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LA REBELION DE LOS MACABEOS (Antecedentes históricos) En el año 198 a JC Antíoco III Megas, rey de Siria, y su aliado con Filipo V de Macedonia, declaran la guerra al ejército egipcio de Ptolomeo V, aprovechándose de la anarquía existente en la ciudad de Alejandría, con el único objetivo de arrebatarles la región de Celesiria 1 zona en litigio desde el 318 a JC y que provocó las conocidas como guerras sirias. La batalla decisiva de la quinta guerra siria se libró en Panio, cerca del nacimiento del río Jordán. Antíoco III, al mando de un poderoso ejercito comandado por él mismo derrotó al general egipcio Escopas de Etolia y al ejercito egipcio, anexionando para Siria toda la región que incluía lo que hoy conocemos como Líbano e Israel a excepción de la zona de Gaza pues los romanos, por miedo a perder el grano que importaban de Egipto, advirtieron a los sirios de que se abstuviesen de invadir Egipto bajo la amenaza de iniciar una guerra contra ellos. Antíoco acató la orden y junto a Ptolomeo firmó una paz que consistía en que el reino ptolemaico de los lágidas 2 renunciara a sus dominios en Celesiria y también que Ptolomeo V, rey de Egipto, se casara con la hija del rey sirio, Cleopatra I, Syra. Los lágidas, casi siempre fueron tolerantes con la cultura y la religión de los territorios por ellos conquistados incluido Judá. Sin embargo los seléucidas intentaron por la fuerza la helenización de todas sus tierras conquistadas. Eso provocó una gran tensión entre los judíos que aceptaban el cambio (generalmente los helenistas, es decir, gran parte de la aristocracia sacerdotal de la casta de Sadoc) pues eran verdaderos admiradores de la cultura griega y partidarios de cambiar la antigua tradición judía por un sistema distinto y los ultra tradicionalistas (los hassidim o asídeos) 3 , los “puros”, que velaban por la más absoluta observancia de la Ley de Moisés (la Torah 4 ). La situación se fue tornando más violenta cuando los saduceos Jasón y Menelao, seguidores de la helenización del pueblo judío y sin ningún tipo de escrúpulos, son nombrados primero uno y luego el otro, Sumos Sacerdotes, con el apoyo que el rey de Siria les presta a cambio de grandísimas sumas de oro y plata. 1 Notas extraidas de Wikipedia (Internet) ? Celesiria, cuyo significado es «Siria hundida», fue una región del sur de Siria en disputa entre el Imperio Seléucida y el Reino Ptolemaico. Estrictamente hablando, es la zona del valle de Bekaa, Líbano, pero a menudo es utilizado para cubrir toda la zona situada al sur del río Eleutero, incluida Judea. 2 La Dinastía Ptolemaica es aquella fundada por Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro Magno. Esta dinastía gobernó en Egipto durante el período Helenístico desde la muerte de Alejandro hasta el año 30 a. C., en que se convirtió en provincia romana. También se la conoce con el nombre de dinastía Lágida , pues Lagos se llamaba el padre (o presunto padre) de Ptolomeo I La capital de este reino en Alejandría, una gran ciudad en aquella época. Fue uno de los grandes centros comerciales e intelectuales de la antigüedad. Esta dinastía adoptó desde el principio las costumbres egipcias. Fue constante enemiga de la dinastía macedonia seléucida. Fue durante el reinado de uno de sus monarcas (Ptolomeo V) cuando se publicó (en el 197 a. C.) un decreto en tres tipos de escritura sobre una piedra negra que se conoce hoy en día como Piedra de Rosetta . En algunos momentos de su historia, la dinastía ptolemaica (o tolemaica) dominó Cirenaica (al noreste de la actual Libia), así como el sur de Canaán y Chipre. Su último gobernante fue la célebre Cleopatra. Tras su muerte y la de su hijo, Cesarión (Ptolomeo XV), la dinastía concluyó y Egipto fue anexionado por Augusto al Imperio romano.

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LA REBELION DE LOS MACABEOS

(Antecedentes históricos)

En el año 198 a JC Antíoco III Megas, rey de Siria, y su aliado con Filipo V de Macedonia, declaran la guerra al ejército egipcio de Ptolomeo V, aprovechándose de la anarquía existente en la ciudad de Alejandría, con el único objetivo de arrebatarles la región de Celesiria 1 zona en litigio desde el 318 a JC y que provocó las conocidas como guerras sirias.

La batalla decisiva de la quinta guerra siria se libró en Panio, cerca del nacimiento del río Jordán. Antíoco III, al mando de un poderoso ejercito comandado por él mismo derrotó al general egipcio Escopas de Etolia y al ejercito egipcio, anexionando para Siria toda la región que incluía lo que hoy conocemos como Líbano e Israel a excepción de la zona de Gaza pues los romanos, por miedo a perder el grano que importaban de Egipto, advirtieron a los sirios de que se abstuviesen de invadir Egipto bajo la amenaza de iniciar una guerra contra ellos.

Antíoco acató la orden y junto a Ptolomeo firmó una paz que consistía en que el reino ptolemaico de los lágidas2 renunciara a sus dominios en Celesiria y también que Ptolomeo V, rey de Egipto, se casara con la hija del rey sirio, Cleopatra I, Syra.

Los lágidas, casi siempre fueron tolerantes con la cultura y la religión de los territorios por ellos conquistados incluido Judá. Sin embargo los seléucidas intentaron por la fuerza la helenización de todas sus tierras conquistadas.

Eso provocó una gran tensión entre los judíos que aceptaban el cambio (generalmente los helenistas, es decir, gran parte de la aristocracia sacerdotal de la casta de Sadoc) pues eran verdaderos admiradores de la cultura griega y partidarios de cambiar la antigua tradición judía por un sistema distinto y los ultra tradicionalistas (los hassidim o asídeos)3, los “puros”, que velaban por la más absoluta observancia de la Ley de Moisés (la Torah4). La situación se fue tornando más violenta cuando los saduceos Jasón y Menelao, seguidores de la helenización del pueblo judío y sin ningún tipo de escrúpulos, son nombrados primero uno y luego el otro, Sumos Sacerdotes, con el apoyo que el rey de Siria les presta a cambio de grandísimas sumas de oro y plata.

Así pues, en un principio el conflicto fue más un enfrentamiento civil y religioso entre judíos que una guerra entre estos y los sirios. Es el partido saduceo (judíos helenizantes) el que acudió a Antíoco III el Grande, pidiéndole su protección y exigiendo que acelerase el proceso helenizador de las instituciones judías.

Años después el espíritu expansionista de Antíoco III ya conocido como Rey de Reyes, fue aplastado por los romanos en la batalla de Magnesia, (190 a JC) siendo humillado por el vencedor en el tratado paz de Apamea (188 a JC) que le obligaba a compensar con elevadísimas cantidades de oro y plata como indemnización de guerra a los romanos. Esto provocó que la necesidad de fondos por parte de los seléucidas aumentara cuantiosamente, Lo que motivó que saquearan las provincias de su inmenso reino especialmente los Templos que en aquellos tiempos ejercían las funciones de banca pública si bien los bienes estaban administrados por los sumos sacerdotes a través de sus tesoreros o prebostes.

Un año después, Antíoco moría dejando el reino a su primogénito Seléuco IV que adoptó el sobrenombre de Filopator (el que ama a su padre) el cual continuó con la esquilmación de sus provincias vasallas. En el año 176 a JC envió a su ministro Heliodoro a saquear, de nuevo, el Templo de Jerusalén. Este a su regreso asesinó al rey con la complicidad de una buena parte del ejército sirio que había sido sobornado por el propio ministro.

Antíoco IV Epífanes, regresó de Roma, donde estaba como rehén del senado romano como parte de las cláusulas del, ya mencionado, tratado de paz de Apamea (dejando en su lugar a Demetrio, su sobrino, hijo de su hermano Seléuco IV), y ascendió al poder enzarzándose en nuevas guerras con los egipcios llegando a capturar a su sobrino, hijo de su hermana Cleopatra I, el rey Ptolomeo VI pues éste reclamaba para Egipto la región de Celesiria incluyendo la Judea y su capital Jerusalén.

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Para un mejor control de la ciudad los sirios construyeron cerca del templo una gran fortaleza conocida con el nombre de Akra, desde donde ejercían su supremacía militar sobre toda la ciudad.

A su regreso de la expedición sobre Egipto volvió a saquear cruelmente Jerusalén y su templo además, en esta ocasión, ordenó abolir todas las costumbres judías tanto culturales como religiosas imponiendo el culto a los dioses griegos y profanando el Templo lo que provocó la insurrección de los judíos devotos de la Ley y de la Tradición y acrecentó el espíritu nacionalista de la gran mayoría del pueblo de Israel.

(El origen de la Insurrección)

En Modín, el sacerdote Matatías ben Asmón, y sus propios hijos fueron los principales caudillos de la rebelión. En un principio su objetivo era mantener la pureza de la religión, la observancia de la Ley y la recuperación de sus tradiciones frente a la contaminación pagana de los invasores. A estos efectos contaron en los comienzos de su revuelta con el apoyo del partido de los asídeos (hassidim) y de los fariseos5, ambos celosos de la Ley de Moisés y con la beligerancia de los saduceos partidarios del helenismo. Más adelante los fariseos acabarían enfrentándose a la dinastía surgida de los macabeos, cuando los éxitos militares de la rebelión les llevaron a fundar la dinastía asmonea y ambicionar la independencia de Israel desconocida por los judíos desde los tiempos de los reyes David y, su hijo, Salomón.  

Matatías moriría poco después de la insurrección (167 a JC). Sus sucesores al frente de la sublevación fueron su hijo mayor Simón como Jefe Político al mando del Consejo Supremo Revolucionario y su hijo Judas Macabeo como Jefe Militar de su ejército.

Tras los espectaculares triunfos en innumerables batallas, entre ellas la de Bet Horon, Emaús y Bet Zur6, Judas logró entrar de forma triunfal en Jerusalén y consagrar de nuevo el altar y purificar el Templo (164 a JC), pero no consiguió adueñarse del Akra, bastón de los seléucidas en la ciudad desde donde imponían su supremacía militar.

Como conmemoración del acto de purificar el Templo y consagrar de nuevo el altar, Judas Macabeo instauró la fecha del 25 de Kislev al 2 de Tevet7 convirtiéndose, a partir de entonces, en la popular fiesta judía de la Janucá8 o de las luminarias.

Ese mismo año moriría Antíoco IV victima de una rara enfermedad que le afecto a la mente, posiblemente un tumor cerebral que le hizo enloquecer. Le sucedió su hijo Antíoco V Eupator con tan solo ocho años de edad, actuando como regente, nombrado por el difunto rey, su ministro el general Lisias el cual continuó con las campañas contra los judíos.

Los triunfos y la aureola de fama de Judas Macabeo y sus hermanos Simón, Eleazar y Jonatan aumentaban con el paso del tiempo habiendo derrotado a insignes generales sirios tales como el propio Lisias y, también, a Gorgias, Serón y Báquides.

Dos años después del ascenso al trono del niño-rey (162 a JC), Demetrio I Soter, logró huir de Roma donde, como ya se ha dichp, estaba de rehén en contrapartida a la puesta en libertad de su tío Antíoco IV, padre del entonces niño-rey. Entró en Antioquia, capital de Siria y de todo el imperio seléucida, al mando de un numeroso ejercito y ordenó la inmediata ejecución del niño-rey, su primo hermano, y del regente, el general Lisias.

