la jiribilla no. 2

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Búscanos en facebook La Los seres más importan- tes en la vida del autor son su esposa Margarita Fernández, con quien lleva casado más de 62 años, así como su única hija Elizabeth y su nieta Fernanda El detalle DOMINGO 4 de noviembre de 2012 >> EDICIÓN: Gustavo Mendoza >> DISEÑO: Carlos Palacios / Griselda Rebolledo >> email: [email protected] > Sociedad 3 Desde Orizaba, dos poemas inéditos de su libro Doctorado en impotencia LUIS G. MENDOZA D e profesión Contador Público pero escritor por convicción, Carlos Darío Martínez Brash (Xalapa, 1932) es ante todo un humano comprometido con su ciudad y con el hombre. Ha sido columnitas en los diarios más importantes del estado, incluyendo en este matutino, en los cuales ha transmitido sus experiencias y el amor y respeto a la vida. Siempre caballeroso, atento, recibe a La Jiribilla en su casa, vestido de manera elegante con un traje y sonrisa afable. Rodeado de una colección impresionante de armas antiguas, cuadros y demás antigüedades a través de las cuales se respira historia e interesantes anécdotas. El objeto más valioso es una pistola que perteneció a Punto sin retorno ENTREVISTA CON EL ESCRITOR CARLOS DARÍO MARTÍNEZ BRASH DESDE SU CASA, DARÍO MARTÍNEZ BRASH HABLA SOBRE su más reciente libro Punto sin retorno ADEMÁS DE ESCRIBIR, TAMBIÉN TOCA EL PIANO Y LA GUITARRA, y es dueño de una impresionante colección de armas Salvador Díaz Mirón, misma que está en su poder desde 1943. Himno a los rebeldes es la primera novela que publicó hace más de cuatro décadas y le siguieron Una puerta hacia el verano, de 1971, En líneas y Punto sin retorno. Da la primicia que en diciembre saldrá de imprenta Sueño silueta. Su libro más reciente Punto sin retorno, Martínez Brash “Imagina y relata historias secretas de la ciudad que nadie había contado. Sociedad saturada de secretos, mentiras e intrigas (…) Exhibe e imagina a la gente conformista, indiferente y aislada que vive en espacios donde degenera la conducta (…)” Afirma que pretende dar un mensaje positivo a la gente y al mismo tiempo dignificar la doctrina de Cristo. Simbólicamente sostiene que es necesario que la sociedad baje a Jesucristo de la Cruz, pero aclara que no pretende atacar religiones, creencias ni un grupo específico, sino que refiere que la imagen que se tiene del llamado Mesías es la de un hombre colgado en la cruz, sangrante, muerto y que eso de alguna manera indigna a lo que Él hizo como ser humano en la Tierra. Lo que explica es que el hombre carga con sus propios demonios y que ya es hora de liberarse de ese tormento. Asimismo culpa al mismo hombre de ser el origen de todos sus males y que si el mundo hoy enfrenta un irrefrenable caos es responsabilidad únicamente del ser humano. Empezó a escribir desde los 9 años, gracias a que en casa tenían una colección de los autores clásicos, porque su padre Darío Martínez Soto también era un buen lector. Estudió en el conservatorio de música y aprendió a tocar el piano y la guitarra, prefiriendo este último instrumento porque puede llevarse a todos lados. Entre sus autores favoritos figuran Salvador Díaz Mirón, sobre todo la primera etapa de su vida literaria. Con un mensaje recomienda a los jóvenes que no dejen de leer, que no importa qué autores, qué tipo de género, “que hagan lo que quieran pero que lo hagan con conciencia y responsabilidad, porque es la que va abrirles las puertas del futuro, porque el hombre sin conciencia no destaca”. Por último les pide que disfruten la vida pero sin excesos, “la vida es el camino hacia la madurez, así que la deben aprovechar”, porque a final de cuentas es un punto sin retorno.

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Suplemento Del Periodico Grafico de Xalapa

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Page 1: La Jiribilla No. 2

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La

Los seres más importan-tes en la vida del autor son su esposa Margarita Fernández, con quien lleva casado más de 62 años, así como su única hija Elizabeth y su nieta Fernanda

El detalle

DOMINGO 4 de noviembre de 2012 >> EDICIÓN: Gustavo Mendoza >> DISEÑO: Carlos Palacios / Griselda Rebolledo >> email: [email protected]

> Sociedad 3

Desde Orizaba, dos poemas inéditos de su libro Doctorado en impotencia

LUIS G. MENDOZA

De profesión Contador Público pero escritor por convicción, Carlos Darío Martínez Brash (Xalapa, 1932) es ante todo un humano comprometido con su ciudad y con el hombre.

