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    Ediciones B, S.A. 1990Titularidad y derechos reservadosa favor de la propia editorialRocafort, 104 08015 Barcelona Espaa)Prohibida la reproduccinDistribuye: Distribuciones Peridicas, S ALondres, 2-4 08029 Barcelona1. edicin en Espaa: marzo, 19901. edicin en Amrica: agosto, 1990 Burton HareImpreso en Espaa Printed in SpainISBN: 84-406-1884-0Imprime: Novoprint, S. A.Depsito legal B 1293 90

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    CAPITULO PRIMEROLa muchacha se desperez como una gata satisfecha. Por la ventana abierta

    penetraba el resplandor de un da que naca y que no iba a ser como los dems.Lade la cabeza. A su lado, profundamente dormido, el hombre en cuyos brazos

    haba conocido las cimas del amor, respiraba acompasadamente. Sonri para s ysinti tentaciones de despertarlo, pero se limit a seguir mirndolo en silencio,mientras el amanecer llenaba de luz la habitacin.

    La sbana dejaba al descubierto el torso del hombre y la muchacha recorri conla mirada el complicado mapa en relieve de sus poderosos msculos. Le hubieragustado saber cmo se mantena en tan perfecta forma fsica un tipo como l, queaparentemente no tena otra obligacin que vivir lo mejor posible.

    Suavemente, recorri con las puntas de los dedos los duros pectorales delhombre. Cuando le mir a la cara casi dio un brinco al descubrir que l tena los

    ojos abiertos y la miraba con una leve sonrisa en los labios.Siguemurmur l. Tus dedos son una delicia.T, maldito fisgn...!El la recorri con la mirada de arriba abajo. Haba mucho que ver, por cuanto la

    muchacha no llevaba encima ms que su hermosa y larga cabellera.Ella dijo:Sigue mirndome as y me saldrn ampollas en la piel.Te las cicatrizar a besos... Ven aqu.Jane se inclin poco a poco, hasta que sus labios se encontraron con la boca de

    l y absorbieron el beso y el aliento, como si de ese beso y ese aliento dependieravivir o morir.Sinti las manos del hombre en su cuerpo, en una lenta caricia que despertaba

    de nuevo, una vez ms, el ansia de un deseo profundo y limpio.En medio de aquel xtasis hubiera querido gritar que le quera, pero fue l quien

    apart los labios apenas una pulgada y susurr:Te quiero, nena.Me gustara que eso fuese cierto.Si quieres, lo firmo al pie de una licencia matrimonial.Jane ech la cabeza atrs y le mir asombrada.

    Seras capaz de casarte conmigo?El problema est en saber si te quieres casar t con un mal partido como yo.Ella se ech a rer. Por un breve instante sinti el aliento de l en las cimas de

    los senos y casi se desvaneci.Luego, con voz dbil, murmur:Habra de pensarlo. No s nada de ti, excepto que eres un amante ideal.Sabes que me llamo Jack Parker.Y eso es todo lo que s en realidad...Soy un marciano de incgnito. Qu ms necesitas para quererme?

    Jane ri entre dientes.Eso quiz sea cierto. Por eso tienes tanto inters por los trabajos de pap.Espera un minuto, encanto. Lo que hace tu padre, si es que hace algo,

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    despierta mi curiosidad, entre otras razones porque es tu padre y quiero estar enbuenas relaciones con mi futuro suegro, pero eso es todo.

    Ella sacudi la cabeza.Tu futuro suegro te echar con cajas destempladas si no le dices que es un

    genio de la ciencia cuando le veas esta tarde. Slo yo s So que me ha costado

    convencerle de que eras un gran admirador suyo.Oh, maldito seas, tienes la habilidad de encontrar en cada momento la frase

    adecuada para que yo pierda la chaveta.Jack Parker recorri su piel con besos breves, que para la muchacha fueron

    igual que leves descargas elctricas a lo largo de su soberbio cuerpo. Luego, con unquejido de gozo, se desplom sobre l como si quisiera poseerle con todo el frenesde una pasin que nada ni nadie pudiera detener.

    El amanecer dej paso al sol radiante de una maana de verano. Inund de luzdorada la habitacin como una aureola que quisiera ensalzar aquel amor sin lmites.

    Luego, mucho ms tarde, an abrazada a l, Jane susurr:Tenemos que irnos, amor mo.De acuerdo.Quedaron mirndose larga y profundamente.Voy a decirle a tu padre que es un genio y que quiero casarme contigo.A pesar de que hoy ya casi nadie se casa?A pesar de eso. Soy un tipo anticuado.Antes de casarme contigo quiero saber qu otras cosas eres.El desvi la mirada, como si de pronto el resplandor de la ventana fuera algo

    sumamente importante.La pausa se prolong casi un minuto. Despus, cuando l habl, su voz ya no

    tenia nada de jovialDijo:Te contar mi vida desde la cuna hasta hoy... pero eso ser en otra ocasin.

    Ahora vamos a vestirnos o llegaremos tarde a la cita.De acuerdo.Ella salt de la cama y corri hacia el bao. Los ojos grises del hombre la

    siguieron hasta que desapareci, y para entonces no haba en ellos el menor asomode humor.

    Eran unos ojos fros y preocupados, muy distintos de los que la muchachacontemplara slo unos segundos ante...

    * * *

    Jack Parker detuvo el estilizado vehculo deportivo junto a la cortina devegetacin.

    Y ahora qu?gru.Ahora, hay que seguir a pie hasta el otro lado de los rboles. Pap detesta a

    los visitantes, as que debes agradecerme el que haya accedido a recibirte en su

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    laboratorio.Echaron a andar por un estrecho sendero. Durante el breve camino, ella explic:Pap mand plantar rboles en la explanada que abrieron cuando hubo que

    traer los materiales del laboratorio y todo lo que se precis para construir eseextrao antro en la montaa...

    El miraba a su alrededor con ojos inquisitivos. En cierta forma, senta una suertede remordimientos.La estrecha vereda terminaba en un faralln rocoso, agreste y sombro, que se

    alzaba por encima de las copas de los rboles.En ese faralln, la opaca mancha gris de un portaln metlico pona una nota

    discordante.Hemos llegadodijo Jane.El se coloc ante la slida masa gris, y gru:Cmo se llama a esta puerta, o lo que sea?

    De ningn modo. Dentro pap ya sabe que estamos aqu.Magnfico. Todo bien organizado.Son un leve zumbido, y la tremenda masa metlica comenz a deslizarse a un

    lado, dejando una abertura suficiente para que pasaran los dos.Parker se detuvo el tiempo suficiente de examinar aquella puerta.Era mucho ms gruesa que las puertas de las cmaras acorazadas de los bancos,

    y pareca tambin mucho ms slida. Jane explic:Pap dijo que era acero por ambas caras, conteniendo una gruesa alma de

    plomo.Estoy sorprendido...Hubo de dar un salto haca el interior cuando la colosal

    masa metlica comenz a cerrarse.Haba luces en las paredes de roca forradas de plomo, y un tnel que descenda

    en suave inclinacin.Al final del tnel estaba el profesor Wallis esperndoles. Ms all del cientfico,

    un hombre alto, delgado, enfundado en una bata blanca, les miraba con el ceofruncido.

    Jack estrech la mano del profesor.Le gradezco que me haya permitido visitar su santuario, profesor.Agradzcalo a mi hija. Ella insisti tanto, que no pude negarme, pero es usted

    el primer extrao que penetra aqu, desde que se construy todo ese complejo. Ah,le presento a mi ayudante, profesor Conway.

    Este salud con una breve inclinacin de cabeza. Sus ojos inteligentes estabanfijos en la hermosa muchacha.

    Sganme..., van a asistir a la culminacin de mis experimentos, y espero quepuedan guardar discrecin absoluta hasta que yo mismo lo haga pblico en elSenado. Pienso poner mis descubrimientos a disposicin del Gobierno, cuando estseguro del resultado.

    Es que an no lo est?

    Bien, digamos que he tenido xito en un ochenta por ciento.Desembocaron en un enorme y deslumbrante laboratorio. Estaba equipado conextraos instrumentos, un cerebro electrnico, que crepitaba suavemente en un

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    ngulo; microscopios electrnicos, un complicado haz de tubos transparentes, quepartan de una reducida mquina, y un perro.

    El perro era grande, un magnfico ejemplar de pastor alemn, un lobo deorgullosa cabeza y ojos fieros, que les miraba con muy poca complacencia.

    Este es Blackie dijo el profesor, acaricindole la gran cabeza. En

    realidad, es nuestro protagonista.Profesor...S, seor Parker?Mire, llmeme Jack. Despus de todo aqu soy el ms insignificante de los

    presentes. Slo quera preguntarle concretamente en qu consista su experimento.Ha odo hablar de la solidificacin del torbellino atmico?No, seor.Ni de la traslacin molecular?Jack sonri.

    Eso sigue siendo chino para m.El ayudante, Conway, chasque la lengua con un gesto despectivo ante tamaaignorancia.

    El profesor explic:Es una teora complicada, y que no puede explicarse a un nefito. Baste saber

    que, mediante la solidificacin del torbellino atmico, congelando la estructuramolecular de un cuerpo, se puede lograr la traslacin absoluta de ese cuerpo.

    Adnde?Eso es lo que pretendo saber esta noche.No entiendo nada, pero si usted fuera tan paciente de ilustrarme un poco ms,

    quiz pudiera comprender por lo menos la idea bsica de su proyecto murmurJack Parker, perplejo.

    Mire, he realizado el experimento con pequeos cobayas... En todas lasocasiones he tenido xito. He logrado trasladarlos, volatilizarlos por completo. Perodebido a su pequeo tamao, jams he podido equiparlos con los instrumentosnecesarios para seguir su reta, para comprobar cul era su destino final, el lugar adonde la fuerza de mi rayo los trasladaba. Ahora es distinto, Blacke es grande yfuerte. Podr llevar un equipo de seguimiento. Pero para poder lograr la traslacinde un cuerpo de ese tamao, he debido aumentar tambin la fuerza del rayo, la

    potencia y efectividad de todos los complicados instrumentos que intervienen en elproceso.

    Ya veo... Es decir, comprendo hasta cierto punto su idea. Usted afirma que,con su experimento, puede trasladar un cuerpo slido y vivo a un lugar del espacio,quiz a un mundo remoto.

    Ciertamente, sa es la idea bsica.Jack mir al enorme perro con cierto sentimiento de pena.Sospecho que el objeto de su experimento no va pasarlo muy bien dijo.Se equivoca. No sufre en absoluto. En una milsima de segundo, su

    estructura slida entra en el torbellino, se fusiona con l. Despus el torbellinoatmico se hunde en las profundidades del espacio, y se solidifica all donde sufuerza se extingue. Tericamente, el sujeto adquiere entonces su acostumbrado peso

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    fsico, recupera las facultades y vive...Pero no est probado que sea as.No, por supuesto que no. Es slo una teora. Pero esta noche lo

    comprobaremos, porque los instrumentos que el perro llevar nos informarn alsegundo de todo el proceso, as como del lugar en que se realizar la metamorfosis.