Demetrio quería la paz con los judíos, de hecho estaba negociando secretamente con Alcimo, el nuevo Sumo Sacerdote del momento, pero no a cualquier precio pues odiaba profundamente los triunfos del Macabeo así que nombró a su fiel amigo y artífice de su ascenso al trono, el general Nicanor, como gobernador de Judea con la orden expresa de dar con Judas Macabeo, ejecutarlo y llevarle su cabeza cortada para exhibirla ante el pueblo sirio. No fue así y en la batalla de Adasá, Nicanor fue muerto en combate, su cabeza y su mano derecha (la que empuñaba su espada) cortadas y exhibidas, para escarnio de los sirios, en la puerta del Templo que pasó a llamarse, a partir de entonces, puerta de Nicanor. Transcurría el 13 de adar9 del año160 a JC.

Enterado Demetrio de la derrota, muerte y escarnio (fue totalmente descuartizado después de cortarle la cabeza y la mano) hecho al cadáver de su general y amigo, Nicanor, envió a un nuevo general, Báquides, esta vez con la orden pasar a cuchillo a todo aquel que simpatizara o

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ayudara a los insurrectos nacionalistas. Alcimo y sus seguidores del partido helenista sobornaron a un grupo de traidores del bando nacionalista que ayudaron a tender una emboscada a Judas Macabeo en Betzacaria junto a la población de Elasá, en las proximidades de las colinas de Beerzet. Las tropas de Judas Macabeo se dirigían hacia el sur desde Gofna, a través de sus colinas, ya que habían recibido información de sus espías de que un gran ejército sirio había partido del Akra de Jerusalén con dirección norte hacia Bet Horón. Creyendo esa información, que resultó ser falsa, las tropas nacionalistas avanzaron pensando que cogerían a los sirios por su retaguardia, no obstante y por sorpresa, a la altura del desfiladero de Beerzet en Betzacaria se encontraron atrapados entre dos ataques ya que el ejercito de Báquides se había dividido, un ala atacó por las colinas de Betel y la otra por Berea, juntándose ambas en Elasá donde hicieron huir a los sorprendidos macabeos. En la huida Eleazar, hermano de Judas, murió aplastado por un elefante del ejército enemigo.

Fue la primera gran y más importante derrota de los macabeos en la que, además, murió su caudillo y estratega.

(Caída de la dinastía Asmónea)

Con la entrada de Pompeyo en Jerusalén (63 a JC), terminará la autonomía del reino de los judíos que a partir de entonces estarán sometidos al poder de(Ascensión de la dinastía Asmónea)

Tras la muerte de Judas (160 a JC), le sucedió su hermano, Jonatan Apfús (160-142 a JC), que fue nombrado sorprendentemente para encabezar y continuar con la rebelión. En el año 152 a JC, tras la sospechosa muerte del Sumo Sacerdote, el traidor Alcimo, usurpó, apoyado por gran parte de su ejército, tan alto cargo. Aunque toda la familia de Matatías era de una estirpe sacerdotal menor (eran levitas), no pertenecía a la rama de Aarón (hermano de Moisés), que era la única con derechos al sumo sacerdocio según la observancia más estricta de la Torah, los saduceos si pertenecían a la rama aaronita. Eso dio lugar a una ruptura entre los seguidores de los asmóneos. Los asídeos y los fariseos, que hasta entonces habían peleado brava e incondicionalmente con la insurrección nacionalista e independentista macabea junto con algunos sacerdotes radicales se apartaron del templo y sus instituciones dando origen a la formación de los esenios10. Más adelante, en 142 a JC, tiene lugar la persecución y exilio de su líder, el Maestro de Justicia, en las cuevas de Qumrán11 donde fue arrestado y, posteriormente, ejecutado por orden del Sumo Sacerdote Jonatan. Otros radicales formaron un nuevo grupo llamado los zelotes o celadores de Dios, siendo partidarios de la lucha armada y de hostigar a todo aquel que no fuera judío dentro de la ortodoxia, pero todavía no era operativo, les faltaba organización y seguidores. Los zelotes optaron por no ir a las cuevas de Qumrán y mezclarse entre sus compatriotas como unos ciudadanos más.

Jonatan, supo aprovecharse de la extrema debilidad del imperio seléucida dividido entre dos facciones enfrentadas la de Demetrio I y, la de su supuesto hermano bastardo, Alejandro Balas12. Jonatan fue muy hábil para jugar en ambos bandos siempre en función de su ambición política de total independencia. Durante años se dedicó a consolidar las posiciones conseguidas por su hermano Judas Macabeo. Con el empezaba a vislumbrarse la dinastía Asmónea aunque aun no era totalmente efectiva.

Cuando hubo la evicción13 de Alejandro Balas por Demetrio II, hijo de Demetrio I, aprovecho Jonatan para anexionarse nuevos territorios, a pesar de ello, Demetrio II lo consintió e incluso llegó a retirar la guarnición siria del Akra de Jerusalén ya que necesitaba el apoyo de Jonatan y los 3000 infantes que este le proporcionaba.

A la muerte de Alejandro Balas, Trifón proclamó rey de Siria al hijo de éste, Antíoco VI, quedando el como regente del reino. Su política era contraria a la del sumo sacerdote Jonatan y, con el pretexto de entablar negociaciones, lo encerró en la fortaleza de Ptolemaida. El pago de un rescate y la entrega de sus dos hijos como rehenes no bastaron y Trifón ordenó asesinarlo antes de partir hacia Siria. Jonatán murió violentamente del mismo modo como murieron todos los hermanos Macabeos. Su hermano Simón hizo conducir sus despojos hasta el panteón familiar de Modín donde se hallaban enterrados su padre y su hermano Judas.

Le sucedió el propio Simón, de sobrenombre Tasi (143-134 a JC), el único de los hermanos que quedaba con vida, éste unió en su persona la función religiosa de Sumo Sacerdote y la jefatura política de Etnarca, sin llegar a autoproclamarse Rey. Consiguió de Demetrio II la total exención de impuestos, lo cual suponía de facto la plena independencia con respecto al poder

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de los sirios. Simultáneamente abolió la era seléucida como modo de datación cronológica, acuñó por primera vez su propia moneda y, a todos los efectos, gobernó como un autentico soberano independiente. Al igual que sus hermanos antes que él, Simón buscó siempre el favor y la protección de Roma, siempre dispuesta a debilitar el poder de los seléucidas. Tuvo que superar numerosas escaramuzas con la guarnición siria en Israel. En 142 a JC tomó Jerusalén, Jope, Gazara y Bet Zur. El pueblo judío le confirmó en los títulos arrebatados a los sirios. En 140 a JC, un decreto del Consejo Supremo de la Revolución lo nombro Nasí, Príncipe de todos los judíos y estratego (gobernador) vitalicio del estado judío hasta la llegada de un Mesías Ungido. También lo confirmó como Sumo Sacerdote cosa que no sucedió con su hermano. De hecho, con él, da comienzo la dinastía de los Asmóneos la cual acabó siendo reconocida por la diplomacia romana.

A pesar de todo ello, Antíoco VI, rey seléucida de Siria, continuó las hostilidades contra el pueblo de Judea. En 134 a JC, Simón obtuvo una gran victoria al derrotar en Gazara al general sirio Cenbedeo.

Su yerno Ptolomeo, gobernador de Jericó, ansioso de poder al igual que su propia hija, utilizaron dicha victoria para ofrecer un banquete de homenaje a el y a sus hijos y esposas en la fortaleza de Doc, junto a Jericó y aprovecharon la ocasión para asesinarles durante la comida. Zenón, el chambelán de Ptolomeo, asesinó fríamente a Simón y a los hijos de este, Juan Simón y Matatías además de a sus respectivas esposas, lo cual nos hace ver lo turbulentos que fueron aquellos tiempos en los que la casi totalidad de los reyes y pretendientes antioquenos así como los dirigentes judíos murieron violentamente.

Solo se salvó de la masacre su hijo Juan Hircano que se encontraba inspeccionando el territorio.

Así pues, Juan Hircano (134-104 a JC) siguiendo la línea dinástica sucede a su padre Simón pero aún va más lejos, proclamándose rey y ampliando el territorio judío hasta los límites que había alcanzado en su momento de mayor esplendor, en tiempos de David y Salomón. Entre sus conquistas se cuenta la Idumea y la Samaría. Hircano llevó a cabo una intensa judaización de su reino (destrucción del templo samaritano del Garizín en el 128 a JC), forzando a sus habitantes a circuncidarse o exilarse.

Pese a estos éxitos militares, Juan Hircano vivía más como un monarca helenístico que como un verdadero sacerdote judío, y los sectores más tradicionalistas criticaron muy duramente la identificación entre la realeza y el sacerdocio, reclamando una separación de ambas funciones. En este contexto volvieron a resurgir los grupos fariseos y asideos.

Pronto alcanzaron gran prestigio entre el pueblo, pretendieron influir en la política judía y fueron entrando en conflicto con la dinastía asmonea que se iba helenizando cada vez más. A la muerte de Juan Hircano, uno de sus hijos, Aristóbulo I, hizo matar a su madre y a su hermano Antigono. Su reinado fue muy breve, apenas dos años, pero en este tiempo consiguió seguir ensanchando las fronteras del reino conquistando la Iturea y forzando a la población a judaizarse a través del culto y la circuncisión forzosa.

A la muerte temprana de Aristóbulo, su viuda Alejandra Salomé, siguiendo la tradición judía, contrajo matrimonio con el hermano de éste y, por lo tanto cuñado, Alejandro Janeo, que será el más brillante de los reyes asmoneos (103-76 a JC). En su época se agudizó el conflicto con los fariseos que tomaron parte en un levantamiento general contra su monarquía con ayuda extranjera. Janeo respondió con una violenta represión (más de 3000 fariseos fueron crucificados), pero a su muerte encomendó a su sucesora, la reina viuda Alejandra, que actuara de forma más conciliadora.

Alejandro Janeo siguió la política expansionista de sus predecesores y extendió su dominio sobre casi todas las ciudades costeras, y muchas de las ciudades de la Decápolis en la Transjordania. Al final de las campañas de la dinastía asmonea, los judíos consiguieron recomponer un reino casi tan extenso como el atribuido a David en la Biblia. En su política de limpieza étnica intentó crear una homogeneidad judía, forzando a los extranjeros a judaizarse o exiliarse.

Alejandra Salomé (76-67 a JC) asumió el poder tras la muerte de su marido y realizó un cambio brusco de política. Admitió a los fariseos en el consejo real (Gran Sanedrín), al lado de

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los saduceos, con lo cual su influencia se acrecentó notablemente. Los asídeos se volvieron a Qumrán.

Dado que no podía ejercer la función sacerdotal por ser mujer, Alejandra confió este puesto a su hijo mayor Hircano II, hombre débil e influenciable, sometido al su consejo de Antípatro el idumeo, puesto que ocupaba por expreso deseo de Roma.

A la muerte de Alejandra, su hijo pequeño Aristóbulo, se proclamó rey, deponiendo a su hermano mayor Hircano al que hizo desfigurar la cara (mandó que le cortaran la nariz) motivo por el cual, al estar deforme, ya no podía ejercer el sumo sacerdocio. Hircano tuvo que huir y refugiarse con los nabateos. Aconsejado por su canciller Antípatro, entró en negociaciones con el triunviro Pompeyo Magno14. Este laureado general romano era el representante de Roma, la nueva potencia mediterránea, que se encontraba por entonces en la zona, donde había anexionado los últimos restos de la monarquía seléucida transformando a Siria en provincia romana.

Pompeyo decidió apoyar la causa de Hircano II porque le vio más manipulable. Las legiones romanas consiguieron hacerse con Jerusalén y apresar a Aristóbulo y a sus hijos a quienes llevó consigo a Roma encadenados como cautivos.

Roma bien directamente o bien a través de regímenes marioneta.

La familia de Herodes provenía originariamente de Idumea, la región montañosa situada entre Arabia y Judea del sur. Hijo de Antipatro, antiguo canciller de Hircano II, gobernador de Idumea, de donde era natural y de Alejandra, princesa samaritana, nació en Ascalón en 73 a JC.

