y forma lo pretérito, el presentey el futuro.

***En cuanto a la trayectoria del poeta y profesor, además de unadocena de libros que publicó en vida, de diversas antologías yrecopilaciones posteriores, obras en las que son patentes los signosde su evolución poética, don Ramón asumió y enarboló un carismaúnico y paradigmático que constituye hoy elementos óptimos,implícitos y elocuentes de las generaciones de nicolaitas y michoa-canos de la segunda mitad del siglo XX.

Postuló con sus prácticas humanas y cívicas, en la docencia y enla labor intelectual, con su inherencia puntual en los movimientossociales y universitarios de su época, principios democrático-populares esenciales, conceptos humanísticos y de las ciencias so-ciales, asumidos del devenir histórico y cultural de Michoacán y suUniversidad nicolaita. Valores de acendrada identidad indígena,comunal, nacional y latinoamericana, con clarificados idearios li-bertarios y de justicia social, con elementos universales de la filo-sofía materialista crítica, de las tradiciones insurgentes de Méxicoy las energías transformativas acrisoladas en 450 años de expe-riencia nicolaita...

El patente vigor de la presencia del poeta-profesor –ahora, antela vergonzante e indignante postración que se busca imponer enMichoacán y a su Universidad, por parte de los intereses aviesosde un sistema corrupto hasta la ignominia, depredador y dilapida-dor del patrimonio de la nación y de sus pueblos–, se demuestra enla obra ramoniana que aquí y ahora reasume las cualidades de im-prescindible, inocultable e insofocable. La lecciones del profesorinstruyen el presente, son las asignaturas que nos preparan para elporvenir.

También, a 32 años del fallecimiento de don Ramón, en la vísperade las celebraciones del primer centenario de su nacimiento,procedemos a retomar los altos estudios sobre sus contribuciones:su estilística específica ocaranciana, el desentrañamiento de lossignos de su obra, la hermenéutica (diría el profesor) de su biografíahumana y ontológica, su pensamiento y su mística poética nuclea-res... Los sistemas complejos de la poesía en Michoacán, en México,en nuestra América, en lengua castellana y en la poesía universal,habrán de reconceptuarse y volverse a configurar con la pondera-ción de la obra originalísima de nuestro poeta nicolaita.

El Consejo Universitario (UMSNH), las comunas municipalesde Morelia y de Jiquilpan, el Congreso de Michoacán de Ocampo,si tuvieran la básica noción de la valía de la obra ocaranciana, y unmínimo de valentía para reconocer la soberana identidad de nues-tros pueblos, comunidades y de nuestras letras, no dudarían endeterminar que el año 2015 sea dignificado con el nombre del ‘Poetay Profesor Ramón Martínez Ocaranza’. Es nuestra exigencia. Es unparámetro más para corroborar, aún más a fondo, de qué estáncompuestas (o más que descompuestas) las substancias de las ins-tituciones nicolaitas, morelianas y michoacanas.

FCRMOAC SPAM/REDUTACJitanjáfora Morelia Editorial Silla Vacía Editorial

PRESENTACIÓN

En la víspera delprimer centenario

ESPECIAL | RAMÓN MARTÍNEZ OCARANZA

H

José Revueltas, Citlali, Aixchel, Emma, Ramón Martínez Ocaranza y Ofelia en una reuniónfamiliar. Las imágenes que ilustran este especial dedicado al poeta michoacano soncortesía de la Fundación Cultural Ramón Martínez Ocaranza A.C.

Ramón será siempre paranosotros ese, en blanco y negro,de las fotografías queacompañan a la obra. Sólo esedetalle bastaría para volverlaimprescindible.

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SÁBADO 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 33333

nez Ocaranza como un todo rigurosamenteorganizado. Por supuesto, no nos referimos aun rigor meramente intelectual impostado des-de fuera de la obra; nos referimos al impla-cable rigor que la propia obra, trágica trans-parencia, por sí misma iba consumando concada nueva imagen, cada nueva palabra, cadanueva visión, cada nuevo canto reconocién-dose camino a la blasfemia.

Sobre la obra de Ramón Martínez Ocaranzase ha opinado mucho, pero se ha criticadopoco, entendiendo la crítica no como denuestosino como ponderación reflexiva con perspec-tiva de validez. Y dentro de ese poco, hay unsignificativo porcentaje que se decanta porenfoques particularistas en los que la captaciónde la identidad estilística global del poeta nosuele salir bien librada; tentativas de dictami-nación del todo a partir de la captación frag-mentaria de la parte. De ahí el valor y la im-portancia de empresas exegéticas de enfoqueamplio, como las intentadas por Enrique Gon-zález Rojo o Marcos Edgardo Díaz Béjar. Deahí también la invaluable magnitud del aportelegado por María Teresa Perdomo, cuyos tra-bajos de ordenamiento, clasificación y comen-tario analítico representan sin duda la base aque todo abordaje con aspiraciones de efectivapertinencia debe remitirse.

