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La cartografía y la navegación: cartas náuticas y derroteros

Carolina Puertas Mosquera

Universidad de Santiago de Compostela

El hombre ha navegado desde su pasado más remoto y siempre ha querido conocer ycontrolar el Universo que le rodeaba, ya no sólo por una curiosidad puramenteintelectual, sino por motivos comerciales, militares o administrativos. Desde esemomento ha tenido especial cuidado en anotar las formas de las costas que ibadescubriendo. A medida que el conocimiento del hombre sobre el mundo crece, larepresentación cartográfica se desarrolla también en extensión y en perfección, lo quelleva a pensar que el trazado de cartas y mapas parece haber sido connatural al hombre yque en algunas sociedades humanas precedieron a la escritura y al uso de los nerosl.La información iba pasando de generación en generación, bien de forma oral o a travésde notas y cartas náuticas. Lo importante era no perder un conocimiento que permitía alos navegantes encontrar un puerto o una isla en la que nunca habían estado, y saber sien el camino habían encontrado algún obstáculo o peligro que tuvieran que evitar. Eravital conocer la dirección y distancia de sus recorridos y sintieron también la necesidadde comunicarse unos a otros el conocimiento del terreno.

Así, los polinesios sabían que para llegar a Tahití debían situarse en la declinación de laestrella Sirio, la más brillante del firmamento; y su tradición oral les hablaba de ladistancia entre islas y de los vientos y las olas que podían encontrar en sus navegacionesen las distintas estaciones del año. También los indígenas de las islas Marshallrealizaban cartas marinas formadas por conchas dispuestas sobre un enrejado de fibrasde palma.

Salir de un punto conocido, llegar a otro establecido y, entre tanto, saber siempre dóndese está, aunque haya cambios de rumbo, son los problemas con que la navegación seenfrenta, por eso la historia de la cartografia está tan enlazada con la de la náutica.

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Carolina Puertas Mosquera La cartografia y la navegación: cartas náuticas y derroteros

Poder seguir el camino más corto y seguro, en el menor tiempo posible, son ya pasosmucho más ambiciosos y avanzados.

Durante muchos siglos los navegantes no se a trevieron a perder de vista la costa, peroconsiguieron dominar el arte de navegar gracias al desarrollo de la tecnología y losinstrumentos y técnicas de navegación, resultado de siglos de experiencia y aprendizajeempírico que comenzó en el Mediterráneo y mar del Norte para después extenderse alos océanos.

Así pues, éstas son las necesidades que las cartas de navegación y los libros de derrotatienen que resolver, más dificiles que las de los mapas terres tres, y de consecuenciasirremediables en caso de error. En este estudio realizaremos un recorrido por la creacióne historia de estos instrumentos fundamentales, apoyando nuestro discurso con algunosde los ejemplos más destacados de la producción cartográfica marítima que seconservan en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla.

Terminología y conceptos teóricos

Entendemos por cartografia el arte,ciencia y tecnología de hacer mapas y el estudio deéstos como documentos científicos y artísticos. A su vez, mapa sería todo tipo derepresentación a escala, de la tierra o de cualquier cuerpo celeste. Dentro de estadenominación se incluyen toda clase de mapas, planos, cartas,dibujos arquitectónicos ysecciones de edificios, modelos tridimensionales y globos.

Etimológicamente, mientras que mapa es una palabra derivada del latín i mappai , quesignifica tela y es usada en muchas lenguas románicas con el mismo sentido, en otras seoptó por utilizar la palabra carta,que, procediendo de la misma len gua, significabadocumento. Estas diferentes derivaciones provocan a veces confusión por soportar lamisma palabra más de un significado, como sucede en español con la palabra carta. Lavoz carta se emplea también como sinónimo de mapa, pero en nuestro país tiende adársele el significado limitado de carta para la navegación, ya sea náutica o aeronáutica,por las particulares características que presenta.

La carta náutica es uno de los instrumentos básicos de la navegación. Se trata de unarepresentación a escala de aguas navegables y regiones terres tres adjuntas, resultado delevantamientos directos del fondo marino, por lo que normalmente indica lasprofundidades del agua y las alturas del terreno, naturaleza del fondo, detalles de lacosta incluyendo puertos, peligros a la navegación, localización de luces y o tras ayudasal navegante. Las cartas náuticas figuran entre los mapas más antiguos y los primerosrealizados científicamente por razones obvias, ya que de su exactitud d epende alcanzaro no el punto de destino y saber en todo momento la posición en que se encuen tra elbarco.

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Las cartas náuticas y la navegación a través de los tiempos

La cartografia marítima en la Antigüedad

Pese a que no conservamos ningún ejemplar, no existen dudas acerca de que los griegosya usaban para la navegación libros de rutas y cartas náuticas y así nos lo confirmaPtolomeo que, en la introducción de Geografía, alude a las cartas de navegar de Marinode Tiro2. Tenían itinerarios escritos y mapas de las principales rutas comerciales de laregión del Mediterráneo y también realizaban descripciones de las costas por las que,con frecuencia, navegaban sus mercaderes marinos, direcciones escritas basadas en lainformación de otros marinos.

En la antigüedad grecorromana, los pilotos que dirigían la navegación tenían a sualcance una serie de métodos que les proporcionaban la cultura y las técnicasespecíficas de la época. Disponían de medios para determinar la posición de las naves,aunque principalmente navegaban de día, sin perder de vista la costa, calculando a ojovelocidad y distancia recorrida, lo que se conoce como i navegación de fantasías .

Son muchos los conocimientos que se tenían y que han llegado hasta nosotros. Elmundo helénico produjo una escuela completa de matemáticos, cosmógrafos ygeógrafos, entre otros Eratóstenes, que calculó la circunferencia de la tierra y llegó a unresultado sorprendentemente exacto. Tanto él como Estrabón dejaron descripcionesreconocibles de los continentes de que tuvieron noticia, pero la culminación de lageografia antigua se produjo con las compilaciones de Ptolomeo, del que hablaremosmás adelante.

Durante el estancamiento geográfico medieval europeo, los navegantes árabesrealizaron y utilizaron cartas geográficas de gran exactitud. Después de un largo periodode silencio, inician una recuperación de los clásicos griegos en los siglos VIII y IX. Apartir de esta última fecha, el mundo islámico produce su propia cartografia,convirtiéndose en el continuador del desarrollo científico antiguo. Estos avancescartográficos llegan principalmente hasta Europa gracias a los intercambios de caráctercomercial que se mantienen con este mundo, relaciones que se hicieron más fluidasdurante el siglo XIII, provocando un mayor conocimiento por parte de los occidentalesdel mundo oriental.

Los avances de la cartografia náutica en Europa fueron posteriores, ya que nocomenzaron a buscar nuevas vías de comercio hasta que no vieron cerrarse las rutas conOriente, produciéndose en ese momento un florecimiento de la elaboración de mapas ycartas. El interés que despertó en los grandes reinos cristianos de España y Portugal hizoque se financiaran grandes empresas maritimas tomando en cuenta el punto de vista delnavegante y abandonando el del teólogo imperante en el medievo, ya que los mapaseclesiásticos medievales no tenían ninguna utilidad en la navegación.

Las primeras cartas náuticas: los portulanos

Los medios técnicos, tanto en lo que se refiere a los barcos como a la navegación, comoya comentamos, permanecieron estancados durante muchos siglos en Occidente, perohubo una etapa relativamente breve, que comienza en el siglo XIV, en la que se

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produjeron una serie de avances que posibilitaron un desarrollo extraordinario de lanáutica. Algunos de estos progresos afectaron a la construcción naval, como lainvención del timón fijo al codaste o la adopción de nuevos tipos de velamen, pero, sinninguna duda, el gran descubrimiento de la época fue la brújula.

La brújula es un instrumento sencillo, basado en propiedades fisicas, que en todas lassituaciones indica la dirección del Norte, lo que permitía a los barcos alejarse de la costacon la seguridad de poder volver al punto de partida siguiendo el rumbo contrario al dela ida. Hacia 1200 la brújula se introdujo en el Mediterráneo, gracias a los árabes que lautilizaban para navegar desde el X. Parece ser que estos la conocieron en los puertos dela India, ya que los chinos conocían las propiedades de la aguja imantada desde hacíamuchos siglos, a pesar de que tardaron en utilizarla para orientarse en la navegación.

A lo largo del siglo XIII su uso se generalizó entre los navegantes del MediterráneoOccidental, y fue en este momento cuando el marino Flavio Gioja tuvo la idea decolocar bajo la aguja una rosa náutica con las iniciales de los nombres de los vientospara determinar los rumbosa . A pesar de la sencillez de este instrumento, éste irásufriendo modificaciones que lo mejorarán y perfeccionarán4.

La generalización de la brújula hizo posible la navegación por estima de altura lo quemotivó la necesidad de crear cartas en las que se reflejasen distintos tramos de costarelacionándolos con sus rumbos. Estas primeras cartas o portulanos aparecieron aprincipios del siglo XIV y no sufrieron cambios durante el tiempo que estuvieronvigentes, a pesar de su gran desarrollo y amplia difusión.

