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22 No 04 / JUNIO-AGOSTO 2002 La verdad, dice Foucalt estudiando a los clásicos de la retórica romana (Hermeneútica del sujeto)en 1982, se da a partir de “un lazo de unión” entre el sujeto y la verdad, llamado ascesis, una especie de preparación atlética del sabio ejercitado para vencer a la mentira empe- zando por la de él mismo. La parresía es lo que sigue: “las reglas de prudencia y de habilidad” para “abrirse al otro” de modo de responder a él con un discurso verdadero, hasta ponerlo y ponerse en situación de verdad, discurso verdadero, como el maestro con los discípulos o como ocurre en la confesión católica. De aquí que la verdad sea relativa no en el sentido de su temporalidad o de su ubicación, sino en la relación necesaria que la funda (Entrevista de Foucalt con Raul Fornet- Betancourt, Helmunt Becker y Alfredo Gómez-Muller, 20 de enero de 1984, revista Concordia no.6 en Hermeneútica del Sujeto, ed. Altamira, La Plata Argentina, 1996). El título dado a la entrevista es importante: “La ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad”. ¿Quién le cree a un presidente espurio producido por unas elecciones fraudulentas?, ¿quién le cree al máximo estado terrorista de todos los P aolo Fabbri, autor de El giro semiótico, afirma en una entrevis- ta a doce días de la catástrofe yanqui: “la verdad se construye como efecto final de la victoria o de la derrota, pero en caso de guerra, la victoria es la única verdad que justifica toda acción, incluso la mentira”. La afirmación militarista es cierta si se orienta por la lucha ideológica y en especial, por el dominio de la industria de la cultura bajo control de los grandes consorcios imperialistas. La tesis es falsa si niega toda posibilidad de verdad y la reduce a verosimilitud mediática que ya empieza a tener la compañía de posmodernistas como Francis Fukuyama que afirma que es razonable matar a Osama Mustaffa Bin Laden. El autor de El fin de la historia supone el triunfo absoluto de la ideología capitalista y hasta puede aprobar la caracterización actual como edad del vacío y del postdeber a la manera de Lipovetsky, como referente desde el que puede construirse el futuro de plenitud del capitalismo globalizado. Instalarse en el relativismo resulta así igno- rancia de la lucha por la hegemonía y de las acciones de respuesta de las ideologías dominadas por su escasa y deformada difusión, pero fuertes por sus cargas históricas que no solo mueven a pueblos enteros sino apoyan su certeza de triunfo, así sea por sinrazones divinas. La ideolo- gía, necesaria para reproducir las relaciones de producción, prueba ahora su articulación con la verdad en un proceso de conocimiento y comprensión dominado por la propaganda imperialista, la moral puri- tana yanqui y la sumisión colonial de gobiernos como el de México. El militarismo adquiere así una dimensión cotidiana infamante y vengativa como retaguardia de los ejércitos imperialistas. IDEOLOGÍA E HISTORIA CONTEMPORÁNEA CRÉDITO: ALBERTO HÍJAR Investigador del CENIDIAP rojillo74@hot mail.com Palabras clave: ideología, yanqui, catástrofe, Nueva York, religión, narcotráfico, Bush, guerra, Brozo, América, Torres Gemelas, bien, mal, militares, libertad, lucha Agudo análisis semiótico sobre el rol del desempeño pu- blicitario con relación a los medios masivos de comunica- ción en la historia mundial contemporánea SEMIÓTICA DEL IMPERIALISMO Alejandro Romero, Cristo en el desastre.

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22 No 04 / JUNIO-AGOSTO 2002

La verdad, dice Foucalt estudiando a los clásicos de la retóricaromana (Hermeneútica del sujeto)en 1982, se da a partir de “un lazo deunión” entre el sujeto y la verdad, llamado ascesis, una especie depreparación atlética del sabio ejercitado para vencer a la mentira empe-zando por la de él mismo. La parresía es lo que sigue: “las reglas deprudencia y de habilidad” para “abrirse al otro” de modo de respondera él con un discurso verdadero, hasta ponerlo y ponerse en situación deverdad, discurso verdadero, como el maestro con los discípulos ocomo ocurre en la confesión católica. De aquí que la verdad sea relativano en el sentido de su temporalidad o de su ubicación, sino en larelación necesaria que la funda (Entrevista de Foucalt con Raul Fornet-Betancourt, Helmunt Becker y Alfredo Gómez-Muller, 20 de enero de1984, revista Concordia no.6 en Hermeneútica del Sujeto, ed. Altamira,La Plata Argentina, 1996). El título dado a la entrevista es importante:“La ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad”.¿Quién le cree a un presidente espurio producido por unas eleccionesfraudulentas?, ¿quién le cree al máximo estado terrorista de todos los