En semejante marco contextual, varias sonlas razones que vuelven relevante el ensayoAproximación a los triángulos de AlejandroDelgado,1 insólita y lamentablemente sin ree-dición hasta la fecha. Primero que nada, se tra-ta de un trabajo que consigue plantarse conuna visión panorámica frente al conjunto de laobra ocaranziana, a partir de dialogar con unpoemario específico: Elegía de los triángulos(1974). Además, tiene la lucidez y la valentíade arrostrar dicha tarea con un material paraentonces sin coordenadas críticas que lo situa-ran; a cuatro años de su publicación, vivo y enactivo su artífice, puede considerarse que setrataba de un material en cierto sentido todavíacomo recién salido del horno. Pero sobre todo,sorprenden el tino, la amplitud y la vigenciade varios nortes reflexivos ahí planteados, sitomamos cuenta que el corpus del poeta esta-ba por incorporar aún nada menos que su piezaculminante: Patología del ser (1981).

Algunos tramos de Aproximación a lostriángulos, pueden acaso dar por momentos lasensación de extraviarse. Como si su autorhubiese tomado Elegía de los triángulos a ma-nera de mero pretexto para desarrollar algunasmuy personales reflexiones en torno al decirpoético en general. Yo estimo que esa búsque-da de amplitudes referenciales está determina-da por la transparente intuición de que meditarcon algún margen de legitimidad el devenirlírico y espiritual de Ramón Martínez Ocaranzaexige obligatoriamente asumir un compromisocrítico con el ser mismo de la poesía.

Quizá lo más agradecible de esas apasiona-das aproximaciones, sea que, sin hacer unasola alusión directa a la circunstancialidadanecdótica del poeta (misma que tanto dañoha hecho, colocada con tan buena voluntadcomo grosero desaliño a modo de habitual fil-tro de acceso hacia el universo ocaranziano),logra perfilar con plena nitidez la magnitud delhombre y el entrañable afecto que le profesaquien escribiendo lo homenajea.

Sin contar que, visualmente hablando, Ra-món será siempre para nosotros ese, en blancoy negro, de las fotografías que acompañan a laobra. Sólo ese detalle bastaría para volverlaimprescindible.

Nota

1 Alejandro Delgado. Aproximación a lostriángulos. Morelia, Doble día ediciones,1 9 7 8 .

CREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓN

El misterio del origenRamón Martínez Ocaranza

Buscando los enigmas de mi identidad, traté de

restaurar mi inocencia perdida, me encontré

con el misterio de mi origen.

Y el encontrar el misterio del origen, me dio mi

salvación. Porque el encuentro del origen, por

más terrible que éste sea, es una salvación

cuando tomamos conciencia de lo terrible de

ese origen y de la fortaleza que nos ayuda a

superarlo.

Luchar contra el Destino tomando conciencia

del Destino, es una forma de dominar nuestro

Destino. No hay signos que les valgan a los

oráculos ocultos. Al encontrar el hombre el

misterio de su origen buscando los enigmas de

su identidad y tratando de restaurar su inocencia

perdida, domina el laberinto que lo envuelve a

lo hondo de toda su existencia.

Estas son las señales de mi signo poético. Señales que se forman con las desgarraduras

de la superación del origen terrible. Porque no hay nada tan terrible como

venir al mundo bajo el misterio de un oráculo

que nos condena a la tortura

hasta la muerte. Oráculo

vencido con la conciencia

del vencimiento de la muerte.

Yo no creo en la dictadura de

las estrellas. Ni creo en las

pitonisas. Ni creo en los

sacerdotes de los oráculos del

mundo.

Yo creo mucho en mí, en cuanto

busco los enigmas de mi

identidad, tratando de restaurar

mi inocencia perdida,

encontrándome con el misterio

de mi origen. De mi origen terrible.

Morelia. Enero 16 de 1981.

Las Jornadas Ramonianasde este año se realizarán en

homenaje al poeta michoacanoRamón Martínez Ocaranza y al

escritor duranguense JoséRevueltas, del 21 al 27 de

septiembre en Morelia.Ver programa completo en

http://www.slideshare.net/miguelagarcia1000/jornadas-

ramonianasprograma

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4 4 4 4 4 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014

Porque no hay nadatan terrible como vivir vacíos.Ramón Martínez Ocaranza, Autobiografía

e dónde venimos? ¿A dónde vamos?Para Ramón Martínez Ocaranza, veni-mos del «misterio del nacer» y vamosa la «propia muerte». Al movemos deaquí para allá y de allá para acá creamos

—por nuestro propio «automovimiento»— un«espacio de juego» sin fin. Sobre el vano espa-cio de juego sin fin, sin embargo, nos damosuna orientación, nos sobreponemos composi-tivamente al vértigo del abismo; nos movemoscomo si nuestros movimientos tuviesen unsentido, un fin. Porque si no nos damos fines anosotros mismos ¿qué sentido tiene movernosde aquí para allá? ¿Qué sentido tiene nuestroautomovimiento de vaivén? ¿Qué sentido tienejugarnos en el predispuesto espacio de juegodel mundo? R. M. O. escribe en su Autobio-grafía: “Jugué mi vida al azar y me la ganó lapoesía. La trágica poesía. La poesía trágica quees la conciencia del Ser y del Destino”.