Ha sido columnitas en los diarios más importantes del estado, incluyendo en este matutino, en los cuales ha transmitido sus experiencias y el amor y respeto a la vida.Siempre caballeroso, atento, recibe a La Jiribilla en su casa, vestido de manera elegante con un traje y sonrisa afable. Rodeado de una colección impresionante de armas antiguas, cuadros y demás antigüedades a través de las cuales se respira historia e interesantes anécdotas. El objeto más valioso es una pistola que perteneció a

Punto sin retornoENTREVISTA CON EL ESCRITOR CARLOS DARÍO MARTÍNEZ BRASH

DESDE SU CASA, DARÍO MARTÍNEZ BRASH HABLA SOBRE su más reciente libro Punto sin retorno

ADEMÁS DE ESCRIBIR, TAMBIÉN TOCA EL PIANO Y LA GUITARRA, y es dueño de una impresionante colección de armas

Salvador Díaz Mirón, misma que está en su poder desde 1943.Himno a los rebeldes es la primera novela que publicó hace más de cuatro décadas y le siguieron Una puerta hacia el verano, de 1971, En líneas y Punto sin retorno. Da la primicia que en diciembre saldrá de imprenta Sueño silueta.Su libro más reciente Punto sin retorno, Martínez Brash “Imagina y relata historias secretas de la ciudad que nadie había contado. Sociedad saturada de secretos, mentiras e intrigas (…) Exhibe e imagina a la gente conformista, indiferente y aislada que vive en espacios donde degenera la conducta (…)”Afirma que pretende dar un mensaje positivo a la gente y al mismo tiempo dignificar la doctrina de Cristo. Simbólicamente sostiene que es necesario que la sociedad baje a Jesucristo de la Cruz, pero aclara que no pretende atacar religiones, creencias ni un grupo específico, sino que refiere que la imagen que se tiene del llamado Mesías es la de un hombre colgado en la cruz, sangrante, muerto y que eso de alguna manera indigna a lo que Él hizo como ser humano en la Tierra.Lo que explica es que el hombre carga con sus propios demonios y que ya es hora de liberarse de ese tormento. Asimismo culpa al mismo hombre de ser el origen de todos sus males y que si el mundo hoy enfrenta un irrefrenable caos es responsabilidad únicamente del ser humano.Empezó a escribir desde los 9 años, gracias a que en casa

tenían una colección de los autores clásicos, porque su padre Darío Martínez Soto también era un buen lector.Estudió en el conservatorio de música y aprendió a tocar el piano y la guitarra, prefiriendo este último instrumento porque puede llevarse a todos lados.Entre sus autores favoritos figuran Salvador Díaz Mirón, sobre todo la primera etapa de su vida literaria.Con un mensaje recomienda a los jóvenes que no dejen de leer, que no importa qué autores, qué tipo de género, “que hagan lo que quieran pero que lo hagan con conciencia y responsabilidad, porque es la que va abrirles las puertas del futuro, porque el hombre sin conciencia no destaca”.Por último les pide que disfruten la vida pero sin excesos, “la vida es el camino hacia la madurez, así que la deben aprovechar”, porque a final de cuentas es un punto sin retorno.

Page 2: La Jiribilla No. 2

2S Sociedad DOMINGO 4 de noviembre de 2012

Rocío D́ Ledezma nace en la ciudad de Tierra Blanca, un 18 de noviembre. Sus primeros estudios los realizó en pintura e historia del arte. Ha fortalecido sus conocimientos en arte prehispánico, colonial y contemporáneo en el Instituto Regional de Bellas Artes de la ciudad de Orizaba, Ver.Por su destacado talento obtuvo una importante beca en el extranjero a través del Instituto Regional de Bellas Artes donde reforzó su técnica con grandes maestros en la ciudad de París, Francia. También escribe poesía y ha participado en recitales en la ciudad de Xalapa, como los que organiza el Taller Poesía sin permiso

Jesús Ariel Valdez Martínez es originario de Poza. Trabajó en el gobierno del estado. Tiene 29 años de edad y escribe desde los 16 años y también toca la guitarra. Pertenece al Taller Poesía sin permiso

Como Ícaro frente al solenciendes mis ganasDerrites mis alasTu mano de fuegoProvoca mi llamaHeliosEnciende mis sentidos Tu ígnea boca Implora Provoca