Paolo Fabbri, autor de El giro semiótico, afirma en una entrevis- ta a doce días de la catástrofe yanqui: “la verdad se construyecomo efecto final de la victoria o de la derrota, pero en caso de

guerra, la victoria es la única verdad que justifica toda acción, inclusola mentira”. La afirmación militarista es cierta si se orienta por la luchaideológica y en especial, por el dominio de la industria de la culturabajo control de los grandes consorcios imperialistas. La tesis es falsasi niega toda posibilidad de verdad y la reduce a verosimilitud mediáticaque ya empieza a tener la compañía de posmodernistas como FrancisFukuyama que afirma que es razonable matar a Osama Mustaffa BinLaden. El autor de El fin de la historia supone el triunfo absoluto de laideología capitalista y hasta puede aprobar la caracterización actualcomo edad del vacío y del postdeber a la manera de Lipovetsky, comoreferente desde el que puede construirse el futuro de plenitud delcapitalismo globalizado. Instalarse en el relativismo resulta así igno-rancia de la lucha por la hegemonía y de las acciones de respuesta de lasideologías dominadas por su escasa y deformada difusión, pero fuertespor sus cargas históricas que no solo mueven a pueblos enteros sinoapoyan su certeza de triunfo, así sea por sinrazones divinas. La ideolo-gía, necesaria para reproducir las relaciones de producción, pruebaahora su articulación con la verdad en un proceso de conocimiento ycomprensión dominado por la propaganda imperialista, la moral puri-tana yanqui y la sumisión colonial de gobiernos como el de México.El militarismo adquiere así una dimensión cotidiana infamante yvengativa como retaguardia de los ejércitos imperialistas.

IDEOLOGÍA E HISTORIA CONTEMPORÁNEA

CRÉDITO: ALBERTO HÍJAR

Investigador del CENIDIAP

rojillo74@hot mail.com

▲▲▲▲▲ Palabras clave: ideología,yanqui, catástrofe, Nueva York,religión, narcotráfico, Bush,guerra, Brozo, América, TorresGemelas, bien, mal, militares,libertad, lucha

Agudo análisis semiótico sobre el rol del desempeño pu-blicitario con relación a los medios masivos de comunica-ción en la historia mundial contemporánea

SEMIÓTICA DEL

IMPERIALISMO

Alejandro Romero, Cristo en el desastre.

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tiempos? El problema no es con la verdad,sino con la verosimilitud construida por lapropaganda imperialista, sus poderososmedios y el control publicitario que los man-tiene. El poder de convencimiento de estemonstruo es el problema.

La guerra como símboloSentimientos opuestos orientan las reac-ciones a las catástrofes de Nueva York y

difusión globalizada mientras las imágenesde árabes e islámicos, palestinos ypaquistaníes, son transmitidas con expli-caciones aviesas sobre la quema de bande-ras gringas, la ostentación de armas y loscuerpos vociferantes con atavíos exóticos oen situaciones de extrema miseria y repre-sión. Las secuencias de una infiltrada in-glesa de origen afgano son usadas en losnoticieros de Televisa a cuentagotas comoprueba de que el mal está en los talibanes,fanáticos y genocidas. El alto contraste nose atenúa con las reflexiones atinadas deescritores y periodistas clamando por res-puesta a la pregunta de Norman Mailer,¿porqué nos odian tanto tantos?, ni por lasmovilizaciones en Europa primero y luegoen el mundo entero exigiendo alto alguerrerismo yanqui. La posibilidad críticase aísla en la tribu intelectual, su Internet ysus publicaciones en coexistencia con loscomunicados neonazis, como parte de unatemporalidad efímera sin parangón con laconstancia de la propaganda imperialista.Proceso semejante ocurre con elnarcotráfico, el consumismo y el sexismodescrito por cineastas de avanzada comolos hermanos Cohen (Fargo) oAronovsky (Réquiem por un sueño)donde el sueño americano es roto pordrogadictos, empresarios corruptos sinque falte la descalificación moral y esté-tica de homosexuales, prostitutas, negrosy claro, latinos sucios por fuera y pordentro como los personajes representa-dos por Andy García y Benicio del Toro,cajeros en el Tributo a los héroes comoprueba simbólica de la solidaridad uni-versal. Una buena causa rompe los pa-trones de representación y construye undiscurso donde todo y todos los actoresquedan marcados por ella.

