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Introducción. La fundación de las ciudades y la romanización . . . . . . . . . . . .1

Texto 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3

Texto 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5

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Texto 5 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11

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Texto 9 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15

Actividades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17

SIGNIFICADO DE LOS ICONOS: Identificación de materias por colores:

Ciencias Naturales Cultura Clásica y Latín Historia Matemáticas

Identificación por niveles:

1.º de E.S.O. 2.º de E.S.O. 3.º de E.S.O. 4.º de E.S.O.

1.º Bachillerato 2.º Bachillerato

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Actividades

B-I B-II

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CIUDAD Y ROMANIZACIÓNi.e.s. cañada de las eras

La fundación de las ciudades y la Romanización

Roma era, en un principio, una pequeña aldea del Lacio. Fue fundada, según cuenta la tradición, por Rómulo y Remo en el 753 a. C. Su lucha con los pueblos vecinos la llevó a encumbrarse como la primera ciudad del Lacio y,

a partir de ahí, fue expandiéndose llegando a poseer un gran imperio cuya máxima extensión se alcanzó en el siglo II d. C con Trajano. Para facilitar la administra-ción de este amplio territorio, los romanos lo dividieron en provincias. En aquellas situadas en la parte oriental del imperio existían, con anterioridad a la llegada de los romanos, ciudades grandes y florecientes. Sin embargo, no ocurría lo mismo en la Galia, en Hispania, en Britania, en los limes germanos o en las provincias africanas. Sin duda, los pueblos que habitaban en esas tierras contaban con núcleos urbanos, pero en ellos las viviendas estaban levantadas sin orden y no había instrumentos de vida colectiva. Fueron, por tanto, los romanos los primeros en fundar verdaderas ciudades en estos territorios. Entre ellos se encontraba Hispania, el territorio más occidental del imperio romano.

La ciudad al modo como lo entendían los romanos (no sólo un cierto número de comodidades materiales sino también un sistema religioso, social y político) se convirtió, al menos en las provincias occidentales, en la principal vía de romaniza-ción de los territorios conquistados. Las nuevas ciudades, sobre todo aquellas fun-dadas por ciudadanos romanos, se construían a imagen de Roma, de sus institucio-

CULTURA CLÁSICA Y LATÍNi.e.s. cañada de las eras

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nes y de sus monumentos. De este modo las ciudades tenían un senado, magistrados agrupados en colegios y una serie de edificios que garantizaban las comodidades y necesidades religiosas y sociales: el foro, el Capitolio, la curia, la basílica, el teatro, el anfiteatro, el circo, las termas, acueductos, fuentes, murallas.

En Hispania la fundación de ciudades se llevó a cabo sobre todo a partir del siglo I a. C. en época de Julio César. Se siguieron creando con Augusto y los Flavios. Hispania llegó a ser una de las provincias más romanizadas fruto de lo cual fueron no sólo escritores sino también senadores, cónsules y emperadores.

A lo largo de este cuaderno vas a conocer distintos aspectos sobre la fundación de ciudades y la romanización y cómo ambas están estrechamente ligadas. Lo harás de una forma activa, siendo tú el protagonista de tu propio aprendizaje.

Para resolver las actividades que se te proponen tendrás que leer primeramente, y con mucha atención los textos iniciales que hay en este cuaderno. Con la información que obtengas de ellos podrás resolver gran parte de las cuestiones que se plantean pos-teriormente. A medida que vayas respondiendo te darás cuenta de que te faltan datos para contestar algunas preguntas. Cuando así ocurra tendrás que buscar la información en los libros de la biblioteca de tu centro o en internet. En algunas preguntas se te pide que cites correctamente tus fuentes. Hazlo de la siguiente manera (normas aconsejadas por CEDRO, Centro español de derechos reprográficos):

Libro:APELLIDO DEL AUTOR. Inicial / es del nombre (año de publicación).

Título. Lugar de publicación: Editorial.GRIMAL, P. (1991). Las ciudades romanas. Barcelona: Oikos-tau.

Artículo de una enciclopediaTítulo del artículo. Título de la enciclopedia. Lugar de publicación: Editorial,

año de publicación, volumen de la enciclopedia, número de la primera página del artículo - número de la última página del artículo.

Magistrado. Enciclopedia Larousse, Barcelona: Larousse, 1990, T 9, pág. 3214.

Artículo de una revista APELLIDO DEL AUTOR, Inicial/es del nombre. “Título del artículo”.

Título de la revista, año de publicación, número de la revista, número de la primera página del artículo - número de la última página del artículo.

JIMÉNEZ SALVADOR, J. L. “Programa monumental básico de una ciudad romana”. Cuadernos de arte español, 1992, nº 30, págs. 6 – 10.

Dirección de internetDirección de internet. Consulta: fecha.http://es.wikipedia.org/wiki/Antigua_Roma. Consulta: 3 de abril de 2008.

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Texto 1

“Obligados por las exigencias de sus conquistas, de ampliar las ciudades ya existentes o fundar otras nuevas, los romanos tuvieron que elabo-rar una verdadera doctrina del urbanismo y proporcionar a priori*

soluciones uniformes para todos los problemas prácticos. Ello se consideraba tanto o más necesario, debido a que los primeros elementos enviados como colonos eran antiguos soldados, poco capaces de inventar por sí mismos, pero sí disciplinados y tenaces*. La mano de obra indígena era abundante, pero desprovista de formación profesional. [...] Los fundadores romanos se contentaron con aplicar un plan sim-ple, siempre el mismo, y que tenía el mérito de ser fácilmente comprensible.