No se sabe la forma en que se realizaba la toma de datos para la construcción de lasmismas, pero parece que la principal fuente de información de los cartógrafos fue laexperiencia náutica de la gente de mar, escrita en unos libros llamados portulanos, queexistían desde el siglo XIII, donde se anotaban las particularidades de los puertos y lasdistancias de unos a otros. La tradición oral, transmitida de generación en generación enlas regiones costeras del Mediterráneo, sería otra vía complementaria de informacióngeográfica. Estos datos probablemente se pasaban a cartas parciales que, en algúnmomento, se unificaron en una carta náutica general que, por extensión, también sedenomina portulano o carta portulana5. En ellos se registraban los nuevosdescubrimientos y las correcciones.

Inicialmente se realizaban de forma manual sobre pergamino, lo que suponía un trabajolento y costoso, pero con la invención de la imprenta empiezan a grabarse en maderasobre papel. Aunque las cartas grabadas empezaron a circular desde los primeros añosdel siglo XVI, muchos navegantes siguieron usando cartas manuscritas en pergaminoporque resistían mejor el deterioro natural.

Los autores de portulanos sabían que la Tierra no era plana, sin embargo, gráficamenteconstruían una proyección en la que no dibujaban meridianos ni paralelos, sino rosas deviento divididas en ocho, dieciséis o treinta y dos partes que conformaban una red derumbos que las hacían aptas para determinar la ruta y posición del navío en alta marmediante el empleo de la brújula y la distancia estimada. En ellos también serepresentaba una escala medida en leguas para poder apreciar las distancias entre losdistintos puertos, denominado tronco de leguas.

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El campo que representaban las cartas portulanas del siglo XIV comprendía toda lacuenca del Mediterráneo y las costas orientales del Atlántico, desde el cabo Bojadorhasta las Islas Británicas y Jutlandia. Con el aumento del comercio entre elMediterráneo y Europa Occidental, el uso de c artas marinas se extendió por el Norte,conservando características de las cartas portulanas con la rosa de los vientos, las líneasde rumbo y algunos signos convencionales. Al producirse los descubri mientos deAmérica y de la India, estas cartas incorporan las nuevas tierras halladas, convirtiéndoseen cartas universales o mapamundis, sin perder sus características esenciales.

Los centros en los que aparecen por primera vez c artas portulanas son Génova, Palmade Mallorca y Venecia y el primer cartógrafo del que se conoce un trabajo firmado ydatado es el genovés Pes Vesconte en 1311, aunque su c arta solo representa la mitadoriental del Mediterráneo, ya que su trabajo se desarrolló en Venecia.

El nacimiento de una nueva era: la etapa de los grandes descubrimientos

Antes de la última década del siglo XV, Europa conocía muy poco del resto del mundo,pero esta situación pronto cambió y en menos de veinticinco años este conocimiento seamplió de una forma sorprendente. El cambio de siglo se inició con una acumulación deacontecimientos que, en poco tiempo, permitirían tomar conciencia de la forma y de lasverdaderas proporciones de la Tierra. El motor principal de tales aconteci mientos fue laserie de descubrimientos geográficos protagonizados por españoles y po rtugueses, queen el cortísimo período entre 1488 y 1522 lograron transitar los confines del orbe.

Estas exploraciones supusieron un replanteamiento y revisión de las técnicas denavegación empleadas hasta entonces que se habían quedado obsoletas, debido a laslargas distancias y largos periodos de tiempo sin avistar la costa. Los navegantescomienzan a observar las corrientes marinas y los diversos regímenes de los vientos, ytambién se perfecciona la técnica de construcción naval.

Por otra parte,la recuperación del saber clásico en el siglo XV introdujo la Geografía dePtolomeo en Europa. Su obra está dividida en ocho libros: el primero es tablece el modode determinar la posición de los lugares a través de la obse rvación astronómica y de lositinerarios de los viajeros y también cómo proyectar la superficie esférica de la Tierrasobre un plano. Los seis siguientes contienen una descripción de países, regiones yciudades, con sus correspondientes coordenadas geográficas y el último trata sobreveintiséis mapas regionales. El principio básico de su c artografia, que procedíadirectamente de Marino de Tiro, era que todos los puntos impo rtantes del mundoconocido deberian estar dete rminados por su latitud y longitud y, de acuerdo a estascoordenadas, ser colocados en el mapa. Los conc eptos geográficos de Ptolomeotuvieron una gran repercusión a fmales del siglo XV, pero en este tiempo de aceleradosdescubrimientos, Copérnico dio a conocer su teoria del heliocentrismo, lo que supusoque la era de Ptolomeo y el geocentrismo empezase a declinar.

Así pues, el progreso geográfico fue posible gracias al desarrollo de la ciencia y arte denavegar, el desarrollo de las matemáticas y los grandes avances en astronomía, lo quesupuso la invención de un método para determinar la latitud en alta mar a través de laobservación de un cuerpo celeste. Al comienzo, tal práctica se li mitó a comprobar laaltura de la Estrella Polar sobre el horizonte con el cuadrante en días sucesivos y amultiplicar el número de grados de diferencia por el valor en leguas dado a cada grado,

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con lo que lograban conocer el progreso realizado en la dirección del meridiano 6. Noobstante, cuando perdieron de vista la Estrella Polar al irse acercando al Ecuador, losnavegantes adaptaron el astrolabio terrestre, utilizado por los astrónomos en susmediciones en tierra firme, para que c umpliese la misma función en el mar, tomando asíla altura del Sol al mediodía lo que, combinado con el conocimiento de las tablas dedeclinación solar, les permitía fijar la latitud.

La nueva navegación astronómica implicó el desarrollo de una nueva cartografia basadaen las cartas portulanas, pero con meridianos graduados e indicación de una escala delatitudes, con lo cual, en estas cartas se aplicaban dos sistemas diferentes para si tuar lanave en el mar: el de estima, por rumbo y distancia, y el de escuadría, mediante elrumbo y la latitud, medida en grados i guales.

Parece ser que los cartógrafos portugueses cuando necesitaron reflejar los nuevosdescubrimientos oceánicos en las cartas, siguieron adjudicando el mismo valor delgrado de longitud medido en el Mediterr áneo, a la latitud en cualquier lugar del globo,con lo que consiguieron una carta de grados iguales. Pronto se descubrió que estas norespondían a una representación conforme de la esfera terrestre sobre un plano. A pesarde esto las i cartas planasi se utilizaron durante un siglo para la navegación, ya que,hasta la invención de la proyección Mercator, no existía otra alternativa y los errorescometidos no eran excesivos en relación con la exactitud obtenida por los instrumentosnáuticos utilizados en el momento.

La Casa de Contratación de las Indias de Sevilla fue otra consecuencia de losdescubrimientos atlánticos. Fue creada por Real Cédula del 14 de febrero de 1503 comolugar donde centralizar el comercio y organizar las flotas para las Indias, ya que prontose dieron cuenta de la necesidad de crear un aparato científico que suministrara a losnavegantes instrumentos náuticos se guros para cruzar el Atlántico y recibir de éstosinformación sobre las tierras que iban descubriendo.

En 1508 se le encarga a ~rico Vespucio un Padrón Real que seria el patrón o modelode carta de navegar, al que sólo los cosmógrafos oficiales tendrían acceso y quedaría enla Casa de Contratación y del que se hacían copias para entregar a los navegantesespañoles. Este documento se renovaba y corregía cada cierto tiempo con las novedadesque traían los pilotos. Información significaba más que nunca poder, por lo que setrataba de mantener en secreto las rutas y situaciones del Nuevo Mundo. De estamanera, la cartografia se convirtió en un instrumento de control sobre los territorios.

La creación de cartas náuticas en los principales focos europeos a partir del sigloXVI

Pasada la etapa de los grandes descubrimientos, comienza un período de florecimientocartográfico impulsado por el nacimiento de la imprenta, no sólo debido a la necesidadde los navegantes de cartas actualizadas, sino porque en todo el mundo civilizado surgióun gran interés por la geografía y la cartografía.

Si grande era la demanda de cartografia general en la época que tratamos, mayor aún erala de cartas náuticas, y sobre todo, la exigencia en cuanto a calidad. Aquí no se tratabade obras decorativas, y aunque la belleza ornamental se mantenía, no era ya lo más

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importante, pues la precisión exigida era superior a la del resto de los mapas, ya que unerror podía acabar en tragedia. Las c artas náuticas posteriores al siglo XVI guardan yauna gran diferencia con las anteriores.

En este momento, los maestros cartógrafos ya no son navegantes, sino matemáticos yastrónomos que proponen algunas proyecciones originales para abarcar el conjunto de laTierra. Una de las que tendrá una mayor trascendencia para la navegación es laproyección cilíndrica que desarrolló en 1569 Gerhard Kramer, Mercator, y que hacíaposible la navegación oceánica con brújula, como su autor ya indicó en el título de laprimera carta así construida, i Nova et aucta Orbis Terrae descriptio ad usumnavigantium emendate acco~o&tai . La de Mercator es una proyección conforme enla que los paralelos y los meridianos se cortan en ángulo recto, a umentando laseparación entre paralelos con las latitudes crecientes. El objetivo de este matemático,astrónomo y cartógrafo flamenco no era propiamente científico, sino utilitario, einspirándose en los portulanos, consiguió hacer rectas las líneas de rumbo constante oloxodrómicas. A pesar de que éstas no son el c amino más corto entre dos puntos de laesfera terrestre, constituían la vía más segura para mantener el rumbo utilizando labrújula, único medio posible en esa época. Para diferenciarlas de las i cartas planasi quese venían utilizando hasta el momento, a las basadas en la proyección de Mercator se lasdenominó i cartas esféricasi 8.

