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Horacio Crespo LA NOMENKLA TURA, UNA NUEVA CLASE SOCIAL "La Nomenklatura, m efecto, tieneverg üen<.a de sí misma. No desea que se la co no;:ca. No seasume comotal. No vivemásquedenoche. Odiala luz , Se oculta m madrigueras casi inalcanzables para la sociología. Enmascara sus privilegios. Est ám conlradicción total con las ideas que inculcaa los ciudadanos desupaís. Rarav e;: elfosoha sidotanprofundoentreloque una clase domina nte dice y loque hace, entreelidealqueelladicerealirar y la realidadde sudominación. Es esto loquehaceparticularm ente peligrosa a la Nomenklatura y, al mismo tiempo, tan vulnerable. / ... / Ella es naciondlista y habla de internacionalismo, Es racisla y hablacontra el racismo. Es privilegiada y habla conIra los privilegios. Es expansionistay hegemónica)' conlra el imperialismo". J ean Elleinstein, Prólogo a La Nomenklatura" A lo largo del siglo la Unión Soviética ha ejercido un singula r poder de fascinación sobre amigos y enemigos : en carna ción del Malo representación del promisorio Futuro de la Huma- nidad ; desarrollo de una dictadura totalitaria exacerbada hasta extremos refinadísimos o asiento del más extraordina- rio experimento social, económico y político intentado por el hombre; base de apoyo de la transformación revolucionaria de sociedad mundial o abrumador poder expansionista d.ecldldo a establecer su dominación total a escala planeta- na , las polares apreciaciones acerca de su naturaleza rar a vez abandonan el terreno de la pasión y los prejuicios. Y, sin duda, bue.na parte de esta atracción ejercida por la URSS sobre corrientes de múltiples signos rad ica no solamente en la innegable significación de su experiencia histórica con- temporánea.sino en la opacidad que la rodea, en la falta de transparencia al conocimiento objetivo -aún más notable si este J:>.retende ser ejercido por un extranjero- , en esa suerte tejido brumoso cuidadosamente preservado por las auto- ridades, a tal punto que noticias tales como un desastre aé- reo o una colisión ferroviaria pasan siempre por el celoso ce- dazo del " secreto de Estado". Existe una colosal bibliografía acumulada en más de seis décadas, y sin embargo sabemos poco de la URSS, sobre su naturaleza profunda, sobre las claves de la estructura social y de poder . Afortunadamente, verdaderas babeles resentidas por ditirambos y deni- graciones, algunos hitos insoslayables permiten asentar puntos de referencia: la monumental historia de Carr -de reciente disponibilidad en nuestro idioma- , las obras de Isaac la monografía de Michel Tatu sobre el po- der soviético desde Khrushchev a Brezhnev, el libro de Alex- ander Werth sobre la segunda guerra y la URSS, el ya viejo pero fundamental texto de Baykov acerca de la historia eco- La Nomenklature . Lespriviltgits en U.R.S.S., Preface de Je an T radu it de l'allemand par Christian Nugue, Pierre Bel- fond, Paris, 1980. La edición española : Idem. Editorial Planeta Barcelona 1982. ' , , .8 nómica soviética, son buenos ejemplos. A los que se deben sumar algunos logros de la "kremlimnología" académica de Estados Unidos y Europa occidental, generalmente sumer- gidos en un mar de mediocridad es y lugares comunes ajenos a toda idea novedosa o desmitificadora. Es más , la "krern- limnología " universitaria se mueve - salvo contadas y hon- rosas excep ciones- entre las coordenadas de la satanización funcional a la guerra fría o la simpatía liberal, bobalicona y eternam ente esperanz ada, que sirvió de tap arrabos a la de- tén/e. . Los intentos serios de definir el sistema económico y social Imper ante en la URSS , desde una perspectiva globalizado- ra , han sido y son escasos. El ejercicio de un pensamiento marxista activamente crítico se vio afectado en este terreno - en mu cha mayor medida que en otros- por una pará lisis cuya etiología podría resumirse en una mezcla de terror, complacencia y dificultades reales del objeto a tratar , situa- ción únicamente conmovida por las crisis históricas aconte- cidas en el propio movimiento com un ista int ern acional. Por cierto que merecen mención especial las críticas - muchas de ellas de una anticipación re almente notabl e- que en los mismos albores de la revolución rusa dirigieron algunos diri- gentes "históricos" de la socialdemo cracia, tales como Karl Kautsky y Rosa Luxemburgo. Desgraciadamente, de ellas no se desprendió ninguna obra orgánica consagrada al estu- dio y la interpretación de la nueva socie dad emergida en la viej a Rusia después del triunfo bolchevique. Tampoco el anarquismo , alejado de la participación revolucionaria des- de el comienzo de la dictadura lenin ista, pudo enhebrar en una obra orgánica su oposición política y principista. Fuera de los grandes hitos historiográficos que nos intro- ducen en los círculos a menudo trágicos, plenos de bizanti- nismo , de las seis década s largas de historia soviética trans - curridas desde la Revolución de Octubre , es del propio mo- vimiento político surgido de la experiencia leninista donde han surgido algunas de las teorizaciones e interpretaciones más orgánicas y de mayor tradición respecto de la sociedad soviética y su historia. Y esto resulta significativo en la medi- da en que el libro de Voslensky que moti va este come nta rio se reclama como inmerso'en esta tradición, se afirma en la intención de aplicar a la propia realidad soviética la metodo- logía clásica de análisis marxista. En realidad, el primer acercamiento a la realidad soviética y a la natur aleza de su Estado corresponde al mismo Lenin. Conocidas son sus preocupadas reflexiones acerca del problema de la creciente burocratización del Estado y del Part ido , qu e en su obra que podríamos llamar "póstuma" adquieren el carácter de un debate impotente frente a la herencia burocrática de la so- ciedad zarista, el carrerismo y la falta de espíritu revolucio- nario que lo invade todo ; aún al partido por él creado. En los