Si «todo lo que camina» huye de sí —de aquípara allá; del «misterio del nacer» impulsadoa la «propia muerte»— sin lograrlo; es porqueaún es, vive, existe. La dinámica de su esenciaexistente se resuelve en una «órbita abierta»que nunca sale ni se libra de sí; en una «oscila-ción pendular» sólo pendiente del vacío siem-pre por colmarse de sí mismo. Sin embargo, elser existente puede resolver su inquietud mor-tal de muchos modos. A la mayoría de noso-tros, nos gana la irresolución, la vacilación yel extravío. La mayoría de nosotros andamossiempre «pendientes de ajenos pareceres»,siempre fluctuando, en continuas mudanzas y,asiéndonos de cosas heterogéneas vamos —porel camino trillado— haciéndonos odiosos anosotros mismos y a los demás por nuestra«abstención dolorosa». R. M. O. escribe en suAutobiografía:

Cuando se está vacío, se sufre en todaspartes. […] Porque no hay nada tan terriblecomo vivir vacíos. Los seres vacíos vivenel vacío de su muerte. La muerte de su vacío[…] La muerte vive eternamente en loshombres vacíos […] La muerte es el vacíodel Ser que no alimenta su alma con ideasinmortales.

De la vida vacía de la muerte, del vano padeci-miento que «sufren las almas tristes de aque-llos que torpemente vivieron sin vituperio nialabanza» (Dante Alighieri), de los «hombresvacíos» (T. S. Eliot), de su irresolución auto-compositiva y «abstención dolorosa» ante suinevitable descomposición; R. M. O. escribeen La edad del tiempo: “[…] no quedó noticiade su paso por la existencia”.

La aventura de la investigación poética deR. M. O. se distancia de ese camino “[…] pordonde los mortales / de nada sabidores […]yerran perdidos […] y son de acá para allá lle-vados” —como dice Parménides. Sin embargo,

su distanciamiento no es indolente, es crítico-comprensivo. Su distanciamiento es un modode agenciarse, un modo de apropiarse condo-liente, resuelta y compositivamente la irreso-lución y la descomposición tan sin nombrecomo anónima de la presumible mayoría delos mortales que «viven el vacío de su muer-te». Sabe, como Revueltas, que el huir sin finde sí no sólo corresponde a los «hombres va-cíos» sino que es el «sino de los que mueren»y, R. M. O., se asume como un poeta mortal.En su «poesía trágica», en su «trágica poesía»hay, pues, una apropiación consciente «del Sery del Destino» metafórico de la mortalidad hu-mana que forma y da imagen “[…] a todas lascosas terribles, malvadas, enigmáticas, aniqui-ladoras, funestas que hay en el fondo de laexistencia” —como dice Nietzsche.

Hay muchos modos de resolvernos compo-sitivamente entre los extremos del «misteriodel nacer» y la «propia muerte»; hay muchosmodos de resolvernos la propia vida, la propiaexistencia; hay, en fin, un sinfín de modos deencarar libremente el vacío de que estamos«rellenos». Sin embargo, la libertad de auto-movimiento de vaivén que consciente y resuel-tamente se da a sí misma sus propios fines pue-de encontrarse estrechada aún más por la ex-periencia del encarcelamiento donde —comoescribe R. M. O. en Muros de soledad:

[…] a cada paso el eco de nuestras desola-das rebeldíastropieza con un muro;los ojos con un muro;la santidad del llanto con un muro;como si todo fuera con un muro

Para R. M. O., cada paso que da intramurosdel angosto espacio de juego carcelario es untropiezo del eco que importa, comporta y so-

porta colectivamente innúmeras rebeldías querevelan «lo que hay que defender siempre enel hombre»: la libertad. Tanto para R. M. O.como para Cervantes —en boca del Quijote—es por la libertad de movimiento y automovi-miento y, correlativamente, de composicióny autocomposición que se puede y debeaventurar la vida.

Apartado del «camino ancho y fácil»; porel «camino angosto y difícil» del quebranta-miento del «mapa construido para entender lavida» (De la vida encantada); por el «caminoangosto y difícil» del quebrantamiento queimplica el destino metafórico de interpretarsecotidianamente —en que cada quien, cada vez,al buscarse o al perderse, corre el riesgo deencontrarse reiteradamente más perdido; porel «camino angosto y difícil» del quebranta-miento del movimiento y del automovimientode vaivén estrechado aún más por la consig-nación al espacio de juego carcelario, R. M. O.recompone libremente el sentido de su fugafugaz: «seguí los signos de tus huellas puras».

A cada paso que-damos. A cada paso, deja-mos el don de una huella, de la huella que so-mos, de la huella que dejamos al dejar de ser.¿Qué significa seguir los signos de las huellaspuras del consorcio de la poesía y de la muer-te? Investigar es, ad pedem litterae, seguir lashuellas. R. M. O. a sus 51 años evidentementeya había leído, i. e., seguido las huellas delQuijote. ¿A esa edad quién no? Empero, loimportante es el modo como asumimos su lec-tura: ¿Cómo lo leemos leyéndonos? RubénRomero nos da una reveladora reseña: riendocomo niños, soñando como jóvenes, pensan-do y llorando como viejos: “Cuando llegamosa la edad madura leemos el ‘Quijote’ […] Nosatrae la filosofía de la obra, como producto deuna existencia atormentada, que se canalizóen la mente de un genio y se derramó a travésde su pluma”. Lo importante para el quincua-genario y maduro R. M. O. es el autor ínsito enel héroe y éste en aquél, el modo vital de asumirla propia muerte en la poesía. El autor presenteen el héroe y éste en aquél. R. M. O., asumién-dose líricamente como Don Quijote, investiga,sigue las «huellas puras» de la poesía y de lamuerte; lee —pensando y llorando— leyéndoseen esa existencia atormentada por la injusticiadel encarcelamiento del autor en el héroe yviceversa. La experiencia del encarcelamientoseguramente deja una huella indeleble en quienlo padece. Empero, esa huella de la experien-cia del cautiverio es metaforizada como en-cantamiento —rebelión latente. La pureza dela huella radica en que, en el Don Quijote, noes el encarcelamiento lo que se canta, ni el re-cuerdo de las condiciones aciagas del someti-miento sufrido por su autor, lo que se canta yencanta es la existencia atormentada del hom-bre por el cautiverio a que se encuentra some-tido. El Quijote para R. M. O. es un «libro ter-rible» en el sentido en que le impulsa a seguirsus «huellas puras», le empuja a cumplir, conmucho encantamiento y rebeldía, su destinometafórico «sin mención de la cárcel» subjeti-

