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La política económica en guatemala: una perspectiva histórica en materia de derechos económicos, sociales y culturales

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La política económica en guatemala: una perspectiva histórica en materia

de derechos económicos, sociales y culturales

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JOSÉ RAMIRO BOLAÑOS RIVERA

Es doctor en educación egresado de Universidad Panamericana, Magíster en Dere-chos Humanos por la Universidad Rafael Landívar, egresado del Seminario Permanente de Investigación en Derechos Humanos organizado por el Instituto de Derechos Huma-nos –IDHUSAC– y por el Instituto de Investigaciones Jurídicas –IIJ/URL–, además es Licenciado en teología por la Universidad Mariano Gálvez.

Ha sido docente en Universidad Mariano Gálvez, Universidad Panamericana, Se-minario Presbiteriano y Universidad Internacional Visión, Campus Guatemala.

Ha sido asesor del Proyecto Ágape, ONG especializada en atender jóvenes y se-ñoritas con problemas de drogadicción, además de asesor especí� co de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la República de Guatemala y coordinador de la Región Metropolitana del Eje de Derechos Humanos de la Conferencia de Iglesias Evangélicas de Guatemala –CIEDEG–.

Actualmente, se desempeña como Decano de la Facultad de Ciencias de la Educa-ción de Universidad Panamericana.

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RESUMEN EJECUTIVO

Este artículo presenta un panorama histórico de la realidad guatemalteca, en materia de derechos económicos, sociales y culturales, desde 1950 hasta 2002.

Se enfatiza este período pues marca la etapa previa al con� icto armado interno y, luego, al proceso de negociación de los Acuerdos de Paz. Paralelamente, se inicia la política de estabilización y ajuste con sus respectivas medidas; una de ellas fue la inserción de la economía en el mercado mundial. Éste es indicio de la in� uencia de la globalización que prepara el escenario para su instauración y despliegue a través de la negociación del TLC entre Estados Unidos y Centroamérica.

Al inicio se describe el panorama socioeconómico de Guatemala que se caracte-riza en sus principales aspectos: subdesarrollo y pobreza; planteando que los mismos son causados, entre otras razones, por la mentalidad mercantilista aun prevaleciente y la creencia en que nuestra ventaja competitiva es la mano de obra barata, sumado a la baja inversión productiva, resultado, en alguna medida, de los bajos niveles de ahorro, tanto privado como público.

En consecuencia, el artículo describe la situación de los derechos económicos, sociales y culturales en Guatemala, determinando que la incorporación de los ins-trumentos internacionales al derecho positivo guatemalteco, no es su� ciente para lograr su exigibilidad.

Finalmente, se describe la importancia del desarrollo económico, estableciendo que para alcanzarlo se deben superar problemas importantes de carácter social, y la pobreza es uno de ellos. La crisis del modelo vigente, el crecimiento del desempleo, la escasa inversión en desarrollo humano, han llevado a la población guatemalteca al empobrecimiento y, con ello, a la continua violación de sus derechos económicos, sociales y culturales.

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La política económica en guatemala: una perspectiva histórica…

The objectives of this article are to provide a historical view of the reality con-cerning to cultural, social, and economical rights of Guatemalan people from

1950 to 2002. The emphasis is done to this period of time because it marks the stage prior the internal armed con� ict and then the process of negotiation for the peace Agreements. In parallel to this situation the politics of stabilization and adjustment began with their respective rules. One of these was the Strategy of insertion of the economy in the world market which is an indicator of the in� uence of globalization that prepares the may for its establishment and development through the negotiation of the TLC – Central America Free Trade Agreement (CAFTA), between the United States and Central America.

A social-economical prospect is presented in this article. The fundamental cha-racteristic of the social-economical pro� le of Guatemala, is underdevelopment and poverty. The causes derived from the economical factor are found in the mercantile mentalitiy that still prevails, as well as the belief that our competitive advantage is the cheap hand labor. In adition to low productive investment, as a result, of low private and public saving levels.

Besides, this article describes the situation of cultural, social, and economical rights in Guatemala. The constitutional incorporation of these rights, the rati� cation and the approval of international instruments that regulate them are not enough to achieve its demand.

Finally, it describes the importance of an economic development. In order to get economic development, it´s necessary to overcome important sociological problems such as poverty; the crisis of thein force model, the growth of the unemployment, and the scarce investment in human development. These causes have taken the Guatemalan population to the impoverishment and the continuous violation of their cultural, social, and economical rights.

ABSTRACT

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La política económica en guatemala: una perspectiva histórica…

Introducción .........................................................................................................79

1. Período de los años cuarenta a los sesenta ......................................................80

2. Período de los años ochenta a la actualidad ....................................................82

3. Liberalismo y neoliberalismo económico .......................................................83 3.1 Desarrollo del neoliberalismo en la sociedad: implicaciones y efectos .............................................................................88 3.1.1 En lo sociopolítico ...........................................................................88 3.1.2 En lo económico y antropológico ...................................................89

Conclusiones .........................................................................................................94

Recomendaciones .................................................................................................95

Referencias ............................................................................................................95