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Horacio Crespo

LA NOMENKLATURA,UNA NUEVA CLASE SOCIAL

"LaNomenklatura, m efecto, tienevergüen<.a desí misma.No desea que selacono;:ca. No seasumecomotal. No vivemásquedenoche. Odiala luz , Se ocultam madrigueras casi inalcanzables para la sociología. Enmascara susprivilegios. Est ám conlradicción total con las ideas que inculcaa losciudadanos desupaís. Rarave;: elfosoha sidotanprofundoentreloque unaclase dominantedice y loquehace, entreel idealqueelladicerealirary larealidaddesudominación. Es esto loquehaceparticularmente peligrosa a laNomenklaturay, al mismotiempo, tan vulnerable. / ... / Ellaesnaciondlista yhabla deinternacionalismo, Es racisla y hablacontra el racismo. Esprivilegiaday habla conIra losprivilegios. Es expansionistay hegemónica)'conlra el imperialismo".

J ean Elleinstein, Prólogoa La Nomenklatura"

A lo largo del siglo la Unión Soviética ha ejercido un singula rpoder de fascinación sobre amigos y enemigos : encarnacióndel Malo representación del promisorio Futuro de la Huma­nidad ; desarrollo de una dictadura totalitaria exacerbadahasta extremos refinadísimos o asiento del más extraordina­rio experimento social , económico y político intentado por elhombre; base de apoyo de la transformación revolucionariade ~a .sociedad mundial o abrumador poder expansionistad.ecldldo a establecer su dominación total a escala planeta­na, las polares aprec iaciones acerca de su naturaleza raravez abandonan el terreno de la pasión y los prejuicios. Y, sinduda, bue.na parte de esta atracción ejercida por la URSSsobre corrientes de múltiples signos radica no solamente enla innegable significación de su experiencia histórica con­temporánea.sino en la opacidad que la rodea , en la falta detransparencia al conocimiento objetivo -aún más notable sieste J:>.retende ser ejercido por un extranjero- , en esa suert e~e tejido brumoso cuidadosamente preservado por las auto­ridades, a tal punto que noticias tales como un desastre aé­reo o una colisión ferroviaria pasan siempre por el celoso ce­dazo del " secreto de Estado". Existe una colosal bibliografíaacumulada en más de seis décadas, y sin embargo sabemospoco de la URSS, sobre su naturaleza profunda, sobre lasclaves de la estructura social y de poder. Afortunadamente,entr~ verdaderas babeles resentidas por ditirambos y deni­graciones, algunos hitos insoslayables permiten asentarpuntos de referencia: la monumental historia de Carr -dereciente disponibilidad en nuestro idioma - , las obras deIsaac I?e~tscher, la monografía de Michel Tatu sobre el po­der soviético desde Khrushchev a Brezhnev, el libro de Alex­ander Werth sobre la segunda guerra y la URSS, el ya viejopero fundamental texto de Baykov acerca de la historia eco-

