impacto de las plantaciones de palma aceitera,

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Impacto de las plantaciones de palma aceitera,

Elaeis guineensis Jacq., sobre la regeneración natural de los

bosques en la cuenca del río Curbaradó (Chocó)

Estudiante:

Johanna Ramírez Herrera

c.c. 32220684

ASESORES:

Cristina López Gallego

Bióloga PhD.

Profesora UdeA

César A. Acosta

Ingeniero Agrónomo, especialista en Desarrollo Rural

Investigador del Centro de Investigación y Educación Popular -CINEP-

Estela Quintera Vallejo

Bióloga Msc.

Los productos académicos del proyecto de investigación tendrán como autora principal a la

estudiante Johanna Ramírez Herrera, y los asesores serán los autores secundarios si es

del caso.

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES

INSTITUTO DE BIOLOGÍA

MEDELLÍN

2009

3

…y ese misterio tan sencillo:

en la semilla de un árbol se encierra todo el espacio y el tiempo del árbol

incluyendo las semillas de ese árbol

todo el tamaño de su edad,

su frondosidad con frescos pájaros y sus años,

incluyendo sus semillas, y las semillas de sus semillas.

Cántico Cósmico. Ernesto Cardenal

El lugar donde muchos de mis sueños volvieron a tener sentido…

En aquel tiempo les dijo esta parábola:

si el óvulo fecundado y maduro no cae en tierra,

abre el tegumento que lo cubre

y salen la raicilla y la yemecilla con sus cotiledones

mientras se pudre el tegumento,

permanecerá solo.

Cántico Cósmico. Ernesto Cardenal

4

AGRADECIMIENTOS

A mi familia, por su paciente e inconmensurable amor, por ser ese refugio

donde empecé a amar la vida, y al que siempre vuelvo sin que estén ausentes

las cosas que quiero.

A los parceros del alma, esos hermanos que la vida me dio la oportunidad de

elegir y compartir con ellos el camino. A la Naty, quien conspira y construye

conmigo sueños a seis manos, también las de la Esperanza. A Dieguito, La

Vale, Andrés, Sandy, la Deysi, el César y Cris por compartir las “…locuras para

la esperanza, también las locuras del dolor, las locuras de allá donde el cuerdo

no alcanza, locuras de otro color…”

A los profes, de la universidad y de afuera, y a los del herbario, que me

compartieron su pasión por la maravilla de la vida.

A la familia Rentería Mosquera, y todos los relacionados, incluido Narciso, por

dejarme entrar en sus vidas y por entrar en la mía, por enseñarme que hay que

defender tercamente la dignidad de la condición humana y devolverme la fe en

la humanidad.

A los niños de Cetino, esa promesa de que un mañana diferente es posible.

Esta investigación fue posible gracias entre muchas otras cosas, al apoyo

económico de la ONG OXFAM-GB, y del Comité de para el Desarrollo de la

Investigación de la Universidad de Antioquia-CODI.

5

RESUMEN

Los bosques tropicales están sometidos, en mayor o menor medida, a

perturbaciones naturales y de origen antrópico que interactúan con

características bióticas y abióticas para influir en las dinámicas poblacionales y

de las comunidades de estos ecosistemas. Una vez la perturbación ha cesado,

se inicia un proceso de sucesión natural de los ecosistemas y su curso

dependerá, entre otras cosas, de las condiciones iniciales de los sitios. En este

estudio, evaluamos el impacto que tienen los monocultivos de palma aceitera

sobre la regeneración natural de los bosques en la cuenca del río Curbaradó

(Chocó). Nos enfocamos en tres procesos, la lluvia de semillas, la germinación

y supervivencia inicial de plántulas, y la regeneración natural en estados

iniciales de la sucesión (comunidad de plántulas y juveniles) en tres unidades

de paisaje: Bosque, Rastrojo y Plantación. Dispusimos trampas para

caracterizar la lluvia de semillas, realizamos siembras de semillas, y trazamos

transectos para describir la comunidad de plántulas y juveniles en cada unidad

de paisaje. Encontramos que la riqueza de especies de la lluvia de semillas y

de la comunidad de plántulas es menor en las plantaciones de palma. Además,

la composición de especies de la lluvia de semillas en las plantaciones fue

ligeramente diferente a la de los bosques, mientras que para la comunidad de

plántulas las plantaciones no se diferencian claramente de las otras unidades

de paisaje. Las plantaciones mostraron una menor variabilidad en la riqueza de

especies de la lluvia de semillas y la comunidad de plántulas, y tuvieron una

mayor similitud en la composición de especies entre ellas que la mostrada por

los bosques y los rastrojos. Estos resultados sugieren que estas plantaciones,

que como perturbación tienen una baja intensidad de uso previo, no

representan una barrera significativa para la lluvia de semillas y el

establecimiento de plántulas en los estados iniciales de la sucesión, sin

embargo los efectos observados sobre la riqueza de especies, la variabilidad

de la riqueza y la similitud de la composición de especies en las plantaciones, a

largo plazo podrían incidir sobre el curso de la sucesión natural, lo que debe

tenerse en cuenta al momento de diseñar un plan de restauración.

6

TABLA DE CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 10

Impactos de los monocultivos de palma aceitera sobre la biodiversidad ...... 10

Restauración ecológica y barreras a la sucesión natural de bosques .......... 15

Las plantaciones de palma aceitera como potenciales barreras para la

regeneración del bosque ............................................................................... 18

2. MATERIALES Y MÉTODOS ...................................................................... 22

Área de estudio ............................................................................................. 22

Experimentos ................................................................................................ 24

Lluvia de semillas .......................................................................................... 25

Germinación y supervivencia inicial de plántulas .......................................... 28

Regeneración natural: establecimiento de plántulas ..................................... 29

3. RESULTADOS .......................................................................................... 32

Lluvia de semillas .......................................................................................... 32

Germinación y supervivencia inicial de plántulas. ......................................... 39

Regeneración natural: establecimiento de plántulas ..................................... 40

4. DISCUSIÓN ............................................................................................... 46

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ 52

7

LISTA DE TABLAS

Tabla 1. Especies compartidas entre las unidades de paisaje. ........................ 33

Tabla 2. Prueba U de Mann-Whitney para la riqueza promedio de especies de

la lluvia de semillas (gl=1). ............................................................................... 33

Tabla 3. Matriz de distancia entre las unidades de paisaje de según el índice de

similitud de Hamman de acuerdo a la composición de especies de la lluvia de

semillas (valores entre 0 y 1). ........................................................................... 35

Tabla 4. Porcentajes de germinación de 4 especies de árboles en tres unidades

de paisaje. ........................................................................................................ 39

Tabla 5. Porcentajes de supervivencia de 4 especies de árboles en tres

unidades de paisaje. ........................................................................................ 40

Tabla 6. Especies compartidas entre las unidades de paisaje. ........................ 40

Tabla 7. Prueba U de Mann-Whitney para la riqueza promedio de especies de

plántulas (gl=1). ................................................................................................ 41

Tabla 8. Matriz de distancia entre las unidades de paisaje de según el índice de

similitud de Hamman de acuerdo a la composición especies de la comunidad

de plántulas (valores entre 0 y 1). .................................................................... 43

8

LISTA DE FIGURAS

Figura 1. Municipio Carmen del Darién (Curbaradó), Chocó……………………21

Figura 2. Parte media de la cuenca del río Curbaradó…………………………..21

Figura 3. Unidad de paisaje Bosque……………………………………………….22

Figura 4. Trampas de caída de semillas…………………………………………..24

Figura 5.Llenado de las trampas de semillas.…………………………………….24

Figura 6. Lavado del sustrato de las trampas de semillas………………………25

Figura 7. Secado del sustrato de las trampas de semillas………………………25

Figura 8. Parcelas de germinación…………………………………………………27

Figura 9. Plántulas presentes en el censo de germinación. Bálsamo a la

izquierda, algarrobo a la derecha…………………………………………………..27

Figura 10. Riqueza de especies (media-error estándar) en la lluvia semillas por

unidad de paisaje…………………………………………………………………….31

Figura 11. Agrupación de las unidades de paisaje de acuerdo a la composición

de especies en la lluvia de semillas………………………………………………..33

Figura 12. Análisis de ordenación de las unidades de paisaje de acuerdo a la

composición de especies en la lluvia de semillas………………………………...35

Figura 13. Distribución de especies de la lluvia de semillas de acuerdo a su

estado sucesional…………………………………………………………………….36

Figura 14. Distribución de especies de la lluvia de semillas de acuerdo a su

hábito de crecimiento…………………………………………………………..........37

Figura 15. Riqueza de especies (media-error estándar) de plántulas por unidad

de paisaje…………………………………………………………………………......40

Figura 16. Agrupación de las unidades de paisaje de acuerdo a la composición

de especies en la comunidad de plántulas………………………………………..41

9

Figura 17. Análisis de ordenación de las unidades de paisaje de acuerdo a la

composición de especies en la comunidad de plántulas………………………...43

Figura 18. Distribución de especies de la comunidad de plántulas de acuerdo a

su estado sucesional. La especie introducida se refiere a la palma aceitera…44

Figura 19. Distribución de especies de la comunidad de plántulas de acuerdo a

su hábito de crecimiento. La especie introducida se refiere a la palma

aceitera………………………………………………………………………………..45

10

1. INTRODUCCIÓN

Los bosques tropicales están sometidos constantemente a diversas

perturbaciones de origen natural o antrópico (Brown y Lugo, 1990; Chazdon,

2003). Con la intensificación de las relaciones hombre-naturaleza y el

crecimiento de poblaciones humanas, la presión sobre los bosques para la

extracción de recursos naturales es una de las principales causas de pérdida

de la biodiversidad. Entre los años 1990 y 2000, 10 millones de hectáreas de

bosque en regeneración fueron documentadas en los trópicos del mundo

comparadas a los 142 millones de hectáreas de bosques convertidos a usos no

boscosos del suelo, así, por cada hectárea de bosque en recuperación natural

en los trópicos 14,2 hectáreas están siendo destruidas. (Chazdon, 2003).

