aleteo promesa
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Un murmullo de viento lleno de fuerza... lleno de amor SCOPH IFMSA MéxicoTRANSCRIPT
Infinitas Gracias a todos los
colaboradores que hicieron posible la
realización y publicación de este
compendio de relatos y experiencias.
El aleteo de una mariposa puede ser tan grande y poderoso
que provoca cambios verdaderos y en nuestra federación es por
medio de PROMESA, una experiencia de vida que cambia en
verdad la forma de ver nuestra profesión, nuestro México, nuestra
vida.
En esta ocasión por medio de la recopilación de diferentes
perspectivas de médicos en formación que han sido parte de
este proyecto logramos la realización de esta recopilación de relatos y vivencias dentro de un murmullos del corazón
que nos transportan a revivir este hermoso proyecto.
Siempre en nuestros corazones estarán aquellas personas que
confiaron en nosotros y que con una sonrisa y un gracias nos han
transformado convirtiéndonos en lo que somos hoy.
Siempre con el lema de
nuestra federación en
nuestra mente y nuestro
corazón: Piensa Global,
Actúa Local.
Un abrazo con todo
el Orange Power
de mi Corazón.
Susi Trinidad Román
Once SCOPHian… Always SCOPHian
NPO IFMSA México Gestión 2012-2013
PROMESA
Fernando Jesus Velazco Romero
EMPIAC Toluca
Nunca podré borrar de mi memoria la
mirada de aquellas personas de Huitzilan,
Puebla que reflejaban humildad, tristeza,
felicidad, miedo, pero sobre todo una
mirada que asomaba las necesidades que
existen en México…
PROMESA ha sido
un mar de
momentos que sin
duda alguna han
moldeado nuestra
futura profesión.
Ahora veo con
otros ojos la
crudeza del País en el que vivimos, nos sorprendimos con las
anécdotas, los hallazgos, la fortaleza de los humanos que a pesar
de las condiciones, viven sin preocupación y sin embargo, les
cuesta una vida de molestias que sobrellevan en su quehacer
cotidiano. Poder escuchar dialectos es una de las formas más
sorprendentes de volver al pasado y amar a México.
Para nosotros, comer es tan común en las relaciones humanas,
nos reunimos y comemos, festejamos y comemos, paseamos y
comemos.
Hemos dejado de ver en la alimentación como una necesidad,
pero cuando nos dimos cuenta de
las personas no tienen los recursos
necesarios para comer y satisfacer
esa necesidad, es realmente triste
percibirlo en carne propia y sentirse
tan inútil por no saber cómo
ayudarlos al instante.
Conocimos increíbles personas que vivían con tan solo una papa,
una tortilla y té al día, niños con graves problemas nutricionales y
nosotros nos quejamos por no comer lo que deseamos.
Valorar la vida que tenemos es el comienzo para poder entender
la vida de los otros y de cómo a pesar de la incertidumbre se
encuentran formas de felicidad. Creo que nunca me sentí tan
afortunado de tener un par de zapatos hasta ver los pies
deformados de aquellos que acudían a consulta en la búsqueda
de la disminución de sus problemas.
Para ser un buen profesional de la salud hacen faltas experiencias
tan bellas como lo ha sido esta, hemos creado en muchos futuros
médicos el lado humano y fraternalista que tanto se ha perdido
en la actualidad. No solo el compañerismo y la amistad se
crearon en Puebla, sino que te das cuenta de cómo personas tan
lejanas pueden convertirse en tu familia, eso es algo que
agradecemos tanto a la IFMSA; esas bases que se crearon en
esos días son el inicio de nuestra buena convivencia con las
personas, sean pacientes o colegas.
Por todo lo anterior considero que PROMESA es una manera de
adentrarnos al mundo de la solidaridad, valorar lo que tenemos,
amar a nuestro País y una auténtica forma de encuentro a
nuestra verdadera esencia como médicos con esos deseos de
dar todo por el bien de los demás.
Javier Moguel
Mazariegos
Pasante de Nutrición.
