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I. INTRODUCCIÓN PRESENTACIÓN El presente dossier responde a un compendio de lecturas realizadas por las docentes encargadas, como también a la presentación de escritos de reconocidos educadores – historiadores. Lo anterior con el objetivo de brindar un documento que facilite la comprensión del estudiante sobre la asignatura y pueda, así, constituirse en una importante fuente bibliográfica para el mismo. El desarrollo y presentación del mismo responde a una organicidad tradicional en el tratamiento de la historia de la educación universal; por tanto su orden de presentación será el siguiente: Introducción –nociones básicas de educación y ciencias de la educación; Historia Universal de la Educación (prólogo); Edad primitiva – antigua (compendio); Edad Media (compendio y síntesis de dos presentaciones de educadores – historiadores reconocidos); Edad moderna (compendio, síntesis de dos presentaciones de educadores historiadores reconocidos y anotaciones finales); y, Edad contemporánea (compendio y síntesis de dos presentaciones de educadores historiadores reconocidos.

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I. INTRODUCCIÓN

PRESENTACIÓN

El presente dossier responde a un compendio de lecturas realizadas por las docentes encargadas, como también a la presentación de escritos de reconocidos educadores – historiadores. Lo anterior con el objetivo de brindar un documento que facilite la comprensión del estudiante sobre la asignatura y pueda, así, constituirse en una importante fuente bibliográfica para el mismo. El desarrollo y presentación del mismo responde a una organicidad tradicional en el tratamiento de la historia de la educación universal; por tanto su orden de presentación será el siguiente: Introducción –nociones básicas de educación y ciencias de la educación; Historia Universal de la Educación (prólogo); Edad primitiva – antigua (compendio); Edad Media (compendio y síntesis de dos presentaciones de educadores – historiadores reconocidos); Edad moderna (compendio, síntesis de dos presentaciones de educadores historiadores reconocidos y anotaciones finales); y, Edad contemporánea (compendio y síntesis de dos presentaciones de educadores historiadores reconocidos.

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II CUERPO DEL DOSSIER

2.1 INTRODUCCIÓN Educación Hay muchos enfoques para determinar lo que es la educación y lo que es el Ser Humano educado, podemos manifestar siguiendo al gran prócer José Marti que EDUCAR ES DEPOSITAR EN CADA HOMBRE TODA LA OBRA HUMANA QUE LE HA ANTECEDIDO, ES HACER DE CADA HOMBRE RESUMEN DEL MUNDO VIVIENTE HASTA EL DIA EN QUE VIVE, ES PONERLO A NIVEL DE SU TIEMPO PARA QUE FLOTE SOBRE ÉL Y NO DEJARLO DEBAJO DE SU TIEMPO CON LO QUE NO PODRÁ SALIR A FLOTE, ES PREPARAR EL HOMBRE PARA LA VIDA. Por otro lado, se han distinguido cuatro significados de la palabra “Educación”; o sea, puede usarse como mínimo con cuatro sentidos diferentes: a) educación-institución; b) educación-acción; c) educación-contenido; d) educación-producto. La educación-institución se refiere al conjunto de estructuras, sea de un país, sea de un grupo de países, sea de una época, que tiene por finalidad la educación de las personas (los educandos), que funciona según reglas más o menos precisas y presenta, en un momento dado de la historia, características con una cierta estabilidad. La educación-acción corresponde al sentido más frecuentemente utilizado hasta aproximadamente el año 1950. Su definición está dominada por la dada a principios de siglo (1911) por E. Durkheim, definición que influyó el pensamiento pedagógico de muchas generaciones de educadores. La educación-contenido corresponde, en primera aproximación, a lo que ha sido llamado ”el currículo” pero un análisis más fino hace resurgir los límites de este enfoque. La educación-producto pone el acento sobre los resultados de la educación-acción aplicada a la educación - contenido en el marco de la educación-institución. La buena educación del siglo XVII, la que conducía a formar “l’honnete homme”, el hombre de luces, no es la misma del siglo XX que tiene por objetivo formar un hombre contemporáneo, que sepa adaptarse rápidamente a las situaciones nuevas y capaz de resolver los problemas cada vez más numerosos y más diferentes que se le plantearán. Su finalidad

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Definir la finalidad de la Educación es comprometerse con una concepción del hombre y de la sociedad, en sus aspectos psicológicos, sociales, antropológicos y filosóficos. En un sentido menos abstracto la finalidad atañe a la reflexión en torno a los propósitos que delimitan la acción educativa a la jerarquía que en ellos adquieran las dimensiones axiológicas e ideológicas del ser humano y a la importancia que se le asigne a sus componentes. Por lo dicho, encontrar una finalidad y unos propósitos adecuados a la escuela es una condición necesaria para la consecución de la calidad educativa. Pensar y comprometerse con ellos es la única manera de rescatar el sentido social y formativo de la educación de recuperar su papel de motor del desarrollo individual y social que, hoy por hoy, ha perdido. La educación es la piedra angular que sostiene el desarrollo de los pueblos, es la bujía del motor que impulsa el progreso de la raza humana. Educarnos es apropiarnos de los conocimientos, conductas, costumbres y otros que han ido acumulando la cultura de nuestros ancestros para convertirnos en transformadores de nuestra realidad y aportar al futuro. Ciencias de la Educación No existe un acuerdo universal entre los educadores sobre el sentido que se le debe dar al concepto “ciencias de la educación” Parece que la expresión es más corriente en los países europeos que en América del Norte. Los educadores que generalmente no utilizan esta expresión estiman que la educación es una profesión y no una ciencia. Las ciencias de la educación no constituyen un campo reservado solamente a algunos especialistas. Ellas representan actualmente el conjunto indispensable de disciplinas que permiten un correcto y fecundo funcionamiento de los sistemas educativos en todos sus niveles. Por razones diferentes, pero siempre imperiosas, los responsables de elaborar políticas educacionales, los planificadores, los docentes, los administradores y los investigadores no pueden, ni tienen el derecho de ignorarlas. El estudio de las situaciones educacionales (pasadas, presentes y futuras) consiste en definir e identificar los hechos educacionales sobre los que se podrá hacer un análisis científico riguroso: es éste el objeto de las ciencias de la educación. La enseñanza es una presentación sistemática de hechos, ideas, habilidades y técnicas y a pesar que los seres humanos han sobrevivido y evolucionado como especie por su capacidad para transmitir conocimiento, la enseñanza como profesión no aparece hasta tiempos relativamente recientes. Las sociedades de la antigüedad que hicieron avances sustanciales en el conocimiento del mundo que nos rodea y en la organización social sólo fueron aquellas en las que personas especialmente designadas asumieron la responsabilidad de educar a los jóvenes.

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Teorías, métodos, sistema de administración y situación de las escuelas desde la antigüedad hasta el presente en todo el mundo. El concepto de “educación” denota los métodos por lo que una sociedad mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta a los aspectos físicos, mentales, emocionales, morales y sociales de las personas. El trabajo educativo se desarrolla por un profesor individual, la familia, la Iglesia o cualquier otro grupo social. La educación formal es la que se imparte por lo general en una escuela o institución que utiliza hombres y mujeres que están profesionalmente programados para esa tarea. El término de Educación es un término histórico ya que el arte de enseñar abarca desde la antigüedad hasta nuestros días, y aún así, continúa escribiendo su evolución en el libro de la Historia. La Historia de la Educación, según J. M. Moreno y Otros se puede observar desde una triple consideración: Descriptiva: saber describir los hechos del pasado con total objetividad. Comprensiva: entender desde nuestra posición del presente las actividades del pasado. Valorativa: valorar objetivamente los hechos del pasado. Algunos autores utilizan el término “Historia de la Pedagogía” mientras que otros prefieren “Historia de la Educación”. El primer término abarca el estudio de los sistemas y doctrinas pedagógicas mientras que el segundo se realza como un término más amplio ya que aquí se introducen los hechos educativos, los educadores, sus obras, las instituciones. No es, por lo tanto, un compendio de sistemas, teorías o doctrinas, sino que su estudio va más allá incluyendo cualquier elemento de la enseñanza. Un objetivo claro de la Historia de la Educación es el estudio claro y detenido del pasado de la Educación y de su evolución para comprender, explicar y mejorar su presente.

En cualquiera de las sociedades contemporáneas encontramos educadores, instituciones educativas y teorías pedagógicas; es decir, como plantea María Quintana y otros, hallamos una acción planeada, consciente, sistemática. La importancia fundamental que la historia de la educación tiene para cualquier educador o que lo pretenda ser es que permite el conocimiento del pasado educativo de la humanidad. El hecho educativo no lo presenta la historia como un hecho aislado, es estudia vinculándolo con las diversas orientaciones filosóficas, religiosas, sociales y políticas que sobre él han fluido. Al verlo así permite apreciar en qué medida la educación ha sido un factor en la historia y en qué medida una cultura es fuerza determinante de una educación.

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2.2 LA EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD PRIMITIVA A continuación se presenta un compendio de varios escritos sobre la educación en esta etapa. La educación está tan difundida que no faltó en ninguna sociedad ni en ningún momento de la historia. En toda sociedad por primitiva que sea encontramos que el ser humano se educa. La Educación es tan antigua como el hombre mismo. Dicha Educación tiene connotaciones generacionales, esto es la transmisión de modo natural de padres a hijos como por ejemplo el lenguaje. No se hace de una manera consciente, ni los niños ni los adultos reflexionan sobre el hecho. En cuanto los individuos comienzan a darse cuenta y a reflexionar sobre ello la Educación adquiere carácter institucional como por ejemplo la creación de las escuelas atenienses. Hablar acerca de la educación en la antigüedad, implica necesariamente señalar el origen de esta misma, nos referimos en este caso a la educación en los pueblos primitivos: En los orígenes de su vida, el hombre se encontraba indefenso ante la naturaleza que le rodeaba, sin embargo durante el transcurso del tiempo pudo dominarla sobre la base de su inteligencia El descubrimiento del fuego, fue decisivo para el desarrollo de su existencia. Realizo tal descubrimiento de manera fortuita, frotando ramas secas de árboles o piedras unas con otras y así pudo ahuyentar a los animales feroces y protegerse del frío. La lucha contra las fieras, obligó al hombre a servirse de piedras talladas en forma de pico, o de lanza. Por esta vía, invento el hombre su primera industria. El perfeccionamiento de la caza, unido a la invención del fuego, trajo nuevos beneficios, el hombre pudo vestirse con la piel de los animales que cazaba y desalojar a las fieras de su habitad natural (las cuevas), mas tarde utilizó los huesos de los animales, ya no sólo para tallar las piedras, sino pulimentarlas. Además de cazador se hizo pescador, pero el mayor avance fue la aplicación de los metales a las industrias primitivas Se pueden distinguir dos etapas en el desarrollo de esta vida: La del hombre cazador (paleolítico) y la del hombre agricultor (neolítico). El cazador es nómada, se convierte poco a poco en agricultor y ganadero, adquiriendo estabilidad y formando clanes y tribus. Correspondiendo a estas formas de vida se desarrollan estructura sociales diferentes. En la época del hombre cazador, el varón ocupaba el lugar más importante, y la mujer aparece en uno secundario. En la edad del agricultor la mujer aparece en un lugar preeminente por estar a cargo, además de las faenas domésticas, las laborales agrícolas.

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La base de la vida de estos grupos sociales era la familia, agrupadas en forma de clanes o tribus con un ser animado del cual se suponen descendientes. Estos grupos poseen cultura, armas y utensilios manufacturados por ellos. En forma general se puede plantear que la educación en la comunidad primitiva era una función espontánea de la sociedad, en su conjunto, a igual título que el lenguaje o la moral. Está presenta la educación en su estructura más simple; los usos y las costumbres, las ideas religiosas y los ritos de los primitivos son asimilados por las generaciones jóvenes sin un mecanismo complicado. La forma de vida de las generaciones adultas se transmite por mera imitación. Según Marta Latanzzi, es una educación natural, espontánea, inconsciente, adquirida por la convivencia de padres e hijos, adultos y menores. Se trata de una educación por imitación, así aprende las costumbres de la tribu, cantos y danzas, lenguaje que constituye su mayor instrumento educativo. En los Pueblos Cazadores el procedimientos para educación eran muy laxos, indisciplina, guerra, aunque no poseían riquezas o propiedades que puedan incitar al ataque y robo de otros pueblos, en ellos se cultivaban ciertas cualidades personales, particularmente la destreza física y la resistencia o endurecimiento con respecto al dolor y al clima. En cambio en los pueblos Agricultores Y Ganaderos De La Época Posterior: las faenas agrícolas y ganaderas requieren orden, aprender fenómenos meteorológicos; la madre ocupa un lugar más importante en la familia. La guerra impone en la educación de los hijos una disciplina más rigurosa y una preparación para el uso de armas. El arte se hace más esquemático. Aparte de esta educación espontánea, hay en los pueblos primitivos una forma intencional de educación que es la iniciación de los efebos, mediante ella reciben los jóvenes un entrenamiento muy riguroso. Los niños son tomados de la familia y de la aldea, reunidos por grupos y sometidos durante unas semanas en lugares solitarios, en ejercicios y pruebas para la disciplina del alma, alejamiento de los malos demonios y adquisición del carácter masculino. Son danzas, ascetismo y mortificaciones que provocan estados anímicos y éxtasis pasajeros, pero también se practican ejercicios como partidos de caza, ejercicios de armas, etc. la dirección de todo esto puede confiarse a un jefe, sacerdote o anciano. Empero, el rasgo eminentemente social de la educación primitiva es el aprendizaje por imitación que se limita al presente inmediato con un fondo mágico, hasta la consagración u ordenamiento de la juventud tiene carácter ritual. Los pueblos primitivos carecían de maestros, escuela y doctrinas pedagógicas; sin embargo, educaban al hombre envolviéndolo y presionándolo con la total de las acciones y reacciones de su

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rudimentaria vida social. En ellos, aunque nadie tuviera idea del esfuerzo educativo que, espontáneamente, la sociedad realizaba en cada momento, la educación existía como hecho. La sociedad primitiva se caracterizó, además, como dice Konstantinov, por la propiedad colectiva de la tierra al no existir diferencias, la propiedad era común a todos. La educación estuvo insertada en el proceso vital, o sea, en la vida así la educación fue natural y espontánea. “La condición fundamental para el surgimiento de la educación fue la actividad laboral del hombre primitivo y las relaciones sociales se establecieron alrededor de ella”. El prototipo de hombre en esta sociedad está representado por el cazador experto, que busca y logra vencer al animal con su fuerza, astucia y armas de la época: Hacha, lanza, flechas y piedras. Cuando regresa victorioso a la aldea o tribu, éste se viste de gala y celebra el acontecimiento. El proceso educativo es corto, simple y natural que se inicia con la crianza maternal, dura cuatro años hasta que el niño sabe caminar y comunicarse oralmente; se es adulto en plena pubertad y la muerte llega con frecuencia antes de los treinta años. La educación social está formada por juegos infantiles y la ayuda de los mayores en las tareas de aprendizaje, especialmente en cuanto a los ritos y su epílogo es el entrenamiento superior que finaliza a los doce años. Es una educación espontánea ya que no existe ninguna institución que la imparta y porque cada miembro incorpora todo lo que es posible dar y recibir. No existe la figura del maestro ni de la escuela, ni objetivos o propósitos educacionales formales sino que la educación se reduce a un conjunto de aprendizajes supervisados informalmente por los mayores, que se reducen a la destreza manual y la capacidad física para satisfacer las necesidades básicas que están encaminadas a mantener la supervivencia del colectivo. Francisco Avila plantea que a pesar de no existir conocimientos científicos en todos los pueblos había una cultura milenaria que se transmitía oralmente de generación en generación que se va enriqueciendo lentamente. El conocimiento técnico es abundante ya que se aprende haciendo las cosas y practicando una y otra vez: para el cultivo, la pesca, defensa, construcción y otros. Aparecen los cantos y danza como expresión del arte; los dibujos rústicos mostraban la sociedad como era. En síntesis, en la sociedad primitiva la transmisión de la Educación se fundamentaba en la cultura. Debido a que el hombre dominaba los recursos naturales, estas culturas se identificaban con la Naturaleza y fijaban su centro de atención en dichos recursos. La Educación primitiva tenía las siguientes características: Imitativa: el joven llega a adulto intentando repetir en su propia vida lo que ve a su alrededor.

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Doméstica: junto a la madre y al padre los jóvenes van adquiriendo los usos, las costumbres, las ideas religiosas, los ritos y la mentalidad propia de la sociedad a la que pertenecen. Global: el sujeto no atiende a enseñanzas del pasado ni a previsiones del futuro; aprende lo que van a utilizar en su presente. Mágica: basan su cultura en su religión, en sus dioses, en sus mitos y todos los elementos que se incluyen en estos. Las únicas cosas que importan para el hombre primitivo son sus necesidades inmediatas, sin reflexionar sobre los procesos de imitación que realiza. No es sino hasta cuando surge la idea de continuidad que el ideal de la educación va ganando terreno, al conservar el pasado y surgen intentos por orientar a las generaciones jóvenes a conservar su historia. De esta manera la educación espontánea va conformando el proceso que la llevará a crear una pedagogía con intención. Puede parecer que la mentalidad primitiva hace suponer un escaso desarrollo de las facultades superiores en el hombre. Sin embargo, el aspecto intelectual no está tan atrasado como parece indicar sus groseras costumbres. La inteligencia toma sus elementos de lo que ofrecen sus sentidos. Su vista y su oído aprecian sensaciones que pasan inadvertidas a los hombres de nuestro tiempo. Su educación es concreta, carece de ideas, se instruye por lo hechos y consecuencias naturales de ellos. El hombre primitivo vive volcado al presente no percibe la deuda que tiene con el pasado ni proyecta su acción con miras a influir en el futuro. La mirada hacia atrás del hombre primitivo no pasa de su relación totémica, mezclada de religiosidad y de pensamiento mágico. Tal vez, como plantea Jesús García del Portal, las ceremonias de la iniciación constituyen el primer esbozo de un proceso educativo diferenciado y por lo mismo ya no espontáneo sino fuertemente coercitivo. Representan el rudimento de lo que será después, la escuela al servicio de una clase. Desde el punto de vista educativo, iniciados y no iniciados están desde entonces a niveles bien distintos y aún dentro de la misma clase superior lo está también el niño con respecto al adulto. No sólo reciben ya desigual enseñanza, sino desigual alimento. La jerarquía según la edad se acompaña también de una sumisión autoritaria que destierra el tratamiento benévolo a la infancia y abre paso a la reprimenda y los castigos. Por tanto, la educación sistemática, organizada y violenta, comienza en cuanto la educación pierde su primitivo carácter homogéneo e integral. Así, poco a poco el hombre evoluciona y entra en reflexión sobre el proceso de su vida. De esa conciencia del tiempo surge una idea de hombre válida en el pasado que él debe conservar y legar al

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futuro, de aquí que se intente orientar los pasos de las generaciones para seguir la tradición de la historia. En esta etapa de la historia, sobresale el valor educativo del trabajo, la educación ligada a la vida diaria y fundamentalmente la educación familiar en un contexto común sin diferencias sociales. A partir de aquí la educación no aspira a desenvolver un hombre o una mujer perfecta sino a preparar sujetos para su puesto en el orden establecido de las cosas. Existe una autoridad externa, despótica, que varía en los diferentes países. En China es la tradición fosilizada; en La India las castas; en Persia el Estado. En todos los países orientales esta autoridad externa determina el carácter de la educación, como será desarrollado posteriormente.

2.3. LA EDUCACIÓN EN LA EDAD ANTIGUA A continuación se presenta un compendio de varios escritos sobre la educación en esta etapa. Con la aparición de la propiedad privada, la esclavitud y la familia monogámica comenzó la división de la sociedad primitiva, lo que por algunos es la división entre ésta y la edad antigua. Apareció el matrimonio individual, la familia se convirtió en una de las manifestaciones sociales mas importantes que comenzó a dirigir su propia economía. Konstantinov dice ... al surgir las clases dominantes se manifiesta la tendencia a separar la formación intelectual de la preparación para las tareas que exigían esfuerzo físico… Debemos aclarar que se denomina edad antigua al período de la historia de la humanidad que comprende desde la aparición de la escritura (3000 años antes de Cristo) hasta, aproximadamente, la caída de Roma en poder de los bárbaros en el 476 d. C. Se caracteriza por la aparición de grandes civilizaciones de regadío, cuando las sociedades agricultoras dejaron de depender de las condiciones climáticas para poder cultivar, y por la escritura; en este período tuvieron lugar importantes sucesos que cimentaron la historia de la humanidad: Las sociedades fueron altamente estratificadas, con una clara existencia de clases sociales; una. poderosa organización política estatal, caracterizada por la existencia de una clase dirigente: la nobleza, donde el desarrollo religioso, estuvo dirigido por la misma clase social que posee el poder político. No toda la vida estuvo dedicada a la supervivencia, lo que implicó el desarrollo de otras formas de pensamiento y de creación: El arte, la filosofía y las ciencias. Hubo gran auge del poder militar, enfrentamientos constantes entre los distintos pueblos y permanentes deseos de conquista de territorios ajenos.

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La educación familiar poco a poco se amplía al clan como un todo, la enseñanza de los diestros es acaparada por sacerdotes, jefes, ancianos separando, por tanto, el trabajo intelectual del manual, éste se convirtió en condición inherente para los explotados y la educación sistemática que tenía lugar ya en las pequeñas escuelas se convirtió cada vez mas en un privilegio de los mas escogidos. Su característica esencial: Esclavismo Con el esclavismo se inicia la historia escrita de la humanidad y la vida urbana. Se puede tomar como punto referencia a la ciudad de Atenas en el período de mayor bonanza, también Egipto, Persia, India, China, Roma Imperial y otros (que serán desarrollados posteriormente) unos 30 siglos antes de nuestra era. Aparece la agricultura que avanza con las técnicas del cultivo y riego, la cría del animal apoyada en los instrumentos de metal. Se comienza así a producir excedentes que se almacenan para el invierno y con ello el trueque. Lo anterior induce a induce a la división del trabajo entre administradores y productores directos, lo que obliga a la creación de la escritura y sistemas de numeración para registrar y controlar las operaciones económicas. Se inventa la moneda, armas cada vez mas mortíferas que no sólo se usan en la caza sino en la defensa y ataque. Se utiliza la religión como una forma de dominio y la consecuencia directa es la explotación de unos contra otros. Crecen las ya ciudades rodeadas de haciendas que son el foco del progreso y va apareciendo un sector social sin privilegios: El esclavo, muy distinto al compuesto por maestros, artesanos y comerciantes. Se divide la sociedad en dos clases adversarias: La minoría gobernante y sus familias amos de las riquezas, recipientes de educación y la gran mayoría que realiza el trabajo físico y productivo convertidos en esclavos. Es interesante anotar que hay un sector no esclavo pero sin privilegios materiales: Artesanos, comerciantes y maestros. Se produce la especialización en el trabajo: Sacerdotes, escribanos, agricultores, criadores, mineros, comerciantes y maestros, con ella la división de la educación: Formal y no formal. De manera general la educación formal es exclusiva para los mejores segmentos de la población: La aristocracia y la educación no formal o informal para los sectores no privilegiados. La clase dominante utiliza todas las ventajas para mantener su posición y evitar compartirla, sea crea el ejército y la figura del Estado omnipotente como instrumentos coercitivos y de control; se inventan las leyes y los impuestos y se utiliza el temor a los dioses y la EDUCACIÓN como medios de dominación a la juventud y al resto de la sociedad. Los poderosos utilizan la guerra, las deudas para aumentar su riqueza en esclavos y tierra, pero también la conciencia clara de opresión de allí que aparecen los primeros levantamientos y rebeliones.

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El sistema esclavista produjo grandes legados civilizadores a la humanidad como adelantos técnicos en sectores como la agricultura, guerra, transporte, expansión del comercio y perfeccionamiento del sistema social. Así los ricos pudieron delegar la producción directa de bienes y dedicarse al gobierno, las artes, filosofía y ocio. Sólo así podemos explicar las grandes culturas de la Mesopotamia ( Asirios, babilónicos y persas), Egipto, India, China, Grecia, Roma, Japón; pero también Maya, Azteca e Inca. Entonces, como señala Ponce, las sociedades se dividen entre administradores y ejecutores, los cambios laborales, sociales y tecnológicos inciden en las diferencias sociales y la lucha de clases ya que el excedente económico generado por la mayoría era usufructuado por la clase dominante. Estas sociedades divididas entre esclavos y esclavistas expresa una contradicción antagonista que a su vez expresan una educación elitista. Si bien el ideal pedagógico en la sociedad primitiva era común a todos, en estas sociedades los ideales pedagógicos son diferentes para esclavos y esclavistas. En el esclavismo aparece la figura del maestro, que proviene inicialmente de la clase rica y enseña por deleite personal a los hijos de familiares y amigos mas íntimos la lectura, escritura y el sistema de numeración. Posteriormente aparece el maestro procedente de los artesanos o pobres que como plantea Morles cobra por enseñar a los niños hijos de los ricos o bien instruye en su casa o escuela a grupos de niños menos ricos. La educación intelectual, moral y física es para el rico mientras que la educación fragmentada y parcial es para el pobre. Para el hijo varón rico están a su disposición la nodriza, la aya, el tutor, la escuela, la vida social y los viajes; pero como este sistema descansa en la explotación de los muchos por los pocos, en la conquista de unos pueblos por sus vecinos, los recursos de la educación tienen como propósito fundamental a la formación militar como aspiración legítima de la cúpula dirigente. La educación se institucionaliza en función del ideal pedagógico hegemónico: Formar un hombre hermoso en lo físico, moral e intelectual una formación integral de la aristocracia. La institucionalización de la educación se concreta en las escuelas comunales, escuelas sacerdotales, escuelas de escribas y ayudantes (para la dirección del Estado), gimnasios, academias y otros. La educación femenina, por el contrario, se limita a aprender (sin salir del hogar) a hilar, cocer, tejer, cantar coplas religiosas y las tares propias de madres sumisas y abnegadas. Sólo las hetairas o prostitutas provenientes de segmentos sociales libres no privilegiados pueden optar a una educación similar a una educación similar a la impartida a los varones. Empero, esta sociedad no sólo crea el Estado, la escritura la numeración y la escuela (entre otros grandes logros) sino abre la posibilidad de que algunos miembros de la aristocracia se dediquen a labores de reflexión hermenéutica y al ocio útil que permiten la aparición en escena de filósofos

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como Sócrates, Platón y Aristóteles (si hacemos referencia a Grecia) y grupos de escritores, científicos y artistas. Hay diferentes periodos y culturas que forman parte de estas sociedades, como: Mesopotamia, ( con Persia por ejemplo) India, Egipto, China, Grecia, Roma, los Hebreos y los árabes, que serán estudiados en esta asignatura. Estratificación común a todos Las ciudades eran ciudades-estado civilizaciones agrarias, sedentarias, comerciales (mucha compra venta, producción burocrática, etc..). La estratificación era muy estricta y sus leyes estaban bien definidas por escrito: Arriba estaba el rey (en Sumeria también era el sumo sacerdote). Estas dos funciones con el tiempo se separaron. Una función muy importante de los sacerdotes eran las predicciones de las inundaciones y control de los ríos. El pueblo ofrecía sacrificios y donaciones a los sacerdotes y reyes para que les desvelaran estos secretos; así es como los reyes se hicieron ricos, ya que todas estas donaciones iban a parar a los templos y palacios. Después venía la familia real, se organizaban en gobernadores, diplomáticos, etc. La familia real era numerosa, el rey era el único hombre y tenía muchas mujeres. Seguían los sacerdotes de segundo orden, los cuales estaban especializados en diferentes cosas: Astrología, predicciones, adivinación y exorcismo. Finalmente, el personal del centro, administrativos, entre los cuales se encuentran los escribas que podían tener funciones religiosas, sociales o incluso administrativas. El pueblo está dividido al mismo tiempo en hombres libres y esclavos. Desglosemos este período histórico en algunas civilizaciones consideradas como las mas representativas del mismo. 2.3.1 Mesopotámia Asiática Una tierra entre ríos comprendida entre el Tigris y el Eufrates, entre las mesetas de Irán y la zona conocida como Asia menor. Los ríos posibilitaron el establecimiento de los hombres en medio de una zona de desiertos y montañas, los cuales transformaron los pantanos del lugar en campos sembrados, aldeas y ciudades de piedra. Actualmente es Oriente próximo y Oriente medio.. “Ur” fue la primera ciudad conocida por la civilización 8000 años a.C. y la población “sumeria” seria la primera civilización con documentos escritos.

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Puede ser dividida en dos sectores: Al sur: baja Babilonia de tierras arcillosas, fértiles y abundantes cosechas Al norte: Alta Asiria de llanura accidentada rica en bosques, minerales y piedras. La Mesopotamia fue durante mucho tiempo el centro del mundo antiguo, el único paso importante entre el Golfo Pérsico y el Mediterráneo. Las ricas llanuras del Tigris y del Éufrates siempre estuvieron expuestas a las invasiones de los nómadas del desierto y al ataque brutal de los montañeses; por ello, la historia de la Mesopotamia es una sucesión de guerras, de invasiones y de dominaciones que no duraron mucho tiempo. Hacia 4000 antes de Cristo, un pueblo de origen desconocido, los Sumerios, ocuparon el sur de la Mesopotamia. Se caracterizaron por ser grandes constructores de diques y de canales de riego. Fundaron ricas ciudades, que comerciaban con las costas del Mediterráneo y el valle del río indo. En muy corto tiempo, los sumerios conquistaron todo el sur de Babilonia; sin embargo, sus ciudades actuaban como principados independientes (ciudades estado) gobernadas por príncipes que disputaban sangrientas guerras con las ciudades vecinas. Mientras ocurría ello en Sumer, norte de Babilonia, un pueblo llegado de los desiertos cercanos, dominaban la zona fundando ciudades: Los arcadios. Con el tiempo dominaron con mano de hierro a los sumerios, estableciendo el primer reino unificado de la región, la primera Babilonia; sin embargo el reino babilónico duró menos de cien años, pues nuevos invasores acabaron con su poder, reiniciándose así un período donde cada una de las ciudades se mantuvieron independientes. Así, el país sumerio sufrió un resultado de invasiones que trajeron nuevas culturas las cuales acogieron su civilización. Estas invasiones cronológicas fueron Arcadios, Babilónicos y Asirios. Hacia el siglo IX, la Mesopotamia era un sólo reino, el Imperio Asirio y la capital fue la ciudad de Nínive. Por lo anterior se manifiesta que la historia de las culturas que se desarrollaron en la Mesopotamia es confusa, pueblos victoriosos que sometieron a otros, luchas sucesivas para lograr la hegemonía en el territorio y acabar finalmente dominados por nuevos invasores que provenían de otras tierras. En términos generales la Sociedad Mesopotámica estaba compuesta por: Los Nobles: El rey, los sacerdotes, los escribas (profesores). Los hombres libres: Comerciantes, artesanos, campesinos. Los esclavos Prisioneros de guerra. Lenguaje y Educación Aparecieron primeros símbolos iconográficos para expresar el pensamiento; después se pasó a la lectura ideográfica; después tuvo lugar la escritura pictográfica y finalmente la cuneiforme ( escribían haciendo golpecillos sobre tablillas con madera cortada).

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Utilizaban tres tipos de material para escribir : Fango, cuero y tablillas de madera forradas con tela y pintadas con cal. Debido a las condiciones geológicas del terreno sólo se conserva el fango ( tabillas de fango) a través de lo que podemos conocer muchos aspectos de esta civilización. En 2.350 a. C., los arcadios invadieron a los sumerios, no eran tan conocedores como éstos y adoptaron su cultura produciéndose un dualismo lingüístico. La lengua arcadia era para hablar y la sumeria era considerada una lengua culta. En 2.125 a. C., fue el periodo de independencia sumeria, Ur ciudad principal de Sumeria, estaba organizada en ciudades-estado independientes a modos de polis. Durante este periodo la educación tuvo una gran importancia y una gran expansión donde el escribano era aquella persona que sabía leer y escribir, sabía hacer incisiones sobre el fango y era muy reconocido por las clases más altas ya que era necesitado para controlar las leyes, la economía y teniendo así una gran labor en la educación. Empezaban como sacerdotes del Templo y escribían textos para hacer intercambios comerciales, legislar, notificar, entre otros. Los escribas tenían que ser de clase social importante y puede ser que también hubiera mujeres pero no hay documentos. Los niños de la clase reinante iban a la escuela de escribas, estos estudios duraban mucho y no podían trabajar, por lo tanto salía muy caro a los padres. En 1.450 a. C., empezó el dominio asirio. El pueblo asirio fue más ignorante y más agresivo, consiguió que la cultura mesopotámica cayera en otras manos, la civilización egipcia, esto provocó una caída del imperio sumerio. A continuación desarrollaremos brevemente dos grandes culturas de esta mega civilización: Los sumerios y los Persas. Características educativas del Imperio Sumerio Existían los: Sacerdotes: Conservadores de la sabiduría tanto en conocimientos religiosos, como administrativos, económicos y otros, los encargados de transmitir en generación en generación estos conocimientos, podríamos decir los profesores. Vale aclarar que las tradiciones secretas sobre mitología se transmitían oralmente y las demás por vía escrita. A veces los sacerdotes dejaban cosas escritas en un lenguaje secreto que era normalmente en mezcla de dos lenguas (sumeria y arcadia), para así conservar documentos. Formación de Escribas: Para formarse como un escriba había que tener una procedencia social muy concreta. Básicamente eran hombres y su formación abarcaba una serie de ramas o especialidades: Religión, Derecho, medicina, comercio, ejército y enseñanza general.

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La educación estaba dividida en Elemental y Superior: Elemental: Esta instrucción se hacía en grupo en “la casa de las tablas” (edubda), lugares donde se formaban a los niños para más adelante ser escribas. Estas escuelas estaban organizadas de la siguiente manera: Director; maestro principal, llamado “ padre de la casa de las tablas”; una serie de maestros especializados en contar, medir y lenguaje sumerio (ellos hablaban el arcadio); y, maestro “ mayor, hermano grande” el cual era el tutor de los alumnos y ayudante del maestro principal. El método de enseñanza era muy simple: Copiar, memorizar y castigos corporales. Debían aprender de memoria muchos listados de términos, debido a que tenían dos lenguas, además que su lengua tenía gran complicación gráfica. Tenían una disciplina muy severa y sencilla, encaminada a una carrera muy parecida a la de sacerdote. Primero escribieron de arriba abajo y después horizontal de izquierda a derecha como en la actualidad. Superior: Era un nivel individual, se pasaba a trabajar en una sector determinado como el templo, palacio u otro, donde la enseñanza era práctica. Se decía que se iba a “la casa de la sabiduría”. Características educativas del Imperio Persa Los persas adoraban en un principio a los astros a los elementos y a los fenómenos naturales. En sus doctrinas existían dos principios rivales y opuestos. Los persas creían en la supervivencia de las almas; por tanto, en los castigos y recompensas de la otra vida. La educación comenzaba en la familia. El padre era respetado y obedecido, gozaba de autoridad soberana. Formaba a los hijos moralmente y sus funciones principales era velar por su salud y hacer de ellos veladores sutiles de Estado. En la familia entre las cualidades morales que se cultivaban están la obediencia, el amor a los padres, la justicia, el valor, la templanza y el deseo de agradar a su Dios. A los siete años el niño era considerado como perteneciente al Estado; pero la educación no era igual para todos ya que estaba reservada a las clases elevadas, sistema donde los libros sagrados estaban consagrados al arte de educar a la juventud; pero la juventud compuesta por los hijos de los nobles y los ricos los cuales eran educados en la corte del rey por hombres de conducta irreprochable, mientras que los hijos de los pobres no recibían más que una educación rudimentaria. Las clases comenzaban muy de madrugada; se reunían al amanecer en la plaza pública, donde se dividían en grupos de quince y bajo la dirección de sus maestros o de sus instructores emprendían largas caminatas. Alternaban los ejercicios intelectuales con los adiestramientos militares. Los maestros exigían una relación estricta de sus lecciones. Esta educación se basó en la experiencia

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militar debido a que esta civilización fue un pueblo conquistador de continuas guerras, por lo que tenían que formar al pueblo para posibles enfrentamientos y conflictos. Así, de los quince a los veinticinco años se recibía la instrucción militar y se ejercitaba en la equitación y en el manejo de las armas. De los veinticinco a los cincuenta años los persas eran soldados y tomaban parte en las guerras y en las expediciones. A los cincuenta años los ciudadanos más cultos y más honrados se dedicaban a la educación. Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia fueron muy ensalzados por varios autores griegos y llegaron a convertirse en el modelo de los sistemas de educación de la antigua Grecia, donde valoraron la gimnasia como las matemáticas y la música. Finalmente, y de manera general en estas culturas los diversos tipos de escritura fueron: Pictográfica: Dibujos que relacionan objetos o acciones. Ideográfica: Símbolo que equivale a una idea. Cuneiforme: Convertir los trazos de dibujos en rayas o círculos e incisiones que recordaban aquellos dibujos. Se hacían a través de cuñas sobre unas placas de fango. Había dos maneras de interpretar los símbolos, como objeto o como sonido. Sobre el símbolo ponían una señal y así sabían si significaba una sílaba o un objeto. Gracias a las tablas de fango se pudo obtener mucha información sobre aquellas culturas en las cuales se hablaba de la torre de Babel, de Abraham y otros. Es importante manifestar que los textos bíblicos ya hablaban de Babilonia, Arcadia y Asiria. 2.3.2 La educación en Egipto De acuerdo a Izaura Yokohama los sistemas de educación mas antiguos tenían dos características comunes: Enseñaban religión y mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo Egipto las escuelas de los templos enseñaban religión, pero también los principios de la escritura, ciencia, matemática y arquitectura. Egipto, es reconocido como cuna común de la cultura y de la instrucción. Cabe resaltar que en ningún país de oriente se dio mayor importancia a la educación. "da tu corazón a la sabiduría", dice un proverbio egipcio, "ámala como a tu padre pues no hay nada mas digno de aprecio que la instrucción". El conocimiento tuvo un conocimiento práctico. Solo el hombre instruido gozaba de fortuna y honores. "el iletrado es visto como una bestia de carga". Se lo divide en Bajo Egipto (desembocadura delta del Nilo) y Alto Egipto (zona más desértica). La civilización egipcia es el resultado de la invasión de la población seminómada que pobló aquella zona y finalmente con el reinado del rey Midas (3.000 a. C.) consiguió unificar el bajo y el alto

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Egipto en una sola civilización, lo cual facilitó su época de oro. Eran pueblos invasores de la parte asiática (tuvieron lengua arcadia) y una cultura que procede de la cultura mesopotámica-sumeria. Tuvieron una organización política y social teocrática y absolutista. La característica más sobresaliente fue la marcada desigualdad social (monarquía centralizada). A la cabeza de esta sociedad se encontraba el faraón, que era una dios sobre la tierra y como tal era reverenciado y temido; su poder era por herencia y origen divino. Solía realizar sus matrimonios dentro de su misma familia o con mujeres de la alta nobleza. También estaban los escribas (clase social al servicio del estado que mediante costosos estudios accedían a la escritura jeroglífica). La inmensa mayoría de la población eran pobres campesinos y artesanos sometidos a la explotación por parte del estado para el sostenimiento de cultos y grandes templos. Existió la esclavitud, reclutada entre los prisioneros de guerra los cuales ocupaban el último escalón de la escala social. Dedicaron una gran parte de sus riquezas al culto de los reyes muertos, porque por medio de sus ofrendas esperaban desde una gran cosecha hasta un bienestar más grande en otra existencia después de la muerte. Su religión fue politeísta, pensaban que las divinidades estaban presentes en las estatuas que las representaban y algunos animales sagrados como el buey. Cada soberano, desde el inicio de su reinado, comenzaba a preparar la tumba en el cual sería sepultado siendo una de las mayores preocupaciones proveerse de una morada para después de la muerte. Las tumbas reales podían ser mastabas, las más antiguas y modestas (con una cavidad rodeada por una pared de ladrillos con una capilla para las ofrendas); pirámides, enormes construcciones de piedra; o hipogeos, tumbas subterráneas cavadas en la roca de las montañas cercanas al valle del Nilo. Son la sepultura más moderna disimulada en la montaña para evitar el robo de las riquezas que se depositaban en ellas. Los cuerpos muertos se encontraban momificados. Veamos sus principales épocas: El antiguo Egipto tuvo la misma organización que la Mesopotámica, la diferencia era que para los egipcios el rey era considerado de origen divino e inmortal. El dominio del rey y de los sacerdotes está separado, el rey llamado faraón tenía mucha adoración. El sacerdote se dedicaba a funciones religiosas y metodológicas. La escritura provenía de la mesopotámica; pero en Egipto antes de la escritura se inició el cálculo, ya que la primera necesidad de escribir era ver la cantidad que uno compraba, vendía, si tenía dinero suficiente para vivir y después recién la escritura que tuvo las siguientes características: Pictográfica (un dibujo define un objeto) utilizaban la escritura jeroglífica, la cual era más auténtica porque reflejaba los mensajes de los dioses. Para los temas sacerdotales se utilizaban una escritura

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más sencilla y el pueblo utilizaba otra todavía más sencilla. Cuanto más sencilla se iba hacia una escritura más evolucionada, más ideográfica. Ideográfica: La transmisión de los saberes o conocimientos era importante, pero también guardado en secreto, ya que a través de estos secretos pensaban que podían dominar el pueblo, que tenían poder sobre quien no los sabían. Fue la primera civilización en traducir. Escribían sobre una planta llamada papiro, pero también lo hacían sobre materiales como el cuero. Los niños no empleaban el papiro porque era demasiado costoso, sino que pintaban sobre una tabla de madera con tiza, sobre unas telas gruesas con caña y tinta sólida de color rojo, las rojos se solían utilizar para corregir y su literatura se dividió en dos clases: Sapiencial: Donde se preguntaban el porqué de la creación del mundo, la creación humana, los mitos, los primeros secretos de su sociedad. Los textos se usaban para hacer ejercicios escolares en la formación de los escribas. Popular: Fábulas, mitos y cuentos. La formación de los alumnos era igual que los sumerios, acceder a los estudios costaba mucho ya que no era productivo. Era una formación sacerdotal, pero con la diferencia que para estudiar no tenían una accesibilidad marcada para ser escriba. La filosofía inherente era: La educación para hablar, en primer lugar, después la obediencia y finalmente el valor de la educación con relación a la naturaleza dirigida a la formación de la personalidad. La educación egipcia en esta la época tendía a preparar al hombre para una vida laboriosa, para obtener tantas satisfacciones como sea posible. Se les instruye en los ritos de la religión y se les hace particípese las mas rudimentarias costumbres morales, como la inmortalidad La edad feudal: “Los nuevos habladores”. Una educación de alguna manera institucionalizada, en la que los jóvenes son confiados a una persona profesionalmente dedicada a ellos. Pero sobre todo a la educación física. La natación es uno de los ejercicios fundamentales de aquella educación física, reservada a los poderosos, junto con los hijos del Rey son educados otros jóvenes, escogidos por el Rey, los cuales acaban siendo considerados “hijos del Rey”. Se posee ya una forma institucionalizada de educación ya sea intelectual (hablar bien), ya física (natación), que tiene su centro en la corte o palacio y está reservada a los príncipes reales y a otros jóvenes reales. Para los que no eran nobles o no estaban dedicados a los cargos políticos, existía en palacio, una escuela especial, el “Kap” o buhardilla. Esta escuela consistió en el texto escrito y en aprendizaje memorístico, se desarrollaba con el maestro sentado sobre una estera y los alumnos a su alrededor

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que solían canturrear juntos los textos que tenían que aprender; una costumbre destinada a perpetuarse por milenios. Nuevo Imperio de Egipto También usaban la lengua arcadia, aquí la estratificación social fue la siguiente: Faraón; Sumo sacerdote; Sacerdote de segundo orden; Otros cargos políticos y administrativos; y, Pueblo: Hombres libres y hombres esclavos En el templo había dos tipos de sacerdotes: Los sumo sacerdotes y sus segundos, los cuales tenían una estancia permanente en el templo; y, Una serie de sacerdotes que se iban turnando por temporadas (También había servidores en el templo). Los sacerdotes tenían como funciones principales el control religioso, control de poder sobre el pueblo, control económico, comercio y almacenes reales y control de los templos. En este período se produce la Formación de los escribas que es importante para el tema de la educación; por ello, la enseñanza se caracteriza por la valorización cada vez mayor del libro como instrumento de instrucción.. Había dos tipos de escribas: Sacerdotes escribas y escribas funcionarios (que eran más servidores del templo y tenían un estamento social más bajo). El aprendizaje de los escribas se hacía en casa y más tarde en departamentos del templo Practicaban la caligrafía y la ortografía a través de la copia y de los castigos corporales donde eran todavía más duros que en Sumeria. La disciplina era muy estricta y escéptica (sin lujos) había “casas libro” donde se formaban en escritura, matemáticas (hacia la arquitectura, sobre todo para construir pirámides, hacia la medición y hacia la geometría y aritmética, las cuales eran consideradas como saberes secretos), medicina (destinada más hacia la momificación que a la curación). La enseñanza superior del escriba se podía hacer hacia un departamento, oficio o hacia unos estudios superiores como fueron la medicina, astrología o la enseñanza de otros escribas. Existían las llamadas “casas de la vida” un seguimiento de los conocimientos para así poder hacer una información secreta pero llegó un momento que esta civilización llegó a su final debido a la invasión de una civilización superior y después llegará la “cultura primitiva” dando los orígenes a los hebreos, árabes y también a los fenicios. Estos últimos fueron los inventores del alfabeto (donde un símbolo correspondía a un sonido). La lengua fenicia dará lugar a la lengua y cultura griega. El uso de libro de texto es cada vez más frecuente y generalizado. El texto clásico de la enseñanza sapiencial usado en las escuelas fue la Kemit o Summa. Es el texto de un escriba que educa a un escriba, o un padre que educa a su propio hijo.

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La fortuna social del escriba, igual que su sabiduría, reside en los libros: y esta sabiduría es cultura, conocimiento, literatura, erudición y la escuela es el lugar donde se estudia en los libros para convertirse en escriba. En general las tres castas definitivas del imperio egipcio fueron: Los sacerdotes, que pertenecían a la casta más elevada y que poseían la máxima autoridad ante el pueblo y los faraones. Tenían el monopolio de la ciencia y el arte de gobernar. Los guerreros, que formaban la segunda casta y se les consideraban como nobles. El pueblo, que era la tercera casta y se dividía en varias corporaciones: agricultores, artesanos, banqueros, comerciantes y pastores. Los egipcios apreciaron siempre la instrucción, utilizando la ciencia como medio de conquista de honores y fortuna. El no letrado era considerado como una bestia de carga, es decir, un esclavo. En este pensamiento, los maestros pertenecían generalmente a la primera casta y tenían como misión mantener la supremacía de los sacerdotes, la autoridad de la casta superior y la sumisión de los inferiores. Los niños (varones) hasta los cuatro años se entretenían únicamente con juguetes y desde sus primeros años iban descalzos y con la cabeza rapada. La madre le inculcaba las lecciones de religión y moral; por tanto, de gran interés en esta enseñanza fue la educación en la primera infancia, con las atenciones maternas que ella comporta, la prolongada lactancia y la atención del infante en sus necesidades naturales. Sigue después la separación del niño de su madre para asistir a la escuela, que aparece cada vez más claramente como una instrucción pública, separada de la familia. Al final de este periodo, para los nobles existía también una educación física especialmente la natación, actividades gímnico-deportiva o militares: tiro al arco, carreras, cacería de fieras y la pesca. La educación física es en efecto una preparación para la guerra y una prerrogativa de los grupos dominantes, igual que la educación “oratoria”. Platón da testimonio de la antigüedad y continuidad de la danza entre los egipcios que se consideraba educación física. La escuela era llamada casa de instrucción; el programa de estudios abarcaba: Religión, urbanidad, lectura, escritura, cálculo natación y gimnasia. En ellas se enseñaba escritura de carácter hieráticos y demóticos, dibujo, contabilidad, redacción literaria y geometría práctica. El paso de la escuela elemental a la superior se determinaba por un examen. Los estudios superiores tenían carácter técnico y profesional.