Según el informe de la FAO “Global Forest Resources Assessment 2005” la

expansión de la frontera agrícola fue la principal causa de la pérdida de 13

millones de hectáreas anuales de bosques tropicales (FAO, 2006). Si se tiene

en cuenta que en la actualidad, además de la producción de alimentos, el

sector agrícola incluye la producción de materias primas para la agroindustria

de los “biocombustibles”, especialmente caña de azúcar, maíz, soya y palma

aceitera, el impacto de la agricultura se incrementa sustancialmente.

Impactos de los monocultivos de palma aceitera sobr e la biodiversidad

Con la problemática del cambio climático y especialmente con la reducción de

las reservas de combustibles de origen fósil, ha aumentado la demanda de

“biocombustibles” causando la expansión del área dedicada a la siembra de

palma aceitera (la producción global de palma aceitera incrementó en 55%

entre 2001 y 2006)1 y la aparición de nuevos países productores. Las

plantaciones industriales de palma aceitera, Elaeis guineensis Jacq., fueron

desarrolladas inicialmente en Indonesia y Malasia, donde se han documentado

graves impactos sobre la biodiversidad. Entre 1990 y 2005 el área de palma

1 http://faostat.fao.org. Consultada en diciembre de 2010.

11

aceitera en Malasia incrementó de 1,8 a 4,2 millones de hectáreas, mientras

que se perdieron 1,1 millones de hectáreas de bosque, y en Indonesia el área

sembrada de palma incrementó de 4,4 a 6,1 millones de hectáreas, mientras

que el total de bosque perdido fue de 28,1 millones de hectáreas (FAO, 2006;

Koh y Wilcove, 2008).

La expansión de los cultivos industriales de palma aceitera podría en principio

contribuir a la deforestación de 4 maneras a menudo indistinguibles: (i) como el

motivo primario para la tala de bosques intactos; (ii) por reemplazo de los

bosques previamente degradados por extracción de madera o fuego; (iii) como

parte de una empresa económica combinada, usando otros beneficios como la

extracción de madera o pulpa de papel para compensar los costos de

establecimiento de las plantaciones; o (iv) indirectamente, a través de mejorar

vías de acceso a los bosques previamente inaccesibles o desplazando otros

cultivos a los bosques (Fitzherbert et al., 2008).

La eliminación de bosques tropicales para el establecimiento de monocultivos

como los de palma aceitera, deja la capa orgánica del suelo expuesta,

causando la erosión del suelo y la contaminación de fuentes de agua. Además,

los hábitats naturales de un diverso rango de animales son eliminados y las

especies que sobreviven llegan a ser plagas para los productores de palma,

induciendo al uso de pesticidas químicos que dañan la biodiversidad, las

fuentes de agua y la salud de los trabajadores y comunidades locales

(Fitzherbert et al, 2008; Holt, 2007; Koh y Wilcove 2008).

Hay grandes emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con el

establecimiento de plantaciones de palma aceitera en reemplazo de los

bosques, la desecación de suelos orgánicos, y el uso de combustibles fósiles

para la cosecha de los cultivos, procesamiento y transporte (Danielsen et al,

2008; Holt, 2007). Sólo si las plantaciones de palma aceitera son establecidas

en potreros degradados con bajo contenido de carbono es probable que ellas

lleguen a ser sumideros de carbono (Danielsen et al, 2008; Holt, 2007; IAvH,

2000). Es probable que el impacto más grande provenga de la polución,

12

contaminantes potenciales incluyen los desechos industriales (POME, por sus

siglas en inglés), fertilizantes, insecticidas, rodenticidas y herbicidas (Danielsen

et al, 2008; Fitzherbert et al., 2008; Holt, 2007; Koh y Wilcove, 2008).

Tomará décadas o siglos que las emisiones de carbono desde combustibles

fósiles evitadas con el uso de “biodiesel” compensen las emisiones liberadas

cuando los bosques o suelos orgánicos son convertidos a plantaciones de

palma aceitera (Danielsen et al, 2008). Hasta que sea demostrado que los

cultivos de oleaginosas no están reemplazando bosques, es probable que el

uso de palma y otros aceites vegetales que son materias primas de

biocombustibles exacerbe el cambio climático, conduzca a un aumento de los

precios de los alimentos y acelere la pérdida de biodiversidad (Danielsen et al,

2008; Fitzherbert et al., 2008; Holt, 2007; IAvH, 2000; Koh y Wilcove, 2008).

Una vez establecidas las plantaciones de palma, como sucede con otros

monocultivos, la respuesta de la biodiversidad al cambio en la cobertura de la

tierra depende del alcance al cual las características del hábitat natural son

replicadas y de la variación en las sensibilidades de las especies al cambio

(Fischer y Lindenmayer, 2007). Las plantaciones de palma aceitera son

estructuralmente menos complejas que los bosques naturales, con una

estructura uniforme de edad de los árboles, dosel más bajo, escasas hierbas,

microclima menos estable y mayores perturbaciones antrópicas (Danielsen et

al, 2008; Fitzherbert et al., 2008; Koh y Wilkove, 2008).

De acuerdo con investigaciones realizadas por el Instituto de Investigación de

Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, “la palma africana no se integra

en el ambiente existente, lo remplaza con el suyo, lo que quiere decir que

destruye las especies de fauna y flora que no son compatibles con ella o las

transforma” (IAvH, 2000). Fitzherbert et al., (2008) encontraron que sólo el 15%

de las especies registradas en bosque primario fueron también encontradas en

las plantaciones de palma en Malasia e Indonesia. También encontraron que la

palma aceitera es particularmente pobre sustituto para bosques primarios o

degradados porque las plantaciones mantienen incluso mucho menos especies

13

de bosque que la mayoría de otras opciones agrícolas (Hevea brasiliensis

(Willd. ex A. Juss.) Müll. Arg., Theobroma cacao (Mill.) Bernoulli, y Acacia

mangium Willd.).

Aunque el cultivo extensivo de palma africana con fines comerciales en

Colombia empezó en 1945 con la instalación de una plantación en el

departamento de Magdalena y un vivero en Calima, Valle, por parte de la

compañía estadounidense United Fruit Company (Mignorance et al., 2004),

sólo a partir de la administración del ex presidente Álvaro Uribe la agroindustria

palmícola se considera como el sector estratégico que redimirá el agro

colombiano, y la expansión del área sembrada se convirtió en un propósito

nacional. Tal como lo ha declarado públicamente en diversas ocasiones el ex

presidente, el país debe alcanzar por lo menos 6 millones de hectáreas

sembradas con palma. Como resultado del impulso que se ha dado en

Colombia a esta agroindustria tenemos que de 157.327 hectáreas sembradas

con palma en el año 2000 se pasó a 301.810 hectáreas al primero de febrero

de 20072.

En el Chocó, específicamente en las cuencas de los ríos Curbaradó y

Jiguamiandó, en el municipio Carmen del Darién, la siembra de palma africana

fue la principal causa de la deforestación de aproximadamente 3.000

hectáreas, la desviación o desecación de cauces de agua y la pérdida de por lo

menos 24 especies de plantas de hábito arbustivo, 23 especies de plantas de

hábitos epífitos, 43 especies de peces, 23 especies de anfibios, 40 especies de

reptiles, 90 especies de aves y 33 especies de mamíferos (IIAP, 2008). Al

impacto de esta práctica de agricultura intensiva deben sumarse las prácticas

de ganadería extensiva y la extracción de madera, muchas veces impulsadas

por las mismas empresas palmeras.

2 http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2007/febrero/01/12012007.htm. Consultada en enero de 2011.

14

Esta agroindustria llegó a la zona del Urabá chocoano luego del

desplazamiento de por lo menos 15.000 pobladores debido a la agudización del

conflicto armado (Defensoría del Pueblo, 2005). Estos territorios son propiedad

colectiva de las comunidades que los han habitado ancestralmente, tal como lo

reconocen la Ley 70 de 1993 y las resoluciones 02809 y 02801 del año 2000

por medio de las cuales el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural -

INCODER- otorga el título colectivo al Consejo Comunitario del Río Curbaradó

sobre 46.084 ha con 50 m2 y al Consejo Comunitario del Río Jiguamiandó

sobre 54.974 ha con 8.368 m2.

Las comunidades conformadas principalmente por afrodescendientes y en

menor medida por indígenas y mestizos, que se encontraban en situación de

desplazamiento, decidieron retornar a sus territorios en el 2006,

estableciéndose bajo las figuras de “Zona Humanitaria” y “Zona de

Biodiversidad”. Paralelo a ello organizaron sus Consejos Comunitarios y

emprendieron acciones de diversa índole para la restitución legal de sus

territorios. Ante la gravedad de las denuncias sobre la violación de derechos

humanos relacionada con el impulso del megaproyecto palmícola, el

INCODER, por medio de la resolución 2424 del 10 de septiembre de 2007,

deslindó el Consejo Comunitario del Río Curbaradó con el fin de establecer

cuáles de los territorios sembrados con palma aceitera pertenecen al título

colectivo del Consejo Comunitario, y decretó la restitución de 25.273 hectáreas

a las comunidades, que sólo hasta ahora se está materializando (Defensoría

del Pueblo, 2005).