    Ya veo.El profesor hizo una sea a su ayudante, y ste procedi a colocar un arnsmetlico en el dorso del perro. El arns estaba provisto de numerosos engarces de

    presin a los que, uno tras otro, fue fijando pequeos cilindros ^metlicos.En cada cilindro forrado de plomo van distintos instrumentos explic el

    profesor. Ojal resistan la tremenda prueba.Jack Parker pens que quien no iba a resistirla sera el pobre animal, que les

    miraba a todos con sus grandes ojos fieros y hmedos.Jane se acerc a l y le acarici la cabeza. El perro lobo la contempl, y dej

    escapar un bronco gruido de placer.Cuando la operacin de preparar los instrumentos hubo terminado, el profesorWallis coloc al can sobre una plataforma plateada. Cuatro tubos de metalreluciente convergan exactamente sobre el animal. Cada tubo estaba rematado poruna especie de cilindro oscuro, del que parta una estrecha boquilla, que era enrealidad la que apuntaba al objeto del experimento.

    Atentos murmur el profesor. Vamos a ver si mi obra es realmentecomo la imagin.,.

    Se instal ante, un tablero de instrumentos.Jack contuvo el aliento.El ayudante, dijo:Colquense detrs de es pantalla de plomo. Hay unas mirillas por las que

    podrn ver el proceso.El mismo se instal a su lado. A travs de los gruesos cristales especiales,

    tenan una visin perfecta del perro inquieto.Ahora!Manipul nerviosamente los mandos de la mquina. Un zumbido se elev,

    creciendo en intensidad. Los brillantes tubos que convergan sobre el perro sepusieron instantneamente de un rojo opaco, y el zumbido se hizo tan agudo que

    casi daaba los odos.Inesperadamente, hubo un sordo rugido en alguna parte, como si el zumbido

    hubiera despertado a un monstruo dormido.El profesor dio un respingo. Una catarata de chispas se desprendi de uno de los

    tubos.Aprisa!grit Wallis. Salgan de aqu..., algo se ha descompuesto...!Dieron un salto atrs.El profesor repiti:Rpido, rpido!

    Hubo un cegador estallido silencioso, como si hubiera explotado un enormedepsito de magnesio, con la nica diferencia de que no se produjo ni una voluta dehumo.

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    El cegador relmpago se extendi por todo el recinto, propagndose igual queuna honda de sonido que se hubiera solidificado de repente.

    Estaba an chispeando aquella ola de luz cuando todos ellos perdieron elconocimiento.

    CAPITULO IIJack Parker volvi a la vida como si despertara de un profundo sueo.Cuando intent moverse, not cierta rigidez en todos sus miembros.En el primer instante no record nada, slo que estaba aturdido y necesitaba una

    ducha para despejarse.Luego escuch, un quejido y se sobresalt.Vio un montculo de tierra oscura. La tierra se haba, introducido por una

    enorme grieta de lo que pareca ser un muro cncavo.Al pie del montculo, un hombre comenzaba a incorporarse con dificultad.Era el profesor Wallis.Entonces record, y sinti un escalofro.Estaban vivos. A pesar del relmpago, del infierno que pareca haberse

    desatado, estaban vivos.Jane!murmur, levantndose de un salto.El salto le llev mucho ms alto de lo que pudo imaginar jams.Afianz los pies en el suelo, y mir, en torno.Del laboratorio apenas quedaba nada. Haba un montn de rocas de extrao

    aspecto, en el lugar en que deba estar el cerebro electrnico.Jane yaca all, desmadejada, y el perro lobo, con todo su equipo de

    instrumentos, estaba sentado sobre sus cuartos traseros, junto a la muchacha.El profesor logr incorporarse y balbuci:Qu... qu...?La hizo usted buena, profesor. Todo un xito. No estamos muertos de

    milagro.Jim Conway, el ayudante, emiti un suspiro. Estaba a corta distancia, y les

    contemplaba con sus enormes ojos desorbitados.

    Estn... bien...?jade.Veamos a Jane...La muchacha reaccion al incorporarla su padre. Parpade, suspir, y abri los

    ojos.Jane, hija!Pap!Blackie solt un ladrido de gozo, y trat de lamer la cara de la muchacha.Te encuentras bien, pequea?Creo que s, me duelen todos los huesos, ahora que me doy cuenta, pero

    sospecho que no has conseguido matarnos an.Lo siento... Algo fall. Habr de empezar de nuevo. Uno de los tubos rebas

    con creces la intensidad de la descarga, y estall. Te fijaste en los detalles, Jim?

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    Conway gru:No, profesor. Cuando usted grit, trat de ponerme a salvo... Pero no me

    explico cmo estamos vivos, cuando la descarga agriet incluso las paredes deplomo y roca. Mire, grietas tan profundas que llegan al exterior, y han precipitadotoneladas de tierra al interior del laboratorio.

    Wallis mir, estupefacto, a su alrededor.No comprendo... Tericamente, es imposible que...Mire, ahora no se trata de analizar teoras dijo Jack, sombro, sino de

    salir de aqu. Crees que podrs andar, Jane?Por supuesto. Aparte del entumecimiento, me encuentro bien.Saldremos por esa grieta, porque imagino que el estallido descompuso los

    mecanismos del portaln de acero.Wallis miraba en torno suyo, con una expresin perpleja en su rostro.De pronto, dijo:

    Un momento. La explosin no pudo causar toda esa transformacin. Segnmis teoras, una descarga excesiva del rayo habra solidificado toda la materia de talmodo que, prcticamente, sera absolutamente indestructible...

    Jack sinti tentaciones de mandarlo al infierno. Sus teoras no me merecenmucha confianza, profesor, y disculpe mi franqueza. Veamos si es posible salir deaqu, por esa grieta.

    Comenz a encaramarse por el alud de tierra. All tuvo otra sorpresa: era unatierra negra, blanda y suave.

    Tierra virgen, como procedente del suelo de una selva, donde durante siglos sehubieran acumulado humus suficientes para enriquecerla hasta un gradoinconcebible.

    Notaba una ligereza sorprendente, como si sus fuerzas hubieran aumentado deuna manera increble.

    Se intern en la grieta. Las rocas oscuras que las formaban tambin tenan unaspecto como no recordaba haber visto otras en su vida.

    La grieta se converta en su interior en una autntica caverna oscura como latinta. La oscuridad dur apenas unos minutos, porque finalmente, ante l, distinguiuna extraa claridad azulada. Era una luz sorprendente que no poda proceder delSol ni de la Luna, sino de una suerte de lmpara azul...

    Pero eso era absurdo. Nadie alumbrara una montaa con luces azules...Cuando lleg a la salida de la cueva, y mir ms all del roquedal, sinti que

    estaba volvindose loco, que la visin que se mostraba a sus ojos espantados nopoda existir, y que slo era producto de su mente enferma.

    Decididamente, el maldito rayo, o lo que fuera, le haba afectado el cerebro...Ante l se extenda una planicie inmensa, baada por aquella luz azulada, suave

    como una caricia de mujer. Inmensas formas vegetales se alzaban, altas comocatedrales, y colosales lianas se enroscaban en los tremendos troncos negruzcos.

    En cambio, sobre la planicie haba una vegetacin rala, salpicada de grandes

    rocas, tambin oscuras. Jams en la tierra haba existido vegetacin semejante, yJack Parker no pudo contener un grito de espanto.Alz la cabeza. La atmsfera era ntida, y el aire de una pureza que, al penetrar

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    en sus pulmones, los vivificaba de tal modo que las energas parecan rebosar porcada poro de su piel.

    Ms all, esparciendo su plida y caliente luz, haba un astro chispeante. Era del de donde se desprenda esa luz increblemente pura.

    Empez a temblar espasmdicamente.

    Aquella pesadilla no tena explicacin lgica. A menos...A menos que todos ellos hubiesen sido trasladados a un mundo remoto, con elestallido accidental del rayo.

    Pero eso no poda ser cierto. Ni siquiera las teoras del profesor eran capaces deadmitir tamao desatino.

    Oy un roce a su espalda, y se volvi.El enorme perro lobo se acercaba cautelosamente, receloso. Le haban librado

    de su pesado arns, y ahora el animal pareca tan sorprendido como l mismo.Amigo, sospecho que nos han jugado una buena trastada... Echa un vistazo.

    Blackie le mir gruendo. Luego, sali por la boca de la grieta y pareciperdido all, sin saber qu direccin tomar.Empez a ladrar de pronto, como si protestara por lo que alguien haba hecho

    con l. Sus ladridos tenan una potencia increble, y retumbaban en el silencioimpresionante, como rugidos de un len.

    Jack retrocedi unos pasos y grit:Profesor, Jane, vengan aqu...!Volvi a salir, y ahora se incorpor al aire libre. Un aire extraordinario, que al

    parecer contena una riqueza de oxgeno como jams fuera conocida en la Tierra.El primero en asomar fue el profesor. Sali poco a poco, la mirada desorbitada,

    estremecindose, incrdulo.Dios bendito! jade.Los dems no dijeron nada. No podan hablar.Slo miraban aquel mundo increble, y temblaban.Blackie trotaba de un lado a otro, ladrando alegremente ahora. Estaba

    aclimatndose mejor que los humanos.En sus correras, lleg hasta el borde de aquella espesura colosal. De pronto, se

    detuvo, rgido, tan inmvil como una estatua, las orejas pegadas a la cabeza,acechando algo que estaba fuera de la vista del grupo estupefacto, que no sala de suasombro.

    El perro empez a gruir amenazadoramente. Su pelo se eriz.Ha visto algo por all! exclam Jack. Se dispone a pelear... Blackie,

    ven aqu!El perro ni le oy.Se oy un crujido en la vegetacin. Luego, el seco chasquido de las ramas al

    quebrarse, al paso de una masa enorme.Blackie se agazap, sin cesar de gruir. Sus labios se contrajeron, dejando al

    descubierto los largos y afilados colmillos, relucientes como puales.Jane jade:

    Llmalo, pap!Blackie!Lo que fuera que estaba movindose en la espesura emiti un rugido. Fue un

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    sonido como nunca antes oyeran otro semejante, mitad aullido, mitad chillido.De pronto, la espesura se agit, y una horrible cabeza asom entre el negro

    follaje.Era una cabeza enorme, cnica, rematada por un largo aguijn, semejante a una

    espada. Dos ojos abultados, divididos en extraas celdillas, estaban fijos en el perro.

    Lo matar!solloz Jane. Qu clase de pesadilla es sta, pap?Jack hundi la mano en el costado, y sus dedos acariciaron la culata de lapistola que llevaba, pero los retir como si quemara. No era el momento de explicarpor qu llevaba el arma, ni su verdadera personalidad.

    Blackie!grit.El perro no le hizo caso.De pronto, como disparado por un resorte, se lanz sobre aquella cosa

    monstruosa, esquiv el mortfero aguijn del tamao de una espada, y cay sobre lacabezota.

    La bestia emiti un aullido, y se revolc, con el lobo pegndole dentelladas.Era increble que el perro pudiera sacudir de un lado a otro aquella masatremendamente ms grande que l. La visin de pesadilla despleg una especie dealas seas, batindolas furiosamente, pero era palpable que eran insuficientes para

    permitirle volar.Sin embargo, una de ellas golpe con tremenda fuerza al perro, tirndolo lejos

    de s. Tena parte de su cabezota destrozada, pero no le manaba una gota de sangre.Dio media vuelta y huy.Jim Conway temblaba.No es posible... Ese monstruo era cinco veces mayor que el perro... y ste le

    venci. Qu clase de mundo es ste, profesor?No lo s, Jim. Necesito serenarme para pensar con calma. Y ese condenado

    sol azulado... Qu calor!Blackie lleg trotando y gruendo. Todo su cuerpo se estremeca a causa de

    la excitacin de la pelea. Jane le acarici la cabeza, calmndole.Jack dijo:Te has portado como un hroe, amiguito...Conway dijo:Deberamos buscar un lugar ms seguro que ste. Tal vez encontremos

    gente... Si hay vida animal en este mundo, debe haber tambin seres inteligentes,digo yo.