Una ciudad <<regular>> era, para los romanos, la situada dentro de un cua-drado o un rectángulo, al que atravesaban dos vías perpendiculares trazadas según las medianas. De estos ejes, uno estaba orientado de norte a sur. Llevaba el nombre de cardo [...]. El eje este-oeste era el decumanus. Con motivo de la creación de la ciudad, el fundador, que era un magistrado oficialmente encargado de esta misión determinaba en primer lugar el emplazamiento del centro de la futura urbe. En este punto, en el que se cruzaban decumanus y cardo, situaba el groma, instrumen-to destinado a determinar, como punto de mira, la línea del decumanus. Para ello empezaba localizando el sol a su salida [...]. A continuación era fácil trazar el cardo, elevando la perpendicular a partir del punto de posición. Se medían sobre los dos ejes así obtenidos unas distancias iguales a partir de su intersección, según la superfi-cie que se quería dar a la colonia. Allí se abrían las puertas principales. El trazado del recinto materializaba simplemente el cuadrado, de los que el cardo y el decumanus eran las medianas. La ciudad tendría entonces cuatro puertas, una en cada uno de los puntos cardinales. Sería pues suficiente continuar trazando las vías secundarias en forma de damero, logrando así unos decumani y unos cardines secundarios, para-lelos respectivamente a dos ejes principales. Las manzanas delimitadas de esta forma se repartían entre los habitantes según su rango y función.

Un procedimiento semejante era, evidentemente muy artificial. Solamente podía aplicarse a unos terrenos libres y sin accidentes demasiado acentuados. Era al que recurrían cada noche los oficiales encargados de establecer el campo donde se fortificaban los ejércitos en campaña. En ciertos aspectos, las colonias surgieron como un simple desarrollo del sistema de campo en torno al cual la disciplina mili-tar había formado a los veteranos. [...]

Sin embargo, nos equivocaríamos si creyéramos que el plano en damero y la rigurosidad geométrica de las fundaciones de este tipo se pueden explicar en su totalidad por el espíritu militar de los romanos. La realidad es mucho más compleja. Existía en la fundación de una ciudad un elemento que la disciplina militar no podía tener en cuenta: ninguna consideración práctica podía justificar la orientación del decumanus. Ésta solamente podía depender de una intencionalidad religiosa, y era muy cierto que fundar una ciudad era un acto sagrado. Los autores antiguos nos


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han descrito muchas veces el ritual que acompañaba al acto. Nos dicen que como el mismo fundador, revestido con una toga dispuesta según la antigua moda, se aferraba a los auspicios* a fin de asegurarse con signos visibles que los dioses no se opusieran al establecimiento de una ciudad en el lugar elegido. Luego, tomando los mangos de un arado con reja de bronce, tirado por una becerra y un toro blancos, trazaba un surco en torno a la futura ciudad, allí, donde debían levantarse las mura-llas. Tenía gran cuidado en hacerlo de tal manera que toda la tierra levantada por el arado cayera dentro del recinto y, detrás suyo, los asistentes recogían los terrones* que a veces saltaban al exterior y los echaban de nuevo donde lo requería el rito. En el emplazamiento previsto para las puertas, el fundador levantaba el arado a fin de proporcionar un acceso libre de cualquier consagración. Una vez regresado el celebrante a su punto de partida, la ciudad estaba virtualmente fundada. [...] De la tierra desgarrada por el arado surgían las divinidades infernales que tomaban pose-sión del foso y lo hacían religiosamente infranqueable*. [...]

Este ritual de delimitación del territorio urbano se completaba con otros dos, siendo ambos rituales de consagración. Uno estaba dirigido a los dioses infernales. En un punto central de la futura ciudad, se abría un foso circular llamado mundus, donde se depositaban las ofrendas <<a los de Abajo>> Cada año, en tres ocasiones diferentes, la losa que en época normal cubría ese foso, era solemnemente retirada. Durante estos días se suspendía toda actividad oficial. [...]

El último rito tenía como finalidad colocar la futura ciudad bajo la protección de los dioses de Arriba y, más concretamente, de una tríada compuesta por Júpiter, Juno y Minerva. Estas tres divinidades recibían un templo común, con tres capillas, que formaban el Capitolio de la ciudad. Como norma, este santuario debía estar colocado en un punto elevado, a fin de que sus divinos huéspedes pudieran abarcar con la mirada la mayor superficie posible de la urbe. Era una vieja creencia, y muy arraigada, que la protección de un dios solamente podía ejercerse con eficacia sobre el terreno que podía ver. También, cuando era imposible situar el capitolio en la cima de una colina, se lo colocaba sobre un alto podium, una terraza artificial que sirviera para ello. Frecuentemente este Capitolio estaba construido en los lindes de la plaza principal, en el mismo centro de al colonia.

Vemos, por consiguiente, que las indicaciones transmitidas por los antiguos sobre la fundación de las ciudades incluían dos series distintas de prescripciones: una parte técnica, de pura geometría, y la otra parte un ritual de características arcaicas. Pero nada garantiza que estos dos elementos estuvieran primitivamente vinculados. [...] Sea lo que fuere, los autores antiguos son unánimes* en afirmar que el rito de fundación, bajo su doble aspecto práctico religioso, les fue enseñado a los romanos por el pueblo etrusco.

GRIMAL, P. (1991). Las ciudades romanas. Barcelona: Oikos-tau, págs. 15 - 19

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Texto 2

“En el siglo II el historiador griego Elio Arístides escribió en su Elogio de Roma que el imperio romano contaba con un gran número de ciudades tanto en las costas como en el interior. También afirmó que los propios

emperadores romanos impulsaban la fundación de ciudades y el crecimiento de otras que ya existían.

