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historia conceptual. historia del concepto de htoria. Historie y Geschichte

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  • C:< ~!j~ili~e~ h~P~'ios ms < ta rde, en 1790, Kosrerm a' " J~rb~ui$cn.t F.r,ciclopedie el debate que se. haba

    ~ .:-:i>_.

    "1.02

    II

    I

    iI .I

    II1II

    1

    III.II

    !!

    _ - - - - - - -

    hi . d I d ' 26istorra e mun O,," . En 1783, una tesis doctoral defen-dida en Maguncia poda comenzar diciendo con todo n-fasis. y sin ninguna sintaxis: El gnero humano ha llegadoa un punto en el que los muros que separaban unas partesdel mundo de otras, unos pueblos de otros, han sido derri-bados por conocidas revoluciones, y las partes sueltas delhombre han fluido en un gran todo animado por un esp-ritu -igual que la historia-; el mundo es un pueblo, tam-bin entonces una historia general del mundo, y as tieneque ser tratada de modo provechoso y que confluya en elmundo). La historia formara escalonadamente los pue-blos hasta producir una ciudadana mundial, y se extende-ra hasta la historia mundial. "Es sta una verdad que tieneella misma su fundamento en la hisroria-" . z...~J

    El concepto de historia moderna, que remite a s mis-mo, intentaba encontrar en la historia del mundo" un as i-

    / dero emprico. En ella deba estar el campo de accin de~< aquel sujeto hipottico del gnero humano que slo en su

    Jextensin temporal abierta poda ser pensado como uni-dad. Por eso, paralelamente a los esbozos de historia delmundo aparecan, con motivos antropolgicos, numerosos

    Vhilos conductores de la hisrora.de.Ia.hurnanidad-". Lo quean no se haba cumplido en el momento actual se espera-ba, a modo de compensacin, del futuro. Pero el verdade-ro ideal de una historia tal que no sea un agregado detodas las historias especiales particulares y especiales slose ha esbozado por primera vez en tiempos mode~nos,como deca Krug, remitindose a Kant, cuando def~n{a ~ahistoria de la humanidad propiamente como una historiade la culcur_humana229 . .

    226. G. Forster, Die Nordwestkiistl! vonAmerika undder dortige Pelz-handel (1791) en Werke, vol. 2, s.a, p. 258. b

    227. N. Vogt, Anzeige, wie u/ir die Geschichte behandelten, enutz-ten und darstellen u/erden, Mainz, 1783, pp. 3 ss. . lasse-

    228. F. A. Carus, Ideen zur Geschichte der .Me~~hhelt . Nachge Ossne Werke, vol. 6, Leipzig, 1809, con una amplia blbltografla, pp. 1 .

    229. W. T. Krug, Enzyk/opl'idie, vol I, pp. 66 s.

    103

  • , ~,;~r~r~#~~'~~ :schrHer en su leccin inaug~ raI1~89J~~Qu sign i fica y para qu se estudia la

    5< ~~~i?~~:t:;l;F~sufua de 'modo conciso y grandio-~"~~ip~~~'tos ' q iJ e haban hecho de, la ~istoria

    r }~i~~(;,a directriz de toda expenencia y de~~i~fi~~ iLa' EdadModerna, igual que habfa apren-

    1 '{rieLf't!~ftqm8,pn tiempo nuevo" por el "progre-,. itam leri1; f gHrabacon 'la historia del mu~do .. su ro-~,! ,~H!~fg~!~

  • ;lrgbJ~~ ~!\~f~ , X, ~et.ural , de la historia del~~~;i~~,g " j lJ' sF;qrl :l ,:2 ,1 6 . Quedaba por el

    " ;;1l~~~r!M!J.e,[,~,~ ~,,~~~ , gue pu ~ ro s us p luralesu Juralf:Sill1f1uyenr con su analogla estrucrural, en

    '-',;.\ ' ;;:'t:; ;: ' "

    uan O jr.:~ I~ fl~h,S}h eg\ej formulaba en 1795: La mar-o yv.":,." ~-- 5:y""\~:?~ -'_:- - _ .-;._ :_" '" . ,.