El gobierno colombiano, a través del Ministerio de Agricultura, condiciona la

restitución de los territorios a la implementación de diversas propuestas

agroindustriales, a saber, continuar con la industria de la palma como socios, o

la producción a gran escala de caucho, banano, cacao o teca, para la oferta

agroexportadora. Las comunidades no están conformes con estas propuestas y

para restablecer las relaciones desarrolladas ancestralmente con sus territorios

han decidido recuperar la biodiversidad de sus bosques, de los que depende su

15

identidad cultural e incluso su existencia como comunidades3. Con el retorno

de las comunidades a la zona gran parte de los cultivos de palma han sido

abandonados, dejando en la cuenca del río Curbaradó un paisaje fragmentado

compuesto por grandes áreas sembradas con palma, potreros provenientes de

terrenos que no alcanzaron a ser sembrados o que estuvieron dedicados a

ganadería, y parches de bosque intervenido debido a la extracción de madera.

Restauración ecológica y barreras a la sucesión nat ural de bosques

El nivel de avance de la regeneración del bosque en un sitio previamente

perturbado varía según el tipo e intensidad de la práctica previa, el tiempo

transcurrido desde el abandono, y la existencia de vegetación remanente (Aide

et al, 1996; Brown y Lugo, 1990; Castillo y Stevenson, 2010; Chazdon, 2003;

Cubiña y Aide, 2001; Guevara et al, 1996; Wijdeven y Kuzee, 2000). Además,

con la aparición de barreras que limitan la continuidad del proceso sucesional,

este se ralentiza o incluso puede estancarse (Shono et al., 2007; Guariguata,

1999), resultando en sitios con diferente composición y estructura vegetal.

Aunque la regeneración natural puede producir un bosque secundario similar

en estructura a los bosque previamente establecidos entre 40 y 70 años

aproximadamente (Aide et al, 1996; Aide et al, 2000; Capers et al, 2005;

Chazdon, 2003), es deseable acelerar la recuperación para el control de la

erosión, incrementar la biodiversidad, o promover otras interacciones

biológicas. En los sitios sometidos a perturbaciones de origen natural o

antrópico, el proceso de sucesión natural está influenciado por la compleja

interacción de varios factores incluyendo condiciones edáficas, cantidad y

composición de especies de la lluvia de semillas, y niveles de depredación de

3 Para estas comunidades “el territorio tiene su significado en el marco de una relación particular entre comunidad, ser humano y naturaleza, en la cual esta no es simplemente el entorno que rodea al ser humano, sino que tanto el individuo como la comunidad son sujetos que hacen parte de la naturaleza” Jesús Alfonso Flórez y Constanza Millán Echeverría. 2007. “Derecho a la Alimentación y al Territorio en el Pacífico Colombiano”. Editado por Diócesis de Quibdó, pág 39.

16

semillas y plántulas, lo que dificulta determinar la cantidad de tiempo necesaria

para que el bosque sea restaurado (Aide y Cavelier, 1994; Brown y Lugo, 1990;

Capers et al, 2005; Shono et al., 2007). Estos factores interactúan fuertemente

con la edad desde el abandono y la proximidad de las áreas a parches de

bosque remanentes para influir procesos sucesionales (Aide y Cavelier, 1994;

Chazdon, 2003).

Mientras más intenso o duradero es el uso del sitio previo al abandono, la

recuperación de la diversidad vegetal y la estructura de la vegetación a través

de la sucesión es más lenta debido, parcialmente, a la reducción del número de

posibles mecanismos de colonización: lluvia de semillas, banco de semillas,

rebrote de vegetación remanente, etc (Guariguata, 1999; (Wijdeven y Kuzee,

2000)). Las tasas de recuperación son aceleradas si la intensidad del uso

previo de la tierra es baja, si los suelos están fértiles, y si hay áreas cercanas

de bosque remanente (Aide y Cavelier, 1994; Chazdon, 2003; Guariguata y

Ostertag, 2001); en contraste, la recuperación natural en áreas sujetas a

efectos antropogénicos intensivos es muy lenta debido a la degradación del

suelo, perturbaciones recurrentes, y aislamiento de bosques intactos (Chazdon,

2003; Shono et al; 2007). En consecuencia, la elección de una estrategia de

restauración apropiada depende del nivel de degradación, la tasa deseada de

recuperación y la similitud a la composición de especies de bosque nativo

deseado (Aide et al, 2000).

Mientras que algunas propiedades de las comunidades, tales como la densidad

de especies parecen converger con el tiempo en bosques tropicales, la

convergencia de otras propiedades, incluyendo la composición de especies,

puede depender de las características de los sitios individuales tales como la

proximidad al bosque maduro y el grado de disturbio (Capers et al, 2005). La

recuperación de la estructura del bosque, las reservas de nutrientes en el

suelo, y la riqueza de especies es mucho más rápida que la recuperación de la

composición de especies, a menudo debido a una dispersión inadecuada de

especies de sucesión tardía (Chazdon, 2003). Es improbable que la

composición de especies alcance los niveles pre-disturbio dentro de un período

17

de menos de 200 años, particularmente en suelos de baja fertilidad

(Saldarriaga et al, 1988).

Aunque la riqueza de especies en bosques secundarios se acerca o iguala a la

de bosques maduros dentro de 40-70 años, la composición de la comunidad

permanece diferente por mucho más tiempo, posiblemente por siglos (Aide, et

al, 2000; Finegan, 1996; Capers et al, 2005). En un estudio de cronosecuencias

de regeneración de bosque en potreros abandonados en Puerto Rico, Aide et

al., (2000) encontraron que las características estructurales de los pastizales

abandonados en Puerto Rico (p.e. área basal, altura de los árboles, densidad

de tallos, riqueza de especies) estuvieron dentro del rango de valores de los

bosques más antiguos después de aproximadamente 40 años de regeneración,

sin embargo, la composición de especies permaneció diferente.

En un estudio sobre las dinámicas sucesionales de comunidades de plántulas

de bosques secundarios en Costa Rica, Capers et al., (2005) encontraron que

comunidades de plántulas divergen en cuanto a sus trayectorias sucesionales

debido a una colonización altamente estocástica, a la variedad de sitios fuentes

de semillas que circundan el área a restaurar y a las condiciones iniciales de

estas áreas (tipo e intensidad de la perturbación). Una vez abandonadas, estas

condiciones inhiben la recuperación del bosque original y pueden resultar en un

ecosistema distinto (Aide y Cavelier, 1994; Cavelier et al, 1998). En este caso,

si la meta de un proyecto de restauración es restaurar la composición de

especies similar a la de bosque maduro, será necesario realizar siembras de

enriquecimiento. Sin embargo, si interacciones tales como polinización,

dispersión, y depredación se han perdido, entonces la siembra no será

suficiente para asegurar el funcionamiento ecológico a largo plazo de estos

bosques (Aide et al, 2000).

Muchas de las especies de bosques maduros existen en el paisaje pero no

están colonizando los bosques secundarios derivados de pastizales

abandonados. Estas especies a menudo son tolerantes a la sombra, de

manera que el enriquecimiento por siembra de plántulas puede ser suficiente

18

para su establecimiento (Aide et al, 2000). La vegetación remanente cumple un

papel crítico en la recuperación del bosque, promoviendo rápido incremento en

la riqueza de especies, densidad de árboles y biomasa arriba del suelo

(Guariguata & Ostertag 2001; Wijdeven y Kuzee, 2000). Las especies pioneras

se establecen abundantemente en pastizales y campos de cultivo

abandonados, pero las especies colonizadoras particulares dependerán de la

fertilidad, drenaje y compactación del suelo, la presencia o ausencia de un

banco de semillas, y de vegetación remanente periférica (Chazdon, 2003).

La colonización exitosa parece deberse a diferentes combinaciones de

características tales como: semillas grandes, semillas dispersadas por el viento

(Wijdeven y Kuzee, 2000), crecimiento vegetativo, capacidad para rebrotar,

entre otras (Aide et al, 2000). Si estas especies colonizadoras logran

establecerse temprano por germinación de semillas o siembra de plántulas,

pueden ser capaces de acelerar la regeneración del bosque al proveer hábitat y

alimento para los dispersores de otras especies de bosque (Castillo y

Stevenson, 2010; Cole et al, 2010; Fuentes, 2000; Holl et al, 2000; Wunderlee,

1997) y un microhábitat apropiado para el establecimiento de plantas (Aide et

al, 2000; Guevara et al, 1986; Holl et al, 2000; Wijdeven y Kuzee, 2000;

Wunderle, 1997), de esta manera el establecimiento de árboles pioneros fija el

curso de la sucesión secundaria (Chazdon, 2003).

Las plantaciones de palma aceitera como potenciales barreras para la regeneración del bosque

Algunos monocultivos de palma aceitera establecidos en la cuenca del río

Curbaradó fueron abandonados seis años luego de ser establecidos, y su

intensidad de manejo fue alta, pero comparado con otras actividades agrícolas

y de ganadería donde la perturbación ha tenido duraciones de más de 20 años,

la intensidad del uso previo del área de estudio la consideramos baja en

términos generales. A partir de entonces se inició un proceso de sucesión

natural cuyo curso está determinado por la presencia de las plantaciones según

19

la manera como estas afecten los mecanismos que regulan el proceso

sucesional, especialmente la lluvia de semillas y el establecimiento de

plántulas.

