john macarthur 16. epílogo cómo responder al movimiento carísmatico

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Una palabra final Muchos que leen un libro como este se preocuparán por su efecto en la unidad del cuerpo de Cristo. Por favor entiendan que no tengo el deseo de poner un abismo entre los creyentes carismáticos y los no carismáticos. Una grieta 'cÓmo esa no puede existir entre creyentes cuando se encuentran en el terreno común de la Palabra de Dios. La división dañina germina solamente cuando alguien se aleja de la Palabra de Dios y deja que el error penetre para amenazar al rebaño. Mi principal interés es llamar a la iglesia a un compromiso firme con la pureza y autoridad de las Escrituras, para así fortalecer la unidad de la verdadera iglesia. Tal vez el daño más serio hecho a la. iglesia por el movimiento carismático ha sido precisamente en este asunto de la unidad. ¿Quién sabe cuántos millares de iglesias se han dividido por la enseñanza carismática? El número seguramente nos haría temblar: La misma" - . doctrina carismática es cismática, como hemos visto, porque· levanta una cerca entre el creyente común 'ylos- que- piensan que han alcan.,-. zado un nivel más elevado de espiritualidad. En consecuencia, la Doy gracias a Dios por esos hombres y su valor. Estoy conven- cido, no obstante. de que las semillas de los errores que ellos desean combatir son inherentes a las mismas doctrinas que distinguen la posición carismática: la idea de que Dios todavia está revelando verdad más allá de la Escritura; la enseñanza de que el bautismo del Espíritu es subsecuente y separado de la salvación, creando asi de esta manera dos clases de creyentes; y el misticismo que es innato en la enseñanza carismática, que alienta a la gente a denigrar la razón, exaltar la emoción y a abrir sus mentes y espíritus a poderes que no pueden entender. Mientras esas ideas estén en el corazón de la creencia carismática, el error y el extremismo continuarán aparecien- do en el movimiento. Este libro es una apelación a mis amigos carismáticos a que reexaminen lo que creen. También es una apelación a los que no son carismáticos que imaginan que las diferencias entre la doctrina carismática y la no carismática son apequeñas y sin consecuencias. Todos los verdaderos creyentes pueden estar de acuerdo en que un entendimiento apropiado de la Escritura es cosa digna de defender agresivamente. Como los nobles de Berea, cada uno examine las Escrituras cuidadosa y diligentemente "para verificar si estas cosas eran así" (Hech. 17: 11). Pregúntese a sí mismo con honestidad: ¿Estoy poniendo mi énfasis en la Palabra Oiva en las Escrituras, o en mis emociones y experiencias? . - í r- 291 - .. -- .t Epílogo -L- 290 Epílogo: ¿Cómo responder al movimiento carismático? . Como dije al principio de este libro, conozco muchos caris- máticos que son creyentes honorables, comprometidos, consecuentes y dedicados a la Palabra de Dios. Numerosas iglesias e individuos carismáticos rechazan muchos de los errores que he hecho resaltar en este libro. De ninguna manera pretendo representar a todos los carismáticos igual. Obviamente hay muchos extremos dentro del movimiento y muchos matices de doctrina carismática, que varían desde la ortodoxia evangélica hasta la indudable herejía. Confrontar el error Estoy agradecido por esos carismáticos que tienen el valor de confrontar el error en su movimiento y de llamar a todos los carismáticos a una perspectiva bíblica, y ferviente mente deseo que haya más que se unan a sus filas. Ciertamente hay algunas voces importantes y muy eficaces dentro del movimiento carismático que han mostrado más disposición que muchos no carismáticos para confrontar las herejías producidas en su seno. Las críticas más detalladas del movimiento Palabra de Fe, por ejemplo, han venido de un puñado de autores carismáticos.1 Chuck Smith, pastor de la Capilla El Calvario en Costa Mesa, California, ha escrito una crítica franca del extremismo carismátJco:c~-,- John Goodwin, pastor de la Capilla El Calvario, de San JOsé, ha escrito-una CrítiCa brevEt perO ..-. excelente del movimiento de la Tercera Ola.3 , ~. ! '! ;, " I:}:~ !!'I)' ::':1:' 1""1 11:" r.jil: :" t,' ¡. 1, ¡ :'\ ' I ; r 1 '1 l'tl! 11:; l';, 1.1;, 1:'1:\ l:'¡ ,~; ; ·~~ ¡i!l ,'i U '1

