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TANDILIA Carlos Alberto Cingolani 1 Las rocas y los fósiles más antiguos de la Argentina

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TANDILIA

Carlos Alberto Cingolani1

Las rocas y los fósiles másantiguos de la Argentina

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Sitios de InterésGeológico

de la República Argentina

EDITORComisión Sitios de Interés Geológico de la República Argentina (CSIGA):

Gabriela Anselmi, Alberto Ardolino, Alicia Echevarría, Mariela Etcheverría, Mario Franchi,Silvia Lagorio, Hebe Lema, Fernando Miranda y Claudia Negro

COORDINACIÓNAlberto Ardolino y Hebe Lema

DISEÑO EDITORIALDaniel Rastelli

Referencia bibliográfica

Sitios de Interés Geológico de la República Argentina. CSIGA (Ed.) Institutode Geología y Recursos Minerales. Servicio Geológico Minero Argentino,

Anales 46, II, 461 págs., Buenos Aires. 2008.

ISSN 0328-2325Es propiedad del SEGEMAR • Prohibida su reproducción

Publicado con la colaboración de la Fundación Empremin

www.segemar.gov.ar | [email protected] | [email protected]

BUENOS AIRES - 2008

Av. General Paz 5445 (Colectora provincia)Edificio 25 - 1650 - San Martín - Buenos Aires

República Argentina

Av. General Paz 5445 (Colectora provincia)Edif icio 14 - 1650 - San Martín - Buenos Aires

República Argentina

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INTRODUCCIÓN

Los Sitios de Interés Geológico (SIG) son lu-gares óptimos para reconocer e interpretar losdiferentes procesos geológicos que han modela-do nuestro planeta. Resultan verdaderos «docu-mentos naturales» del mundo geológico-paleon-tológico, que en muchos casos llegan a consti-tuir, por su naturaleza excepcional y gran valorcientífico, un bien cultural y didáctico único quemerece preservarse para las generaciones futu-ras. Algunos de estos sitios presentan asimismovalores relevantes que facilitan la comprensióndel desarrollo histórico, cultural y económico deuna región.

En este sentido, la región de Tandilia, ubi-cada en el centro de la provincia de Buenos Ai-

TANDILIA

Carlos Alberto Cingolani1

Las rocas y los fósiles másantiguos de la Argentina

1. Centro de Investigaciones Geológicas, Universidad Nacional de La Plata - CONICET y División Geología Museo deLa Plata.

RESUMEN

Las Sierras Septentrionales de la provincia de Buenos Aires conforman un cordón serrano alineado en sentido noroeste-sudeste,

también conocido con el nombre de Tandilia. Aquí se expone un basamento con las rocas más antiguas del país, y en sucobertura sedimentaria se encuentran restos fósiles de microorganismos y de estructuras dejadas por ellos, que se destacan por

ser los más primitivos que se han registrado en el territorio nacional.

Numerosos son los lugares de interés geológico que merecen ser señalados en distintos puntos del cordón serrano. Algunos sedestacan como ejemplos de rocas intensamente deformadas, otros por sus explotaciones en canteras y otros por sus excelentes

afloramientos de rocas del antiguo basamento y de la cobertura sedimentaria. Muchos de estos lugares constituyen verdaderos

«documentos naturales» del mundo geológico-paleontológico, que por su inapreciable valor cultural y didáctico debieran serpreservados como patrimonio de la humanidad.

ABSTRACT

The Northern Hills in the Buenos Aires Province of Argentina show a NW-SE trend, and are also known as the Tandilia System.Here, the most ancient basement rocks of Argentina can be found. Besides, in the sedimentary cover, there are fossil remains of the

most primitive microorganisms that have ever been recorded in the national territory as well as the fossil structures left by them.There are several interesting geological places in different points of this range that deserved to be pointed out. Some outstanding

examples of them are those rocks with intense dynamic deformation, quarry rocks, and outcrops of old basement rocks and

sedimentary cover. Many of these places are true «natural landmarks» of the geological and paleontological world and due totheir unique cultural and didactic value they should be preserved as world heritage.

res (Figura 1), reúne numerosos y destacadossitios que registran diversos aspectos de inte-rés. Entre otros, la posibilidad de apreciar lascaracterísticas de las rocas más antiguas del país,cuyo origen se remonta al menos unos 2.200millones de años atrás, y sobre las cuales yacenestratos de rocas sedimentarias que albergan losfósiles más primitivos de Argentina. Un atracti-vo paisajístico lo constituyen, a su vez, las par-ticulares formas labradas por la erosión.

A los diversos temas de interés geológico seañaden los vinculados a la presencia y actividadhumana en la región, cuyos inicios están docu-mentados en varios sitios arqueológicos. Esta ricahistoria continuó con la estancia de naturalistasde fama mundial, con las corrientes migratoriaseuropeas y también con el accionar civil y mili-

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tar, que dio lugar a la fundación de fortines parala expansión de fronteras. Ya en el siglo XIXTandilia se vio inmersa en la «fiebre de la pie-dra» y desde entonces la región se transformóen un distrito minero que, actualmente, se dis-tingue por los grandes volúmenes de rocas quese extraen para diversos usos.

ASPECTOS FISIOGRÁFICOS YGEOMORFOLÓGICOS

Su ubicación en la llanura

La provincia de Buenos Aires está conforma-da por una dilatada llanura que se ve interrum-

pida por el asomo de los cordones serranos deTandilia y Ventania. En el primero de ellos, laaltura no sobrepasa los 524 metros sobre el ni-vel del mar, mientras que en la sierra de La Ven-tana se encuentra el cerro Tres Picos, que con1.247 metros es la máxima altura bonaerense.Ambos cordones -Tandilia y Ventania- y la regióninterserrana conforman el llamado «positivo bo-naerense». A su vez, el subsuelo de la provinciapresenta varias cuencas sedimentarias, como lasdel Salado, de Claromecó y del Colorado -conamplia extensión hacia la plataforma continen-tal argentina- además de otras cuencas meno-res.