• Voslen~ky, ~ichael, La Nomenklature. Lespriviltgits en U.R.S.S., Preface deJean Elle~nstem, T radu it de l 'allemand par Christian Nugue, Pierr e Bel­fond, Par is, 1980. La edición española : Idem. Editorial Planeta Barcelona1982. ' , ,

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nómica soviética, son buenos ejemplos. A los que se debensumar algunos logros de la "kremlimnología " académica deEstados Unidos y Europa occide ntal , generalmente sumer­gidos en un mar de mediocridad es y lugares comunes ajenosa toda idea novedosa o desmitificadora. Es más , la " krern­limnología " universitari a se mueve - salvo contadas y hon­rosas excep ciones- entre las coordenadas de la satanizac iónfuncional a la guerra fría o la simpatía liberal, bobalicona yeternam ente esperanz ad a, que sirvió de tapar rabos a la de­tén/e.

. Los intentos serios de definir el sistema económico y socialImper ante en la URSS, desde un a perspe ctiva globa lizado­ra , han sido y son escasos. El ejercicio de un pensamientomarxista act ivamente crít ico se vio afectado en este ter reno- en mucha mayor medida que en otros- por una pará lisiscuya etiología podría resumirse en una mezcla de terror,compl acencia y dificul tades reales del objeto a tratar , sit ua ­ción únicamente conmovida por las crisis históricas acont e­cidas en el propio movimiento com un ista internacional. Porcierto que mere cen men ción espec ial las críti cas - muchasde ellas de una anticipac ión realmente notable- que en losmismos albores de la revolución rusa dirigieron algunos diri­gent es " históricos" de la socialdemocra cia, tales como KarlKautsky y Rosa Luxemburgo. Desgraciadamente, de ellasno se desprendió ninguna obra orgánica consagrada al estu­dio y la interpretación de la nue va sociedad emergida en lavieja Rusia después del triunfo bolchevique. Tampoco elanarquismo, alejado de la particip ación revolucionaria des ­de el comienzo de la dictadura leninista, pudo enhebrar enuna obra orgáni ca su oposición polí tica y principista.

Fuera de los grandes hitos historiográficos que nos intro­ducen en los círculos a menudo trágicos, plenos de bizanti­nismo , de las seis décadas largas de histori a soviética trans­curridas desde la Revoluc ión de Octubre, es del propio mo­vimiento político surgido de la exp erien cia leninista dondehan sur gido algunas de las teorizacione s e interp retacionesmás orgánicas y de ma yor tradición respect o de la socieda dsoviética y su historia. Y esto resulta significa tivo en la medi­da en que el libro de Voslensky que motiva este comentariose reclama como inmerso'en esta tradi ción, se afirma en laintención de apl icar a la propia realidad soviética la metodo­logía clásica de análisis marxista . En realidad, el primeracercamiento a la real idad soviética y a la naturaleza de suEstado corresponde al mismo Lenin. Conocidas son suspreocupadas reflexiones acerca del pr oblem a de la crecienteburocratización del Estado y del Partido, que en su obra quepodríamos llamar " póstuma" adquieren el carác ter de undebate impotente frente a la herencia burocrática de la so­ciedad zarista, el carrerismo y la falta de espíritu revolucio­nario que lo invade todo ; aún al partido por él creado. En los

mismos años veinte la discusión acerca de la naturaleza de la'URSS alca nza niveles mu y altos, precisamente en torno a lasucesión de Lenin y la feroz lucha entablada entre Stalin yTrotsky por el control del poder. De esta lucha quedarácomo saldo la tesis trotskista del " Estado obrero degenera­do", que conserva una base socialista en el plano de la pro­piedad de los medios de producción pero cuyo aparato esta­tal ha sido usurpado por una burocracia traidora a los intere­ses históricos del pro letariado. Esta tesis, que impregna mu­chísimas interpretaciones acerca de la URSS , fue impugna­da por un marxista italiano, Bruno Rizzi, en un libro injus­tame nte olvida do titulado El colectivismo burocrático: en él suautor afirma el surgimiento de una nueva clase dominanteen la Unión Soviética . Sin embargo, y pese a las cuatro déca­das transcurridas desde el asesinato de Trotsky, el pensa­miento que se proclama su heredero insiste en las tesis ex­puestas por él y congela la naturaleza de la URSS en esa am­bigüedad que condensa la fórmula de Mandel de "sociedadburocrática degenerada " que, pese a todo, sigue mantenien­do su esencia socialista.