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El modo de enseñar era completamente rutinario. Los escolares disponían de un silabario donde aparecían ordenados los signos usuales con su pronunciación y su significado, los aprendían de memoria, los copiaban y cuando los distinguían sabían más o menos leer y escribir, después leía extractos de autores clásicos y componer trozos literarios. Solo a esta altura de la educación, se le permitía el uso del papiro, en donde tomaba los dictados. El maestro supervisaba los ejercicios rectificando errores en el dibujo y la ortografía. Formaban parte de la enseñanza la natación y los ejercicios físicos. En esta época se presenta como la definición de la escuela, la tradición literaria aparece como el gran patrimonio a heredar y con el que identificarse y los autores como el modelo perpetuo a reproducir. La profesión de escriba aparece, de manera característica destinada a aquellos cuyo físico es débil. Muchas de estas nuevas enseñanzas están en forma de carta enviada por un escriba evidentemente más anciano y por tanto más sabio a otro escriba más joven y todavía aprendiz. En estos documentos se hace cada vez más frecuente la hipótesis del estudiante indolente por ello la práctica de los castigos corporales. Otro motivo recurrente es la relevancia del aspecto técnico del oficio de escriba, que se expresa en la adquisición de la habilidad de las manos, más aún de los dedos para escribir y de la boca para leer. Cabe señalar que se lee con la boca y no con los ojos, dado que se aprende a leer los textos propuestos canturreando en alta voz junto con los compañeros; la lectura silenciosa será una excepción durante milenios. La habilidad adquirida de la mano, es un indicio de instrucción madura. La enseñanza de las matemáticas se refieren siempre a casos concretos de la vida cotidiana, lo importante era asimilar, de manera automática, el algoritmo de la operación::

La Época Democrática. Encontramos las enseñanzas acostumbradas y de piezas arqueológicas que constituyen el material concreto de la enseñanza: Tablas y papiros. El objeto de la enseñanza ya no es el hablar bien, o sea la oratoria política ejercida activamente en los consejos y asambleas sino “Todas las reglas de alternar con los grandes y las normas de los cortesanos”. Mientras que las enseñanzas anteriores ensalzaban las ventajas de la profesión de escriba, ahora se ensalza de manera desproporcionada la obediencia y la sumisión. El otro elemento presente es la honestidad escrupulosa en el ejercicio de la propia profesión. Como plantea Mario Alighiero Manacorda: Existió una educación propia de la casta de los sacerdotes, la cual se transmite también de padres a hijos y consiste principalmente en las letras sagradas”, las cuales no están mejor definidas que los “conocimientos comunes”, no exclusivos de los sacerdotes y difundidos entre los laicos, consistentes esencialmente en enseñanzas científico-práctico.

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Los grupos dominantes confiaban a la juventud la tarea de la guerra, a la vejez la tarea del culto y de la cultura. La multitud restante de los egipcios aprendió desde la edad infantil de sus padres y parientes los oficios que ejercerán en su vida. Les enseñan a leer y a escribir un poco, no a todos, sino a los quienes se dedican a un arte. El resto son aquellos que ejercen una actividad o arte. Existía otro “multitud”, aquellos que no tenían ni arte ni parte, para los que no hay ninguna transmisión educativa ni de técnicas culturales, ni de técnicas productivas. Esta será una constante de la historia de todos los pueblos. Solo la “multitud” de aquellos que ejercen un arte reciben una instrucción intelectual y una preparación profesional, relativa al oficio tradicionalmente ejercido en la familia. Se puede manifestar que los egipcios fueron un pueblo muy instruido, dedicado al conocimiento de las ciencias y la escritura. Este conocimiento científico se basó en el empeño de construir monumentos arquitectónicos en honor a sus dioses, faraones y de la vida de ultratumba. Este pueblo ha dejado para la posteridad un rico legado que va desde las famosas pirámides hasta esculturas de todo tipo, algunas hasta "hablaban"; con una extraordinaria literatura y, sobre todo, su sistema de numeración y amplios conocimientos científicos. 2.3.3 La educación en la India La filología, la etnográfica y la arqueología del Lejano Oriente han modificado en mucho la imagen de las civilizaciones indostánicas, ya no parece ser la India aquel país misterioso de remotísima antigüedad. Su historia data del año 2000, cuando llegaron a las márgenes del Indo y del Ganges los primeros grupos arios. La India fue un pueblo pacifico dedicado a la agricultura y al pastoreo. Su vida social fue rígida basada en castas infranqueables: los Brahmanes, o maestros sagrados; los Kshatriyas, o soldados y reyes de la nación; los Vaisyas, o agricultores y comerciante; por último los Sudras, o sirvientes de las otras tres clases. Los Brahmanes poseyeron la mayor influencia y fueron los depositarios de la enseñanza para todo el pueblo. En el siglo VI a.C., adquirió un florecimiento espiritual y religioso de primer orden. En la India la mayor parte de la educación estuvo en manos de los maestros sagrados. Las leyes de Manù constituyen el libro por excelencia del brahmanismo; por tanto de su educación y el sánscrito la lengua de los libros sagrados. Toda la cultura intelectual y, por consiguiente, la educación de los indos se fundó en los libros sagrados, los cuales llevan el nombre de Vedas. Estos libros son el tesoro de toda ciencia y conocimiento.

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El sistema de castas de la India es el influjo dominante de la educación. Todo individuo nace y permanece en una de las castas sociales, cuyos usos y costumbres, hábitos y practicas y cuya forma de vida ha de aprender y observar. Los Sudras y la mujer están excluidos de toda clase de instrucción. Por tanto, el primer rasgo característico de la educación en la India radica en que es una educación de castas. La instrucción propiamente dicha se circunscribe a las tres castas superiores de la raza aria; pero aquí también presenta señaladas diferencias, sobre todo en la enseñanza superior Se tuvo la escuela elemental con enseñanza mutua: La escuela elemental en la India no tuvo organización publica sino se debió a la iniciativa privada. Los maestros pertenecían a las clases superiores y en la casta brahmánica el maestro hubo de ser un brahmán. El que ofende a su maestro pasará después de su muerte al cuerpo de un asno. A los seis o siete años el niño es enviado a la escuela, la cual es presidida por un Brahmán quien no recibe un salario, sino donativos. La escuela está generalmente al aire libre, bajo la sombra de un árbol protector y en ciertos momentos como la llegada del monzón, se refugiaban en un cobertizo. Todos los estudios tienen un fondo religioso y se lleva con ciertas formulas rituales. Se estudia el catecismo budista y los Vedas, primero oralmente, después fijando en la memoria los preceptos, por medio de la lectura. Los proverbios y las fábulas son la forma literaria para la enseñanza de la moral. Por tanto, al mismo tiempo que los usos ceremoniales y la instrucción moral se enseñó la lectura, la escritura y la aritmética. Las lecciones son aprendidas en voz alta, donde la disciplina es suave excepto cuando se tiene que aplicar algún castigo corporal ya que las leyes de Manu ordenan el uso de la vara sólo en el caso de que hayan fracasado los otros medios disciplinarios. El maestro instruye en particular a cada niño y a menudo los mas avanzados trabajan con los que se encuentran rezagados. El aprendizaje de la lectura, íntimamente relacionado con el de la escritura, se realiza en la arena, posteriormente sobre hojas de palmeras y por ultimo, con una especie de tinta en hojas de plátano. La enseñanza de la aritmética comprendió el estudio de las cuatro operaciones elementales. La educación superior en la India ha recibido desde antiguos tiempos una atención cuidadosa. Las instituciones superiores estuvieron abiertas a los estudiantes de la segunda y tercera casta aunque estaban destinadas principalmente a los Brahmanes. Se impartía en colegios llamados parishades que en sus orígenes contó con tres maestros; mas tarde llegó a tener una veintena, convirtiéndose en una especie de Universidad. El programa de estudios comprendió un variado repertorio de conocimientos: Religión, gramática, literatura, matemáticas, astronomía, filosofía, derecho y medicina. En las leyes de Manu, brilló el ideal educativo del pueblo:

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Así los libros sagrados constituyeron la base y el conocimiento de la cultura intelectual india. Del estudio minucioso de los Vedas, derivó la mayor parte de su sabiduría, que tuvo una base filológica con la fonética, la gramática, la métrica (el arte de enseñar a medir los versos), la liturgia (trata de los ritos), la astronomía. A estas ciencias originales se agregaron otras como: la Jurisprudencia, la leyenda, la lógica y la dogmática. así se integró el sistema de las diez ciencias, a las que después se añadieron la música y la medicina. En la historia de la India se conoce a este conjunto de ciencias con el nombre de Enciclopedia India; a pesar de la misma, los brahmanes no consideraron a la ciencia como el mas alto designio del hombre, sino como un recurso para elevarse al ámbito místico el cual marcó el sentido y limitación de la pedagogía en la India Como todo tradicionalismo la educación fue rutinaria y memorística, agravada por el abandono de la instrucción de la mujer y de los parias y por un régimen de castas infranqueable. Sin embargo hay que reconocer en ella dos virtudes: La importancia concedida a la formación del joven y el respeto y veneración de éste al maestro. Finalmente, en el sistema de la India no se proveyó nada respecto a la educación física. Su ideal de felicidad es una vida consagrada a la comida a la bebida y a dormir; en realidad, el Hindú es por naturaleza apático para el ejercicio físico, por lo cual su escuela elemental no tomó en cuenta esta disciplina. 2.3.4 La Educación en China Izaura Yokohama plantea que la educación en China se centralizó en la filosofía, poesía y religión de acuerdo con las enseñanzas de Kung-Fu Tsé (conocido en el occidente como Confusio), Lao-Tsé y otro filósofos. Koung-Fu- Tsen (551-478), Confucio, partió del taoísmo creando un sistema de moral de acuerdo con el culto a los muertos. Afirma como Sócrates que la virtud puede enseñarse y su doctrina es un panteísmo naturalista (Dios, que es causa natural, existe en todo lugar). El confucionismo se convirtió en la religión del Estado. Por tanto, la enseñanza moral se apegó a la doctrina de Confucio y su sistema de conducta fue reforzado por las otras dos religiones de china: El Budismo y El Taoísmo Su existencia como nación no cuenta mas del año 3000 antes de nuestra era. Para algunos investigadores, la historia de China comienza propiamente en el siglo VIII; para otros, los hechos auténticos de su pasado datan del siglo III. A. de J.C., cuando asume el poder la dinastía de los Tsin (de donde, posiblemente, deriva el nombre de China): Con esta dinastía la forma de gobierno de se torna absolutista liquidando para siempre la anarquía feudal, tan frecuente en los siglos anteriores. El emperador es el Hijo del Cielo; sus mandatos son divinos y dispone de un Cuerpo de altos funcionarios, los mandarines, encargados de la administración.

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La organización social en China mantuvo como base a la familia y es el pueblo más conservador que conoce la historia donde las dinastías se sucedieron sin interrupción; por tanto, el pueblo permaneció inalterable en creencias e ideales. El carácter propio de la educación en la China nació de la falta total de idealismo en su religión y en toda su cultura. Su religión se reduce a una serie de fórmulas rituales o ceremoniales. La educación fue forzosa y frecuentemente inculcada a la literatura clásica China; así la enseñanza tuvo carácter político. En detalle, su educación estuvo confinada al estudio de los libros antiguos. Toda originalidad de pensamiento o de libertad de acción, estuvo estrictamente prohibida y todo esfuerzo tendió a modelar el futuro sobre el pasado. Consistió en copiar mecánicamente y recitar de memoria textos antiguos, además de escribir ensayos y poemas acerca de ellos. Los escolares que lograban realizar mejor estos fines, reciben las mayores recompensas, como oficios públicos y títulos de nobleza. Así la educación fue comunicar a cada individuo desde su infancia, como se avanza sin obstáculos por la "senda del deber", que no es otra cosa que un conjunto de usos y costumbres, de conocimientos y artes consagrados por el asentimiento milenario de las generaciones. La profunda raíz de tan extremo tradicionalismo se encuentra en las ideas que tenían los chinos acerca del mundo, de la vida y que Confucio resumió en uno de sus textos. Cada comunidad sostuvo una o más escuelas primarias, mientras que las grandes ciudades tenían academias y colegios. Los maestros eran, generalmente, competentes y las escuelas estaban instaladas en habitaciones sin confort y sin mobiliarios, donde los niños eran colocados bajo cuidado de un maestro a la edad de seis o siete años. Los primeros años de instrucción eran consagrados a la lectura y a la escritura; la enseñanza es rutinaria, los alumnos repiten en voz alta lo que dice el maestro. La disciplina es severa; el maestro emplea la reprensión, el castigo, el hambre y la prisión. Se pueden distinguir: Educación inicial. Se llevó a efecto en el seno de la familia. "El padre tiene que educar a su hijo desde la más tierna edad, enseñarle a mantenerse de pie, a hablar, a conducirse en sociedad, a conocer los deberes para con los ancianos y los jóvenes". Recién a la edad de siete años comenzaba el aprendizaje de la lectura.

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Por su parte, los hijos deben corresponder con creces al amor paterno. "Ninguna posición ni dignidad releva a los hijos de la piedad filial. El poder de los padres es ilimitado”. El mandarín estaba obligado a castigar al hijo de quien se queja el padre. La gran importancia concedida a la educación familiar, era porque ésta representaba la base de la organización social. El bien del Estado dependía de la vida noble y religiosa de la familia. Las Escuelas Elemental y Superior. No existió un sistema educativo reglamentado, pero la tradición impuso en dos grados: La enseñanza elemental y la superior. Aquella se impartía a los niños por maestros privados, en la casa paterna o en pequeñas escuelas. La escuela elemental cumplió con la tarea de mantener las tradiciones ancestrales. Concurrían niños de siete a catorce años y se les dividía en cuatro clases. La enseñanza se practicaba durante todo el día, el juego y reposo se consideraba tiempo perdido. Se instruyó en la lectura y escritura, que es una ocupación que se prolongaba durante toda la vida (alfabetismo), Debido al carácter complicadísimo de su lengua. la enseñanza alfabética impartida en esta escuela, no va más allá del aprendizaje de las obras literarias. La enseñanza fue dogmática y memorística donde los niños repetían cada palabra pronunciada por el maestro, observando atentamente los caracteres impresos, después se leí de corrido una línea que más tarde debía ser memorizada con la propia entonación del maestro. Una vez logrado esto, cada niño hacía entrega a su maestro de su libro, le volvía la espalda y le recitaba lo aprendido. Si el niño tenía éxito, se comienza el estudio de la siguiente línea y así hasta memorizar todo el libro. Por lo pronto no se atiende al significado de las palabras y sentencias. Las explicaciones del sentido del libro memorizado se iniciaban cuando se comenzaba la memorización de un libro nuevo. La escritura se enseñaba poniendo debajo de papel transparente los modelos de los caracteres hechos por el maestro. Los libros que sirvieron de base para el aprendizaje de la lectura y escritura estuvieron saturados de preceptos y sentencias morales: Instruyó además en los rudimentos de cálculo, para lo cual se sirvieron los discípulos de un ábaco contador. Todas las enseñanzas morales y deberes sociales estuvieron comprendidos en las "cinco relaciones" que se enseñaban a cada niño en diez silabas. Se debía saber la relación entre soberano y súbdito, padre e hijo, marido y mujer, hermano y hermana, amigo y amiga. Así como hay cinco sentidos, cinco elementos, cinco gustos, son también cinco las virtudes: Benevolencia, justicia, orden, prudencia y fidelidad. La enseñanza superior. Tuvo por designio formar a los funcionarios y mandatarios del estado. El joven estudiaba mediante un procedimiento dogmático, los King, que encierran la filosofía ortodoxa y casi toda la historia antigua de China; después la literatura de importantes épocas; la poesía de la dinastía Tang; y, las odas de Li-Tai-Po.

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A continuación se emprendía el estudio de los grandes salmos chinos y la historia detallada de la nación, en fin, la filosofía en los comentarios de Confucio. Los ejercicios más importantes fueron las composiciones literarias sobre dicho repertorio de textos donde el alumno obtenía nociones de los minerales, las plantas y los astros. A los 18 ó 19 años, el discípulo podía someterse con éxito a los exámenes que le brindaban las más codiciadas oportunidades de su vida. La China es, entre todos los pueblos antiguos, el que ha tenido mayor número de escuelas, donde se ha abierto las puertas a todas las clases sociales. Su ideal educativo es que no importa tanto el progreso de las naciones ni el número de las escuelas, como el valor moral del maestro y de la enseñanza. China fue y es el país por excelencia de los exámenes oficiales. Toda actividad escolar tiene como fin preparar a la juventud para los exámenes oficiales. El sistema de exámenes, que constituye un carácter esencial de la educación china, reside en un típico tradicionalismo: Sólo entre los escolares aprobados se eligen los funcionarios para todos los cargos públicos y sólo para éstos son los honores, las distinciones y los más altos beneficios económicos, además de ser los que proveen los medios de mantener la estructura social y política del país. Los exámenes se hacen por escrito ante examinadores asignados por el estado y son: Los inferiores o preliminares, para ingresar en una escuela superior y los profesionales que confieren el derecho a los cargos públicos, los cuales estaban y están divididos en 4 categorías 2.3.5 La educación en el pueblo Hebreo Los hebreos, pueblo de nómades semitas, aparecieron en el Asia Anterior alrededor del siglo XIII a.C. Estos se asentaron en la zona de Palestina, al sur de Fenicia. Es un territorio menos fértil que Egipto y Mesopotamia, pero presenta llanuras aptas para el pastoreo y el cultivo, por lo que será codiciado por los vecinos del desierto. Esta región se llamó primitivamente el país de Canaan debido a que sus primitivos pobladores fueron los cananeos. Cerca del 1500 a.C. llegaron tribus de origen ario, los filisteos, y denominaron a la zona Philistina, nombre del cual deriva la palabra Palestina. Posteriormente se asentaron los hebreos, singular pueblo, que no formó un poderoso Estado o un Imperio, pero que sorteando avatares mantuvo su vigencia hasta la actualidad donde son llamados israelitas o simplemente judíos. La sociedad israelita estaba íntimamente relacionada con su religión. El núcleo de la sociedad hebrea es la familia. patriarcal. Existían los esclavos; que se obtenían por compra o por ser prisioneros de guerra; a los cuales no se los trataba con crueldad. Según la Biblia, fueron sometidos a cruel servidumbre en Egipto. Moisés los rescató de tan lamentable estado, convirtiéndose en el más grande legislador y organizador de su pueblo. El Decálogo o los Diez Mandamientos, los cuales eran la palabra de Dios, sirvieron para dicho propósito, además de posibilitar la creación de nuevas instituciones religiosas.

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Después de muchos problemas deciden crear la realeza teocrática. Saúl fue el primer rey. Le sucedió David (1056-1016), a éste Salomón (1016-976) donde alcanzo el país su máximo esplendor. En su época se edificó el templo de Jerusalén. Muerto Salomón los hebreos se dividieron formando dos reinos: Israel y Judá. Tanto el uno como el otro fueron víctimas de los conquistadores asirios y caldeos. La religión misma se fue corrompiendo, al grado de verse amenazada por los cultos extranjeros. Dos textos fueron y son la base de su educación: La Biblia (especialmente el pentatéutico, cinco primeros libros). Colección de los libros sagrados, compuesta entre el año 1200 a. de J. C. Se encuentra redactada en distintas formas literarias y en diversas lenguas: Hebreo, arameo y griego; y, el Talmud. redactado muchos años después de la destrucción de Jerusalén. Contiene la Tradición, Doctrinas, Ceremonias y otros que observaron los judíos con tanto rigor como la misma ley de Moisés. Este último fue, durante siglos, la única forma de educación existente en Israel y aún cuando advinieron otras formas, continuó siendo la educación fundamental. Era una obligación para la familia educar a sus hijos, según el precepto de Moisés que reproduce la Voluntad de Dios, porque dicha educación miraba no sólo a la salvación individual, sino y principalmente a la integración en la tradición nacional ya que del cumplimiento de la Ley dependía la subsistencia de Israel como pueblo de la Alianza y para este cumplimiento se requería la transmisión por vía de la enseñanza. Educación familiar. La historia educativa de los hebreos ha variado al compás de sus mudanzas políticas y sociales. En un principio se ciñe a la vida patriarcal, donde la educación tenía su centro de gravedad en la familia: El padre era el maestro principal, en el cual cobra la ley un sentido de la realidad. El Pentateuco rige minuciosamente la vida de la niñez, prescribe las normas morales, las ideas religiosas, las festividades, la historia que el niño debe aprender desde los más tiernos años. Sobre esta base religiosa e histórica se le enseña al niño la lectura y escritura. El mandato de escribir en los umbrales de las puertas, fragmentos de la ley, encierran virtualmente la obligación de enseñar a leer y escribir. Se enseñaba a los jóvenes y niños los siguientes contenidos: La Ley de Dios; la oración; la Historia Sagrada; geografía; historia de los pueblos circundantes y su cultura; leyes del culto, morales y civiles; La música y danza.; la escritura que a diferencia de lo que ocurría en la Mesopotamia y en Egipto, su dominio no confería dignidad, era tan sólo un servicio; el oficio, habitualmente propio de cada familia, y trasmitido de padres a hijos; la educación de la mujer que no era desatendida en Israel, contrariamente a lo que sucedía en otras culturas.

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Educación Pública. La lectura de la Ley es el modo inicial de la educación pública y fue prescripta con obligatoriedad por Moisés. También se leía la Ley al pueblo y esta lectura iba acompañada por una explicación a cargo de los levitas. Luego podían reunirse los jefes de familia con los sacerdotes y levitas para profundizar el estudio y llevar luego la instrucción a sus familias. Durante su cautiverio en Babilonia surgió la sinagoga, institución en la que los judíos deportados, lejos de su Templo ya destruido y en tierra de paganos de perversas costumbres, se reunían periódicamente para rezar y hacer memoria de su religión, procurando al mismo tiempo vivir según la Ley. También se meditaban las profecías, que habían advertido reiteradamente al pueblo y a sus gobernantes sobre las consecuencias de sus muchos pecados. Al regresar a Palestina, las sinagogas se multiplicaron, al punto de haber ciudades que contaban con varias. También la sinagoga fue un lugar para la instrucción del pueblo, mediante la lectura periódica de la Ley. Los lunes y jueves, tradicionales días de mercado y de audiencias judiciales, se realizaban oficios en este sentido; pero la ceremonia principal tenía lugar el Sábado. También los Profetas se cuentan entre quienes ejercieron una actividad educativa pública entre los hebreos. Éstos habitualmente se dirigían a los reyes (educación del gobernante), guiando sus decisiones de acuerdo a la Voluntad de Dios –en las campañas bélicas, en los actos administrativos y en su conducta personal–y al pueblo (Educación del pueblo) al que exhortaban a la conversión pues a menudo caía en la idolatría y pervertía sus costumbres. La educación escolarizada puede ser dividida en dos: Educación elemental y educación superior Educación elemental.- .El cautiverio que padecieron los hebreos en Egipto, no dejó de tener efectos en su vida educativa. Una vez rescatados de esta servidumbre, aparece la forma colegiada de instrucción. Las llamadas escuelas de los profetas instruían sobre los servicios religiosos, tan importantes en un estado teocrático. La música y la poesía tenían gran importancia. También estudiaban la legislación, la medicina, que llegaron a despertar mucho interés. La escuela elemental entre los judíos fue una institución tardía. De ella no habla la Biblia. Se dispone que cada ciudad tenga por lo menos una escuela y si la ciudad tiene un río que la divida en dos partes, debe tener por lo menos dos escuelas, en ellas la disciplina fue rígida. La escuela se hallaba organizada en tres clases: La mingrah, la mishnath y la guemara. A la primera acuden los niños hasta los 10 años; la segunda asisten los niños de 10-15 años; y, en la tercera la instrucción se refiere sobre todo a las ciencias naturales.

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La jornada era de doble escolaridad, según la costumbre de la época, donde los maestros eran los escribas, quienes traducían los textos sagrados del hebreo al arameo (lengua hablada en Babilonia), los exponían, los interpretaban y los explicaban, para posibilitar su cumplimiento. El contenido de la enseñanza era todo lo referente a la religión: Pentateuco, los libros históricos, los sapienciales, los de los profetas, los salmos..., todo. Se estudiaba la lengua aramea, la hebrea y, en algunas ciudades importantes, también el griego. A diferencia de las escuelas de los escribas, pero en común con la educación griega y la helenística-romana, era más importante saber leer que saber escribir. Todo contenido era oportuno para proveer instrucción y formación religiosa y moral. Fue un pueblo que reconoció la educación manual ya que la costumbre de que el intelectual esté iniciado en algún oficio manual, significó una doble seguridad en la vida. Educación Superior.-. Tenía lugar en la "Casa de Investigación o de Estudio", en la que recibían su formación el escriba, pero también el rabino y el doctor de la Ley. Ahora, el escriba había quedado relegado a la función de maestro elemental y el concepto de sabio se había desplazado hacia rabinos y doctores. El escriba debía ser persona de situación económica desahogada, no sólo por el tiempo que demandaba su formación extensa y estricta, sino también porque su espíritu no debía quedar atrapado en el mundo de lo material, en el negocio y los intereses. Debía aplicarse por entero a la Palabra de Dios, a entenderla y ponerla en práctica. Los rabinos eran, fundamentalmente, maestros: Maestros de doctrina y de vida Llevaban una vida itinerante, recorriendo pueblos y ciudades, enseñando en las plazas, en las sinagogas, junto a los ríos o en las montañas y también en las casas. El pueblo en general los escuchaba, pero un grupo más reducido los seguía, acompañándolos en sus desplazamientos y participando más íntimamente de su vida y su doctrina: Los discípulos. El doctor de la Ley, personaje de gran autoridad y prestigio, vinculado a la Sinagoga y al Sanedrín: teólogo, maestro, legislador y juez. Se llegaba a ser doctor de la Ley tras largos años de aprendizaje junto a un doctor, escuchando respetuosamente sus lecciones, memorizando la doctrina, asistiendo a las discusiones entre los maestros. Los discípulos interrogaban y eran interrogados, en forma privada o pública. También debían procurar vivir de acuerdo a la Ley, hasta en sus prescripciones más pormenorizadas. Cuando el maestro consideraba que su discípulo se hallaba suficientemente preparado para enseñar y comentar, lo dejaba ir para que abriera su propia escuela. A pesar de las mudanzas que experimentó la educación hebrea conservó el ideal teocrático: Dios como principio y fin, como maestro y modelo de la formación del pueblo. El dotado de perfección humana es el hombre bueno y piadoso.

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La organización educativa de los hebreos produjo magníficos resultados, pero su mejor rendimiento estriba en su concepto y práctica de la formación religiosa y moral de la juventud, para la cual la trasmisión oral fue el modo más común de enseñanza, lo que supuso un modo peculiar de comunicación con el oyente que posibilite la fijación de los contenidos. Santidad, fue el ideal educativo religioso-moral, al que está llamado por vocación y alianza todo miembro del pueblo israelita, donde se trata de imitar la santidad de Dios mismo; pero a diferencia de la experiencia ético-religiosa de otros pueblos, el Hebreo frente a dicho ideal asume su vocación de nómada espiritual sin desesperarse confiando en que Yahveh, por más tortuoso que sea el camino, lo cubrirá con su sombra y lo guiará hacia un lugar seguro ya que asume con plena conciencia histórica que Yahveh lo ha liberado, le ha otorgado las leyes y es quien lo santifica. Así, el estudio fue tenido en gran aprecio entre los israelitas, pues era la condición indispensable para el conocimiento y el cumplimiento de la Ley y de los preceptos que la pormenorizaban, cumplimiento que aseguraba la efectividad de la Alianza con Yahvéh. Pero con el auge de la Sinagoga, la importancia que habían cobrado sus miembros (en especial los Doctores de la Ley), el peso religioso de los fariseos (judíos de estricta observancia de la letra) y la codificación exhaustiva y excesiva de la preceptiva religiosa, hizo que se olvidara que el valor del Libro Sagrado residía en su comunicación de la Voluntad de Dios y se lo convirtió en un objeto de culto por sí mismo. 2.3.6 La Educación en la Grecia Clásica La Hélade, lo que hoy llamamos civilización griega no era una unidad política, sino que su territorio estaba fragmentado en pequeños núcleos geopolíticos llamados polis, que eran ciudades – estados independientes política y económicamente. Lo que a los griegos les hacía sentirse unidos era la conciencia de tener una cultura común: La misma lengua el mismo pensamiento, la misma religiosidad. Toda su cultura se basaba en la preocupación por el hombre. Surge una nueva forma de pensar basada en la razón, en la búsqueda de causas lógicas y razonables que expliquen todos los hechos. La belleza para ellos se alcanza con las proporciones, medidas, cánones que producen una armonía visual. En el siglo V a.C. en Atenas se configuró un régimen político basado en la igualdad y el gobierno del pueblo, en el que los ciudadanos colaboran en los asuntos públicos. Se conoce como democracia. En la Grecia Clásica los ciudadanos eran hombres libres (una mujer no era libre), pero no todos los hombres eran libres ( por ejemplo, los prisioneros de guerra). Los ciudadanos se dedicaban a filosofar y el trabajo lo hacían los esclavos (los ciudadanos de las zonas invadidas). El “arete” (virtud por la cual debía pasar el hombre dentro del mundo griego) cambia al igual que cambia su visión del mundo. Pero, básicamente, se basa en la búsqueda de la justicia y la libertad.

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Objetivos de la educación En Grecia encontramos la separación de los procesos educativos según las clases sociales, pero menos rígida y con una evidente tendencia hacia formas de democracia educativa: Para los grupos gobernantes hay una escuela, o sea un proceso de instrucción separado, para educarse en las tareas del poder: “pensar” o el “decir, (o sea la política), y el “hacer” inherente a ella ( o sea las armas); para los productores gobernados ninguna escuela inicialmente, sino observar e imitar la actividad de los adultos en el trabajo, viviendo junto con ellos. A los grupos más excluidos y oprimidos ninguna escuela pero, en modo y grados diversos, la misma aculturación que desciende desde lo alto hacia los grupos subalternos. La educación del hombre se desarrolla en el aspecto moral, intelectual y físico para conseguir un perfeccionamiento que tenga provecho para la ciudad. Lo que intentaban era aumentar la fuerza, la agilidad, la belleza del cuerpo, la dignidad y aprender la idea de justicia junto al gusto por la belleza estética. Las materias mas importantes que se impartían eran las siguientes: Religión: Más que religión se hablaba de un sistema de concepciones religiosas. En Grecia debe hablarse de religiosidad, de un sentimiento que la impregna todo y sirve de elemento unificador entre los griegos. La religiosidad griega se caracterizó porque concibe a los dioses de forma humana, no tiene dogmas, ni catecismo, ni predicciones, ni siquiera los conocemos por mitos y textos literarios. La madre, la nodriza y el padre son los encargados de impartir la religión; el niño aprendía a través de la observación de los padres. Literatura: la enseñanza literaria se enderezaba a la formación del gusto e infundirles amor a la virtud. Se basaba en la escuela de los poetas. En el hogar paterno recreaban a los niños con relatos. A los siete años ingresaban en las escuelas donde se empleaba la lectura de los grandes poetas. Se basaban en la Iliada y la Odisea pero practicaban la escritura gramática y composición de fragmentos de esos libros. Música: los griegos consideraban a la música como unos de los medios de educación. La educación musical se propuso con un fin ético: Dar flexibilidad al alma, regular impulsos e infundir el sentimiento de virtud. Sus instrumentos eran la lira y la cítara y sentían predilección por el canto y sus masas corales. Gimnasia: indispensable para el desarrollo armónico del cuerpo que practicaban con esmero. Contribuían a la formación moral del niño, les acostumbraban a respetar la autoridad y la disciplina. Presentaban elegancia y donaire en la ejecución de los ejercicios. La danza era el complemento obligado de la música y la gimnasia.

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De los libros más importantes podemos destacar la Iliada y la Odisea. El primeros es uno de los libros más importantes, a través del cual se aprende la historia de la raza, su teología y las ciencias sagradas. La Odisea les enseñó las costumbres domésticas, su filosofía moral, su elocuencia, su genealogía, su geografía y fundamentalmente la filología y crítica de textos junto a la gramática. La posición social del maestro no fue ciertamente de gran prestigio, el oficio de enseñar era el oficio de los que habían caído en desgracia. Vemos pues al enseñante como persona caída en desgracia, como perdedor. Algunos enseñantes de alto nivel recibirán hasta 10000 dracmas por alumno y por curso, así el profesor tenia que contentarse con un ingreso de miseria. A menudo esta paga que se recibía al final del mes lunar, era cuestionada, pudiendo siempre los padres poner en duda el aprovechamiento del hijo. Es algo digno enseñar a los amigos y parientes; es algo vergonzoso enseñar por dinero. El fin es lo que cuenta: enseñar no por el arte sino por la educación. Sin embargo, las artes y en especial la costumbre de enseñarlas por dinero, acabaron por prevalecer y la escuela, en sus diversos grados, paso a ser una institución indiscutible en las ciudades griegas. La instrucción musical y gimnástica había sido prerrogativa de los grupos dominantes y sus enseñanzas habían sido consideradas solo dignas del hombre libre; pero su institucionalización en la escuela se extiende a todos lo miembros del démos. Veamos la educación en sus principales polis: La educación en Esparta El odio de la población autóctona y sus frecuentes rebeliones por quitarse la fuerza represora obligaban a los espartanos a vivir siempre en pie de guerra, con lo cual su educación se basaba en actitudes bélicas. La educación en la familia del niño era muy estricta, ya que si aparecía con algún tipo de deformación era condenado a muerte pero la decisión debía ser aprobada por el consejo de la tribu. La información que tenemos de Esparta dice que no escribían mucho, sino que conocemos la sociedad espartana a través de pensadores y filósofos. El joven espartano recibía la educación de sus padres intentándole alejarle de las malas compañías. Su objetivo era tener un cuerpo y un alma preparado para el sufrimiento. A los siete años pasaba a ser propiedad del Estado, quien respondía de su educación, siendo su objetivo que el niño prestase un servicio militar al Estado. Los jóvenes se dividían dependiendo de su edad: De siete a doce años, de doce a quince años y de quince a dieciocho años. Los grupos estaban formados por alumnos dirigidos por monitores quienes

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escogían a los más distinguidos e inteligentes. Debían aceptar las órdenes, los trabajos y aún los castigos sin demandar clemencia. Los espartanos concedían escasa importancia al saber. Los niños aprendían a leer y escribir, cantaban las leyes y recibían lecciones de música. La educación moral servía para formar el carácter del niño para acostumbrarle a las privaciones al dolor, al sufrimiento y a la separación de los padres. Por tanto, la técnica pedagógica que usaron fue la de endurecer el cuerpo, tanto físico como espiritual. El ideal espartano era el valor heroico, guerrero que está al servicio del estado, donde el individuo no contaba para nada. La mujer espartana no era un ciudadano libre, debía tener un buen parto y unos niños sanos. Cuidaba de la casa, estaba entrenada para ejercicios físicos para los embarazos. Tenían bastante libertad, la cual habían ganado a base de que no hubiera hombres. Con el tiempo Esparta fue decayendo porque se quedó estancada, sin comunicación con las novedades que provenían del exterior, no evolucionó como hizo Atenas. La educación en Atenas Atenas fue el verdadero foco de la cultura helena, donde se aspiraba al desenvolvimiento armónico del hombre por medio de la educación física, el trabajo intelectual y la práctica de la virtud. El ideal del ciudadano ateniense era una persona con el cuerpo sano y la mente sana. La música era más que música instrumental, era danza, música instrumental y canto. Es la primera vez que hay una preocupación social por la educación y la primera vez que ésta se define. La educación une la preocupación social de tres ámbitos concretos que hasta entonces no habían estado unidos: la educación de los hijos, la culturización de la sociedad y las teorías explicativas del cosmos. Estos tres conceptos formaron el concepto de filosofía. Por tanto los ciudadanos ricos se dedican a pensar y hay ciudadanos que deben trabajar, pero pueden pagar la educación de los hijos. No existía la educación superior y aparecen los “sofistas”, profesores ambulantes que cobraban mucho por dar sabiduría a sus alumnos. Crearon la educación superior para distinguir a las clases dirigentes. Sus objetivos eran crear dirigentes, que utilicen el don de la palabra con la buena utilización de argumentos y así convencer a la población. La educación en la familia era muy deficiente. El padre no se preocupaba y estaba dirigido más a la vida social. La madre ejercía escasa influencia debido a su ignorancia. En esta realidad, el niño aprendía sólo poesía y cánticos. Se aprovechaba su afición a los cuentos y fábulas para inculcarle verdades morales. A los siete años los niños debían frecuentar la escuela. Les acompañaba un pedagogo que generalmente era un esclavo instruido quien les ayudaba en los buenos modales. El escolar dividía su tiempo entre la palestra y el didascáleo. En la palestra pasaban la mitad del día y practicaban el

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salto, el lanzamiento de jabalina, carreras, lanzamiento de disco y lucha. El didascáleo era la escuela gramática; el alumno aprendía mediante el deletreo, la escritura y el cálculo. A través de los poetas estudiaban la religión, la historia, la geografía, nociones de economía, física y ciencias naturales. Los niños pobres abandonaban la escuela, pero debían prepararse el ejercicio de su profesión mediante el aprendizaje obligatorio. Los hijos de familias acomodadas continuaban añadiendo a las anteriores la música, la danza, la aritmética, la geometría y el dibujo. La educación moral estaba dividida en toda la enseñanza. A los quince años ingresaban al gimnasio atendiendo especialmente a la formación física. Con el tiempo se llamaron gimnasios a las escuelas de filosofía. A los dieciocho años pasaba a la categoría de efebos. Empezaba su servicio militar que duraba dos años. En la educación media se crearon corrientes de actividad científica y filosófica, junto a las matemáticas y la astronomía. La educación secundaria tenía un programa que comprendía la gramática, la literatura y estudios clásicos como el dibujo, geometría, geografía y música. La educación superior debía ser practicada para no sólo preparar una profesión, sino más bien una cultura general. La organización de las escuelas en Atenas La organización de la escuela era en un rincón de la calle o en una plaza pública. Más adelante se construyeron locales. En las ciudades populares había varias escuelas donde el maestro se colocaba en alto y en las paredes se veían objetos empleados en la enseñanza. El maestro era llamado gramatista y su empleo estaba mal pagado, algo común en la época. En la enseñanza privada el sistema era individual. La clase se desarrollaba en a base de coloquios particulares mientras los demás trabajaban vigilados por ayudantes. La disciplina en las escuelas era severa ya que el profesor recurría a castigos frecuentemente. En Atenas se atribuye al legislador Solón, a principios del siglo VI a.C. una legislación sobre la escuela, en estas leyes se hablaba sobre los deberes de los padres, entre otras cosas, enseñar a leer y nadar y después, para los pobres, el aprendizaje de un oficio; para los ricos, música y equitación, además de la practica de la gimnasia, la caza y la filosofía”. Además disposiciones más estrictas sobre la escuela, con la indicación del principio y fin de las lecciones, numero de alumnos por clase, edad de los alumnos y magistrados dedicados a la instrucción. Padres, nodrizas y pedagogos, en un primer momento; después de la figura reciente del gramático, el citarista y el maestro de gimnasia, en escuelas privadas abiertas al público; finalmente, por parte de la ciudad, el aprendizaje de las leyes, o sea de los derechos y de los deberes del ciudadano. Ésta es la carrera educativa en la escuela de Atenas.

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En la metodología de la enseñanza se aprendían primero las letras en voz alta, y después se aprendían las letras escritas. De manera general, se encuentra lo siguiente: La Educación en la Época Histórica: Gimnasia y música. Sobre la música y sobre la gimnasia se basó en la época histórica la educación de los ciudadanos en Creta y en Esparta, que fueron consideradas por mucho tiempo modelos de política y de educación por todos los conservadores griegos. La educación estuvo bajo la tensión cuidadosa del Estado: Confiada a un magistrado el “pedonomo”, o legislador para la infancia, no se llevaba a cabo aisladamente sino colectivamente, en los escuádranos y en los coros; en esta iniciación coral y social tenía lugar la preparación de los adolescentes en las tareas de la vida adulta del ciudadano. De la misma especie pero con carácter privado, fueron los círculos de iniciación y las escuelas filosóficas que no son todavía una escuela pública, ni una escuela de estado. La escuela del alfabeto. Aún siguiendo firme el contenido y el fin de la educación (música, gimnasia) se produce el nacimiento de una escuela de escritura. En Grecia con la escritura alfabética, surgió un medio democrático de comunicación y de educación y la escuela de la escritura tiende a abrirse a todos los ciudadanos. Junto a los maestros de gimnasia y de música, surge un nuevo docente, el de las letras del alfabeto, que no tiene la autoridad del escriba egipcio, pero desempeña una importante labor social. La difusión de la escritura a través de la escuela debió ser rápida entre los libros. En el año 496 a.C. existían escuelas frecuentadas por muchos niños, donde se enseñaban, además de la cítara, la flauta y la gimnasia, también las letras del alfabeto, El Contenido y el fin de la Instrucción. Un proyecto educativo orgánico, que asume en gran parte los usos corrientes de la época, modificados en vistas a una renovación ideal, lo encontramos en Platón. En Aristóteles encontraremos en cambio una descripción y una interrogación de los usos corrientes, con una intención reformada mínima. Platón parte de la división social del trabajo y de su expresión histórica, donde los guerreros aparecen como producto y remedio de la corrupción y piensa sobre todo en su educación, pero empezando con una selección de los más aptos. La concepción de la sociedad como educadora, es además de la reinterpretación de la música y la gimnasia, el elemento más nuevo y más característico de la pedagogía platónica.

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Aristóteles después de haber hablado de las tareas del estado, de la educación, de las artes y del adiestramiento del esclavo, distingue lo que se hace por utilidad y lo que se hace por el conocimiento: distingue entre razón practica y teórica, actividad y ocio. Analiza la educación existente, discutiendo las cuatro disciplinas de la escuela: gramática, gimnasia, música y dibujo. El arte de la palabra, la institución oratoria, se convertirá en el contenido y el fin de la instrucción griega.

Aparte de la medicina (y en parte la arquitectura, otro arte noble), las otras actividades artesanales, que poseían una ciencia, aseguraban una transmisión de la misma y de la habilidad practica. El único "arte" que une teoría y práctica o, en otros términos, la única ciencia aplicable, era la medicina. Aparece en Grecia la costumbre de adiestrar a los esclavos en determinadas profesiones, al servicio del patrón, a través de verdaderas escuelas. Así la instrucción profesional nació como instrucción servil pero deberá recorrer un largo camino para adquirir una verdadera dignidad. Tras la conquista del imperio persa por Alejandro, en los reinos helenísticos que se forman a su muerte, la cultura griega se universalizó admitiendo las aportaciones de los pueblos orientales con los que se fundió. Se origina así una cultura mixta en la que se mezcló la tradición clásica, el orientalismo y la nueva concepción de la vida, no basada en altos ideales como en Atenas sino en la búsqueda del goce de la vida. El poder de macedonia no significó una gran diferencia para la educación que se impartía a los niños griegos hasta llegar a la edad de efebos. Para los efebos y la edad madura la pérdida de la independencia política por parte de las ciudades – estado habían dado más importancia al viejo entrenamiento militar. La preparación de los efebos perdió su carácter compulsivo y comenzó a tomar forma una nueva forma de organización de estudios superiores, que más tarde se transformó en las universidades. Finalmente, a la mujer se le tenía mucha estima. Su educación era parecida a la de los hombres en cuanto a la disciplina no en contenido. Tenía que tener una pureza de costumbres, un buen mando de la casa y también se la debía de educar en música y canto. El Areté femenino era la belleza, el cuerpo tenía que estar bien educado físicamente. 2.3.7 La educación en el Imperio Romano Cuando Roma nace en el siglo VIII a.C. era un conglomerado de cabañas de pastores que ocupaban una serie de colinas en Italia central, en torno a un lugar estratégico apto para atravesar el río Tíber. En el siglo I a.C. se implanta una nueva forma política: El imperio.

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Los dos primeros siglos (I y II) fueron de paz de auge, el Estado potenció las ciudades para poder controlar mejor tan amplio territorio. Sin embargo, a partir del siglo III se inició una crisis de la que no pudo salir, terminando por desaparecer el imperio de occidente, como se lo conoce.

En Roma la educación moral, civil y religiosa tiene una historia propia, mientras que la instrucción escolar en sentido técnico, en especial en lo que se refiere a las letras, es casi totalmente griega. "Se debe atribuir a los romanos los valores y a los griegos la cultura" dice Cicerón. La educación familiar Durante cuatro o cinco siglos la familia fue prácticamente la única escuela de la juventud romana. Esta educación era muy seria y producía resultados excelentes. El padre venía a ser el educador y el compañero del hijo. Si era pobre le acostumbraba al trabajo; si era rico le enseñaba lectura, escritura y nociones de cálculo. La educación era eminentemente moral y religiosa. El niño practicaba diariamente en las oraciones que hacía su padre. A partir de los 16 años los jóvenes aprendían sus deberes de ciudadanos; observaban a los mayores de edad, aprendían lo que pronto tendrían que hacer ellos y lo que más tarde habían de enseñar a sus descendientes. La autonomía de la educación paterna era una ley del estado; el padre es patrón y artesano de sus hijos. El papel de las mujeres en la educación familiar no fue algo secundario. Quintiliano atribuye a la madre la misión de enseñar a los hijos los primeros elementos del hablar y del escribir, para ello se solían usar letras móviles de marfil o de hueso. Bajo la tutela de la madre o de la nodriza, el niño va creciendo en casa, entre los juegos adquiere sus primeras enseñanzas. Después de los siete años pasa a la tutela del padre, del cual aprendía los primeros rudimentos del saber y las tradiciones familiares y patrias y era adiestrado en los ejercicios físicos y militares. La Educación por parte de Siervos y Libertos. El desarrollo histórico pasó del esclavo pedagogo y maestro en el seno de la familia al esclavo maestro de niños de diversas familias, para llegar finalmente al esclavo liberto que enseña en una escuela propia. En Grecia estos esclavos pedagogos fueron extranjeros "barbarizantes", en Roma estos esclavos maestros eran griegos. La educación se convierte en un oficio, ejercido en primer lugar por los siervos dentro de la familia, después por los libertos en la escuela.

La escuela en el Imperio y su organización Hacia el 230 a.C. el primero que abrió una escuela en Roma fue Espurio Carvilio. Una verdadera y propia escuela de grado más elevado (gramática y retórica) existió en el 169 a.C., no se trataba solamente de aprender las letras de alfabeto, sino de aprender la "gramática". La gramática no era algo usual en Roma, ni tan sólo algo honorable ya que la gente era todavía ruda y belicosa y no se

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dedicaba mucho a las disciplinas liberales. La retórica en Roma, igual que la gramática, fue aceptada tarde y con mayores dificultades. La escuela, si no fue camino de la revolución popular, sí fue el trámite para la participación de los individuos en particular, en cuanto burócratas, en el poder autocrático del estado. Oficio, considerado indigno porque se hacía por dinero. Sin embargo, en el proceso por el cual Roma instituyó y preservó su dominio sobre las naciones del Imperio, la educación desempeñó un papel importantísimo. Se fundaron dos escuelas de gramática y de retórica para los jóvenes de la región: La primera hacía alusión a la lectura escritura y aritmética y la segunda a la lógica, historia y derecho constitucional. Después del asombroso influjo que la gramática y la retórica tuvieron como fuerzas civilizadoras el rasgo más notable de la educación romana fue su uniformidad a lo largo de un periodo muy prolongado y bajo las condiciones más diversas. Desde el siglo I de nuestra era hasta el IV o V mantuvo su identidad sin modificaciones sustanciales. En este periodo conviene destacar dos movimientos de importancia sobresaliente: Uno fue la organización de las instituciones educativas del Imperio; el otro fue la interacción entre la cultura pagana de las escuelas y el nuevo concepto de la vida representada por la iglesia cristiana. Los romanos gozaron la más completa libertad de enseñanza. La educación de los niños en Roma no estaba regida por ninguna ley. Así, las escuelas elementales fueron numerosas y los ricos preferían generalmente la educación común a la privada individual. El maestro buscaba el local destinado a la escuela que unas veces era cobertizo, un pórtico cerrado con telas, un desván, donde ocupaba un asiento elevado y los niños se sentaban en el suelo sobre alguna piedra, rara vez en bancos. Los niños a falta de libros llevaban a la escuela rollos en cajas cilíndricas, tablillas enceradas para los ejercicios de escritura y saquitos llenos de fichas para los ejercicios de lectura y cálculo. Las tablas se aprendían cantando como en la actualidad. La escuela se abría al salir el sol y duraba todo el día salvo una corta interrupción para comer. Los castigos eran frecuentes y severos. La distinción de los tres grados de escuela no era muy rigurosa. El echo de que la primera enseñanza de las letras puede haber conservado por mucho tiempo un carácter familiar. Todo enseñante tendía a ocuparse también de las letras del enseñante del grado posterior. La escuela de gramática era en realidad una escuela de cultura general, donde, junto al leer, escribir y hablar, y junto a los conocimientos literarios, se estudiaba un poco todo lo cognoscible. Esta educación se dirigía a formar un hombre completo ya que el orador debía hablar de todo.

