lección 1 curso del carisma misionero franciscano

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Curso franciscano

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  • Curso Bsicosobre elCarisma

    MisioneroFranciscano

    Cristianismo: Religin de la Encarnacin

    Leccin 1

  • Curso Bsicosobre elCarisma

    MisioneroFranciscano

    Cristianismo: Religin de la Encarnacin

    Leccin 1

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    ndice

    ristianismo: Religin de la Encarnacin

    Texto tomado de las Fuentes:Cmo celebraba Francisco la Navidad

    A. Introduccin

    B. Sumario

    C. Desarrollo

    1. Aceptar el desafo

    2. La secularidad de la vocacin franciscana2.1. Qu se entiende por secular?2.2. El mundo como convento2.3. La alienacin de la vocacin franciscana2.4. La devocin de la Navidad del Seor en San Francisco y Santa Clara2.5. La perspectiva de la Orden Seglar2.6. La tarea misionera

    3. La Evangelizacin3.1. El movimiento franciscano como vanguardia

    D. Ejercicios

    E. Aplicaciones

    F. Bibliografa e Ilustraciones

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    De las Fuentes

    mo celebraba Francisco la Navidad

    Ocurri en diciembre de 1223. Francisco se encontraba de nuevo en una ermita enlas cercanas de Greccio - un pueblecito del valle de Rieti. De repente se le ocurriuna idea: Qu pasara - pens - si pudiera contemplar con mis propios ojos cunpequeo y pobre quiso ser Dios? Qu sucedera si pudiera tocar con mis propiasmanos la miseria en que vino Dios al mundo? Yo quisiera recordar al nio que nacien Beln, las estrecheces que tuvo que vivir, cmo fue reclinado en una pesebrera ymirar con mis propios ojos cmo fue puesto en las pajas del pesebre en medio delbuey y el asno. Quisiera inclinarme con todo mi ser sobre la escandalosa pobrezaque Jess asumi en su nacimiento en un pesebre.

    Pero Francisco no era un soador, senta que tena que poner manos a la obra. Poreso, un cierto da, convid a una pareja de campesinos a entrar con l en una cueva;pidi que trajeran un buey y un asno y que prepararan un pesebre con paja; pero,ante todo, que viniera mucha gente: invit a muchas personas, grandes y pequeos,todos los que pudieran acudir. Y entonces Francisco vio cmo Dios se hace pequeo;palp la miseria de Dios, oli su presencia entre los animales y se inclin ante el Diospobre. Enton luego con todos los presentes la cancin del rostro humano de Dios(segn 1 Cel 84).

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    Introduccin A.

    l Servicio de la Iglesia y el Mundo

    Francisco y Clara de Ass lideraron un movimiento que en la Iglesia y en el mundo dehoy sigue teniendo una misin que cumplir. En qu consiste la misin propia ypeculiar del movimiento franciscano? Qu lugar ocupa en la Iglesia? Quimportancia reviste para el mundo, y viceversa: qu significado tiene el mundo parael movimiento franciscano? (ver L 2).El franciscanismo debe encontrar respuesta a estas preguntas. En este contexto,debemos tener en cuenta que el presente curso constituye el resultado de lacolaboracin estrecha de hermanas y hermanos en todo el mundo, que viven y sirven,lo mismo en Asia que en Africa, en las dos Amricas y en Europa. En ninguna partevivimos ni trabajamos aisladamente. No somos los nicos que se empean en situarsede una manera nueva, tanto en la Iglesia como en la sociedad. En todas partes sentimoslos mismos desafos y enfrentamos las mismas preguntas. En esta forma estaremosdispuestos para servir a la Iglesia y al mundo como la gran Familia Franciscanapresente en muchas expresiones.En nuestra condicin de familia representamos una fuerza importante. Por este motivotenemos que dejar de mirarnos como insignificantes! Debemos dejar el prurito derebajarnos! Es el propio Jess quien nos lo recuerda: Ustedes son la luz de estemundo! - Ustedes son la sal de la tierra! - Ustedes son la ciudad situada sobre uncerro! (Mt 5, 13-16). Por eso, tenemos un mensaje que comunicar; tenemos un pro-yecto de vida que deseamos ofrecer y compartir con los dems, pues sabemos que sonmuchos los que lo buscan.Francisco y Clara de Ass nos han mostrado con sus vidas un estilo y una forma muyespecial de vivir la fe en Jesucristo. Una fe que quiere humanizar a los hombres yhacer ms habitable nuestro mundo.Siguiendo el ejemplo de Francisco y Clara, tambin nosotros queremos dar testimoniode un Dios que se entromete en la vida del mundo, que interviene en nuestra vida.Apuntamos hacia un misterio que est continuamente presente en medio de nosotros:el misterio de un Dios que quiere liberarnos de toda forma de opresin y esclavitud.Somos as, testigos y representantes de una religin de la encarnacin.

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    Sumario B.

    ecularidad de la vocacin franciscana

    En esta primera leccin presentaremos la religin de la encarnacin, que queremosvivir y atestiguar, como Familia Franciscana, sin tener en cuenta a qu rama ocomunidad pertenecemos.Para no repetir siempre los mismos principios y no dar siempre las mismas socorridasrespuestas, recurrimos ahora a algunos pensadores calificados que no han sidomiembros de nuestra Familia Franciscana. Tales testigos imparciales, a menudo mirannuestros orgenes de una manera ms desprevenida y con menos prejuicios quenosotros mismos.Con esta nueva ptica, vamos ahora a centrar nuestra atencin en la secularidad dela vocacin franciscana. Para ello, tenemos que precisar el significado del trminosecular. Bien sabemos que Francisco no pretendi instalarse en lugaresdeterminados, sino que consideraba el mundo, en toda su extensin, como suconvento. Y vamos luego a comprobar que las tres Ordenes Franciscanas notardaron en alejarse de sus orgenes (ver L 2). Esto se pone de manifiesto, por ejemplo,en la devocin que San Francisco y Santa Clara sintieron por la fiesta de la Navidad.No solamente la Primera y la Segunda Orden, sino tambin la Orden Seglar se sitanen esta perspectiva.De all que deberemos revisar el significado de los conceptos misin yevangelizacin.

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    Desarrollo C.

    on nuevos ojos

    No queremos ni podemos conformarnoscon las respuestas tradicionales. Es bienprobable que ya desde el principio de laOrden, las diversas ramas y comunidadesde la Familia Franciscana no hubieranentendido bien a fondo la propuesta queFrancisco y Clara quisieron transmitirles.Tambin nosotros nos hemos apartado delcamino que ellos nos trazaron. Por esovamos ahora a intentar mirarlos con ojosnuevos y a hablar en un nuevo lenguajesobre nuestra misin.

    ceptar el desafo 1.

    Vamos a acudir a personas ajenas a nuestra Orden, para que ellos nos digan quinesfueron - a su parecer - Francisco y Clara, y lo que ambos han significado para elmundo.El pensador francs Ernesto Renn (1823-1892) estaba convencido de que haba tresmomentos decisivos en la historia de la humanidad: el nacimiento del Cristianismo, laRevolucin Francesa y el Movimiento Franciscano en el siglo XIII. Paul Sabatier,estudioso e investigador protestante, a quien como Familia Franciscana tenemosmucho que agradecerle, nos refiere lo que Renn le manifest al respecto:Al comienzo de mi trabajo, soaba con el proyecto de consagrar toda mi vida al