CONTENIDO

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Introducción

Para que los derechos humanos sean e� caces tienen que darse determi-

nadas condiciones y existen diversos caminos para lograrlo. Lo cierto, es que no es su� ciente el mero reconocimiento de los derechos en normas jurídicas y el establecimiento de tribunales que los ga-ranticen formalmente. Esto determina la existencia de diversos tipos de garantías: las jurídico-procesales y las generales o condiciones previas a las garantías procesales. Las condiciones previas, son condiciones sine qua non, mínimas e imprescindibles para el ejercicio de los derechos humanos; pueden ser políticas, económicas, sociales y culturales.2

Condiciones políticas: son aquellas que deben producirse en una sociedad políticamente organizada y que, desde las mismas estructuras del Estado, facili-ten el disfrute e� caz de los derechos hu-manos. Entre tales garantías generales de derecho político están las condiciones provenientes de los principios básicos de� nitorios de la estructura del Estado, las que provienen de la estructura abierta del Estado, el reconocimiento y garan-tías de los derechos humanos.3

Condiciones económicas y sociales: en éstas se exige al Estado que oriente toda su acción de gobierno a crear las condiciones económicas y sociales para llevarlas a la práctica. La política

1 Este artículo es producto de la investigación realizada por el autor, gracias al Proyecto Regional de Apoyo a la Educación, Capacitación e Investigación en Derechos Humanos en Centroamérica a través del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de San Carlos de Guatemala –IDHUSAC– y del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Rafael Landívar –IIJ/URL–.

2 Luis Felipe Polo, Fundamentos � losó� cos de los derechos humanos. (Guatemala: Arte Nativas, 2000). Págs. 45-46, 175.

3 ONU. Informe Nacional sobre Desarrollo Humano. Guatemala: los Contrastes del Desarrollo Humano. (Guate-mala, 1998). Pág. 117.

La política económica en guatemala: una perspectiva histórica en materia de

derechos económicos, sociales y culturales1

José Ramiro Bolaños Rivera

Vivimos en un mundo en el que es más grave transgredir las reglas delcomercio que violar los derechos humanos.

W. Allman

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económica es la forma como el gobierno administra la economía del país.

Condiciones culturales: algo que caracteriza al ser humano es la razón, el saber y la cultura.4 Una de las primeras condiciones necesarias para hacer posi-bles los derechos humanos será el acceso al saber y la eliminación del analfabetis-mo, temas muy sensibles en Guatemala.

1. Período de los años cuarenta a los sesenta

En 1944, bajo el peso de la crisis económica y social causada por la depresión mundial de los años treinta, se resquebrajó el orden neocolonial de Guatemala, cuando una amplia coalición de la clase media y trabajadora derrocó al dictador militar Jorge Ubico. Así em-pezó la Revolución de 1944-1954, única experiencia verdaderamente democráti-ca en toda la historia del país.

Los gobiernos de Juan José Arévalo (1945-50) y Jacobo Arbenz (1951-54) garantizaron las libertades democráti-cas fundamentales, abolieron el trabajo forzado, garantizaron el salario mínimo y los derechos elementales para los obreros y campesinos, y aumentaron la igualdad y el bienestar social.

Además, la Revolución modernizó al capitalismo guatemalteco, empren-diendo la diversi� cación agrícola y pro-gramas de industrialización, el fomento de empresas nacionales y la regulación de la inversión extranjera, dando prio-ridad a los intereses nacionales. Lo más signi� cativo de este período fue la reforma agraria de Arbenz, en 1952; ésta tuvo gran alcance, y gracias a ella se distribuyó tierra a más de cien mil familias campesinas.5

La primera, entre otras medidas nacionalistas del gobierno de Arbenz, fue la expropiación de tierras ociosas que pertenecían a la estadounidense United Fruit Co., y esto provocó una tremenda reacción por parte del go-bierno de Estados Unidos.

La CIA, junto con las fuerzas de oposición guatemaltecas, acusaron a Guatemala de servir como cabeza de playa para la expansión soviética en el hemisferio occidental y, en junio de 1954, organizaron el derrocamiento del gobierno de Arbenz para instalar en su lugar un régimen contrarrevolucionario favorable a Estados Unidos. Este régi-men revirtió inmediatamente la legisla-ción democrática y desató una tremenda represión. La herencia de la revolución y su violento � nal fue la polarización

4 Polo, Óp. cit., pág. 179.5 URL/IDIES. Guatemala: política económica y pobreza, 1998. Págs. 13-14.

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social que ya era característica en Gua-temala, llevando al país hacia una crisis permanente.

No obstante, no fue posible revertir la historia, aún bajo el gobierno contra-revolucionario posterior a 1954, ya que la misma dinámica estructural y las contradicciones subyacentes que habían originado la revolución seguían vigentes. Durante un período de treinta años (1950-80), la economía guatemalteca, al igual que la de toda Centroamérica, gozó de un crecimiento basado en la expansión y diversi� cación de las exportaciones agrí-colas al mercado mundial y, en los años sesenta y setenta, en una industrialización mínima, llevada a cabo, principalmente, por capital extranjero.6 Pero ese creci-miento, gracias a las exportaciones, gene-ró desorden social, debido a las tremendas desigualdades en cuanto a los recursos y distribución de los ingresos.

Para tomar el indicador más signi� ca-tivo de Guatemala, el dos por ciento de la población seguía controlando el sesenta y siete por ciento de la tierra cultivable.

