la joven periodista margaret berry tiene la oportunidad de

117

Upload: others

Post on 27-Jun-2022

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de
Page 2: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de su vida alentrevistaralasesinoenseriemáspeligrosode lahistoria.AtilaCollins,unjovenyprometedorpolíticoyabogado, seconvirtió treintaañosantesenelhombre más buscado de Estados Unidos, ahora está a punto de morir.Margaret intentará descubrir todos los secretos del hombre, pero prontodescubriráqueélsabetodosobreella.Antesdequeseproduzcalaejecución,laperiodistadeberádescubrirlaverdadyfrenarelmaldesatadoporAtila.

Página2

Page 3: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

MarioEscobar

ElmaestrodelmalePubr1.0

Titivillus13.09.2019

Página3

Page 4: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Títulooriginal:ElmaestrodelmalMarioEscobar,2019Editordigital:TitivillusePubbaser2.1

Página4

Page 5: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Alosamantesdelabellezaquenohansucumbidoanteelmal.

Alosquesiguenbuscandoynoserendiránjamás.

Página5

Page 6: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

«Esextrañalaligerezaconquelosmalvadoscreenquetodolessaldrábien».VíctorHugo

«¿Esustedundemonio?Soyunhombre.Yporlotantotengo

dentrodemítodoslosdemonios».GilbertChesterton

«Elúnicosímbolodesuperioridadqueconozcoeslabondad».

LudwigvanBeethoven

Página6

Page 7: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

NOTADELAUTOR

Todo lo que relato en este libro está inspirado en hechos reales, aunquemuchosdelosacontecimientosynombreshansidomodificadosparaprotegeralaspersonasimplicadas.

MarioEscobar

Página7

Page 8: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

PRÓLOGO

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Elmiedoeslaexpresiónmáslógicaantelodesconocido.Desdequeteníausode razónme había sentido desvalida y vulnerable, pero aquellamañana deinvierno, una semana antes de Navidad, notaba cómo el corazón se meaceleraba a medida que me aproximaba, con el viejo Ford alquilado, a laprisióndemáximaseguridad.

El condado de Fremont poseía unas quince prisiones de diferentescategorías. Situado en el centro del Estado de Colorado, la región era unainmensapenitenciaría,conmásdel20%dehabitantesconvictos,algunosdeellos de los más peligrosos de Estados Unidos y por ende del planeta. Elcentro USP Florence ADMAX era conocido como el Alcatraz de lasMontañasRocosas,uncentrodestinadopara490reclusos,aunqueúnicamentelo ocupaban en la actualidad 398. La mayoría de los internos cumplíancondenasperpetuasoestabanesperandoenelcorredordelamuerteaquesusentencianotuvieraapelación.

Llevabacasidosañosintentandoescribirmitesissobreelorigendelmalyaquellugareraunoenlosqueseconcentrabaelmayornúmerodeasesinos,violadores,pedófilos,terroristasymaltratadoresdetodoelpaís.Misestudiospsicológicos se habían centrado en una de las teorías de la Ponerología,especialmente las del psiquiatra polaco Andrzej Łobaczewski, que habíaluchado contra los nazis.Tras la ocupación soviética sus trabajos se habíanvisto condicionados por las teorías comunistas que negaban los problemasgenéticos y la psicopatía como origen delmal. Creían que losmales de laHumanidadsecentrabanenladesigualdadylafaltadeinstrucción.Apesarde todo, el psiquiatra polaco, impresionado por las atrocidades nazis logróreunir un equipomultidisciplinar de científicos checos, húngarosypolacos,paracontinuarsustrabajos.

Andrzej Łobaczewski había creado el término ponerología de laderivaciónde lapalabraponeros,un términoteológicopara la investigación

Página8

Page 9: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

delmal,aplicadoalapsicopatíaylapolítica,paraentenderlaformacióndelosestadostotalitarios.

StuartWeitzman,midirectordetesismehabíaindicadoqueparacentrarmitrabajoestudiaraelproblemadelmalconrelaciónalcrimen.Lacárcelqueestaba apuntodevisitar tenía entre sushuéspedes a lamente criminalmásdepravada de las últimas dos décadas. El asesino en seriemás buscado delpaís y uno de losmás perversos de la historia se llamabaAtilaCollins, unprestigiosopsiquiatraydoctorenHistoriadelArte.

Aparqué el coche cerca de la verja, el edificio de ladrillo rojo seasemejaba más a un centro comercial de segunda categoría de una zonaresidencialenunaciudadpequeña,queauncentrodemáximaseguridad.Elúnicoedificioquerompíaconlaestéticacomercialeraunatorredecontrol,yaqueelrestodelosmóduloserandehormigóngrisyplano,aligualquelavalladelperímetrointerior.Habíasolicitadoencincoocasionesveralreo.Laprisión parecía reacia a que entrevistara al prisionero que tenía el singularrécord de haber cometido 35 homicidios en ocho estados. Únicamente elasesino Robert Cowell Bundy había sido más cruel y sanguinario que lapersonaalaqueestabaapuntodeconocer.

Entréeneledificioprincipal,alfondolaslejanasmontañasnevadaseranlasúnicasqueponíanalgodecoloralpaisajeyermodeldesierto.Elfríoeraglacial y sin apenas resistencia el fuerte viento se colaba entre la ropa y tehacíatemblarcomosiestuvierasenelpeorinviernodeBoston.Detrásdeuncristalantibalashabíaunamujernegra,entradaencarnesquelevantólavistapor unos segundos y su sombra de ojos color turquesa pareció revolotearligeramente, comosi se alegrarade recibir algunavisita.Enaquel lugar lasentrevistasalospresosestabanlimitadas.Lapenitenciaríaseenorgullecíadequeensusveinticincoañosdehistorianadiehabíalogradoescaparjamás.

Crucé el primer arco de seguridad y caminé con el carcelero por elexterior, en medio de descampados vacíos hasta el edificio principal,entramosenuninmensopatiocerradoenformadecolmena,enelcentrounatorredecontrolpodíadivisarloqueocurríaencadacelda,porqueunadesusparedeseratransparenteydabaalpatio.

—Suclienteseencuentraenlapartedeabajo,lamásseguraysolitariadetodas—dijoelfuncionario,comosiintentaraintimidarme.

—Noesmicliente—lecontestéalgomolesta.—Penséqueerasuabogada—dijoelfuncionario.—Soyunadoctoranda,vengoparaentrevistaralpreso.

Página9

Page 10: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Antestienequehablarconelpsiquiatradelcentro,sonlasnormasdelacasa.ElseñorMillerlaesperaráensudespacho.

El funcionariomecondujoporunpasillohastauna salapequeña, fríaysolitaria.

El psiquiatra se puso de pie torpemente, era un hombre muy gordo,vestidoconuntrajeviejoysucioyunabatablancaquehabíatomadountonogrisporloslavadosyteníalospuñoscarcomidos.Mordisqueabaunlapiceropequeñoysus labiosparecíanmoversecomolosdeunconejo.Seapartóelflequilloquetapabasucalvicieymepidióquemesentara.

—SeñoritaBerryhedesestimadosuvisitaenvariasocasiones.Elpresoesunhombremuypeligrosoyaunquelequedanpocosdíasparaqueleponganla inyección letal, es muy capaz de jugar con su mente. Su caráctermanipuladorynarcisistaesmáspeligrosode loquepuedeparecerasimplevista.

—Creoquemearriesgaré,despuésdelasentrevistasélseguiráaquíyyomemarcharéamicasa.Tambiénsoypsiquiatrayconozcoperfectamentelastécnicasdemanipulación.

Elhombrememiróconsusojossaltonesdecoloraceitunaydespuéspusounacarpetasobrelamesademetal.

—Aquí se encuentra lo quehe logrado sacar al preso en estos años.Leaseguroquenohasidofácil,leaseguroqueestamosanteelasesinoenseriemáscrueleinteligentedelahistoria.

—Gracias—lecontestéabriendolacarpeta.—Quenocaigaensusmanos, la tiene tomadaconmigo,soyel tipoque

másodiadelapenitenciaría,lehenegadocualquierbeneficio,inclusoaunasemanadesuejecución.Noentiendoporquédeberíamossercomplacientesconalguienquesehacomportadodeunamaneratancruel.

Mepuseenpiesinmediarpalabrayabandonéeldespacho,elfuncionariome esperaba con la mirada perdida, como si contara las horas que aún lequedabanparaescapardeallí.

Salimosdenuevoalacolmenaylospresoscomenzaronaacercarsealoscristalescuandosedieroncuentadequeestabaallí.Muchosllevabanañossinveraunamujerdecarneyhueso.Enlastelevisionesenblancoynegrodesusceldas únicamente trasmitían programas religiosos y documentales deanimales.Elfuncionarioseparóenfrentedelacelda.Noeradistintadelresto.Elretretemetálico,lacamadehormigónconunfinocolchón,larepisadelatelevisión,unaespeciedeescritorioyunbancodehormigónymediadocenadelibros,entreelloslasSagradasEscrituras.

Página10

Page 11: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

El preso se encontraba sentado, ojeando un libro de arte renacentista,levantólamiradamuydespacio,comosisetrataradeunafieraexaminandoasupresaysentíunescalofríoquemerecorriólaespaldaymedejósinalientounossegundos.

—SeñoritaMargaretBerryo¿deberíadecirdoctoraBerry?

Página11

Page 12: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

PRIMERAPARTE

Página12

Page 13: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

1LAVISITA

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

El preso se encontraba sentado con las piernas cruzadas. Su aspecto eraimpoluto y a pesar de llevar el grotesco mono naranja, que para nada lefavorecía, se desenvolvía de una forma elegante. Sus manos delicadas seabrieron para recibirme, como si fuéramos dos amigos que se reencuentranpor fin. Su pelo corto y castaño estaba pulcramente peinado, algunas canasasomabanporsussienesysuspatillasestabanbienafeitadas.Susojosazuleseran de un color intenso, casi felino, lo que contrastaba con sus labiosinfantiles y sonrientes. Siempre tendías a bajar la vista, porque era difícilsostenerlelamirada.

—SeñorCollins,imaginoquelehananunciadomivisita.—Sí,elgordomecontóquemeentrevistaríaenestaúltimasemanademi

aciaga vida. ¿No le parece injusto que lamayoría de los seres humanos nosepan qué día van a fenecer y yo tenga una fecha grabada a fuego en mimente? La pena de muerte es uno de los últimos vestigios de la culturaancestraldelosEstadosUnidos.EnelViejoOeste,losgranjerosyganaderoslinchaban a un ladrón o un asesino y acto seguido lo colgaban. El poderdesahogar todaesa rabiayviolencia erauna forma toscade justiciaque, almenos, respondía a un fin, pero ahora la pena de muerte es un verdaderodisparate,mataraalguienasangrefríaañosdespuésdeserencarcelado.

No supequé contestar, al poco tiempomedi cuentadeque el presonoqueríasabermiopinión,simplementeexpresaba las ideasque llevabanañosrondándolelacabezaynohabíatenidoanadieaquiencontar.

—Estoy realizando un estudio sobre el sentido delmal.Ya sabe que esuno de los grandes misterios filosóficos y psiquiátricos que quedan pordescubrir. En estos días realizaremos varias entrevistas para que usted memuestre su opinión sobre este tema —le dije con la voz temblorosa, sinmirarle a los ojos.Queríamostrarme fuerte y segura, pero seme hacía deltodoimposible.

—Elmalesunverdaderoeinsondablemisterio,pero¿porquépiensaqueyopuedoayudarlaeneste tema?MehannombradoelasesinoenseriemáscruelycriminaldelahistoriadelosEstadosUnidos,unhonorquesinduda

Página13

Page 14: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

nomerezco.¿Acuántasmujereshematado?¿Treinta,cuarenta…?Nolleganialmediocentenar.Cadavezqueunpresidenteordenaelataqueaunpaísenemigo, los muertos se cuentan por millares o decenas de millares. Elpresidentepasaa lahistoriacomoungran líderperoyosoyunvil asesino.Creo que los generales, los primerosministros, los jefes de la mafia o losejecutivosdeWallStreetsabenmássobreestetemaqueyo.

Larespuestaparecíatanlógicayacertadaquetuvequecambiardetema.Elpresoerademasiadointeligenteparaasaltarlodeformadirecta.

—Entonces,¿ustedseconsideraunbuenhombre?El asesino esbozó una medio sonrisa, después se agarró las manos.

Estábamos a menos de un metro de distancia y, aunque nos separaba ungruesocristaldeseguridad,nuncamehesentidotanvulnerable.

—Creoquehe cumplido conmisdeseos sin las limitaciones socialesnilos tabúes que el mundo nos enseña desde niños. ¿Por qué no podemossimplementehacerloquenosapeteceotomarloquequeremos?

—Nadieseloimpide,perocuandolavidaolaintegridaddeotrapersonaestáenjuego,entoncesdebemospensarenelbienestardelotro—lerespondí.

El hombre se cruzó de brazos, más como un gesto de tranquilaobservación,quederechazo.

—¿Quiéndicta lasnormassociales?Lacaduca religión, las leyesde lospaíses que se basan en esas creencias desfasadas. ¿Ha leído a Nietzsche,señorita?

—Imaginoqueesalgoquesetransmitedegeneraciónengeneración—lecontesté.

La religión judeocristiana nos ha convertido a todos en seres débiles yvulnerables.Únicamentelosmásfuertesdebensobrevivir.Deesaformapasaenlanaturaleza.Lasociedadactúadeunamaneraabsolutamenteantinatural,alpermitirquelosdébilesseanprotegidosyalosfuertessenosencierreentrecuatro paredes. Por ejemplo, la sociedad se esfuerza en ayudar a losdesfavorecidos,alospobres,alosincapacitados.¿Noseríamejorqueayudaraa los fuertes? Usted piensa que soy un depredador sexual, pero está muyequivocada.

Le miré perpleja. La mayor parte de sus actos criminales se habíancometidocontramujeres.

—Estámuyequivocada.Siempreintentodestruirlofútil,losuperfluoyloprofano.Terminéconlavidadeesasmujeresporsuvulgaridady,conladevarioshombres,aunqueelestúpidosistemajudicialnopudocondenarmepor

Página14

Page 15: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

la muerte de mis víctimas masculinas. En el fondo no comprenden mimentalidad,sonunoszoquetes.

—Megustaríaentender—ledijeinclinándomehaciadelante.Queríaquesupieraqueestabadispuestaasumergirmeensuoscuromundodeperversiónycrueldad.

—¿Conoceelfamosojuegodeverdadoatrevimiento?Puedeparecermuypueril, pero me aburro mucho en este lugar. Los funcionarios son unosestúpidos,mi psiquiatra un gordo y un ignorante,mis compañeros, de esosmejornohablar.

Dudéunos instantes.Unade lasprimerasreglasde lospsiquiatrasesnofacilitarinformaciónpersonalasuspacientes.Esmuypeligrosoexponerseasusjuegosyentrarendinámicaspersonales.

—¿Siaceptosuproposiciónustedmecontarátodosobresuvidaycómosedejóseducirporelmal?

El hombre sonrió, después pasó su lengua por los labios, como si lasimple expectación de lo que le pudiera contar fuera suficiente para que seexcitara.

—Lavidaesunjuego,señoritaBerry,únicamentelosqueapuestanfuertetienenunaposibilidaddellevarseelpremio.

Página15

Page 16: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

2AMORDEMADRE

Cuarentaañosantes,Vineland,NewJersey

ElamorsiemprefueunlujoenlacasadelosCollins.Sumadre,Jennifer,letuvo siendo apenas una adolescente en el Hogar para Madres Solteras delcondado.Supadrenoconstabaenlosarchivos.Sumadrelecontó,cuandoéllepreguntó,queeraunmarineroalquehabíaconocidoenLongIsland,peroquenolehabíavueltoaver.Losprimerosseisañosdesuvidalospasóenlacasadesusabuelosmaternos,LouisyLloyd,ignorandosuverdaderoorigen,hastaquesuprimoCharlyledijoundía,mientrasjugabanalbéisbol,queeraunbastardoyquesuhermanamayoreraenrealidadsumadre,peroquelosabuelos lo habían ocultado para tapar la vergüenza familiar.Atila tuvo queenfrentarseatodoaquellosinelmásmínimoafectodelafamilia.Eraunniñosolitario que mostraba un comportamiento anormal, pero muchos loachacaronasutimidezydificultadparamantenerrelacionesconlagente.

UndíasutíaMarysedespertórodeadadecuchillosyconsusobrinoAtilasonriendoallado.

Sumadre,cansadadelosmaltratosdelabuelo,alqueseleacusabadeserel verdadero padre de Atila, se mudó a casa de su prima Jane en Boston.Vivieronenunodelosbarriosmáspobresdelaciudad,hastaquesumadreconoció a un hombre llamado Stephen Rule en una reunión para adultossolterosdelaIglesiaBautistacercanaasucasa.TuvieronotroscuatrohijosyformalizaronlospapelesparareconoceraAtilacomounmiembrolegítimodelafamilia.Stephenlotratóigualquealrestodesushijos,peroélsiempresemostró distante. Atila era un estudiante mediocre, pero muy inteligente yconsiderabaalrestodesufamiliacomounosincapaces.

Desdemuyjovencomenzóamerodearporelvecindarioparaobservaramujeresdesnudasdesdelaventana,einclusosecolóenvariasviviendasparahurtarpequeñosobjetos.

Enlosúltimosañosdelbachilleratologrómejorarlasnotasyestudiarenla universidad estatal de Boston. Fue el primero en la familia que realizóestudiossuperiores.Delanochealamañanaseconvirtióenel«bueno»delacasayelorgullodelbarrio.

Página16

Page 17: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Su llegada al Campus lo cambió todo. Tenía dieciocho años reciéncumplidos.

AtilaseinscribióenlasclasesdeMedicina,paraespecializarseenlaramade psiquiatría. Desdemuy joven había tenido un gran interés por lamentehumana.

Aún recordaba su primera clase en el University of MassachusettsAmherstSchool,consuprofesorEdwardSullivanI:

—Señores y señoras de Amherst, muchos pensarán que esta no es laprestigiosafacultaddeMedicinadeHarvard,tampocoestamosentrelasdiezmejores universidades del país, pero les aseguro que la tradición de estainstituciónpremialaexcelenciaylacapacidaddesusalumnosparacambiarelmundo.

Su compañero de banco, un pelirrojo de origen escocés llamadoHarry,pusosusonrisairónicayledijo:

—Valiente gilipollez, aquí estamos la basura blanca, los pobres que nopuedenestudiarenotrositio.

Alterminarlaclase,sedirigieronaunacerveceríacercana.HarryeratodolocontraríoaAtila.Decidido,descaradoconlaschicasyunbalaperdida.

—¿Este es tu primer año?—le preguntómientras levantaba su segundajarradecerveza.

—Sí,elprimero.—Yorepitoporterceravez.Nocreoqueterminelacarrera,peroparamis

padres ya es un premio que esté estudiando en la universidad. Son dospalurdos,quesecreenqueunacarrerapuededurardiezaños.Enunpardeañospediréeltraspasoaotracarreramásfácil.Estoesendiablado.

Atilanopodíadejardeescucharaaqueltipo,eratandescaradoyfranco,quelecostabaasimilarlo.Lehabíancriadoenunafamiliapuritana,enlaquelamentiraylavaganciaerancastigadasduramente.

Harryechóunvistazoallocalyvioadoschicasrubiassentadassolasenunbancocercano.

—Espera—ledijo tomando la cerveza con lamano.Regresóunpardeminutosmástardeconunasonrisaenloslabios.

—Yaestá,hasligadochico.Atila le miró asombrado, siempre había mantenido una relación

complicadaconlasmujeres.Seacercaronalamesaycomenzaronacharlar.Eljovenapenasparticipaba,sesentíaincómodoconlasituación.

—¿Tu amigo es mudo? —se burló la menos guapa, que intentabaseducirle.

Página17

Page 18: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Es nuevo en la facultad y muy tímido. Dale un poco de tiempo—bromeóelchico.

Atiladecidiópasaralaacción,alospocosminutosempezaronabesarse.Mientrascomenzabaasubirlamanoporlapiernadelachica,sentíaunsinfíndesensaciones.Excitación,furiayrabiaporigual.

—Bueno chicos, serámejor que os busquéis una habitación—comentóHarry.Despuéslachicaletomódelamanoysalieronalcallejóndedetrásdellocal.

Ellugarestabamuyoscuro,loscubosdebasurarepletosdebotellasylasescaleras antiincendios eran los únicos testigos mudos de la pasión de lapareja.Lachicabajólamanoyleaferróelpene.Éldiounrespingoyunossegundosmástardesehabíacorridoenlospantalones.

—¡Joder!,¿eresuneyaculadorprecoz?Atilalamirófurioso,despuésconunamanoleapretóelcuello.Elrostro

de la chica comenzó a ponerse amoratado. Intentó liberarse con sus dosmanos,peroéleramuchomásfuerte.

—¡Malditaputa!Erescomotodas.Lapobrelemirabaconsusojosmuyabiertos,nopodíapensarynotaba

cómo poco a poco la falta de oxigeno la adormecía. Atila notó una nuevaerección,dejódeapretar,lelevantólafaldaylaforzóallímismo.Mientrasletapabalabocaconlamano.

—¿Ahoraquédices?Ellallorabaeintentabagritar,perosusgemidoseranapenasperceptibles.

CuandoAtilaterminó,lediounempujónylajovensederrumbóenelsueloderodillas.

—Sicomentasalgo te lasverásconmigo.¿Entendido?Ellahizoun levegestoconlacabezamientrascontinuaballorando.

El hombre se alejó sonriente, se sentía eufórico.Después se subió a sucocheysedirigióalaresidencia.Mientrasconducíaporlaciudadcomenzóatararearunacanción,susonrisadibujadaenlos labiosnopodíadisimularelfuegodesumirada:fríaydistantecomoladeunmuerto.

Página18

Page 19: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

3NIÑA

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Elreclusosepusoenpieycomenzóacaminarporlaexiguacelda.Penséencómome sentiría si me encontrase en su lugar.Me recordaba a los viejosanimales del Zoo deNuevaYork, encerrados de por vida en unminúsculohabitáculoquelesimpedíaejercerelmáspequeñodesusinstintos.

—Mepermitequeadivine.Semedamuybienhacerlo.Ustedúnicamentetendrá que asentir; si acierto, escogeré entre verdad o atrevimiento. ¿Leparecebien?—mepreguntómientrasseinclinaba,aproximandosucaraalamía.

—¡Adelante!—exclamé entre nerviosa y excitada. No podía negar queaquelhombreinfluíaenmídealgunamaneramisteriosa.

Muchasveceshabíaescuchadorelatosdemujeresqueseenamorabandereclusos peligrosos, pero siempre había creído que eran pobres enfermascomoellos.

Ahora,mientrasmirabacaraacaraaunodeloshombresmáspeligrososdelmundo,sentíacómolaadrenalinarecorríatodomicuerpo.

—Tienealgomásdeveinticuatroaños,ha terminado lacarrerayquieredoctorarseenlospróximosmeses.

—Noeramuydifícildeimaginar—leincrepé.—Ya,noheterminado.EsdelMedioOeste,aunquesehacriadoenalgún

lugardelEste.Eshuérfana, católicayno se ledanmuybien las relacionesconloshombres.¿Meequivoco?

Comencéasudar,tambiénasentirunaexcitaciónquemeavergonzabayasustaba.

—No soy huérfana, al menos por completo. Mi padre falleció en laprimeraGuerradelGolfo,mimadrecobrabaunapensiónmiserableeintentósacarnosadelante,peroalfinalsecasóconotromilitar,unviejoamigodemipadre.

—Peronosecrioenunhogar,¿verdad?—Lo cierto es que no.Mi padrastro era un hombre rudo e iracundo; la

familiademimadrenosdiodelado,noveíanconbuenosojosquesuhijasecasaraconunne…

Página19

Page 20: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Negro—terminódedecirelpreso.—Sí,peroesenoeraelproblema.Encuantomeconvertíenadolescente

empezóa acosarme, intentó acostarse conmigo,menegué, se lo conté amimadre,peroellanohizonada.Alfinalmeenviaronaunorfanatoenelnorte,cercadeDetroit,LacasadeRedentorasdeMaría.

—Poresosecomportadeformainseguraconloshombres.¿Verdad?Susojosparecíantraspasarmecomoaaquelgruesocristaldelacelda.—Yalehecontadoloquepedía,ahorametocaamí.—Hace trampas, prácticamente yo lo he adivinado todo —se quejó el

preso.Lesonreíporprimeravez,mealegrabapodersuperarleensuterreno.—Adelante, se lo ha ganado —dijo con la más encantadora de sus

sonrisas; por un momento el monstruo se agazapó detrás del hombreencantadorenelquepodíahaberseconvertido.

—Ha sido condenado por asesinato en cuatro estados, tiene variassentencias de muerte y perpetuas. Le encerraron por una casualidad; alentregarundocumentocaducadoenunaeropuertocuandosedirigíaaCuba.

—Todoesoescierto.—Querría saber ¿por qué se convirtió en el asesino que todos temen?

¿Qué es loquepasó? ¿Se levantóunamañana conganasdematar yyanopudoparar?

—Ya lehecontadoantesque losverdaderosasesinosdemasassiemprequedanimpunes,yosoymásbienunamateur.Unasesinoapocaescala,creoquenopodráaprendermuchodemí.

—Inténtelo—ledijemientrasconectabalagrabadora.—Nacíenunafamilianoble,mipadreeraunlordinglésvenidoamenos

que decidió probar suerte en Estados Unidos; mi madre descendía de unafamosafamiliarusaquehabíaescapadodeRusiaenépocadelaRevolución.

—Penséquesuspadreserandeaquí.—No,aldecirverdad,seconocieronenNuevaYork,enunafiestadefin

de año. Fue un amor a primera vista. Hasta los cinco años viví en el másabsoluto lujoy felicidad,peroun incidenteviolento terminóde repenteconmi…vida.

Las palabras de aquel hombre me desconcertaron. Había leído subiografía,sabíaquesufamiliaeradeorigenhumildeyqueerabastardo.¿Porquémecontabatodoaquello?

—¿Lesorprendemihistoria?—preguntócomosi intuyera loqueestabapensando.

Página20

Page 21: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Sí,laverdad,teníaentendidaotracosa.—Sehanescritomuchasmentirassobremí.Algunoshanganadomucho

dinero ami costa, pero si quiere saber la verdad tendráque tener los oídosmuyabiertos.

—Soytodaoídos.—Mispadres salieronconmigoanavegarpor labahíaUpper.Mipadre

eraunexcelentepiloto.Era verano y el sol resplandecía sobre la superficie convirtiendo sus

mansas aguas en oro líquido.Yo estaba tumbado en cubierta al lado demimadre,notabasucuerpofríoysudoroso,comosielinviernorusohabitaseensu interior. Entonces escuché un ruido. Levanté la vista, un barco máspequeño había chocado con el nuestro y comenzaba a hundirse. Mi padrelanzóunacuerdayunjovenmoreno,decuerpomusculosoybronceadoporelsol,saltódelbarcoantesdequecomenzaseaarder,elhombreseaferróalacuerday logrósalirdelagua.Lasangrese leenmarañabacon la salitreportodoelcuerpo.

—¿Quésucediódespués?—lepreguntéimpaciente,teníalasensacióndequeseestabainventandolahistoria,peromeparecíafascinante.

—Sacamosalhombredelagua,buenolohizomipadre,yoeraapenasunniño.Mimadrelelimpióelcuerpo,buscaronheridas,peronoteníaninguna.Le preguntamos su nombre, era un joven sirio que apenas hablaba inglés.LlevabaunañoenEstadosUnidosylehabíancontratadoparallevarelbarco.Al parecer se declaró un incendio y las dos personas que llevaba a bordomurieron.