La poesía entre la viday la muertePOR MARCOS EDGARDO DÍAZ BÉJARPOR MARCOS EDGARDO DÍAZ BÉJARPOR MARCOS EDGARDO DÍAZ BÉJARPOR MARCOS EDGARDO DÍAZ BÉJARPOR MARCOS EDGARDO DÍAZ BÉJAR

ESPECIAL | RAMÓN MARTÍNEZ OCARANZA

D

R.M.O. escribeen su Autobio-grafía: “Juguémi vida al azary me la ganó lapoesía. Latrágica poesía.La poesíatrágica que esla concienciadel Ser y delDestino”.

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SÁBADO 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 55555

vamente padecida en Otoño encarcelado. Por-que lo importante, poética y mortalmentehablando, es la composición metafórica de unavida justa y activa en lucha frontal contra larealidad sórdida y vana de un mundo.

R. M. O. no sólo contempló —como la pre-sumible mayoría de nosotros que: “Vemos lapodredumbre de la vida / y no decimos nada”(Elegías en la muerte de Pablo Neruda)— lahechura o compostura injusta y dura de la vidaa través de las novelas y sus autores presentesmetafóricamente en sus héroes y heroínas;sino que, asumió libre y activamente una pos-tura rebelde, polémica y, sobre todo, pedestre-compositiva1: ¿Hacia dónde dirigió sus pasos?Hacia el seguimiento de las innumerables hue-llas puras del consorcio de la poesía y de lamuerte que no se detiene en la mera acumula-ción de caminos recorridos. Hacia los «librosterribles», hacia los «libros prohibidos»2, ha-cia la composición corresponsable de su pro-pia obra que, como todo lo que camina, no seagota en la estela de su recorrido aunque a tra-vés de ella nos sea reconocible el que camina.Toda obra poética es una huella pura del con-sorcio de la poesía y de la muerte. Si hemoshablado de consorcio es porque, para R. M.O., poesía y muerte —en una vida de obrerobibliográficamente impulsada— corren unamisma suerte. La poesía es la consorte de lamuerte y la muerte es la consorte de la poesía.Tales son los signos vitales de la poesía quesigue libre en su fuga fugaz: “Cuando se tomala literatura como una expresión de la existen-cia, la existencia un día se hace literatura. Y sepenetra en el secreto de la creación. Ser y exis-tencia expresadas por la potencia de la crea-ción” (Autobiografía).

Notas

1 El carácter pedestre-compositivo de lapoesía nos habla de una vida bibliográfica-mente asumida. R. M. O. escribe en su Au-tobiografía: “En 1934, ingresé a la Juven-tud Comunista. Pero mi ingreso al comu-nismo, no fue obra ni del resentimiento nidel conocimiento. Fue mi afán literario —eternamente literario— de ver la vida a tra-vés de las novelas, y no de ver las novelas através de la vida. Máximo Gorky [sic] mereclutó al comunismo con su novela Lamadre“. Al pan pan y al vino vino es elprimer seguimiento expedito de las «hue-llas puras» de esta novela.2 Máximo Gorki, presente metafóricamenteen su héroe Pavel le dice a su madre: “Es-toy leyendo libros prohibidos. Los prohí-ben leer porque dicen la verdad sobre nues-tra vida […] si me los encontraran, me lle-varían a la cárcel; me encarcelarían por-que quiero saber la verdad”: La madre(trad. Bela Martinova). Cátedra, Madrid,2005, p. 78; I, iv. Para Pavel no es que lavida sea por sí misma injusta sino que: “Estáhecha de un modo injusto y duro para no-sotros, y de este modo nos va abriendo losojos para entender su amargo sentido, in-dicando al hombre hacia dónde ha de dirigirsus pasos”: Ibid. p. 119; I, xi. El traer acolación esta interposición de la poesía, enla expedición vital del joven R. M. O., nosólo es para resaltar el carácter crítico-polémico y militante de su poesía tempra-na. Es, sobre todo, para subrayar su natu-raleza pedestre-compositiva: “Somos obre-ros, gente con cuyo esfuerzo se crea todo,desde las máquinas gigantes hasta los ju-guetes infantiles; somos personas privadasdel derecho a luchar por su dignidad hu-mana; cualquiera intenta y puede conver-tirnos en instrumento para la consecuciónde sus fines; ahora deseamos tener liber-tad”. Ibid., p. 397; II, xxv.

oeta telúrico, de posición muy clarafrente a su propia búsqueda, siemprefue más allá de lo que cómodamente lepudo ofrecer el prestigio de un quehacercomprometido con su propia verdad y

un respeto académico que –qué bueno– leahorró caravanas y homenajes de cierta buro-cracia siempre atenta al festejo superficial ymanipulador y, en cambio, le ganó la admira-ción y respeto hacia su exigencia y rigurosidadpor todo lo que no fuera sofisma y engaño.