Herodes I el Grande fue buen militar y mejor constructor. Si bien su linaje era idumeo (pueblo descendiente de los antiguos edomitas) su pensamiento, educación y fisionomía eran claramente griegas por lo cual podríamos calificarlo más como un rey extranjero que gobernó a Judea en nombre del poder romano que como un rey genuinamente judío. Los judíos siempre recelaron de él pues no lo consideraban judío de casta de ahí que recibiera sobrenombres como "el medio judío" o "el criado edomita".

En 47 a JC, con solo 26 años de edad, recibió de manos de Julio César, la gobernación de Galilea al mismo tiempo que Antipatro, su padre, era nombrado gobernador de Judea. Casi al momento se vio envuelto en problemas por mandar ejecutar a ciudadanos judíos, la mayoría ancianos y escribas, sin juicio previo mientras suprimía el bandidaje en su distrito. Fue llevado ante el Sanedrín, Consejo Supremo Judío, donde se presentó ataviado con una túnica color púrpura mostrando gran arrogancia y desprecio hacia sus jueces. Iba rodeado de soldados armados para imponer su autoridad, pero eludió el veredicto huyendo subrepticiamente de Jerusalén antes de que se emitiera un veredicto contra él. El gobernador de Siria, ante el cual se presentó, le devolvió la gobernación de su territorio.

En 40 a JC, Marco Antonio, triunviro de Roma le nombra, con el consentimiento del Senado, rey de los judíos, no obstante, no pudo tomar el poder hasta el 37 a JC pudo vencer al fin a Antigono con el que mantuvo una feroz lucha poniendo de relieve su brutalidad habitual y su completa falta de escrúpulos.

Se casó (38 a JC), entre otras, con Marianne I, hija de Alejandro, última representante de la dinastía asmónea

Intentó mejorar sin éxito su imagen ante el pueblo judío. Realizó una política de mejoras, entre las que destacó la reconstrucción del Templo de Jerusalén, iniciada en el 22 a JC, o la fundación de la ciudad de Cesarea, una ciudad portuaria de carácter occidental construida en honor al dueño del Imperio tras la batalla de Accio, Cayo Julio César Octavio Augusto. Fue un gobernante eficaz que impulsó el comercio y la economía de su pueblo. En época de hambruna (25 a JC), se deshizo de gran parte de la riqueza de sus palacios para comprar trigo a Egipto.

Hizo ejecutar a toda la familia de Marianne, incluyendo a su abuelo Aristóbulo II y, en Jericó, a su hermano Aristóbulo III, Sumo Sacerdote ahogado en unos baños a los 17 años. También a Marianne la mandó ejecutar en 29 a JC al sospechar que le había sido infiel con su mayordomo al que también hizo ejecutar, y un año después a la madre de Marianne, su suegra. Asimismo eliminó a dos de sus propios hijos, Aristóbulo y Alejandro, atendiendo a rumores de conspiración

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contra su persona, levantados por otro hijo, Antípatro, a quien también ejecutó años más tarde por intentar envenenarle. Su madre Alejandra corrió la misma suerte, así como dos de sus propios hijos. Se especula que tuvo mucho que ver con el envenenamiento de su padre, y que las muertes de sus hermanos Feroras y Fasael no fueron como se contaron.

El miedo a que atentaran contra su vida le volvió más paranoico aun. Formó un auténtico ejército secreto de espías y confidentes que sembraron el terror y bañaron de sangre todo su reino. Poco antes de morir ordenó quemar vivos a los zelotes y sicarios15 que habían asaltado el templo liberándolo de las águilas romanas. También ordenó, poco antes de morir, el asesinato de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, después de la revelación que le hicieron tres magos venidos de Oriente.

Murió, después de varios intentos frustrados de suicidio, de la enfermedad más dolorosa y desagradable conocida hasta entonces por la ciencia. Dicha enfermedad recibió, a partir de entonces, el nombre de "mal de Herodes", sus síntomas consistían en: hambre devoradora, seguida de vómitos, estómago en putrefacción, gusanos bullendo en su miembro viril, aliento cadavérico y un constante flujo acuoso en los intestinos.

En su testamento incluyó una cláusula secreta por la cual, en el momento inmediato a su fallecimiento, debían ser ajusticiados en el Hipódromo, miles de altos dignatarios judíos, ya que él pensó que "de esa forma el llanto por su duelo sería mucho más notable".

Murió en Jerusalén hacia el 12 o 13 de marzo de 4 a JC (entre la Pascua y el eclipse de luna).

Herodes tuvo muchos hijos de sus diez esposas. Aunque designó sucesor a su hijo Arquelao, a su muerte, el emperador Augusto repartió el reino entre tres de sus hijos: Arquelao, Antipas y Filipo.

(La dinastía herodiana)

Arquelao, hijo de Herodes I, el Grande y de la samaritana Maltake. Recibió a la muerte de su padre la etnarquía de Judea. Fue proclamado rey por el ejército, pero se negó a asumir el título hasta que hubiera presentado sus reclamaciones a César Augusto en Roma el cual le concedió, además, la Samaria y la Idumea.

Antes de partir, sofocó con la crueldad extrema una sedición de los fariseos, matando a cerca de tres mil de ellos

Su primera esposa fue Marianne, hija de Aristóbulo de quien se divorció para casarse con Glaphyra. Era viuda del hermano de Arquelao, Alejandro, a pesar de que estaba casada con su segundo marido, Juba, rey de Mauritania. Esta violación de la ley de Moisés, junto con su crueldad despertó la ira de los judíos, que se quejaron a Augusto. Arquelao fue depuesto en el año 6 d JC y desterrado a Vienne en las Galias donde murió. Samaria, Judea e Idumea pasaron a convertirse en la provincia romana de Judea.

Herodes Antipas, hermano del anterior (su madre también era Maltake) fue criado en Roma junto con Arquelao y su hermano Herodes Filipo. A la muerte de su padre, Augusto le otorgó la tetrarquía de Galilea y Perea. Contrajo un escandaloso matrimonio con Herodías, esposa de su hermanastro Herodes Filipo. Para poder casarse con Herodías, repudió a su esposa legítima, hija de Aretas IV, rey de los nabateos (reino árabe con capital en Petra). Enfurecido, Aretas atacó a Herodes Antipas, y sólo la intervención del gobernador romano de Siria, Vitelio, evitó su derrota completa. Juan el Bautista, criticó abierta y públicamente el incesto por lo que fue recluido en la fortaleza de Maqueronte donde murió decapitado a petición de Salomé, hija de Herodías y de Herodes Filipo, y por lo tanto, sobrina e hijastra suya.

Poncio Pilato le envió a Jesús de Nazaret, pues éste estaba censado en Galilea, para que lo juzgara, pero al no encontrar nada que justificara su apresamiento se lo devolvió de nuevo, habida cuenta que poco tiempo atrás ya había ajusticiado a su primo Juan.

Continuó la labor constructora de su padre. Fortificó Séforis, haciendo de ella su capital, hizo alzar la fortaleza de Bet-haram en Perea y más tarde la ciudad de Tiberíades (que bautizó

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en honor del emperador Tiberio), a orillas del lago Genesaret, a donde trasladó su capital (la ciudad dio su nombre al lago y fue durante mucho tiempo un gran centro cultural judío). Al parecer por instigación de Herodías, acudió a Calígula, recién nombrado emperador, a reclamar la corona de Judea, en manos de su sobrino Agripa I. En respuesta, Agripa escribió al emperador Calígula, acusando a Herodes de haber concertado una alianza secreta con los partos contra Roma. Calígula entonces ordenó deportar a Herodes Antipas y su mujer, en 39, a Lugdunum (Lyon), donde Herodes murió ese mismo año.

Herodes Filipo fue nombrado por Augusto tetrarca de Batanea, Gaulanítide, Traconítide y Auranítide.

(Judea bajo el dominio romano)

Judea, fue provincia en la región romana de Oriente, en la orilla oriental del mar Mediterráneo. El Imperio romano cambió el nombre de Judea a Palestina en el año 135, como forma de borrar toda memoria judía de la región, tras aplastar la rebelión de Bar Kojba. Los geógrafos Estragón y Ptolomeo describen la Provincia de Judea como abarcando la Galilea, la Samaria, las alturas de Golán (Gaulanitis), la orilla oriental del río Jordán, además del territorio del antiguo reino de Judá, etc. La noción de Judea en su sentido más amplio coincide aproximadamente con la noción judía de Tierra de Israel (Eretz Israel).

Cuando en el año 63 a JC el general Cneo Pompeyo Magno derrotó al rey Mitrídates VI del Ponto en su tercer alzamiento, Siria se convirtió en una provincia romana. A continuación, Pompeyo se dirigió a Judea, para asegurar el área. Una vez allí, encontró a los hermanos Hircano y Aristóbulo, que estaba sitiado por el primero en Jerusalén. Este solicitó la intervención romana, ofreciéndole una recompensa a Pompeyo, la cual aceptó. Luego Aristóbulo acusó a los romanos de extorsión, lo que originó que Pompeyo instalara en el trono a Hircano y desde entonces Judea y Galilea se volvió un reino vasallo de Roma, que si bien era independiente, estaba sujeto a la autoridad romana.

En el año 47 a JC Antípatro el Idumeo sucedió a Hircano como procurador de Judea, siendo nombrado por Julio César. Al morir Antípatro en el 44 a JC, su hijo Herodes I el Grande fue nombrado gobernador por el Senado romano y rey de Judea en el 39 a JC, si bien empezó a reinar dos años después. Durante su reinado eliminó a varios miembros de los Macabeos, para asegurarse en el trono. Los romanos llamaron a Herodes «rey aliado y amigo del pueblo romano». Murió en el año 4 a JC y el reino de Judea fue dividido entre cuatro de sus hijos, que se convirtieron en tetrarcas, si bien Roma intervino continuamente en la política interna, hasta el punto que el emperador romano César Augusto destituyó de su cargo a un hijo de Herodes.

Finalmente al reino de Judea se le añadieron los territorios de Samaria en el centro e Idumea al sur, además de Batanea (Bashan) y Trachonitides (Trajón) al este de Gaulanitides (por decisión del emperador Augusto), con lo que se formó la provincia romana de Judea. Esta provincia fue gobernada por un prefecto, siendo uno de los más famosos Poncio Pilato. Arquelao fue etnarca de Judea, Samaria e Idumea, hasta que en el año 6 los romanos, cansados de su brutalidad, lo depusieron y pasaron a gobernar directamente la región. Entre los años 41 y 44  la provincia de Judea gozó de cierta autonomía cuando Herodes Agripa I llegó al poder, nombrado por el emperador Claudio. Cuando el hijo de Agripa, Herodes Agripa II murió en el 100, la provincia pasó al completo control de Roma.

La pérdida de autonomía de Judea se debe en parte a las continuas rebeliones que se presentaron en el país.

Durante los años 67 y 70, los judíos se sublevaron debido al opresor gobernador de aquel entonces, y el general Vespasiano fue enviado por el emperador Nerón a controlar la situación. El asesinato del último motivó a Vespasiano a dejar la guerra en manos de su hijo Tito para acudir a Roma. Tito sitió Jerusalén en el 70 y cinco meses después logró penetrar la casi inexpugnable ciudad, una vez adentro sus tropas arrasaron el Templo de Herodes, contrariando las órdenes de Tito.