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Page 1: John MacArthur 16. Epílogo Cómo responder al movimiento Carísmatico

Una palabra final

Muchos que leen un libro como este se preocuparán por suefecto en la unidad del cuerpo de Cristo. Por favor entiendan que notengo el deseo de poner un abismo entre los creyentes carismáticos ylos no carismáticos. Una grieta 'cÓmo esa no puede existir entrecreyentes cuando se encuentran en el terreno común de la Palabra deDios. La división dañina germina solamente cuando alguien se alejade la Palabra de Dios y deja que el error penetre para amenazar alrebaño. Mi principal interés es llamar a la iglesia a un compromisofirme con la pureza y autoridad de las Escrituras, para así fortalecer launidad de la verdadera iglesia.

Tal vez el daño más serio hecho a la. iglesia por el movimientocarismático ha sido precisamente en este asunto de la unidad. ¿Quiénsabe cuántos millares de iglesias se han dividido por la enseñanzacarismática? El número seguramente nos haría temblar: La misma" - .doctrina carismática es cismática, como hemos visto, porque· levantauna cerca entre el creyente común 'ylos- que- piensan que han alcan.,-.zado un nivel más elevado de espiritualidad. En consecuencia, la

Doy gracias a Dios por esos hombres y su valor. Estoy conven­cido, no obstante. de que las semillas de los errores que ellos deseancombatir son inherentes a las mismas doctrinas que distinguen laposición carismática: la idea de que Dios todavia está revelandoverdad más allá de la Escritura; la enseñanza de que el bautismo delEspíritu es subsecuente y separado de la salvación, creando asi de estamanera dos clases de creyentes; y el misticismo que es innato en laenseñanza carismática, que alienta a la gente a denigrar la razón,exaltar la emoción y a abrir sus mentes y espíritus a poderes que nopueden entender. Mientras esas ideas estén en el corazón de lacreencia carismática, el error y el extremismo continuarán aparecien­do en el movimiento.

Este libro es una apelación a mis amigos carismáticos a quereexaminen lo que creen. También es una apelación a los que no soncarismáticos que imaginan que las diferencias entre la doctrinacarismática y la no carismática son apequeñas y sin consecuencias.Todos los verdaderos creyentes pueden estar de acuerdo en que unentendimiento apropiado de la Escritura es cosa digna de defenderagresivamente. Como los nobles de Berea, cada uno examine lasEscrituras cuidadosa y diligentemente "para verificar si estas cosaseran así" (Hech. 17: 11). Pregúntese a sí mismo con honestidad:¿Estoy poniendo mi énfasis en la Palabra Oiva en las Escrituras, oen mis emociones y experiencias? .

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Epílogo

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Epílogo:¿Cómo responder

al movimientocarismático?

.Como dije al principio de este libro, conozco muchos caris­

máticos que son creyentes honorables, comprometidos, consecuentesy dedicados a la Palabra de Dios. Numerosas iglesias e individuoscarismáticos rechazan muchos de los errores que he hecho resaltar eneste libro. De ninguna manera pretendo representar a todos loscarismáticos igual. Obviamente hay muchos extremos dentro delmovimiento y muchos matices de doctrina carismática, que varíandesde la ortodoxia evangélica hasta la indudable herejía.