No obstante, la situación no fue la misma en todo el imperio. En la parte oriental, en la que el influjo griego estaba presente, las ciudades romanas se levan-taron en ciudades ya existentes o desaparecidas hacía poco tiempo. La creación de colonias a partir de campamentos militares, lo que ocurría a menudo en los terri-torios occidentales, fue escasa y tan sólo se dio en la frontera oriental del imperio. En Oriente las legiones acampaban en ciudades ya existentes y no en campamentos. Los dos objetivos más importantes de las ciudades romanas en las provincias orien-tales eran asegurar militarmente el territorio conquistado y el cuidado de la tierra de los veteranos y el proletariado romano.

Las ciudades de esta parte del imperio intentaban procurarse un equipamien-to normal lo más completo posible. Contaban con calles pavimentadas y alcantari-llado, un teatro, un hipódromo, pero no con un anfiteatro pues los espectáculos que en él tenían lugar no eran del agrado de los griegos. Muchos gimnasios helenísticos se transformaron en termas; otros se mantuvieron como gimnasios pero en uno y otro caso siguieron siendo centros de la vida urbana. Los emperadores también promovieron la construcción de acueductos, vías y canales. Los arquitectos griegos adoptaron la bóveda y perfeccionaron el revestimiento de los muros con placas de mármol. El dominio romano supuso la elevación del nivel de vida gracias a las construcciones monumentales orientadas a la vida social y a la formación. Sin embargo, la contribución de estas ciudades a la romanización y urbanización según el modelo romano fue muy pequeña. Más bien al contrario, estas nuevas ciudades se adaptaban a su entorno griego y en las inscripciones latinas se dejaba paso, poco a poco, a la lengua griega.

Por el contrario, en la parte occidental del imperio se levantaron más ciuda-des, muchas de ellas a partir de campamentos militares. En esta zona del imperio y con anterioridad a los romanos los fenicios, griegos y etruscos habían fundado asentamientos en la cuenca mediterránea, pero sólo en las costas y no de forma sistemática. Los asentamientos amurallados en las colinas de Italia, Hispania y las Galias no tenían carácter urbano.

Con la llegada de los romanos esta situación cambió. Levantaron ciudades en el interior. Y si bien las levantaron con objeto de que fueran instrumento de la administración provincial y del dominio imperial, muchas comunidades del noreste de África, Hispania, la Galia y otros territorios deseaban, poco después de su sometimiento, la creación de un centro urbano con las correspondientes como-didades de la civilización. De este modo, en el transcurso de la época imperial las


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provincias occidentales se fundaron numerosas ciudades. Los edificios públicos que se construían en ellas se levantaban a imagen y semejanza de Roma. En las ciudades no faltaban foros, templos, basílicas, columnatas, curias, mercados, termas, fuentes, letrinas, acueductos. En casi todos los lugares de cierta importancia había un teatro. Los anfiteatros y circos solían dejarse para las capitales de provincia. Muchas ciuda-des contaban también con murallas.

Desde época de Augusto los urbanistas contaban con el manual de Vitruvio en el que encontraban indicaciones para la elección de un asentamiento urbano, la disposición de las murallas, el trazado de las calles, las plazas y los edificios públicos. Las reglas enunciadas por Vitruvio no se seguían al pie de la letra pero representaban una norma y garantizaban una cierta regulación.”

Basado en KOLB, F. (1992). La ciudad en la Antigüedad. Madrid: Gredos.

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Vitruvio (1987). Los diez libros de arquitectura. Barcelona: Alta Fulla, págs. XXV – XXVII

(trad. Ortiz y Sanz, J.)


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Texto 4

“La resolución del emperador Octavio con respecto a prestar atención a la zona occidental de su Imperio fue transcendental en el caso hispano. [...]

La península Ibérica inició la senda del desarrollo y del progreso. En el primer siglo de nuestra era se había construido y urbanizado la práctica totalidad de las ciudades hispa-nas, y la economía aumentó gracias a las exportaciones de productos muy apreciados en la metrópoli: aceite, vino, salazones, trigo... Éstos se consumían por todo el Imperio. [...]

La reorganización administrativa y territorial también tuvo su parte en este crecimiento hispano. [...]

Hispania fue avanzando en paz a medida que lo hacían las calzadas que se cons-truían sobre ella. [...] La península Ibérica se fue dotando de un sistema de comunica-ciones sin parangón. La red se iniciaba en los pasos pirenaicos, extendiéndose por toda la cornisa cantábrica hasta llegar al océano Atlántico, donde se encontraba el finis terrae. De esos mismos nudos pirenaicos se descendía a los valles de las principales cuencas flu-viales. Primero a lo largo del Ebro y desde allí se conectaba con el Tajo en el camino de Lusitania, y con el Duero, buscando salida hacia las explotaciones mineras del noroeste peninsular. En el occidente de Hispania se trazó la Vía de la Plata. [...]

En cuanto al proceso de urbanización de las ciudades, ésta fue sencillamente asom-brosa. Los habitantes locales quedaban absolutamente convencidos del poder romano al observar cómo se levantaban majestuosos edificios que servían como embajadores de la cultura que los construía; de esa manera las urbes hispanas se enriquecieron con anfitea-tros, circos, acueductos, termas, fontanas, puentes, templos, faros, murallas ...

