la mujer en la empresa
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La mujer
en la empresa.
Yolanda Fontán Abilleira
Empecemos por el principio…
La mujer desde el principio de la humanidad ha debido
recorrer un camino lleno de obstáculos para lograr
trascender su condición de madre y tener la posibilidad de
participar en la sociedad.
Desde la prehistoria, su constitución física, más pequeña
que la del hombre, la mantuvo alejada de las actividades
que demandaban esfuerzo físico, tareas reservadas a los
hombres, que cuentan naturalmente con una estructura más
robusta.
Su misión principal era el cuidado de la descendencia pero
poco a poco fuimos evolucionando hasta que las mujeres
fueron necesarias para trabajar en la agricultura mientras
los hombres cazaban, pescaban o vigilaban el territorio.
El tiempo seguía su curso mientras nacían ciudades y se
conformaban distintas clases sociales en las que las
mujeres hacían distintos trabajos según su clase social pero
todos eran trabajos exclusivamente de mujeres.
La mujer en ese entonces tenía los mismos derechos de un
niño, por lo tanto era considerada políticamente incapaz.
Mas adelante, llega la revolución industrial, período en
el que las mujeres empezaron a trabajar en las
fábricas, pues eran un instrumento útil para la vida
laboral del momento, percibiendo salarios más bajos
que los hombres y sometidas a un régimen de trabajo
infrahumano.
Recién a fines del siglo XIX y a partir de la primera
guerra mundial, la mujer comienza a incorporarse a la
educación universitaria y a participar con su trabajo en
ciertas áreas específicas.
Antes de esa época, no era bien visto por la sociedad
que una mujer trabajara, viéndose relegada a hacer
tareas de servicio o ejercer la docencia, si no tenía
fortuna o no se casaba; ya que la expectativa de rol en
esos tiempos era que fuera casada, que tuviera hijos y
que se dedicara a cuidar su hogar, y por lo tanto esos
eran generalmente también sus objetivos.
La posterior fabricación de electrodomésticos aliviaron
a las mujeres de las tareas hogareñas, que en esos
momentos no eran compartidas por los hombres.
Después de la segunda guerra mundial se
produce un gran cambio de cosmovisión. El
relativismo cultural cambia los valores y
comienza una nueva era de rebeldía hacia la
tradición, la familia y la religión.
Mientras tanto, en el siglo XX, en todos los
países civilizados se reconocen los derechos de
la mujer como persona adulta en iguales
condiciones que los hombres.
Actualmente, las mujeres tienen pleno
protagonismo, invaden las universidades y
compiten con los hombres en todas las áreas de
la sociedad; tanto en los puestos de trabajo de
jerarquía, como en las investigaciones
científicas y la medicina; los puestos políticos de
más alto nivel y en todos los campos de la
cultura.
En Alemania resulta difícil conciliar familia y trabajo. Un tercio de
las mujeres con estudios superiores renuncian a la maternidad y en
total, una alemana de cada cinco no tendrá nunca hijos según el
Instituto nacional de estudios demográficos (INED).
En Reino Unido donde el trabajo y el tiempo libre pasan cada vez
más delante de la maternidad, el número de mujeres sin hijos ha
doblado en 20 años. Según un estudio publicado por el periódico
The Guardian, sólo el 36 % de las mujeres sitúa el hecho de ser
madre antes que el trabajo.
En Japón, donde tener hijos cuesta caro, el 56 % de las mujeres
de 30 años no tienen hijos con respecto al 24 % en 1985.
En España la dificultad para compaginar vida familiar y profesional,
es una de las causas de la baja natalidlad. La Encuesta de
Fecundidad de 1999 confirma la caída de la natalidad que se viene
produciendo en España desde 1976. Actualmente, para el conjunto
de mujeres entre 15 y 49 años, el número medio de hijos es de
1,07, según los resultados recogidos en la Encuesta por el Instituto
Nacional de Estadística.
La mujer de hoy : maternidad.
Conciliación entre familia y trabajo.
Los 10 noes de la mujer trabajadora:
Trabajar o ser madre: parece que esa es la cuestión.
