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LA SUPERVIVENCIA DE LAS MALAS HIERBAS A pesar del laboreo continuado y de la apli- cación sistemática de herbicidas, las malas hierbas continúan apareciendo en los campos cultivados obligando a una lucha continúa contra ellas. Solamente en los casos de in- cultivo de plantas leñosas puede lograrse una erradicación casi total por medio de los her- bicidas. En el caso de la escarda mecánica, esta per- sistencia es claramente comprensible puesto que en gran cultivo las malas hierbas situa- das en las líneas de la planta cultivada no se ven afectadas por las labores entre líneas. Con los herbicidas, tales plantas pueden eli- minarse, pero, sin embargo, la erradicación total no se produce casi nunca. En el presente artículo tratarnos de exami- nar brevemente algunas de las causas más importantes de la supervivencia de las malas hierbas, lo que puede contribuir al uso más eficaz de los herbicidas y a la mejora de las labores de preparación del terreno. Nos limi- taremos al caso de las malas hierbas anuales en cultivos también anuales. NUMERO Y EPOCA DE TRATAMIENTOS La lucha contra las malas hierbas es una actividad económica. No se trata de dejar un campo limpio y bonito, sino de evitar una dis- minución de la producción a causa de la com- petencia de las malas hierbas. Los gastos de los tratamientos han de ser compensados y, Epilobiurn parviflorum, en el acto de dispersar sus se- millas voladoras. si es posible, superados por el valor del au- mento de la producción. Esto limita, inexorablemente, el número y la calidad de tratamientos a efectuar. Teóri- camente estos tratamientos deben efectuarse en una o varias épocas óptimas en las que las malas hierbas son más susceptibles al tra- tamiento. En la práctica, pocos tratamientos se realizan en el momento más adecuado, bien sea por dificultades ambientales (clima, esta- do del suelo, etc.), bien sea por dificultades operativas, es decir, que si se comienza el tratamiento, por ejemplo, cuando es el mo- mento óptimo en la primera parcela a tratar, quizá ese momento ya ha pasado cuando se trata la última parcela. DIFERENCIAS EN EL DESARROLLO DE LAS MALAS HIERBAS Las malas hierbas no nacen de una mane- ra uniforme, tal como lo hacen las plantas cultivadas. Su nascencia, bien sea a causa del letargo de las semillas o de las diversas pro- fundidades a que éstas se encuentran, se es- calona a lo largo de un período que suele ser distinto para cada especie. El resultado de esta dispersión de la ger- minación y nascencia es que, en el momento del tratamiento, sobre todo en post-emergen- cia, las malas hierbas se encuentran en dis- tintas fases de su crecimiento y desarrollo. Dado que la susceptibilidad al tratamiento es 135

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LA

SUPERVIVENCIA

DE LAS

MALAS HIERBAS

A pesar del laboreo continuado y de la apli-cación sistemática de herbicidas, las malashierbas continúan apareciendo en los camposcultivados obligando a una lucha continúacontra ellas. Solamente en los casos de in-cultivo de plantas leñosas puede lograrse unaerradicación casi total por medio de los her-bicidas.

En el caso de la escarda mecánica, esta per-sistencia es claramente comprensible puestoque en gran cultivo las malas hierbas situa-das en las líneas de la planta cultivada no seven afectadas por las labores entre líneas.Con los herbicidas, tales plantas pueden eli-minarse, pero, sin embargo, la erradicacióntotal no se produce casi nunca.

En el presente artículo tratarnos de exami-nar brevemente algunas de las causas másimportantes de la supervivencia de las malashierbas, lo que puede contribuir al uso máseficaz de los herbicidas y a la mejora de laslabores de preparación del terreno. Nos limi-taremos al caso de las malas hierbas anualesen cultivos también anuales.

NUMERO Y EPOCA DE TRATAMIENTOS

La lucha contra las malas hierbas es unaactividad económica. No se trata de dejar uncampo limpio y bonito, sino de evitar una dis-minución de la producción a causa de la com-petencia de las malas hierbas. Los gastos delos tratamientos han de ser compensados y,

Epilobiurn parviflorum, en el acto de dispersar sus se-millas voladoras.

si es posible, superados por el valor del au-mento de la producción.