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    estudio de tres pocas histricas - benditos sean los sueos de la juventud! - Talesperodos son: el origen del Cristianismo, vinculado a la historia de Israel, la RevolucinFrancesa, y la maravillosa renovacin religiosa emprendida por Francisco de Ass.Desafortunadamente, slo he logrado realizar el primer punto de mi proyecto.Dicho sto, Renn se volvi hacia un joven que pareca rebosar de salud, pero quepoco despus muri a causa del exceso de trabajo. Dirigise al muchacho y le dijo:seor Leblond, usted ser el encargado de reconstruir la historia religiosa de laRevolucin. Luego, se volvi a otro seor - el propio Paul Sabatier - puso su manosobre su hombro para que no se le escapara, y le dijo: Usted ser el historiadorserfico! Cmo lo envidio! Francisco siempre ha sonredo a sus historiadores. Elproceso que l desencaden y las consecuencias que dicho proceso ha tenido en lossiglos posteriores jams han sido suficientemente destacados y comprendidos.El fue quien salv a la Iglesia del siglo XIII y su espritu permanece sorpren-dentemente lleno de vida. Tenemos necesidad de ese espritu. Si as lo deseamosrealmente, l volver.Efectivamente, Paul Sabatier lleg a ser uno de los ms importantes investigadores denuestra historia franciscana. A partir de sus escritos, la propuesta de Francisco es comoun aguijn clavado en la carne de la Familia Franciscana, e incluso en la carne de todala sociedad. No es puramente casual el hecho de que continuamente se siganpublicando obras sobre la vida y el movimiento de Francisco.Sin embargo, debemos preguntarnos si por ello hoy en da sabemos realmente mssobre l. Hemos comprendido en realidad lo que Francisco y Clara nos han queridodecir? Acaso no deberamos dejarnos fascinar siempre de nuevo por su sonrisa?Para citar otro ejemplo, qu pensaba Voltaire - el espritu revolucionario de Francia -acerca de su patrono, Francisco? En todo el mundo y hasta nuestros das se haconsiderado a Voltaire un ateo convicto por haberse distanciado de la forma tradicionaldel Cristianismo vivido en su poca. Con todo, l celebraba cada ao el 4 de octubrecomo la fiesta de su onomstico, y se senta muy a gusto en el convento capuchino deGex y los mismos hermanos a su vez, lo sentan como uno de ellos. No sera esto unsigno de que Voltaire se senta atrado por una forma distinta de vivir su fe cristiana,precisamente la forma y el estilo que Francisco y Clara haban vivido y propuesto?La forma de vida a que nos referimos aparece muy bien descrita en una de las msrecientes obras publicadas sobre Francisco. Entre otras observaciones interesantes seconsigna all la siguiente:Es particularmente gracias a las mociones, visiones y utopas de un mundo nuevo ypacfico, referidas a la salvacin del mundo, como el franciscanismo conserva supermanente actualidad, no solamente para los cristianos, sino tambin para todasaquellas personas para quienes el destino del mundo y su propia muerte individualno les resultan cuestiones indiferentes o sin inters (Feld 7).

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    Escuchemos ahora a otro testigo, el publicista alemn Walter Dirks, quien despus dela II Guerra Mundial indagaba por una fuerza capaz de contribuir a la tarea de recons-truccin del orden social, y fue as como se encontr con la Tercera Orden Seglarfundada por San Francisco:Desde el principio - muy exageradamente - la Orden Tercera fue vista como unaOrden cerrada en s misma, afectada de un fuerte espiritualismo, como si no fuerams que una especie de fraternidad piadosa. Lo ms probable es que San Franciscono haya tenido ninguna responsabilidad en este equvoco. En realidad, la OrdenTercera deba haber llegado a ser un movimiento capaz de renovar el mundo.La vida monstica, en su forma especficamente franciscana, representada en laPrimera y Segunda Orden, apuntaba directamente a los nuevos ricos, as como SanBenito pona su mira en los poderosos de su poca a travs de comunidades fraternasde trabajo. En consecuencia, bien pudiera afirmarse que la misin histrica especficade Francisco se concentr en la formacin de la Orden Seglar. El objetivo a queapuntaba originalmente la Orden Tercera no era volver piadosos a los pobres, oamantes de la pobreza; como tampoco intentaba hacer piadosos a los ricos,encerrndolos en un sistema de oraciones para que pudieran redimir sus almas. Lafinalidad de la Orden Tercera, por el contrario, consista en lograr que los ricos fue-ran ricos de una manera cristiana. Con todo, cabe la pregunta: ser realmenteposible que un rico se dedique en cuerpo y alma a sus tareas en el mundo, y puedaal mismo tiempo seguir siendo un buen cristiano o, mejor an, convertirse en unsanto? Esta es la gran pregunta a la que la Orden Seglar debe dar respuesta. Es lapregunta caracterstica de este siglo, el perodo de incubacin del Capitalismo.Originalmente, la Orden Tercera fue ideada como una sencilla fraternidad cristiana,regida por un mnimo de reglas elementales, y que deba cumplir su misin religiosaen medio del mundo secular: en los negocios y quehaceres de los hermanos, en susmatrimonios y en su vida de familia, en sus corporaciones, en la poltica quepracticaban en sus concejos municipales. Su tarea consistira en construir la sociedadburguesa dentro del mbito de la Iglesia.Los ciudadanos deban hacer del tiempo moderno una poca cristiana, convertir lahistoria profana y espiritual de esa poca en un captulo de la Historia de la Salvacinde toda la humanidad. Esta Orden Tercera ideal tendra que haber sido la razn deser de la Primera y la Segunda Orden. Por consiguiente, la Orden Tercera deba habercambiado la direccin de la historia del mundo de una manera significativa. En esaforma habra correspondido a la idea de Dios sobre el mundo moderno. Francisco,por lo menos, as lo entendi. Mostr su desprecio por el dinero, al vislumbrar muylcidamente que el dinero - este dolo, fetiche del siglo burgus - con el paso deltiempo vendra a suplantar al Dios crucificado y resucitado. Francisco se puso en labrecha frente a un enemigo peligroso: su Orden Tercera, fortalecida por la oracin,

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    por la fraternidad y por la triple inmolacin ofrecida por la Primera y la SegundaOrden a travs de los votos religiosos, estaba llamada a enfrentar cristianamente aldinero y al dominio que ste de seguro vendra a cobrar.Este proyecto no tuvo xito y en este sentido, Francisco histricamente fracas, aligual que San Benito. En la misma medida en que la prctica burguesa se fuesecularizando, la vida religiosa se fue espiritualizando.Cuando ya los poderosos y ricos no sintieron la necesidad de redimir sus almas pormedio del dinero, cuando su emancipacin se torn autosuficiente y presuntuosa, yse haban desprendido del cascarn de su pasado signado por la Iglesia Cristiana,cuando los ricos y poderosos dejaron de tributar a la Iglesia o se limitaban a hacerdonaciones por puro humanismo, la Orden Seglar se contrajo, quedando reducidasimplemente a una fraternidad piadosa de gente sencilla.Cuando su misin original consista en poner su impronta en la historia de varios siglos,slo consigui verse convertida en una sencilla asociacin de personas devotas.Este fracaso pone de presente que tambin el Cristianismo fracas en la EdadModerna (Dirks, pgs. 177-181, texto abreviado).En diversos sentidos, este texto constituye un desafo para quienes reivindican para sla herencia de Francisco y Clara:

    De acuerdo con lo dicho hasta ahora, la Orden Seglar signific la verdaderarazn de la vida de Francisco. Su misin especfica consista en la santificacin delmundo, en la penetracin de los sectores seculares por el Espritu Santo. Segn eljuicio de Dirks, la Primera y la Segunda Orden tenan su nica razn de ser en ofrecersu apoyo a la Orden Seglar para que pudiera desenvolverse a plenitud. La mira noestaba puesta en la renuncia al matrimonio, al dinero y al poder - como lo exigen lasOrdenes monsticas - sino justamente a la inversa, el propsito era dar al dinero su usoapropiado y correcto, imponindole su justa distribucin en el mundo; se trataba debuscar el cuo cristiano que deba darse al comercio, a la poltica, al matrimonio, parala construccin de la ciudad terrena ...

    En su lugar, Dirks nos hace ver cmo la Orden Seglar termin por reducirsesimplemente a una asociacin piadosa, por lo que no representa en manera algunael papel que deba representar y ms bien recae sobre ella de alguna manera laacusacin de complicidad con el atesmo del mundo actual.

    Segn el pensamiento de Dirks, tambin la Primera y la Segunda Ordenextraviaron su camino. Al igual que el Cristianismo, el movimiento franciscano engeneral signific asimismo un fracaso histrico.Frente a afirmaciones tan tajantes tenemos que precavernos de reaccionardefensivamente, porque correramos el riesgo de desconocer y escamotear el desafoque se nos plantea. Volvamos ms bien a mirar la historia de Francisco y Clara desdeesta nueva ptica. En esta forma quizs podamos reencontrar nuestra misin original.

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    a secularidadde la vocacin franciscana 2.

    Vista de cerca, la vocacin franciscana aparece realmente como una vocacinenteramente secular. Y no nicamente la Tercera Orden Secular (OSF = OrdoSaecularis Franciscanus) es secular, sino que lo son tambin la Primera y la Segunda,si reparamos en sus orgenes.