En muchos sitios en el trópico, la dispersión pobre de semillas (Aide y Cavelier,

1994; Cole et al, 2010; Holl, 1999; Wunderlee, 1997), la competencia con

vegetación herbácea, la compactación y pobreza de nutrientes del suelo

(Chazdon, 2003), o la baja disponibilidad lumínica pueden inhibir el

establecimiento inicial de especies leñosas (Aide et al, 2000), creando barreras

al proceso sucesional relacionadas con la lluvia de semillas o el

establecimiento de plántulas. De acuerdo con esto, el primer paso para

restaurar los ecosistemas es evaluar cuáles de estas barreras limitan la

sucesión natural. Las principales barreras que causas un retardo en la

velocidad de este proceso son: físicas (poco agua, poca luz, compactación);

químicas (baja fertilidad o exceso de compuestos tóxicos en el suelo); y

biológicas (falta de semillas dispersadas naturalmente, defoliación por insectos,

amplia cobertura por pastos y malezas) (Aide, et al, 2000; Cavelier et al, 1996;

Fuentes, 2000; Guariguata, 1999; Holl et al, 2000). Una vez identificadas las

barreras, los esfuerzos de restauración deben enfocarse en solucionarlas de

forma tal que la sucesión proceda (Chazdon, 2003; Shono et al, 2007).

La restauración ecológica acelera la sucesión por remoción o reducción de

barreras a la regeneración natural del bosque: la competencia con hierbas es

reducida, las perturbaciones son prevenidas, microclimas inadecuados son

mejorados por el crecimiento acelerado de pioneras establecidas naturalmente,

y la dispersión de semillas dentro de los sitios por aves y animales es

potenciada por la restauración del hábitat boscoso (Shono et al, 2007). Sin

embargo, cuando el proceso sucesional ha empezado pueden aparecer otro

tipo de barreras. Por ejemplo, las especies herbáceas (pastos intolerantes a la

sombra y helechos) pueden formar ecosistemas que se auto perpetúan,

bloqueando efectivamente la regeneración natural del bosque por décadas e

incluso siglos (Shono et al, 2007; Chazdon, 2003). Por otro lado, las

20

plantaciones que forman parte de una matriz de paisaje pueden actuar como

una barrera a los movimientos de animales (Fitzherbert et al, 2008).

El establecimiento de especies de árboles de rápido crecimiento, de manera

espontánea o por siembras de enriquecimiento, particularmente leguminosas

que fijan nitrógeno, pueden incrementar la materia orgánica en el suelo,

prevenir la erosión, y potenciar el ciclaje de nutrientes (Chazdon, 2003).

Además, los árboles tienen una función crítica en atraer aves y murciélagos

dispersores de semillas a las áreas en restauración (Castillo y Stevenson,

2010; Fuentes, 2000; Holl et al, 2000; Wunderle, 1997). El establecimiento de

especies exitosas en la colonización de pastizales (pioneras) puede excluir por

la sombra a especies herbáceas, abriendo el sotobosque para la colonización

de especies leñosas dispersadas al sitio. La colonización exitosa parece

deberse a diferentes combinaciones de características tales como: semillas

grandes, semillas dispersadas por el viento, crecimiento vegetativo, capacidad

para rebrotar, entre otras (Aide et al, 2000). Si estas especies colonizadoras

pueden establecerse temprano por germinación de semillas o siembra de

plántulas pueden ser capaces de acelerar la regeneración del bosque al

proveer hábitat y alimento para los dispersores de otras especies de bosque y

un microhábitat apropiado para su establecimiento (Aide et al, 2000).

Para asegurar el éxito de cualquier proyecto de restauración además de la

parte técnica es fundamental el aspecto social. Los bosques proveen una red

segura para las poblaciones rurales alrededor del mundo al proveer alimento,

medicina, y otros materiales vegetales necesarios para la comunidad. El

aumento de conciencia, la capacidad de construcción, y la promoción de

procesos participativos en el manejo de los recursos del bosque pueden ser un

componente integral en la propuesta de Regeneración Natural Asistida -RNA-

(Shono et al, 2007).

Una vez un bosque secundario es establecido, este puede ser manejado para

proporcionar los productos y servicios deseados de acuerdo a los objetivos de

manejo específicos y a la disponibilidad de recursos (Brown y Lugo, 1990;

21

Shono et al, 2007). Según la Sociedad Internacional para la Restauración

Ecológica (SER International, por sus siglas en inglés) la restauración ecológica

fomenta, y quizás hasta depende de la participación a largo plazo de la

población local. Para SER International, lo que hace única a la restauración

ecológica es su capacidad inherente de proveer a las comunidades con la

oportunidad no sólo de reparar el daño ecológico, sino también de mejorar la

condición humana. En muchas instancias, la restauración ecológica ha sido

capaz de renovar las oportunidades económicas, renovar las prácticas

culturales tradicionales y enfocar las aspiraciones de las comunidades locales

(SER International, 2004).

Con el fin de acompañar el proceso de sucesión se debe elaborar un plan de

restauración ecológica del bosque a largo plazo, y definir las metas y

estrategias de restauración. Para esto un primer paso es evaluar si las

plantaciones podrían ser una barrera para algunos procesos característicos de

la regeneración inicial del bosque. En este sentido, nuestro proyecto evalúa si

la presencia de plantaciones industriales de palma aceitera constituye una

barrera para la regeneración natural del bosque. Si las plantaciones industriales

de la palma aceitera afectan la regeneración natural de los bosques porque

restringen la dispersión de semillas, disminuyen la germinación y la

supervivencia inicial de plántulas, y afectan el establecimiento de plántulas;

entonces la riqueza de especies de la lluvia de semillas y de la comunidad de

plántulas y juveniles será menor en las plantaciones comparadas con los

rastrojos y los bosques, la composición de especies será distinta entre las

unidades de paisaje, y los porcentajes de germinación y supervivencia inicial

serán más bajos en las plantaciones que en los rastrojos y los bosques. Para

probar estas predicciones realizamos experimentos con trampas de caída para

caracterizar la lluvia de semillas, siembras de semillas, y trasectos para

describir la comunidad de plántulas y juveniles en unidades de paisaje de

bosques y rastrojos y plantaciones abandonadas, en estados iniciales de

sucesión del bosque.

22

2. MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

El trabajo de campo de lo realizamos entre marzo de 2009 y mayo de 2010 en

la parte baja de la Cuenca del río Curbaradó (7°09, 598N y 76°58,505E),

tributario del río Atrato, municipio Carmen del Darién, departamento de Chocó

(Figura 1). El sitio de estudio específicamente se localiza en predios del

territorio colectivo de las comunidades afro-descendientes de Cetino y La

Iguana que comprenden un área aproximada de 8000 hectáreas,

pertenecientes al Consejo Mayor de Curbaradó (Figura 2). La zona se

encuentra a una altura de 12 msnm, tiene una temperatura promedio anual de

26°C (alcanzando un máximo de 28°C en diciembre y u n mínimo de 24°C en

febrero), una precipitación anual de 5523 mm/año (varía desde 684 mm/mes en

octubre hasta 14,7 mm/mes en enero) (Codechocó, 2001), y el bosque está

clasificado como Bosque muy Húmedo Tropical (BmH-T) (Holdridge, 1971).

Gran parte de estos territorios fue deforestada en el año 2002 para la

implementación de monocultivos de palma aceitera. Del área deforestada,

3.864 hectáreas fueron sembradas con palma (IIAP, 2008), y otra parte, cuya

extensión se desconoce, se dejó en potreros usados de diferentes maneras.

Debido a regulaciones ambientales parte del bosque no se taló, y actualmente

existen sólo tres fragmentos de bosque de un área menor de 100 hectáreas

cada uno. Estos cultivos fueron abandonados en el año 2008, dejando un

paisaje fragmentado compuesto básicamente por tres unidades: Bosque,

Rastrojo y Plantación. Al momento en que iniciamos esta investigación, este

mosaico llevaba 2 años de abandono.

23

Figura 1. Municipio Carmen del Darién (Curbaradó), Chocó.

Fuente: www.colombiassh.org

Figura 2. Parte media de la cuenca del río Curbaradó.

Fuente: www.colombiassh.org

24

Experimentos

Para evaluar las hipótesis empleamos tres réplicas de cada unidad de paisaje

denominadas así: Bosque 1, Rastrojo 1, Plantación 1; Bosque 2, Rastrojo 2,

Plantación 2 y Bosque 3, Rastrojo 3, Plantación 3. Para tratar de minimizar los

efectos que pudieran tener la calidad del suelo, la distancia al ecosistema de

referencia o fuente de semillas, y el uso previo (ganadería o terrenos en

preparación para la siembra de palma) sobre la dispersión de semillas y el

establecimiento de plántulas (Chazdon, 2003), elegimos sitios con

características similares para los siguientes criterios: distancia del bosque,

edad de abandono, uso previo y topografía.

Los bosques remanentes son bosques secundarios, altamente perturbados

debido a la extracción maderera con fines comerciales y en menor medida para

la construcción, y ocupan un área muy pequeña respecto a la matriz de

plantaciones donde se encuentran. Entre ellos el más conservado es el Bosque

3, donde se encuentran algunos individuos de Prioria copaifera Griseb. (cativo),

Carapa guianensis Aubl. (güino), Tabebuia rosea (Bertol.) A. DC. (roble) y

Dipteryx oleifera Benth. (choibá). Probablemente esto se deba a que el lugar se

encuentra alejado de caminos, cultivos alimenticios o casas. Por el contrario, el

Bosque 2 es el más degradado, por quedar más cerca del río y de caseríos,

además está atravesado por una vía de balastro y una trocha por la que se

extienden cables de polea empleadas para el transporte del corozo de la

palma. El Bosque 2 tiene numerosos individuos de varias especies de Cecropia

sp. (yarumos) en el borde que limita con la carretera (Figura 3).