    Jack hizo una mueca.El hecho de que sean inteligentes, si realmente existen, no es sinnimo de

    hospitalarios. Habr que ver qu recibimiento nos harn.De cualquier modo, todo es preferible a esta incertidumbre dijo Jane.Conway la mir. No pudo disimular la satisfaccin que le produca el hecho de

    que la muchacha estuviera de acuerdo con l, y no con aquel orgulloso tipo que,bajo ninguna circunstancia, debi haber sido admitido en el laboratorio...

    Wallis, asinti:Si, vmonos. Es preciso que reconozcamos lo que ahora es nuestro hbitat...Jack Parker tena el perro junto a l Instintivamente le acariciaba el lomo

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    spero, y al animal pareca gustarle.De pronto, Jack dijo:Alguien ha pensado que llegar el momento en que nuestros cuerpos

    empezarn a exigir alimentos? Necesitaremos comer.Ese ser otro problema, pero de momento yo no tengo apetito.

    Porque estamos demasiado excitados y nerviosos... Bueno, si hemos deemprender la marcha, adelante.Ech a andar. Blackie se coloc a su lado, trotando alegremente.Los dems le siguieron.Bordearon la negra selva, admirando las colosales estructuras de aquellos

    rboles jams imaginados, las tremendas lianas que se enroscaban perdindose en lamaraa de vegetacin que formaba como una cpula, a una altura inmensa.

    De vez en cuando, se escuchaban extraos sonidos en aquella masaimpenetrable. Gruidos, aullidos agudos, y el quebrar sonoro de gruesas ramas,

    como si enormes corpachones se movieran a sus anchas, en aquel mundo virgen.Descendieron la ladera hasta el borde de la llanura. All contemplaron unasucesin de arbustos de la altura de un nio. Tampoco aquella vegetacin tena nadade familiar para ellos, excepto unos matorrales erizados de espinas, que sobresalanaqu y all.

    Wallis, coment:Parecen zarzas, slo que las espinas son ms largas y agudas...Quietos! exclam Jack, cuyos ojos de halcn no cesaban de escrutar a su

    alrededor.Qu pasa?Jane, instintivamente, se coloc a su lado.El murmur:Sujeta al perro.Pero...?Mira.A corta distancia, los arbustos se agitaron violentamente. Wallis contuvo el

    aliento. Casi sin voz, susurr: Cuidado, hija...Jim Conway sinti el pnico aduearse de l. Comenzaba a perder el control de

    sus reacciones.

    De pronto, muy cerca, los arbustos se abrieron violentamente, y una monstruosavisin asom por la abertura.

    CAPITULO IIIJack Parker se qued rgido.La enorme cabezota tena unas estras seas como lneas ms claras sobre lo que

    podra denominarse como el crneo. Pero era una cabeza que apenas rebasaba el

    grueso del cuerpo que se insinuaba ms atrs, reptando entre los arbustos.Tena el tamao de un baln de ftbol. El hocico era aguzado, viscoso, y no sedistinguan dientes, slo una especie de cuchilla curva, sea y afilada.

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    Jane comenz a retroceder, sujetando a Blackie, que grua impaciente porlanzarse a la pelea.

    Wallis, jade:Jams hubo en la Tierra serpiente de ese tamao..., pero no es una serpiente,

    creo.

    Esta vez, Parker empu la automtica del 45 y descorri el seguro. Noretrocedi ni se movi.Aquella cosa pareca mirarles tan asombrada como ellos mismos. Cada vez que

    se mova, los arbustos se agitaban por lo menos diez o quince metros detrs de lacabeza, delatando su inmenso tamao.

    Levantaba la cabezota, oscilndola de un lado a otro. De vez en cuando, susmandbulas producan un chasquido seco.

    Y de repente, Jack comenz a moverse hacia aquella cosa horrible, paso a paso,cautelosamente, con la pistola amartillada en la mano.

    Jane rugi:No, Jack, vuelve!El estaba absorto y vigilante. Quera comprobar algo que empezaba a sospechar.De pronto, se desvi hacia la derecha. Ahora anduvo rpidamente, sin que la

    cabeza se volviera hacia l.Desde una distancia de veinte metros a la derecha, lanz un grito agudo.La cabeza se movi. Continuaba oscilando lenta y pesadamente, enfocada su

    atencin hacia el grupo que haba frente a ella.Jack, grit:Es ciego y sordo!Conway contuvo un quejido de pnico y rugi:Mtelo de una vez! Para qu quiere esa pistola?Inesperadamente, Jane chill:Cuidado, Jack!Este se volvi en redondo. Otro ejemplar, semejante al primero, se alzaba ahora

    a sus espaldas.Se apart, notando cmo aquella cosa pareca husmear el aire.Su pie tropez con una piedra. La levant. Era tan pesada como las de la Tierra.

    Volte el brazo, y lanz el pedrusco.

    La piedra golpe a un lado de la segunda cabezota que haba aparecido,hundindola fcilmente. Vio aparecer un lquido espeso, oscuro y viscoso. La bestiase agit con terrible violencia, aplastando la vegetacin a su alrededor, y luegoretrocedi a gran velocidad.

    El primer monstruo aparecido no tard en seguirla. Durante unos minutos,vieron cada vez ms lejos el loco agitarse de los arbustos, a medida que los doscuerpos colosales huan.

    Jack enfund la pistola, perplejo.No comprendo. Esas bestias eran ciegas y sordas. Slo parecan husmear...

    olemos. Qu le sugiere eso, profesor?Bueno, prefiero reservarme mi opinin. Creeran que estoy loco...Hable de una vez se impacient Conway. Todo es preferible a este

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    cmulo de incertidumbres.Esas cabezas me han dado la idea... Redondeadas y afiladas en el hocico, sin

    dientes, slo una crnea sea...Y bien?Gusanos.

    Jack casi se cay de espaldas, estupefacto.Jane se llev la mano a la boca para no gritar, mientras Conway, sin podersecontener, soltaba una amarga carcajada.

    Desde luego, parece que realmente ha perdido usted la razn, profesor.Cmo podan ser gusanos estas cosas tan enormes?

    Jim, usted continua trazando las lneas de valores segn el rasero de nuestromundo. No han visto ustedes nunca esas grandes lombrices que viven bajo tierra,especialmente en los huertos? Se alimentan de tierra precisamente, abren galeras, yesas galeras contribuyen a oxigenar el terreno. Esas dos bestias parecan del mismo

    gnero, pero aumentadas infinitamente.Jack sonri:Profesor, si aqu los gusanos son de ese tamao, me pregunto cmo sern los

    animales superiores...No obtuvo respuesta.Conway gru:Yo no me interno en esta llanura, profesor.La bordearemos, mantenindonos entre ella y la selva. Y se me ocurre que

    sera una gran cosa buscar un lugar dnde pasar la noche... Porque imagino quehabr tambin noche en este mundo.

    Jack levant la cabeza. El extrao astro azulado no estaba ya sobre sus cabezas,sino mucho ms cerca de las cimas rocosas que se alzaban ms all de la selva.

    Es ciertogru. Y confieso que nunca pertenec a los boys-scouts.Debemos organizamos dijo Wallis. No sirve de nada perder la serenidad,

    dejarnos llevar por el pnico o el asombro. Esta noche, si la hay, mantendremosencendida una buena fogata, y uno de nosotros permanecer en continua vigilancia.

    Nos turnaremos. El fuego mantendr alejados a los animales... espero termincon un suspiro.

    Conway refunfu: Ni usted ni yo somos fumadores, profesor. Con qu

    encendemos el fuego?Parker exclam:Acabo de realizar otro descubrimiento.Cul?Hasta ahora no haba recordado el tabaco, y yo s soy fumador... O por lo

    menos lo era.Tante sus bolsillos, y sac un paquete casi entero de cigarrillos. Tom uno, y

    se lo llev a los labios. Luego sac un encendedor de gas, y chup con cautelosacomplacencia.

    Hizo una mueca.Sabe lo mismo que en la Tierradijo.Jane sonri.

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    All me hubieras ofrecido uno, Jack.Disclpame.No quiero fumar, gracias. Era slo un comentario. Adems, es preferible que

    reserves tus cigarrillos. Cuando los termines...S, claro. Aqu no hay donde comprar ms.

    Ni donde cargar un mechero, cuando se le agote el gas dijo Conway,sombro.Caminaron rpidamente durante ms de una hora. Luego, cansados, se

    detuvieron, y, con rpida brusquedad, aquel extrao sol desapareci y las sombrasles envolvieron.

    * * *

    La fogata crepitaba, esparciendo luz a su alrededor. Luz y calor, aunque el calorapenas era necesario porque la temperatura nocturna era templada y suave.

    Jack, junto a un montn de lea que l mismo haba recogido, trataba de adaptarsu mente a esta nueva situacin, a esta nueva vida que se abra ante ellos como siacabaran de nacer a un mundo nuevo.

    Contempl a Conway que dorma, inquieto, y al profesor que respirabapesadamente.

    A corta distancia, Jane yaca de costado, y su sueo no era tampoco muytranquilo. Las fascinantes formas de su cuerpo maravilloso resaltaban de modoturbador, a la luz danzante de las llamas. Tena unas piernas largas, de trazo

    exquisito, con muslos slidos y sin un gramo de grasa.Junto a la muchacha yaca el perro, pero Blackie no dorma. De vez en

    cuando, volva la cabeza y miraba a Jack como esperando una voz, una orden, paraponerse en movimiento.

    Parker pens que debera dar una explicacin, tan pronto fuera de da; decirlesla verdad de su inters en intimar con Jane; revelarles la razn por la que estabaarmado con aquella formidable pistola...

    No quera hacerlo. Aquello podra cambiar muchas cosas.Pero ya no tena objeto ocultarlo.

    Ech unos troncos al fuego. Ardan con facilidad.Encontr uno largo, cas de dos metros, recto y fuerte. Lo tom, y con unpequeo cortaplumas de bolsillo, comenz a trabajarlo.

    Para cuando Conway despert, el palo estaba convertido en una aguda lanza.Debi .haberme despertado gru el ayudante del profesor, frotndose los

    ojos.No tena sueo. Estuve pensando, sabe?No me lo cuente a m.Qu le pasa a usted, Conway? Por qu me mira de mala manera? Parece

    como si el responsable de esta situacin fuera yo.No se trata de eso.Muy bien, de qu, entonces?

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    Mejor vaya a dormir. Yo vigilar el fuego.Jack suspir.Tome esta lanza. Puede serle muy til.Por qu no me presta su pistola? Me sentira mucho ms seguro con ella.Le mir con el ceo fruncido y una expresin sombra.

    Pero yo no gru.Apartndose del cientfico se tendi cerca del perro y se qued mirando ellbrego firmamento.

    Se distinguan estrellas, enormes, brillantes refulgentes.De pronto, dio un respingo y aguz la mirada. Si pudiera localizar las

    formaciones estelares... Orin, la Osa Mayor. Todas aquellas formaciones queaprendiera en la escuela primaria. Tal vez fuera posible orientarse.

    Repentinamente, le invadi un enorme cansancio. Sus prpados se cerraron y,sintiendo la tibia proximidad de Jane, qued profundamente dormido.