La conciliación de la vida laboral y familiar en España
no resulta fácil, en algunos casos una misión
imposible por los horarios de trabajo, la poca ayuda
por parte de los hombres y la exigencia, cada vez
mayor, que se les pide.
Es hora de decir ¡basta! y pararse a pensar si
compensa llevar una vida estresada o merece la pena
cambiar ciertas actitudes para poder vivir con calidad.
1. No renuncies a tu vida privada a favor de tu vida
profesional o viceversa.
Una cosa no quita la otra. Deben ser compatibles, son
elementos complementarios de la persona.
2. Saber separar las cosas: La casa no es un segundo
trabajo.
Cuando se acaba la jornada, se acaba hasta el día
siguiente. No hay que llevarse los problemas a casa... ya
habrá momento para afrontarlos al día siguiente.
3. Entre dos, las cosas son más sencillas: No aceptes el
concepto mi marido ayuda en casa.
La pareja no debe ayudar, no te está haciendo un favor sino
que son tareas que os corresponden por igual. Lo que hay
que hacer es repartir y no quitarte labores.
4. Educar es tarea de más de uno: No asumas sola la
educación de tus hijos.
Es una labor de equipo. La familia, sea cual sea su
composición, debe estar unida y apoyarse los unos a los
otros. No puedes cargar tú sola con una función tan
complicada y determinante en el futuro como es la
educación de los hijos.
Resolver las dudas que tengan, enseñarles normas de
comportamiento no es una faena exclusiva de las mujeres.
De hecho, será bueno para el niño tener varios referentes y
que pueda consultar a ambos padres.
5. Alza la voz: Aprende a decir no en el trabajo.
En los tiempos que corren es afortunado quien tiene un
empleo, pero eso no es óbice para que se aprovechen de los
trabajadores. Hay que poner ciertos límites: al fin y al cabo no
te regalan nada solo es intercambio de tu talento por un
sueldo.
6. Nuevos tiempos, nuevas formas de vivir: No estamos en
el siglo XX. En la época de nuestros padres y abuelos los
roles se repartían de otro modo.
No se puede pretender que las cosas funcionen igual que lo
hacían en otros tiempos. La vida evolucionana y hay que
adaptarse a la realidad actual.
7. La responsabilidad de ser madre: Los hijos no son un
lujo sino un derecho y una gran responsabilidad.
Necesitan atenciones, tiempo, tranquilidad que no
conseguirás si tienes un trabajo estresante y no sabes
canalizar tus fuerzas. Ellos no deben pagar el pato de lo difícil
que resulta compaginar la familia con el desarrollo
profesional.
8. Las empresas tiene que poner su granito de arena: La
conciliación no es un favor que hacen las empresas.
Flexibilidad de horarios, guarderías cerca del trabajo y
beneficios sociales son algunas de las mejoras que
potencian algunas compañías para tener satisfechos a sus
trabajadores. Al fin y al cabo cuanto más a gusto se trabaje
mayor será el rendimiento.
9. Tu tiempo es oro: No permitas que tu jornada laboral
se incumpla.
El tiempo es de las cosas más preciadas que tenemos,
muchas veces no se paga con dinero. ¡Aprovéchalo
eficazmente!
10. Tener deberes, pero también derechos: No des tu
causa por perdida. No te canses de reclamar tus derechos
al tiempo que cumples tus deberes.
"Las mujeres tienen que vérselas con una tensión
constante entre su papel de “reina de la casa” y su
deseo de realización personal en el mundo laboral",
afirmaba la psicóloga Maria Rita Parsi.
Diferencias profesionales entre Hombres y mujeres.
Un reciente estudio en españa sobre las cualidades
profesionales de hombres y mujeres, evidencia que
estas últimas son más responsables, están más abiertas
al cambio y demuestran mayor orientación al éxito que
sus compañeros varones. Mientras, según el estudio, el
hombre tiene mayor necesidad de poder y pensamiento
teórico. No se encontraron diferencias significativas entre
hombres y mujeres en aspectos como: sociabilidad,
amabilidad y dinámica de trabajo.
La investigación se realizó utilizando un test de
personalidad sobre un universo de 500 profesionales de
distintas categorías y sectores económicos.