    Qu se entiende por secular? 2.1.

    Antes de continuar en esta bsqueda, debemos hacer la mayor claridad posible sobre eltrmino secular. Desde luego, secular en este sentido no tiene nada que ver conateo ni con antirreligioso (cf. Leccin 14); precisamente significa todo lo contrario.Quiere decir que no es posible encontrar a Dios ms que en el mundo secular, en todaslas cosas de este mundo, como bien lo dijo Ignacio de Loyola: es decir, en las personashumanas, con sus preocupaciones y necesidades, sus alegras y esperanzas, en losanimales, en las plantas y en las piedras, en las situaciones concretas y en los problemasy asuntos de la sociedad, en los acontecimientos y en las experiencias de la historia.Entonces, el hombre religioso no tiene que irse al desierto, ni subir a lo alto de unamontaa a encerrarse en su universo interior (sin que, por lo dems, nada ni nadie se loimpida!), para poder buscar a Dios. Nadie tiene que abandonar el mundo para encontrara Dios. Esto es lo que nos ensea la Biblia, con cuya doctrina estamos comprometidos.En la historia de la Iglesia no es difcil detectar otra influencia fuerte: la realidad estconstituida por dos partes: el mundo, visto como algo inferior o incluso pernicioso,y el espritu, que se considera como algo de mayor valor y hasta lo nico realmentevalioso y bueno.Vistas as las cosas, la nica preocupacin importante consistira en ocuparseexclusivamente en las cosas espirituales, mortificando los sentidos, y despertando lasfuerzas del espritu, huyendo del mundo, para poder entregarse por entero a Dios. Estamentalidad produce contraposiciones irreconciliables (= dualismo). Los ascetas de losprimeros tiempos del Cristianismo abandonaban las ciudades para refugiarse en eldesierto. Sus seguidores buscaban vivir una vida religiosa mediante la renuncia a suspropiedades (= pobreza), a su propia voluntad (= obediencia) y al disfrute de lasexualidad (= virginidad). Sin duda, estas tres expresiones en que cristaliza la vidacristiana contienen muchos elementos positivos y valiosos. Y por tal razn, implican paranumerosos cristianos hasta el da de hoy motivaciones y perspectivas fundamentales, que

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    conservan toda su validez. No obstante, originalmente estaban penetradas de un espritudualista, fuertemente marcado por el desprecio del mundo.El dualismo posee races ajenas al Cristianismo, razn por la cual no puede constituirun lema (Leitmotiv) de la vida franciscana. El mundo que existe es creacin de Dios,lugar donde se manifiesta y resplandece la gloria de Dios. Si bien es cierto que Dioshabita en el corazn de la persona, obra y se manifiesta principalmente en la historiade los pueblos. Se dej ver de Moiss en la zarza ardiente para destinarlo a unaactuacin en la historia de la salvacin: le confi la misin de conducir a su pueblo deuna situacin de opresin y esclavitud a una vida de libertad. Dios est presente en losprocesos de liberacin de los pueblos y en el compromiso por alcanzar la justicia y lapaz. Dios se hizo hombre (Jn 1) y quiere permanecer en el mundo hasta el fin de lostiempos (Mt 28,20). Quien se decida a seguirlo, deber seguirlo en el mundo.

    El mundo como convento 2.2.

    A primera vista, Francisco y Clara parecentambin estar marcados por aquel espritudualista. Ayunan y se mortifican, se mues-tran duros con su hermano asno, sucuerpo, con una dureza tal que hoy nosresulta casi incomprensible. Ambosabandonaron el mundo. Franciscoemple esta expresin para decir que elbeso dado al leproso signific el cambioradical que se produjo en su vida. Contodo, este paso radical no lo convierte enun ser ajeno al mundo, sino todo locontrario.

    Conviene que recordemos el pasaje en el que el propio Francisco describe suconversin: El Seor me dio de esta manera, a m el hermano Francisco, el comenzara hacer penitencia; en efecto, como estaba en pecados, me pareca muy amargo verleprosos. Y el Seor mismo me condujo en medio de ellos, y practiqu con ellos lamisericordia. Y, al separarme de los mismos, aquello que me pareca amargo, se metorn en dulzura de alma y cuerpo; y, despus de esto, permanec un poco de tiempoy sal del siglo (Test 1).

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    En primer lugar, debemos resaltar el hecho de que Francisco descubre a Dios en elmundo, en el abrazo de un pobre excluido, despreciado y miserable, en bruscochoque con la miseria social, que se le presenta en la persona de un leproso. Lo quesignifica que Francisco rompe con un cierto tipo de mundo, el mundo marcado porla exclusin y la crueldad, que seguir como tal produciendo siempre nuevosleprosos. Y luego entra en otro mundo: un mundo marcado por la misericordia querescata al leproso y lo pone en el centro de la sociedad. Francisco aspira a un mundoque elimine todas las formas de marginacin y que permita vivir la experiencia deDios, tal como ocurre en un autntico encuentro, en un abrazo, en un beso.Francisco, por tanto, no abandona el mundo, ya que lo entiende como el lugaradecuado para la nueva forma de vida que ha adoptado; as lo comprueba, porejemplo, la nueva ley que propone a su fraternidad: Cuando los hermanos van por elmundo deben obrar segn el espritu del Evangelio (1Rg 14). Francisco mira a sufraternidad como una comunidad en marcha, que no deba asentarse definitivamenteen ningn lugar, ni en las montaas ni en los valles, que slo deba hacer algunaparada para tomar reposo y reemprender con nuevas fuerzas su camino.En una leyenda maravillosa, escrita a mediados del siglo XIII por un franciscanoannimo, llamada la Alianza de San Francisco con la Dama Pobreza (Sacrumcommercium) la Dama Pobreza suplic a los hermanos que le mostraran su claustro.Ellos la condujeron a un monte, le mostraron toda la regin que se poda abarcar conla vista, y le dijeron: Este es, Seora, nuestro convento!(Com.63). El ms famosopoema escrito por San Francisco - el Cntico del Hermano Sol - no es, en realidad,ms que una transposicin casi litrgica - en forma de himno - de una espiritualidadprofundamente secular.

    Por todo lo dicho, bien valdra la pena que intentramos leer todos los otros escritosde Francisco en esta clave secular. Comparemos, por ejemplo, la Regla no buladacon la Carta a todos los fieles. La Regla no bulada constituye el fundamento de laPrimera Orden, as como la Carta a todos los fieles es la base de la Orden Seglar. Engeneral, son pocos los pasajes de la Regla que no pudieran indistintamente apareceren la Carta, y viceversa. Por lo dems, muchas expresiones son casi idnticas. Esto nosobliga a concluir que tanto la Primera como la Tercera Orden, y muy probablementetambin la Segunda Orden, conservan la misma dinmica espiritual: debemos buscar,encontrar y dar testimonio de Dios en el mundo. En otras palabras, nuestra misin noconsiste ms que en ser testigos de Dios en el mundo.

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    La enajenacin de la vocacin franciscana 2.3.

    El carcter secular de la vocacin franciscana no pudo mantenerse por mucho tiempo.Muy tempranamente surgieron corrientes opuestas que lograron hacer retroceder elmovimiento hacia los caminos tradicionales.

    Tenemos, por ejemplo, la inclusin de los tres consejos evanglicos en la Reglano bulada. Poco antes de que se escribiera esta Regla, la Iglesia haba reducido la vidareligiosa a la prctica de los as llamados consejos evanglicos. La Curia papal estabatan fascinada con ellos que insisti en incluirlos tambin en la Regla franciscana. Pero fueslo unos cincuenta aos despus, en la redaccin definitiva de la Regla franciscana,cuando la pobreza, la obediencia y la virginidad, conjunto que recibi el nombre deconsejos evanglicos cobr una importancia absolutamente central, hasta llegar a sertenidos como elementos esenciales y cons-titutivos de toda comunidad religiosa. Por suparte, los dos grandes telogos, el franciscano San Buenaventura y el dominico Santo

    Toms de Aquino cumplieron un papeldeterminante en la elaboracin de lateologa de los consejos evanglicos. Sindesconocer que dicha teologa se inscribeen lo mejor de la reflexin de la Iglesia entorno a esta forma de vida cristiana, no sepuede pasar por alto, con todo, que de estamanera lo especfico de cada espiritualidadqueda relegado a un segundo plano. Y as,en lugar de testimoniar la secularidad de lavocacin franciscana, muy tempranamentelos propios franciscanos comenzaron aacentuar su distanciamiento del mundo, enatencin a los consejos evanglicos. Laposibilidad de entender los consejosevanglicos en una clave secularconstituye una intuicin que resurge apenasen nuestra poca. En los siglos pasados losconsejos constituan precisamente el muroque separaba a la Primera y Segunda Ordende la Orden Seglar.

