Índice de plusvalía

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Índice de Plusvalía Por Juan Jorge Faundes Merino * “La cuota de plusvalía es por tanto la proporción exacta del grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital…” (Carlos Marx, El Capital) La fórmula del índice de explotación, a pesar de lo sencilla, como el propio Marx la califica, permanece amordazada en las páginas de El Capital. He hecho el cálculo usando como datos los de las Cuentas Nacionales del Banco Central y trabajando con los siguientes supuestos: El PIB, como valor total del producto del proceso de trabajo (incluye empresas privadas y estatales). El consumo de capital fijo y la variación de existencias, como valor del capital constante (el consumo de capital fijo es la parte de los medios de producción que se absorbe o consume durante el proceso de producción; la variación de existencias representa el valor de las materias primas y materias auxiliares que se transforman o consumen durante ese mismo proceso). El total de remuneraciones, corresponde al valor del capital variable. La plusvalía resulta de restar al valor del producto el capital constante y el capital variable (la homologación de estas categorías del Banco Central no siempre es absoluta, pero se obtienen resultados bastante exactos)... Un índice se confecciona fijando un año como base 100. Los valores anuales anteriores o posteriores pueden ser iguales, mayores o menores a este número base. Para estos efectos, ya que nos interesa medir el comportamiento de los gobiernos de la Concertación, nuestra cifra base será el año 1990 y la cuota de plusvalía de ese momento: 172 por ciento. Esto significa que, como promedio anual, en 1990 la proporción de la plusvalía fue de un 172 por ciento respecto de lo que se pagó en remuneraciones. Es decir, por cada cien pesos que se pagó como salario o sueldo a los trabajadores, los dueños de los medios de producción se apropiaron de 172. Medido ello en tiempo necesario para la reposición y reproducción de su fuerza de trabajo, durante 1990 los trabajadores laboraron 2,9 horas para sí (que eso es el salario), ocupando un 37 por ciento de la jornada laboral de ocho horas en ello, y laboraron cinco horas de trabajo excedente para sus patrones, ocupando un 63 por ciento de la fuerza de trabajo. Marx entiende por trabajo necesario el ocupado para reponer y reproducir la fuerza de trabajo, que incluye las necesidades del trabajador y de su familia, y por trabajo excedente, la parte no remunerada de la jornada de trabajo de la que se apropia el empleador. Es precisamente este tiempo de trabajo excedente el que genera la plusvalía. Respecto de este índice, Pinochet dejó su gobierno (1989) con 183,8 por ciento de explotación, marcando nuestro índice 106,9. El tiempo de trabajo necesario era de 2,8 horas (35 por ciento) y el excedente de 5,2 horas (65 por ciento). Los resultados en el último año de cada gobierno de la Concertación fueron los siguientes: Aylwin (1993): 94,7 (Índice), 162,8 (cuota de plusvalía), 3 horas de trabajo necesario y 5 horas de trabajo excedente. Se registró una leve mejoría respecto del último año de Pinochet.

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Faundes Merino, J. J. (2010 ). Índice de Plusvalía. Punto Final N°712 (25 de junio al 8 de julio) , 2.

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Page 1: Índice de Plusvalía

Índice de Plusvalía

Por Juan Jorge Faundes Merino*

“La cuota de plusvalía es por tanto la proporción exacta del grado de explotación de la

fuerza de trabajo por el capital…” (Carlos Marx, El Capital)

La fórmula del índice de explotación, a pesar de lo sencilla, como el propio Marx la

califica, permanece amordazada en las páginas de El Capital. He hecho el cálculo usando

como datos los de las Cuentas Nacionales del Banco Central y trabajando con los siguientes

supuestos: El PIB, como valor total del producto del proceso de trabajo (incluye empresas

privadas y estatales). El consumo de capital fijo y la variación de existencias, como valor

del capital constante (el consumo de capital fijo es la parte de los medios de producción que

se absorbe o consume durante el proceso de producción; la variación de existencias

representa el valor de las materias primas y materias auxiliares que se transforman o

consumen durante ese mismo proceso). El total de remuneraciones, corresponde al valor del

capital variable. La plusvalía resulta de restar al valor del producto el capital constante y el

capital variable (la homologación de estas categorías del Banco Central no siempre es

absoluta, pero se obtienen resultados bastante exactos)...