Figura 3. Unidad de paisaje Bosque 2.

25

Los rastrojos tienen su origen en potreros que serían destinados a ganadería o

a la siembra de palma aceitera y que por diversos motivos no se usaron para

estos fines. En esta unidad de paisaje se encuentran abundantes individuos de

varias especies de Urera sp. (pringamosa), Cecropia sp. (yarumos), Calathea

lutea Schult. (hoja blanca) y Carludovica palmata Ruiz & Pav. (iraca). En el

área de estudio también se encuentran rastrojos derivados del abandono de

cultivos de pan coger como yuca, plátano, arroz o maíz, ya fuera para el

autoabastecimiento o para su comercialización. Estos últimos no los incluimos

en el estudio porque el tiempo transcurrido desde su abandono es menor, lo

que podría causar ruido en los resultados por el efecto del tiempo de abandono

sobre la regeneración natural (Aide et al, 1996; Brown y Lugo, 1990; Castillo y

Stevenson, 2010; Chazdon, 2003; Cubiña y Aide, 2001; Guevara et al, 1996;

Wijdeven y Kuzee, 2000). De los tres rastrojos, el más conservado es el

Rastrojo 3 porque está alejado de viviendas y caminos. El Rastrojo 1 tiene un

mayor grado de intervención por estar en medio de una matriz de plantaciones

de plátano, y a la mitad del desarrollo de esta investigación encontramos este

sitio rozado y sembrado con maíz.

Entre las plantaciones, al igual que con las otras dos unidades de paisaje, la

menos intervenida fue la Plantación 3. Las otras dos réplicas tuvieron un grado

similar de intervención, y en el segundo muestreo de la lluvia de semillas los

sitios se encontraron rozados y sembrados con plátano y maíz. En las tres

plantaciones se encuentran abundantes individuos de especies de Cecropia sp.

(yarumos), Calathea lutea (hoja blanca) y Trema micrantha (L.) Blume

(guayuyos). En términos generales, las plantaciones de palma aceitera fueron

asistidas durante poco tiempo o, en el caso de la Plantación 3, el cultivo nunca

recibió mantenimiento de fertilización, fumigación o eliminación de “malezas”.

Lluvia de semillas

Para monitorear la lluvia de semillas por el período de un año ubicamos en

cada sitio dos trampas de caída que consistían en cajones de 0,5 x 0,5 m

26

(Figura 4), abarcando un área de muestreo de 1,5 m2 para cada unidad de

paisaje. Los cajones fueron ubicados de tal manera que distaran por lo menos

50 m del borde del bosque y evitando claros de bosque. En cada cajón

vertimos suelo tomado del bosque a 1,5m de profundidad donde se asume que

la presencia de semillas es insignificante (Figura 5) (Wijdeven y Kuzee, 2000).

Instalamos las trampas en marzo de 2009, e hicimos los muestreos en junio y

octubre de 2009 y febrero de 2010. En cada muestreo removimos el sustrato, lo

diluimos en agua para pasarlo por un tamiz # 64 (Figura 6), se secó al sol

(Figura 7) y se almacenó en bolsas plásticas para su posterior procesamiento.

Luego de remover el sustrato de cada cajón se vertió más sustrato para el

siguiente período de muestreo.

Figura 4. Trampas de caída de semillas.

Figura 5. Llenado de las trampas de semillas.

27

Figura 6. Lavado del sustrato de las trampas de semillas.

Figura 7. Secado del sustrato de las trampas de semillas.

Procesamos las muestras en el laboratorio pasando el sustrato por un juego de

4 tamices de diferentes tamaños, de los cuales el menor fue el #64, por lo tanto

las semillas de un tamaño menor no se consideraron en este estudio. Vertimos

el contenido de cada tamiz en una caja de petri y separamos las semillas

presentes con la ayuda de un estereoscopio. El conjunto de semillas de cada

muestra fue separado por morfotipos para estimar la riqueza de especies y

establecer la composición de la lluvia de semillas en cada unidad de paisaje.

28

Identificamos los morfotipos con la mayor resolución taxonómica posible por

comparación con una colección de referencia de plantas con frutos colectadas

durante todo el estudio a las cuales extrajimos las semillas. Los ejemplares de

herbario fueron depositados en la colección del Herbario de la Universidad de

Antioquia (HUA). También empleamos colecciones de referencia de otros

estudios realizados en bosques húmedos tropicales disponibles en el Herbario

de la Universidad de Antioquia; y usamos fotografías del libro Seed Dispersal

by Bats in the Neotropics (Lobova, 2009) y de bases de datos disponibles en

internet (http://striweb.si.edu/esp/tesp/plant_images_a.htm de Smithsonian

Tropical Research Institute y http://nt.ars-

grin.gov/sbmlweb/SeedsFruits/rptSeedsFruitsFam.cfm de United States

Department of Agriculture, USDA). Con esta información estimamos la riqueza

de especies y establecimos la composición de la lluvia de semillas en cada

unidad de paisaje. Los morfotipos identificados se caracterizaron de acuerdo a

su hábito de crecimiento en árbol, arbusto, palma, hierba, pasto, trepadora y

helecho; además, los árboles y arbustos se clasificaron de acuerdo a su estado

sucesional en pioneras y no pioneras de acuerdo con la literatura (Aide y

Cavelier, 1994; Aide et al, 1995; Aide et al, 2000; Cavelier et al, 1998; Cole et

al, 2000; Cubiña y Aide, 2001; Guevara et al, 1986; Olea-Wagner, 2007;

Wijdeven y Kuzee, 2000) y con la ayuda de expertos del Herbario de la

Unversidad de Antioquia.

Germinación y supervivencia inicial de plántulas

Escogimos cuatro especies de árboles de acuerdo a su presencia en los

bosques antes de la siembra de palma y su importancia para la comunidad

(usos tradicionales o comerciales): Ceratonia siliqua L. (algarrobo),

Centrolobium paraense Tul. (guayacán hobo), Couroupita guianensis Aubl.

(cocuelo) y Myroxylon balsamum (L.) Harms (bálsamo). En cada réplica de

unidad de paisaje establecimos una parcela de germinación en junio de 2009

(para un total de nueve parcelas) en la que sembramos 80 semillas de cada

especie. Hicimos un censo en octubre de 2009 para determinar el porcentaje

29

de germinación de cada especie en cada unidad de paisaje (Figura 8).

Finalmente hicimos un censo en febrero de 2010 para establecer el porcentaje

de supervivencia de cada especie en cada unidad de paisaje (Figura 9).

Figura 8. Parcelas de germinación.

Figura 9. Plántulas presentes en el censo de germinación. Bálsamo a la

izquierda, algarrobo a la derecha

Regeneración natural: establecimiento de plántulas

Para evaluar la regeneración natural en cada réplica de unidad de paisaje

hicimos un transecto de 50 x 2 m para registrar la presencia de todas las

plántulas de arbustos, árboles y hierbas. En el muestreo sólo consideramos las

30

plántulas y los juveniles con una altura menor de dos metros para garantizar

que fuesen plantas establecidas luego del abandono de los sitios. Se

colectaron muestras botánicas de cada una de los morfotipos separados en

campo para su posterior identificación taxonómica en el Herbario de la

Universidad de Antioquia.

Identificamos los morfotipos de las plántulas y juveniles con la mayor resolución

taxonómica posible empleando claves para plántulas propuestas por Barrera

(1985, 1986), Duke (1965) y del Amo (1979) y con la ayuda de de expertos del

Herbario de la Universidad de Antioquia. Con la información de los nombres

comunes proporcionados por el ayudante de campo y habitantes de la

comunidad de Cetino, consultamos el Diccionario de los Nombres Comunes de

las Plantas de Colombia, del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad

Nacional de Colombia (http://www.biovirtual.unal.edu.co/diccionario/), y

corroboramos esta información con los especímenes de herbario. Con esta

información estimamos la riqueza de especies y establecimos la composición

de la comunidad de plántulas en cada unidad de paisaje. Cada plántula

identificada se caracterizó según su hábito de crecimiento en árbol, arbusto,

palma, hierba, pasto, trepadora y helecho, y los árboles y arbustos se

clasificaron de acuerdo a su estado sucesional en especies pioneras y no

pioneras igual que con las semillas.

Análisis estadístico

Para evaluar si existen diferencias significativas en la riqueza de especies de la

lluvia de semillas y de la regeneración natural, entre las tres unidades de

paisaje realizamos la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis, dado el bajo

número de réplicas. Posteriormente hicimos pruebas post-hoc usando la

prueba U de Mann-Whitney para comparar la riqueza de especies por pares de

unidad de paisaje. Para estos análisis utilizamos el programa estadístico SPSS

17.0 (SPSS, 2008).