En los años setenta, la diversifi-cación de las exportaciones ocasionó

nuevas e importantes expropiaciones, esta vez a los campesinos, además de concentración de tierras; los principa-les bene� ciarios fueron generales del ejército que utilizaban su control sobre el aparato del Estado para acumular riqueza personal. De este modo, el em-pobrecimiento derivado por la concen-tración de tierras creció en proporción geométrica, mientras que Guatemala se convertía, prácticamente, en el único país de América Latina que ni siquiera realizó una reforma agraria mínima.

A nivel social, la diversi� cación de la estructura productiva modi� có signi-� cativamente la tradicional estructura de clases en Guatemala y remodeló la coalición dominante del ejército y las élites económicas. La diversi� cación de la clase dominante signi� có, entre otras cosas, la incorporación de o� cia-les de alto rango y la rede� nición de la alianza entre el ejército y la burguesía; pero estas modi� caciones solamente acentuaron la polarización de clases. Mientras tanto, la industrialización y diversi� cación agrícola no propicia-ron el crecimiento signi� cativo del proletariado, como fuerza laboral con pleno empleo.7

6 URL/IDIES. Ibíd. Págs. 1-4.7 URL/IDIES. Ibíd. Págs. 20-26.

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Revista de Derechos Humanos

2. Período de los años ochenta a la actualidad

La crisis social estructural, que pa-radójicamente había sido resultado del crecimiento macroeconómico de los años setenta, se complicó durante los años ochenta cuando la crisis capitalista internacional golpeó a toda Latinoamé-rica tan severamente como lo hizo la depresión de los años treinta. Una de sus manifestaciones principales fue el cre-ciente aumento de los precios de todas las importaciones industriales, junto a la caída de los precios de las exportaciones centroamericanas.

Las crisis anteriores hicieron que la economía guatemalteca sufriera una tasa de crecimiento negativo durante los años ochenta; tanto el desempleo como la in� ación se elevaron a niveles sin precedentes. Como resultado, el poder de compra en 1989 equivalía al veinti-dós por ciento respecto del año 1972;8 además, los niveles de pobreza general de 1980 aumentaron considerablemente en la segunda mitad de la década.

La principal característica social de Guatemala en los años ochenta y noventa siguió siendo el aumento de concen-tración de la riqueza en medio de una

pobreza generalizada.9 Aunque todos los países de Centroamérica compartían esta característica, la pobreza guatemalteca ha sido extrema en varios aspectos; en primer lugar, porque ha aumentado la desigualdad de los recursos y segundo, porque desde el derrocamiento de Ar-benz, no se ha tomado ninguna medida para aliviarlo; es decir, no se ha produci-do ni la reforma agraria ni la � scal.

La segunda particularidad de la po-breza guatemalteca ha sido la cantidad de indicadores sociales que la sitúan en los peores rangos, tales como el analfa-betismo, la calidad de vida, mortalidad infantil, etcétera.

La tercera particularidad es el com-ponente étnico de la pobreza; las estadís-ticas sitúan a la población indígena en peores niveles que el promedio nacional; y al igual que en todas partes, también ha habido una marcada feminización de la pobreza.

Las características de subdesarrollo y desigualdad extrema no son nuevas en Guatemala. En primer lugar, con el impacto de la crisis de los años ochen-ta, se agravaron seriamente todos los problemas económicos y sociales de Guatemala; incluso a nivel macroeco-

8 URL/IDIES. Ibíd. Pág. 47.9 URL/IDIES. Ibíd. Págs. 65-75.

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nómico, Guatemala retrocedió más de quince años en esta década, revirtiendo el ritmo de crecimiento de los treinta años anteriores.10

En segundo lugar, después de me-diados de los años ochenta, el gobierno comenzó la implementación de polí-ticas de austeridad más agresivas, que culminaron con las medidas del ajuste estructural de � nales de los ochenta y principios de los noventa. Estas políticas sólo agravaron la crisis social.

En tercer lugar está el desplazamiento de un sector de la población urbana al sector informal de la economía, ya que apenas poco más de un tercio de la fuerza de trabajo tenía empleo pleno y estable.

Este último indicador era una de las modi� caciones importantes de la estructura de clases en Guatemala du-rante los ochenta, y hacia el � nal de la década, cerca de un noventa por ciento de la población estaba ya por debajo del nivel o� cial de pobreza. Casi tres cuartas partes de la población vivía en extrema pobreza, es decir, sin los recur-sos su� cientes para acceder a una dieta básica mínima.11 Este es el panorama o escenario de Guatemala previo a los años noventa y en el inicio del 2000,

cuando la globalización está ya en pleno despliegue e instauración.

3. Liberalismo y neoliberalismo económico

Debido a una compleja tendencia internacional, se instaló en nuestro país una visión economicista y tecnocrática que, con el pretexto de reivindicar la li-bertad de mercado, está reorganizando a las sociedades, por la fuerza, en términos bipolares y excluyentes.12

El pago de bajos salarios y el creci-miento constante de los precios de los bienes y servicios en Guatemala, los hace inasequibles; es el motor creador de la pobreza, la pobreza extrema y de la exclusión económica, base de la des-igualdad de ingresos.

El liberalismo clásico entró en de-cadencia hacia � nes del siglo XIX, y el término liberal empezó a ser usado frecuentemente para describir un libe-ralismo intervencionista o social, par-ticularmente en Estados Unidos y en el Reino Unido. Así, liberal en el sentido político, llegó a identi� car a aquél que propendía por la intervención del Estado para corregir las injusticias sociales.