Ícaro Rocío D´Ledezma

El dato

El dato

Profetiza mi pasión Roba mis suspirosMuslos de fuegoAtrapan tu cinturaTe entrego el magma Volcánico Profundo De mi angosturaMi solRecibo tu vertical entregaQuemo tu ombligoHombre de fuegoApaga la llamade pasión y entregaNo... No te detengas

E-mail: [email protected]

Si por tercera vez me voySerá entonces el fi nYa no habrá por que quedarmeHumo serán las palabrasactos, tarde grisQuedará sólo el recuerdoDe mi fi gura al partirHabrán marchitado las fl oresQue alguna vez te diY tu cansada de todoHabrás cambiado de casaDe sala, de camaDe todo aquello que tengaAlguna parte de mí

Yo guardaré cada cosaCada esquina , recuerdoQue reviva mi sentirTú no serás mi historiaSerás poesiaQue un día leísteY te hizo sonreir

La mujer, la mujer De los constantes silenciosLa de amar pausadoDe cuerpo perfecto

De andar coordinadoQue con su alientoMe cobijó tantas noches

Si por tercera vez me voyNo es que no te quieraEs que habremos gastadoLas mejores virtudesY el hastío concentradoY ganando terrenoMarchará entre nosotros

Pero no te preocupesbien mioCuando eso sucedaTe habre amado sin frenoNi un centimetro en tu cuerpoDejare sin besarNi un espacio en tu pecho Dejare sin amarMientras tanto disfrutaDisfruta… que ese dia, no llegara.

Correo: [email protected]

Por tercera vezAriel Valdez

Se que muchas veces a tenido ganas de partir Dejarme, si dejarmese que tantas veces lo ha pensado y entonces?No lo entiendoque la hace quedarse? Si nada de lo que tengo soñono tengo el caminar erguidoni perfi l perfectoque la hace permanecer junto a mi?? Si no tengo tan grande los brazos para arrullarlani la palabra clara para que piense en mique la hace abrazarme fuerteregalarme besos y noches perfectasmañanas calidas Y atardeceres, atardeceres de abrilQue la hace ser tan sinceraTan mujer¡¡¡Odiarla? No puedo¡¡¡He tratado tantas vecesDesdeñar su peloAsi, si esponjado, maltratadoPero eso me permite

Que mi mano Acomode su cabelloOdiar el rimel, cuando se riega?PRetextoPasar mi dedo en su pomuloNo puedo odiarla friolentame permite extender mi abrigoY mostrar , lo que puedo sersus lagrimas,logran en ellaLa sensibilidadEn sus grandes ojos cafes.su boca pequeña Tienen poco rezonar

A los no te amoA los no se queSu aromaSu piel perfectaPermite la encuentreEn la oscuridadNo puedo odiarla tantoNo puedo odiarla nadaAunque… aunque trate de marchar.

Ella

Flor Ángel León

Dicen que la poesía es un trabajo estéril y no sirve para nada. Es una pérdida de tiempo en este mundo globalizante y amorfo, un desperdicio del intelecto, una entelequia espiritual mal retribuida.“La poesía se...emplea para aplacar las tormentas del alma, redimir a una mujer o un hombre o llenar el corazón de ese sentimiento llamado amor. Puede, en dosis bien servidas, alimentar el espíritu, asustar una soledad y alejar una tristeza. Sirve también para refl exionar acerca de si las piedras hablan o si la luna es medicina para el mal de amores.Por medio de la poesía podemos hacer hablar las fl ores y voltear el cielo de cabeza, cambiar la tarde de lugar. Es un buen recurso para transgredir la monotonía y curar el insomnio.Un simple verso trastoca el sentido de una palabra, de un enunciado. El verso es una transgresión del sentido común, un ahogado del poeta, un halo místico que impulsa los dedos, un fl agelo al silencio.A través del verso el poeta refl exiona acerca de la vida de una mariposa, de la muerte de un minuto en las manos del tiempo. Por medio del trabajo refi nado de la palabra se desdibuja el rostro de un recuerdo, la desventura de un te quiero en la boca del blasfemo.En fi n, la poesía es útil de muchas maneras, pero sobre todo es instrumento para observarnos a nosotros mismos, como expresa el poeta y pintor chino Xingjian. Porque cuando se concentra la atención internamente surge la poesía y empieza la aventura emocional de la palabra.Octavio Paz afi rma que la poesía no es una

actividad mágica ni religiosa, no obstante el espíritu que la expresa, los medios de que se vale, su origen y su fi n, muy bien pueden ser mágicos o religiosos. Mientras que en la religión lo sagrado cristaliza en el ruego, en la oración, en el éxtasis místico, en un diálogo o relación amorosa con el creador, el poeta lírico entabla un diálogo con el mundo; en ese diálogo hay dos situaciones extremas: una de