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    Muy pronto, el muro del claustro comenz a ser parte de la Orden Franciscana.En lugar de vivir en lugares transitorios, como lo haba querido Francisco, lascomunidades franciscanas comenzaron a vivir en conventos, edificios slidos queparecan autnticas fortalezas. Su separacin del mundo, o de la gente del mundo, sefue haciendo absoluta. El claustro se convirti en algo inexpugnable, particularmentepara las hermanas Clarisas. Pero se tienen suficientes indicios que comprueban que estaevolucin obedeci a presiones provenientes de la Iglesia jerrquica. En particular, laSegunda Orden tuvo que atenerse a la Regla escrita por el Cardenal Hugolino, futuroPapa Gregorio IX, Regla que dedicaba ms de la mitad a instrucciones relacionadas conla clausura. Tanto la Primera como la Segunda Orden se vieron adaptadas al tenor de lavida monstica conocida hasta entonces. Pero podemos afirmar con seguridad que noeran esas las intenciones ni de San Francisco ni de Santa Clara.

    A la imposicin de la vida claustral sigui la clericalizacin de la Primera Orden.Por su espiritualidad, Francisco es un laico, aunque pertenece a la jerarqua eclesisticaen su condicin de dicono. Quiso que sus hermanos - como simples laicos - formaranparte de la base de la Iglesia (cf. 2C 148), an cuando cumplieran misiones especiales.Deban vivir la radicalidad del Evangelio en medio del pueblo: vivir la pobreza con lospobres, vivir la fraternidad en comunidades concretas, anunciar la presencia de Dios enlas circunstancias comunes y corrientes de cada da y sentirse unidos a todos los creyentesque deseen formar la Iglesia de Jesucristo en todo el mundo.

    Con el ingreso de los primeros sacerdotes, como el hermano Pedro Catneo,comenz a romperse el esquema de vida. La admisin de clrigos tom su propiadinmica y fue dando otra fisonoma a la comunidad; al multiplicarse su nmero lossacerdotes se fueron imponiendo en todos los niveles de la vida franciscana. Franciscono ocult su contrariedad frente a esta evolucin, pero a poco de su muerte, algunosde los hermanos fueron consagrados como obispos y llegaron incluso a ser elegidoscomo Sumos Pontfices. As se lleg a una completa des-secularizacin, en contravade la intencin original de Francisco. Sin duda, Francisco nunca pudo prever estedesarrollo. Por el contrario, l crea que los sacerdotes que ingresaran a la fraternidadestaran dispuestos a someterse a este espritu de completa dedicacin a lo secular,que l haba descubierto y vivido. La dinmica de nuestro tiempo permite abrigar laposibilidad de redescubrir la intencin original de Francisco.

    De la misma manera, la Orden Seglar se fue alejando cada vez ms del mundosecular. En aquellos lugares en donde lleg a conformar comunidades establescomenz tambin a erigir muros y clausuras.

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    Y algunos hermanos de la Orden Seglar que seguan viviendo en el mundo levantabanuna especie de clausura en sus corazones. Se reunan en asociaciones piadosas sinmayor influencia en la sociedad. En muchas partes del mundo la Orden Seglar sigueprofundamente dominada por este esquema. Con todo, a pesar de sus prcticaspenitenciales - o a lo mejor, precisamente a causa de ellas - dado que se trataba de unaOrden de penitencia, los Seglares franciscanos han alcanzado algunos efectos sociales,como el rechazo al servicio militar y su consecuente resistencia a los sistemas polticosvigentes.

    Estas pocas indicaciones deberan bastar para justificar la exigencia de volver a nues-tros orgenes. Empemonos en rescatar, como Familia Franciscana, nuestra originalespiritualidad secular, ya que ella sigue siendo, por encima de todas nuestrasdiferencias, nuestro vnculo de unidad y nuestra carta de identidad.

    La devocin a la Navidad del Seor 2.4.en San Francisco y en Santa Clara

    Para redescubrir nuestro espritu secular debemos preguntarnos por la razn quellev a Francisco a considerar la Navidad como la fiesta de las fiestas (2C 199).

    Muchos telogos juzgan que esta afirmacin es toda una aberracin de la piedadpopular. Para ellos, la Pascua (desde el Viernes Santo hasta Pentecosts) constituye elclmax del ao litrgico. Y desafortunadamente en muchos lugares, la Fiesta deNavidad no es ms que un acontecimiento folklrico y sentimental, sin compromisoninguno, un cierto escape de la realidad hacia un mundo armonioso y tierno, que nadatiene que ver con la realidad de la vida del pueblo.

    Sin embargo, la Navidad puede verse desde otro ngulo. El telogo franciscano DunsScoto parte de la teologa del amor de Dios. Dios es el amor en un grado tal que no sepuede pensar en El como soledad o unicidad. Por eso Dios no es el ser que existe pors y para s mismo como lo expresaron algunos filsofos. Dios es, por el contrario, totaldonacin, entrega absoluta, y por eso quiere un mundo en el que todas las criaturassepan amarse a s mismas y a las dems, un mundo interdependiente, como una red,una realidad definida por sus relaciones mutuas y no por cualquier clase de limitacioneso separaciones. Por este motivo, Dios mismo se hace presente en una formasorprendente e inigualable, en un hombre, Jess de Nazareth. Por El, Dios quiere amara todo el mundo y ser amado por todos. Todos deben reconocer dnde est su centro,para poder crecer continuamente en la unidad del amor. Es esta la razn por la cual

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    Francisco celebra la aparicin de Dios en el mundo. Para l, Dios es la encarnacin dela humildad, aquel que se da a conocer en las cosas ms insignificantes: en un nio quenace en un establo, en medio de los desamparados que no tienen refugio ni hogar, quesufren pobreza y miseria, en todas las situaciones de necesidad apremiante, resultantesde una economa y una poltica que ven como algo natural la existencia de refugiadosy exiliados, de pobres y leprosos, como efectos secundarios e inevitables. Dios nosinvita a buscarlo entre los pobres, en medio de las criaturas hambrientas y afligidas, entrelos seres humanos y los animales. Es esta visin la que lleva a Francisco a pedir alEmperador y a todos los gobernantes de los pueblos de todo el mundo a dictar leyesque reconozcan esta realidad. Para l, la fiesta de Navidad debe dar el impulso parapoder vencer la pobreza y el hambre o, en otras palabras, constituye el fundamento dela verdadera humanizacin del hombre. La Navidad se proyecta en la Eucarista: Diosse humilla todos los das, y se deja sentir de todos al entrar en un simple pedazo depan, compartido por los que creen en l (Adm 1); su deseo es que los hombres vuelvana reunirse diariamente en torno a su presencia; nadie debe aferrarse a sus interesesegostas, nadie debe encerrarse en el refugio de sus conveniencias, todos debemos salirde nuestros rincones y reencontrarnos nuevamente con los dems y con todo el mundo:el mar, los campos, la tierra y el cielo, todo ha de reconciliarse y llenarse de nueva vida(7Ct) y as la sagrada comunin (Pn) que hay en el cielo se har visible y reconocibleaqu en la tierra.

    La Navidad significa un vuelco diario de los valores y una transformacin radical delcomportamiento de los hombres: lo que parece pequeo e insignificante tiene que versecomo grande e importante, y lo que se tiene por importante y valioso, ha de verse comocosa sin mayor valor. Dios no piensa como los hombres. Para El, los leprosos estn enel centro, y los poderosos deben cederles su sitio. La Familia Franciscana est llamada aproponer al mundo la revolucin celebrada y cantada por Mara en su Magnficat.As es como Dios se une indisolublemente al mundo. Y slo aquellos que siguen lashuellas de Dios, asumiendo el mundo para transformar todo en bien, estn de parte deDios. En este sentido, la Cruz y la Resurreccin significan la concretizacin, laculminacin y la consecuencia de esta actitud de Dios. Para todos aquellos que creeny dan fe de esta Religin de la Encarnacin, Dios se convierte en la fuerza histricaque transforma la realidad.