Tandilia

Tandilia, también conocida con el nombrede Sierras Septentrionales de la provincia deBuenos Aires, es un cordón serrano discontinuoformado por sierras, cerros, cerrilladas y lomasque se encuentran separadas entre sí por vallesy abras (Figura 2). En la región de Tandil–Barker(parte central de las sierras) alcanza su anchomáximo, de unos 60 kilómetros. El cordón seextiende por unos 350 kilómetros en sentidonoroeste-sudeste, desde la localidad de Blanca-grande (Figura 3), hasta culminar las exposicio-nes rocosas en el cabo Corrientes, en el litoralatlántico. El conocimiento geofísico del subsue-lo permite apreciar su continuación en la plata-forma continental, hasta varios kilómetros alsudeste de Punta Mogotes.

En los primeros mapas, el cordón de Tandiliase dividía en tres amplios sectores: sierra Chica,

Figura 1. Ubicación regional del cordón de Tandilia.

Figura 2. Grupos orográficos principales de Tandilia y ubicación de distintos lugares de interés geológico (Imagen 2006 MDA EarthSat).

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sierra del Tandil y sierra del Volcán o Vulcán,pero con estudios de mayor detalle (Nágera,1940) esta subdivisión fue ampliada. Actualmentese reconocen los grupos orográficos que desdeel noroeste al sudeste (ver la figura 2) son lassierras de Olavarría, del Azul, del Tandil, de laTinta, de Necochea-Lobería y de Balcarce-Mardel Plata.

LOS ESTUDIOS GEOLÓGICOS

Los esforzados naturalistas pioneros reali-zaron una labor fundamental para el avancedel conocimiento científico en la región. Elloselaboraron los primeros mapas topográficosadecuados para volcar sus observaciones, y lohicieron en condiciones francamente peligro-sas, arriesgando sus vidas en territorios des-conocidos (ver por ejemplo Thomas Falkner,1974).

En las primeras décadas del siglo XIX reali-zaron estudios el naturalista francés AlcidesD’Orbigny y más tarde el joven inglés CharlesDarwin (Fotografía 1) algunas de cuyas agudasobservaciones aún tienen vigencia. El geólogofrancés Auguste Bravard describió el aporte vol-cánico en los sedimentos pampeanos, y entreotros destacados investigadores puede citarse al

ingeniero Aguirre, quien propuso la división delas serranías de la provincia en unidadesmorfoestructurales (que luego serían llamadasTandilia y Ventania).

Hacia fines del siglo XIX comenzaron los tra-bajos del paleontólogo F. Ameghino, quien dio aconocer las faunas de mamíferos que poblaronel territorio bonaerense. Por su parte, el geólo-go alemán R. Hauthal, contratado por el PeritoFrancisco P. Moreno (fundador y primer directordel Museo de La Plata) describió la presencia derestos fósiles (icnofósiles) en las rocas sedimen-tarias de la región de Balcarce.

Durante el siglo XX y lo que va del XXI hansido numerosos y continuos los aportes sobre di-ferentes aspectos geológicos. Entre estos, me-recen destacarse los efectuados por Juan José

Figura 3. Bosquejo geológico general de Tandilia.

THOMAS FALKNERSacerdote jesuita que nació en Inglate-rra y vivió 38 años entre los pueblosindígenas. En Londres escribió ‘Descrip-ción de la Patagonia y de las partescontiguas de la América del Sur’. Estaobra, que incluía observaciones detalla-das y mapas, fue rápidamente traduci-da al español, alemán y francés, envirtud del interés estratégico que pre-sentaba.

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Nágera, quien en 1932 presentó un detalladomapa a escala 1:500.000 que constituye la pri-mera carta geológica general de Tandilia. Susprecisos datos geográficos y valiosas apreciacio-nes geológicas fueron una base importante parael desarrollo de conocimientos posteriores. Otrodestacado geólogo extranjero que concretó ob-servaciones en la zona, fue el sudafricano Alexdu Toit, quien con sus aportes apoyó la teoría dela deriva de los continentes. El cúmulo de infor-mación y estudios sobre la región de Tandilia esmuy extenso, por lo cual se remite al lector alas citas bibliográficas de trabajos de síntesistales como: Teruggi y Kilmurray (1975; 1980),Iñíguez (1999), Cingolani y Dalla Salda (2000),Dalla Salda y otros autores (2005), Poiré ySpalletti (2005), Rolleri y otros (2005) y Zárate(2005), entre otros.

RESEÑA GEOLÓGICA

Basamento cristalino

En Tandilia se encuentran expuestas las ro-cas más antiguas del país, conocidas con el nom-bre de Complejo Buenos Aires o con el términomás amplio de Basamento Cristalino (Figura 3).Participan en él rocas metamórficas, plutónicas-granitos y rocas afines- y otras rocas ígneas devariada composición que a modo de diques o «fi-lones» atraviesan a las anteriores; todas ellascon origen en lo profundo de la corteza terres-tre. Entre las diversas rocas metamórficas abun-dan gneises, migmatitas, anfibolitas, esquistosy mármoles. También se encuentran metavulca-

nitas y varias fajas de rocas intensamente de-formadas -milonitas- como las que se aprecianen los alrededores de Azul y Tandil (por ejemploen Boca de la Sierra). Muchas de estas rocas ha-brían sido formadas durante colisiones entreantiguas masas continentales, muy diferentes alas actuales (Ramos, 1999). La prolongada his-toria de este basamento culminó con un eventode estabilización general denominado ‘crato-nización’.

La edad del Complejo Buenos Aires, obteni-da por métodos geocronológicos, es de 2.100 a2.200 millones de años (Figura 4) que correspon-de al Precámbrico medio. De tal modo, en Tandiliase encuentran los afloramientos más australes deun núcleo sudamericano antiguo: el Cratón delRío de la Plata, que posteriormente integrará elcontinente de Gondwana (Figura 5) conjuntamen-te con África, Australia, Antártida e India.

Cobertura sedimentaria antigua

Los fenómenos vinculados a la tectónica deplacas en la región fueron llevando a las rocas delComplejo Buenos Aires hasta la superficie. Unavez allí, y durante millones de años, la erosiónlas fue desgastando hasta configurar un relievede escasa altura. En el contexto de la dinámicaterrestre, esto permitió que entre los 900 y 700millones de años atrás (durante el Precámbricosuperior) el mar ingresara sobre el continente envarias oportunidades. De este modo, áreas antesemergidas pasaron a constituir plataformas mari-nas poco profundas, donde se originaron dos se-cuencias de rocas sedimentarias, que hacia eloeste y sudoeste cubren parcialmente a las rocasdel basamento (ver la figura 3).

