la educaciÓn al servicio de la unidad nacional

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LA EDUCACIÓN AL SERVICIO DE LA UNIDAD NACIONAL La Segunda Guerra Mundial fortaleció la doctrina de la unidad nacional. Ésta, junto con la industrialización, fueron las metas del sexenio que se inciaba y para lograrlas era necesario buscar una política de equilibrio que permitiera establecer un nuevo modelo de desarrollo capitalista, capaz de asegurar el crecimiento económico del país y al mismo tiempo de poner las bases que sostendrían las alternativas económico-sociales de los siguientes gobiernos. En concordancia con todos estos factores, y según la corrientes pedagógicas antes descritas, se estableció la Escuela de la Unidad Nacional que caracterizó los periodos de Manuel Ávila Camacho (1940-46) y Miguel Alemán Valdés (1946-52). Durante ese periodo cuatro personas ocuparon el ministerio de educación: Luis Sánchez Pontón, Octavio Véjar Vázquez, Jaime Torres Bodet, y Manuel Gual Vidal El fracaso de la educación socialista el despertar del espíritu cívico, la lucha contra las potencias fascistas motivaron que el gobierno del general Manuel Avila Camacho (1940-1946) tratara de llevar a cabo una política de “unidad nacional”. Después de la dura campaña presidencial del general Juan Andreu Almazán, no fue tarea fácil para el nuevo Presidente infundir confianza en el gobierno. Gracias al tacto del licenciado Octavio Véjar Vázquez, al frente de la Secretaría Desarrollará armónicamente todas las facultades del ser humano y apreciará la dignidad de la persona humana. La Educación Pública, fue posible, en 1942, elaborar una ley Orgánica de Educación, que interpretara el artículo 3o. constitucional, de modo que no hiriera ideologías contrarias. La exposición de motivos de la nueva Ley expresaba que el “Poder Ejecutivo considera que los postulados revolucionarios

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LA EDUCACIÓN AL SERVICIO DE LA UNIDAD NACIONAL

La Segunda Guerra Mundial fortaleció la doctrina de la unidad nacional. Ésta, junto con la industrialización, fueron las metas del sexenio que se inciaba y para lograrlas era necesario buscar una política de equilibrio que permitiera establecer un nuevo modelo de desarrollo capitalista, capaz de asegurar el crecimiento económico del país y al mismo tiempo de poner las bases que sostendrían las alternativas económico-sociales de los siguientes gobiernos. En concordancia con todos estos factores, y según la corrientes pedagógicas antes descritas, se estableció la Escuela de la Unidad Nacional que caracterizó los periodos de Manuel Ávila Camacho (1940-46) y Miguel Alemán Valdés (1946-52). Durante ese periodo cuatro personas ocuparon el ministerio de educación: Luis Sánchez Pontón, Octavio Véjar Vázquez, Jaime Torres Bodet, y Manuel Gual Vidal

El fracaso de la educación socialista el despertar del espíritu cívico, la lucha contra las potencias fascistas motivaron que el gobierno del general Manuel Avila Camacho (1940-1946) tratara de llevar a cabo una política de “unidad nacional”. Después de la dura campaña presidencial del general Juan Andreu Almazán, no fue tarea fácil para el nuevo Presidente infundir confianza en el gobierno. Gracias al tacto del licenciado Octavio Véjar Vázquez, al frente de la Secretaría Desarrollará armónicamente todas las facultades del ser humano y apreciará la dignidad de la persona humana. La Educación Pública, fue posible, en 1942, elaborar una ley Orgánica de Educación, que interpretara el artículo 3o. constitucional, de modo que no hiriera ideologías contrarias. La exposición de motivos de la nueva Ley expresaba que el “Poder Ejecutivo considera que los postulados revolucionarios han quedado de tal modo afirmados en la conciencia nacional, que no debe prolongarse por más tiempo una actitud de combate frente a las actividades religiosas lícitas de los mexicanos...” Añade con razón que “divorciar la escuela y el hogar es contrario a los buenos fines de la educación”. La nueva ley Orgánica de Educación fue aprobada por unanimidad en ambas Cámaras, legalizando así un paso hacia la unidad nacional, meta del gobierno avilacamachista. El estado de guerra con las Potencias del Eje propició un acercamiento real hacia los pueblos hermanos de América Latina. También motivó un gran salto hacia la integración de la industria nacional. Esto último indujo a que las autoridades educativas y la iniciativa privada pusieran énfasis en la preparación de la juventud en las carreras técnicas: así se mejoró el Instituto Politécnico Nacional y se creó el Tecnológico de Monterrey. El paso del gran humanista don Jaime Torres Bodet por la Secretaría de Educación (1943 a 1946), marcó un nuevo impulso a la educación popular, con la Campaña Nacional contra el Analfabetismo. Hizo imprimir diez millones de cartillas, no sólo en español, sino en varias lenguas indígenas.