    CAPITULO IVBlackie le restreg el hocico por la cara, gruendo.Se levant de un brinco, y mir en torno.El profesor dorma.Jane, tendida ahora de espaldas y con la cabeza vuelta hacia un lado, respiraba

    acompasadamente, sumida en profundo sueo.El perro gru otra vez. Sus colmillos relucan a la luz de la mortecina fogata...Mortecina!Se volvi, como empujado por un resorte.Conway estaba tendido durmiendo. A su lado la lanza apareca abandonada, y el

    resplandor de las brasas estaba casi apagndose.Y, ms all, como flotando en la oscuridad, dos ojos fosforescentes

    escudriaban el pequeo cementerio.La ira le domin. La ira y el temor. Empu la pistola y sujet al perro, que

    ahora, en la oscuridad, tampoco pareca tan agresivo.Aquellos ojos crueles se movieron. Son un bronco gruido. Jack apunt con la

    pistola hacia aquella cosa y avanz con cautela.De un zarpazo atrap la lanza con la mano izquierda. Blackie se mantena

    apretado contra sus piernas.Salvajemente, dio un puntapi a Conway, gritando:Estpido!Conway lanz un quejido y se incorpor.Volvi a patearlo, y aadi con su voz llena de clera:Eche lea al fuego, idiota! Quiere que nos maten a todos?Sus voces despertaron a los otros, Conway estaba tan furioso como l.

    Maldito sea! rugi-. No le consiento... Me ha golpeado, maldito bruto.Quin diablos se cree que es?Mire detrs de usted, excelencia! dijo Parker, sarcstico.

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    Conway se volvi. Los ojos verdes estaban ahora mucho ms cerca.Dio un salto atrs, que por poco no cay sentado en las brasas.Jack fue acercndose a aquella amenaza. No saba qu efectividad tendran las

    balas del 45 contra aquellas criaturas misteriosas, pero estaba dispuesto aprobarlo.

    El perro lanz un gruido, y empez a ladrar. Los ojos se agitaron.Cllate, Blackie.Fuera lo que fuese que estaba all, no pareca temerle. Se mantena al acecho.

    Despus, los ojos parecieron descender hacia el suelo.La bestia se agazapaba, disponindose a saltar.Jack, consciente de lo que arriesgaba, cambi las armas de mano, de modo que

    empu la lanza con la derecha. No dispona de demasiadas municiones para lapistola...

    De pronto, con un salto que arranc un alarido a Jane, Parker se lanz hacia

    adelante, descargando la lanza con toda la fuerza que pudo reunir.La aguzada punta encontr un cuerpo blando y se hundi en l conextraordinaria facilidad. Son un estremecedor rugido, y algo grande se agitviolentamente, arrancndole la lanza de la mano.

    El retrocedi, sujetando al perro, que ahora pareca impaciente por lanzarse a labatalla.

    Jane grit:Jack! Ests bien?S...El propio profesor Wallis se encarg de arrojar lea al fuego. Instantneamente,

    las llamas se alzaron. Vieron un gran cuerpo gris convulsionndose al borde de losarbustos, agitando la lanza que le atravesaba el cuello, del que manaba una sangreoscura, casi negra.

    Jack fue hacia el animal. En dos saltos. Jane estuvo a su lado, sujetndole conviolencia, casi sacudindole.

    No vayas, Jack! chill. No te acerques!An tengo la pistola.Conway barbot:Djalo que se sienta hroe. Espero que alguien le d una medalla.Wallis le mir con reproche, pero no dijo nada.

    Jack lleg junto al agonizante animal.Se qued perplejo, examinndole. De un tirn arranc la lanza y dijo:Es la cosa ms o menos familiar que veo desde que llegamos a este mundo de

    pesadilla. Venga aqu, profesor.Wallis se acerc.El animal estaba ahora inmvil, aunque jadeaba cada vez ms despacio.Era grande como un tigre de Bengala, pero su aspecto era el de un jaguar,

    aunque no tena mancha alguna. Todo su cuerpo estaba cubierto de un ralo pelogris, casi brillante a la luz del fuego.

    Qu le parece?Un jaguar, desde luego. Incluso su cola. Pero mucho ms grande que los

    conocidos en la Tierra.

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    Y ha sido extraordinariamente fcil matarlo, profesor. Estas criaturas notienen la agresividad de las terrestres, en absoluto. De haberla tenido, con lavigilancia de su ayudante, ya se nos habra merendado. No me atac cuando estuvelo bastante cerca de l.

    Quiz ese animal estaba tan sorprendido de verle como usted de verle a l.

    Tal vez... nunca antes haba visto un ser humano.Jack se volvi poco a poco.Quiere usted decir que no hay seres inteligentes en este mundo, profesor?Pudiera ser. Cmo voy a saberlo?Conway gru:Parker, la prxima vez que se atreva a golpearme, le matar.Jane contuvo el aliento.Wallis dijo sombro:Ciertamente, lo nico que nos falta es matarnos entre nosotros, Jim. Es que

    te has vuelto loco? Nos necesitamos, ahora ms que nunca. Y, si no me equivoco,necesitamos a Parker sobre todas las cosas. De todos nosotros, creo que es el nicocapaz de desenvolverse en este mundo hostil y desconocido. Por lo menos, el mejordotado.

    Eso, dotado... Me gustara saber por qu vino a visitarle a usted al laboratorioarmado con esa enorme pistola. Qu se propona?

    Wallis sonri.En eso tienes razn. Tiene una explicacin, Parker?Por supuesto.Jane le mir, perpleja.Jack dijo:Soy un... Mejor dicho rectific con irona, era un agente especial del

    Consejo de Seguridad de Estados Unidos, profesor. Me encomendaron controlar decerca sus trabajos y...

    Jane emiti un dbil grito, y l se volvi en redondo.Espera, Jane! exclam. No saques conclusiones precipitadas.Conway dijo con hiriente sarcasmo:Un espa! Y se vali de ti para acercarse a tu padre, te utiliz como un

    simple instrumento. Se ha burlado de ti, Jane.

    Me doy cuenta de que he sido un juguete en tus manos, Jack dijo lamuchacha con profunda amargura.

    El sacudi la cabeza.No fue as! Me enamor de ti, Jane. Te am sin tener en cuenta en absoluto

    el trabajo que esperaban de m.Conway ri:Enternecedor!Colrico, Parker gir sobre s mismo. Su puo zumb como una bala y se

    estrell bajo el mentn del ayudante. Jim Conway se alz sobre el suelo, dio una

    curiosa voltereta, y aterriz mucho ms all, inerte.Wallis sacudi la cabeza.No debi haber hecho eso, Parker le reproch.

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    Lo lamento, perd el control.Jane se inclin sobre el inerte Conway. Tambin ella mir con evidente

    reproche a Jack, pero no dijo nada.Parker refunfu una maldicin, y se apart del grupo. El perro le sigui

    dcilmente. Pareca haberle elegido entre todos los dems como el objeto de sus

    preferencias.Los dej que se ocuparan de Conway, y l fue hacia los primeros rboles.Examin su corteza. Era extraordinariamente blanda, casi negra. Tampoco lamadera era tan slida como la que conociera en su mundo. Eso poda explicar, en

    parte, las colosales proporciones de esa vegetacin increble.Pas un corto espacio de tiempo, y de repente, con la misma brusquedad con

    que desapareciera, el sol azulado irrumpi en el espacio, desparramando su luz.Conway, acaricindose su amoratada cara, mascull:Si por lo menos los instrumentos del perro no se hubieran descompuesto,

    podramos calcular poco ms o menos nuestra situacin.Y de qu nos servira eso? refunfu Jack. Nunca podremos regresar a

    nuestro mundo. As que tanto da que estemos en un lugar como en otro.Nadie le respondi. Pens que entre todos se haban propuesto crear un vaco a

    su alrededor, y se encogi de hombros. Lo lamentaba por Jane, porque seguaamndola. Sin embargo, no pensaba pedirles clemencia.

    Se alej otra vez, seguido de Blackie, que trotaba a su alrededor conmanifiesta alegra.

    Jane le sigui con la mirada.Conway gru:Un maldito espa! Qu le parece, profesor?No creo que fuera un espa, tal como usted lo entiende. Ms bien estaba

    encargado de vigilar que nadie ms que nosotros supiera nada de mis trabajos.Pero se vali de su hija, engandola, para acercarse a usted. Esa es una

    conducta detestable. No lo crees as, Jane?La muchacha no replic. Estaba plida, y ahora pareca acusar intensamente las

    emociones vividas hasta entonces.Y de repente, Wallis gru:Yo tengo hambre. Sin paliativos; sencillamente hambre. Y vosotros?

    Conway admiti que estara dispuesto a comer algo, si lo hubiera, pero Janemurmur:

    Yo no, pap.Hijita, sin comer no podremos vivir mucho tiempo. Dnde est Parker?

    Seguro que a l se le ocurre algo para saciar el hambre.Conway no pudo evitar una mueca de disgusto.Oyeron ladrar furiosamente a Blackie en la lejana. Luego, el seco y rotundo

    estampido de la pistola. Y ms ladridos del perro, que a pesar de la distancia,pareca posedo por la excitacin.

    Jane musit:Algo le ha sucedido...!Tena su pistolagru Conway. Se cree un dios, con ella en la mano...

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    Ya basta, Jim! estall el profesor. No voy a consentirte que provoquesms dificultades. O nos compenetramos, ayudndonos unos a otros, o estamosdestinados a perecer.

    Mire, no necesitamos a este tipo para nada.T crees? De acuerdo, entonces, ocpate de conseguir algo de comer. Eres

    el ms joven de todos nosotros, el ms fuerte. Intrnate en la arboleda, y tal vezpuedas cazar algo.La sola idea de sumergirse en aquella selva de pesadilla, hizo que las piernas del

    ayudante comenzasen a temblar.No te decides?le aguijone el profesor.Sin armas, quiere que me meta ah?Bueno, puedes fabricarte una lanza. Con un palo puntiagudo, Parker ha

    matado a esa bestia enorme, as que...Conway no replic, pero tampoco dio un solo paso.

    Entonces vieron acercarse a Jack, a lo lejos, con el perrazo brincando a sualrededor. Llevaba algo grande y oscuro sobre el hombro...Cuando estuvo ms cerca, vieron que era un ave cubierta de un plumaje

    plomizo. La arroj al suelo y gru:Espero que sea comestible. En todo caso, no hay otra cosa, as que ustedes

    vern.Wallis examin el enorme pjaro, y exclam:Increble! Parece una de nuestras palomas, slo que infinitamente ms

    grande.Jack mascull, sentndose a la sombra:Es una paloma, profesor.Qu?Estaba arrullndose con otra, en la copa de un rbol. Su sonido era el de las

    palomas que se conocen en nuestro mundo, aunque ms poderosos, claro. Locurioso fue el comportamiento del otro ejemplar. Vio caer a su compaero, y apenasse movi. Luego, plane hasta el suelo para cerciorarse de que ste estaba muerto.Hubiera podido matarlo tambin con suma facilidad, pero pens que era preferibledejarla vivir. Tanta carne se nos hubiera estropeado. Al fin, levant el vuelo y semarch.

    Sorprendente.Slo se asust un poco ante los ladridos de Blackie, pero no demasiado.

    No puedo comprender a estos animales.El caso es que tenemos comida. Hay que desplumarlo, as que manos a la

    obra, Jane. Y t tambin, Jim. Aqu hay trabajo para un regimiento.Parker levant la mirada. El resplandor azulado era caluroso, pero no cegador.

    Adems, la atmsfera era tan limpia y vivificante, que incluso en psimascondiciones fsicas, uno poda llenarse los pulmones de aire y sentirse revivir.

    Comieron al fin, despus de asar la gigantesca paloma.