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El papel del Maestro Se acostumbraban los castigos corporales usados por los pedagogos y maestros contra sus discípulos, así como las venganzas de los discípulos que no dudan en romper la cabeza o en golpear a sus viejos pedagogos y maestros: Al fin y al cabo se trataba de esclavos pues se mantenía la figura servil del enseñante. La didáctica en la escuela era obsesiva y repetitiva, el maestro "domador" hablaba y los alumnos repetían: la mayor parte de enseñanza se aprendía de memoria. La memoria sigue siendo la reina indispensable de la escuela, aún disminuyendo sus usos; incluso las matemáticas se aprendían de manera mnemotécnica y mecánica. El aburrimiento de esta didáctica, el temor de los golpes y de las fustas, los contenidos alejados de la vida cotidiana y de los intereses reales de los jóvenes y de la sociedad no eran ciertamente un aliciente para frecuentar la escuela. Es interesante saber, como consecuencia de lo anterior, que en Roma nos encontramos el nacimiento de una conciencia crítica sobre la escuela y la educación como Encolpio solía decir: " Los muchachos en la escuela se hacen cretinos, porque no ven ninguna de las cosas que practican en la vida".

A la educación moral y cívica se añadió la educación física que preparaba al futuro ciudadano en el uso de las armas para la defensa de la propia patria, era el aspecto primero y más importante de la formación del hombre. De manera cronológica se tiene: La educación en los primeros cien años del Imperio La República permitió que sus ciudadanos pusieran en práctica sus propios métodos para instruir a sus hijos sin prestar atención a las escuelas. Pero la expansión territorial que dio el nacimiento al Imperio trajo consigo la necesidad de una política distinta. El primer paso lo dio Julio César y sus sucesores fueron Augusto y Vespasiano quienes pusieron maestros al servicio del Estado. Con Nerva y Trajano parte de los beneficios imperiales fueron destinados a la educación de los niños. Este fondo se mantuvo y se amplió durante los reinados siguientes. De manera general, en su mayor parte los gobernantes de este periodo tenían muy poco interés en los problemas educativos del mundo romano fuera de Italia. La educación de los siglos II y III

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Hasta el comienzo del siglo II las actividades educacionales se inspiraron fundamentalmente en el interés personal del aprendizaje. Con Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio surgió un sistema educativo. Adriano sentía gran admiración por todo lo griego. Antonino, a quien sin duda se le puede considerar el verdadero fundador del sistema educativo del Imperio, obligó a que se pagaran salarios y se otorgaran privilegios a los maestros especiales en los municipios de todas las provincias. Sin embargo Marco Aurelio se centró en las escuelas de Atenas. El resultado inmediato de esta sucesión de buenos emperadores interesados en la educación fue un vivo entusiasmo por la enseñanza en todas las partes del mundo en que se hablaba griego. Debido a que la expansión del cristianismo se hacía muy poderosa, los cristianos querían que sus hijos no fueran ignorantes o faltos de educación. Enfrentados al dilema de dar a sus hijos una educación pagana o no darles ninguna, la mayoría de los cristianos les enviaron a las escuelas. La iglesia cristiana se inclinó y aceptó las escuelas existentes, sin intentar impedir que sus miembros se desempeñaran en ellas como maestros. La tarea de reconciliar paganismo y cristianismo en la esfera de la educación se llevó a cabo con éxito en la Escuela Catequística de Alejandría. La Escuela Catequística ganó influencia y poderío. En su primer momento parece haber sido una institución para la instrucción de los catecúmenos. Pero hacia finales del siglo II se convirtió en escuela de educación religiosa y secular a la que asistían estudiantes de ambos sexos y de todas las edades. La influencia de la Escuela Catequística fue grande y trascendente. Por su intermedio la cristiandad se convirtió, por vez primera, en un elemento de importancia decisiva para la cultura del mundo y al tiempo tomó para sí todo lo mejor de la ciencia y la filosofía griega. La educación desde Constantino hasta la caída del Imperio de Occidente Con la restauración de la ley y el orden en el reinado de Diocleciano, las escuelas del Imperio entraron en lo que habría de ser su último periodo de prosperidad. Constantino no inhabilitó las escuelas, sino que hizo todo lo que pudo para promover sus intereses y reparar las pérdidas que había sufrido en épocas de anarquía. Devolvió a los maestros de todo el Imperio los salarios e inmunidades de que se los había privado desde los tiempos de Alejandro Severo. Declaró que su propósito era facilitarles la enseñanza de las disciplinas liberales a muchas personas. Pero que la cristiandad fuera tratada con tolerancia fue algo que muchos de los maestros superiores sintieron como un serio golpe que se asentaba a los estudios liberales y a la cultura pagana que los inspiraba. En un Estado cristiano o semicristiano las escuelas paganas eran una anomalía que, en ausencia de alguna forma de educación mejor, sólo podía dar como resultado un reducido interés por todo tipo de aprendizaje.

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Siguiendo el curso normal de la Historia se podría haber esperado que la cristianización del Imperio produjera cambios considerables en carácter de la educación del Estado. Pero a pesar de su triunfo político, a finales del siglo IV la Iglesia estaba poco cerca de un política educacional definida de lo que había estado a finales del siglo II. La desaparición de las Escuelas Públicas A finales del siglo IV la prohibición de realizar sacrificios a los dioses en oriente y la confiscación de los bienes de los antiguos cultos en occidente señalaron el predominio absoluto del cristianismo en el Imperio Romano. Lo que todavía se oponían a la nueva fe disminuyeron de forma constante. En Alejandría el movimiento anticristiano era relativamente débil. Pero quizá por su misma debilidad pudo subsistir sin impedimentos y siguió manteniendo una semblanza de continuidad hasta que fue barrido finalmente por la invasión árabe. En Atenas la situación fue distinta. Allí los neoplatónicos lograron convertirse en herederos de las tradiciones de la escuela platónica. Pero a medida que se fue extinguiendo el siglo V su posición se volvió cada vez más insegura. Su existencia comenzó a sentirse como un desafío al cristianismo del Estado y los emperadores publicaban un edicto tras otro en contra de instituciones paganas en contra de la Academia. La causa inmediata de la desaparición de las escuelas públicas fue la conmoción de las bases de la sociedad romana a causa de la invasión de hordas bárbaras del norte durante todo el siglo V. Las invasiones cayeron sobre las escuelas en un momento en el que el Imperio se encontraba, en materia de educación, dividido por conflictos internos. La posición ambigua de las escuelas de la cultura pagana, en una comunidad declaradamente cristiana, había hecho que un gran sector de la población desconfiara de ellas y estuviera poco dispuesta a hacer algo para evitar su ruina. 2.4 LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA 2.4.1 Características A continuación se presenta un compendio sobre la fase introductoria a esta etapa histórica (El cristianismo) y la presentación de dos escritos sobre esta etapa en sí correspondiente a dos historiadores – educadores reconocidos como son: Sergio Nesmachnow y Mario Alighiero Manacorda Antes de ingresar a esta etapa histórica como tal se desarrollará un movimiento trascendental para la historia de la Educación ya que determinará la misma durante muchos siglos: El cristianismo. 2.4.2 El cristianismo y la educación

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El cristianismo es un hecho capital en la historia de la humanidad. Marca un inicio y un fin en la historia del mundo. En la aportación cristiana subyace la herencia religiosa de los judíos. Frente al formalismo, al esteticismo y al polifacetismo de la educación helena, el cristianismo trata de ser una educación universal, con tendencia a la unidad y a la síntesis. En la difusión del pensamiento cristiano la Persona y la enseñanza de Cristo como piedra angular de la nueva civilización fraternal se apoya en Él. Cuando Él muere sus discípulos extenderán su mensaje que tendrá una fuerza avasalladora y unas pretensiones absolutas. En estos momentos la sabiduría de la enseñanza de Cristo es infinitamente superior a la enseñanza griega. Por último la enseñanza griega y la sabiduría cristiana se sintetizan dando lugar a la enseñanza cristiana. El primer artífice de esta síntesis es Clemente de Alejandría (150 – 215?) y su apogeo está realizado por San Agustín. Jesús enseñó la existencia de un sólo Dios eterno e inmaterial, infinito y todopoderoso. Esta divinidad espiritual anima a todo el universo y a diferencia de otras religiones, cesa la confusión entre el Creador (Dios) y lo creado (naturaleza). El cristiano cree en la inmortalidad del alma y debe amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo. Uno de los caracteres mas destacados del Cristianismo es la infinita bondad del Padre que está en los cielos. En su nombre, Jesús pronunció el Sermón de la Montaña, que enumeró las bendiciones divinas para todos los hombres de corazón puro y dulce que fue, en realidad, un resumen de su doctrina. Mientras los griegos y romanos rendían culto a una serie de ritos sin sentido, cuyo carácter sagrado e importancia se basaba en su antigüedad, el Cristianismo estableció un dogma que cambio la naturaleza y forma de adoración. En vez de las frías divinidades paganas, mostró un Dios bondadoso, creador y dueño omnipotente, que no tenia pueblo ni raza privilegiadas. Proclamo la fraternidad universal, que no excluye a nadie, ni siquiera a los enemigos y enseño el respeto por los deberes sociales: La caridad, la solidaridad, la misericordia y el perdón de los pecados. El cristiano se relacionó con Dios , no con alimentos y bebidas, sino con un humilde acto de fe: la plegaria. Además, apartó al hombre de las miserias terrenales y le enseñó el recto comportamiento en esta vida transitoria para obtener la eterna felicidad en el cielo. La segunda parte de la Biblia constituye el Nuevo Testamento (escrito en lengua griega), conjunto de libros escritos por discípulos de Cristo, bajo su divina inspiración. Comprende: Los Evangelios, Los Hechos de los Apóstoles, Las Epístolas y El Apocalipsis. Los cuatro Evangelios según San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan, son los principales documentos que contienen la Revelación cristiana y nos permiten conocer la vida y milagros del Divino Maestro.

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Los Hechos de los Apóstoles escritos por San Lucas en Roma, luego de haber compuesto su Evangelio, es un importante documento que relata la historia de los orígenes de la Iglesia hasta el año 62. Contiene también una exposición completa de la prédica de los apóstoles. Las Epístolas o cartas dirigidas a los Apóstoles a los primeros fieles, en los que se cometan los Evangelios y se instruyen a los cristianos. El Apocalipsis, también llamado Revelación, es obra de San Juan el Evangelista y trata principalmente sobre revelaciones misteriosas relativas al fin del mundo. Perfil Pedagógico de Cristo

Jesús se presenta como un rabino o maestro itinerante. Pero no era un maestro común, como bien notaron los que lo seguían, porque: Enseñaba con autoridad. Jamás un judío se hubiera atrevido a enseñar colocándose como sujeto y fuente de sus afirmaciones; los maestros, escribas, sacerdotes, y los doctores de la Ley hablaban precisamente en nombre de la Ley ("Como dice la Ley..., como dicen las Escrituras..."). Su autoridad como maestro provenía del Padre, que era Dios. Hablaba no apoyado en la autoridad de la Ley, sino en la de Dios, a Quien llamaba Padre y a Quien decía haber escuchado. No era la suya una relación con Dios a través de los sacerdotes sino una relación directa, filial. Jesús hablaba de Su Padre, Dios. Él mismo, Su propia palabra es Verdad liberadora del hombre, porque siendo hombre perfecto, manifiesta al hombre su verdadero ser, que es de Dios y para Dios. Su enseñanza es original y, a la vez, una recreación y perfeccionamiento de lo ya existente ya que al tiempo que confirma la Ley, la enseñanza de Jesús invita a profundizarla, a espiritualizarla, a crecer. Es un maestro universal: Se dirige a todos, a los judíos y todos los hombres. Con gran escándalo de los judíos se dirige, no sólo a todos los hombres, sino también –y casi podríamos decir "principalmente"– a los que son pecadores, porque vino como médico para los enfermos, porque los sanos no tienen necesidad de médico. Se presenta como un guía experto y seguro para la vida del hombre, y lo invita a seguirlo: Sabe del amor pedagógico (a diferencia de los maestros de la época): Jesús no se impacientaba cuando instruía al pueblo, no le gritaba, no recurría a castigos físicos; contestaba las preguntas sin soberbia ni suficiencia y respetaba la libertad y los tiempos de cada uno.

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Es un maestro que se presenta como criterio y norma de conducta, algo que ningún judío había osado hacer abiertamente y en nombre propio: Si bien Jesús enseñaba a todos, no lo hacía de manera indiferenciada, no enseñaba a todos de la misma manera. Había diversos niveles, dados por el modo de acceso al Maestro, la capacidad de intelección, las situaciones personales y otros. La pedagogía de Cristo se presenta como una pedagogía diferenciadora. Enseña: a) Al pueblo, que es testigo de los milagros de Cristo y por ellos Lo admira y asiente a Su predicación, aun sin entenderla demasiado. De alguna manera podríamos decir que configuran una masa y, como tal, son más bien pasivos y su relación con el Maestro, superficial. b) A los discípulos, entre los que también podemos distinguir diferentes niveles: Los setenta y dos que reciben la misión de preparar la venida del Señor en las ciudades que Él quería visitar; Los doce apóstoles, elegidos por Cristo, los cuales conviven con el Señor, reciben la misión de la predicación del Reino, les es dado conocer el sentido de las parábolas, los misterios del reino de los cielos, y la profecía de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Finalmente, Cristo hace de estos apóstoles "maestros". Los discípulos escogidos: Pedro, Santiago y Juan, que acompañan al Señor en momentos especiales. c) A otros: el ciego de Jericó, José de Arimatea, el publicano Leví, las mujeres que seguían a Jesús (María Magdalena, Juana, Susana y otras), Marta, María y Lázaro, Nicodemo, con quienes el Maestro se encuentra en circunstancias muy personales, como personales son los diálogos que mantenía con ellos y la instrucción que recibían a través de los mismos. A lo largo de la vida pública de Cristo, y a través de Sus palabras, parece surgir siempre una y la misma exhortación dirigida al hombre, mostrándole como bienes a procurarse, como perfección a alcanzar, nada menos que LA SANTIDAD, LA PERFECCIÓN, LA INFANCIA ESPIRITUAL, siendo éstos su fin educativo. El contenido de la educación cristiana

El contenido o saberes de la educación cristiana se basaban en: La fe en Jesucristo, como el Hijo de Dios Padre, como el Mesías prometido Los Mandamientos.

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En íntima conexión con lo anterior, la conducta recta. El estudio de las Sagrada Escrituras. En toda educación la disciplina ha ocupado un lugar muy importante y no se halla ajena a la actividad de Cristo educador. Pero, a diferencia de lo acostumbrado en otras culturas y en la misma tradición hebraica (nos referimos al uso y abuso de los castigos físicos) Jesús también usaba de la advertencia, de la prevención y del elogio. Sin embargo, no están ausentes de su disciplina el reproche suave o reconversión y el reproche severo y hay –con este sentido educativo– abundantes referencias a recompensa, castigo y juicio final. Después de la crucifixión de Jesús, los apóstoles comenzaron a predicar la "Buena Nueva"; primero en las proximidades de Jerusalén, luego por las comunidades judías orientales, y finalmente por todo el mundo greco-romano. La persuasiva y poderosa palabra de los apóstoles, tuvo rápida aceptación entre los humildes, esclavos y obreros. Así surgieron las primeras comunidades cristianas, en cada una de las ciudades visitadas por estos "mensajeros de la buena nueva". Antes de retirarse de una población para continuar su predica, los misioneros dejaban organizados a todos los llamados hermanos. Estos llevaban una vida austera, de acuerdo con las normas establecidas por Jesús y se reunían diariamente para celebrar un culto muy sencillo. El que deseaba ingresar en la comunidad, debía renunciar a todo culto pagano y recibir la instrucción cristiana. Luego ingresaba en la Iglesia por medio de la ceremonia del Bautismo, la cual consistía en sumergir al converso en una cuba llena de agua y luego vestirlo de ropas blancas. Entonces era considerado, Neófito, porque recién nacía a la vida cristiana. Así, la Catequesis (enseñar de viva voz) significó tanto la acción de enseñar como el objeto mismo de la enseñanza. Este modo de conferir la verdad al pueblo comienza a ser un sencillo dialogo sobre las palabras y hechos de Cristo hasta que evoluciona en un proceso de instrucción más complejo, para entrar en el seno de la Iglesia a través del bautismo y predicar la sagrada liturgia de los fieles. La Catequesis presentó diferentes modelos, progresivamente mas complicados, según los distintos periodos de la expansión del Cristianismo. En primer lugar el modelo más simple está reproducido en los discursos de San Pedro, referidos a los Hechos de los Apóstoles; tratan, en esencia, de la fe en Dios y en su hijo Jesucristo, de la Penitencia y del Bautismo, y de la Resurrección y el Juicio Final. Los Evangelios sinópticos responden a este primitivo diseño de Catequesis. Posteriormente la Catequesis extiende un poco su contenido y se configura en torno al Credo o Símbolo de los Apóstoles, a instrucciones sobre el Bautismo, la Eucaristía y la oración dominical y a la moral cristiana inspirada en los Mandamientos de la Ley de Dios.

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Es muy probable que a finales del siglo I se hiciera ya el uso de la Didaché, el texto didáctico más antiguo que se conoce en su género (debió escribirse en el año 50 y el 70 de nuestra era) destinado a la instrucción cristiana que recoge de forma resumida normas de organización y liturgia de actos comunitarios, así como algunos comentarios sobre la vida, la muerte, el fin del mundo y otros temas El catecumenado o disciplina de lo arcano Se instituyó a principios del siglo III y se extendió hasta finales del siglo V. En esencia es el periodo de instrucción en el que se prepara el Catecumeno ( el que esta dispuesto a entrar en la comunidad cristiana) para recibir el bautismo y pertenecer a la Iglesia, desde el punto educativo constituye un hecho de interés. Así, el cristianismo se transmitió a través de la familia y de la Iglesia, especialmente a través de ésta, como depositaria del mensaje. Ésta crea para difundir su doctrina tres instituciones con matiz educativo: La catequesis, el catecumenado y las escuelas catequéticas. La primera obra de carácter didáctico es la llamada “Didajé”; es un pequeño tratado de contenido religioso y moral. En esta obra se expone a los creyentes un breve resumen de la doctrina de Cristo y contiene un conjunto de normas sobre la moral, sobre la organización de las comunidades y sobre la realización de actos comunitarios. El ideal perfecto del cristianismo fue variando en los primeros siglos según las exigencias ambientales. Se prescribió que en el monasterio todos deben saber leer y poder aprender de memoria por lo menos los Salmos y el Nuevo Testamento. Por tanto, si alguien deseaba entrar sin poseer este requisito, debía dedicar tres horas a aprender lectura, partiendo de las letras, sílabas y palabras. Estos centros llegaron a constituir en una firme institución, con caracteres de colonia agrícola, industrial y pedagógica a cuyo derredor se van formando núcleos de población. Se convierte en un centro espiritual de una población rural, integrada por sujetos, antes nómadas y guerreros, que a la sombra y bajo el influjo del monasterio, comienzan a llevar una vida de trabajador sedentario y de caballero respetuoso. Un gran paso en la estructuración del monacato lo constituyó la Regla de San Benito. Se propuso hacer del centro tanto una asociación como una milicia y una escuela combinada en una prudente armonía. Se trata de lograr una verdadera formación humana para el servicio de Dios en un clima de serenidad y austeridad. Junto a las labores agrícolas y caseras la misión de transmisión cultural suponía el esfuerzo físico de la copia de manuscritos. Se utilizan como instrumentos de expresión y elevación espiritual la música, el canto y la recitación. La austeridad ocupaba un importante lugar. Hay que destacar que el monje no vive sólo, sino que participa de una organización comunitaria.

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Las invasiones trajeron consigo la desmembración de la unidad lingüística. Para mantener la unidad del latín y regular la aceptación de nuevos vocablos se requería dedicar al estudio gramatical una especial atención. Así como los clérigos se educaban en las escuelas monacales y catedralicias, la sociedad medieval organizó sencillas formas de enseñanza para los artesanos utilizando para este fin las asociaciones gremiales y otras para los hijos de los señores que se habían de dedicar al servicio de la corte y al manejo de las armas. El modelo propuesto para estos últimos era el de perfecto caballero que cifra su ideal en la defensa del honor. La caballería estuvo constituida en un principio por hombres belicosos. La Iglesia se preocupó de formarles en el cristianismo, de prepararles para conquistar también la eternidad. El caballero piensa ante todo en mantener su gloria y su honor aquí en la tierra. Este tema será desarrollado en acápites posteriores. El llamado período Patrístico es un fase de la Filosofía y la Pedagogía cristiana. Recibe ese nombre por los Santos Padres de la Iglesia. Se desarrolló desde el siglo I al V. Sus teorías defienden la racionalidad del cristianismo frente a la filosofía pagana y pretende fijar la doctrina cristiana oficial frente a los movimientos heréticos. Pero más que sistemas completos abordan la solución de los problemas diarios de los creyentes. Los Padres de la Iglesia debieron solucionar un grave conflicto, el de introducir dentro de los métodos y formas del pensar griego la nueva doctrina cristiana. Hubo dos corrientes de los Padres de la Iglesia: Los Padres de la Iglesia Oriental, que pretenden conjugar la filosofía griega con la religión cristiana. Los Padres de la Iglesia Occidental o Latina, que pretendieron independizar la originalidad del Cristianismo atacando el saber clásico. San Agustín es el representante más alto de la patrística. Enseñó retórica pero su pensamiento pedagogo fue muy importante al describir las relaciones entre el maestro y el discípulo en su obra “De Magistro”. Hace algunas afirmaciones consecuentes con sus teorías de la iluminación que podían desconcertar a muchos educadores. El maestro sólo puede suministrar noticias e invitar a los alumnos a que expresen sus opiniones. Los que se intentaba era que el alumno consiguiera a acceder a la esencia del conocimiento. Para San Agustín el verdadero maestro es Jesucristo, aunque no prescinde del educador. También se encuentra San Jerónimo que trató con especial interés la educación femenina. La mujer más perfecta es la mujer virgen y considera que es preferible la virginidad al matrimonio. Los padres deben ayudar y educar a las hijas en la oración y en la lectura, alternándolo con ciertos lujos

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materiales. La mujer virgen deberá poseer un amor grande que pueda dar sentido a su vida. El niño deberá aprender a leer, jugando con signos, sin que caiga en el aburrimiento. Ese aprendizaje debe ser recompensado con premios. Las escuelas cristianas se fundaron debido al gran número de alumnos. Al principio para catecúmenos y luego una enseñanza superior, llamados catequéticos. Alejandría poseía la escuela superior más famosa del Mediterráneo, y el más famoso de sus representantes era Clemente Alejandrino. Los propósitos eran formar los catequistas y facultarles para que pudieran colaborar en la expansión del cristianismo. La enseñanza recayó en un solo maestro y se basaban en los principios de la especialización y graduación de la enseñanza. 4.2 El apogeo del siglo XIII El siglo XIII vio a la Europa occidental de la Edad Media en su esplendor social. Las invasiones habían cesado, el poder árabe se encontraba en declive y el feudalismo se extendía sobre nuevas tierras cultivables. El comercio había enriquecido algunas cortes occidentales, quienes comenzaban a ampliar su influencia y disputarle la hegemonía del poder a la Iglesia. Desde el punto de vista del pensamiento científico, el escolasticismo mostraba sus mayores exponentes y fomentaba una cultura de discusión entre sus corrientes que no había tenido igual en más de 1000 años. Una generación de monarcas ilustrados surgió en las costas del Mediterráneo. Federico II reinó sobre el sacro Imperio y Sicilia y fomentó la cultura en Italia y Germania. Sus protegidos Miguel Escoto y especialmente Leonardo de Pisa “Fibonacci”, el mayor matemático de la Edad Media, brillaron como figuras de la ciencia. El carácter de mecenas de Federico II llevan a Tatón a considerarlo como un “Príncipe del siglo XVI”, en alusión a su peculiar beneficencia a su corte de artistas y científicos. Alfonso X de Castilla y León, llamado El Sabio, reinó contemporáneamente en la península ibérica no musulmana. Nativo del importante centro cultura que fue Toledo, comprendió la importancia del saber árabe y fue protagonista principal de la difusión de los conocimientos científicos orientales en occidente. Bajo el reinado de Alfonso, la Escuela de Toledo se potenció y logró su máximo nivel intelectual El nivel artístico-técnico alcanzó asimismo su máximo esplendor, con la época de “la Europa de las catedrales”, consecuencia de la consolidación de las arquitecturas gótica, árabe y romana. Prácticamente cada centro poblado importante contaba con al menos un monumento a la grandeza de la deidad correspondiente, conformando a lo largo del viejo continente una cadena de

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monumentos arquitectónicos de singular calidad, que aún hoy asombran y maravillan. Pero mientras otros avances técnicos estimularon el desarrollo científico, la arquitectura se desarrolló separada de la teoría, basada en soluciones particulares a los problemas de construcción, colaborando en prácticamente nada con el establecimiento de una base intelectual. El apogeo técnico involucró avances continuos hasta el final de la Edad Media. Instrumentos como el reloj mecánico, la collera, el papel, las lentes, la brújula y por último la pólvora, estimularon la economía medieval, el comercio, el transporte, las comunicaciones y la actividad científica. La totalidad de estos adelantos técnicos se obtuvieron como adquisición de las culturas orientales, y principalmente de la China, imperio que había alcanzado un temprano progreso técnico. Este legado cultural tiene importancia superlativa, máxime considerando la posterior contribución de la imprenta en el siglo XV. La influencia de los modelos tomados del ámbito de la técnica sobre la forma de concebir el mundo es innegable. Conjuntamente, el incremento en la utilización de los aparatos técnicos propulsó el estudio de las ciencias que controlaban el comportamiento de los aparatos y permitían mejorarlos continuamente. Las características mencionadas describen al sistema de pensamiento científico del siglo XIII, el siglo más iluminado de la Edad Media. Basado en una recuperación de la validez de la percepción sensorial como herramienta de comprensión del universo, el objetivo de la actividad intelectual se transformó en descubrir la realidad subyacente, causa de los efectos observados. Pero, siguiendo la característica de la Edad Media, el progreso continuado era algo poco creíble. El apogeo medieval del siglo XIII fue seguido por un colapso abrupto del sistema feudal, producto de su propia expansión. El paulatino desarrollo de las ciudades y del comercio y las mejoras en el sistema de producción generaron excedentes que rompieron la autosuficiencia local del sistema feudal, cuya rigidez social era incompatible con estos dinámicos cambios. 4.3 El fin de la edad Media Sobre los albores del siglo XIV una profunda crisis comenzó a socavar el orden establecido en la sociedad feudal. La crisis de fines de la baja Edad Media involucró múltiples ámbitos, desde el demográfico al artístico, pasando por el económico, el social, el político, el espiritual; por tanto, el educacional. A continuación se examinarán algunas de las características del período final de la Edad Media y sus vinculaciones con el desarrollo de la actividad científica. Para comprender la evolución de la ciencia no debe dejar de considerarse que a partir de esta sociedad feudal devaluada y en crisis comenzó a construirse la sociedad capitalista del Renacimiento y su revolución científica.

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La crisis de la baja Edad Media En el marco intelectual, las desavenencias ideológicas internas en el ámbito de la Iglesia propiciaron la formación de sistemas de pensamiento diferentes al propuesto por los escolásticos e impuesto como dogma por las autoridades eclesiásticas. En el marco político, la autoridad papal se manifestó en declive, favoreciendo el desarrollo de los primeros estados nacionales, ligas de ciudades, o ciudades-estados independientes. Una fragmentación paulatina de Europa va unida a la escisión entre el poder civil y el papal y provoca una profunda crisis religiosa, alimentada por la reacción ante la especulación teológica excesivamente abstracta, que no llegaba en su pura teoría y sutileza a las nuevas clases dominantes de la sociedad medieval tardía. La peste negra, la Guerra de los Cien años, las revueltas campesinas, el cisma en el papado y la rebelión husita son muestras históricas puntuales de la problemática política y social que se generó en los últimos dos siglos de la Edad Media. Si bien la crisis se manifestó con variantes en las diferentes regiones del occidente europeo es posible señalar la existencia de una serie de rasgos generales, presentes en todo el ámbito europeo. El incremento de los despoblados, la disminución del espacio dedicado al cultivo, el estancamiento de los precios de los cereales, la caída de las rentas señoriales y la inseguridad creciente del campesinado son las manifestaciones más representativas de la transformación que sufría la sociedad medieval Los modelos malthusiano y marxista se han utilizado para explicar la crisis del siglo XIV. El primero considera que el profundo descenso de la producción agraria motivó los enfrentamientos bélicos, el descenso de población y su nivel inmunológico, hecho que a su vez abrió camino a la peste negra. Otras variantes del modelo dan más relevancias a la crisis agraria, manifestada en la caída de los precios de los productos originarios del campo y el problema demográfico. Por su parte, el modelo del materialismo histórico marxista considera a la crisis desde una perspectiva global, tomando en cuenta las relaciones sociales de producción. El modelo considera que la sociedad feudal padeció una crisis profunda generalizada, una crisis del modo de producción. Complementariamente, R. Brenner, criticando el enfoque malthusiano, puso el acento en el papel de la lucha de clases como determinante de la crisis Europea en la baja edad media. G. Bois propuso una explicación más globalizadora, que indica que lo que se produjo en Europa en el siglo XIV fue una crisis general del sistema vigente, manifestada en dos disfunciones, una vinculada con la producción y otra vinculada con el reparto de la renta. La primera fue consecuencia

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del estancamiento técnico y el descenso de la productividad, del trabajo, la segunda del incremento fiscal y el descenso de las rentas señoriales. De todos modos, la crisis bajomedieval sólo puede comprenderse en su integridad en el contexto del desarrollo general de la sociedad y las relaciones entre economía, sociedad y política del sistema feudal. Los historiadores han discutido si la crisis reveló la decadencia del sistema feudal, o si, por el contrario, suponía el anuncio de la próxima génesis, por supuesto difícil, de un nuevo mundo. La cuestión dialéctica de diferenciar entre una crisis depresiva o una crisis de crecimiento también vale en el aspecto científico. En el marco de los conflictos sociales mencionados, la ciencia tuvo sus propios enfrentamientos, marcados por las críticas al sistema establecido y la decadencia de las universidades. Las críticas nominalistas a Tomás de Aquino El sistema propuesto por Tomás de Aquino fue adoptado como doctrina por la Iglesia, ávida de mejorar sus fundamentos culturales, que no habían sufrido modificaciones significativas desde la época de Agustín. La especulación filosófico-teológica medieval propició el surgimiento de un movimiento nominalista crítico a la filosofía tomista. Duns Escoto desarrolló un técnico sistema de lógica y metafísica, rechazando el intento de Tomás de Aquino para reconciliar la filosofía racional con la religión revelada. Mantuvo, en una versión modificada, la doctrina de la doble verdad de Averroes, que todas las creencias religiosas son asuntos de fe, excepto la creencia en la existencia de una deidad, que consideraba demostrable desde supuestos lógicos. Guillermo de Ockham formuló la crítica de carácter más radical de la creencia escolástica en el campo de lo intangible, cosas invisibles como las ideas, esencias y universales. Opuso al conocimiento universal y racional aristotélico-tomista la idea del conocimiento intuitivo y experimental. Mantuvo que las entidades abstractas sólo son referencias terminológicas que designan a su vez otras palabras en lugar de ser útiles para referirse a cosas reales. Aunque concebida en un contexto diferente, su famosa regla, conocida como “la navaja de Ockham” (que afirma que no se debe suponer la existencia de más cosas de las necesarias según imperativos lógicos), se convirtió en un principio fundamental de la ciencia y filosofía modernas. En el siglo XIV, la escuela parisina de Buridan y Oresme utilizó los métodos de Ockham para criticar la doctrina aristotélica y algunos elementos de su concepción de la naturaleza facilitaron la transición hacia la nueva ciencia.

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Oresme piensa en la idea de una Tierra planetaria, para lo cual pone en cuestión la teoría aristotélica del movimiento. La teoría del ímpetu, propuesta por Juan Buridán le permite, asimismo, salvar objeciones tradicionales al movimiento terrestre y realizar importantes aportes a la física de los cuerpos en movimiento. En este tiempo, se refuerza la idea de que el mundo está sometido a ciertas regularidades y de que éstas pueden ser investigadas y tal vez conocidas por el hombre. Es probable que algunas ideas de Oresme y de Buridán que hayan podido llegar, al menos indirectamente, a conocimiento de Copérnico y de Galileo. La conexión histórica se establece a través de la universidad de Padua, vinculada con todas estas figuras. Sin embargo, los nominalistas parisinos no llegaron a afirmar ideas revolucionarias desde el punto de vista científico, limitándose tan solo a plantear su posibilidad. Un caso ejemplificante es la teoría del movimiento de la Tierra. Oresme parece satisfecho en fundamentar que los argumentos mecánicos en contra del movimiento terrestre no eran suficientemente poderosos, pero no esboza una teoría del movimiento planetario. Este hecho muestra que aún no estaban dadas las condiciones para el surgimiento de la ciencia moderna, como consecuencia de la fuerte oposición del sistema cultural establecido, que se había fortificado en las Universidades. La decadencia de las Universidades Al adoptarse por parte de la Iglesia una “ciencia oficial”, basada en el sistema tomista, las universidades medievales pasaron a ser centro de la enseñanza científica doctrinal. Desde ese momento, la tarea de solidificar el sistema del mundo aceptado pasó a ser el fin de la ciencia universitaria. Pero la situación universitaria interna pronto se ligó a la crisis social general, ya que la confrontación intelectual y el espíritu de debate en las concepciones políticas y sociales tuvieron una fuerte incidencia en el mundo universitario. El entorno de polémicas generadas a partir de hechos como la Guerra de los Cien Años o el cisma papal, aunque no se trataban de problemas académicos, tuvo una importante incidencia en el mundo universitario, generando una crisis universitaria paralela a otras crisis que se agudizan durante el siglo XIV. La Universidad de París deja de ser el centro único unificador del mundo intelectual medieval. Inclusive en su entorno surgen corrientes como la nominalista, en fuerte confrontación con la doctrina establecida. Como el resto de la estructura intelectual y política de la cristiandad, la universidad pierde la unidad de sus enseñanzas y la universalidad de su cultura.

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La ruptura de unidad se manifiesta en la fundación de muchos centros universitarios; en un rango igualitario a París está Oxford y proliferan por Europa nuevas Universidades: Colonia, Viena, Heidelberg, Leipzig, Praga, Pisa, Florencia, Pavía, Padua, etc. Esta proliferación no es una prueba de buena salud de la Universidad como institución, sino de la injerencia de diversos factores que pondrán a las universidades al servicio de sus particulares intereses. La Universidad se transformó en el centro ideal para la formación de burócratas al servicio de las pujantes monarquías nacionales. Al adquirir una orientación profesional que la destacaba como herramienta para el estado, éste no podía permitir que escapase de su control. Así, cada monarca o líder, de cada ciudad o república, tuvo como objetivo disponer de su propia universidad, las cuales perdieron su autonomía. Cada institución era patrocinada por una monarquía y estaba dedicada a su servicio. El nacionalismo y los enfrentamientos entre estados y doctrinas obligan al traslado de maestros y a que los ciudadanos de un estado se eduquen en su propia universidad, impidiendo su contacto con los pensadores de otras regiones. De este modo, se pierde el carácter universalista que había caracterizado al movimiento. Como consecuencia, algunas de las universidades languidecieron por la pobreza numérica de estudiantes y calidad de profesores y otras vieron afectado su prestigio por su excesiva vinculación a posturas filosóficas o doctrinas políticas. La injerencia de poderes externos en la vida de la universidad condicionó la libertad de enseñanza, convirtiendo en ocasiones a las universidades en portavoces de radicalismos y nacionalismos y en protagonistas de tumultos. El alumnado universitario se diversificó, incluyendo no sólo a nobles y clérigos, sino que paulatinamente se incorporaron ciertos componentes de la clase burguesa emergente, una clase media intelectual y nacionalista. La situación de la docencia y las autoridades universitarias se agravó por la precipitada creación de nuevas Universidades. Ello implicó la improvisación del profesorado y de las bibliotecas, con detrimento de la profundidad de la investigación. Complementariamente, al constituirse la enseñanza universitaria en una política de estado, muchas autoridades y catedráticos son impuestos de acuerdo a su utilitarismo a la causa local y no atendiendo a su nivel intelectual. La crisis del método universitario escolástico se manifiesta por la falta de interés en la gran cantidad de nuevos problemas técnicos. La universidad permanece cerrada en las doctrinas de sus autoridades, en su método dialéctico racionalista, desinteresada por los nuevos problemas, sin la dinámica necesaria para dar solucionar las nuevas cuestiones.

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La medicina puede considerarse como una tímida excepción, ya que la disección de cadáveres fue autorizada en el siglo XIV, aunque la doctrina médica de Galeno continuó con su tiranía sobre el pensamiento anatómico. Aún autorizada la disección humana, la presión religiosa y el prejuicio académico convirtieron el ejercicio médico experimental en una práctica furtiva. Como contribución postrera y en una analogía con la corrosión interna del sistema económico feudal, las propias universidades fueron cuna de los movimientos críticos al sistema especulativo tomista-agustinista establecido La crisis social, el fin del sistema feudal y los impactos sobre la ciencia La extensión del sistema feudal fue la consecuencia de su propia corrosión interna. El crecimiento del comercio permitió el desarrollo de una nueva clase social burguesa en las ciudades, surgiendo durante el siglo XIV los primeros síntomas de lo que se conoce como primer capitalismo o capitalismo mercantil. La transformación de la economía medieval se concretó con la acumulación de capitales de rentas y recaudación impositiva y la explotación de las minas de Europa central. De este modo se aumentó la riqueza pública, la circulación monetaria y la demanda. Como resultado, surgió una coyuntura favorable para el mercantilismo. La clase burguesa mercante contaba con problemas prácticos y aplicaciones que hacían necesaria una ciencia utilitaria. Como consecuencia, comenzó a generarse un movimiento científico paralelo al universitario oficial. Sobre el fin de la Edad Media, el proceso de retroalimentación estaba activado; los cambios producidos en las técnicas impulsaron a la ciencia y ésta a su vez produjo nuevos y más rápidos cambios en las técnicas. Ciertos acontecimientos aceleraron considerablemente el proceso de cambio de orientación de las actividades científicas. Tras la caída de Constantinopla llegó a occidente un gran número de científicos y manuscritos técnicos bizantinos y la introducción de la imprenta permitió una mayor y mejor difusión de los textos, popularizando el conocimiento técnico y científico. Desde su enfoque marxista de la historia de la ciencia, Hessen afirma que “la lucha entre la ciencia universitaria y la ciencia no universitaria, esta última al servicio de las necesidades de la incipiente burguesía, era un reflejo en el plano ideológico, de la lucha de clases entre la burguesía y el feudalismo” 1

1 B. Hessen, “Las raíces socioeconómicas de la mecánica de Newton” – II Congreso Internacional de Historia de la

Ciencia y de la Tecnología, Londres, 1931

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Es debatible el hecho de atribuir la motivación del contexto de confrontación a una lucha clasista, pero no es cuestionable su existencia, así como es innegable que será el espíritu de los hombres del Renacimiento y del intento de superar el rígido sistema impuesto surgirá la ciencia moderna. 4.4 Oriente como centro de desarrollo intelectual Mientras el mundo occidental se encontraba en una etapa de transición, los verdaderos adelantos en la ciencia y la técnica se llevaron a cabo en oriente. El Imperio Romano de Oriente Durante los primeros años de la Edad Media, el Imperio de Oriente se manifestó totalmente superior a los estados surgidos del antiguo Imperio de Occidente. El apogeo de la cultura bizantina corresponde a la época de Justiniano (550 d. C.), donde las ciencias exactas, naturales y médicas se desarrollaron en la Universidad de Constantinopla. Un marcado rechazo a la doctrina neoplatónica occidental se manifestó en la clausura de las academias de Atenas y en el elevado nivel de aplicabilidad de los tratados técnicos bizantinos sobre agricultura, veterinaria y medicina de la época. El nivel científico del Imperio de Oriente decayó a partir de la secularización de la enseñanza en el siglo VII, manifestando una pobreza de creatividad e inspiración e incluso de calidad en los comentarios de las obras griegas antiguas. El período de oscurantismo oriental se extenderá de manera similar a occidente, hasta los albores del nuevo milenio. La importancia fundamental de la actividad intelectual bizantina consistió en la conservación de las ideas helenísticas durante el período de las invasiones bárbaras en occidente y su posterior difusión entre sirios, persas y árabes, quienes posteriormente retroalimentaron la cultura occidental. La cultura islámica Con la decadencia del Imperio Bizantino no se detiene la supremacía intelectual de oriente. El surgimiento del Islam proporcionó a los pueblos árabes una cultura común y una estructura social y política que garantizó el contacto con los pueblos vecinos, favorecido por motivos comerciales. En este contexto, la ciencia se manifestó como una actividad impulsada por la continua absorción de ideas procedentes de lugares tan distantes como la civilización grecorromana mediterránea y las civilizaciones orientales de India y China. En sus primeros siglos, la religión islámica mostró no tener los efectos de contención que presentaba el cristianismo occidental para la ciencia. Consecuentemente, la sabiduría de la Grecia clásica cobró nueva vida en manos árabes.

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El carácter distintivo de la sociedad islámica respecto a la cristiandad occidental consistió en brindar a los científicos una posición social característica, intermedia entre el clasicismo griego y el mecenazgo renacentista. Califas, príncipes y ricos mercaderes fomentaron las investigaciones científicas, interesándose por sí mismos en algunos casos. El mecenazgo debía ser correspondido, por lo cual los científicos se veían obligados a avanzar en sus estudios sobre medicina, astronomía, aritmética, geografía y alquimia. Asimismo, el Islam es una de las pocas religiones en la cual ciertos conocimientos científicos básicos se necesitan para el ritual religioso. El requerimiento que obliga a los musulmanes a orientarse hacia La Meca en sus oraciones, requiere el conocimiento del tamaño y forma de la Tierra y la posición de las estrellas. Este detalle sencillo es una muestra la aplicabilidad de algunos conocimientos científicos difundidos en el pueblo árabe. El modelo clásico de las ciencias griegas fue adoptado por los árabes, quienes continuaron la tradición del enciclopedismo, que permitió a las principales figuras intelectuales islámicas comprender y unificar conceptos provenientes de las culturas mediterránea, mesopotámica, india y china. Las obras científicas clásicas fueron asimiladas luego de traducidas al árabe, desde donde serían traducidas nuevamente siglos después. Astronomía y medicina continuaron siendo las dos líneas diferenciadas de investigación científica, tal cual en la antigua Grecia. Pero vinculadas con ellas, otras ciencias se desarrollaron en este período. Como herramienta para el estudio astronómico, la matemática cobró una importancia trascendental. El manejo de la numeración se popularizó luego de la introducción de las cifras arábigas, de origen hindú, que a decir de Bernal “democratizaron las matemáticas” 2 El álgebra y la trigonometría también fueron desarrolladas por los árabes, esta última disciplina estrechamente vinculada con la geografía, en la cual la astronomía alcanzo su máximo de aplicación práctica, tanto en su rama descriptiva como métrica. Las observaciones astronómicas recabadas continuamente por los árabes durante casi 900 años fueron herramientas invaluables para los astrónomos del Renacimiento. Un aporte significativo de los árabes fue superar el prejuicio clasista que apartó a los pensadores griegos de los trabajos manuales. En este sentido, los árabes desarrollaron la óptica y la química. La alquimia fue base de la química primitiva, una ciencia que por su carácter experimental constituyó toda una novedad en la época.

2 J. D. Bernal – Historia social de la ciencia, Vol. I, pp. 229

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La utilización de experimentos, las observaciones instrumentales; la invención de variados aparatos para la destilación, la sublimación, la filtración; el uso de la balanza, y los instrumentos astronómicos graduados, como cuadrantes y astrolabios, muestran una clara orientación de la ciencia árabe hacia un primitivo método inductivo más vinculado con las ideas de Aristóteles, que con la ciencia especulativa característica de la época clásica o con la intelectualidad platónica mística que dominaba en Europa occidental. Entre los pensadores árabes más importantes de la época se destacan Hunain Ibn Ishaac (traductor), Al-Khwarizmi (matemática), Jabir (química), Al-Razi (medicina), Ibn Sina (Avicena, medicina) y Al-Fargani (astronomía), Al-Biruni (filósofo y enciclopedista) Conjuntamente con la conservación y transmisión de la ciencia helenística, la importancia de la contribución árabe al desarrollo científico en el período de la alta Edad Media es mayúscula, en el sentido de amalgamar la ciencia teórica y especulativa de la Grecia clásica con la técnica y ciencia aplicada característica del cercano y lejano oriente. La organización de la clase científica árabe, que había posibilitado el meteórico desarrollo de las ciencias, constituyó asimismo el motivo de su declive, al resurgir en el pueblo el pensamiento clasista que vinculó a la ciencia con las poderosas clases altas. Este hecho fue oportunamente utilizado por los fanáticos religiosos de la ortodoxia islámica, quienes veían a la ciencia como una actividad que competía con la fe. El declive fue gradual, inclusive algunos exponentes de relieve como Averroes surgirían en el siglo XII, pero fue una consecuencia directa de la decadencia política y social del extenso Imperio Islámico. Las invasiones tártaras redujeron y debilitaron el Imperio y el ascenso de los turcos propició el surgimiento de una clase clerical opositora de la ciencia. La ausencia de una clase media culturizada y la doctrina del aprendizaje por memorización del Corán son muestras del declive del pensamiento intelectual islámico. Para el tiempo que la ciencia árabe se paralizaba, occidente había consolidado su sistema económico y social y surgía un movimiento de redescubrimiento de la ciencia clásica basado en las propias obras traducidas por los árabes. La importancia de los musulmanes como pueblo que legó al mundo occidental la idea que la ciencia es una materia empírica, puede destacarse en las palabras de Briffault: "Los griegos sistematizaron, generalizaron y teorizaron, pero los hábitos pacientes de la observación detallada y prolongada y la indagación experimental fueron un tanto ajenas al temperamento griego... Lo que llamamos ciencia resultó a partir de nuevos métodos de experimento, observación y medida, que fueron introducidos en Europa por los árabes. La ciencia moderna es la más trascendental contribución de la civilización islámica..." 3 y por las ideas de Sarton "La principal, aunque también la menos obvia, adquisición de

3 R. Briffault – The making of humanity, pp. 193

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la Edad Media fue la creación del espíritu experimental y esto fue debido principalmente a los musulmanes hacia el Siglo XII" 4. 4.5 Epílogo Los aportes de la edad media Montesquieu y Voltaire, figuras de la Ilustración, en su característica actitud anticlerical, criticaron y denigraron a la Edad Media. Como un ejemplo, Voltaire plantea que la secularización del pensamiento es una condición imprescindible para la libertad. Estas ideas han condicionado la visión sobre el avance del pensamiento científico en el medioevo. A lo largo de este trabajo se ha tratado de reflejar el tortuoso camino necesario para avanzar desde la época clásica al renacimiento, tratando de comprender la contribución de la época medieval en la formación del mundo moderno. J. Bernal indica que “Es injusto esperar de la ciencia más de lo que se le exigió en su época” 5, una cita muy oportuna para valorar los avances científicos en el período medieval. A lo largo de mil años, la estructura social y política dominante tan sólo necesitó a la ciencia como justificación para la superioridad de la doctrina teológica. El sistema económico tuvo una base muy sencilla, y tan solo ciertos problemas técnicos muy limitados se manifestaron durante la primer mitad del período. Bajo estas condiciones, poco más podría esperarse del pensamiento científico que una evolución hacia el abstraccionismo místico agustiniano. La impresión es tal que hasta el año 1000, la energía de la sociedad occidental se canalizó a la formación y consolidación del sistema feudal, en una especie de lucha por la supervivencia ante un entorno hostil. Al consolidarse el sistema, la Edad Media es capaz de ofrecer su mejor luz, representada por el movimiento escolástico. Situados en este momento de esplendor, aún los más capacitados e innovadores sabios son incapaces de sugerir la independencia del conocimiento científico y continúan considerando a la ciencia como un instrumento subordinado, solo útil para ilustrar el carácter absoluto de las verdades teológicas. Ante el colapso social, la ciencia, aún en su precario estado, muestra su resistencia y se salva de la debacle al integrarse a la práctica. Será en el siglo XVI, cuando finalmente logre desligarse de la teología, que podrá dar el salto cualitativo para constituirse en una herramienta útil para el estudio y comprensión de la naturaleza y la solución de problemas aplicados. Una característica de la actividad científica en la Edad Media es la falta de una real valoración de los propios pensadores por sí mismos, en detrimento de ciertos referentes de la antigüedad. Evidentemente a la Edad Media le faltó una cultura individualista, lo cual impidió el desarrollo de corrientes culturales disidentes del pensamiento oficial.