    ~p;g~":;S~.~~~R~~~; ~0r1linanrs)'" estaba presuponiendo ya cone!!~~;f,~n_g,~'~~~'7nt9 ; ' el conceptomoderno de historia!".

    ,$fi!~~~! ~~~~~t~(i;l

  • ' l~do .Ja i ndependencia que haba alcanzado la ciencia his-ti~a. Paralelamente a ello, la historia" -por otro lado-' ft~~ su rango dentro de la estructura poltica del lengua-

    je:~~I'0~sce~der la expresin ~. concepto ~:ntral para I~. interpr.~taCln del mundo, estilizaba tambin la auroconcien*i~:c:~quella burguesa que haba crecido en esos de-cerii~~iiB~sando de ser meramente let.r~da a ser bU,r~uesaaecu.I~HraJBi/dungsbrgertumJ. La utilidad pragrnanca dela fiismIigraJa tendra que aprovechar todos los estarnen-tos"n1~{~~'f~~!,amado ya Abbt, y en 1765, Christian Kest-neiR'Ja~!~~~fc:n Gotinga la sugesiva cuestin de si la uri-

    'J ida8r&~'Jla'rednte hi s tor ia alcanza tambin a las personasj'j !j1l"1'cj'~__ -__"t>:'_"_>;~7t'K, c>;~;:>'-- ; ':'~-:-: -.

    ~iv :'0 ""c; ~r Xla.J1!ente , el historiador debe presentarnosftrg,;. ~o slo en la rara y particular posicin'n~.e~eblos y conquista pases!",~~.ip.gque Schlozer asignaba a la historia~1~!$rra.ci6n y a la dicha de la sociedad ci-;j~,~lt~rpl1 ampliaciones en la organizacin

    S de estudio. (Toda la escritura de la histo-,-:- .. ' ~"1i ~" ' ''''' -"'". -.'

    . ~bsTderada como una gran fbrica cam--~ - - "-~ ~~-- -:_>~",;. ' '' ~~Y' -:!'' :: ' .< . ,.. ..

    ~~_j~.1Rjjjf~~i!h~~li,iW~~~'~s~>. en la que recopilar,JE_~s~~~~r yoner: ' areas"8ecilstmta naturaICZ;241. Como cont -

    ifF.~-~T;(.'''''1q..' ."' , ... ~

    SUI ";o~" '~a'las::~~"~;?i~ ~onales historias de las- Iglesias

    y los Estados, aparecieron en el Siglo XVI II I shl r d 1 as Stonas de,.1 lterat~ra, . e arte, de la, tcnica, reclamadas desde Ba~con, la historia del cornercro las hisror i... s d i '\ I . . d '

  • 111;.~ --.-

    .,

    "' ?~ r, )) en q~e este sur est muerto para la historia,,249, ElvIaje a Italia, pues, no era una huida a la historia, sino, en

    , . ta~toqueBu~ckh~rdt eluda la aguda crisis poltica, unah~ldade la historia, A la inversa, en 1889, SybeJ, con larrusrna economa argumentativa, invocaba abiertamente

    ,. sus ,convicciones prusianas y nacional-liberales, Tena la.. esperanza de que su historia de la fundacin del Reich pu-r8ie,ra

  • La utilizacin poltica directa de la historia dirigin-dosea un amplio pblico de oyentes y lectores slo fueposible porque la historia no se conceba nicamente c,omociencia del pasado, sino, en primer lugar, como espacio deexperiencia y medio de reflexin de la unidad de accinpolftica o social a la que en cada caso se aspiraba. La cien-~ja de la historia no tiene nada que ver con la mscaraf~llebre del pasado [...] Comprensiva y comprendida, su;historia es para ellos una conciencia acerca de s mismos,:~~acomprensin de s mismos. As, nuestra ciencia recla-m~su lugar y su deber en todo lo que va deviniendo; loI~~ocurre a nuestro alrededor y lo que nos ocurre: qui~~~f~OS~ es que el presente de la historia, la historia del;i{~~~~;~~?1.n. O bien, como sencillamente lo formulaba

    ./~~~auer: Slo a travs de la historia llega un pueblo~pmpletamente consciente de s mismo-e".