—¿Fueronasalvamentomarítimo?—No, intentaron contactar por radio con los guardacostas, pero había

comenzado una fuerte tormenta y las comunicaciones no funcionaban bien.Decidieron regresar a puerto, pero el oleaje era terrible, mi padre dejó eltimónenmanosdeldesconocido.Este logróquenonoshundiéramosynosdirigimosaunaensenadaporNavesinkRiver,nosrefugiamosdelatormenta.Al día siguiente, cuando nos despertamos, aquel hombre nos había llevadomaradentro.Loquesucediódespuésfuehorrible…

Los ojos del recluso comenzaron a aguarse, parecía realmenteemocionado. Su historia te atrapaba desde el primer momento, aunque mecostaracreerqueestuvieradiciendolaverdad.

—Aquelhombre…,mimadre,mipobremadre.

Página21

Page 22: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

4ENTREVISTAS

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Eltiempohabíapasadotanrápido;ahoraqueseencontrabadelantedeaquellajoveneramásconscientequenuncadelpocotiempoquelequedabadevida.Apenas había sobrepasado los cuarenta años, sus abuelos maternos aúnestabanconvida.

Entonces recordó la primera vez que asesinó a alguien. No fue a unamujer, como las autoridades creían. Era cierto que casi todos los años queestuvoenlauniversidadsededicóaagrediramujeres,aunquelamayoríadeellasestabantanbebidasodrogadas,queapenaspodíanrecordarlosucedido.Legustabacausarlesdaño,peronomatabapormatar,almenosalprincipio,cuandoaúnteníaalgodecontrolsobreloquehacía.

Suprimeravíctima fueunprofesorde la facultad.EldoctorBenitoEcoeraunadelassupuestaseminenciasdelauniversidad.Lehabíaelegidoentresu selecto grupo de estudiantes aventajados. Llevaba casi un trimestreayudando en labores forenses, aunque tenía clara su vocación comopsiquiatra,másparaintentarexplicarlasideasysentimientosquelerondabanlacabezaqueporcuriosidadcientífica.Lociertoesqueleatraíalamuerte,lasangreyelmundoquelasrodeaba.

Unatardeelprofesorlellamóasudespacho.EldoctorEcoeraunhombrequerondabalossesentaaños,calvo,congafasredondasdepastayunbigotemorenoquelehacíaparecerunmafiosoitaliano.

—SeñorCollins,queríahablarconustedasolas.Hevistosusnotasysonexcelentes.

—Graciasprofesor—lecontestócomplacido.Dealgunamanerasiempreestababuscandoelreconocimientodelosdemás.

—Creoqueleelegiréentremisayudantesdedoctoradocuandoterminelacarrera.

—Noestoy segurodeconvertirmeenun forense,megustaestaciencia,perocreoquepuedoayudarmásconlosvivos.

El doctor pareció indignarse. Se puso en pie y salió del despacho sinmediarpalabra.Atila le siguióhasta la salade lamorgue.La facultad tenía

Página22

Page 23: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

siempre un nutrido grupo de cuerpos para su examen, en especial dedrogadictosydedesconocidosalosquenadiereclamaría.

—Mire, Collins —dijo mientras destapaba el cuerpo desnudo de unajovendenomásdedieciochoaños.

Elcadáver,apesarde lassecuelasde ladroga,continuabasiendobello,delgadoperoconformas,conelpubisdepiladoyunoshermosospechos.Lacaraparecíaalgodescompuesta,alparecerhabíamuertodesobredosis.

—¿Quéveaquí?—Unajovenmuerta—lecontestó.—Esolovecualquiera,Collins.¿Quéveaquí?—insistióenpreguntarme.—Una joven de poco más de dieciocho años, rubia, caucásica,

complexióndelgada,unmetrosesentadealturayunoscincuentayseiskilos.Porlasmarcasdelosbrazossededucequefuedrogadictayquedebehabersufridounasobredosis.

—Mejor,peroquéveaquí—dijoseñalandounpuntocasi imperceptibledelapelvis.

—Nolosé—contestóelaprendiz.—Esto es un pinchazo, alguien le administró una potente droga, no fue

ella misma. Posiblemente con la intención de matarla o simplemente deabusardeella.

Entoncesel joven reconocióelcuerpo,habíaestadoconesamujerunosdías antes.Sehabían conocido enunpub; despuésdebailar se fueron a sucasay,cuandodescubrióqueeraunaputa,leinyectóladrogaquesolíallevarparasusvíctimasylaviolócomohabíahechootrasveces.

—Ahoramiralavagina.Laexaminósinmuchoentusiasmo,cadavezsesentíamás tenso,con la

bocasecaylasensacióndequeencualquiermomentopodríaserdescubierto.—Restosdesemen—lecontestó.—Exacto, la jovenmantuvo relaciones justoantesdemorir.Ahoramire

esto.Enelcuellopodíaverseclaramenteunmordisco.—Son los dientes del amante y posible asesino. Tomaremos unmolde,

despuéslosrestosdelsemenycomprobaremoselADN.—Peropuedequeesehombrenolehicieranada.Además,nohaybancos

deADN,sielsupuestoasesinonohasidodetenido…—La policía hablará con las últimas personas que vieron a la mujer,

encontrarán un sospechoso y después le harán las pruebas, antes de lo queimaginaesehombreestaráentrerejas.

Página23

Page 24: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Atilaestabaparalizadoporelmiedo.—Lacienciaforensetambiénesmuyútil.Nocree.Eldoctorsediolavueltaparalavarselasmanos,Atilatomóelbisturíque

estabajuntoalcadáver, leagarrópordetrásylecortóelcuelloencanal.Elprofesor apenas pudo dar un leve gemido ahogado en su propia sangre.Después lo arrastró hasta una de las camillas, le quitó la ropa, le afeitó elbigoteylacabeza,legolpeóenlacaraparadesfigurarleybuscóunaetiqueta,rellenóuncuestionarioydespuéslometióenlacámara.Sedirigióalconserjeyledijo:

—Tenemosunolistoparaincinerar.Elhombrelemirócondesgana.Despuéssedirigióhastalasalaysacóel

cuerpo,comprobólaetiquetaycomentó:—Estenoestáprogramado,elprofesordebeautorizarlo.—El profesor se hamarchado hace un rato,me pidió que lo incinerara

antesde irme—lecontestómolesto.El conserje frunció el ceño.Sabíaquetodos esos cuerpos pertenecían a un atajo de perdedores que nadie se iba amolestarenreclamar.

—Estábien,peroserábajosuresponsabilidad.Atila le acompañó hasta el crematorio con una bolsa desechable en la

mano.Elhombreintrodujoelcuerpoylasábanasemovióunpoco.Lacaradelprofesorpudoverseclaramente.

—Otroviejogordo—dijoelconserjesin reconocerlo.Después lometióenelhorno.

Atilaseestremeció,peroalfinalrecuperólacomposturayarrojólabolsaalfuego.

—¿Quéeseso?—lepreguntó.—Sonsuspertenencias.Verdaderabasura—lecontestó.—Lomejorque lepuedepasaraestagenteesquesucuerpo,almenos,

sirvaparaalgo.—Lachicaquellegóayertambiénestápreparada.—Ok—dijoelconserje.Atilarecorrióelcaminohastaeldespachodelprofesorcomprobandoque

nohabíacámarasqueleshubierangrabadocaminandoalamorgue.Despuéstomó sumaletín, las llaves de su coche y el abrigo, se lo puso, también lagorracaladaqueelhombresolíallevar.

Despuéssaliódeledificiointentandonomostrarelrostro,semetióenelcoche y condujo hasta los lagos y hundió el vehículo en uno de los más

Página24

Page 25: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

profundos. Había evitado carreteras principales y regresó a pie hasta unpueblocercano,tomóunbilletesencilloyvolvióalafacultad.

Mientras llegaba a su habitación aprendió dos cosas fundamentales. Laprimeraeraquenopodíacometer tantoserrores.Yanoasaltaríaanadiesinutilizar un preservativo.Tampoco debía provocar en sus víctimas señales omordiscos,teníaqueevitardejarpistas.Ensegundolugar,lamejormaneradeasegurarsedequenadielepillaraeraacabandoconsusvíctimas.Aunqueloque realmente le había fascinado de lo sucedido era la sensación de poder.Terminarconlavidadeotrapersona,encontradeloquelehabíanenseñado,lehacíasentir indestructible.Derepentesuinseguridad,todosaquellosañosdeincertidumbreymiedoseconvirtieronenhumo.

Intentó recrear lo sucedido, lo repasó una y otra vez, al principio paraasegurarsedequenohabíacometidoningúnerror,despuésparadisfrutardecadapequeñodetalle.Metiólamanoenelbolsilloysintióalgo,eranlasgafasdelprofesor,lashabíaguardadosindarsecuenta.Lasescondióenelrodapiédelahabitaciónyalsaberqueaquelobjetopersonalseencontrabatancerca,experimentó un placer indescriptible. Podía reproducir esa sensación una yotravez,almenoshastaquesintieralanecesidaddevolveramatardenuevo.

Página25

Page 26: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

5LAREVELACIÓN

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Aquellanochenopudedescansar, las imágenesde losucedidoenlaprisiónpasabanpormimenteunayotravez.Lasdoshorasdevisitaconcedidaspordíahabíanpasadotanrápidoquecuandoelfuncionariomeanuncióqueteníaque irme no me lo podía creer. El preso dejó su historia a medio contar.Estaba intrigada por escuchar el final. En cuanto llegué ami cuarto, en unmotelcercano,busquéeninternetydescubríquealparecersihabíasucedidounhechosimilarenlaépocaquemehabíacontadoAtila,aunquenopodíasercierto que aquellas personas fueran sus padres. Todo el mundo sabía quedurantelosprimerosañossehabíacriadoenlacasadesusabuelosmaternos.

Consultémiteléfono,elúnicomensajequeteníaeraeldemidirectordetesis.Apenas había logrado hacer algunas amistades en la facultad, llevabatoda la vida sola y, aunque estaba acostumbrada, no podía negar que eradifícilsaberque,sidesaparecierahoymismo,nadiemeecharíaenfalta.Mimadreseguíaviva,perollevábamosmuchosañossinvernosnihablarnos.Noconocíaamisabuelosniaotrosfamiliares.

Toméalgoenlacafeteríadeenfrentedelmotel,noteníamuchahambre,perotratédetranquilizarmeunpocobebiendounainfusión.Mirélahoraenelteléfonoydespuésmedirigíalcoche.Estabaapocomásdemediahoradedistanciadelapenitenciaria.Enelcaminomecrucéconlosdesvíosavariascárceles y en los lados del camino se veía a reclusos trabajando en losarcenes, arrancando lasmalas hierbas bajo un cielo abrasador.Memirabanmientraspasabaconelcochedealquiler,algunosteníansusmonosnaranjasogrises enrollados en la cintura pues, a pesar del frío cuando salía el sol yestabastrabajandoochoodiezhoras,terminabascompletamentesudado.

Pasédenuevotodoslospesadostrámitesdelaprisióndealtaseguridad,me llevaron de nuevo hasta la celda del preso pero, para mi sorpresa, nosdesviamosaladerechaymeintrodujeronenunapequeñasaladevisitas.Nohabíacasinadaenelcuarto:únicamentedossillas,unamesametálicayungranespejoenlaparedblanca.

—SeñoritaBerry, ladirecciónhatrasladadoaquí lasentrevistas.Ayerelresto de los presos se quejó y estuvieron algo nerviosos. Decían que no

Página26

Page 27: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

entendíanporquéalguiencomoAtila recibíavisitas,mientrasaellos se lasdenegaban. Esa gente no entiende que Atila es la estrella mediática de laprisión.Poresoeldirectorlepermitióentrar,estánencantadosdequepresoscomo este o narcotraficantes internacionales puedan tener la mayorrepercusiónmediática.ElsistemapenitenciarioenEstadosUnidosesungrannegocio, le sucede lo mismo que a las universidades. Las más famosas yprestigiosastienenunestatussuperioryrecibenmayoresingresos.

Miré al psiquiatra sin apenas pestañear. Sabía que intentaría sacarme lamayorinformaciónposible.

—¿Quétalsuprimeraentrevista?Esperoquesiguieramisconsejosynole contara nada. Atila puede sermuy persuasivo y le aseguro que utilizarátodaesainformacióncontrausted.

—Nolehecontadograncosa—mentí.—Yahaescapadodedosprisionesyunacomisaría.Esuntipointeligente.

Enlaúltimacárcelmantuvounarelaciónconsupsiquiatra,laconvencióparaqueleayudaseyunavezfueralamatósincontemplaciones.

Yaconocíalahistoria,sabíaconquiénmelaestabajugando,perolaúnicaforma de sacar información al preso era entrando en su juego. Atila erademasiadolistoparadejarseengañar.Yoteníaunaventajaqueeramuypococomún.Nadie se preocupaba pormí, tampoco había personas a las que yoamaraparaponerlasenpeligro.

Atilaentróen lasalacon lasmanosatadaspordelante,unacadenauníalasesposasalosgrilletesdelospies.Semovíatorpemente,aunquedosdelosguardaslosujetabanporloshombros.

Al principio sentí lástima, ver a cualquier ser humano reducido a unguiñapo, aunque fuera el hombre más peligroso del país, no era algoagradable.Almenosparamí.

—Perdonequemepresentedeestamanera,peroyaconocelasnormasdelacasa.Soyunpresopeligrosoquesehafugadoenvariasocasiones.

—Nosepreocupe—dijemientrassesentaba.Losguardasataronlasesposasalamesayseretiraronalfondo.Encuanto

elpresovioalpsiquiatracomenzóameterseconél.—¿Ya te has comido el desayuno?Creo que si tuviera que cocinarte te

haríaalhorno,comosifuerasuncerdo.—Alúnicoquevanafreíraquíesatidentrodesietedías.Nopuedodecir

quemedépenaniquetevayaaechardemenos.—Lomismo digo, con una diferencia, no cantes victoria hasta queme

ponganlainyección,aquínohaysillaeléctrica.

Página27

Page 28: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Eraunaexpresiónpoética—dijoelpsiquiatra.—SaludaaAnnaylasniñas.Elhombresepusopálido.Tuvelasensacióndequeeralaprimeravezque

Atilamencionabaasufamilia.—¿Cómo lo sabes maldito bastardo? —le preguntó mientras se

aproximabaalamesa.Atilaestirólosbrazosyaferrósucara.—¡Suéltame!—¿Sabes que podría arrancarte de un bocado esa nariz roja y llena de

venitas?Tienessuerte,medasascoynotehincaríaeldienteaunquefueraslaúltimapresadelmundo.

Los funcionarios corrieron para liberar al psiquiatra, pero antes de quellegaran, Atila ya le había liberado y levantado las manos en señal derendición.

—¿Suspendemoslasesión?—preguntóunodelosguardasalpsiquiatra.—No,sonórdenesdeldirector—dijomientrassedirigíaalapuerta.Un

par deminutosmás tarde nos encontrábamos los dos solos, frente a frente,peroestaveznonosseparabaningúncristal.

—Ayer disfrutémucho de su visita, sé que es una cuestión profesional,peroestoyrodeadodeineptoseignorantes.

—Estuve comprobando lo queme contó: la historia de sus padres y elyate.

—Imaginoqueesolehademostradoquetodoelmundomientesobremivida. No quiero decir con eso que sea inocente, no me malinterprete. Elmundo no entiende mis verdaderas motivaciones y por qué defiendo elasesinatoyelcanibalismo.Hacemuypocotiemponoseaceptabancosasqueahorasevenbiensocialmente,hayvariosestilosdevida,formasdiferentesdeeducar a los hijos y escalas de valores contrapuestas. Comprendo que elEstado,quesereservaelmonopoliodelaviolencia,noquiereabrirlacajadePandora,peroescuestióndetiempo.Lockeloexpresómuybien:«Elhombreesunloboparaelhombre».

Encendílagrabadora,deseabacontinuarconmispreguntasyavanzarenel tema sobre los orígenes delmal, aunque no podía resistirme a queAtilaterminarasuhistoria.

—¿Quésucedióeneseyateycómosobrevivió?Atila se echó para atrás un poco en la silla, parecía contento de que su

historia me hubiera atrapado. Siempre había sido un gran contador de

Página28

Page 29: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

mentiras,prácticamentetodasuvidaloera,aunqueavecesmezclararetazosauténticosconsufantasiosamaneradeverlavida.

—Esepobrehombredebíaestar trastornado.Muchagenteescapadesuspaísesconlaesperanzaderehacersusvidas,lotristeesquesuspaísessiguendentrodeellosyelinfiernoqueintentarondejaratráslospersigue.

—Sinduda.—Yo nací aquí, aunque nunca he encajado. Será por mis antepasados

extranjerosoporloquemecuestaamoldarmealasnormas,enespecialalasabsurdas,queintentanimponerhombresdébiles.

El hecho de que no hubiera una barrera entre nosotros me inquietaba.Atila no dejaba de examinarme con lamirada, parecía desnudarme con susazulesojosdegato.

—Iré al grano.El barco estaba enmedio del océano.Al despertarsemipadresediocuentadequeseencontrabaatado,yoeramuypequeño,porloqueaquelhombreapenassepreocupódemí.Meescondíenunarmariodelcuarto,cerrélosojoseintentéimaginarquemeencontrabamuylejosdeallí.Escuchabalosgritosdemimadremientrasabusabadeella.Alfinal,miréporunarendija.Aquelsádicoestabahaciéndolodelantedemipadre,quegritabadesesperado.Mientras la violaba la cortaba conun cuchillo por la zonadelvientre y los brazos. La sangre lo cubría todo, después de varias horas deaquelhorribleritual,mimadremuriódesangrada.Elhombreseocupódemipadre,loasesinóconsañayviolencia,despuéslostapóconunasábanateñidadesangreycomenzóabuscarme.Intentéarrebujarmeentrelaropa,peroviomis pies y tiró de ellos. Entonces se escuchó una voz que provenía de unguardacostasqueseacercabaanuestraposición.Aqueltiposubióacubierta,mientras que con un gesto me ordenaba que me callara. En cuanto saliócomencéagritar.Élselanzóalaguaylosguardacostasmeencontraron.

—¿Qué sucedió después?—le pregunté intrigada. Estaba deseando queintentara relacionar aquello con su verdadera madre y su vida vulgar enMassachusetts.

—Tengosed.¿Puedepedirquemetraiganagua?Me levanté y toqué el interfono, él me observó mientras caminaba.

Llevabapuestountrajedechaquetayfaldadecolorgrisquesemepegabaalcuerpocomounguante.Miblusaazuldestacabaporsu texturaderasoyellazoazulajuego.

—Estámuyguapaestamañana—medijomientrassegiraba.—Gracias—contesté, poniéndome roja de vergüenza.No era el tipo de

mujerquebuscabaseduciraloshombres,másbieneradiscreta.

Página29

Page 30: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Unfuncionariolealcanzóunvasodemetal,ellalopusosobrelamesa.Éllotomóconlasdosmanos,peroeraimposiblequelollevarahastalaboca.

—Sería tan amable—dijo mientras depositaba de nuevo el vaso en lamesa.

Dudéunos instantes,noqueríaacercarmedemasiado,hacíaapenasunosminutoselpsiquiatrahabíacaídoenlasgarrasdeAtila.Aqueltipoeramuchomásqueunasesino,setratabadeundepredador.

Mepuseenpie,toméelvasoyrodeélamesa.Mesituéalladoycoloquéelvasoensuslabios,élaprovechópararozarligeramentesusmanosconmicuerpo.Diunrespingoyélsonrió.Sabíaqueestabaentrenerviosayexcitada.

—Gracias,señoritaBerry.—¿Quépasódespués?—lepreguntémientrasregresabaalasilla.—El Estado me tuvo en un centro unos meses, no recuerdo mucho de

aquello, después me dieron en adopción a mi familia actual. No sé a quéfuncionario estúpido se le ocurrió que alguien como yo encajaría en unafamiliaobrera.Mispadresadoptivossonunoszoquetes,pornohablardemishermanastros. Tal vez, si me hubiera criado en un entorno diferente, noestaríamoshoyaquí.

Lemiréporunosinstantesytoménota.—¿Creequeelcomportamientosevedeterminadoporlascircunstancias?

¿Nosomoslibresparaelegir?—¿Libresparaelegir?¿Esunabroma?Parecía furioso, como si la libertad le robara las excusas de una vida

dedicadaalmal.—No,elserhumanotieneconcienciaycadadíatomadecisiones…—¿Decisiones?Nacemosenuna familiaquenoelegimos, enunpaís al

azar, dentro de unmomento histórico.Apenas tenemos control sobre nada.SomosmarionetasenmanosdeDios.

—¿Realmentepiensaeso?¿Imaginoqueconocenelargumentológicodelmal según Epicuro? Si existe un dios omnipotente, omnisciente y todobondad, el mal no existe. Aunque la realidad es que sí hay maldad en elmundo,portantoundiosomnipotente,omniscienteytodobondadnoexiste.

—Sí,esunodelosprimerosfilósofosqueenseñanenlafacultad.—Aunquehayotraopción,queDiosexista,peroencontradetodoloque

sedicedeÉl,noseatodobondad.—Aunque las teorías de William L. Rowe lo explican de otra forma.

Puede que Dios, aunque omnipotente y omnisciente se limite a sí mismo,sufraalpermitirelmalparabuscarunbienmayor.

Página30

Page 31: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Atilaparecíaestardisfrutandoconlaconversación.—EsoconvierteaDiosenunsersinomalvado,noabsolutamentebueno

—siguióargumentandoél.—ElmalnofuecreadoporDios,eslasimplenegacióndelbien,comola

oscuridadeslafaltadeluz,elcalorlocontrariodelfrío—lecontesté.—Esos contrarios se complementan, no pueden existir sin el otro.

Entonces,esonosllevaríaalaideadequehayundiosbuenoyotromalo,queseenfrentanentresí—dijoAtila.

—No,másbienyolorelacionoconel librealbedrío.Elhombrees libreparaelegirsucamino,susdecisionesequivocadasleconducenalmal.

—Estábien,perohayunproblema,segúntodaslasreligionesdelmundoelmalfueanterioralhombre.Puedequeelserhumanolo introdujeseen laTierra,peronolocreó.EnelGénesislaserpientetentóaAdányEva.

—La serpiente es el demonio —contesté, en ese momento sentí unescalofríoquemerecorriótodalaespalda.

—Eldiablo, el demonio,Lucifer, el ángel caído, se le llamademuchasformas. Personifica el mal, es el ser espiritual más poderoso del mundodespuésdeDios—comentó.Parecíaquedisfrutabaamedidaquemesentíamásangustiada.

—¿Eldemonio?—¿Tú le conoces bien? ¿Verdad? Los que hemos visto alguna vez su

rostronoloolvidamosjamás.Noté cómo se me aceleraba el pulso, me costaba respirar, sentía la

atmosferacargada.Hastaesemomentonuncahabíasidoconscientedequeelmalpodíapalparseenocasiones,comosisemascaraenelambiente.Losojosde Atila brillaban de una forma especial, parecían alimentarse del miedo,resplandeceranteelsufrimientoyalegrarsedelmalajeno.

—¿Vaacontarmecómofueesaexperienciaconeldiablo?Creoqueustedsabemásdelmaldeloqueaparenta—comentóysuvozpenetróenmimenteymequedéparalizada,notandocómosemesecabalabocaylaspalabrassetrababan,intentandoquedarseenelcómodorefugiodelagarganta.

Página31

Page 32: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

6PSICÓPATA

UniversityofMassachusettsAmherstSchool

Unasemanadespuésdeladesaparicióndelprofesorlascosascomenzaronacalmarse y Atila respiró aliviado. Había logrado tres objetivos de una solavez.Terminarcon laspruebasdesuprimerasesinatoaccidental,deshacersedel profesor Eco y salir del grupo forense. Unos días antes su profesorEdwardSullivanIlehabíainvitadoaunirseasusayudantesenlaseccióndepsiquiatría. Aquel era el primer día en el que tendrían la oportunidad deexaminar a un paciente. Su amigo Harry también se encontraba entre loselegidos.

—Queridos alumnos: la psiquiatría es una ciencia muy compleja ynovedosa.Hastahacepocomásdeun siglo casi todo lo relacionadocon lamente se achacaba a la filosofía o la teología. El ser humano no llegaba acomprenderqueelcerebro,comocualquierotromiembrohumano,tieneunamorfologíayunfuncionamientomecánico.Lamayoríade lasenfermedadesmentales son más producto de deficiencias o de daños cerebrales que loscambios del alma. Lo lamento queridos alumnos, pero nos reducimos acélulas,moléculasyapuroADN.

Unodelosalumnoslevantólamano,elgruposeencontrabaenlaantesaladelaseccióndepsiquiatríadelauniversidad,todosestabanimpacientesporverlosprimeroscasos.

—Profesor, ¿cree qué todas las enfermedades mentales son simplesdesfasesquímicosomalformaciones?

Elprofesorsetocóelmentón,despuéslanzóunalargamiradaatodoslosalumnosysepusoaescribirenlapizarraunaseriedefórmulas.

—Ácidos, proteínas… La falta de una u otra, además de las lesionescausantodaslasenfermedadesmentales.Losfármacosquehemosinventadologranpaliarlaesquizofrenia,laansiedad,ladepresiónolaparanoia.

—¿Quémedicedelapsicopatía?—preguntóAtila.—Interesante pregunta. Posiblemente la psicopatía es uno de los

trastornosmáspopularesenlaactualidad,sobretododebidoalafamaquelehandadolosasesinosenserie.Lapsicopatíaesuntrastornoquesecaracterizapor una persistente conducta antisocial. Los psicópatas apenas muestran

Página32

Page 33: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

empatíayremordimiento.Suelenserdesinhibidosyegoístas.Muchospiensanquelasociopatíaylapsicopatíaeslomismo.Eltérminofueacuñadoporelbiólogo alemán Karl Bimbaun, refiriéndose a individuos que violabanconstantemente las normas sociales, pero muchos sociópatas en cambio símuestranalgunosrasgosdearrepentimientoypuedenserempáticos.

—Entonces,¿lospsicópatasnosienten?—preguntóAtilaconfundido.Élera un manojo de sensaciones y sentimientos. Temor, angustia, tristeza ysobretodoira.

—La psicopatía es un desorden de la personalidad. En ese sentido separecealaparanoiaoalobsesivocompulsivo,perotienealgunoselementosdiferenciados. Además, hay diferentes tipos de psicópatas. Robert D. Harecreóunsistemaparadetectaralospsicópatas,queenprincipionopresentanrasgos físicos, daños cerebrales o algún tipo de deficiencia química —contestóelprofesor.

—¿Cómoesesalistadeverificación?—preguntóHarry.—Es el famoso PCL-R y gracias a una puntuación, contiene veinte

artículosydeberealizarlounprofesional.Veoqueosinteresamuchoeltema.Osdejaréahoramismoelformularioyharéislapruebaavuestrocompañerodeal lado.El testpuededarunmáximode40puntos,perosisobrepasalos25,lasposibilidadesdequeestemosanteunapersonapsicópataesmuyalta.

Unmurmullorecorriólasala.—No se preocupen, la psicopatía esmás común de lo que creemos.La

mayoríadelospsicópatasnoharándañoanadieentodasuvidao,almenos,un daño que conlleve a otra persona a la muerte. Únicamente debepreocuparnos los que muestran un trastorno psicopático severo, los quelleguena45,queeselmáximo.

El profesor repartió los test. Harry comenzó a analizar a Atila entrebromas,aunqueestesemostróserioyreservado.