4 G. Sarton – Historia de la ciencia y nuevo humanismo, pp. 174

5 J. D. Bernal – Historia social de la ciencia, Vol. I, pp. 255

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De todos modos, tomando en cuenta los ejemplos ocurridos en el ámbito de la filosofía religiosa, el rígido sistema establecido siempre se mostró capaz de reaccionar enérgicamente contra movimientos conflictivos. Aún en el caso de haberse intentado un pensamiento independiente, es dudoso que hubiera podido consolidarse frente a la oposición de las autoridades de la Iglesia y los estados. Las características del filósofo de la Edad Media pueden resumirse en la siguiente crítica de B. Russell a los métodos de Tomás de Aquino: “Hay poco del verdadero espíritu filosófico en Aquino. No se pone a seguir, como el Sócrates platónico, la argumentación dondequiera que ésta pueda conducirle. No se compromete en una indagación cuyo resultado sea imposible de conocer de antemano. Antes de empezar a filosofar, ya conoce la verdad; ésta se encuentra declarada en la fe católica” 6 La rigidez, el ver un techo a las investigaciones y el asumir una explicación única final es un rasgo de los pensadores occidentales de la Edad Media que denota su limitación al sistema de creencias establecido, una condición incompatible con el progreso de las actividades intelectuales. ¿ Por qué occidente ? Durante el período medieval, el desarrollo científico de la Europa occidental se encontraba en notoria desventaja respecto al alcanzado por otras civilizaciones. En los últimos mil años, la influencia de la ciencia clásica había llegado a India y China de la mano del islamismo y del budismo y allí se había desarrollado en un entorno más rico en problemas técnicos y desafíos. Casi la totalidad de los avances técnicos del período utilizados en Europa occidental procedían de oriente, inclusive aquellos que serán un factor decisivo en la difusión del conocimiento al iniciarse la época moderna. Cabe entonces la pregunta del acápite, ¿ Por qué la ciencia moderna surgió en la Europa occidental y no se desarrolló en otros centros culturales del mundo, en el marco de civilizaciones más avanzadas? Algunos historiadores de la ciencia cristianos como Duhem y Jaki plantean que la racionalidad medieval, de fuentes teológicas, fue uno de los factores que hicieron posible el nacimiento de la ciencia moderna. Jaki afirma que el nacimiento de la ciencia moderna sólo fue posible precisamente en la Europa cristiana, cuando se llegó a constituir la matriz cultural cristiana. Esta matriz se da en una sociedad con la creencia en una deidad personal creadora de un mundo posible de conocer si se lo estudia experimentalmente. Según esta teoría, en la Edad Media deben buscarse las raíces de la ciencia moderna, que, de acuerdo a los autores, son cristianas.

6 B. Russell – A history of Western Philosophy

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Es debatible la propuesta de Jaki, de que el cristianismo, al distinguir entre un orden natural y otro sobrenatural, abrió las puertas a la investigación del orden natural físico, no ligado al dogmatismo de lo sagrado. Analizando el estado de situación pre-renacentista y la posterior defensa acérrima de los dogmas y sus implicancias, no parece que las autoridades de la Iglesia tuvieran en cuenta la división proclamada por Jaki, sino todo lo contrario. Las autoridades eclesiásticas mantuvieron la injerencia en los temas científicos y continuaron su oposición al libre desarrollo de teorías que contravinieran los dogmas. Cierto es que de acuerdo a la filosofía tomista, las verdades teológicas y las filosóficas, son completamente distintas. Pero la separación no es una garantía de libertad, ya que la propia doctrina subordinó la ciencia a las necesidades teológicas. En este aspecto, más allá de reconocer la razón, poco se diferencia Tomás de la postura agustiniana, salvo por el enorme engranaje conceptual creado en torno a su teoría. El argumento utilizado por Jaki intenta explicar el estancamiento de determinadas culturas cuyos avances pueden catalogarse como científicos desde un punto de vista actual. Jaki indica que en estas culturas la ciencia se encontraba intrínsecamente subordinada a funciones religiosas. Pero este argumento es un arma de doble filo, considerando que en la propia Europa occidental, la ciencia “oficial” se encontró supeditada a las ideas religiosas durante el período medieval y durante gran parte de la época moderna. En vista de los procesos históricos, no cabe debatir si el esquema de la teología fue un freno al progreso científico. Parece inaceptable poner, a lo Duhem, el progreso como uno de los logros relevantes de la cultura cristiana. De acuerdo a Bernal, la revolución técnica del final de la edad media y el surgimiento de una clase social media mercante que propició la necesidad de una ciencia utilitaria fueron los motivos para el nacimiento de la ciencia moderna. Las sociedades orientales comenzaron a perder su dinamismo en el mismo momento que la Europa occidental comenzaba a descubrir un nuevo sistema económico activo. Tomando en cuenta el panorama que ofrece Bernal, el motivo de la decadencia de la civilización árabe y el posterior estancamiento del nivel técnico de civilizaciones orientales como India y China debe buscarse en la sociedad completa. La sociedad mandarín china y el sistema de castas hindú estancaron el nivel técnico y científico de la cultura y los intentos de desarrollo posteriores fueron coartados por los avances imperialistas europeos y la difusión del capitalismo. Según Tatón, las tendencias que determinaron la actividad científica en el Renacimiento aparecen progresivamente en los siglos XIV y XV, como consecuencia de una lenta evolución de la sociedad

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y el pensamiento medievales. Descarta que el surgimiento de la ciencia moderna corresponda a un accidente o catástrofe histórica, reforzando la idea del progreso continuo. La idea del progreso científico aparece de una forma menos sutil en las consideraciones de Kuhn, al proclamar el salto entre el paradigma aristotélico medieval y el nuevo paradigma científico. Kuhn indica como ejemplo de su teoría el quiebre entre la ciencia medieval, incapaz de resolver los nuevos problemas que le planteaban las nóveles actividades económicas, políticas y sociales y la ciencia moderna, asentada sobre arquetipos totalmente diferentes. De acuerdo la tesis de Koyré, el nacimiento de la nueva ciencia se vio facilitado por la combinación de corrientes aristotélicas y platónicas. La destrucción de la ontología medieval, aristotélica y subordinante posibilitó el desarrollo de la mentalidad libre de los pensadores del Renacimiento, fundadores de la ciencia moderna. Con la destrucción de la síntesis aristotélica, la ciencia se ve en la necesidad de encontrar un nuevo método de investigación de la naturaleza, tarea que concretará al definir las bases del método científico en los siglos XVI y XVII. Presagiando el Renacimiento Una técnica importada de China, la impresión mecánica sobre papel con tipografía móvil, fue adaptada y popularizada por Gutemberg en el siglo XV. Este hecho tiene consecuencias sociales y económicas revolucionarias. El abaratamiento de los libros por la imprenta y el papel permite la transmisión y acumulación de conocimientos de forma masiva. Hasta entonces era muy poco útil saber leer y escribir, ya que poseer un libro era un lujo accesible a muy pocos. Sólo los clérigos, transformados en una clase burocrática que se reproducía a sí misma, tenían acceso a grandes bibliotecas. Esto les permitía ser contratados por los gobiernos para actuar como secretarios, cronistas o contables y perpetuar a su clase en las esferas del saber y del poder. A partir de Gutemberg empieza a ser útil al ciudadano común aprender a leer. Que pequeños comerciantes y artesanos tengan acceso a un medio barato de transmisión de informaciones es un fenómeno completamente nuevo. Es coherente que esa nueva posibilidad de comunicación y acumulación de conocimientos conduzca a un sistema económico completamente nuevo y diferente de los anteriores. Un gran número de ciudadanos particulares pueden acumular conocimientos y aplicarlos a sus actividades empresariales. Será la burguesía, una nueva clase social culta, no sacerdotal, no aristocrática, sino procedente de los pequeños artesanos y comerciantes, que colocará a los conocimientos científicos al desarrollo de nuevas técnicas y métodos de producción. Las actividades productivas determinarán la temática de la ciencia y de ellas provendrán nuevos materiales para la observación, nuevos medios de experimentación y nuevos instrumentos.

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Bajo este nuevo sistema económico, la gran revolución científica que transformaría la forma de pensar y la concepción del mundo utilizando sistemáticamente nuevos métodos de experimentación y de abstracción matemática, no se haría esperar. Simultáneamente al avance científico, los artesanos fueron adquiriendo conocimientos técnicos que resultaron de incalculable valor para el desarrollo futuro de una ciencia experimental y progresiva. De este modo, las habilidades mentales y manuales se preparaban para alumbrar la nueva época: el Renacimiento, durante el cual retornará el espíritu de la ciencia clásica, renovándose, sistematizándose y afirmando su autonomía con respecto a la teología y a la filosofía, dando origen a la ciencia moderna. Esta ciencia se construirá bajo una visión individualista del mundo, por pensadores más agresivos y proclives a los debates. La polémica será una forma habitual del diálogo entre científicos que solo aceptarán los hechos de la naturaleza, independizándose de interpretaciones anteriores, en claro contraste con sus colegas medievales. La ciencia moderna introducirá una forma diferente de relacionamiento del hombre con la naturaleza y una libertad de espíritu proveniente del conocimiento de la realidad. La Edad Media concluye entonces, con un auténtico cambio en la organización intelectual de la ciencia y el inicio de la difusión masiva del conocimiento. 4.6 Conclusión Whitehead indicó que “En 1500, Europa sabía menos que Arquímedes, que murió en el año 212 a. C.”7. Respecto a la calidad del conocimiento, la veracidad de esta afirmación no puede ponerse en duda. La ciencia clásica alcanzó su máximo nivel de esplendor en los trabajos de los griegos de los siglos V al III a. C., produciendo avances de calidad insuperable al trabajar con un método especulativo y adelantos técnicos considerables dentro de un sistema de pensamiento que despreciaba a la ciencia aplicada. En comparación con la época clásica, el legado de la Edad Media palidece. Intelectualmente, durante este período no se avanzó respecto a la imagen griega y en ciertos aspectos se manifestó un retroceso. Pero no debe olvidarse que la ciencia clásica fue incapaz de desarrollarse en las sociedades esclavistas de la antigüedad y que era necesario un cambio de sistema cultural y económico para dar origen a una ciencia universal, consolidada sobre bases y métodos firmes.

7 A. Whitehead - Science and the Modern World

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El debate se traslada hacia la importancia de un período con las peculiaridades de la Edad Media para el desarrollo de la ciencia. En la Edad Media se desarrolló un sistema económico que modificó la actividad productiva, pero que colapsó abruptamente y fue tan solo el germen del sistema bajo el cual la ciencia en sí misma se transformó en una actividad productiva. Complementariamente, en el período medieval se consolidó el sistema de creencias de la sociedad occidental, bajo el cual, y pese a sus continuas oposiciones, las teorías científicas modernas se desarrollarían. Desde el punto de vista que se ha tratado de desarrollar en este trabajo, las características del mundo occidental sobre el año 1500 y no su nivel de conocimiento como proclama Whitehead, parecen ser la clave del asunto. Y es en este aspecto donde la contribución de la época medieval comienza a vislumbrarse. Una de las principales contribuciones es destacada por Bernal, quien indica que “El legado de la Edad Media fue esencialmente económico, técnico y político”.8 Sin duda, las mejoras técnicas y los problemas innovadores que la Edad Media tardía transmitió a los sucesores fueron de importancia para el proceso de cambio de orientación de las actividades científicas en los siglos XVI y XVII. Ciertas bases de lo que posteriormente se conocería como método científico, existían para el fin de la Edad Media, pero sería necesario una generación de nuevos hombres de ciencia, surgidos bajo una sociedad diferente, para comprobar su utilidad, potencia y aplicabilidad al mundo natural. Esta generación de científicos, los primeros considerados como tales de acuerdo a los cánones modernos, se desarrollaría a partir de una sociedad en confrontación, dinámica, que si bien no se encontraba en un nivel superior de cultura que otros pueblos, tenía los conflictos necesarios para contrarrestar toda rigidez que impidiera el progreso. Para realizar una síntesis última: En el occidente europeo, durante el siglo IX, ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito educativo, uno en el continente, en la época de Carlomagno y otro en Inglaterra, bajo el rey Alfredo. Carlomagno reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) al clérigo y educador Alcuino para desarrollar una escuela en el palacio de Aquisgrán. El rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente. Entre los siglos VIII y IX la presencia de los musulmanes en la península Ibérica (Andalucía) hizo de Córdoba la capital del califato omeya un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica de Grecia y Roma, las ciencias y las matemáticas.

8 J. D. Bernal – Historia social de la ciencia, Vol. I, pp. 274

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Durante la Edad Media las ideas del escolastismo se impusieron en el ámbito educativo de Europa occidental. Éste utilizó la lógica para reconciliar la teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles. Un profesor relevante del escolastismo fue el eclesiástico Anselmo de Caterbury, quien, como Platón, defendió que sólo las ideas eran reales. Otro Clérigo, Roscelino de Compiégne, en la línea de Aristóteles, enseñó el nominalismo, doctrina según la cual las ideas universales son irreales y sólo las cosas concretas son reales. Otros grandes maestros escolásticos fueron: El teólogo francés Abelardo y el filósofo teólogo italiano Tomas de Aquino. El reconocimiento de estos profesores atrajo a muchos estudiantes y tuvo una enorme incidencia en el establecimiento de las universidades en el norte de Europa desde el siglo XII. A lo largo de este periodo los principales lugares para aprender eran los monasterios que mantenían en sus bibliotecas muchos manuscritos de la cultura clásica anterior. Por este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países con estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte, como las de París, Oxford y Cambridge eran administradas por profesores; mientras que las del sur, como Bolonia, Palencia y Alcalá en España lo eran por los estudiantes. Una vez que el prestigio de las universidades crece y se consolida, los maestros adquieren privilegios similares a los discípulos. El Estado y la Iglesia observadores de este acontecer se interesaron en su control ideológico, para dicho fin les concedieron ayuda financiera y privilegios con la condición de designar las autoridades de las mismas. Lo anterior explica por qué las universidades creadas llevaban la impronta Papal o de reyes y emperadores en las cuales se va deteriorando el ejercicio abierto y democrático e imponiéndose el poder autoritario. La educación universitaria se va haciendo dogmática que si permite la discusión es bajo la orientación de las sagradas escrituras, motivo por el cual el discurso docente no podía sustentarse en la realidad. Pese a lo anterior es importante destacar que en el desarrollo de la educación superior los musulmanes y los judíos desempeñaron un papel crucial, pues no sólo promovieron la educación dentro de sus propias comunidades, sino que intervinieron también como intermediaros del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos. Los centros de Toledo y Córdoba en España atrajeron a estudiantes de todo el mundo civilizado de la época. La educación medieval también desarrolló la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio; sin embargo la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma. Por otro lado, es también importante analizar que esta época también denominada sociedad feudal es producto de la influencia de la Iglesia como fuerza vital y gran propietaria de latifundios y de la

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clase media emergente (burguesía) así aparece un sistema educativo de carácter múltiple con propósitos y objetivos antagónicos como consecuencia de la pugna de los sectores sociales principales. El niño de la aristocracia recibe una preparación intelectual superior que lo forma para las funciones mas prestigiosas de la sociedad; en cambio, el hijo del siervo no recibe instrucción escolar y está condenado a aprender de sus padres la destreza manual para participar en las labores de producción y asistir a la Iglesia con frecuencia donde se le enseña a ser humilde y resignado con su destino. En este contexto este niño sólo aprende oraciones, cantos religiosos y leyes divinas. De lo anterior se deduce que la Iglesia centraliza todo lo relacionado con la educación formal mediante la creación de escuelas parroquiales, monacales y episcopales que tienen hoy sus equivalentes en las actuales escuelas primarias, secundarias y superiores. Las estrategias de enseñanza descansaron en el trabajo manual y en el aprendizaje memorístico. La mayor parte del tiempo se dedicaba al estudio religioso, se practicó el castigo corporal y el idioma oficial de la enseñanza era el latín. En esta sociedad, la feudal, en sus últimos tiempos la burguesía como clase social (esto será mas claro en la época moderna) va adquiriendo fortaleza para oponerse al proyecto educativo de la Iglesia con la fundación de las denominadas escuelas municipales las cuales funcionaron sin control eclesiástico ni estatal. En las mismas se enseñó lectura, escritura, aritmética incipiente para el comercio y nociones de religión para atenuar los ataques de los enemigos de esta clase (nobles).

2.5 LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MODERNA 2.5.1 Siglos XIV al XVIII Es el Periodo histórico que, según la tradición historiográfica europea y occidental, se enmarca entre la Edad Media y la Edad Contemporánea. La edad moderna, como convencionalismo historiográfico —así como las connotaciones del término moderno, utilizado por primera vez por el erudito alemán de finales del siglo XVII Cristophorus Cellarius—, responde en su origen a una concepción lineal y optimista de la historia y a una visión eurocentrista del mundo y del desarrollo histórico. A pesar de ser aceptada comúnmente en los medios académicos occidentales como marco referencial, será objeto de una amplia reflexión entre los historiadores a lo largo del siglo XX en torno a su amplitud y sus límites cronológicos, sus escenarios geográficos, su alcance semántico y los fundamentos de la modernidad, entre sus aspectos esenciales. Generalmente (porque hay mucha controversia al respecto) su estudio comprende desde el pensamiento del siglo XIV hasta el pensamiento del siglo XVIII para dar paso después a lo que se denominó como Edad Contemporánea.

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Educación Humanística del Siglo XV Suele decirse que la Edad Moderna comienza en el periodo en donde nace el renacimiento, pues durante el mismo se produjeron una serie de cambios políticos, económicos, religiosos, intelectuales y artísticos. El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse como consecuencia del interés por la cultura griega y romana clásica que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griega emigraron desde Constantinopla a Italia. Entre los interesados mas destacados en sacar a la luz los manuscritos clásicos están los italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini. En el renacimiento surge el humanismo, cuyo movimiento tiene presente al hombre en todas sus facetas. Este espíritu del renacimiento está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas por varios educadores italianos donde se introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores durante mas de 400 años. Sobresalen, entre otros, el humanista alemán Erasmo de Rótterdam, el educador alemás Johannes Sturm, el ensayista francés Michel de Montaigne y el humanista filósofo español Luis Vives. La principal característica de dicho periodo fue un creciente laicismo en el contexto de la educación, donde se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana enseñada en las escuelas de gramática latina que, originadas en la Edad Media, llegaron a ser el modelo de enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio del siglo XX. La educación humanística supuso una rebelión contra las fuerzas conservadoras y se desarrolló de dos formas distintas: a) En Italia el humanismo se basó en la formación personal, en la cultura y en la libertad. Por

ello se vuelve la mirada atrás, renaciendo la cultura clásica y el paganismo. b) En el norte el cambio fue de tipo social y exigía una reforma de las condiciones de vida y de

la moralidad. La figura de Petrarca fue una gran influencia para la época. Estimulados por este erudito, los humanistas afirmaron que los valores y la superioridad del latín clásico sobre el medieval constituían la mejor expresión del espíritu humano.

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Las nuevas ideas promovieron nuevas tendencias en la educación. Los estudios humanísticos incluían la enseñanza del latín básico en sus tres aspectos: Lectura, escritura y conversación. La educación física gozó de gran aceptación entre los humanistas, pero no sólo en cuestión de deportes sino también en la dieta y en la higiene. Los manjares fueron suprimidos; los lujos fueron suprimidos y en su lugar se puso la sencillez. Se concedió gran importancia a todo lo que podía desarrollar la fuerza muscular y la energía de carácter. La educación moral no se limitaba a la obediencia ni a la autoridad religiosa, se intentó hacerla más práctica en sus aplicaciones a la vida de cada día. Las buenas maneras y la educación eran consideradas como aspectos esenciales de la educación moral. La educación intelectual incluía todo lo que tendía al desarrollo de la razón, del juicio, del espíritu de iniciativa y de la espontaneidad. Se enseñaba a los principiantes la lectura y la escritura por medio de tablillas de diversos colores que tenían unas letras combinadas para formar palabras. A los más adelantados se les explicaba con método y claridad los clásicos antiguos recalcando las ideas religiosas y morales; haciendo notar que todo lo bueno de sus obras nace de la divina revelación. A la enseñanza de la retórica seguía la de la aritmética, geometría, astrología y música que no son otra cosa que las disciplinas que integraban el quadrivium clásico. Se estudiaba a los grandes maestros de la filosofía: Platón y Aristóteles. Solamente al acabar estos estudios filosóficos el estudiante se licenciaba. La Reforma Protestante. La influencia del protestantismo La reforma protestante acaecida en el siglo XVI que ya no permite hablar de una Iglesia en el mundo cristiano, la católica, sino de varias Iglesias y ello hasta nuestros días, trajo consigo la desaparición de muchísimas escuelas católicas. El protestantismo negaba que el papa y el clero fuesen los intérpretes de la doctrina cristiana. La Reforma nos dejó algunos principios funestos como la intervención abusiva del Estado y el laicismo en la escuela. Durante el periodo de la Reforma se intentó dar más oportunidades pero no las masas sino a la burguesía emergente y cada vez mas poderosa. El motor de esta reforma parte de la figura de Martin Lutero (1483 – 1546). Sus escritos pedagógicos se resumen en tres cartas en las que aconseja a los padres, pastores, magistrados y hombres de Estado trabajar diligentemente en la educación: Carta a los señores magistrados: Llama su atención sobre la mala organización de las universidades; censura la educación antigua. El Estado debería intervenir y obligar a que instruyan a todo el pueblo.

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Llamamiento a los magistrados: Recomienda aquí el estudio de las lenguas clásicas (latín, griego y hebreo). Los niños aprenderán también historia, matemáticas, canto y música y para ello hay que fundar numerosas bibliotecas. Tampoco se ha de descuidar la literatura nacional. Instrucciones a los inspectores: Las ideas pedagógicas de este escrito no contienen algo nuevo. Los principios de la educación para Lutero eran muy simples: Los padres son responsables de la educación de sus hijos. Su autoridad viene de Dios. Deben mostrarse a la vez firmes y suaves, sin abusar del palo, pues los malos tratos agrían a los niños y despiertan en su corazón sentimientos de odio. El Estado debe organizar la enseñanza, su intervención es obligatoria. La enseñanza debe ser obligatoria. Sostiene que el Estado puede y debe forzar a los niños a acudir a la escuela, cosa que la Iglesia Católica nunca había hecho La religión es la base de la educación y considera al canto como un elemento importante de la educación religiosa. Se tiene que adaptar la didáctica a la naturaleza del niño; es por lo tanto una obligación del maestro conocer las facultades del alma, los instintos las inclinaciones y el carácter. La educación física le parece digna de admiración. Los alumnos han de aprender en la escuela los deberes prácticos de la vida: Los niños un oficio y las niñas una economía doméstica. La elección y la formación de los maestros es de importancia capital. Las Iglesias protestantes surgidas de esta Reforma al inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, catecismo, cultura clásica, hebreo, matemáticas, ciencias y lo que se podría denominar enseñanza secundaria. En estas escuelas elementales la lectura consistía por lo general en la pronunciación exacta de las palabras y en la memorización de las respuestas a preguntas del catecismo; se daban muy pocas oportunidades para una comprensión inteligente del significado. En las escuelas secundarias el método empleado consistía en memorizar reglas, declinaciones latinas y largos pasajes de los clásicos. A pesar de las teorías la mayoría de esto primeras aulas protestantes se convirtieron en lugares sombríos y en ocasiones llegaban a ser incluso terroríficos debido a una rígida forma de enseñanza basada en una disciplina extremadamente dura; la Iglesia local dominaba al alumno.

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En Suiza otra rama del protestantismo fue creada por el teólogo y reformador francés Juan Calvino, cuya academia en Ginebra fue establecida en 1559 convirtiéndose en un importante centro educativo. La moderna práctica del control de la educación por parte del gobierno fue diseñada por Lutero, Calvino y otros líderes religiosos educadores de la Reforma. La Contrarreforma de la Iglesia Católica La Iglesia Católica ante ello y como parte del conjunto denominado como “Contrarreforma” consideró de suma importancia reorganizar la educación con el consiguiente resultado de que empezaron a surgir una infinidad de órdenes consagradas a la enseñanza. Asimismo se procedió a la fundación de numerosas escuelas cuyos maestros habían sido preparados para llevar a cabo las tareas docentes. Una de estas escuelas católicas fue la dirigida por la orden religiosa católica: Compañía de Jesús fundada en 1534 por el religioso español San Ignacio de Loyola en 1540. Los jesuitas incluían en sus escuelas las siguientes materias: Latín griego, religión e historia de la religión. Posteriormente hicieron suya la idea protestante de enseñar en vernáculo. Por otra parte prestaban una especial atención a la educación física y fomentaban la práctica de los deportes y juegos. Tanto fuera como dentro de las aulas, los jesuitas fomentaban el espíritu de emulación. Pusieron en práctica una serie de elaborados planes tendentes a estimular la rivalidad. Los alumnos eran enfrentados unos contra otros, al igual que las distintas clases y se crearon una serie de sociedades honoríficas en las que sólo se podía ingresar después de una dura competición. El sistema de escuelas promovido por esta orden religiosa tuvo un papel preponderante en el desarrollo de la educación católica en muchos países desde el siglo XVI (incluida la América española y portuguesa). Los Hermanos de la Doctrina Cristiana fue otra importante orden católica fundada en 1684. En sus escuelas elementales, planeadas para los hijos de los obreros y de los pobres, la atmósfera era profundamente piadosa y las actividades de los alumnos severamente reprimidas. Enseñaban a leer y escribir, aritmética y religión. Emplearon el método de que el niño recitase la lección a toda la clase, no sólo al profesor, como hasta entonces. La educación realista del siglo XVI El tercero de los grandes movimientos en el despertar intelectual de la Europa Occidental fue el realismo. Los realistas del siglo XVI se daban perfecta cuenta de que las escuelas de su época estaban desfasadas con respecto a las realidades de la vida y que eran incapaces de preparar a los alumnos para la vida de cada día.

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Aspiraban al conocimiento completo y a la comprensión de la sociedad humana como el medio más idóneo para que el individuo pudiese encajar en el medio ambiente en el que vive. Los realistas humanistas propugnaron un plan de estudios demasiado avanzado para su época. Para educarse decían que no precisaban de libros, sino de contactos personales con la gente y con sus actividades sociales. Creían que la educación debía proporcionar las bases para las elecciones y decisiones sensibles, así como para la eficiencia social y el disfrute de las horas de ocio. Para ellos el arte de saber vivir debía constituir la finalidad de la enseñanza. También en este movimiento se quería dar a conocer los nuevos descubrimientos en lugar de limitar la educación a un mero estudio de lo ya conocido. Debían descubrirse los secretos de la naturaleza y utilizarlos adecuadamente para mejorar las condiciones de vida. La mayoría de los realistas eran educadores prácticamente interesados en el desarrollo de la escuela por considerarla la institución idónea para la mejora de las condiciones de vida. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1538), México y Lima (1551). LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO XVII Las transformaciones económicas hacen que durante los siglos XVI y XVII el eje de la vida cultural europea se traslade a Francia, Holanda e Inglaterra. Es una época de crisis profunda en la economía, en la sociedad, en las relaciones internacionales, la religión, la cultura y la conciencia del mundo. La base de la economía sigue siendo la agricultura en la que las tierras están en manos de los estamentos privilegiados. La guerra se convierte en el medio de relación básico entre naciones. Las creencias religiosas se manifiestan en actividades de fe ciega e intolerante, se encuentra detrás de mucha de las luchas del siglo. Se va a cuestionar la idea de Dios y la religión misma. Pese a lo anterior fue un periodo de rápido progreso de muchas ciencias y de la creación de instituciones que apoyaban el desenvolvimiento del conocimiento científico. La creación de estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural entre los letrados de los diferentes países de Europa. Las universidades dirigidas por los restos del pensamiento escolástico, se ven reducidas en su actividad. Los salones burgueses y las recién creadas academias científicas sustituyen a las universidades en su papel de vanguardia del saber. Se modifican las instituciones dándoles mayor amplitud y aumentando su nivel en relación con las exigencias. Los métodos y los programas cambian para suavizarse y hacer la escuela más tolerante.

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Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las escuelas de enseñanza secundaria. El Hospital de Cristo en Londres fue probablemente la primera escuela secundaria en enseñar ciencia con cierto grado de competencia. Durante este siglo muchos educadores ejercieron una amplia influencia. El educador alemán Wolfang Ratke inició el uso de nuevos métodos para enseñar la lengua vernácula, clásicas y el hebreo. Pedagogía racionalista Empezó a imperar la denominada pedagogía racionalista. En sentido general ser racional significó comprometerse con la razón y la lógica en la resolución de los problemas. La pedagogía racionalista fue un movimiento pedagógico y educativo, inspirado en el racionalismo pedagógico. Las características generales en la nueva confección inspirada por la filosofía moderna fueron: Fundamento filosófico: Se busca el apoyo en la educación exclusivamente en base a la razón y los principios filosóficos. Como consecuencia de todo ello surge una tendencia secular en la educación y la enseñanza. Materias impartidas: La educación literaria era en latín pero se produjo un gran auge en las lenguas maternas y esto se debe a un esplendor de la sociedad. La matemática aún no tenía mucha importancia pero poco a poco irá tomando un papel relevante en la educación. Las ciencias naturales y física se estudian a través de un método más racional que se basaba en el aprendizaje del método inductivo y para la comprobación se completaba con el método deductivo. Estos cambios en el campo educativo fueron muy lentos en la práctica y en este siglo aún no se notarán pero se deja plantado el germen para la evolución en el siglo XVIII. Enseñanza primaria popular La enseñanza primaria ha existido siempre en todas las sociedades. Por tanto, en esta época no es lógico hablar de su creación sino de su reestructuración para que sea asequible a las clases populares. La Iglesia Católica se preocupaba en educar al pueblo en las verdades religiosas y morales y esto significó las bases para la organización de las escuelas primarias populares. Su organización es obra de dos santos que extendieron la enseñanza a las clases populares. Éstos fueron San José de Calasanz, fundador de las escuelas Pías y San Juan Bautista La Salle, fundador de las escuelas cristianas. La dirección de estas escuelas se apoyó en un programa fijo que aunque escaso y defectuoso sirvió para la instrucción básica de la gente. La Iglesia Católica sigue con el poder ya que ellos son los encargados de asignar a los maestros y los libros. La religión era una asignatura obligatoria

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acompañada de la lectura, escritura y cálculo. En la segunda mitad del siglo XVII se crearon las escuelas pobres apoyadas por la misericordia de las clases altas donde la enseñanza era gratuita para los niños pobres y era obligación enseñar una buen lectura, aritmética, lengua cristiana (latín), gramática y principalmente la piedad y doctrinas cristianas. La educación en el siglo XVIII Durante este siglo se estableció el sistema escolar en Prusia. En Rusia empezó la educación formal bajo Pedro el Grande y sus sucesores. También se desarrollaron escuelas y colegios universitarios en la América Colonial y se implantaron reformas educativos derivadas de la Revolución francesa. Al final del siglo se fundaron en Inglaterra las escuelas del domingo por el periodista Robert Ralkes para beneficio de los muchas pobres y las clases trabajadoras. Durante el mismo periodo se introdujo el método monitorial de enseñanza por el que cientos de muchachos podían aprender con un profesor y la ayuda de estudiantes monitores o asistentes. Lo anterior abrió la posibilidad de la educación de masas. 5.2 Cambios en el saber de los siglos XVII y XVIII . Grandes representantes Francis Bacon Básicamente planteó que los cambios en el saber llevan a un desarrollo tecnológico que transforma la sociedad. El saber debe atender prioritariamente a la búsqueda de lo último para la humanidad. Por ello se le ha llamado humanista técnico. Frente al ideal meramente contemplativo de la sabiduría tradicional, la modernidad a través de Bacon, insiste en la dimensión práctica y transformadora del saber. En relación al método propone la inducción (generalización del conocimiento a partir de la experiencia empírica) como el camino hacia la verdad científica. Sin embargo plantea que esta tarea se ve frenada por una red de prejuicios que condujeron al error, los cuales nacen de nuestra propia naturaleza y de las filosofías antiguas. Para llegar a la verdad el camino más rápido es a través del método. La importancia de la ciencia se manifestó en los escritos de este filósofo inglés llegando a fundamentar los procesos de aprendizaje en el método inductivo que animó a los estudiantes a observar y examinar de forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a conclusiones sobre lo observado. René Descartes

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Desde el siglo XIV se estaba ya haciendo presente la crisis del modelo de pensamiento antiguo y medieval. Esta crisis en el orden de la ciencia dejaba caer sus sombras sobre la filosofía escolástica, en la se que educó el propio Descartes. Se muestra en la época grandes estudios e ideas pero que son ajenas al mundo de la vida y por lo cual era difícil extraer novedad alguna. Descartes en su texto “Discurso del método” pretende recoger el espíritu de la revolución científica y dar una nueva forma de planteamiento de la organización del sistema del saber y de las ciencias desde bases nuevas y sólidas a través del nuevo método. El Método es un camino hacia el conocimiento verdadero a través de un sistema de reglas o de tapas. No se puede basar en la opinión común ni en el convencimiento. Su raíz es el proceder racional. Utilizan la lógica como ley de la razón; el análisis geométrico y el álgebra que serán los tres pilares de un método universal que consta de cuatro reglas o etapas: Búsqueda de evidencias: Se basa en la regla de la geometría. Se impone la regla de no admitir como verdaderas cosas que no son evidentes. Con este punto de partida encontramos un criterio riguroso para determinar la verdad. Análisis o división: Un problema debe ser dividido en partes más simples, evitando que de los más complejos pueda brotar el error. Se basa en el álgebra. Ordenación o síntesis: La razón reconstruye su objetivo desde sus componentes más simples y según las leyes que rigen su funcionamiento. Hay dos clases de afirmaciones: Las proposiciones evidentes en sí mismas, indubitables y por ello sin necesidad de posterior demostración (verdades apodícticas). Las proposiciones deducidas de las primeras por razonamientos adecuados a partir de las evidencias primeras. Enumeración o revisión: La última etapa es la comprobación de los pasos realizados. La prudencia teórica de nuevo se impone. Por lo dicho, este filósofo francés remarcó el papel de la lógica como el principio fundamental del pensamiento racional, postulado que se mantiene hasta la actualidad como base de la educación en Francia. Jhon Milton y Jhon Locke El primero, poeta inglés, propuso un programa enciclopédico de educación secundaria, apoyando el aprendizaje de la cultura clásica como medio para potenciar la moralidad y completar la educación intelectual de las personas.

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El segundo, filósofo inglés, recomendó un currículo y un método de educación basado en el examen empírico de los hechos demostrables antes de llegar a las conclusiones. Defendió un abanico de reformas y puso énfasis en el análisis en el análisis y estudio de las cosas en lugar de los libros, defendiendo los viajes y apoyando las experiencias empíricas como medio de aprendizaje. Así, animó a estudiar un árbol mas que un libro sobre los árboles o viajar a Francia en vez de leer un libro sobre Francia. La doctrina de la disciplina mental, o sea, la habilidad para desarrollar las facultades del pensamiento ejercitándolas en el uso de la lógica y de la refutación de falacias propuesta por este filósofo, tuvo una fuerte influencia en los educadores de los siglos XVII y XVIII. San Juan Bautista de la Salle Fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1684. Estableció un seminario para profesores en 1685 y fue pionero en su educación sistemática. Juan Amós Comenio Tal vez el mas destacado educador del siglo XVII, Obispo protestante de Moravia. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. Comenio dirigió sus esfuerzos para conseguir un mayor beneficio en los niños. En su libro “Didáctica Magna” “Enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres” intenta explicar que la escuela tiene que enseñar al niño la cultura científica, moral y religiosa. Fue el primero en basar su método en la naturaleza del niño mezclado con una base psicológica. El programa debe ser fijado por el hombre y de él depende su desarrollo. La educación de los sentidos debe comenzar pronto para impedir que los malos hábitos retrasen la acción del educador. Para ayudar a la memoria en su trabajo de retener hay tres preceptos: Dar pocas ideas y muy claras, repetirlas a menudo y encadenarlas bien. El procedimiento debe ser fácil, agradable y rápido, que despierte el interés del alumno. Es preciso ir de lo fácil a lo difícil, de lo próximo a lo distante, de lo regular a lo normal, es decir, no pasar a un conocimiento nuevo sin tener una base. Es necesario el esfuerzo del alumno para adquirir unos conocimientos de ciencia y memoria. En el ámbito moral se debe adquirir en casa a través de los padres; cuando el niño posea estas bases, aproximadamente a los seis o siete años, puede pasar a la escuela popular. En la escuela popular se enseñaba la lectura, la escritura, el cálculo, algo de historia, geografía y nociones básicas de arte junto al catecismo. La jornada duraba cuatro horas: dos por la mañana en

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las que se estudiaban materias memorísticas y dos por la tarde dedicadas al canto y los ejercicios manuales. De los ocho a los doce años se instruía al niño en las materias clásicas. A estas escuelas se les conocía con el nombre de escuelas latinas. Comprendían seis asignaturas: Gramática, física, matemáticas, moral, dialéctica y retórica. De los diez y ocho a los veinticuatro años se pasaba a la academia que comprendía estudios universales. Los maestros debían prestar atención y vigilancia evitando los golpes y gritos. Los castigos debían evitar la repetición de mala acción. Los esfuerzos de este educador por el desarrollo de la educación universal le valieron el título de “Maestro de Naciones”. Jean Jacques Rousseau Es el teórico educativo mas relevante del siglo XVIII, nacido en Ginebra. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. En su obra Emilio (1762) insiste en que los estudiantes debían ser tratados como adolescentes mas que como adultos en miniatura y que se debe atender la personalidad individual. Entre otras propuestas concretas estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el estudio de la naturaleza y de la sociedad debe hacerse por observación directa. Sus propuestas radicales sólo eran aplicables a los niños, las niñas debían recibir una educación convencional. Las contribuciones educativas de Rousseau se dieron en el campo de la teoría y correspondió a muchos de sus seguidores poner en práctica estas ideas. El educador alemán Johann Basedow y otros abrieron escuelas en Alemania y en diferentes partes basándose en la idea de “Todo según la naturaleza”. La educación de la mujer A pesar del retraso de la escuela ésta ofrece un grupo poco numeroso pero de brillantes mujeres. La enseñanza se adquiría en salones y en la corte. Abarcaba el conocimiento de las lenguas antiguas y filosofía. Se probaba por primera vez que la inferioridad de la mujer en el ámbito intelectual era falsa. En las escuelas la presencia femenina era escasa y muy pocas sabían escribir correctamente y hacer operaciones básicas. Su programa comprendía la religión, la lógica, la gramática, la aritmética y nociones básicas de medicina y jurisprudencia. Los escritores profanos y religiosos que demandaban la instrucción de la mujer crearon escuelas de origen religioso. Su fin principal era la enseñanza de las niñas ricas y pobres.

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5.3 Conclusión y Síntesis Sobre este período y como conclusión se puede manifestar lo siguiente en base al Dr. en historia Jesús García del Portal. Lo que se venía preparando desde el siglo XIV se afianzó en el XVI, la burguesía adquiere poder sobre la clase que empieza a desplazar: La nobleza y con ello el capitalismo empieza a emerger sobre el decadente feudalismo. Los burgueses, comerciantes poderosos, empezaron a reunir a los trabajadores hasta entonces aislados para hacerles cooperar en su proyecto de conquista económica e ideológica. Mediante una gradual socialización de los trabajadores y de los instrumentos, se fue pasando desde la cooperación simple, a la manufactura y desde la manufactura a la gran industria, que caracterizará el siglo XVIII. Fueron cuatro, desde lo político ideológico, las corrientes pedagógicas que van desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII: 1. La que expresa los intereses de la nobleza cortesana. 2. La que sirve a la Iglesia feudal. 3. La que refleja los anhelos de la burguesía protestante. 4. La que traduce las tímidas afirmaciones de la burguesía irreligiosa. Los estudios superiores durante el Renacimiento fueron extraordinariamente caros y los estudios inferiores de carácter popular no existían, por ello Pierre de la Ramée comentaba: “Es cosa bien indigna que el camino que conduce a la filosofía esté cerrado y prohibido a la pobreza”. Si bien, el protestantismo se preocupó por la educación “popular” (1524), en el sentido de difundir las primeras letras que las escuelas monásticas del catolicismo ni siquiera tuvieron en cuenta, lo hizo en cuanto la difusión de la lectura permitía el tratamiento directo de la Biblia y orientaba en el sentido de la Iglesia reformada (la enseñanza en dichas escuelas no pasó de la religión, el latín y el canto de la iglesia). Lutero comprendió, además, la estrecha relación existente entre la difusión de las escuelas y la prosperidad de los negocios. “La prosperidad una ciudad –decía- no consiste solamente en poseer grandes tesoros, fuertes murallas, bellos edificios, grandes provisiones de mosquetes y armaduras. . . . El tesoro mejor y más rico de una ciudad es tener muchos ciudadanos puros, inteligentes, honrados, bien educados, porque éstos pueden recoger, preservar y usar propiamente todo lo que es bueno”. Pero si Lutero fue de los primeros en expresar que la instrucción era para la burguesía una fuente de riqueza y de poder, estuvo muy lejos de extender esos beneficios a las masas. Las muchedumbres miserables le inspiraban por igual el desprecio y el temor. Usaba para designarlas una expresión pintoresca: Herr Omnes, es decir, “el señor todo el mundo”. “No hay que bromear

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mucho con el señor todo el mundo –escribía-. Por eso es que Dios ha constituido autoridades porque quiere que haya orden aquí abajo” (LUTERO: Memorias). Educar a las clases acomodadas y no “abandonar” a las clases desposeídas, esa fue la intención del protestantismo. Por su lado, la Iglesia Católica ante la amenaza poderosa del protestantismo y para afianzar el poder del Papa y fortificarse, salió a luchar con las nuevas órdenes religiosas fundadas en su Contrarreforma como la milicia jesuítica. Sobre el terrero estrictamente pedagógico, los jesuitas se esmeraron en dar a sus colegios el más brillante barniz posible de cultura. Sus maestros eran, sin disputa, los más escrupulosamente preparados; su enseñanza, la más estrictamente dirigida. En una carta de Languet fechada en Agosto de 1571, puede leerse que “Los jesuitas eclipsan en reputación a todos los profesores y poco a poco hacen caer a la Sorbona de París en el desprecio”. La educación jesuita no usaba los recursos de la enseñanza sino como un instrumento de dominio. Especializados sobre todo en la enseñanza media, lograron de tal manera sus propósitos, que desde fines del siglo XVI hasta comienzos del XVIII nadie se atrevió a disputarle a la Compañía de Jesús la hegemonía pedagógica que la Iglesia había reconquistado. Hicieron coro, como grandes representantes del pensamiento, en el mismo siglo Bacon (1561-1626), Descartes (1596-1650), Pascal (1623-1662); afirmando el primero que la verdad va cambiando con los tiempos (y sobre todo: El poder aumenta con los conocimientos); aconsejando el segundo no rendirse nada más que a la evidencia; invitando el tercero a introducir el experimento como criterio seguro de las ciencias. El Novum Organum, de Bacon es de 1620; El Discurso del Método, de Descartes, de 1637; el Fragmento de un tratado sobre el vacío, de Pascal, de 1651. Con todo, un pastor de la iglesia portestante de Moravia –pastor para que se destacara mejor el carácter todavía indeciso de la burguesía que iba siendo cada vez más revolucionaria sin saberlo-, John Amos Comenius (1592-1671) se propuso dar en el terreno de la educación el cuarto gran libro que faltaba: veinte años después del Discurso del Método, la Didáctica Magna apareció (1657). Si con Comenius la necesidad de una “nueva educación” resonaba como un llamado desde la Moravia, con Locke (1632-1704) el mismo reclamo se levantaba desde Bristol. Asqueado de la Universidad de Oxford –como a Bacon le había ocurrido con la Universidad de Cambridge- Locke se preguntaba de qué podía servir el latín a hombres que van a parar en un oficio. “Nadie podría creer –dice- a menos de estarlo viendo, que se obligue a un niño a aprender los rudimentos de un idioma que no usará nunca y a olvidar por el contrario a hacer cuentas que tan útiles son no sólo en los oficios, sino en todas las condiciones de la vida”.

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Es de 1693 la obra fundamental de Locke en pedagogía, Pensamientos acerca de la educación, y aunque en ella sólo se preocupa, como queda dicho, de los cuidados a tener con un joven gentleman, no deja por eso de aconsejarle el estudio de la teneduría de libros como “absolutamente necesario”. 2.6 LA EDUCACIÓN EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA

Se reconoce a este período al comprendido desde el siglo XIX hasta nuestros días

2.6.1 La educación en la primera mitad del siglo XIX Heredera de la gran tradición pedagógica de los siglos anteriores, el XIX la continúa, aunque con diferencias significativas. En primer lugar prosigue la pedagogía idealiza iniciada en la época precedente y representada por filósofos de la altura de Fichte, Hegel y Schleiermacher y por escritores como Goethe. En esta misma dirección idealista se haya la figura de Federico Froebel, el creador de la educación de la primera infancia. También destaca la personalidad más realista de Federico Herbart, el fundador de la pedagogía científica y sus continuadores herbartianos. Puede decirse que mientras en la primera mitad del siglo XIX predomina la corriente idealista, en la segunda lo hace la realista y positivista. Al referirnos al siglo XIX, hablamos a menudo de revolución política y revolución social, como también de revolución Industrial e Instrucción Cabe recalcar que la revolución industrial cambió las condiciones y las exigencias de la formación humana. El Utopismo En el siglo XIX asistimos a una nueva ola de utopías en estrecha relación con las revoluciones industrial y política. Veamos algunas: Fourier se mueve en la tradición individualista de Rousseau, con su rechazo a toda sistematización impuesta, con su "educación armónica", que exalta la espontaneidad, el juego y el "mariposeo" del niño de una a otra experiencia. Habla de una educación "armónica" dentro de las "falanges" en las que los hombres se deben asociar para vivir y trabajar: "La educación armónica, en sus procedimientos, tiende en primer lugar a hacer surgir en la edad más tierna las actitudes instintivas, aplicando cada individuo a las funciones a la que la naturaleza lo destina y de las cuales se aleja con el método civilizado, que de ordinario, y salvo raras excepciones, coloca a todos en oposición a las vacaciones respectivas. La división del trabajo debe ser llevada hasta el grado supremo, a fin de poner cada sexo y dada edad a las funciones que le convengan. Por otro lado, Étienne Cabet auspicia para todas instrucciones elementales que comprende todos los conocimientos, y a partir de ésta una instrucción especializada con elementos teóricos y prácticos.