Un índice se confecciona fijando un año como base 100. Los valores anuales anteriores o

posteriores pueden ser iguales, mayores o menores a este número base. Para estos efectos,

ya que nos interesa medir el comportamiento de los gobiernos de la Concertación, nuestra

cifra base será el año 1990 y la cuota de plusvalía de ese momento: 172 por ciento. Esto

significa que, como promedio anual, en 1990 la proporción de la plusvalía fue de un 172

por ciento respecto de lo que se pagó en remuneraciones. Es decir, por cada cien pesos que

se pagó como salario o sueldo a los trabajadores, los dueños de los medios de producción se

apropiaron de 172. Medido ello en tiempo necesario para la reposición y reproducción de

su fuerza de trabajo, durante 1990 los trabajadores laboraron 2,9 horas para sí (que eso es el

salario), ocupando un 37 por ciento de la jornada laboral de ocho horas en ello, y laboraron

cinco horas de trabajo excedente para sus patrones, ocupando un 63 por ciento de la fuerza

de trabajo. Marx entiende por trabajo necesario el ocupado para reponer y reproducir la

fuerza de trabajo, que incluye las necesidades del trabajador y de su familia, y por trabajo

excedente, la parte no remunerada de la jornada de trabajo de la que se apropia el

empleador. Es precisamente este tiempo de trabajo excedente el que genera la plusvalía.

Respecto de este índice, Pinochet dejó su gobierno (1989) con 183,8 por ciento de

explotación, marcando nuestro índice 106,9. El tiempo de trabajo necesario era de 2,8 horas

(35 por ciento) y el excedente de 5,2 horas (65 por ciento). Los resultados en el último año

de cada gobierno de la Concertación fueron los siguientes: Aylwin (1993): 94,7 (Índice),

162,8 (cuota de plusvalía), 3 horas de trabajo necesario y 5 horas de trabajo excedente. Se

registró una leve mejoría respecto del último año de Pinochet.

Page 2: Índice de Plusvalía

Frei (2000): 64,9 (Índice), 111,7 (cuota de plusvalía), 3,8 horas de trabajo necesario y 4,2

de trabajo excedente. Los indicadores son mejores. Los trabajadores casi recuperan una

hora de trabajo necesario y disminuyen en el mismo tiempo el trabajo excedente. Lagos:

89,4 (Índice), 153,7 (cuota de plusvalía), 3,15 horas de trabajo necesario y 4,85 de trabajo

excedente. Con Lagos el índice de explotación sube 24,5 puntos y el trabajo necesario

vuelve a las proximidades de las tres horas.

Bachelet: 72,2 (Índice), 124,2 (cuota de plusvalía), 3,6 horas de trabajo necesario y 4,4 de

trabajo excedente. Las cifras de la Presidenta Bachelet son provisorias porque las cuentas

nacionales del Banco Central se generan con dos años de desfase. Sin embargo, se observa

una tendencia a la baja en el grado de explotación; los indicadores se acercan a los niveles

del gobierno de Frei. Cabe aclarar que plusvalía no es sinónimo de “ganancias” o

“utilidades”, ya que refleja, en el producto (en lo que se elaboró) el valor generado por la

fuerza de trabajo. Marx llama tasa de ganancia a la plusvalía dividida por el capital total

invertido en el proceso de trabajo (es decir, por la suma de capital constante y de capital

variable). La tasa de ganancia en los últimos años de los citados gobiernos es la siguiente:

Pinochet (135 por ciento), Aylwin (125,2 %), Frei (82,32 por ciento), Lagos (115 por

ciento) y Bachelet (93,5 por ciento). Esta ganancia, según Marx se desglosa en utilidades

del empresario, intereses que se pagan a los bancos, arriendo, etc. “Para nosotros estos

rubros son indiferentes”, dice Marx, “sumándolos obtenemos (la) plusvalía”.

Ningún gobierno concertacionista le hincó el diente en forma. Gobernaron en, por, para y

con el capitalismo. Piñera no lo hará mejor.

Santiago, Junio 25, 2010

* Juan Jorge Faundes Merino (periodista, escritor, Temuco, Chile, 1946) es profesor guía del Seminario de

Titulación “Trabajo” para las carreras de Ciencias Políticas, Sociología y Trabajo Social del área de Ciencias

Sociales de la Universidad de Arte y Ciencias Sociales (UARCIS), de Santiago de Chile.