En 1948 el monolitismo estalinista dentro del comunismoes sacudido por una primera herejía exitosa: la experienciayugoslava encabezada por Tito. Uno de los hombres másimportan tes dentro de la dirección yugoslava, el montene­grino Milovan Djilas , no se contentará con los límites im­puestos por el propio Tito al proceso de crítica y produciráun libro fund amental : La nuevaclase, en e! que desarrollará lacrít ica marxista contra e! proceso de conversión de! aparatodirigente de los partidos comunistas en una nueva clase do­minant e a través de la nacionalización de toda la propiedadluego de la toma revolucionaria de! poder, poder que man­tiene apoyándose en la dictadura, e! terror y e! control ideo­lógico total. Pero, disidente de una disidencia, Djilas pasórápidamente a la condición de doble renegado y fácilmentesu aná lisis resultó descalificado, al menos dentro de vastossectores de opinión progresista, liberal y de izquierda. Sinemba rgo debe ser considerado como un antecedente funda­ment al en el trabajo de investigación de la sociedad surgidaen el " socialismo real " . .

La realización del XX Congreso del PCUS y e! eco brutalde las denuncias de Khrushchev de los crímenes de Stalin ge­neró un movimiento todavía no agotado, en la medida enque está en los orígenes del actual "eurocomunismo" y detodo el proceso de los "marxismos occidentales ", según ladenominación de Perry Anderson. Este movimiento ha idoproduciendo una profunda revisión crítica respecto a laURSS, que la liquidación de la "primavera de Praga" en1968 y los recientes acontecimientos en Afganistán y Poloniahan acentuado radicalmente. Lo más significativo, desde unpunto de vista histórico-político, son las recientes posicionescondenatorias respecto al conjunto del proceso de! "socialis­mo real " adoptadas por el Partido Comunista Italiano a tra­vés de Enrico Berlinguer. En el mismo sentido, y podríamosdecir que alimentándose mutuamente, los procesos demo­crá ticos, liberalizadores y críticos de los países del bloque so­viético fueron produciendo trabajos de análisis de sus res­pectivas sociedades (lo que involucra necesariamente e! aná­lisis del sistema soviético), entre los que destacan los de Ku­ron y Modzelewski en Polonia, Otta Sik en Checoslovaquiay Rudolf Bahro en Alemania.

También e! conflicto chino-soviético significó una madu­ración de los análisis respecto-de la URSS . Si bien no secuenta con obras científicas chinas que profundicen en lascríticas propagandísticas ejercidas sobre su vecino, sin duda

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. ....,., .....

sus análisis de la coyuntura internacional han contribuidoen mucho a aclarar la política internacional, agresiva y ex­pansionista, de los soviéticos. Además, ciertas ideas prove­nientes de los comunistas chinos - especialmente de todo elproceso surgido a partir de la Revolución Cultural- infor­man una obra tan importante como Las luchas.de clases en laURSS de! marxista francés Charles Bette!heim.

Finalmente, el proceso riquísimo de la propia disidenciasoviética, con su enorme gama de matices y tendencias, fuela matriz de obras que han comenzado a delinear un modelocoherente de lo que realmente es y constituye e! sistema so­cial, económico y político imperante en la URSS y su signifi­cación para e! mundo contemporáneo. Estas indagacioneshan seguido, en términos generales , dos direcciones : la dedenuncia y explicitación de! Soviet como un universo con­centracionario, e! Gulag de Sholyenitzin, y los trabajos ten­dientes a interpretar la realidad soviética no únicamente ensus aspectos de múltiple opresión totalitaria, sino a partir desu propia lógica social y coherencia como sistema de poder.A esta última pertenece e! libro de Voslensky que comenta­mos.