soledad y otra de comunión.La poesía es la revelación de la inocencia que alienta en cada hombre en cada mujer y que todos podemos recobrar apenas el amor ilumina nuestros ojos y nos devuelve el asombro y la fertilidad. Su testimonio es la revelación de una experiencia en la que participan todos los hombres, oculta por la rutina y la diaria amargura. Los poetas han sido los primeros que han revelado que la eternidad y lo absoluto no están más allá de nuestros sentidos, sino en ellos mismos. Esta eternidad y esta reconciliación con el mundo se producen en el tiempo y dentro del tiempo, en nuestra vida mortal, porque la poesía y el amor no nos ofrecen la inmortalidad ni la salvación. Nietzche decía: �No la vida eterna, sino la eterna vivacidad: eso es lo que importa�.En tono de queja Peralta señala: �La poesía -la palabra del poeta- ha sido menospreciada en este siglo. Pero no ha muerto. Dicen que cada 50 años nace un poeta -poeta mayor, con ideas- en cualquier país. Poetas que defi enden la poesía, porque los versos son inseparables de la defensa de la libertad. Sí: la poesía no se lee en los estadios. Pero no agoniza. En medio de la turbulencia del fi n de siglo, algo queda: un puñado de hombres que describen el mundo con versos y prosa poética.”

A propósito de la poesíaLA FRASE

No la vida eterna, sino la eterna vivaci-dad: eso es lo que importa”

Friedrich Nietzsche

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3 Cultura DOMINGO 4 de noviembre de 2012 >>EDICIÓN: Gustavo Mendoza/Griselda Rebolledo >>email:[email protected]

Frasescélebres ( )La Jiribilla

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Jesica Mendoza

Don Anselmo es un señor de 78 años que a diario se levanta a las 5 de la mañana para irse a trabajar a un supermercado; él es dueño de… de una de las cajas; sí, es cerillo, pero no está tan calvo; aún le quedan unas cuantas largas canas en los costados.

Cuando termina su turno, camina unas 5 cuadras para llegar a su casa y encontrarse con la única compañía que tiene: ¡Lenteja!

Desgraciadamente a don Anselmo empezó a darle altzhaeimer. Esa tarde pasó a comprar el alimento de Lenteja; cuando llegó a la vecindad estaba agitado, cansado y sudado. Se sentó en una de las bancas que está en la entrada y casualmente en ese momento doña Cleofas barría los 3.4 m de frente que le pertenecían.

� Buenas tardes don Anselmo� Buenas, buenas doña Cleofas!� ¿Cómo ha estado¿ � preguntó don

Casimiro mientras tendía su ropa.� Pos aquí con los achaques � ¡Ay don Anselmo! ¿Y ahora qué lo trae tan

agitado? � preguntó Hermes que descansaba en su mecedora.

� Es que pasé comprando el alimento de Lenteja y como tenían este saco de 7 kilos en oferta me lo traje caminando.

� ¡Ah su! Ya quisiera tener esa fuerza cuando llegue a su edad.� Uuuuh… Y no me conociste de joven, desde que me regalaron a Lenteja la aventura

nació en mí, ¡participamos en maratones!� ¿Y Lenteja corría?� No doña Cleofas, ¡me la llevaba de casco!� ¿Y qué tanto más ha hecho?� Un día fuimos a la playa…� ¿No se le perdió?� ¡Nooo!, la amarré de mi calzón y ya ahí dejé que nadara un rato. Después mandé a hacerle una mochila especial donde pudiera sacar sus patas y que a

la vez me pudiera colgar; en cuanto me la dieron nos fuimos a lanzar del bongie. También nos fuimos de paseo al pico de Orizaba, subimos casi hasta la cima, sólo que a Lenteja le dio frío y tuvimos que regresarnos.

� ¡Ese no es un paseo, es un suicidio!� dijo doña Cleofas exaltada.� Suicidio cuando nos fuimos a los rápidos de Jalcomulco; esa vez casi salimos volando.

No, no es cierto, la vez que casi morimos fue cuando nos subimos a la montaña rusa y que se nos descompone. Quedamos casi de cabeza. No, no, no, esa vez hasta me desprendí de mi Lenteja.

� ¿En serio ha hecho todo eso? � Preguntó don Casimiro. Don Anselmo soltó una carcajada y continuó � ¡Eso y más!

Ahora que me acuerdo, una noche en la que caminaba hacia mi casa intentaron asaltarme con una navaja.