Nuevamente tengo la
oportunidad y el enorme
placer de poder
contribuir en una causa
tan noble como lo es
PROMESA en su
segunda edición.
A pesar de que no soy médico comparto la misma alegría y
emoción de emprender este tipo de proyectos.
PROMESA representa algo muy especial para mí. Representa la
oportunidad de poner en práctica la buena voluntad, la
solidaridad y pasión por lo que haces. Desde que conocí el
proyecto me cautivo, me enseño la importancia de trabajar en
equipo, y por si fuera poco me dio la fortuna de hacer grandes
amigos. También te das cuenta de las razones que originan los
graves problemas de salud que aquejan a una comunidad, en
donde lamentablemente los servicios de salud más básicos son
escasos y poco accesibles.
Mi objetivo en hacer de esta edición de PROMESA 2013 algo
inolvidable fue más que superado.
En Puebla me presentaron a los demás estudiantes de la
Licenciatura en Nutrición y fue muy interesante conocer a su
equipo de trabajo y la forma tan distinta en que se organizan
para trabajar en proyectos de esta naturaleza.
Empezando por las medidas antropométricas de peso y talla a
los habitantes de la comunidad, de las pláticas de orientación
alimentaria, lactancia materna e higiene de los alimentos.
Con los días te encuentras con muchas limitaciones con las que
no consideras en el momento de realizar tus labores, como no
hablar español, no saber leer ni escribir, o el miedo a ser atendido
por personas desconocidas.
Trabajar en comunidades es de las experiencias más
enriquecedoras y fuertes al mismo tiempo.
Dejas a un lado todos tus complejos
y miedos absurdos para enfrentarte
a una lacerante realidad.
Esto te da la pauta para incidir de una mejor manera en el
desarrollo de tu trabajo y así obtener los resultados que esperas.
Promesa ha sido y será una de las mejores experiencias de mi vida
y el solo hecho de poder brindar ayuda a quien más lo necesita
es la mejor de las recompensas que puedo obtener.
Mi foto favorita con SUSY.
Pláticas de Lactancia
Materna
Antropometría
PROMESA 2013
Una experiencia como ninguna otra
“Ser médico es el sueño de un niño, la odisea del estudiante y la
dicha del profesionista”.
El pasado Julio me quedó más
claro una de mis frases favoritas, y
les contaré por qué…
Esta historia comienza un Jueves 11
de Julio, donde partía de Veracruz
con destino a Puebla para poder
asistir a PROMESA 2013, (Proyecto
México Saludable), que se llevaría
a cabo en Huitzilan de Serdán,
Puebla. Llegando a mi destino
conocí a más personas que iban y
estaban ahí por la misma razón
que yo, el poder dar un servicio, ayudar a una comunidad y
brindar atención de primer nivel a personas que realmente lo
necesitan.
Un día después nos reunimos todos los asistentes en la Facultad
de Medicina de la BUAP, estudiantes de medicina, futuros
colegas de varias partes de la
República Mexicana, algunos de
Guadalajara, Zacatecas, Sinaloa,
Toluca, Guanajuato, Chiapas, 1
chico de Yucatán, entre otros,
para así poder partir a nuestro
destino, a nuestro Campamento
PROMESA.
El viaje de ida fue, es y será recordado
siempre, imprevistos chiquitos en cada
uno de los autobuses que al final del día
eran causa de risas, además de hacerse
más horas de viaje de lo normal, la
llegada al lugar y ver a todos
organizándose para poder tener todo listo
al otro día, mover las sillas que íbamos a
ocupar, subirlas al auditorio, bajar las
maletas de los camiones…ver ese
compañerismo fue inigualable.
Llegó el día esperado, 1er día de consultas, levántate a las
6:00am para bañarte, desayuna a las 7:00am y empieza a dar
servicio a las 8:00am. Filiación, Somatometría, Nutrición, Pláticas y
Talleres, Premédicos y Médicos fueron los servicios que se dieron
en esos días de trabajo.