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Con la fundación de la Escuela Normal Superior en 1945 y el mejoramiento de la Escuela Normal Nacional, se trató de perfeccionar la preparación de los maestros, tanto de secundaria como de primaria. Ante el nuevo enfoque de la política educativa del régimen, era indispensable un cambio al artículo 30 constitucional. Al final del año de 1945, el presidente Avila Camacho envió a las Cámaras legislativas un Proyecto de Reformas a dicho artículo. La oposición fue moderada, pues desde hacía años los diputados y senadores del partido oficial, carecían de iniciativa y eran incapaces de enfrentarse a los deseos del Poder Ejecutivo. El texto aprobado entonces, ha permanecido invariable hasta nuestros días (ver Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos). Licenciado Miguel Alemán: 1946-1952 En el sexenio del presidente, licenciado Miguel Alemán (1946-1952) se incrementó el desarrollo de la industria nacional, iniciado durante la segunda guerra mundial. “La escuela es una emanación social; su estructura y sus fines se hallan vinculados al desenvolvimiento general de la sociedad y al programa de la ciencia y de la técnica”.Para conseguir el objetivo anterior, preparar obreros calificados y técnicos destinados a la industria, se crearon los Institutos Tecnológicos Regionales, a imitación del Instituto Politécnico Nacional. En esta época se construyeron numerosos y funcionales edificios escolares, se inició la Ciudad Universitaria en el sur de la ciudad de México. Don Adolfo Ruiz Cortines: (1952-1958) El terminar las obras iniciadas en el sexenio anterior no le permitió al nuevo Presidente, ocuparse de la educación nacional, como lo hubiera deseado. La explosión demográfica hacía que las escuelas existentes fueran insuficientes. En 1953, el analfabetismo alcanzaba al 42 % de la población mexicana y tres millones de niños en edad escolar no encontraban cupo en las escuelas. Una vez terminada la Ciudad Universitaria inició la Ciudad Politécnica de Zacatenco al norte del Distrito Federal, acabando así la pugna entre los dos mayores grupos de estudiantes. Licenciado Adolfo López Magos: 1958-1964 Consciente de la importancia de la educación, el nuevo Presidente nombra otra vez a don Jaime Torres Bodet como secretario de educación pública. Con su ayuda planea y realiza la edición de Textos Gratuitos para todos los alumnos de primaria. Ante la necesidad urgente de maestros, sobre todo para las áreas rurales, continuó dando facilidades a los maestros no titulados, para proseguir y terminar sus estudios en el Instituto de Capacitación del Magisterio.