10 URL/IDIES. Ibíd., Pág. 53.11 URL/IDIES. Ibíd. Pág. 69.12 Joseph Stiglitz, El malestar en la globalización. (México: Taurus, 2002). Pág. 240.

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La decadencia del liberalismo fue potenciada por la Revolución keyne-siana13 que implica la generalización del Estado de bienestar, entendido como el conjunto de acciones públicas tendientes a garantizar a todo ciudadano de una na-ción el acceso a un mínimo de servicios que mejore sus condiciones de vida.

Este enfoque keynesiano predominó en la política económica hasta mediados de los años setenta; todos los gobiernos aplicaron, como fundamento de la políti-ca económica, el manejo de la demanda agregada y una política de gastos que tenía múltiples funciones, entre otras, garantizar el pleno empleo (con sus lógi-cas conexiones con el bienestar social), estimular el proceso de crecimiento en las economías de mercado y permitir el acceso a la educación, la sanidad, la vivienda, las pensiones y al seguro de desempleo a la población de bajos ingresos.

La crisis económica de los años setenta altera la perspectiva de interven-ción del Estado y afecta la naturaleza de la teoría keynesiana. De hecho, el apotegma reaganiano de ese momento era “el Estado no es la solución, es el problema”.14 Este atribuye el desem-pleo masivo, la in� ación y la debilidad del crecimiento, al exceso de interven-

ción del Estado, lo que, por supuesto, preparaba el campo para la crítica a la intervención estatal en los asuntos económicos.

Desde entonces, se cambió el enfo-que en el análisis de las políticas públi-cas, que pasó del estudio de los fallos del mercado que pudieran corregirse con las intervenciones del Estado, a los fallos del mismo, en el exceso de intervención, en la burocratización, etc. En otras pa-labras, el gasto público, resultado de la puesta en marcha de las funciones key-nesianas de bienestar, interferiría con el proceso de crecimiento y distorsionaría el funcionamiento del mercado al eli-minar los incentivos para la acción de los agentes individuales, considerados centrales en el sistema económico.

El neoliberalismo cobijó una ten-dencia de renacimiento y desarrollo de las ideas liberales clásicas, tales como la importancia del individuo, el papel limitado del Estado y el valor del mer-cado libre.

Ese enfoque a� rma que si los in-dividuos pueden perseguir libremente sus propios intereses, las consecuencias colectivas serán mucho más bene� cio-sas que la acción gubernamental. Esta proposición constituye, por lo demás, el

13 Pedro Montes, El desorden neoliberal. (Madrid: Trotta, 1996). Pág. 30.14 Ibíd. Pág. 31.

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fundamento del llamado individualismo metodológico que es, desde un punto de vista teórico, el corazón mismo de la teoría liberal.15

En síntesis y desde una perspectiva moderna, el neoliberalismo puede ser de� nido como la creencia en que la in-tervención gubernamental usualmente no funciona y que el mercado, por lo general, lo hace.16

El fracaso del Estado en la consecu-ción de sus metas (fallo del gobierno) es predecible y, según los neoliberales, ha sido con� rmado por la experiencia.

El mercado, el intercambio vo-luntario de bienes y servicios satisfará habitualmente los requerimientos de los individuos con mucha mayor e� cacia que el gobierno dentro de las restriccio-nes de sus recursos limitados.

El objetivo fundamental de la polí-tica económica neoliberal es propiciar el funcionamiento � exible del mercado eliminando todos los obstáculos a la li-bre competencia.17 Apenas es necesario decir que el neoliberalismo ha hecho suya la teoría del libre cambio en todas sus versiones y se ha apoyado en

unas u otras para justi� car su concep-ción del mundo como un gran mercado donde todos compiten en condiciones de igualdad entre cada país, según sus posibilidades.

Esto supone, tanto la exposición de la economía a la competencia interna-cional, como la adopción de tipos de cambio � exible; en � n, el desmonte de todo tipo de protecciones, estímulos y ayudas a los productores.

En esas circunstancias, la con� anza en la � exibilidad de la economía y en el papel de los precios para restaurar las situaciones de equilibrio, la regeneración de los equilibrios comerciales por la vía de la apertura y el tipo de cambio libre se constituyen en las orientaciones princi-pales de la política económica impulsada por el neoliberalismo.18

Bajo esta perspectiva, en la última década, todos los países de Latinoamé-rica y del Caribe han realizado reformas estructurales orientadas hacia el mercado y a mejorar la e� ciencia de la economía, a acelerar el crecimiento, etcétera.

Estas reformas se han orientado principalmente a seis áreas: la libera-

15 Fernando Bermúdez, Los cristianos frente al neoliberalismo. (Guatemala: Nawual Wuj, 1996). Pág. 12.16 CEPROMI. Neoliberalismo y derechos humanos, 1997. Pág. 14.17 John Naisbith y Patricia Aburdene, Megatendencias 2000. 1993. Pág. 4.18 CEPROMI, Óp. cit. Pág. 14.