    Francisco define en una de sus cartas a los creyentes como madres de Dios.Tambin nosotros podemos, lo mismo que Mara, concebir a Dios, llevarlo en nues-tro corazn y darlo a luz por medio de nuestras buenas obras. Podemos contribuir pornuestra parte a hacer presente y visible a Dios en el mundo de tal manera que todoslo puedan experimentar (cf. 4Cta-b, 53).

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    Clara de Ass testimonia tambin a su manera el misterio de la Encarnacin deDios. Ella se apropia de esta experiencia mstica de su amigo Francisco y la profundiza,hasta alcanzar en su experiencia interior un punto culminante, cuando escribe a suamiga Ins de Praga:

    ... y ama totalmente a quien totalmente se entreg por tu amor; a Aquel cuyahermosura admiran el sol y la luna, cuyos premios no tienen lmite, ni por su nmeroni por su preciosidad ni por su grandeza; a Aquel - te digo - Hijo del Altsimo, dadoa luz por la Virgen, la cual permaneci virgen despus del parto. Adhirete a suMadre dulcsima, que engendr un tal Hijo: los cielos no lo podan contener, y ella,sin embargo, lo llev en el pequeo claustro de su vientre sagrado, y lo form en suseno de doncella (3 Cta Cl 3).El que es infinitamente grande se hace limitado, el inalcanzable se hace cercano ytangible. Clara retoma aqu y se inspira en un antiguo himno que canta a Mara:

    Quem terra, pontus, aethera,Colunt, adorant, praedicant,Trinam regentem machinamClaustrum Mariae bajulat

    Aquel a quien la tierra, el mar y el airecelebran, adoran y proclaman,Aquel, Seor de todos los mundosen el vientre de Mara se aloj

    Detengmonos un poco en estepensamiento de la libre decisin de Dios dehacerse limitado, ya que l constituye unelemento absolutamente central en la fecristiana. La misma creacin ya es un actode limitacin: Dios se aparta, se limita paradar espacio a las criaturas, para quepudieran tener una historia propia, para quelos hombres pudieran vivir su libertad.Cuando Dios se revela, se somete a supropia creacin, se pone en manos de loshombres, se torna cercano, hacindosepresente en todo aquello que ya no es Dios.

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    Clara lleva este pensamiento hasta sus ltimas consecuencias:

    Pues es clarsimo que, por la gracia de Dios, la ms noble de sus criaturas, el almadel hombre fiel, es mayor que el cielo: los cielos, con las dems criaturas, no puedenabarcar a su Creador: pero el alma fiel - y sola ella - viene a ser su morada y asiento, y se hace tan slo en virtud de la caridad, de la que carecen los impos. Aslo afirma la misma Verdad: Quien me ama, ser amado por mi Padre, y yo lo amar,y vendremos a l, y moraremos en l (Jn 14,23) (3Cta Cl 4).

    Lo que se dio en Mara en una forma biolgica e histrica, sigue siendo una posibilidadreal en el nivel mstico-espiritual para todo cristiano que tenga realmente fe: laconciencia de la cercana de Dios, la encarnacin de Dios, la presencia y experienciade Dios en el hombre y entre los hombres. En este sentido, Clara escriba a Ins:La gloriosa Virgen de las vrgenes lo llev materialmente; t, siguiendo sus huellas,principalmente las de la humildad y la pobreza, puedes llevarlo espiritualmentesiempre, fuera de toda duda, en tu cuerpo casto y virginal; de ese modo contienes ent a quien te contiene a t y a los seres todos, y posees en El el bien ms seguro, encomparacin con las dems posesiones, tan pasajeras, de este mundo (3 Cta Cl 4).Podemos as, con toda razn, decir que tambin para Santa Clara el objetivo de laEncarnacin de Dios es el mundo, todo el universo.

    La perspectiva de la Orden Seglar 2.5.

    Francisco comienza su carta dirigida a las hermanas y los hermanos de la Orden Seglarcon esta visin mstica, como si quisiera decir: es sto lo que ustedes, hermanas yhermanos deben propagar en todo el mundo: Dios se ha unido efectiva yprofundamente con la carne de nuestra frgil condicin humana. Por eso ya no existeninguna miseria, ninguna impotencia o debilidad que no tenga que ver con Dios. Lospobres son los primeros y directos destinatarios del amor de Dios. Su amor es un amorilimitado e incondicional; cada eucarista y cada crucifijo es signo y testimonio de esteamor. Esta conciencia debe ser la caracterstica fundamental, tanto de la Orden Seglar,como de las Ordenes Primera y Segunda. A pesar de todas las diferencias que puedanpresentarse entre las distintas Ordenes, la Encarnacin de Dios tiene que ser el vnculodistintivo, su perspectiva ms fascinante. Para comprobar la fuerza de esta afirmacinmiremos atentamente sus palabras:

    Este Verbo del Padre, tan digno, tan santo y glorioso, anuncindolo el altsimo Padredel cielo fue enviado por medio del santo ngel Gabriel, desde el cielo al seno de la

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    santa y gloriosa Virgen Mara, y en l recibi la carne verdadera de nuestra humanidady fragilidad. Y, siendo El sobremanera rico (2 Co 8,9) quiso, junto con la bienaventuradaVirgen, su Madre, escoger en el mundo la pobreza. Y poco antes de la pasin celebr laPascua con sus discpulos, y, tomando el pan, dio las gracias, pronunci la bendicin ylo parti, diciendo: Tomad y comed, esto es mi cuerpo (Mt 26,26). Y, tomando el cliz,dijo: Esta es mi sangre del Nuevo Testamento, que ser derramada por vosotros y portodos para el perdn de los pecados (Mt 26, 27). A continuacin or al Padre, diciendo:Padre, si es posible, que pase de m este cliz. Y sud como gruesas gotas de sangreque corran hasta la tierra (Lc 22,44). Puso, sin embargo, su voluntad en la voluntad delPadre, diciendo: Padre, hgase tu voluntad (Mt 26,42) no se haga como yo quiero, sinocomo quieres t (Mt 26,39). Y la voluntad de su Padre fue que su bendito y gloriosoHijo, a quien nos dio para nosotros y que naci por nuestro bien, se ofreciese a s mismocomo sacrificio y hostia, por medio de su propia sangre, en el altar de la cruz; no paras mismo, por quien todo fue hecho (cf. Jn 1,3), sino por nuestros pecados, dejndonosejemplo para que sigamos sus huellas (cf. 1 Pe 2,21). Y quiere que todos seamos salvospor El y que lo recibamos con un corazn puro y con nuestro cuerpo casto. Pero sonpocos los que quieren recibirlo y ser salvos por El, aunque su yugo es suave, y su cargaligera (cf. Mt 11,30) (2 CtaF 4-15).

    La tarea misionera 2.6.

    Francisco fue el primero entre todos los fundadores de Ordenes religiosas en sealarclaramente en la Regla la tarea misionera como un elemento bsico, no encomendadaprimeramente a los clrigos, sino a los hermanos en general (y podemos suponer quetambin a las hermanas) aunque no sean sacerdotes. Francisco considera lapredicacin de los laicos como la forma original de anunciar el Evangelio entre los sarracenos.Vale la pena comparar la estructura de la predicacin (exhortacin que se confa a losseglares) (1 Rg 21), con el texto de la predicacin destinada a los que seran enviadosoficialmente a los sarracenos (1 Rg 16,6). Ambos textos concuerdan totalmente. En otras palabras, la expresin entre los sarracenos indica que la exhortacin propuestaa los seglares deba hacerse entre culturas extraas y en los lugares de misin - como sedeca anteriormente - o sea, en contextos sociales hasta entonces desconocidos.Tal predicacin buscaba preparar al pueblo para los sacramentos que luego seranadministrados por los sacerdotes, pero la intencin de Francisco era mostrar que ellaconstituye la primera y ms importante tarea de los hermanos menores, y, conseguridad, de todos los hermanos y hermanas, sin tener en cuenta el Orden a quepertenecieran. Esta intencin se hace ms evidente al meditar todo el pasaje de la