—Bueno—comentóHarry—,veoque estás unpoco loco.El test te damásde30.

Atila intentódisimularsurabia,apesardecambiaralgunasrespuestasapropósito,habíallegadoacasielmáximodelatabla.

Elprofesorviolosresultadosycomenzóaexplicarlos.—Bueno, las estadísticas no fallan. Aquíme da un 4% de psicópatas,

algomás alto que lamedia que suele estar en un 3%. Lamayoría de lospsicópatasestánintegradosysoncasiindetectables,aunqueenalgunoscasos,tras una situación muy estresante, son capaces de cometer algún crimenterrible.

Página33

Page 34: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—¿Esunaenfermedad?—preguntóunodelosalumnos.—Es un trastorno, pero no podemos definirlo como enfermedad. Sería

correctodecirqueeselmalenestadopuro.Lamayoríadeestasanomalíasseproducenporalgúntipodetraumaenlainfancia.Elpsicópataesunaespeciede amoral, que antepone el utilitarismo a cualquier tipo de daño físico oemocional que pueda causar a las personas que tiene alrededor. Bueno,pasemosalasconsultas.

Elgrupodeunadocenadeestudiantesentróenlaprimerasala.Allípodíacontemplarse algunos de los trastornos más graves de la mente humana,personasdediferentesedadesysexossemostrabananteellosmedioidos,conla mirada perdida o con una excitación inusitada, paliada en parte por lasdrogasquelesadministraban.

Atilasintióunagranrepulsiónportodosellos.Sabíaqueloquelesucedíaa él no tenía nada que ver con esas personas. Había descubierto que sucomportamiento,susobsesionesyfaltadeculpasedebíanalapsicopatía.

Ahora sabía que tenía que disimular, que intentar pasar desapercibido yexhibir todo su encanto. No podía permitirse el lujo de la timidez ocomportarseextrañamente.Apartirdeesemomentoharíatodoloposibleporencandilaralagentequelerodeaba.

Salieron del hospital a última hora de la tarde, la noche ocultaba lososcurospensamientosquelerondabanenlamente.

—¿Vienesatomaralgo?—lepreguntósuamigoHarry.—Estanocheno,tengoqueestudiar—lecontestó.—Tú te lo pierdes. Creo que te estás tomando todo esto demasiado en

serio.Lajuventudnuncaregresa,sinoladisfrutasahora,noloharásjamás.Mientras se alejaba no dejaba de pensar que su amigo era otro pobre

diablo,élsíquesabíadisfrutardelavida.Harrysecreíaqueeralibreporquesesaltabaalgunas reglasyseacostabacon todas laschicasqueseponíanatiro, pero la realidad era otra. Harry en el fondo era un tipo convencional,haciendo exactamente lo que se esperaba de él. En cambio,Atila se sentíaespecial, el único capaz de saltarse todas las normas sin miedo a serdescubierto.Aquellanochevolvería amatar, peroestavezconscientede loquehacía,disfrutandodecadamomento,saboreandoeldeliciosonéctardelaviolenciahastaqueleembriagaseporcompleto.

Página34

Page 35: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

7MISERIA

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Lapreguntaflotóenelaireunosinstantes.Teníalamentebloqueada.¿Cómoera posible que él conociera lo queme pasó en el orfanato cuando era unaadolescente?

—Yasabes,verdadoatrevimiento.¿Prefiereslosegundo?—mepreguntóconunaexpresióntanlasciva,quenodudéenelegirloprimero.

—Nosécómohaspodidoimaginarlo.De alguna forma intuía que una conexión maligna unía, como una

inmensateladearaña,cualquieracciónmaligna.Desde muy joven decidí hacerme psiquiatra por aquel episodio tan

obsesivo. Aún ahora pensaba que estaba loca. Aquello no podía habersucedidoenrealidad.

—Notenemostodoeldía,nosquedapocomásdemediahora.Miré el reloj de lapared, el tiempohabíavuelto apasardeunamanera

casifugaz.—Nohaymuchoquecontar—comentéintentandoretrasarmiconfesión.—Quierolosdetalles—contestó,comounaespeciedeadictoalmal.Intenté recordar lo sucedido. Durante años había intentado bloquear

muchos recuerdos de mi etapa de adolescente y ese era uno de ellos. Elinternadoerauninfierno,peronotantoporloscuidadores,queensumayoríaeranpersonasamablesycariñosas.Elproblemaeran losotrosadolescentes.Lamayoríahabíasufridoabusos,susmentestrastornadasrepetíanlosmismoscomportamientospsicópatasquesusprogenitores.

—Loschicosylaschicasestábamosseparadosendosinmensosbloques.Laescuelaseencontrabajustoenmedio,unedificiodelsigloXIXquecausabapavor. Por la mañana pasábamos algunos minutos en la capilla leyendo laBibliayrezando,desayunábamos,comenzábamoslasclases.Lamismarutinacadadía,peroalcaerlanocheellugarseconvertíaenunsitiomuypeligroso.Unadelascompañerasdemihabitacióneraconocidacomo«labestia».Alaschicasquenopegabaabusabadeellas.Miúnicaamigadelcentromehabíaadvertido que venía a pormí.Me pasaba las noches en blanco, temblando

Página35

Page 36: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

ante cualquier ruido.Despuésde tres días, «la bestia» se acercó ami camacondosdesuscompinches.

—Holarubita,hoyestudíadesuerte—mesusurróaloído.Meechéatemblar,perocomonoeralaprimeravezqueintentabanabusar

demí,melevantédeunsaltoycorríporelpasillo.Escuchabalospasosdelasotras chicasmuycerca, notabacómoel corazón semeaceleraba.Lleguéaldescansillo.Miréporeltirodelasescalerasydecidíescondermeenlaplantade arriba.Llevaba años cerrada por goteras, aunque corría el rumor de quepasabaalgomaligno.Penséqueellasnoseatreveríanaseguirme.

Atila sonrió, la historia le estaba encantando, de alguna manera estabaalimentandosusmásoscurosinstintos.Aligualquelaluzalimentaalaluz,laoscuridadhacealgosimilarconlassombras.

Alprincipiomesiguieron,perocuandoentréenel rellanoycorríporelpasilloaoscuras,dejédeescucharsuspasos.Penséquedarmeunratoybajarcuandolascosassehubierancalmado.Entoncesescuchéunllanto.

—¿Unllanto?—Sí,parecíadeunniñopequeño,unbebé.Caminéaoscurashastauna

puerta,giréelpomoyseabrió.Apenasentrabaalgodeluzdelexterior,perosepodíanverlasformasdeloqueparecíaunaantiguaguardería.Alabrir,elllantocesó.Estabaapuntodecerrar,cuandocomenzódenuevoenunrincón.Caminéhastaallídespacio,mispasoscrujíanen lamadera secayviejadelsuelo. Tenía todo el vello del cuerpo erizado e intentaba aguantar larespiración.Meacerquéyvialgoenel suelo,parecíaelcuerpodeunbebétumbado,envueltoenunasábanablanca.Meagaché,elniñolloraba,apenasseleveíalacara,llevabaenlacabezaungorritoblancocaladohastalosojos.Intenté tomarlo del suelo, pero al girarlo, su rostro desfigurado me miró.Tenía los ojos sin párpados, la cara carcomida le transparentaba algunaspartes de los dientes. El resto de su rostro desfigurado estaba cubierto depústulasrepletasdepus.Elniñodesaparecióantemisojos,notéunapresenciaa mi espalda. No sabía si girarme o quedarme quieta, como si el silenciopudieraconvertirmeeninvisible.

—Holaniña,¿quéhacesaquí?—preguntólavoz.Notéunamanoposándoseenmihombro,parecíafríayhuesuda.Megiré

despacio, levanté la vista. Era un hombre, vestía todo de negro. Unospantalones anchos, una camisa de seda negra, una chaqueta a juego y unacorbatadelmismocolor.Noqueríaverle lacara,miintuiciónmedecíaqueaquellonoerahumano.

—¿Tehasperdido?

Página36

Page 37: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Comencéatemblar,elhombremanteníasumanoaferrandomihombro.—Quieroirme—meatrevíacontestar.—¿Notehandichoquenadiepuedesubiraquí?No supe qué contestar. Quería salir corriendo, pero el hombre me

manteníaagarrada.—Siéntate—meordenó.Mequedéparalizada,leobedecí,mepusesobre

unasillaenanajuntoaunamesitacubiertadepolvo.—Sabesloquepasóaquí,fuehacemuchosaños.—No,señor.—Esta planta se quemó. Se podían escuchar los gemidos de los niños

desde varios kilómetros a la redonda, murieron abrasados sin que nadiepudierarescatarlos.

Elhombreseaproximóyentonceslomiré.Jamáspodréolvidarsurostro.El carcelero entró en la sala y pegué un salto. Estaba tan concentrada

narrandolahistoriaqueapenasmehabíadadocuentadesupresencia.—¿Nopuedeesperarunosminutos?—sequejóAtila.—Estonoesuncolegio,esunacárcel.Eltiemposeterminó—insistióel

hombre.Apaguélagrabadoradelteléfono,mepuseenpieymedespedí.—Mañana tiene que terminar esa historia —dijo el hombre mientras

acercabasusmanosalasmías.Lemirénerviosa,metemblabaelcuerpo,llevabatodalavidaintentando

olvidaraquellaterribleescenayélmelahabíarecordadodenuevo.Salídeledificioconelcorazónacelerado,abrazadaalacarpetaymilibro

denotas.Memetíenelcocheyrespiréhondo.—¡Dios mío! —exclamé en alto. Llevaba años sin orar, mi fe había

quedadoguardadaenalgúncajónperdidodemiadolescencia.Notécómounamanoseposabaenmihombroypeguéungritoquedebió

traspasarloscristalesdelcocheyllegarhastalarecepcióndelacárcel,porquelaoperariadelapuertacorrióhaciamicocheconunarmaenlamano.

Página37

Page 38: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

8AMORALARTE

UniversityofMassachusettsAmherstSchool

AtilaCollins continuó sus estudios sin apenas sobresaltos. Por lasmañanasasistía a clase y por las tardes ayudaba al profesor con algunos de lospacientes psiquiátricos. Podía estar horas ordenando los expedientes osimplementeobservandocómopasabaconsultasumaestro.Lamentehumanale fascinaba, era una máquina perfecta que, aún cuando se rompía oestropeaba,seguíahaciendocosasincreíbles.

—Elpacientequevamosaverhoy—lecomentóelprofesor—esunodelosquemásmefascina.

—¿Porqué?—lepreguntóAtilamientrascargabaelexpediente.—Loentenderáenseguida.Entraronenlazonademáximaseguridad,cruzaronunpasillodepuertas

dehierromacizoaambosladosysedetuvieronenlaúltima.Elhombresacóunas llaves y abrió la puerta. El gran habitáculo estaba iluminado de unaformaexagerada,casi tuvieronqueentornar losojosparaacostumbrarse.Alfondo había una sencilla cama con sábanas blancas y una almohada. Unamujer frágil se encontraba con el rostro inclinado, estaba encadenada a lapared.AlgoqueaAtila leparecióexagerado.Nocreíaqueaquellapersonapudierahacerdañoanadie.

—LepresentoaAlice,unadenuestraspacientesmássingulares.¿Novasasaludaramiayudante?

La chica levantó el rostro furiosa, pero en cuanto le vio se calmó. Susrasgosdulces contrastabancon la expresiónde susojos azules, susmejillassonrosadas y los tirabuzones de su pelo largo y rubio, le hacían parecertotalmenteangelical.

Atilaabrióelexpedienteycomenzóaleerloenvozbaja.—Alice Lewis, mujer, dieciocho años, un metro y medio de altura,

cuarentayochokilos.—Noseesfuerce—lecomentóelprofesor—.Alicepuedecontarnos su

historia.¿Verdad?Lachicasonrióporprimeravezysumiradaperdiólafuerzairracionaldel

principio,paraendulzarse.

Página38

Page 39: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Megustamásesteayudantequeelanterior—dijolachica.—Esunamenteprivilegiada,comolatuya—respondióelprofesor.—Hola—dijoAtila,queparecíafascinadoconlachica.—Hola, ya sabes mi nombre. Me crie en Charles Town, Virginia.

Provengodeunalargasagadelaaltasociedaddelestado.MisantepasadosposeíancasilamitaddelasplantacionesdeVirginia.Les

afectómucho laGuerraCivil, pero lograron reponerse y convertirse en losmayoresproductoresdepomelodeAmérica.Teníamosunainmensamansióna las afueras de la ciudad. Naturalmente, cuando yo nací no teníamosesclavos,almenosoficialmente.

Los mismos siervos de color del siglo XIX habían trabajado para mifamiliadesdehacíageneraciones.Enciertosentido,nuestrasfamiliasestabanunidasporlazosindestructibles.

MuchosdeellosteníanlosojosazulesyalgunosrasgosdelabueloTim,eltatarabueloCharlesymipadreMike.

—Unafamiliaencantadora—bromeóelpsiquiatra.Atilafruncióelceño,aquellajovenlefascinabayqueríaqueterminasesu

historia.—Esospresbiterianospuritanosehipócritassehabíanacostadocontodas

las criadas de la casa, sin que lasmujeres de la familia se opusieran. Eranhombres crueles y sádicos, por lo que mi tatarabuela, abuela y madrepreferíanquesedesfogaranconaquellaspobrescriaturas,pero loqueveíancomounagranaberracióneraquesuniñablancasureñahicieraalgoconlosmandingos.

—Entiendo—dijoAtilaconlosojosbrillantes.—UndíamimadreAidameencontróconunodemispreferidos,Jamesel

potro.Abriólapuertaderepenteymeviocabalgandosobreaquelgigante,lesonreíyledijequenosequedaraenlapuerta,quedentroloveríamejor.Porlanoche,cuandollegómipadre,ordenóquetrajeranaJamesy,delantedemí,obligóaotrosdostrabajadoresadarleunagranpaliza.

Despuésmemandóllamarylevantándomelafaldameazotóconunavarademadera.AquellomeexcitócasitantocomovercómogolpeabanaJames.Entoncesdescubrímiverdaderavocación.

Elprofesorlepidióqueparara.—Alicia esunodenuestrospacientesmásparadigmáticos.Nuncahabía

tenido ningún episodio sádico antes, parecía una chica completamentenormal, si exceptuamos su desmedido apetito sexual. Hasta que su padredespertó en ella esa actitud sádica. Unos días más tarde su padre apareció

Página39

Page 40: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

muerto enmisteriosas circunstancias, las autoridades culparon a James y leencerraronenlacárcel.DesdeaquelmomentoAlicetuvocartablancaensucasaparahacerloquequisiera.Sumadresesometióaellayvivióuninfiernodurantedosaños.

—Mi madre no es ninguna santa, disfrutaba como el resto de lo quepasabaenlacasa.Bienquelegustaba,despuésseponíasuropadeseñoraysepavoneabaporlaciudadlosdomingoscomounasanta.

—ElcasoesqueAlicetuvounbrotepsicóticoseveroy…—Unmal día lo tiene cualquiera…Aquellos hombres pertenecían ami

propiedad,hacecienañosnadiesehubierainmiscuido,peroahora.—Matócruelmenteydescuartizóacuatrodesusempleados,asutíaya

sumadre.—¿Ella sola? —preguntó extrañado Atila. Su apariencia frágil y su

aspectodébilnoencajabanconloquelecontabaelprofesor.—Haymuchasformasdematarylamayoríanoimplicanlafuerzabruta,

además, nadie se pone en guardia al ver a una joven así—dijo el profesorseñalandoalachica.

Ellasonrió,despuéscomenzóasentirespasmosysusojossepusieronenblanco.Comenzóahablarun idiomaextraño,peroqueelprofesoryahabíaidentificadocomoafricano.Lomás increíble fue cuandoAtila sintióque laentendíaensucerebro,aunquejamáshabíaescuchadoeseidioma.

—«Hijoysiervo,esperograndescosasdeti.Sitedejasutilizarpormí,tedarériquezas,famaygloria,perosobretodopodrássaciartuseddesangre».

La chica paró y volvió en sí, parecía aturdida y asustada. De repentecomenzóaactuarcomootrapersona.Yanosemostrabadescaradaylasciva.

—Disociación de la personalidad, su personalidad primaria es débil ydepresiva,laotracontrolaporcompletosucomportamiento.Creemosquedeniña vio actos terribles realizados por su padre y abuelo. A partir de esemomentocreóunapersonalidadparapoderasimilar todoaquello,hastaqueestallegóadominarlaporcompleto.

Salieronde la habitaciónmientras la chica se tumbaba sollozando en lacama.

—A vecesme damucha pena, sé que no esmuy profesional, peromerecuerdaaminieta.Esincreíblequeunachicatandulcehayacometidotodasaquellasaberraciones.

Atilaasintió,aunqueaél loquerealmente le fascinabaeracómoelmalhabía dominado por completo la personalidad de una chica inocente einofensiva.

Página40

Page 41: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Aquellanoche sequedó trabajandohasta tardey tomando las llavesdelcajóndelprofesorsedirigióalaceldadeAlice.Unodelosbedelesleparóenlaentrada,peroélsejustificódiciendoqueteníaqueterminarderellenarunosformulariosconunpaciente.

Abriólacelda,parasusorpresaseencontrabacompletamenteaoscuras.—¡Adelante!—exclamóunavoz.Nuncaexperimentabamiedopornada,peroaquellavozlogróalterarloun

poco.—Teestabaesperando.Veotusprogresosymesientomuyorgullosade

ti.Lavoznoparecíaladelachica,aunqueenelfondosepodíadistinguirsu

acentosureño.—¿Quiéneres?—¿Esoimporta?Soylaoscuridad,lasombra,lonegativo,lalibertad.—¿Ereslalibertad?—preguntóextrañado.—Yo no os pongo límites, no juego con vuestros sentimientos. Quiero

convertirte en uno demismaestros.Necesito gente como tú que cambie elmundo.

Atilaseparóaapenasunmetrodelacama,escuchólacadenagolpeandoelcabezaldehierroyelrostrodesfiguradodelachicaselesituóamenosdeunpalmo.

—¿Metienesmiedo?Atilasonrió,despuéslachicalebesó,lemordióellabioinferiorylehizo

sangre.Éllagolpeóydespuéslaforzóallímismo.Sintióunplacerincreíble,muchomásquecuandomatabaalagente,pensóqueeraporestarcopulandoconalguiencomoél,perosinsaberloseestabaentregandoafuerzasquenopodíacomprender.

Página41

Page 42: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

9LANOCHE

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Tardémuchoendecidirmeasalirdelcoche.Penséquelasautoridadesdelapenitenciaríahabríananuladomisentrevistasdespuésdelúltimoaltercado.Lapolicíaquemeatendióenelaparcamientopresentóuninformealdirector,aligual que el médico queme ayudó. Al parecer había sufrido un ataque depánico.

Respiréhondoysalídelvehículo,metemblabatodoelcuerpo,elfríomehelaba mis piernas a pesar de las medias. Cada vez me presentaba a misentrevistas con aspecto más sexy y provocativo, pero no sabía por qué lohacía.Sindudamesentíaatraídaporaquelmonstruo.

La funcionariame llevó al pabellón principal, en el últimomomento sedesvióynosparamosenfrentedeldespachodelpsiquiatra.Llamóalapuertayentramos.

—La señorita Berry se encuentra aquí —dijo mientras el psiquiatracerrabalapantalladelordenador.

—Adelante,quesesiente.Mepuseenlasillaycrucélaspiernas,lafaldaapenastapabalapartemás

altademismuslos.—Mehancomentadolosucedidoayer,miinformehasidonegativoyhe

recomendadoaladirecciónqueinterrumpanlasvisitas.Nopuede…Mesentéaliviadayfuriosaalmismotiempo.Nohabíallegadohastaese

momentoparatirartodoporlaborda.—Lamentoloquepasó,peroleprometoquenovolveráasuceder—dije

poniendocarainocente.Elhombremiródirectamentemiescote,yomeinclinéhaciadelante,para

quepudieratenerunamejorperspectiva.—Nohaseguidoningunodemisconsejos.Sehadejadoseducirporese

psicópata.Nosabedeloqueescapaz.Estájugandoconusted.—Tiene razón,pero tengoquecompletarmi trabajo—dijemientrasme

levantabadelasillaymeapoyabaconloscodosenlamesa—.Esperoquemeayude.Únicamentequedancuatrodías,despuésselibrarádemíydeAtila.

Página42

Page 43: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Elpsiquiatracomenzóaponersenervioso,toméunlapicerodelamesaymelopaséporloslabios.

—Si quiere le hago una declaración firmada de que no volveré aexcedermeenmiexposiciónalrecluso.

—Está bien —dijo quitándome el lápiz—, pero tenga mucho cuidado.Sabe jugar con la mente humana, nadie está preparado del todo paraenfrentarseaél.Soyunhombredeciencia,aunquenopuedonegarquetienealgo en su interior, no sé cómo definirlo. Esmaldad en estado puro. Si nofueraateotraeríaunsacerdoteparaqueleexorcizase.

Salídelaconsultasaboreandomivictoria,aunqueeraconscientedequemeadentrabacadavezmásenlabocadellobo.

Atilameesperabaenlasala,teníaunvasodecaféenlamano.Elhumorodeósusojoscuandolediounsorbo.

—Mecontaronloquelepasóenelaparcamiento.Esperoqueseencuentremejor. El gordo quiere interrumpir sus visitas, sabe que son mi únicoaliciente.Dentrodecincodíasdesaparecerédeestemundo.¿Sabequées loqueechomásdemenos?

Negué con la cabezamientrasme sentaba.El hombre parecía inmune amisencantos,conlavistaperdidamuylejosdeallí.

—Un bosque en primavera, la brisa del mar, el sonido de las hojasotoñales,iralaópera,tomarunbuensolomilloenmirestaurantefavorito.Alfinallavidasecomponedetodasesaspequeñascosas.Soyjovenparamorir.Conozcoa tantagentequedesperdicia lavidaypermanecesordoyciegoasusmaravillas.Ellosdeberíanmorirenmilugar.Estasociedadcaducaayudaalosdébilesyterminaconlosfuertes.¿Hayalgomásantinaturalqueeso?

Saquémiteléfonoycomencéagrabar.—Ayer me dejó con la miel en los labios, estaba contándome ese

exquisitomomentoenelqueseencontróconaquellasombra.—Nonosquedanmuchosdías,serámejorquenoscentremosenusted.—Ledirétodoloquequiera,peroalmenosterminelahistoria.Comencé a sentir cómo se me aceleraba el corazón. Aquel monstruo

queríadevolvermedenuevoalosinsegurosañosdelaadolescencia,paraasídominarme con más facilidad. Las verdaderas riendas de la vida seencuentran en nuestros temores, si alguien los conoce puede llegar adominarnosporcompleto.

—Nohaymuchomásquecontar—añadísinmuchoentusiasmo.—Quiero hasta el más pequeño detalle, puedo distinguir perfectamente

cuándoalguienmemiente,esasiemprehasidomiespecialidad.

Página43

Page 44: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Estábien.Yalehehabladodelinternado,demisacosadoras,delpisodearribayaquellatenebrosaguardería.

—También de la sombra que le hablaba y de su cara descompuesta,cuando habló de su rostro no se estremeció, pero cuando el otro día lemencionéaDios,sílohizo.

No entendía lo quequería decirme,mi relación conDios siemprehabíasidocompleja.Teníacasiunacertezaancestraldequeexistía,tambiéndequeestabainteresadoenmí,encambioyosiempreleechabalaculpadetodolomalo que había sucedido enmi vida. Necesitaba saber qué originaba tantomal,yafueraelazar,lapasividaddeundiosindiferenteolalibertaddelserhumano.

—Algirarmepudeversusojosrojos,parecíancomodosteasencendidas.No tenía facciones a excepción de una boca de dientes podridos y fétidoaliento. Su mano aún continuaba sobre mi hombro, mientras yo parecíahundirme en el suelo. «No tengasmiedo, estoy aquí para ayudarte. Ahora,cadavezquealgunadeesaschicasseenfrentea ti, tendrásunagran fuerzainterior».

—¿Cómoeralavoz?—mepreguntóemocionado.—Realmentenohabló, fuemásbiencomosi escuchara todoaquelloen

micabeza.Cerrélosojosycuandolosabrídenuevoestabaenmicama,creíaquetodohabíasidounamalapesadilla.

—Peronoloera—comentóAtila.—Noestoysegura.Loquesírecuerdoesqueesamismamañana,trasel

descanso de la tarde fui a ducharme.Mis tres acosadoras se enteraron y sedirigieronhastaallíparadarmeunapaliza.Notéquealguienveníaapesardelruido del agua, como simis sentidos se hubieran agudizado.Me giré y nopudeesquivarelprimergolpe.Antesdelograrsaberloquesucedía, lastrescomenzaronadarmepuñetazosypatadas,mederrumbéenelsuelohúmedo,elaguaseguíacayendosobremicuerpo.Entoncesabrílosojos,teníalavistaborrosa por el agua, pero logré atrapar a una de las chicas por el tobillo ytirarlaalsuelo,mepuseencimay lagolpeécon todasmis fuerzas.Despuésmelevantéymeenfrentéa lasotrasdos.Tenía lasensacióndequealguiencontrolabami cuerpo, jamásme había pegado con nadie y no sabía luchar.Ahoracreoquefuesimpleinstintodesupervivencia.

Atilamesonrió,losdossabíamosquenopensabaeso.—Habíasdejadoquesalieraloqueyateníasdentro—dijoelpreso.—Sí,furiayrabia.

Página44

Page 45: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—No,queridaamiga,loqueestabassintiendoeralaesenciadelmal.Unasensacióndefuegoqueatraviesatusvenasysedirigeconintensidadhastaelcorazón. Somos fieras, tenemos ese instinto que nos empuja a luchar,sobreviviryeliminaralosmásdébiles.Animalescazandoanimales.

—¿Ahoramevaacontarloquepiensausteddelmal?Atilajuntólosdedosdelasmanoscomosifueraarezar.—Me queda poco tiempo, he tenido una vidamás corta de lo previsto,

peromuy intensa.No tengomiedoapasaralotro lado, séperfectamente loquevoyaencontrar.

—Todostenemosmiedoalamuerte—lecontesté.—Perolevoyadaralgomuchomejorquemiexperienciaconelmal.Le

descubriréunsecreto,elmásprofundoeincreíblequejamáspuedaimaginar.—¿Unsecreto?—Lo único que queda en este mundo de nosotros es nuestro legado,

muchosmehantemido,peromuypocossabendeloquesoycapaztodavía.—Dentrodecincodías…—Todos desconocen lo que hay destinado para cada hombre. Si logra

descifrar mi secreto le diré qué es realmente el mal y podrá cambiar sudestino.

—¿Midestino?Nocreoeneldestinonienlaeternidad.Además,acabadedecirquenadiesabeloqueestáprefijadoparacadahombre.

—Élsilosabe,estáaquídesdeantesquenosotros.FueelquesembróelcaosyeldesordenquedescribeellibrodeGénesisensusegundoversículo.Desordenyvacíosonsusobras,elanticreadoryelanticristo.

Página45

Page 46: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

SEGUNDAPARTE

Página46

Page 47: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

10LAPISTA

UniversidaddeRomaLaSapienza,Roma,Italia

NohaynadaquedeslumbremásaunestudianteuniversitarionorteamericanoqueItalia.Atilaparecía flotarpor lascallesde laciudadeterna.Caminandoentresusruinasconlasensacióndepisarconsuszapatossiglosdehistoria.Sufamiliaseopusoaquedespuésdedoctorarseenpsiquiatríacomenzaraunadescabelladacarreradehistoriadelarte,peroélyaeramayordeedad,llevabameses sin verlos y se planteaba no pisar nunca más el humilde y tristesuburbio en el que se había criado. Deseaba con todas sus fuerzasdesprenderse de su pasado, quitar todo ese lastre de su vida y comenzar asentirdenuevoquetodoeraposible.