Llegamos al Auditorio y
empezábamos a ubicarnos en
donde íbamos a estar. Puedo
decirles que en lo particular estaba
nervioso, no sabía si haría bien el
papel de Premédico pero después
de atender junto con una amiga a
nuestro 1er paciente y que al
despedirse dijera: “Muchas gracias
doctores por realizar esta labor
noble, gracias por atenderme ya
que nunca antes me habían hecho
todas esas preguntas que me hicieron ustedes”, me dio ánimo de
seguir, de continuar como Premédico y poder ayudar a unas
cuantas personas y que al final de su consulta se fueran felices
con su medicamento.
El día siguió, se iban pacientes y llegaban más personas a que los
atendiéramos, conforme pasaban te dabas cuenta que algunos,
los más grandes, hablaban Náhuatl y muy poco el español,
necesitábamos la ayuda de personas que habitaran ahí y que
nos pudieran ayudar a traducir, por suerte la mayoría de niños
que jugaban alrededor hablaban bien las 2 lenguas y nos
ayudaron a traducir lo que queríamos preguntarles, fue de gran
ayuda el tener a esos chiquitines, en especial una niña pequeña
de nombre Paulina que nos apoyó 2 días seguidos y se fue hasta
que atendimos al último paciente.
Terminaba el primer día, y ya habíamos realizado historias clínicas,
tomado signos vitales, diagnosticado con la ayuda de los
Médicos de Base y dado tratamiento, este último era lo más
divertido teníamos que ir a nuestra Farmacia, el lugar donde
teníamos los medicamentos y buscar entre diversos fármacos el
indicado para el paciente.
Llegó la noche, momento para relajarse y descansar un rato,
además de cenar un poco y por supuesto no podía faltar la
diversión después de trabajar, fuimos la mayoría de Promesians a
casa de Doña Hortensia una señora muy amable y humilde
donde cenábamos sus famosos Molotes, nos agradó tanto que la
adoptamos como “Mamá Hortensia PROMESA 2013”.
2do día de Actividades, ya nos
habíamos acoplado y empezamos a
trabajar sin que nos lo repitieran dos
veces, para las 8:00am cada uno ya
estaba en su puesto hasta la hora de
comida que bajábamos a la escuela
donde teníamos nuestro campamento ya que en el comedor de
la escuela unas señoras nos servían de comer, y solo de recordar
la comida tan rica que estaba se me hizo agua la boca.
El día fue transcurriendo, atendiendo pacientes, algunos jugando
con niños, dando platicas y alrededor del ocaso nos tomamos la
foto oficial, esa foto que al verla me hace recordar todas estas
grandes experiencias, me recuerda que tengo nuevos amigos y
futuros colegas con los que puedo trabajar el día de mañana.
Nuestro Comité Organizador realizó la Clausura de PROMESA
2013, evento que duró 1 día de llegada, 2 días de trabajo y 1 día
de despedida, despedida a ese gran pueblo que nos recibió con
los brazos abiertos y estaba atento con nosotros.
Es difícil decir adiós a ese pequeño pueblito donde aprendimos
muchas cosas, a amigos que se retiraban a sus ciudades de
origen y no podrían asistir a la ROL que continuaba días después.
Fue algo maravilloso, una gran experiencia, podría decir que
todos aprendimos mucho tanto como personas como
académica y profesionalmente.
Al principio de la historia les compartí una frase, la cual siento que
la viví en este proyecto:
“Ser médico es el sueño de un niño”: nuestra amiguita traductora
oficial Paulina le comentó a nuestra Oficial Nacional de Salud
Pública Susana Trinidad que le gustaría ser Doctora ya que le
gustó mucho lo que realizamos en su comunidad, el poder
ayudar a quien más lo necesita.
“La odisea del estudiante”: creo que no sólo yo, sino puedo
hablar por la mayoría de mis compañeros Promesians que
asistimos y que somos estudiantes, vivimos toda una odisea desde
la llegada a Huitzilan de Serdán hasta el regreso a nuestras casas,
recuerdos que nunca olvidaremos.