En España y Portugal la producción de c artas siguió realizándose mayoritariamente deforma manual para garantizar un mayor control, mientras que en los países del Rhin yen el norte de Italia el lucrativo negocio de la imprenta di fundía mapas del mundoconocido a la vez que iba incorporando lo descubierto. La implantación de la nuevatecnología supuso así un gran incremento en la producción de cartas y un gran avanceen su precisión, renunciando a las invenciones y resi gnándose a dejar en blanco losespacios desconocidos.

A partir del siglo XVI empiezan a formarse una serie de grandes empresas c artográficasartesanales familiares que se perpetúan durante siglos uniéndose por lazos familiares yeconómicos. Este fue un fenómeno generalizado, pero con una mayor repercusión enEuropa central y en los Países Bajos.

La realización exclusiva de los mapas a cargo de grandes casas comerciales supuso alcabo del tiempo riesgos importantes en cuanto a la habilidad de la producción. Laactualización de los mapas es un requisito fundamental, pero en tanto si guió la venta,fue descuidado y aún deliberadamente omitido durante muchos años. Nadie queríacorrer el riesgo de alterar el grabado de las planchas viejas, y se procuraba evitar elcoste que suponía hacerlas nuevas; las empresas preferían ignorar la si tuación mientraslas protestas no fueran demasiado fuertes.

El siglo XVII fue una época de renovación en astronomía y geodesia, lo que supuso elconstante perfeccionamiento instrumental, elemento fundamental para la exactitud delas determinaciones. Se empiezan a acometer serias labores de medidas para llegar a unconocimiento más real de la superficie terrestre. Ello conlleva que, ya desde finales delsiglo, las nuevas necesidades de la administración y gobierno de los Estados exijan unacartografia más detallada y exacta, que no sea sólo informativa, sino precisa. Estasituación terminó motivando la creación de organismos oficiales en todos los países y

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dando lugar al protagonismo estatal en la producción c artográfica, que acabó con elapoyo y la protección a las empresas privadas.

Este interés de las naciones por el con trol del mar y la defensa de las colonias condujo ala formación de escuadras nacionales permanentes a las que había que dotar decartografia de la mejor calidad. Así, los distintos países crearon instituciones navalesencargadas de su formación, pero al tratarse de un tema no li mitado a las aguas locales,sino de alcance mundial, dio a la vez origen a una serie de expediciones científicas parael conocimiento sistemático del mundo, que nada tenían ya en común con lasnavegaciones aventureras de descubrimiento de los siglos anteriores.

• El Norte de Europa

Mientras España y Portugal descubrian y colonizaban nuevas tierras, en el norte deEuropa se especializaban en la elaboración e impresión de cartas. En Amberes sedesarrolló una industria cartográfica que no tardó en convertirse en la más importantedel mundo. El secreto del éxito radicaba en la selección crítica de la informacióncartográfica utilizada y en la minuciosa y clara realización de las planchas calcográficas.Uno de los logros de estos maes tros fue la elaboración del formato atlas9, que consistíaen encuadernar en un volumen toda una colección de cartas o mapas heterogéneos conla voluntad de representar la totalidad del planeta.

La primera carta náutica impresa fue realizada por Waldseemüller en 1513 enEstrasburgo y lleva el título i Orbis Tus Universalis Ouxta HydrographorumTraditionemi ; el mismo autor publicó en 1516 la i C arta Navigatoria PortugalemNavigationesi ; sin embargo y pese a los títulos no se trata de auténticas cartas hechaspara navegar10 . La más antigua concebida específicamente como tal parece ser la c artadel Báltico i Kaerte van de Oostersche zeei , de Jan van Hoirne, impresa en Amberes en1526.

En cuanto a las colecciones cartográficas en forma de atlas, el primero importanteestrictamente de cartas náuticas, concebido y di fundido como tal, suele considerarse elpublicado por el piloto y cartógrafo Cornelis Anthonisz, en 1544, llamado Kaerten vandie Oosterche Zee, que como su nombre indica, no era un atlas general, estandoreducido al mar Báltico y en el que in trodujo perfiles costeros, algo que posteriormenteadoptarían otros cartógrafos europeos.

El teólogo Pes Plancius, primer c artógrafo oficial de la Compañía Holandesa de lasIndias Orientales, integró la información c artográfica sustraída a españoles yportugueses con la proyección Mercator para la elaboración de c artas que ayudaron a laexpansión de ultramar de aquella nación. En los Países Bajos, el comercio marítimoseguía siendo el gran motor de la prosperidad nacional y empezó a extenderse hacia eleste, por lo que la amplitud del área cartografiada aumentó.

Ya al primer atlas de ámbito mundial fue realizado en 1584 por el holandés Lucas JanszWaghenaer, con el título de Spiegel der Zeevaerdt, que comprende toda la fachadaatlántica europea y del Báltico. La obra estaba dedicada al Principe Guillermo deOrange y fue impresa en Leyden por Plantin. Estas c artas proporcionaban unaconsiderable información: sondeos, rocas, aproximación a los puertos o bancos dearena. El perfil de la costa está dibujado con pro minentes colinas, pueblos y aldeas y

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otros puntos destacados. Hubo una segunda edición en latín, pero la más popular fue laversión inglesa, en la que al autor se le llamó Waggoner y al libro Mariner's Mirrour.Tuvo tal resonancia en Gran Bretaña que el nombre i waggoneri se convirtió ensinónimo de atlas marítimo durante muchos Aosil.

La editorial creada por Cornelis Claesz reimprimió varias veces el atlas de Waghenaer yen 1595 publicó otro atlas del navegante Willem Barentsz, Nieuwe Beschryvinghe endeCaertboek van de Midlandtsche Zee, reducido al Mediterráneo, con nueve mapas dedetalle y uno general.

Quizá una de las más famosas empresas familiares de los Países Bajos fue la casa Blaeu,que trabajó desde 1596 a 1672, cuando un incendio destruyó el negocio. Su fundador,Willem Janszoon Blaeu, tenía una formación científica muy elevada. Se estableció enAmsterdam inicialmente como fabricante de globos e instrumentos, pero prontocomenzó a publicar atlas. En 1608, Willen Janszoon Blaeu publicó su primer libro denáutica, Het Licht Zeevaert, con ciento nueve cartas, traducido a otros idiomas, entreellos al inglés como The Light of Navigation. Zeespiegel es otro atlas náutico posterior,que ve la luz en 1623. La empresa Janssonius, competidora en todo de Blaeu, publicabaa la vez otro Zeespiegel. En 1634 Blaeu publica su famosa obra Theatrum OrbisTerrarum, siue Atlas Nouus.

Otro editor destacado fue Jacob Aertsz Colom que hizo otro Zeespiegel con cuarenta ydos cartas, traducido en 1633 al francés como L'Ardente ou Flamboyante Colonne de laMer. Pero el mayor éxito lo tuvo el Zee Atlas ofie Water-Wereld, de Pieter Goos, con 44cartas, que fue traducido al inglés, francés y en 1676 al español, con el titulo de Atlas dela Mar, o Mundo de Agua, en que se demuestran todas las Costas de la Mar de loconocido del Mundo Terrestre. Pieter Goos tenía su negocio editorial establecido enAmsterdam y, además de librero era grabador. En 1675, año en que muere, se le encargagrabar, imprimir y comercializar el libro del matemático, navegante e hidrógrafo ArentRoggeveen de las costas de América, Het eerste deel van het Brandende Veen:verlichtende alle de vaste kusten ende eylanden van geheel West-Indien, beginnende vande linie aequinoctiael, ofie Rio Amasones. El contratiempo del fallecimiento de Goosprovocó que las planchas de esta obra, así como las de Zeespiegel acabaran en manos deJacob Robijn, otro destacado editor holandés.

En aquel momento, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales guardabacelosamente información para evitar ayudar a sus competidores, por lo que laspublicaciones cartográficas de esa zona son escasas. No es el caso de la Compañía delas Indias Occidentales, en la que trabaja Roggeveen, que con esta obra saca a la luztreinta y tres cartas que descubren en su totalidad las Indias Occidentales, el continentey las islas adyacentes, comenzando por el río Amazonas y terminando en el norte deTerranova. En ese mismo año de 1675 ya se publicó en inglés con el título The burningfen. Muchas de estas cartas se basan en el trabajo anterior de Hessel Gerritsz y de JoanVingboons, ambos cartógrafos de la Compañía Holandesa Oriental y Occidental de laIndia, pero el trabajo de Roggeveen es el primero en recoger por entero la costanorteamericana y del Caribe.