DesdesuencuentroconladelicadaAliceteníaunsentidodepropósito,demisión, lo que le causabamás seguridad y placer de lo que jamás hubieraimaginado.Ahoraque se encontrabaenel centrodelmundo, rodeadode lacivilizaciónmásantiguaybelladelahumanidad,parecíaansiosoporprobarsuspresasdelViejoMundo.

Cruzóelarcodeentradade launiversidadymiróel lemagrabadoenelfrontón: «Il futuro èpassatoqui».Sonrió al entender la fraseque situaba aunade lasmayoresymásantiguasuniversidadesdelmundoenel futurodeloshombres.Sabíaquelajuventuderaeso,todofuturo.

Se había decidido por «La Sapienza» por su situación geográfica y sumagníficahistoria.FundadaporelpapaBonifacioVIIIel20deabrilde1303,fuesufragadaporalgotanprofanocomolosimpuestosalvinoextranjeroquetangenerosamentecorríaenRoma.

Atilallevabaensumochilaloslibrosreciéncompradosenelmercadodesegundamano.Suapartamentoseencontrabamuycercadelauniversidadyde la cuadriculada biblioteca que sustituyó en los años treinta a la que seencontraba en la hermosísima iglesia de Sant’Ivo alla Sapienza. Mientrascaminaba por los portalones rectilíneos de las fachadas fascistas no pudoevitar fijarse en unamujermuy bella, con el pelo largo y rubio que estabafrente al estanque. Se sentó muy cerca y la estuvo observando unosmomentos.

—Hola—dijomientrasseacercaba.

Página47

Page 48: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Lachicasehizounaviseraconlamanoparadistinguirsucara,elsollegolpeabadirectamenteenlosojos.

—Hola —dijo la chica mientras comenzaba a sonreír. Atila tenía unamezclacasiperfectadevirilidadybelleza.

—Soy un estudiante extranjero y me he perdido —mintió—. ¿Cómopuedollegaralabiblioteca?

—Yo voy para allí, pero me he quedado un rato contemplando estamaravillosatarde.

Caminaron en silencio unos metros, hasta que los dos se giraron parahablaralmismotiempo.

—Losiento—dijoAtila—,hablatuprimero.—No,porfavor.Noeranadaimportante.—Lomíotampoco.Simplementeibaapreguntartequéestudiabas.—Filologíaespañola—contestólachica.—¡Qué interesante! Me encantan los idiomas. Hablo inglés, alemán,

francésyalgodeitaliano.—Elitalianolohablasperfectamente—contestólachica.—Tambiénalgodeespañol—dijoeneseidioma.Lachicasonrióycomenzaronahablar,despuésdeunratoregresaronal

inglés.—¿Quéestudias?—lepeguntólachicaparándoseenlaentradadelagran

biblioteca.—Soydoctorenpsiquiatría,peroahoraestoycursandoHistoriadelArte.—Increíble,parecendoscosastotalmentediferentes.—Justolosdostemasquemeinteresan:lamentehumanaylabelleza.En

tucaso,reúneslasdoscosas—ledijogalantemente.—Gracias.—¿Eresitaliana?—Sí,peronoromana,mifamiliaesdeGénova.LlevodosañosenRoma.

Todavíanomeheacostumbradoatodoestebullicioyjaleo.—Esunalocura,unahermosalocura.Entraronenlabibliotecaysepusieronendossillasmuypróximas.Tras

cincohorasdeestudioAtilaselevantóyseacercóalajoven,seinclinóasuladoylesusurróaloído.

—Ya no puedomás. La biblioteca está a punto de cerrar, ¿quieres quetomemosalgoyluegoteacompañoacasa?

Lachicasonrió,guardósuslibrosyunosminutosmástardeestabanenlaestación de Termini. Tomaron unmetro hasta las proximidades del parque

Página48

Page 49: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

VillaBorghese.Bebieronunascervezasyseleshizodenoche,eraotoñoylatemperaturaeraidealparadarunpaseo.

—¿Conoceselparque?—preguntólachica.—No—mintióAtila,queunasemanaanteshabíacaminadoporlaciudad

comounturistamás,esperandoaquelasclasesdierancomienzo.Seinternaronenunadelaspartescentralesmássolitarias,setumbaronen

el césped bajo los inmensos pinos y comenzaron a besarse. En cuanto elhombre se excitó, sus ansias asesinas se despertaron. Por alguna extrañarazón,habíacreídoquealestartanalejadodesucasa,notendríalatentacióndematar. Imaginaba que aquel impulso nacía de la frustración de una vidamediocreydelosmaltratosdesusabuelosyhermanastros.

—No hago esto normalmente —dijo la joven mientras se separaba unpoco—,peromeparecesmuybuenchico,noeltípicoaprovechado.

—Tútambién—dijomientraslaabrazabadenuevo.Intentóquitardesumente la idea de hacerle daño. Era joven, bella y buena, tres virtudes queadmiraba.Odiabaalasputasfacilonasquepodíanencontrarenlamayoríadelasuniversidades, a lospetulantes,prepotentesy soberbios.Para él asesinareramuchomásqueunapulsión,eraelartedearrancardelmundologroseroylovulgar.

Trasunbuenratolaacompañóacasa,despuéssedirigióalasuyaapie,paraintentarenfriarsusemociones,perocadavezsesentíamásansioso.

Sedirigióalbarriochinodelaciudad,unadelaspartesmássórdidasdeRoma.Talvez,sipegabaunapalizaaunaputasecalmaraunpoco.Caminópor callejones pobremente iluminados, pensó que aquel lupanar debía tenermiles de años.Que losmás aberrantes habitantes del viejo imperio habríanapagado sus bajos instintos en esas mismas callejuelas. Entonces vio a unhombreviejoygordosobandoeltraserodeunachicamuyjoven,lepagóundineroydespuéslabesoconunaavidezrepulsiva.

Atila siguió al hombre por las callejuelas, pensó que viviría lejos, peropara suasombro, abrió lapuertadeunapequeñacasay semetióconprisa,comosi intuyeraquealguien leseguía.Elestudiantemiró lapuerta,peroelúnicodistintivoqueviofuelaimagendelatóndeunavirgen,diounavueltaalamanzanaysediocuentadequeeralaparte traseradeunaiglesiaviejaydestartalada.

—¡UnhombredeDios,quéinteresante!—mascullódespuésderelamerseloslabios.Nohabíanadamásapetitosoqueunhipócrita,eraelmalenestadopuro, ya que se trataba de personas que conocían el bien, simulabanpracticarlo, pero disfrutaban con el mal. Solían ser retorcidos y

Página49

Page 50: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

extremadamente crueles. Llamó a la puerta y esperó unos segundos. Elhombreleabrió,sehabíacambiadoderopayahoravestíaunasotanaraída,conelalzacuellosdescolorido.

—¿En qué puedo ayudarle, joven? —preguntó el sacerdote un pocomolesto.

Laluz le iluminabaelrostroypudocontemplarleconmásclaridad.Susrasgoseranvulgares,noteníapeloyllevabaunasgafaspequeñas.Sucaraamedioafeitarestabarepletadeforúnculos.

—Soyunestudianteextranjero,hehechoalgoterribleyquieroconfesar.—Lasconfesionessonporlamañana—sequejóelsacerdote.—Temomorirenpecado—ledijoconlavozsuave.—Estábien,pasaporlapuertadelaiglesia,ahorateabro.Atilapensóqueelhombrelehabíaengañadoyquealfinalsevolveríaa

sucasasinsaciarsuapetito,perodespuésescuchólosgozneschirriantesdelaspuertasyelleveresplandordelaiglesiacasiaoscuras.

—Adelante,hijo.Entró y siguió al sacerdote hasta el confesionario, se puso en la parte

exterioryesperóaqueelhombrecomenzara.—EnelnombredelPadre,delHijoydelEspírituSanto.ElSeñorestéen

tu corazón para que te puedas arrepentir y confesar humildemente tuspecados.

—Mispecadossonquehematado.Sehizounlargosilencio,elsacerdoteparecíaatemorizadoosimplemente

sorprendidoporlaconfesión.—¿Cómohasdicho,hijo?Seguramentenodominasbiennuestroidioma.

¿Hasqueridodecirmatado?—Sí,padre.Laprimeravezfuesinquererymeprodujotantoplacerque

desdeentoncesheasesinadoavariasmujeresyalgunoshombres.Peronosepreocupe,selomerecían,eranunosgrandespecadores…

—Mataresunpecadomortal.Nopodemos tomar la justiciapornuestramano,unpecadonosolucionaotro.Debesentregartealasautoridades.

Atilaparecíadisfrutarconlaconfesión.—Lehedichoquenopuedoevitarlo,esunaespeciedeadicción.Usted

meentenderá.Todossomospecadores.—Repetirunactomalévoloconstantementesinarrepentimientoeselpeor

delospecados.Hijo,¿tearrepientes?Sehizounlargosilencio.—No,padre.¿Ustedsearrepiente?

Página50

Page 51: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Todoslosdías,hijo.—Todavíapuedoolerensucarneelperfumebaratodelaputaconlaque

sehaacostado.Yoséaquiénsirvo,pero¿aquiénsirveusted?—ADiosnuestroSeñor—dijonervioso.Miróalotro ladode la iglesia,

talvezledaríatiempoallegarcorriendohastalasacristíayentrarensucasa.—YosoylamanodeDios,nodeldéspotaypuritanoalquetúsirves,sino

deotromáspoderoso.Elsacerdotesaliódelconfesionarioycomenzóacorrer,eratorpeyviejo,

setropezóconlosbancosycayódebruces.Levantólavistayvioclaramenteunasombrasobrelacruz.Despuésescuchópasosasuespalda.

—¡Diosmío!—exclamóintentandoponerseenpie.Notabaunapresenciaextraña en la iglesia, como si todos los ángeles del infierno se hubieranescapadoparareunirseenaquellacapilla.

Atila le siguió sin prisa, había tomado un candelabro por la base yescuchabaeltintineodeunasvolutasmetálicasquecolgaban.

Elsacerdotecorrióhaciaelaltaryseaferróalospiesdelacruz,comosidealgunamaneracomprendiesequeseestabaenfrentandoaalgomuchomáspoderosoqueaunlocoasesino.

La sombra le cubrió por completo y sintió un fuerte dolor en el pecho.Atilallegóhastaélyleagarróporlasotana,lediolavueltaycontemplósusojosllenosdelágrimas.

—¡Diosmío,perdóname!—suplicó.AAtilalesorprendióquenopidieraporsuvida.

—¿CreesqueDiosperdonarátusofensas?Eresunhipócritayunmalditomentiroso.

—¡Diosmío,tenpiedaddemí,pecador!Atila le dio con el candelabro, al tercer golpe la sangre le manaba

cubriéndoleelrostroporcompleto.Elhombrelelevantó,tomóuncordónylecolgódelcuellodelcrucificado.

—Noprofaneslacruz—dijoelsacerdoteenunúltimosuspiro.—Essolounatallademadera,viejo—lecontestócondesprecio.—Todavíaestásatiempodesalvartualma,hevistolasombradelDiablo

atulado,peroDiosnuncanosabandona.Atila tomó el candelabro, le dio la vuelta y lo hincó en el pecho del

sacerdote, se escuchó cómo crujían sus costillas al romperse y exhalaba suúltimoaliento.

Página51

Page 52: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

11SALIDA

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

LasúltimaspalabrasdeAtilaCollinsmedejaronconfusa.Noentendíaaquésereferíaconelmisterioquemerevelaríasiyoeracapazdeentenderporquéhabía hecho todas esas cosas. Estaba casi segura de que era una forma demantener el interés por las entrevistas, sin quememostrara sus verdaderasmotivaciones.¿Quéleimpulsabaamatar?

Me tumbé en la camade la pensión,me encontraba agotada,me tumbévestidaenlacamaypuselatelevisión,paséporloscanalesdenoticias,todosrepletos de crímenes, matanzas, guerras y desastres naturales. Tenía lasensacióndequecadavezhabíapeoresnoticiasyelserhumanoseconvertíapocoapocoendepredadorporexcelenciadesussemejantes.

Nosécómomequedédormida,perotuveunextrañosueño.RegresabaamiúltimoañoenelinternadoyaminovioSimon,unpelirrojodelgaduchoydedientesenormesqueapenasteníaatractivos,siexceptuamosquesehabíafijadoenmí.Siempreestababuscandocariño,algoquenohepodidoevitarentodamividayquemehaocasionadomuchosproblemas.

Simonyyonosencontrábamosenunapartelejanadelinmensojardín,élluchabaconmisujetadoryyo tenía la sensacióndequeel sexoera lacosamásaburridayestúpidadelmundo.Quedabanunosdíasparalagraduaciónysaldría de aquel infierno para ir a la universidad. Parecía que había pasadomuchotiempo,perohabíasidohacíarelativamentepoco.

Notéunamanodebajodelafaldadeluniforme,meextrañédelaosadíaylaparé.

—Esono—ledijeaminovio.—¿Quédices?—mepreguntóconfuso.Entonces levanté la vista y vi a Charly,Daniel y Frank justo a nuestro

lado.Frank,eljefedelosmatonesdelaclasedemayoreshizoungestoylosdoschicoslevantaronenvolandasaminovio.

—Nosabeshacerlo,dejaagenteexperta—dijomientrasseponíasobremíysebajabalospantalones.

—¡No!—gritécontodasmisfuerzasycomencéapedirayuda.Metapólabocaconlamanoymearrancólasbragas.Notéunfuertedolorenlavagina,

Página52

Page 53: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

aquelanimalmeestabadesgarrando.Entoncesmeacordédelencuentroenlaúltimaplantaydeaquel serquemehabíabendecidoconundon.Cerré laspiernasyleapretécontodasmisfuerzas.Franksequejódedoloryaprovechéparaquitarlodeencimaysalircorriendo.Lostreschicosmesiguieron,corríhacialacasa,elcéspedestaballenodehojasapesardequeeraprimavera.Anadie le importaba aquel jardín que en otro tiempodebió ser hermoso.Lostresestabanapuntodealcanzarmecuandoelsuelosehundióbajosuspies.Medilavueltaylosviconsuspiernasybrazosrotos,cubiertosdesangreyheridas.

Alparecer,lalonaquetapabalaviejapiscinacedióalpesodelostres,lashojas la habían cubierto por completo y de esa formame salvé demis tresagresores.Al principio achaqué aquel suceso a la casualidad, la lona habíasoportadomipesoligero,peronoeldeaquellostresanimales.

Estabasoñandoconesocuandoescuchéunavoz,eralamismaquehabíaoídoañosantes.

—Yosiemprecuidodeti.Me desperté sobresaltada. No me había acordado de todas esas cosas

durante años, pero desde que habían comenzado las entrevistas mi pasadoparecíamásrealquemipresente.Enaquelmomentonoteníamuchascosasalas que aferrarme además de mi carrera. Mi madre se mantenía distante apesardehaberseseparadodemipadrastro.Dehechomeechabalaculpadetodo. Siempre decía que desdemimarcha, las cosas habían ido demal enpeor.

Me duché lomás rápido que pude, despuésme vestí, intentando elegirropamássobria.Toméuncafésoloenlacafeteríadeenfrenteyunatostada.Mediahoramás tardemeencontrabadenuevoante lasverjasde laprisión.Por un instante tuve la sensación de queAtila eramás libre dentro que yofuera.

Pasétodosloscontrolesylleguéhastalasala,Atilameesperabasentado,selevantóalverme,comosiquisieramostrarsecaballeroso,peroelguardalesentódegolpe.

—Tranquilo,Tim.¿Tumujernoteponeenlacama?Muchosmúsculos,peroestoysegurodequelatienesmuypequeña.Seguroqueahoramismoselaestácepillandoalgúntipo,unnegrodeesosalosquetantodesprecias.

Elhombrehizoungestopara intentargolpearlo,peroalmirarmediounpasoatrásysaliódelasala.

—Estos blancos palurdos no tienen modales. Lo siento—dijo con susademanesfinosycorteses.

Página53

Page 54: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Aúnconservalasformasdeunitalianogentil—ledije.SabíaquehabíapasadotodounañodeestudiosenRoma.

—Fuemimejorépoca—dijoconciertanostalgia.—Lamíaestáporllegar.—Metemoqueno,queridaMargaret.Elfuturoyapasóporaquí,perono

tepreocupes,élteprotege.Utilizó las mismas palabras que en mi sueño y aquello me produjo un

escalofríoquemerecorriótodalaespalda.

Página54

Page 55: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

12LOSAMIGOS

UniversidaddeRomaLaSapienza

DurantesuañoenRoma,Atilahizolasdoscosasquemáslegustaban:salirconsunoviaitalianaFrancescayasesinar.Juntoaellasesentíapuro,limpio,comosisualmaflotasesobretodaaquellapodredumbreymiseriashumanas.Participabaen lasclases, estudiabaen launiversidad, sehizounexpertoenópera,elarterenacentistayelvino.SolíanpasearporlasruinasdelForocasitodos los días, sentarse frente alColiseo o callejear cerca de laCiudad delVaticano,comosiquisieranexprimiraquelañoyllevarsealaCiudadEternaen el alma. Lo que Atila desconocía era que un inspector de policíainvestigabasuscrímenes,mientraslaalcaldíaintentabamantenerlacalmadela ciudadyocultar queun asesino en serie llevaba casi seis crímenes en eláreaurbana.

NicolásSavonarolateníasobrelamesadesudespachoungranmapadelaciudad.Habíasituadotodosloscrímenesconchinchetasyloshabíaunidoconcordeles.Todosloshilosrojosdelenjambreseuníanenunpuntopróximoala estaciónde tren deTermini.Eso le había llevado a dos premisas: que elasesino podía ser un estudiante universitario y que probablemente eraextranjero.Únicamentesesentíaseguroenelcentrohistórico.Laestacióndetren estaba próxima a su casa. De otra manera los crímenes se habríanrealizadoalasafuerasdelaciudad.Estabacasiconvencidodequesetratabadeunvarónde complexión fuerte y relativamente joven.Actuaba soloy elperfil de sus víctimas era similar: todos sacerdotes de mediana edad quevivían solos y pastoreaban parroquias pobres del centro de la ciudad. Loscrímeneseranatrocesyparecíansimularalgúntipoderitualpagano,talvezsatánico.

Savonarola era consciente de que los periodistas no se callarían pormuchotiempomás,elcasoerademasiadomorbosoysabrosoparaperderlaoportunidaddevenderperiódicosypublicidadentelevisión.

UnodelosproblemasdelinspectorconsistíaenqueenlauniversidaddeRoma,porsusdimensionesytamaño,eracomobuscarunaagujaenunpajar.Almenosteníadiezmilestudiantesextranjerosysiexcluíaalasmujeres,aúnlequedabancuatromil.Sehabíaatrevidoadescartaralosmayoresdetreinta

Página55

Page 56: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

ymenoresdediecinueve,loqueledejabaunosdosmilquinientos.Tambiénhabíaeliminadoa losdeorigenasiáticoyafricano,yaqueapenas sedabancasos de asesinos en serie de estos grupos étnicos, y por último a los deEuropa del Norte y países anglosajones. El autor parecía tener culturacatólica. Eso le había dejado una lista inmensa de algo más de quinientossospechosos.Paraintentaracercarsemásdescartólosquellevabanmásdeunañoysecentróenlosquehabíanllegadoaproximadamenteenlasfechasdelprimer crimen. Al ser principios de curso eso le ofrecía un saldo final dedoscientossospechosos.

Durantevariassemanasestuvomerodeandoporlostemplosmáspróximosa la universidad; la Iglesia había advertido a sus sacerdotes, para queestuvieranenguardia.

Sabíaqueelasesinonoeraestúpidoyquesindudaeraconscientedequese estrechaba el cerco sobre él. Por eso en las últimas semanas habíaprolongado sus tiempos de caza. Lo que demostraba que podíaautocontrolarseyquesuscrímeneseranplanificados.

El inspector caminó por la universidad, fumaba un cigarro tras otro, laansiedad leestabamatando.Sededicóapedir losantecedentesde todos lossospechosos y los fue descartando paulatinamente. Aquel día seguía a unjovennorteamericano,untalAtilaCollins,estudiantedeHistoriadelArte.Loúnicoqueteníacontraéleralafechaenlaquehabíallegadoylasospechadequepodíaestar relacionadoconunaoladecrímenesen laciudadquehabíaestudiadoañosantes,peroelqueélperseguíamatabasacerdotes.

El joven salió de la biblioteca acompañado por una chica. Caminaronhasta el norte y con un largo paseo llegaron al centro de la ciudad. Eraprimavera,elcursonotardaríaenterminarysielasesinoeraunestudiante,encuantoledieranlasvacacionesdesapareceríaparasiempre.

Lapareja tomóalgoenunbarcercano.Despuéselchicoacompañóa lajovenasuresidencia.Parecíauntipocortésyeducado,ladejóenlapuertayse dirigió calle abajo hacia su casa. Savonarola intentó seguirle a ciertadistancia,peroparasuasombro,enelúltimomomento,el joven torcióysedirigiódenuevoalauniversidad.Elinspectorseencontrabaagotadodespuésde todoundíade trabajo,encasa leesperabasuesposay losdosmellizos,llevaba semanas llegando después de que se hubieran acostado.Al final seprometióperseguiraljovenquinceminutosmáseirseacasa.Elestudianteseacercó a la facultad de Filosofía y entró. El policía le siguió, apagó elcigarrilloantesdecruzarlapuerta.Aquellossegundoslehicieronperderlelapista.

Página56

Page 57: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—¡Seré estúpido!—se dijo mientras miraba a uno y otro lado. Estuvodudando hasta que sus ojos se posaron sobre un cartelito negro grabado encolororo.

—Capilla—leyóentredientes—.¡Joder,lascapillasuniversitarias!Comonosehabíacometidoningúncrimenenelcampusnadiesehabía

molestadoenavisaralossacerdotesdelauniversidad.Corrióescalerasabajo,eledificioestabadesierto.Suspasosretumbabanenelsilenciosepulcral.Unaindicaciónlehizotorceraladerecha,alfinaldelpasilloseveíanunaspuertasde madera entornadas. Corrió hasta allí y las abrió de golpe. Las luces seencontrabanapagadasytodoparecíaencalma.Serioypensóqueestabaunpocoparanoico,sediomediavueltayescuchóelruido.Entróenlacapillaycorrióentrelosbancos;laluzdeunaestanciaadosadadelatólapuertacerradaqueteníaquealcanzar.Laintentóabrir,peroestabaatrancada.Lagolpeóconelhombrohastaquecedió,perdióelequilibroysederrumbósobreelcuerpoensangrentadodeunsacerdote.

—¡Mierda!—gritósorprendidoyasustado.Despuésencendiólaluzyviolacaradesfiguradadelhombreyalladouncrucifijodeplataensangrentado.

Corrióhacialapartedeatrásquedabaalacalle;estabaabierta.Alcanzóaveraalguienescapandoenlaoscuridad.Salióatodaprisaconelarmaenlamano,peroalavueltadelaesquinayahabíadesaparecido.

—¿Dónde estás cabrón?—se preguntó furioso. Había estado tan cerca.Caminóhastaelaparcamiento.Habíauncocheabandonadoyotrostresjuntoaunos árboles.Caminó, los revisó, peronohabíanadie.Era imposiblequeaquel tipo sehubiera escondidoenotro lugar; entonces levantó lamiradayantesdequepudierareaccionarelasesinolecayóencima.

—Hassidomuylisto,unpolicíaitalianohalogradodescubrirme,mientraslosnorteamericanosaúnsepreguntanquiénasesinóaesaschicas.Quépenaque no se lo puedas contar a nadie—dijomientras le estrangulaba con lasmanos.

Savonarola sentía cómo el aire le faltaba, se aferró a los brazos delhombre,peroeramuchomásjovenyfuertequeél.Miróelcieloestrelladoyle cruzó un pensamiento fugaz y triste: aquella noche tampoco vería a sushijosantesdequeseacostaran.

Página57

Page 58: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

13UNHOMBREMUERTO

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Siempre he sido una persona solitaria, aunque no sé si es por elección oporquenuncaheencajadoenningúnsitio.Desdeniñahetenidolasensaciónde que buscaba algo, pero no sabía qué era.Mi vida se parecía a la de unnáufrago en alta mar, rodeado de un océano de incertidumbre. Todosnecesitamosaalguienalqueaferrarnos,tenerlasensacióndequenuestravidaimporta.Que si desapareces de repente, alguien llorará sobre tu tumba.Talvezporesomicarrerayaqueltrabajosignificabantantoparamí.Necesitabasentirmeorgullosaporalgo,demostraralpadrequenuncahabíavistoquemividavalía lapena,quesehabíaperdidounagranpersonaalnoconocerme.Quemimadrevieraqueesaniñaa laquehabíadespreciado,ya laquenohabíaprotegidoenelpeormomentodesuvida,estabaapuntodeconvertirseenunadoctoraenpsiquiatría.

Ademásdemisambicionesacadémicasnodespreciabalaideadepublicarun librodemisexperienciasconAtilaCollins.Nadiehabía logradoaccederhastaélenlosúltimosaños,esounidoasupróximaejecución,ledevolvíaalcentrodelaatenciónpública.

Sonómiteléfonoenlahabitacióndelmotelymesobresalté.Noesperabaningunallamadayapenasunpardepersonassabíaquemealojabaallí.

—Hola,Margaret,soyStuartWeitzman.Comencéaponermenerviosa,eramiprofesor.—Hola,mealegromuchodehablarcontigo.—Únicamentequeríasabercómoteibaconeltrabajo.Tengounosdíasde

vacacionesyhabíapensadoiraColoradoparaecharteunamano.Me quedé paralizada. Mi profesor acababa de terminar una azarosa

relación con sumujer. Ella le engañaba con uno de susmejores amigos ycompañerosenlauniversidad,lahumillaciónhabíasidoterribleyélsehabíarefugiadoensusclasesysusalumnos.

—Claro,aunquenosésitedejaránpasaralapenitenciaría.—Mehe tomado la libertaddehablar con el director, le conozcodesde

haceaños.

Página58

Page 59: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Penséque siStuartmeacompañaba a las sesiones,Atila se cerraríaporcompleto, habíamos conseguido una complicidad que difícilmente semantendríaconunatercerapersonadelante.

—Meparecemuybienquemeayudes, perome temoque el recluso esdemasiadosuspicaz,creoquesehaabiertoamíporelhechodesermujer.

—Imagino que una tercera persona podría enfriar vuestra conexión. Loentiendo.

—Peropuedesveniry ayudarmeconelmaterialdearchivo.LavidadeAtila ha sido tan rocambolesca y me cuesta abarcar su etapa en Boston,Roma,Chicago,SaltLakeCity,Denver…

—Seráperfecto,elpresonisabráquemeencuentrocerca.En cuanto colguéme arrepentí de haberle animado a venir. Necesitaba

concentrarme en Atila y Stuart no se encontraba en un buen momentoemocional,sabíaquesentíaalgopormí,peroloúltimoquequeríaenmividaeraunarelaciónconunprofesor.

Mepreparépara la nueva entrevista.Despuésdevestirme toméun cafépara el camino y salí para la prisión. Cuando llegué el abogado de Atilaabandonaba el cuarto, parecía algo azorado. En cuanto vi la cara del presosupequeseríaunamañanaturbulenta.