“La dicha del profesionista”: el poder ver trabajar a los Médicos
de base y verlos atender a cada paciente con esa alegría,
paciencia y dedicación me da gusto, pienso que algún día seré
como ellos, algún día llegaré a terminar mis estudios y podré dar
servicio como ellos lo hicieron, ese día diré valió la pena.
Recordar es volver a vivir. Me quedo con buenos experiencias y
buenos amigos.
Si me preguntaran: ¿Volverías ir al siguiente PROMESA?
Contestaría: Sí, sin duda alguna, no importa donde sea, lo
volvería a vivir.
LA LABOR SOCIAL EN LA FORMACIÓN
DEL ESTUDIANTE DE MEDICINA.
Hugo Enrique Zilli Morales
Pocas cualidades han sido
tan fundamentales en los
profesionales de la salud
como la necesidad de
servicio: “En cualquier casa
que entre, lo haré para
bien de los enfermos,
apartándome de toda
injusticia voluntaria y de
toda corrupción”.
El papel del médico
actual ante la sociedad se
encuentra en un proceso
de transformación, la
imagen del profesional de
la salud: servicial y ético,
en una profesión
comercial que busca el
bien propio acosta de la
salud de la comunidad.
Y no podemos negar que la industria de la salud ejerce una
poderosa influencia en la decisión de la práctica médica: nos
proporciona regalos e incentivos para utilizar tal o cual
medicamento.
En la opinión social las
instituciones públicas de salud
y los programas efectuados
por estos son insuficientes o
deficientes. El número de
demandas por negligencias o
tratos inadecuados se
incrementa día con día,
amontonando casos sobre los
escritorios de los tribunales de
justicia. El problema práctico
de la tan citada “Relación
médico paciente” es que no
hay una forma de aprenderla
tras las páginas de un libro,
necesita ser vivida por los
estudiantes. El trato con
personas nos recuerda el fin
de la medicina, resumido en
frases que utilizamos y que no
reflexionamos con la
profundidad necesaria (No
existen enfermos sino
enfermedades). La
convivencia con personas
que solicitan nuestros servicios
de salud y que sobre todo,
ponen su confianza en
nuestras manos es una valiosa
lección que nos impulsa a
mejorar nuestra formación y
recordar el lado humano de
la medicina. PROMESA no
solo cumple con muchos de
los puntos anteriormente
descritos, te da la
oportunidad de ayudar a una
comunidad en la medida que
tus conocimientos lo
permitan, de aprender de
otros estudiantes y
recordarnos que el trabajo en
equipo es fundamental en
nuestro día a día.
De manera personal veo
PROMESA como un proyecto
que une a la gente, te hace
poner los pies sobre la tierra y
vivir la realidad de una
comunidad marginada. Te
recuerda ese espíritu de
ayuda y te brinda la
motivación para completar tu
formación sin dejar de lado la
capacidad empática que
debe caracterizar al buen
galeno. La decisión de la
forma en que vivirás esta
carrera es propia pero “(…) Si
cumpliere íntegro, viva yo feliz
y recoja los frutos de mi arte y
sea honrado por todos los
hombres y por la más remota
posterioridad”
Claudia Mayela Torres Romero
CEREMUG Guanajuato
¿Qué es lo que sucede cuando reunimos en un mismo sitio
a más de 98 estudiantes de medicina y nutrición, cajas enteras
de medicamentos, estetoscopios, baumanómetros, glucómetros,
cintas métricas, hojas blancas, casas de campaña,
conocimientos y entusiasmo? Lo que sucede se llama progreso,
se llama educación y por tanto cambios conductuales.
Recientemente tuve la oportunidad de asistir a un Proyecto
Mexicano de Salud (PROMESA), llevado a cabo en el pueblo de
Huitzilán, nada menos que a siete horas de distancia de la capital
de la bella ciudad de Puebla. Debo reconocer que no generé
expectativa alguna y es que dicen que es mejor sorprenderte
que decepcionarte… y éste
dicho no se equivoca: quedé
sorprendida. Creo que vivencias
como éstas son las que nos
permiten desarrollarnos de forma
integral en nuestra formación
médica.