Het Brandende Veen contiene numerosos grabados intercalados en el texto con perfilesde costa y pequeños mapas, así como las treinta y tres cartas a doble página, una de lascuales representa la insignificante Isla de Santa Catalina, cerca de las costas de Panamá

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y de Nicaragua. Quizás, la explicación de esta c arta se encuentre en el hecho de quesirvió como base al famoso pirata Henry Morgan durante las décadas de los setenta yochenta del siglo XVII, tal y como lo señala Roggeveen en el texto, caracterizado porsus detalladas descripciones.

Por otro lado, Hendrik Doncker publicó, también en Amsterdam, varios Zee-Atlas, en1659, 1666, 1676, 1697 y 1712; Jan van Loon hizo otro en 1661, que luego fuereimpreso por Janssonius Waesberg en 1668.

Otra empresa destacada fue la de la familia van Keulen, de Amsterdam, abierta porJohannes Jansz van Keulen, conocido fabricante de globos. El negocio adquirió famacon su hijo Johannes, que comenzó como librero y vendedor de cartas, para convertirseen afamado cartógrafo. Desde finales de la década de los setenta del siglo XVII, elconocido matemático Claas Jansz Vooght empieza a colaborar con los Van Keulen en larealización de sus publicaciones náuticas, ya que Johannes carecía de la cualificaciónnecesaria para contribuir personalmente en el campo científico del negocio.Posteriormente, será el hijo de Johannes, Gerard, grabador y experto en matemáticas yciencias de la navegación, el responsable de sentar las bases científicas de la empresa.Sus excelentes cartas en proyección Mercator le llevaron a trabajar como hidrógrafo dela Compañía Holandesa de Indias Orientales. Su muerte prematura llevó a su hijoJohannes II a hacerse cargo del negocio. La empresa estuvo en manos de la fa miliahasta que en 1823 el último propietario la vendió, aunque no desapareció como firmacomercial hasta 1885.

En 1680 Johannes Van Keulen y Claas Jansz Vooght publican De Groote NieuweVermeerderde Zee Atlas ofie Water-Werelt, atlas con cuarenta cartas en la primeraedición y que con las nuevas ediciones irá aumentando. En el breve período de cuatroaños elaboran los cinco volúmenes de Niewe Groote Ligtende Zee-Fakkel, que fue otroéxito. Desde el punto de vista empresarial, no fue menor el logro alcanzado al compraren 1693 todo el material y fondos de otra empresa rival, la de Hendrik Doncker, quepermitió a Keulen ampliar sus obras.

El Zee- Fakkel se empezó a publicar entre 1681 y 1684. Los volúmenes I y II describena través de sus cartas las costas occidentales de Europa, desde el Báltico, Dinamarca,Holanda, Inglaterra, Escocia, Irlanda, y las del Atlántico sur, correspondientes a lascostas de España, Portugal y Francia. El volumen III contiene c artas del área delMediterráneo, el W las Indias Occidentales y el V África y Brasil. En 1753 Joh annes IIañadió a la publicación un sexto volumen, conteniendo las Indias Orientales. La obratuvo tal éxito que se reeditó en numerosas ocasiones en holandés y fue llevada alfrancés, al inglés y al español, también con reediciones, que se iban corrigiendo yaumentando. Cuando Gerard van Keulen se pone al frente de la firma editorial en 1704,introduce la proyección Mercator en las cartas del Zee-Fakkel, así como numerososdetalles topográficos ñmontañas o ríos- e hidrográficos ñsondas, bancos de arena, islas-,mejorando las planchas de su padre. Posteriormente, con Joh annes II, el Zee-Fakkel seráaumentado de nuevo y un buen número de cartas obsoletas serán reemplazadas y esteproceso culminará con la inclusión de un nuevo volumen relativo a las IndiasOrientales, como ya mencionamos. En la década de los 80 se publicarán dossuplementos con perfiles de costa: Ampliatie en el volumen III en 1781 y Ampliatie enel volumen II en 1784.

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La producción de las grandes editoriales holandesas dominó el mercado europeo a lolargo del siglo XVI y hasta bien entrada la segunda mitad del XVII, donde lascondiciones políticas eran más adversas para el desarrollo científico y económico.

• Inglaterra

Desde principios del siglo XVI, la navegación adquirió gran importancia en Inglaterra.La traducción de la obra de Waghenaer creó escuela y fue seguida de muchaspublicaciones locales, pero mientras los holandeses mantenían el monopolio de lascartas impresas y de los atlas marinos, los cartógrafos británicos aún continuaronproduciendo algunas cartas manuscritas sobre pergamino.

Richard Hackluyt construyó cartas de navegación y un planisferio con los datosaportados tras la vuelta al mundo de Drake, pero es sobre todo recordado por su obraThe Principal Navigations, Voiages, Trafiques and Discoveries of the English Nation,que publicó en 1582. También, el gran navegante y explorador John Davis, escribió dosobras importantes sobre navegación, The Seaman's Secrets, en 1594, y The World'sHydrographical Description, en 1595. William Borough describió sucintamente latécnica de cartografiar la línea costanera para guiar a los exploradores del paso delNordeste en la década de 1580 y es autor de cartas de las costas británicas y de un mapade Rusia hecho según los informes del marino Anthony Jenkinson y popularizado porOrtelius, que lo incluyó en su atlas. Robert Adams, publicó muchos mapas grabados porAugustine Ryther, entre ellos la célebre serie Expeditionis Hispanorum in Anglia veradescriptio, que narran la historia de la Armada Invencible a través de una serie de mapasde operaciones, ilustradores de una breve narración hecha por el florentino PetruccioUbaldini.

Sin embargo y pese a la labor de todos estos cartógrafos, en este momento laproducción británica de cartas náuticas no conseguía satisfacer la demanda de la intensaactividad colonial y la gran mayoria se traían del norte de Europa. Mientras, enInglaterra, empezaban a alzarse las primeras voces críticas ante este hecho, llegando aprohibirse la importación de iwaggonersi holandeses y obras similares en 1671 portreinta años. Estas circunstancias fueron aprovechadas por el hidrógrafo de los reyesCarlos II y Jaime II, John Seller, para iniciar un ambicioso proyecto cartográfico queabarcase todo el mundo. Consiguió publicar los dos primeros libros, pero la falta definanciación para un trabajo de tan alto nivel le llevó a importar viejas planchas, lascuales en parte alteró o volvió a grabar. Un grupo de editores, encabezados por JohnThornton, que colaboró con él en su Atlas Maritimus, le ayudó a sacar adelante su obramás destacada, English Pilot, dividida en cinco libros. La sociedad Mount & Page fue laque, a lo largo del siglo XVIII, mantuvo la obra, revisando las viejas planchas yañadiendo nuevas.

Pese a los esfuerzos de Seller por mejorar el nivel de las cartas, el gobierno británicoconsideró necesario hacer un levantamiento de sus costas, tarea que le fue encomendadaa Greenville Collins. En su obra aún se puede ver la influencia de Waghenaer en eltratamiento de las líneas de costa, en las líneas de rumbo o en las rosas de los vientos.Hacia la primera mitad del siglo XVIII la hidrografía en Gr an Bretaña avanzóconsiderablemente, aportando nuevas técnicas 12 que son desarrolladas por primera vezpor Murdoch Mackenzie que, con el apoyo del Ministerio de la Marina, comienza ellevantamiento de las Islas Orkney en 1742. Tras la publicación de sus investigaciones y

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Carolina Puertas Mosquero La cartografia y la navegación: cartas náuticas y derroteros

debido al reconocimiento en la mejora de la precisión, fue comisionado por elAlmirantazgo para cartografiar la costa occidental de Gran Bretaña e Irlanda. Tambiéndesarrolló el empleo del indicador de estaciones, que permitía dete rminar la ubicaciónde un barco por resección de tres puntos en tieffa13.

En este momento, los hidrógrafos de la Marina brit ánica están desarrollando una intensaactividad en aguas norteamericanas, para proveer de cartas más exactas a la MarinaReal. El explorador e hidrógrafo James Cook fue uno de los que colaboró en eseproyecto que abarcaba desde las costas de Labrador hasta el Golfo de México y que secomenzó a publicar a partir de 1774 como The Atlantic Neptune, en el que se utilizó porvez primera el meridiano de Greenwich 14 . Esta experiencia en aguas norteamericanas leaseguró un puesto en las expediciones de los Mares del Sur, en las que debía explorar lamayor extensión posible de las tierras ya descubiertas. Entre 1768 y 1769 dio la vueltaal mundo al mando del 1 Endeavowi , si guiendo la ruta del Cabo de Hornos a Tahití,Nueva Zelanda, Australia, Timor y Java, para regresar por el cabo de Buena Espera nza.Debido al gran éxito de su primera expedición, el Almirantazgo británico encargó alcapitán Cook emprender un segundo viaje con el objetivo de circunnavegar el globo tanlejos como fuera posible y aclarar, definitivamente, la existencia o no de un continenteque se suponía que estaba localizado entre América del Sur y Nueva Zelanda. En esteviaje, realizado entre 1772 y 1774, con el iAdve~ei y el i Resolutioni , siguió elrumbo opuesto, y por Buena Esperanza se dirigió a Nueva Zelanda y luego al PacíficoNorte, hasta el Ártico, para regresar al Atlántico Sur por el Cabo de Hornos.

