la promesa incumplida de la constitución del 91 pat 2

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Que a los diputados a las asambleas se les paguen salarios y no honorarios, para citar un ejemplo, es un asunto que en nada cambia la esencia del pacto constitucional y en cambio, que cuando se discuten las condiciones para terminar el conflicto armado, prácticamente ningún reclamo de quienes se alzaron en armas para subvertir el orden constitucional esté relacionado con reformas a la Carta es una muestra de la fortaleza del consenso de entonces. Que los ciudadanos tienen hoy más poder que entonces es evidente con la multitud de decisiones que a petición de cualquier persona se expiden día a día para impedir que alguien con poder tome una decisión que resulte vulneratoria de los derechos fundamentales. Que los jueces dejaron de ser “la voz del legislador” y una especie de poder subordinado a las decisiones legislativas y a la administración del ejecutivo, pues, basta con oír noticias diarias sobre fallos judiciales en los que les dicen al Congreso lo que debe de hacer e incluso en la última relacionada con el equilibrio de poderes reescribieron artículos de la propia constitución para que contenido coincidiera con su interpretación. Que la economía se abrió y privilegia la competencia está suficientemente claro con las multimillonarias multas que impone la superintendencia correspondiente. Que el bipartidismo es historia ya no hay ni que repetirlo.

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La Promesa Incumplida de La Constitución Del 91 Pat 2

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Page 1: La Promesa Incumplida de La Constitución Del 91 Pat 2

Que a los diputados a las asambleas se les paguen salarios y no honorarios, para citar un ejemplo, es un asunto que en nada cambia la esencia del pacto constitucional y en cambio, que cuando se discuten las condiciones para terminar el conflicto armado, prácticamente ningún reclamo de quienes se alzaron en armas para subvertir el orden constitucional esté relacionado con reformas a la Carta es una muestra de la fortaleza del consenso de entonces.

Que los ciudadanos tienen hoy más poder que entonces es evidente con la multitud de decisiones que a petición de cualquier persona se expiden día a día para impedir que alguien con poder tome una decisión que resulte vulneratoria de los derechos fundamentales. Que los jueces dejaron de ser “la voz del legislador” y una especie de poder subordinado a las decisiones legislativas y a la administración del ejecutivo, pues, basta con oír noticias diarias sobre fallos judiciales en los que les dicen al Congreso lo que debe de hacer e incluso en la última relacionada con el equilibrio de poderes reescribieron artículos de la propia constitución para que contenido coincidiera con su interpretación. Que la economía se abrió y privilegia la competencia está suficientemente claro con las multimillonarias multas que impone la superintendencia correspondiente. Que el bipartidismo es historia ya no hay ni que repetirlo.