El estudio refleja que las mujeres presentan una
significativa mayor puntuación que los hombres en la
escala de deseabilidad social, es decir, muestran una
mayor sensibilidad a las presiones de su entorno social,
lo que les lleva a comportarse de acuerdo a lo esperado.
Los aspectos en los que no hay diferencias entre hombres y
mujeres es en factores como:
· Sociabilidad, es decir, el grado en que una persona
considera relevante tener a otras personas en su entorno de
trabajo y el pertenecer a grupos.
· Amabilidad, es decir, la realización del trabajo en forma
respetuosa con los demás; y
· Dinámica de trabajo, es decir, el modo en el que las
personas perciben su ritmo de trabajo y toma de decisiones.
Tampoco hay diferencias respecto a los roles que hombres y
mujeres desean desempeñar, pero sí las hay en las
necesidades que ambos manifiestan a la hora de realizar su
trabajo.
En los factores en los que las mujeres obtienen una mayor
puntuación es en aquellos relacionados con la
responsabilidad profesional, que incluye elementos como
minuciosidad y organización en la forma de trabajar. También
presentan una mayor puntuación en el factor apertura a nuevas
experiencias, es decir, estar más abiertas a los cambios
(flexibilidad), a aceptar la diversidad en las formas de realizar el
trabajo. por último, las mujeres muestran una mayor búsqueda
de éxito profesional y una necesidad mayor de ser vistas de
manera positiva por la empresa.
Los hombres muestran una clara tendencia
a buscar el control y el poder sobre los demás en
su puesto de trabajo. Los hombres además,
muestran un mayor interés por las cuestiones
teóricas de trabajo.
En conclusión, este tipo de estudios muestra
semejanzas y diferencias entre hombres y mujeres,
las que se presentan no en el tipo de tarea que
realizan sino en la forma en que enfrentan su vida
profesional. Se puede definir entonces que la mujer
realiza su trabajo con mayor orientación al éxito,
responsabilidad y flexibilidad, mientras que el
hombre busca más dominar y teorizar en
su actividad laboral."
La situacion real.
Las mujeres cobran un 22% menos que los
hombres. No es un dato nuevo, se trata de una cifra
desvelada por la última Encuesta Anual de Estructura
Salarial publicada en 2009 por el INE. Pero en el Día
de la Igualdad Salarial, que se celebra cada 22 de
febrero, se pone de relieve la desigualdad existente
entre hombres y mujeres.
Los datos son contundentes: las mujeres cobran
19.502 euros de media frente a los 25.001 de los
hombres. Otra cifra reveladora: tan sólo el 11,5% de
los consejeros de las empresas del Ibex-35 eran
mujeres en el último trimestre del año 2011, muy lejos
del 23% mínimo que persigue la Ley de Igualdad.
Según esta encuesta, 15,2% de las mujeres tuvo
en 2009 unos ingresos menores o iguales al
Salario Mínimo Interprofesional. En el caso de los
hombres el porcentaje se redujo al 5,6%. Respecto
a la ganancia anual por hora normal de trabajo, la
desigualdad también se hace patente: las mujeres
cobran de media 12,72 euros y los hombres 15,12.
La situación viene de largo. El año pasado, con
motivo de este día, el sindicato UGT denunció que
una mujer de la Unión Europea necesita trabajar
54 días más cada año para ganar lo mismo que
un hombre. Según el INE, la situación de
lasmujeres españolas ese número se eleva a 80
días. Esta diferencia se debe a que los datos de
Eurostat sólo tienen en cuenta la comparación de
sueldo bruto por hora en empresa de más de diez
trabajadores.
Pese a que las cifras han ido mejorando, en 2008 el
sueldo de una española representaba el 78,1% del de
un varón. En 2009 se redujo apenas un 0,1%, según el
INE.
Esta desigualdad supone un "lastre" para el desarrollo
y la competitividad de nuestro país. Lo reconoce el
secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad,
Juan Manuel Moreno, que ayer martes apostó por
luchar "los 365 días del año" contra esta realidad que
"debería sonrojar" a parte de la sociedad. "¿Qué
sentido tiene que una de las partes de nuestro sector
poblacional más productiva, más preparada y
capacitada tenga menos capacidad salarial y menos
capacidad de promoción? Eso constituye un lastre
para nuestro desarrollo económico y nuestra
propia competitividad", agregó.