El crecimiento económico de Inglaterra y sus intereses coloniales en la India fueron elmotivo para organizar una tercera expedición al mando del capitán Cook al que se leencomendó la misión de buscar una ruta más cómoda y eficaz para comunicar Inglaterracon el Sudeste asiático que la de atravesar el Cabo de Buena Esperanza. Esta travesía deCook, con el iDiscove71 y el i Resolutioni comenzó en 1776, por Buena Esperanza,Nueva Zelanda, Hawaii y Estrecho de Bering. Durante el regreso tuvo que tocar enHawaii, donde siempre había sido bien recibido, pero inesperadamente fue asesinadopor los indígenas. El capitán Cook, además de un cons umado navegante era unexcelente cartógrafo, con experiencia en trabajos topográficos en tierra, cuyas técnicascombinó siempre que pudo con las puramente hidrográficas, realizando c artasmagníficas. Muchos de sus oficiales siguieron su tradición y fueron también grandescartógrafos.

Los viajes de Cook suscitaron un gran interés del público y pronto se multiplicaron lasediciones y traducciones que relataban sus expediciones. Pero su fallec imiento en 1779complicó la publicación de los diarios oficiales de su tercer viaje, hecho que no ocurrióhasta cuatro años después del regreso. Durante ese intervalo de años aparecieron relatosextraoficiales y no es hasta 1784 cuando aparece la primera edición del relato oficial, Avoyage to the Pacific Ocean, undertaken, by the command of His Majes, for makingdiscoveries in the northern hemisphere, to determine position and extent of the west sideof North America; ist distance from Asia; and the practicability of a Northern Pasaje toEurope, con varios volúmenes. El éxito fue tal que la edición completa se agotó al tercerdía de ponerse a la venta. Otras cinco ediciones se publicaron el mismo año y otrascatorce antes del año 1800. Enseguida comenzaron a publicarse las ediciones en francés,alemán, holandés, sueco, italiano y ruso. La edición francesa de 1785 es Troisiémevoyage de Cook : ou voyage a l'ocean Pacifique, ordonné par le roi d'Angleteffe, pourfaire des découvertes dans l'Hemisphere Nord, pour déterminer la position & l'étendue

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de la Cote Ouest de l'Amerique Septentrionale, la distance de l'Asie, también con variosvolúmenes como Garles et figures du troisiéme voyage de Cook. En este último serecogen exclusivamente imágenes que ilustran su tercer viaje: multitud de grabados devistas de pueblos y aldeas, retratos de hombres de diferentes tribus, útiles y armas queutilizan, perfiles de costa, mapas, planos y un sinfin de cartas náuticas del Pacífico.

Hasta las últimas décadas del XVIII, el Ministerio de Marina, que proveía de material alos cartógrafos y en ocasiones ordenaba el levantamiento de alguna costa o larealización de alguna carta concreta, no tenía ninguna responsabilidad en suelaboración, por lo que la precisión no estaba garantizada al existir una total libertad delos impresores para usar viejas planchas. Esta situación cambia cuando en 1795 elMinisterio de Marina nombra a Alexander Dalrymple, autor de muchas cartas náuticas yque había hecho su carrera en la Compañía de las Indias Orientales, hidrógrafo delAlmirantazgo y lo pone al frente de una pequeña sección que pronto se reorganiza ycrece hasta convertirse este Departamento Hidrográfico en la primera agenciaproductora de cartas del mundo, a la par que promotora de la investigaciónoceanográfica y de las exploraciones de zonas poco conocidas.

Con el cambio de siglo y el término de las Guerras Napoleónicas la hidrografia entra enuna nueva fase debido al avance que se produce en la ciencia y en la prácticacartográfica. La representación de las costas continentales es completada ampliamentepor hidrógrafos navales británicos que se sirven de los nuevos instrumentos que reportael progreso científico y de las anotaciones de viajeros como James Cook. Bajo ladirección de Dalrymple, las expediciones se suceden y, poco a poco, el DepartamentoHidrográfico va realizando levantamientos en lugares cada vez más alejados, tónicapresente a lo largo de todo el siglo XIX. Además, las cartas dejan de ser consideradassecretos militares, poniéndose a la venta pública para el uso de la marina mercante apartir de 1823 e iniciándose un período de constantes intercambios entre los distintosdepartamentos hidrográficos de Gr an Bretaña, Francia, Dinamarca, Rusia y EstadosUnidos.

• Italia

En 1646 se publica el primer atlas náutico hecho por un inglés, con la particularidad deque fue elaborado en Italia y en italiano. La obra lleva por título Dell'Arcano del Marey su autor y editor fue Sir Robert Dudley, geógrafo, ingeniero y explorador. Porentonces estaba exiliado en Florencia y publicó su trabajo que abarcaba el mundo enteroy que incluía cartas grabadas en cobre, en típico estilo italiano. Se encargó del grabadoFrancesco Lucini, a quien se le debe, entre otras cosas, la esmerada caligrafia. Esdestacable por ser el primer atlas con cartas trazadas en proyección Mercator, en las quese ve la tendencia a representar los entrantes del mar de forma alveolar, siguiendo aWaghenaer o Blaeu. Caso contrario es el del italiano Baptista Boazio que trabajó enInglaterra haciendo cartas de compilación de las expediciones de Drake.

• Francia

En este país también pronto se le concedió gran importancia a los temas navales y enestos primeros años destaca la labor de André Thevet, un franciscano navegante ygeógrafo, protegido por Enrique III, que publicó en 1587 un atlas náutico, Le GransInsulaire et pilotage, dans lequel sont contenues pluisieurs plans dílsles habitées et

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deshabitées, et descriptions d'icelles, que refleja el amplio conocimiento que tenía delos mares. Este interés en Francia por la navegación se refleja además en la creación,por parte de algunos pilotos que navegaron hacia costas lejanas, de escuelas náuticascomo la de Dieppe, de la que procedían el cartógrafo y navegante Guillaume Le Testu,autor en 1556 del atlas de gran formato Cosmographie Universelle; Jean Cossin, que en1570 publicó un mapa en proyección sinusoidal; Jacques de Vaulx, Guillaume LeVasseur, autor de la Geographie ou Art de Naviguer y difusor de las cartas de Mercator;o Jean Gerard, autor de otro Traité de la Navigation y descubridor de la inclinaciónmagnética.

Ya en el siglo XVII, el predominio de los holandeses en la topografia hidrográfica y enla publicación de cartas marinas fue disputado por Francia. En 1666 se creó en París laAcademie des Sciencies con el propósito de dedicarse al estudio de las ciencias de laTierra. Para la realización de estos estudios, la Academia reunió sabios de toda Europa,como el matemático Leibnitz, Huygens y Picard; los astrónomos Cassini y Lleyelius; elnaturalista Hartsoeker, el botánico Marchan el fisico Marian de la Chambre, elquímico Pecket, y el óptico Von Ischiausen. Sus tareas prioritarias fueron lamedición del arco de meridiano, la determinación de longitudes y el estudio de lagravedad y el magnetismo, tareas todas ellas no sólo de importancia científica, sino deaplicación directa a la cartografia y la navegación.

El gobierno francés requeria cartas y mapas de absoluta precisión15 que hacía necesariala realización de nuevos levantamientos costeros, trabajo que fue emprendido por losingenieros reales de Luis XIV a mediados del siglo XVII, entre los que destacan Ricardy La Hire. Sus cartas, con infmi&d de detalles y en proyección Mercator quecomprendían las costas atlánticas y fueron publicadas en 1693 bajo el título Le NeptuneFranÇais. Ese mismo año, los editores Jaillot y Pierre Mortier las grabaron de nuevo ylas publicaron en Amsterdambajo el mismo nombre, pero con textos en francés,holandés o inglés.

Ya en el siglo XVIII destaca el atlas Recueil de plusieurs Plans et Ports et Rades de laMediterranée, de Michelot y Bremond, editado en 1730 en Marsella por LaurensBremond; entre 1732 y 1746 están fechadas las cartas que componen otro atlas deparecido título, el Recueil de plusieurs Plans des Ports et Rades et quelques charlesparticuliéres de la Mer Mediterranée, de Jacques Ayronard, piloto real de las galerasdel rey de Francia, obra grabada por Louis Come, con notables sombreados en relieve.En 1720 se había fundado en París el Dépót des Ces et Plans de la Marine, cuyoprimer director fue Jacques Nicolas Bellin, uno de los hidrógrafos franceses másnotables. Este servicio publicó en 1753 una nueva edición de Le Neptune FranÇaiscorregida y aumentada y antes de que finalizase el siglo se publicaron otras edicionesdel mismo atlas, entre ellas una de Bellin, que también editó L'Hydrwaphie franÇaiseen 1756. De 1764 es Le Petit Atlas Maritime, obra que recoge infinidad de mapas ycartas náuticas de todo el mundo en cinco volúmenes. El de la Biblioteca de laUniversidad de Sevilla sólo conserva los tres primeros, dedicados el primero y segundoa América y el tercero a Asia y África. Estos trabajos privados enlazan con los oficialesdel Dépót Général de la Marine.