El poeta nacido, como el mismo lo relata: “en medio de un ambiente de pánico, de angustiay de muerte” el 5 de abril de 1915 en Jiquilpan,Michoacán, lector de Nervo, Darío, Díaz Miróny González Martínez en sus primeras etapas delector voraz y posteriormente de los clásicosgriegos, de la poesía europea más representati-va: Mallarmé, Rilke, Machado, Lorca, Dante,Elliot, Pound, entre muchos otros, de latinoame-ricanos como Huidobro, Parra, Vallejo, Neruda,con quien trabó una fértil e intensa amistadcuando el poeta chileno conoció Morelia, asícomo de otro escritor que tanto lo conmocionódesde sus primeras lecturas: Fedor Dostoievsky;reconocido y admirado por sus amigos y colegasmexicanos como José Revueltas, Efraín Huerta,González Rojo, José Emilio Pacheco, EmmanuelCarvallo, rodeado siempre por sus jóvenesalumnos escritores principiantes.

Humanista y poeta de profundas dudas yobsesiones lacerantes en cuanto al inciertodestino del hombre, en sus hallazgos supohacer preguntas sencillas y universales:

¿ Y qué son las tinieblasQué la furia del ser que las propagaPor los causes del mundo? ¿…?Y entonces,¿Qué es el hombre?Es un gran campo de batalla obscuraEn medio de relámpagos y sombrasDonde la angustia un día llega a ser verboDe pura convicción y de domino

Otoño encarcelado escrito y publicado en1966, representa una de las obras más emoti-vas y conmovedoras en la obra de MartínezOcaranza.

En sonetos rigurosamente medidos van apa-reciendo sus acercamientos a la muerte, alamor y a la existencia, y son tal vez, por otraparte, la crónica poética de una especie de se-ducción por la fugacidad, el abismo y la con-sciencia taladrante por asumir como en la sen-tencia bíblica: nuestro ser efímero de polvo.

La soledad, también aparece ligada a laimagen de la luna, la caída, la palabra y de lapérdida; como bien lo ejemplifica el poema II:

Todas las soledades de mi vidame vinieron a ver una por una:las blancas soledades de la luna;la soledad de la inocencia herida.(…)

Permítanme repetir un párrafo sobre otro delos contemporáneos fraternos: Efraín Huerta,cuando en 1971, ambos dejaron su huella im-borrable en el Aula Mater del Colegio de SanNicolás y que apareció en la revista de la Uni-versidad Michoacana en esa época: 1983 :“Nunca dejará de ser el mejor homenaje parahombres como él, la lectura entusiasta, el co-nocimiento a fondo de su obra, el descubri-miento compartido y antisolemne –sin moñitode luto en el brazo, el corazón y los ojos– que aél y al Maestro Martínez Ocaranza les hubieragustado constatar rebosantes de anatemas, deauto-ironías, abiertos (como dos cocodrilosfraternos inundados, ebrios al sol), e identifi-cados por la cachondez y el júbilo por la vida,como ese día memorable de 1971 en que el AulaMater retumbó con el epígrafe apocalíptico delMaestro Ocaranza y los versos estremecedo-res y tibios como los cuerpos de los jóvenesque abarrotaban cadera con cadera, el antiguoauditorio de madera y en la tribuna, esos dosmilitantes congruentes con la poesía y la vidaque no se deberían ir nunca…, y uno salir deSan Nicolás después de esa lectura apoteósica,con una hoja amarilla el poema Che coman-dante, autografiado, cuidándolo, releyéndolocálidamente como si fuera un beso o un apre-tón de manos.”

Morelia, Michoacán / Verano 2014.

A propósito deOtoño encarceladoPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZ

ESPECIAL | RAMÓN MARTÍNEZ OCARANZA

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En las dos fotos queilustran este artículo,Ramón MartínezOcaranza en latumba de JoséRevueltas. Entre losasistentes, la filósofaFernanda Navarro.

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Porque lo más sagradoestá en los ríos.Ramón Martínez Ocaranza, Elegía de lostriángulos

Los mitos, tal como se presentan en suficción,siempre apuntan más o menos,no al origen individual del hombre,sino a su origen específico,la creación del hombre,la génesis de sus relaciones nutriciasfundamentales ,la invención de los grandes recursosh u m a n o s ,el fuego, la agricultura, la domesticación delos animales.Vemos también cómo se planteanc o n s t a n t e m e n t ela relación del hombre con una fuerzasecreta ,

Ocaranza y su travesíapor los triángulosPOR ROSARIO HERRERA GUIDOPOR ROSARIO HERRERA GUIDOPOR ROSARIO HERRERA GUIDOPOR ROSARIO HERRERA GUIDOPOR ROSARIO HERRERA GUIDO

maléfica o benéfica, pero esencialmentecaracterizada por lo que tiene de sagrado.Jacques Lacan, La relation d’objet

ostengo sobre mi mano izquierda elverde y triangulado poemario Elegía delos triángulos, del poeta Ramón Martí-nez Ocaranza (Diógenes, México, octu-bre de 1974), que conserva una dedica-

toria ramoniana: “A la bella Sor Chayo, con unbeso en una sacristía”. Trato de recordar y es-cribir en el procesador con la derecha, los ver-sos y las notas más valiosos, para poder com-partir una sospecha: la influencia de la mitolo-gía egipcia en su Elegía de los triángulos. “Unpoemario mitológico —como advierte el poe-ta— que va de la realidad a la mitología, parapoder hacer una mitología de la realidad”. Don-de colaboran la mitología hebrea, griega, náhuay tarasca y afirma que su poesía es ante todouna mitología viva, que deviene en las contra-

dicciones de nuestro tiempo. Una poética mi-tológica que procede de Sor Juana, pero a laque agrega la mitología náhua y tarasca, dota-da de un metafórico sentido político.