    9~~. rale para la conciencia nacional burguesa in-S'l~arlo tambin Marx y Engles para la concien-~.;~elos trabajadores, an por desarrollar, en el~.Jenex.in histrica. As, en 1850, Engels escri-'M

  • ",~efr~ el presente y el futu~o. Pero lo sorprendente de esa'-'it~a' seran las perspecnvas arqueadas que muestran'~~,' bajo una luz diferente. Por eso no poda uno "de

    N'Jii Fi/~~i~n ,modo fiarse de [...) que una cosa sea re,al~e,nte;i~g~.~; ~eJ e aparece al observador. Cada uno confa uruca-

    , :q~nf~ eifsus propias lentes, de lo que se siguen las dispu-. '~""(','? ""'"1s"y]~s :peleas2J8 .

    'J; u:tfaslaci6n de la teorla de la perspectiva de las cien-fCla~;~,~i~fales a la Historia se hizo ms evidente durante el~ ii!'i;lj:1:~ Juchas de religin y los escritos polmicos con-

    i 'aJe.s--una vez que los autores estuvieron dispuestosoricer .c:omo relativos los puntos de vista dogmti-

  • s ~

    1f

    _:;;!~\, ,; , V~$I!gi ~s;con que se trabaja -en es.ta ~edlda, ~h laden lu si~g?t ....~rababa , tambin un ideal de conocimiento realista rnode-

    t;%i{Zf~6~)~rtpero los conjuntos conectados de los aconteci -;~1~7fii~J~'f~paSados no pueden reproducirse in toto por me-

    ~fu ~ fiigHl1a e:xpos ici n . Sobre todo, el historiado r quee a~ i'iif(>rJ.ll ar'de historias ingeniosas no puede hacer

    ~~fQ~~ reproducir1as en cuadros rejuvenecidos-P' .. ~~l~ccionar, tiene que recortar y tiene que ser-~~c~ptos generales, pero con ello se expone artS!y ibles ambigedades q~e precisan, a su vez,

    111 erJ~~~~~8;ig1 : Pues un escritor de historia, cuandocribecua't()~ :r~jllyenecidos, lo hace en todo caso conras a alg~~;s~~;;:ellector debe penetrar con la mirada si

    re uz o+~~i.,lrJl1.~toria de la que se trata266,~s 9.-,} J'.~~'.:..". ."."

  • "

    g:,B:~s c;i 6n, de modo que una historia siempre se transformai'"'R9~r'pel1tum170 . y Chladenius iba todav.a 1I~ paso mis al{f~fpartlaperspecri va adoptada por la historia del rda.tuA;R~~fiI~,i.~~.a " , que en contra de todo saber y entender dis-i'\\itg~sioa: y oscurece.. los sucesos "ya de antemano [...] Un\'lf~lti:>'t{ m.parcial, pues, no puede significar lo mismo que

    < i ': ::: ;::::" :.':f" ;:" ::: / :" :: : ,"': ,i),,~ ", ,

    ~;~~~;: ; ~'~S cosas sin ningn punto de vista, pues esto,n;l.~mente , no es posible: y hacer un relato partidista

    Y " ;' ~ "uede ser lo mismo que relatar una cosa y una

    .o. ';~a::s....e........'.g..'........ in el propio punto de vista, pues, entonces,-j{" ">' :):-' ;' ,::':;'''':' .oSJo~' relatos serfan siempre partidistas. T~qWstatafde este modo que la formaci6n perspecti-

    "~,,,~., '-':" :~: : --/-

    IS a' eHj,~~5i~~O es idntica con la toma de partido, Chla-ens~~~; unespacio terico que no ha sido rebasado