Entre los años 132 al 135  estalló otra revuelta debido a la excesiva romanización de Jerusalén por el emperador Adriano. Después de la derrota de los judíos, Adriano cambió el nombre de la capital a Aelia Capitolina y el nombre de la provincia a Siria Palestina en lugar de Judea, con el fin de humillar a este revoltoso pueblo. También, Adriano prohibió a los judíos a

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morar en la ciudad de Aelia Capitolina (la ciudad y sus alrededores), según el obispo Eusebio de Cesarea, un historiador cristiano. Muchos se equivocan hoy día cuando dicen que Adriano expulsó a los judíos de toda la Tierra de Israel, ahora nombrada Siria Palestina por los romanos, porque muchos judíos se quedaron en la Galilea, en los Altos del Golán, en el sur del antiguo reino de Judá, y otras partes de la antigua provincia de Judea, como afirma el O.P. Felix-Maria Abel, religioso dominicano y estudioso bíblico.

1Notas extraidas de Wikipedia (Internet)

? Celesiria, cuyo significado es «Siria hundida», fue una región del sur de Siria en disputa entre el Imperio Seléucida y el Reino Ptolemaico. Estrictamente hablando, es la zona del valle de Bekaa, Líbano, pero a menudo es utilizado para cubrir toda la zona situada al sur del río Eleutero, incluida Judea.2 La Dinastía Ptolemaica es aquella fundada por Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro Magno. Esta dinastía gobernó en Egipto durante el período Helenístico desde la muerte de Alejandro hasta el año 30 a. C., en que se convirtió en provincia romana. También se la conoce con el nombre de dinastía Lágida , pues Lagos se llamaba el padre (o presunto padre) de Ptolomeo I La capital de este reino en Alejandría, una gran ciudad en aquella época. Fue uno de los grandes centros comerciales e intelectuales de la antigüedad. Esta dinastía adoptó desde el principio las costumbres egipcias. Fue constante enemiga de la dinastía macedonia seléucida. Fue durante el reinado de uno de sus monarcas (Ptolomeo V) cuando se publicó (en el 197 a. C.) un decreto en tres tipos de escritura sobre una piedra negra que se conoce hoy en día como Piedra de Rosetta. En algunos momentos de su historia, la dinastía ptolemaica (o tolemaica) dominó Cirenaica (al noreste de la actual Libia), así como el sur de Canaán y Chipre. Su último gobernante fue la célebre Cleopatra. Tras su muerte y la de su hijo, Cesarión (Ptolomeo XV), la dinastía concluyó y Egipto fue anexionado por Augusto al Imperio romano.

3 El contexto histórico en el que surgen los apocalipsis es el de tiempos de crisis percibida como extrema. Los primeros apocalipsis, entre los que se cuenta el Libro de Daniel, son de la época de Antíoco Epífanes (175-164 a. C.) y de la sublevación judía de los Macabeos (166-160 a. C.). Es la época de la helenización intensiva de Jerusalén y de los territorios judíos. Antíoco Epífanes profana el templo y se produce una gran escisión entre los judíos: los que aceptan las prácticas helenísticas y los que forman una resistencia político-religiosa organizada en torno a los Macabeos. Otro momento de gran crisis para el mundo judío se vive en el siglo I a. C.: en el 63 a. C. Pompeyo conquista Jerusalén, los romanos ocupan Israel y el poder real y sacerdotal de Jerusalén está bajo la tutela romana. Conviven muchas facciones político-religiosas (fariseos, saduceos, asideos, zelotes, esenios...) y se experimentan grandes esperanzas mesiánicas. Un tercer momento de gran crisis se vive en el siglo I d. C.: en los años 60 tienen lugar las grandes persecuciones de cristianos por Nerón; en el 70-73 se aplasta la sublevación judía, se toma Jerusalén y se destruye el templo. Después del 73 aumentan los conflictos entre judíos y cristianos hasta la casi total ruptura en los años 90. Entre 81 y 96 Domiciano impone el culto al emperador y se producen más persecuciones de cristianos. Y el cuarto período de crisis que influye en los apocalipsis se vive en el siglo II d. C., cuando se mantienen las persecuciones de cristianos y los judíos se sublevan por segunda vez contra Roma (la sublevación encabezada por el líder político-religioso Bar Kokba en 132-135) y sufren una aplastante derrota. Ante estos momentos, el cuadro trazado por los apocalipsis es tenebrista y atribulado. Se habla del presente como período de corrupción, transgresión y opresión por parte de un poder blasfemo y arrogante, todo lo cual se denuncia.

4 Según la tradición hebrea, los cinco libros del Pentateuco fueron escritos por Moisés, quien recibió la revelación directamente de Dios en el monte Horeb, en la península delSinaí. Aunque los autores rabínicos difieren en los detalles, la doctrina ortodoxa del judaísmo sostiene que la totalidad de la Toráh proviene directamente de la inspiración divina, y que por lo tanto todos los detalles del texto —desde el léxico hasta la puntuación— son significativos. De acuerdo con esta doctrina, la escritura de los rollos que se utilizarán a efectos de culto está sujeta a normas sumamente estrictas; un escriba ritual, familiarizado con las prescripciones pertinentes, está a cargo de la tarea. La palabra Toráh (aceptado por la Real Academia Española como Torá) significa "acometer", "dar un tiro" o "dirigir el tiro", de ahí que el significado de Toráh es la guía para dar en el blanco y de ahí, se ha entendido como enseñanza, instrucción, o como ley en el mundo occidentall. A decir verdad, se dice Toráh por un mandamiento, o en su sentido más amplio, para designar a la totalidad de la revelación y enseñanza divina al pueblo de Israel. Sin embargo en un sentido intermedio, se refiere únicamente al texto de los cinco primeros libros de la Biblia (que para los cristianos se llama Pentateuco). En la bibliografía cristiana suele denominársela ley mosaica o ley de Moisés. (Los Judíos lo llaman simplemente la ley)

5 Los fariseos (significa "separados") eran una comunidad judía que existió hasta el segundo siglo de la presente era. El grupo atribuía su inicio al período de la cautividad babilónica (587 a JC-536 a JC). Algunos sitúan su origen durante la dominación persa o los consideraban sucesores de los hasidim (devotos). Se definieron como partido durante la revuelta de los macabeos contra los invasores sirios (167 – 165 a JC). Fueron coetáneos de saduceos, esenios y zelotes. A diferencia de los saduceos (o Sadoquitas), los fariseos lograron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos. Por ello, tras la caída del Templo, los fariseos tomaron el control del judaísmo "oficial", y transformaron el culto. El más alto representante del judaísmo era el Sumo Sacerdote, cargo que a la destrucción del templo se volvió innecesario; así el culto pasó a la sinagoga (beit knéset, "casa de reunión" en hebreo).De los antiguos fariseos surgió la línea rabínica ortodoxa de los doctores de la ley que fue la que redactó los distintos Talmud.

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LAS GUERRAS JUDEO-ROMANAS

La Primera Guerra Judeo-Romana, también llamada Gran Revuelta Judía, fue la primera de las tres principales rebeliones de los judíos de la provincia de Judea contra el Imperio romano y tuvo lugar entre los años 66 y 73. La segunda fue la Guerra de Kitos (115-117), y la tercera la Rebelión de Bar Kojba (132-135). Comenzó en el año 66, a causa de las tensiones religiosas entre griegos y judíos. Terminó cuando las legiones romanas, comandadas por Tito, asediaron y destruyeron Jerusalén, saquearon e incendiaron el Templo de Jerusalén (en el año 70), demolieron las principales fortalezas judías (especialmente Masada, en el año 73), y esclavizaron o masacraron a gran parte de la población judía.

6 Estas y otras batallas se cuentan en los libros Macabeos I y II considerados deuterocanónicos al no estar incluidos en

todas las Biblias. No están escritos cronológicamente, como pudiera pensarse, sino que discurren de forma paralela y de características literarias muy distintas. El libro Mac II, escrito totalmente en griego y con un estilo excesivamente pomposo, narra las campañas gloriosas de los insurrectos y el triunfo de los hasidim o fariseos, que culmina con la nueva consagración del altar y la instauración de la fiesta de las luminarias. En cambio, Mac I, en realidad escrito posteriormente a Mac II, lo está en hebreo también en su totalidad y está orientado a justificar la entronización hierocrática de la dinastía asmonea a partir de Jonatan, el menor de los hijos de Matatías, como Sumos Sacerdotes.7 El calendario judío comienza con la Génesis del mundo, que aconteció, según la tradición judía, el día domingo 7 de octubre del año 3761 a JC; fecha equivalente al 1 del mes de Tishrei del año 1. El mes en el calendario judío se basa en el ciclo que cumple la Luna al circunscribir por completo a la Tierra, captando el ojo humano desde nuestro planeta 4 diferentes estadios principales de la Luna, a saber: Luna nueva, Cuarto creciente, Luna llena o plenilunio, y Cuarto menguante. Tal ciclo dura aproximadamente 29 días y medio. Resulta asombroso comprobar que ya los antiguos sabios hebreos supieron calcular la duración exacta de tal ciclo, estimando de acuerdo con sus conocimientos astronómicos que el periplo del satélite en torno al planeta Tierra tenía una duración de '29 días, 12 horas, y otras 793/1080 de hora' (o sea, otros 44 minutos y 3.33 segundos), siendo su error de cálculo de medio segundo. Debido a que la cantidad de días en un mes debía ser exacta, el calendario hebreo estipuló meses de 29 y de 30 días, intercaladamente. Según ese calendario lunar, Kislev correspondería a los meses de noviembre-diciembre y Tevet a diciembre-enero según el cómputo gregoriano.

8 Janucá, candelabro con ocho brazos con un noveno de testigo donde se prenden 8 velas durante ocho días consecutivos en recuerdo del milagro del aceite que prendió durante ocho días seguidos cuando Judas Macabeo purificó el Templo.9 13 de adar (entre febrero y marzo) un día antes de la celebración de la Purim festividad judía que es celebrada

anualmente el 14 del mes judío de Adar (o 15 de Adar en las ciudades amuralladas) en conmemoración del milagro relatado en el Libro de Ester en el que los judíos se salvaron de ser aniquilados bajo el mandato del rey persa Asuero, identificado por algunos historiadores como Jerjes I, alrededor del 450 a. JC. A pesar de que Purim es considerado uno de los días más alegres del calendario hebreo, los judíos tienen la obligación de ayunar y orar en la víspera, en recuerdo de los judíos persas que ayunaron y oraron a Dios para que les salvara del inminente conflicto que los llevaría a su aniquilación y exterminio por parte de Haman y sus seguidores en el ejército del Imperio persa.

10 Tras la rebelión de los Macabeos (166-159 a JC), que habían apoyado pero cuyos resultados finales no compartieron, se retiraron al desierto para "preparar el camino del Señor", bajo el mando de un nuevo líder, el Maestro de Justicia. Si alguien deseaba ser miembro de la comunidad (Yahad) debía ser instruido, aceptado y luego pasar dos años de prueba para ingresar definitivamente. A los que hacían el juramento y entraban en la comunidad se les exigía una vida entera de estudio de la Ley, humildad y disciplina. No volvían a jurar pues estaban obligados a decir siempre la verdad. Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad y, al igual que los frutos del trabajo personal, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras de edad, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos que, sin ser integrantes de la comunidad, requirieran ayuda. Se imponía también la observancia de un estricto código de disciplina, cuya base era la corrección fraterna mutua. Las mujeres no eran aceptadas dentro de la comunidad, y sólo los hombres podían ser miembros de ella. Administraban la interpretación última de la Ley que había sido revelada a su fundador, a quien se hace referencia en sus escritos como el Maestro de justicia. Este personaje, del que se especula más gracias a los manuscritos del Mar Muerto, actuó hacia el 150 a JC y se habría opuesto al Sumo Sacerdote Jonatán, hermano de Judas Macabeo, al considerar que había abandonado la fidelidad a Dios. Sus seguidores marcharon a Qumrán, sitio que los integrantes de la comunidad llamaron Damasco. La arqueología muestra que la ocupación de Qumrán fue intensa del 103 al 76 a JC, durante los reinados de Aristóbulo I y Alejandro Janeo, quienes persiguieron cruelmente a sus opositores. El esenismo no se limitó a Qumrán. Se sabe que en el siglo I en Jerusalén había un barrio esenio. Muchos esenios, unos 4.000, vivían en las ciudades, de una forma particular, pacifista, en comunidad de bienes, manifestando su doctrina. Según este autor, parte de los esenios no se casaban, pero otros por el contrario sí lo hacían. Entre estos últimos estaban los de Qumrán, que debían contraer matrimonio a la edad de 20 años. La comunidad de Qumrán, se autoabastecía con los trabajos agrícolas. En las ruinas es notable el número de depósitos de agua. Estos eran imprescindibles para las necesidades físicas de la comunidad en medio del desierto, pero también desempeñaban una parte importante de su ritual, que incluía numerosos lavados. Se supone también que dentro de sus leyes y deberes los esenios eran vegetarianos.

