historia

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1929 - 1940 El retorno de la vieja política La crisis del tercer gobierno radical se atribuyó a la inacción por parte de Irigoyen al ser un hombre avejentado sin la mismas energías que antes y se mostró impotente ante una oposición creciente. Además, el clima de convulsión política en Europa con los grupos nacionalistas de derecha. Existía un fuerte descontento por parte del ejército por recortes en los gastos. A principios de 1930, la sensación de crisis económica reforzaba el descontento hacia el gobierno. En septiembre, el general Uriburu tomó el poder. El golpe de 1930, combinó la participación militar y la influencia de las experiencias europeas. Por su parte, los partidarios de Justo buscaban solo una “legalidad sin Yrigoyen”. Uriburu y los pretendían aplicar reformas de mayor alcance. El radicalismo antiyrigoyenista se opuso al régimen. Durante las elecciones, los radicales volvieron a imponerse, pero su victoria fue impugnada lo que provocó la abstención radical. Quien se impondría sería Justo con una Concordancia con los partidos conservadores. La administración de Justo (1932-1938) restauró las formas y proyectos de los gobiernos anteriores al predominio radical. El gobierno concordancista fue flexible y atrajo a sus filas a hombres capaces, independientemente de su filiación política. Los años 30 se cerraron con la débil presidencia de Ortiz. La gran depresión (Contexto global) Los Roaring Twenties en Estados Unidos significaron un progreso “imparable” con crecientes posibilidades de consumo de los trabajadores, fuerte crecimiento del ingreso nacional per cápita, del parque automotor y se triplicó el valor de la producción de artefactos eléctricos. La Bolsa fue el destino de los ahorros de ricos y no tan ricos. El descontrolado derrumbe de los valores de la Bolsa en octubre de 1929 fue el primer signo de la Gran Depresión. Se pensó que se trataba de una nueva recesión pero el lento transcurso de la recuperación dieron a notar que no era una “crisis convencional”. Los precios de las acciones cayeron un 80%, el producto nacional norteamericano cayó cerca de un 30%, y el desempleo pasó a 23%. La inversión se desplomó, la caída de la demanda y la producción fue acompañada por una deflación del 25%. Las causas de la Gran Depresión, según Keynes, fue que el volatil ánimo inversor de los empresarios tuvo una recaída en tiempos de la crisis, y el descenso en la inversión se transmitió a la producción y el empleo. Los keynesianistas, en cambio,

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1929 - 1940El retorno de la vieja políticaLa crisis del tercer gobierno radical se atribuyó a la inacción por parte de Irigoyen al ser un hombre avejentado sin la mismas energías que antes y se mostró impotente ante una oposición creciente. Además, el clima de convulsión política en Europa con los grupos nacionalistas de derecha.Existía un fuerte descontento por parte del ejército por recortes en los gastos. A principios de 1930, la sensación de crisis económica reforzaba el descontento hacia el gobierno. En septiembre, el general Uriburu tomó el poder.El golpe de 1930, combinó la participación militar y la influencia de las experiencias europeas. Por su parte, los partidarios de Justo buscaban solo una “legalidad sin Yrigoyen”. Uriburu y los pretendían aplicar reformas de mayor alcance. El radicalismo antiyrigoyenista se opuso al régimen.Durante las elecciones, los radicales volvieron a imponerse, pero su victoria fue impugnada lo que provocó la abstención radical. Quien se impondría sería Justo con una Concordancia con los partidos conservadores.La administración de Justo (1932-1938) restauró las formas y proyectos de los gobiernos anteriores al predominio radical. El gobierno concordancista fue flexible y atrajo a sus filas a hombres capaces, independientemente de su filiación política.Los años 30 se cerraron con la débil presidencia de Ortiz.

La gran depresión (Contexto global)Los Roaring Twenties en Estados Unidos significaron un progreso “imparable” con crecientes posibilidades de consumo de los trabajadores, fuerte crecimiento del ingreso nacional per cápita, del parque automotor y se triplicó el valor de la producción de artefactos eléctricos. La Bolsa fue el destino de los ahorros de ricos y no tan ricos.El descontrolado derrumbe de los valores de la Bolsa en octubre de 1929 fue el primer signo de la Gran Depresión. Se pensó que se trataba de una nueva recesión pero el lento transcurso de la recuperación dieron a notar que no era una “crisis convencional”. Los precios de las acciones cayeron un 80%, el producto nacional norteamericano cayó cerca de un 30%, y el desempleo pasó a 23%. La inversión se desplomó, la caída de la demanda y la producción fue acompañada por una deflación del 25%.Las causas de la Gran Depresión, según Keynes, fue que el volatil ánimo inversor de los empresarios tuvo una recaída en tiempos de la crisis, y el descenso en la inversión se transmitió a la producción y el empleo. Los keynesianistas, en cambio,

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enfatiza el papel de la demanda agregada y apunta a una disminución del consumo como causante de la crisis productiva.Las caídas de demanda fueron propagándose al comercio mundial que cayó un 30% de 1929 a 1932.Cada país trató de evitar la competencia de importaciones extranjeras. Las naciones dependían de sus exportaciones fueron las más perjudicadas y quienes seguían el patrón oro, al ligar la actividad interna de un país con la situación internacional, sufrieron con mayor intensidad en los años de la Depresión.