En 1762, Rigobert Bome16, ingeniero matemático e hidrógrafo del Dépót y que sucedióa Bellin en su cargo, publicó el Atlas Maritime y el Neptune Amérique Septentrional. Ensu labor oficial Bonne había recopilado algunos de los mapas más detallados y precisos

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de la época. Su trabajo representó un paso importante en la evolución de la cartografiadistanciándose de los trabajos decorativos del siglo XVII y principios del siglo XVIIIhacia una orientación más de tallada y práctica. Si bien se centran principalmente en lasregiones costeras, la obra de Bonne es muy apreciada por sus detalles. En 1787 publicó,junto al fisico y geólogo Nicolas Desmarest, Atlas Encyclopédique, contenant laGéographie Ancienne, et quelques Cartes sur la Géographie du Moyen Age, laGeographie Moderne, et les Cartes Relatives a la Géographie Physique. Esta obra endos volúmenes supuso un extraordinario avance al construir un atlas universal a partirde mil quinientas cuarenta posiciones astronómicamente dete rminadas, aunque hay quedecir que una buena parte de ellos se habían determinado a p artir de la critica de fuentesdiversas como itinerarios u observaciones antiguas. El número de posicionescientíficamente establecidas en que apoyar la c artografia de la Tierra era todavíarelativamente reducido en el siglo XVIII. A principio de dicho siglo Guillaume Delisle,primer cartógrafo del rey de Francia solo disponía de unas cien para la realización delplanisferio terrestre.

Atlas Encyclopédique se divide en dos partes y al principio de cada una de ellas el autorrealiza un análisis de las c artas que contiene. La obra tiene una sobria portada con ungrabado representando un libro abierto y diferentes instrumentos de escri tura.

Por otro lado, Jean Nicolas Buache de la Neuville, geógrafo y conse rvador de los mapasde la Marina y de la Oficina de Longitudes, fue sucedido por Charles FranÇoisBeautemps-Beaupré, excelente hidrógrafo y organizador, que extendió su campo deacción al mundo entero. Obras suyas fueron el Neptune de la Baltique, de 1785, yCostes de la France, en 1824. Bajo su dirección, el Dépót Général de la Marine envió alPacífico varias expediciones que contribuyeron a los continuos avances cartográficos,tónica que se mantiene a lo largo del siglo XIX.

• España

Sorprende la ausencia casi total de autores privados españoles durante la primera época,frente a tanto cartógrafo destacado en los restantes países europeos. Esta situación esconsecuencia de varias circunstancias conjuntas, la principal el monopolio oficial delcomercio con las Indias, que impidió el desarrollo de grandes empresas comerciales yde navegación, y su consiguiente demanda de cartografia, ya que la necesaria eraproporcionada bajo el control de la Casa de Contratación de Sevilla. Por otro lado, lapertenencia de los Países Bajos a la monarquía, hacía a los reyes de España considerarcomo propia la producción de éstos, al i gual que ocurrió con la de Portugal durante elperíodo de su anexión.

La Casa de Contratación había asumido las tareas cartográficas y la formaciónprofesional de los marinos desde su creación y cumplió bien estas misiones durantemucho tiempo, pero mediado el siglo XVII entró en una fase de decadencia. Se guíaexistiendo formación de pilotos a cargo del Real Colegio de San Telmo de Sevilla,fundado en 1681 y que se encontraba bajo la d ependencia de la Casa de Contratación yde la Universidad de Mareantes de Sevilla.

Una reorganización emprendida por Felipe V en 1717 supuso el final de la Casa deContratación, sustituida por el Tribunal de Contratación de Indias, que estableció lasEscuelas de Navegación donde se preparaban los miembros del Cuerpo Civil de Pilotos

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de la Armada, para suplir la escasez de oficiales navales competentes. Estas escuelastambién confeccionaban la c artografia para las expediciones, que a finales de sigloadquirieron un carácter científico equiparable al de cualquier otra nación.

La Armada española puso notable empeño en la exploración de las costas de Ámericadel Norte y uno de los más notables navegantes de esta etapa de florec imiento fueAlejandro Malaspina, que en 1774 ingresó en la escuela de guardiamarinas de Cádiz yque navegó dos años por Asia y Oceanía al mando de la i Asunción ; de 1784 a 1788dio la vuelta al mundo con la fragata i Aseai ; pero su viaje más importante fue el queempezó el 30 de julio de 1789, zarpando de Cádiz con las corbetas i Descubiertas y1Aevi&I , para realizar un viaje científico cartografiando las costas americanas delPacífico desde el Cabo de Hornos hasta Alaska.

Entre tanto en España, trabaja Vicente Tofiño de San Miguel, que en 1757 es reclamadopara dirigir la Academia de Guardiamarinas. Acompañó a la expedición francesa queiba a realizar diferentes mediciones as tronómicas en las Islas Canarias para futuroslevantamientos cartográficos, donde aprendió sus técnicas. Entre 1783 y 1788 realizópor encargo de Carlos III un atlas maritimo de las costas de España, s imilar al que sehabía realizado recientemente en el país vecino. Para la realización de este encargofueron decisivas las importantes innovaciones científicas y técnicas que se dieron afinales del siglo XVII y en el siglo XVIII y que facilitaron el desarrollo de unacartografia e hidrografia mucho más exactas. Este Atlas Marítimo de España es sumejor obra y constituye el primer estudio sistemático y actualizado de las cos tasespañolas realizado hasta el momento.

Para este atlas siguió el modelo aplicado en Francia por Picard y La Hire, quecombinaba operaciones terrestres y maritimas, realizándose la cadena de triángulos apartir de unos puntos principales fijos, y que contaba con todo el apoyo del Ministeriode Marina y el personal del Observatorio de Cádiz. A esta misión se destinaron unafragata y un bergantín, este último para acercarse a las calas y puertos menos accesiblespara la fragata. Para realizar las operaciones geodésicas y as tronómicas se encargó aJacinto Magallanes, técnico especializado en instrumentos de observación, queadquiriese en Londres numerosos instrumentos científicos para tal fin17.

El conjunto total de la obra está compuesto de cartas planas, en las que la red deparalelos y meridianos forma fi guras rectilíneas, con idénticos valores de longitud ylatitud; cartas esféricas, en las que se mantiene el paralelismo de los meridianos en elecuador deformándose la longitud hacia los polos; y cortes con vistas de costa. Sonpiezas de gran calidad técnica y precisión, en que se muestran con minuciosidad losperfiles costeros e innumerables detalles de todos los accidentes de los mismos, comoplayas y arenales. A ello hay que añadir la inclusión, por primera vez, de informaciónsobre la naturaleza del fondo, para lo que se practicaron multitud de sondas.

Para la confección de los grabados se seleccionó a un grupo de destacados artistas,todos españoles, que fueron los más importantes den tro del panorama artístico del sigloXVIII. Nombres como Bouzá, Fernando Selma, Santiago Droüet, B artolomé Vázquez,Josef Assensio, Joaquín Ballester, Juan Moreno Tejada, S. Brieva, Joaquín Fabregat oSalvador Carmona fueron los encargados de la labor de llevar a las planchas de cobrelos dibujos a pluma realizados por los oficiales de la Armada, entre los cuales se

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encontraban, además de Tofiño, grandes c artógrafos que colaboraron con él, como JoséVarela y Ulloa o Juan de la Cruz Cano y Olmedilla.

El atlas cuenta con una magnífica portada alegórica, en la que un marco vegetal encierrauna vista de un cielo en que entre las nubes aparece un gran sol, rodeado de variossignos zodiacales, cuyos rayos llenan dos tercios de la imagen. Sobre éstos el título de laobra y la fecha de impresión. También vemos el lema i Quae tentare Thetim ratibus.Virgil. Bucólica", perteneciente a la IV égloga del poeta Virgilio y que hace referencia alos navíos que surcan la mar. Bajo el lema se aprecian una serie de instrumentoscientíficos y cartas náuticas que rodean el escudo pequeño o simplificado de la Corona,usado hasta 1868, en el que únicamente aparecen las armas de Castilla y León, Granaday las flores de lis de los Borbones y que está adornado con el Toisón de Oro. El grabadoestá firmado por el gran pintor y dibujante Rafael Mengs y por Manuel SalvadorCarmona.

Con los trabajos de Tofiño y Malaspina se relacionan los de Felipe Bauza y Cañas,distinguido cartógrafo que ingresó como piloto meritorio en la Escuela de Navegacióndel Departamento de Cartagena en 1779. Desde 1785 colaboró con Tofiño en su AtlasMarítimo de España, embarcando luego como c artógrafo en la expedición deMalaspina. Al regreso quedó destinado en Madrid para hacerse cargo de la delineación,grabado y estampación de las cartas levantadas, a cuyo fin se creó en 1789 el D epósitoHidrográfico, que en 1797 se convirtió en la Dirección de Trabajos Hidrográficos.

La labor cartográfica naval prosiguió con fortuna varia durante el siglo XIX, en lascostas de las cada vez más escasas colonias; el D epósito Hidrográfico continuó su laborhasta 1906, en que cambió su nombre por el de Dirección de Hidrografia.