A propósito de las mitologías, como merecomendó leer El libro de los muertos de losegipcios, una tarde le confesé que en su Elegíade los triángulos navegaban símbolos, jeroglí-ficos y dioses egipcios. Una travesía por laspirámides y las aguas sagradas con la que estu-vo de acuerdo y que sólo puedo trazar aquí.

Si el tiempo anochece, los triángulos seencargan de purificar nuestra frágil geometría.Todos agua, desembocamos en los ríos. Somosacuáticos desde el nacimiento hasta el líquidofinal, cuando perdemos el timón en el desiertoy Anubis, el dios perro, como en la mitologíatarasca, nos ayudan a cruzar el río de la muer-te. Lo cantan los ríos, las piedras ancestrales yel poeta Ramón: “Los cánticos del Ser / de pu-ras nubes; / y / de / ríos”.

ESPECIAL | RAMÓN MARTÍNEZ OCARANZA

SRamón MartínezOcaranza y JoséRevueltas en sucasa de México.

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SÁBADO 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 77777

LA LIMA

Cirios y pezonesA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS

ue el único habitante de ese paraje que cadaverano yo concebía como un santuario dis-temporáneo. Don Gregorio, el anciano quecuidaba la finca que mi padre había adqui-rido para vacacionar, nos dijo que al menos

gozaba de dos siglos de vida. Nunca le creí. Meparecía que antes que el cielo fuera azul, ya habíaretoñado entre los claroscuros de alguna EdadMedia. Era un árbol de limas. Muchos jóvenesmorirán sin probar sus frutos.

Imponente en su soledad y en sus cimientes. Seerigía perturbador de entre el tepetate y un mon-tón de canteras de una antigua casona de SantaMaría de los Altos. Parecía la revancha del Barro-co sobre el Neoclásico. Su naturaleza arquitectó-nica era como el grito de un Inmortal de Borges.

De un tronco prieto, de apariencia ahumada,con sutiles vetas verticales trasparentadas en cas-taño, el limonero se extendía en ramales abiga-rrados hasta construir una frondosa catedral. Desus ansiosas cepas se desprendían las ovales hojasque entreveradas con el cielo, y el vértigo de mientelequia, se configuraron como vitrales de unsueño gótico.

Bajo esas bóvedas, mi juventud fue ungida es-pontáneamente por los influjos de la kundalini, laenergía sexual que se trasmuta en ardor creativo.Y extasiado en el aroma de sus flores blancas, quese acopiaban como cirios, recé plegarias paraconvertirme en un hombre del Renacimiento. Asus vírgenes invoqué y se me revelaron en dulcespezones que desafortunadamente no supe sabo-rear. Así fue que a sus pies dejé poesías inmadurasy esculturas nonatas.

El árbol tropical, con ascendencia asiática, nosólo sobrevivió a las frías alturas de una villaveraniega en Valladolid, la antigua Morelia. Seregodeó por crecer de entre las ruinas, por flore-cer celestialmente, por fructificar voluptuosa-mente. En cambio, mi juventud se quedó enterra-da a sus pies, infértil, inmadura… infructuosa.

Es así que vidas amparadas bajo un buen árbol

no siempre llegan a florecer. Y es que no se trata,precisamente, de estar a la sombra sino de apre-hender a comer y beber apropiadamente del frutoapropiado.

Los árboles de lima, a través de las centurias,se han adaptado a muchos climas y terrenos delmundo, desde el Himalaya hasta Iberia. Sonespecies que florecen y fructifican casi todo el añoa partir del invierno. Pueden progresar con mu-cha o poco agua, extrayendo gran cantidad denutrientes para luego ofrendar frutos con propie-dades rejuvenecedoras y tranquilizantes.

Muchos árboles de lima llegan a ser los másgenerosos huertos de traspatio. Suelen tener uncarácter abnegado e íntimo. Al mismo tiempo vi-ven con lo mínimo y entregan una cantidad pro-digiosa de frutos. Una lima que se aclimata a unamorada nunca deja de entregarse con su fragantee icónica sensualidad.

La lima dulce o lima chichona, también cono-cida como limón de Roma, se distingue por suextremo en forma de pezón, por ser un cítrico depoca astringencia, suma frescura y reconfortantedulzura. Eso depende…

LA NOTA, LA RECETA, O EL REMEDIO¿Comer una lima? puede ser… así como el artepuede ser para todos pero no todos son para elarte. Puede ser dulce o agria, según que partede ella se prefiera. Para extraerle placer hay queabrirla con tacto, suavidad, paciencia. Sinencajar las uñas. Primero se presionalentamente el pezón hasta que se desprenderevelando su perfume. El resto de la piel seretira comedida y extensamente. Al desnudarla,la lima se abre por la mitad para dejarexpuestos sus gajos. Se desprenden cada unode ellos, para luego estirar y rompermeridionalmente la malla que los contiene. Alfinal, las medias se retiran totalmente y sedejan solos los pequeños lóbulos interiores.Listos para disfrutarse absolutamente.