Fotografía 1. Charles Darwin en 1854, años después de suregreso del viaje en el HMS Beagle.

¿COMO SE OBTIENE LA EDAD DE UNAROCA TAN ANTIGUA?Los métodos geocronológicos que deter-minan la edad de las rocas se basan enque algunos isótopos radioactivos, in-formalmente denominados «isótopopadre», con el paso del tiempo setransforman en otro que recibe el nom-bre de «isótopo hijo». Este cambio seproduce en un tiempo constante e inva-riable para cada isótopo radioactivo,llamado ‘período de semidesintegra-ción’. Entonces, conociendo el valor deésta constante física y midiendo lasconcentraciones de ambos isótopos(«padre» e «hijo») en una roca o mine-ral, se puede llegar a calcular la edad.

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Grupo Sierras Bayas y Formación Cerro Negro

Durante la primera invasión del mar, sobreel antiguo basamento comenzaron a depositar-se principalmente arenas. Más tarde, un cam-bio fisicoquímico en el ambiente marino per-mitió la precipitación de grandes cantidades decarbonato de calcio, originándose así importan-tes mantos de rocas calcáreas o calizas. En estaetapa proliferaban las algas y bacterias, que

en su actividad vital formaron estructuras es-tromatolíticas. Las rocas, originalmente com-puestas por carbonato de calcio, fueron luegoincorporando y enriqueciéndose en magnesiohasta convertirse en dolomías de colores ba-yos, cuya edad está en el rango de 900-800 mi-llones de años. Finalmente, sobre estas se de-positaron sedimentos fango-arenosos que,gradando hacia arenas puras, señalan la etapade retroceso del mar.

Figura 4. Afloramientos de rocas metamórficas (gneises ricos en granates) del Complejo Buenos Aires en la zona de Balcarce.Se muestran también cristales de circón obtenidos de estas rocas, cuya edad es de aproximadamente 2.200 millones de años,

según el diagrama geocronológico.

Figura 5. El supercontinente de Gondwana y la posición de Tandilla. Ésta forma parte de un núcleo continental antiguo llama-do Cratón del Río de la Plata.

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Mucho tiempo después, otra ingresión (convarios pulsos de avance y retroceso de las aguas)dio comienzo a nuevos episodios de sedimenta-ción marina que originaron areniscas y pelitas, ynuevamente calizas. Estas últimas, de coloresrojizos y negros, contienen microfósiles de for-ma esferoidal -de 1 milímetro de diámetro- co-rrespondientes al grupo acritarcos, organismosunicelulares que formaban parte del planctonde los antiguos océanos. La presencia de estosmicrofósiles, que permitió inferir una edad de700 a 600 millones de años para estas rocas, es-

taría señalando la finalización de la Era Precám-brica (ver el cuadro Ubicándose en el tiempo,al final del capítulo).

El nivel calcáreo -denominado como CalizaLoma Negra y explotado en Olavarría y Barkerpor su alto valor comercial- señala un eventogeológico clave en la historia de la Tierra, yaque su origen se sucede inmediatamente des-pués de una época glacial de gran desarrollo entodo el planeta.

Al retirarse el mar, las calizas quedaron par-cialmente expuestas a la influencia de las con-

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diciones atmosféricas, lo cual produjo su disolu-ción parcial. Así se formaron grandes huecos uoquedades que luego se llenaron con diversosdepósitos, en parte ricos en fosfatos (P2O5). Acontinuación, otro ascenso del nivel del mar diocomienzo a un nuevo ciclo de sedimentación,representado por las lutitas de color gris verdo-so-rojizo de la Formación Cerro Negro, tam-bién portadoras de microfósiles del tipo de losacritarcos.

Formación Balcarce

Transcurridos más de 150 millones de años,ya en el Paleozoico inferior, en el Ordovícico, yposteriormente al ascenso y descenso de blo-ques, la región fue ocupada otra vez por el mar.Se instauró así un nuevo ambiente de platafor-ma marina somera con marcada influencia delas mareas y donde se depositaron grandes can-tidades de arenas, que al consolidarse origina-ron los estratos o bancos de areniscas de laFormación Balcarce. Esta formación constitu-ye el registro geológico de un mar amplio y pocoprofundo que habría cubierto importantes sec-tores ubicados al sudoeste del antiguo conti-nente de Gondwana (Figura 5).

Estas areniscas corresponden esencialmen-te a la variedad ortocuarcita (con más del 90%de granos de cuarzo, normalmente muy redon-deados) y en ellas se pueden observar numero-sas trazas fósiles o icnofósiles, estructuras omarcas dejadas por organismos durante su des-plazamiento, alimentación, descanso u otrasactividades (Figura 6).

También presentan abundantes estructurassedimentarias entrecruzadas -originadas duran-te la depositación- que han permitido inferir lasdirecciones de desplazamiento de las antiguascorrientes marinas y ubicar la posición de la pri-mitiva línea de costa, con las tierras emergidashacia el noreste. Una muy probable fuente delos sedimentos habría estado localizada en sec-

tores sudafricanos antiguos, ya que para estaépoca geológica aún no se había formado el océa-no Atlántico.

Las ortocuarcitas de la Formación Balcarceson explotadas para la industria de la construc-ción y comercialmente se las conoce con el nom-bre de «Piedra Mar del Plata».

Estabilización, fallamiento y generacióndel relieve actual

El hecho de que casi toda la cobertura se-dimentaria descripta anteriormente, tanto ladel Proterozoico superior (Grupo Sierras Bayasy Formación Cerro Negro), como la del Ordoví-cico (Formación Balcarce) se encuentre dispues-ta casi horizontalmente (es decir sin grandesmodificaciones respecto al momento de su de-positación o formación) es una clara evidenciade la estabilidad que ha tenido toda el área porun prolongado lapso del tiempo geológico. Noobstante, fenómenos de reactivación de fallasocurridos durante el Cenozoico produjeron nue-vos ascensos y descensos de grandes bloques.La erosión posterior actuó sobre los bloquesascendidos y, al mismo tiempo que rebajabansu altura, originaba un relieve áspero. Duranteel Cuaternario, los vientos provenientes deloeste y sudoeste depositaron sedimentos quecolmataron los valles y de este modo el paisajese fue suavizando. Finalmente, la acción eólicadepositó un manto de pocos metros de espesorde un loess rico en ceniza volcánica que cubriólas llanuras y parte de las serranías tabulares,permitiendo la formación de suelos húmicos queen la actualidad se caracterizan por su alta ca-lidad agropecuaria.