Confrontar el error

Estoy agradecido por esos carismáticos que tienen el valor deconfrontar el error en su movimiento y de llamar a todos loscarismáticos a una perspectiva bíblica, y ferviente mente deseo quehaya más que se unan a sus filas. Ciertamente hay algunas vocesimportantes y muy eficaces dentro del movimiento carismático quehan mostrado más disposición que muchos no carismáticos paraconfrontar las herejías producidas en su seno. Las críticas másdetalladas del movimiento Palabra de Fe, por ejemplo, han venido deun puñado de autores carismáticos.1 Chuck Smith, pastor de laCapilla El Calvario en Costa Mesa, California, ha escrito una críticafranca del extremismo carismátJco:c~-,-John Goodwin, pastor de laCapilla El Calvario, de San JOsé, ha escrito-una CrítiCa brevEt perO ..-.excelente del movimiento de la Tercera Ola.3

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292 LOS CARISMATICOS: Una perspectiva doctrinal

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división entre carismáticos y no carismáticos realmente fue puesta porlas ideas intrínsecas del sistema carismático.

Muchos carismáticos, estoy seguro, son muy conscientes de esadificultad. Pero está combinada con una segunda tendencia, y es ladisposición de muchos carismáticos que, en nombre de la unidad,están dispuestos a abrazar a cualquiera y a todos, aunque signifiquepasar por alto perspectivas doctrinal es burdamente erradas, con talque la persona haya manifestado alguna evidencia externa de losdones.

Por causa de esta inclinación a la ambigUedad doctrinal, a lainclusividad y al altruismo hacia otros de diferentes trasfondos, elmovimiento carismático inadvertidamente ha triunfado en volverse laclase de fuerza ecuménica mundial que muchos liberales imaginaronoriginalmente que llegaría a ser el Concilio Mundial de Iglesias.4Católicos, cristianos ortodoxos orientales, protestantes y muchassectas están ya uniéndose bajo la bandera carismática. Lejos de ser uncorolario positivo al crecimiento del movimiento, esta influenciaecuménica puede resultar ser el efecto más potencialmente desastrosodel fenómeno carismático del siglo veinte.

Un escritor señaló la ironía de la unión del movimiento caris­mático con el ecumenismo:

¿No es inconsecuente que un movimiento que alega estar encontacto directo con el Espíritu Santo, tener todos los dones comoprofecía, apostolado y la palabra de conocimiento, de comunicarsedirectamente con Dios por medio de hablar en lenguas y por otrosmedios, pueda al mismo tiempo incluir a católicos romanos, aprotestantes conservadores y liberales, a amilenarios, a premi­lenarios, a calvinistas, a arminianos, a los que niegan la inspiraciónverbal de la Biblia y.o los que rechazan el sacrificio vicario de Cristoen la cruz?Aparentemente el Espíritu Santo no está interesado en comunicarinformación para corregir todas esas diferencias, muchas de lascuales son cruciales y algunas de las cuales son incorrectas. Todaesta comunicación directa con el Espíritu aparentemente no hahecho nada por corregir ni los errores básicos. No ha producidounidad entre los carismáticos respecto a la naturaleza y propósitode muchos de los dones. El movimiento no ha resuelto ningúnasunto teológico, ni producido adelanto en el conocimiento bíblico,ni ha producido cristianos más espirituales. ¿Produciría tan pocotal derramamiento del genuino Espíritu de Dios?5 ..

Gordon Clark tambíén ha escrito acerca de los pelígros del ecu­menismo carismático. El citó un artícul06 de una revista carismáticaque celebraba las íncursiones que el pentecostalísmo estaba haciendoen el catolicismo, y luego dijo:

Varias cosas sacuden inmediatamente a cualquier lector que no estádormido. Primero, la experiencia de las lenguas es tremendamenteimportante. Si no es cierto decir que nada más importa, noobstante parece cierto decir que nada más importa mpcho. Hablaren lenguas es la marca principal de un cristiano dedicado. Laimplicación clara es que la adoración a la virgen Maria no esobjetable si uno habla en lenguas. No tiene mucho caso lajustificación por la fe sola, o si uno puede aceptar méritos del tesorode los santos, o si la transubstanciación puede ser reconocida, sisolamente uno habla en lenguas. Todavia más fundamental, unopuede colocar la tradición al mismo nivel que la Escritura y hastadefender nueva revelación de Dios, si sólo uno habla en lenguas. Elministro pentecostal (mencionado en el articulo en cuestión) dijo,fijaos bien: "No ha habido intención (por los protestantescarismáticos) de hacer prosélitos (católicos romanos carismáticos). "En otras palabras, el romanismo es aceptable si solamente unohabla en lenguas.7