Cuando los cocodrilos acechan, los corazo-nes flotan en el plumoso fiel de Thot, y pene-tran en el disco amaranto de una losa funeraria.Y los sarcófagos suplican y confiesan en la he-liópolis: que no naufragaron barcas, ni comie-ron arrebatos o empañaron el agua.

En sus pensamientos sobre lo bello y susformas, Hegel reconoció a los egipcios comolos inventores de la inmortalidad. Por la muer-te y sus ríos, Ramón descubre que la poesíaimposible infla sus velas y cruza el estanqueincandescente del submundo, más frágil quela música de arpas entonada por el aire. ComoOsiris, escribano y poeta, Ramón hace de lamuerte, una acuática: “Los ríos reconocen /que la nostalgia / tiene / morados cemente-rios”.

Cuando las almas arañan las paredes deltiempo, Hathar les da a las barcas a probar elsabor de la muerte, antes de que se incendiesu sed. Ramón y José Revueltas nos enseñanque el luto humano boga sobre un ataúd, através de aguas mortuorias. Y Ramón rasga elfirmamento con sus triángulos y nos viste conlinos radiantes para que no seamos devoradospor la nada, hasta que las apátzikuas prometanel infinito en cada río.

Hay un libro de los muertos en cada labe-rinto, una Esfinge en cada triángulo, una Esta-tua de Memnón en cada sol, para que los gritosde la muerte no inunden los pasadizos, paraque el horror no se congele sobre las losas en-lamadas, para que los muertos tengan tiempode lavar sus manchas en el Nilo.

Acompañado de Anubis, el perro sacerdotey juez, Ramón entrega las serpientes al fuegoincinerado, y embalsama a la muerte en lostemplos. Porque la muerte tiene sus lunas ysus ríos, porque... “Nadie mejor que el marsabe los nombres / de nuestros / muertos /cuando campanas y puñales; o como cuandogritan las espumas”. Y Pátzcuaro y el Nilo sonpedazos de cielo que han caído, y que Kurikua-Aueri y Osiris interrumpieron el curso de lasestrellas con su aliento y se hicieron amos delcosmos, el día que... “Quinientas lunas negras/ murieron / en / el / agua”.

Cuando la muerte nos guiña detrás de lascicatrices de nuestro escritorio, o nos volve-mos sombra y la piel resbala por el cuerpo,Ramón saca todos los jeroglíficos de su cere-bro y de su corazón, para llevarnos a navegarhasta el ocaso, donde Nut amamanta al uni-verso y Ra brilla, cual escarabajo de Jaspera:“Del cempoalxóchitl / salen / crepúsculos dor-midos”.

Por su travesía de los triángulos, Ramónrecoge con Thait las lágrimas de los pantanosde Nubia, cuando la necrópolis esconde lascanalladas de las noches insomnes, cuando laspirámides se bañan de sangre y en una solalágrima de sistro puede ahogarse el mundo: “...cuando Tzinapécuaro / se / llena / de espejos/ y / de tumbas”.

En su travesía por los triángulos, Ramónrasga papiros, hasta que los jeroglíficos llorenpor el sacrificio del otoño de 1968: “Porque enla noche de los Códices / tocan los muertossus caracoles amarillos / para que dancen to-das las tumbas de la tierra”.

Ramón es el escriba que empuña un rayopor cuchillo, para partir guaruras, para escin-dir dolores y abismar penumbras. No quiereque nos perdamos en la noche de los sacrifi-cios, en el laberinto de los Halcones, sino guiar-nos hasta el firmamento, rodeados de apátzi-cuas y salmos: “Oremos por el tiempo de lositzcuintlis amarillos / y de los triángulos negrosde los cascabeles; / para que los millones deotoños que han pasado / se llenen de amapo-las”. Y aunque “Las casas de los profetas / fue-ron derribadas / para que sus versículos / noresonaran en los muros”, Ramón nos invita asalvarnos en el paraíso de la poesía.

F

Bodegón Limas, caja de dulce y recipientes, de Luis Meléndez.

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Sherlock reloadedEL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO :: El célebre detective inglés creado por sir Arthur Conan Doyle hace 127 años regresa en una miniserie de la BBC trasladada a nuestra época.

Benedict Cumberbatch encarna al detective más famoso de la literatura en una divertida adaptación llena de humor intrínsecamente británico. POR SYLVAINPOR SYLVAINPOR SYLVAINPOR SYLVAINPOR SYLVAIN

PROVILLARD PROVILLARD PROVILLARD PROVILLARD PROVILLARD [email protected]

l libro The Universal Sherlock Holmes,publicado en 1995, compila una lista de 25mil obras y productos relacionados con elfamoso personaje. Éstos incluyen juegos demesa y videojuegos, comics, canciones, obras

radiofónicas y teatrales, películas y series: seacuerdan seguramente de las dos recientes pelí-culas sherlockianas de Guy Ritchie, estrenadasen 2009 y 2011, con Robert Downey Jr. y JudeLaw. En 2012, o sea dos años después de la prime-ra temporada de Sherlock, CBS estrenó una serietitulada Elementary, ambientada en Nueva Yorken nuestros días; la BBC puso una demanda al ca-nal estadounidense por plagio, la cual no resultó,ya que los personajes creados por Doyle pertene-cen al dominio público. Después de tantas versio-nes, la pregunta sigue siendo la misma al momen-to del estreno de una enésima adaptación: ¿porqué otra? Parece que la sobredosis no existe cuan-do se trata de seguir las aventuras del detectivedomiciliado en el número 221B de Baker Street.