Figura 6. Algunos ejemplos de «trazas fósiles» formadas porel desplazamiento de organismos invertebrados en el fondo

marino.

LAS FALLAS Y SU REACTIVACIÓNLa dinámica terrestre origina numero-sas fracturas en la corteza, que puedenextenderse desde unos pocos metroshasta centenares de kilómetros. Cuandohay desplazamientos de los bloquesrocosos a lo largo de las mismas, esosplanos de discontinuidad se llamanfallas. Una vez finalizados los movi-mientos, una falla puede quedar inacti-va o fosilizada. En cambio, si luego deun prolongado período la región esafectada por otro episodio tectónicoque reanuda los movimientos, y losdesplazamientos se producen sobre elmismo plano de falla, se dice que éstaha sido reactivada.

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El particular relieve de las sierrastandilianas

Las secciones transversales a la dirección ge-neral del cordón tandiliano presentan un perfilasimétrico. Mientras la pendiente norte del cor-dón es abrupta y conforma una verdadera escar-pa, la del sur es más tendida y suave. Ambaspendientes regionales de Tandilia, hacia el nor-este y sudoeste respectivamente, condicionaronel desarrollo de una red de drenaje cuya activi-dad erosiva ha modificado la forma de las sie-rras, labrando valles que por su aspecto fuerondenominados abras o «anfiteatros» (Nágera,1940).

La exposición de las rocas -como resultadode los sucesivos levantamientos ocurridos en laregión- las sometió durante millones de años aldesgaste erosivo, generándose en el relieve dife-rentes formas según el tipo de rocas afectadas.

Durante el desarrollo de este proceso, las serra-nías de la región central de Tandilia (sierras delTandil y Azul) sufrieron la desaparición completade la cubierta sedimentaria, quedando expuestoel basamento cristalino antiguo. Por este motivo,el tramo central del cordón se caracteriza porcerros y sierras de formas redondeadas y suaves.En cambio, los sectores con afloramientos de lacubierta más joven tienen formas chatas, planaso tabulares, características de la estratificaciónsedimentaria. Es en estos últimos donde abundanlos aleros, cuevas o cavernas que fueron utiliza-das por los indígenas, tal como puede apreciarseen las sierras de Balcarce.

LUGARES DE INTERÉS

Tandilia posee numerosos lugares para apre-ciar diferentes aspectos de su evolución geoló-gica y, al mismo tiempo, registros de su pasadohistórico y de otros temas de interés cultural.

Sierras de OlavarríaSierras de Quillalauquén, de la China, Dos Her-manas, Chica y Bayas

En el distrito de sierra Chica ( 1 en la figu-ra 2) se hallan las canteras del penal homónimoy otras donde se explotan rocas graníticas, co-nocidas comercialmente como «Granito Rojo» o«Sierra Chica» y «Labradorita».

Otras canteras se encuentran en las sierrasBayas, nombre que remite a los colores amari-llentos de las dolomías que allí afloran ( 2 en lafigura 2). En algunas se extrae un granito de to-

EL SUELO COMO RECURSO NATURALNO RENOVABLELos suelos se originan por la conjunciónde diversos procesos geológicos, queincluyen la meteorización y alteraciónde rocas, erosión, depositación yedafización y que en algunas regionesposibilitan finalmente la formación deuna capa de humus. Para la escala detiempo de la humanidad, constituyenun recurso considerado ‘no renovable’,que debe ser preservado pues constitu-ye el medio natural sobre el que sedesarrollan muchas de las actividadesesenciales del hombre.

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nos oscuros, pero en la mayoría, y ya desde prin-cipios del siglo pasado, se explota el bancodolomítico -con estromatolitos- de hasta 35 me-tros de espesor, que se utiliza en parte para laelaboración de chapas o planchas que son corta-das con hilos diamantados (Etcheveste y otros,2005).

Por otra parte, en el llamado cerro Aguirrese halla un lugar de interés arqueológico dondelos indígenas se aprovisionaban de material silí-ceo de grano fino (ftanita) que empleaban en lafabricación de armas y herramientas. La regiónposee además una rica historia vinculada a los«alemanes del Volga», asentados desde 1878 enla Colonia Hinojo o Kaminka.

Sierras del AzulCerros La Crespa, Las Chilcas, Boca de la Sierra,La Plata

En el área de Boca de la Sierra ( 3 en lafigura 2) se pueden apreciar las fajas de rocasmiloníticas (Fotografía 2) originadas a causa delos intensos esfuerzos que deformaron el basa-mento cristalino en lo profundo de la cortezaterrestre (deformación dúctil). En la región delas sierras del Azul se encuentran también unfamoso monasterio Trapense y reliquias de vie-jas pulperías, como San Gervasio y FortínTapalqué.

Sierras del TandilSierras Alta de Vela, del Tigre, cerros de lasÁnimas o Albión y La Blanca

En estas sierras se encuentran numerosascanteras activas de las que se extraen rocas delbasamento. El cerro La Blanca, con 502 metrossobre el nivel del mar, constituye la mayor altu-ra en la que tales rocas afloran. En la sierra delas Ánimas o cerro Albión ( 4 en la figura 2) sehalla también cuevas con pircas y ruinas de vi-viendas que datan del siglo XVIII.

Lugares clásicos que concitan la atención deturistas y paseantes son los cerros La Movediza,El Calvario y El Centinela. En la ciudad de Tandilse halla el monte El Calvario ( 5 en la figura 2),constituido totalmente por rocas del basamentocristalino. Este monte, coronado por un crucifi-jo de singular tamaño, alberga el famoso VíaCrucis con 14 grupos escultóricos de tamaño na-tural, que constituye el monumento religioso acielo abierto más grande del país y al que acu-den miles de personas durante cada conmemo-ración de la Semana Santa cristiana.