A pesar de todo el esfuerzo de las mujeres a lo largo
de la historia de la vida humana, los obstáculos para
poder realizarse y ser valorada igual que hombre, no
desaparecen si no que van añadiendo problemas de
tipo económico-social que se ligan a este.
El claro ejemplo de España es, que ya hay en las
mentes empresariales un ligero tul de machismo
inconsciente y este florece cuando en una situación de
crisis como la actual las empresas tienen graves
problemas para afrontar sus gastos, etc.
Dada esta situación un empresario con dos aspirantes
de diferente sexo para un puesto de trabajo elije al
hombre por los miedos que traen los prejuicios como
pensar de antemano los gastos de bajas por
maternidad, faltas al trabajo por enfermedades de los
hijos, etc.
Pinchando en este link veremos un video de una de
las muchas familias españolas con estos problemas..
http://www.youtube.com/watch?v=w4omwnrMUC4&feature=player_embedded
Noticias que nos demuestran que no estamos tan avanzados…
Emma Barnett, editora de la versión digital del diario
británico The Telegraph, encontró en un pantlón chino
de su pareja,una frase lo suficientemente degradante
como para que la subiera a la red social “Tuiter” y se
creara una gran polémica. A las instrucciones
habituales sobre el lavado y el planchado de la
prenda, en la etiqueta figuraba una coletilla: 'O
dáselo a tu mujer, es su trabajo'.
Ante el revuelo organizado, la empresa Madhouse,
encargada de fabricar los pantalones, ha respondido
finalmente que desconocía la leyenda de la etiqueta y
que serán más cuidadosos en el futuro.
El Mundo 07.03.2012
Con el motivo de la celebración del Día
Internacional de la Mujer, Trabajando.es, a través
de una encuesta realizada a más de 2.000
personas, quiso saber qué opinan los españoles de
la mujer en el mundo laboral y estas gráficas
demuestran el resultado:
Noticias que dan aliento…
1. Prepárate. Una buena educación te abrirá puertas,
independientemente de los caminos que elijas en tu vida
(dentro o fuera de la empresa familiar).
2. Cree en ti. La confianza en uno mismo es necesaria
para lograr cualquier objetivo.
3. Responde a tu llamado. Busca tu plenitud como ser
humano, siguiendo los caminos que tu corazón te
señale.
4. Haz un plan de vida. Considera las diversas
dimensiones de la vida (trabajo, familia, sociedad, salud,
etc.) y traza tus objetivos y estrategias para lograrlos.
5. Persevera. Cuando encuentres resistencias en tu
camino (llamado), no pienses en abandonarlo, sino en
que esos tropiezos te harán más fuerte.
Decálogo femenino.
6. Sé tu misma. Expresa tu naturaleza y estilo propios.
Imitar a otros no suele conducir a buenos resultados.
7. Haz equipo. Comparte tus pensamientos con tus
seres queridos y busca su apoyo. Si tienes pareja,
busquen armonizar sus planes para así remar en la
misma dirección.
8. Concilia. Mantén un balance entre trabajo y familia,
así como con otras dimensiones de la vida.
9. Disfruta a tu familia. Pasa el mayor tiempo posible
con tus seres queridos y no permitas que los problemas
y dificultades del trabajo afecten tu vida familiar.
10 Vive con alegría. Sin importar las circunstancias,
deja fluir el amor en ti para ser más plena y feliz.
"Si el siglo XXI funciona, será porque la mujer tendrá una participación cada vez mayor en la organización de la sociedad, la cual se halla en un estado deplorable, está mal concebida y soporta las consecuencias de un racionalismo decadente y absurdo. Pero esta misión sólo será aceptada por la mujer si no conduce a su deshumanización, si no pierde su feminidad. Porque la mujer es el núcleo de la familia, y ésta, la base de la sociedad".
(Profesor Juan Antonio Pérez López, ex decano de IESE)