Bombardeo de imágenesLos usos de las imágenes como de juegode computadora o con coloreadosdigitalizados, la realidad virtual semejanteen todo a la realidad de veras, es sustitui-da por la repetición redundante de losatentados hasta volverlos cotidianeidadcomo ocurriera con Vietnam, Irak yYugoeslavia. Lo dijo Bush: esta guerra po-drá seguirse por televisión. Apoya a estouna significación fuerte donde predominala sensoriedad para evitar toda reflexión. Elproyecto de la CIA en el Plan Camelot de1965 para reducir la capacidad de abstrac-ción de los jóvenes y adultos del TercerMundo a la de niños de diez años de paísdesarrollado, ha sido cumplido con creces.Esto quiso decir Susan Sontang en Le Mon-de cuando habla de infantilización pública.De aquí al fascismo corriente sólo hay unpaso que ya dio la sociedad civil yanquicon las amenazas de muerte a Barbara Lee,la única de los 435 miembros de la Cámarade Representantes que votó en contra delotorgamiento de amplios poderes a Bush.Acompaña a esto el repudio público a pa-cifistas y por supuesto, a los árabes. Lacensura y la autocensura son asumidas parano restar autoridad a Bush. El influyentelocutor de CBS Dan Rather sintetizó todoesto al decir de Bush con la mano en elcorazón: “es mi presidente, mi comandanteen jefe, lo que él ordene haré”. La cultura de Hollywood ha sido capazde la reacción inmediata inexistente en lainteligencia militar, para sacar de la circula-ción películas fantasiosas sobre ataques alos símbolos neoyorquinos como Bigtrouble donde nada menos que el consor-cio Disney incluía lo ocurrido en un vuelocon una bomba; se han suspendidofilmaciones peligrosas como People I Know

Pensilvannia. De una parte, el yanqui gohome y de la otra, la compasión, la conde-na y la venganza. La cultura yanqui replicacon una inmediatez de alta eficacia simbó-lica: las velas encendidas, las cabezas bajasy las manos en los corazones, los trajesnegros y las camisas blancas, las barras ylas estrellas, las cámaras lentas con cantosceremoniales adecuados, populares y deelite culta, las ceremonias religiosas cris-tianas y hasta ecuménicas. Todo esto tiene

Ray Vasquez, Enemigo de ostado.

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donde Al Pacino caminaba en busca dedroga con las Torres Gemelas de fondo. Sehan modificado secuencias como la delHombre Araña descolgándose de torre atorre y se han suspendido programas dehumor (negro), censura que aún no alcanzaal irreverente Brozo, “el payaso tenebro-so” en El Mañanero del CANAL 40. Elconductismo psicosocial experimentadodesde la guerra contra Corea para modificarconductas, censura y limita por ahora laherida de susceptibilidades proyanquis aun-que empieza su mercantilización por la víade galas, grabaciones y los souvenirs delas ya inexistentes torres. Nunca antes lasbarras y las estrellas habían proliferadocomo ahora.

El Crash Café de un tal Paul Turnerha sido cancelado a pesar de la inversiónde cuatro millones y medio de dólares porsu concepto catastrofista con pantallas gi-gantes donde se podían ver aviones quese estrellan, choques de trenes y explosio-nes en un ambiente de espantosa cordiali-dad anunciada por la cola de un DC3 in-crustada en la entrada para que adentro elmotor en llamas del avión sirviera comofogata, mientras los altavoces emitían ex-plosiones, gritos y estallamiento de vidrios.Mil quinientos metros cuadrados aguardanmejor ocasión para quienes quieran viviremociones fuertes mientras degustan plati-llos internacionales. Igual retraso para sutransmisión sufren películas y series de te-levisión como la interminable Duro dematar, Independence day, The siege o lasseries televisuales X-files y Peacemaker.La estética de la violencia se repliega. Pronto reconsideraran los empresariosseguidores del lema el show debe conti-nuar, como una prueba más de fortalezaque incluye las imágenes de los invenci-

mar la decisión de cambiar el nombre de lagran cruzada para darle un sentido positivoa la urgencia de terminar con los fanáticostalibanes. Acompaña a esto la reducción delos conflictos al esquema del western, delsheriff audaz, vengador y justo contra elmal siempre encarnado en latinos asiáti-cos y africanos. Los héroes no son siempreblancos y sus compañeros café claro, estánencarnados ahora en en Collin Powell quiencon Richard Chenney, Dick para hacer másfamiliar su imagen, son los guardianes dePapi Bush para guiar a su hijo. Amboscumplen su papel dinástico gracias a suexperiencia de comandantes de las agresio-nes a Irak, a Yugoeslavia, a Somalia y a suvelada asesoría a Israel.