11 Qumrán es un valle del Desierto de Judea en las costas occidentales del Mar Muerto cerca del Kibbutz de Kalia (Israel). La importancia de este uadi es la presencia de las ruinas (quiryat) de Qumrán y de las cuevas descubiertas en 1947 y que contenían un valioso tesoro arqueológico y bíblico. El sitio fue construido durante o con anterioridad al reinado de Juan

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En el año 6, Judea, que hasta entonces había sido un estado cliente de Roma con su propio gobernante, fue incorporada como provincia al Imperio romano. Pasó a ser regida por un procurador, responsable del mantenimiento de la paz y de la recaudación de los impuestos. En este último aspecto, eran comunes los abusos, lo cual causaba hondas molestias a la población judía, que debía soportar una doble carga impositiva, ya que también era obligatorio ofrecer tributo al Templo de Jerusalén. Por otro lado, la presencia de la autoridad romana fue también fuente de tensiones religiosas: desde el comienzo de la administración, los romanos se arrogaron el derecho a nombrar al Sumo Sacerdote. Otro conflicto de tipo religioso, que estuvo a punto de desembocar en una revuelta, se produjo cuando el emperador Calígula tomó la decisión de ubicar una estatua suya en el interior del Templo. La prematura muerte de Calígula, asesinado en el año 41, impidió que su propósito se llevase finalmente a cabo.

Desde la muerte del rey Herodes I el Grande, antes incluso de que la dominación romana comenzara a ejercerse de forma directa, había surgido entre los judíos un movimiento revolucionario de orientación teocrática, cuya finalidad era la expulsión de la presencia romana en Judea: los zelotes. Generalmente se considera como el iniciador de este movimiento a Judas el Galileo. Este grupo permanecería activo durante seis décadas, y sería uno de los principales motores de la revuelta en el año 66. El movimiento fue radicalizándose a medida que los sucesivos incidentes iban acentuando el antagonismo entre judíos y romanos.

La revuelta comenzó en el año 66 en Cesarea, cuando, tras ganar una disputa legal frente a los judíos, los griegos provocaron un pogromo en el barrio judío en el que la guarnición romana no intervino. La ira de los judíos se acrecentó cuando se supo que el procurador Gesio Floro había robado dinero del tesoro del Templo. Así, en un acto desafiante, el hijo del Sumo Sacerdote, Eleazar ben Ananías, cesó los rezos y los sacrificios en el Templo en honor al emperador romano y mandó atacar a la guarnición romana que estaba en Jerusalén. El tetrarca de Galilea y gobernador de Judea, Herodes Agripa II, y su hermana Berenice huyeron mientras

Hircano entre el 134 y el 104 a JC y tuvo diferentes etapas de ocupación hasta probablemente la caída de Jerusalén en el año 70, cuando Tito y la Legio X Fretensis destruyeron el asentamiento de los esenios en 68.12

? Alejandro Balas de la dinastía Seléucida, fue rey de Siria desde c. 150-146 a. C. Supuesto hijo de Antíoco IV Epífanes. Heráclides, antiguo primer ministro, lo utilizó en su rebelión contra Demetrio I Sóter. El conflicto transcurrió en el período 153-146 a. C. Alejandro Balas logró el reconocimiento para sus aspiraciones del Senado romano y de Ptolomeo VI, con cuya hija, Cleopatra Thea se casó. Finalmente, consiguió derrotar a Demetrio I, que murió en la batalla final, y se convirtió en rey. Sin embargo, el hijo de Demetrio I, Demetrio II Nicátor, logró vencerle en la Batalla del Enóparo, en Antioquía con ayuda de Egipto, pues Alejandro fue traicionado por su suegro, Ptolomeo VI. Refugiado en el reino nabateo, fue asesinado

poco después, y su cabeza enviada a Demetrio.

13 La evicción es una situación jurídica que se caracteriza por la privación total o parcial de una cosa,. La palabra viene del

latín evincere, que significa derrotar, despojar o vencer en un litigio.

14 Provenía de una rica familia itálica de provincias, y alcanzó por sí mismo el rango de la nobleza romana a través de su exitoso liderazgo en diversas campañas. Sila se dirigió a él con el sobrenombre Magnus (el Grande) y se le concedieron tres triunfos. Pompeyo fue un rival de Marco Licinio Craso, y al principio aliado de Julio César. Se unió a ellos en una inestable alianza política conocida como el Primer Triunvirato, que dominó los acontecimientos políticos y militares de finales de la República Romana. Tras la muerte de Craso y de Julia, esposa de Pompeyo e hija de César, luchó contra César por el liderazgo del estado romano en la guerra civil. Fue un episodio significativo en la gran revolución romana que vio el final de la República y el advenimiento del Principado y el Imperio romano. Pompeyo luchó del lado de los optimates, la facción aristocrática y conservadora del Senado Romano, hasta que fue derrotado por César en la batalla de Farsalia. Bus

15 Judas el Galileo, también llamado Judas de Galilea, o Judas de Gamala, fue un dirigente político-religioso judío que

ofreció resistencia armada al censo que con propósitos fiscales había sido decretado en la provincia romana de Judea por el legado romano en Siria, Quirino, en el año 6, poco después de que Judea, a la muerte de Arquelao, pasase a ser administrada directamente por Roma. Su revuelta fue duramente reprimida por los romanos. Fundó, junto al fariseo Zadoq, el movimiento de los zelotes, que él considera la cuarta secta del judaísmo del siglo I (junto con saduceos, fariseos y esenios). Fueron los responsables de la Gran Revuelta Judía y de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén. Los zelotes predicaban que solo Dios era el verdadero gobernante de Israel, y se negaban a pagar impuestos a los romanos. Judas dirigió un asalto a la guarnición romana en Séforis (a 7 Km. de Nazaret), entonces la capital de Galilea. Sus hijos Santiago y Simón fueron ejecutados por el procurador Alejandro hacia el año 46.

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Cestio Galo, legado romano en Siria, reunía una importante fuerza en Acre para marchar a Jerusalén y sofocar la rebelión.

Los judíos lograron repeler las fuerzas de Cestio Galo en Bet Horon y le obligaron retirarse, matando 6.000 legionarios en la emboscada. Seguidamente, el emperador Nerón encargó la campaña al general Vespasiano, de los más experimentados de Roma, que concentró cuatro legiones (la V, X, XII y XV, sesenta mil hombres, aproximadamente en Judea y logró en el 68 aplastar la resistencia judía en el norte. Así, el líder zelote del norte, Juan de Giscala, y el sicario Simón ben Giora, lograron escapar a Jerusalén. En el año 69 Vespasiano fue nombrado emperador de Roma, dejando a su hijo Tito, de veintinueve años, al cargo del asedio y la toma de Jerusalén, capital de la provincia de Judea.

El asedio de Jerusalén fue más duro de lo que Tito esperaba. Al no poder romper la defensa de la ciudad, el ejército romano se vio obligado a sitiarla, estableciendo un campamento en las afueras. La sitiada Jerusalén era un infierno y la gente moría por millares, de enfermedad y de hambre. Pero los revolucionarios judíos no estaban dispuestos a rendirse y arrojaban por encima de las murallas a aquellos pacifistas que les parecían sospechosos. Los defensores de la ciudad contaban con cerca de veinticinco mil combatientes divididos en zelotes, al mando de Eleazar ben Simón (ocupaban la fortaleza Antonia y el Templo), sicarios, al mando de Simón ben Giora (dominando la ciudad alta), idumeos y otros, a las órdenes de Juan de Giscala.

Tito también recurrió a la guerra psicológica. Antes de atacar las murallas de Jerusalén, ofreció a los sitiados un espectáculo: el ejército romano en su totalidad se desplegó a la vista de los asediados. Apeló también a los servicios del ex prisionero judío Flavio Josefo exhortándole que arengara a sus compatriotas que se rindieran. Así lo hizo Josefo: «Que se salven ellos y el pueblo, que salven a su patria y al templo» (Guerra de los judíos V, 362); «Dios, que hace pasar el imperio de una nación a otra, está ahora con Italia» (Guerra V, 367); «Nuestro pueblo no ha recibido nunca el don de las armas, y para él hacer la guerra acarreará forzosamente ser vencido en ella» (Guerra V, 399); «¿Creéis que Dios permanece aún entre los suyos convertidos en perversos?» (Guerra V, 413). Lo que Josefo quería demostrarles es que Dios ya no estaba con ellos.7 Pero Josefo no logró convencerles, sino que, al contrario, suscitó una reacción de rechazo.

En el verano del año 70 los romanos, tras lograr romper las murallas de Jerusalén, entraron y saquearon la ciudad. Atacaron, en primer lugar, la fortaleza Antonia y seguidamente ocuparon el Templo, que fue incendiado y destruido el día 9 del mes judío de Av del mismo año; al mes siguiente cayó la ciudadela de Herodes.

Conquistada Jerusalén, en la primavera del año 71 Tito parte hacia Roma, habiendo encargado la tarea de terminar las operaciones militares en Judea a la Legio X Fretensis bajo las órdenes del nuevo gobernador de Judea, Lucilio Baso. Debido a una enfermedad, Baso no completa la misión, por lo que es sustituido por Lucio Flavio Silva. Así, Silva marcha hacia la última fortaleza judía que quedaba en pie, Masada, en el otoño del año 72. De acuerdo con Josefo, cuando los romanos finalmente lograron entrar a Masada (año 73) descubrieron que 953 defensores, bajo el liderazgo del líder sicario Eleazar ben Yair, habían preferido suicidarse en masa antes que rendirse.

Tras la revuelta, toda Judea se convirtió en una provincia en ruinas, con una Jerusalén reducida a escombros y el Templo destruido. Aproximadamente 1.100.000 judíos murieron y 97.000 fueron capturados y esclavizados. Desde el punto de vista histórico, la derrota de los judíos fue una de las causas de la Diáspora —numerosos judíos se dispersaron tras perder su estado y algunos de ellos fueron vendidos como esclavos en diferentes lugares del Imperio romano—, y una de las mayores catástrofes de la historia judía, que acabó con la historia del estado judío en la antigüedad. Desde el punto de vista religioso, por otro lado, la destrucción del Templo de Jerusalén supuso la pérdida espiritual más importante de los judíos, que todavía hoy recuerdan en el día de duelo de Tisha b'Av.

La fortaleza fue originalmente establecida por el sumo sacerdote Jonatan, identificado con el rey asmoneo Alejandro Janneo (103-76 a JC) y que no debe ser confundido con Jonatan, uno de los hermanos de Judas Macabeo. En este tiempo, Masada era un discreto refugio, sin llegar a poseer la importancia que tendría un siglo más tarde.