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ción comercial, la política tributaria, la desregulación � nanciera, la privatiza-ción, la legislación laboral y la trans-formación del sistema de pensiones. Las reformas han sido profundas en las áreas comercial, cambiaria, tributaria y � nanciera.19

Las consecuencias sociales y dis-

tributivas del neoliberalismo deberían evaluarse con mayor atención y menos pasión para evitar posturas sectarias que eviten la identi� cación de los intereses de la mayoría; esto implica el estudio de las ventajas y desventajas que toda propuesta humana tendrá siempre.

Los sindicatos públicos han satani-zado las privatizaciones y la reducción del Estado. Los populistas han hecho de la apertura una caricatura, muchos gre-mios de la producción han reaccionado por el desmonte de los aranceles; todo ello como consecuencia de la reducción de sus privilegios.

Pero del lado neoliberal, los éxitos no han sido contundentes. Las privati-zaciones han sido utilizadas en muchos países para negocios oscuros en las altas esferas; el crecimiento no está ga-rantizado y, en muchos casos, tampoco la estabilidad. En no pocos países, los

efectos sociales en términos de aumento de la pobreza han sido signi� cativos;20 ha contribuido a debilitar las políticas sociales, las posibilidades de acceso de los grupos pobres a los servicios bási-cos, ha concentrado los bene� cios que brindan las oportunidades de mercado en unos pocos grupos, de modo que si antes no fueron claras las ventajas del Estado, ahora no son claras las ventajas del mercado.

Hoy se está buscando, en la mayoría de los países, una especie de punto me-dio entre el mercado y la intervención del Estado. El punto de discusión con-siste en la manera como el Estado puede ser controlado y vigilado en sus inter-venciones, de modo que éstas realmente respondan a las necesidades colectivas y no a objetivos de los grupos burocráticos asentados en el Estado.

Se vislumbra una discusión más abierta en términos de una mejor de-mocracia para una mejor acción del Estado en la economía, es decir, mayor capacidad de control de la sociedad civil sobre el Estado, para asegurar una mayor gobernabilidad; entendida ésta en el sentido restringido de la capacidad de las políticas públicas de satisfacer expectativas colectivas.21

19 URL/IDIES. Ibíd. Págs. 53-63.20 URL/IDIES. Ibíd. Págs. 64-75.21 John Naisbith y Patricia Aburdene. Óp. cit. Págs. 25-35.

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La palabra liberalismo designa una � losofía política, fundada en el valor de la libertad individual e identi� ca una perspectiva de análisis frente a los meca-nismos rectores del funcionamiento.

Los principios del liberalismo fue-ron formulados a lo largo del siglo XVIII y pueden resumirse así:

• El individuo es la fuente de sus pro-pios valores morales.

• El proceso de comercio e intercam-bio entre individuos cuenta, tanto con propiedades de e� ciencia para lograr el bienestar colectivo, como de exaltación de la libertad.

• El mercado es un orden espontáneo para la asignación de recursos; el intercambio entre las naciones no sólo acrecentará la riqueza mediante la división internacional del trabajo; también tenderá a reducir las tensio-nes políticas y la guerra.

• La política pública debería limitarse a las pocas preocupaciones comunes de los individuos, la libertad, la se-guridad, la justicia, etcétera.

La síntesis conceptual permite señalar:

• Un compromiso con la libertad personal, de� nida como la no in-

terferencia en las creencias y en la búsqueda de objetivos privados.

• Una política de estricta libertad eco-nómica, a la que habitualmente se de-nomina laissez faire (dejar hacer).

• Una doctrina del gobierno limitada y restringida a asegurar las funciones básicas de la organización de la so-ciedad, particularmente, la libertad, la seguridad y la justicia.

Para algunos, el neoliberalismo es la ideología que pretende limitar la interven-ción del Estado en la economía del país, pues considera más bene� cioso dejarla en manos de la iniciativa privada.22

Para otros, el neoliberalismo se lla-ma así porque nace de neo que quiere decir nuevo y liberalismo, ideología que de� ende la libertad, tanto en lo político, como en lo económico.23

El liberalismo reapareció después de muchos años, como una nueva política económica, por eso se le llama nuevo liberalismo o neoliberalismo; también se le conoce como capitalismo neoliberal porque se fundamenta en los principios del capitalismo.24

El liberalismo también está basado en el individualismo, es decir, que el

22 Bermúdez, Fernando. Óp. cit. Págs. 20 y 31.23 Joan Ginebra, La trampa global. (México: Panorama, 1998). Pág. 80.24 Javier Gorostiaga, S.J. La mediación de las ciencias sociales y los cambios internacionales. 2001. Pág. 4.

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individuo es el principio y el � n de to-das las leyes y la economía, sin tener en cuenta el bien común.

La economía de libre mercado traspasa las fronteras de los Estados nacionales, uniforma las mentalidades, los usos, costumbres y culturas de los pueblos. Para el neoliberalismo el mercado es la única instancia que regula la satisfacción de las necesidades básicas de la gente.25 Lo anterior ha llevado a la llamada mundialización de la economía.

Para el neoliberalismo no deben

existir fronteras para las mercancías, las tecnologías y los � ujos � nancieros del exterior. El término que identi� ca a este proceso actual es globalización.

3.1 Desarrollo del neoliberalismo en la sociedad: implicaciones y efectos

El neoliberalismo se desarrolla o crece en distintos aspectos de la vida de una sociedad. A continuación se mencionan tres relacionados con el objeto del presente estudio: económico, sociopolítico y antropológico.