El famoso cerro La Movediza, de 249 metrossobre el nivel del mar ( 6 en la figura 2), seencuentra en las inmediaciones de la ciudad. Sunombre hace referencia a una roca de aproxi-madamente 385 toneladas, que oscilaba sobreuna base apenas perceptible y que en tiemposde los pobladores indígenas era objeto de su-persticiosa reverencia. El 29 de febrero de 1912,la famosa «Piedra Movediza» perdió su precariaestabilidad y cayó. Hoy en día, este «fragmentode basamento» yace partido en tres trozos quepueden observarse al pie del cerro. Fue un ver-dadero icono de Tandil y por tal motivo, recien-temente se ha colocado una réplica en el lugar.

En el cerro Centinela, ubicado a unos 5 kiló-metros de la zona céntrica de Tandil ( 7 en lafigura 2) se halla una roca de basamento crista-lino de forma alargada y de unos siete metrosde alto, que apoya sobre una base pequeña parasu volumen. Ésta y otras curiosas figuras pétreas,que son comunes en Tandilia, han sido labradas

Fotografía 2. a) Rocas deformadas del Complejo BuenosAires en Boca de la Sierra. b) Fotografía del corte microscó-pico de una roca; las estructuras originadas por la deforma-

ción permiten interpretar la dirección y sentido de losesfuerzos, indicados por las flechas.

b

a

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por la erosión. Las formas resultantes dependenfundamentalmente del tipo de rocas y sus ca-racterísticas. Las rocas granosas tienden aexfoliarse en su superficie y la presencia de ciertotipo de fracturas (diaclasas) contribuye a la for-mación de peñones redondeados (Fotografía 3).

Sierras de la TintaSierras de la Tinta y de la Juanita, Cuchilla delas Águilas

En este grupo de serranías cercano a la lo-calidad de Barker (Figura 3) la actividad de can-teras se dedica, en gran parte, a la explotaciónde arcillas para la industria de refractarios ycerámicos. Presenta el punto más elevado detodo el cordón tandiliano (unos 524 metros so-bre el nivel del mar) ubicado en las sierras de laJuanita.

La sierra de La Tinta ( 8 en la figura 2) estambién conocida con el nombre de «Sierra Ama-rilla», por la presencia de estratos o capas conminerales de hierro y sus productos de altera-ción. Estos ocres y pigmentos minerales eran

utilizados por los indígenas, y la voz originalmapuche de Colong-mahuida (Colong: disfraz ymahuida: sierra, montaña) alude a este hecho.

Cerca de Barker se halla el cerro El Sombre-rito ( 9 en la figura 2). Los estratos de orto-cuarcitas que cubren al basamento confieren aeste cerro un aspecto de cono truncado que lodestaca en el paisaje (Fotografía 4). En sus in-mediaciones se halla un sitio arqueológico deocupación indígena temprana y pueden obser-varse también las diversas formas labradas porla erosión sobre las rocas (Nágera, 1940).

Sin duda, Loma Negra es uno de los nombresmás difundidos de la región, y en la cantera Vi-lla Cacique -donde la empresa extrae caliza parala producción de cemento y cal- es donde puedevisualizarse el mejor corte geológico de la zona( 10 en la figura 2 y fotografía 5).

Las grutas Margarita y Aguas Doradas ( 11 y12 en la figura 2) constituyen otros puntos de

atracción en la región. La primera se halla enrocas de los niveles inferiores del Grupo SierrasBayas; tiene una entrada que se asemeja a uncastillo y en su interior se encuentra una ver-

Fotografía 3. a) La ‘Piedra Movediza’, antes de 1912 (Foto histórica del Museo de La Plata). b) Réplica actual de la famosapiedra (Fotografía por Alicia Folguera). c) ‘El Centinela’, fotografía tomada por Juan José Nágera en 1932. d) Formas de ero-

sión redondeadas en rocas del basamento cristalino antiguo (Fotografía por Alicia Busteros).

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tiente de agua que desemboca en una piletanatural. Por otra parte, el nombre de la gruta-Aguas Doradas- se debe a que el agua contienealto porcentaje de óxidos de hierro que tiñencon tonos amarillentos a las rocas ortocuarcíticasde la Formación Balcarce. En ambas cuevas sehan registrado evidencias de ocupación indíge-na (Menghin y Bórmida, 1950; Flegenheimer yZárate, 1989).

Sierras de BalcarceSierras Chata, Hunco, Vulcán -o Volcán o delAbra-, Vigilancia, Brava y Ginocchio; serraníasde Cinco Cerros, Bachicha, La Barrosa y SanAgustín

Aquí se halla el Anfiteatro del Vulcán o Vol-cán ( 13 en la figura 2) que se destaca desdelejos en el paisaje. Su nombre proviene delvocablo Vuulcan o Voolcan, con el que los in-dígenas designaban a estas «abras» o abertu-

ras entre sierras. Esto confundió a los explo-radores pioneros, quienes en algunos mapasantiguos (Figura 7) representaron un volcánactivo.

En varias de las sierras de Balcarce se de-sarrolla una explotación de piedra partida opiedra blanquecina para ornamentación. En elsector de sierra Bachicha y Punta Tota ( 14en la figura 2) se encuentran antiguas cante-ras donde se explotaron «mármoles» (ofical-cíticos y serpentínicos). Allí se pueden obser-var variedades de rocas metamórficas (gnei-ses) que contienen minerales rojizos del gru-po del granate.

Por otra parte, en el cerro San Agustín ( 15en la figura 2) existe un hermoso corte verticalde cantera en el que se pueden apreciar las ro-cas de la Formación Balcarce.

Varios manantiales de aguas minerales na-turales son conocidos en estas sierras. En sumomento, el más importante fue el de La

Fotografía 4. Vista panorámica de la región de Cuchilla de las Águilas y cerro El Sombrerito, en la zona de Barker.

Fotografía 5. Cantera Villa Cacique (Empresa Loma Negra, Barker). En la base de este perfil o corte geológico se halla unestrato de rocas carbonáticas de color gris oscuro de unos 45 metros de espesor. Estas rocas se originaron en un ambientemarino de poca profundidad y en la parte superior se puede observar que estuvieron sometidas a la exposición subaérea,

donde se produjo la disolución parcial del carbonato y la formación de oquedades (relieve cárstico). Sobre ese relieve irregu-lar aparecen niveles donde abundan fragmentos angulosos de calizas ricas en fósforo (fosforitas). Inmediatamente por arriba

de éstas se encuentran las capas de rocas sedimentarias de grano fino y portadoras de microfósiles de la Formación CerroNegro. Finalmente, en el tope del perfil afloran las cuarcitas típicas de la Formación Balcarce, con la presencia de trazas

fósiles o icnofósiles.