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Robert Owen quería “La formación integral, en lo físico y en lo moral de hombres y mujeres que piensan y actúen siempre racionalmente. Lo mas rescatable fue su crítica a la división del trabajo llevada a cabo en la industria y su programa pedagógico para corregir los efectos deshumanizantes. Restauración y nuevos Fermentos. Esta época fue una batalla contra la educación frailesca, entre Estado e Iglesia, pero no necesariamente entre cristianos y laicos, según el sentido que le da el católico Capponi. Prusia se puso pronto a la vanguardia de la organización escolar pública en Europa: en 1861, 1/6 de la población completaba la educación obligatoria; resultado escaso en sí, pero superior al de otros países europeos más avanzados: 1/7 en Inglaterra, 1/8 en los Países bajos, 1/9 en Francia y porcentajes muy inferiores en los otros países católicos. Esta época alcanza a todos los niveles de la instrucción, desde las escuelas infantiles, que precisamente empiezan a difundirse, a las escuelas elementales sobre las que se discute el nuevo método de la mutua enseñanza; a las escuelas secundarias, que se van articulando en humanísticas y científico-técnicas; a las universidades, con sus nuevas facultades que responden a las transformaciones de las fuerzas productivas. Después de la primera gran época de la didáctica abierta por la invención de la imprenta y por las iniciaciones educativas de los reformados, con la gran figura de Comenio, esta nueva época de la difusión de la instrucción a los grupos populares, del nacimiento de la escuela maternal, de la difusión de los libros de texto, de las nuevas escuelas para la formación de los enseñantes, marca un retorno a la investigación didáctica. a) Las Escuelas Infantiles. Un hecho nuevo de este siglo es el establecimiento de escuelas infantiles. De aquí arranca la moderna escuela de la infancia, o Infant’s school. Su aspecto más novedoso y característico era el paso de la acostumbrada beneficencia o asistencia a una verdadera y propia acción de educación y de primera instrucción. En un primer momento la escuela infantil de uno de sus grandes fundadores, Aporti fue para unos pocos niños de familias acomodadas; pero –él observaba - “Se ha de promover la fundación de una escuela similar para los pobres”. Sus apreciables iniciativas para la educación de los jóvenes de condición humilde están dentro de una concepción que considera “natural”, la división de clases, mientras auspicia “desarrollo moral”. La suya fue pues una educación del pueblo, no ciertamente para el pueblo.

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Su iniciativa sirvió para difundir las escuelas infantiles en toda Italia. Las batallas ideológicas alrededor de las escuelas infantiles de beneficencia, fue su misma inspiración excesivamente culturista, que anticipaba en ellas la instrucción elemental sin una metodología adecuada a la edad, lo que llevó a agotar pronto la experiencia. En la misma línea aparecerá la iniciativa de los jardines de infancia de Froebel. En su Menschennerziehunh (Educación del hombre), de 1826 y en la revista “La Familia Educadora”, transcribe y teoriza sus experiencias pedagógicas que, iniciadas ya en 1816, fueron llevadas adelante, a partir de 1837, con la fundación del “Instituto pata la educación del instinto de actividad de los niños y en los jóvenes”. La escuela es el lugar privilegiado de la religiosidad: “Escuela significa el esfuerzo para hacer conocer justamente al escolar la esencia y la vida íntima de las cosas y de él mismo” b) Las Escuelas Elementales. Anteriormente a las iniciativas de las escuelas infantiles, habían aparecido las de la instrucción elemental popular, para las cuales sus dos grandes modelos fueron los de la enseñanza mutua y el de Pestalozzi. Entre Filantropía y progreso económico la escuela cambia en todos sus niveles y aumenta el catálogo de las ciencias en la investigación universitaria. c) Las Escuelas Técnicas y la universidad El problema de la instrucción estuvo siempre vinculado a la revolución. La legislación posterior sobre las fábricas contendrá una y otra vez disposiciones acerca de la necesidad de la instrucción de los niños antes de su entrada a la fábrica o al menos durante su trabajo. A través de grandes sufrimientos de los niños, sometidos a interminables horarios de trabajo a los que se añadían las horas de escuela, se abrirían los caminos de la moderna instrucción elemental y profesional, los cuales todavía están lejos de estar abiertos a todos. Mientras va desapareciendo el tradicional aprendizaje de taller, controlado por las corporaciones de artes y oficios (en Inglaterra, donde se había establecido por ley en 1381, se suprimieron por ley en 1814), la institución escuela se va ampliando a los estratos productores, asumiendo nuevos contenidos científico-técnicos. Junto a éstas surgen las altas escuelas de ingeniería. d) El Renacimiento de la Educación Física. Otro aspecto del mundo educativo de la primera parte del siglo XIX fue el renacimiento de la educación física. No queremos con ello referirnos a la educación guerrera, la cual acabó, como

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educación caballeresca, con la muerte de Enrique II de Valois en un torneo, a la cual sucedió una educación cortesana, que unía a la caza, la música y la danza e incluso las letras. Nos referimos concretamente a aquel tipo de educación física, entendida como parte esencial de la formación del hombre, que solo la Grecia antigua había conocido y desarrollado en formas originales. Esta educación reaparece en el siglo XIX. En toda realidad o utopía pedagógica, de Pestalozzi a Owen, junto al tema del trabajo físico está también el tema del cuidado físico del cuerpo; lo encontraremos en la propuesta de Marx, que en 1866 integraba en su programa de formación del hombre omnilateral, además de la instrucción intelectual y tecnológica, la educación física. Sugirieron escuelas de gimnasia en Alemania, como asociaciones libres a partir de 1811, en un momento de renacimiento del espíritu nacional-popular alemán y desde allá se difundieron en otros países de Europa y de América. Esta nueva dimensión de la educación, que entra en las escuelas y afecta por ello el interés mismo del estado. Dada la presencia de la educación física y del deporte en el mundo moderno. De manera general, lo más valioso de esta época es la consideración de la pedagogía como ciencia, que se realiza a partir de Herbart. La educación gana ahora en precisión y rigor científico. La pedagogía de este siglo, a pesar de su carácter científico influye directamente en la educación por medio de las instituciones fundadas por los herbartianos como medios de aplicación de sus teorías. Aunque los pedagogos de siglos anteriores recomendaban el método inductivo, no solía aplicarse en las escuelas donde continuaba imperando el educativo, unido a la forma expositiva. En lugar de estudiar en el libro de texto páginas de memoria o escuchar pasivamente el discurso de un profesor, el alumno se elevaba de lo conocido a lo desconocido, de lo concreto a lo abstracto. Los métodos inductivos contribuyeron poderosamente al desarrollo de la inteligencia. Así, si en el siglo XVIII se atenuó el rigor en la disciplina, en el XIX se la suavizó por completo. La escuela moderna, con suave disciplina, con métodos atractivos, con recreos frecuentes y juegos permitidos, se diferencia totalmente de la de las otras épocas. La pedagogía idealista A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX surge en Alemania una constelación brillantísima de grandes filósofos y escritores que se ocupan de la educación y que pertenecen a las corrientes idealistas y neohumanísta de la pedagogía. No es fácil diferenciar donde empieza entre ellos el idealismo y donde el humanismo, pues casi todos poseen esos dos caracteres. Se pueden destacar los siguientes pensadores en esta linea:

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Juan Teófilo Fichte: Continúa la corriente idealista iniciada por Kant. Para Fichte la salvación de la nacionalidad está únicamente en la educación. Mas para esto es necesario que la educación llegue a todos los ciudadanos sin excepción alguna. No quiere una educación popular, pues, sino una educación nacional. La educación ha de ser eminentemente activa, basada en la propia actividad del alumno; lo importante no es el conocimiento sino la voluntad. Fichte ha sido también uno de los primeros defensores de la escuela unificada al pedir la educación de todos en todos los grados de la educación. Es uno de los precursores de la escuela activa al basar en su trabajo una parte de la educación. Federico Daniel Schleiermacher: Fue como casi todos los educadores de su tiempo, primero maestro privado y después profesor universitario. Influido por la corriente idealista de Platón y de Kant, considera la pedagogía como una ciencia derivada de la ética y la política. Aunque la educación pertenece al Estado, en ella debe intervenir la familia, la Iglesia, la ciencia y sobre todo la comunidad local. Considera que la educación religiosa corresponde a la Iglesia y no a la escuela. La influencia de este educador ha sido grande sobretodo en el campo de la cultura superior, universitaria, pero también en la primaria por sus ideas psicológicas y pedagógicas, de gran finura y profundidad. Jorge Guillermo Federico Hegel: Fue también profesor de enseñanza secundaria antes de pasar a la universidad. Representante máximo de la dirección idealista, creador de la idea del espíritu absoluto, la educación para él es el medio de espiritualizar al hombre Federico Froebel: Se dedicó a la educación de los niños, fundando una escuela llamada “Instituto general alemán de educación”. Fundó también la “Institución para los niños pequeños” que al poco tiempo cambió por el nombre de Jardín de Infancia. Esta institución tuvo gran éxito. Predomina en Froebel una visión mística y humanitaria. Se ha anticipado también a su tiempo en otras ideas; estas ideas son las de actividad y de libertad, en las que insiste constantemente y que constituyen la esencia de su doctrina pedagógica. Dice que todos los niños, todos los muchachos y jóvenes, sin excepción alguna, cualesquiera fuese su situación y su clase deberían emplear por lo menos una o dos horas diarias en un trabajo serio. Otra de sus ideas y que caracteriza su método de educación, es el valor que asigna a l juego para la educación. La escuela tiene una función social al igual que individual. Pedagogía científica El gran representante y fundador de la pedagogía científica, Juan Federico Herbart, estuvo siempre relacionado con la educación, aunque más bien desde el punto especulativo, pedagógico, que del práctico. Sus experiencias educativas le sirvieron de base para sus meditaciones pedagógicas de gran riqueza y finura.

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Para Herbart la pedagogía como ciencia, se basa en la filosofía práctica (ética) y la psicología. El fin de la educación según él, es la virtud, que consiste en el acuerdo de la voluntad con las ideas éticas. Estas ideas éticas son la libertad íntima, la perfección, la benevolencia, el derecho y la equidad. En la actividad educativa Herbart diferencia tres momentos esenciales: El gobierno: Se dirige a la conservación del orden, a la conducta externa de los niños, para lo cual el medio más importante es mantenerlos ocupados, activos. La Instrucción: Tiene por fin, como toda la educación, la virtud, es decir, “La fuerza del carácter de la moralidad”. La Disciplina: Se apoya sobre todo en el trato personal, pero se diferencia del gobierno en que éste se dirige más al comportamiento externo que a la conducta propiamente dicha. La formación del carácter, es decir, la consistencia y la uniformidad de la voluntad, constituyen el objetivo de la disciplina. Una idea poco reconocida en la pedagogía de Herbart es la necesidad de poner la educación en relación con la vida, es decir, con la del mundo inmediato del niño, partiendo de la vieja sentencia de “No aprender para la escuela sino para la vida”. En este momento la enseñanza debe ser descriptiva, porque ayuda a dar nociones claras y exactas. También debe ser analítica, porque por medio de preguntas y respuestas mantiene vida y animación en la clase; y sintética porque sirve para comunicar nociones que la interrogación no puede hacer descubrir, como los hechos históricos. Finalmente, la pedagogía de Herbart sostiene la necesidad de la intervención del Estado en la educación. Dicha pedagogía se caracteriza por su carácter intelectualista e individualista. 6.2 La educación en la segunda mitad del siglo XIX Principales características: Revolución Burguesa y Reforma de la Instrucción Uno de los más grandes movimientos en esta época: El Marxismo y los problemas Educativos. “La Función Civilizadora del capital” es considerada por Marx como la “pedagogía social” del capital, o sea la acción histórica desempeñada por él en la fabrica para disciplinar el trabajo e incluso para educar para el plustrabajo; este tiempo de trabajo excedente de la necesidad vital del obrero, que en la sociedad capitalista esta destinado a dar provecho al capital, puede y debe

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convertirse en tiempo de trabajo y de crecimiento intelectual, destinado a aumentar la riqueza social, o sea las necesidades superiores de todos los hombres. El marxismo no repudia, sino que hace propias todas las conquistas ideales y prácticas de la burguesía en el campo de la instrucción; universalidad, laicismo, estatismo, gratuidad, renovación cultural, integración de la temática del trabajo, así como la integración de los aspectos literario, intelectual, moral, físico, industrial cívico. Él no piensa en una instrucción profesional de niños destinados a funciones subalternas y ni tan solo a una instrucción pluriprofesional, o “instrucción profesional universal”; ésta le parece más bien “una propuesta predilecta de los burgueses”, que lejos de resolver los problemas de la formación del hombre, no resuelve los problemas que hoy llamaríamos de mercado del trabajo. Marx reconoce el significado de los primeros elementos de la instrucción del futuro en las escuelas politécnicas, agrarias y de enseñanza profesional que se iban estableciendo que prescribía la instrucción obligatoria para la aceptación de niños en el trabajo. Él tiene como objetivo la formación de hombres totalmente, omnilateralemente desarrollados. Marx no fue nunca autoritario en el sentido del estatismo; al contrario, siguiendo el ejemplo de los Estado Unidos de América, declara sin medios términos: “La educación puede ser estatal sin estar bajo el control del gobierno... Solamente materias como ciencias naturales, gramática, etc., pueden ser enseñadas en la escuela.” El Papel de las Mujeres. En esta época, entre las mujeres encontramos figuras de orientaciones muy diversas: La norteamericana Emily Bliss Gould, como Ferrante Aportí, pensaban en una educación del pueblo dirigida a contrarrestar la influencia ejercida por las familias populares. Gratuidad, bolsas de estudio, laicismo, modernidad de los métodos fundados en el trabajo, para el cual Elena Raffalovich, hebrea, rusa de nacimiento y esposa del gran humanista italiano del siglo XIX, Domenico Comparetti, apela a Froebel con independencia. El compromiso educativo de las mencionadas no está ciertamente separado de su compromiso en su propia emancipación personal y en la emancipación de la mujer en general. Nacimiento de la Nueva Educación La desconfianza respecto a la expansión de la instrucción no desaparece de golpe: El espíritu del barón Pertusato y Manoald Leopadi aletea todavía. Este ultimo, un conservador ilustrado pero escéptico, sostiene la necesidad de un poco de instrucción para que la agricultura se desarrolle; pero el humanitario y progresista Levin no está convencido.

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La relación educación-sociedad tiene dos aspectos fundamentales en la practica y en la reflexión pedagógica de esta época: El primero es la presencia del trabajo en el proceso de la instrucción técnico-profesional, que tiende a llevarse a cabo en el lugar separado “escuela”, en lugar de un aprendizaje en el trabajo, desarrollado junto, a los adultos; el segundo es el descubrimiento de la psicología infantil con sus exigencias “activas”. El trabajo entra en el campo de la educación por dos caminos distintos, que a veces se ignoran y a veces se entrelazan, se contraponen: El primer camino es el del desarrollo objetivo de las capacidades productivas sociales; el otro es el del moderno “descubrimiento del niño” El primer camino es muy duro, exigente: tiene necesidad de hombres capaces de producir “según las máquinas”, tiene necesidad de sustituir por algo nuevo el viejo aprendizaje artesanal, tiene necesidad de especializaciones modernas. El segundo camino exalta el camino de la espontaneidad del niño, de la necesidad de adherirse a la evolución de su psique, estableciendo la educación senso–motora y a la evolución intelectual a través de modos adecuados: El juego, la actividad libre, el desarrollo afectivo, la socialización. Por esto la instrucción técnico–profesional promovida por las industrias o los estados y la educación activa de las escuelas nuevas se dan la espalda; sin embargo apelan al mismo elemento formativo, el trabajo y a la misma finalidad formativa, el hombre capaz de producir activamente La pedagogía positivista Cabe destacar que en la segunda mitad del siglo XIX se difunde también una corriente filosófica, el positivismo, que tuvo sus repercusiones en la pedagogía. El mayor representante de él es Herbert Spencer. Es autor de una conocida obra, “La educación intelectual, moral y física”. La educación para él es la preparación para la vida completa. El ideal de la educación consiste en obtener una preparación completa del hombre para la vida entera. Spencer da una gran importancia a la educación física y al estudio de la naturaleza. Es por fin el representante de la pedagogía individualista, al negar al Estado el derecho a intervenir en la educación. En realidad hay muy poco de original en la pedagogía spenceriana, a no ser su insistencia en el carácter utilitario, pragmático de la educación y en el valor del conocimiento científico. El siglo XIX y la aparición de los sistemas nacionales de escolarización Es importante recalcar este aspecto, muy propio del siglo XIX, de allí su descripción a manera de síntesis. El mas influyente de todos los seguidores, como se manifestó, fue el educador suizo Johann Pesatalozzi cuyas ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente. El principal objetivo de este educador fue adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del

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niño. Para lograr este objetivo, consideró el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos). Otros influyentes educadores del siglo XIX fueron el alemán Friedrich Frobel que introdujo los principios de la psicología y la filosofía en las ciencias de la educación: Orase Mann y Henry Barnard fueron los educadores estadounidenses mas famosos que llevaron a su país las doctrinas de Pestalozzi y de otros educadores europeos; el filósofo inglés Herbert Spencer que defendió el conocimiento científico como el tema mas importantes a enseñar en la escuela; el español Francisco Giner de los Ríos y el obispo danés Nikolai Grundtvig que estableció ideas pedagógicas que fueron la base para la ampliación de la educación secundaria a toda la población. El siglo XIX fue el periodo en que los sistemas nacionales de escolarización se organizaron en el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y en otros países europeos. Las nuevas naciones independientes de América Latina, especialmente Argentina y Uruguay, miraron Europa y Estados Unidos buscando modelos para sus escuelas. Japón, que abandonó su tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus instituciones, tomó las experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos como modelos para el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno. 6.3 Primera mitad del siglo XX En 1919, primer año de paz después de la primera guerra mundial, se elaboran por parte de Ferriére los “30 puntos” que definen la escuela nueva, entre ellos se encuentran: - La nueva escuela es un laboratorio de Pedagogía Activa - En Materia de educación intelectual, la nueva escuela busca abrir la mente a un acultura

general, a la que se une una especialización en principio espontáneo y dirigido después a un sentido profesional.

Los problemas de la instrucción en el socialismo. Las reelaboraciones del pensamiento marxista que en esta época son hechas por Lennin y Krupkaia, se concretaron en la institución de una “escuela única del trabajo”, las cuales estaban destinadas a guiar, en medio de las dificultades, todo el desarrollo del sistema de instrucción en la Unión Soviética primero, en los otros países socialistas después, dejando una profunda huella en la reflexión pedagógica y en las realizaciones escolares de otros países. Por otro lado, junto a la educación de los sentimientos y al trabajo, lo colectivo es el otro gran motivo de la pedagogía de otro gran representante como fue Marakenko; pero lo colectivo no sólo puede tener valor educativo si no le faltan perspectivas de vida y gozo: “el gozo del mañana” como él dice. La educación de los sentimientos se puede tener solo si se saben proponer tales perspectivas, que pasen de ser individuales a ser de grupo, del grupo se amplíen a la clase social y a

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todo el pueblo, más aún a todos los hombres del mundo. El trabajo, la colaboración, la perspectiva de gozo, la felicidad para todos los hombres. Los Problemas de la Instrucción en las Democracias Burguesas. Para este acápite se describirá a el pensador norteamericano, John Dewey, máximo teórico de la escuela activa y progresista del learning by doing el cual propone, no una prerrogativa del socialismo, sino una fuerte acentuación en la relación de interacción entre la vida social y la vida escolar, o más en general educativa; su juvenil Credo pedagógico, de 1897, apela constantemente a esa relación necesaria. Al reproponer su ideal educativo en una conferencia de 1932, publicada en La educación de hoy, Dewey sintetizaba agudamente la historia pasada y futura de la escuela definiendo el sistema de instrucción del viejo mundo como “La escuela como monasterio”. Dewey puede ser considerado uno de los más geniales observadores de la relación entre educación y producción entre educación y sociedad; el aprender haciendo, centra la unida de instrucción y trabajo. No es la misma unidad de la que hablaba Marx sino de la adecuación dinámica de la escuela a la vida productiva real, dinámica en el sentido de que la escuela puede ser llamada a colaborar en el cambio. Asumió todas las instancias de socialización pero sin despreciar las del individuo, la educación del individuo es una cosa más bonita que la educación del ciudadano; considerada bajo el aspecto político, en relación con la necesidad de la época, la educación del ciudadano debe tomar el primer lugar. Otros movimientos educativos de la época Para este tiempo Pavlov distinguió entre los reflejos condicionados elementales, comunes al hombre y al animal, que son reacciones a estímulos concretos, y los reflejos condicionados superiores, que se producen en el nivel del llamado segundo sistema de señalación ante estímulos constituidos por “señales” de objetos, o sea del lenguaje dando lugar a relaciones sociales y al pensamiento abstracto, se inicia con ello los principios del movimiento conductista en la educación. J.B. Watson, consideró siempre la psicología como parte de las ciencias naturales, negó que la “caja negra” de la conciencia pudiera ser objeto de ella, considerando cognoscible sólo la conducta. El estudio objetivo de las relaciones entre estímulos y respuestas, propuesto por Watson, comportaba en el nivel pedagógico una concepción antinnatista y fuertemente optimista sobre las posibilidades de la experiencia y del ambiente y de los procesos educativos sobre el desarrollo de la psique.

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Ingresando ya a los inicios de lo que se denominará como la corriente del Constructivismo, el tema que une y divide a Vigodski y a Piaget es la relación entre naturaleza y ambiente, o educación, en el desarrollo del individuo; que es lo mismo que decir la relación entre personalidad y socialidad, entre libertad y autoridad. La actividad humana se caracteriza, en efecto, según Vigodski, como actividad mediatizada por instrumentos que son el resultado de la historia de la humanidad y del desarrollo del individuo; y estos pueden ser “ya sea los instrumentos materiales, en cuanto medio de trabajo, para dominar los procesos de la naturaleza, ya sea el lenguaje, en cuanto medio de la comunicación social” Sin estos instrumentos no existe el hombre; solo a través de su uso crecen en el individuo y en la especie las funciones psíquicas superiores: “El uso de los medios auxiliares, el paso a un tipo de actividad mediata, modifica y reestructura toda operación psíquica de manera análoga a aquella en que el uso del instrumento material modifica la actividad natural de los órganos, y amplía indefinidamente el sistema de la actividad de las funciones psíquicas”.Esta concepción atribuye un papel esencial no solamente al lenguaje, sino también a la educación, así como el trabajo, o sea al uso de los instrumentos auxiliares materiales en la educación. Dice Vigodski: “Desgraciadamente, la educación tradicional, manteniendo a los niños lejos del trabajo, no les ha permitido manifestar y desarrollar las facultades creativas fuera del campo del arte” Ésta es su “concepción sociocultural” de la conciencia, que nunca es un hecho puramente individual, sino que va acompañada de la convicción del paso histórico y crecimiento de la biología a la psicología y pedagogía. Esto sólo puede ocurrir “En una actividad colectiva, bajo la guía de los adultos”. La conclusión pedagógica es que “Característica fundamental de la instrucción es la creación de un área de desarrollo potencial” Ante la exigencia de Vigodski sobre la función de la instrucción institucionalizada en la estimulación del desarrollo, Piaget le objeta por una parte que los fracasos escolares son debido al hecho de que los dones de la instrucción son presentados al niño demasiado pronto o demasiado tarde y por otro lado los éxitos de las escuelas activas demuestran que se puede provocar una elaboración espontánea de los conceptos. La crítica de un pensamiento es sustituida por un juicio sobre la corriente ideal de la que forma parte. Piaget distingue unas “Grandes estructuras sucesivas”: 1. El periodo sensitivo-motor ( de 0 a 2 años) 2. El pensamiento preoperativo (de los 2 a los 7 años) 3. Las operaciones concretas (de los 7 a los 11 años) 4. Las operaciones preposicionales o formales (de los 11-12 a los 14-15) Otro movimiento importante: Italia bajo el Fascismo de Gentile a Gramsci

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a) De Gentile a Bottai Las discusiones sobre la relación instrucción-trabajo, sobre la oposición entre individualismo y sociedad o entre maduración autónoma y determinación educativa y sobre la relación adulto-adolescente, responde en términos y palabras nuevas los problemas antiguos de la relación entre el decir y el hacer, entre gobernantes y gobernados y la praxis política traduce todo esto en términos organizativos y reales. Estas reformas fascistas de izquierda creían imitar la idea socialista, que se intentaban llevar en la Unión Soviética, pero en realidad fueron malas copias de Marx y Lenin. El fascismo de izquierda no sólo reproponía una escuela discriminante, a la manera de Gentile, sino que demostraba tener una concepción decididamente retrasada del trabajo en la sociedad moderna. b) La Reflexión de Antonio Gramsci En los años de Gentile y Bottai, Gramsci, opositor del fascismo, reflexionaba predominantemente en la pedagógico-política. Recoge en una síntesis crítica muy original los diversos temas de tradición liberal-democrática y de la tradición socialista; de tal manera, que podemos decir que Gramsci es el único pedagogo italiano de nuestro siglo de quien se habla en todo el mundo. Su análisis de la crisis de la organización escolar y su investigación de un nuevo principio educativo parte, marxísticamente y teniendo en cuenta la contradictoria experiencia soviética, de la relación entre desarrollo científico-tecnológico y escuela y concluye regresando a los procesos sociales. 6.4 La segunda mitad del siglo XX Los hechos decisivos para la educación en la segunda mitad del siglo, después del trágico conflicto mundial de la segunda guerra mundial, son el progreso tecnológico y la maduración de las conciencias subalternas. Estos hechos se ponen en evidencia sobre todo en dos momentos. El primero corresponde al lanzamiento del Sputnik soviético, la primera salida del hombre de la tierra en 1957, que parecía demostrar la superioridad de un sistema de organización científica y educativa. El otro momento es consecuencia de la expansión de la instrucción con las expectativas y desilusiones que ésta comporta para las nuevas generaciones. Es la toma de conciencia por parte de los jóvenes de la desigualdad de la relación educativa. Nuevas Tendencias de Marxistas y Católicos En el periodo posterior a la segunda guerra mundial, en el que el mundo parece dividido en dos bloques contrapuestos, ante los cuales se va determinando la identidad de un tercer mundo, la pedagogía sigue inevitablemente las líneas políticas generales. En los estados occidentales la pedagogía sigue inspirándose en los movimientos de Dewey; en los estados socialistas la inspiración se centra en Marx; En los países fascistas su pedagogía es católica y marxista.

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Mientras que la influencia de la pedagogía activista anglosajona y en especial norteamericana domina en la Europa occidental, la pedagogía católica tiende a renovarse, mientras que los marxistas experimentan el contraste entre las tesis rigurosas de Marx sobre la relación instrucción-trabajo y la práctica diversa de las escuelas activas, la escuela perpetúa su cansada rutina, algo nuevo va madurando. Un singular documento de la base fue publicado en 1967, la carta a una profesora. La rutina, la pedantería de los enseñantes que se contrapone a la realidad viva de los escolares y de sus problemas. Por otro lado, en las investigaciones de los pedagogos y en los proyectos de reforma escolar se perfila una figura simétrica y opuesta, no del obrero que quiere estudiar, sino del hombre culto que sabe trabajar con las manos. Todas las enseñanzas (las "educaciones" como ahora lo llaman) están concebidas en un plano de igualdad: La educación lingüística, la educación matemática, la educación técnica, la educación artística y musical y la educación física. Tendencias y Dificultades en los diversos países No es casualidad que en Italia la reforma de la escuela posterior a la media unificada haya encontrado dificultades y resistencias que se han hecho insuperables precisamente en cuestiones de relación entre cultura general, preparación profesional y la presencia del trabajo en el curriculum educativo. Sin embargo se manifiestan problemas, dificultades y tendencias análogas en otros países, a pesar de la diversidad de las condiciones sociales, de las orientaciones políticas, de las situaciones escolares y de las tradiciones pedagógicas. El último cuarto del siglo ha encontrado sus instrumentos pedagógicos en numerosas organizaciones y asociaciones, de tipo privado o estatal: Federaciones internacionales sindicales, asociaciones culturales pedagógicas, organizaciones "regionales internacionales". Entre las organizaciones: Sindicales: La Confederación Mundial de las Organizaciones de la Profesión Enseñante (CMOPE sigla francesa /WCOTP sigla inglesa), Federación Internacional Sindical de la Enseñanza (FISE) Culturales: Asociación Mundial de Ciencias de la Educación (AMSE sigla francesa / WAER sigla inglesa) Oficiales: Centro de Investigación de la Innovación Educativa (CERI en Europa) United Nations Educational, Scientific and Cultural Organisation (UNESCO)

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En el documento de la ONU llamado "Declaración universal de los derechos del hombre" encontramos lo siguiente: 1. Todo individuo tiene derecho a la instrucción. La instrucción debe ser gratuita al menos en lo que respecta a las clases elementales y fundamentales. La instrucción elemental debe ser obligatoria. La instrucción técnica y profesional debe estar al alcance de todos, y la instrucción superior debe ser igualmente accesible a todos con base en el mérito. 2. La instrucción debe ser dirigida al pleno desarrollo de la personalidad humana y al razonamiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales. Debe promover la comprensión, la tolerancia, la amistad entre todas las naciones, grupos raciales y religiosos, y debe favorecer la obra de la Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. 3. Los padres tiene derecho de prioridad en la opción del tipo de instrucción que se ha de impartir a sus hijos". El siglo XX. La Educación centrada en la infancia A manera de síntesis se puede manifestar que a comienzos del siglo XX la actividad educativa se vio muy influida por los escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key, su libro “El siglo de los niños” (1900) fue traducido a varios idiomas e inspiró a los educadores progresistas en muchos países. La educación progresista fue un sistema de enseñanza basado en las necesidades y en las potencialidades del niño mas que en las necesidades de la sociedad o en los preceptos de la religión. Esta idea existió bajo otros nombres a lo largo de la historia y apareció de diferentes formas en diversas partes del mundo, como la institución de Libre Enseñanza en España. Entre los educadores de mayor influencia cabe señalar a los alemanes Hermann Lietz y Georg Kerschensteiner, al británico Bertrand Russell y la italiana María Montessori. En Estados Unidos tuvo una gran influencia, luego extendida por todo el mundo, el filósofo y educador John Dewey. El programa de actividad que se derivaba de las teorías de Dewey fortalecía el desarrollo educativo del alumno en términos de animación de las necesidades e intereses de aquél y llegó a ser el método principal de instrucción durante muchos años en las escuelas de Estados Unidos y de otros países. Cabe recalcar que todos los mencionados ejercieron amplia influencia en los sistemas educativos de los países de América Latina. Desde la revolución rusa (1917) la Unión Soviética desarrolló una experiencia educativa interesante particularmente desde 1957, cuando fue lanzado al espacio el Sputnik, primer satélite que mostraba el avanzado estado del saber tecnológico soviético, lo cual hizo que muchos visitantes extranjeros,

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especialmente personas procedentes de países desarrollados, quisieran conocer el sistema imperante en las escuelas soviéticas. Contribuyeron al interés internacional por la educación soviética las teorías y prácticas pedagógicas que procedían de la ideología marxista – leninista tan bien expresadas en el trabajo de Antón S. Makarenko, un exponente de la rehabilitación de los delincuentes juveniles y de la educación colectiva durante los primeros años de la Revolución. El siglo XX ha estado marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas, así como por la aparición de los sistemas escolares entre las naciones mas recientemente industrializadas de Asia y África. La educación básica obligatoria es hoy universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizás el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela. En orden a promover la educación en todos los niveles, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) realiza campañas de alfabetización y otros proyectos educativos orientados a que ningún niño en edad escolar deje de acudir a la escuela por no existir ésta, pretendiendo así acabar con el analfabetismo. Se han constatado algunos progresos pero es obvio que se necesitan mas esfuerzos y mas tiempo para conseguir la alfabetización universal. 6.5 Conclusión Actualmente vivimos bajo el sistema económico – ideológico del capitalismo liderizado por los Estados Unidos de Norte América, potencia que basa su poder en la gran capacidad para desarrollar tecnologías, principalmente en el campo militar y la dependencia científica y tecnológica. Después se tiene un conjunto de países altamente industrializados como Japón, Alemania, Inglaterra y Francia; de mediano desarrollo como Canadá, Taiwán, Singapur, Israel, Australia, la mayoría de los países europeos y en tercera fila unos cien países en desarrollo y altamente dependientes ubicados en América Latina, África y algunos en Asia. El capitalismo implantó el sistema republicano en las elecciones de los gobiernos y se crea la educación pública, gratuita y obligatoria como consecuencia de las libertades públicas y la educación laica. Se organizan los tres niveles de la educación: Primaria, secundaria y superior, los cuales se dividen en grados. Se da inicio a la formación especializada y los estudios post graduales. La educación de corte capitalista tuvo la virtud de libertar el racionalismo humano del control de la escolástica como visión parcial e inmutable de la realidad, que anteponía el conocimiento científico al dogma y la fe, de esa forma se fortaleció una visión totalizadora del mundo. El advenimiento de la Sociedad de la Información descansó en el grupo de transformaciones científicas y tecnológicas que ocurrieron en los países mas industrializados. Fue en Estados Unidos donde se inició dicho cambio luego de la segunda guerra mundial traduciéndose en un crecimiento

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de la importancia del sector de servicios en la economía, cuestión que dio origen a la llamada sociedad de servicios, desde 1947. Empero fue en la década de los años 70 cuando Japón acuñó la frase Sociedad de la Información, para referirse a un tipo de sociedad en la cual son prioritarias para la economía de los países industrializados las actividades de adquisición, procesamiento, organización, almacenaje, recuperación, monitoreo, utilización, distribución y venta de información. Las nuevas tecnologías de la información (NTI) conforman uno de los factores de mayor importancia dentro de la sociedad tecnotrónica. Se les asigna la potencialidad de generar un aumento creciente de la productividad (entendida como la capacidad de generar riqueza a menor costo para acumular capital) y en la eficiencia del trabajo. En el mundo de la producción las NTI han aparecido para facilitar al capital realizar sus operaciones económicas en condiciones mas favorables. Es en la producción donde el poderío del capital privado se desarrolla, acaparando el mercado en lo que se denomina esfera o ámbito de circulación, el escenario de la competencia y la explotación capitalista, el origen del control descansa en el mundo de la producción. No es sólo la política y la economía lo que se transforma con las nuevas tecnologías de información y comunicación, también afecta a la cultura y a las formas de producción de ésta. Se tiene el caso del teatro, música, ópera o deporte que no pueden funcionar adecuadamente sin el auxilio y las condiciones que le establecen los medios de comunicación. El paso hacia este tipo de sociedad trae como consecuencia momentos ruptura, de acomodamientos y reacomodamientos en todos los estratos de la sociedad, de allí que los teóricos de la sociedad informatizada le han asignado un papel revolucionario similar a la que en su opinión tiene la transición hacia la economía de servicios. El vasto desarrollo de las sociedades industriales avanzadas hizo que las distancias se redujera, permitió conocer aspectos de la realidad anteriormente inaccesibles al entendimiento humano así como incrementar el conocimiento sobre el mundo. Se logró también la hipercirculación de gran cantidad de información y saberes a grandes velocidades. Gracias a estos cambios culturales se empieza a ver el al medio exterior como realidad finita y susceptible de ser controlable; empero este cambio social no depende exclusivamente de agentes técnicos sino básicamente de elementos socio culturales. Los cambios culturales mencionados dieron origen a nuevos productos en la sociedad de la información, como la industria del ocio y la industria de la información, encargadas de producir nuevas concepciones de la realidad y de garantizar la aceptación cultural del desarrollo tecnológico. Se puede también plantear que la inserción de los cambios tecnológicos al sistema cultural no se ha dado de manera inmediata. Está demostrado históricamente que los cambios culturales han sido siempre mas lentos y sus reflejos frente al avance de la ciencia han requerido de períodos prolongados en todos los países.

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Finalmente, el pesimismo de la razón no se puede responder sino con el optimismo de la voluntad, siempre que se trate de una voluntad racional; sabiendo que la felicidad humana será cada vez más posible en la medida y en los modos en el que el proceder de la incesante lucha de los hombres contra la naturaleza, para humanizarla, empiece humanizándose así mismos. Forma parte de esta lucha la consciencia histórica, el mirar hacia atrás para considerar de cuán lejos vengan las cosas, para poder ir más adelante, más lejos.

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III LECTURAS COMPLEMENTARIAS

LECTURA COMPLEMENTARIA 1. EDAD MEDIA

Investigando el desarrollo del pensamiento científico en la Edad Media

Sergio Nesmachnow En esta presentación se resume conceptos vinculados con el desarrollo del pensamiento científico en la Edad Media vinculado a la historia de la educación en este período, presentado por el historiador Sergio Nesmachnow. De acuerdo a la idea generalizada, una aparente discontinuidad figura en la evolución del pensamiento científico desde el declive de la civilización grecorromana occidental y el inicio del renacimiento, como un ejemplo, Copérnico parece ser el continuador directo del trabajo de Aristarco, ya que entre ambos la astronomía cambió poco y, sin embargo, más de 1500 años los separan. Esta visión simplificada de la realidad no puede esconder los profundos cambios históricos en los intereses y actitudes científicas que, aunque de un modo intermitente, se desarrollaron a lo largo de la Edad Media. La actividad científica e intelectual se produjo en el marco de cambios sociales que proporcionan un contexto cuyo entendimiento es importante para comprender la revolución científica desarrollada en la época del Renacimiento, considerada como punto de partida de la ciencia moderna. En el contexto indicado, este documento ofrece los principales conceptos producto de un trabajo de investigación personal del historiador mencionado, cuyo objetivo consiste en la comprensión de la evolución del pensamiento científico en la Edad Media para su comprensión por parte de los estudiantes de la evolución educativa en esta época. Valga aclarar que la investigación no pretende brindar un estudio exhaustivo del desarrollo de la ciencia y la técnica medieval, sino extraer conclusiones en base a las principales ideas vertidas por Sarton, Bernal, Tatón y otros historiadores de la ciencia que han abordado el estudio del período medieval. 1 - Introducción El documento se organiza de acuerdo al esquema que se detalla a continuación. Una introducción a la idea detrás del trabajo y las referencias utilizadas se ofrece en esta sección. La sección 2 presenta la diferenciación en dos etapas del pensamiento científico medieval y sus comentarios. El período que se extiende hasta el año 1000 aproximadamente se estudia en las secciones 3 y 4. El periodo cumbre de la Edad Media, que se extiende entre los siglos XI y XIII se trata en la sección 5. El período final de la época, hasta los primeros días del renacimiento, se analiza en la sección 6. Como culminación, la sección 7 ofrece algunos comentarios generales y conclusiones sobre la evolución del pensamiento científico en la Edad Media.

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2 – Etapas del desarrollo intelectual en la Edad Media De acuerdo a los conceptos de Bernal, la civilización clásica estaba ya intrínsecamente condenada hacia el siglo III a. C., si no antes. Probablemente esta idea se encuentra algo exagerada por el estrecho vínculo que el autor identifica entre el progreso económico e intelectual y las ciudades-estado griegas, en detrimento de la sociedad romana. El imperio romano dio lugar a un importante desarrollo de la técnica aplicada a la economía, y su declive sólo se manifestó al quebrantarse el sistema esclavista transformado en abusivo hacia el siglo II d. C. De todos modos, el giro de las actividades intelectuales, que comenzaron a inclinarse hacia la religión y el misticismo, es un fenómeno indiscutible, que condicionará el progreso de la producción científica occidental durante mil años aproximadamente. En este contexto, dos etapas se diferencian claramente en el desarrollo de las actividades científicas en la Edad Media. La primera etapa, que se extiende por seis siglos desde la caída de Roma, se manifiesta como una extensión del período de decadencia del imperio romano de occidente, seguida de un empinado derrumbe de las actividades intelectuales durante la era de continuas invasiones germánicas, magiares y eslavas. La lenta recuperación del nivel científico y técnico se aprecia por vez primera como consecuencia de la invasión árabe, pueblo que asimiló ciertos conceptos de la cultura científica de la antigüedad. Los árabes tomaron contacto directo con las civilizaciones mediterráneas en el siglo VII, rescatando muchos documentos, pero encontrando escasos indicios de actividad científica. En un corto período, las obras clásicas fueron traducidas del griego y el latín al árabe, para retraducirse en la época de la reconquista (a partir del siglo X) nuevamente al latín y a lenguas vernáculas. Este hecho marcó el comienzo del fin de la época de oscurantismo científico durante la alta Edad Media. La segunda etapa abarca los últimos 400 años antes de la caída de Constantinopla y se materializa en el llamado “renacimiento del siglo XII” que dio origen a la filosofía escolástica y constituirá un punto de partida para la posterior etapa de “renacimiento de las artes y las letras” del siglo XVI. Siguiendo la idea de Tatón, dentro de esta segunda etapa, es posible diferenciar a su vez tres períodos, correspondientes al despertar económico de los siglos XI y XII, el apogeo del pensamiento escolástico del siglo XIII y la decadencia de éste en los siglos XIV y XV, respectivamente. De acuerdo a un análisis cronológico, estas etapas son analizadas en los siguientes capítulos. 3 – Occidente construye un nuevo sistema El sistema plutocrático de gobierno romano, basado en una economía esclavista, colapsó en el tercer siglo de nuestra era, dejando un vacío de autoridad y de organización en Europa occidental. Este vacío de poder fue paulatinamente ocupado por la autoridad religiosa, hecho que condicionó el liderazgo intelectual durante la Edad Media.

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El advenimiento de la autoridad eclesiástica implicó que la actividad intelectual o actividad educativa en la Europa occidental se desarrollara exclusivamente en el marco del dogma religioso cristiano. Esta situación perduró hasta que la influencia de un segundo sistema religioso de creencias, el musulmán, se hizo sentir sobre Europa a partir del siglo IX. Por lo expresado, el estudio de la ciencia occidental en el período de la alta Edad Media se resume a la ciencia desarrollada en el marco de los sistemas religiosos cristiano y musulmán. Las principales características de este período se exponen a continuación. En la propia Roma la ciencia se encontraba en decadencia, por su estrecha sujeción a las técnicas utilitarias y su lenta pero inexorable intoxicación por contacto con ideas místicas. Koyré magnifica esta realidad, probablemente con excesivo celo, de acuerdo a su comentario: “Es curioso comprobar la indiferencia casi total del romano por la ciencia y la filosofía. El romano se interesa por las cosas prácticas: La agricultura, el arte de la guerra, el derecho, la política, la moral y la arquitectura. Pero si se busca en toda la literatura latina clásica una obra científica o filosófica digna de este nombre, no se encontrará. Hallamos a Plinio, es decir un conjunto de anécdotas y comadreos; a Séneca, una exposición concienzuda de moral y física estoicas adaptadas —es decir, simplificadas— para uso de los romanos; a Cicerón, ensayos filosóficos de un literato aficionado, o a Macrobio, un manual de escuela primaria. Es verdaderamente asombroso que no produciendo ellos mismos nada, los romanos no hayan experimentado siquiera la necesidad de procurarse traducciones, ni de Aristóteles, ni de Platón, ni de Euclides, ni de Arquímedes; las pocas traducciones de filosofía que se conocen del griego al latín fueron hechas muy posteriormente y por cristianos. [...] La propia aristocracia romana no estaba completamente helenizada, no leía ni a Platón, ni a Aristóteles.” 9 Sin duda, calificativos como “comadreos” o “manual de escuela primaria”, se manifiestan como rudos para algunos de los máximos exponentes de una cultura que al menos logró conservar la idea de la importancia del conocimiento y la capacidad humana de adquirirlo mediante el estudio de los fenómenos de la naturaleza. El declive había comenzado, pero lo peor aún no había llegado. Los siglos posteriores a la caída de Roma tuvieron a la ciencia posicionada en un lugar subordinado, debido al prejuicio de que la interpretación de la revelación religiosa era aplicable al terreno de los hechos de la Naturaleza. Las explicaciones racionales perdieron peso respecto a las palabra sagradas de los libros religiosos. Por otra parte, la clase pensante de la alta Edad Media, notablemente reducida a un grupo de selectos religiosos, heredó de la Pax romana y el dogma cristiano una falta de antecedentes o referentes que les impidió percatarse de sus propios prejuicios religiosos y sociales respecto al funcionamiento de la Naturaleza. Los pensadores de este período, ni heredaron una tradición de cuestionamiento y crítica, ni podrían tener en el futuro inmediato una escuela de pensamiento racional desligada de lo religioso.

9 A. Koyré – Estudios de historia del pensamiento científico, pp. 18 y 19.

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La actitud de la Iglesia ante la ciencia La Iglesia sobrevivió al Imperio, probablemente gracias a su estricta estructura organizativa y a su poder e influencia creciente tanto sobre las clases altas como sobre las masas de la plebe. Las actitudes manifestadas por la Iglesia como institución ante la actividad científica e intelectual (educativa) fueron diversas a lo largo de la alta Edad Media. De acuerdo a Kuhn en La revolución copernicana, la indiferencia inicial de la iglesia ante la ciencia fue manifestada por las ideas de los primeros referentes cristianos, quienes consideraban que el conocimiento acerca de los fenómenos naturales era innecesario para la salvación. Inclusive se consideraba que la ciencia podía distraer a los hombres del culto a la deidad, por lo cual se propugnaba que solo valía la pena conocer o comprender aquello compatible con el culto religioso. La indiferencia inicial se transformó en injerencia y un cierto impulso al avance intelectual al percibir la importancia del poder de las ideas para elaborar un sistema que permitiera al cristianismo lograr una supremacía cultural que aún no poseía bases firmes. En los primeros años de la cristiandad, las actividades se concentraron exclusivamente en la incorporación de los ideales dogmáticos cristianos a ciertas creencias místicas, utilitarias y convenientes, de la antigua filosofía clásica. En este aspecto, el neoplatonismo o platonismo místico surgió como la corriente adecuada para condicionar los sistemas intelectuales al culto religioso. Preludiado por las ideas del filósofo judeo-helenista Filón de Alejandría, quien sumó los aspectos místicos de las ideas platónicas y pitagóricas a la religión judaica, el neoplatonismo surgió sobre el siglo III d. C. y sus representantes más conocidos fueron Ammonio Saccas y Plotino. Este último basó sus ideas en los escritos místicos de Platón y el sistema de Filón, considerando que la razón es educar a los individuos para una experiencia mística de fusión con la deidad que, bajo sus supuestos, se halla más allá del entendimiento racional. El neoplatonismo se convirtió en la doctrina promovida por la Iglesia de los primeros siglos para construir su sistema cultural, que ejercería una influencia absoluta sobre el pensamiento medieval. La tarea fue iniciada por los primeros pensadores cristianos, conocidos como padres de la iglesia, de cuya aptitud intelectual es bastante difícil encontrar referencias creíbles. Competentes en ciertos asuntos teológicos, a los cuales dedicaron su vida, aún los exponentes más célebres como Orígenes o Clemente fueron incapaces de elaborar una doctrina firme para los propósitos institucionales de la Iglesia. A tales efectos, fue necesario aguardar la aparición de Agustín de Hipona sobre el año 400. La obra de Agustín constituye el primer intento sistemático de elaborar un compromiso entre la fe y la filosofía. Un compromiso nefasto para la ciencia, debe destacarse. Solamente comulgando con ciertas ideas neoplatónicas era posible cruzar el umbral de La Ciudad de Dios, y la inclusión de ciertos conceptos de predestinación y rechazo a los sentidos daban por tierra con el desarrollo de una ciencia racional, natural u observacional. En su obra culminante, Agustín echó las raíces de la teocracia cristiana medieval, proclamando su doctrina de la supremacía del poder espiritual sobre el material, que condicionaría el desarrollo científico durante el resto del primer milenio. Con las ideas de Agustín surgió el antagonismo entre fe y razón. La alta Edad Media será dominada por la doctrina teológica, que no admitía que la fe fuera contaminada por la razón. Bajo su influencia, la revelación adquiere la categoría de conocimiento verdadero. Las palabras de Agustín,

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“Nada debe aceptarse que no esté bajo la autoridad de las sagradas escrituras, puesto que tal autoridad es mucho mayor que cualquier poder de la mente humana” 10 resonarán con vigor a través de los siglos por venir, limitando el intento de encontrar explicaciones utilizando el devaluado conocimiento racional humano. La obra de Agustín se continúo con Boecio, considerado por Tatón como “...el fundador del pensamiento medieval”. El calificativo no parece inadecuado, Boecio estudió en Atenas y Alejandría, inundadas por la doctrina neoplatónica y su obra De Consolatione Philosophiae que data del 520 d. C, es el soporte en el cual se basa la rígida ética cristiana medieval. Boecio también fue traductor y comentarista de algunas obras sobre lógica de Aristóteles, que serán los únicos textos del estagirita utilizados hasta el siglo XII. Asimismo, escribió algunas obras originales sobre las ciencias del quadrivĭum11. Considerado como el último representante intelectual del Imperio Romano, las ideas de Beocio serán profundizadas luego por Casiodoro, Anselmo, Escoto Erígena y otros pensadores cristianos. La figura de Boecio se manifiesta como el último intento de unión del mundo clásico grecolatino, agonizante en su época y la nueva cultura misticista occidental. Fijadas las bases de la doctrina cristiana, los avances científicos deben buscarse a tientas en la niebla mística que cubría occidente. La estructura social jerárquica La doctrina cristiana construyó un mundo jerárquico, en base a una escala con fuerte aroma neoplatónico, pero que se completaría con peldaños aristotélicos sobre el año 1200. Rígida, estática, petrificada, la sociedad medieval reproducía el orden del mundo cristiano, condicionando el surgimiento de opiniones disidentes. Desde ese punto de vista, romper la jerarquía produciría un desplome del orden cósmico. La inmutabilidad y el horror a los cambios caracterizaron a la Edad Media que impidieron el desarrollo de una visión progresista y evolutiva del mundo. Como consecuencia, el pensamiento medieval se enmarcó en este entorno de rigidez y conservadurismo, prefiriendo frecuentemente no elevarse en contra del orden establecido que imponía todo el peso del sistema ante el menor ataque a uno de sus componentes. En este entorno hostil, la ciencia sólo pudo avanzar lentamente, siguiendo los pasos de las necesidades del sistema. La transición hacia el feudalismo El sistema económico dominante en occidente durante la Edad Media fue el feudalismo. Basado casi exclusivamente en la tierra y en la producción agrícola, el desarrollo de este sistema económico a partir de las ruinas del anterior sistema esclavista tomó un tiempo considerable. El propio carácter celular del sistema posibilitó su crecimiento sin la necesidad de un sistema político homogéneo que lo controlara, pero la consecuencia fue casi 500 años de incubación educativa.