    Su carne era spera y fibrosa, pero de un gusto delicioso y fuerte.Wallis, coment:Apostara a que la fuerza nutritiva de esta ave es infinitamente ms completa

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    que en la Tierra...Acababan de dar cuenta de una buena parte del pajarraco, cuando Parker se

    qued rgido como un poste, tenso, la mirada brillante y el odo atento.No oyen?exclam. Escuchen eso!Se perciba un lejano zumbido. Era algo sordo, poderoso.

    Qu cree usted...?Un motor! jade Wallis. Es el sonido de un motor!Hay hombres aqu! chill Conway, levantndose de un salto.Jane solloz. Haca horas que senta un nudo en la garganta, unos deseos

    infinitos de llorar, y ahora ya no pudo contenerse ms, y estall en sollozos.Slo Parker permaneci tranquilo. El estaba acostumbrado a confiar muy poco

    en los seres inteligentes.Por lo menos, en los que conociera antes de la absurda aventura.El zumbido creci en intensidad hasta vibrar llenando la atmsfera.

    Y de repente, como un cataclismo, una gran esfera plateada apareci por encimade las colinas ptreas, flotando velozmente en el espacio.Pas sobre ellos con un ensordecedor aullido, gir en una magnfica parbola, y

    se alej hacia el sur de la llanura.La siguieron con la mirada, sobrecogidos d emocin. La vieron

    empequeecida, en la distancia, evolucionar otra vez, y regresar a la mismafantstica velocidad.

    Volvi a pasar casi encima de ellos, mucho ms bajo, agitar las altsimas copasde los rboles y, al fin con un agudo silbido, estremecerse y parar.

    Qued flotando all arriba, como una pelota colosal en el aire.Entonces se abri una pequea escotilla, y por ella descendi una estrecha

    escalera articulada.Y el primer hombre apareci.

    CAPITULO VEl aparecido era delgado y alto, tena largas piernas y estaba cubierto por una

    especie de funda de color gris plateado, como metlica.

    Empez a descender con enorme agilidad. Tras l surgieron otros, que lesiguieron velozmente.

    Cuando el primero lleg al suelo, les mir. Pudieron verle el rostro. Eraaplastado, con ojos redondos, carentes de pestaas y cejas. No tenia el menor asomode pelo, y su monda cabeza reluca bajo el sol.

    Conway sinti que le castaeteaban los dientes, mientras Wallis avanzabainstintivamente al encuentro del extrao ser que caminaba como un ser humanocualquiera.

    Inesperadamente, Jane se dej vencer por todas las tensiones acumuladas

    durante tanto tiempo, y con un chillido histrico, ech a correr, alejndose cada vezms.Jack, grit:

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    Jane, vuelve aqu!Blackie, tras un ligero titubeo, emprendi una veloz carrera detrs de la

    muchacha, y Parker ya no esper ms. Se lanz tambin en su persecucin paraevitar que cometiera cualquier tontera, o que tuviera un mal encuentro con cual-quiera de los seres monstruosos que parecan poblar ese mundo de pesadilla.

    Tras l oy los gritos del profesor, pero Jane estaba cada vez ms lejos, con elperrazo trotando a su lado, y no volvi siquiera la cabeza.Al fin logr darle alcance, jadeando. Cuando la toc para tratar de detenerla,

    ella lanz un quejido y se dej caer redonda sobre la blanda hierba.Blackie an dio algunos saltos a su alrededor, y al fin se detuvo con la lengua

    colgando.Jack gru:Si ya has hecho tu ejercicio del da, mejor ser que regresemos, Jane. Tu

    padre y Conway pueden necesitarnos.

    Ella se cubri la cara con las manos, sollozando.Las zarzas y matorrales haban destrozado sus ropas, pero ni siquiera loadvirti.

    Parker mir atrs. En la lejana, poda distinguir la esfera detenida sobre losrboles, pero nada ms.

    Y mientras estaba mirndola, la esfera se elev con creciente zumbido, yen unos segundos hubo desaparecido en el horizonte.

    Slo entonces la muchacha reaccion.Pap!gimote.Jack estaba furioso.Si no te hubieses comportado como una estpida, habramos podido ayudarle.

    Vamos, levntate!Jack, no puedo soportarlo ms. Vamos a morir aqu... nos matarn...Quines?Las bestias, esos hombres extraos...No tenan nada de extraos, slo su cabeza pelada. Quieres levantarte de una

    vez o te dejo aqu?Ella elev su mirada. Vio la camisa de l convertida ahora en simples jirones.

    Los restos de su chaqueta colgaban de sus hombros lastimosamente, y de sus

    pantalones no quedaba mucho, tampoco. La loca carrera entre los arbustos habahecho todo aquel trabajo.

    Y entonces se mir a s misma y se qued sin aliento.El dijo:No empieces a lamentarte por los destrozos. Dentro de algn tiempo,

    sospecho que andaremos como Adn y Eva. Bueno, qu decides, vienes o tequedas?

    Me abandonaras ahora?Ya puedes jurarlo.

    No la ayud a incorporarse. Ella lo hizo temblando, tambalendose, y ambosemprendieron el regreso a buen paso, con el perro precedindoles.

    Del profesor y de Conway no haba el menor rastro.

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    La muchacha lanz un grito de espanto.Parker gru:Se los han llevado.Los matarn, como a nosotros!Estaba al borde de la histeria.

    Si hubiesen querido matarlos, lo habran hecho aqu mismo, no te dascuenta? Deja de llorar, maldita sea!Eres un monstruo! chill Jane No tienes sentimientos, ni siquiera

    cuando vamos a morir!El suspir, volte la mano y la abofete con violencia.Los golpes sacudieron a la muchacha de arriba abajo. Dej de llorar, y sus

    rodillas se doblaron hasta que se derrumb, mirndole con ojos desorbitados.Poco a poco, l se tendi a su lado, rodendole los hombros con su brazo.Lo siento susurr. No haba otra manera de hacerlo. No quise lastimarte,

    pero...Me golpeaste... t...Jane, no dramatices. Estabas histrica. Y quiero decirte que nada de lo que

    hablaste con Conway es cierto. Te quiero, a pesar de que estemos sumergidos enesta pesadilla.

    Vaya momento que eliges para decrmelo!Necesito hacerte olvidar el miedo, los terrores, todo lo que te ha conducido a

    comportarte de este modo histrico.Tu declaracin es slo un pretexto para que me calme?El sonri, mirndola fijamente.Sabes bien que no. Te amo, con histeria o sin ella, en ste y en cualquier

    mundo. No quieres darte cuenta?La estrech entre sus brazos casi con violencia. Encontr sus labios y los estruj

    con un beso feroz, que pareca querer posesionarse de su voluntad, de toda ella.Luego, con la cara pegada a la de l, Jane susurr:Sabr adaptarme, querido, te lo prometo. Crees que pap estar con vida

    an?Si se lo llevaron es que no tenan intencin de matarlo, por lo menos de

    inmediato.

    Nunca me abandones, Jack...Confa en m.A corta distancia, Blackie se haba tendido sobre la hierba y los miraba con

    sus grandes ojos hmedos, aburrido, o quiz fastidiado por aquella prdida detiempo que no comprenda.

    * * *

    Caminaron todo el resto del da, manteniendo siempre la misma direccin,aquella hacia la que l viera desaparecer la esfera plateada.Remontaron cerros y descendieron valles, hasta que la oscuridad cay,

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    impidindoles seguir adelante.Entonces, l construy una rudimentaria choza de hojas y palos, encendi una

    fogata, y se tendi junto a la muchacha.Blackie, tan agotado como ellos mismos, se tir sobre la fresca hierba,

    bostez, emiti una serie de gruidos y cerr los ojos.

    Me he portado bien, no es cierto, Jack? susurr Jane, sintindose seguraahora entre sus brazos.Maravillosamente, aunque debes estar al borde del agotamiento.Pero lo he resistido...Descansa ahora. Yo mantendr el fuego encendido.T tambin necesitas descansar.Cuando el sueo me venza te llamar.Tan pronto la muchacha recost la cabeza sobre la hierba, qued profundamente

    dormida, aplastada por el feroz cansancio.

    El la contempl con toda la ternura de que era capaz.Sobre el cuerpo de Jane quedaban jirones de lo que fueran sus sofisticadasropas. Multitud de rasguos cruzaban su piel suave, y toda ella tena una apariencia

    primitiva, vital y sugestiva.Jack sonri en la oscuridad, porque en lo tocante a atuendo ms o menos

    civilizado, l tampoco poda presumir.Llevaba el torso desnudo, musculoso y fuerte. De los pantalones restaba lo

    suficiente para quedar algo semejante a unos bermudas ms o menos reducidos, ysus zapatos no estaban en mejores condiciones.

    Pero conservaba el cinto con la pistola, y los dos cargadores de repuesto en susfundas reglamentarias.

    Reglamentarias?En ese nuevo mundo no habra muchas ocasiones de someterse a reglamento

    alguno.Aviv el fuego, luchando con la terrible pasin de sueo que le asaltaba a

    impulsos del cansancio.Insensiblemente, se qued dormido.

    CAPITULO VI

    Despert, sobresaltado, oyendo un extrao crujido intermitente en alguna parte.Se incorpor, y su primera mirada fue para la muchacha.Ella dorma apaciblemente. Su respiracin era acompasada, tranquila. Tena un

    brazo extendido, que descansaba sobre el cuerpo de Blackie, tan dormido comoella misma.

    El extrao crujido le hizo girar en redondo, para extender la mirada ms all delimprovisado albergue que haba construido.

    Lo que vio le dej paralizado de estupor.Haba un enorme rbol solitario, que ya viera al caer la brusca noche.Y al pie del rbol, erguido sobre su extremidad posterior, un ser colosal roa

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    apaciblemente la corteza superior del tronco y las ramas ms tiernas de rbol.Era semejante a un gusano cubierto de largos pelos, con manchas multicolores

    por todo el blando cuerpo. Calcul que tendra ms de tres metros de longitud, y elgrueso de una serpiente pitn.

    A su mente acudieron imgenes de ilustraciones contempladas en sus aos de

    escuela. Gusanos multicolores, cada uno con sus peculiares caractersticas,predecesores de hermosas mariposas...Slo que aqullos apenas rebasaban la pulgada de longitud.El monstruoso ejemplar que se alimentaba, ajeno a cuanto le rodeaba, resultaba

    tan asombroso que ya ni siquiera le produjo el menor pnico.Incluso con su colorido, hubiera podido calificarlo de hermoso, si no fuera por

    su tamao, y la ignorancia del dao que pudiera causarles.Recogi la aguda lanza, y tante la pistola, para asegurarse de que an estaba en

    su cinto. Tras esto, sacudi suavemente a la muchacha.

    Jane...Eres t, Jack?Buena pregunta. Esperabas a otro, esta maana?Tonto.Se desperez, abrazndole.El murmur:No tengas ningn miedo, porque creo que es inofensivo, pero mira hacia

    atrs.Ella se envar, pero gir la cabeza.Contuvo un grito de estupor.Qu te parece?dijo Parker.Es... es increble.Un gusano, ni ms ni menos. Ahora no cabe duda. Tu padre tena razn

    cuando catalog aquellos monstruos como lombrices...No nos atacar?Eso es algo que no podemos saber. Eh, Blackie...El perro grua porque acababa de descubrir tambin al vistoso roedor de

    corteza.Fascinada, la muchacha no poda apartar la mirada de aquel estallido de colores

    vivientes.Veamos qu hacedijo Jack, tomando un pequeo trozo de rama.Lo lanz sin fuerza hacia el extrao ser. Le dio blandamente en el cuerpo, y el

    corpachn peludo se retorci violentamente. Cay sobre el suelo y,contorsionndose a gran velocidad, huy.