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La presencia de estas rocas sedimentarias fa-cilitó la formación de aleros o cuevas, que deacuerdo a leyendas populares sirvieron de re-fugio para personajes perseguidos (de ahí elnombre, por ejemplo, de sierra de los Barrien-tos).

Sierras de Mar del PlataSierras de La Peregrina, Las Mostazas, de losPadres y luego lomadas suaves en Chapadmalaly Batán

Este conjunto se extiende desde la costaatlántica hasta el arroyo Vivoratá (Figura 3) lí-mite que ha sido establecido en forma conven-cional (Teruggi y Kilmurray, 1975 y 1980). En lacosta culminan en asomos rocosos, como los delcabo Corrientes y alrededores ( 16 en la figura2), en la ciudad de Mar del Plata. Allí se encuen-tran los afloramientos más orientales de la For-mación Balcarce, con su rico contenido enicnofósiles (Fotografía 6). Sobre estas rocas cuar-cíticas se han acumulado los sedimentos de laEra Cenozoica (ver «Ubicándose en el tiempo»).Estas se hallan magníficamente expuestas en lasbarrancas litorales que se extienden hacia el surde Mar del Plata (por ejemplo Barranca de losLobos) y son portadoras de una rica fauna demamíferos. Las descripciones de estas faunas,realizadas por destacados paleontólogos, hanconvertido este sitio en un lugar clásico para losestudios paleontológicos de la región pampeana(Tonni y otros, 1988).

En la zona de la Estación Chapadmalal y enla localidad de Batán ( 17 en la figura 2) seregistra la mayor explotación de ‘piedra Mar delPlata’ para ornamentación, y las canteras resul-tan óptimas para el estudio de cortes geológicosde la Formación Balcarce.

La sierra de los Padres ( 18 en la figura 2)también presenta afloramientos de cuarcitas(Fotografía 7) y el atractivo de visitar la réplica

Figura 7. Antiguo mapa confeccionado por las misionesjesuíticas. La flecha señala la representación de un ‘volcán’

inexistente, error causado por una confusión idiomática.

Copelina (Establecimiento La Brava). Este lugary otros en la sierra de la Vigilancia han sido tam-bién sitios con ocupación indígena durante elPleistoceno tardío-Holoceno temprano (alrede-dor de 10.000 años atrás).

Una visita al autódromo Juan Manuel Fangio(homenaje al quíntuple campeón mundial deautomovilismo y oriundo de la ciudad de Balcar-ce) permite conocer la serranía La Barrosa, con-formada por rocas del basamento cristalino y,en su parte superior, por rocas sedimentariaspaleozoicas.

Sierras de Necochea-LoberíaSierras del Piojo, La Tigra, Larga, Guitarra y delos Barrientos

Este sector está constituido por serraníasaisladas y bajas. Algunas de ellas -como la sie-rra del Piojo- están coronadas por ortocuarci-tas y presentan una forma cónica, constituyen-do excelentes ejemplos de cómo influye el tipode rocas en la configuración final del paisaje.

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de la Misión Jesuítica, fundada en 1746 por losjesuitas Falkner y Cardiel.

TANDILIA COMO DISTRITOMINERO RELEVANTE DEL PAÍS

Ya desde el siglo pasado esta región proveeel mayor volumen de roca extraída en el país ypor el impulso de esta industria, durante mu-chos años, la provincia de Buenos Aires se carac-terizó como la región de mayor producción mi-nera en la Argentina.

La «fiebre de la piedra»

En los comienzos del siglo XIX la explotaciónpétrea se hacía en forma precaria y artesanal.Desde esta región salían los adoquines y cordo-nes que eran llevados en carretones para sercolocados en las calles de Buenos Aires. La si-tuación cambió notoriamente con la llegada delFerrocarril Sud en 1883, ya que este medio detransporte permitía trasladar cargamentos mu-cho más importantes. Se inició así una verdade-ra «fiebre de la piedra».

Ya para 1870 se explotaba la piedra graníti-ca del cerro Leones -en las cercanías de Tandil-

y esta actividad se extendió luego a numerososlugares de la zona. El centro productivo sierraChica inició su labor en 1885, especialmente enlas instalaciones del Servicio Penitenciario Pro-vincial. En virtud del crecimiento de la activi-dad, en 1879 se dio a conocer un decreto pro-vincial reglamentando la explotación de cante-

Fotografía 6. Cabo Corrientes, en Mar del Plata, constituyeel límite sudeste de los afloramientos del cordón tandiliano.Afloran allí rocas ortocuarcíticas de la Formación Balcarce,

con icnofósiles.

Fotografía 7. La sierra de los Padres, compuesta por rocas ortocuarcíticas de la FormaciónBalcarce y otros lugares de interés mencionados en el texto: a) vista de una de las canteras

importantes de la zona de Olavarría-Sierras Bayas, b) Boca de la Sierra, Azul, con rocasdeformadas del basamento cristalino y c) Anfiteatro o Abra del Volcán, sobre la ruta nacio-

nal 226.

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ras en el paraje de Sierras Bayas, partido deOlavarría. Para dar una idea de los volúmenesextraídos, puede mencionarse que en 1913 setransportaron por ferrocarril, desde la estaciónde Sierras Bayas, cerca de 131.000 toneladas deroca (caliza, bloques de calcáreos, dolomías,granitos, adoquines) y cal hidráulica (Etchevestey otros, 2005).

La explotación de roca cuarcítica blanque-cina se inició en 1940 en la zona de Balcarce-Mar del Plata. Muchos operarios especializados(en general de origen europeo) se trasladarondesde Tandil a esas localidades cuando disminu-yó la producción de adoquines para el empedra-do de calles.

A excepción de la extracción realizada en laisla Martín García, de Tandilia proviene la totali-dad de las rocas ornamentales que se han pro-ducido en la provincia de Buenos Aires. En lasinmediaciones de la ciudad de Tandil se encuen-tra la zona de mayor tradición y actividad. Estaindustria incluye canteras a cielo abierto, conextracción de bloques de aproximadamente 1,5x 2,5 metros, su aserrado para la producción deláminas o chapas mediante telares o sierrasdiamantadas refrigeradas con agua y cal, y suposterior pulido y terminación. La mayor partese destina al consumo nacional, pero otra esderivada a la exportación.