Los elementos biográficos 'de! autor adquieren en este casouna significación poco común. Nacido en 1920, historiadorde profesión formado en la Universidad Lomonosov de Mos­cú, fue traductor en los procesos de Nuremberg y luego tra­bajó en e! Consejo de Control Aliado en Alemania. Presentóuna tesis en el Instituto de Re!aciones Internacionales deMoscú sobre la historia de las reparaciones alemanas deguerra y fue periodista y redactor en e! Consejo Mundial dela Paz en Praga y en Viena . De regreso en Moscú, fue profe­sor en la Universidad Lumumba y tuvo responsabilidadesvarias en la Academia de Ciencias de la URSS , siendo unade ellas la vicepresidencia de la Comisión de HistoriadoresURSS-República Democrática Alemana. En 1972 salió dela Unión Soviética y pasó a ser profesor en universidades deAlemania Federal y Austria. Es claro que el conocimiento de

las esferas dirigentes de la URSS no resultan par a Voslenskyuna simple anécdota : trabajó en estrecho conta cto con ellasdur ante muchos años y es quizás éste el element o sustancialde la importa ncia de su trabajo. La Nomenklatura, integradaen la tradición intelectu al de la crít ica marxista a la natura­leza de la URSS que hemos somera mente descrito, es en otroaspecto un riquísimo aporte de carác ter testimonial sutil­mente introducido dentro del andamiaje objetivo general dellibro.

¿Q ué es la Nomenklatura ? En la lengua buro crática sovié­tica corriente el término denomina a la lista de los pues tos dedirección que están vinculados directamente a las autorida ­des superiores y - a la vez- la lista de las personas que ocu­pan estos puestos o que forman la reserva de personal para

está llam ada a cumplir un pap el re levan te en la histo ria denuestro tie mpo . Ellenst ein subraya el hecho de que el proce­so soviético ha facilita do enormeme nte las crít icas desde po­siciones de derecha a l socialismo, pero que esta tarea se havisto en gra n medida ayudada por la izquierda que ha sidoradi calmente incapaz de visua lizar la realidad en toda laamplitud del horror y la tragedia . Marca atina damente elhecho de qu e la Unión Soviética ha sido ya suficientementerecusada como un mod elo social a seguir (esto últ imo qui zásen una forma mucho más acent uada en Europa occidenta lqu e en la genera lida d del Tercer Mundo) y que la clás ica ybenevolente image n que imperó duran te decenios en muyvastos sector es de opinión ahora solament e es mantenida porcírculos ca da vez más restringido s de obediencia o segui-

llegar a ocup arlos. Según un manual de administración so­viético la Nom enklatura "constituye la lista de los puestosmás importantes; los candidatos a ocuparlos son previamen­te examinados, recomendado s y acreditados por un comitédel Partido de distrito, ciudad, región , etc. Es necesari oigualmente el acuerdo de ese comité de Partido para quesean liberadas de su función las personas designadas par aformar parte de la Nomenklatura de dicho comité. La No­menklatura comprende a las personas que ocupan los pues­tos claves" . De acuerdo con Voslensk y, es la nueva clase diri­gente de la sociedad soviética , la clase de losadminist radores,la estructura burocrática del Partido/Estado soviético crista ­lizada en estrato social cuyas características absolutamentepeculiare s la distin guen del cap italismo y leotor gan su morfo­logía específica.

El tema del libro de Voslensky es, pue s, el análisis del sur­gimiento, consolidación, formas específicas y comporta­mient o de la clase diri gente de la Unión Soviética . J eanElleinstein, el historiador fra ncés disidente del Partido Co­munista y autor de una historia de la URSS, señala en elprólogo a la edición francesa la enorme importancia deltema en la medida en que la Nomenklatura es la clase diri­gente de la segunda potencia mundial y que necesariamente

miento dir ecto de los' partidos comunistas ligados a Moscú ,pero que de todos modos "c ontinúa existiendo - y siendodom inante en la izqui erda - un a concepción todavía muyoptimista de la realidad soviética y alguno s tabúes de loscua les sería mu y erróneo subes tima r su pod er ". Esta visiónoptimista, qu e de ninguna manera es solament e patrimoniode la izqui erda - basta con mencionar las actitudes hacia laURSS de muchos sectores dirigen tes de importantes paísesdel Tercer Mundo y aún de Europa Occi dental - , hace ab­solutamente necesario s trabajos que, como el de Voslensk y,contribuyan a hacer luz acerca de la verda dera naturalezadel poder y la política soviética, tanto en el plano int ernocomo en el internacional.