    Lamento haberle estropeado el desayuno coment Park.No trates de bromear, Jack. No hay nada humorstico en lo que nos rodea.Pero necesito animarte un poquito, amor mo. Qu tal si empezamos a

    preocuparnos del desayuno nosotros tambin?

    Al fin, ella sonri. Parker no poda apartar la mirada de su bellsimo rostro,ahora sorprendentemente tostado por aquel sol azulado.

    Y sin poder contenerse, se inclin sobre ella y la bes largamente.

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    Poco despus reanudaban la marcha, siempre hacia lo que suponan era el sur deaquel mundo, la misma direccin por la que viera desaparecer la nave esfrica, encuyas entraas debieron viajar el profesor y su ayudante...

    * * *

    A media tarde oyeron el rumor de agua. Fue algo que, a pesar de haberlo estadodeseando, les sorprendi tanto como el resto de lo que llevaban visto hasta entonces.

    Un ro!jade la muchacha.Echaron a correr a pesar del cansancio, con Blackie ladrando ante ellos.

    No era un ro propiamente dicho, sino ms bien un estrecho torrente de aguastumultuosas, que se deslizaban velozmente en la misma direccin que ellos seguan.

    El agua era cristalina, aunque tena un color extrao, al reflejar la azuladaatmsfera.

    El perro hundi las patas en ella y bebi glotonamente, y ellos no titubearon enimitarle.

    Estaba fresca, y era tan pura que resultaba una delicia el beberla.Cuando hubieron saciado su sed, Jack coment:Se me ocurre que el aire y el agua de la Tierra debieron ser como stos, en los

    albores del mundo: limpios, puros, vivificantes...Descansemos aqu, Jack.Me parece una buena idea.Se tendieron a la sombra de unas grandes hojas de color verde oscuro, y ella

    murmur:Jack, crees realmente que podremos adaptarnos a esta vida?Estoy seguro. Todo consiste en no dejarnos llevar por el miedo ni el

    desaliento, en aceptar las circunstancias tal como son... y en estar juntos. Imaginoque la primera pareja que pobl la Tierra debi sentirse poco ms o menos comonosotros ahora.

    Por lo menos, en cuanto a los vestidos, sidijo Jane.El se incorpor sobre un codo, mirndola alegremente, asombrado.Te das cuenta, querida ma? Has recobrado el sentido del humor. Eso es

    importante.Entonces, dame el premio que he ganado.Claro, claro...Unieron sus labios, y permanecieron estrechadamente abrazados durante mucho

    tiempo.Tambin la sensacin .de amarse tenia otras dimensiones para ambos. Era algo

    ms profundo, casi solemne,Todo all era limpio y pletrico de vida, incluso el amor.An aprovecharon, ms tarde, el resto del da para avanzar siguiendo el curso

    del agua.Hicieron algunos descubrimientos, a medida que proseguan su camino.El curso del torrente se ensanch paulatinamente hasta convertirse en un ro

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    ancho, de aguas plcidas. Y la vegetacin cambi.Aquel extrao mundo de formas colosales y oscuras, algunas completamente

    negras, quedaba atrs, Atora todo era verde, con un verde intenso y brillante. Losrboles, aun conservando sus formas colosales y fantsticas, tenan ms semejanzacon los de la Tierra. Y junto al ro, crecan helechos y juncos, y el musgo era

    espeso, y la hierba jugosa como un inmenso prado de csped esmeralda.Jane miraba todo aquello con ojos extasiados, olvidando el miedo y los temores,slo ensombrecido su asombrado entusiasmo por el recuerdo de su padre y Conway.

    Cuando cay la noche, estaban en una explanada a un tiro de piedra de unaintrincada arboleda, con el ro a su derecha y una barrera ondulada y rocosa alfrente.

    Jack.Dime, querida.Me gustara quedarme aqu.

    Qu?En este lugar, quiero decir. Creo que el paraso original debi ser algo

    semejante, no te parece?El sonri, secretamente satisfecho de que ella reaccionara tan bien.Podemos permanecer aqu todo el tiempo que desees, por lo menos, hasta que

    hayamos descansado todo lo que ambos necesitamos.Pero, y pap y Conway?Por supuesto, trataremos de localizarlos, si an estn vivos. Pero creo que

    debes hacerte a la idea de que, sea lo que fuere lo que les haya sucedido, el hecho defue nosotros lleguemos hasta ellos unos das ms tarde, no cambiar nada.

    T tambin crees que estn muertos, no es cierto?Realmente no creo nada, aunque la situacin, para ellos, no parece muy

    satisfactoria.Ella suspir.Deseas, de veras, quedarte aqu un tiempo?S, Jack.Entonces, habremos de procurarnos un albergue y ciertas comodidades.Esa primera noche la pasaron slo guarecidos por las gigantescas hojas verdes

    de una planta desconocida.

    Despus, en los das que siguieron, y mientras Blackie trotaba de un lado aotro, explorando tambin sus dominios,

    Parker construy una slida choza con troncos, lianas y hojas hbilmentesuperpuestas en el techo y las paredes.

    Tambin se provey de lea seca, una extraa madera que arda conextraordinaria facilidad y en cambio dejaba una ceniza dura y oscura.

    Fabric un par de duras lanzas y, al quinto da, despus de haber comprobadolas dificultades que tenan para cazar los veloces pjaros que les servan dealimento, comenz a pensar en otra fuente de provisiones.

    Sali a explorar la cercana y tupida selva. En el fondo estaba sorprendido por laausencia de animales, a pesar de que, durante las noches, se oan siniestros gruidosen la espesura, el quebrarse del ramaje y, de vez en cuando, alborotos tremendos,

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    que parecan producidos por terribles luchas.Seleccion duras ramas de un arbusto espeso que creca sobre el roquedal, y

    fabric un gran arco, y largas flechas.Con ellas estuvo practicando durante dos das, disparando sin cesar contra el

    tronco de un rbol, en el que haba grabado un pequeo crculo.

    Cuando estuvo satisfecho de sus progresos, dijo:Ya tamos en condiciones de emprender la guerra, amor mo.Jane, con el cuerpo exquisitamente bronceado, ms hermosa que nunca, sonri.Me pregunto para qu quieres la pistola. Necesitas fabricarte todo un arsenal

    de armas rudimentarias?Y las municiones, Jane? Dispongo de menos de tres cargadores. Cuando se

    agoten, adis mi poder superior en este mundo. Adems, las flechas no son unjuguete, precisamente...

    Inesperadamente, ella exclam:

    Dnde est Blackie?El di un respingo.Del perro no haba el menor rastro.Supongo que no andar lejos mascull, aunque es la primera vez que se

    aleja tanto. Bueno, esta noche deberamos variar un poco de men, querida. Pescaralgo, si los peces de este ro son tan tontos que se dejan pescar.

    Jack... -S?Ven aqu.El se acerc a la muchacha. Sus ojos se llenaron de su imagen adorable.Bsamesusurr Jane. Slo eso...No puedo desobedecer una orden como sta.La bes apasionadamente. Luego, silbando entre dientes, se fue hacia el ro.Ambos se haban adaptado, por lo menos psicolgicamente, a su nueva

    situacin.El que se adaptasen por completo en todos los rdenes, era slo cuestin de

    tiempo.Parker estaba desesperndose ante sus fracasos como pescador, cuando oy el

    grito de Jane.Chapote en el agua y corri como un gamo. La vio cmo acariciaba a

    Blackie, que haba vuelto, mientras dejaba escapar entrecortadas exclamaciones.Qu ocurre, ya regres el hijo prdigo?Oh, Jack, es increble!Qu es increble?Mira...Ella tom algo del suelo, y lo levant en alto.Era algo peludo, gris.Parker sinti que se le cortaba la respiracin.Aquello era un conejo.

    Un conejo de monte, de buen tamao.No poda creerlo.Al tomarlo de manos de la entusiasmada muchacha, advirti algunas diferencias

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    entre ese ejemplar y los terrestres. En primer lugar, las orejas eran ms cortas y msanchas. Despus, los cuartos traseros se vean ms desarrollados y mucho msrobustos.

    Blackie lo trajo! dijo Jane, acariciando al perro.Cuando se dign hacernos tal obsequio imagino que l se zamp antes, por lo

    menos, un par de estos ejemplares.Pero, Jack, cmo es posible que haya conejos en este mundo?Bueno, no pretenders que en la Tierra detentsemos la exclusiva de todas las

    formas de vida del universo... El caso es que este animal nos abre infinitasposibilidades. Debe haber caza en el bosque. Tenemos resuelto el asunto delsuministro.

    Fue otro motivo que elev su moral.Blackie pareca estar satisfecho porque era cierto que antes de decidirse a

    obsequiarles con el conejo de extraa apariencia, se haba dado el gran banquete

    con otros dos parecidos...

    CAPITULO VIISabes cunto tiempo llevamos aqu Jane?Ella cabece, asintiendo.Yo tambin tengo reloj, querido. Y no ceso de vigilarlo para que no se pare...Tres semanas terrestres, ni ms ni menos. No crees que ya es hora de

    reanudar nuestro camino?Jane asinti, pero no pudo evitar mirar con nostalgia esos parajes en los que

    haba sido plenamente feliz...De que a la maana siguiente, apenas el sol desparram su luz, se pusieron

    nuevamente en camino. Incluso Blackie pareca abandonar el lugar de mala gana.Atravesaron las colinas. Al otro lado de ellas, el paisaje se volvi ms bronco,

    como atormentado por dolores geolgicos.Secretamente, Jane comenz a lamentar haber dejado atrs el verde valle donde

    haba sido feliz.Al tercer da de marcha, se enfrentaron con las abruptas laderas de unos montes

    rocosos, salpicados por verdes manchas de vegetacin.Parker los contempl, sombro.Atravesarlos, coronndolos, sera una marcha agotadora. Habra que buscar un

    paso ms fcil.Al cerrar la noche encendieron una gran fogata, como de costumbre. Se

    acostaron con Blackie tendida a sus pies.Parker ignoraba cunto tiempo llevaba dormido, cuando le despert el

    escndalo de Blackie, con sus fieros gruidos.Se levant de un brinco, viendo, en la oscuridad, al animal debatindose contra

    algo ms grande que l.El resplandor de la fogata no llegaba hasta el lugar de la lucha. Los gruidos delperrazo eran cada vez ms salvajes.

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    Jane despert tambin.Qu sucede?Blackie. Est luchando contra algo...Por Dios, llmalo!Blackie, sultalo, ven aqu! -grit Jack.

    El revuelo, en la oscuridad, se prolong casi un minuto ms. Parker decidiintervenir, como fuera, ya que el perro no pareca dispuesto a soltar su presa.Blackie, maldita sea, djalo!Al fin, el perro solt su presa y retrocedi a regaadientes, frotndose contra sus

    piernas.Parker oy unos pasos veloces, que se alejaban a la carrera.Un hombre! exclam. Oyes? Son pasos, Jane!El trote rpido se extingui en la distancia.Ests seguro?jade la muchacha.

    No pude verlo, desde luego. Pero o los pasos. Ningn animal correra de esemodo. Quien fuera, se mova sobre dos pies. Maldita sea, Blackie, la hicistebuena esta vez!

    Al amanecer, cuando se preparaban para reanudar el camino, oyeron el zumbidoagudo de una de aquellas esferas plateadas. El sonido fue acrecentndose, a medidaque la extraa nave se aproxim a donde estaban ellos.