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EL SISTEMA EDUCATIVO NACIONALEl Sistema Educativo Nacional comprende a las instituciones del gobierno y de la sociedad encargada de proporcionar servicios educativos y de preservar, transmitir y acrecentar la cultura de los mexicanos. Lo forman, según la Ley General de Educación, educandos y educadores; autoridades educativas; planes, materiales y métodos educativos, así como las normas de la educación. Lo integran también las instituciones educativas del gobierno y organismos descentralizados, instituciones particulares autorizadas y universidades públicas autónomas. La misma Ley distingue los siguientes tipos de servicios educativos: educación inicia) (0-4 años), educación básica (5-14 años; niveles: preescolar, primaria y secundaria); educación especial; educación media superior y educación superior; educación básica para adultos; y formación para el trabajo.Los tipos y niveles enunciados ofrecen servicios educativos en modalidades escolarizada, no escolarizada y mixta. Al inicio del ciclo escolar 2001-2002 se estarán atendiendo en la modalidad escolarizada, a más de 30 millones de alumnos en unos 222 mil planteles, y participarán en su educación casi un millón 500 mil maestros. El Cuadro 1 desglosa estas cifras por tipo y nivel educativos.Sus dimensiones, la variedad de servicios educativos que ofrece y la diversidad de condiciones en que se ha desenvuelto, entre otros aspectos, hacen de la educación en México un sistema que se caracteriza por su complejidad. En el siguiente apartado se ofrecen algunos elementos de diagnóstico, que buscan identificar y reconocer los principales logros y limitaciones que presenta la educación en nuestro país. Existen distintas fuentes sobre diversos aspectos relacionados con la educación en México. Por una parte están las estadísticas continuas de la Secretaría de Educación Pública, que se obtienen al inicio y fin de cada ciclo escolar. En lo relativo a educación media superior y superior, la ANUlES enriquece los datos anteriores con información complementaria. Por otra parte, se tienen los datos obtenidos directamente de procedimientos censales o de encuesta, gracias al trabajo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Además de estas dos grandes fuentes, existen otras para aspectos particulares, como es el caso del Consejo Nacional de Población (CONAPO) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).Los datos provenientes de las diversas fuentes no siempre coinciden. A veces por razones inevitables (como la diferencia de los momentos de obtención); otras por el uso de diferentes criterios técnicos; y otras más por fallas de cada mecanismo. Esta advertencia exige que se tenga precaución para interpretar la información estadística, comparando y completando las cifras con otras fuentes. Se impone, por otra parte, la urgencia de unificar criterios y perfeccionar los procedimientos de los diversos mecanismos de obtención de datos, con el propósito de contar con información confiable sobre el Sistema

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Educativo Nacional; una línea de acción prioritaria en este sentido se presentará en este Programa. Logros y limitaciones de la educación mexicana en el siglo XX. En el transcurso del siglo XX nuestro país pasó, de una sociedad mayoritariamente analfabeta, a otra en la que prácticamente uno de cada tres mexicanos está en la escuela. Al término del periodo revolucionario, en el decenio de los años veinte, el promedio de escolaridad de la población era de sólo un año y la tasa de analfabetismo superaba 65%. El siglo terminó con una proporción de analfabetas menor a 10%, la mitad de los cuales son mayores de 49 años, un grado promedio de escolaridad de más de 7 años, y se estima que los niños que este año se inscribieron en primero de primaria tienen una expectativa de

escolaridad de entre 11 y 12 grados.

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LOS LIBROS DE EXTO GRATUITO

Creación de la comisión nacional de los libros de texto gratuito.

La redacción, edición y distribución gratita de los libros de texto y los cuadernos de trabajo destinados a todos los niños mexicanos que cursan su educación primaria constituyen una de las más trascendentales realizaciones educativas del Gobierno de López Mateos.Como lo declaro en ese entonces el secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, la medida tiene su fundamente ideológico en el artículo tercero constitucional, que establece el gratuidad de la educación impartida por el Estado y su carácter obligatorio. Y la educación primaria no puede ser gratuita, y menos obligatoria, si el Estado no proporciona a los niños los materiales didácticos que requieren, sobre todo en benéfico de los que carecen de recursos económicos suficientes en , o viven en lugares apartados y a veces aislados, como consecuencia de nuestra accidentada geografía.Además se garantizo la calidad de la educación a través del mínimo de conocimientos y destrezas que los libros ofrecen a los niños mexicanos sin distinción social o económica de su familia. Esta acción, regida de un principio de equidad pedagógica, se enmarca en la mas autentica justicia social. Con absoluto respeto para todas las creencias, costumbres e ideologías y con un espíritu laico, los libros enseñan nuestra lengua nacional y la ciencia matemática, y explican con objetividad y estricto apego a la verdad científica los fenómenos físicos y sociales, así como la historia y la geografía de México.Conviene destacar que estas obras de texto han servido también como un medio educativo para la población adulta, pues a veces constituyen los únicos libros que existen en muchos hogares mexicanos. El desarrollo del proyecto requirió de un gran esfuerzo humano y fuerte apoyo económico. Concurriendo a las muchas voluntades, sin cuyo concurso no hubiera sido posible llevarlo hasta sus últimas consecuencias. La obra comprendió importantes aspectos.Por decreto el 12 de febrero de 1958 se creó la comisión nacional de libros de texto gratuitos, y se designo de inmediato presidente de ella al escritor Martin Luis Guzmán.