Años más tarde, tras la conquista romana de Judea por Pompeyo, Herodes utilizó la fortaleza de Masada para albergar a su madre Cypros, su prometida Mariamne y su hermana

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Salomé durante la invasión parta del año 40 a JC de Judea, antes de dirigirse hacia Roma para solicitar apoyo contra esta invasión. La familia de Herodes, apoyada por una guarnición de 800 defensores liderada por su hermano José, tuvo que afrontar un asedio de las fuerzas partas, llegando casi a perecer de sed, cuando fueron salvados por una lluvia providencial que llenó las cisternas la noche anterior a una arriesgada huida que habían decidido efectuar hacia territorio nabateo.

En Roma, Herodes fue designado rey de Judea gracias a su resistencia a la invasión parta, tras lo cual volvió a Judea y, tras una breve guerra civil, en el 37 a JC consiguió controlar toda la provincia. Tras percatarse de la importancia de Masada, Herodes decidió fortificarla entre los años 37 y 31 a JC, ante la amenaza que suponía el incipiente expansionismo de la vecina reina Cleopatra VII de Egipto, amparada por el triunviro Marco Antonio. Asimismo, otra de las funciones de Masada fue como refugio frente a su propio pueblo, ya que los judíos nacionalistas detestaban a Herodes por ser de origen idumeo, por restablecer el dominio romano y por eliminar a los últimos asmoneos.

Aprovechando sus excelentes condiciones geográficas (aislada en el desierto de Judea y alejada de núcleos habitados) y sus defensas naturales, Herodes dotó a la meseta de una muralla a lo largo de su perímetro, además de erigir una amplia torre en el sendero occidental que custodiara el acceso, unos 400 metros antes de la meseta. También construyó un palacio para disponer del refugio como lugar de descanso personal y para albergar visitas de otros dignatarios que pudieran disfrutar con las impresionantes vistas del desierto de Judea, del oasis de Ein Gedi, del Mar Muerto y de las montañas de Moab.

En el año 66 d. C. dio comienzo la Primera Guerra Judeo-Romana debido a las tensiones religiosas entre judíos y griegos. La principal fuente de información es la mencionada La guerra de los judíos del historiador Flavio Josefo. Es una obra que debe tomarse con cierta cautela debido a su carácter apologético, suponiendo no obstante la única fuente coetánea existente que narra los acontecimientos acaecidos durante ese conflicto. Respecto a Masada, Josefo se hallaba en Roma en el momento de la caída de la fortaleza, y no fue por tanto testigo directo de la misma, a diferencia de la toma de Jerusalén.

Según Josefo, los zelotes ("celosos de Dios") fueron el grupo principal que llevó el peso de la sublevación para liberar la provincia de Judea de la dominación romana. Otro de los grupos que también se sublevó fue el de los sicarios (escisión de los zelotes), rivales no obstante de los zelotes y otros grupos judíos, que usaban el asesinato y el pillaje para lograr sus objetivos, siendo uno de los grupos más extremistas.

De esta forma, en el mismo año de la rebelión, un grupo de rebeldes sicarios liderados por un tal Menájem asaltó y aniquiló a la guarnición romana, compuesta por una cohorte de la Legio III Gallica (acuartelada en Samosata, a orillas del Éufrates), que se hallaba estacionada en Masada desde la deposición de Herodes Arquelao (año 6). Los sicarios encontraron en la fortaleza un arsenal suficiente para equipar un ejército de diez mil hombres, e importantes reservas de metal (hierro sin trabajar, bronce y plomo) para fabricar nuevas armas y municiones. Los almacenes estaban surtidos de trigo, leguminosas, aceite, dátiles y vino (bien conservados gracias al ambiente árido del desierto circundante), los fértiles huertos interiores podían proporcionar alimentos frescos, y los canales excavados en la roca calcárea capturaban y conducían el agua de lluvia a las cisternas subterráneas. La fortaleza estaba por tanto preparada para resistir un sitio prolongado.

En el año 70 llegó a Masada un nuevo grupo de sicarios y sus familias, liderado por Simón bar Giora, y que habían sido expulsados de Jerusalén poco antes del asedio y destrucción de la capital judía por parte de Tito, hecho con el cual concluía prácticamente la Primera Guerra Judeo-Romana. Sólo subsistían tres fortalezas desafiantes al poder romano: Herodión, Maqueronte y la propia Masada, desde la cual se lanzaron numerosos asaltos contra unidades romanas e incluso aldeas judías durante los dos años siguientes.

En el año 72, hastiado por los problemas que suponía la existencia de una Masada aún rebelde, el gobernador romano de Judea Lucio Flavio Silva marchó hacia la fortaleza dispuesto a asediarla con un ejército compuesto por una legión romana (la Legio X Fretensis), cuatro cohortes auxiliares y dos de caballería. Para albergar estas tropas dispuso la creación de ocho campamentos que rodearan la fortaleza, ubicados tanto en la planicie occidental como en la llanura costera oriental, que pudieran acoger un total de 15.000 efectivos, entre legionarios, auxiliares, seguidores y prisioneros judíos esclavizados. También se erigió una muralla que

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rodeara la fortaleza (similar a la que se levantó rodeando Jerusalén años atrás), de tres kilómetros de longitud y tres metros de altura en origen, y en la actualidad reducida a la mitad debido a la intensa erosión que existe en la zona, un efecto también apreciable en los muros de los campamentos. Las labores de construcción de las murallas estaban reservadas a los legionarios: al ser una labor muy específica y fundamental para el éxito del asedio, Silva sólo empleó soldados de confianza, dejando a los esclavos y a los auxiliares otros menesteres, como el aprovisionamiento de agua y otras labores de mantenimiento general.

Respecto a los accesos, sólo existían dos senderos que ascendían hasta la fortaleza. Uno de ellos, el Camino de la Serpiente, consistía en un angosto y escarpado sendero que ascendía sinuosamente por el flanco oriental a lo largo de 30 estadios (5,2 kilómetros), cuya estrechez y acusada pendiente imposibilitaba un asalto sobre Masada. El segundo acceso era otro angosto camino situado en el flanco occidental y custodiado desde la fortaleza, si bien Silva decidió que era la vía de acceso más lógica. De esta forma, después de numerosos y vanos intentos por abrir una brecha en las murallas de Masada, ordenó construir una rampa (agger) que ascendiera hasta su lado occidental, desde un promontorio denominado la Roca Blanca (Λευκέ), situado a 300 codos (unos 150 m) por debajo de la cumbre de Masada. La construcción duró varias semanas, tras utilizar miles de toneladas de piedras y tierra apisonada ubicadas sobre el propio sustrato geológico,7 conformando así una de las mayores estructuras de asedio conocidas en época romana. Finalmente la rampa alcanzó unos 196 m de base y 100 m de altura, con un 51% de pendiente. Josefo no registra ninguna acción importante de los sicarios para impedir el avance romano, a diferencia de lo ocurrido en otros asedios anteriores contra fortalezas judías como en Maqueronte, y cuya causa podría ser la progresiva falta de medios de los sicarios para combatir al ejército sitiador romano. También se ha especulado con la posibilidad de que la rampa hubiera sido erigida por los esclavos judíos del ejército romano, por lo cual los sicarios se habrían mostrado reacios a atacar a otros judíos debido a sus creencias.

Unos tres meses después de haberse iniciado su construcción, y siete meses después de iniciarse el asedio, la rampa fue finalmente finalizada en la primavera del año 73, contando en su cumbre con una plataforma cuadrada de 22 metros de lado. Sobre ella se situó una torre de asedio (reforzada con hierro y de unos 30 metros de altura) junto al exterior de la muralla de Masada, y mientras los artilleros de los pisos superiores de la torre disparaban sus escorpiones y ballestas para mantener el parapeto libre de sicarios, un ariete situado en el piso inferior de la torre golpeaba continuamente la muralla hasta que se consiguió abrir una brecha. Sin embargo, los legionarios descubrieron que los sicarios habían construido una segunda muralla a continuación del parapeto exterior. Cuando el ariete comenzó a golpear esta segunda muralla, los romanos comprobaron que había sido erigida con capas alternas de piedras y madera, de forma que ésta absorbía los golpes del ariete e incluso se fortalecía así, tal como Julio César había comprobado en sus asedios en las Galias un siglo antes; es ésta la razón por la cual este tipo de estructura recibió el nombre de muralla gala desde entonces.

La tarde del 2 de mayo, Silva canceló las embestidas del ariete y envió a un grupo de hombres armados con antorchas para incendiar la muralla interior, que comenzó a arder rápidamente a lo largo de la estructura. No obstante, comenzó a soplar un fuerte viento desde el norte y de cara al ejército romano, que amenazó la maquinaria de asedio hasta que cambió de sentido y avivó las llamas, lo cual fue interpretado como un buen augurio. Entonces Silva ordenó montar una fuerte guardia que custodiara la muralla incendiada, para así evitar que los judíos escaparan por la noche a través de la brecha, ya que su intención era lanzar el asalto definitivo al día siguiente.

Dentro de Masada, los sicarios fueron conscientes de que el asalto final del ejército romano llegaría con el nuevo día. Según el relato de Josefo, el líder de los sicarios, Eleazar ben Ya'ir, reunió esa noche a sus hombres en el palacio occidental, pronunciando un discurso donde propuso darse muerte ellos mismos para evitar ser hechos prisioneros y vendidos como esclavos. De esta forma, dado que el suicidio como tal era denostado por las leyes del judaísmo, los hombres mataron a sus familias, y posteriormente eligieron por suertes a diez de ellos para quitar la vida al resto. Finalmente, entre estos diez eligieron de nuevo a uno que acabó con la vida de los demás, y antes de darse muerte prendió fuego a la fortaleza, excepto a los depósitos de víveres, para así demostrar a sus enemigos que actuaban por resolución, no por desesperación. Era el decimoquinto día de Nisán, el primer día de Pésaj.

La mañana del 3 de mayo los legionarios romanos colocaron pasarelas sobre la muralla incendiada e irrumpieron en la fortaleza, preparados para combatir a los sicarios, mas toparon con un silencio sepulcral y la visión del fuego y de los cuerpos sin vida de sus enemigos. Únicamente hallaron con vida a una anciana y una mujer, parienta de Eleazar, que se habían

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refugiado junto a sus hijos en una de las galerías subterráneas que conducía a las cisternas, siendo quienes relataron las últimas palabras que el líder sicario pronunció a sus hombres. Impresionados por la resolución de los sicarios, los romanos perdonaron la vida a los supervivientes:

“Cuando allí se toparon con el montón de muertos, no se alegraron, como suele ocurrir con los enemigos, sino que se llenaron de admiración por la valentía de su resolución y por el firme menosprecio de la muerte que tanta gente había demostrado con sus obras”.

Con la conquista del último bastión rebelde que significaba Masada concluyó la Primera Guerra Judeo-Romana. Tras la caída de la fortaleza, y pacificado todo el territorio de Judea, Silva replegó las tropas hasta Cesarea, dejando estacionada una unidad auxiliar en la meseta de Masada. Este acantonamiento se mantuvo regularmente hasta principios del siglo II, trasladándose entonces la guarnición al rehabilitado campamento F (el principal de Silva), que habría llegado a formar parte del Limes Arabicus (frontera arábiga) en época de Diocleciano, tres siglos más tarde.

El zelote era un movimiento político nacionalista en el Israel del siglo I fundado por Judas el Galileo poco después de nacer Jesús. Su objetivo era una Judea independiente del Imperio Romano mediante la lucha armada tal y como sucedió en la Gran Revuelta Judía del 66-73 durante la que tomaron control de Jerusalén hasta que la ciudad fue tomada por los romanos, que destruyeron el Templo, y tres años más tarde ocuparon la fortaleza de Masada, el último refugio zelote, tras el suicidio de sus defensores.

Los zelotes fueron la facción más radical del judaísmo de su época, enfrentándose frecuentemente a otras facciones como los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener "celo por el dinero".

Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas de la historia ya que utilizaban el homicidio de civiles que a su entender colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelota, una facción radicalizada conocida como los sicarios, se distinguió por su particular virulencia y sectarismo.