� ¿Qué hizo don Anselmo?� ¿Usted qué cree?, ¡que le doy un lenjetazo! � ¿Qué!� ¡Así como lo oye! ¡Le di con el caparazón en la cabeza!Lenteja siempre ha sido de gran apoyo para mí; cuando era del tamaño de un limón

lo usaba como pisapapeles, más grande ayudó deteniendo las puertas.� ¿Cuánto tiempo lleva con ella?� La verdad ya no recuerdo bien, pero quizás como unos 32 años� ¡Órale! Es mucho tiempo � dijo Hermes � y… a todo esto, ¿dónde está?� En mi casa, ahorita la traigo para que la conozcan bien � Don Anselmo salió corriendo,

feliz de que quisieran conocer a su amada Lenteja. De la emoción no podía abrir la puerta, fue directo al lugar donde siempre se escondía,

pero no estaba. Buscó debajo de la cama, atrás del refrigerador, buscó en cada rincón de su pequeño departamento, pero no la encontró.

Angustiado salió a buscarla, pues no podía ir muy lejos. Sus vecinos se dieron cuenta de su desesperación y fueron a ver qué pasaba. Comenzaron

a ayudarlo, la hija de doña Cleofas había empezado a hacer carteles cuando doña Ramona salió a ver qué sucedía.

� Y ahora! ¿Por qué tanto alboroto?� Es que don Anselmo perdió a Lenteja… no la encontramos…� ¡Ay don Anselmo… acuérdese! � dijo Ramona � Ya sabe que ando mal de la memoria, ¿de qué me tengo que acordar?� Su… su tortuga murió hace 3 días.Don Anselmo bajó la mirada y caminó hacia su casa. Nadie sabía qué decir, sólo se

quedaron en silencio.Don Anselmo aún no podía aceptar que su única compañía ya no estaba con él. No

encontró otra opción que fingir que estaba en una nueva aventura donde el objetivo era enfrentar la vida y llegar al lugar donde quería estar… junto a su amiga inseparable… Lenteja.

Correo: [email protected]

¡Lentejaventuras!

JESSICA NAZARET MENDOZA Segovia tiene 16 años y vive en la ciudad de Xalapa. Participa en el Taller Poesía sin permiso que coordina la maestra Nohemí Briones Guzmán.

Mario Islasáinz

Retumba el callado cielosólo en mis oídos, solollegando a casasin aviso de por medioy siento lástima de mí.Represento una tragediaa la que lo único que le laten son olores de próximos suicidiosentre relámpagos de luzque no logran iluminar el aparador de la miserable vidadonde media docenade mentes indignadaspor su inmenso amor al arteestán por presentarse dolorosasante la sordera del mundo.

Qué fácil te fue renunciaral enfrentamientode todo lo que buscaste,de nada valió lo creadocon aquellos que escogistey te escogieron.Creíste que con el simple hechode apretar del gatillo lograbas crear una solución total,cuando sólo ganaste con elloencimarle aún más tristezasa las ya logradas.Hoy dejas un mar de llantoformado por los que te quiereny te necesitan más que nunca.

¡Qué poca madre tuviste cabrón!

Poemas inéditos del libro “Doctorado en impotencia

Dos poemas inéditos

En el taxiLuis Miguel Cruz

Por la noche nos unimos cerebros próximosy hablamos de cosas comunes con fraternidad en el día lo intento pero el tráfico nos

distrae la velocidad de nuestros destinosEscucho el roce de alguien leyendo en sombras los rumores subterráneos de mi

cuerpo las cortinas inflamadas los perros ladrando en el barrio de la iglesia desolada el aserrín cayendo en el taller del carpintero escucho cada ruido solitario sigiloso y me pregunto cuándo se logró hacer de todo esto una guitarra

Afuera mueren los sonidos, despiertan los ruidos.

Mientras los constructores cambian el paisajepara la grandiosa obra que aquí se representa.

La casa que dormía dulce en el ojo se ha ido era de esperarse una sonrisa comprensiva por la piedra que quiso permanecer

Ahora dirigen los caminos en otras direccioneslos ensanchan como para aviones inexistentes.

Pero la casa podría durar 20 años más o cien que esta oferta de espejos cristalinos.

Debería haber tiempo de decorar la casade habitarla de lavar los trastes y oír la voz interiorsin las voces vecinas tiempo para mirar la buganviliade vislumbrar pasados con un tacto del presente,tiempo para salir al balcón y escuchar los sonidoslos de la infancia..

Yo podría salir a la calle en amables jeansenrolarme en mis guantes para recibir el inviernocon un calor que irriga dicha por todo mi cuerpoy hace mentira el símil del invierno con la vejez.