ha primer a carac terística, fund ament al, de la Nomenkla­tura es ocultar se. La bu rguesía como clase dominante hatrat ado de disimul ar su poder , de " universa lizar " su cometi­do ; la Nomenklatura va más lejos aún : niega su propia exis­tencia. Oficialmente hay en la URSS solamente dos clases :el prolet ari ad o y los campesinos koljozian os, clases amigas,no antagónicas, sobre cuya alianza se edificó desde 1917 la" dictadura del proletariado" y qu e fund am ent an en el act ua lesta dio de " sociedad socialista desarrollada " el " Es­tado de todo el pueblo" que marcha aceleradamente a la

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construcción definitiva de una sociedad sin clases totalmentecomunista. Existe además una capa intermedia, la intelec­tua lidad, que se recluta en esas dos clases sociales básicas yque, lógicamente, está a su servicio. Hasta aquí el corpus doc­trin ario oficial. Sin embargo, de los propios textos oficiales 'soviéticos se ext rae la idea de la existencia de un grupo parti­cular de dirigentesdel Partido y la actividad estatal. La argu­mentación de Voslensky estará dirigida a demostrar que es­tos dir igentes constituyen una clase social en el más ortodo­xo sent ido de la propia definición lenini sta del término.

El nacimiento de esta clase social recorrió caminos extre­madamente complejos, qu e reconocen momentos específicosbien determinados. El prim ero, la teorí a leninista del Parti­do y la formac ión - sobre la base.teórica del ¿Quéhacer?- de

te del control del Partido: en 1930 -aun después de la derro­ta de las fracciones trotskistas, kamenevistas, zinovievistas ybujarinistas- el 60%de los secretarios de región y del Comi­té Central eran viejos bolcheviques. Un 80%de los delegadosal XVII Congreso del Partido en 1934 eran afiliados anterio­res a1920. Hay que comprender que la vieja guardia todavíacontaba con una autoridad moral enorme y que el clima delibre discusión, aunque muy estrechado, todavía no estabaliquidado. Se mantenía aún una determinada tradición leni­nista en el sentido de la libertad de oposición. El problemasustancial para los arribistas consistía precisamente en des­truir definitivamente esa autoridad moral que constituía unpesado freno para sus ambiciones : era absolutamente nece­sario para los nomenklaturistas " lanzarse sobre esos viejos

todavía u~ poco fieles a sus añejas ideas , a los que la buenavida, la influencia y los buenos puestos todavía no habían co­rrompido definitivamente" . El resto del drama es conocido.Dice Voslensky: " Stalin sati sfacía el deseo de sus criaturasdando la luz verde para la exterminación de la vieja guardiabolchevique. Y esta no fue una campaña heroica. Se puedetener una opinión muy negat iva respecto de las víctimas deesa campaña, los revolucionarios profesionales leninistas.Pero el arreglo de cuentas fue abominable ". Es necesario de-

. tenerse un momento ~n la figura de Nikolai 1vanovich Yez­hov, el jefe de la NKVD (la actual KGB) desde 1936 a 1938,el instrumento de las purgas más terribles, de la Tezhooshchi-

-na. Como dice Voslensky no era ni un Macbeth ni un Mefis­to, sino un celoso burócrata convertido, en virtud del meca­nismo de cumplir correcta y efizcamente todas las instruc­ciones de los jefes, en uno de los mayores asesinos de nuestrosiglo. La misma eficacia que demostró al construir fábricascuando era comisario de industrias la iba a aplicar en laNKVD para torturar y liqu idar a millones. Existe un escalo­friante paralelo con los grandes verdugos nazis que tambiéninvocaban "órdenes" para justificar sus crímenes. Y una ad­vertencia para la humanidad acerca de las posibilidades dela burocracia totalitaria de convertir a cualquiera de sus