—¿Estátodobien?—lepregunté.Atilasolíacomportarsesiempredeunamanerafríaypocoexpresiva,pero

aquellamañanaparecíasuperadoporlascircunstancias.—Estoyrodeadodeinútiles.Unadelaspocascosasquemeconsuelade

mipartidadeestemundoesdejaratrásaestapandadeestúpidos.—Leentiendo—contestémientrasconectabaelteléfono.—Lociertoesqueverlameproduceelúnicomomentoplacenterodeldía

yhedeconfesarlequesiemprehesidounsibarita.Loúnicoquetenemosenestemundoeseldisfrute,yesaideaarcaicadelsacrificioyelestoicismohahechomuchodañoalahumanidad.Hemosnacidoparaelplacer,cadaunodenuestrossentidosesinsaciable.Esodemuestralaverdaderaesenciaanimaldenuestroser.Llevamosmilesdeañostratandodeconvencernosdequesomosespeciales, superiores al resto de los animales, creando una moral parasentirnos especiales, los reyes de la creación. ¿Qué hemos conseguido conesas ideas nefastas? Saturar el planeta de personas inútiles y débiles,malgastar sus recursosy sacrificar lomás importante, lapurezadenuestrosinstintos.

—¿Cuándodescubrióustedeso?

Página59

Page 60: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Loqueme pasó en aquellos centros de acogidame demostró que nonecesitamosuna familianinadiequenoscuide,únicamente losmás fuertessobreviveny esodecidí: ser elmás fuerte.Deniño eradébil y sentimental,mendigandoalgodeafectoencadaesquina,máscuandofuihombredejé loqueeradeniño.

—Está citando a San Pedro en la primera epístola a los Corintios—lecomenté.DurantemiestanciaenelorfanatohabíaestudiadoafondolaBiblia.Dehecho,enalgunamaneralateníaimpresaafuegoenmimente.

—Muylista,esoesloquemegustadeusted.Avecesesfrágilcomounpajarillo,otrasastutacomounaserpienteyenalgunasocasionesfríacomountémpano.Enelfondonosomostandistintos—medijoconunasonrisa.

Aquelpensamientomeperturbó,Atilaeralaúltimapersonaenelmundoal que deseaba parecerme, pero el haber vivido situaciones parecidas noshabíaigualadoenparte.

—Yonoheescogidolasendadelcrimenyelasesinato—lecontestéalgomolesta.

—Noseofenda,esunelogio.Loquequeríadecirleconesoesqueenelfondo sabe que en la sociedad en la que vivimos, lamoral y la ética es unmero formalismo. La línea que dividía el bien y el mal es tan difusa queapenassedistingue.Vivimosunaetapaamoral,derelativismo.Sinoexistenabsolutos no entiendo, por qué debería someterme a ningún sistema nihumanonidivino.

—¿Porelbiencomún?—lepregunté.—¿Qué es el bien común? Si le soy sincero, no me interesa nada que

tengaqueverconlocomúnycorriente.—Continuemosconsuvida—leinsistí.—Varios psiquiatras han intentado catalogarme, pero han fracasado

estrepitosamente.Mehanllamadopsicópatapuro,noséquéquierendecirconeso. Lo cierto es que ahora, cuando alguien no encaja en ninguno de susdiagnósticosynoacata lasnormassocialesestablecidas,escalificadocomopsicópata.Sielmalexiste, sinoesunamalformaciónde lamentehumana,unaenfermedad,tambiénexisteelbienyDios.Esoesalgoquelamayoríadeloscientíficosnoestándispuestosaaceptar.

—Entonces, ¿usted se considera un hombremalo? ¿Alguien gobernadoporunafuerzaexterna?

—No estoy poseído por el diablo, si eso es lo que piensa. Él siempreseduce a personas débiles, simplemente somos aliados, trabajamos en lamismadirección,puededecirse.

Página60

Page 61: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Aquellaspalabrasmeestremecieron,laluzparpadeó.Unafuertetormentaseacercabaalazona.

—No me dediqué a torturar animales de pequeño ni a agredir a miscompañeros.Micomportamientoeraperfectamentenormal.Noeraelmejordelosestudiantes,perorespetabaamisprofesores,hastaquealgocambió.

—¿Elquécambió?—Comencé a leer, enmi interior sabía que cumplía todas esas normas

paraseraceptado,peroProtágorasysuideadeque«elhombreeslamedidadetodaslascosas»mehizocambiar.¿Quiénpodíadecirmeloqueestababienyloqueestabamal?¿Porquénosatisfacertodosmisinstintos?

—¿Tenía problemas para relacionarse con las chicas? —le pregunté asabiendasdequeleresultaríamuyincómodoresponder.

Atila me sonrió, como si de nuevo subiera la guardia y recuperase elcontrol.

—Sí,creoquelasociedadhacondicionadolasrelacionesnaturalesentrehombresymujeres.Loshombressomosdominantes,lasmujeressonsumisasy se están intentando cambiar estos roles, pero lo únicoque se consigue esaumentarlaviolenciaylafrustración.Recuerdoeldíademigraduación,condieciochoañosreciéncumplidos.DespuésdemuchasdudaspedíaSusan,unachicabastantepopulardemiescuelaquevinieraalbaileconmigo.Todosmeconsiderabanunbichoraroyuninadaptado,peronuncahesidofeoysemedabanbienlosdeportes.AdemásSusanterminabadedejarloconsunovioconel que había estado durante varios años, el capitán del equipo de fútbolamericano.Sabíaquemeestabautilizandoperoesonomeimportómucho.

—¿Quépasó?—Mispadresmecompraronuntrajedesegundamanoquemeestabaalgo

grande, pero el que tenía era peor. Desde entonces comencé a tener unverdaderoamoralaropayadarmásimportanciaamiimagen.Tambiénmedejaron su viejo Ford para ir a recoger a la chica. Incluso se les veíaorgullososdemí,sinesemiedovisceralaquehicieraalgoincorrecto.

—Esoesbueno.—Loessiteimporta,amínomeimportabauncarajo.Loquequeríaera

laexperiencia.Lallevéalbaile.Lasalaestaballenadecríosconhormonas,muchosconeldeseodefollarseasuprimerachica,aunqueloadornaranconromanticismoytodaesamierda.

Supuestamentenohabíaalcoholenlafiesta,peroalguienpusounpocoenelponche.Yonuncahebebido,merefieroparaemborracharmeyenseguidamehizoefecto.Bailé tresvecesconSusanydespuésnos fuimosdetrásdel

Página61

Page 62: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

escenario.Comencéabesarla,ellasedejóhacer,máspordespechoqueporatracción.

Notémierección,ellasepusoalgoremolona.Entoncesllegóelnoviocontres amigos. Nos separaron y me destrozaron la cara. Lo peor es quemancharonmi estupendo traje.Regresé con la cara ensangrentada al salón.Estaba tan furioso, si hubiera tenido un arma lo hubiera pagado con todosaquellosestudiantesestúpidosypatéticos.

—¿Quépasómástarde?—Aquella chica estaba liándose con el matón de su novio. Entonces

comprendíquedebíasometeralasmujeres,quenomerecíanmirespeto.Enlauniversidadaprendíautilizarlasy tirarlasa labasura,hastaquematéporcasualidad a mi primera víctima. Ya había roto el tabú del asesinato y lodisfrutédeveras.

—El mal no le sedujo, fue una evolución propia motivada por sufrustración—lecomenté.

—El mal está fuera y dentro de nosotros. A partir de ese momentosimplemente dejé de ponerle límites, hice que fluyera. Si tenía que sermalvado, quería ser el mejor. Lo único que odiaba del mal que veía a mialrededoreralavulgaridad,comoaquellosmatonesdándomeunapaliza.Miúnicavenganzacuandome iba fuecortar los frenosdelcoche,mipadrastromehabíaenseñadoalgodemecánica.CuandoSusanysunoviosemarcharondelafiesta,suporschesesalióenunacurva,alnopoderfrenar.Élsequedóenunasilladeruedasparaelrestodesuvida,unapena,ademásdeestúpidoahoraesunaespeciedevegetalinútil.

—¿Quélesucedióaella?—Esa estúpida se casó con el tullido: amor verdadero. Ahora son la

familiaperfecta.Habíaciertoamargorensuspalabras.Comosielnopoderdestruirlavida

deaquellaparejafueraunodesusgrandesfracasos.—Creoqueahoraletocaausted.Abusaronenaquelinternadodeusted,

perologróescapar.Perointuyoquedespuéslascosascambiaron.Me quedé estupefacta. Era cierto, después, sin saber por qué, tuve

relaciones con decenas de jóvenes, como si no pudiera resistir un impulsosexual,enelqueparadójicamentenoencontrabaningúnplacerpersonal.Unaespeciedeanulacióndemivoluntad,comosiquisieracastigarmeamímisma.Hastaqueparé,logrédarmecuentadequenomequeríaamímismayeseeraelproblemareal.

Página62

Page 63: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Eralaputadelaescuela,laputadelbarrio.Unafrígidaquecalentabaalosdemásperoincapazdesentirplacer.¿Noescierto?

Aquellaspalabrasmemolestaron,peroalmismotiempomeexcitaron.Laúnicamaneraqueteníadesentirplacereraporlahumillaciónyeldolor.Talvez por eso llevaba años absteniéndome, alejándome de ese círculo dedestrucción.

—Lecontaréloquequiera,perodeberádecirmecuáleselsecretodelquemehablóayer.

—Mequedancuatrodías,seapaciente.Leprometoqueantesdequemeponganlainyecciónletallecontarétodo.

Página63

Page 64: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

14MIVIDA

Lawrence,Massachusetts

Era una de las peores ciudades del estado. La droga y el paro la habíanazotadocontalfuerzaqueporlascallesseveíapasarcientosdezombisconla única misión de conseguir una nueva dosis. Tras su regreso de Europa,Atilacayóenunalevedepresión.Regresabaasuvidademierda,enlaquelapobreza y la marginación parecían perseguirle a pesar de sus intentos demejorar.Entoncesocurrierondoscosastrascendentesensuvidayqueenelfondo estaban ligadas entre sí. Se presentó voluntario por el PartidoRepublicano,con laesperanzadeque losconservadores regresaranalpodertrasunaeraDemócrataylosegundo,conocióasuprimeranoviaoficial.

Atila era doctor en Psiquiatría Forense y Arte, no tardó en encontrartrabajo en lamorgue de la ciudad, era un trabajo asqueroso ymal pagado.Cada día tenía dos docenas de yonquis muertos por sobredosis, algunosvagabundos alcohólicosyvariospandilleros asesinados en reyertasopor lapolicía.

Trabajabadenoche,cuandollegabalamayoríadeloscuerpos,dormíaporlamañanayporlatardeayudabaconelteléfonoenlaagrupaciónrepublicanacercana a la universidad. La mayoría de los voluntarios no vivían enLawrence,que eraunbastiónDemócrata llenodeobrerosblancosynegrosquevivíandelasayudassociales.ParaAtilalaoficinadelpartidoeraunaisladepazenmediodeunocéanodemierda.

Alostresdíasdetrabajarenlasedeaparecióunachicadepelocastaño,inmensosojosazules,pielblancayunasonrisaperfecta.GraceMarshall,hijadeunsenadordelsurqueestudiabaenHarvard,peroquededicabapartedesutiempoalpartido.

Nopodíadejardeobservarla.Admiraba cómo trataba a lagente.Era lapersonamásamablequehabíaconocidojamás.Alsegundodíadeverseenlaoficina,seleacercóyselepresentódirectamente.

—Hola,mellamoGrace.¿Llevasmuchotiempoenlaoficina?—Laverdadesqueno,lleguéunosdíasantesquetú.MinombreesAtila.—Un nombre con fuerza, creo que significa «padre» y es de origen

germano.

Página64

Page 65: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Nolosabía—contestóalgoazorado.—Despuésdeltrabajovamosatomaralgotodosjuntos.—Tengo que ir a trabajar. Hago el turno de noche en la morgue del

HospitalGeneral.—¿Eresmédico?—preguntólachica.—No,psiquiatraforense—lecontestó.—Yo estoy en el último año de Derecho. Mi familia quiere que me

dediquealapolítica,esunalargatradiciónfamiliary,comomipadrenohatenidovarones,quierequelaprimogénitasigasuspasos.

—Amímegustalapolítica.—¿Por qué no te pasas por Harvard mañana, antes de venir aquí?

Podemosseguirhablando—leinvitóGrace.Desde la primera cita sintieron que estaban hechos el uno para el otro,

únicamente había un problema, Atila sabía que no pertenecía a su clase y,aunque disimulaba, estaba siempre atemorizado de que los amigos de sunoviadescubrieransuverdaderoorigen.Elestrés leestabadestruyendo,poreso,despuésdecasiunaño sinmatar, sedecidióacazardenuevo.Enunaciudad como aquella no sería difícil disimular sus crímenes, además lamayoríadelasvíctimaspasaríanporsusmanosylasdelforense,queerauntipodelgadoytaciturno,queintentabapasarelmayortiempoposibledebaja,dedicándosealapesca,queerasuverdaderapasión.

Atila asesinaba demadrugada, al salir del trabajo, después se daba unaducha,descansabaunpocoydedicabalatardealpartidoysunovia.

Despuésdeunañoycincoasesinatosdeestudiantes,lapolicíacomenzóasospecharqueunaschicas,sinantecedentesysanas,murieranrepentinamentedesobredosis.

SujefeaparecióunanocheconuninspectordepolicíallamadoRaymondparaestudiarlasautopsiasdetodaslasvíctimas.

—HolaAtila,queremosquenospasestodoslosinformesdelasautopsiasdelasestudiantes.

Élsabíaaquéserefería,eldíaanterioryahabíanhabladodelcaso.Atilahabíaintentadoquitarleimportancia,perosuplannohabíasurtidoefecto.

—HolasoyelinspectorClarkGreen.Llevamosmesestraslapistadeunposibleasesinoenserie.

—Laschicasmurierondesobredosis—dijoAtila.—Yahe visto sus informes, pero ninguna era drogadicta ni se encontró

heroína o crack en sus cuerpos, la droga que utilizaron únicamente se

Página65

Page 66: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

consigueenhospitales.Poresosospechamosdealgúndoctoroenfermeradelcentro.

Atilaintentódisimularsuansiedad,algoqueseledabafrancamentebien.—Yo no gastaría el dinero del Estado en investigar lamuerte de cinco

drogadictas—añadióconciertodesprecio.—Puedeque fueranyonquis,pero tambiénhijasdepersonas influyentes

—contestóelforense.Atila lespasóel informey losdoshombres loojearon sobreunade las

mesasmetálicas.—Es justo como pensaba. Las víctimas no tenían nada más que un

pinchazo. Además la sustancia de la sobredosis no es fácil de conseguir.Todas ellas fueron encontradas en callejones, pero mantuvieron relacionessexualesantesdemorir,aunquenosehanencontradorestosbiológicos.

—Esmuyraro—dijoelinspector.—¿Puedoirmeestanoche?Minoviameesperaenelcampus—dijocon

laintencióndealejarselomásposibledelinspector.—Está bien, tengo que repasar todo esto. Todavía tenemos el último

cuerpoenelcongelador.Mañanatendráquehacermiturno.Atilalanzóunsuspiro,sequitólabataysedirigióalcampus.Eracierto

que había quedado con Grace, pero se sentía tan nervioso que decidiódesahogarse antes en una residencia, en el otro extremo de la universidad.Había pasado muchas veces por la puerta. La mayoría de las chicas eratranquilas, educadas y deportistas. No hacían fiestas escandalosas ni nadararo, sabíaqueaesahoraestaríandormidas.Puedequeno fueraunabuenaidea,perolonecesitabayestabadispuestoaasumirelriesgo.

Página66

Page 67: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

15MIEDO

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

—Teestásexponiendoenexceso.Atilaesunhombremuypeligroso—dijoSteve,queparecíamáscelosoqueindignado.

—Eralaúnicaformadesacarleinformación,ademásmehaconfesadounsecreto—lecontóalgoincómoda,comosiestuvieratraicionandolaconfianzadeunviejoamigo.

—¿Unsecreto?¿Quétipodesecreto?—Nolosé,faltansolamentetresdíasparasuejecución,esperoquemelo

cuentemañana.—Mepareceabsurdo,creoqueestájugandocontigo.—¿Piensas que soy una pobre chica indefensa frente a un psicópata

asesino? Puede que sea cierto, pero he llegado mucho más lejos que lamayoría de las personas que le han entrevistado. Lo tengo todo grabado y,aunque hay mucha paja, además de mentiras, estoy segura de que podréobtenermaterialinéditoparaunabiografía.

El rostro de Steve cambió de repente, ahora parecía que todos susprejuiciosydudasdesaparecíandeunplumazo.

—Esoes fantástico,podemoshacerungran trabajo,el libro llegaráa lalistademásvendidosdelNewYorkTimes—comentóeufórico.

—Nohedichoquevayamosaescribirlojuntos—lecontesté.—Tendrámuchamásfuerzasiteayudaunprofesoruniversitario.Fruncíelceñoypreferínocontestar.Unodelosmotoresdelahumanidad

es laavaricia, laconocíamuybienynoestabadispuestaapermitirquemerobasenmipremio.

—He pedido a la penitenciaría ir esta noche. Tengo que descubrir esesecreto.Nohaytiempoqueperder.Encualquiermomentopuedenimpedirmeaccederaél,entoncessellevarásusecretoalatumba.

—Meparecemuybien—dijoelprofesor—.Teacompañaré.Alvermicarahizoélunamuecaantesdeañadir:—No te preocupes me quedaré en el coche. ¿Has visto la que está

cayendo?

Página67

Page 68: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Unahoramás tarde,nosencontrábamosfrentealedificioprincipalde lacárcel.Mehabíasecadoeneltrayecto,peroaúnteníaelpeloapelmazadoylablusaempapada.

—Ten cuidado, ante el más mínimo peligro sal del cuarto —dijo elprofesormientrasparabaelmotor.

—Ok,notepreocupes.—Claroquemepreocupo.—Después salió corriendobajo la lluvia,me

abriólapuertaymeguarecióbajosugabardinahastalaentrada.—Gracias—ledijeconunasonrisa.Nuestrosrostroscasiseencontraron.

Me sentía tan excitada que le hubiera besado allí mismo, pero era mejoresperar.

Diezminutosmástardemeencontrabasentadaenlasala.Estabasola.Porla ventana alta de cristales de seguridad entraba la oscuridad exterior, lasparedesdehormigónnopodíanacallarelbramidode la tormenta.Esperabaimpaciente,mordiéndomelasuñas,hastaqueescuchéelsonidometálicodelapuerta.Atilaaparecióconelfuncionario,mesonrióyesperóaqueleatasenalamesa.

—Sientolaespera,estabacenando.Estasíqueesunasorpresa.Estásaquíparaquetecuentemisecreto.¿Estálloviendofuera?

El hombre bajó la vista y me miró descaradamente los pechos que setransparentabanenmiblusaempapadaporlalluvia.

—Sí—contestémientrasmecerrabaenpartelachaqueta.Entoncescomenzóarecitarunpoemasindejardemirarmeconsusojos

inquietantes:

InmortalAfroditaladeltronopintado,lahijadeZeus,tejedoradeengaños,teloruego:noamí,nomesometasapenasniangustiaselánimo,diosa.Peroacudeacá,sialgunavezenotrotiempo,alescuchardelejosdemivozlallamada,lahasatendidoy,dejandolaáureamoradapaterna,viniste.Trasaprestartucarro.Teconducíanlindostusvelocesgorrionessobrelatierraoscura.Batiendoenraudoritmosusalasdesdeelcielocruzaroneléter,yalinstantellegaron.Ytú,ohfelizdiosa,mostrandotusonrisaenelrostroinmortal,mepreguntabasquédenuevosufríayaquédenuevoteinvocaba,

Página68

Page 69: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

yquécontantoempeñoconseguirdeseabaenmialocadocorazón.¿Aquién,estavezvoyaatraer,ohquerida,atuamor?¿Quiénahora,aySafo,teagravia?Puessiahoratehuye,prontovaaperseguirte;siregalosnoaceptaba,ahoravaadarlos,ysinotequería,enseguidavaaamarte,aunqueellaresista.Acúdemetambiénahora,ylíbrameyademisterriblescongojas,cúmplemequelogrecuantomiánimoansía,yséenestaguerratúmismamialidada.

—Esmuybello.—Comousted—añadióentrelascivoycaballeroso.—Gracias.—Antesdeque lecuentemisecretoy, leprometoquehoynose iráde

aquísinconocerlo,tendráquecontarmeustedelsuyo.Séquenoestáaquíporsutrabajodeinvestigación,almenosesanoessurazónprincipal.

Avecesteníalasensacióndequeeracapazdeleerlamente.—Tienerazón,peronoestoyseguradepodeconfiarplenamenteenusted,

creo que si descubre quéme ha traído hasta aquí, se niegue a contarme elsuyo.

—La vida siempre es riesgo. Se expuso al venir aquí, al entrar en estasala, al charlar conmigo.Me temo que pensaba encontrar unmonstruo, unmaestrodelmal,perohacomprobadoquesoyunserhumano«normal».Creíaquepodríaanalizarmecontodasesastécnicasestúpidas,queencajaríaenlostestdepsicopatía,peronadadeesovaleconmigo.Heelegidoestavida,noquieronipuedoculparanadie.Soyenteramentelibre.

—Tengomiedoaesalibertad—leconfesé.—Losé,comolamayoríadelagente.Temenloquenoentiendenysobre

todolesatemorizalalibertad.Siempreestándispuestosaecharlaculpasobresus padres, circunstancias o limitaciones. Todo el mundo rehúye la culpa,peronadieesinocente.

Sus palabras me tambalearon, quién era yo para juzgarle, tal vezsimplemente él representaba a un hombre nuevo, a ese súperhombre deNietzsche,porencimadelosconvencionalismosburguesesyjudeocristianos.

—Estoyimpacienteporescucharla.Meapoyéenelrespaldodelasillayapaguélagrabadora.

Página69

Page 70: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Está bien, tengo que confesarle algomuy grave, algo que nadiemássabeenestemundo.

Atilamesonrió,serecostóunpocoenlasillayesperóimpacienteaquemislabioshablarancomoundrogadictoapuntoderecibirunadosisextradesudrogapreferida.

Página70

Page 71: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

16ODIO

UniversidaddeHarvard,Massachusetts

El pasado de la Universidad de Harvard es muy curioso. Fue una de lasprimeras instituciones superiores del país. Creado para convertirse en unseminario, para cubrir las necesidades de nuevos párrocos de NuevaInglaterra,seconvirtióaprincipiosdelsigloXXenunade lasuniversidadesmásprestigiosasdelmundo.

ElcampusparecíaunpequeñoeidílicopueblodeNuevaInglaterra.Losedificiosdeladrillorojos,conlasventanasblancasdecristalespequeños,laspuertasy losporches engalanados.Los jardines repletosde floresy árbolescentenarioshacíanqueelvisitantesesintieraenmediodeunidílicopueblodefinalesdelsigloXVIII.

Atiladespreciabaalagentequeestudiabaallí.Lamayoríapertenecíaalaélite del país, aquellos privilegiados que se creían superiores a los demás.PuedequeGracefueraunararaexcepción,perolamayoríanomerecíavivir,sobre todo aquellas jóvenes hembras ricas y superficiales que iban a launiversidadalacazadeunfuturomillonarioquepagarasusvidasociosasyvacías.

LaResidencia deOmega era diferente: en ella estaban lasmujeresmásrefinadas de la universidad, conservadoras, talentosas y muy bellas.Trabajabanendiferentesobrassociales,repartíansutiempoentrelosestudiosysus talentosmusicales, literariosopictóricos.Verdaderasmusasenmediode aquella fábrica de avariciosos, petulantes, hijos de papá y damassuperficiales.Aellas,precisamenteaellas,Atilalasodiabaespecialmente.Superfecciónponíaenevidencialamediocridaddesupobrevida.Nolebastabacondoscarrerasydoctorados,conhaberalcanzadountrabajoseguroaunquemalpagadoytenerunfuturoprometedor.Sudeseodedestruireramuchomásfuertequedeconstruiralgonuevoymejor.Enunaguerralehabríancolmadode medallas, pero en tiempos de paz era un monstruo absolutamenteinasumibleparaunasociedadcivilizada.

Esperópacienteenunlateraldelaresidenciahastaqueviotodaslaslucesapagadas, después buscó una ventana que estuviera abierta, la levantó concuidado,seasomóyolisqueócomounperroeloloraperfumedemujerque

Página71

Page 72: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

tanto le embriagaba.Después entró con sigilo y recorrió la primera planta,completamente vacía a aquellas horas. Subió a la segunda, en la que seencontraban las habitaciones. Abrió la primera, estaba improvisando, nollevaba armas, tampoco tenía un plan, con sus manos tendría que sersuficiente.

Laprimerachicadormíamediodestapada sobre sus sábanas rosadas.Elcamisónselehabíaenredadoenlacinturadejandoaldescubiertosutrasero.Se sintió excitado de inmediato, peromás por el deseo de destruir aquellabellezaqueporposeerla,comoelniñoenfurruñadoquedestrozaloscastillosdearenadelosdemás,alverseincapazdeimitarsugrandeza.

Atila se abalanzó sobre la primera chica y aplastó su cara contra elcolchón;ellaapenaspudoreaccionar,sunarizsetaponabaconlassábanasyapesarde su lucha, apenas logró sacudirseydarunparde suspiros antesdemorir.

Elhombredejólahabitaciónalgomáscalmado,sedirigióalasiguientehabitación.Enmediodelaoscuridaddistinguióelcuerpocaobadelachica.Tenía el pelo rizado recogido y sus labios rojos brillaban ante la luz de lacalle.Miróencimade lamesayvioun trofeodeatletismo.Lo tomópor lapartedearribaysinpensarlodosvecesloestampóenlacabezadelachica;tuvoquegolpearlaentresocasionesantesdereventarlelacabeza.Lasangremanóconfuerzahastateñirelsuelodemadera.

Atilarecorrióotrascuatrohabitacionesantesdeirsedelacasa.Selavólasmanosenunodelosbañosysalióporlapuertaprincipal.Mientrascaminabapor el jardín en penumbra se cruzó con una chica. Tardó en reaccionar,cuandoquisodarse la vuelta la estudiante ya estaba en el edificio.Se alejócon laesperanzadequeno lehubieravisto lacara.Unavezenelcochesemirólaropa.Noteníaniunasolamancha.

Condujo hasta la residencia de su novia. La chica bajó en cuanto laavisarondequeestabaallí,variasde susamigas seasomaronparavera suapuestonovio.

Mientrascaminabande lamanoporelcampus,dejandoque la luzde lalunailuminasesusrostrosjóvenesybellos.Elladiounsuspiroyleabrazó.

—Eresmaravilloso, lomejor quemeha pasado.Quiero que este fin desemanaconozcasamispadres,tevanaencantar.

Los ojos deAtila se aguaron, la besó en los labios ymientras lo hacíarecordóa todasesaschicasmuertasyensangrentadasensuspropiascamas.Despuéssedijoqueaquellaeraunanocheperfecta,yanoleimportabaloquepudieradescubrirlapolicía.Nadiepodíarobarlesufelicidad.

Página72

Page 73: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

17LOSOTROS

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

La luz parpadeaba a veces, pensé que en cualquier momento podríamosquedarnosaoscuras.Atilamemirabaexpectante,seguroqueloqueestabaapunto de escuchar era lo más emocionante que había oído en años. Encambio,yomesentíaavergonzada, temerosayasustada.Haypuertasqueesmejor no abrir, si cruzamos el umbral podemos encontrarnosperdidosynovolvernuncaalcaminoquehemosabandonado.MesentíacomoAriadnaenmedio del laberinto, intentando aferrarse al hilo que podía liberarla delMinotauro. Atila era el monstruo que me acechaba por los pasillosinterminablesdemiexistencia.Siemprehabíaestadoallí,esperandoaquemeperdieseensusterriblesdominios.Sinentenderelpeligroquecorríamehabíainternadoenellosyyanopodíaescaparjamás.