La construcción y remodelación de ciudades era un evidente reflejo de que lo que se estaba haciendo en Roma: ciudades típicas cruzadas en línea recta por calles con un núcleo principal donde se encontraba el gran foro escoltado por monumentos y templos.

La romanización era profunda, y eso propiciaba un acercamiento cada vez más intenso hacia la paridad social de los hispanos con los ciudadanos romanos. [...]

Otro de los factores galvanizadores de la romanización peninsular fue, sin duda, el idiomático. El latín unió a los pueblos ibéricos con una exitosa aceptación desde los orígenes de la conquista. Después de las guerras cántabras el uso del latín se generalizó, y años más tarde la práctica totalidad de la población lo hablaba; que-daban como restos algunos rasgos supervivientes de las lenguas célticas, además del enigmático vascuence, del que no se sabe muy bien su origen.

El capítulo religioso fue también decisivo en la romanización de la Península. Los romanos siempre fueron condescendientes con las creencias de los pueblos que iban sometiendo. La estrategia pasaba por demostrar que la fuerza de Roma era tan superior como sus dioses, dejando a los nativos la decisión de asumirlo, y en casi todos los casos así ocurrió. De este modo, fiestas, celebraciones y rituales romanos fueron solapándose a los antiguos cultos, que pronto quedaron olvidados; siempre existía un dios grecorro-mano que pudiera sumir las funciones de la deidad autóctona de turno”.

CEBRIÁN, J. A. (2004). La aventura de los romanos en Hispania. Madrid: La esfera de los libros, págs. 173 - 178

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Texto 5

“Roma llevó a cabo una intensa urbanización de Hispania, que, sin embargo, se retrasó mucho respecto a los inicios de la conquista. Durante una primera fase hasta las guerras civiles no consideró necesa-

ria la fundación de nuevas ciudades, bastándole las ya existentes. Las ciudades indí-genas fueron agrupadas en varias categorías jurídicas: a) foederatae [...]; b) liberae et inmunes [...]; c) stipendiariae [...].

Por otra parte, Roma fundó tardíamente en Hispania numerosas colonias y municipios que se ajustaban al modelo tradicional de ciudad:

las a) coloniae eran ciudades fundadas generalmente por iniciativa personal de un magistrado cum imperio, aportando legionarios veteranos legionarios, casi siempre próximos a territorios aún no conquistados por Roma. En unos casos estas fundaciones son ex novo (Celsa, Emerita augusta, Caesaraugusta), mientras que en otros casos la nueva colonia se forma sobre un antiguo poblado indígena en el que convergen núcleos de poblaciones autóctonas y de ciudadanos italo-romanos (Hispalis, Urso, Astigi, etc). Su fundación comportaba el reparto de tierras entre los licenciados del ejército y su organización interna calcaba, a menor escala, las instituciones de Roma (curia, senado, magistrados) por lo que sus habitantes eran ciudadanos romanos.

los municipios (b) municipia) son por el contrario, resultado de elevar un régimen jurídico al de Roma, a un núcleo preexistente sin que, por tanto, existieran asentamientos de veteranos, distribuciones de tierras o ampliaciones urbanísticas. [...] Los municipios podías ser de derecho romano o de derecho latino.

Colonias romanas en

Hispania


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Municipios romanos bajo

César y Augusto

Municipios romanos bajo la

dinastía julio-claudia

Municipios romanos bajo

los flavios

AAVV (2003). Atlas histórico de España I. Madrid: Istmo, págs. 49 – 53.

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Texto 6

“Con la prosperidad del país les vino a los turdetanos la civilización y la organización política; y, debido a la vecindad, también a los celtas [...], aunque en menor medida, porque la mayoría viven en un sistema de

aldeas. Sin embargo, los turdetanos, en particular los que habitan en las proximidades del Betis*, se han asimilado perfectamente al modo de vida de los romanos y ni siquiera se acuerdan ya de su propia lengua. La mayoría se han convertido en latinos y han reci-bido colonos romanos, de modo que poco les falta para ser todos romanos. Las ciudades que se fundan en la actualidad, como Pax Augusta, entre los celtas, Emérita Augusta entre los túrdulos, Cesaraugusta en territorio celtíbero y algunos otros asentamientos, muestran a las claras la evolución de dichas constituciones; todos los íberos que han adoptado este modo de ser son llamados togados, y entre estos se cuentan incluso los celtíberos, que en un tiempo fueron tenidos por los más fieros de todos.”

Estrabón, Geografia, 3. 2. 15(trad. Meana, Mª J. y Piñero, F.)

Texto 7

“En estos tiempos que corren, la enseñanza de las lenguas clásicas, están completamente abandonadas, arrinconadas e incluso vilipendiadas, y eso en un país como España donde la cultura clásica es total en todo nues-