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    Regla no bulada, en el que Francisco manifiesta:Los hermanos que van entre los sarracenos y otros infieles, pueden comportarseentre ellos espiritualmente de dos modos. Uno, que no promuevan disputas ycontroversias, sino que se sometan a toda criatura por Dios (1 Pe 2,13) y confiesenque son cristianos. Otro, que cuando les parezca que agrada al Seor, anuncien lapalabra de Dios (1 Rg 16,5ss).Esta forma de entender la misin es absolutamente revolucionaria, an cuando mu-chas comunidades franciscanas hasta el da de hoy apenas lo han reconocido yactuado en consecuencia. Se trata simplemente de estar en medio del pueblo. Noser, acaso, que la misin no es ms que el eco distante de la promesa de Dios: Yosoy el que soy (Ex 3,14)?O, para decirlo en trminos neotestamentarios, la misin no ser simplemente elatestiguar a un Dios que se encarn totalmente al tomar plenamente la condicinhumana? Porque la encarnacin significa la decisin de someterse, de insertarse, de serreconocido por los hombres y de entrar en su cultura y en todo el espacio de la creacin.Se trata de vivir y actuar, de estar presentes, sin el menor espritu de discusin nicontroversia, libres de todo inters de conquista, ms bien en la dinmica del propioDios hecho hombre, a quien a la hora de su nacimiento los ngeles cantaron la cancinde la paz. Esta disposicin de espritu es bsicamente secular, porque hace posible laencarnacin de Dios en el corazn del mundo, la auto-destruccin por causa del amor,y la renuncia absoluta a toda forma de poder. En esto consiste la misin fundamentalde todo cristiano, en primer lugar del laico, pero tambin de los clrigos.

    vangelizacin 3.

    El trmino Evangelizacin tal como lo venimos entendiendo desde hace algntiempo, en el fondo no puede significar otra cosa que dar testimonio del Dios-hecho-hombre en todos los lugares y en todas las realidades del mundo.

    qE

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    El movimiento franciscano como vanguardia

    En la proclamacin oficial del Concilio (Humanae salutis), el 25 de diciembre de1961, el Papa Juan XXIII expresaba:

    La exigencia fundamental que se hacehoy a la Iglesia es que sepa poner a lahumanidad actual en contacto con lafuerza invencible, vitalizadora y divina delEvangelio. El Consejo Plenario de la OrdenFranciscana, reunido en 1983, en Salvador(Baha, Brasil) defini el lugar que ocupa elmovimiento franciscano en la Iglesia conpalabras extraordinariamente audaces:Como Hermanos Menores estamos llamadosa ser la vanguardia evangelizadora,dentro de una Iglesia que debe encarnarsey renovarse constantemente. En conse-cuencia, debemos estar muy atentos atener una gran sensibilidad hacia todas lasmociones que el Espritu Santo provoca,tanto dentro como fuera de la Iglesia. Sindejar de servir a los fieles, vemos lanecesidad de llegar hasta aquellaspersonas a quienes an no ha llegado lanoticia del Evangelio, y hasta aquellasotras que se han alejado de l por la formatradicional en que les ha sido presentado(Baha 1983,17).

    Por supuesto que esta definicin es vlida no slo para los Hermanos Menorespropiamente dichos, sino para todos aquellos laicos y religiosos que de cualquiermanera reconocen en San Francisco y en Santa Clara sus fuentes de inspiracin.

    Conviene releer atentamente el texto citado: el movimiento franciscano se sita yacta dentro de la Iglesia, pero no est del lado de quienes quieren caminar siemprey nicamente por los caminos trillados, o que slo consideran vlidas las cosas que yahan sido tradicionalmente probadas.

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    La Iglesia, pues, se siente desafiada por el mundo actual. Desde el Concilio quiereexplorar nuevos territorios. Y para ello necesita contar con exploradores, hombres ymujeres decididos y capaces de enfrentar los riesgos y la aventura, nuevasexperiencias, una vanguardia que abra brecha y a la que se pueda seguir conconfianza. El movimiento franciscano, apoyado en la fuerza de su carisma y de suhistoria, en una nueva auto-comprensin, est llamado a asumir esta tarea.

    Muchas personas, incluso ajenas a la Familia Franciscana reclaman y expresan susexpectativas a este respecto. Ya en 1927, es decir mucho antes del Concilio VaticanoII, el jesuita Peter Lippert escribi las siguientes palabras, que reflejan hoy ms queentonces, las expectativas de nuestro tiempo:

    Los principios organizativos que desde San Benito llegan a travs de Santo Domingoy San Ignacio a las Congregaciones ms recientes, parecen haber agotado sucapacidad de adaptacin a los tiempos modernos. Lo cual no quiere decir que seancaducos o que deban ser reemplazados. Pero, lo fundamentalmente nuevo, lo quemuchos buscan hoy a travs de tantas experiencias de nuevas fundaciones, quizsnicamente se encuentre en la lnea del espritu original de San Francisco de Ass. Esel ideal de una vida y una comunidad de amor en libertad; es el ideal de una vidaque se mueve en la sencillez, sin aferrarse a conceptos y proyectos de poder, el idealde una personalidad original y espontnea, que obedece nicamente a una leyinterior y que se fortalece en la auto-disciplina. Si Dios quiere regalar a la Iglesia, enun momento cualquiera, la Orden religiosa del futuro, ansiosamente anhelada ybuscada por tantas personas, esa Orden tendr, sin duda el sello del espritu deFrancisco de Ass (Lippert, 11).

    Otro jesuita recogi este pensamiento y lo puso en relacin con el acontecimiento ylas intuiciones del Concilio Vaticano II: Mario von Galli afirma en su libro GelebteZukunft (El futuro vivido) que Francisco de Ass fue el tema clandestino del VaticanoII y que la Iglesia se ha puesto en el camino trazado por Francisco.Estos testimonios reflejan una expectativa general que concentra su atencin en elmovimiento franciscano. Se puede, incluso, sealar algunas corrientes especficas denuestra poca que se inspiran muy definidamente en el modelo franciscano:

    El movimiento por la Paz. Muchas personas comprometidas con estemovimiento se remiten expresamente a San Francisco y esperan que elfranciscanismo enarbole esta bandera.

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    La Iglesia de los Pobres. En todo el mundo, muchas personas y grupos queluchan por una Iglesia de los pobres se remiten tambin a Francisco de Ass y loconsideran como su modelo. Esperan que quienes por vocacin estn llamados aseguir los pasos de Francisco, estn presentes all donde la Iglesia se comprometerealmente con la causa de los pobres.

    El movimiento ecolgico. Cada vez son ms los grupos y movimientoscomprometidos en la defensa de la naturaleza y de un medio ambiente libre de todaforma de explotacin salvaje que reconocen que Francisco de Ass ha sido la nicapersona que ha fundamentado desde el punto de vista religioso la perspectiva desupervivencia del Mundo. Tales personas y grupos esperan tambin del movimientofranciscano un compromiso serio en esta lnea.

    Podramos seguir enumerando otros temas: dilogo interreligioso, misin, encuentrointercultural, contemplacin, animacin de la sociedad civil ... Francisco siempretendr algo qu decir a todas estas corrientes y el movimiento franciscano tienesiempre un compromiso pendiente con el mundo.Por esta circunstancia, el movimiento franciscano necesita una y otra vez reencontrarsus intuiciones originales y beber en las mismas fuentes de donde brot. Con este claropropsito ofrecemos este Curso, pues queremos ser lo que debemos ser: testigos de laEncarnacin de Dios en el mundo y vanguardia de la Evangelizacin.

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    Ejercicios D.

    1.

    Uno de los ms notables cientficos contemporneos, el profesor Stephen Hawking,conforme a sus bigrafos, se plantea las siguientes preguntas:Independientemente de cmo se entienda la religin, de todos modos no deja de seruna cuestin muy subjetiva y estrictamente personal. Acaso los ms ilustresrepresentantes de las diversas Iglesias estn mejor informados sobre el origen y elsignificado de la vida que los cientficos? Por qu alguien como Stephen Hawkingestara menos autorizado para hablar sobre Dios que cualquiera otra persona -aunque fuera obispo o cardenal? Quin o qu instancia poda autorizar al clero acondenar a Galileo al aislamiento y la soledad hasta el fin de su vida? Quinotorgaba la facultad de quemar a Giordano Bruno en la hoguera, simplemente porhaberse atrevido a expresar un concepto novedoso y rebelde sobre el universo?Cmo pueden justificarse las guerras de religin en la historia de la humanidad, contoda la carga de crueldad y miseria que acarrearon a los hombres y a los pueblos? Entan dolorosas circunstancias, dieron pruebas las Iglesias oficiales de suresponsabilidad? (M. White & J. Gribbin).