    Parker exclam:Corre, ocltate bajo esos rboles!Los dos se agazaparon all, con el perro sujeto.La esfera pas casi sobre ellos, rugiendo muy bajo. Evolucion luego frente a

    las escarpadas laderas de los montes y, al fin, remontndolas, desapareci al otrolado.

    Pareca como si buscaran algo mascull Jack. Tal vez estn buscndonosa nosotros.

    Crees que van a volver?Cualquiera sabe...Antes de que hubiera terminado de hablar, otra esfera apareci, procedente de

    otra direccin distinta. Tambin estuvo flotando cerca de las laderas, y luego se fue,siguiendo.

    No lo habas advertido?Los haba odo gruir, pero es cierto que no rugen, no parlotean como los de

    la Tierra... Quieres decir que son mudos?No lo s, pero ni siquiera el jaguar que mataste lanz ningn rugido, al ser

    atacado. Slo emiti una especie de gruido sordo.Es algo sobre lo que reflexionar, evidentemente...De pronto, Blackie dio un brinco y empez a ladrar desaforadamente.Instintivamente, Parker se incorpor, agarrando su arco.Lo que vio paraliz todos sus miembros. Oy la exclamacin de temor de Jane,

    pero toda su atencin estaba fija en el grupo de seres humanos que haban aparecidoa su derecha, entre las peas.

    Hombres!jade.

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    Pero eran distintos de los que vieran descender de la nave esfrica. Estos tenanla piel mucho ms oscura, mostraban un vello spero en el pecho y, sobre suscabezas, haba un cabello spero y ralo.

    Empuaban unos cortos garrotes, y su actitud era tanto expectante comoagresiva.

    Empezaron a gesticular, cambiando feroces miradas entre ellos.Jack calcul que habra unos cincuenta, y ese descubrimiento no le tranquiliz,precisamente.

    Colcate al amparo de ese saliente, Jane. No sabemos cules son susintenciones.

    Y t?Ya no podemos huir. Nos alcanzaran fcilmente. Hay que esperar a ver

    cules son sus intenciones.Jack...

    Ocltate. Es a ti a quien sealan.Parecen... negros.No digas tonteras. Slo tienen la piel un poco ms oscura que nosotros.

    nicamente sus facciones son achatadas. Podran parecerse a los papes de nuestromundo, en todo caso.

    La muchacha se desliz hacia el escondite, llevndose al perro con ella.Entonces, el grupo de extraos se puso en movimiento. Avanzaron como unos

    veinte metros, y volvieron a detenerse, gesticulando desaforadamente.El aguard hasta que se aquietaron. Todos se volvieron hacia el hombre que

    esperaba, erguido, sobre la roca.Entonces Parker, grit:Somos amigos, no queremos hacerles ningn dao!Saba que era absurdo. Ellos no entenderan su idioma.Pero su voz, retumbando en el silencio, les impresion ms que un terremoto.

    Primero iniciaron un movimiento de retroceso, pero luego uno de ellos volvi agesticular a gran velocidad, sealndole y sealndose a s mismo. Pareca unaasamblea de mudos.

    Y, realmente, no emitan ningn sonido.Era como si, en ese mundo increble, nadie tuviera voz.

    De pronto, el corpulento individuo gesticulante avanz. Blanda su corto yslido garrote, y no dejaba duda de sus intenciones.

    Iba a atacarle.Jack vacil. Quera entenderse pacficamente con los pobladores de ese mundo

    de pesadilla. Si mataba a alguno de ellos, atraera sus iras, y deba pensar en Jane...Pero si permaneca inactivo, y era atacado, no tendra la menor esperanza.El extrao individuo lleg a diez pasos de distancia, y se detuvo, sealndole

    con el garrote, moviendo las manos a un ritmo endiablado.Parker grit:

    No entiendo tu lenguaje! Pero no quiero pelear.De nuevo su voz caus una pequea conmocin en el grupo. Incluso el msprximo pareci titubear.

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    Pero luego, consciente de que estaban observndole todos sus compaeros, selanz ferozmente al ataque.

    El garrote silb sobre su cabeza cuando describi un centelleante molinete.Luego, el golpe casi roz a Parker, aunque ste salt de costado con la velocidad delrayo.

    Jane se asom lo justo para verles. Su corazn dej de latir, ante el salvajecombate que se iniciaba.Jack exclam:Maldito estpido! Es que no comprendes? No quiero luchar contigo!De nuevo, el hombre de piel cobriza salt sobre l, descargando un terrible

    mazazo.Los bien entrenados reflejos de Parker le salvaron una vez ms, esquivando el

    golpe. En su fuero interno agradeci los implacables entrenamientos a que fuerasometido en su mundo, en el organismo secreto al que perteneciera.

    El hombre se detuvo unos segundos, mirndole perplejo por el hecho de que suenemigo no presentara combate. Luego, enfurecido, se lanz a la carga, moviendosu arma primitiva como un molinete.

    Jack esquiv, se lanz rodando fuera de su alcance y, levantndose como sirebotara, sinti que la ira le dominaba. Tir el arco a un lado, y esta vez aguard.

    El otro pareci comprender que al fin iba a conseguir lo que quera. Atac,descargando un mazazo de arriba abajo, capaz de desnucar un buey.

    Parker lo esquiv una vez ms, gracias a su extraordinaria agilidad, pero casicon el mismo movimiento, atac.

    Cay sobre su enemigo con todo su mpetu, descargando un trallazo con lazurda de abajo arriba. Casi simultneamente, le machac el hgado con la derecha, ysinti cmo su puo se hunda en la dura carne.

    El salvaje se encogi sobre s mismo, sacudiendo la cabeza, no le dio cuartel.De un puntapi le dobl todava ms y, tras esto, descarg un feroz hachazo con el

    borde de la mano contra la indefensa nuca.El hombre rod por el suelo, soltando su garrote. El le levant de un tirn. El

    individuo tena los ojos turbios, y trataba de afianzarse sobre sus musculosaspiernas.

    Volte el brazo y esta vez le clav el puo en mitad del rostro. Sabia cunto

    desconcierta al enemigo la sangre, y a se le brot como un torrente de su narizaplastada.

    Parker era mucho ms gil que su adversario. Estaba entrenado a fondo, y losinstructores hablan hecho un buen trabajo en el inmediato pasado. Ahora no letema a ninguno de aquellos silenciosos nativos, mientras no decidieran atacarletodos a la vez.

    Agarr al vencido que sacuda la cabeza, semiconsciente, lo levant en vilo yacab arrojndolo peas abajo.

    Lo vio rodar como un mueco hasta detenerse contra una roca, donde golpe

    con un impacto tremendo, y se qued quieto.Jane no pudo contener un grito de alivio.El dijo:

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    Sigue ah, no salgas an.Jack, por qu no disparas contra ellos? Quieren matarte.Yo no quiero matar a ninguno, si puedo evitarlo. Necesitamos ayuda, y lo que

    realmente quiero es entenderme con esta gente.Pero no hablan tampoco!

    Son demasiados...Ocltate!Se daba cuenta de que aquellos primitivos individuos peleaban por ella. La

    haban visto y, sin duda, en ese mundo, los instintos primarios eran semejantes a losde la Tierra. Adems, nunca en su vida deban haber visto una mujer de piel dorada,tan maravillosamente bella como Jane. Por eso deba defenderla a cualquier precio.Incluso matando si le obligaban a ello.

    Parecan deliberar, gesticulando.De una grieta surgieron otros, y el grupo se hizo compacto. Parker comenz a

    preocuparse seriamente, por cuanto ahora eran por lo menos setenta los enemigosque tena delante.Repentinamente, parecieron ponerse de acuerdo y avanzaron pegados el uno al

    otro. Llegaron junto a su compaero cado y, con absoluta indiferencia, pasaronsobre l sin siquiera dirigirle una mirada, pisotendolo como si no existiera.

    Jack sinti un terrible escalofro. Aquellos seres carecan de sentimientos. Esole hizo comprender que no le daran cuartel.

    Recogi el arco, mont una flecha, lo tens y, casi sin apuntar, dispar contra elgrupo.

    La flecha se enterr en el pecho de una de aquellas criaturas. Abri los brazos yboque, sin que ningn sonido saliera de sus labios.

    Los otros le miraron, asombrados, hasta que se desplom. Luego reanudaron elavance.

    Parker maldijo en voz alta, retrocediendo hacia donde estaba Jane. No tenaflechas suficientes para entablar un combate. A decir verdad, tampoco balas.

    No me dejan opcinmascull.Empu la pistola cuando el grupo llegaba a veinte metros de l, y segua

    avanzando, blandiendo sus garrotes.Desde la cintura, dispar.

    En el inmenso silencio de ese mundo, el rotundo trueno del arma pareci uncataclismo. Al mismo tiempo, uno de los que avanzaban peg tal salto que derrib alos que estaban inmediatamente detrs de l.

    La bala casi le haba arrancado la cabeza.Los otros le rodearon. Ahora s estaban impresionados al parecer, aunque Jack

    no saba si por la fulminante muerte de su camarada o por el tremendo ruido de lapistola.

    Dispar por segunda vez, y hubo un remolino en el grupo, cuando otro sedesplom en medio de los dems. El eco del disparo se multiplic hasta perderse en

    la lejana.Inesperadamente, aquellos seres primitivos echaron a correr y, en un instante,hubieron desaparecido por la ancha grieta de la que surgieran.

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    Huyen!grit Parker. Te das cuenta? Huyen!Jane sali de su refugio. Blackie no pareca muy conforme con el hecho de

    que ella le sujetara firmemente.Has tenido que matarlos...susurr.Ya viste que no me dejaron ninguna otra alternativa.

    Corri hacia el primer cado, el que haba peleado con l cuerpo a cuerpo. Tenael rostro tumefacto, y distintas heridas en el cuerpo, producidas por sus golpescontra las afiladas rocas, pero viva.

    Intentar hacerme comprender, cuando recobre el conocimiento. Pero tmantente alejada de l, y mejor que no te vea.

    Y si vuelven?El se encogi de hombros y gru:Las municiones no van a durar mucho tiempo.Su voz tena un tono fatalista.

    Se inclin sobre el cado, examinando sus facciones.Realmente, eran las de un ser primitivo, como debieron ser las de los salvajespobladores de las selvas amaznicas, en los albores de la humanidad, por ejemplo.

    Era de corta estatura, pero extraordinariamente musculoso. En su cuerpo habainfinidad de cicatrices.

    No es una belleza, precisamentegru entre dientes.Vio que respiraba pesadamente, y se apart de l para reunirse con Jane, en su

    escondite. Blackie se qued de pie sobre el saliente rocoso, vigilando.Cuando haya hablado con ese hombre, si es que logro hacerme entender,

    mejor ser que nos alejemos de aqu, y pronto. Si le pierden el miedo al estruendode la pistola, estamos perdidos...

    Entonces, vaymonos ahora, Jack.Quiero tratar de saber algo de este mundo, pequea. Tal vez, con un poco de

    paciencia y habilidad, consiga hacerme comprender por l.Blackie comenz a gruir sordamente. Luego, emiti una suerte de quejidos,

    y se desliz rpidamente hacia donde estaban ellos.Qu diablos le pasa ahora?En dos saltos, Jack se encaram sobre aquella especie de mirador.Y una vez ms, todo el horror del mundo pareci culebrear en sus nervios,

    paralizndolo.

    CAPITULO VIIIUna masa parda se deslizaba de roca en roca hacia el cado.Era tan grande como un caimn de la Tierra, pero su cuerpo pareca la coraza de

    un tanque y brillaba con tonos opacos.Su cabezota era una verdadera pesadilla, prolongada por las curvas tenazas de

    sus mandbulas. Semejante, en cierto modo, a las voraces tijeretas de los campos,aquella monstruosidad era lo ms horrible que viera, desde que estaban en esemundo de seres espeluznantes.

