la intolerancia necesaria

1
LA INTOLERANCIA NECESARIA Por Diego Alarcón Un locutor radial propuso el hashtag #EsdeGay. Muchos hicieron notar que aquel hashtag sólo promovía y reforzaba la discriminación, a lo que el locutor radial respondió «¿Cómo saltan hasta el techo por cualquier cosa por poner algunos hashtags? También ellos mencionan que nosotros vivimos en un país de mononeuronales. (…) Es decir, ellos son la sociedad importante y nosotros somos unos mononeuronales porque, de repente, pensamos diverso a lo que piensan ustedes.» Puede que el locutor radial no sea un mononeuronal, pero qué puede pensar uno si, para intentar entretener a su público, el batracio en mención recurre a fórmulas tan babosas, de tan poco tino. La escasez sináptica, sin embargo, es un vicio que ha plagado el humor peruano en general, donde, a faltad de chamba e ingenio, se vuelve una y otra vez a la risa fácil, la burla del débil y el callejón oscuro. Lo curioso en este caso es que existe una suerte de "justificación". Si uno critica, por ejemplo, a la Paisana Jacinta, resultaría difícil encontrar que alguien defienda el hecho racista en sí; en cambio, se utilizan otros argumentos para defender la existencia del programa. En este caso, hay una media voz que susurra: sí, pues, es lo que pienso, ¿y? Ya lo sé, el realismo mágico, la vida en el trópico, el costumbrismo kafkiano, pero... ¿no resulta ya demasiado surreal que se pretenda defender un discurso de odio en nombre de la diversidad, de "pensar distinto"? Y no es la primera vez. No hace mucho escuchábamos a algunos religiosos acusar de "fanatismo laico" a los que pedían que se elimine la enseñanza de religión en los colegios. Otro ejemplo: los opositores a la unión civil llamando "heterofóbicos" a los que apoyaban la iniciativa. Es una inversión no menos que curiosa. El intolerante llamando intolerantes a quienes no le dejan esparcir su intolerancia. La raíz de todo esto, pienso, es una suerte de banalización en la ponderación de las opiniones. Las redes sociales nos han hecho creer que cualquier opinión, por el sólo hecho de serla, es válida. Esta creencia se configura incluso como estrategia argumentativa. Si debates con alguien y te demuestra que estás equivocado, siempre el "respeto tu opinión, pero no la comparto" estará a la mano. Una cosa es decir "pienso distinto" y otra, "estoy equivocado". De esto a los ultraconservadores que piden que no se enseñe el big-bang "porque es sólo una teoría" no hay mucho trayecto. Esta creencia de que las opiniones son válidas en sí mismas es la mejor defensa para cualquier discurso de odio. De alguna forma, coloca a todas las partes en un mismo nivel. Discriminado y discriminador están igual de legitimados. Tal creencia, sin embargo, es falsa: Ni todas las opiniones tienen el mismo valor, ni todas las opiniones son respetables. Hay opiniones que no se pueden defender. Frente a ciertos discursos, ser intolerante es necesario.

Upload: diego-alarcon-donayre

Post on 14-Sep-2015

227 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Sobre la discriminación en el hashtag #esdegay

TRANSCRIPT

  • LA INTOLERANCIA NECESARIA

    Por Diego Alarcn

    Un locutor radial propuso el hashtag #EsdeGay. Muchos hicieron notar que aquel hashtag slo promova y reforzaba la discriminacin, a lo que el locutor radial respondi Cmo saltan hasta el techo por cualquier cosa por poner algunos hashtags? Tambin ellos mencionan que nosotros vivimos en un pas de mononeuronales. () Es decir, ellos son la sociedad importante y nosotros somos unos mononeuronales porque, de repente, pensamos diverso a lo que piensan ustedes.

    Puede que el locutor radial no sea un mononeuronal, pero qu puede pensar uno si, para intentar entretener a su pblico, el batracio en mencin recurre a frmulas tan babosas, de tan poco tino. La escasez sinptica, sin embargo, es un vicio que ha plagado el humor peruano en general, donde, a faltad de chamba e ingenio, se vuelve una y otra vez a la risa fcil, la burla del dbil y el callejn oscuro. Lo curioso en este caso es que existe una suerte de "justificacin". Si uno critica, por ejemplo, a la Paisana Jacinta, resultara difcil encontrar que alguien defienda el hecho racista en s; en cambio, se utilizan otros argumentos para defender la existencia del programa. En este caso, hay una media voz que susurra: s, pues, es lo que pienso, y?

    Ya lo s, el realismo mgico, la vida en el trpico, el costumbrismo kafkiano, pero... no resulta ya demasiado surreal que se pretenda defender un discurso de odio en nombre de la diversidad, de "pensar distinto"? Y no es la primera vez. No hace mucho escuchbamos a algunos religiosos acusar de "fanatismo laico" a los que pedan que se elimine la enseanza de religin en los colegios. Otro ejemplo: los opositores a la unin civil llamando "heterofbicos" a los que apoyaban la iniciativa. Es una inversin no menos que curiosa. El intolerante llamando intolerantes a quienes no le dejan esparcir su intolerancia.

    La raz de todo esto, pienso, es una suerte de banalizacin en la ponderacin de las opiniones. Las redes sociales nos han hecho creer que cualquier opinin, por el slo hecho de serla, es vlida. Esta creencia se configura incluso como estrategia argumentativa. Si debates con alguien y te demuestra que ests equivocado, siempre el "respeto tu opinin, pero no la comparto" estar a la mano. Una cosa es decir "pienso distinto" y otra, "estoy equivocado". De esto a los ultraconservadores que piden que no se ensee el big-bang "porque es slo una teora" no hay mucho trayecto.

    Esta creencia de que las opiniones son vlidas en s mismas es la mejor defensa para cualquier discurso de odio. De alguna forma, coloca a todas las partes en un mismo nivel. Discriminado y discriminador estn igual de legitimados. Tal creencia, sin embargo, es falsa: Ni todas las opiniones tienen el mismo valor, ni todas las opiniones son respetables. Hay opiniones que no se pueden defender. Frente a ciertos discursos, ser intolerante es necesario.