31

Para tomar la decisión de rechazar la hipótesis nula en las pruebas de hipótesis

que evalúan el efecto de la unidad del paisaje sobre la riqueza de especies

decidimos tomar como nivel de significancia un valor de α=0.1. Al incrementar

la probabilidad de cometer error tipo I en la prueba de hipótesis hasta un 10%

en nuestro análisis incrementamos el poder de la prueba para detectar un

efecto del factor sobre la riqueza de especies y por tanto se disminuye la

probabilidad de cometer error tipo II. En escenarios de estudios que pretenden

hacer recomendaciones para el manejo y conservación de ecosistemas esta es

una aproximación razonable, dados los mayores riesgos que representa

cometer error tipo II y dejar de reconocer la importancia del factor en el proceso

ecológico de interés y el reducido número de réplicas que pueden obtenerse en

estudios a escala de paisaje (Feisinger, 2001)

Para observar el patrón de agrupación entre las unidades de paisaje de

acuerdo con la similitud en su composición especies en la lluvia de semillas y

de especies de plántulas y juveniles en la regeneración natural, hicimos un

análisis de agrupamiento. Para este análisis empleamos el método de

centroides y como medida de similitud el índice de Hamann por ser una medida

binaria, pues nuestros datos son de presencia/ausencia de especies en cada

unidad de paisaje. Este índice de similitud se estima como la probabilidad de

que las especies tengan el mismo estado en dos réplicas (presente o ausente

en los dos) menos la probabilidad de que tengan estados diferentes en las dos

réplicas, y toma valores entre cero (similitud baja) y uno (similitud alta). Para

estos análisis y para comparar las riquezas promedios de especies de cada

sitio, utilizamos el programa estadístico SPSS 17.0 (SPSS, 2008).

Además del análisis de agrupamiento realizamos un análisis de ordenación tipo

DCA (Detrended Correspondence Analysis, por sus siglas en inglés) para

facilitar la interpretación de los resultados del agrupamiento según la

composición de especies de la lluvia de semillas y de la regeneración natural.

En el DCA es posible explorar la similitud en la composición de especies entre

sitios y además visualizar cuáles especies son importantes para agrupar los

sitios con base en su similitud, y cuáles especies son importantes para aislar

32

unos sitios de otros al ser exclusivas o poco comunes. Para hacer el DCA

empleamos el programa estadístico PAST (Hammer et al, 2008). Con los

valores de las coordenadas del DCA para cada especie de semilla y plántula

identificada de la cual sabíamos su hábito de crecimiento y estado sucesional,

hicimos una gráfica donde pudiéramos visualizar cómo se distribuyen estas

especies entre las unidades de paisaje. Debido a que numerosas especies

presentaron el mismo valor para ambos ejes en el DCA, se dejó sólo un dato

de aquellas que tenían el mismo hábito de crecimiento y/o estado sucesional

para evitar puntos superpuestos que pudieran ocultar otros puntos referentes

hábitos o estados sucesionales diferentes, de esta manera, los puntos en esta

gráfica no corresponden al número de especies para cada característica.

3. RESULTADOS

Lluvia de semillas

Al monitorear la lluvia de semillas por el período de un año se encontraron 113

morfoespecies de las cuales 38 se identificaron hasta especie, 29 sólo hasta

género, 11 sólo hasta familia y 35 no se identificaron. En la unidad de paisaje

Bosque se encontraron 84 especies (15 no pioneras y 29 pioneras), en

Rastrojo 63 (8 no pioneras y 27 pioneras) y en Plantación 62 (5 no pioneras y

29 pioneras). Las unidades Bosque y el Rastrojo compartieron un mayor

número de especies, la mayoría de las cuales fueron especies pioneras (Tabla

1). La riqueza promedio de especies de la lluvia de semillas fue mayor en

Bosque, en Rastrojo fue intermedia y fue menor en Plantación (Figura 9), y sólo

fue significativamente diferente entre las unidades de paisaje Bosque y

Plantación (Tabla 2), y la variabilidad fue menor para las plantaciones (Figura

10).

33

Tabla 1. Especies compartidas entre las unidades de paisaje.

Unidades de paisaje N° de especies compartidas

Total Pioneras No pioneras Sin caracterizar Bosque-Rastrojo 46 21 4 21 Bosque-Plantación 41 22 1 18 Rastrojo-Plantación 43 22 1 20 Bosque-Rastrojo-Plantación 34 19 1 14

Tabla 2. Prueba U de Mann-Whitney para la riqueza promedio de especies de la lluvia de semillas (gl=1).

Unidades de Paisaje comparadas U P Bosque- Rastrojo 1,000 0,127 Bosque- Plantación ≤0,001 0,050* Rastrojo-Plantación 3,500 0,658 *diferencia significativa

Figura 10. Riqueza de especies (media-error estándar) en la lluvia semillas por unidad de paisaje.

34

Al realizar el análisis de agrupamiento se formaron dos conjuntos (Figura 11).

Dentro del primer grupo, el Rastrojo 3 y la Plantación 3 forman un subconjunto,

y el Bosque 1 y 3 forman otro subconjunto. En el segundo grupo la Plantación 1

y el Rastrojo 1 están más relacionados entre sí que cualquiera de ellos con el

subconjunto formado por la Plantación 2 y el Rastrojo 2. En medio de estos dos

conjuntos se encuentra el Bosque 2, estando igual de relacionando con

cualquiera de los dos grupos. Al observar con más detalle la matriz de

distancias que se emplea para la construcción del dendrograma según los

índices de similitud de Hamann (Tabla 3) encontramos que una similitud muy

alta dentro de las unidades de paisaje Plantación, muy bajas entre las réplicas

de la unidad de paisaje Bosque, e intermedias dentro de las réplicas de

Rastrojo.

Figura 11. Agrupación de las unidades de paisaje de acuerdo a la composición de especies en la lluvia de semillas.

35

Tabla 3. Matriz de distancia entre las unidades de paisaje según el índice de similitud de Hamman de acuerdo a la composición de especies de la lluvia de semillas (valores entre 0 y 1).

Unidad de

Paisaje

Bosque Rastrojo Plantación

1 2 3 1 2 3 1 2 3

Bosque 1 1.000 0.150 0.381 0.363 0.221 0.327 0.239 0.221 0.363

2 0.150 1.000 0.239 0.150 0.221 0.221 0.133 0.221 0.186

3 0.381 0.239 1.000 0.345 0.310 0.487 0.363 0.345 0.487

Rastrojo

1 0.363 0.150 0.345 1.000 0.327 0.398 0.628 0.434 0.363

2 0.221 0.221 0.310 0.327 1.000 0.504 0.487 0.398 0.363

3 0.327 0.221 0.487 0.398 0.504 1.000 0.487 0.398 0.646

Plantación

1 0.239 0.133 0.363 0.628 0.487 0.487 1.000 0.522 0.416

2 0.221 0.221 0.345 0.434 0.398 0.398 0.522 1.000 0.363

3 0.363 0.186 0.487 0.363 0.363 0.646 0.416 0.363 1.000

En el DCA se observa un patrón parecido al encontrado en el análisis de

agrupamiento en la similitud entre las unidades de paisaje, pero aquí el Bosque

2 se encuentra más cercano a los otros dos bosques (Figura 12). Al separar las

especies de la lluvia de semillas según su estado sucesional se observa que

las especies que son compartidas por las unidades de paisaje son especies

pioneras muy comunes en la sucesión en bosques húmedos de tierras bajas.

Estas pioneras incluyen especies como: Cecropia peltata L., Cecropia insignis

Liebm., Cecropia engleriana Snethl., Vismia baccifera (L.) Triana & Planch.,

Cecropia goudotiana Trécul, Ficus insipida Willd., Trema integerrima (Beurl.)

Standl, Piper asperiusculum Kunth y Piper cyrtopodon C. DC. (agrupadas

dentro del óvalo punteado en la Figura 13). Las especies más cercanas a las

unidades Plantación 1 y Rastrojo 1 son las especies pioneras Trema micrantha

(L.) Blume y Ochroma pyramidale (Cav. ex Lam.) Urb. (óvalo sólido, Figura 4).

36

Figura 12. Análisis de ordenación de las unidades de paisaje de acuerdo a la composición de especies en la lluvia de semillas.

37

Figura 13. Distribución de especies de la lluvia de semillas de acuerdo a su estado sucesional.

Según su hábito de crecimiento (excluyendo los hábitos árbol y arbusto), el

más generalizado entre las unidades de paisaje Rastrojo y Plantación es el de

pasto, en donde se encuentran las especies Paspalum conjugatum P.J.

Bergius, Panicum laxum Sw., Sorghum halepense (L.) Pers, Scleria melaleuca

Rchb. ex Schltdl. & Cham. e Ichnanthus pallens (Sw.) Munro ex Benth. (Figura

14). La especie de pasto que se encuentra en la unidad Bosque 2 es Oryza

sativa L. Dos especies de palmas sólo se encontraron en la unidad Bosque 2;

las especies de hierbas se encuentran entre los tres rastrojos y la Plantación 2.

Las especies de lianas no pioneras se distribuyeron así: Philodendron sp. 1

Bosque 1

Bosque 3

Bosque 2

Plantación 1

Plantación 3

Plantación 2

Rastrojo 3

Rastrojo 1

Rastrojo 2

38

está entre los bosques 1 y 3, Philodendron sp. 2 sólo se encontró en la unidad

Bosque 3, Philodendron sp. 3 sólo en Rastrojo 2, y Paullinia fuscescens Kunth

sólo se encontró en la Plantación 3, y Cissus erosa Rich., una liana pionera, se

encontró en los bosques 1 y 2.

Figura 14. Distribución de especies de la lluvia de semillas de acuerdo a su

hábito de crecimiento.

Bosque 1

Bosque 3

Bosque 2

Plantación 1

Plantación 3

Plantación 2

Rastrojo 3

Rastrojo 1

Rastrojo 2

39

Germinación y supervivencia inicial de plántulas.