3.1.1 En lo sociopolítico

Uno de los mayores efectos o con-secuencias del neoliberalismo ha sido el surgimiento de los llamados Estados paralelos. Esta categoría es conceptua-da en relación con organizaciones que funcionan al margen de la ley y que cuentan con el apoyo signi� cativo de las poblaciones más necesitadas.26

Estas organizaciones pueden estar

relacionadas con el narcotrá� co y pro-pician el aumento de la criminalidad y la marginalidad, llevando grupos que eran tradicionalmente marginados de los bene� cios sociales a legitimar acciones deletéreas en nombre de una nueva ciudadanía.

En este contexto está claro que la premisa del neoliberalismo es el princi-pio de la exclusión. Los defensores de esta doctrina consideran inevitable la desigualdad social.27

Las implicaciones de esta situación de deterioro económico y social conlle-van la ingobernabilidad; las personas no creen en la autoridad constituida.

25 Fernando Bermúdez, Óp. cit. Pág. 21.26 Fernando Bermúdez, Óp. cit. Pág. 34.27 CEPROMI. Óp. cit. Págs. 7 y 9.

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La política económica en guatemala: una perspectiva histórica…

Refiriéndose a Brasil, el sociólogo Cristoavo Buarque observa que cuando las personas se sienten amenazadas, aumentan la altura de los cerramientos, en vez de presionar al Estado por mejores condiciones de seguridad pública.

En el área de educación pública, cuando personas con recursos materiales están insatisfechas con la calidad de la enseñanza pública no luchan por mejores escuelas, sino que trans� eren sus hijos a escuelas particulares.

Todos estos elementos sugieren que lejos de construir una cultura po-lítica participativa y democrática, se está solidi� cando una cultura política fragmentada e individualista con re-ducido capital social. Aquí se de� ne capital social como el desarrollo de redes de solidaridad y de identidades colectivas.

Se observa el aumento de la descon-� anza entre las personas y las institu-ciones políticas; por ese tipo de cultura política, se constata el surgimiento de un ciudadano altamente individualista y pragmático cuyo comportamiento políti-co se guía por principios de mediatismo y canibalismo político.

3.1.2 En lo económico y antropológico

La implementación de las políticas de ajustes y concentración de capital son violatorias del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-rales; más allá de la valoración técnica de sus fórmulas econométricas, las políticas de ajuste distorsionan ciertas prácticas del poder económico y político que ha-cen de la corrupción y la impunidad las amenazas más graves a la seguridad y estabilidad de la democracia y, por ende, son violatorias de los derechos humanos y las libertades fundamentales.28

En el último decenio, las políticas y las acciones del Ministerio de Trabajo de Guatemala para mejorar los ingresos de los trabajadores han sido: continuar con la tradición de � jar salarios mínimos y el aumento relativo del poder de negocia-ción a través de la sindicalización. Esto sucede en varios países de Latinoaméri-ca porque, en su empeño por reorganizar la economía de acuerdo con las leyes del mercado, la administración del gobierno central desactiva responsabilidades del Estado que son esenciales en cualquier economía y que son obligaciones emer-gentes de la Constitución nacional y de los pactos internacionales de los que es parte.29 Entre ellas, las que se re� eren a

28 Bermúdez, Fernando. Óp. cit. Pág. 34.29 IDHUSAC. Derechos humanos. Guatemala. Págs. 66-68.

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la salud, la educación, la seguridad y la justicia. Esto sucede porque las políticas neoliberales tienden a la exclusión social y a la polarización injusta en el reparto de sacri� cios y riquezas.

Sin duda, hay un distanciamiento entre las recetas dadas por los países llamados más desarrollados o del primer mundo y las acciones concretas seguidas por los países menos desarrollados. Esto se re� ere a la noción de Estado mínimo y la necesidad de reformular los gastos gubernamentales en áreas consideradas prioritarias. La imagen que fue construi-da es que, en la medida como el Estado es visto como un problema y no como una solución, la economía de mercado debe restringir sus actividades a aquellas esferas esenciales.

Este tipo de Estado, de acuerdo con los neoliberales, sería ideal para im-pulsar el crecimiento económico y, en última instancia, la igualdad social. Los países que son tomados como modelo digno de emular son algunos europeos y, principalmente, Estados Unidos.

Sin embargo, la realidad muestra una diferencia abismal entre lo que es dicho y lo que es hecho; por ejemplo, datos del Anuario estadístico � nanciero de los gobiernos, publicado por el Fon-

do Monetario Internacional, muestran claramente que en países como Estados Unidos y Francia, contrario a lo que se difunde por la retórica neoliberal en los países en desarrollo, continúan actuando significativamente en sus economías para producir políticas de bienestar, contradiciendo la idea de un Estado minimizado.

Son tres las condiciones que deben ocurrir simultáneamente para que un Estado sea considerado minimizado:

1. Ampliación de los gastos con fun-ciones mínimas (defensa y seguridad nacional).

2. Reducción de los gastos en las fun-ciones económicas (habitación, minería, industria, construcción, agricultura y transporte).