Me pasaba lo que a muchos de nosotros nos pasa, que creemos
que no tenemos los conocimientos médicos suficientes para
emitir un diagnóstico y menos un tratamiento; elegí el rol de
premédico y me di cuenta que sí he aprendido a lo largo de mis
siete semestres de la Licenciatura. Me dio confianza en mí misma
en dicho aspecto. Cada día y en cada una de nuestras comidas
la gente de la comunidad nos daba nuestros alimentos en el
comedor de la escuela pública, y ¿saben? No nos pedían algo
a cambio, únicamente la satisfacción de nuestras caras cuando
probábamos aquella salsa, las risas propagadas ante nuestra
incapacidad de comer correctamente sin cucharas el primer día.
Huitzilán me tocó el corazón con su gente, con su clima nublado
y lluvioso, con el sonido de sus grillos, con las duchas de $10.00 y
con las historias narradas por los que fueron mis pacientes.
Cuando llegas a sitios tan alejados del desarrollo capitalino, tu
mente pide reflexionar múltiples realidades: faltan médicos que
se consagren a tratar a personas de lugares tan alejados, faltan
estudiantes que se dediquen a adquirir conocimientos, que sean
médicos, pero de los de verdad, que falta dinero, que falta
cultura, educación, ¡¡MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS!!, y que en
medio de tanto negro y blanco existen personas llenas de
colores: Pau nuestra fotógrafa especial de PROMESA, una niñita
que a pesar de las distintas problemáticas de su comunidad
brillaba…reía. Nos transmitía ésa buena actitud que a veces nos
falta, y es que estudios revelan que los mexicanos no sonreíamos
los lunes sino hasta después de las 10am, o sea que perdemos
horas valiosas de nuestro tiempo pasándola mal y quejándonos,
y Pau sonreía todo el tiempo.
Me gustaría invitar a cada uno de
ustedes a ser parte de éste gran
proyecto, aprenderán el valor del
humanismo, lo importante del trabajo en
equipo (es imposible armar una casa de
campaña tú sólo… bueno sí se puede,
pero termina con un eje de inclinación de
45°), valorarán el agua caliente de sus
casas, la comida hecha por sus mamás,
la importancia de dirigirnos a nuestros
pacientes con un lenguaje que ellos
entiendan de acuerdo a su nivel educativo, aprenderán a
clasificar a los medicamentos acorde a su función en nuestro
organismo (y créanme si no quieren esto, lo terminarán haciendo
por la fuerza, y es que tuvimos que acomodar el medicamento
más de 374 veces a causa de la lluvia), aprendes que tus
pacientes pueden enseñarte y educarte también, concientizas
que hay gente con menos recursos económicos que tú y que aún
así sonríen, aprendes que aún hay un cúmulo enorme de
aprendizajes teórico-prácticos médicos que no sabes y que
debes de estudiar…que tú eres el médico del mañana y que es
importante que tu preparación sea tu prioridad, aprendes que tus
cosas no valen más que tú y que tú no vales más que otras
personas, sino que tienes el mismo valor. Humildad (que tanto
falta en el ámbito médico-hospitalario). PROMESA es la escuela
de la vida dirían los románticos.
Aún falta mucho por lograr un México sano, pero con las manos,
la inteligencia, los recursos y PROMESA lo estamos consiguiendo.
La práctica médica es sin duda una de las profesiones más
difíciles, y una de la que da mayores satisfacciones,
satisfacciones que son de la más variada índole.
Durante todo el
tiempo que he
estado en
IFMSA he
tenido la
oportunidad
de participar
en muchos y
muy diversos
proyectos, he
tenido la
oportunidad de
realizar trabajo
primero que nada
como Miembro Activo, como Oficial Local, como Presidente de
mí querido comité IFMSA-BUAP y más recientemente como Oficial
Nacional de Derechos Humanos y Paz, todas estas experiencias
me han enriquecido como futuro profesional de la salud, pero
aún más importante me han convertido en un mejor ser humano,
sin embargo me atrevo a decir que PROMESA ha sido sin duda
una de las experiencias más increíbles de todas.
