la alimentación en los niños
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La alimentación y la compañía
Las personas nos comunicamos mejor cuando comemos. Reuniones, festejos y almuerzos siempre están acompañados de alimentos.
Así, el comer no solo es una cuestión de alimentación sino una forma de estar con los demás
La preparación del alimento
Para preparar el alimento, necesitamos disponibilidad, tiempo, imaginación y amor al servicio de los demás.
Detenernos a mirar, olfatear, elegir, saborear
Conectarnos con nuestra esencia.
La preparación del alimento en nuestra realidad
En épocas del fast-food y de distancia con nuestra esencia ya no disponemos del tiempo para ocuparnos de atender las necesidades básicas, ni de los placeres del cuerpo y del alma
Desatendemos la calidad de nuestros afectos, nuestros sueños, nuestras relaciones y lo que comemos
La preparación del alimento hoy
En estas condiciones anímicas preparamos la comida, sin esmero, ni interés y con ganas de terminar el trámite. Que por otro lado lo consideramos rutinario y aburrido.
Estamos alejados de la naturaleza
Comienza la alimentación complementaria
Es en este contexto en el que comenzamos a preparar la alimentación complementaria, y una tendencia alarmante de ofrecer productos muy alejados de nuestra naturaleza
Comienza la alimentación complementaria
Por otra parte, la introducción del alimento en el bebé viene ceñido de recetas pediátricas y son más una preocupación que un olfato del alma
Conectémonos con nuestra esencia
Preparemos alimentos sencillos, como los cereales, legumbres, verduras y frutas que florecen en la naturaleza.
Son de sabores simples, colores suaves, elaboración fácil y muy barato
Disfrutándolo
Cocinar y dar de comer es como dar calor y cobijo.
Es un momento ideal para compartir la vida cotidiana, comunicarnos y lograr el encuentro humano.
Sentándonos sin apuros y con nuestros niños en “upa” aunque más no sea de vez en cuando
Evitemos elegir “lo peor”
La vida moderna, apurada y exigida; nos desconecta con nuestra naturaleza y nos lleva a elegir “los alimentos de peor calidad” para nuestros hijos: salchichas, “patitas de pollo”, palitos, chizitos, formitas, galletitas, postrecitos y gaseosas
Las golosinas
El problema no pasa por comprar o no la golosina, sino por convertir al chocolate o caramelo en un elemento sustituto de satisfacción en lugar de la escucha y atención
Las golosinas
Para el niño suele ser mas exitoso pedir caramelos que compañía y atención.
El adulto satisface lo que escucha pero no lo que realmente necesita, y al niño la satisfacción le dura lo mismo que dura el caramelo en la boca, y pedirá otro y otro, ya que en realidad no lo satisface
Las golosinasAl kiosco sí pero con
amor“Nunca olvidaré a mi
abuelo que me compró los chocolates más ricos , todos los domingos en la plaza, mientras me acompañaba con mi triciclo”
Costumbres occidentalesla hipervaloración de la leche
Como no vamos a dar leche?!
Recordemos que ningún mamífero la incluye en su vida adulta después del período de lactancia
Las góndolas de los supermercados están repletas de productos lácteos azucarados, acompañadas de fuertes presiones comerciales que te hacen creer que si no los das sos una “mala madre”
La trampa
Reemplazar la conexión profunda con dulzura superficial
Los niños pueden comerlos, sin atención de los padres, sin elaboración y creyendo que es un alimento “completo e irremplazable”
Exigencias y posibilidades a la hora de comer
Los adultos tienen un objetivo que es claro: deben terminar el plato. Así, cada comida se convierte en una pequeña guerra, en un momento de tensión y de hartazgo entre niños y grandes
La exigencia
Aparece como actitud preponderante a la hora de comer: lo que deberían comer y lo que no se discute.
Para el adulto se convierte en una preocupación
La exigencia
Luego crecen y continuamos con la misma actitud, “no levantarse de la mesa”, sería mejor que esto sea una elección del niño de “desear estar” en la medida que los padres hayan construido situaciones de armonía y encuentro, y el niño se sume naturalmente
La comida debería estar asociada al compartir y al placer y no al reproche
Exigencia Vs. deseo
• En el deseo: uno propone y el otro puede aceptar o no.
• En la exigencia: no se tiene en cuenta el deseo del otro
La exigencia
Los niños más exigidos y más presionados van perdiendo la capacidad de saber lo qué quieren. Tan acostumbrados a responder a los deseos del otro, se pierde su propia búsqueda y su posibilidad de elección
Lo ideal como adultos
No obsesionarse por lo que comen o dejan de comer. Es importante en este encuentro familiar valorizar el clima de respeto mutuo, compartir el gusto por la comida, desde un lugar de autonomía, libertad y placer.
Los niños necesitan comer jugando como los adultos lo hacemos conversando, muy diferente a insistir con la cucharita de puré.
La comida es el momento ideal de encuentro, en el que se detiene el ritmo cotidiano, donde los niños pueden encontrar el calor y amor de sus padres