Arcillas y calizas

Las sierras de Olavarría y de la Tinta consti-tuyen los distritos mineros productores de arci-llas más destacados del país (Domínguez yUllmann, 2005 y referencias allí citadas). Lascanteras de esta zona abastecen a la industriavinculada a la producción de ladrillos, tejas,revestimientos, vajilla y sanitarios, cuya crecien-te demanda deja entrever el sostenido creci-miento de la producción en la zona.

Tandilia es, asimismo, el distrito productorde cemento y cal más importante de Argentina.Esta actividad habría comenzado hacia 1879 con

los colonos europeos que elaboraban cal parablanquear. Estos primeros esfuerzos condujerona la creación de la Compañía Argentina de Ce-mento Pórtland, en 1917. En 1919 inició sus ac-tividades la sociedad anónima Calera Avellane-da en la zona de Olavarría y en 1926 se instaló laempresa Loma Negra en las sierras Bayas. Parael año 1934, la capacidad de producción alcan-zada por Calera Avellaneda la convirtió en lamayor fábrica de Sudamérica. A partir de esemomento comenzó un incesante crecimiento delas empresas productoras de cales y cementosen los sectores de Olavarría y Barker, que luegose expandiría a otras localidades del territorionacional e incluso a países limítrofes. Más del50% de la producción de todo el país se realizaen este sector tandiliano.

Aguas minerales

La presencia de aguas minerales naturalesconstituye un recurso geológico de alto valor parala vida humana. Su búsqueda y caracterizaciónfue motivo de preocupación por parte de las au-toridades nacionales a principios del siglo XX, loque condujo al estudio detallado de los manan-tiales, surgentes y lagunas de la provincia deBuenos Aires, trabajo que se inició formalmenteen 1916.

En Tandilia se habían registrado para esasépocas varios manantiales de aguas atermales(surgentes sin temperatura). El que alcanzó ma-yor desarrollo fue La Copelina, que en los años70 fue desactivado completamente. Este manan-tial surgía de fracturas presentes en las rocas dela Formación Balcarce, con gran caudal y per-fecta pureza. Su aprovechamiento comenzó en1893, pero seguramente ya era utilizado por lastribus originarias. Su nombre es de origenaraucano y debió ser Pelinacó y no Copelina (gar-ganta con agua).

ALGUNAS REFERENCIASHISTÓRICAS

Las sociedades indígenas que habitabanla región

El vocablo Tandil, del cual deriva Tandilia,es de origen autóctono, es decir anterior a lacolonización. Las primeras referencias escritassobre Tandilia son de 1519 y se recogen de laexpedición de Fernando de Magallanes. Pero lainstalación humana en las sierras de Tandil data

«MÁRMOLES Y GRANITOS»En la explotación de rocas para la in-dustria se utilizan nombres genéricosque en muchos casos no correspondenexactamente a la variedad de rocainvolucrada. De tal modo, lo que co-mercialmente se identifica como már-mol o granito, incluye a un conjunto derocas que tienen mineralogía y origendiverso.

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de unos 11.000 a 9.500 años antes de la era cris-tiana, según lo atestiguan registros hallados encavernas, cuevas y aleros de la comarca (comola cueva Tixi en la sierra de la Vigilancia). Estaantigüedad corresponde al Pleistoceno-Holoce-no, tiempos en que la región pampeana tambiénera habitada por grandes mamíferos, tales comogliptodontes, toxodontes y megaterios. La ex-tinción de estos grandes animales, algunos devarias toneladas de peso, provocó cambios enlos hábitos y el comportamiento de los primiti-vos habitantes (Tonni y otros, 1988; Martínez yotros, 1999). Así, para los 5.000 a 3.000 añosantes del presente, los indígenas se dedicaban ala caza de guanacos, ñandúes y venados de laspampas. Ya a partir de unos 1.000 años antes delpresente, las sociedades originarias se hicieronmenos móviles, confeccionaban recipientes decerámica e instrumentos de piedra y usaban ar-cos y flechas. A partir de la llegada de los espa-ñoles las comunidades incorporaron un estilo devida pastoril, y abundaban los caballos y las va-cas.

Además de la presencia de estas sociedadesétnicas autóctonas, en Tandilia han quedado re-gistros de la tenaz actividad de los pobladorespioneros llegados con expediciones españolas,de la estancia y laboriosidad de los misionerosjesuitas, de la llegada de corrientes migratoriaseuropeas así como también de las enconadasluchas militares libradas para extender la líneade fortines, que constituía la frontera internadel país (De Angelis, 1969).

La línea de frontera

Para la población de Buenos Aires era im-portante establecer un acceso seguro a lasfuentes de sal ubicadas en el oeste y sur de laprovincia, que se encontraban en su mayoríabajo dominación indígena. En aquellos tiem-pos, la sal era un insumo indispensable. Erautilizada, entre otras cosas, para la conserva-ción o charqueo de la carne. Tal era su impor-tancia, que el propio Cabildo de Buenos Airesestaba encargado de su venta. Puede mencio-narse, a modo de ejemplo, la expedición deZizur en 1786, con 600 carretas tiradas porbueyes, operadas por 1000 hombres y escolta-das por 400 soldados.

Fue así como la línea de frontera del terri-torio bonaerense fue cambiando a través de su-cesivas campañas militares. El Fuerte Indepen-dencia, cuya construcción se inició en 1823, fueun importante baluarte en esta etapa y en el

Museo Regional de la ciudad de Tandil se preser-va gran parte de su historia. Después de cadacampaña exitosa, comenzaban rápidamente lospedidos de concesiones por parte de pobladoresinteresados en las tierras conquistadas. Se de-sató así una verdadera carrera por las posesio-nes, incluso con pedidos de derecho en «expec-tativa de una futura extensión de las fronteras».

Con las incursiones de Juan Manuel de Ro-sas, que culminaron en 1833, la frontera llegóhasta el río Negro (Figura 8). Luego de su caída,en 1852, los malones indígenas retomaron suavance hacia el noreste siendo las ciudades deAzul y Olavarría las más castigadas.