Esto limita, inexorablemente, el número yla calidad de tratamientos a efectuar. Teóri-camente estos tratamientos deben efectuarseen una o varias épocas óptimas en las quelas malas hierbas son más susceptibles al tra-tamiento. En la práctica, pocos tratamientosse realizan en el momento más adecuado, biensea por dificultades ambientales (clima, esta-do del suelo, etc.), bien sea por dificultadesoperativas, es decir, que si se comienza eltratamiento, por ejemplo, cuando es el mo-mento óptimo en la primera parcela a tratar,quizá ese momento ya ha pasado cuando setrata la última parcela.

DIFERENCIAS EN EL DESARROLLODE LAS MALAS HIERBAS

Las malas hierbas no nacen de una mane-ra uniforme, tal como lo hacen las plantascultivadas. Su nascencia, bien sea a causa delletargo de las semillas o de las diversas pro-fundidades a que éstas se encuentran, se es-calona a lo largo de un período que suele serdistinto para cada especie.

El resultado de esta dispersión de la ger-minación y nascencia es que, en el momentodel tratamiento, sobre todo en post-emergen-cia, las malas hierbas se encuentran en dis-tintas fases de su crecimiento y desarrollo.Dado que la susceptibilidad al tratamiento es

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máxima en una fase determinada, el conjunto de malas hierbas presenta, en estas circuns-tancias una gran heterogeneidad en su gradode susceptibilidad al tratamiento.

DOSIS ADMISIBLE DEL HERBICIDA

La eficacia del herbicida está limitada porla necesidad de emplear una dosis máximaque permita alcanzar cierto equilibrio entrela mortandad de malas hierbas que se logray la fitotoxicidad y consiguientes daños quese pueden causar al cultivo.

Así, en remolacha azucarera se admite quela fitotoxicidad máxima admisible es del or-den del 20 por 100, es decir, que sólo el 20por 100 de las plantas de remolacha resultanmuertas o dañadas. En estas circunstancias,las eficacias de los productos ensayados, me-dida en porcentajes de malas hierbas elimina-das respecto al total de las nacidas, fueron lassiguientes, para una experiencia concreta(AIMCRA, Zaragoza, 1970):

Dicotiledóneas ... .•• 83 %Monocotiledóneas ..• ... 56 %Total

78,5%

Brassica nigra en estado de roseta.

DISTRIBUCION DEL HERBICIDA

Cuando los herbicidas se aplican en culti-vo normal, ya sea extensivo o intensivo, exis-ten numerosas circunstancias que hacen quesu distribución, en mayor o menor grado, nosea uniforme.

De estas causas, unas dependen de los de-fectos de la aplicación, tal como mala regu-lación de la maquinaria, falta de solape entrepasadas sucesivas, efectos del viento, etc. Losmanuales especializados indican cómo corre-girlos, lo que no siempre se hace.

Otras causas de falta de uniformidad soncasi imposibles de corregir. Así, el microrre-lieve del terreno puede proteger algunas plán-tulas en los tratamientos de postemergencia,lo mismo que pueden hacerlo las propias plan-tas cultivadas o las malas hierbas más des-arrolladas. Las variaciones en la textura de lossuelos introducen también falta de uniformi-dad en los tratamientos de presiembra o pre-emergencia.

DENSIDAD DE LA POBLACIONDE MALAS HIERBAS

El número de malas hierbas por superficieunitaria también influye decisivamente en susupervivencia. Ante todo, la densidad de ma-las hierbas condiciona, en muchas ocasiones,la decisión del agricultor acerca de la nece-sidad o de la conveniencia de efectuar untratamiento. Una densidad baja, sobre todo siel cultivo ya está bien establecido, no suelecausar daños tales que compensen los gastosde un tratamiento; sin embargo, esas pocasmalas hierbas dispersas producen suficientessemillas para mantener la población, especial-mente si el número de semillas producidas porcada planta es mayor mientras más baja esla densidad de población.

Por otra parte, una baja población de ma-las hierbas permite a éstas crecer más deprisa,al existir menor competencia, pasando más rá-pidamente a las fases de menor susceptibi-lidad.

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Planiula de Echinoch-loa crus-galli.

ROTACION DE CULTIVOS

A cada tipo de cultivo corresponde una aso-ciación de malas hierbas determinada. Cuandosobre un mismo terreno se cultivan diferentesplantas en sucesión, van cambiando tambiénlas malas hierbas que aparecen, los herbicidasque se utilizan y las épocas de su aplicación.