Los datos de los experimentos de una réplica de bosque, una de rastrojo y dos

de plantaciones no se tomaron porque estos sitios fueron rozados por colonos

para la siembra de plátano y maíz, o para continuar con la extracción del

corozo de la palma aceitera. Por lo tanto, los resultados que se muestran no

tienen un número suficiente de réplicas para realizar análisis estadísticos, pues

se tenían sólo dos réplicas para Bosque, dos para Rastrojo y una para

Plantación.

De las cuatro especies empleadas en el experimento de germinación, sólo

germinaron semillas de dos especies, y sus porcentajes de germinación fueron

muy bajos. Para Ceratonia siliqua el porcentaje de germinación fue mayor en

Rastrojo, en Plantación fue intermedio y en Bosque fue menor. Para Myroxylon

balsamum, el porcentaje de germinación fue mayor en Plantación, seguido por

Rastrojo, y en Bosque no hubo germinación (Tabla 4). El porcentaje de

supervivencia de las plántulas de Ceratonia siliqua fue mayor en Bosque,

seguida por Rastrojo y menor en Plantación. El porcentaje de supervivencia de

Myroxylon balsamum, fue mayor en Plantación que en Rastrojo (Tabla 5).

Tabla 4. Porcentajes de germinación de 4 especies de árboles en tres unidades de paisaje.

Especie Nombre común % de germinación

Bosque Rastrojo Plantación Ceratonia siliqua Algarrobo 5,95% 23,21% 15,12% Centrolobium paraense Guayacán hobo 0,00% 0,00% 0,00% Couroupita guianensis Cocuelo 0,00% 0,00% 0,00% Myroxylon balsamum Bálsamo 0,00% 3,01% 13,25%

40

Tabla 5. Porcentajes de supervivencia de 4 especies de árboles en tres unidades de paisaje.

Especie Nombre común % de supervivencia

Bosque Rastrojo Plantación Ceratonia siliqua Algarrobo 100% 93,75% 84,62% Centrolobium paraense Guayacán hobo 0,00% 0,00% 0,00% Couroupita guianensis Cocuelo 0,00% 0,00% 0,00% Myroxylon balsamum Bálsamo 0,00% 66,66% 100%

Regeneración natural: establecimiento de plántulas

Se registraron 177 morfoespecies de plántulas de las cuales 83 fueron

identificadas hasta el nivel de especies, 71 sólo hasta género, 16 sólo hasta

familia y 6 no se pudieron identificar. En la unidad de paisaje Bosque se

encontraron 112 especies, en Rastrojo 92, y en Plantación 61. El Bosque y el

Rastrojo comparten muchas más especies las demás unidades, la mayoría de

las cuales son no pioneras (Tabla 6). La riqueza promedio de especies de la

comunidad de plántulas fue mayor en la unidad de paisaje Bosque, seguida por

Rastrojo y por último está la Plantación (Figura 15), y sólo fue

significativamente diferente entre las unidades de paisaje Bosque y Plantación

(Tabla 7). La riqueza de especies tuvo una mayor varianza en Rastrojo, seguida

por Bosque y finalmente se encuentra la Plantación (Figura 15).

Tabla 6. Especies compartidas entre las unidades de paisaje.

Unidades de paisaje N° de especies comp artidas

Total Pioneras No pioneras Sin caracterizar Bosque-Rastrojo 53 9 36 8 Bosque-Plantación 30 7 18 5 Rastrojo-Plantación 27 8 16 3 Bosque-Rastrojo-Plantación 22 5 14 3

41

Tabla 7. Prueba U de Mann-Whitney para la riqueza promedio de especies de plántulas (gl=1).

Unidades de Paisaje comparadas U P

Bosque- Rastrojo 2,000 0,275

Bosque- Plantación ≤0,001 0,046*

Rastrojo-Plantación 2,000 0,268

*diferencia significativa

Figura 15. Riqueza de especies (media-error estándar) de plántulas por unidad de paisaje.

Al realizar el análisis de agrupamiento se formaron dos grupos (Figura 16).

Dentro del primero, las plantaciones 1 y 2 están más relacionadas que

cualquiera de ellas con un subgrupo conformado por el Rastrojo 3 y la

42

Plantación 3 por un lado, y el Bosque 1 y el Rastrojo 2 por el otro. En el

segundo grupo el Bosque 2 está más relacionado con el Rastrojo 1 que

cualquiera de ellos con el Bosque 3. Las unidades Bosque y Plantación nunca

se agrupan, mientras que la unidad Rastrojo se agrupa con ambas. Al observar

con más detalle la matriz de distancias que se emplea para la construcción del

dendrograma según los índices de similitud de Hamann (Tabla 8) encontramos

que en general, dentro de la unidad de paisaje Plantación las réplicas tienen

índices de similitud mucho más altos que las réplicas de la unidad de paisaje

Bosque y que Rastrojo.

Figura 16. Agrupación de las unidades de paisaje de acuerdo a la composición de especies en la comunidad de plántulas.

43

Tabla 8. Matriz de distancia entre las unidades de paisaje de según el índice de similitud de Hamman de acuerdo a la composición especies de la comunidad de plántulas (valores entre 0 y 1).

Unidad de

paisaje

Bosque Rastrojo Plantación

1 2 3 1 2 3 1 2 3

Bosque 1 1.000 0.277 0.220 0.333 0.367 0.367 0.322 0.345 0.458

2 0.277 1.000 0.243 0.333 0.277 0.322 0.232 0.232 0.322

3 0.220 0.243 1.000 0.186 0.175 0.356 0.107 0.107 0.243

Rastrojo

1 0.333 0.333 0.186 1.000 0.288 0.356 0.311 0.356 0.356

2 0.367 0.277 0.175 0.288 1.000 0.390 0.412 0.390 0.367

3 0.367 0.322 0.356 0.356 0.390 1.000 0.458 0.458 0.616

Plantación

1 0.322 0.232 0.107 0.311 0.412 0.458 1.000 0.751 0.503

2 0.345 0.232 0.107 0.356 0.390 0.458 0.751 1.000 0.525

3 0.458 0.322 0.243 0.356 0.367 0.616 0.503 0.525 1.000

En el DCA se observa un patrón similar de agrupación, excepto porque el

Rastrojo 3 se encuentra más cerca de la unidades Bosque 1 y 3 que de las

otras unidades; mientras que el Rastrojo 1 se encuentra más cercano del

Bosque 1, el Rastrojo 2 y las tres plantaciones (Figura 17). Al caracterizar las

especies de la comunidad de plántulas según su estado sucesional en pioneras

y no pioneras, se observa que son especies no pioneras las que se distribuyen

entre la mayoría de las unidades de paisaje, tales como: Guarea guidonia (L.)

Sleumer, Xilopia sp., Eschweilera integrifolia (Ruiz & Pav. ex Miers) R. Knuth,

Aniba puchury-minor (Mart.) Mez, Virola sp., Licania leucosepala Griseb.,

Huberodendron patinoi Cuatrec. y Prioria copaifera Griseb. Por el contrario, las

especies pioneras como Cordia spinescens L., Clidemia septuplinervia Cogn.

son casi exclusivas de las unidades más intervenidas: Bosque 1 y 2, Rastrojo

1, y las tres plantaciones. Entre estas especies se encuentran: Urera sp.,

Spondias mombin L., Clidemia septuplinervia Cogn., Conostegia subcrustulata

(Beurl.) Triana y Trema integerrima (Beurl.) Standl. (Figura 18). En cuanto al

hábito de crecimiento, las especies herbáceas estuvieron presentes en el

Bosque 1, los tres rastrojos y las tres plantaciones, y las especies de palmas

nativas tuvieron siete registros en los bosques, tres registros en los rastrojos y

sólo uno en plantaciones (Figura 19).

44

Figura 17. Análisis de ordenación de las unidades de paisaje de acuerdo a la composición de especies en la comunidad de plántulas.

45

Figura 18. Distribución de especies de la comunidad de plántulas de acuerdo a su estado sucesional. La especie introducida se refiere a la palma aceitera.

Bosque 1 Bosque 3

Bosque 2

Rastrojo 1

Rastrojo 2

Rastrojo 3

Plantación 3

Plantación 2

Plantación 1

46

Figura 1. Distribución de especies de la comunidad de plántulas de acuerdo a su hábito de crecimiento. La especie introducida se refiere a la palma aceitera.

4. DISCUSIÓN

Con el presente estudio buscamos explorar el efecto del cambio en el uso del

suelo de bosques naturales a plantaciones industriales de palma aceitera sobre

el proceso de sucesión natural una vez los cultivos son abandonados. Para

esto evaluamos tres procesos críticos en la sucesión: la lluvia de semillas, la

germinación, y el establecimiento de plántulas (Aide y Cavelier, 1994; Brown y

Lugo, 1990; Capers et al, 2005; Shono et al., 2007). Encontramos que los

monocultivos de palma aceitera tienden a mostrar una menor riqueza de

especies en comparación con los bosques para la lluvia de semillas y el

Bosque 1 Bosque 3

Bosque 2 Rastrojo 1

Rastrojo 2

Rastrojo 3

Plantación 3

Plantación 2

Plantación 1

47

establecimiento de plántulas en los estados tempranos de sucesión (2 años de

abandono), por lo menos para plantaciones con una intensidad de manejo baja.