un selecto gru po de revolucionarios profesionales que consti­tu yó el corazón de la organización bolchevique. El segundo,la toma del poder en 1917 y la apropiación del Estado y delPar tido en dos niveles: la vieja guardia en la " delgada capa " .superio r (la expresión es del propio Lenin en marzo de 1922)y la gran masa de recién ingresados al partido y a la adminis­trac ión, con clara volunta d de ascenso social y de " hacer ca­rrera " . El propi o Lenin afirmaba que bastaría el menor de­bilitamie nto o lucha inte stina dentro de esa " delgada capa "par a que perdi era el control de la situación y ésta cayera enmanos de la nueva burocracia arribista. La lucha por la su­cesión y la política de Stalin produjeron efectivamente estedebil itamiento y la " irresistible ascensión" de la Nomenkla­tura fue un hecho consuma do (la sutil cita de Brecht queefectúa Voslensky está cargada de significado). Stalin fue eljefe de este ascenso, la con'solidación de su poder se debi óprecisamente a que él supo concentrar en sus manos y en lasde su aparato todas las nom inaciones a los puestos de direc­ción del país. " El problema determinante es el de los cua­dro s" repeti ría incansablemente el Secretario General. El te­rror estalinista de fines de los años treinta consumó el proce­so" ¿Por qué la Nomenklatura tuvo que recurrir al terror?Debido a que la vieja guardia todavía conservaba buena par-

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miembros en SIniestros agentes casi desperson alizados deinenarrables asesinatos en masa .

En suma, la Tezhooshch ina fue un sangriento cambio de di­rección consumado en e! interior de la clase dir igente soviéti­ca. El autor afirma : " Los comunistas convencidos fueronsustituidos por gentes que se titulaban 'comunista ' a la cabe­za de la sociedad" . El epílogo natural fue la desestaliniza­ción: los nomenklaturistas necesitaban estabilidad y norm a­lidad, permanentemente en suspenso mientr as se mantuvie­se en funcionamiento la sangrient a máquina terrorista depoder del viejo dictador. La ambigua actitud mantenida apartir del XX Congreso es la característica de una direcciónque es heredera de la matanza pero que desea alejarla en vir­tud de su propia seguridad.

Este proceso en tres etapas, con las características especí­ficas concretas de cada país , se ha repetido en cada uno delos lugares en los que se ha instalado el " socialismo real " .Voslensky piensa que debe ser considerado como una espe­cie de ley histórica reguladora de todos los procesos de ese ti­po. Al margen de esta clase de certidumbre objetiva que ex­presa el autor, es indudable que la experiencia soviética , lachina y la de los demás países social istas deben hacer relle­xionar en profundidad acerca del modelo teórico-políticoque implica tales siniestras recurrencias. Para Voslen sky laclave se encuentra en el sutil revisionismo que Len in intro­duce en la teor ía marxista : la teoría de la " aportación exte­rior" de la ideología socialista a la clase obrera, que no pers i­gue otro objetivo que transformar al movimiento obrero-uno de los más radicales agentes de cambio social de nues­tra época - en un apéndice menor del Part ido de revolucio­narios profesionales. De esta manera se sientan las base s delsustituismo, la suplantación, teorizada por Trotsky y tan bienutilizada por Deutscher en sus análisis del proceso soviético.Pero Voslensky da un paso no cumplido por sus antecesores:niega radical y absolutamente e! principio sustentador de!leninismo, el que el Partido, los revolucionarios profesiona­les, representen a la clase obrera, luchen por sus intereseshistóricos y constitu yan su vanguardia organizada : de estamanera, e! Partido no representa a ninguna capa o clase so­cial realmente existente en la sociedad en que se desenvuelvey su único pape! en la reproducción social es el de derrumbarel orden social existente y convertirse a través de esta acciónen la nueva clase dirigente.

A partir de! análisis histórico-teórico del origen de la No­menklatura como clase dirigente de la sociedad soviética,Voslensky traza un cuadro de los distintos aspectos de su do­minación sobre la sociedad y sus caracteres distintivos comogrupo social. Algunos aspectos especialmente destacablesson los relativos a la refutación de la tesis de que la Nomen­klatura no es dna clase porque no detenta jurídicamente lapropiedad pr ivada sobre los medios de producción y a partirde esta situación no puede heredar esa propiedad a sus descen­dientes (argumento muy socorrido por los teóricos trotskis­tas ), la dinámica por el poder como motor interno de desa­rrollo como clase, la sustentación en el monopol io compl etode la economía por parte del Estado y la ultracentralizaciónque esto supone, la primacía de la industria pesada como so­porte de una inmensa industria armamentista al servicio delos intereses estratégicos de la Nomenklatura (existen aquícoincidencias con los análisis de Castoriadis acerca de la mi­litarización de la sociedad soviética ), los sofisticados méto­dos de explotación del trabajo, la estructura de poder, el pro­gresivo parasitismo como clase, entre muchos otros temasigualmente significativos .