—¿Nohaexperimentado la sensacióndeque suvida es comounagranobra de teatro? Todos los que le acompañan en escena son figurantes,mientras el mundo le observa con expectación. Esos extras, insignificantesúnicamentetienensentidoenfuncióndetupropiavida.

Elhombreseincorporóymedevoróconlamirada.Yanoveíamicuerpo,estabapenetrandoenmialmaconfusayatormentada.

—Después de salir del orfanato la iglesia ofrecía unos pisos tutelados.Vivíaconotrasdoschicas,HannayAgatha,doschicasdemimismaedad,apunto de comenzar la universidad. La iglesia pagaba también nuestrosestudios y nos daba algo de dinero todas las semanas para nuestros gastos.Tras una semana en la casa, un sábado por la noche, Hanna y Agathaaparecieron condos chicos.Eran de su clase, ambas estudiabanmagisterio.Parecían algo bebidos, pero yome limité a irme ami habitación e intentardormir. Mi experiencia con el sexo no había sido muy buena y no queríaproblemas.Unashorasmástarde,cuandoestabaprofundamentedormidanotéalgo.Unamanoquesedeslizabapormispiernasyunasrisitasdefondo.Megiré y vi a Hanna y los dos chicos en la cama. Estaban completamentedesnudos.Mehabíanbajadoelcamisónymispechosapuntabanasuscaras.

—HolaMargaret, creoqueestos chicos son insaciables,vas a tenerqueecharmeunamano.

Página73

Page 74: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—No—ledijesubiéndomeelcamisón.Ellameagarróporunamuñecayunapierna.Elotrochicohizolomismo,

mientras el tercero me apartaba las bragas e intentaba penetrarme. Intentégritar y Hanna me tapó la boca. Abusaron de mí toda la noche. No lesimportaron mis súplicas y sollozos. A la mañana siguiente me despertédoloridayasustada.HannayAgathaestabandesayunandoenlacocidayserieronalverme.

—No te preocupes, mojigata, te acostumbrarás pronto y después tegustará.Seguroquemeloagradecerás—dijoHannaconunaburla.

Esamañana fui a la iglesia,me sentía avergonzada y confusa, no sabíaconquiénhablar.Elsacerdotedejóvenesseparóahablarconmigoalfinaldelareunión.Mepreguntóquémepasaba,peronomeatrevíacontarlenada.Lavergüenzamenublabalamente.

Alsiguientefindesemanaocurriólomismo,estaveznomeresistítanto,sabíaqueera inútil, intentépensarenotracosahastaquesindarmecuenta,por primera vez enmi vida experimenté un orgasmo. Ellos se rieron ymeconvertíensujuguete.Dosmesesmástarde,Hannamehumillóenunafiestay enseñó unas fotos de lo que hacía con los chicos.Me puse furiosa ymemarché. Ella llegó muy tarde y borracha. Entró en mi habitacióninsultándome. Era una noche muy calurosa, por las ventanas abiertas seescuchaban sus voces. Comenzó a pegarme, me levanté y me defendí.Entonceslaempujé,seprecipitóporlaventanaysequedócolgando,aferradaconlosdedosalmarco.

—Por favor, Margaret —me suplicó con los ojos llenos de lágrimas.Alarguélamanoparaayudarla,ellasesoltóyseagarróamí.Estabaapuntodehacerelesfuerzodesubirla,cuandosinsaberelporquéaflojélasmanosyla dejé caer al vacío. Sonó como una sandía al estallar, me asomé, unamanchaensangrentadacoronabasupelorubioysedoso.Nomesentímalalverlamuerta sobre el asfalto, al revés, experimenté una especie de alivio yplacer.

Entonces intenté olvidar lo sucedido entregándome a cualquiera que secruzaraenmicamino.Eseesmisecreto.

—Yaledijequenoéramostandistintos.Casiparecemosalmasgemelas.Muchagente,simplementenomerecevivir.EsaHannaeraescoriaymerecíaunamuertecomolaquetuvo.

Suspalabrasmásqueconsolarmemeaturdieron.Llevabaañosintentandoolvidaraquellanoche.Siempremehabíadichoquenopensabaconclaridad,quemecegóelodio,todoloquemehabíahechoHanna.Elabandonodemi

Página74

Page 75: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

madre,aunqueenmifuero internosabíaquehabíadisfrutadomatandoamicompañera.

—Unahistoriamagnífica,ahorapuedeconectarel teléfono.Creoque loqueestoyapuntodecontarlecambiarásuvidaparasiempre.Podráconseguirtodo loquesueña, reconocimientoyprestigio,queesunsustitutodelamor,peroaloquetodosdeseanacceder.

Sentíquesemesecabanloslabios,teníaunasedtremenda.Fueralanochebramaba como un bebé indefenso, mientras dentro el calor parecíainsoportable.

Sinosupieraqueestábamosenunaprisióndemáximaseguridadhubierapensadoquenosencontrábamosenlasmismaspuertasdelinfierno.

—Dentro de tres díasmi corazón dejará de latir,mis carceleros creeránquehanterminadoconelasesinoenseriemáspeligrosodelahistoria,peroyo seguirématando. ¿No le parece un plan perfecto?Mi obra no terminaráconmigo,losgrandeshombressiempretienenunlegadoeterno.

—Serefiereaquelagenterecordarásushazañas.—No,muchomejor.Seguirécometiendocrímenes.—Noloentiendo,serefiereaqueotrosseinspiraránensuvida.—No, querida.Me refiero a que el número demis víctimas aumentará

exponencialmente.Esaserámivictoriasobreestasociedadmojigataydébil.Elnuevohombrequeestoycreandovenceráalamuerte.Unanticristo,queenlugardemorirporlosdemás,haráquelosdemásmueranporél.

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Temía parecerme a aquelhombre, pero aún habitaba algo de humanidad enmí: una llama que nadiepodría apagar. Además debía cumplir unamisión, el propósito para el quehabíanacidoyllegadohastalasmismaspuertasdelinfierno.

Página75

Page 76: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

18ENCAMINO

Lawrence,Massachusetts

Lapolicíafueasuapartamentoaprimerahoradelamañana.Leacusabandecincoasesinatosenel campusde laUniversidaddeHarvard.Atilanopidióabogadodurantelosinterrogatorios,sesentíatanseguroyteníatanclaroquenopodríanprobarsuculpabilidadquenisemolestóendefenderse.

—¿EstuvoayerporlanocheenelcampusdelaUniversidaddeHarvard?—lepreguntóelinspectorGreen.

—Recuerdoquenosconocimosayer.Mefuidelamorguedirectamenteaveraminovia,ellapuedecorroborarlo.

—Yahemoshabladoconella,noshadichoqueestuvoconusted,perolascompañerasdehermandadlesitúanenlaresidenciajustomediahoradespuésdelamuertedelaschicas.

—¿Piensaquematéacincochicasenapenasmediahoraydespuésmefuiaveraminovia?Nopuedeser,soypsiquiatraforenseyleaseguroqueesdeltodoimposible.

Elinspectoreraconscientedequelaspruebascontraeljovennoeranmuyfirmes.Loúnicoquepodíainclinarlabalanzaeraladeclaracióndelaúnicatestigoquelehabíavistoirsedelaescenadelcrimen.

Unahoramás tarde la chica estaba enuna ruedade reconocimiento.AlladodeAtilahabíaotroscincochicosdesimilarcomplexiónycolordepelo.

—¿Reconoceentreesaspersonasalhombrequevioayerporlanoche?—lepreguntóelcomisario,queesperabaresolverelcrimenloantesposible.Asulado,elinspectorGreenintentabainfundirtranquilidadalachica.

—Nohayprisa,mírelosdespacio,esmejorqueseasegure—comentóelinspector.

—El quemás se le parece es el tercero, aunque estabamuy oscuro. Elcolordelpeloparecíacastaño,perotalvezeramoreno.Nolevielcolordelosojosylaropaparecíacorriente,decolormarrón.

—¿Estásegura?—preguntódenuevoelinspector.—Eselquemásseleparece—contestódenuevo.—Pero eso no nos basta, tiene que reconocer a la persona —dijo el

comisario.

Página76

Page 77: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Nopuedo ayudarles, le vimuy rápido y luego, aquella sangre, no hepegadoojoentodalanoche,yopodíahabersidounadeesaschicas—dijolaestudianteechándoseallorar.

Elinspectorlediounpañuelolimpio,despuéslachicasalióysequedaronasolaslosdoshombres.

—No es suficiente, comisario. Si le llevamos a juicio se escapará denuestrasmanos.

—¿Realmentepiensaquefueél?—Sí,ensu trabajopudomanipularpruebas,peroanochesevolvió loco,

talvezpensabaquelehabíadescubierto.—Laformadeoperardelasesinodelaschicasdrogadasylasdeanoche

es muy distinta. Puede que se trate de dos personas distintas—aseguró elcomisario.

—Es posible, pero el tipo de víctimas es igual. Chicas universitarias,guapasyconunexpedienteintachable.

Observaronduranteunosminutosaljoven,sucararisueñanoreflejabaelmásmínimonerviosismo,noeranadaextraño.Lospsicópataserancapacesdecontrolarsusemocionesenlosmomentosmásestresantes.

—Deje que se marche —comentó el comisario—, póngale vigilanciaconstante.

CuandoAtilasaliódelacomisaríateníamalacara,labarbasinafeitarylasojerascubríanlapartebajadesusojos.EnlapuertaleesperabaGrace,suexpresión de nerviosismo y tristeza le hizo cambiar el gesto sonriente, porotromásapesadumbrado.

—¿Cómoestás?¿Tehantratadobien?Yasabesquepuedohablarconmipadre…

—Hanhechosutrabajo.Estánbuscandoaunasesino,imaginoporloqueestápasandolafamiliadeesaspobreschicas.

—Íbamosairaveramispadres,perosiquierespodemossuspenderlo.—No,loprefiero.Necesitoalejarmedetodoesto.AlascuatrohorasestabanenWashington,llegandoalamansiónquelos

padres tenían a las afueras de la capital.Atila se quedó sorprendido por laimpactante casa blanca, de estilo sureño. Los padres de Grace salieron arecibirlos. Un criado tomó lasmaletas y los cuatro entraron en la casa. Sedirigieronauninmensoporchetraseroysesentaronenunaselegantessillasdemimbre.

—¿Quéquieretomar?—preguntóelpadredeGraceaAtila.—Unalimonadaestábien—dijoconungestoalacamarera.

Página77

Page 78: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—¿Nobebealcohol?—preguntósorprendidoelsenador.—No,creoqueesunhábitoterriblequetehaceperderelcontrol.—¿Legustatenerelcontrol?—preguntómientrasleservíanunwhisky.—Megusta,laverdad—respondiósonriente.Lasvistasallagoeranespectaculares.—Pues tengounamalanoticia, lavidaestásiemprefueradecontrol.Al

menos las cosas más importantes. No podemos controlar el día en el quemoriremos,tampocolasalud,ellugarenelquehemosnacido…

La madre de Grace, que era su versión más vintage, se puso en pie.Llevaba unmodelo de falda corta y jersey blanco, se conservabamuybienparasuperarloscincuentaaños.

—Os dejamos un rato a solas, llevamos casi seis meses sin vernos ytenemosquehablarcosasdechicas.

En cuanto las dos mujeres desaparecieron, el hombre se inclinó haciadelante,aproximándosealjovenyledijosonriente.

—Creoquehapasadolanocheenlacomisaría.—Sí,señor—comentóalgonervioso.—AcusadodeunasesinatomúltipleenHarvard.—Lapolicíahadejadoquememarchasesincargos.—Yaloveo.Noteníanpruebascontrausted.Entoncesdejósobrelamesaunacarpetaysegiróparaencenderunpuro.—Serámejorqueleecheunvistazo.Atilamiróel interior.ElpadredeGracehabíapedidoqueelaboraranun

minuciosoinformesobresuvida.—Hamentidoamihijaencasitodo.Esunbastardo,pobreymentiroso.

Puedequeencandilea las jóvenesconesacarabonita,peroencuanto levisupeeltipodehombrequees.Piensaquelavidalehatratadomal,perotienedoscarrerasyun futuroprometedor.Nome importadequé lugarproviene,perosíquemientaamihija.

—Loentiendo,señor.—Lopeornoeseso.Hepedidoamiinvestigadorquebusqueasesinatos

sin resolver en los lugares en los que ha vivido. ¡Joder, hasta en Romamurieronchicasyalgunoscurasmientrasvivíaenlaciudad!

—Puracasualidad—contestóalgonervioso.—Las casualidades no existen. Será mejor que tome esa puerta y

desaparezcaparasiempredenuestrasvidas.Atila se quedó petrificado, no sabía qué pensar ni cómo reaccionar. Al

finalmiróaamboslados,estabancompletamenteasolas.

Página78

Page 79: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—¿Sabeloquemásmegustadesuhija?Lojodidamentezorraquees.HehechocosasconellaqueruborizaríanaunaprostitutadeRoma.

Elhombretosióysegiróhaciaeljoven.—¡Malditohijodeputa!Estaba a punto de llamar a alguno de sus criados, cuando Atila se

abalanzósobreél, lemetióunagranaceitunaconhuesopor labocayse lahizo tragar. El hombre comenzó a asfixiarse. No tardó mucho en ponersemorado,despuéssedesplomóalsuelosinvida.

Atila comenzó a pedir ayuda a gritos, simuló que intentaba reanimar alhombre, aunque en realidad le apretó la garganta para asegurarse de queestabamuerto.Cuandolasmujeresyloscriadosllegaron,yahabíadejadoderespirar.

Página79

Page 80: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

19ENCERRADA

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Elsilencioavecestomalaformadeunaneblinaespesayfríaquehacequetecueste respirar e inclusopensar.Lasúltimaspalabras deAtila surtieron eseefectoenmí.Sequedaroncolgadasenelaireylograroncortarmeelaliento,hastaquecomenzóahablardenuevo.

—Noquiero rodear demás enigmasmis palabras.Lapolicíame atrapóhace dos años.Había logrado escaparme de ellos en varias ocasiones, peroestaúltimaseasegurarondequenovolvieraasalirconvidadeunaprisiónfederal.Fueronseismesesmuyproductivos.Lospaséescondidoen lazonadelParqueNacionaldelasMontañasRocosas,aloestedeDenver.

NuncamehagustadoelMedioOeste,peromatéadosautoestopistasenunviajequeteníaquehacerdesdemicasaenUtah,porunasuntolaboral.Alfinalfueronestospalurdoslosquelograronmetermeentrerejasyterminarunjuiciocontramí.

—Sí,peroesonoexplicanada.YaséquefuelapolicíadeColoradoquienledetuvoycondenó.

Miexplicaciónpareciómolestarlo.—Soyconscientedeello,querida,pero loquenadiesabeesqueenmis

manosencadenadasestáelcontroldelavidadecuatroalmas.—Noleentiendo.—Antes de que me atrapasen secuestré a cuatro adolescentes. Fue en

lugaresdiferentesdelasRocosas,peronomuydistantesentresí.—Peroesoesimposible.Llevaañosdetenido.El hombre parecía disfrutar con mi asombro, casi tanto como con la

historiaquelehabíacontadoantes.—Noestánbajomicustodia.Cuandolecuentecómoheconseguidoque

esaschicassiganencerradasybajomicontrolnoselovaacreer.Setratadeunplansencilloalaparquebrillante.

—Metieneenascuas.—No le facilitaré el lugar exacto. Sería absurdo para que se gane una

medallaylafamatienequetrabajarunpocosumente.Creoqueesunamujerextremadamenteinteligente.¿Meequivoco?

Página80

Page 81: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Fui la mejor de mi promoción, pero no sé si eso es suficiente parausted.

—Mebastará.Esascuatrochicasestánencuatrocasas.Laspersonasquelasretienensonsuscuatromadres.

Aquellaspalabrasmedejarontansorprendidaquepenséquenolehabíaentendidoconclaridad.

—Sí,comolooye.Secuestréalascuatrochicas,enaquelentoncesteníancatorce años, en la actualidad deben rondar los diecisiete. Les obligué aencerrarensussótanosalashijasdelasotrasbajolaamenazadequesilasliberabansinmiconsentimientoalguienterminaríaconsuhija.Deestaforma,cadamadrevigilaalahijadelaotra.

Nopodíacreer loquemeestabacontando, jamáshabíaescuchadonadatanmacabroentodamivida.

—Nosabeloqueescapazdehacerunamadreparasalvarlavidadesuhija.

—¿Cómopuedoencontrarlasyliberarlas?¿Quéquiereacambio?El hombre parecía disfrutar con todo aquello. Se apoyó de nuevo en el

respaldodesusilla.—Yaselohedicho,busqueenlasgrabacionesdeestosdíasyencontrará

larespuesta.Perodebedarseprisa,esasmujerestienenlaordendemataralaschicas encuanto sepanquehemuerto,de lo contrario alguienmatará a sushijas.Loquenosabenlaspobresesqueellasmismasseránlasejecutorasdelashijasdelasdemás.

Salídelasalacontaldesazónqueapenasmefijéenlospasillosylasmilpuertasque teníaqueatravesar.Después lleguéfrentealaparcamientoymequedé paralizada bajo la lluvia, mientras me calaba hasta los huesos sinapenas sentirnada.Aquelhombrehabíapuestouna terrible carga sobremí,hastaelpuntodequecasihabíaolvidadolaverdaderarazónporlaqueestabaallí.

Stuart salió del coche,me cubrió con su gabardina yme llevó hasta elinterior.

—¿Teencuentrasbien?—mepreguntóasustado.Nosabíasicontarle loocurridooguardarloparamí.Al finalpenséque

sería mejor explicarle lo sucedido. Necesitaba ayuda para encontrar a esaschicas.Apenasnosquedabantresdíasparadarconsuparaderoantesdequefuerademasiadotarde.

Mientras el coche se alejabade lapenitenciaría,mimentenodejabadedar mil vueltas a todas las conversaciones. ¿Dónde estarían las malditas

Página81

Page 82: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

pistas?Mepreguntaba.—¿Yatecontósusecreto?Asentícon lacabeza,antesdeque llegáramosalmotel lehabíacontado

todoyaquellamismanochecomenzamosarevisarlasgrabaciones.

Página82

Page 83: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

20LACASA

SaltLakeCity,Utah

Lamejormanera de desaparecer a veces es simplemente integrarse en unanuevacomunidad.Tras lamuertedelpadredeGrace,Atila se fueavivir aSalt Lake City, la capital mormona del país. Allí cambió de identidad ycomenzó una nueva vida, integrado en el templo principal de la ciudad ydedicado a psiquiatría forense y la conservación del patrimonio culturalmormón.

Atila tomó cuatromedidas de precaución durante aquellos largos veinteaños: no volvería amatar a nadie en elmismo estado en el que residía, noasesinaríaadospersonasenelmismolugarnielmismomes,sedesharíadeloscadáveresyformaríaunafamiliaparapasardesapercibido.

AlosdosañosdeestarenlaciudadconocióaPattyJefferson,unafamosaodontóloga, descendiente de los miembros fundadores de la ciudad. Seconvirtió almormonismo y adoptó una vida austera, vulgar y corriente. Enprivadocontinuabasiendounsibarita,amantedelarte,elbuenvinoyelsexosalvaje, pero en público actuaba como el más puritano de los adeptos deMormón.Aunquenuncatuvieronhijos.

Unamañanadeseptiembre,mientrassedirigíaasutrabajo,Atilasecruzóconunodesusviejosamigos,EdwardReade.

—¿Hasvistoesto?—lepreguntómientrasleenseñabaelperiódico.Apenas le prestó atención, le echó una ojeada y se dispuso a seguir

caminando.—HanmatadoadoschicasenColorado,peroalparecersesospechaque

elasesinoeselcausantedealmenosdiezdesaparicionesenNevada,Arizonayotrosestadoscercanos.

—Aquínohaaparecidoningúncuerpo—lecontestóalgomolesto.—Yalosé,perosegúnlapolicíaelasesinoesdeUtah,teimaginas.Desde

quellegótodaesaescoriaextranjeraylasrazassemezclanUtahyanoesloqueera.

—Será mejor que no vociferes eso, hasta los obispos hablan ahora deigualdadyrespetoatodoelmundo—lecontestóAtila.

Página83

Page 84: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—¿Tolerancia? Estamos aumentando nuestro índice de homicidios,violaciones y robos. Dentro de poco, esto será peor que Detroit. La gentecomenzaráairse,esundesastre.

Atiladejóasuamigoysedirigióal trabajoenelhospital.Habíasabidoenvejecer con elegancia y parecía un respetuoso hombre demediana edad,religioso y conservador. Saludó a la persona de recepción, pero se pusonerviosoalverlacaradesusecretaria.

—¿QuépasaBetty?¿Estátodobien?—Hayunosfederalesensudespacho—dijomientrasseñalaba lapuerta

acristaladaenlaqueseencontrabasunombreconletrasdoradas.Entró en el despacho con total normalidad, pensó que seguramente se

trataba de un malentendido, pero por si acaso tenía preparadas variascoartadas.

—SeñorMontgomeryodeberíamosdecirAtilaCollins.El rostro del hombre permaneció impasible, casi mostrando algo de

sorpresa.—Nolesentiendo,minombre…—SuverdaderonombreesAtilaCollins—dijounagentenegro,mientras

elotroseacercabapordetrás.—Debetratarsedeunaconfusión,yo…—FuesospechosodevarioscrímenesenMassachusetts,tambiénenotros

estados, pero en este momento se le acusa del asesinato de dos mujeresjóvenes,enColorado,cercadelaciudaddeDenver.

—Esoesabsurdo.—Lascámarasdeseguridaddeunagasolineralosgrabaron.Encontramos

el registro de su coche, contrastamos la informaciónyvimosque sus datoseran falsos. Logramos identificarlo por las huellas. La justicia deMassachusettsllevadosdécadasbuscándole.

—Meconfundenconotrapersona—sequejóconpococonvencimientoelhombre.

—Esoseloexplicaráaljuez,dentrodedosdíaslellevaremosaColoradoyserájuzgadoenDenver.

Mientrassalíaesposadodesudespachoestabacasiconvencidodequelesoltarían antes de terminar el día. Conocía a todos los jueces y al fiscalgeneraldelaciudad.Nadiecreeríaniunasolapalabradeaquelladescabelladahistoria. Como mucho podría enfrentarse a algún cargo de apropiaciónindebidadepersonalidad.

Página84

Page 85: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Le llevaron hasta el coche, la gente de la calle le miraba al pasar. Encontrade loque imaginaba,seemocionóalcaptardenuevoel interésde lagente.Llevabacasiveinteañosenterradoensuanodinavida,esoerapeorquela silla eléctrica o la cadena perpetua. No quería pasar los años que lequedabandisimulandodelantedetodosesospalurdosbeatosmormones.

Elcochepusolasirenacuandoarrancódelhospital,mientrasAtilamirabapor la ventanilla y sonreíamientras pensaba que ahora podría demostrar almundoeltipodehombrequeera.

Lo que aún no sabía era que la sociedad no estaba preparada para sumensaje, sería como predicar en el desierto. En un mundo de débiles ypusilánimes,infectadosporlascaducasideashumanistas,fielesherederasdelosprincipioscristianos,Atilanorepresentabamásqueaun locopeligroso.Conunpocodesuerte,dentrodealgunasdécadas,conceptoscomoelbienyelmal,locorrectoeincorrectohabríandesaparecidoporcompletoyunnuevoreinado presidiría el mundo. Eso era al menos lo que deseaba en su fuerointerno.Una nueva civilización en la que losmás fuertes dominarían a losmásdébilesyelserhumanopodríamanifestarsuverdaderanaturaleza.

Página85

Page 86: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

TERCERAPARTE

Página86

Page 87: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

21TERROR

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

Stuartyyonospasamoslanocheescuchandolascintassin logrardescubrirninguna pista sobre el paradero de las cuatro chicas encerradas.Me sentíamuy cansada, pero al mismo tiempo era consciente de que apenas nosquedabatiempo.Dudabaentreinformaralasautoridadesointentarentremiprofesoryyoliberaralasprisioneras.Stuartloteníamásclaro.

—Es imposible que lo logremos. Aunque demos con las pistas,descubramos las casas y lleguemos hasta ellas, ya sabes que las mujerestienen la orden dematar a su huésped para asegurarse la salvación de sushijas.

—Podemos pedir a la policía que nos informe de las desapariciones demenores de edad en los últimos dos años en la zona—le dije, intentandoencontrar una salida a aquella situación.No deseaba y no quería queAtilarecibiera un indulto y viviera. Aunque eso no podía explicárselo a miprofesor.

—¿Cómopuedesanteponer tuexclusivaa lavidadeesaspobresniñas?—mecontestómiprofesorsorprendidopormiactitud.

—Hagamos una cosa, continuaré con las entrevistas, intentaré, sacarlemásinformaciónytú,mientrastantoseguirásescuchandolascintas.Sieldíaantesdeexpirarelplazonohemosdadoconellas,hablaremosconlapolicía.

—Estábien—contestóStuartsindemasiadasesperanzasdedescubrirlasclavesocultasenmisconversacionesconAtila.

Mepreparépara ira lacárcel, intentédisimularmisenormesojerasconalgodemaquillajeytoméunaraciónextradecafébiencargado.

Alallegadaalapenitenciaríameesperabaeldirectoryelpsiquiatradelcentro. Con el primero solo me había comunicado por medio del correoelectrónico.

—Señorita Berry, encantado de conocerla. Estamos contentos de quenuestra institución pueda colaborar en la investigación de un tema taninteresante,perotenemosalgoimportantedeloquehablarconusted.

Mellevaronhastaeldespachodeldirector.Mesentíacomounacolegialaalaqueestabanapuntodeecharunareprimenda.

Página87

Page 88: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Porfavor,siéntese—medijoeldirectormuyserio.—Nolesmolestarémuchomás,eldomingoes laejecuciónyestamosa

viernes.—Noesdeesodeloquequeremoshablarconusted—dijoelpsiquiatra.—Entonces,¿dequéquierencharlar?—lepreguntéconfusa.—Hemos hecho algo ilegal, aunque era por el bien de este centro y su

seguridad.Hemosgrabadolasconversacionesentreustedyelrecluso.Margaretcomenzóatemblarcomounahoja:habíaconfesadohacíaunas

horasuncrimen.—Muchasde lascosasquehedichoeranparasacar informaciónal reo,

esperoquenopiensen…—No podemos utilizar esa información. Era ilegal grabarles, pero no

somos ajenos a las últimas declaraciones. El señor Miller escuchó estamañanalascintas,elpresohabladecuatrochicasinocentes.

—Justoqueríainformarlessobreeseasunto—lesmentí.—Loentiendo,peroimaginoquedeberíamoscomenzarlostrámitespara

frenar la ejecución e intentar llegar a un acuerdo con el preso.Esas pobreschicasnopuedenmorir—dijoeldirector.

—Puede que todo sea una treta —comentó el psiquiatra—. El señorCollins es un tipo extremadamente astuto. Imaginemos que sabía que leestábamosgrabando.¿Nopodríahabermentidoparasalvarsedelainyecciónletal?

—Es posible, pero no podemos arriesgarnos. Señora Berry, le pedimosquepongaenconocimientodelapolicíayelFBIloquelecontóAtila,eslaúnicaformadequeelprocesocomienceagestionarse.