Sin duda, el inagotable éxito de SherlockHolmes se debe a la sutileza de la trama de las cua-tro novelas y 56 relatos de Doyle, y también a lasnumerosas facetas de este fascinante personaje:detective asesor, violinista emérito, excelente api-cultor, temible boxeador, experto en química ymedicina forense, y especialista en el arte del disfrazy disimulo. Sin duda Sherlock hará reaccionar a lospuristas de las novelas del escritor escocés: estedetective del siglo XXI no fuma la pipa -ya que seprohíbe toda imagen de personajes fumando enproducciones televisivas- sino que cubre su cuer-po de parches de nicotina, una forma moderna eirónica de burlarse de la censura. Al igual que elHolmes original, su alter ego moderno recurre atodas las herramientas tecnológicas que tiene a sudisposición: GPS, mensajes de texto e Internet.

Lo más apasionante y divertido de este nuevoSherlock es su personalidad: es el más flemático

E de todos los ingleses, es frío y arrogante comopocos, y su inteligencia es fuera de lo común.Básicamente, es una mezcla entre el Mentalista,el doctor House (ambos personajes de influenciasherlockiana) y Sheldon de The big bang theory.Holmes comparte con este último la imposibilidadde relacionarse con la gente de forma natural: elpersonaje, con síntomas de síndrome de Asper-ger, se describe a él mismo como “un sociópataaltamente funcional”.

Este Sherlock moderno suscita en el especta-dor una sensación que oscila entre fascinación yrechazo, entre amor y odio. El actor que lo prota-goniza declaró: “Hay una gran carga que recibopor interpretarlo, por el volumen de las palabrasen su cabeza y la velocidad de su pensamiento...Realmente tienes que hacer las conexiones in-creíblemente rápido. Él va un paso por delantede la audiencia, y de los que están a su alrededorcon inteligencia normal. Ellos no pueden enten-der muy bien a dónde lo lleva su mente”. Sherlockdio a conocer a Benedict Cumberbatch al mundoentero. Antes de la serie, este actor de teatro solohabía actuado en papeles secundarios (Expiación,deseo y pecado, Amazing grace), y después pudolucirse con los directores más destacados: conSpielberg en Caballo de guerra, con McQueen en12 años esclavo y con Peter Jackson en El hobbit,donde presta su voz al Nigromante.

Para completar el dueto más famoso de la lite-ratura policiaca, los productores eligieron a Mar-tin Freeman en el papel del doctor Watson. Elamigo, cronista y compañero de departamento deSherlock es alguien de confianza, que, si bien notiene su inteligencia, está lejos de ser tonto. El ori-ginal regresaba de la Segunda Guerra Anglo-afgana, mientras que el moderno vuelve del ac-tual conflicto en ese mismo país. Como Sherlock,Watson es adicto a las aventuras y al peligro; porlo tanto, por muy mal que lo trate, sigue siendo su

fiel acompañante. Martin Freeman, que se hizofamoso en Inglaterra con su papel en The office yen el mundo entero gracias a su interpretacióndel hobbit Bilbo Bolsón, ganó los premios BAFTAy Emmy de mejor actor de reparto por suimpecable interpretación de John Watson.

Sherlock cuenta con tres temporadas de trescapítulos de hora y media, que se pueden ver deforma independiente, ya que cada una retoma,de manera libre, una historia original de ArthurConan Doyle. El piloto Estudio en rosa se inspiraen el Estudio en escarlata, y el episodio Escán-dalo en Belgravia, en el Escándalo en Bohemia.La cuarta temporada se encuentra actualmenteen producción. Los creadores Steven Moffat yMark Gatiss, también guionistas de la serie Doc-tor Who, mezclan a la perfección misterio,thriller y acción para ofrecer tramas fluidas, conun ritmo ameno y una estética visual elaborada.No sorprende entonces el presupuesto del pri-mer episodio de 800 mil libras esterlinas, o sea17 millones de nuestros pesos.

En lo particular no soy fanático de las inves-tigaciones policiacas ni del cine de aventuras,sin embargo, lo que me hizo disfrutar plenamentede la serie fueron sus sutiles e ingeniosos diálo-gos, llenos de wit, ese tipo de humor típicamentebritánico que designa una aptitud natural parausar palabras e ideas en una forma concisa e in-ventiva para crear humor. Sherlock: “¡Dios mío!¿Cómo es dentro de sus pequeños cerebros ra-ros? Debe ser tan aburrido”. Watson: “¿Por quéno lo he pensado antes?”. Sherlock: “Porque esun idiota… (Watson se ofende) No se ponga así.Prácticamente todo el mundo lo es”. Sherlock aAnderson: “No hable en voz alta. Está rebajandoel cociente intelectual de toda la calle”. Estasréplicas nos muestran lo divertido que puede serun personaje tan despreciable. Ver Sherlock eselemental, mis queridos lectores.

Diversas escenas de la serie protagonizada por Martin Freeman y Benedict Cumberbatch como Watson y Holmes.