Nuestro País, es enorme y diverso en cada uno de sus rincones, y
así también lo es la práctica médica, sin duda todos aspiramos a
ser grandes Médicos y trabajar en los mejores hospitales
ayudando a las personas, sin embargo creo que prácticamente
todo el tiempo nos olvidamos de las comunidades como Huitzilan
que sin duda necesitan mucho más aun médico que cualquiera
de los hospitales de nuestro País.
Recorrer Huitzilan es recorrer el otro México, el que sufre y el que
pide ayuda, en comunidades como esta, las cuales por
desgracia abundan en nuestro País, las personas nos e fijan en tu
bata, en lo elegante de tu consultorio, en tus calificaciones,
mucho menos en si estas especializado, ni el lugar donde
realizaste tu internado, a estas personas solo una cosa les importa
del médico, y es que esté presente y dispuesto a ayudarlos.
Durante la estancia en dicha población supimos de las carencias
en materia de salud de las que sufren, sin una clínica adecuada,
y sin médicos que decidan apoyar trabajando en ese lugar,
existen diversos
problemas que
existen en todo
México tales como
Diabetes y HAS, por
mencionar dos de
los principales, los
cuales si nos e tratan
tiene consecuencias
fatales tanto en
materia de función,
como fatales en
todo el sentido
estricto de la
palabra, y no existe
ningún médico que
les dé seguimiento.
El mundo solo cambia cuando existen personas que quieren
hacerlo y creo que ahí radica la importancia de estos proyectos,
en salir de la zona de confort y el estatus superior que
pretendemos forjarnos, y darnos cuenta que necesitamos ser
humildes y tratar de dar lo mejor de nosotros, no solo en dichas
comunidades, sino en cada uno de nuestros actos, sin duda un
pequeño cambio acarrea cambios mayores, y si bien la situación
pareciera no tener solución, con pequeñas acciones como es el
PROMESA se puede hacer mucho por resolver la situación.
Me siento orgulloso de haber podido contribuir al menos un poco
en dicho proyecto y muy agradecido también por todas y cada
una de las enseñanzas que obtuve, tanto de parte de mis
compañeros como de parte de todos y cada uno de los
pacientes que tuvimos la oportunidad de ayudar y espero de
corazón que todos los miembros de nuestra querida federación
tengan la oportunidad de tenerlas algún día.
"Algunas personas quieren que algo ocurra, otras
sueñan con que pasara, otras hacen que
suceda”
Del 12 al 15 de julio del 2013 se
llevó a cabo el segundo
“Proyecto México Saludable”
nacional, en la comunidad de
Huitzilan de Serdán en el
estado de Puebla, en el que
alrededor de 70 estudiantes de
medicina de diferentes
semestres de todo el país
asistieron para dar asesoría
médica a los habitantes de esa
comunidad.
La dinámica consistió en
dividirse en puestos de trabajo
que eran: filiación, en que se
tenía el primer contacto con los pacientes y se les tomaban datos
de ficha clínica y cuál era su motivo de consulta, posteriormente
se les pasaba al módulo de somatometría, en el que se les
tomaban los signos vitales, al igual que peso, talla, IMC y glucosa
capilar.
Al finalizar esto pasaran al área de consulta en que uno o varios
estudiantes, interrogaban y exploraban al paciente para poder
determinar la enfermedad y la causa de ésta por la cual asistían.
Se tenían a disposición a médicos titulados a los cuales se les
podía hacer una interconsulta en caso de que se ocupara
ayuda, o que se ocupara hacer una exploración física más
profunda, al igual que consejos sobre que recetar al paciente,
medicamentos que previamente se habían recolectado y puesto
en un área de farmacia.
Mientras se buscaba los fármacos adecuados, el paciente
pasaba al área de nutrición, en el cual estudiantes de nutrición
les daban asesorías y pláticas acerca de cómo alimentarse lo
mejor que se pudiera con los alimentos a su disposición. Al finalizar
aquí retornaban con sus médicos tratantes a recoger sus
medicamentos y se retiraban.