Mequedécallada,estabaevaluandotodaslasopciones.—SiadvertimosaAtila,puedequelogreenviardealgunaformalaorden

para que las chicasmueran.Mi profesor y yo estamos investigando dondepueden estar encerradas. Según el reo, me dio algunas pistas en lasentrevistas.

—Tambiénhemosescuchadoeso—dijoelpsiquiatra.Losdoshombressemiraron,despuéseldirectortomóunpapelescritoy

ledijo:—Aquí está la solicitud, fírmela, no la tramitaremos hasta que no nos

quedemásremedio.Leaseguroquenosotrosqueremosqueesehombrepagueporsuscrímenes,peroestáenjuegolavidadecuatropersonasinocentes.

—Novoyafirmarnadaporahora—lescontestétomandoelpapel—.Lespidocuarentayochohoras,sinologroaveriguarnada,hablaréconlapolicía

Página88

Page 89: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

yelFBI.Eldirectorfruncióelceño,noparecíaquelegustaramuchomiactitud.—Nojuegueconnosotrosseñorita,tenemoslacintaenlaqueseinculpa

deuncrimenynodudaremosenusarla:sinopodemosdárselaalapolicía,selaentregaremosalaprensa.

Nomegustólaamenazaymuchomenosaqueltonoagresivo.—Perfecto,ahoranecesitoveraAtila.Lespidodoscosas.—Usteddirá—dijoeldirector.—No pueden seguir grabando y quiero que las entrevistas se celebren

aquí.Paraasegurarmedequenoincumplesupalabra.Eldirectormiróalpsiquiatracomosiesperarasuaprobación.—Espeligroso,aquíhaymuchoselementosqueAtilapuedeutilizarpara

atacarla.Leprometemosquenograbaremosnadamás.—Noessuficiente—lescontesté—.Memarcho.—Estábien,accederemosasuspeticiones.EsperéenlasalahastaquetrajeronaAtila.Alpasaraldespachonodejó

demostrarsusorpresa.Elguardasequedóalotroladodelaúnicapuertaquedabaalahabitaciónyyointentésimularnormalidad.

—Buenosdías,¿aquésedebeestecambio?Eldespachodeldirectoresmuchomejorqueesasaladelpsiquiátrico.

—Alparecerestánarreglandoladeinterrogatorios.Atilanoparecíamuyconvencido,peroagradecíasalirdesurutina.—Imagino que se ha pasado la noche intentando descubrir una pista.

Penséqueeracomoyo,peroveoquelepreocupademasiadolagente,aunquelaverdadesquecreoquenoleinteresanesaschicas.

—Claroqueestoyangustiadaporellas—lecontesté.—No,no loestá.Despuésdecontarle todoayeryobservar su reacción,

creíaqueenelfondoloúnicoqueleimportabaerahacerunlibroyganarelreconocimientodetodoelmundo,peroahorapiensoquehayalgodetrás,unarazónmáspersonal.

—Noleentiendo—contesté,temerosadequedescubrieramisverdaderasintenciones.

—Sabeperfectamentedeloqueestoyhablando,peroseguiremosjugando.—Yasédóndeestánlaspistassobreelparaderodelaschicas.—¿Enserio?Esmáslistadeloqueimaginaba.—LapoesíasobreAfrodita,ladiosadelamor:

Peroacudeacá,sialgunavezenotrotiempo,alescuchardelejosdemivozlallamada,lahasatendidoy,dejandolaáureamorada

Página89

Page 90: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

paterna,viniste,

—Puede,¿porquépiensaquelaclaveestáenlapoesía?—Alprincipionomedicuenta,peroelversohabladeunpadrequeviene

de lejos. Intenté asociarlo con lasMontañasRocosas, donde fue capturado.Allí apenas hay pueblos o ciudades, pero vi que hay una localidad llamadaEstesPark.AllíseencuentraelhotelqueinspiróaStephenKingparaescribirEl resplandor.Lahistoriadeuna familiaquepasaun inviernocuidandoungranhotel,peroelpadresevuelvelocoyestáapuntodeasesinarasufamilia.Lascuatrocasasen lasqueestánencerradas laschicasestánenesepueblo.No creo que sea muy difícil dar con cuatro familias que sufrieron ladesaparicióndeunadesushijasenlosúltimostresaños.

Página90

Page 91: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

22ELMAESTRO

Denver,Colorado

Atila estaba profundamente decepcionado. A pesar de contratar al mejorabogadodeUtahy tenerelapoyode lacomunidadmormona, los juecesdeSaltLakeCityleenviaronaColorado,dondesupodereinfluenciaerannulas.LetransportaronenunafurgonetablindadaydespuésdeochohorasllegaronaDenver.Estaba algomareadopor el traqueteo, una parte del viaje pasabapor lasMontañasRocosas y a pesar de lasmejoras de la carretera, esta seencontraballenadecurvas.

AlallegadaalacomisaríacentraldeDenverlerecibióeljefedepolicíaenpersona.

—Señor Collins, ha tenido una vida rocambolesca, ha escapado variasvecesdelajusticiaburlándosedelsistema,peroenColoradonopodrámontarsucircomediáticonipedirprivilegios.Nitodosudinero,nilapresióndelaconfundidagentedeUtahlograránquenoleencerremosenelcalabozomásprofundo hasta que se celebre el juicio y después le concedamos unahabitacióndehonorennuestracárceldemáximaseguridad.

—Muyamableporsuparte—lecontestórisueñoAtilaque,apesardeloazaroso de encontrarse de nuevo entre rejas, agradecía ser el centro deatencióndetodoelpaís.

El juez Monroy que llevaba su caso en Denver no tardó mucho enconvocar la vista preliminar. Parecía ansioso por meterlo entre rejas yconvertirse en el magistrado que había atrapado al asesino en serie másimportante de la historia de los Estados Unidos. La prensa hablaba de, almenos,treintaasesinatos,lamayoríacometidosensupaís,aunquelapolicíade Italia pedía su extradición para juzgarle por varios crímenes durante suetapadeestudianteenRoma.

Cadadíalasportadasdemediomundosellenabandedetallesdetodosloscasos.Unodesusentretenimientoseraleerlasmentirasylasmediasverdadesdelaprensa.Alfinaltodoelmundoconoceríasushazañasyproezas.

El primer día del juicio fuemuy tranquilo. El juezMonroy odiaba a laprensacasitantocomoalpropioAtila.

Página91

Page 92: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Señor Atila Collins, se le acusa de la muerte y desaparición de dosjóvenes en el estado de Colorado. Los crímenes se cometieron hace dosmeses.Creoqueestáinformadodeloscargos—comentóeljuez.

—Sí,señoría.—Elfiscalpuedecomenzarlasalegaciones.Un hombre delgado, vestido con un traje anticuado que le quedaba

enormesepusoenpieyseñalóaAtila.—AtilaCollinspareceunvendedordeaspiradorasambulante.Llevatrajes

caroshechosamedida.—Enesononosparecemos—bromeóelacusadoytodalasalaseechóa

reír.—Estonoesespectáculo,estamosjuzgandoladesgraciadamuertededos

jóvenes,lespidounpocoderespetoodesalojarélasala—dijoeljuezdandoun golpe con sumaza en lamesa. Se hizo un silencio absoluto y el fiscalcontinuóconsupresentacióndelcaso.

—Comodecía,nosedejenengañar,enocasioneselmalvistecontrajeselegantes ymuestramodales sofisticados.AtilaCollins no es un respetableforense,tampocounfielmiembrodelacomunidadmormonaniunabnegadoesposo.AtilaCollins es un asesino despiadado que llevamatando a sangrefríadurantecuarentaañosyhastaahorahalogradosalirindemnedetodossuscrímenes.Intentarácautivarlosconsuinteligenciaysofisticación,peroAtilaCollinsesunhombresinalma,elpeorespécimendelarazahumana.Noestáloco, su mente funciona con normalidad según todos los estudiospsiquiátricos,peroesincapazdesentirempatíapornadie.Únicamenteseamaasímismo.

Elfiscalsesentóensusillaysepusoenpieelabogado.Eraunhombredepeloblanco,aspectorespetableymodalesexquisitos.

—Atila Collins es una víctima de un país injusto. Él creía en el sueñoamericano,vinodelanada,estudió,seesforzóylogróprosperar.EsdoctorenPsiquiatría e Historia del Arte. Lleva más de veinte años ejerciendo suprofesión enSaltLakeCity, donde es un pilar de la sociedad y unmodeloparamuchosjóvenes.Esciertoqueparaescapardeunsistemainjustocambióde identidad. Le acusaban de asesinato en Massachusetts, aunque nuncareunieronpruebassuficientesensucontra.Atilacreyóquenopodría lucharcontraunajusticiaquesebasamuchasvecesenindiciosy,quedependiendodel dinero que tengas, es capaz de marcar la diferencia entre la vida y lamuerte. El único delito de Atila Collins es haber falseado su identidad,aunquellevavariasdécadasdemostrandoqueesunbuenhombre.Gracias.

Página92

Page 93: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Atiladiounapalmadaenelhombroasuabogadocuandosesentó.—Excelente—ledijoaloído.—Sí,peroestonotesalvarádelacárcel.Esasimágenessonirrefutables.—Simplemente llevé a las chicas durante unos kilómetros. Estaban

haciendoautostop.Esonoesuncrimen.¿Verdad?—comentóAtila.—Sus cuerpos aparecierondescuartizadosy creoque encontraron restos

biológicos.—Imposible.Bueno,estuveconellas,noloniego,puedequemearañaran

sinquererydebajodesusuñasencontraranalgo.Atila recordaba perfectamente lo sucedido. Era verano, había viajado al

Este por un asunto de trabajo: un curso de formación que impartía en otroestado.LaschicasseencontrabanenunaestacióndeserviciopidiendoaloscamionerosquelasllevaranhastaUtah.

Él se ofreció a hacerlo. Fue un maldito impulso, nunca cometía esoserrores, pero estaba pasando una crisis personal grave. Se acercaba a loscincuentaycadavezseveíamásviejoydecrépito.Necesitabademostrarseasímismoqueeraaúnjovenyatractivo.

Las llevópor la autopistahasta lasMontañasRocosas, les comentóqueteníaquedesviarseunpoco.Hacíamuchocalor,paró junto aun lagoy laschicassemetieronconropainteriorenelagua.Serieronensucaraalverleexcitado,nopudoresistirlo,lesdiosumerecido.

—Entonces, ¿no crees que salga de esta?—preguntó preocupado a suabogado.

—Lomáximoquepuedoconseguiresquenotecondenenamuerte—lecontestó.

Trasunpardedeclaraciones,el juezordenóqueparasenparacomer.ElabogadoestabarecogiendolascosascuandoAtilalepidióunfavor.

—Necesitoqueledigasalalguacil,quemedejehacerunallamadaamimujer.

Elhombreseacercóalguardia,untipoaltoconunespesobigotenegro,elagente parecía más interesado en tontear con una de las secretarias deljuzgadoqueenhacerlecasoalabogado.

—Miclientenecesitahablarporteléfono.—Estábien—sequejó.Despuéslellevóalasalacontigua.—Nocierrelapuerta—leadvirtióelhombre.Atilasesentóenlamesaytomóelteléfono,peroenlugardemarcarmiró

por la ventana. No estaba demasiado alto, abajo había un jardín que podíaamortiguar la caída. Tal vez era su última oportunidad de escapar. Tras su

Página93

Page 94: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

huidadeMassachusettshabía tenidoquehuirdeuncochedepolicíaque ledetuvoenunacarreterasecundariaymástardedeunacárcelenNebraska.

Noselopensódosveces,dejóelteléfonocuidadosamentesobrelamesa.Despuésabrió laventanaconcuidado,midió ladistanciaysinpensarlodosvecessaltó, intentandonoromperse las rodillas.Sintióunfuertedolorenelcostado,perosepusoenpieycorrióhaciaeloeste.ConocíaunpocoDenver,tenía que llegar a la estación de autobuses antes de que saltara la alarmafederaleinternarseenlazonadelasMontañasRocosas.

Llegóalaestaciónveinteminutosmástarde.LogrórobarlacarteraaunpasajerodespistadoycompróunbilletedeidaparaEstesPark.Unavezallíyaencontraríalaformadedesaparecerdenuevo.

Página94

Page 95: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

23DESASOSIEGO

CondadodeFremont,cercadeFlorence,Colorado

EstesParkestabaaunastreshorasdelmotel.Alsalirbusquéenmiteléfonoel recorrido más corto. Antes de salir del aparcamiento de la penitenciaríahabía pedido a Stuart que investigase casos de desapariciones por la zona.Tenía una lista de siete casas, pero no estaba seguro si los datos seencontraban actualizados. Cuando llegué al motel, mi profesor ya lo teníatodopreparado.

—¿Cómodescubristeelsitio?—mepreguntóStuartcuandosalieronalaautopista.

—Una mezcla de suerte y deducción lógica. La poesía era la únicainformaciónquesesalíadelonormal.

RecordéqueunpárrafohablabadelpadreZeusydeAfrodita.PenséenlazonadelasMontañasRocosasyalgunahistoriaquetuvieradeprotagonistasaunpadreyunahija,entoncesmevinoalamenteellibrodeStephenKing,Elresplandor,aunquerecuerdoaúnmejorlapelícula.

—PodríamospediralapolicíaoelFBIquenosechenunamano.—¡No!—contestéalgoalterada.—¿Porqué?—Ese tipoquiere librarsede la condenaamuerte.Pararían la ejecución

hastaqueseencontrasealaschicas,yaquedanpocomásdedosdías.—Aunqueretrasenlaejecución,nocreoquelohaganpormuchotiempo.—Noquierocorrereseriesgo—lecontesté.—¿Porquéteimportatanto?Parecequesetrataradeunasuntopersonal.Lemiréalgomáscalmada,nopodíacontarlenada,perotampocoquería

quesiguierapresionandosobreeltema.—Prometoquetecontarétodoeldomingo,cuandoesemalditotipoesté

muerto.Stuartparecióquedarsesatisfechoyapenashablóelrestodeltrayecto.Tres horasmás tarde estábamos en la pequeña ciudad enmedio de las

montañas.Eraunsitiotranquilo,rodeadodeunespectacularpaisaje.Unlugaridealparaesquiareninviernoodarlargascaminatasenverano.

Página95

Page 96: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—ParecementiraqueAtilaCollinshayacontaminadotambiénestelugar.Cuatrofamilias llevanviviendounverdaderoinfiernovariosaños—dijomiprofesor.

—Puedequehoyterminemosconesesufrimiento—lecomentémientrasbajábamosdelcoche.Stuartmehabíaguiadohastalaprimeradirección.

La casa era grande, de aspecto señorial y se situaba a las afueras delpueblo.Seasentabasobreunamajestuosacolinayasuespaldaseencontrabael bosque. Un lugar idílico para vivir. Llamamos a la puerta y esperamos,peronoobtuvimosrespuesta.

Miréporloscristalesdelasventanas,lacasaestabaenorden,perodabalaimpresióndequenovivíanadiehacíameses.

—¿Entramos?—lepreguntéamiprofesor.—Esunallanamientodemorada—contestóalgonervioso.—Una chica lleva años secuestrada, imagino que el juez sabrá ser

comprensivo.—Puedequeestanosealacasaquebuscamos.—Esa es una posibilidad, pero tenemos que arriesgarnos—le contesté.

Después tomé una gran piedra del jardín y la arrojé contra el cristal. Laventana se hizo añicos, entramos intentando no cortarnos y recorrimos laplantabaja.

—Parecedeshabitada.Estanoesunadelascasas.—Dejaqueechemosunvistazo.Subimos a la primera planta. Abrimos varios cuartos y finalmente nos

dirigimosalahabitaciónprincipalqueseencontrabaalfinaldelpasillo.Abríla puerta y vi algo horroroso. Un cuerpo momificado descansaba en unacama.

Stuartdiounrespingo.—Llamemosalapolicía.—No,espera—lecontestémientrasmeacercabaalcadáverycomenzaba

aexaminarlo.—Llevamesesmuerta—lecomenté.—¿Piensasquesetratadeunadelasmadres?—No lo sé —dije mientras volvía al pasillo—. Tenemos que ver el

sótano. Bajamos de nuevo y buscamos alguna entrada. Al final laencontramos en un lateral, al lado de la cocina. Estaba cerrada con llave,buscamos entre el amasijo que colgaba detrás de la puerta principal,probamos varias hasta que una abrió por fin. Encendimos la luz ycomenzamos a bajar las escaleras. Las paredes eran de piedra. Olía a

Página96

Page 97: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

humedadypolvo.Llegamoshastalagransalallenadeherramientas, trastosviejosyunagrancaldera.

—Nosevenadasospechoso—dijoStuart.Detrásdelasecadorahabíaunapuerta,empujamoselaparato.Noscostó

mover la puerta de hierro, estaba algo oxidada. Vimos un interruptor y loaccionamos. En una cama cochambrosa yacía el cuerpo totalmentedescompuestodeunachica.

Página97

Page 98: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

24UNAMIGO

EstesPark,Colorado

Sabíaquesufotosaldríaentodoslosnoticiariosyperiódicosdelpaís.Teníalaesperanzadeque,enunlugartanapartado,pasaradesapercibido,peronoquisoarriesgarsedemasiado.Encontrótrabajoenunaserradero.Eldueñonole pidió su documentación, le ofreció un sueldo bajo y poder dormir en lapartedeatrásdeledificio.Unpardemesesmástarde,conelpelolargo,unaespesabarbayropadeleñador,suaspectoeratotalmentedistinto.

Atila comenzó a frecuentar la ciudad, la vida en el aserradero eramuymonótonaycomenzabaasentirseinquieto.Losdomingoscomenzóavisitarunapequeñaiglesiaenelcentrodelpueblo.Despuésdelasreunionescomíantodosjuntosenunsalón.Trasasistirvariosdomingosunamujerseleacercó.

—Buenosdías,soyKatyKundera,unadelasdiaconisas.¿Porquénosequedahoyacomerconnosotros?—lepreguntólamujerconunasonrisa.

—No quieromolestar—dijo él excusándose, pero otras dosmujeres seacercaronparaconvencerle.

Lamayorpartedelacongregaciónlacomponíanmujeres.Variasdeellasestabandivorciadasyotrasviudas,elrestoeranpersonasmayoresyloshijospequeñosymayoresdelasmujeres.

Atila se sentó en una mesa. Todos se presentaron, pero le llamó laatención una mujer llamada Lea. Tenía poco más de cuarenta años, ojosazules,pelopelirrojoylatezmuyblanca,casitransparente.

—¿Cómosellama?—preguntóLeamientrasleservíaalgodecomidaenelplatodeplástico.

—JeremyGoodwing—mintióelhombre.—¿Porquévienealaiglesia?¿Esustedcristiano?—dijoLea.—Noseasdescortés—ledijoKatty.—Essimplecuriosidad.Laciudadnoesmuygrandeylosresidentesnos

conocemosalmenosdevista.Hastahaceunassemanasnolehabíavistoporaquí.

—Llevopocoenelpueblo,trabajoenelaserradero.Lealemirólasmanospequeñasyfinas.—Notienemanosdeobrero—ledijosonriente.

Página98

Page 99: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—¡Lea!,mepareceincreíblequetratesasíaunavisita.—Tienerazón,antesmeganabalavidadeotraforma.Hevendidocaside

todo,peroestabacansadodeunavidaambulanteydesarraigada,poresomeheinstaladoaquí.

—Esto,conperdón,eselculodelmundo—dijoLea.—¿Porquévivesaquí?¿NotegustabaAtlanta?—VineaquípormidifuntoSam,perotrassumuertenotuvefuerzaspare

regresaraAtlanta.Vivimosenun lugarhermoso,perohaceunfrío terrible,una humedad que te destroza los huesos y no se puede encontrar nada quehacer.

Kattypusolosojosenblanco.—Tengounaempresadeaventuras,misamigassonalgo…—Indiscretas—dijoSally, terminando la frase.Era lamásguapade las

mujeres,peroparecíalamástímida.DespuésdeesacomidaAtilaseconvirtióenasiduodelaiglesia.Reparaba

las goteras, arreglaba los bancos, ayudaba a limpiar las vidrieras. Apenasteníaganasdematar, se sentíapartedeuna comunidad.Aquelgrupono separecíaa la iglesiamormonaa laqueasistíania lacatólicade su infancia.Eranunaverdaderacomunidad,dondetodosseamabanyayudaban.Sesentíaseducido por aquel ambiente hasta que comenzaron a cambiar las cosas.Sentíaque todoeseamoryalegríaasfixiabanalhombreenelque sehabíaconvertido. Si los hubiera conocido cuarenta años antes, todo habría sidodistinto,peroahorasentíaqueyanohabíaredenciónposible.

Undomingoantesdelareunión,mientrasarreglabaunodelosbañosseleacercóelpastorSteve.

—Hola,¿cómovaeso?Lareunióncomienzaenveinteminutos.—Casiheterminado—comentó.—Muchasgraciasportodatuayuda.—Esunplacer,ademásnohaymuchoen loqueentretenerse.Almenos

lesdevuelvounpocodelomuchoquehanhechopormí.—Lagenteestáencantadacontigo,enespeciallasmujeressinmarido.Es

normal,estánunpocosolas,esunodelosmalesdeestesiglo.—¿Lasoledad?—Sí.¿Túhasestadocasado?—preguntóelpastor.—Sí, pero hace tiempo.Nos separamos, incompatibilidad de caracteres.

Nuncahetenidomuchasuerteconlasmujeres,nomeduranmucho.—Entiendo.Avecesdesprendesunhalodetristeza,comosillevarasuna

tremendacarga.

Página99

Page 100: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Elpasadoesavecescapazdeaplastarte.—Escierto,todostenemosuno,peroquieroquesepasque,pormuytriste

ymaloqueseatupasado,Diosteamayestádispuestoaperdonarte.—Haycosasquenotienenperdón.—Todotieneperdón—dijoelpastor.—Anteshayquesentirsearrepentido.¿Verdad?—Sí,elarrepentimientoeselprimerpaso—dijoalgoserio.—En mi cerebro hay algún cable flojo, nunca siente deseos de

arrepentirmedenadadeloquehehecho.Sinolohubierahecho,talvezmividaseríadistinta,peronopuedecambiarnadadeloanterior.

—Elarrepentimientonacedelcorazón,nodelamente.Tampococonsisteencambiarelpasado,esmásbiencomounborrónycuentanueva.

—Ojaláfueratanfácil—comentóAtila.—Esexactamenteasídefácil.Teloaseguro.Atilaselevantóyprobóelgrifo,funcionabaalaperfección.—Somoscomoesegrifo,estabaestropeadohastaquealguienloarregló.

Túsolonopuedesarreglarte,perohayalguienen loscielosqueyapagóelarreglo.

—Lopensaré—contestóAtila.Selavólasmanosysubieronalareunión.Sentíaunfuertedolorenelpecho;esaeralaúnicachispadearrepentimientoquehabíasentidoentodasuvida.Peroantesdequelareunióncomenzara,yasehabíaapagadotodoatisboderedención.

Página100

Page 101: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

25ENELBOSQUE

EstesPark,Colorado

—Lamujerdebiómorirhacemesesylapobrechica,alencontrarseencerradaenelsótano,falleciódeinanición—ledijeaStuart.

—Esunamuertehorrible—comentóélmientrassalíandelacasa.—Quedanotrastreschicasquerescatar,esperemosqueellascorranmejor

suerte.Tenemoscincodireccionesypocomásdetreshoras;hayqueregresaralmotelestanoche,mañanadeboaparecercomosiempreenlaentrevista.Nocreoqueeldomingomedejenentrar.

—La ejecución es a primera hora, imagino que a las ocho ya estarámuerto—dijoStuart.

Salieron de la casa por la puerta principal y buscaron la siguientedirección.Eraunacasajustoenelotroextremodelpueblo.Lospadreshabíandenunciado la desaparición de su hija Clarisa Montes, eran de origenvenezolano.

Unamediahoramástardeestábamosllamandoalapuertadelacasa.Estaeramuchomásmodestaquelaanterioryseencontrabaenlapartebaja.

Un hombre abrió a los pocosminutos, parecía como si se terminara dedespertar.

—Disculpe, mi nombre es Margaret Berry y mi acompañante es elprofesorWeitzman. Estamos entrevistando brevemente a los padres de losniñosyjóvenesdesaparecidosenlazonaenlosúltimosaños.

—Mi hija apareció a los pocos días. Gracias a Dios se encuentra bien.Hace un par de años hubo una oleada de desapariciones, mi hija fuesecuestrada por un hombre, la llevó en un coche al bosque, pero logróescapar.Nuncaencontraronalculpable.

—¿Sabesinlasotrascuatrochicasdeestalistacontinúandesaparecidas?—lepreguntéenseñándolelosnombresydirecciones.

—Todas siguen desaparecidas menos Marcela Perrotti, al parecer sequedóembarazadayseescapóconsunovio.

—Noshasidodegranayuda.Muchasgracias.Salimosdelacasaatodaprisaynosdirigimosalastresdireccionesque

nosfaltaban.Laprimeraestabaamenosdediezminutos.

Página101

Page 102: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Aparcamos el coche cerca de la entrada.La casa era completamente demadera,eleganteydecolorblanco.Eljardínseencontrabaalgodescuidado,peroelrestodelacasaeracasidecuentodehadas.

Llamamosalapuertaynossalióarecibirunamujermuyguapadeunoscincuenta años. Sus ojos verdes y brillantes eran expresivos, pero parecíadeprimidayalgodesarreglada.

—No quiero hablar de ese tema, mi hija desapareció, sufrimos muchotodos,peroahoraesmejorolvidarloyseguirconnuestrasvidas—comentólamujeralgonerviosa.

—Sabequedesaparecieronotraschicas—lecomenté.—Algoheoído.—Todasellasdelazona.Sospechamosquenuncadejaronlaciudad,que

estánencerradasencasascercanas.—Esoesunalocura—dijolamujerconunaexpresióndetemor,quenos

hizopensarqueunadelaschicasseencontrabaenlacasa.Únicamenteteníamosdosopciones:unaeraentrarporlafuerzaybuscara

lachica,ylaotraeraavisaralapolicía,esperarqueconsiguieranunaordenjudicial y rezar para que no se la hubieran llevado a otro lugar durante eltrámite.

—Señora,¿podemosentrar?Lamujercerróunpocomáslapuerta.—No,tengoquehaceralgunascompras.—Necesito beber algo, llevamos todo el día recorriendo la ciudad —

comentóStuart.—Pasen—dijoalfin.Nosllevóalacocinaynosdiodebeber.—¿Puedousarsubaño?—lesupliqué.—Estáalfondodelpasillo,perodeseprisa,tengoquesalir.Me dirigí al pasillo, busqué la puerta del sótano y la abrí con cuidado,

encendílaluzybajélasescaleras.Eramuchomáspequeñoqueeldelaotracasa,mirépor todaspartes,peronovini rastrode lachica.Mequedéalgoaturdida,estabacasiseguradequelachicaestaríaallí.

Salimosalacalleynosdirigimosalcoche.—Nohabíanadieenelsótano—ledijeaStuart.LamujerabriólapuertadesugarajeysacóunToyotatodoterreno.Pasó

pordelantedenosotrossinprestarnosatención.—Síguela—dijoStuartencuantonosdejóatrás.Pisé el acelerador y la perseguimos a cierta distancia. Tras una hora de

viaje, lamujer sedetuvoenunacabañaenmediodelbosque.Aparcamosa

Página102

Page 103: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

unos trescientos metros y continuamos a pie. La cabaña era de troncos demadera,seencontrabamuycercanaaunlagoyteníacontraventanasparaquenopudieraverseloquehabíaenelinterior.