Y así lo hago, pero afuera las calles son muy amplias y pulidas demasiado piso para caminar por un sólo hombrey hay algo que extraña el oído

Extraviado en éste ágora con la luna realzando la verdad de su dureza por recordatorio unos pájaros en mi memoria cantaniré a casa de mi padre a ver si siguen cantando ahícomo en la infancia

Correo: [email protected]

El dato

Mario Islasáinz nació el 6 de diciembre de 1959 en la ciudad de Córdoba, Veracruz.Radica en Orizaba. Es Lic. en Psicolo-gía, Letras y Filosofía y cuenta con una Maestría en Literatura Hispánica.Publica desde 1981 para diversas revistas y suplementos culturales nacionales como extranjeros.Coordina talleres de creación literaria desde 1990.Dirigió la revista literaria “Pasto Verde” de 1993 a 2003.Ha editado más de quinientas plaquet-tes y libros de escritores mexicanos y extranjeros en diversas colecciones de su editorial independiente “Letras de Pasto Verde” desde 1991 a la fecha.Tiene a la fecha publicados 22 libros, 20 poemarios, una novela y un libro de cuentos.Está considerado en más de medio centenar de antologías en el país como en el extranjero.Promotor y difusor cultural indepen-diente desde 1989 hasta la actualidad.

Juan Carlos Lastiri

Aunque yo me vaya,me habrás de hallar…aunque sea en una baya,pero me habrás de recordar…Aunque yo desaparezca,y me convierta en nada…me habrás de ver,en una mariposa despistadaque busca miel fresca…Aunque yo no vaya a volver,me verás en la tarde,en el fuego que arde,

pero me volverás a ver…Aunque yo sea refl ejo,y tu seas estancia…me verás en tu espejo…y vagaré por tus ansias…Aunque yo no exista,dejaré una pista,dejaré el cielo y el mar…donde siempre me habrás de

hallar…

Correo: [email protected]

Si yo me voy…( de época de vuelo)

Aforismo

Algún día, el límite de velocidad será la frecuencia cardiaca

Juan Carlos Lastri

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4 DOMINGO 4 de noviembre de 2012 >>EDICIÓN: Gustavo Mendoza/Griselda Rebolledo >>email:[email protected]

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Frasescélebres

Lilia Ramírez

A SaramagoSin proponérselo, Marifer hizo un gran

descubrimiento como consecuencia de aceptar turno mixto en su empleo. Amante del placer de dormir y porque su organismo verdaderamente así lo reclamaba, por años, al final de la comida, había tomado una breve pero gratificante siesta. A raíz del cambio de horario, este ligero descanso devino en una hora completa de sueño.

Marifer, poco a poco fue habituándose a actividades propias del despertar antes del cotidiano regreso a sus labores vespertinas: apresuradamente estiraba las sábanas; desentumía sus músculos con escasos minutos de gimnasia, seguidos de un rápido duchazo; seleccionaba con coquetería su atuendo y se vigorizaba de golpe con café hirviendo. Después de un mes o dos de esta nueva rutina, tuvo la impresión de haber vivido al doble, los días del calendario.

La sensación le gustó tanto, que para incrementarla, replaneó su horario de descanso: dividió las nueve horas de sueño total, ocho nocturnas y una vespertina, en dos sesiones de cuatro y media cada una. Para facilitar al lector la comprensión de cómo eran ahora sus días duplicados, diremos que se dormía a media noche, se levantaba cuatro y media de la madrugada y sin omitir ninguno, realizaba los ritos que anteceden toda partida a un empleo. Salía rumbo a sus labores a las seis a.m. La holgura de que disponía, le permitía llevar a cabo las tareas domésticas dejadas antes en manos de gente ahora innecesaria. Al regreso, justo a las doce del día y ataviada sólo en un minúsculo underwear, corría el prolongado y grueso cortinaje de su habitación para penetrar sin los sobresaltos del calor, el mundo onírico. Despertaba cuatro treinta de la tarde; repetía las obligaciones antes descritas y con renovados bríos, se dirigía a su trabajo. Así transcurría un día solar, convertido por ella en dos días funcionales.

Poco a poco, se revelaba en su mente lo que podía significar esta inigualable y magnífica experiencia: la seguridad de haber hallado la fórmula perfecta para disfrutar la vida como nadie.