En lo que la gente esperaba para ser atendida, se les impartieron
platicas igualmente sobre control de natalidad, prevención de
diabetes e hipertensión arterial., al igual que se hicieron juegos y
dinámicas para los niños asistentes.
En un total de 4 turnos de trabajo se atendió alrededor de 800
personas, las cuales se sintieron agradecidas por el la labor y el
trato que se les había dado.
Hubo ciertas situaciones que tuvimos que superar, como el que
la mayoría de las personas mayores que asistían solo hablaban
náhuatl, por lo que se tuvo que buscar personas que también
hablaran español para que pudieran traducir, usualmente eran
niños que ellos mismos se ofrecían a servir de traductores.
Fue una experiencia realmente maravillosa, que te ayuda a
crecer en varios aspectos; en educación médica porque te das
cuenta lo que sabes realmente y pones en práctica los
conocimientos adquiridos durante tus semestres cursados,
humanista porque realmente estás haciendo algo por personas
que no conoces y sin esperar nada a cambio, tratando de
ayudar a México, y personal, porque al ver la sonrisa que te
dedicaban al final de tu consulta los pacientes, ese adiós que te
daban en su lengua nativa náhuatl, se notaba su verdadero
agradecimiento no solo por haberlos consultado y darles
medicamento sino el haberles dedicado tiempo a escucharlos.
Asimismo la convivencia con los demás jóvenes de diferentes
estados te enriquece culturalmente, al igual que formas
amistades que a pesar de la distancia perduran.
Katia Noyola Hernández
Una de las más gratas experiencias que me
dejó este PROMESA fue el trabajo en
equipo, es fundamental especialmente
para nosotros que pertenecemos al área
de ciencias de la salud, la comunidad
necesita de todos, la base de la
alimentación con la cual prevenimos
múltiples enfermedades que nos ayudan
nuestros compañeros nutriólogos, la higiene
bucal con los odontólogos, los químicos,
enfermeros, etc., todos formamos un
equipo el cual estamos designados a
restablecer la vida de un ser.
PROMESA para mí fue lo mejor que me ha pasado, en el ámbito
escolar, me dejo una mayor unión con mi federación; conocer a
personas que se convirtieron en parte especial de mi vida, en
verdad es como tener otra familia, pura, sin envideas dispuestos
a ayudarte en lo que necesites, al igual que poder ayudar a la
gente de la comunidad (Huitzilán de Serdán, Puebla) donde te
das cuenta que no debes de perder tu tiempo, debes estudiar
para poder ayudar a aquellas personas que con tanta fe ponen
sus vidas en tus manos y confían ciegamente en el médico,
por eso me dejo PROMESA un
alma de superación, de
humanitarismo, de solidaridad,
quiero ayudar a mi nación a mi
gente y si Dios me brindó la
oportunidad de estar en esta
carrera es porque él quiere que
sea un buen médico.
Por eso y mucho mas PROMESA está en mi corazón y que mejor
manera de plasmarlo que realizando el proyecto a nivel local,
quiero hacerlo, y ¡lo haré! porque mi pueblo necesita médicos
humanistas, médicos que en verdad ayuden a su pueblo.
Lamentablemente hay lugares que no cuentan con los servicios
de salud tal es el caso de varias comunidades marginadas de
nuestro país, es ahí cuando debemos actuar nosotros, este tipo
de brigadas no nos ayudan solo a nosotros en nuestra formación
como médicos, si no a la comunidad que tanta falta le hace el
servicio, con una simple sonrisa,
un gracias de los de mas es
incomparable a una cantidad
monetaria, que muchos
médicos de ahora buscan
solamente lo económico y
pierden sus valores, su
humanismo.
Por eso debemos brindar la atención de calidad que necesitan
las personas, porque si nosotros no empezamos el cambio ¿Quién
lo hará? Somos los médicos del mañana y podemos cambiar.