las mieles de otra victoria

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Las mieles de otra victoria Alejandro Horowicz La historia de las presidenciales peronistas es también una historia de jefes. Esta es la tercera elección presidencial donde el jefe del movimiento no es el candidato. En la primera, Héctor J. Cámpora reemplazó al proscripto general Perón. En la segunda, Eduardo Duhalde – en medio de una colosal crisis de jefatura - respaldó a Néstor Kirchner. Y en la tercera, Cristina Fernández apoyó desde la presidencia al gobernador bonaerense, Daniel Scioli. En los tres casos, con distintas denominaciones circunstanciales, en distintas etapas de la historia nacional, con distintas apoyaturas sociales, el peronismo resultó vencedor. Como todos esperaban, Scioli derrotó a todos sus contendientes, y en medio de un cuadro atmosférico desalentador nadie logró borrarle la sonrisa. Las PASO constituyen una radiografía a fondo de la situación electoral, pero dada la lentitud con que se realizó el escrutinio, la posibilidad analítica se resiente en lo inmediato. Datos relevantes conocidos anoche pero que se terminarán de definir con el correr de las horas: el nivel de concurrencia al cuarto oscuro (la tendencia anoche transitaba por el 70 por ciento) y la distancia entre la primera y la segunda fuerza. En criollo, ¿cuántos puntos porcentuales le terminará sacando Daniel Scioli a Mauricio Macri, y a qué distancia se ubicará finalmente Sergio Massa, en los cómputos oficiales? Los encuestadores daban por descontado que el ex intendente de Tigre iba a ser fagocitado por la polarización, porque de otra manera la estrategia electoral del PRO se complica. No sólo porque esperaba quedarse con la mayor parte de ese caudal, sino porque los votos que retiene Massa facilitarían que la distancia entre Scioli y Macri no resulte recorrible para los seguidores de Jaime Duran Barba. Es decir, o directamente no habría segunda vuelta, o si la hubiera tampoco resulta tan claro que el antagonista de

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Las mieles de otra victoriaAlejandro Horowicz La historia de las presidenciales peronistas es tambin una historia de jefes. Esta es la tercera eleccin presidencial donde el jefe del movimiento no es el candidato.En la primera, Hctor J. Cmpora reemplaz al proscripto eneral !ern. En la seunda, Eduardo "uhalde # en medio de una colosal crisis de jefatura $ respald a %stor &irchner. ' en la tercera, Cristina (ernndez apo) desde la presidencia al obernador bonaerense, "aniel *cioli. En los tres casos, con distintas denominaciones circunstanciales, en distintas etapas de la historia nacional, con distintas apo)aturas sociales, el peronismo result vencedor.Como todos esperaban, *cioli derrot a todos sus contendientes, ) en medio de un cuadro atmosfrico desalentador nadie lor borrarle la sonrisa.Las !+*, constitu)en una radioraf-a a fondo de la situacin electoral, pero dada la lentitud con .ue se realiz el escrutinio, la posibilidad anal-tica se resiente en lo inmediato. "atos relevantes conocidos anoche pero .ue se terminarn de definir con el correr de las horas/ el nivel de concurrencia al cuarto oscuro 0la tendencia anoche transitaba por el 12 por ciento3 ) la distancia entre la primera ) la seunda fuerza. En criollo, 4cuntos puntos porcentuales le terminar sacando "aniel *ciolia 5auricio 5acri, ) a .u distancia se ubicar finalmente *erio 5assa, en los cmputos oficiales6 Los encuestadores daban por descontado .ue el e7 intendente de 8ire iba a ser faocitado por la polarizacin, por.ue de otra manerala estrateia electoral del !9, se complica. %o slo por.ue esperaba .uedarse con la ma)or parte de ese caudal, sino por.ue los votos .ue retiene 5assa facilitar-an .ue la distancia entre *cioli ) 5acri no resulte recorrible para los seuidores de Jaime "uran :arba. Es decir, o directamente no habr-a seunda vuelta, o si la hubiera tampoco resulta tan claro .ue el antaonista de *cioli terminara siendo 5acri. ' esto no estaba en los libretos de nadie.La presencia de los m7imos dirientes nacionales en el bun;er del (rente para la una presidenta .ue ejerce el poder sin mucho titubeo, a la .ue se puede acusar de muchas cosas menos de ?blandenue?, se=ala en el afuera su decisin de apuntalar la victoria del obernador bonaerense. En el entourae presidencial nadie inora .ue se avecinan horas complejas, )a .ue la crisis lobal del capitalismo ha olpeado duramente al principal socio comercial de la +rentina. Es .ue :rasil no slo devalu su moneda brutalmente, con las consiuientes huellas internas, sino .ue al hacerlo casi impone al obierno arentino un comportamiento en espejo.Del pasado al presenteEl primer peronismo se presenta a las elecciones del @A con la candidatura del coronel !ern ), contra los pronsticos de toda la respetabilidad pol-tica nacional, vence. La sorpresa result ma)Bscula. 5u) pocos pensaban .ue una coalicin de todos los partidos e7istentes hasta CD@2, fuera derrotada por un nov-simo partido de los trabajadores, el Laborismo> basado en los sindicatos .ue promovieron el C1 de octubre, con una direccin probada en el enfrentamiento, el laborismo aporta elmilln de votos decisivos. El resto provino de una desflecada fraccin del radicalismo referenciada en (orja. Entonces, por un estrecho maren la formula !ern$Euijano derrot a los dirientes radicales 8amborini#5osca.La reforma constitucional del a=o @D permiti la reeleccin del presidente ) del vice, ) las elecciones del FC convalidaron lo .ue nadie inoraba/ el peronismo era electoralmente invencible, ) los candidatos radicales sin el respaldo de la Gnin "emocrtica fueron barridos en un trmite sin sobresaltos. *ucedi lo .ue todos esperaban, aun.ue las encuestas no eran todav-a otra cosa .ue una hiptesis de la sociolo-a funcionalista norteamericana.El seundo peronismo #el de la resistencia, el voto en blanco ) el respaldo a candidatos ajenos# termin su ciclo en CD1H, con el rereso del eneral a la patria.En septiembre del FF un oscuro eneral sin tropas, con una pistola @F ) la voluntad de vencer o morir, ms el respaldo de los comandos civiles oranizados )armados con el auspicio de la Ilesia Catlica, arrincon prcticamente sin combates decisivos a las fuerzas leales. !ern renunci ) el milaro del eneral Eduardo Lonardi, ?ni vencedores ni vencidos?, dur unas pocas semanas> la verdadera cara de la 9evolucin Libertadora se conoci durante los fusilamientos de civiles en los basurales de Jos Len *urez, tras el fallido levantamiento del eneral Juan Jos