10 “Major est Scripturoe auctoritas quam omnis humani ingenii capacitas”, Comentario sobre el libro del Génesis (De

Genesi ad litteram), Agustín de Hipona, aproximadamente 400 – 415 d. C. 11 Denominación utilizada para el conjunto de las ciencias aritmética, geometría, música y astronomía.

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En este lapso se produjo una contracción de las ciudades, en detrimento de la población rural que constituyó el sostén de la nueva economía. Ante la debilidad de los estados nacionales y la inexistencia de un imperio globalizador, la tarea administrativa del nuevo sistema recayó principalmente en la Iglesia. En esa sociedad disgregada, basada en una economía rural que aún no había consolidado al sistema feudal, escaso lugar quedaba para el desarrollo de las ciencias y las técnicas. El desarrollo técnico durante el período fue muy limitado y la mayor parte de las técnicas fundamentales sobre las que se basaba la vida económica medieval databan de las épocas prehistóricas (el fuego, las herramientas, la agricultura, la cría de animales, la cerámica, el hilado y el tejido) o de la época clásica (instrumentos de hierro y vidrio soplado). Si bien el sistema productivo fue mejorando a lo largo del período, el caos administrativo y la fragmentación aldeana no permitían disponer de un excedente de producción capaz de mantener al clero, a los nobles feudales y además a una clase dedicada al estudio de la naturaleza. Como consecuencia, los nobles constituyeron una clase iletrada y el clero e intelectuales se fusionaron en la figura de monjes pensadores, en el ámbito de la iglesia cristiana. De acuerdo a Bernal, en esta etapa de la Edad Media “Las condiciones de la producción feudal redujeron al mínimo la demanda de una ciencia útil, el esfuerzo intelectual se aplicó a los credos religiosos organizados” 12. Puede considerarse esta cita como descriptiva de la situación general de la ciencia y la educación en la alta Edad Media. El desarrollo científico Tan sólo en el ámbito de la Iglesia existía un cierto desarrollo intelectual, por lo cual la ciencia retomó su carácter clasista-religioso. Desde el punto de vista cronológico, este hecho marcó un retroceso muy importante, de casi 3000 años a las culturas ribereñas del Nilo y Mesopotamia y su control sacerdotal sobre el conocimiento científico. Es en el interior de la Iglesia que se deben buscar los responsables de los avances científicos en este período: Isidoro de Sevilla avanzó en las materias del quadrivĭum y en ciencias naturales, escribiendo una obra enciclopédica de nombre Etymologiae, que reúne el saber de su tiempo, jerarquizado de acuerdo a la doctrina; Beda de Jarrow logró alcanzar un nivel de erudición que hizo que se le conociera como El Venerable, manejando cierto nivel básico de aritmética y el conocimiento de algunas teorías astronómicas de la antigüedad. Sobre el año 800, el imperio Carolingio ofreció el primer intento de recuperación intelectual, mediante la creación de las escuelas palatinas. Uno de los principales méritos de este efímero movimiento cultural consistió en rescatar el latín culto como lengua de desarrollo artístico e intelectual. El movimiento reunió a pensadores cristianos quienes estudiaron recopilaciones como la Historia Natural de Plinio, la Geometría de Boecio y la Etimología de Isidoro de Sevilla en una intención de dotar al iletrado pueblo franco de una base cultural sustentable. Escoto Erígena, Alcuino de York y Pedro de Pisa se consideran los exponente más importantes del movimiento intelectual franco del año 800.

12 J. D. Bernal – Historia social de la ciencia, Vol. I, pp. 192

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El orden político e ideológico carolingio implicó lazos estrechos entre la Iglesia y la sociedad incluso en los más mínimos detalles, e influyó en resaltar la autoridad papal. De este modo colaboró a ceñir aún más los pensamientos científicos al sistema religioso. El intento de Carlomagno reviste importancia en sí mismo por constituir el único ejemplo en la alta Edad Media de una política educativa integrada al estado mediante la legislación y la adopción de medidas pertinentes, con un cierto criterio unitario y centralizado. El proyecto educativo no sobrevivirá a la continua división del Sacro Imperio, pero su infraestructura será un importante empuje para el posterior desarrollo de las Universidades y el escolasticismo. Como conclusión puede indicarse que el marco neoplatónico y místico en el cual se desarrolló la actividad intelectual en occidente durante la alta Edad Media, condicionó a la ciencia a ligarse al mundo de las ideas y de las creencias en detrimento del mundo natural. Complementariamente, el caos reinante como consecuencia de la fragmentación social, el sistema económico en gestación y el sistema social jerárquico, no motivaron el desarrollo de una ciencia utilitaria u observadora de la naturaleza. 4.- El despertar de occidente Hacia el fin del milenio, diversos factores se conjugaron para propiciar un cambio en las actividades culturales de la Europa occidental cristiana. El feudalismo se hallaba consolidado como sistema de producción y cimiento de una civilización autosustentada, que se expandía en busca de mayores áreas de cultivo. Bajo este sistema, las ciudades comenzaron un lento proceso de desarrollo que fue el origen de la ciencia utilitaria, especialmente en aquellas naciones donde la rígida estructura eclesiástica y feudal no había sido tan marcada. La difusión de instrumentos como los molinos mecánicos de viento y agua, nuevos arados y mejores diseños en los arneses, conjuntamente con la mejora en las técnicas de cultivo propiciaron la obtención de excedentes de producción agrícola, con los cuales se revivió al comercio. De este modo resurgió una clase social mercante, compuesta por habitantes de la ciudad que obtienen el beneficio del comercio. Instrumentos como la brújula y el timón de codaste mejoran las comunicaciones en términos de rapidez y distancia e impulsaron la navegación. El círculo se cierra al necesitar las nuevas técnicas mejores mecanismos de transmisión de la energía, o precisión en el diseño de los instrumentos, lo cual promueve el estudio de las técnicas, elevando el ideal de ingenio y la destreza artesana. El surgimiento de la clase comerciante, unido a una progresiva disminución de la actividad bélica en occidente, condujo a una disminución del poder del terrateniente, al no ser tan necesaria su protección. La distribución de la riqueza estimula la producción de artículos manufacturados y de lujo, con lo cual la clase de los artesanos cobra importancia.

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Los cambios económicos enumerados fueron acompañados de profundos cambios intelectuales. El contacto con las culturas árabes renovó el interés en los problemas filosóficos y naturales para los cuales intentaba una respuesta la ciencia oriental y occidente había relegado a un segundo plano. Si bien el proceso de desarrollo de la ciencia fue paulatino, la llegada del año 1000 tuvo impactos profundos en el sistema de creencias de la Europa cristiana. La visión apocalíptica asociada con esa fecha particular fue rebatida por el propio paso de un tiempo que comenzaba a cambiar. En el año 999 Gerberto de Aurillac, quien para la época podía considerarse uno de los mayores eruditos, asciende al papado y causa una poderosa impresión que permitió iniciar el cambio gradual de actitud de la Iglesia respecto a las actividades científicas. El propio Gerberto era un astrónomo competente que difundió el uso del astrolabio y en un códice de su autoría se menciona por vez primera el sistema basado en las cifras arábigas, que menciona el autor conoció en la España musulmana. En definitiva, los cambios sociales, económicos, políticos y culturales motivaron un cambio de la perspectiva filosófica sobre el año 1000. Este cambio incluyó a la Iglesia, sin la cual el despertar de la cultura europea no hubiera podido realizarse. De todos modos, al actuar sobre una sociedad totalmente disgregada, el lento proceso de aglutinamiento y reconstrucción del acervo cultural, se prolongará durante algunos siglos. Las traducciones En la confluencia con el mundo árabe, se organizaron en torno al Mediterráneo algunos centros de avanzada en los que el saber era transmitido. En este sentido, el papel de la península ibérica y el reino de Sicilia como centros de simbiosis de las culturas cristiana, arábiga y judía merecen ser destacados. En Sicila se destacó la Escuela de Medicina de Salerno, dirigida por Constantino el Africano, conocido como “magister orientis et occidentis”, uno de los principales difusores de los conocimientos islámicos gracias a las traducciones de sus textos. Conjuntamente con la Escuela de Montpellier, comenzaron el desarrollo de la enseñanza médica organizada, recibiendo influencias desde el mundo islámico. Toledo fue, a partir de su reconquista en 1085, un centro cultural destacado en el intolerante Occidente cristiano. Se constituyó en la plataforma ideal para la transmisión lingüística y conceptual entre el mundo árabe, depositario del patrimonio científico-filosófico clásico, y el occidente cristiano. En Toledo, los estudiosos fueron autorizados por el arzobispo Ramón de Sauvetat para acceder a la biblioteca de la catedral. Una pieza clave en la traducción del árabe al latín fueron los eruditos judíos de la ciudad, que dominaban ambas lenguas por igual. Uno de los primeros traductores extranjeros que trabajó en Toledo fue el británico Adelardo de Bath, autor de obras filosóficas propias pero que fue conocido fundamentalmente por su traducción de las tablas astronómicas de Al-Jwarizmi. El más importante traductor de textos filosóficos en Toledo fue el italiano Gerardo de Cremona, que dejó un total de 71 traducciones del árabe al latín, entre científicas y filosóficas. De las primeras destacan los Elementos de Euclides. De las segundas, los principales textos de la filosofía natural de Aristóteles: la Física (bajo el título latino De naturali auditu tractatus VIII) y Acerca de la generación y la corrupción (De generatione et corruptione); el

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pseudoaristotélico Liber de causis, en realidad de origen neoplatónico como Tomás de Aquino reconocería posteriormente; títulos de Al-Kindi, del aristotélico Al-Farabí y de otros sabios musulmanes. Con Juan Ibn Daud, judío converso, se inicia la serie de traductores hispanos de la Escuela. Entre las principales obras filosóficas por él traducidas se encuentra el magno compendio filosófico de Avicena, texto fundamental del aristotelismo medieval y cumbre del pensamiento filosófico anterior al siglo XIII, titulado modestamente por su autor, igualmente célebre en el campo de la medicina, Kitab al-Shifá (Libro de la curación). Tan sólo por la transmisión de esta última obra, fundamental para la comprensión de la evolución de la filosofía europea a partir del siglo XIII, merece la Escuela de Traductores de Toledo un lugar de honor en la historia del pensamiento científico. Al respecto, G. Sarton no vacila en escribir que España fue, en la Edad Media, el mayor centro cultural del mundo gracias al trabajo conjunto de musulmanes, cristianos y judíos. Las universidades Disponiendo de las traducciones de los textos griegos, el resurgir del pensamiento filosófico y científico fue la consecuencia inmediata. La necesidad por parte de la Iglesia de una base intelectual más amplia para garantizar su control sobre una población para el momento más culta, dio lugar a un movimiento de intelectuales cristianos conocido como escolasticismo. El fenómeno no surgió como un movimiento organizado. En una primera etapa, los traductores y filósofos musulmanes, judíos y cristianos interpretaron los trabajos de Platón, Aristóteles y otros sabios en una tentativa por conciliar la filosofía con la fe religiosa y dotar de pilares racionales a sus creencias religiosas. La organización de la educación, restringida al clero, corrió por parte de la Iglesia quien creó las escuelas catedralicias, dependientes de los obispos de diócesis importantes. Las escuelas más importantes estaban en Francia, como consecuencia de la herencia educativa del sistema ideado por Carlomagno y sus escuelas palatinas (Reims, París, Orleans, Chartres), pero existían también en otros puntos de Europa. El creciente interés por el conocimiento llevó a la masificación del alumnado, y las escuelas catedralicias evolucionaron a centros de estudios generales llamados Universidades. Las Universidades atendían a un gran número de alumnos e impartían cursos que enseñaban las artes del Trivium (gramática, retórica y dialéctica), del Quadrivium (aritmética, geometría, teoría musical y astronomía) y de la ciencia suprema, la teología. Utilizaban un modo de enseñanza sistemático, tomando en cuenta algunas de las ideas del mundo clásico y del sistema islámico. La Universidad de París, reconocida como tal en 1160, se convertirá el centro unificador del pensamiento intelectual cristiano por más de un siglo. Otros centros destacados se crearán a la brevedad en Bologna, Oxford, Cambridge, Padua, Nápoles y Salamanca. En los siglos siguientes se extenderán por toda la Europa cristiana.

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El método de enseñanza utilizado en las Universidades fue dialéctico y discursivo, pues los libros no eran abundantes en la época. Pero el estilo no fue exclusivamente religioso, sino que tuvo cierto carácter científico, de acuerdo a las influencias árabes. Aquellos libros autorizados eran discutidos y comentados en las clases, en un entorno delimitado por la nueva filosofía que surgía, la escolástica. El escolasticismo Por tres siglos las Universidades fueron los centros culturales por excelencia del mundo occidental. En su amparo se desarrolló la filosofía que modificaría la doctrina de la Iglesia cristiana, agustiniana hasta entonces. Desde una óptica general, el pensamiento escolástico estuvo menos interesado en descubrir nuevos datos y principios que en demostrar la verdad de algunos credos ya consolidados. La novedad consistió en tratar de basar su ideología en las doctrinas aristotélicas, raramente consideradas en los últimos mil años. Como consecuencia de la limitación mencionada, el método empleado por los escolásticos se orientó hacia la dialéctica discursiva, llevando a avances importantes en lógica y en teología, superlativos respecto a los obtenidos en ciencias naturales. De todos modos, comparado con el medio milenio anterior, la actividad intelectual en los siglos XI, XII y XIII contrasta significativamente. La idea de integrar los pensamientos de las corrientes filosóficas aristotélicas y platónicas con la doctrina religiosa no es original del occidente cristiano. Avicena lo hizo para la doctrina musulmana en el siglo XII en su Libro de la curación. Los pensadores cristianos de los primeros años del segundo milenio incorporaron paulatinamente estas ideas a su doctrina. Durante los próximos siglos, el enfrentamiento entre las visiones del mundo influenciadas por los pensamientos platónicos y aristotélicos se manifiestará en el recurrente problema de la relación de la fe y la razón. Dentro del propio escolasticismo, dos escuelas se enfrentan en este aspecto. La de Anselmo, que mantenía la idea agustiniana de la relación entre fe y la razón basada en el platonismo y propugnaba la existencia separada de “universales” o “propiedades” de las cosas. Según los ideales de Anselmo, la fe era fundamental para alcanzar el conocimiento y su doctrina del realismo lógico se resume en la frase "fides quaerens intellectum" (“creo para entender”). Contrariamente, Roscelino defendió la concepción contraria, conocida como nominalismo, que defendía la existencia de los objetos individuales y concretos. La pugna de los universales, como llegó a ser conocida esta querella interna, fue uno de los primeros síntomas de debilitamiento de la Iglesia cristiana. Pedro Abelardo propuso un compromiso entre realismo y nominalismo conocido como conceptualismo. Abelardo mantenía que la religión revelada tiene que ser justificada por la razón, manifestada por la frase “entiendo para creer”, que muestra a la inteligencia como herramienta en busca de la fe.

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El pensador hispanomusulmán Averroes fue uno de los filósofos islámicos más conocidos de la Edad Media. Averroes hizo que la ciencia y el pensamiento aristotélico tuvieran gran influencia en el mundo medieval gracias a sus eruditos comentarios de la obra de Aristóteles. Fue conocido como “El Comentador” entre los muchos escolásticos que consideraban a Aristóteles como “El Filósofo”. Averroes intentó superar las contradicciones entre la filosofía aristotélica y la religión revelada distinguiendo entre dos sistemas de verdad separados: Un cuerpo científico de verdades basado en la razón y un cuerpo religioso de verdades inspirado en la revelación. Su idea de que la razón tiene preferencia sobre la religión le llevó en 1194 al exilio. La llamada doctrina de la doble verdad de Averroes influyó sobre numerosos filósofos musulmanes, judíos y cristianos, pero también fue rechazada por muchos otros autores y se convirtió en un importante problema filosófico en el ámbito de la cultura medieval. El filósofo hispanojudío Maimónides, al igual que Averroes, unió la ciencia aristotélica con la religión, pero rechazó la idea de que ambos sistemas contrarios pudieran ser verdaderos. En su Guía de perplejos, que data del año 1190 aproximadamente, intentó dar una explicación racional a la doctrina judaica, defendiendo ciertas creencias religiosas que entraban en conflicto con la ciencia aristotélica tan sólo cuando faltaban evidencias decisivas en favor de una u otra postura. El neoplatonismo no había muerto, como lo demuestran las teorías del inglés Alejandro de Hales y el italiano Buenaventura en el siglo XIII. Pero en su nueva versión, aparece fusionado con conceptos aristotélicos siguiendo la ruta de Avicena. Alberto Magno fue el primer filósofo cristiano que aprobó e interpretó la totalidad del pensamiento aristotélico. Estudió y admiró los escritos de los aristotélicos musulmanes y judíos, que conoció por los trabajos de la Escuela de Traductores de Toledo y escribió comentarios enciclopédicos sobre Aristóteles y la ciencia natural de su tiempo. La escuela de monjes franciscanos de Oxford produjo figuras destacadas en este período. Roberto Grosseteste propuso como método para la ciencia el criterio inducción-deducción aristotélico presente en sus Analíticos Posteriores, donde se distingue entre una fase que puede llamarse inductiva y otra deductiva en la adquisición de conocimiento científico. Roger Bacon, uno de los primeros escolásticos que mostró interés por la ciencia experimental, advirtió que quedaba mucho por aprender aún sobre la naturaleza. Criticó el método deductivo abstracto de sus contemporáneos, así como la confianza de éstos en la autoridad del pasado, proponiendo un nuevo método de investigación basado en la observación controlada que fue la semilla del empirismo. La mayor figura intelectual del occidente cristiano en la Edad Media fue Tomás de Aquino, monje dominico discípulo de Alberto Magno. Tomás de Aquino unió la ciencia aristotélica y la teología de raíces agustinianas en un amplio sistema de pensamiento que más tarde se convertiría en la filosofía autorizada de la Iglesia católica. Sus obras más importantes, Summa Theologiae y Summa contra Gentiles, presentan una estructura de ideas convincente y sistemática, intentando armonizar el conocimiento científico con la doctrina cristiana. Estas obras ejercieron una poderosa influencia en el pensamiento occidental.

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Los textos de Aquino tratan de dejar establecida la verdad del cristianismo mediante argumentos dirigidos a un lector que se asume no cristiano y conocedor de las ideas filosóficas, reflejando un renovado interés por la lógica, la razón y la naturaleza, en conjunto con asuntos directos de su fe religiosa. La introducción de un modelo argumentativo, con citas a favor y en contra de los asuntos en discusión constituye toda una novedad para la época, que evidencia la evolución del pensamiento en la segunda mitad de la Edad Media: “Mi propósito es declarar la verdad que la fe católica profesa. Pero debo recurrir a la razón natural, pues los gentiles no aceptan la autoridad de las escrituras …” escribe en la Summa contra Gentiles 13 Aquino mantuvo, en contra de los averroístas, que las verdades de la fe y las verdades de la razón no podían estar en conflicto, sino que son aplicables a campos diferentes. Las verdades de la ciencia natural y de la filosofía son descubiertas al razonar a partir de datos de la experiencia, mientras que los principios de la religión revelada, los fundamentos del dogma cristiano, están más allá de la comprensión racional, aunque no hayan de ser contradictorios respecto a la razón y deban aceptarse mediante la fe. La metafísica, teoría del conocimiento, ética y política de Aquino provenían sobre todo de Aristóteles, pero el dominico incorporó en sus doctrinas ciertas visiones agustinianas de la fe, que procuraban la salvación en otro mundo, a la ética naturalista aristotélica, cuya meta era conseguir la felicidad en este mundo. Tomás de Aquino argumentó a favor de considerar la teología como una ciencia en sentido estricto. Sin embargo, esa consideración no se mantuvo por mucho tiempo e incluso historiadores de la ciencia cristianos como Duhem ha llegado a señalar que en la escisión entre teología y ciencia está la base del nacimiento de la ciencia moderna. El legado de la Edad Media puede identificarse en brindar un comienzo para la sociedad en transformación del Renacimiento, algunas de cuyas características de enfrentamiento, competitividad y dinamismo se originaron en el último siglo del período medieval. Con esta breve conclusión finalizó este trabajo de investigación, que trató de identificar las características del pensamiento medieval. Desde el inicio el autor trató de tener presente que el análisis del pensamiento de una época cuyos supuestos, necesidades y problemas fueron muy diferentes a los de la época actual involucró delicados matices de interpretación y evaluación de los hechos. En este marco, el estudio de la historia de la ciencia en la Edad Media no puede separarse del contexto teológico, metafísico y económico feudal que fueron característicos de la ciencia en el medioevo. En este aspecto, el trabajo intentó presentar el entorno histórico y social conjuntamente con los problemas de la época y definir adecuadamente éstos antes que las soluciones propuestas por los pensadores, tratando de ofrecer un análisis más justo de la evolución del pensamiento científico, tomando en cuenta que la historia juega a favor del analista y en contra de todos y cada uno de los personajes históricos referidos.

13 Tomás de Aquino, Summa contra Gentiles, tomado de A history of Western Philosophy de B. Russell

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LECTURA COMPLEMENTARIA 2. EDAD MEDIA

PENSANDO SOBRE LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA Mario Alighiero Manacorda El autor presenta en este escrito una relación clara del proceso educativo presente en la Edad Media a partir de la consideración de sus dos épocas mas importantes y las instituciones educativas y procedimientos educativos que caracterizaron a éstas. 1.- La Educación en la Alta Edad Media. Decadencia de la Cultura Clásica. En el año 400 d.C. el papa Gelasio I insistirá: "No se admita al sacerdocio al que sea ignorante de las letras o tenga algún defecto físico", san Ferreol advertía: A quien quiera llevar el nombre de monje, no le sea lícito ignorar las letras. Los visigodos de España se convertirán al catolicismo, en 589 (esto dará lugar a un renacimiento cultural que se interrumpió sólo con los árabes, provocando, con la diáspora de los intelectuales cristianos, un resurgimiento de los estudios en todo el Occidente). La Escuela Cristiana "More Synagogae" Con el dualismo de Estado e Iglesia, existente desde los romanos, es precisamente la iglesia la que reorganiza cultura y escuela. En 418 el Papa Zósimo instituyó las primeras escuelas religiosas, porque - decía - los sacerdotes no querían enseñar antes que aprender. El modelo organizativo de estas escuelas para la formación de los sacerdotes-maestros fue la escuela hebrea. Aunque sea excesivo atribuir a la escuela de la sinagoga el mérito de haber llevado a cabo por primera vez en la historia un sistema de instrucción pública y obligatoria ( el gimnasio casi llegó a serlo para los griegos, en su diáspora positiva), el cristianismo, fundado en la tradición hebrea, marcó una neta separación de la tradición antigua, que quería excluir de la instrucción a los grupos populares. El mandato (vayan y enseñen a todas las gentes) marcó una nueva actitud mental: todos deben ser, si no cultos, a menos aculturados a través de un proceso que hoy llamaríamos institucionalizado, estando abierto para cualquiera el acceso a aquella corporación de maestros que fue precisamente el clero. Las Escuelas en los Obispos y en los cenobios. El concilio de Toledo del 527 en España y el concilio de Vaison en Francia aconsejan permitir a los muchachos que han llegado a los dieciocho años, escoger entre matrimonio y sacerdocio. Así, la formación de los sacerdotes era también un posible camino de instrucción de los laicos. Había una lectura individual y una lectura común litúrgica; aquí se habla de un aprender y de un enseñar las lecturas. En cuanto al modo de lectura, normalmente se seguía leyendo en alta voz. "La

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lectura silenciosa es más aceptable a los sentidos que la que se hace en voz alta. En efecto, la inteligencia se instruye mejor cuando la voz de quien lee se apaga y la lengua de mueve en silencio". La Nueva Cultura Escolástica. La cultura que los cenobios ofrecían a los oblatos y a los monjes, y que las rectorías y obispados ofrecían a los clérigos, era poca cosa en comparación con la antigua cultura clásica, aunque fuera ciertamente edificante; salmos y sagradas escrituras en general, más la ley eclesiástica y alguna fabulosa vida de santo. Esta nueva instrucción concreta no podría prescindir de una preparación formal en el leer, escribir y hacer cuentas, aunque a niveles mucho más reducidos que los tradicionales. A finales del siglo, el protagonista más importante de la vida cultural del tiempo el Papa Gregorio I, se considera como el más tenaz adversario de la cultura clásica. Gregorio no propugnó una especie de santa ignorancia, sino afirmó la coherencia de la conciencia cristiana, exigiendo que la formación del clero y la educación del pueblo cristiano no esté contaminada por seducciones paganas. Tiene mucha importancia la determinación de los modos de leer las escrituras y la organización de las diversas disciplinas en un conjunto coherente. Nace entonces la exigencia de buscar nuevos sentidos en los textos, para compensar la extrañeza de los mismos y tal vez su incongruencia o irrelevancia. Boecio fue el primero en llamar quadrivium a las cuatro disciplinas que hoy llamamos ciencias, se trata de cuatro vías, por donde viaja el que va en busca de conocimientos ciertos. Las Escuelas Canónicas Ciudadanas. Junto a esta reelaboración cultural, otra revolución se estaba llevando a cabo dando acceso a esta nueva cultura a niños de grupos sociales subalternos, que antes estaban excluidos. Algunos concilios españoles del siglo VII se ocuparon de renovar la tradición del concilio de Toledo del 527, de instruir y de dirigir hacia el sacerdocio a muchachos pertenecientes a las familias adictas a la iglesia. Esto configuró una verdadera y propia escuela en la parroquia, llamada Escuela Canónica Ciudadana. Sus alumnos acceden a ella a través de un reclutamiento dentro de la misma organización eclesiástica. Se unieron así la utilidad del párroco y la seguridad para la Iglesia de que no faltaran sacerdotes. Dada la ignorancia y quizás la escasez de sacerdotes, se procuró su instrucción creando verdaderas y propias escuelas en las parroquias, reclutando libertos para que fueran al mismo tiempo clérigos y siervos. En el siglo VII, los monjes irlandeses, seguidores de san Columbano, en el año 614, poco menos de un siglo después de Benito, fundaron en Italia el monasterio de Bobbio. En su regla se recomendó, si no la escuela, al menos la lectura, dejando a los maestros de la antigüedad clásica una apertura todavía mayor que la que había dejado el Papa Gregorio. La Época Carolingia: La escuela Entre Papado e Imperio.

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En la corte Carlomagno confluyó grandes intelectuales, algunos de ellos italianos, como Pedro de Pisa y otros de la periferia norte occidental, entre éstos tiene una importancia especial el inglés Alcuino, discípulo de Beda. Son estos monjes los inspiradores de la política cultural y escolástica del nuevo imperio. El poder político tomó bajo su cuidado la preparación profesional de los sacerdotes, dado que se trata de una profesión de gobierno, una cultura religiosa para los religiosos, pero que no ignoraba las exigencias de la preparación formal. Surgió ya para esta época un cierto conflicto entre Estado e Iglesia y una cierta oscilación en las decisiones de uno y otra en lo que respecta a la instrucción no tanto de los clérigos sino de los niños laicos. Entre fines del siglo VII y la mitad del siglo IX, Carlomagno y sus sucesores, los papas Eugenio II y León IV, definieron y establecieron un nuevo derecho escolástico. Se crearon las bases y se dictaron los principios para la instrucción "profesional" del clero en las sedes episcopales y cenobiales y también un adoctrinamiento religioso de los laicos en las parroquias y eventualmente en los monasterios, de una duración variable, bajo la vigilancia de un guía del Estado. Experiencia de Vida en una Escuela Cenobial En la época de Carlomagno se enseñó los salmos, música, canto, cálculo y gramática y el Concilio romano habló de letras, de las artes liberales del trivium y del quadrivium y de los sagrados dogmas. Por otro lado el testimonio de Alcuino deja suponer una cierta especialización precoz dentro de esta preparación formal y de esta instrucción religiosa, dado que él proponía mantener separados a los que leen los libros, los que son adictos al canto, los dedicados al estudio de la escritura, así como tener maestros propios para cada uno de estos grupos. Se leía, o sea se reconocían las letras del alfabeto como signos, instrumentos de la memorización, comunicación del lenguaje, pero sin referencia a ningún mensaje lingüístico real. La enseñanza parece aquí más bien de tipo global: No se trató de deletrear o silabear, sino enseguida la escritura y el libro para leer. Tenemos pues un tipo de enseñanza mutua, de tipo catequístico y memotécnico, controlada por el maestro. La educación Física y Guerrera. Las cortes visigodas o merovingias se convirtieron en sedes de verdaderas y propias escuelas, en la que los jóvenes nobles eran educados en erudito palatina, que consiste en empresas militares y disciplinas áulicas. Se adiestraba en la caza y en la equitación según la costumbre de los francos y ésta era precisamente la parte más característica y exclusiva de la formación guerrera, pero la educación de los nobles tenía también aspectos culturales. Las virtudes de los nobles fueron la paz y la guerra, más que la cultura propiamente dicha. Estas virtudes se infundían a través de una educación especial en la que tenían un lugar predominantemente la caza, la equitación y el conocimiento de las reglas de la corte y de las leyes del Estado desarrollada colegialmente en la trustis, o sea en el cuerpo de hombres de confianza del rey.

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La Preparación para los Oficios Artesanales. La decadencia de las capacidades productivas de la sociedad romana es incuestionable, pero es también evidente que no llegaron a perderse del todo las habilidades propias de los diversos oficios, o al menos de los principales. Todo ello presupone la sobrevivencia de un aprendizaje, consistentes en observar por largo tiempo e imitar, antes de producir automáticamente. Desde el punto de vista de su organización social, se puede considerar que dos formas o centro principales de producción. Por una parte, la supervivencia de las antiguas corporaciones artesanales, las universitates o collegia artificum, en las ciudades. Por otro lado, una supervivencia, aunque más una profunda transformación, de las relaciones productivas en el campo, con el nacimiento de una división del trabajo feudal, en el cual aparecen los campesinos y pastores; y los servicios ministeriales, que actúan de una manera inmediata en la corte señorial, y que después irán desapareciendo. 2.- La Educación en la Baja Edad Media La Iglesia. Las escuelas regias, instruidas por Lotario de Italia y solicitadas por los obispos en Francia, se extinguen del todo, mientras que las escuelas parroquiales y episcopales, así como las cenobiales, sobreviven mediocremente. La misma palabra schola significa, en esa época, lugar de reclutamiento, una militis schola, el cuerpo de los antrustiones, el aula regia o la congregación, más que lugar donde se estudia. La Regula cluniacensis, dedica mucha atención a la ceremonia con la que eran acogidos en el monasterio, estableciendo rigurosamente la fórmula para la petición y la liturgia correspondiente. La petición era presentada por los padres, y en su ausencia por uno de los monjes. Pedro el Venerable, abad de Cluny, habla sobre las actividades dentro del monasterio, veamos en primer lugar los ocios adolescentes de los frailes: “XXXIX. Ha sido dispuesto restablecer al menos en parte el antiguo y santo trabajo de las manos... El motivo de esta disposición fue que el ocio ocupaba a tantos que, excepto los pocos que leían y los raros que escribían, los otros o dormían apoyados en las paredes del claustro, o se pasaban todo el día en charlas vanas y ociosas y la mayoría de las veces maliciosas”. En cuanto a la escuela del clero secular, originalmente el maestro era el obispo, pero pronto fue delegada a un scholasticus o magischola. Este fue un cargo cuya dignidad crecería con el tiempo, dejando, con una especie de investidura, la función de enseñar a un sustituto o proscholus. Fue fenómeno característico de esta edad feudal la difusión de la costumbre, por parte del magischola, de vender la autorización de enseñar y la costumbre, por parte de quien había obtenido dicha licencia, de hacerse pagar la enseñanza dada a los escolares. Investidura y simonía: ésta es la escuela de una sociedad y de una iglesia feudal, aunque la venta de la ciencia muestra el surgimiento de una sociedad laica de tipo nuevo. La crisis del imperio carolingio había llevado a una nueva situación: La fuente del derecho escolástico, había pasado a la iglesia, como también pasó a la iglesia el control político sobre las escuelas eclesiásticas. Nació un monopolio eclesiástico de la instrucción que cambia la situación creada en el imperio carolingio provocando nuevos enfrentamientos.

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En el 1079 Gregorio VII reconfirmaba a los obispos la obligación de hacer enseñar las artes literarias en sus Iglesias, donde se procuraba no confundir las enseñanzas religiosas con las de las ciencias naturales y mundanas. El concilio de Tours 1163 imponía que a nadie, una vez hechos los votos o hecha la profesión religiosa en algún monasterio, le sea permitido salir para enseñar ciencias naturales o leyes mundanas. En 1179, Alejandro III, al confirmar una vez más esta obligación, impuso a las iglesias y a los monasterios extender su enseñanza a los laicos pobres. Denunciaba severamente los casos de simonía escolástica y los obstáculos a los que, con la debida licencia, quisieran enseñar libremente; ordenaba que el magischola no podía impedir a ningún clérigo, que tuviese capacidad, enseñar a otros. En 1215, el nuevo concilio III, dispone la elección del magischola por parte del obispo y del capítulo, confirma la obligación de enseñar gratis y que se deban establecer escuelas en las Iglesias Catedrales y en las otras Iglesias, deben acoger a los clérigos de la misma iglesia y a otros escolares pobres que deben instruirse en la gramática y en las otras disciplinas. La iglesia se propone impartir no sólo la doctrina religiosa; le interesa toda instrucción. En el mismo concilio se decide que toda iglesia metropolitana tenga enseñanza teológica. En 1219, Horacio III, al reclamar el riguroso respeto de las decisiones de su predecesor sobre la enseñanza de la teología, al mismo tiempo introduce una innovación, el de la venalidad de la ciencia, ordenando que a los maestros de teología, se les conceda por parte del obispo un estipendio, cuando los réditos de sus beneficios sean insuficientes y que conserven estos réditos por cinco años, aún en el caso de dejen la enseñanza para ir a perfeccionarse en sus estudios. Después de la lucha contra el feudalismo, con sus investiduras y con su simonía, éstos son los signos de una lucha por un desarrollo mercantil, burgués, del sistema educativo, que la iglesia, aliada con los municipios en contra del imperio, dirige con más o menos conciencia de su misión histórica. Maestros libres y Universidades. Paralelamente al surgimiento de la economía mercantil de las ciudades y a la organización de los municipios, se produce también un proceso nuevo en la instrucción, con el nacimiento de los maestros libres que, fueran clérigos o laicos, enseñan también a los laicos. Estos maestros libres enseñaban en primer lugar a las artes liberales, pero van apareciendo escuelas libres de otras disciplinas. Hubo tres enseñanzas distintas: Artes liberales, medicina y jurisprudencia, más tarde se añadió la teología, estas fueron las cuatro facultades típicas de las universidades medievales. Hubo otra enseñanza que se desarrolló las universidades italianas, la que enseñaba a escribir cartas y actas oficiales, diplomas, privilegios papeles, etc., e incluso cartas familiares. Iniciada en el siglo XI por Alberico de Montecasino, esta enseñanza tuvo su culminación en el siglo XIII con Guido Faba. A principios del siglo XIII, cuando las universidades se consolidan y se difunden, surgen las nuevas órdenes religiosas los dominicos y los franciscanos. Ellos renuevan escuelas y estudios, y desarrollan una acción misionera externa. Los dominicos se dedican especialmente a la teología. El poder papal e imperial, que al principio intervienen en su reglamentación, decide que se establezcan con fundaciones propias en Salamanca, Roma Nápoles, Viena, Praga, Cracovia, etc.

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Clérigos Vagos y Goliardos Los escolares o clérigos vagos, no debían ser siempre huéspedes tranquilos para las ciudades, algunos de ellos se dedicaban al ocio que a los estudios severos. Los cantos goliárdicos que se han conservado, nos hablan de mujeres, de vino, de búsqueda desesperada de dinero, de conflictos con los maestros y con los ciudadanos. Estos clérigos constituyen asociaciones que se convirtieron después en universidades. Con relación a sus maestros los estudiantes tenían mucho poder. Vagantes honestos o vagantes goliardos, en sus conflictos con los municipios anfitriones encontraron apoyo en Federico I que les concedió privilegios especiales. Ante esta intervención, el papado, anticipado por el imperio, no le quedó más remedio que apresurarse a reconocer los derechos adquiridos por los escolares; la Iglesia conservó una especie de supervisión sobre las universidades a través de esta concesión. No faltaban los que trabajando se ganaban la posibilidad de estudiar. Esto del trabajo para estudiar, como lo de mendigar o lo de darse a la dulce o mala vida, ha sido siempre un lugar común de la historia de la educación. Se trata ya de la figura del estudiante. Después de la Authentica de Barbarroja, otras intervenciones del poder político establecerán nuevos privilegios académicos especialmente en Francia con las cartas de Felipe Augusto de 1200 y de 1210 y en Castilla y León con las leyes de Alfonso X el Sabio, que contribuyen la codificación más amplia de la vida universitaria. La definición de estudio “general” es un tanto diversa de la que hoy se entiende comúnmente y las facultades citadas fueron solamente dos: Arte y derecho. Algunas disposiciones se refieren a las ciudades y a las sedes de estudios, otras prescripciones se refieren a la didáctica y los exámenes. Se habla del rector, que gobierna a la universidad y del derecho de asociación, se establecen otras figuras académicas: Los propios maestros como jueces entre los estudiantes, sustraídos de la jurisdicción común. Dentro de La Universidad y de la Escuela. Los métodos siguen siendo idénticos a los que hemos visto en la tragedia gramatical de Calías ateniense en el siglo V a.C. Gran parte de la enseñanza se desarrollaba en forma catequética, como diálogo entre maestro y discípulo. Naturalmente, en la escuela cenobial que era de tiempo completo, no faltaban los momentos de recreación y de juego. Para las faltas, así como para las deficiencias en el estudio estaba el remedio de siempre, el maestro golpeando con la fusta la palma de sus discípulos. En la enseñanza posterior, se integraba en las artes liberales trivium y el quadrivium, que podía continuarse hasta la universidad y además de perfeccionar la preparación formal, aporta una instrucción concreta. Su fundamento era la gramática. Utopías Escolásticas. Finalmente, pasemos de la vida cotidiana de la escuela real a los sueños de una escuela posible. He aquí cómo en el siglo XII, Hugo de San Víctor, proyecta la actividad de una escuela ideal: “Veo una escuela de personas que estudian. Hay una gran multitud: descubro diversas edades de hombre – niños, adolescentes, jóvenes y ancianos - y tan diversas ocupaciones”.

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El antiguo esquema del trivium y del quadrivium, con sus siete artes liberales, marcó un límite en este sueño. El ideal tiene necesidad de apoyarse en estructuras materiales, he aquí otra utopía, sueñan el edificio escolástico perfecto, del que nunca han dispuesto, pero que esperan poder tener en el futuro. La Educación Caballeresca. En esta época la educación guerrera se convierte en educación caballeresca, asumiendo como propios los aspectos intelectuales, distintos de los de la ciencia de los clérigos. La obvia actuación, espontánea e institucionalizada, según la forma de vida de los castillos y de las cortes, la preparación en la técnica de la guerra y de la política se desarrolla, después de las primeras atenciones de la madre y de la nodriza. Como norma a los quince años el niño se convertía en paje o escudero de algún experto caballero al que seguía como a su propio maestro; y a los veinte años, terminada su educación, era proclamado caballero en una ceremonia solemne, con el espadazo que tenía que dejar sin vergüenza. El espadazo, era quizás más un recuerdo o una analogía que una praxis de la educación caballeresca. El honor, la conducta correcta, antes que la fuerza, era la gloria del caballero. El Aprendizaje en las Corporaciones. Estos siglos desde el punto de vista de la historia de la educación, son los siglos del surgimiento de los maestros libres y de las universidades, son los siglos del nacimiento de los municipios y de las corporaciones de artes y oficios. Surgen nuevos modos de producción, en los que la relación entre la ciencia y el trabajo manual están más desarrollados y la especialización está más avanzada; por esto se requiere un proceso ya sea en los oficios más naturales o los más intelectuales, se requiere de una información que parece estar más cerca de la escolástica. Se presenta el tema nuevo de un aprendizaje en que la ciencia y el trabajo se reencuentren, con una tendencia a la consolidación y asimilación a la escuela. Es el tema fundamental de la educación moderna. El campo pierde los oficios que todavía sobrevivían y en las ciudades los grupos de los que ejercen un mismo oficio se consolidan y se expanden a partir de las antiguas costumbres. Es difícil en las normas que se refieren a la participación de los aprendizajes en el trabajo, descubrir las modalidades de las técnicas y didácticas del aprendizaje, no hablan predominantemente de una relación educativa. No existe una escuela del trabajo; el mismo trabajo es escuela, pero van creciendo los trabajos intelectuales. Ningún arte se preocupó de describir en sus estatutos los modos de este doble proceso de trabajo-aprendizaje. No hay una pedagogía del trabajo. Diversa era la edad en que podía empezar el aprendizaje; el aprendiz se convertiría en una especie de propiedad temporal del maestro, el cual podía venderlo o alquilarlo a otros maestros. Por otra parte se tenía también en cuenta los derechos del aprendiz. A menudo se presenta el caso de que el aprendiz huya, esto puede suceder por su poca voluntad a trabajar o por algún error del maestro.

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Respecto a las mujeres, presentes en algunos estatutos como eventuales viudas de maestros, les permitían trabajar pero sin aprendices cuando se hayan casado nuevamente con un hombre de otro oficio. Interesante aparecen las pruebas de examen, pero no desde el punto de vista didáctico-pedagógico, sino solo desde el punto de vista costumbrista. En este aprendizaje del oficio, hay junto a un aspecto ejecutivo, también un aspecto científico Pero en general las artes “sórdidas” no han expresado, sistematizado o hecho pública su ciencia. Por lo demás, sus protagonistas han considerado como cultura propia los retos de la ideología de las clases dominantes, que precisamente los aculturaban y solo alcanzaban alguna chispa de instrucción formal en el leer, escribir y hacer cuentas.

LECTURA COMPLEMENTARIA 1. EDAD

MODERNA

LA ÉPOCA MODERNA UN SALTO EN LA EDUCACIÓN Mirta Latanzzi El siglo XVII representó el apogeo de la mentalidad moderna, caracterizado por el absolutismo monárquico el triunfo del mercantilismo comandado por la burguesía, la revolución intelectual y las guerras de religión. El despotismo real fue consecuencia de una evolución gradual que adquirió características peculiares en cada región. Fue sobre todo en los órdenes jurídico, económico y administrativo, donde la monarquía trabajó arduamente, a fin de reducir los anacronismos que separaban a la realidad, de las instituciones vigentes. Estas circunstancias fueron el fomento de los nuevos ideales políticos que reflejaban de manera especial el deseo de contar con estabilidad y protección frente a la confusión y el caos producido por permanentes luchas. El orden y seguridad fueron considerados más importantes que la libertad y los monarcas reconocieron su derecho divino para gobernar, cuyo correlato era la obediencia ciega de sus súbditos. La nueva política económica: Mercantilismo, apoyaba la intervención estatal por considerarla factor propicio para aumentar la prosperidad comercial. Alcanzó nivel mundial, ampliando las bases del capitalismo, al valorizar las actividades lucrativas y subrayar en el poder del dinero y considerar a la competencia como el fundamento de la vida económica. Desde el punto de vista social, la característica saliente fue la ascención de la burguesía, favorecida por su poderío económico y su creciente alianza con la monarquía. Otros cambios sociales destacados fueron el crecimiento demográfico y el debilitamiento sostenido de la aristocracia.