En términos de la composición de especies de la lluvia de semillas las

plantaciones son similares a algunos de los rastrojos, y las unidades de bosque

fueron similares a las unidades de rastrojo y no tanto a las plantaciones. Por

otro lado, no hubo un efecto marcado de las plantaciones sobre la composición

de especies de la comunidad de plántulas, pues no hay un patrón claro

respecto a la similitud de las unidades de paisaje entre sí. Finalmente,

encontramos que para la lluvia de semillas y la comunidad de plántulas la

variabilidad en la riqueza de especies es menor entre las réplicas de

plantaciones comparadas con las otras dos unidades de paisaje, y la similitud

en términos de la composición de especies entre las plantaciones es mayor

entre las plantaciones que entre los rastrojos y entre los bosques.

Lluvia de semillas

La riqueza de especies promedio en la lluvia de semillas fue mayor en la

unidad de paisaje Bosque comparada con la Plantación, mientras que la unidad

Rastrojo no se diferenció en su riqueza de especies de las otras dos unidades

de paisaje. Las plantaciones tienen un dosel dominado principalmente por

palma aceitera, lo cual podría representar una menor oferta de recursos para

los dispersores de semillas (Danielsen, 2008; Fitzherbert et al, 2008). Esto

podría explicar en parte por qué hay una menor riqueza de especies en la lluvia

de semillas en plantaciones comparadas con los bosques, (Aide et al, 2000;

Castillo y Stevenson, 2010; Cole et al, 2010; Fuentes, 2000; Holl et al, 2000;

Wunderlee, 1997). La riqueza en la lluvia de semillas en los rastrojos tiende a

ser menor que en los bosques (aunque las medias no son significativamente

diferentes debido a la alta variabilidad en los rastrojos) y similar a la de las

plantaciones. Es probable que en los rastrojos la atracción de dispersores sea

menor que en el bosque, pero para esto se requiere un estudio más detallado

sobre la dispersión de semillas.

48

Respecto a la composición de especies en la lluvia de semillas el efecto de las

plantaciones de palma no es tan marcado como ocurre con la riqueza de

especies, pero las unidades de Bosque nunca se agrupan directamente con las

unidades de Plantaciones en el análisis de agrupamiento. Los bosques se

agrupan con unidades de rastrojo, lo que puede deberse a que hay una réplica

de bosque (Bosque 2) con un grado mayor de intervención antrópica, y que una

unidad de plantación y otra de rastrojo (Plantación 3 y Rastrojo 3) se

encuentran en un estado sucesional más avanzado porque han sido menos

intervenidos que las demás réplicas. Específicamente, el Bosque 2 comparte

especies con todas las unidades de paisaje, la mayoría de las cuales son

especies pioneras muy comunes en estos ecosistemas. Además, cerca del

70% de las especies de semillas en las plantaciones y en los rastrojos se

encuentran también en los bosques, y corresponden principalmente a especies

pioneras, como se ha reportado en otros estudios (Fitzherbert et al, 2008;

Danielsen et al, 2008). De acuerdo a las condiciones particulares del nuestro

sitio de estudio, esta similitud en la composición por compartir un gran número

de especies pioneras puede deberse en parte al alto grado de intervención de

los bosques, y que los principales vectores de semillas de áreas abiertas, aves

y murciélagos, generalmente sólo dispersan semillas pequeñas, livianas de

especies pioneras, opuesto a las semillas grandes y pesadas de especies de

bosques maduros (Wijdeven y Kuzee, 2000). En lo que se refiere a los hábitos,

las especies de pastos fueron comunes entre las plantaciones y los rastrojos y

no entre los bosques, mientras que las especies de lianas no pioneras se

encontraron en las unidades de paisaje más conservadas.

Germinación y supervivencia

A pesar de que el experimento de germinación no arrojó suficientes datos, la

evidencia disponible no refleja un patrón claro del efecto de las plantaciones

sobre el porcentaje de germinación y supervivencia inicial de plántulas. Es

posible que haya ausencia de un efecto de las plantaciones sobre la

germinación y supervivencia de plántulas porque el manejo de las plantaciones

49

luego de la remoción del bosque no fue muy intensivo en estos ecosistemas. Si

el suelo no fue profundamente degradado en las plantaciones respecto a los

potreros abandonados es probable que no haya una barrera para la

regeneración del bosque en términos de la germinación de semillas y

supervivencia inicial de las plántulas.

Regeneración natural

Hay un efecto de las plantaciones de palma aceitera sobre la regeneración

natural (comunidad de plántulas y juveniles) en términos de la riqueza de

especies, pero no para la composición de especies. Igual que ocurrió con la

lluvia de semillas la riqueza de especies de la comunidad de plántulas sólo fue

significativamente diferente entre Bosque y Plantación. En las plantaciones la

riqueza de la comunidad de plántulas fue menor que en los bosques,

posiblemente como consecuencia de una lluvia de semillas con menos

especies. Además, la comunidad de plántulas en las plantaciones está

compuesta principalmente por especies pioneras muchas de las cuales tienen

altas tasas de mortalidad en un sotobosque con una intensidad lumínica tan

baja como la de las plantaciones (Danielsen, 2008; Fitzherbert et al, 2008).

El efecto de las plantaciones sobre la composición de especies de la

comunidad de plántulas es mucho menos evidente, porque las unidades de

paisaje no se separan claramente en el análisis de agrupamiento. La

comunidad de plántulas es muy semejante entre bosques y rastrojos, lo cual se

explica probablemente porque estos bosques han sido severamente

intervenidos y contienen pocas especies de bosque maduro; las especies no

pioneras que comparte son especies que pueden establecerse en estados

tempranos de la sucesión (Aide et al, 2000; Chazdon, 2003). En cuanto a las

plantaciones, estas no se separan marcadamente de las otras dos unidades de

paisaje, pues en su sotobosque se han establecido algunas plántulas de

especies pioneras con cierto grado de tolerancia a la sombra que también se

50

han establecido en las otras dos unidades de paisaje. La mitad de las especies

encontradas en las plantaciones estuvieron también en los bosques, pero a

diferencia de lo observado con las especies de la lluvia de semillas, en este

caso son principalmente especies no pioneras. En cuanto a los hábitos de

crecimiento, rastrojo y plantaciones compartieron especies herbáceas, y

bosques y rastrojos tienen palmas aunque de diferentes especies.

Probablemente la comunidad de plántulas de las plantaciones no se diferencia

marcadamente de las otras unidades de paisaje porque el suelo no fue

severamente degradado, y las plantaciones tienen un sotobosque sombreado

permiten el establecimiento de las plántulas (Aide et al, 2000; Chazdon, 2003).

Además de la tendencia observada para las medias, encontramos un patrón en

cuanto a la variabilidad de la riqueza de especies y los índices de similitud en la

composición en la lluvia de semillas y la comunidad de plántulas. Respecto a la

riqueza de especies de la lluvia de semillas la variabilidad fue muy baja en las

plantaciones comparadas con la variabilidad de los bosques y la variabilidad en

los rastrojos fue intermedia. En el mismo sentido, los índices de similitud

respecto a la composición de especies fueron mayores entre las réplicas de

plantaciones que entre los bosques e intermedios para los rastrojos. En la

comunidad de plántulas, hay una alta variabilidad en la riqueza de especies en

bosque y rastrojos y es muy baja en las plantaciones, y los índices de similitud

en la composición son muy bajos para bosques, intermedios para rastrojos y

altos para las plantaciones. Esto sugiere la homogenidad en la estructura y

composición de estas plantaciones (reportado por Danielsen et al, 2008;

Fitzherbert, 2008; IAvH, 2000 en plantaciones que con una intensidad de

manejo mayor) afecta procesos como la lluvia de semillas y el establecimiento

de plántulas. Esta homogenidad estructural puede tener consecuencias a largo

plazo para la sucesión natural afectando la velocidad a la que ocurre la

regeneración y conduciendo a que la composición de los bosques de estados

sucesionales más avanzados diverja de aquellos bosques naturales

característicos de ese ecosistema (Aide y Cavelier, 1994; Capers et al, 2005;

Chazdon, 2007; Cavelier et al, 1998; Guariguata, 1999; Shono et al., 2007)

51

A pesar de que se han documentado graves impactos del establecimiento de

plantaciones de palma aceitera sobre la biodiversidad, especialmente porque

se han establecido en lugares donde antes habían bosques (Danielsen et al,

2008; Fitzherbert, 2008; IAvH, 2000; Koh y Wilcove, 2008), al momento no se

ha publicado ningún estudio sobre el proceso de recuperación natural que

siguen estos sitios una vez han sido abandonados. Los resultados de este

estudio muestran que para el caso de las plantaciones de palma en la cuenca

del río Curbaradó, en donde la intensidad del uso previo fue baja, la

implementación de estos monocultivos afecta la riqueza de especies que llegan

al sitio en la lluvia de semillas y las plántulas que se establecen, pero tiene

poco efecto sobre la composición de especies en estados tempranos de la

sucesión. Este estudio también sugiere que las plantaciones podrían afectar la

homogenidad en la riqueza de especies y la similitud en la composición de

especies de la lluvia de semillas y las plántulas, lo cual podría tener efectos a

largo plazo sobre la trayectoria que sigue la sucesión del bosque, porque las

plantas establecidas pueden llegar a dominar el paisaje y excluir a otras por

competencia (Danielsen et al, 2008; Chazdon, 2003; Shono et al., 2007). Esta

investigación se constituye en el primer paso de una investigación sobre

potenciales barreras y descripción de la dinámica de la sucesión que puede

generar recomendaciones para emprender un proceso de restauración de los

bosques de la cuenca del río Curbaradó.

52

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