Derroteros

Los derroteros son una versión marina de los itinerarios terres tres. En ellos sesintetizaba el conocimiento acumulado por generaciones de navegantes y se describíanuna ruta determinada y registraban los accidentes geográficos de la costa a cuya vista senavegaba: cabos, ensenadas, playas, lugares de aguada, sitios de abastecimiento devíveres y leña, distancia entre puntos conocidos, dirección de los vientos y de lascorrientes, dificultades y cuantos datos o noticias eran válidos para la navegación. Elderrotero es un complemento indispensable de la carta náutica porque, aún en laactualidad, ésta es insuficiente y con mayor razón en la Antigüedad y Edad Media,paraproporcionar todos los datos que se necesitan al navegar. Los derroteros est ándirectamente relacionados con la cartografia náutica coetánea.

Ya señalamos que los griegos usaban c artas náuticas y derroteros para la navegación.Pese a que de las primeras no nos ha llegado ningún ejemplar, en cambio sí se hanconservado varias descripciones costeras llamadas periplos 18 que constituían susderroteros. Así, los periplos griegos suministran la prueba convincente de que lanavegación era entonces esencialmente costera. Los periplos describen sólo las costas,con indicación de las distancias en estadios entre puertos y puntos importantes,características de los fondeaderos -seguridad, escollos, vientos dominantes- y expresamención de su disponibilidad en víveres, a gua y leña. El más completo y también el más

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antiguo de los periplos del mar Mediterráneo es el de Escilax de Caryanda, y el másmoderno es uno bizantino del siglo X, el Stadiasmós19

A partir del siglo XIII, al aplicarse la brújula o aguja náutica al arte de navegar, apareceel tipo de derrotero denominado portulano 20, que proporciona, además de las distanciasen millas entre puertos y puntos importantes de la costa, los rumbos magnéticos queunen esos lugares. Como ya señalamos anteriormente, en la segunda mitad del sigloXIII, sincrónicamente a los portulanos o libros de derrota, hace su aparición la cartanáutica provista de una red de rumbos magnéticos y de escalas gráficas, que, porextensión, lleva también ese nombre. El más antiguo de los portulanos o libros dederrota conocidos es la obra italiana Compasso da navigare, cuyo texto lleva la fecha de1296, si bien reproduce un prototipo que se remonta a 1250-65 y que se considera deorigen pisano21.

La guía escrita para uso de los navegantes -el derrotero, en español; routier, en francés;roteiro, en portugués, y sailing-direction o mtters en inglés- fue durante siglos la guíafundamental de los pilotos para dirigir las naves hacia un lugar determinado y hasta elXV el medio del que dependían los marinos del noroeste de Europa.

A finales del siglo XV, complementarán su información gráficamente y de formasistemática con vistas y perfiles de la costa, tal y como eran vistos desde el mar, y, enalgunos casos, pequeños mapas de la zona abarcada para facilitar a los pilotos lanavegación.

La cantidad de este tipo de obras que se han publicado desde la época moderna esingente, por lo que realizar un análisis pormenorizado de su evolución a lo largo de lossiglos sería tarea para un estudio aparte. Esto nos ha obligado a ceñirnos a unos cuantosejemplares destacados, algunos de los cuales se encuentran en la Biblioteca de laUniversidad de Sevilla.

Uno de los primeros derroteros impreso publicado en 1592 fue el Thresoor der Zee-Vaerdt del ya citado Waghenaer, que se trata de un libro de rutas sin cartas.Posteriormente realizó otro de tipo manual, para uso directo de los marinos, que llamóEnchuyser Zeecaertbook, también a modo de derrotero, sin cartas, pero con perfiles decosta.

Otra obra temprana, es la 1585 de Andrés de Poza, Hydrografia la mas curiosa quehasta aqui ha salido a luz, en que de mas de un derrotero general se enseña lanavegacion por altura y derrota y la del Este Oeste, con la graduacion de los puertos yla navegacion al Catayo por cinco vias diferentes. El texto se divide en dos tratados, elprimero relativo a geografia, astronomía, instrumentos y avisos necesarios para lanavegación; en el segundo se describen detalladamente las costas, puertos y accidentesgeográficos del Atlántico europeo. Al final Poza incluye un discurso del oficial de laarmada inglesa Guillermo Bourne sobre la navegación del Catayo y una tabla delatitudes y longitudes de varios puntos principales de las costas.

El arte de navegar fue publicado en 1712 y es obra de Manoel Pimentel, CosmógrafoMayor de Portugal, e hijo de Luis Serrano Pimentel, que había ocupado el mismo cargoanteriormente. La obra está dividida en dos partes, la primera de ellas teórica, mientras

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que la segunda, más extensa, se corresponde con una serie de derrotas de diversas partesdel mundo.

Las lecciones teóricas, con multitud de ejemplos y casos prácticos, tratan de las materiasesenciales del arte de navegar, explicando los instrumentos principales para tal fin,nociones de astronomía o las diferentes cartas de marear. A estas explicaciones seañaden tres láminas con grabados, mostrándose en dos de ellos los diferentesinstrumentos náuticos y las formas en que se usan, mientras que en el tercero, plegado,se muestra el Cuadrante de Reducción. Además de en las láminas, aparecen en la obragrabados intercalados en el texto, entre los que sobresale una gran rosa con los treinta ydos vientos, decorada en su parte central con un navío y varias cabezas soplando junto aunas manos que salen de entre las nubes. Los puntos cardinales más representativosestán reflejados con una gran flor de lis, que indica el norte, mientras que el este semarca con un pequeño adorno.

La segunda parte de la obra es el Roteiro das Ilhas dos Atores, e de Cabo Verde. Guiné,Angola, Braza, Indias Occidentaes, e Orientaes, Costa de Hespanha, e MarMediterráneo. Estos itinerarios, descritos con todo detalle, tienen como complementodieciocho láminas con treinta y cuatro cartas grabadas en las que se pueden ver losplanos de los puertos más importantes de esas zonas. El conjunto es una magnífica obra,bien editada que incluye interesantes grabados que acentúan el valor de la misma.

Réné Bougard fue autor de Le Petit Flambeau de la Mer, manual de náutica, quecontiene 67 cartas y fue muy usado en las escuelas de navegación desde 1684 hasta1817. Esta obra toma prestado su título de los atlas náuticos de Blaeu y JanssoniusFlambeau de la navigation ou Phalot de la mer y de Goos, Grand et Nouveau Miroir ouflambeau de la mer. Su semejanza con estas publicaciones se detiene ahí, ya que éste esuna guía de cabotaje ilustrada con grabados. De él se realizaron múltiples ediciones,llegando a traducirse al inglés en 1801. Bougard era capitán de buque, luego, a partir de1691, teniente de las naves del rey. Pocos son los datos de su vida, pero se sabe quemurió sin haber participado en otras publicaciones.

Bougard presenta su obra como el resultado de las observaciones realizadas en un viajea las Indias Orientales entre 1682 y 1683, mejorando la ruta que había realizado Dassiéen 1677, al que no cita, pero que seguramente utilizó. Dassié no trataba prácticamentelas costas europeas y su obra no estaba ilustrada, al contrario de la de Bougard que sí lasdetalla, al igual que las de África y parte de Asia.

En nuestro país es necesario destacar la figura del erudito José Mendoza y Ríos, que,aunque no llegó a publicar nunca su proyecto para un derrotero de las costas europeas,realizó una labor inestimable en el Depósito Hidrográfico Español. Mendoza Ríos es,muy probablemente, el matemático y astrónomo de origen español que, en los últimosdos siglos, alcanzó el más alto reconocimiento internacional por su obra científica.

En 1776 ingresó en la Armada, procedente del regimiento de dragones del rey, dondeademás de su carrera militar, interrumpida por diversas enfermedades, desarrolló uninterés por los estudios científicos. Entre 1782 y 1784 comenzó a escribir un extensotratado sobre las ciencias y técnicas relacionadas con la navegación. La obra, tituladaTratado de navegación, está compuesta de dos libros: el primero relativo a la geografia,astronomía y cronología; el segundo dedicado al pilotaje tratando distintos aspectos

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relativos a la navegación teórica, instrumentos, cartas náuticas, etc. A principios de1787 lo sometió a consideración del Teniente General de la Armada, Antonio Valdés,quién era partidario de una modernización de la Marina Real y la falta de obras dereferencia era uno de las lagunas existentes.

El autor declara que para la lectura de su tratado es preciso conocer la Ari tmética,Geometría y ambas Trigonometrías, lo mismo que el álgebra, pero señala también quesu libro ha sido diseñado para ser leído con provecho por estudiantes con conocimientosmatemáticos sublimes, es decir, de cálculo infinitesima1 22. Esta salvedad expresaba lasambiciones de cambio científico que existían entonces en ciertos grupos de la RealArmada. Una vez que el manuscrito fue revisado se recomendó su publicación yMendoza se hizo cargo de la tarea de supe rvisar la publicación de su obra. El tratado fuepublicado por la Imprenta Real dentro del mismo ano de 1787. Se esperaba que esa obrafuera adoptada por las acade mias de guardias marinas como libro de texto; sin embargoesto no ocurrió, prevaleciendo una tendencia más conservadora en la enseñanza.