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El progreso intelectual fue una revolución; varios factores contribuyeron a su advenimiento: - Las ideas renacentistas - Nueva visión del mundo aportado por los descubrimientos - Revalorización de la matemática antigua. - La necesidad de un método válido y confiable que apareció como una exigencia fundamental

para el quehacer científico. - Los espíritus más progresistas se dispusieron a buscar nuevos criterios metodológicos. Los límites espaciales y cronológicos del mundo moderno El prisma eurocentrista desde el que se concibe la edad moderna es la consecuencia de la valoración que el pensamiento europeo-occidental ha hecho de unos procesos básicos y característicos de la cristiandad occidental a lo largo de un dilatado periodo de tiempo. En este sentido, la geografía de la modernidad estará delimitada por Europa, concretamente Europa occidental y por la magnitud de la expansión de su civilización desde el inicio de los tiempos modernos. Pero la conceptualización del mundo moderno y sus límites espaciales y cronológicos son objeto de diferentes aproximaciones desde la propia historiografía de Europa occidental. La historiografía tradicional francesa, por su lado, considera que la edad moderna transcurre entre los siglos XVI y XVIII, situando sus comienzos en torno a la caída de Constantinopla en 1453, al descubrimiento de América en 1492 y al fenómeno cultural del renacimiento, en tanto que emplaza su final en el derrumbamiento de la vieja monarquía y el proceso revolucionario iniciado en 1789 (Revolución Francesa), con el que se iniciaba la contemporaneidad. En cambio, en la historiografía anglosajona el término ‘moderno’ hace referencia a un periodo más prolongado y móvil. En consecuencia, la duración de los tiempos modernos tradicionalmente se ha situado tras el renacimiento, hacia el año 1600 y su final tiende a prolongarse en el tiempo hasta el siglo XX. Por tanto, la delimitación de su ocaso puede variar según las diferentes historiografías, en virtud del propio ritmo histórico de cada pueblo: por ejemplo, en 1848, en las naciones de Europa central; o en 1917 para Rusia. De cualquier modo, y aunque la historiografía occidental ha tendido a situar la edad moderna entre los siglos XVI y XVIII, la consideración de acontecimientos puntuales de singular relieve en modo alguno son significativos sin la valoración de los procesos de cambio a nivel estructural en el devenir de las sociedades. Así, los inicios de la edad moderna difícilmente pueden ser comprensibles sin atender al despertar del mundo urbano en Occidente desde el siglo XIII, al clima de intenso debate religioso que preludia la Reforma iniciada en el siglo XVI a los primeros síntomas de cambio en los comportamientos de la economía hacia formas precapitalistas o al proceso de conformación de los primeros estados modernos desde finales del siglo XV. Del mismo modo, el final de la edad moderna habrá de ser igualmente flexible en virtud de los procesos constitutivos de la quiebra y desintegración del Antiguo Régimen, cuya transición tendrá un ritmo y una duración variable según las diferentes realidades históricas de cada pueblo y que a

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grosso modo podemos dilatar desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX y aún en algunos casos hasta el propio siglo XX. En consecuencia, las transiciones hacia la modernidad y hacia el fin de la misma diluyen sus límites tanto en el medievo como en la contemporaneidad. Los rasgos esenciales de la modernidad La modernidad en su origen y en su esencia es un fenómeno europeo, pero la emergencia, extraversión y expansión de Europa le conferirán una dimensión mundial, a través de la presencia y la interacción de los europeos con otras civilizaciones de ultramar. Como fenómeno esencialmente europeo los rasgos de la modernidad ilustran unas pautas de cambio profundo en la configuración del universo social, no sin variaciones según los diferentes pueblos de Europa. En el ámbito de las creencias, el hecho más elocuente del inicio de la modernidad es la quiebra de la unidad cristiana en Europa central y occidental, precedido del agitado caldo de cultivo de las herejías y las contestaciones críticas a la Iglesia romana en la baja edad media y que culmina en la Reforma protestante y el inicio de un largo ciclo de las guerras de Religión desde principios del siglo XVI. Asimismo, la secularización del saber, la consolidación de la ciencia y el avance del librepensamiento, basados en el pilar de la razón, generarán actitudes críticas hacia las religiones reveladas. Estos cambios en la atmósfera cultural y su manifestación en los avances tecnológicos revolucionarán los hábitos materiales de las sociedades europeas y su visión y relación con el entorno a escala planetaria. Los nuevos inventos, en la navegación y en el campo militar, por citar dos ejemplos, facilitarán los descubrimientos geográficos y la apertura de nuevas rutas de navegación hacia los mercados de Extremo Oriente y hacia el Nuevo Mundo. En un plano más amplio, el nuevo marco cultural perfilado en el renacimiento y el humanismo generarán un escenario en el desarrollo del saber donde el hombre ocuparía un lugar central, cuya proyección alcanzaría su más elocuente forma de expresión en el espíritu de la Ilustración en el siglo XVIII y la configuración de Europa como paradigma de la modernidad. Desde una perspectiva socioeconómica, la lenta pero progresiva implantación de formas protocapitalistas, vinculadas al desarrollo del mundo urbano desde los siglos XII y XIII y el creciente peso de la actividad mercantil y artesanal en unas sociedades todavía agrarias, irán definiendo los rasgos de la sociedad capitalista. Aquellas transformaciones económicas transcurrirán paralelas al proceso de expansión de la actividad económica de los europeos en otros mercados mundiales, bien ejerciendo relaciones de explotación sobre sus dependencias coloniales o bien en un plano más igualitario, en primera instancia, en otras áreas del globo, como expresión de la emergencia mundial de las potencias europeas. Asimismo, conviene observar la traslación del eje de la actividad económica y también geopolítica, desde el Mediterráneo, que seguirá jugando un papel crucial en la historia de los europeos en su relación con ultramar, hacia el Atlántico. Las transformaciones económicas transcurrieron parejas e indisociables a ciertos cambios en la estructura social del Antiguo Régimen. Entre éstos, el protagonismo de nuevos grupos sociales muy dinámicos en su comportamiento, tradicionalmente asimilados al complejo concepto de burguesía,

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los cuales recurrirán a distintas estrategias tanto de corte reformista como revolucionario para su promoción social y política y la salvaguardia de sus intereses económicos. Movimientos que no convienen simplificar y superponer a otros fenómenos sociales que atañen a otros sectores de la población, tanto agraria como urbana, de carácter más revolucionario, como se pueden observar en el siglo XVII en el marco de la revolución inglesa; o las estrategias de los grupos tradicionales de poder para frenar o neutralizar esos movimientos mediante la cooperación de esa burguesía emergente o mediante el recurso de prácticas represivas. De cualquier modo, estas pautas de transformación social conducirían con mayor o menor celeridad y con las peculiaridades propias de cada sociedad a la antesala del ciclo de revoluciones burguesas que se iniciaría desde finales del siglo XVIII y que supondría, en términos generales, el desmantelamiento del Antiguo Régimen. Desde la perspectiva política, el fenómeno más relevante es la configuración del Estado moderno. Las primeras monarquías nacionales, las cuales se irán abriendo paso a medida que se diluya la idea medieval de imperio cristiano a lo largo de las luchas de religión del siglo XVI. El nacimiento del Estado moderno concretará la expresión de nuevas formas en la organización del poder, como la concentración del mismo en el monarca y la concepción patrimonialista del Estado, la generación de una burocracia y el crecimiento de los instrumentos de coacción, mediante el incremento del poder militar, o la aparición y consolidación de la diplomacia, conjuntamente al desarrollo de una teoría política ad hoc. Fórmulas que culminarían en el Estado absolutista del siglo XVII o en los despotismos ilustrados del siglo XVIII, pero que no pueden ocultar la complejidad de la realidad política europea y el desarrollo de modelos de gobierno alternativos, como las formas parlamentarias que se fueron implantado desde el siglo XVII en Inglaterra y que vaticinan en la práctica y en sus teorizaciones el posterior desarrollo del liberalismo. En su dimensión internacional, la emergencia y la configuración de la Europa moderna perfilará una nueva visión y una inédita actitud hacia el mundo y en esa perspectiva la modernidad implica el inicio de los encuentros y también desencuentros con otras civilizaciones a lo largo del globo. Los descubrimientos geográficos y las nuevas posibilidades habilitadas por las innovaciones técnicas transformarán radicalmente la visión que del mundo tendrían los europeos. Un cambio de actitud que conjuntamente con las transformaciones socioeconómicas, culturales y políticas llevará a los europeos a expresar su extraversión hacia ultramar y concretar en el plano internacional la emergencia de Europa. En ese proceso, los europeos entrarán en contacto con otros mundos y con otras civilizaciones, no siempre con un ánimo dialogante, sino con la pretensión de imponer sus formas de civilización, o dicho de otro modo, con la intención de crear otras Europas, siempre que encontraran las circunstancias adecuadas para hacerlo. Es cierto que en el caso de América, el Nuevo Mundo se convirtió en el punto de destino de las utopías del viejo continente, pero en el plano general de la política europea hacia estas áreas, como más adelante ocurriría con la expansión europea por otros continentes, se plantearía en términos de desigualdad en favor de las metrópolis europeas. Por último, la emergencia y la progresiva hegemonía mundial europea acabaría influyendo en el desarrollo de las relaciones internacionales, en la misma proporción que su expansión por el globo, aún lejos a finales del siglo XVIII de lo que sería la culminación de las prácticas imperialistas y de la hegemonía europea en vísperas de la I Guerra Mundial.

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La crisis del universalismo imperial y pontificio (la Christianitas medieval) entre los siglos XIV y XVI dejará paso a una nueva realidad internacional europea definida por el protagonismo de los estados modernos, la pluralidad de los estados soberanos y la configuración del ‘sistema de estados europeos’, cuya acta de nacimiento bien puede datarse en la Paz de Westfalia de 1648. Los estados y, concretamente, las grandes monarquías europeas de los siglos XVII y XVIII, serán el elemento predominante en las relaciones internacionales de la edad moderna y al designio de éstos quedará relegadas la suerte de las posesiones europeas de ultramar y las posibilidades de penetración en otros mercados extraeuropeos. Cambios y permanencias en el mundo moderno Buena parte de la historiografía modernista sigue manteniendo una división trifásica de la evolución de dicho periodo histórico, aunque introduciendo matices y observaciones que se han ido suscitando a medida que se ha ido revisando la historiografía tradicional occidental. En este sentido, se distingue un primer periodo ajustado a un "largo siglo XVI", entre mediados del siglo XV y las últimas décadas del siglo XVI, de nacimiento de los tiempos modernos y en el que se comienzan a manifestar con notoria claridad los rasgos de la nueva época y la disolución del mundo medieval; un periodo de reajuste y crisis, entre las últimas décadas del siglo XVI y las décadas centrales de la segunda mitad del siglo XVII, marcado por tensiones sociales y económicas de desigual impacto en los diferentes estados, reajustes en la correlación de fuerzas entre las potencias europeas a lo largo de la guerra de los Treinta Años y de cambios importantes en las fórmulas de organización del poder en los estados; y una tercera etapa, iniciada en las décadas finales del siglo XVII hasta las últimas décadas del siglo XVIII, con el inicio del ciclo revolucionario, caracterizado por la recuperación económica y demográfica, aunque en algunos casos perdurará el estancamiento, el desarrollo del espíritu de la Ilustración y la consolidación de dos modelos políticos (el despotismo o el absolutismo ilustrado) y la monarquía parlamentaria inglesa, junto a otros factores indicativos de cambio en términos político-ideológicos, como la Independencia estadounidense y la Revolución Francesa, o en términos socioeconómicos a raíz de las primeras manifestaciones de la industrialización en Inglaterra. Pero en la consideración crítica de los cambios y los rasgos de la modernidad se ha de ser extremadamente cauteloso al estudiar las diferentes realidades históricas de los pueblos y los estados, considerando su propia idiosincrasia y su propio ritmo evolutivo, tanto dentro como fuera del ámbito europeo. Asimismo, se ha de considerar el alcance social de los cambios y la inercia de las permanencias, puesto que a lo largo de la edad moderna es mucho más lo que permanece que lo que cambia respecto a la edad media, si apreciamos la estructura y los comportamientos demográficos, la naturaleza agraria de las sociedades europeas o la naturaleza de las relaciones sociales en el marco de la sociedad estamental. La misma apreciación se puede plantear para definir los límites de la edad moderna y el inicio de la contemporaneidad en virtud de la pervivencia del Antiguo Régimen, a raíz de las pautas de cambio y continuidad en las esferas económica, social, político-ideológica y cultural, en los diferentes pueblos y dentro de las mismas sociedades nacionales.

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LECTURA COMPLEMENTARIA 2. EDAD

MODERNA LA EDUCACIÓN EN LA ÉPOCA MODERNA Mario Alighiero Manacorda En los siglos XIV y XV encontramos a los primeros maestros libres, a los cuales se les debe en gran parte el surgimiento de las universidades, a pesar de sus subordinación al antiguo y nuevo derecho eclesiásticos e imperial. La actividad de estos maestros libres se ha de ver más estrechamente en relación con el nuevo surgimiento de una sociedad de mercaderes y artesanos y sus expresiones culturales más características y visiblemente nuevas en las literaturas en lenguaje vulgar, se habla de la burguesía. El nacimiento de esta literatura es el signo del nacimiento del mundo moderno. Los protagonistas de estas nuevas literaturas, de la nueva cultura, de los nuevos modos de instrucción, son los nuevos clérigos que son hombres intelectuales. El clérigo que debe amar las sagradas escrituras, el laico que debe amar los libros y prepararse para las profesiones liberales. Los maestros libres son los protagonistas de la nueva escuela del tercer estado. Esta nueva cultura y este nuevo profesionalismo de los estados burgueses consiste en la gramática y el ábaco. La preparación eclesiástica se hace en vista a la profesión: La gramática y las letras. La formación eclesiástica profesional es aprender lo más preciso y necesario de manera que el niño a los diez años ya era capaz de estar en las cajas para después pasar a llevar los libros contables. Tenemos a los nuevos maestros ya definidos a fines del siglo XIII, cuando Bonvesin de Riva, ilustrando las diversas profesiones ejercidas en Milán, nos da estos datos sobre la instrucción: Los profesores de gramática son ocho; los maestros elementales son setenta; Los copistas superan los cuarenta. Las escuelas de estos maestros se difunden rápidamente. Esta escuela es libre en las grandes ciudades y cuestionada por el municipio donde la escasez de alumnos no le permitía al maestro vivir con las cuotas de los mismos. Otra forma típica, aunque no dominante numéricamente, el instructor privado de las familias de los ricos y de los señores; contra su competencia se protegen los maestros públicos, prohibiendo a aquellos instruir más de diez alumnos a la vez. El Humanismo: Señorías, Preceptores, Academias. Contemporáneamente a esta escuela y a esta cultura nueva se desarrolló otro movimiento innovador, pero de signo aristotélico, el humanismo, caracterizado por el redescubrimiento del valor automático y por el retorno a la lectura de los clásicos, latinos y griegos. El humanismo nace aristocrático. Aunque ningún otro movimiento cultural haya dedicado tanta atención a los problemas del hombre y por ello a su educación, el renovado contacto con los clásicos da a los nuevos intelectuales un profundo sentido de fastidio la cultura medieval y por las formas tradicionales de su transmisión, o sea por su escuela. Se encuentra entre los humanistas desprecio por la escuela existente, por los maestros y sus modos, pero difícilmente encontramos desprecio por la enseñanza. El humanismo surge en la declarada polémica contra la cultura de los cenobios y de las universidades, contra su tradicional clasificación

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de las ciencias, contra la ignorancia de los clásicos y el uso generalizado de manuales y compendios, contra la metodología obsesivamente repetitivas, contra la disciplina severa hasta lo sádico. El riesgo y la contradicción del humanismo ha sido siempre este tender al futuro pero refiriéndose al pasado en proponer una lectura libre de los autores, pero haciéndose el modelo de un nuevo pedantismo. La Pedagogía Humanística. La pedagogía humanística, sobre todo Italiana tuvo sus tratados y sus escuelas; quizás ninguna otra época y ninguna otra cultura fue tan sensible a los problemas de la formación del hombre. Todo el siglo XV es una continua sucesión de textos que marcan un cambio de rumbo en la concepción de la formación del hombre y que serán el modelo para los letrados de Europa. Un motivo recurrente de esta pedagogía humanística es la necesidad de tener en cuenta la naturaleza del niño, de tener en cuenta la tierna edad y la necesidad de educar a cada niño según la propia índole. La pedagogía serena estudiaba la gramática directamente en base a textos de los grandes autores, pero siempre buscando que el estudio se adecuara con el placer, su escuela no permitió el carácter aristocrático propio de todo el humanismo. Los niños deben ser instruidos en la gramática porque es el principio y fundamento de todas las disciplinas y no se puede llegar a la cima de ninguna otra si no se empieza por ella. Hemos empezado buscando el nacimiento de un vínculo entre cultura y profesión en las escuelas de maestros libres o más bien de profesiones que organizan también el tironcito de su profesión. Quizás podríamos decir que entre estos dos nuevos modos de formación del hombre, existía también la búsqueda de una tercera vía. Para Leonardo de Vinci la cultura no está en las letras o las disciplinas alejadas de las matemáticas y de la experiencia, que le parecían todas ellas mentirosas. Él reivindica el carácter “mecánico” de todo saber y apela enérgicamente el hacer. Más que todas las exaltaciones de la dignidad del hombre contenidas en los tratados humanísticos, vale la definición de hombre dado por Leonardo: “El Hombre, máximo instrumento de la naturaleza”. La Educación Caballeresca.

La educación caballeresca, sigue siendo la preparación para el ejercicio del poder, o mejor de aquel aspecto del poder que es el hacer de las clases dominantes, la guerra. Con el desarrollo de la ciencia y de la tecnología de guerra, se añaden artes nuevas: La esgrima, disparar, saltar, lanzar dados, el disparar, pero a estas artes bélicas se añade, las artes de la corte, las políticas, el conocimiento de los usos de la etiqueta y de las leyes, las de recreación cultural como la danza, tocar un instrumento, además de jugar ajedrez y hacer versos. A pesar de la gran aventura histórica de la literatura caballeresca, la preparación intelectual no fue parte importante de la formación de un caballero.

Las buenas maneras y la cultura son prerrogativas indispensables de los caballeros, de los nuevos nobles, de todas las personas que gravitan alrededor de las cortes. Las armas siguen siendo el primer honor del hombre, hasta el punto de que quien las ejerce lo hace por nacimiento y no por haberlo

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aprendido. El aprendizaje del arte de guerra tendrá sus manifestaciones en los torneos caballerescos, hasta que en 1559 Enrique II de Valois muere en un torneo y es el fin de la educación tradicional del caballero. La Reforma y la Escuela Los movimientos populares heréticos habían promovido la difusión de la instrucción, a fin de que uno pudiera leer e interpretar la Biblia personalmente, sin la medición del clero. La ciudad de Munerstadt establece en sus “Artículos y reivindicaciones”: que “todos los hijos de los ciudadanos deben ser instruidos y adoctrinados con diligencia y gratuitamente en las escrituras cristianas evangélicas y sin ningún pago a los maestros o a la escuela, a fin de que todos los niños, según sus capacidades, pueden ser lo más hábiles posibles en sus oficios o en su actividad y a fin de que se puedan también tener, de aquellos que aprenden a escribir, los predicadores y los anunciadores de la palabra de Dios. Y si tales predicadores y maestros, con el tiempo, quieren pasar del estado matrimonial, sus mujeres que deben ser de conducta honorable y cristiana, sean dirigidas a instruir con habilidad a sus hijas y enseñarles la Escritura, a fin de que unos y otros, tanto de sexo masculino como femenino, creados al mismo tiempo por Dios, puedan convertirse en anunciadores de la ley y de la fe”. En Suiza Ulrich Zwingli (1484-1531) publicaba un libreto para la instrucción y la educación cristiana de los niños (1523). En Alemania Lutero decía: “ La prosperidad, la salud y la fuerza mejor de una ciudad consiste en tener muchos ciudadanos, instruidos, razonables honestos y bien educadas, que pueden acumular tesoros y riquezas, conservarlas y usarlas bien...El mundo para conservar su condición terrena, tendría necesidad de hombres que pudieran gobernar ciudades y gentes, y mujeres capaces de mantener la casa, los niños y la servidumbre. Hombres y mujeres de esta especie los deberán hacer crecer desde niños”. Es el proyecto de una escuela nueva que en tres años desarrolle un programa educativo equivalente al que requería la vida eterna, para llevar a cabo este programa, Lutero se dirige a los políticos y a los padres; es interesante su intento de conciliar el respeto del trabajo manual productivo con el tradicional prestigio del trabajo intelectual. Él dice: “Dios ha llamado al hombre a trabajar porque él mismo trabaja y se ocupa de oficios comunes; los trabajadores manuales se inclinan a despreciar los trabajadores de la mente. La enseñanza es un trabajo tan fatigado que nadie debería estar obligado a ejercerlo por más de diez años”. Melancton, 1526: “En una ciudad bien ordenada hay necesidades de escuelas, donde los niños, que son el semillero de la ciudad, sena instruidos; nos equivocamos si se cree que sin instrucciones pueda lograr una sólida virtud”. La Contrarreforma y la Escuela. La orientación educativa de la iglesia católica, como respuesta al protestantismo, fue fijada en el Concilio de Trento (1545-1564) conocido también como el arma mas fuerte de la contrarreforma católica. En sus deliberaciones el concilio insistió mucho en los libros y en la escuela. En el concilio lateranense de 1515, el papa León X había hecho aprobar disposiciones bastante severas: “Nadie intente imprimir o hacer imprimir ningún libro si no ha sido antes diligentemente examinado y aprobado por nuestro vicario u obispo que tenga competencia en la ciencia del libro en cuestión. Quien intentara algo en contrario, además de perder los libros y verlos quemar públicamente,

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quedará implicado en la sentencia de excomunión.” El Obispo Beccatelli decía: “No hay ninguna necesidad de libros; desgraciadamente hay demasiados en el mundo, es mejor que se prohíban mil libros sin razón a que se permita uno que merece castigo”. El concilio condenó en diez “reglas” varias clases de libros. Los libros heréticos, los que tratan ex profeso argumentos lascivos u obscenos. Los de geomancia, hidromancia, aeromancia, piromancia, onomancia, quiromancia, nigromancia. Los que contienen sortilegios, maleficios, augurios, auspicios, encantamientos de magia. Condeno también los libros escritos por autores ya condenados. El concilio de Trento provee a la reorganización de las escuelas católicas, reorganizo las escuelas de las iglesias metropolitanas y las más pobres de los monasterios y conventos. A finales del siglo XVI se reglamentó el sistema escolástico jesuítico: la organización en clases, los horarios, los programas, las disciplinas. Establecía 6 años de studia inferiora, divididos en cinco cursos. (tres de gramática, uno de humanidades o poesía, uno de retórica); un trienio de studia superiora de filosofía (lógica, física, ética), un año de metafísica, matemática superior, sicología fisiología y un periodo de actividad práctica de enseñanza. La Sátira. La teoría y la practica educativa se abren camino entre conflictos y contradicciones. Se manejaba una sana educación humanística, dirigida a atender igualmente la mente y el cuerpo, rica de conocimientos teóricos y prácticos sobre los oficios y las industrias, las ciencias “reales” y las lenguas clásicas, el derecho y la moral, sin exclusión del trabajo manual. Tommaso Garzoni advierte “... no hay nada peor que la utilidad de los jóvenes que odiar a los maestros, abandonando la escuela cuando los encuentran terribles y severos... estos son los defectos y vicios de los alumnos: hacer ruido en las escuelas, romper el silencio en ausencia del maestro, golpear al que sigue la norma, hacer barquitas de papel, pintar los dibujos de los libros, pedir a cada momento para ir al baño o a otro lugar, salir de la escuela como diablos desencadenados, romperse la cabeza entre ellos por mil tonterías; estas son algunas de las cosas que hacen desesperar a los padres, que hacen gritar a los maestros”. Hay dos aspectos característicos de la crisis de la cultura a finales del siglo XVII: La decadencia de la universidad como centro de cultura y la inminente expresión al culto de Aristóteles, Hipócrates y Galeno. La Utopía. “Utopía”, lo que no está en ningún lugar. Los utopianos aprenden las ciencias en su lengua, no le dedican más de seis horas al trabajo, muchos dedican sus horas libres al estudio de las letras. He aquí la imagen de una sociedad nueva, revolucionaria, como se vislumbra a partir de tres grandes descubrimientos: Imprenta, brújula y pólvora para disparar, los cuales condiciona la difusión de la cultura y la exploración y conquista de la tierra. Es la futura sociedad industrial, donde ciencia y técnica predominan y cambian el mundo, con sus academias como centros de investigación científica, que se oponen a las universidades. Campanella, Bacon y Giordano Bruno serán el constante punto de referencia para los pedagogos innovadores del siglo XVII, un siglo en el que afloran las utopías especialmente pedagógicas.

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La Alianza Pedagógica de “Sectarios” y Revolucionarios. Comenio motivado por el mensaje de Cristo: “Vayan e instruyan a todas las gentes”, propone una escuela para toda la vida ( desde el útero materno de la madre), la cual, dividida en ocho grados, enseñe todo a todos totalmente. En el nivel de la práctica didáctica, es mérito de Comenio la búsqueda y valoración de todas las metodología, cabe menciona la elaboración de un manual concebido como un atlas científico ilustrado, a fin de que con las palabras fueran accesibles a los muchachos, sino las cosas, al menos las imágenes de las cosas. En el libro intitulado Corrección o Reforma Universal, él explica por qué se debe iniciar en seguida la reforma escolástica: “... Toda esperanza de un mundo mejor se funda únicamente en la educación de la juventud y por tanto en escuelas correctamente instituida, ... Con Dios, veremos la luz intelectual de la sabiduría proyectar potentemente sus rayos desde las escuelas a la Iglesia y a los estados y por tanto el orbe y hará todo más grande, más bueno, más bello, más ameno.” Comenio no fue un revolucionario, fue un utópico, que creía estar en el fin del mundo y trabajaba más en vista al fin que en vista al futuro del mundo. En cuanto a una actividad de organización de escuelas Blatny Potok en Hungría escribió sus normas para una buena ordenación de la escuela, donde encontramos los frutos de una experiencia acumulada durante siglos en diversos países para reglamentar la conducta de los discípulos, su relación con los maestros, así como las responsabilidades de los padres, no sólo en el campo de la instrucción escolar, sino también en situaciones análogas de aprendizaje o de vida religiosa en un monasterio. Nuevas Orientaciones y Nuevas Ideas. Samuel Hartlib, propugnador de la educación de los pobres lleva a cabo la reforma y modernización de las escuelas, proyectando un Gymnasium mechanicum y escuelas profesionales donde todos pudieran aprender un oficio y al mismo tiempo recibieran también una formación cultural similar a la de los grupos privilegiados. A Locke sólo le preocupa proveer a los niños que viven de los subsidios de las parroquias, que asistan a las escuelas del trabajo, que les preparen para actividades vinculadas con la industria fundamental del país, adoctrinándoles al mismo tiempo en religión oficial. Locke, en sus Pensamientos sobre la educación (1693); admite que leer, escribir y saber son necesidades, pero no que sean la cosa más importante. No esta en sus cabales quien no considera a un hombre virtuoso y sabio infinitamente mejor que un gran erudito... Se debe tener cultura, pero ésta debe estar en segundo lugar y subordinada a otros dotes mayores. Buscad alguno que sepa enseñar las buenas costumbres; confiad vuestros hijos a quien pueda garantizar lo más posible su pureza, a quien sepa alimentar y desarrollar sus buenas disposiciones, corregir gentilmente y erradicar la malas, infundirle buenos hábitos. Éste es el punto principal: y cuando la hayáis conseguido, podréis pensar en la cultura como un algo más, que podrá se alcanzado con menor fatiga”. El juego, la práctica, la persuasión razonable, los métodos no autoritarios y el autogobierno son los instrumentos de esta pedagogía, que persigue no la variedad de los conocimientos sino la libertad del pensamiento.

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Durante el siglo XVIII encontramos: “Escuelas Cristianas”, Católicas y Reformadas. En Francia, el latín y toda la carrera educativa ya no son un instrumento para adquirir un saber dado de una vez por todas, sino un “instrumento para perfeccionar la razón” y para la “formación del juicio”. Entrando a una “Escuela Cristiana”.

En la Conduite des écoles Chrétiennes, redactada por Jean-Baptiste de La Salle en 1702 y dada a la imprenta en 1720 se refiere a “Los ejercicios que se hacen en las escuelas cristianas y a la manera en que se deben llevar a cabo” y “los medios para establecer y mantener el orden”. Cabe señalar la total separación didáctica, organizativa y cultural, entre a lectura y la escritura. La lectura concierne esencialmente a la enseñanza religiosa, la doctrina, las Sagradas Escrituras; la escritura, concierne una técnica material, que requiere procedimientos especiales y después está dirigida a preparar para un oficio. Ésta es la novedad de las “escuelas cristianas” La segunda parte de la Conduite concierne a los medios para establecer y mantener el orden en las escuelas. El gran problema que aborda es la pureza de las costumbres; a los “libertinos” les estaba reservada la expulsión. Menciona que hay nueve cosas para atender el orden: la vigilancia incesante, los “signos”, los “catálogos”, o registros, las recompensas, las correcciones o castigos, la puntualidad, los permisos, los oficiales (alumnos con responsabilidad) y la estructura misma de la escuela y anexos. Las “correcciones” o castigos, como medio pedagógico irrenunciable, se han de usar con mucha cautela y teniendo en cuenta delicadas observaciones de orden psicológico: “La corrección de los escolares es un de las cosas que traen mayores consecuencias en las escuelas, y requiere mucha atención para hacerla adecuadamente y con fruto, tanto para aquellos que la sufren, como para aquellos que la ven hacer... Es necesario comportarse de manera dulce y firme a la vez”. Se distinguen cinco maneras de corregir: Por la palabra, por la penitencia, por férula, por azotes, por expulsión”. Por tanto, los castigos eran una de las principales causas de la ausencia y del abandono de la escuela. La instrucción popular, auspiciada por la reforma, se va concretando en Alemania con una primera institución, con Reyher en 1642, de escuelas rurales en el estado de Gotha; después con las escuelas para pobres de Francke en Halle en 1695, finalmente con el nacimiento de las escuelas científico-técnicas en Berlín en 1747. La Pedagogía en los Literatos. Educar humanamente a todos los hombres se convierten el moderno objetivo de la educación. A imitación de Laputa, en la ciudad Lagado se fundan academias de inventores, todas ellas dedicadas a las más extravagantes investigaciones, es sobre todo digna de mención la "máquina de aprender", un gran cuadrado, con un reticulado de cuadrados móviles, que tienen escritas todas las palabras en todas sus flexiones.

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La educación estaba de moda: se ocupaban de ella los soberanos, los filósofos, los científicos, los utopistas, los novelistas. Incluso las mujeres eran admitidas a asistir a los doctorados, aunque en lugar aparte. La Ilustración y la Enciclopedia. La redacción de la gran Enclopedia de las ciencias, de las artes y los oficios (1751 - 1765), precedida, por infinitas iniciativas análogas, nace bajo el empuje de aquella gran búsqueda de reclasificación y modernización del saber de la que ya estaban invadidos el siglo XVII y los principios del XVIII. Propuestas y Actuaciones de una Escuela Estatal. Mientras Diderot tenía que luchar contra los ataques de la iglesia y las prohibiciones del estado, para llevar a términos su enciclopedia, Rousseau daba la espalda a toda la sociedad para idolatrar a Emilio, otras voces se levantaban para pedir una intervención innovadora del estado en el campo de la instrucción confiada a la iglesia. En 1763 se publicaba el Essai d´education nationale de Louis René protagonista de la expulsión de los jesuitas de Francia. En él protesta contra la tradicional exclusión de los laicos de la enseñanza y reivindicaba una educación que dependía solo del estado. En los mismos años, en Alemania, Johann Bernhard Basedow sostenía el laicismo y el estatismo de la enseñanza. La emperatriz de Austria, María Teresa, señalaba: "la instrucción es y seguirá siendo en cualquier época un hecho político". HAsta entonces la escuela había sido, casi en su totalidad, un hecho privado o eclesiástico, aunque controlada por el poder político. El principal inspirador de la reforma fue Ignaz von Felbiger (1724-1788). A él María Teresa confió la elaboración de un proyecto general de reforma de la instrucción, que fue aprobado en Diciembre de 1774. El cuadro organizativo de la instrucción estatal, que resultó de ello, comprendía: Escuela popular o alemana, que podría ser frecuentada desde los 6 a los 10-12 años; debía establecerse en los pueblos, junto a las parroquias. Escuelas principales, destinadas a la formación profesional, de las cuales formaban parte las escuelas "normales" para la formación de los enseñantes, de una duración de cuatro años. Escuelas intermedias de latín, que preparaban para las universidades. Las universidades. A esto se ha de añadir que en el mismo periodo se habían constituido escuelas especiales de diversos tipos: La academia de quitación (1746), la academia oriental (1754), la escuela de diseño manufacturero para la industria textil (1758), la escuela de comercio (1770). José II, hijo de María Teresa decía: "El principal deber de todo ciudadano es hacerse apto para servir al estado. Conocimientos, saber y buenas costumbres son los medios mejores y más seguros para alcanzar el bienestar externo e interno." Las Revoluciones: Norteamérica y Francesa.

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La revolución industrial crea el espacio para el nacimiento de la moderna instrucción escolar pública. Fábrica y escuela nacen a una mismo tiempo. Nace al mismo tiempo la nueva ciencia de la economía política, como análisis científico. En América, entre 1765 y 1783, tanto Franklin como Jefferson, en nombre de los derechos naturales del hombre y convencidos de que la libertad exige a un pueblo con un cierto grado de instrucción, solicita una "cruzada contra la ignorancia ", dirigida a promover las facultades intelectuales y morales de los jóvenes. Franklin proponía una instrucción cuyos objetivos fueran las buenas maneras lockianas, la moralidad, las lenguas vivas y muertas, "y todas las ramas útiles de la ciencia y de las artes libres". En un programa ilustrado y todavía selectivo, Jefferson propugnaba una escuela elemental gratuita para todos los niños de 7 a 10 años, los mejores de los cuales fueran seleccionados para las escuelas secundarias y los mejores de éstas para la universidad. En Francia en 1792, Condorcet sostenía la necesidad de una instrucción de todo el pueblo, bajo la dirección del estado e inspirada en un absoluto laicismo: "única, gratuita y neutra". En 1793, ante la Convención nacional coexistían dos propuestas: Una de los girondinos y otra de los jacobianos. Decían los girondinos: "La instrucción es una necesidad de todos y la sociedad la debe dar igualmente a todos y a la sociedad la debe dar igualmente a todos sus miembros"; los jacobianos decían: "La instrucción es una necesidad de todos. La sociedad debe favorecer con todas sus fuerzas los progresos de la razón pública y poner la instrucción al alcance de todos los ciudadanos." El 29 de Septiembre de 1794 se decide la creación de un Conservatorio de arte y oficios, con la doble función de instituto de instrucción y de museo de la técnica. El 30 de Noviembre del mismo año se abre la Escuela política, que prepara para los altos niveles de todas las especialidades de la ingeniería; y en Octubre de 1795 se abre el Instituto nacional de ciencias y artes, destinado a "perfeccionar las ciencias abstractas mediante investigaciones continuas, la publicación de descubrimientos, la correspondencia con sociedades francesas y extranjeras". En el periodo revolucionario, se empeña en afirmar el derecho de todos a la instrucción y en renovar los contenidos, en el sentido de la preeminencia de las cosas (las ciencias) sobre las palabras (las letras) y de su estrecha relación con la vida productiva social. La Iglesia y la Revolución en Italia. El papa Pío VII Chiaramonti reivindica tenazmente para el clero la atención exclusiva de los niños y de los adolescentes. La religión sigue presente con la recitación obligatoria de oraciones, a pesar de los temores en contra expresado por Pío VII, junto con el trabajo artesanal entendido casi como una predestinación natural. Seguimos ante el acostumbrado concepto de la instrucción como beneficencia concedida desde lo alto, ahora desde el estado en lugar de la iglesia y no como derecho de los individuos.

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Vincenzo Cuoto, Filangieri y Galdi en 1809, distinguían según las clases sociales las estructuras de una instrucción, sin embargo quería que fuera "universal, uniforme y completa", uniformidad que no deseaba Filangieri, tampoco para Cuoco la uniformidad equivalía a igualdad. El ideal de la formación del hombre estaba así subordinado a la contingencia de los conflictos de supremacía en Europa entre Francia e Inglaterra. Dos Experiencias Concretas entre los Siglos XVIII y XIX La Enseñanza Mutua En los años de revolución francesa, se iba afirmando en Inglaterra una nueva iniciativa educativa, promovida por privados: La llamada "enseñanza mutua" o "monitorial", en la cual algunos muchachos instruidos directamente por el maestro, actuando con variedad de tareas como ayudantes o monitores, instruyendo a su vez a otros muchachos, vigilan su conducta y administran los materiales didácticos. Surgieron dos sociedades: la Real Institución lancasteriana (después Sociedad para la escuela británica y extranjera); y la Sociedad nacional para la promoción de la educación de los pobres en los principios de la iglesia constituida. La iniciativa de la enseñanza mutua se difundió por Lancaster, en todo el mundo de habla inglesa. De la instrucción elemental masculina el método se extendió a la instrucción femenil y de adultos y a las escuelas de nivel superior. No se trata solamente de un método didáctico: Se trata de una opción política. La enseñanza mutua era la respuesta práctica al temor de los conservadores, de que la instrucción pudiera "turbar el estado". Johann Heinrich Pestalozzi Mientras los innovadores ingleses experimentaban la enseñanza mutua, en Suiza trabajaba Johann Heinrich Pestalozzi. Su ambición fue "unir lo que Rousseau había separado", o se el hombre natural y la realidad histórica; y lo hizo de acuerdo con su época, cerrado dentro de los límites ideales de un sociedad en gran parte preindustrial. La apelación rousseauniana a la naturaleza, en el sentido de la "bondad natural" del ser humano, no perfecto pero perfectible, presente de una manera no muy evidente en la personalidad individual de cada niño, puede ser considerado, el punto de partida de su pedagogía. Sugiere una educación no represiva, no fundada en el temor de los castigos, "que no haría sino agravar el mal". "El enseñante, o en caso nuestro la madre, debería procurar en primer lugar mantener vivo el interés por el aprendizaje. La falta de diligencia en los niños depende siempre de la falta de interés; y esta última a su vez depende del método de enseñanza adoptado por el enseñante". Cada uno de los objetos que rodean al niño puede servir para hacerle nacer pensamientos. Querer empezar con conceptos abstractos no es razonable y perjudica más que ayuda. También la música le parece "uno de los medios más saludables de la educación" por "la eficacia que tiene en hacer nacer y alimentar los más elevados sentimientos de que el hombre es capaz"; y a la música añade el dibujo, que es "necesidad innata en los niños", los cuales deben dibujar a partir de lo real, sin ser ayudados; y al dibujo añade la plástica, útil también para otras disciplinas, como la

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geometría y la geografía. Recomiendo a la madre no fatigar al niño con enseñanzas, no es posible alcanzar su saber bien fundamentado sin esfuerzos". “Yo considero la educación solamente como un medio para conseguir un altísimo objetivo, que consiste en preparar el ser humano para el uso libre e integral de todas las facultades... Mediante la educación el hombre debe hacerse útil a la sociedad... incluso en las condiciones más modestas de vida" El tercer aspecto, de las relaciones sociales: "El alumno, a cualquier clase social que pertenezca o a cualquier profesión que es destinado, participa de ciertos elementos de la naturaleza humana que son comunes a todos y constituye el fundamento de las fuerzas humanas. No tenemos ningún derecho de limitar a ningún hombre de la posibilidad de desarrollar todas las propias facultades". Resurge la tentación de educar "según las especiales condiciones y circunstancias de los hombres".

LECTURA COMPLEMENTARIA 1. EPOCA

CONTEMPORANEA

LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

Mirta Latanzzi

Me centro ahora en el periodo histórico que sucede a la denominada edad moderna y cuya proximidad y prolongación hasta el presente le confieren unas connotaciones muy particulares por su cercanía en el tiempo. Benedetto Croce, filósofo italiano de la primera mitad del siglo XX, afirmaba que la "historia es siempre contemporánea" y si ciertamente la historia tiene como centro al hombre, no menos cierto es que ésta tiene como centro al hombre actual. En consecuencia, si la visión del pasado remoto está condicionada por las circunstancias y la mentalidad del hombre actual, también lo estará, y en mayor medida, el pasado reciente tan cercano a su experiencia vital. El término “contemporáneo”, acuñado desde la historiografía occidental y plenamente asumido como referencia cronológica, se aplica a un objeto histórico con entidad en sí mismo y, por tanto, no se le considera como un último tramo de la historia moderna. No obstante, la determinación de sus límites y su evolución siguen siendo objeto de controversia entre las distintas historiografías nacionales, en virtud de la diferente concepción en torno al significado de la contemporaneidad, o la posmodernidad, como la han denominado algunos especialistas. Desde la historiografía francesa, el concepto de contemporaneidad y de historia contemporánea se introdujo en la reforma de la enseñanza secundaria de Victor Duruy en 1867, estableciendo su origen desde 1789. En la historiografía anglosajona, donde la concepción de la modernidad es más elástica, la contemporaneidad resulta más dinámica en la medida en que une al presente un pasado muy próximo. De cualquier modo, en toda la historiografía occidental persiste la controversia en torno a la naturaleza y el contenido semántico de lo contemporáneo.

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Un concepto que, asimismo, ha sido afrontado desde diferentes actitudes intelectuales a lo largo del tiempo, como puede apreciarse en el rechazo de la historia positivista de conferir la dignidad de la historia a la actualidad o el creciente interés desde la década de 1960 por abarcar el pasado más inmediato desde la historia, en diálogo permanente con las demás ciencias sociales. Desde esta perspectiva han ido aflorando, especialmente desde los años ochenta, los estudios sobre la historia del tiempo presente u otras denominaciones como historia reciente o historia del mundo actual, para referirse a un periodo cronológico en que desarrollan su existencia los propios actores e historiadores. La especificidad y los límites del mundo contemporáneo En sus orígenes, la controversia sobre la especificidad y los límites del mundo contemporáneo se desarrolló dentro de un marco esencialmente occidental y eurocentrista, pero la compleja y heterogénea naturaleza de éste y los cambios sobrevenidos en Occidente han influido en la revisión de estos postulados hacia horizontes más amplios, acordes a la globalidad del mismo. La cercanía en la memoria histórica, sus difusos contenidos por tratarse de procesos inconclusos que percuten en el presente y mediatizan el porvenir, la asincronía y las peculiaridades con que las sociedades se insertan o no en los parámetros de la contemporaneidad, así como su proyección hasta el presente y, por tanto, su carácter esencialmente dinámico y abierto, ilustran la especificidad de ésta respecto a otras eras del pasado. Tradicionalmente, la historiografía europea occidental, y en concreto la francesa, ha emplazado los orígenes de la contemporaneidad en el ciclo revolucionario iniciado en 1789 (Revolución Francesa), enmarcándola más adelante en los cambios estructurales asociados a la disolución del Antiguo Régimen. La asunción de estos criterios, de cualquier modo, son vinculados por las diferentes historiografías nacionales a su propia singularidad histórica: 1808, en el caso español a partir de la guerra de la Independencia; 1848, en los países de Europa central a raíz de la oleada revolucionaria que tuvo lugar en aquella coyuntura (revoluciones de 1848); o el agitado periodo revolucionario entre 1905 y 1917 en la Rusia imperial que desembocó en la Revolución Rusa. La transición de una era a otra se asocia a dos procesos fundamentales: La aparición de la sociedad capitalista, cuyos síntomas iniciales y primer modelo se forjaron en Gran Bretaña con la primera Revolución Industrial; y las revoluciones burguesas, que irán jalonando la transición hacia un modelo social y hacia fórmulas de organización del poder diferentes de las del Antiguo Régimen. En la historiografía anglosajona, los inicios de la contemporaneidad se sitúan en el siglo XX, no sin disparidad de criterios a tenor de cómo se interprete el término. El historiador inglés Geoffrey Barraclough escribía en 1964 que la historia contemporánea "empieza cuando los problemas reales del mundo de hoy se plantean por primera vez de una manera clara", y que "hasta 1945 el aspecto más destacado de la historia reciente era el fin del antiguo mundo". La proyección de la contemporaneidad hasta el presente constituye uno de sus rasgos más peculiares, pero precisamente esa cercanía al presente dificulta su periodización interna. Las opciones planteadas por los historiadores son múltiples, proponiendo desde la división en una alta y una baja edad contemporánea, la distinción entre un siglo XIX largo y un siglo XX corto, o la diferenciación entre la contemporaneidad propiamente histórica y la historia actual o del tiempo presente, cuyos límites internos son objeto de continua discusión.

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De cualquier modo, lo evidente es que el cambio de las estructuras, siempre lento y por debajo de la aceleración del tiempo histórico en determinadas coyunturas, se sitúa en un proceso de transición desde la modernidad al mundo contemporáneo, en el caso de mantener esa proyección lineal del tiempo, cuyos rasgos aparecen mejor delineados a medida que avanza el siglo XX, y en la que cada sociedad habrá trazado un itinerario con su propio ritmo y peculiaridades. Del mismo modo, se podría afirmar que el carácter global e interdependiente del mundo contemporáneo ha facilitado un mejor conocimiento del mismo y la constatación de la concurrencia de sociedades cuyos ritmos históricos son diferentes y que reaccionan de forma plurivalente hacia lo que Occidente ha definido como constitutivo de lo contemporáneo. Los fundamentos de la contemporaneidad Partiendo de estas consideraciones previas y enfatizando el fenómeno de la transición en la configuración de la contemporaneidad, desde una concepción amplia y global y en la que conviven elementos de permanencia de la modernidad con las fuerzas y tendencias de cambio, conviene tener en consideración dos planteamientos previos: En primer término, la tendencia hacia la universalización de la civilización occidental, en clave de imposición, por lo general, a partir de su supremacía tecnológica y material y de la proyección de su modelo de sociedad como paradigma de modernización, que le ha llevado a desarrollar una relaciones desiguales con otras civilizaciones. En segundo lugar, la presencia de otras civilizaciones, cuyas actitudes varían según el caso y los diferentes momentos históricos frente a la tendencia uniformizadora de Occidente y reivindicadoras de su propia identidad, sin cuya consideración difícilmente podría comprenderse el mundo contemporáneo. En el ámbito de lo político, uno de los rasgos más ilustrativos de la contemporaneidad es la creación y extensión del Estado-Nación y de los fenómenos intrínsecamente vinculados al mismo, como el nacionalismo, cuyo nacimiento tuvo lugar en el continente europeo y cuya generalización a lo largo de todo el globo están fuera de toda discusión. La reivindicación y extensión del derecho a la autodeterminación —esgrimido tanto desde planteamientos democráticos como marxistas—, el rebrote de los nacionalismos en Europa central y oriental (tras las revoluciones de 1989 y el final de la Guerra fría), el protagonismo de los estados en las relaciones internacionales o la descolonización ponen de relieve la vitalidad del Estado-Nación. Una realidad que, en modo alguno, puede ocultar las dificultades para plasmar ese concepto no sólo en el mundo extraeuropeo sino en partes de la vieja Europa y que han sido a menudo motivo de sangrientos conflictos. En un mismo plano, habría que incluir los modelos político-ideológicos que generados y suscitados desde Europa habrían de tener una amplio eco en el mundo, como las formas liberales y democráticas, los fascismos o el socialismo, que según diferentes épocas y las distintas realidades sociales se intentaron plasmar con mayor o menor fidelidad o con un consciente afán de búsqueda de una adaptación original. En ciertos casos, el fracaso de estas fórmulas ha impulsado la búsqueda de soluciones originales inspiradas en la propia tradición, como puede observarse en algunos ejemplos del mundo islámico. En el ámbito económico, el capitalismo se ha convertido en el marco conceptual y estructural sobre el que se configura la actual economía mundial. El proceso iniciado en Europa, concretamente en Gran Bretaña, y su progresiva expansión, no sin fuertes convulsiones y desequilibrios desde sus

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primeros momentos, ha alcanzado una dimensión planetaria. Tras los reajustes industriales, mercantiles y financieros posteriores a la II Guerra Mundial, el capitalismo ha generado unas posibilidades de consumo insospechadas. Un proceso posibilitado por los avances de la ciencia y de la tecnología y la creciente interdependencia económica, favorecido, entre otros factores, por la progresiva concentración de la riqueza, en manos de un pequeño grupo de estados, en entidades económicas como las multinacionales y en organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial que dictan las pautas de comportamiento económico de los estados. Un sistema que de forma permanente se ha basado en una relación desigual en favor de los actores que han mantenido una posición hegemónica en el sistema económico y fomentado unas relaciones de dependencia, antes bajo formas de colonización en la era del imperialismo o en la actualidad mediante la perpetuación de los desequilibrios Norte-Sur. Una influencia que también se ha manifestado en la propia concepción de las teorías y modelos económicos y que se ha agudizado tras el fracaso del socialismo real y el escaso efecto de las propuestas realizadas en pro de un nuevo orden económico internacional más justo. Uno de los cambios aparejados al desarrollo de las sociedades industriales en Europa desde el siglo XIX fue el cambio en el comportamiento demográfico y el crecimiento de la población. A lo largo del siglo XX, la explosión demográfica ha sido uno de los fenómenos de mayor relevancia y, de hecho, se ha convertido en uno de los grandes problemas globales que se le plantean a la humanidad de cara al próximo milenio. Asimismo, a lo largo del siglo XX se ha configurado y generalizado la sociedad de masas tendente a disfrutar de altos e igualitarios niveles de vida, consumo y bienestar, pero cuya materialización presenta grandes disfuncionalidades ya se trate de poblaciones que tienen acceso al desarrollo o viven sumidas en el subdesarrollo. Indudablemente, los problemas sociales que aparecen en cada universo social son radicalmente diferentes, pero en el caso de estas últimas se plantea la frustración ante el hito de la modernización y la experiencia vivida respecto a la misma. Estas condiciones plantean un desequilibrio constante para aquellas sociedades, provocando fenómenos complejos de alcance mundial como las migraciones desde el Sur hacia el Norte o la búsqueda de soluciones revolucionarias, que en ocasiones ponen de relieve las reticencias hacia Occidente o la debilidad de las estructuras incorporadas desde Occidente, por ejemplo el Estado-Nación, como se ha puesto de manifiesto en los estados centroafricanos a finales del siglo XX. La fisonomía del mundo contemporáneo sería difícilmente comprensible sin apreciar la transcendental importancia del desarrollo de la ciencia y la tecnología, en especial en lo concerniente a la información y a las comunicaciones. La interdependencia y la globalidad del mundo, sintetizadas en la expresión de la "aldea global" de Marshall McLuhan, han sido posibles gracias a dichos avances. Asimismo, los avances en la ciencia han sobrepasado los límites del mundo occidental para mostrar un claro policentrismo en los focos de desarrollo de la ciencia, como bien refleja el papel que ha jugado Japón tras la II Guerra Mundial. Un desarrollo científico cuyas aplicaciones han alcanzado un altísimo grado de difusión a lo largo del globo, aunque los beneficios del mismo todavía sean objeto de una asimétrica distribución.