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    Jane exclam:Qu sucede, Jack?No te muevas y sujeta al perro!Atrap el arco de un zarpazo y carg una flecha.La bestia estaba a pocas yardas del inconsciente salvaje.

    Tens el arco, y esta vez s apunt cuidadosamente, temeroso de fallar el tiro.Las mandbulas erizadas de afilados dientes de sierra se abran y cerrabanconstantemente.

    Dispar, y la flecha se hundi en aquella brillante coraza.La bestia se retorci violentamente, pero sin detenerse.Frenticamente, Parker dispar otra flecha, que tambin dio en el blanco,

    obligando al monstruo a dar una vuelta sobre s mismo. Las flechas se rompieroncuando rod a un lado, pero, con una monstruosa contraccin, volvi a colocarsesobre sus robustas patas y, ahora con un torpe salto, se lanz sobre su vctima.

    Las tenazas apresaron el cuerpo inerte por la mitad. Son un nauseabundochasquido, y el desgraciado qued partido en dos como si hubiera sido una masa deblanda mantequilla. Parker le vio an cmo boqueaba, cmo sus ojos se de-sorbitaban, y luego la vida escap del cuerpo cercenado.

    Sinti tentaciones de echarse a gritar, de vomitar, de estar a mil millas dedistancia...

    La bestia pareca husmear la sangre. Parker, enloquecido, dispar una flechatras otra contra aquella cosa sin nombre, acribillndola cuando ya hunda susmandbulas en el cuerpo muerto.

    Al fin, erizada de flechas, la bestia cay de costado. El vientre rojizo se agitabaatravesado por las flechas, y soltaba un lquido espeso, nauseabundo.

    Parker se volvi de espaldas, se desliz por las rocas y fue a reunirse con Jane.Esta se asust al ver su rostro plido y desencajado.Qu ha pasado, Jack? balbuce.Mejor que lo ignores. Y vmonos de aqu.La llev dando un rodeo hasta un lugar desde el que no pudiera ver el

    espeluznante espectculo. Entonces emprendieron la marcha, y ahora l mantenalos ojos atentos a la menor seal de peligro.

    De pronto, gru:

    Nunca debimos abandonar nuestro valle, junto al ro...Pero, y pap y Conway?S, claro.Pero, Jack, qu es lo que viste que te impresion de ese modo?El sacudi la cabeza y no replic.Avanzaron varias millas, antes de detenerse a descansar.Todo lo que les rodeaba tena tintes sombros, hostiles. El ms leve rumor haca

    que Parker diera un salto y vigilara a su alrededor, con la pistola amartillada.As un da y otro, y una noche y otra ms, descansando el tiempo justo para

    reponer fuerzas. Ignoraban qu distancia haban recorrido, pero controlaban losdas, segn su concepto del tiempo, guindose por los relojes.

    Apenas encontraban nada de caza, y el hambre y la sed, comenzaban a

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    acuciarles, mientras el pramo desolado por el que se movan no pareca tener fin.Cinco das despus divisaron otra vez una vegetacin verde, una barrera

    selvtica, que pareca cerrarles el paso.De nuevo, la esperanza pareci renacer en los dos.

    * * *

    El ro de aguas profundas y mansas corra por el borde de la espesura.Saciaron la sed, descansaron y reanudaron la agotadora caminata.Tres das despus, el caracterstico zumbido de una nave esfrica atron el

    espacio. Ya apenas tenan fuerzas para sostenerse ni para buscar refugio...La esfera plateada apareci, aproximndose velozmente. El perro comenz a

    ladrar desaforadamente.La nave perdi altura con rapidez, dio una vuelta completa alrededor de ellos, y

    al fin descendi, quedndose inmvil a pocos metros del suelo, como flotando,ingrvida en el aire. El zumbido se hizo suave, apenas perceptible.

    Jane balbuce:Djales que nos lleven, Jack. No podemos continuar as, y tal vez sepamos

    qu le sucedi a pap...El asinti y sujet a Blackie, cuyos roncos aullidos rompan el silencio.Vieron abrirse la escotilla y descender la escalera articulada. Luego aparecieron

    aquellos extraos seres, vestidos con sus ajustados atuendos grises.Bajaron cinco de ellos. Cuando se les acercaron, Parker vio que sus rostros eran

    tan semejantes unos con otros que parecan gemelos. Tenan los ojos grandes ycomo hundidos en profundas rbitas. Sus bocas eran de labios delgados, y lasnarices muy semejantes a las de cualquier hombre de la Tierra.

    Eran barbilampios. No habla ni el menor asomo de pelo en sus rostros ni ensus mondas cabezas.

    Enlaz los dedos de Jane en su mano, y esper. El perrazo continuaba ladrandoa los desconocidos.

    Se detuvieron a pocos pasos de distancia, y uno de ellos, volvindose, les sealla nave.

    Sin una palabra, Parker ech a andar, tambalendose, llevando a la muchacha yal perro.La escalera articulada era de un extrao metal ligero, semejante al aluminio,

    pero tenia el aspecto de ser mucho ms slida que las construidas con esa ligeraaleacin.

    Ayud a la muchacha a encaramarse, notando un violento torbellino de aire a sualrededor, como si fuera este torbellino el que sostuviera a la sorprendente nave.

    Luego, tomando el perro en brazos, empez a subir l.Estaba tan exhausto que apenas poda sostener al animal, y mucho menos

    sujetarse para subir.Entonces oy un grito de Jane. Todo empez a girar a su alrededor, y l y elperro se desplomaron escalera abajo.

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    CAPITULO IX

    Recobr el conocimiento, y mir a su alrededor.

    Estaba en una estancia cuadrada, tendido sobre una especie de camastro blandoy confortable.En lugar de ventanas, haba graciosos arcos abiertos. Una extraa emocin le

    invadi, porque por primera vez desde que haba llegado a ese extrao mundo veauna construccin debida a la mano del hombre.

    Oy un sordo gruido. Blackie se incorpor a su lado, evidentemente muycontento de verle despierto.

    Le acarici. Se senta dbil, pero con la mente extraamente lcida.Quiz fuera debido al alto contenido de oxgeno del aire.

    Mir en torno, preguntndose dnde estara Jane. Si a l no le haban causadoningn dao, era presumible que tambin hubieran respetado a la muchacha.No haba muebles en la estancia, slo una slida repisa de una piedra brillante

    semejante al mrmol, y una especie de taburete, tambin de piedra, fijos en el sueloaqu y all, en torno a la especie de cama en que yaca.

    Se incorpor. Al ponerse en pie, sus piernas vacilaron, pero logr afianzarsesobre ellas, y camin torpemente hacia uno de los enormes ventanales.

    Y contuvo el aliento. Ante l se extenda una ciudad maravillosa, rutilante bajoel sol. Todos los edificios eran blancos, construidos con aquella piedra brillante.Anchas avenidas, sombreadas por millares de enormes rboles la cruzaban en todasdirecciones, y se vea una multitud de gentes desplazndose como hormigas.

    Un tremendo silencio reinaba por doquier. Ni una voz, ni un rumor siquiera.Slo el silencio, tan compacto, que uno tena la impresin de que poda tocarlo

    con la mano.No haba polvo, ni niebla, ni nubes. La atmsfera, brillante y limpia, reflejaba la

    extraa luz azulada del sol de ese mundo.Blackie le avis de una extraa presencia. Volvindose, vio dos de aquellos

    seres silenciosos que les haban capturado.Estaban parados en la entrada de la estancia, mirndole fijo con sus ojos sin

    expresin, con sus rostros que no reflejaban nada en absoluto.El camin hacia ellos. Al moverse, not el peso y el golpeteo de la pistola y los

    cargadores en el cinto. Ni siquiera le haban desarmado.Les agradezco su ayuda dijo. Aunque imagino que no me comprenden.Uno de ellos movi velozmente las manos y los labios, de los que no brot ni

    un suspiro.Era una especie de lenguaje de mudos, como si utilizasen el mtodo de Braille

    de la Tierra.Pero Parker conoca algunos de los signos, y pronto advirti que no era as. Esa

    gente tena su propio idioma mudo.Yo tampoco les entiendo.Los dos se miraron.

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    El insisti:Dganme, cmo puedan, dnde est Jane. La mujer que me acompaaba.

    Comprenden? La mujer!Describi en el aire, con un ademn, las graciosas curvas de un cuerpo

    femenino. En otras circunstancias, a l mismo le habra divertido esa grfica

    descripcin, pero entonces estaba rodo por la impaciencia y el temor.Sin embargo, result efectivo. Sealaron la entrada y salieron.El les sigui, con el perro pegado a sus piernas. No se explicaba que no le

    hubiesen desarmado. Qu clase de gente era aqulla? A menos, claro est, queignorasen lo que era la pistola.

    Recorrieron un amplio pasillo blanco, torcieron a la derecha y descendieron poruna rampa en suave declive.

    Finalmente, entraron en otro aposento, muy semejante al suyo propio.All estaba Jane. Le hablan proporcionado un atuendo semejante al que ellos

    utilizaban, y estaba tratando de enfundarse en l, slo que su busto era demasiadoerecto y sus caderas demasiado rotundas, y la cosa no resultaba fcil.Les mir y, al ver a Jack, sonri:No logro entrar en esa cosa, Jack dijo, con una alegra que l no le conoca

    desde que empezaran la descabellada aventura. Cmo ests t?Dbil...Son amables, Jack. Tan bondadosos que, cuando podamos entendernos con

    ellos, todo ser fcil para nosotros.No estoy tan seguro. Ya no me fo de nada, en este mundo...Utilizan un lenguaje por seas, como los sordomudos. Pero no son sordos, en

    absoluto, slo mudos. No lo entiendo. Y t?Mejor que dejes de pelear con ese vestido, o lo partirs por la mitad. Sin

    duda, no es tu talla.No los hay mayores. Todos ellos son muy semejantes entre s. Deben

    fabricarlos con una talla uniforme...Tambin para las mujeres?Ella ri. Parte no recordaba haberla odo rer desde que abandonaron la Tierra.Te sorprenders...De qu?

    De la escasa diferencia que hay entre hombres y mujeres. Apenas se lesdistingue y, con estos trajes, a m todos me parecen iguales.

    Pero debe haber de los dos sexos. No creo que se reproduzcan por generacinespontnea.

    Quiz sus nenes aparezcan debajo de una col.Has recobrado el humor, eh? Pero yo estoy desconcertado, dbil y

    hambriento, y nada de todo esto me sirve de estmulo. Cmo has conseguido que tefaciliten ropas?

    Mostrndoles mi cuerpo. A las mujeres, desde luego.

    El gru. Record los das en el valle junto al ri y lo ech de menos otra vez.Y de tu padre?Nada an. Pero si a nosotros nos tratan as, a l tampoco deben haberle hecho

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    ningn dao.Parker advirti, de pronto, la reconcentrada atencin con que eran escuchadas

    sus voces. Los miraban fijamente, inmviles, aunque no deban entender nada.Me pregunto cmo conseguiremos entendernos con ellos refunfu.Es cuestin de tiempo. Por qu no comes un poco?

    Comer! Cmo he de hacer para pedirlo?Mira esa fruta.Se volvi.Sobre una repisa haba un recipiente parecido al cristal, repleto de grandes

    frutos.No se entretuvo en averiguar qu eran. Comenz a devorarlos, llenndose la

    boca de su dulce jugo, saborendolos. Tenan un gusto fuerte y exqui