La primera mención de Mendoza acerca de la necesidad de realizar un derrotero de lascostas europeas la encontramos en las conclusiones de su Tratado de Navegación. En1787 expuso ante sus superiores un informe en el que solicitaba viajar por distintospaíses europeos y recoger doc umentación cartográfica para elaborar dicho derrotero. Elplan, que era muy detallado, preveía recorrer las costas occidentales y s eptentrionales deFrancia, Italia, Grecia, Inglaterra, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Rusia, Polonia yAlemania. Añadía que aunque sólo se consi guiera formar una extensa colección decartas náuticas, la comisión ya valdría la pena. Su proyecto finalmente fue ampliado yse marcó unos objetivos mucho más ambiciosos, pues se trataba de examinar losadelantos de otras naciones en ciencia naval. Además, consideró que era necesarioformar una Biblioteca de Marina y un Depósito Hidrográfico en la Nueva Población deSan Carlos, por lo que se creó una co misión para copiar en los archivos españoles todala documentación relativa a la Marina. Para este fin Mendoza se encargó de recogermaterial en Francia e Inglaterra, donde se creó una r eputación científica, llegando a sermiembro de las respectivas Academias de Ciencias. Allí consiguió reunir una notablecolección de cartografia inglesa y francesa principalmente, tanto en c artas sueltas comoen atlas y otra no menos interesante colección de libros de viajes y derroteros que, através del Depósito Hidrográfico llegaron al Museo Naval.

Por último, nombraremos el Derrotero de las costas de España en el Océano Atlánticoy de las islas Azores o Terceras, para inteligencia y uso de las cartas esféricas, del yamencionado cartógrafo español Vicente Tofiño. Como señalamos anteriormente, elorigen del proyecto cartográfico de Tofiño está en el hecho de que los responsables dela Armada fueron concienciándose de la necesidad de sustituir la cartografia poco fiableque hasta ahora se venía utilizando.

Los trabajos de levantamiento de las costas españolas se iniciaron en las costas delMediterráneo, durante los anos 1783, 1784 y 1785. Posteriormente, se cartografiaron lascostas de Galicia y Portugal, en 1786, la costa cantábrica, en 1787, y finalmente elarchipiélago de las Azores. Al finalizar las campanas para el levantamiento en elMediterráneo, los resultados se enviaron a Madrid para iniciar las tareas de grabado,estampación, impresión y distribución de las c artas y derroteros, publicándose en 1787un primer tomo de su atlas, con quince cartas de las costas mediterráneas y el Derroterode las costas de España en el Mediterráneo y sus correspondientes de África. Algún

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tiempo después, en 1789 publica el segundo tomo con treinta cartas del OcéanoAtlántico y el Derrotero de las costas de España en el Océano Atlántico y de las islasAzores o Terceras, para inteligencia y uso de las cartas esféricas. Ese mismo año,algunos meses más tarde, publica el Atlas Marítimo Español, del que ya hablamos y quereúne en un sólo volumen lo publicado hasta el momento y algunas cartas que no sehabían incluido anteriormente.

Conclusión

A lo largo de la historia el desarrollo científico ha sido el instrumento fundamental parael progreso de la cartografia náutica. Desde esas primeras cartas, construidas conconchas o a mano sobre pergamino y esas navegaciones de cabotaje en las que no seperdía de vista la costa, hasta las célebres exploraciones de Cook recorriendo losocéanos han pasado muchos nombres propios que, con sus descubrimientos, susconocimientos y sus logros, se han convertido en parte de la historia de las cartasnáuticas y la navegación.

En la cartografia náutica, la tecnología ha cambiado continuamente para resolver lasdemandas de nuevas generaciones de cartógrafos y navegantes: la introducción de labrújula, que permitía la creación de cartas más exactas; los avances en dispositivosmecánicos tales como la imprenta o el cuadrante, utilizados para la producción en masade mapas y la capacidad de hacer reproducciones más exactas de datos; la tecnologíaóptica, como el sextante y otros dispositivos, que permitían examinar de forma másexacta la tierra y aumentaron la capacidad de los creadores de mapas y navegantes paraencontrar su latitud midiendo ángulos.

Ya en el siglo el desarrollo tecnológico ha sido de tal magnitud que se handesbordado las técnicas cartográficas: el empleo de la fotografia aérea, desarrolladadurante la I Guerra Mundial y generalizada en la elaboración de mapas durante la IIGuerra Mundial o el lanzamiento de satélites, han convertido la labor de los maestroscartógrafos de siglos anteriores en verdaderas obras de arte.

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NOTAS

1 MARTÍN MES, L. (1993), Cartografía Marítima Hispana. La Imagen de América,Barcelona, p. 13.2 Para un mayor conocimiento acerca de la carta náutica atribuida a Marino de Tiro véaseCEREZO MARTÍNEZ, R. (1994), La cartografia náutica española en los siglos XIV, XV y XVI,Madrid, pp. 5-6.3 En el Mediterráneo occidental las denominaciones más frecuentes eran: el norte Tramontana,representado por una flor de lis, símbolo de Francia; el sur con la A de Austro, a veces O deOstro; el este con una cruz, por ser la dirección de Tierra Santa; y el oeste con la P de Poniente.Cuando comenzaron a usarse las brújulas en el Atlántico, estos nombres perdieron su sentido yse sustituyeron por los puntos cardinales.4 El italiano Jerónimo Cardano, que vivió en el siglo XVI, fue el inventor de un sistema desuspensión que evita que las oscilaciones del barco perturben el funcionamiento de la aguja.5 Martín Merás (i De los portulanos al Padrón de Indiasi en La Imagen del mundo. 500 años decartografía, Santillana del Mar, 1992, p. 16) y Cerezo Martínez (La cartografía náuticaespañola en los siglos XIV, XV y XVI, Madrid, 1994, p. 28) proponen distintas teorías sobre lacreación de las cartas portulanas.6 MARTÍN MERAS, L. (1992), i De los portulanos al Padrón de Indiasi ... op. cit., p. 23.7 %idem.8 Para un mejor conocimiento de la proyección Mercator véase MARTÍN LÓPEZ, J. (1977),Cartografía, Madrid, pp. 125-127.9 Rumold Mercator, hijo del célebre Gerhard Mercator, realizó junto a Hondius la obra Atlassive Cosmographicae Meditaciones de Fabrica Mundi, en la que por primera vez se usaba esenombre en alusión a Atlas, el gigante mitológico que lleva el mundo sobre sus espaldas. Pero apartir de entonces la palabra adquirió un nuevo significado y pasó a designar a las coleccionesde mapas o cartas.1 ° MARTÍN LÓPEZ, J. (2002), Historia de la Cartografía y de la Topografía, Madrid, p. 193.11 %idem

12 El trazo de itinerarios costaneros fue sustituido por la triangulación, con una medida base a lolargo del litoral y se fijó la situación de promontorios, rocas, sondas, etc., por intersección.13 Murdoch Mackenzie describió sus métodos en su sistemático Treatise on maritime surveyingde 1774, que contenía una descripción del indicador de estaciones, instrumento muy utilizado enel siglo X.14 En 1675 se creó el Observatorio de Greenwich, más dedicado en principio a la navegaciónque a la astronomía, cuyos directivos tuvieron una gran importancia en los avances de lacartografía. Su meridiano tiempo después se convertiría en el origen de todos los mapasmundiales.15 Siendo el poder predominante en Europa, el gobierno exigía total precisión, debido a lademanda provocada por el avance de las ciencias astronómicas y matemáticas alcanzado pormiembros de la Academia de las Ciencias.16 Es autor de la célebre proyección cónica equivalente, ideada para países y continentes delatitudes medias y muy utilizada, aún en nuestros días. y diseñó mapas divididos en husos quesirvieron para formar los globos de Delamarche17 Londres era en ese momento un prestigioso centro de fabricación de esta clase de artilugios deprecisión y sus técnicos los más acreditados artífices de los mismos. Péndulos, anteojosacromáticos, sextantes dejesse Ramsden y Edward Nairne, agujas, teodolitos y un largo etcéterasirvieron para realizar las exactas mediciones que durante cinco años se llevaron a cabo en lascostas peninsulares.18 Periplo significa literalmente en griego navegando alrededor, que se correspondeaproximadamente con el latín navigatio, viaje en embarcación.19 LAGUA TRIAS, R. A. (1964), La aportación científica de mallorquines y portugueses ala cartografia náutica en los siglos XIV al XVI, Madrid, pp. 2-3.

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20 En su origen, las voces portulanus y magister portulanus indicaban a un oficial o funcionariodedicado a la vigilancia en los puertos, tal y como aparece en documentos napolitanos del sigloXIII. Más tarde, la palabra pasó a significar un libro de rutas.21 LAGUARDA TRIAS, R. A. (1964), La aportación científica..., op. cit., pp. 2-3.22 ORTIZ, E. L. (2001), i Joseph de Mendoza y Ríos: teoria, observación y tablasi , en Gaceta dela Real Sociedad Matematica Española, Vol. 4, N° 1, p. 158.

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la cartografía y la navegación: cartas náuticas y derroteros ......la cartografía y la...

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