El ecumenismo carismático está minando consistentemente cual­quier reclamo de que el movimiento carismático haya tenido algunavez ortodoxia bíblíca. En Asia, nuevas sectas carismáticas espantosasestán brotando, mezclando budismo, taoísmo, confucianismo y otrasfalsas enseñanzas con las enseñanzas de los carismáticos occidentales.El movimiento carismático como un todo no está preparado paradefenderse contra tales influencias. ¿Cómo pueden confrontar gruposerrados, incluyendo a los que son completamente paganos? Porqueen el movimiento carismático la unidad es asunto de experienciareligiosa compartída, no de comunídad de enseñanza. Si la doctrinarealmente no importa, ¿por qué no recibir grupos carismátícosbudistas? En efecto, eso es precisamente 10que está pasando.

y así, aunque la doctrina carismática tiende a ser divisiva entregrupos que son ortodoxos, ha tenido el efecto contrario entre gruposque no lo son. Los carismáticos están construyendo puentes congrupos e individuos a los que a los cristianos se les ha ordenado evitar(2 Jn. 9-11). Tristemente, muchos carismáticos, por eso, se hanvuelto participantes de las malas obras de los que niegan la enseñanzade nuestro Señor {v. 11).

Yo sospecho que los cari~máticos, hasta los que reconocen laseriedad de estos problemas, alegarán que el legado de su movimientoha sido más positivo que negativo; Como evidencia, ellos señalaránlos amplios efectos del llamado avivamiento carismático, y alcrecimiento numérico del movimiento en todo el mundo. Dirán que elministerio carismático está revitalizando las iglesias y alcanzando losperdidos hasta lo último de la tierra. Pero la naturaleza ecuménica de

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Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen ala vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nosllamó por su propia gloria y excelencia. Mediante ellas nos hansido dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellasseáis hechos participantes de la naturaleza divina, después de haberhuido de ta córrupción que hay en el mundo debido a las bajaspasiones. Y por esto mismo, poniendo todo empeño, añadid avuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, domi­nio propio; al dominio propio, perseverancia; a la perseverancia,devoción; a la devoción, afecto fraternal; y al afecto fraternal,amor. Porque cuando estas cosas están en vosotros y abundan', noos dejarán estar ociosos ni estériles en el conocimiento de nuestroSeñor Jesucristo (2 Pedro 1:3-8). - - __u.

mucho de ese avivamiento y expansión niega el reclamo de que esobra de Dios.

La triste verdad es que el legado del movimiento carismático hasido principalmente de caos y confusión doctrinal. El enfoquecarismático a la espiritualidad no es sano, y está lleno de desencantopotencial. En ambos lados de la cerca carismática hay creyentescristianos que están inseguros, desilusionados, derrotados. Algunoshasta están desesperados. La "buena vida" espiritual de la que oyenen sermones y lecciones de la escuela dominical parece pasarles delado. ¿Dónde pueden encontrar la clave para vivir su fe cristianasobre una base cotidiana, realista y práctica?

La única respuesta apropiada es, y siempre ha sido. un regreso ala Palabra de Dios. Porque allí Dios nos ha revelado toda la verdadque necesitamos para servirle y para vivir para su gloria. Desafor­tunadamente, como hemos visto a menudo, el movimientocarismátíco tiende a volver a la gente dentro de sí misma, hacia elmisticismo y la subjetividad, y lejos de la Palabra de Dios. No presteatención a ese canto de sirena.

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