Después de un tiempo, pensó que aún podía aumentar los beneficios si subdividía el sueño en tres sesiones de tres horas, creando aún más despertares. Para poner en práctica esto, reorganizó sus actividades: duchábase una vez sí y otra no; hacía ejercicio con menor frecuencia; alternaba tender su cama con tomar café y bizcochos. Buscó sin descanso opciones para que sus tres periodos de vigilia, de cinco horas cada uno contenidos en un día solar, le rindieran de tal suerte, que llevara a cabo todas las actividades inherentes al cuidado de su cuerpo, pero también pudiera atender sus compromisos laborales y sociales. Sin embargo, fue registrando tal profusión de recuerdos, que sufría temporales desubicaciones acerca de la cronología de cada día, por lo cual recurrió a la treta de referirse a ellos agregando a los nombres convencionales, incisos literales. A partir de entonces, en sus monólogos, se refería al lunes a, al martes b o al domingo c.

La experiencia era tan alucinante, que Marifer se admiraba de cómo, una idea tan sencilla, no se le ocurrió antes a nadie en el mundo: toda la humanidad, por siglos, cayó en la trampa de contabilizar la duración de los días con base en la rotación de la tierra, inflexibilizando con ello, el transcurso de sus vidas. El régimen inventado por ella, podía permitir a cualquier persona, como lo probaba la evidencia actual, contemplar en tiempo real los portentos de la naturaleza ocurridos en diversos horarios: disfrutar por igual la puesta o la salida del sol, la belleza del arco iris; mirar los tres rostros de la luna; sentir la exaltación

que provocan las estrellas fugaces; asombrarse del movimiento de las constelaciones, de los juegos de luces de la aurora, de las siluetas de las tormentas, y cualquier otro fenómeno que podamos imaginar, aunque nunca lo hayamos observado directamente.

Feliz con sus observaciones y convencida a plenitud de que tal situación le brindaría adicionales ventajas sobre el asunto de vivir más días que la humanidad entera, quiso ir más lejos: dividir el sueño en espacios más cortos…

Cuando llegó a subdividir en diez periodos oníricos un día solar, cada uno de estos medían cincuenta y cuatro minutos, y dado que este lapso no le pareció muy fácil de registrar en su reloj despertador, -instrumento indispensable a estas alturas para controlar las alternancias entre los ratos dormida y en vigilia-, decidió ampliar estas sesiones a una hora, lo cual facilitó su manejo. Esta fracción, arrojó la cantidad de diez horas de sueño por día. Los espacios de vigilia se redujeron a ochenta y cuatro minutos, o sea, representaron una hora veinticuatro minutos, durante los cuáles Marifer permanecía despierta antes de volverse a acostar. Estos ajustes la colocaron en la apremiante situación de hacer arreglos adicionales a sus costumbres: cuando no iba a salir de casa no se quitaba la pijama, lo cual podía suceder un lunes, martes o miércoles, nombrados actualmente con alguna de sus correspondientes subdivisiones: a, b, c, … h, i, j. Desde luego que empezaba a confundirse y eran menester minuciosos registros para no extraviarse: sobre una cartulina blanca, afortunadamente almacenada en su estudio, construyó un código de registros.

Por entonces, sólo casos de extrema urgencia la animaban a salir de compras, pues el pequeño espacio de ochenta y cuatro minutos del que gozaba despierta, le resultaba insuficiente para hacer viajes a la tienda cercana. Le costaba verdaderos malabares mentales identificar cuál de los días, si el a, el b, el d o el f, era propicio para evadir las terribles colas de las quincenas solares cuyo significado no había olvidado: las tiendas se convertían en clubes sociales, guarderías y sitios donde competían ofertas de objetos inservibles y comida de plástico. También trataba de esquivar las vísperas de fiestas nacionales y religiosas por las compras de pánico de bebidas espirituosas que incitaban; las temporadas de regreso a clases con sus interminables listas de útiles inútiles; la celebración de San Valentín que encarna en objetos el amor y la amistad, del día de las madres, de los padres, del maestro, del niño, de los fieles difuntos... en fin, una lista escalofriante de eventos que ocasionaban aglomeraciones en los centros comerciales.

Al llegar Marifer a subdividir el día en veinticuatro porciones, tuvo conciencia de que debía dormir veintidós minutos y medio convertidos en veinticinco (según las razones antes expuestas de manejo del reloj despertador), por cada treinta y cinco minutos de vigilia. Todavía logró identificar las veinticuatro porciones, resultado de la descomposición de un simple día solar, pero el abecedario estaba a punto de agotarse y no encontraba la manera de hacer mayor número de particiones sin confundirse. Había cambiado de estrategia para encontrar espacio de darse un baño, de alimentarse, o de salir a comprar provisiones: empleaba como base todas las subdivisiones de la misma letra, los miércoles, jueves o viernes etiquetados m, querían decir disfrutar del agua; los n, ingerir una rebanada de pan acompañada de un vaso con leche; los a, los usaba para subir tres o cuatro veces las escaleras (no se trataba de perder la salud); los g, se daba tiempo para las necesidades corporales; los p, veía un rato las noticias de la televisión, pues tampoco era conveniente desconectarse de un mundo que ahora disfrutaba tanto, viviendo una cantidad de días la cual nadie antes que ella, logró en este planeta. Vaya, ni Matusalén ni algún otro viejo centenario citado en La Biblia; era un privilegio personal la cantidad de días por ella logrado. A este ritmo, calculaba, viviría veinticuatro veces más que cualquier mortal.