    Preguntas:1. Quin est realmente autorizado para hablar de Dios?2. Qu te da a pensar este texto?3. Por qu crees t que puedes hablar de Dios?4. Frente a este texto, cul crees que sera la reaccin de Francisco y Clara?5. Segn tu opinin, cmo debe ser la verdadera religin? Dnde puedes

    encontrarla?

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    2.

    Compara las dos versiones de la cancin: Una casa llena de gloria:

    (a) En 1876, Joseph Mohr compuso este texto:

    1. Una casa llena de gloria, hecha de piedras eternas,por la mano artista de Dios, domina toda la tierra.Seor Dios, te tributamos toda alabanza y todo honor!Haz que nos sintamos seguros y confiados en tu casa!

    2. Magnficamente coronada por torres y baluartes,resplandece en la altura la seal sublime de la Cruz.Seor Dios, te tributamos toda ...

    3. En torno a sus muros la tempestad ruge con furia salvaje,pero la casa se mantiene inconmovible,porque est edificada sobre slidos cimientos.Seor Dios, te tributamos toda ...

    Preguntas:1. Identifica las dos imgenes de Iglesia que han inspirado las dos versiones de

    la cancin. Seala claramente las diferencias que existen entre ambas.2. Cmo explicas el cambio que se da de uno a otro texto?3. A qu imagen de Dios corresponde cada texto?4. Seala los rasgos propios de las dos formas de religin que refleja cada uno

    de los textos.5. Cul es tu opinin personal al respecto?

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    (b) En 1972, Hans W. Marx modific el texto:

    1. Una casa llena de gloria, hecha de piedras eternas,por la mano artista de Dios, domina toda la tierra.Seor Dios, te damos toda alabanza y todo honor!Haz que nos sintamos seguros y confiados en tu casa!

    2. Fundada en Sin, se levanta la santa ciudad de Dios,para anunciar al mundo lo que Dios prometi.Seor Dios, nosotros te bendecimos y reconocemos;pues nos has llamado para ser testigos tuyos en el mundo.

    3. Jesucristo es el fundamento nico de la Iglesia,y podr vivir en paz si no atiende ms que a El.Seor, te ensalzamos y en ti nos apoyamos.Consrvanos siempre firmes en este fundamento.

    4. Vean en la tierra el tabernculo de Dios,all donde El se esconde.Seor, te damos gracias, en ti, Seor, confiamoslbranos de la angustia y socrrenos en la lucha.

    5. El Seor conduce a su pueblo peregrino por la historia,y le prepara casa para el fin de la jornada.Seor Dios, te alabamos y ensalzamos!Haz que nos sintamos seguros en tu casa!

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    3.

    Dilogo entre San Agustn y la RaznLa razn: Dime qu es lo que quieres saber?Agustn: Lo que pido en la oracinLa razn: Resmelo!Agustn: Slo quiero descubrir a Dios y mi espritu.La razn: Nada ms?Agustn: Si. Slo eso!

    Preguntas:1. En qu sentido este texto refleja la mentalidad y el espritu de San

    Francisco y en qu sentido no?2. Qu papel desempean en este texto el cuerpo, el mundo y el hombre?3. Construye un dilogo entre San Francisco y la Razn que d ms espacio a

    la creacin y a las personas.

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    4.

    Lee detenidamente los siguientes textos:

    1) De la encclica Evangelii praecones (= Mensajeros del Evangelio), del Papa PoXII, 1951:

    La labor misionera que an queda por cumplir exige un inmenso esfuerzo y elconcurso de muchos operarios. Tengamos en cuenta que los hermanos que an yacenen tinieblas y sombras de muerte (Sal 107 (106), 10) constituyen una enormemuchedumbre de acaso mil millones de personas. Y por ello el gemido inenarrable delcorazn sangrante de Jesucristo sigue clamando: Tengo tambin otras ovejas que noson de este redil; tambin a esas las tengo que conducir, y escucharn mi voz; y habrun solo rebao, un solo pastor (Jn 10,16).

    2) De la exhortacin apostlica Evangelii nuntiandi, del Papa Paulo VI, 1975, sobrela evangelizacin en el mundo contemporneo:

    No. 4: La Evangelizacin plantea tres problemas candentes, que el Snodo de losObispos de 1974 tuvo constantemente en consideracin: -qu es lo que en nuestrapoca ha ocurrido con aquella energa escondida de la Buena Nueva, capaz deimpresionar profundamente la conciencia de los hombres? - Hasta qu punto y de quforma esta energa evanglica est en condiciones de transformar realmente al hombrede nuestro siglo? - Qu mtodos hemos de adoptar para proclamar el Evangelio demanera tal que su poder sea realmente eficaz?

    No. 19: La Iglesia, ms que pretender abarcar con su predicacin del Evangelioambientes geogrficos cada vez ms amplios o sectores de poblacin ms numerosos,se empea en penetrar y modificar con la fuerza del Evangelio los elementos de juicio,los valores que realmente pesan, los centros de inters, las lneas de pensamiento, lasfuentes de inspiracin y los sistemas de vida de la humanidad, que contradicen oneutralizan la Palabra de Dios y su designio de salvacin .

    No. 20: Lo que realmente interesa es evangelizar, no de manera decorativa, como sise tratara de aplicar un barniz superficial, sino en forma vital, en profundidad,penetrando las races de la cultura y de las culturas de la humanidad, en el sentido

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    pleno y amplio que tales trminos revisten en la Constitucin Gaudium et Spes (50),partiendo siempre de la persona y apelando de continuo a las relaciones de loshombres entre s y con Dios.

    No. 21: La Buena Nueva debe ser proclamada, antes que nada, por medio deltestimonio ... Gracias a este testimonio mudo, los cristianos suscitan en el corazn deaquellos que son testigos de su vida, una serie de preguntas inevitables: -Qu explicay justifica su manera de vivir? - Por qu los cristianos se deciden a vivir de esamanera? - Qu - o quin - constituye su fuente de inspiracin? - Por qu los cristianosestn de nuestra parte? Semejante testimonio es ya de por s una proclamacinsilenciosa, pero sumamente valiosa y eficaz, de la Buena Nueva, constituye, sin duda,un gesto inicial de evangelizacin ... Todos los cristianos estn llamados a dar untestimonio as.

    La Exhortacin Apostlica Evangelii nuntiandi de Paulo VI se considera como laCarta Magna de la accin misionera de la Iglesia. Dicho documento es fruto ysntesis del Snodo Episcopal de 1974, en Roma, en el que los pases del hemisferiosur fueron mayora.

    3) De la encclica Redemptor hominis del Papa Juan Pablo II, 1979:

    No. 14 (46) El hombre en la plena verdad de su existencia, de su ser personal y a lavez de su ser comunitario y social - en el mbito de la propia familia, en el mbito dela sociedad y de contextos tan diversos, en el mbito de la propia nacin (yposiblemente slo an del clan o tribu), en el mbito de toda la humanidad - estehombre es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de sumisin, l es el camino primero y fundamental de la Iglesia, camino trazado por Cristomismo, va que inmutablemente conduce a travs del misterio de la Encarnacin y dela Redencin.

    (48) Este hombre es el camino de la Iglesia, camino que conduce en cierto modo alorigen de todos aquellos caminos por los que debe transitar la Iglesia, porque elhombre - todo hombre sin excepcin alguna - ha sido redimido por Cristo, porque alhombre - a cada hombre sin excepcin alguna - se ha unido Cristo de algn modo,incluso cuando ese hombre no es consciente de ello, Cristo, muerto y resucitado portodos, da siempre al hombre - a todo hombre y a todos los hombres - ... su luz y sufuerza para que pueda responder a su mxima vocacin(GS 10).

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

    4) De la encclica Redemptoris missio (= La misin de Cristo Redentor), del PapaJuan Pablo II, 1990:

    No. 31: El Seor Jess envi a sus apstoles a todas las personas, a todos los pueblosy a todos los lugares de la tierra. En la persona de los Apstoles, la Iglesia recibi unamisin universal, que no conoce confines y concierne a la salvacin en toda suintegridad, de conformidad con la plenitud de vida que Cristo vino a traer (cf. Jn10,10), ha sido enviada para manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos loshombres. (Actividad misionera de la Iglesia, 10).