tro aspecto lingüístico, artístico y naturalmente cultural. Para intentar demostrar la importancia del estudio de las lenguas clásicas y muy en particular del latín, que para los muy ignorantes es la lengua que se hablaba en la antigua Roma, contaremos la siguiente anécdota. Cuentan las crónicas parlamentarias, en las antiguas Cortes franquistas, que a finales de los años cincuenta o principios de los sesenta del pasado siglo XX, don José Solís Ruiz entonces Ministro Secretario General del Movimiento, defendía un proyecto de ley para aumentar el número de horas dedicadas al deporte en los colegios en detrimento del estudio de las lenguas clásicas (del latín concretamen-te). En medio del discurso se preguntó: <<¿porque en definitiva para que sirve hoy el latín?»>> Don Adolfo Muñoz Alonso, natural de Valladolid, profesor de la Universidad Complutense y amante de la cultura, no pudo contenerse y desde su escaño increpó al sr. Solís <<Por de pronto, señor ministro, para que a Su Señoría, que ha nacido en Cabra, le llamen egabrense y no otra cosa>> (entiéndase cabrón). Hay que decir para comprender la totalidad de la anécdota que a los naturales de Cabra, pueblo de la pro-vincia de Córdoba, se les llama egabrenses, por ser esta villa la antigua Egabro romana, y a la que los musulmanes llamaron Qabra, por ser este nombre el producto de la adap-tación del nombre Egabro a la lengua árabe. Como no recordar que cientos, millares de gentilicios que se usan en España provienen de voces latinas, la ignorancia de las lenguas clásicas es entrar en un olvido de nuestro propio pasado, puede ser que seamos lo que somos y no sepamos por qué, salvo porque sea fruto de nuestra ignorancia”.

http://www.jdiezarnal.com/anecdotascabra.html

http://www.jdiezarnal.com/anecdotascabra.html


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Texto 8

“Augusto dividió todas las provincias del Imperio en senatoriales e impe-riales. Las primeras incluían aquellas regiones pacificadas y romaniza-das, en las que las tropas estacionadas eran escasas o nulas. Confiada su

administración al Senado, éste siguió así enviando a sus procónsules o propretores, e ingresando los tributos de tales provincias senatoriales en la antigua caja del erario público. Por el contrario, las provincias imperiales -las más numerosas y extensas, y con abundante presencia de tropas- estaban bajo la directa dependencia del empe-rador, que enviaba para gobernarlas a sus legati Augusti propretore. Los tributos eran ingresados por el fiscus, una nueva caja controlada por el emperador. [...]

Por debajo de las circunscripciones provinciales existieron durante el Alto Imperio unidades administrativas más pequeñas, denominadas conventus. Su origen fue la costumbre existente entre una serie de poblaciones de ámbito regional de enviar delegaciones a unos determinados centros urbanos de mayor importancia con el fin de presentar allí sus quejas ante el gobernador provincial, que se desplaza-ba allí periódicamente para escucharlas. [...] Los conventos desempeñaron también un papel bastante importante en la organización del culto imperial. [...]

Por debajo de los conventos, y como célula básica de la organización admi-nistrativa, se encontraba la ciudad. [...]

La organización municipal era un perfecto calco en pequeño de la de la ciudad de Roma en tiempos de la República. Los órganos supremos de gobierno eran el Consejo, o Senado Municipal, y los Magistrados. El Consejo, denominado Curia, estaba compuesto por los representantes de la oligarquía municipal, que constituían el estamento de los decuriones. Los magistrados solían ser dos (duovi-ri), y eran elegidos por períodos anuales en unos comicios populares. Los duoviros tenían funciones ejecutivas y fiscales y presidían la Curia. Junto a ellos solían estar dos ediles (aediles), con funciones especialmente de policía y de mercado. Unos y otros formaban el colegio de los quattorviri. Cada cinco años los duoviros elegidos a tal fin eran revestidos de unos poderes especiales para llevar a cabo la revisión del censo y confeccionar la lista de los miembros de la Curia municipal.

GARCÍA ROMERO, L. (1988). España en la edad Antigua. Hispania romana y visigoda. Madrid: Anaya, págs. 25 – 30.

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Texto 9

“Se ha hablado de una serie de elementos básicos sin los que no podía concebirse el normal funcionamiento de una ciudad, pero es preciso determinar cuáles eran los que realmente poseían ese valor.

El primer componente a considerar es la muralla, puesto que todos los núcleos de población importantes estaban protegidos por una muralla, que, por regla general, se adaptaba a las condiciones naturales del terreno. En época imperial, la situación de paz unida a la eclosión urbana provocó que los límites marcados por las murallas fueran rebasados y que, incluso, algunas fueran derribadas para abrir paso a nuevas zonas urbanas. [...]

La mentalidad romana concedía una importancia singular al espacio central de la ciudad, donde se localizaba el forum o plaza pública. Como prueba de su carácter hegemónico dentro de la distribución de las diversas áreas urbanas, hay que señalar que su emplazamiento presenta una tendencia bastante acusada a concen-trarse en el cruce de las calles principales de la ciudad, Kardo maximus y decumanus maximus. Su aspecto solía ser el de un gran conjunto monumental, acorde con las múltiples actividades que en su seno se desarrollaban y en el que cada edificio respondía a una función bastante precisa. Su planta, generalmente rectangular, estaba rodeada por pórticos que delimitaban el espacio de la plaza, aislándola del exterior, a la vez que servían para protegerse de las inclemencias del tiempo. El recinto interior estaba dominado por uno o varios templos, cuya fachada principal miraba a la plaza, mientras que en el extremo opuesto o en un o de los laterales de la misma se situaba la basílica, dedicada principalmente a la administración de justicia. Tampoco faltaba la curia, sede del gobierno municipal, así como otros edi-ficios de carácter administrativo, entre los que destacaba el archivo (tabularium). La actividad comercial se desarrollaba en la serie de tabernae que se alineaban a lo largo de los pórticos de la plaza y quedó limitada en este lugar en época imperial a raíz de la introducción del mercado (macellum), edificio de clara finalidad comercial. Todo esto hacía del foro el lugar más frecuentado de la ciudad, convirtiéndose en un marco excelente para la propaganda política, razón por la cual se concentraba en su ámbito la mayor parte de las estatuas honoríficas, se exponían las principales disposiciones legales, se desarrollaban las campañas electorales, o sencillamente, podía utilizarse como lugar de paseo y de conversación.