Judas el Galileo es mencionado como uno de sus líderes más relevantes y recordado por sus acciones en la época del primer censo en Judea. En el Nuevo Testamento es conocido el capítulo en la que la libertad de Barrabás, quien podría ser un líder zelota preso, es preferida por una muchedumbre a la de Jesús de Nazaret, atestiguando la popularidad de dicho movimiento en su época.

Uno de los discípulos de Jesús, escogido por él como apóstol, provenía posiblemente de este movimiento, pues es designado inequívocamente como. Se ha especulado en cambio sin ninguna prueba, con que Judas Iscariote era "Judas el sicario". Sin embargo, en "El Testamento en Galilea de Nuestro Señor Jesucristo" evangelio apocrifo etíope, se menciona a Judas como zelota en el capítulo II versículo 12 se le reconoce como hijo de Simón el cananeo o el Canaita. El nombre de Iscariote sería nada más un apelativo derivado de ishi-karioth (hombre de la sica) el terrible puñal curvo de los sicarios.

En el año 113, Trajano inició su campaña militar contra el Imperio Parto, con el objetivo de conquistarlo y llegar a India, como Alejandro Magno. Para esto, movilizó las legiones desplegadas en todo el Imperio, dejando desguarnecidas las ciudades conquistadas del norte de África y otros sitios. Para garantizar sus líneas de comunicaciones y abastecimientos conquistó el reino de los nabateos para tener la ciudad de Palmira como base para el ataque y, dada la historia de levantamientos de la provincia de Judea, tomó una serie de medidas contra los judíos: entre otras cosas, les prohibió el estudio de la Torah y la observancia del Shabat. Estas medidas causaron indignación en la población judía, tanto dentro como fuera del territorio de Judea.

En el año 115, el ejército romano comenzó su ofensiva contra los partos, logrando conquistar Mesopotamia, incluidas las ciudades de Babilonia y Susa, sedes de grandes academias judías. Las colonias judías de estas ciudades, conocedoras de las persecuciones que sus sabios sufrían en Judea, y que vivían en un marco de libertad religiosa desde hace 600 años, combatieron encarnizadamente contra las legiones romanas y apoyaron a los partos.

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Las comunidades griegas de Cirenaica (Libia) y Chipre atacaron los barrios judíos excusándose en el apoyo que estos daban a los partos. Este ataque llevó a las comunidades judías a la organización de su autodefensa y contraataque.

Los judíos de Cirene, capital de la provincia romana de Cirenaica, liderados por un tal Lucas atacaron los barrios griegos, destruyendo numerosos templos dedicados a dioses paganos como Júpiter, Apolo, Artemisa e Isis, así como edificios que simbolizaban el poder romano. Como consecuencia de estos levantamientos Libia fue despoblada hasta el nivel que fue necesario fundar nuevas colonias varios años después para recuperar la población.

El movimiento comandado por Lucas luego se dirigió a Alejandría, ingresó a la ciudad, abandonada por las tropas romanas con sede en Egipto dirigidas por el gobernador Marco Rutilio Lupo, e incendió algunos barrios de la misma. Tanto los templos paganos como la tumba de Pompeyo fueron destruidos. Esto obligó a Trajano a enviar nuevas tropas al mando del prefecto del pretorio Quinto Marcio Turbo para pacificar las provincias de Egipto y Cirenaica, lo que se logró en el otoño del año 117. Así, Los bienes y las propiedades de las comunidades judías fueron expropiadas para reconstruir las ciudades y los daños causados por el levantamiento. Su líder Lucas presumiblemente huyó hacia Judea.

Bajo el liderazgo de Artemión, los judíos chipriotas participaron en un gran levantamiento contra los romanos bajo Trajano (117) y ellos reportaron haber matado 240.000 griegos.

Trajano envió la legión VII Claudia para restaurar el orden. El ejército romano reconquistó la capital asesinando a todos los rebeldes y se prohibió a los judíos residir a futuro en la isla, bajo pena de muerte. Incluso los supervivientes de naufragios, si eran encontrados en la playa, eran ejecutados.

Una nueva revuelta se levantó en la Mesopotamia recién conquistada, mientras Trajano luchaba contra los partos en el golfo pérsico. Trajano reconquistó Nísibis, Edesa y Seleucia. En cada una de estas ciudades había antiguas e importantes comunidades judías. Tras sofocar la rebelión, Trajano quedó inquieto con la situación, y envió al general Lucio Quieto para eliminar a todos los sospechosos judíos en Chipre, Siria y Mesopotamia, nombrándolo procurador de la provincia de Judea.

La insurrección de los judíos durante los últimos años de Trajano no había sido totalmente suprimida cuando Adriano asume el mando como emperador en el año 118. Los disturbios se trasladaron a Judea. Quieto, que estaba a cargo del gobierno de Judea, detuvo a los hermanos Julián y Papo, que habían sido el alma de la rebelión, sentenciándolos a muerte. Pero órdenes recibidas de Roma causaron la ejecución de Quieto, salvando a los hermanos. (algunos historiadores consideran que Adriano mandó ejecutar a Quieto por ser un posible competidor para el cargo de emperador al haber sido un general muy cercano a Trajano). Los hechos más importantes de la campaña de Quieto son mencionados en el Talmud y otras fuentes rabínicas.

El nombramiento de Adriano como emperador y las promesas realizadas por él de permitir la reconstrucción del Templo de Jerusalén trajo un breve lapso de tranquilidad a la región, pero luego su cambio de pensamiento por la influencia de su entorno griego y la decisión de fundar una ciudad romana en el sitio de Jerusalén, llevó a un reinicio de los disturbios que motivó el traslado de la legión VI Ferrata al lugar, culminando quince años después en la Tercera

Guerra Judeo-Romana, la Rebelión de Bar Kojba.

Después de la rebelión en los años 66-73 d. C., las autoridades romanas tomaron medidas para aplastar todo intento de rebelión en Judea. Se modificó su situación política. En lugar de un prefecto se nombró un pretor como gobernador, y se estableció en las ruinas de Jerusalén la sede de una legión romana completa, la Legio X Fretensis.

La conducción política y religiosa del pueblo judío quedó en manos del Sanedrín, con sede inicial en Yavne, que fue cambiando de ciudad por razones de seguridad.

Las causas directas de la rebelión vienen tras la decisión de Adriano de fundar en el lugar de Jerusalén una ciudad romana llamada Aelia Capitolina. y por los decretos dictados por Adriano que prohibían el Brit Milá (circuncisión), el respeto del sábado, y las leyes de pureza en la familia.

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La intención de Adriano era "civilizar" e incorporar a los judíos a la cultura greco-romana. Para la visión helenista, la circuncisión era una mutilación. La tradición judía relata en el Midrásh Tanjuma un encuentro entre Rabí Akiva y el gobernador Turnus Rufus, donde este le solicita la explicación sobre la circuncisión.

Una legión adicional, la Legio VI Ferrata, fue asentada en la provincia para mantener el orden, y los trabajos comenzaron en el año 131 luego que el Gobernador de Judea, Turnus Rufus realizara la ceremonia de fundación de Aelia Capitolina. Una moneda romana con la inscripción Aelia Capitolina fue acuñada en el año 132.

El Taná Rabí Akiva, que sin ser nombrado nasi dirigía el Sanedrín, convenció a los demás miembros de apoyar la inminente rebelión, y declarar al comandante elegido, Simón bar Kojba como el Mesías.

Los líderes judíos planearon cuidadosamente la segunda rebelión para evitar los numerosos errores que se habían cometido en la primera. En el año 132 d. C. la rebelión dirigida por Bar Kojba rápidamente se expandió desde Modín a través de todo el país, derrotando a la X legión romana con base en Jerusalén y destruyendo a la XXII Legión Romana que había concurrido desde Egipto.

Un estado soberano Judío fue restaurado en los siguientes dos años y medio. La administración pública fue encabezada por Simón bar Kojba, que tomó el título de "Nasí", (Príncipe o Presidente de Israel). La «Era de la redención de Israel» fue anunciada, se realizaron contratos y se emitieron monedas de cobre y plata en gran cantidad con la correspondiente inscripción.

Rabi Akiva presidía el Sanedrín. Los servicios religiosos eran realizados y se reiniciaron los korbanot (Sacrificios rituales de animales u otras ofrendas). Se presume que se intentó restaurar el Templo de Jerusalén, pero no hay pruebas fehacientes de ello.

La rebelión tomó a Roma por sorpresa. Adriano llamó a su General Sexto Julio Severo de Britania, y convocó múltiples legiones, hasta del Danubio. El tamaño del ejército romano fue mucho mayor que el comandado por Tito sesenta años antes. Las pérdidas romanas fueron muy grandes. Entre ellas, una legión completa, la Legión XXII Deiotariana. Fueron tan grandes que el reporte de Adriano al Senado romano no incluía el habitual saludo "Yo y las legiones estamos bien".

Las luchas luego de tres años desde el inicio de la rebelión culminaron brutalmente en el verano del año 135 d. C. Después de perder Jerusalén, Bar Kojba y los restos de su ejército se retiraron a la fortaleza de Betar, que subsecuentemente fue sitiada y tomada. El Talmud de Jerusalén relata que el número de muertos fue enorme. También relata que por diecisiete años no se permitió enterrar a los cadáveres de Betar.

Murieron cerca de 580.000 judíos. Asimismo, 50 ciudades fortificadas y 985 aldeas fueron arrasadas. Adriano intentó destruir de raíz la identidad judía, que había sido la causa de las continuas rebeliones. Prohibió la Torah, el calendario judío y mandó ejecutar a numerosos estudiosos y eruditos. Los rollos sagrados fueron quemados en una ceremonia en el Monte del Templo.

En el lugar del templo, instaló dos estatuas, una del dios romano Júpiter y otra de él mismo. Administrativamente eliminó la provincia romana de Judea fusionándola con otras regiones en la provincia de Siria Palestina, tomando el nombre de los filisteos, antiguos enemigos de los judíos, y fundó la ciudad de Aelia Capitolina en el sitio de Jerusalén, prohibiendo a los judíos ingresar en ella.

A diferencia de la primera Guerra Romano-Judía, la mayoría de la población judía fue asesinada, esclavizada o exiliada; y la religión judía prohibida. Luego de la rebelión el centro de la vida religiosa pasó a Babilonia. En los tiempos modernos, la Rebelión de Bar Kojba se convirtió en un símbolo de la valerosa resistencia nacional.

LOS FARISEOS

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Los fariseos se opusieron a la política del Sumo Sacerdote Juan Hircano (134-104 a JC.), el cual reinó apoyado por los saduceos. Juan Hircano, hijo de Simon Macabeo, vivía más como un rey pagano que como un sacerdote judío, y los sectores tradicionalistas criticaban la identificación entre la realeza y el sacerdocio, reclamando una separación de ambas funciones. El líder fariseo Eleázar exigió que Juan Hircano renunciara al sumo sacerdocio. El enfrentamiento de los fariseos contra los saduceos se agudizó durante los reinados de los hijos de éste, Aristóbulo I (104-103 a JC) y Alejandro Janeo (103-76 a JC) Este último reprimió un levantamiento popular, causando miles de muertes. La viuda de Alejandro Janeo, Alejandra Salomé reinó del 76 al 67 a JC, rehabilitó a los sacerdotes fariseos y los hizo parte del Sanedrín o senado judío, acrecentando su influencia política y religiosa. La reina nombró a su hijo Hircano II como Sumo Sacerdote, con el apoyo fariseo. El hermano menor de éste, Aristóbulo II se proclamó rey a la muerte de Alejandra y depuso a Hircano II, que buscó refugio entre los nabateos, con cuyo rey Aretas III y con apoyo fariseo sitió Jerusalén en el 65 a JC, pero fue derrotado debido a que los romanos apoyaron a Aristóbulo II.