3. Disminución de los gastos sociales (salud, educación, seguro social y asistencia social).

Los informes nacionales de desarro-llo humano presentados por el PNUD respecto a Guatemala se publican desde 1998. La preparación del primer infor-me se realizó dentro de un clima apro-piado creado en el país como resultado del proceso de liberación y concertación abierto por la negociación de los Acuer-dos de Paz. Este informe se elabora

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La política económica en guatemala: una perspectiva histórica…

con el objetivo de aportar insumos de carácter sustantivo para profundizar y divulgar el conocimiento de la realidad guatemalteca.30

Podemos decir que, al menos de momento, la globalización no ha su-puesto sino un retroceso en su aplica-ción práctica, situación terriblemente decepcionante, dadas las maravillosas expectativas creadas en un principio.31 Así por ejemplo, y si pensamos en el caso de los derechos culturales, parece, a simple vista, una herramienta mara-villosa para la difusión de la cultura y la interconexión entre unos pueblos y otros. Por desgracia, estas espléndidas posibilidades se han visto empañadas por un dato que no admite engaños: la mayor parte de los habitantes de Gua-temala y otros países subdesarrollados –por no decir, mal administrados–, no tienen ninguna forma de acceder a la red y esto en lugar de estrechar, está ampliando la desigualdad entre unas poblaciones y otras.32

Desde el punto de vista de los dere-chos económicos y sociales, cada día es más evidente que la progresiva quiebra del Estado de derecho está produciendo

la pérdida paulatina de los derechos de los guatemaltecos y guatemaltecas.

La situación presentada es más pre-ocupante, pues el TLC entre Centroamé-rica y Estados Unidos a partir de su entra-da en vigencia que será, aparentemente en breve, según lo informado en medios de comunicación masiva, enmarcará a la economía guatemalteca.33

Aun cuando se ha hablado mucho de sus implicaciones y se han creado mu-chos mitos a su alrededor, el TLC se apli-cará. Así que es necesario poner atención al hecho de que el propósito principal de los TLC es el establecimiento de una “zona de libre comercio” entre los países suscriptores, teniendo como marco de funcionamiento el GATT (Acuerdo Ge-neral sobre Aranceles y Comercio): Arts. 4 y 5. En estricto sentido este propósito de los TLC alude al estadio más simple y primitivo del proceso de integración económica: el establecimiento de una zona de libre comercio.34

Siendo así, resultaría bastante limi-tado y hasta erróneo, referirse al TLC como sinónimo de integración económi-ca, pues una zona de libre comercio se

30 ONU. Informe Nacional sobre Desarrollo Humano. Óp. cit. Pág. 1. 31 Joseph Stiglitz, El malestar en la globalización. (México: Taurus, 2002). Pág. 29.32 PNUD. Guatemala: La fuerza incluyente del desarrollo humano, 2000. Pág. 212.33 A la fecha de edición de la presenta revista, el TLC entre Centroamérica, el Caribe y Estados Unidos ya se encuentra

vigente.34 Bella Balassa, Teoría de la integración económica. (México: Editorial Uteha, S.A.) Pág. 2.

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reduce a la abolición de las tarifas y las restricciones cuantitativas entre los paí-ses participantes;35 quedan por desarro-llar al menos cuatro formas superiores de integración, hasta alcanzar la uni� cación de las políticas monetaria, � scal, social y anticíclica, en un marco en que las deci-siones emanan de un ente supranacional.

Aunque entre los objetivos enun-ciados en los TLC � guran elementos de carácter estrictamente comercial, como el estímulo al comercio de bienes y servicios, la eliminación de barreras al comercio y la facilitación de la cir-culación de bienes y servicios; también se presentan otros objetivos, no menos importantes, que aluden principalmente al ámbito de la inversión.

Al igual que cualquier política eco-nómica, no son ni pueden ser instrumen-tos neutrales. Su implementación genera efectos diferenciados entre los países signatarios y al interior de éstos: por un lado se con� gura un selecto grupo de ganadores –generalmente, un reducido número de empresas monopólicas u oli-gopólicas nacionales y unas cuantas cor-poraciones transnacionales que operan o buscan operar en la región– que reciben los bene� cios de las negociaciones y del esquema impulsado por el tratado; y, por el otro lado, soportando las secuelas

negativas de los TLC, se ubican amplios sectores económicos y sociales del país, los mismos que históricamente han sido afectados por la aplicación de las refor-mas neoliberales.

Entre estos sectores afectados están los niños y las niñas; casi 5 por ciento de la niñez nacida en el primer semestre de 2000 tiene bajo peso al nacer, como consecuencia de la desnutrición de las madres que usan los servicios públicos de salud, generalmente las más pobres.

Los resultados de la Encuesta de Ingresos y Egresos de 1989/1999, evi-dencian reducción en la tendencia de la pobreza; a pesar de ello, la pobreza y pobreza extrema a � nales del siglo XX siguen siendo afectadas y siguen siendo mayoritarias. En 1989, más de la cuarta parte de la población tenía un ingreso menor a US$ 1 diario y, por ello, cali� caron como pobres extremos. En 1989, los ingresos globales de los 10 guatemaltecos más ricos eran 21 veces la de los 40 ciudadanos más pobres.

Otro universo de exclusión es la propiedad urbana y rural con � nes de vivienda. El breve muestrario estadís-tico aquí reseñado, no agota el grave cuadro general que sigue castigando a los eternos marginados de Guatemala.

35 Loc. cit.

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Se ha producido un nuevo fenómeno: los excluidos sociales.