El número de plazas públicas que podía ofrecer una ciudad estaba en función de su categoría, así como de su cometido dentro de aparato administrativo. Si por ejemplo, la ciudad era capital de provincia, existía un foro de carácter provincial, además, de la plaza correspondiente al propio núcleo urbano.

Las manifestaciones religiosas no se circunscribían únicamente al ámbito del foro, sino que existían otros templos en consonancia con el nutrido grupo de divinidades que configuraban el panteón romano. [...] Predominaban las plantas rectangulares dotadas de un vestíbulo de acceso, denominado pronaos que daba


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paso a la sala principal en la que se alojaba la divinidad, la cella. [...] Un elemento común a la práctica totalidad de templos romanos estaba constituida por el podium, sobre el que se elevaba la construcción religiosa, acentuando en mayor medida su majestuosidad y sensación de dominio espacial.

Conocida la afición de los romanos por los baños públicos no es de extrañar que las termas constituyan otro de los edificios básicos para toda ciudad que pre-tendiese reflejar una cierta categoría. La existencia de cerca de un millar de edificios termales en la Roma bajo imperial es una muestra de lo extendido de esta costum-bre. Su carácter público motivo que en bastantes ocasiones su emplazamiento se hallase cerca del foro y no es raro encontrar grandes propietarios o comerciantes como donantes de conjuntos termales a su ciudad. [...]

Otro grupo importante estaba representado por los edificios para espectácu-los: teatros, anfiteatros y circos en los que la sociedad romana invertía una buena parte de su tiempo de ocio. Baste señalar que en la capital, Roma, durante el impe-rio, un tercio de los días de año se dedicaban a juegos y espectáculos..

Este esquema básico que estamos describiendo de forma sucinta quedaría completado con las construcciones destinadas a vivienda.

JIMÉNEZ SALVADOR, J. L. “Programa monumental básico de una ciudad romana”. Cuadernos de arte español, 1992, nº 30, págs. 6 – 10.


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ACTIVIDADES

PREGUNTA 1Di si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones sobre la fundación de ciudades romanas. A – Las ciudades romanas de nueva creación tenían forma oblonga. V F B – La groma se orientaba al amanecer. V F C – En la fundación de las nuevas ciudades participaba de forma V F activa el ejército. D – El trazo del perímetro de la ciudad con el arado permitía que V F ésta quedase consagrada a los dioses infernales. E – El mundus se situaba en el interior del templo capitolino. V F F – El templo capitolino estaba dedicado a la tríada capitolina V F formada por Júpiter, Marte y Minerva.G – Al final del cardus y del decumanus había siempre una puerta V F de acceso a la ciudad.H – Los etruscos aprendieron de los romanos los ritos a seguir en V F la fundación de una nueva ciudad.I – La mayoría de las ciudades de nueva creación romanas estaban V F en las provincias orientales. J – Los emperadores no eran partidarios de la creación de nuevas V F ciudades. K – En las ciudades romanas se construían edificios monumentales V F de carácter público como son los teatros, anfiteatros y las termas. PREGUNTA 2Ordena los pasos a seguir por los romanos en la fundación de una nueva ciudad:

apertura del mundus.

trazado del cardo y del decumanus.

consagración del templo Capitolino o Capitolio.

delimitación del perímetro exterior de la ciudad con ayuda de un arado de bronce.

toma de auspicios.

PREGUNTA 3¿Por qué se levantaba el arado allí donde quería que estuvieran las puertas de la nueva ciudad?


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PREGUNTA 4Según cuenta el mito de Rómulo y Remo en la fundación de la ciudad de Roma también hubo un augurio. Busca información sobre él explica en qué consistió, cómo fue interpretado y qué consecuencias tuvo. No dejes de señalar las fuentes consultadas.

Libro:Internet:

PREGUNTA 5¿Cuál de las siguientes condiciones los romanos no consideraban adecuada a la hora de elegir el emplazamiento de una nueva ciudad? Señala la respuesta con una X. No te olvides de indicar tus fuentes.

A – que el clima sea saludable. B – que esté en una llanura ligeramente inclinada. C – que esté protegida una montaña para que cueste más atacarla. D – que haya un río en las cercanías. E – que haya bosques cercanos. F – que esté por encima del nivel del río más cercano para evitar inundaciones.

Libro:Internet:

PREGUNTA 6En el texto número 3 tienes el índice de la obra de Vitruvio Los diez libros de arqui-tectura. Léelo con atención y contesta las siguientes preguntas:

A – ¿En qué libro y capítulo se ofrecen consejos sobre el enclave en que se debe construir una ciudad?

B - ¿En qué libro y capítulo se aconseja la disposición de los edificios dentro dentro de la ciudad en función de las condiciones del lugar?

C - ¿En qué libro y capítulo se explica dónde deben levantarse los edificios públicos de una ciudad?

D - ¿En qué libro y capítulo se explica se ofrecen consejos sobre la construcción de los foros y las basílicas?


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PREGUNTA 7Siguiendo con el texto número 3 cuáles de las siguientes afirmaciones son falsas:

A – Todos los libros tienen un proemio. V F

B – El libro II está dedicado a los materiales de construcción. V F

C – En los libros III y IV se habla de los templos. V F

D – El edificio al que se dedican menos capítulos es el teatro. V F

E – El libro VII trata de cuestiones referidas al acabado de los suelos V F y paredes del edificio.