El punto Juan DiegoLos héroes vencen las adversidades desdeTarzán hasta Rambo sólo y herido contrael ejército rojo en Afganistán con potentearmamento de tierra y aire al que por su-puesto vence el maltrecho gigantón, vuel-to así por una cuidadoso filmación queimpide advertir su estatura verdadera. Elniño traidor a su pueblo lo acompaña enese ahora increíble triunfo, para seguir latradición de Gunga Dinh, la películaemblemática del colonialismo británico enla India exhibida hasta el cansancio duran-te la Segunda Guerra Mundial, como ante-cedente del asociado delictuosamente conEstados Unidos, el campeón de la terceravía, Tony Blair. Igual resultado de repro-ducción colonial procrean los traidoresNiños de Tlaxcala beatificados por el Papao Juan Diego el sumiso en proceso de ca-nonización interrumpida por la declaraciónde inexistencia histórica del personaje departe de un resentido capellán de la Basíli-

bles (no tanto por lo visto) Jackie Chan,Bruce Willis o Schwarzenegger impedidoahora para estrenar su enésima película vio-lenta siempre al servicio de la consigna deSuperman: ¡a luchar por la justicia!. Lajusticia, como la verdad, la democracia, lalibertad, la fraternidad y la independencia,a la medida del fundamentalismo yanqui:América para los americanos del norte,quien no esté con nosotros está contra no-sotros según dijo el Gran Sacerdote Com-pungido ante la Cámara de Representantes

repleta de aplaudidores fáciles disfrazadosde negro. Es terrible oír hasta a los dirigen-tes talibanes e iraquíes hablar de Américacomo equivalente de Estados Unidos, esepaís sin nombre que hace que el título deun libro de Jean Baudrillard de 1986, seaAmérica para tratar sólo de su viaje de NewYork a Los Angeles.

Los hombres de negro manejan unpoder mediático inmenso para reproducirsu legitimidad vengadora y su líneacontrainsurgente de quitar banderas, al to-

Oscar Romero, Erupción en el desierto.

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ca de Guadalupe, el segundo gran negociocatólico después de El Vaticano.Guadalupano irredento, el pueblo mexica-no calificado así por el asustado alcalde deApatzingán dispuesto a explicarle a Bushla voluntad de paz de su pueblo al que eledil confundió con Afganistán, no permiteel islamismo en México con apenas dosiglesias registradas, una en Chiapas y otraen Coahuila con menos de 1500 fieles entotal.

Los doce puntosLas claves de la reproducción ideológicadel dominio clasista y racista del imperioyanqui concretan:1. La individualización de los intere-ses en pugna: Bush y Bin Laden. El fin dela historia devenido enfrentamiento defi-nitivo del Bien contra el Mal.2. La dialéctica entre Bien y Mal impi-de toda autocrítica a cambio del manejo denociones absolutizadas. La reflexión que-da para intelectuales sin arraigo popular,sin capacidad organizativa y desconoci-dos por el infantilismo social.3. La sutil imposición de iconos, se-ñales y símbolos hasta volverlos normali-dad cotidiana solo rota en raras ocasionespor exabruptos como el de organizacionesárabes norteamericanas que protestaronhace unos tres años por Jafar, el personajemalo de Aladdin, con turbante, pantalo-nes bombachos, torso desnudo, barba ycejas abundantes y muy negras, turbante,alfanje en mano, voz grave y tono amena-zante.4. La conversión de la otredad comodescubrimiento constante del otro para en-riquecer la propia identidad, es así susti-tuida por un racismo transclasista

convocante del duelo organizador del su-jeto histórico y social de la venganza a todacosta. El tatuaje se impone ya como modaactual en los cuerpos que piden las TorresGemelas impactadas y explotando.5. La dictadura del capital financieroes dictadura mediática reproducida por unaindustria del espectáculo que ya hace nego-cio de la tragedia: Emilio Estefan y Albita,

excubanos, lanzan desde Miami sentidascanciones y el Tributo a los héroes conteletón semanal al calce y donativos deJulia Roberts de dos millones de dólares yde uno solo de Jim Carrey y Tom Hanksentre otros, fue transmitido en directo porocho mil estaciones de radio y 156 detelevisión en alrededor de 200 países, in-cluyendo Afganistán, para no contar con