Nosacercamosalapuertaygiréelpomo.Penséqueestaríacerrada,peroparanuestrasorpresa,lamujernohabíatomadoesaprecaución.

Nada más entrar vimos un salón casi en penumbra y unas escaleras.Subimosconelmayorsigiloposible,aunquelamaderachirriabaacadapaso.

Arribahabíaunpasilloquedaba a trespuertas cerradas.Miramos en laprimera,habíauncuartodebaño,tampocotuvimossuerteconlasegunda.

Alabrir la tercerapuerta,nosencontramosa lamujerquenosapuntabaconunrifle.Enlacama,unachicamuypálidayamordazadaestabaatadaalacamaporlasmuñecasylostobillos.

—¿Por qué no se meten en sus jodidos asuntos? Ahora tendré quematarlosalosdos—nosdijosindejardeapuntarnos.

Página103

Page 104: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

26LACABAÑA

EstesPark,Colorado

Atila pensó el planmás cruel y descabellado de todos los que se le habíanpasadoporlacabezaenlosúltimosaños.Seleccionócuatrofamiliasquenose conocían entre sí, pero que había estudiado con cuidado. Las familiasteníansituacionessimilares,madressolas,viudasoseparadas,conunaúnicahija y sin otras relaciones familiares. Debían ser débiles y sumisas, de esamanera, en lugar de matar para satisfacer sus más bajos instintos, ellas seconvertiríanenlascarcelerasdelashijasdelasotras.Siunadeellashablabao liberaba a la chica prisionera, su propia hija moriría a manos de la otramadre.

El hombre tenía que actuar con rapidez, para que las cuatro madrestuvieran que aceptar sus condiciones. En menos de una semana puso enmarchasuretorcidoplan.Despuésdeunmes,vivióencadaunadelascasasunasemana,de lamismaformaquelohacíanlospolígamosmormonesquehabíaconocidoenUtah.Duranteesetiempo,lamadreylachicaencerradaenlacasadebíancumplirhastaelmásmínimodesuscaprichos.

Atila dejó el aserradero, compró unos papeles falsos y cambió deidentidad. Nunca salía de las casas con las mujeres; ellas tenían prohibidorelacionarse con otras personas, invitar a nadie a casa y tener teléfono.Durantecasiunañoelplanfuncionó.

Unadelasórdenesqueteníadadasalasmujereseraque,encasodetenerqueirse,siseportabanbienduranteuntiempolesdiríadóndeseencontrabansus hijas, pero antes deberían terminar con la vida de su prisionera. AldesconocerunaslasexistenciasdelasotrasnoeranconscientesdequeAtilalasestabaconvirtiendoensuscómplicesyque,almismotiempo,ellasseríanlasasesinasdelashijasdelasotrasmujeres.

UnamañanaAtilasedirigióalcentrode laciudadparasacardinerodelbanco,secruzóconunhombre,llamadoRicky,queleconocíadesuetapaenUtah. El tipo se quedó sorprendido al verlo. Sabía que tenía una orden debusca y captura. Al que facilitara alguna pista sobre su paradero lecorresponderíaunacuantiosarecompensa.Rickyfuealacomisaríayadvirtióqueelfugadodelajusticiaseencontrabaenelbanco.

Página104

Page 105: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Alospocosminutosledetuvieron,leesposaronylellevaronaunacelda,mientras terminaban de identificarle.A los dos días ya le habían enviado aDenver y a los cuatro meses estaba encerrado en una prisión de máximaseguridadpendientedequeseejecutasecontraélunacondenaamuerte.

Atilaapelótresveces,loquealargóelprocesodosañosymedio.Nuncacontó al juez, la policía o su abogado lo que había hecho en lasMontañasRocosas.Noteníaclarosiutilizaríasusúltimasrehenesparapedirelcambiodesucondenaamuerteporunacadenaperpetua,osimplementedisfrutaríadesuscuatroúltimosymagistralescrímenessinmoverunsolodedo.

AlconoceraMargaretBerryycomenzarlasentrevistaspocoantesdelaejecución de la sentencia, pensó que sería una buena idea jugar con ella.Utilizarlaparaunjuegomacabroquelefacilitaríaungranplacer.Amedidaque la psiquiatra encontrara a las chicas, lasmadres las asesinarían, ella loescribiríaensufuturolibroyélconseguiríaunfinalparasuhistoriadignodelasesino en serie más mortífero del país, pero había algo que no habíacalculadoyqueestabaapuntodedescubrir.

Lanocheenlaqueleconfesóloquehabíahechoylaspistasquelehabíafacilitadodurantesusconversaciones,sediocuentadequeellaocultabaalgo.Aldíasiguienteintentóaveriguarlo,peronolologró.Sehabíanreunidoeneldespachodeldirector, loquelehizosospecharqueesemalditohijodeputadelpsiquiatrahabíagrabadosusconversaciones.

AtilasabíaqueMargaretestabaintentandosalvaralaschicas,perosieracierto que habían grabado las conversaciones, acusarían a la mujer deasesinato,ellanoescribiríasulibroynadieconoceríasuúltimahazaña.

Elhombrellamóporelinterfonoalcarceleroyesperóaqueseacercara.—Tengoquehablarconmipsiquiatra.—¿Justoahora?¿Sabesquéhoraes?—Sí, claro que sé qué maldita hora es. No tengo otra cosa en la que

pensartodoeldía.Una hora más tarde, Atila se encontraba frente al psiquiatra en su

despacho.—Mehashechovenirenplenanochedeviernes.Haceuntiempodemil

diablos,esperoqueseaparaalgoimportante.Seteconcedenestosprivilegios,porqueestánapuntodeejecutarte.

—Yanotemolestarémuchomás,malditocapullo—ledijoAtila.Elhombresecruzódebrazosyesperóaqueelpresocomenzaraahablar.—Mehabíaresignadoamorir,peroahoramismotengodudas.

Página105

Page 106: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Creoqueesonodependedeti,elEstadoteproporcionaráenunpardedíasunviajealotromundocontodoslosgastospagados.

—Hepensadoqueseríamejorquetefuerastúprimero.El hombre le miró sorprendido, le dejaba sin palabras que aquel tipo

siguierasiendotanarroganteatanpocashorasdesumuerte.—Esonoseráposible,anoserquemedéunataquealcorazónoalgoasí.—Notepreocupes,yopuedoayudarte—ledijomientrasselanzabasobre

élyleestrangulabaconlasesposas.El pobre diablo no resistió mucho, enseguida se derrumbó en el suelo

muerto.Atilabuscóunclipylogróquitarselasesposas.Secambióderopayla suya se la puso al psiquiatra.Tomóel abrigoy el sombrerodel hombre,después tocó el interfono. Había vendado el rostro del psiquiatra, trasgolpearlohastaquesedesfiguróporcompleto.

—Por favor, necesito que envíen a un enfermero a mi despacho, elprisionerosehaagredidoyestáinconsciente.

Aprovechólaconfusiónparasalirdeldespacho,sutarjetaledioaccesoatodaslaspuertasyporfinllegóalaparcamiento.

Mientrassalíaconelcochedelpsiquiatradelcomplejo,seledibujóunasonrisa en los labios. Tenía que hacer una visita antes de salir a buscar aMargarteBerry.

Página106

Page 107: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

27SOSPECHA

EstesPark,Colorado

—¡Nodispare!Dejequeleexpliquemos—comentóStuart.—Haceunratomellamóymeadvirtióqueintentaríanengañarme.—Esoesimposible,elhombrequelehizoestoseencuentraenunacárcel

demáximaseguridad—leexpliqué.—Hehabladoconél,nolohacíadesdehacíaaños,mehaadvertidocontra

ustedes.SunombreesMargaretBerry.¿Verdad?Me quedé sin palabras. ¿Cómo había accedido a un teléfono desde la

cárcel?Eraposiblequehubieracompradoaunfuncionario.—No,élestálibreymataráamihijasinoterminoconvosotrosyacabo

conlachica.—Tranquila,llamaremosalapolicía.Tenemoslalistadelasotrascasas.

Liberaremosatodas,peronodispare—ledijoStuart.La mujer disparó y le alcanzó en el pecho, me lancé sobre ella y

forcejeamos. Eramuchomás fuerte de lo que parecía. Se puso sobremí ycomenzóagirarelrifle,queestabaapocoscentímetrosdemicara.

—Porfavor,nohagasesto—lesupliqué.Despuéslogrédarleunrodillazoensuentrepierna,laempujéaunladoygiréelriflequesedisparó.

Lacabezadelamujerexplotócomounasandía.Lasangreseesparcióportodas partes.Me quedé parada unosmomentos, aparté la vista yme dirigíhaciaStuart.Teníalamanosobreelpecho,lasangremanabaentresusdedos,mientrascomenzabaaponersepálido.

—Salvaalasotraschicas—medijoenapenasunsusurro.Leintentéincorporarytaponarlaherida,peroerademasiadotarde.Lloré

un rato antes de reaccionar. Tenía miedo de que Atila hubiera logradoescapar,debíaliberaralachicaeiraporlasotrasdos.

Tomémiteléfonoyllaméalapenitenciaría.—Hola, SoyMargaretBerry,mañana tengo una entrevista con el preso

Atila Collins, ¿se encuentra todo en orden? ¿Hay algún problema con lavisita?

—Elpresoestáenlaenfermería,haintentadoagredirseenlacara.—¡Diosmío!

Página107

Page 108: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Peroseguramentemañanaestémuchomejor.Losmayoresdañosestánen la lengua, no puede hablar, le han puesto varios calmantes para que setranquilice.AlparecersevolviócomolocoeneldespachodeldoctorMiller.Esto sucedióhace casi tres horas, pero todo está bajo control.Si hay algúnproblemaparalavisitalaavisarán.

—Muchasgracias—acertéadecir.Colguéelteléfonoalgomástranquila.Meacerquéalacamayliberéalachica.Estabamuydelgadaydébil,pero

laayudéairhastalapuerta,acerquéelcocheylamonté.—Muyprontoiremosaunhospital.¿Cómoestunombre?—MellamoSara,mimadreesKattySullivan.Apretéelaceleradorysalíatodaprisaparalasiguientedirección.Yaera

denocheyelbosqueparecíainterminable,mientrasenmicabezaunaideanodejaba de dar vueltas. ¿Cómo iba a explicar a la policía todo lo que habíasucedido?

Página108

Page 109: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

28COMISARIO

EstesPark,Colorado

Lavisitaaldirectordelaprisiónhabíasidomuyrápida.Atilahabíallamadoalapuerta,lehabíaabiertoelhombre,alcontemplarleenlaentradadesucasase había quedado paralizado por el pánico. El asesino le había empujado,cayéndosealsuelo.Nosehabíalogradolevantardenuevo.Conunafiguradehierroqueseencontrabasobrelarepisadelaentrada,lehabíamachacadoelcráneo.Después había tomado las llaves del coche, y había llamado con elmóvil delmuerto a las cuatromujeres.Unade ellas nohabía contestado, yotraleadvirtióqueunhombreyunamujerleshabíapreguntadoporsuhija.

Elcochecirculabaatodavelocidadporlaautopista.Enningúnmomentohabíaexcedidodemasiadodellímitedevelocidad.Loúltimoquenecesitabaeraunpolicíadetráficoquelepararaenelcamino.

Mientras sedirigíadenuevo a lasMontañasRocosasnopodíadejar depensarenMargaret.Eratanextrañayenigmáticaquenoestabasegurodesihabíalogradoseducirlaoellahabíajugadoconsumente.Hacíaañosquenoconocía a nadie tan interesante. El mundo era demasiado aburrido ypredecible,poresounamujercomoellaleretabaasuperarse.Asesinarlaseríaun verdadero honor, no tenía una pieza de caza tan importante desde hacíaaños.

Altomareldesvíoalpueblobajólasventanillasyaminorólavelocidad.Eraunanochefríaydesapacibledediciembre.Elcieloestabablanquecinoapesardelanoche,yenpocosminutoscomenzaríaanevar.

Visitóprimerolacasaenlaquenadielehabíacontestado.Comosuponíalamujerestabamuerta,eraunadesuspreferidas,lamásdócilycomplacientedesusvíctimas.

Después llamó a las otras dos para que se reunieran con él en StanleyHotel.Había cerrado aquella temporadaparauna reformaenprofundidadynoselehabíaocurridomejorescenarioparasugranfinalqueelmismohotelenelquesehabíainspiradoStephenKingparaescribirElresplandor.

Pasóporlasegundacasa.Llevabaunapistolayunriflequehabíatomadodelaprimera,yobligóalamujeryalaniñaaseguirle.Lasatóylasmetióenlapartetraseradelcoche,despuésrepitiólaoperaciónconlasegundamujer.

Página109

Page 110: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

Llamó a la tercera, pero no le respondió. Temía que no hubiera podidoterminarconMargaretysuamigo.

Buscóelmóvildeldirectoryvioenagregadoselteléfonodelachica.—Margaret,nosésiconocemivozporteléfono.La chica se quedó paralizada por el miedo al oír la voz de Atila. Era

imposible que le llamara con aquelmóvil. Acababan de informarle de queestabaenlaenfermeríadelaprisión.

—¿Dóndeseencuentra?—lepreguntóangustiada.—Muycercadeusted,imaginoquetieneaunademischicas.Yotengoa

lasotrasdos,silasquiereconvidaserámejorqueseacerqueloantesposiblealHotelStanley.Entreporlapuertatrasera,eledificioestáenrehabilitación.Diríjasealahabitación418.¿Lohaentendido?

—Sí.—No llame a la policía o todas morirán. No se preocupe, tendrá su

exclusiva.Seharáricayfamosa.ElhombrecolgóelteléfonoyMargaretsedirigióalhotelquedestacaba

sobre una colina al norte de la ciudad, a pesar de la oscuridad, sumaderablancayrelucientebrillabaenlanoche.Antesdebajardelcoche,Margaretledijoalachica:

—Tedejomi teléfono.Sivesqueno regresoenmediahora, llamaa lapolicía.¿Lohasentendido?

Lachicahizoungestoconlacabeza,parecíaencontrarsemuydébil.Margaretbajódelcoche.Llevabaelrifleenlamano,nosefiabanadade

Atila.Eracapazdeasesinaratodasydespuésescapardenuevo.Sabíaquesecomportabacomounanimalsalvaje,siempreimprevisible.

Entróenelhotel,lospasillosyelrecibidorestabanaoscuras,únicamentelaslucesdeemergenciailuminabanunpocoelinterior.Buscóenelpaneldela entrada la distribución del hotel y se dirigió a la habitación que le habíaindicado el hombre. El ascensor no funcionaba, subió por las escaleras,atravesó el largo pasillo y tuvo un escalofrío al recordar la película Elresplandor. Aquel edificio parecía repleto de fantasmas, aunque lo que ledabamiedodeverdaderaelmonstruoquelaacechabaenlahabitación418.

Página110

Page 111: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

29MINUTOS

EstesPark,Colorado

Loprimeroquemeextrañófueque,másquemiedo,loquerealmentesentíaeraexcitación.Tenía lasensacióndeencontrarmedentrodeunapelículadeterrorenlaqueeralaprotagonista.Queríapensarqueeralaheroína,peroaratosmesentíacomolaverdaderaantagonistadelahistoria.

La habitación estaba casi al fondo del pasillo. Por lo que recordaba dellibroeramuyespaciosa,unade lasmejoresdelhotel.EledificiohabíasidofundadoporFreelanOscarStanley.Elfamosomillonarioyfotógrafobuscabaun lugar sano para mejorar de su tuberculosis, se enamoró de la zona ydecidióconstruirunhotelen1909.Desdeentonceshabíancirculadotodotipoderumoresyleyendassobreellugar.

LlaméalapuertayescuchélavozfuerteyclaradeAtila.Alabrirpudeverqueestabasentadoenunadelascamas,asuespaldalascuatromujeresatadas,dosencadacama.

—Estaba impaciente, me alegro de verla fuera de la prisión. Aquí mesiento,¿cómoloexpresaría?,máslibre.

Lociertoesquealverle fueradeunacelda, conunarmaen lamanoymirándomeconsusojosexpresivos,sentíunescalofrío.

—Estanochehanpasadocosasterribles.Haceunosdíasmecomentóqueestabacansadodeestejuego,quedeseabadesaparecerdeestemundo.

—Lascosashancambiado.—¿Enquésentido?—Nodeseabaquemeconmutaran lapenademuerteporotradecadena

perpetua.Yavioellugarenelquemeteníanylosanimalesdelosqueestabarodeado.Necesitover,olerytocarcosasbellas,esloúnicoquemeuneaestemundo. El ser humano es estúpidamente débil, con todas esas ideas decompasión,misericordia y justicia.Hemos dejado que nuestra parte animalcasiseextinguiera,peropocoapocoestácomenzandoareivindicardenuevosulugarennuestrasvidas.Ahorasoyunaexcepción,casiunaexcentricidad,peroprontohabrámuchosmáscomoyo,créame.

Sabía que en parte tenía razón, a medida que las ideas universales dejusticia, bondad, amor y verdad eran sustituidas por el relativismo, los

Página111

Page 112: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

grandes logros humanos, los derechos del hombre se deshacían como unazucarilloenunatazadeté.

—Eldíaquelagentecomoustedgobierne,seterminaráelmundo.—Estáequivocada,lagentefuerteserámásfeliz,perolosdébilestambién

sabráncuál es su lugaryqué les correspondede laporcióndeestemundo.Peroesonomeimportaahora,loquerealmentemeintrigaesloquelemotivóabuscarmeyentrevistarme.

—Yaselodije—comentésinsoltarelarmaniquitareldedodelgatillo.—Memintió,lohizocasitodoelrato,peroporalgunaestúpidarazónla

creí,talveznecesitabacreeraalguien.Estesitioesmuycurioso,fueesteelúnico lugar del mundo en el que me planteé en serio cambiar. Tomar elcaminodelbien.Noesetrilladoyvulgarporelquecaminalamayoríadelahumanidad,merefieroalestrecho,aldelaverdaderabondad.

—Elcaminoestrechoquellevaalavidaeterna.—Sí, ese camino. Aquí encontré gente sincera de verdad, bondadosa y

confe.Noaesosreligiososhipócritasquehayportodaspartes.Capacesderezaryaactoseguidofirmareldespidodemiltrabajadoresoviolaraunniño,yameentiende.

—¿Porquénolohizo?—Pereza, temor, qué se yo. El mal es muy adictivo, una vez que

comienzas a practicarlo es muy difícil deshacerte de él. Por un lado teaprisionayteatenaza,sabesquetelimitaycontrola,peroporotro…tecausaunplacerindescriptible.

Intentabapensarcómoacabarconél,perosabíaqueantesdequepudieralevantarmi arma estaríamuerta.Algo que no entraba enmis planes por elmomento.

—¿MevaacontarsusecretoseñoritaMargaretBerry?—Noescapazdeadivinarlo.—Tengounaidea.Creoqueasesinéasupadrehacetiempo,talvezenmi

etapadeBostonyquehavenidoparavengarsedemí.Losiento,peronocreoquemeacuerdedeél,nisiquieradesunombre.

—Sí,leconocía,enesoseequivoca—lecontesté.—Lolamento,heperdidolacuentadetodosmiscrímenes,soyunasesino

demasiadoprolífico.—Deéltienequeacordarse—ledijemientrasunvientofuertesacudíalas

ventanas.Latormentadenieveacababadellegar.

Página112

Page 113: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

30ADIOS

EstesPark,Colorado

Caraacara,yanadalosseparabaniimpedíaquepudieranaclararlascosas.ElasesinomáspeligrosodeAmérica,sinnadaqueperder,convencidodequelamaldaderaelúnicocaminohaciala inmortalidad.Unajovenambiciosaquebuscabavenganza,queporfinibaaserreconocidaportodosyescapardelamiseriayelanonimato.Lasvíctimasque teníanal lado, lascuatromujeres,apenas lespreocupabanenesemomento.Eranpeonesquesacrificarenunapartidadeajedrezmuchomásimportante.

—¿Matéasupadre?—Sí,lohizo—lecontestóMargaret.—¿Cuándo? ¿Cómo fue? Imagino que usted sí conoce hasta elmínimo

detalle. Sime refresca lamemoria, seguramente podré decirle cómo fueronsusúltimosinstantes.Enlamayoríadelossereshumanossueleserpatéticos.La mayoría suplica, lloriquea, se mea encima o algo peor. Nada épico niglorioso,seloaseguro.

Margaretdejóelarmaenelsueloyseaproximó,aquelgestolechocóaAtila,perolociertoeraqueMargaretnodejabadesorprenderlo.

—Haceañosdescubríquiéneramiverdaderopadre.Mimadresehabíainventadounahistoria,perocuriosamente,sídijosuverdaderonombreenelregistrocivildeVinelandenNewJersey.

—¿En Vineland? Creo que se equivocas, yo no maté a nadie allí, erademasiadojoveneinexpertoparahaceralgoasí.

—Sílohizo,claroquelohizo.—Se equivoca de hombre, le repito que nunca maté a nadie en New

Jersey.Margaretseacercóunpocomás.—¿Nolove?—¿Elqué?—preguntóconfuso.—Miremirostro.Atilaselaquedómirandounosinstanteshastaquesediocuenta.Poreso

desdeelprincipiolehabíaatraído,eraelvivoretrato.—Noesposible.

Página113

Page 114: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Síloes,padreoprefieresquelellamepapá.—Notengohijos,nunca…—Mimadresequedóembarazadaydecidiónoabortar,peronuncaledijo

anadielaverdad,fuesusecreto.El hombre bajó los brazos. Tenía sensaciones encontradas. Sentía algo

que no había experimentado nunca o hacía tanto tiempo que ni siquiera seacordaba.

—Eres mi hija, por eso viniste. Querías conocerme antes de que memataran,elhombredejóelarmasobrelacamaylatomóporlasmanos.

—He tardado mucho en descubrir quién eras. Necesitaba a un padre,alguien que me protegiese, que me hiciera sentir segura y que me amase.Muchasdelascosasquetehecontadoeranverdad.Mipadrastroabusódemí,despuéselinfiernodelorfanato,losabusosenelpisotutelado.Hepasadounlargoinfiernohastallegaraquí.

—¡Diosmío!—exclamóelhombre.—Tu vida tan poco fue fácil, pero almenos podías haber intentado no

caerenlosmismoserroresquetuspadres,esmuyfácilculparalmundodetudesgracia. Dios te dotó de inteligencia, tenacidad y valor, pero era mássencillo vivir lamentándose, quejándose por las cartas que te había dado lavida.

Elhombre laabrazó,porprimeravezensuvidanose sentía soloenelmundo. Su mente y su corazón se encontraban de nuevo después de tantotiempo. El odio parecía diluirse en medio de aquel inesperadodescubrimiento.

—Hija,losiento—dijoAtilaabrazandoalachica.—¿Quésientes?—lepreguntófría,conlosbrazoscaídos.—Todoelsufrimientoquetehecausado.Sipudieravolveratrás.—Ningunode losdospuedevolveratrás,enesoconsiste lavida,nunca

haysegundasoportunidades.—Peroahoraestamosjuntos,noshemosreencontrado.Marchémonosde

aquíycomencemosdecero,talvezaprendamosalgúndíaaamarnos—dijoAtila.

Entonces sintió un fuerte dolor en el costado, puso la manoinstintivamenteyseletiñóderojo.

—Yatedijequevineparavengarme.Atila abriómucho los ojos, se sentía confuso, ella le clavó de nuevo el

puñal.—¿Porqué?

Página114

Page 115: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

—Somos iguales, papá. Gracias a tus decisiones, a tus equivocaciones,somosiguales—comentómientrasseguíaapuñalándolo.Elhombrecomenzóatambalearse.

—No—dijoantesquelasangrelebrotaraporlagarganta.—Ahorapodrédescansar,todoserámásfácil.Almenosmehasdadocon

tumuerteloquenuncamedistecontuvida.Las sirenas de policía se escucharon en mitad de la noche. Sus luces,

como luciérnagas, iluminaron la fachada del hotel. Cuando llegaron a lahabitaciónellayahabíasoltadoelcuchillo.Lapolicíaliberóalasmujeresylas sacó de allí, cubiertas con mantas, intentando abrigar su miedo y querecuperasen un poco de paz. La última en salir fue Margaret, sus ojosbrillaronbajolaslucesrojasyazuladasyelfrescorlogródespejarsumenteydevolverlaalarealidad.

Página115

Page 116: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

EPÍLOGO

LibreríaenManhattan,NuevaYork

Margaret firmaba los ejemplares a un ritmo frenético. Después de veinteedicionesyestardurantetresmesesenlalistadelosmásvendidosdelNewYork Times, la desconocida psiquiatra se había convertido en toda unacelebridad.Después de la tercera presentación del día y unmes de gira, lajovenagradeció llegara lahabitaciónde suhotel.Sequitó la ropay sediouna largaducha.Despuéssaliódesnudayse tumbósobre la inmensacama.Puso la televisión, en lamayoría de los canales de noticias hablaban de sulibro. En él había contado casi toda la verdad. Se había reservado algunosdetalles escabrososynaturalmentehabía cambiado el final.Todos la teníancomolaheroínaquehabíasalvadodelamuerteacincomujeresindefensas.

Tomó el teléfono y comenzó a revisar las fotografías. Durante suinvestigación había hecho fotos de casi todo, las había enviado a un discoduro remoto y después las había borrado de la memoria. Sabía que eraarriesgado,peronecesitaba recordar,era loúnicoque leproducíaverdaderoplacer.Serecostóenlacamaypensóenelrostrodesupadreantesdemorir,aquellaestupefacción,elmiedoen lamirada.¿Acaso losmejorescazadoresnosonlosquesoncapacesdemataralosdepredadoresmásferoces?Laúnicadiferenciaentresupadreyellaeraque,mientrasaMargarettodoelmundolaconsideraba una heroína, él era el mayor villano del país. Atila mismo lohabíadicho la primeravezque se vieron cara a cara.Aveces el crimen esúnicamentecuestióndeperspectiva.

Página116

Page 117: La joven periodista Margaret Berry tiene la oportunidad de

MARIO ESCOBAR GOLDEROS (Madrid, 23 de Junio de 1971), es unnovelista,ensayistayconferenciante.LicenciadoenHistoriayDiplomadoenEstudios Avanzados en la especialidad de Historia Moderna, ha escritonumerososartículosylibrossobrelaInquisición,laReformaProtestanteylassectasreligiosas.PublicósuprimerlibroHistoriadeunaObsesiónenelaño2000.Esdirectorde larevistaHistoriaparaelDebateDigital,colaborandocomocolumnistaendistintaspublicaciones.Apasionadoporlahistoriaysusenigmas ha estudiado en profundidad laHistoria de la Iglesia, los distintosgrupos sectarios que han luchado en su seno, el descubrimiento ycolonización de América; especializándose en la vida de personajesheterodoxos españoles y americanos. Su primera obra,ConspiraciónMaine(2006), fue un éxito.Le siguieronElmesíasArio (2007),El secreto de losAssassini(2008)ylaProfecíadeAztlán(2009).Todasellaspartedelasagaprotagonizada por Hércules Guzmán Fox, George Lincoln y AliciaMantorella.SolrojosobreHiroshima(2009)yElPaísdelaslágrimas(2010)son sus obras más intimistas. También ha publicado ensayos comoMartínLutherKing (2006) eHistoria de laMasonería en EstadosUnidos (2009).Sus libroshansidotraducidosacuatro idiomas,enformatoaudiolibroy losderechos de varias de sus novelas se han vendido para una próximaadaptaciónalcine.

Página117