Cuando duplicó esta cifra, sus lapsos de sueño andaban por once punto veinticinco minutos convertidos en quince, por las razones que el lector conoce. Extrañada notó que sus periodos despierta, medían los mismos quince

minutos. Resultó muy difícil para Marifer llevar la cuenta, o siquiera identificar uno a uno los cuarenta y ocho días que componían, o descomponían, un día solar. Se la pasaba haciendo anotaciones; las matemáticas no eran su fuerte, y lo peor es que los escasos momentos despierta, no le eran suficientes para buscar información sobre un mejor sistema para llevar sus registros, organizar su agenda, discernir con claridad en qué día vivía. Terminó por usar la técnica de dibujar rayitas en su vieja cartulina hasta llegar a cuatro, y cruzarlas con el quinto día. Era un procedimiento cómodo, que no requería de mucho espacio, propiedad crucial: el papel se le estaba acabando y no se atrevía a salir a comprar más, ya que no deseaba echar a perder el difícil y exclusivo plan que estaba ejecutando con tan magníficos resultados. El número de días era sorprendente, a juzgar por la cantidad de montoncitos de cinco acumulados en la cartulina, sobre la cuál ya escribía encima de las primeras anotaciones: aquellos controles perfectos apoyados en el alfabeto. Reconocía en este asunto una especie de vicio.

Sin estar del todo satisfecha, y gracias a una intuición sólo alcanzada por verdaderos genios creadores, decidió llegar hasta las últimas consecuencias.

Ahora, Marifer pasa en su cama absolutamente todos sus dos mil ochocientos ochenta días de medio minuto, cerrando los ojos durante veinte segundos por cada diez que los mantiene abiertos.

E-mail: [email protected]

El dato

Lilia Ramírez (Orizaba, 1948) es maestra de Redacción de Textos Académicos en el Posgrado de la Universidad Paccioli de Córdoba. Columnista del diario El Mundo de Orizaba. Diplomada en Creación Literaria por la UNAM y la Univ. Veracruzana. Autora-Editora registrada en INDAUTOR. En 2010 recibió dos reconocimientos: por su trayectoria literaria, de la agrupación de Mujeres Comunicadoras y Escritoras Independientes (MUCEI) de Orizaba, Ver., y por su “DEDICACIÓN EN EL ÁMBITO DOCENTE, CULTURAL Y LITERARIO”, de manos del Dr. Javier Duarte de Ochoa. Ha publicado en forma individual: El alma de la caña (2009), Los tres cuerpos (2006), La mujer que dividió el tiempo (2004), Flores del Cosmos (2003), Y realidades (2001), Retratos de Aromas (2000)

La mujer que dividió el tiempo

Venancio Cruz

Le debo verdaderamente, a este manso animal que me deletrea,

a este sonido,a esta tarde con paisajes mudos y de mudas

sombras:Debo lo que escribolo que nombro, lo que no purifico.

Y camino a pasos cortitos, con los ojos pegados a la memoria,

lejos de ti, me miro los huesos, descubro su

tristeza, los escucho, les hablo,les clavo versos, les quiebro los caminos, los

amanso.

Sin ti me siento desnudo,me quedo sin vertebra, sin tacto, sin ese azul que me

separa del mundosin esa marca oscura que me une al océano.Dejo de ser…y solo me quedo siendo eso que de mí se alimenta.

Poema Fragmento Venancio Cruz

Pérez es oriundo de Gutiérrez Zamora y cuenta con 24 años de edad.Estudia la Lic. en Derecho en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.Entre los premios que ha recibido destaca el Premio Estatal de Poesía Joven “Guillermo López Muñoz” 2010. Ha sido Promotor Cultural y es Co-fundador de Casa Del Joven-Fase Rem.Fundó y funge como actual director del Grupo “Nómadas Creativos”. En su devenir literario está dedicado a la escritura de poemas, ensayo y micro-cuentos.

El dato

Llegará un día que nuestros recuerdos serán nues tra riqueza.

Paul Géraldy