Sin embargo, como ya se ha indicado, lassemillas de malas hierbas no germinan de unamanera uniforme, por lo que estas «asocia-ciones de malas hierbas», además de sus es-pecies características, incluyen también plan-tas que son típicas de otros cultivos. Estasúltimas suelen estar en menor número quelas «plantas características», y CO()m la elec-ción de herbicidas se hace, lógicamente, paraeliminar éstas, las malas hierbas nacidas, porasí decir, fuera de lugar y de época, puedenser resistentes a los herbicidas utilizados.

DESARROLLO TARDIO

Las malas hierbas que nacen después de larealización de los tratamientos normales o

aquellas que los han soportado, se desarrollanprácticamente sin más obstáculos que la com-petencia de las plantas cultivadas. Esta com-petencia, especialmente a causa del sombreodel cultivo, retrasa bastante el crecimiento delas plántulas nacidas tardíamente y las haceinocuas. Sin embargo, muchas malas hierbastienen capacidad para florecer y dar semillasbajo estas condiciones tan adversas.

EFICACIAS MEDIAS

Un estudio de las numerosas experienciasllevadas a cabo por AIMCRA en 1972 en re-molacha azucarera, y en toda España, indicaque la eficacia media ha sido del 84 por 100,considerai ido solamente aquellos productos,simples o en mezclas, que han dado eficaciassuperiores al 60 por 100. Ello, tanto para pre-emergencia en distintos tipos de suelo comoen postemergencia. Si se tienen sólo en cuen-ta los productos más eficaces (E > 80 por 100),la eficacia media es del orden del 90 por HX),lo que coincide bien con datos ingleses.

Como es natural, dada la diversidad de plan-

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Poligonum convulvulus.

tas que constituyen la asociación de malas hier-bas, esto implica que algunas plantas muy sen-sibles han sido destruidas totalmente, mientrasque otras apenas han sido afectadas.

Considerando el conjunto de la poblaciónde plantas, un 10 por 100 de supervivienteses suficiente para mantener la población demalas hierbas, pues basta que cada planta su-perviviente dé 100 semillas para que, contan-do con una mortandad natural de semillas yplántulas del 90 por 100, la población se man-tenga estable.

EVOLUCION DE LA POBLACIONDE MALAS HIERBAS

Ciertamente, unos tratamientos repetidos so-bre las plantas más susceptibles lograría teó-ricamente su eliminación, pero la dispersión dela nascencia y el cambio de herbicidas comoconsecuencia de la rotación de cultivos haceque esto no suceda en la práctica en la ma-yoría de los casos. Si se practica un mono-cultivo y se hacen tratamientos repetidos, talerradicación puede lograrse, pero el resulta-do práctico, como se ha comprobado en cul-tives cerealistas de Centroeuropa, es, simple-mente, un cambio en la composición de la po-blación de malas hierbas. Las especies resis-tentes ocupan los lugares dejados por las quehan desaparecido, lo que obliga a un replan-

teamiento de la lu-cha y a un nuevocambio en los her-bicidas a utilizar.

Entonces, si en elsuelo existen toda-vía reservas de se-nillas aletargadasde las especies des-aparecidas, éstas se-

r- guirán naciendo y,si son resistentes a

los nuevos herbicidas, irán poco a poco au-mentando su población hasta alcanzar una nue-va situación de equilibrio.

CONCLUSIONES

Las conclusiones que derivan de todo lo an-terior no pueden concretarse simplemente enla desesperanza, sino, como en el caso de lasplagas, en un nuevo planteamiento de la lu-cha contra las malas hierbas. En principio, tresson las conclusiones más importantes:

1 2) El estudio de la ecología de las malashierbas nos indica que su erradicación es muydifícil y que los esfuerzos deben dedicarsea mantener su población por debajo del nivelen que pueden ser perjudiciales a los cultivos.

22) Existen dos tipos de tratamientos biendistintos, ya se realicen con herbicidas o me-cánicamente: a) los destinados a proteger acada cultivo individual; b) los destinados aprevenir, en el conjunto de la explotación,la existencia de una población excesiva demalas hierbas.

32) La lucha contra las malas hierbas esuna actividad económica y, como tal, debeser rentable. Sin embargo, deben distinguirse,al efectuar el análisis económico, aquellos gas-tos destinados a proteger un determinado cul-tivo de los destinados a proteger el conjuntode la explotación.

FERNANDO BESNIER

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