Uno de los éxitos más declamados parla propaganda del

socialismo soviético y sus imitadores de tod o el mundo fue elde la,introducción del sistema de planificación económica enla economía mundial. Sin embargo , este hecho positivo nodebe -nos alerta Voslensky-: hacernos pensar en las bonda­des de la planificación soviética. De hecho, e! mercado se hamostr ado como un regulador económico mucho más eficazque la buroc racia y sus directivas . Lenin subrayaba con todarazón la tendencia al estancamiento y a la putrefacción pro­pia de todo monopolio. Y esta ley se apli ca válida mente a laultramonopolizada economía soviéti ca, dond e la tendenciaal esta nca mie nto es dr amática debida a la desaparición dehast a los mínimos estímulos generados por la competenciadistorsionada de las situ aciones oligopólicas del mundo ca­pitalista como elemento objetivo , y por el horror por las in­novaciones y los camb ios propios de la inercia y el carrerismobu rocráti cos como factor subjetivo. En términos mar xistasesto supone un freno al desarrollo de las fuerzas product ivas,una contra dicción entre las relaciones de producción y lasfuerzas product ivas que conduce al fin del ord en social exis­tent e y su suplantación por uno nuevo. Voslensky se pregun­ta : ¿será éste e! futuro de la URSS ? Las crecientes dificulta­des económicas - ya inocultables pese a tod os los esfuerzosretóricos y " dialécticos" que se efectú an - indican una crisiscreciente en la URSS y, por supuesto , aún más dura en elbloque socialista . Esta crisis está acompañada por un fuerteaumento de la agresivida d expansionista y del avent ureris­mo de la política exter ior de la Nomenklatura. Voslenskypiensa que el objetivo fundamental como clase es la hegemo­nía mundial , centra da en este periodo en la " finlandizaci ón "de Europa occidenta l y, a partir de ahí, en el asedio final a la"fortaleza norteam erican a". Por cierto que esta estrategiade hegemonía tiende a aumentar enormemente e! peligro deldesencadenami ento de una guerra de prop orciones y conse­cuencias catastróficas.

Por último cabe señalar una rara y apreciable cualidad enla obra de Voslensky: su sentido del humor. Sus páginas de­dicadas al pla cer que en un nomenklaturista produce dispo ­ner de una Vertouchka (el acceso a la línea telefónica oficial),las emociones contenidas que en él desatan las delicias gas­tronómicas del comedor del Kremli n, y especialmente el an­tológico relato de un día en la vida de Denis Ivanovit ch, jefede sector del Comité Central de! PC US, son dignos de la tra­dición satírica de Gogol y Averchenko. A través de su pro piaexperi encia en los pasillos del Kremlin y en las oficinas de laalta bu rocracia podemos tener acceso a lo que podemos lla­mar una fenom enología del comportamiento cotid iano de laNomenklatura, al abi smo de miseria , oportunismo, cinismoy pequeñez que encierra n los dómines del " socialismo rea l".

Jean Elleinstein, para cita rlo una vez más, dice de La No­menklatura: "Un libro así no se resume, se lo lee, e imag ino-no sólo lo deseo sino que lo pienso- que se lo lee apasiona­damente " . Comparto plenamente este juicio . Solame ntequ iero hacer una última reflexión : las acciones de la URS S- y esta es la enseñanz a más profunda que nos ofrece Vos­lensky- no son fruto de errores, de tendencias equivocadas,de problemas más o menos permanentes pero no esencia les,de una camarilla de dirig entes enquistados en el poder ; son

. el resultado -por el contrario- de su estructura más profun­da, de lo esencia l de su régimen y su modelo económico, socialy politico. Cualquier ilusión respecto de ella - y en el mundopolít ico contemporáneo las ilus iones son moneda co­rriente- puede llegar a tener resultados catastróficos para laconcreción de un futuro mediato má s digno, humano y de­mocrático para la mayoría de los habitantes de este mundo.

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