las repeticiones parciales y totales. Por ahígrave con su mal de Parkinson, MohammedAlí llamó por voz ajena a no confundir isla-mismo con terrorismo sólo para dar pie alreclamo de ¿qué le pasa a este loco? Sospe-choso de complicidad con el Mal desde quecambió su nombre cristiano, negó su afilia-ción a la guerra contra Vietnam a costa desu campeonato mundial, sufrió cárcel y lopeor, se convirtió al islamismo. El lamenta-ble aspecto de Alí contribuyó al alto con-traste con Bruce Springsteen cantando Mycity of ruins o Billy Joel con New York is astate of mind con los contestadores de lla-madas del público donante: Pacino,Nickolson, Cruise, De Niro, Pitt, CameronDíaz y Penélope Cruz quien con Benicio delToro y Andy García probaron la solidari-dad de los buenos vecinos del sur y delotro lado del Atlántico. El Mal, gracias aestos contrastes manipulados adquierecomo característica el de ser minoría, serfeo y triste y lanzar argumentos desprecia-bles.6. El kitsch en todo su esplendor cali-ficado así desde fuera porque para ellos,los gestos atribulados, los ademanes, losusos del cuerpo, la bandera a media astaizada triunfante y esperanzadora hasta eltope luego de los diez días de luto por de-creto asumido, las velas, las músicas, lostextos, las cachuchas de béisbol con lassiglas de la policía y cuatro de ellos lanzan-do la primera bola, el luto temporal en lascanchas y los gimnasios, los rostroscompungidos de locutores y reporteros, laexcepcional audacia peligrosa para mostrar-se como occidentales valientes en vivo yen directo rodeados de salvajes afganoscomo hizo el reaccionario Alberto Pelez deTelevisa, la compasión exenta de toda re-flexión histórica como condición de ven-

Héctor Duarte, Mojado cruzando el río.

fueron altamente eficaces para derrocar alSha de Irán, igual que pueden serlo ahoralos fatua, esos ordenamientos inapelablesdel dirigente político militar y espiritual,investido del poder divino. De esto pocoentiende la CIA ignorante también de losalcances de la guerra popular prolongadaque condujo al pueblo de Vietnam al triun-fo. De aquí que desde la caída estrepitosadel tirano Rheza Pahlevi se afirme que laCIA lo sabe todo pero no entiende nada.Esto sigue en pie ante la incapacidad deexplicar la historia y la habilidad organi-zada para extraviarse en su dominiosignificante apoyado por un despiadadopoder militar. Nada de esto resta eficacia ala brutalidad yanqui.10. La globalización de Justicia Infinitatransformada en Libertad perenne o durade-ra, resulta de un eurocentrismo capitalistafundador de la acumulación originaria delcapital, asumido como fatalidad por losgobernantes de los países coloniales y aho-ra vuelto fe cotidiana por el infantilismodominante. Cuenta en esto la aceleraciónantidiplomática del canciller JorgeCastañeda criticado por los medios, perovencedor al comprar espacio en Televisa yhacerse entrevistar por el salinista AguilarCamín para hacer decir a los oportunistasque ha recuperado la sensatez y con elloMéxico recupera la soberanía extraviada.Sería necesaria una constancia imposiblede críticas y manifestaciones públicas paraoponerse a esta manipulación. Aparente-mente poco puede hacer el antiimperialismoinstintivo y refrescado ante la reiteraciónde imágenes que vuelven familiar la heca-tombe y la vuelve chiste catártico o asuntode estado sin importancia pública, en ma-nos del Supremo Poder.11. Un humanismo rastacuero, ocultador