Gracias a las gestiones de su canciller, el idumeo Antipatro, Hircano II logró el apoyo del general romano Pompeyo, quien tomó Jerusalén en el 63 s JC, y lo reinstaló como Sumo Sacerdote, llevándose a Aristóbulo a Roma, mientras Antipatro ejercía de hecho como gobernante de Judea. El poder político y religioso de los fariseos se mantuvo así. Muerto Pompeyo, Julio César nombró a Hircano II etnarca de Judea y al hijo de Antipatro, Herodes, como estratega de Galilea.

En el 40 a JC, Antígono Matatías, hijo de Aristóbulo II, con apoyo del Imperio Parto y de los saduceos, tomó el poder, detuvo y mutiló a Hircano II. Herodes que había huido y el general romano Socio, retomaron Jerusalén en el 37 a JC Bajo el Imperio romano, Herodes fue rey entre el 37 y el 4 a JC y contrajo matrimonio con Mariana, hija de Hircano II, a quienes luego ejecutó, provocando la ruptura entre los fariseos y la dinastía herodiana.

En el 4 a JC el fariseo Sadoc y Juan el Galileo se levantaron llamando a no pagar impuestos a Roma. El hijo de Herodes, Arquelao y el jefe militar romano Varo reprimieron el levantamiento y dos mil rebeldes fueron crucificados. Se considera que esta revuelta fue el origen de los zelotes, que consideraban que la única forma de quitarse el yugo romano era a través de una revuelta armada, tal como intentaron con fatal resultado. La rebelión acabó con el suicidio colectivo de la asediada Masada (año 73)

LOS SADUCEOS

El origen del partido saduceo probablemente se remonta a la protesta de muchos sacerdotes, cuando en el año 175 a JC fue interrumpido el ejercicio y la sucesión legal del Sumo Sacerdocio en el Templo de Jerusalén. El cargo que fue comprado al rey seléucida Antíoco IV Epífanes y usurpado por Jasón, hermano de Onías III y legítimo Sumo Sacerdote. La venta del Sumo Sacerdocio por el rey seléucida recayó luego en Menelao de la familia de los Tobías, hermano Simón el preboste o administrador del Templo, quien logró derrotar a Jasón. El comercio del más alto cargo religioso tuvo como corolario la sustitución de las costumbres judías por las griegas, la imposición del culto a los dioses griegos y la persecución de los judíos que seguían fieles a la Ley.

El sacerdote Matatías y sus hijos, entre ellos Judas Macabeo, desencadenaron una rebelión guerrillera, que finalmente logró en diciembre de 164 a JC volver a purificar el Templo. Después de grandes combates contra Demetrio I Sóter, quien intentó imponer como Sumo Sacerdote a Álcimo, y tras la muerte en combate de Judas Macabeo, su hermano Jonatan fue designado en el 149 a JC Jefe Militar. Asesinado Jonatán, su hermano Simón Tasí asumió el la jefatura y además fue confirmado en el 142 a JC como Sumo Sacerdote por el nuevo rey Demetrio II. En el 141 a JC se convirtió en gobernante independiente y desde ahí se afianzó la preeminencia en el Templo de un grupo de sacerdotes, que luego serían conocidos como partido saduceo. El hijo del anterior Sumo Sacerdote Onías III, Onías IV y un grupo de seguidores no habían reconocido las nuevas jerarquías y establecieron otro Templo en Leontópolis16 (Egipto).

Los saduceos apoyaron firmemente al hijo de Simón, Juan Hircano, quien además de ejercer como Sumo Sacerdote, en la práctica se hizo rey (134-104 a JC) y logró convertir el nacionalismo defensivo Macabeo, en un nacionalismo agresivo y expansivo, que le permitió conquistar a los países y pueblos vecinos, a los cuales obligó a judaizarse. De esta época data el enfrentamiento frontal de los saduceos con los fariseos, opositores a Juan Hircano. Las diferencias religiosas entre los dos grupos se convirtieron en choques políticos que se agudizaron durante el reinado de los dos hijos de Juan Hircano, Aristóbulo I (104-103 a JC), quien

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encarceló a su propia madre y la dejó morir de hambre en prisión, y Alejandro Janeo (103-76 a JC). Este último hizo crucificar a tres mil fariseos que se habían rebelado.

La viuda de Alejandro Janeo, Alejandra Salomé, que reinó del 76 al 67 a JC, rechazó la hegemonía saducea y rehabilitó a los sacerdotes fariseos. Su hijo Hircano II, como Sumo Sacerdote, tuvo el apoyo fariseo. El hermano menor de éste, Aristóbulo II, se proclamó rey a la muerte de Alejandra y depuso a Hircano II, quien buscó refugio entre los nabateos, con cuyo rey Aretas III y con apoyo fariseo sitió Jerusalén en el 65 a JC, pero fue derrotado debido a que los romanos apoyaron a Aristóbulo II.

Gracias a las gestiones de su canciller, el idumeo Antípatro, Hircano II logró el apoyo del general romano Pompeyo, quien tomó Jerusalén en el 63 a JC y lo reinstaló como Sumo Sacerdote, llevándose a Aristóbulo a Roma, mientras Antípatro ejercía de hecho como gobernante de Judea. En el 40 a JC, Antígono, hijo de Aristóbulo II, con apoyo del Imperio Parto y de los saduceos, tomó el poder, detuvo y mutiló a Hircano II. Herodes, que había huido, y el general romano Socio reconquistaron Jerusalén en el 37 a JC El poder de los saduceos comenzó a decaer paulatinamente desde entonces, aunque se mantuvo, relegado al Templo, por un siglo.

Entre los rabinos del siglo II circuló la siguiente leyenda: Antigonus de Soko, el sucesor de Simeón el Justo, el último de los Hombres de la Gran Asamblea, y por tanto viviendo en el tiempo del influjo de ideas helenistas, enseñó la máxima, "No seáis como sirvientes que sirven a su maestro por una recompensa, sino como los que sirven sin pensar en recibir una recompensa”; después de lo cual dos de sus discípulos, Zadok y Boethus, confundiendo el alto significado ético de la máxima, llegaron a la conclusión de que no había futura recompensa, diciendo, "¿Qué sirviente trabajaría todo el día sin obtener su recompensa debida por la tarde?" Instantáneamente se separaron de la Ley y vivieron en gran lujo, utilizando muchas vasijas de plata y oro en sus banquetes; y establecieron escuelas que declaraban el disfrute de esta vida como la meta del hombre, compadeciéndose al mismo tiempo a los fariseos por su privación amarga en este mundo sin ninguna esperanza en otro mundo para compensarlos. Estas dos escuelas se llamaron, tomando sus nombres de sus fundadores, saduceos y betusianos.

Los saduceos eran los miembros de la clase alta de la sociedad judía de esa época, por lo que todos los conquistadores buscaron su apoyo para poder someter al pueblo. Esta efectivamente era la política de estado de este grupo, es decir, eran los colaboracionistas, que se sometían al poder extranjero, ya sean griegos o romanos, y adoptaban sus modas y cultura, por lo que eran muy odiados por el grupo más extremista, los zelotes. Esta sumisión al poder les permitía tener los cargos públicos más importantes; el sumo sacerdote era miembro de este grupo, así como la aristocracia y los principales propietarios de tierras. En la época en que vivió Jesús (siglo I) se encontraban muy reducidos en su poderío, ya que los romanos les habían quitado su poder político, y parte de su poder religioso (los romanos se reservaban el poder de elegir al sumo sacerdote); además, habían perdido su influencia religiosa ante el pueblo en manos de los fariseos. Casi todos ellos se encontraban residiendo en Jerusalén.

Rechazaban la interpretación de la Torah de los rabíes, y se los presenta habiendo negado que nada de la Biblia Hebrea, aparte de la Torah, tenía autoridad. Como la misma Torah, los saduceos son presentados interpretándola literal y rigurosamente en materias que cubre directamente, al mismo tiempo que rechazando las tradiciones rabínicas o leyes orales que mitigan los castigos más duros o intentan prevenir faltas no intencionadas. Por esto los saduceos son mal vistos por el Talmud.

Sin embargo hay evidencia de que hubo un cisma interno entre los llamados "saduceos" – algunos que rechazaban a los Ángeles, el Alma, la Resurrección – y algunos que aceptaban estas doctrinas y la Biblia Hebrea al completo.

16 En varias ocasiones durante el siglo II a. C. un templo judío fue construido en Leontópolis, en el nomo egipcio de Heliópolis, que fue cerrado por Roma en el 74 d. C. Las primeras referencias conocidas son las de Flavio Josefo, escritas poco después de su cierre. Más tarde, las fuentes rabínicas mencionan a Mentópolis pero no describe el templo, y las alusiones a ella se puede encontrar en varios otros textos. El templo fue construido por Onías IV, el hijo de Sumo Sacerdote de Israel Onías III. Fue construido a imitación del de Jerusalén, con la principal diferencia de que se parecía a una torre (probablemente como reflejo simbólico tradicional del templo de Jerusalén), y que los Menorah de siete brazos fueron sustituídos por una única lámpara colgante de oro (probablemente representando al sol: debido a estar en Heliópolis, la ciudad del sol). La construcción de este templo se justifica con las referencias a Isaías, poniéndose en oposición a Jerusalén.

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Sostenían que Dios premiaba a los hombres buenos en vida, por lo que ellos, al ser ricos, eran el pueblo bueno. Su filosofía era materialista, liberal y mucho más mundana que la de los demás grupos.

En cuanto a los registros siguientes del Talmud, uno debe tener presente que las historias con respecto a los saduceos fueron escritas por un pueblo que los derrotó, y pueden contener muchas inexactitudes.

Con respecto a la jurisdicción criminal, eran tan rígidos que el día en que su código fue abolido por el Sanedrín Farisaico bajo el liderazgo de Simeon Ben Shetah, durante el reinado de Salome Alejandra, se celebró como una fiesta. Se dice que los saduceos insistieron en la ejecución literal de la ley de la venganza: "Ojo por ojo, diente por diente", que el judaísmo farisaico, y posteriormente el judaísmo rabínico, rechazaron. Por otro lado, no infligían la pena de muerte en testigos falsos en un caso donde la pena capital se hubiera llevado injustamente a cabo, a menos que el acusado hubiera sido ejecutado únicamente como consecuencia del testimonio de tales testigos.

Según el Talmud, otorgaban a la hija el mismo derecho de herencia que la hija del hijo en caso de que el hijo estuviera muerto.

Las particulares interpretaciones de los saduceos, los llevaban a múltiples especificaciones propias sobre el calendario, las fiestas, el culto, los sacrificios, los rituales y asuntos jurídicos.

De acuerdo con el Talmud, sostenían que las siete semanas desde la primera ofrenda de gavilla de cebada ("omer") hasta el Shavuot (Pentecostés en la referencia cristiana) debían, según Lev.23:15-16, ser contados desde "el día después del sábado," y, consecuentemente, que el Shavuot siempre se debería celebrar en el primer día de la semana (Meg. Ta'an. i.; Men. 65a). En esto seguían la antigua concepción bíblica que considera la fiesta de los primogénitos sin conexión con la Pascua, mientras que los fariseos, conectando la fiesta del Éxodo con el festival de la entrega de la Ley, interpretaban el "el día después del sábado" como el segundo día de Pascua.

Escritos hallados por ellos y redescubiertos a finales del siglo XIX en el depósito de una sinagoga, como el Documento de Damasco o el Libro de los Jubileos, así como el Sirácida, eran atribuidos a los fariseos, pero hoy se piensa que fueron obra de esenios, tras haber sido hallados entre los Manuscritos del Mar Muerto, cerca de Qumrán, con una colección que en su conjunto sostiene interpretaciones muy diferentes a las de los fariseos.