Las acciones violentas y temerarias de losgrupos indígenas, muchas en represalia ante in-justicias recibidas, exigieron más hombres paradefender la lejana línea de fortines. Fue en-tonces que se dictó la llamada Ley de Vagan-cia, que permitía a los jueces de paz calificarfácilmente de «vagos y malentretenidos» a lospobladores criollos, declarándolos así útiles parael Servicio de Frontera y obligándolos a dejarlibrados al azar el hogar y sus pertenencias. Par-te de esto se encuentra relatado brillantemen-te en el Martín Fierro de José Hernández. Ha-cia 1862, durante la presidencia de BartoloméMitre, la participación argentina en la Guerrade la Triple Alianza dejó parcialmentedesprotegidas las fronteras interiores y losmalones indígenas volvieron a ganar las costasdel río Salado.

Más tarde, el general Julio Argentino Rocaasumió como Ministro de Guerra y en 1879 llevóa cabo la denominada Campaña al Desierto. Enella participaron unos 6.000 soldados y 900 in-dios amigos que terminaron por desalojar a losúltimos grupos indígenas que habitaban la re-gión (Barros, 1957; Biedma, 1975).

PAMPAS Y PUELCHESLos «indios serranos» utilizaban boleadoras, hondas, flechas ylanzas y cazaban a pie, desplazándose velozmente en grupos ypersiguiendo a los animales hasta cansarlos. Los españoles quellegaron al territorio de la provincia de Buenos Aires dieron elnombre de Pampas a los indígenas que habitaban en las zonasbajas. Esta palabra es de origen quechua o aymara y quieredecir lugar ‘llano o plano’. Los Pampas mantenían comercio conlos españoles y con otros grupos étnicos como los araucanos omapuches, que eran de una cultura más avanzada de allende lacordillera. Por su parte, estos los denominaban Puelches, queen voz mapuche quiere decir «gente del Este». La interrelaciónfue generando la lenta «araucanización» de los Pampas, llegan-do finalmente a conformar una gran comunidad indígena, temi-ble para los pueblos asentados en la provincia.

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NORMAS DE PRESERVACIÓN

Cuando Juan José Nágera -uno de los pri-meros geólogos argentinos- publicó la carta geo-lógica general de Tandilia en 1932, ya mencio-naba como una de sus preocupaciones en biende la comunidad, la necesidad de crear ‘Par-ques Naturales’ en la zona. Expresaba el autor:«Deben declararse Parques Naturales: la Sie-rra de la China (o de Curicó), los Cerros queforman la Boca de la Sierra en el Azul, una frac-ción de Sierras al Sudoeste de Tandil, incluídoel Centinela; la zona comprendida por el CerroTorres, Cerro Holmberg, Abra de Nielsen, Cu-chilla de las Águilas, Sombrerito, Sierra de laTinta, Cerro Claraz y Cerro Chico; la regiónformada por el Cerro Tapia, la Sierra de losBarrientos, el Abra de Hicken, el Cerro Morenoy el cerro Barrientos; los relieves que formanel Anfiteatro del Paulino y el Anfiteatro delVulcán, continúandose en el Abra de Gallardo,la Sierra Brava y la Laguna La Brava ... En es-tos Parques Naturales, deberá conservarse lanaturaleza original facilitándose en toda for-ma el paseo por los mismos. Deberán publicarseademás guías que expliquen su Historia Natu-

ral acompañadas de mapas topográficos muybuenos». Nágera también insistió en que algu-nas singulares formas pétreas originadas por laerosión -El Centinela, El Sombrerito y Gruta deAguas Doradas, entre otras- debían ser decla-radas «Monumentos de la Historia Natural Bo-naerense».

Poco es lo que puede agregarse a lo expre-sado por este brillante investigador hace ya másde setenta años, que constituye un antecedentehistórico valioso sobre la necesidad de preser-var los sitios de interés geológico (SIG) enTandilia. Escasos avances se han notado desdeentonces, por lo que resulta indispensable la ins-talación de una definida política cultural de Es-tado para la toma de conciencia, tanto por par-te de la población como de los encargados enlegislar y gobernar, sobre la relevancia que tie-ne la preservación de los lugares únicos que al-berga el sector tandiliano.

Sería muy adecuado instalar en cada SIGcarteles con textos y diagramas explicativos y,al mismo tiempo, editar guías o textosdidácticos para facilitar la comprensión de laevolución geológica ocurrida a lo largo de mi-llones de años. Inclusive sería interesante queen virtud de su variada y rica historia geológi-ca, se llegara a concretar en el futuro la crea-ción de un verdadero parque temático, facili-tando la divulgación del conocimiento de la‘geodiversidad tandiliana’..

Es función del Estado dictar normas parala preservación de los SIG, especialmente enaquellos lugares donde la afluencia masiva depúblico pueda llegar a deteriorar los aflora-mientos con inscripciones, vandalismos o sa-queos. Los SIG conforman el patrimonio geo-lógico de Tandilia; su identificación, caracte-rización y difusión tiene un importante valorpara su racional utilización por parte de lacomunidad, con la posibilidad de generar fuen-tes de ingreso a través de un turismo culturalsustentable.

AGRADECIMIENTOS

Al Doctor Eduardo Llambías, quien ha cola-borado en todas las etapas del trabajo con unvalioso aporte bibliográfico histórico y con ati-nados comentarios y sugerencias. A los DoctoresLuis Dalla Salda, Alejandro Ribot y MarceloManassero, que gentilmente ofrecieron sus co-nocimientos sobre Tandilia. Al LicenciadoNorberto Uriz, quien ha colaborado eficazmen-

Figura 8. La posición de fortines antes de 1879 (según DeAngelis, 1969).

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te en la preparación de diagramas y fotografíasque acompañan el texto.

Debo agradecer al Licenciado Fernando Oli-va por su asesoramiento en los aspectosantropológicos de la región y al técnico MarioCampaña, encargado del armado de la partecartográfica y fotográfica final. A los colegas delSEGEMAR, coordinadores de la presente obra,por hacerme partícipe de la misma y por sus ati-

nados y valiosos comentarios que ayudaron amejorar el texto original.

Dejo constancia que para el desarrollo deltrabajo, que exigió una ardua tarea de recopila-ción, he debido consultar numerosas obras bi-bliográficas, que no se han podido mencionar envirtud de las normas editoriales que requeríansólo un limitado número de citas.

UBICÁNDOSE EN EL TIEMPO

TRABAJOS CITADOS

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