ganza infinita, componen y seguirán cons-truyendo la infinita cursilería yanqui tanconmovedora para los domesticados poruna cultura de alto poder. Un grupo de se-nadores, al saber del avionazo dePennsilvania, salió a la escalinata de laCasa Blanca para cantar God save Americaemulando la tradición de Broadway yHollywood.7. Penetrando en todo, el mismo sen-tido religioso del lema grabado en el dine-ro yanqui, in god we trust como coartadade la venganza y como garantía del recono-cimiento de que dios es marine, pilote oartillero de la OTAN o funcionario de cue-llo blanco a la altura de los comandantesde las masacres en Granada, Panamá, Viet-nam, Camboya, Somalia, Irak,Yugoeslavia. La religiosidad, más que lareligión penetra en todas las clases y entodos los grupos. Más que la religión dog-mática y sus rituales tan bien usados comoprueba de solidaridad de las jerarquías ecle-siásticas, prevalece un pietismo transclasistade alto poder. Importa el aval de las jerar-quías eclesiásticas como parte de la divi-sión del trabajo donde a los sacerdotes lestoca sólo y exclusivamente la parte espiri-tual y divina. Vale recordar al sacerdotecatólico capturado en Playa Girón quienrespondió a la pregunta sobre su participa-ción en el ataque político militar contra elpueblo y el gobierno cubano, afirmandoque él sólo iba a prestar ayuda espiritual.El teórico venezolano Rotzinger encontróentonces al reflexionar sobre ese y otrosinterrogatorios (Moral Burguesa y Revolu-ción) que nadie resulta responsable, situa-ción posible para el largo plazo de unaguerra sin enemigo preciso. La divisióndel trabajo , sin embargo, queda bajo elmando supremo de Bush, quien a su vez

delega en dos generales, aprovechando ladesmemoria del proceso ilegítimo que lo lle-vó a la presidencia de los Estados Unidos,la decisión de destruir aviones secuestra-dos con todo y pasajeros.8. El fundamentalismo yanqui resultaasí altamente convincente y se reproduceen un sujeto histórico y social sin la menorcapacidad reflexiva, acostumbrado a vivirel instante del Super Bowl o la SerieMundial (vaya arrogancia) o de las pos-puestas ceremonias de autopremiaciónEmmy y Miss Estados Unidos y de lassuspendidas como el conflictivo GrammyLatino. Fue en un Super Bowl en 1995, elescenario elegido por Reagan para justificarante el mundo la masacre de Irak, luego deun espectáculo disneyano.Un profundo y arraigado sentido ritualintroyectado en cada sujeto colonizadoportador del orgullo de Nike, Harvard o losBulls en su ropa, construye todo el tiempoal sujeto reproductor en todas las edades yen todas las clases para garantizar la super-vivencia del imperialismo yanqui.9. El blandengue cristianismo procli-ve al maniqueísmo como simulación depiedad una vez a la semana, o en los duelosy en las fiestas, enfrenta ahora la religiónislámica profundamente dogmática hastaorientar la vida y la muerte cotidiana por laguía sacerdotal. Las religiones en pugnacuentan con poderosos recursos de repro-ducción pero el Islam como el Budismo nocuentan con la parafernalia simbólicamediática del cristianismo. Su fortaleza pa-rece fundada en la pobreza social que adju-dica sus desgracias históricas al Mal ahoraencarnado en América, es decir Estados Uni-dos. El recuerdo de los mensajes grabadosen París por el Ayatolah Jomeini desprecia-dos por ordenar hasta el comer y el defecar,

de las diferencias concretas entre seres hu-manos concretos, aglutina a todos los pia-dosos proyanquis, proguerra imperialista,prorracismo, para borrar toda memoria delterrorismo de estado de allá y de acá , sobretodo éste. Con inusitada ironía, SaddamHussein ofrece como ayuda la experienciadel pueblo iraquí en desastres como el bom-bardeo con misiles de hospitales, fábricas,escuelas, puentes, centrales energéticas yle faltó añadir la experiencia de sobrevivircon un criminal bloqueo comercial y finan-ciero. La buena puntada queda extraviadaentre fotos, secuencias y noticias sobre labelicosidad árabe en alto contraste con lacatástrofe acompañada por el discurso hu-manista sobre las víctimas. El pacifismoparticipa en este juego de vaguedades ideo-lógicas, Paz, Humanidad, Bien, Mal. Elterrorismo discursivo resulta como adjudi-cación de la culpa a una persona, legitimala campaña contra un país y condena a todoun pueblo. La filantropía maniquea quedatambién legitimada: Estados Unidos es elmayor contribuyente con alimentos paralos pueblos a los que masacra como ocurreahora con los dos millones de desplazadosde Afganistán. El lavado de la culpa sehace a nombre de las grandes vaguedadescontradictoriamente argumentadas contrapersonas.12. En efecto, la lucha es larga y cons-tante. Al poder significante imperialistasólo podemos oponer el poder popular in-formado y construído con la constancia pro-pia de las organizaciones capaces de supe-rar e incluir el escándalo pasajero para ha-cerlo reflexión sobre todo el presente queno puede ser sino de lucha para superar lacondena a muerte contra los pueblos po-bres dictada desde la suprema comandan-cia del imperio.

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