    Esta misin es nica, al tener el mismo origen y finalidad; pero en el interior de laIglesia hay tareas y actividades diversas. Ante todo, se da la actividad misionera quevamos a llamar misin ad gentes, con referencia al Decreto conciliar; se trata de unaactividad primaria de la Iglesia, esencial y nunca concluda. En efecto, la Iglesia nopuede sustraerse a la perenne misin de llevar el Evangelio a cuantos - y son millones de hombres y mujeres - no conocen todava a Cristo Redentor del hombre.Esta es la responsabilidad ms especficamente misionera que Jess ha confiado ydiariamente vuelve a confiar a su Iglesia (Exhortacin apostlica Fieles CristianosLaicos, 35: AAS 81 (1989), p. 487).

    Preguntas:1. Por qu el Papa Paulo VI emplea la expresin Evangelizacin en lugar

    de misin?2. En qu consiste la novedad de la encclica Evangelii nuntiandi - Carta

    magna de la Evangelizacin - si se compara con el sentido tradicional demisin?

    3. En los documentos del Magisterio Eclesistico se puede comprobar quehay evolucin?

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    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    Aplicaciones E.

    1.

    Tareas: 1. Describe o representa grficamente:

    - Los problemas del mundo actual;- Los problemas de tu propio pas;- Los problemas de tu regin.- De qu manera podemos en nuestra condicin de franciscanos

    responder a los problemas del mundo actual? Cmo podra realizarse esto a escala mundial? Escribe, dibuja o dramatiza un sueo al respecto.

    2. - En qu logras detectar signos de que los Franciscanos pueden ser vanguardia evangelizadora?

    3. Canten canciones que expresen adecuadamente la nueva imagen de laIglesia.

    4. Compongan en grupo un nuevo canto sobre la Iglesia.5. Despus de estudiar esta Primera Leccin, qu entiendes t por

    Evangelizacin?

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    Leccin 1 - Religin de La Encarnacion

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    PABLO VI,Evangelii nuntiandi, Exhortacin Apostlica. Ediciones Paulinas, Bogot 1975.

    SABATIER, Paul, Etudes indites sur Saint Francois dAssise. Edits par A. Foffin, Pars 1932.Pgs. 69ss.

    SANTA CLARA DE ASIS,Os Escritos de Santa Clara. Traduccin de Frei Geraldo Van Buul OFM y FreiSerafim Lunter OFM. Vozes/Cefepal, Petrpolis 1981.

    URIBE, Fernando, Por los caminos de Francisco de Ass. Coleccin Hermano Francisco.Editorial Arnzazu, 1990. Pg. 170.

  • Pgina 36

    Religin de La Encarnacion - Leccin 1

    Ilustraciones

    Portada: San Francisco. Fresco de Cimabue, Iglesia baja del Sacro Convento, Ass,entre 1275 y 1285.

    Portada interior:Ventanal de la Iglesia de San Francisco, Ass.

    P. 4: Talla de madera de O. Frick y W. Frick-Kirchhoff, 1960.P. 6: Ass - Cuidad alta y castillo.P. 9: Miniatura de Sibilla von Bondorf, hacia 1470.P. 14: Foto: A. Wacker.P. 16: Bodas msticas de San Francisco con la Pobreza, la Obediencia y la

    Virginidad. Pintura en madera de Sassetta, Siglo XV.P. 20: Escuela de Murano, entre 1452 y 1460.P. 21: Del manuscrito de Silvestro da Panicale (1632).

  • Pi de ImprentaEditor y Copyright:Equipo Directivo Internacional del CCFMCPresidente: Antn Rotzetter, OFMCapSegunda Edicin, 2.004 c/o Secretariado del CCFMC, Wrzburg

    Redaccin original en lengua alemana:Maria Crucis Doka OSF, Patricia Hoffmann, Margarethe Mehren OSF, Andreas Mller OFM, Othmar Noggler OFMCap, Antn Rotzetter OFMCap.

    Diagramacin:Jakina Ulrike Wesselmann

    Traduccin al Espaol: Adriana Rocha

    Revisin de la traduccin y adaptacin:Fr. Jose Guillermo Ramrez, ofm; Fr. Juan Jairo Rendn, ofm; Fr. Luis E. Patio, ofm; Sandra Liliana Sarria

    Coordinador Latinoamericano:Fr. Luis E. Patio, ofm

    Animadores Regionales Latinoamericanos:

    Argentina:Centro Franciscano de Argentina Mabel Moyano - Fournier 3169(C1437DDE) Buenos AiresFax 54. 11. 4918 8651E-mail: [email protected]

    Bolivia:Centro Franciscano de BoliviaFr. Ren Vargas, ofmAna Rozo, Avenida Heronas No. 434 Casilla 4880 - CochabambaFax + 591.42.250479 E-mail: [email protected]

    Brasil:Familia Franciscana del BrasilRua Coronel Veiga, 1705Cx. Postal 90174 - 25621 - 970Petrpolis - RJTel. +55.24.2425247 2421300Fax 2427644E-mail: [email protected]. Maria Vilan RochaRua Carneiro Da Cunha, 368Barrio Sade, Sao Paulo, SP, BrasilTel. 55.11.4144000 E-mail: [email protected]

    Brasil - Nordeste: Fr. Fernando Schnitker, ofmConvento La PorcinculaLagoa Seca PB 58117 000Tel. 55 83 366 11 21 Fax 55 83 366 11 22E-mail: [email protected]

    Centroamrica: Centro Franciscano de GuatemalaFr. Pedro O'Neill, ofm y Maritza UrquaCalle 28 # 8-45, Zona 12, GuatemalaFax 502 - 4770714E-mail: [email protected]

    Chile: Fr. Mario Mrquez, ofmCarmen 1581, SantiagoCasilla 389 Correo 3 SantiagoTel. (56-2) 556 70 83Fax (56-2) 465 02 22E-mail: [email protected]

    Fr. Luis Alberto Nahuelanca, ofmCasilla 29, Parral - VII Regin Tel.: 56 73 461581Fax 56 26 644711E-mail: [email protected]

    Colombia:Fr. Luis E. Patio, ofm ySandra Liliana Sarria Cra. 38 C # D37A-75 Santa IsabelA.A. 39856 CALIFax (57-2) 557 48 09 E-mail: [email protected]

    Cuba: Lionel Prez Fras, ofsSan Lzaro 805Calle N. Gonzlez y OquendoCentro Habana - Ciudad HabanaFax (53-7) 33 81 78 70 41 79E-mail: [email protected]

    Ecuador:Centro Franciscano de EcuadorHna. Marlene Marcial, fmjMaria Elena Fernndez, ofsQuitoE-mail: [email protected]

    Hait: FranciscanosMisin Pestell, Villa ManreseC.P. 1408, Puerto PrncipeTel +509.245 45 23Fax +509.284 61 91 / 92

    Mxico: Maria Gabriela Alarcn, ofs Fr. Efrn Balleo, ofmCalle Caballocalco 11Coyoacn, 04000 Mxico, D.FTel: +52.55.555 554 18 31Fax: +52.55.555 659 59 67E-mail: [email protected]

    Paraguay:Centro Franciscano de ParaguayHerrera 364, AsuncinFax 595 21 498387E-mail: [email protected] Cau-DerieuPequea Familia FranciscanaAmistad 756 - B CapellanaSan LorenzoTel. 595 21 512824Fax 595 21 440021E-mail: [email protected]

    Per: Centro Franciscano del PerFr. Benjamn Tapia, ofmCalle Manco Cpac 202-B RmacLimaFax 51 - 1 - 483 15 78E-mail: [email protected] Zevallos, ofsE-mail: [email protected]

    Repblica Dominicana: Fr. Demetrio De la Cruz, ofmCapSan Lorenzo BrindisCarretera Mella, Km. 8 , No. 371Aptdo 18-12 Santo DomingoTel (1 - 809) 594 1396Fax (1 - 809) 598 5976 E-mail: [email protected]

    Uruguay: CIPFECanelones 1164C.P. 11 100 MontevideoTel. (598-2) 90 76 48,92 23 62, 92 23 63Fax (598-2) 98 59 59E-mail: [email protected] en Internet: www.cipfe.org

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