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La cultura y su amplio elenco de manifestaciones ha sido uno de los ámbitos que mejor ha reflejado y ha dotado de un nuevo lenguaje y una nueva imaginería a la contemporaneidad. La crisis de la posmodernidad manifiesta en el pensamiento filosófico, en las ciencias y en las expresiones artísticas han puesto de relieve las limitaciones sobre las que se habían basado los preceptos de la modernidad euro-occidental y la necesidad de replantear sobre nuevas bases el conocimiento del cosmos y la naturaleza humana. En este proceso ha influido no sólo el propio devenir de la sociedad occidental y la crisis de civilización experimentada a lo largo del siglo XX, sino también el encuentro con otras formas de cultura y con otras civilizaciones. Por último, el ámbito que mejor ilustra los nuevos signos del mundo contemporáneo son los cambios que han sobrevenido en la configuración de la sociedad internacional actual. Los dos últimos siglos han mostrado la transición desde una sociedad internacional forjada desde la hegemonía eurocéntrica, a partir de un modelo de equilibrio de poder entre las grandes potencias europeas y que culminó en los imperialismos de principios del siglo XX, hacia una sociedad internacional plenamente universalizada, cuyo alumbramiento corrió parejo a la crisis del poder de Europa a través de dos sangrientas guerras mundiales. La nueva sociedad internacional establecida sobre unos pilares decididamente universales, se fraguó tras 1945 sobre la lógica de la bipolaridad de dos superpotencias no europeas, los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y más adelante, al finalizar la Guerra fría, sobre una realidad policéntrica, cuyos contornos y definición son todavía objeto del debate sobre el denominado ‘nuevo orden mundial’. La sociedad internacional tras 1945 ha sido el resultado de dos juegos de fuerzas: la dialéctica Este-Oeste, sobre la que se manifestó la Guerra fría y la dialéctica Norte-Sur, cuya notoriedad fue mayor a medida que fue emergiendo una nueva realidad, el Tercer Mundo, cuya irrupción tuvo lugar con los procesos de descolonización. Una tensión que aflora en toda su complejidad en el final del siglo XX, mostrando no sólo las fisuras existentes entre el Norte y el Sur en términos socioeconómicos, sino en un plano más amplio, al evidenciar las tensiones entre civilizaciones. Una nueva sociedad internacional más vertebrada, en la medida en que se ha ido institucionalizando la multilateralización de las relaciones internacionales y más compleja a tenor de la incorporación de nuevos actores, como los organismos internacionales, las organizaciones no gubernamentales, las multinacionales o las internacionales de los partidos, que sustraen protagonismo a la tradicional primacía de los estados. Y en última instancia, una sociedad internacional que expresa en su totalidad la interdependencia y la globalidad de los fenómenos y los acontecimientos del mundo contemporáneo.

LECTURA COMPLEMENTARIA 2. EPOCA

CONTEMPORANEA

LOS ÚLTIMOS DOS SIGLOS. UNA VISIÓN CRÍTICA

Dr. Jesús García del Portal

CEPES UNIVERSIDAD DE LA HABANA

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Desde la Revolución al siglo XIX. “Vuestra Majestad –escribía Voltaire en 1757 a su amigo el rey de Prusia- prestará un servicio inmortal al género humano si consigue destruir esa infame superstición (la religión cristiana), no digo en la canalla, indigna de ser esclarecida y para la cual todos los yugos son buenos, sino en la gente de bien”. Casi veinte años después de esa carta de Voltaire (1694-1778), Diderot (1713-1784) se dirigía a otra majestad, la emperatriz Catalina de Rusia y la aconsejaba en el Plan de una Universidad, la instrucción para todos. “Desde el primer ministro hasta el último campesino –decía- es bueno que cada uno sepa leer, escribir y contar”. Y poco más adelante, después de preguntarse por qué la nobleza se había opuesto a la instrucción de los campesinos, respondía en estos términos: “porque un campesino que sabe leer es más difícil de explotar que un campesino analfabeto” Consecuente con la clase que representaba Rousseau (1712-1778) no pensó para nada en la educación de las masas sino en la educación de un individuo suficientemente acomodado como para permitirse el lujo de costear un preceptor. Su Emilio es, en efecto, un joven rico, que vive de sus rentas y que no da un solo paso sin que lo acompañe su maestro. Basedow (1723-1790), pedagogo deseoso de aplicar en mayor escala las ideas de Rousseau, consiguió del príncipe Leopoldo Federico la ayuda necesaria para fundar un instituto, su famoso Filantrópino (1774), distinguía, ante todo, dos tipos de escuelas: Una para los pobres, otra para los hijos de los más eminentes ciudadanos. “Sin inconvenientes se pueden separar las escuelas grandes (populares) de las pequeñas (para los ricos y clases medias) porque es muy grande la diferencia de hábitos y de condición entre las clases a las cuales van destinadas. Los hijos de las clases superiores deben y pueden comenzar temprano su instrucción y como deben ir más lejos que los otros, están obligados a estudiar más. . . En las “grandes escuelas”, dice después, los maestros deben enseñar no sólo a leer, escribir y contar, sino también “Los deberes propios de las clases populares”; “Por fortuna, los niños del pueblo necesitan una instrucción menor que los demás y deben dedicar la mitad de su día a los trabajos manuales”. Filangery (1752-1788), ¿No se expresaba en forma parecida? En su Ciencia de la legislación puede leerse, en efecto: “El agricultor, el herrero, etc. no necesitan más que una instrucción fácil y breve para adquirir aquellas nociones que son necesarias para regular su conducta civil y asegurar los progreso de su arte”. La educación pública, en resumen, para ser universal, requiere que todas las clases, todos los órdenes del Estado participen; pero no que todas las clases tengan la misma parte. La Revolución que se había iniciado con un llamado clamoroso a los “hijos de la patria”, había terminado en beneficio exclusivo de los “hijos de la industria” Pero ¿Y, Condorcet? Se dirá. ¿Y Pestalozzi? La instrucción del “pueblo”, la “Igualdad ante las luces”, ¿No fue acaso el nervio de la concepción política y social de Condorcet? Aparte de la gratuidad de la enseñanza primaria, ¿No propuso también la gratuidad de la enseñanza superior? Todo eso es cierto, sin duda alguna. Pero con la certeza aparente de todos los ideales de una

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revolución que después de aplastar las desigualdades que hasta entonces engendraba el nacimiento, proclamó sin embozo que no hay entre los hombres otras diferencias que las que surgen del dinero. El triunfo impresionante de las máquinas en el siglo XVIII y la expansión extraordinaria del mercado, no sólo movilizaron enormes masas de hombres sino que incorporaron además a las mujeres y a los niños a la explotación capitalista. Fueron aquellos, al decir de Marx, los “tiempos orgiásticos del capital”. ¡Y fue en esos mismos tiempos en que hasta niños de cinco años trabajaban, cuando Condorcet declaró gratuita la enseñanza .. .! En los orígenes mismos de la escuela burguesa, “gratuita y popular”, uno de sus fundadores más ilustres reconocía que no era escuela de masas. Pestalozzi (1746-1827), discípulo de la Revolución Francesa y especialmente de Rousseau, pasa por ser no sólo introductor de una técnica nueva –lo que es exacto- sino además “educador de la humanidad” según reza su epitafio. Más que ningún otro pedagogo de su tiempo, Pestalozzi se interesó por los campesinos; pero aunque ese sentimiento fue en él generoso y auténtico, no es menos cierto que se pasó la vida educando a niños ricos. El campesino conservador y tímido que había en Pestalozzi no quería nada de cambios y revueltas. Más pomposo que Rousseau y más declamador, gustaba hablar también de formas escuelas de “hombres”. Pero admitía tantos hombres y tantas educaciones como clases existían, y puesto que el orden social ha sido creado por Dios, el hijo del aldeano debe ser aldeano, y el hijo del comerciante. . . nunca se propuso otra cosa que educar a los pobres para que aceptaran de buen grado su pobreza. . . nunca se le ocurrió que fuera posible darles la misma educación que a los muchachos ricos. La burguesía, sin embargo, no podía rehusarles la instrucción en la misma medida en que lo habían hecho la antigüedad y el feudalismo. Las máquinas complicadas que la industria creaba sin cesar no podían ser eficazmente dirigidas con el saber miserable de un siervo o de un esclavo. La libre competencia exigía, además, una modificación perpetua de las técnicas, una necesidad permanente de invenciones. El capitalismo incorporaba a sus planes el trabajo científico y la libre investigación como el feudalismo llevaba adjuntos la religión y el dogmatismo. La educación ha estado siempre al servicio de las clases dominantes, hasta el momento en que otra clase revolucionaria consigue desalojarle e imponer su propia educación. Cuando la nueva clase en cambio no es todavía suficientemente fuerte, se conforma provisoriamente con que las clases dominantes se estrujen un poco para hacerle sitio. En ese caso no hay una revolución en la educación sino simplemente una reforma. Reformas de la educación hemos visto aparecer: b En la Grecia del siglo V con los sofistas, b En la Roma del siglo III con los retores, b En el feudalismo del siglo XII con las universidades, b En el Renacimiento del siglo XVI con los humanistas. En todos esos casos las reformas de la educación han sucedido a transformaciones pero no a vuelcos sociales, a modificaciones en el equilibrio entre las clases sin ruptura de ese equilibrio. Las cuatro reformas aludidas fueron el contragolpe en la educación de un proceso económico mediante el cual una sociedad aristocrática y agrícola retrocedía sin claudicar frente a una sociedad comerciante e industrial.

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Revoluciones en la educación no hemos visto más que dos: b Cuando la sociedad primitiva se dividió en clases b Cuando la burguesía del siglo XVIII sustituyó al feudalismo. La educación como medio de transformar la sociedad en la actualidad Son ilustrativas las siguientes palabras de José Ortega y Gasset, el ilustre filósofo de la “república de los trabajadores”: Si educación –dice- es transformación de una realidad en el sentido de cierta idea mejor que poseemos y la educación no ha de ser sino social, tendremos que la pedagogía es la ciencia de transformar sociedades”. Esta confianza en la educación como palanca de la historia, corriente entre los teóricos de la nueva educación, supone como ya vimos un desconocimiento absoluto de la realidad social. Ligada estrechamente a la estructura económica de las clases sociales, la educación no puede ser en cada momento histórico sino un reflejo necesario y fatal de los intereses y aspiraciones de esas clases. La confianza en la educación como medio para transformar la sociedad, explicable en una época en que la ciencia social no estaba constituida, resulta totalmente inadmisible después que la burguesía del siglo XIX descubrió la existencia de las luchas de clase. La clase que domina materialmente es la que domina también con su moral, su educación y sus ideas. Ninguna reforma pedagógica fundamental puede imponerse con anterioridad al triunfo de la clase revolucionaria que la reclama y si alguna vez parece que no es así es porque la palabra de los teóricos oculta, a sabiendas o no, las exigencias de la clase que representan. El propósito del presente Dossier fue poner a consideración de los estudiantes la aparición de la historia de la educación a lo largo de la historia, desde la sociedad primitiva hasta la sociedad moderna, industrial para algunos, en la cual hace su aparición el capitalismo. Posteriormente, se trató la sociedad contemporánea como antecedente de la sociedad de la información caracterizada por la aparición de las nuevas tecnologías de la información y la ampliación del sector servicios.

LECTURA COMPLEMENTARIA 1. VISIÓN

GENERAL DE LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN Evolución de la Educación en su relación con la evolución de la Pedagogía Este contenido permitirá conocer más sobre la historia y origen de la educación y de la pedagogía. Se pretenderá analizar en forma sintética cuales fueron los hechos mas relevantes que ocurrieron en el pasado, y que de una manera u otra dieron origen a la pedagogía y a la educación. De la misma manera conoceremos, sin pretender ser exhaustivo, cómo a lo largo del tiempo ha ido evolucionando cada una de estas ramas, hasta llegar a la actualidad. Se verá cada uno de los personajes importantes que participaron en algún momento de la historia de éstas. Se estudiará fechas para ubicarnos en un plano existente del momento, pudiendo analizar como era la vida, leyes, religión y política del tiempo en el que se desarrolla la historia.

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Por otra parte, se conocerá la relación que existió y existe en la actualidad entre la pedagogía y la educación, conociendo de esta manera su evolución y acercamiento. Síntesis de Historia de la Educación Como este aspecto fue desarrollado ampliamente a lo largo del semestre, se presentará una breve síntesis ya que el objetivo central de este contenido es, si bien, la evolución histórica de la educación ésta en su relación con la pedagogía. 1.1 En la época primitiva Como se planteó, la educación está tan difundida que no falta en ninguna sociedad ni en ningún momento de la historia. En toda sociedad por primitiva que sea, encontramos que el hombre se educa. Los pueblos primitivos carecían de maestros, de escuelas y de doctrinas pedagógicas, sin embargo, educaban al hombre, envolviéndolo y presionándolo con la total de las acciones y reacciones de su rudimentaria vida social. En ellos, aunque nadie tuviera idea del esfuerzo educativo que, espontáneamente, la sociedad realizaba en cada momento, la educación existía como hecho. En cualquiera de las sociedades civilizadas contemporáneas encontramos educadores, instituciones educativas y teorías pedagógicas; es decir, hallamos una acción planeada, consciente, sistemática. La importancia fundamental que la historia de la educación tiene para cualquier educador es que permite el conocimiento del pasado educativo de la humanidad. El hecho educativo no lo presenta la historia como un hecho aislado, se estudia vinculándolo con las diversas orientaciones filosóficas, religiosas, sociales y políticas que sobre el han influido. Al verlo así, como un conjunto de circunstancias que lo han engendrado, permite apreciar en que medida la educación ha sido un factor en la historia y en que medida una cultura es fuerza determinante de una educación. 1.2 Edad Antigua. Los primeros sistemas de educación Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes: Enseñaban religión y mantenían las tradiciones de los pueblos. En el antiguo Egipto, las escuelas del templo enseñaban no sólo religión, sino también los principios de la escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. De forma semejante, en la India la mayor parte de la educación estaba en las manos de los sacerdotes. La India fue la fuente del budismo, doctrina que se enseñaba en las instituciones a los escolares chinos, y que se extendió por los países del Lejano Oriente. La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio, Lao-tse y otros filósofos. El sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta el presente siglo, pues, en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para los puestos importantes del gobierno. Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia y fueron ensalzados por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el modelo de los sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban tanto la gimnasia como las matemáticas y la música.

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La Biblia y el Talmud son las fuentes básicas de la educación entre los judíos antiguos. Se les enseñaba a los judíos conocimientos profesionales específicos, natación y una lengua extranjera. En la actualidad la religión sienta las bases educativas en la casa, la sinagoga y la escuela. La Torá sigue siendo la base de la educación judía. 1.2.1 Tradiciones básicas del mundo occidental: Los sistemas de educación en los países occidentales se basaban en la tradición religiosa de los judíos y del cristianismo. Una segunda tradición derivaba de la educación de la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isócrates fueron los pensadores que influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones de liderazgo en las tares del Estado y la sociedad. En los siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico. La educación romana, después de un período inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos para la juventud, tanto en Roma como en Atenas. La educación romana transmitió al mundo occidental el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración y la organización del gobierno. Muchas escuelas monásticas así como municipales y catedráticas se fundaron durante los primeros siglos de la influencia cristiana. 1.3 La Edad Media En el occidente europeo, durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito educativo. Carlomagno, reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) a clérigos y educadores para desarrollar una escuela en el palacio. El Rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizajes desde que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente. Entre el siglo VII y el XI la presencia de los musulmanes en la península Ibérica hizo de Córdoba, un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica, las ciencias y las matemáticas. Persia y Arabia desde el siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las ciencias y el lenguaje. Durante la edad media las ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito educativo de Europa occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica para reconciliar la teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles. Para este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países, con estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte como las de París, Oxford y Cambridge, eran administradas por los profesores: mientras que las del sur, como la de Italia y Alcalá de España, lo eran por los estudiantes. La educación medieval también desarrollo la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma. En el desarrollo de la educación superior durante la edad media los musulmanes y los judíos desempeñaron un papel crucial, pues no sólo promovieron la educación dentro de sus propias

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comunidades, sino que intervinieron también como intermediarios del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos. 1.4 Edad Moderna. Humanismo y renacimiento: El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griega emigraron desde Constantinopla en Italia. El espíritu de la educación durante el Renacimiento está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas en Mantua (1.925), donde se introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores durante más de 400 años. Durante este período se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana enseñada en las escuelas de gramática latina, que, originadas en la Edad Media, llegaron a ser el modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1.538), en México y Lima (1.551). 1.4.1 La influencia del protestantismo Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma promovida por Martín Lucero en el inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, el catecismo en un grado elemental y cultura clásica, hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza secundaria. La moderna práctica del control de la educación por parte del gobierno fue diseñada por Lucero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de la Reforma. 1.4.2 La influencia de la iglesia católica Los católicos siguieron las ideas educativas del renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que promocionaron como respuesta a la creciente influencia del protestantismo, dentro del espíritu de la Contrarreforma. Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de l a educación católica en muchos países desde el siglo XVI. 1.4.3 Desarrollo de la ciencia en el siglo XVII: El siglo XVII fue un período de rápido progreso de muchas ciencias y de creación de instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento científico. La creación de estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las escuelas secundarias.

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Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. Su objetivo educativo podría resumirse en "enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres", postura que se conoce como pansofía. 1.4.4 El siglo XVIII Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar en Pursia; en Rusia empezó la educación formal. Durante el mismo período se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de personas podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas. El teórico educativo más relevante del siglo XVIII fue Jean-Jaques Rousseau. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. Entre sus propuestas concretas estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el estudio de la naturaleza y de la sociedad por observación directa. Sus propuestas radicales sólo eran aplicables a los niños, las niñas debían recibir una educación convencional. 1.5 Educación Contemporánea. El siglo XIX El siglo XIX fue el período en que los sistemas nacionales de escolarización se organizaron en el Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, España y otros países europeos. Las nuevas naciones independientes de América Latina, especialmente Argentina y Uruguay, miraron a Europa y a Estados Unidos buscando modelos para sus escuelas. Japón que había abandonado su tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus instituciones, tomo las experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos como modelo para el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno. El más influyente seguidor de Rousseau fue el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente. Su principal objetivo era adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del niño. Para lograr este propósito consideraba el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos). 1.5.1 El siglo XX: la educación centrada en la infancia A comienzos del siglo XX la actividad educativa se vio muy influenciada por los escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key. Su libro El siglo de los niños (1.900) fue traducido a varias lenguas e inspiró a los educadores progresistas en muchos países. La educación progresista era un sistema de enseñanza basado en las necesidades y en las potencialidades del niño más que en las necesidades de la sociedad o en los preceptos de la religión. Estados Unidos ejerció una gran influencia en los sistemas educativos de los países de América Latina. El siglo XX ha estado marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas de Asia y África. LA educación básica obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela. 2. Historia de la Pedagogía:

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Ingresando ya al contenido central del presente se puede plantear que la pedagogía como movimiento histórico, nace en la segunda mitad del siglo XIX. Reconoce serios antecedentes hasta el siglo XVIII, pero se afirma y cobra fuerza en el siglo XX, particularmente después de la primera Guerra Mundial (1.914 – 1.918). Sin embargo, la pedagogía general, combinada con la historia, tiene entre sus misiones la de intentar un esquema que haga las veces de brújula para orientar a los educadores en el laberinto de los sistemas y técnicas pedagógicas que surcan nuestra época. El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los propios albores de la humanidad. El si mismo no es más que una consecuencia de su devenir histórico, en correspondencia con la necesidad del ser humano de trasmitir con eficiencia y eficacia a sus congéneres las experiencias adquiridas y la información obtenida en su enfrentamiento cotidiano con su medio natural y social. Las ideas pedagógicas abogan en ese momento crucial de la historia del ser humano como ente social por la separación en lo que respecta a la formación intelectual y el desarrollo de las habilidades y las capacidades que habrían de lograrse en aquellos hombres en que sus tareas principales no fueran las de pensar, sino las requeridas para el esfuerzo físico productivo, tales ideas pedagógicas debían insistir lo suficiente para lograra en la práctica que la mayoría o la totalidad de la "gran masa laboriosa" aceptara esa condición de desigualdad. Con estas concepciones es que surgen las denominadas escuelas para la enseñanza de los conocimientos que se poseían hasta ese momento para el uso exclusivo de las clases sociales selectas, asignándoseles a las clases explotadas, como única salida de sobre vivencia, el papel protagónico de la realización del trabajo físico. Tales concepciones e ideas pedagógicas, conjuntamente con las cualidades que deben poseer tanto el alumno como el maestro, aparecen en manuscritos muy antiguos de China, la India y Egipto. El desarrollo del pensamiento pedagógico tiene lugar en Grecia y Roma con figuras tan sobresalientes como Demócrito, Quintiliano, Sócrates, Aristóteles y Platón. Este último aparece en la historia como el pensador que llego a poseer una verdadera filosofía de la educación. El pensamiento pedagógico emerge con un contenido y una estructura que le permite alcanzar un cuerpo teórico verdadero. En el renacimiento la pedagogía figura ya como una ciencia independiente. Entre 1.548 y 1.762 surge y se desarrolla la Pedagogía Eclesiástica, principalmente la de los Jesuitas, fundada por Ignacio de Loyola y que más tarde, en 1.832, sus esencialidades son retomadas para llegar a convertirse en el antecedente de mayor influencia en la pedagogía tradicional. La pedagogía eclesiástica tiene como centro la disciplina, de manera férrea e indiscutible, que persigue, en última instancia, afianzar cada vez más el poder del Papa, en un intento de fortalecer la Iglesia ya amenazada por la Reforma Protestante. Se puede decir que la pedagogía tradicional, como práctica pedagógica ya ampliamente extendida alcanza su mayor grado de esplendor, convirtiéndose entonces en la primera institución social del estado nacionalista que le concede a la escuela el valor insustituible de ser la primera institución social, responsabilizada con la educación de todas las capas sociales.

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Es a partir de este momento en que surge la concepción de la escuela como la institución básica, primaria e insustituible, que educa al hombre para la lucha consciente por alcanzar los objetivos que persigue el Estado, lo que determina que la Pedagogía Tradicional adquiera un verdadero e importante carácter de Tendencia Pedagógica, en cuyo modelo estructural los objetivos se presentan de manera tan solo descriptiva y declarativa más dirigidos a la tarea que el profesor debe realizar que a las acciones que el alumno debe ejecutar sin establecimiento o especificación de las habilidades que se deben desarrollar en los educandos, otorgándoles a éstos últimos el papel de entes pasivos en el proceso de enseñanza al cual se le exige la memorización de la información a él transmitida, llevándolo a reflejar la realidad objetiva como algo de quienes aprenden. 2.1 Modelos Pedagógicos a lo largo de la historia La Tendencia Pedagógica Tradicional no profundiza en el conocimiento de los mecanismos mediante los cuales se desarrolla el proceso de aprendizaje. Ella modela los conocimientos y habilidades que se habrán de alcanzar en el estudiante, por lo que su pensamiento teórico nunca alcanza un completo desarrollo. La información la recibe el alumno en forma de discurso y la carga de trabajo práctico es mínima sin control del desarrollo de los procesos que subyacen en la adquisión del conocimiento, cualquiera que sea la naturaleza de éste, lo que determina que ese comportamiento tan importante de la medición del aprendizaje que es la evaluación esté dirigido a poner en evidencia el resultado alcanzado mediante ejercicios evaluativos meramente reproductivos, que no enfatizan, o lo hacen a menor escala, el análisis y el razonamiento. La Tendencia pedagógica Tradicional tiene, desde el punto de vista curricular un carácter racionalista académico en el cual se plantea que el objetivo esencial de la capacitación del hombre es que el mismo adquiera los instrumentos necesarios que le permitan tan solo intervenir en la en la tradición cultural de la sociedad; no obstante, esta tendencia se mantiene bastante generalizada en la actualidad con al incorporación de algunos avances e influencias del modelo psicológico del conductismo que surge y se desarrolla en el siglo XX. Esta teoría resulta ineficiente y deficiente en el plano teórico, por cuanto ve a éste como un simple receptor de información, sin preocuparse de forma profunda y esencial de los procesos que intervienen en las asimilaciones del conocimiento. La preocupación por lo educativo constituye, justamente, una de las características de la pedagogía de hoy: no siempre adopta una forma sistemática, ni se integra en una rígida concepción científica, sino que aparece junto a otras reflexiones en el sentido estricto del término. En forma sintética se presenta los contenidos relevantes de los modelos o sistemas pedagógicos presentes del pasado al hoy.

2.1.1 Modelo o Sistema Pedagógico Tradicional

El modelo tradicional influyó notablemente en los procesos de enseñanza y en los sistemas educativos.

Este enfoque se originó en la escolástica, filosofía propia de la iglesia católica que imperó desde los siglos IX hasta el siglo XV. El fin primordial de la educación estuvo dirigido a la recuperación del pensamiento clásico como resultado del renacimiento. A este modelo se le ha calificado de enciclopedista por cuanto, según Canfux:

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"El contenido de la enseñanza consiste en un conjunto de conocimientos y valores sociales acumulados por las generaciones adultas que se transmiten a los alumnos como verdades acabadas; generalmente, estos contenidos están disociados de la experiencia de los alumnos y de las realidades sociales."

A pesar del devenir histórico y del desarrollo social hacia otras formas de organización algunos de los conceptos primordiales del tradicionalismo pedagógico aún subsisten implícita y explícitamente en las prácticas pedagógicas actuales. Estas ideas básicas están relacionadas con la educación del carácter, la disciplina como medio para educar, el predominio de la memoria, el currículum centrado en el maestro y los métodos verbalistas de enseñanza.

Flórez Ochoa sintetiza la anterior afirmación al concluir que:

"El método básico de aprendizaje es el academicista, verbalista, que dicta sus clases bajo un régimen de disciplina a unos estudiantes que son básicamente receptores."

Un aspecto importante de considerar en el modelo o sistema pedagógico tradicional es el rol del maestro. De acuerdo con De Zubiría:

" ...bajo el propósito de enseñar conocimientos y normas, el maestro cumple la función de transmisor. El maestro dicta la lección a un estudiante que recibirá las informaciones y las normas transmitidas... El aprendizaje es también un acto de autoridad."

Otro elemento importante de considerar en el modelo pedagógico tradicional es el ideal educativo de formar el carácter del individuo. Algunos modelos religiosos han seguido, y aún siguen siendo, los fundamentos Aristotélicos de la antigüedad de formar individuos de carácter. En la formación del carácter el concepto del maestro como modelo para imitar fue predominante. Según Flórez Ochoa:

"En este modelo, el método y el contenido en cierta forma se confunden en la imitación y emulación del buen ejemplo, del ideal propuesto como patrón y cuya encarnación más próxima se manifiesta en el maestro."

De manera similar, las lecciones de clase centradas en la educación moral y en la instrucción cívica enfatizaron la importancia del deber, la obediencia, la honestidad, el patriotismo y el valor. En el concepto de Flórez Ochoa,

"Se preconiza el cultivo de las facultades del alma: entendimiento, memoria y voluntad, y una visión indiferenciada e ingenua de la transferencia del dominio logrado en disciplinas como el latín y las matemáticas."

En síntesis, puede considerarse que las metas educativas que propone el modelo pedagógico tradicional están centradas en un humanismo de tipo religioso que enfatiza la formación del carácter. La relación maestro-alumno puede ser calificada como autoritaria-vertical. El método se fundamenta en el transmisionismo de los valores de una cultura por medio del ejemplo. El aprendizaje por lo tanto, es logrado con base en la memorización, la repetición, y la ejercitación. Así, el desarrollo del ser humano se logra con la educación del carácter y de las facultades del alma.

2.1.2 Modelo o Sistema Pedagógico Progresista

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El modelo progresista está fundamentado en las ideas filosóficas que plantea el pragmatismo. Básicamente las ideas pedagógicas progresistas se hacen evidentes en las propuestas educativas de la escuela nueva.

Un aspecto fundamental de esta tendencia es la propuesta de una transformación total del sistema escolar, convirtiendo al estudiante en el centro del sistema escolar alrededor de quien giran los procesos de la escuela. Bajo esta perspectiva la escuela es creada para la vida, para llegar a ser el ambiente natural del niño y convertirse en el espacio en el cual el niño vivencia y aprende los elementos primordiales para el buen desempeño en su vida de adulto. Rodríguez y Sanz establecen,

"La escuela nueva... resaltó el papel activo que debe tener el estudiante, transformó las funciones que debe asumir el profesor en el proceso educativo y mostró la necesidad y posibilidad de cambios en el desarrollo del mismo."

El progresismo pedagógico propone que con la educación social, la sociedad asegura su propio desarrollo. La escuela nueva equiparó la educación con los procesos de desarrollo del individuo, y el concepto de crecimiento ha sido una de sus más importantes metáforas.

De Zubiría conceptúa,

"La escuela nueva rompe con el paradigma tradicional que explicaba el aprendizaje como el proceso de impresiones que desde el exterior se incrustan en el alumno. En su lugar, la nueva escuela defenderá la acción como condición y garantía del aprendizaje."

Este autor sintetiza cinco postulados básicos de la escuela activa, a saber:

"El fin de la escuela [propósitos] no puede estar limitado al aprendizaje: la escuela debe preparar para la vida.

Si la escuela debe preparar para la vida, la naturaleza y la vida misma deben ser estudiadas.[contenidos].

Los contenidos educativos deben organizarse partiendo de lo simple y concreto hacia lo complejo y abstracto [secuenciación].

Al considerar al niño como artesano de su propio conocimiento, el activismo da primacía al sujeto y a su experimentación [método]".

Los recursos didácticos serán entendidos como útiles de la infancia que al permitir la manipulación y la experimentación, contribuirán a educar los sentidos, garantizando el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades intelectuales [recursos didácticos] “

Para el progresismo pedagógico cada experiencia social es esencialmente educativa. John Dewey consideró que la vida social es a la educación lo que la nutrición y la reproducción es a la vida fisiológica, por lo tanto la escuela es una institución social que debe concentrarse en los más efectivos medios para ofrecer al niño los recursos necesarios para cultivar la herencia cultural y desarrollar sus facultades para lograr fines sociales.

2.1.3 Modelo o Sistema Pedagógico Crítico – Radical

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La Pedagogía Crítica emerge como un resultado de los trabajos de la Teoría Crítica en las década de los ochenta y los noventa.

Algunos de los fundamentos teóricos contemporáneos de la pedagogía crítica tienen su origen en la teoría crítica propuesta por los filósofos y teóricos sociales de la escuela de Frankfurt, quienes trabajaron en Alemania en el Instituto para la Investigación Social.

El término teoría crítica, fue utilizado por Max Horkheimer, director del Instituto desde 1931 hasta 1958.

Entre otros reconocidos teóricos de la escuela de Frankfurt se pueden citar: Theodor Adorno, Herbert Marcuse, Erich Fromm y Walter Benjamín, miembros de la escuela de Frankfurt. Muchos de ellos eran judíos. Trasladaron el Instituto a la Universidad de Columbia en Nueva York, durante la segunda guerra mundial y retornaron a Alemania una vez finalizada la guerra.

En Norteamérica estos teóricos participaron activamente en la vida académica con una serie de estudios de reconocida importancia relacionados con críticas acerca del racismo, la exclusión, el prejuicio racial y las políticas de segregación.

Estos estudios influyeron positivamente en el pensamiento filosófico y pedagógico en los Estados Unidos y sus perspectivas críticas son la base de los teóricos-críticos de la actualidad. Trabajos similares han emergido no solamente como una teoría que se comparte sino también, como nuevas perspectivas con múltiples elementos sociales tradicionales con el fin de crear nuevos órdenes que estén en posibilidad de incrementar la libertad humana.

La Pedagogía Crítica se interesa en primer lugar, en una crítica a las estructuras sociales que afectan la vida de la escuela, particularmente situaciones relacionadas con la cotidianidad escolar y la estructura del poder. En segundo lugar, se interesa por el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico-reflexivo con el fin de transformar la sociedad. Según Peter McLaren,

"La pedagogía crítica examina a las escuelas tanto en su medio histórico como en su medio social por ser parte de la hechura social y política que caracteriza a la sociedad dominante."

En este sentido, la Pedagogía Crítico-radical presenta no solamente un lenguaje de crítica, sino también un lenguaje de posibilidades. Los profesores que aplican los enfoques de la Pedagogía Critica coparticipan con sus estudiantes en la reflexión crítica de sus propias creencias y juicios. De igual manera cuestionan críticamente los "textos" que se utilizan en los procesos de enseñanza. Por el término "texto" se entiende no sólo los libros de texto sino también las fuentes originales, la cultura popular, los diversos discursos que explican un hecho, y el lenguaje entre otros. La deconstrucción del lenguaje y del texto es de igual importancia.

Por ejemplo: ¿Qué significados, sentidos y presuposiciones subyacen en la expresión "equidad educativa"?

Entre los teóricos que participan en la construcción teórica de la Pedagogía Crítica se pueden citar:

Paulo Freire (Brasil). Al analizar las relaciones opresor-oprimido establece los fundamentos para entender la educación liberadora y sus posibilidades. Propone las relaciones dialógicas entre profesor alumno, con el fin de promover procesos de concientización y liberación.

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Donaldo Macedo (Brasil). Se interesa básicamente en el análisis de los procesos de alfabetización, cultura y poder.

Ira Shor (Estados Unidos). Focaliza su trabajo en la propuesta de la educación como un proceso de "empoderamiento". Investiga el nivel de empoderamiento estudiantil a nivel universitario. Dos de sus últimas obras son Educación empoderadora, y Cuando los estudiantes tienen poder.

Michael Apple (Estados Unidos). Estudia las relaciones entre currículo e pedagogía crítica, escuela y democracia, conservatismo y educación, sociología de la educación, ideología y educación.

Aronowitz (Estados Unidos). Critica relaciones entre política y escuela. La crisis de la educación.

Henry Giroux. Centra su trabajo en la propuesta de la labor intelectual de los maestros, las teorías de la reproducción y la pedagogía de la oposición.

McLaren afirma,

"La Pedagogía Crítica ha comenzado a proporcionar una teoría radical y un análisis de la escuela, y al mismo tiempo añade nuevos avances en la teoría social y desarrolla nuevas categorías de investigación y nuevas metodologías. "

En el enfoque de la pedagogía crítica el maestro es una persona crítico-reflexiva que cumple un rol político en y con su comunidad. Giroux considera,

"En su mayoría, los críticos radicales están de acuerdo en que los educadores tradicionalistas se han negado generalmente a interrogarse sobre la naturaleza política de la enseñanza pública."

Así mismo señala que tradicionalmente la escuela se ha negado a analizar las relaciones que existen entre poder, conocimiento y dominación. Giroux sostiene que los análisis de la Pedagogía Crítica han ofrecido un nuevo lenguaje teórico y una actitud crítica que sostienen que las escuelas, dentro de la amplia tradición humanística occidental, no ofrecen oportunidades para la potenciación personal y social en la sociedad.

3. Relación entre la historia de la pedagogía y la educación Entre las principales relaciones podemos señalar: La pedagogía contemporánea cuenta entre sus aportes fundamentales la ampliación del concepto de la educación. A lo largo de la historia de cada una de éstas, se puede ver que van tomadas de la mano; es decir, la educación ha cobrado una proyección social importante junto al desarrollo de la pedagogía. Mientras más se amplia el concepto educativo, la pedagogía por su lado alcanza un dominio propio. Mientras que la educación va mejorando y superándose a lo lago de la historia con la realidad social y cultural que la condiciona, la pedagogía avanza de igual manera. Ambas, tanto la pedagogía como la educación, son guiadas de una manera u otra por la realidad social de un momento determinado. Se puede ver las variantes que sufrieron cada una de éstas a través de la historia en diversos momentos, dependiendo de la realidad que se estaba viviendo en ese momento.

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Se puede considerar que la pedagogía es la reflexión sobre la práctica de la educación, y que la educación es la acción ejercida sobre los educandos, bien sea por lo padres o por los maestros. Aunque en definición no son lo mismo, se puede decir que van relacionadas, de tal manera que una reflexiona (pedagogía) la acción que debe ejercer la otra (educación). La pedagogía es la teoría que permite llevar a cabo un acto, en este caso es el acto de la educación. Tanto la educación como la pedagogía no son hechos aislados, están ligadas a un mismo sistema, cuyas partes concurren a un mismo fin, conformando de esta manera un complejo sistema educativo. La delimitación de los diversos conceptos de: educación, pedagogía, didáctica, enseñanza y aprendizaje. La investigación que permita avanzar en el surgimiento y devenir de estos conceptos es histórica, y deberá recurrir a las fuentes primarias producidas a lo largo de las actualmente denominadas Historia de la Educación e Historia de la Pedagogía. Hoy en día se puede decir que la Pedagogía está al mando como disciplina omnicomprensiva y reflexiva de todo lo que ocurre en la educación. 4. A manera de conclusión Se presentó aspectos de suma importancia con respecto a la educación y a la pedagogía, entendiendo que la educación está presente en la vida del hombre desde los comienzos de su existencia. Vimos que desde el hombre más antiguo y primitivo hasta las sociedades más estructuradas se educaban, de diferente manera y con diversos fines que en la actualidad, pero aún así ejercían una educación práctica para sus fines. La pedagogía por otra parte, se originó también en épocas antiguas, creando grandes antecedentes, pero sólo fue reconocida como un movimiento histórico en el siglo XIX. Analizamos la evolución que tuvo tanto la educación como la pedagogía a lo largo de la historia, comprendiendo así cada momento que vivieron éstas para llegar a ser lo que conocemos en la actualidad. Estudiamos la diversidad de influencias sociales que tuvieron cada una de ellas, dependiendo de la época, como por ejemplo las Guerras Mundiales.

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VI BIBLIOGRAFÍA

AUTOR OBRA LUGAR EDITORIAL AÑO

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Larrayo Francisco

Historia General de la Pedagogía

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Lev Martinovich Stepañian

Aspectos de la Historia de la Educación

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López Silvero Virginia Varea, Joanes Pando José, entre otros

Antología de la Historia de la Pedagogía Universal I y II

La Habana– Cuba

Pueblo y Educación 1988

Lorenzo Luzuriaga

Antología de Pestalozzi Madrid - España San Marcos 1931

Rousseau, Juan Jocobo

El Emilio y la Educación Lima- Perú Universo 1977

Documentos de Investigación de la Universidad de Navarra. España

Historia de la Educación. Historia crítica de la Educación. La educación a lo largo de la historia.

Universidad de Navarra. España

Documentos enviados por http.

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Documentos de Investigación extraídos de Monografías. Com. Y de la Universidad de Navarra

La educación Hebrea. Perspectiva crítica. La educación de la nueva era. Nuevas perspectivas para mirar la educación.

Monografías. Com Universidad de Navarra - España

Documentos extraidos por http.

Documentos enviados

por http.

2006

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V GLOSARIO Aprendizaje significativo Tipo de aprendizaje caracterizado por suponer la incorporación efectiva a la estructura mental del alumno de los nuevos contenidos, que así pasan a formar parte de su memoria comprensiva. El aprendizaje significativo opera mediante el establecimiento de relaciones no arbitrarias entre los conocimientos previos del alumno y el nuevo material. Este proceso exige: que el contenido sea potencialmente significativo, tanto desde el punto de vista lógico como psicológico, y que el alumno esté motivado. Asegurar que los aprendizajes escolares respondan efectivamente a estas características, se considera en la actualidad principio de intervención educativa.

Actividades de aprendizaje

Acciones que realiza un docente para crear un ambiente propicio a facilitar el aprendizaje del o los estudiantes. El diseño de experiencias de aprendizaje es una actividad que no es fácil de planear, pues se requieren conocimientos de didáctica y de teorías del aprendizaje.

Andragogía

Parte de las ciencias de la educación que se especializa en el desarrollo de técnicas y metodología que faciliten la educación de los adultos. Su sinónimo es "antropología".

Andragogía:

Ambiente educativo, entorno donde se realizan las interacciones, entorno físico o virtual que favorezca la interacción con fines de aprendizaje.

Antología:

Etimológicamente significa "ramillete". Es un conjunto de lecturas que han sido seleccionadas por algún experto en contenido, para poner a disposición de lectores interesados en la temática. En Educación a Distancia es muy utilizado por algunas instituciones educativas y por algunos docentes que consideran que esta forma de selección de lecturas es más efectiva que el uso de los libros de texto.

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Aprendizaje:

dentro de diversas concepciones, tienen en común que es un proceso mediante el cual el sujeto incorpora o modifica una experiencia a su presente conocimiento o destreza. En educación a distancia y abierta es el motivo imprescindible del acto formativo.

Aprendizaje autodirigido:

Cuando el estudiante determina el momento, el espacio y el ritmo en que habrá de realizar sus estudios formales de alguna materia o contenido temático. Este proceso educativo puede tener lugar con la utilización de auxiliares didácticos propios o los proporcionados por la institución educativa. Es sinónimo de "aprendizaje autorregulado".

Aprendizaje colaborativo:

se genera del contacto con los otros estudiantes y con el apoyo de un asesor. En la época de la globalización resulta imprescindible en programas de educación abierta o a distancia.

Autoaprendizaje:

Concepto utilizado erróneamente, pues todo aprendizaje es personal; es decir, todo aprendiz lo hace por sí mismo y no para otro. Asimismo este término ha sido utilizado como sinónimo de "autodidactismo", "autoinstrucción" o "autoestudio". Sin embargo, para algunos psicólogos, significa que el sujeto de la educación, se hace responsable y se compromete a aprender por si mismo.

Autodidacta:

Persona que aprende por si misma, a través de lecturas personales, visitas o discusiones informales.

Autodidactismo:

Forma de aprendizaje en la que un individuo se autoadministra materiales educativos con la finalidad de formarse profesionalmente en algún campo del conocimiento.

Autoevaluación:

Forma de evaluación donde el estudiante se aplica asimismo un instrumento que explora el grado de conocimientos o aprendizajes que ha adquirido. El propósito de esta forma de evaluación es identificar para corregir las fallas de aprendizaje y establecer actividades de remedio o confirmar que se ha aprendido y/o se está en posibilidad de enfrentar un examen aplicado por una persona externa. Asesor.

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Autoinstrucción:

Sistema de aprendizaje que se caracteriza por organizar los materiales de estudio, de tal manera que un estudiante se pueda administrar por sí mismo, y sin la ayuda de un asesor, los contenidos y actividades de aprendizaje.

Auxiliar didáctico:

Sinónimo de "apoyo didáctico", "recurso didáctico" o "medio didáctico". Se le denomina así al material que contiene información autosuficiente o complementaria a la empleada por un instructor.

Educación abierta:

Modalidad educativa con apertura respecto a tiempos o espacios, métodos, currículos, criterios de evaluación y acreditación que se basa en principios del estudio independiente, que está dirigida a personas de cualquier edad y que desean continuar estudiando o que desean superarse en una profesión.

Educación a distancia:

Proceso de aprendizaje en el que dos o más personas que se encuentran geográficamente alejados, realizan actividades de enseñanza-aprendizaje, apoyadas por una estructura orgánica y estableciendo comunicación a través de medios de telecomunicación.

Educación continua:

Modalidad educativa que permite a un profesionista o persona física actiualizarse en una carrera o en un área específica estudiar para desarrollarse profesionalmente, actualizándose periódicamente en el campo de sus conocimientos. La educación continua oferta todo tipo de eventos educativos con reconocimiento curricular (cursos, seminarios, diplomados) o de educación no formal. Fundamenta sus acciones en los principios paradigmáticos de la educación permanente.

Educación formal:

Sistema educativo jerárquicamente estructurado, distribuido en grados y niveles, que van desde la escuela primaria hasta la educación superior, incluyendo, además de estudios académicos generales, una variedad de programas especializados e instituciones para entrenamiento profesional y técnico. La finalidad ineludible de la educación formal es otorgar un título con validez oficial.

Educación informal:

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Proceso en el que cada individuo adquiere actitudes, valores, destrezas y conocimientos, extraídos de las experiencias diarias y de los recursos e influencias de su ambiente (familia, vecinos, trabajo, juego, mercado, biblioteca y de los medios de comunicación). La certificación no existe, a menos que se dé con un carácter sin valor curricular o legal, o como "constancias". A la educación informal también se le conoce como extraescolar o sistemática.

Educación mediática:

Alude a una educación que usa diversos medios y tecnologías de información, en diferentes formatos y combinaciones en diferentes situaciones específicas de aprendizaje: presencial - semi y no presencial.

Educación no formal:

A las situaciones en donde no se podía aplicar el término de educación formal ni el de informal se determinó utilizar el de "no formal", definiéndose así a las actividades educativas y de capacitación, estructuradas y sistemáticas, de corta duración que ofrecen algunas instituciones que desean producir cambios de conducta concretos en poblaciones diferenciadas; dicho en otras palabras, son las actividades de aprendizaje que se realizan fuera del sistema educativo formalmente organizado.

Educación permanente:

Paradigma o concepción educativa que a partir de una visión del mundo promueve la formación de actitudes (valores) destrezas y procesamiento de la información. Esta forma de educación está dirigida a todo tipo de personas en las diversas etapas de la vida y tiene por objetivo su desarrollo integral, a través de aprendizaje ininterrumpido desde el nacimiento hasta la muerte..

Enseñanza personalizada:

Es la que propone un asesor, monitor o tutor basada en una serie de actividades didácticas que guíen el aprendizaje individual del estudiante.

Enseñanza presencial:

Situación en la que docente y estudiante están presentes en espacio y tiempo.

Estudio independiente:

Forma de estudio en la que un individuo organiza sus actividades de aprendizaje, independientemente de las establecidas por una institución educativa o por un docente; también se le define como "a0utodidactismo".

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Evaluación del aprendizaje:

Proceso permanente que permite tomar decisiones y emitir juicios, acerca de los logros obtenidos por un participante, durante y al concluir la experiencia educativa.

Evaluación en línea:

Los estudiantes son valorados en un proceso de socialización de los resultados a través de la Internet.

Evaluación formativa:

Evaluación del aprendizaje que se realice a un estudiante (inicial, formativa o sumativa), en un nivel cualitativo e integrando actitudes (valores) destrezas y procesamiento de la información por el estudiante.

Evaluación diagnóstica:

A través de ella, y sin fines de calificación, se pretende conocer los antecedentes académicos de los estudiantes en relación a la temática del evento.

Interacción

Acción de socializar ideas y compartir puntos de vista con los demás respecto a un objeto de estudio, influencia, recíprocamente entre personas. Concepto imprescindible en educación a distancia.

Mediaciones pedagógicas:

Conjunto de acciones o intervenciones, recursos y materiales didácticos, como sistema articulado de componentes que intervienen en el hecho educativo, facilitando el proceso de enseñanza y aprendizaje. Su principal objetivo es, facilitar la intercomunicación entre el estudiante y los asesores para favorecer a través del razonamiento, un acercamiento comprensivo de ideas y conocimientos.