F – Para encontrar consejos sobre las aguas hay que leer el libro IX. V F

G – La información sobre loas termas y las palestras figuran en un V F mismo capítulo.

H – En la obra de Vitruvio no hay ningún consejo sobre la edifica- V F ción de los puertos.

PREGUNTA 8 Lee con atención el texto 4 y enumera los seis factores que favorecieron la roma-nización de Hispania:

1:

2:

3:

4:

5:

6:


20

PREGUNTA 9 Cuando los romanos decidieron quedarse en la Península Ibérica dividieron el territorio conquistado en dos provincias llamadas Hispania Ulterior e Hispania Citerior. Luego pasaron a tres y más tarde a cinco. En los siguientes mapas dibuja la división provincial y las capitales de cada provincia en el 197 a. C., en el 27/13 a. C. con la reforma de Augusto, en el 214 con la de Caracalla y en el 293 con la de Diocleciano. No te olvides de indicar el nombre de las diferentes provincias.

197 a. C.

27/13 a. C.


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PREGUNTA 10

Observa con atención los mapas del texto 5 y di si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones:A – Los municipios son más abundantes que las colonias. V F B – Las colonias se agrupan todas ellas en la Hispania Bética. V F

Año 197 a. C.

214

293


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C – La mayor parte de los municipios augustéos están agrupados V F en la Hispania Tarraconense.D – En época julio-claudia se fundaron menos municipios que V F en época flavia.E – Si el número de de municipios y colonias es un índice de V F romanización, entonces la zona más romanizada de la Península Ibérica fue el norte. F – Si el número de de municipios y colonias es un índice de V F romanización, entonces la zona menos romanizada de la Península Ibérica fue el sur. G – Si el número de de municipios y colonias es un índice de V F romanización, entonces el este estuvo menos romanizado que el oeste.

PREGUNTA 11 ¿Cuál de las siguientes afirmaciones resume el contenido del fragmento de Estrabón? Señálala con una X.

A – El contacto con los romanos favoreció las luchas entre los diferentes pue-blos de Hispania.

B – La fiereza y la agresividad de los pueblos de Hispania impidió que se civili-zaran al modo romano.

C – La paz que impusieron los romanos favoreció que los pueblos de Hispania adoptaran el modo de vida traído de Italia.

D – El contacto con los romanos no dejó ninguna huella en los pueblos de Hispania.

E – Al imponer la paz, los romanos impusieron también sus costumbres.

PREGUNTA 12 ¿A qué hace referencia el adjetivo “togado” en el texto de Estrabón?

A – A que han adoptado la forma de vestir de los romanos pero no su len-gua.

B – A que han adoptado la forma de vestir de los romanos pero también el resto de su cultura.

C – A que han depuesto las armas y han adoptado como forma de vestir la romana.

D – A que, pese a vestir como romanos, siguen hablando su propia lengua y viviendo según sus costumbres.

PREGUNTA 13

En el texto 6 se habla de los turdetanos como uno de los pueblos hispanos más romanizados. Fíjate en este mapa y di a qué provincias perteneció su territorio a lo largo de la historia de la Hispania romana.


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CEBRIÁN, J. A. (2004). La aventura de los romanos en Hispania. Madrid: La esfera de los libros, pág. 214.

PREGUNTA 14

Para datar los hechos históricos los romanos utilizaban bien la designación ab urbe condita (a.u.c.) bien post exactos reges (p.e.r.) Averigua qué significan ambas expresiones y en qué consisten esos métodos de datación. Una vez que lo sepas di en qué años se fundaron las siguientes ciudades romanas de Hispania según uno y otro sistema. No te olvides de decir el nombre actual de estas ciudades y la comunidad autónoma a la que pertenecen. Completa con todos esos datos la siguiente tabla. No dejes de señalar las fuentes utilizadas.

Ciudadromana

a.u.c. p.e.r. Nombre actualComunidad autónoma

Pompaelo74 a. C.) Asturica Augusta (14 a. C.)Augusta Emerita (25 a. C.)Barcino (218 a. C.)Hispalis (206 a. C.)Legio VII Gemina (68 d. C.)

Libro:Internet:


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PREGUNTA 15 Lee con atención el texto 5 y haz un esquema de la organización imperial. Debe figurar en él las distintas unidades administrativas y sus encargados. Las primeras deben ir en mayúscula y los segundos en minúsculas.

PREGUNTA 16 Señala tres diferencias existentes entre las provincias senatoriales y las imperia-les.

PREGUNTA 17 De las siguientes afirmaciones sobre las ciudades romanas de Hispania cuatro son falsas. Señala cuáles son:

A – Los magistrados de las ciudades eran los duoviros y los ediles. B – En las ciudades romanas de Hispania no se construyeron ni termas ni anfi-

teatros. C – La plaza pública recibe el nombre de forum. D – Las ciudades que tenían dos foros eran capitales de provincias. E – Los ediles se encargaban de las funciones de policía y de mercado. F – Cada cinco años la curia se encargaba de revisar el censo. G – No era raro que hubiera más de un templo en cada ciudad. H – Es impensable una ciudad romana sin foro. J – Los ciudadanos de las colonias al igual que los de los muncipios eran siem-

pre ciudadanos romanos. I – Parte de la población de un municipio romano eran los soldados veteranos

a los que se les había repartido tierras de los alrededores.

PREGUNTA 18 En la dirección http://www.ciudadespatrimonio.org/ aparecen los nombres de las ciudades españolas que son patrimonio de la Humanidad. ¿Cuáles son de origen romano o tienen que ver con los romanos? Di su nombre actual y su nombre latino.