Balanza comercialArgentina dependía de su comercio de exportación de materias primas, fundamentales para mantener los altos niveles de empleo y actividad para poder importar bienes de consumo. La maquinaria y equipo para inversiones urbanas y rurales y los insumos industriales representaban un 63% de las importaciones.El colapso del comercio afectó las posibilidades de importar. Los precios de los productos de exportación argentinos cayeron un 42%, su tendencia a la baja continuó hasta 1933.Sin embargo, los autores aclaran que la baja de precios internacionales se venía dando de los años 20 con la mejora en los métodos de producción agrícola y ganadera lo que produjo un aumento en la oferta, superior al de la demanda. Además, Europa ya no sufría escasez de alimentos como en la Primera Guerra.Con la Depresión, el valor de las exportaciones pasó de cerca de 1000 millones en 1928 a 335 en 1932. La capacidad para importar se redujo fuertemente. A pesar de que los precios de las importaciones se vieran afectados por la deflación, Argentina, en 1933, sólo podía comprar ⅔ de lo que compraba en 1929.En 1927, el presidente Alvear había cedido a la presión de los exportadores, perjudicados por la valorización del peso argentino, y declarado, nuevamente la convertibilidad. El tipo de cambio volvía a 2,27. Para 1928, capitales norteamericanos prefirieron alimentar el auge de Wall Street y aprovechar un aumento de la tasa de interés norteamericana. Esta salida de capitales contribuyó a que en 1929 perdiera 173 millones de dólares de reservas por lo que se tuvo que declara la inconvertibilidad. El clima de desconfianza hacía improbable la obtención de nuevos préstamos. En este contexto, Argentina entraría endeudada a la crisis, lo cual era perjudicial. En deflación, los acreedores se verían beneficiados a costa de los deudores. Un monto nominal fijo tiene mayor poder de compra cuando los precios bajan. Esto hacía más pesada la carga de la deuda externa para la Argentina. El déficit de los servicios financieros promediaba 150 millones de dólares en 1929-33. En 1929, se pagaron 204 millones y 131 en 1933.

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Control de cambios y manejo fiscal● Control de cambios:

Las necesidades de divisas y oro para pagos exteriores eran, a principios del 30, mayores a las disponibilidades obtenidas de las exportaciones y las inversiones extranjeras.En 1929, Argentina era uno de los países con más reservas de oro en el mundo. Si bien, se había abandonado la convertibilidad, el gobierno recurrió a esas reservas para evitar la depreciación de la moneda nacional. Esta política se aplicó hasta 1931; se entregaba el oro que demandaban los importadores a cambio de pesos. La motivación de la defensa del peso era el temor a que la depreciación dificultara el pago de la deuda.El drenaje de oro creaba problemas, quienes retiraban sus depósitos en pesos del sistema bancario generaban iliquidez, lo que restringía el crédito y el normal funcionamiento de la economía. Algunos bancos comenzaron a tener problemas, y el gobierno usó la ley de emisión monetaria sin respaldo a través de la Caja de Conversión lo que ayudó a normalizar la situación crediticia. Sin embargo, la expansión de la oferta de dinero sin respaldo acentuó la depreciación.En septiembre de 1931, Inglaterra abandonaría el patrón oro acentuando la situación del mercado cambiario argentino.El control de cambios nació como un intento de frenar la depreciación sin tener que achicar el crédito ni perder reservas. Desde noviembre de 1931, la Comisión de Control de Cambios pasó a centralizar todas las operaciones de divisas. Los exportadores debían depositar sus acreencia en moneda extranjera en bancos autorizados y la Comisión distribuía esas divisas siguiendo una lista de prioridades:

1. Se aseguraba a los gobiernos municipales, provinciales y nacional la moneda extranjera para pagos de deuda externa.

2. Importaciones de materias primas y bienes de consumo indispensables.3. Las remesas de los inmigrantes.4. Las mercaderías no esenciales.5. Deudas comerciales atrasadas.

La restricción fue reforzada por un aumento del 10% de los aranceles.El control de cambios lograría estabilizar el valor del peso y cesaría la pérdida de oro, pero el precio fijado por las autoridades era menor al que se necesitaba para equilibrar el mercado y se desarrolló un mercado paralelo. Además los pedidos de cambio en el mercado oficial no pudieron cubrirse con los dólares y libras provistos por los exportadores, causado principalmente, porque los exportadores retrasaban las ventas esperando una mejor cotización.Otro problemas que surgiría fue el de los “fondos bloqueados”, donde los proveedores del exterior debían esperar a que la comisión de Control de Cambios recibiera pagos en divisas para percibir el producto de sus ventas.