Así se les llama a quienes, antes de las políticas de ajustes del modelo neoliberal, estaban dentro del mercado laboral y tenían acceso a la seguridad, a la justicia, a la salud y a la educación y hoy engrosan las estadísticas de los marginados extremadamente pobres.

Las protestas contra el desempleo, a favor de la educación y seguridad del trabajo, así como la salud, se han tornado rutinarias en nuestro país.

Se pueden mencionar otras violacio-nes más comunes que hoy se viven en este campo de los derechos económicos, sociales y culturales en el contexto gua-temalteco, a continuación se mencionan algunas:

1. La falta de reconocimiento de las obligaciones del Estado frente a los derechos económicos, sociales y culturales en sus distintas ramas; no solamente en la formulación de leyes, sino también en el diseño y control del presupuesto por el Congreso, en la formulación de las políticas económicas y sociales, en la vigilancia de las actividades del gobierno y los ministerios, y en las decisiones de las cortes.

2. La falta de monitoreo y evaluación regular sobre el cumplimiento de los derechos económicos, socia-les y culturales y la consecuente inexistencia de medidas e� caces para evitar las violaciones de los mismos.

3. La ausencia de políticas para asegu-rar una distribución más equitativa de los bene� cios del desarrollo, con la consecuente concentración de la riqueza que impide el acceso univer-sal a los servicios básicos.

4. La ausencia de políticas efectivas y a� rmativas para superar la discri-minación de facto sufrida por las mujeres.

5. La ausencia de políticas efectivas y a� rmativas para superar la discri-minación de facto de sectores sociales segregados y en situación de vulnerabilidad, como los indígenas, inmigrantes y poblaciones des-pla zadas en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales.

6. La falta de transparencia en la formulación y desarrollo de políticas y actividades del Estado en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Esto incluye la falta de difusión en la preparación de los informes relativos al cumplimiento

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de los pactos internacionales de esta materia y de las reco men-daciones del Comité de la ONU sobre los mismos, relativos a tales informes.

7. La falta de difusión, de infor-mación y educación sobre los derechos económicos, sociales y culturales.

8. La corrupción de funcionarios es-tatales en la ejecución de los presu-puestos sociales y la ine� cacia en la utilización de los recursos públicos, con perjuicio del pleno disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales.

9. La falta de reconocimiento y respeto para los derechos económicos, so-ciales y culturales en los acuerdos internacionales de integración, en el pago de la deuda externa y la apli-cación de los programas de ajuste estructural.

10. Anteponer al ejercicio pleno y efec-tivo de los derechos económicos, sociales y culturales, otros intereses del Estado.

11. La falta de acción del Estado frente a las violaciones y amenazas para el disfrute de los derechos económi-cos, sociales y culturales provenien-tes de agentes privados, tales como

las empresas que desconocen su obligación de respetar los derechos fundamentales de la persona en el trabajo y el derecho de la colecti-vidad a un medio ambiente sano y protegido.

Conclusiones1. La comparación de la realidad con lo

que “debe ser ”es una posibilidad para impulsar cambios en el país, ante los efectos de la economía globalizada imperante en Guatemala.

2. El conocimiento de los derechos humanos es la principal condi-ción previa para que puedan ser exigidos.

3. La globalización ha reducido la sensación de aislamiento experimen-tada en buena parte del mundo en desarrollo y, ha brindado a muchas personas de esas naciones acceso a un conocimiento que, hace un siglo, ni siquiera estaba al alcance de los más ricos del planeta.

4. La globalización requiere de nosotros una política arancelaria sensata para proteger lo que hay que proteger, por ejemplo el em-pleo, y estimular lo que hay que estimular.

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Recomendaciones1. Para exigir los derechos es necesa-

rio conocerlos; por esta razón, una de las tareas más importantes en la actualidad de Guatemala es la educa-ción en y para los derechos humanos de todos los individuos, de todas las etnias del país.

2. Es necesario que Guatemala siga manteniendo su capacidad de en-frentar el desafío de la globalización, pues en el mundo actual un país no puede crecer de manera sostenida, si no es capaz de exportar y si no atrae inversiones productivas del exterior.

3. Promover un menor gobierno, pero no la carencia del mismo. Dicho de otra forma: hay que quitarle funciones en las que es ine� caz; sin embargo, su cometido es la justicia y el desarrollo del ser humano.

4. Seguir impulsando la mentalidad de fomento educativo, y apoyarla, ya que es uno de los importantes componentes del “salario social” que todo ser humano debe alcanzar sólo por el hecho de serlo.

5. Incentivar una gobernabilidad entre-lazada con el quehacer de la política y, la existencia de un nuevo sistema de partidos políticos, que promulgue

por la implementación de políticas para el bien común.

6. Crear e implementar políticas orientadas a remover los factores estructurales de mayor incidencia en la pobreza, o sea, viabilizar el acceso de la población pobre a los activos productivos como lo son: la tierra, el crédito y la tecnología.

7. La globalización puede ser re-di señada, manejada adecua da y equitativamente, dando voz a todos los países en las políticas que los afectan. Ello contribuirá a crear una nueva economía global en la cual el crecimiento resulte, no sólo más sostenible, sino que sus frutos se compartan de manera más justa.

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3. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966).

4. Carta de Derechos y Deberes Eco-nómicos de los Estados.

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