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PREGUNTA 19 En el texto 7 se cuenta una anécdota un tanto chistosa. ¿Dónde radica su gracia?

PREGUNTA 20 Para que no te pase lo mismo que a Solis averigua cuáles son los genticilicios de origen latino de las siguientes ciudades (muchos de ellos todavía se utilizan) y bús-calos en esta sopa de letras. Están todos en singular.

Sevilla: ........................................................ ; Alcalá de Henares: ...........................................

Huesca: ...................................................... ; Huelva: ..............................................................

Tarragona: ................................................. ; Gerona: .............................................................

Astorga: .................................................... ; Lérida: ...............................................................

Lugo: ......................................................... ; Málaga: ...............................................................

Ávila: ......................................................... ; Cádiz: .................................................................

I B E S N E N O C A R R A T

G E R U N D E N S E H I S A

A S A T A R R A C O B L A E

D N I O B E N S E O R U D S

I E S N E C S O N N E C E N

T C I T A R E A B U G E R E

A I L O L A T R I B U N O T

N R O D R I I N P E N S D U

O U D A C L A M O N D E E L

L T U A B U L E N S E A M P

E S L E I L E R D E N S E M

O A P A C I A R U O S I C O

M U E S N E L A P S I H E C


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PREGUNTA 21 Los romanos crearon numerosas ciudades por todo su imperio. Algunas de ellas son hoy urbes importantes, incluso capitales de países. Relaciona los nombres latinos y los actuales de las siguientes ciudades y los países donde se hallan:

Lutecia París Alemania

Narbo Martius Colonia Francia

Augusta Taurinorum Braga Francia

Nea Roma Constantinopolis Narbona Inglaterra

Londinium Turin Italia

Bracara Augusta Estambul Portugal

Colonia Claudia Ara Agrippinensium Londres Turquía

PREGUNTA 22 En el imperio romano hubo, hasta Caracalla, varios tipos de ciudadanos: los latinos y los romanos. Según uno fuera ciudadano o no y según tuviera la ciudadanía latina o romana gozaba de diferentes derechos y obligaciones. Averigua cuáles son en cada caso y si son los mismos derechos y obligaciones que nosotros tenemos hoy en día. No te olvides de citar tus fuentes.

Libro:Internet:


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PREGUNTA 23 Junto con las ciudades otro de los factores que favoreció la romanización fueron las vías de comunicación. Las principales vías de la península Ibérica fueron la Vía Hercúlea o Augusta, la Vía de la Plata, la Vía del Norte y la Vía del Atlántico. Dibújalas en este mapa y sitúa a lo largo de su recorrido de cinco ciudades importantes de la misma. Escribe el nombre latino de las ciudades en mayúscula y el actual en minúscula. No dejes de indicar las fuentes utilizadas.Libro:

Internet:

PREGUNTA 24 Aquí tienes los nombres de 8 edificios. Relaciona el nombre con la imagen:Termas; muralla; arco de triunfo; teatro; circo; acueducto; templo y basílica.

6

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http://perseo.sabuco.com/historia/HA1.ht58.jpg

http://www.arqueomas.com/HA_romanizacion_urba_paz.htm


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Relaciona ahora el edifico con su uso: N.º

Edificio público al que la gente acude para lavarse y charlar con los amigos.

Construcción defensiva que rodea la ciudad

Construcción pública de carácter honorífico. Suelen levantarse en honor de un general o un emperador vencedor.

Edificio de carácter civil destinado al espectáculo. En él tienen lugar representaciones dramáticas

Edificio de carácter civil destinado a los espectáculos de gladiadores.

Obra de ingeniería que permite suministrar agua a las ciudades.

Edificio de carácter religioso. Se levanta siempre sobre un podium y en su interior se puede ver la imagen de una divinidad.

Edificio de carácter civil destinado la administración de justicia. Suele estar ubicado en el foro.

PREGUNTA 25 Una de las principales vías de la romanización fue la fundación de ciudades. En estas imágenes de La residencia de los dioses aparece César, uno de los grandes impulsores de la creación de ciudades. Completa los bocadillos de forma que sirvan para justificar la fundación de ciudades y el impulso romanizador.


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GOSCINNY, UDERZO (1971). La residencia de los dioses. Barcelona: Grijalbo-Dargaud, págs. 4-6.


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ComposiciónHas sido elegido para hacer una pequeña guía turística de una ciudad romana (en verdad es un plano imaginario que no corresponde a ninguna ciudad). Te ofrece-mos un mapa de la misma. Fijándote en él y en su leyenda haz un recorrido por turístico por ella explicando los restos romanos que se pueden visitar. Los pasos a seguir en tu guía deben ser:

nombre de la ciudad y situación de la misma en el espacio (provincia romana en 1. la que se haya) y en el tiempo (cuándo se construyó).

lugares a recorrer con una breve explicación de cada uno de ellos: qué restos 2. quedan, en qué estado se hayan, cuándo se construyeron, uso del edificio en época romana y cualquier otro dato que estimes de interés. No te olvides de indicar el horario y el precio de la visita.Para el tono y estilo de las explicaciones (que no deben ser muy largas) toma como modelo una guía turística que haya en la biblioteca del centro o en tu casa.

1 – foro**; 2 – basílica*; 3 – casa romana***; 4 – termas*; 5 teatro**; 6 puerta de acceso*; 7 y 8 - paño de muralla*; 9 – circo*; 10 – templo***; 11 – puente*** de particular interés

Colocar dibujo ciudad composición

indice - leer - leer.es

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