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● Manejo fiscal:La situación presupuestaria hacia fines de la década del 20 se caracterizaba por un déficit de las cuentas del estado. En 1929, ¾ de los gastos del gobierno central se habían cubierto con impuestos, aumentando la deuda.La Gran Depresión repercutía por el lado de los gastos y con una contracción de los ingresos. La reducción de las importaciones derrumbó la recaudación obtenida en las aduanas.En 1930, el 60% de la recaudación provenía de las importaciones. La disminución en la recolección de aranceles aduaneros, en 1930, hizo que se tuviera que financiar con deuda un 40% de sus gastos.Uriburu colocó como objetivo el equilibrio de las cuentas fiscales. En abril de 1931 se gravaron algunos artículos extranjeros que ingresaban sin impuestos, aumentaron un 10% los aranceles a las importaciones, las tasas de correos y telégrafos se duplicaron, se creó el impuesto a las transacciones entre empresas, el impuesto al combustible y al ingreso.Por el lado de los gastos, se economizó en costos de la administración donde los salarios públicos fueron reducidos y la inversión pública se redujo. El pago de la deuda pública, por su parte, fue prioritario.Durante el gobierno de Justo se mantuvo la política fiscal conservadora, pero de manera más austera. El déficit no cedió ya que la actividad económica todavía estaba muy contraída. Con el financiamiento externo cerrado y la negativa del Banco Nación para adelantar créditos, se emitió un “empréstito patriótico” con el que se recaudaron 150 millones de pesos. Además se emitieron 170 millones de pesos para cubrir las necesidades fiscales.La primera reacción de la política económica ante la crisis fue un firme apego a la disciplina fiscal ya que, aún para 1931, todavía no era claro que se estaba ante algo distinto.

El impacto socialEl desmoronamiento del comercio provocó un derrumbe de la producción que acumuló un 14% en tres años. La caída del ingreso no fue tan profunda en comparación con la de otros países.La consecuencia más dramática fue la aparición de un desempleo que no tenía precedentes.En la Argentina, la necesidad de brazos era ahora reemplazada por una desocupación masiva cerca del 28%. Muchos arrendatarios y pequeños propietarios fundidos por la baja de precios se trasladaron a las ciudades.Las compañías ferroviarias inglesas arreglaron con los sindicatos sistemas “solidarios” que combinaban la reducción de horas trabajadas con recortes en los salarios, para evitar despidos masivos. Las empresas industriales relacionadas con

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el comercio de exportación se vieron fuertemente afectadas, y el desempleo urbano también se propagó como el rural.Los salarios en pesos bajaron, en algunos casos más que el costo de vida.Las nuevas ideas económicasEl presidente estadounidense Hoover intentó alcanzar un presupuesto equilibrado, pero no fue suficiente y Roosevelt en 1932, lo acusaría de gastos irresponsables.Roosevelt mantuvo esa postura durante los primeros años de su administración. Se identificaría con el New Deal que está más asociado con la fundación de organismos reguladores de la producción y las relaciones de trabajo que al aumento del gasto público. La nueva receta keynesiana de compensar la caída del gasto público con un aumento de las compras del gobierno no tuvo mayor predicamento.Recién a partir de la recesión de 1937-1938 el keynesianismo pasó a ser definitivamente reconocido por la administración de Roosevelt. La rígida estructura del Tesoro británico, el organismo encargado de la política económica, determinó que Inglaterra se resistiera a aplicar medidas expansivas. Durante los años 20, la discusión se centró en el sistema monetario más que en las políticas fiscales. Churchill sostuvo la necesidad de volver al patrón oro y se restauró la vieja paridad en 1925.El recrudecimiento del desempleo y las dificultades que muchas industrias encontraron para seguir exportando mostraron que el apego al patrón oro no fue la mejor política en el marco de las recesión.Los países europeos pasaron a un sistema monetario más flexible y menos vulnerable a las fluctuaciones externas en los años 30.El intercambio comercial entró durante los años 30 en un dañino círculo vicioso. Las caídas de demanda por los productos de un país lo obligaban a restringir sus importaciones para evitar el déficit comercial, lo que provocaba una disminución de las exportaciones de sus proveedores y una nueva oleada de proteccionismo.El intercambio comercial entre naciones pasó a ser cada vez más el fruto de acuerdos bilaterales que el resultado de las competencia por mercados.Estados Unidos e Inglaterra contribuyeron al proteccionismo a través de aumentos arancelarios. Entre 1931 y 1933, Inglaterra montó un sistema de preferencias imperiales. Los acuerdos de Ottawa establecieron aranceles más bajos para la entrada de productos coloniales. Muchos productores de bienes importados por Inglaterra se vieron fuertemente perjudicados.

El comercio triangular y el pacto Roca-Runciman

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