    ~;A;0~~~..1~pretensi6n de comprender, el postulado'~~w;~i~n en consideraci6n al otro y al contrario,

    oetrln~0,~~~,:desde Herder, le asigna a cada poca, a. e ;lij~~0!1\;'\'~ indivi duo su propio .derecho, slo

    ueden cU~Jil!5~~;,;~.L!()~ criterios de formacin del juicio yHe presentaCi6 r;,IiL~Qn reducibles a una simple toma deartido. ~ "

    En otr 'mun

    misma en lo esencial: al menos yo loaunque s muy bien que tampoco esto s~resu~ongo aqu,ner en todos los casos?" Bsch ca t bPue e presupo-S . ns ata a en 1775 que'

    l( In embargo, los nuevos c;a.sos que vayan surgiendo lIe ~den hacer que nos resulte Importante una hi t . p

    ' . IS orra quepreViamente, nos Interesaba poco o nada en absoluto-s? ~Invocaba para ello la historia del Indostn la c l h ",I . - . ,ua actaso o veinte anos que, gracias a los ingleses hab id 'I id ' la SI o In-C U! a en contexto general de sus efectos.

    .~u e la historia misma slo se constituye por la co-nexl?n entre los efectos era la siguiente consecuenciaSchlozer la extrae, todava de pasada, en 1784: "Un fac~tum puede carece.r de toda significacin en el presente yllegar a t~ner. una.Importancia decisiva, tarde o temprano,para la.hlst~na rrusrna, o para la crtica 27J En el horizontede la historia del mundo concebida unitariamente los su-cesos d~dos previamente podan, pues, cambiar ;1 rangoque teman.

    Finalmente, la creciente distancia temporal con el pa-sado no se vea slo como constitutiva para el cambio deste. Se extrajo la consecuencia ulterior de que al crecer ladistancia en el tiempo aumentaban tambin las posibilida-des para el conocimiento. De este modo, el testigo ocularqued expulsado de su posicin hasta entonces de privile-gio -aunque ya relativizada por Chladenius- como fuen-te principal: el pasado dejaba de conservarse en el recuerodo por la transmisin oral o escrita, sino que, antes bien, selo reconstrua en un proceso crtico. "Todo gran acontec -miento est siempre envuelto en una niebla para los con-temporneos, sobre los que acta de modo inmediato, yesa niebla se va retirando poco a poco, muchas veces, ape-nas han pasado algunas generaciones. Cuando ya ha transo

    271. J. Chr. Gatterer, Abhandlung vom Standort... , cit., p. 7.t 272. J. G. Bsch, Encyclopddie..., cit. , p. 118.t 273. A. L. Schldzer, Prlogo a Abb Mably, op. cit ., p. 15.j,;

    L , 119

  • 'currido tiempo suficiente, el pasado aparece gracias a I,a.,1

  • ;:i~~

  • golp~, pueden captarse igualmente con una sola mirada.La diferencia esencial de este tiempo respecto al anteriores que, en l, e,l jucio correcto est ms condicionado porel punto de vista, y en aqul, ms por el conocimiento -histrico!". "

    Stein haba aceptado el carcter histricamente condi-cionado ~e ~a resp~ct~V? posicin como un presupuestodel con.ocl~lento h~storlco . Pues si los ritmos temporalesde I~ historia cambian por s mismos, necesitan de pers-pecnvas adecuadas. Por eso, Stein buscaba conocer las le-yes del movimiento de la historia, esto es, de la EdadModerna, con el fin de deducir de ellas un futuro en elque, a la vez, quera influir al poner en claro su propiaposicin. El diagnstico puede arriesgarse tanto ms a. . , .errunr un prognosnco cuanto ms se cerciore de su propiocarcter histricamente condicionado y de sus lmites.Mientras que la historia anterior permaneca a cubiertode todo tipo de sorpresas porque sus historias no se alce-raban en lo fundamental, la Edad Moderna parece no es-tar preparada para las sorpresas, porque ya no era posiblededucir inmediatamente el futuro a partir del pasado. Enpalabras de Feuerbach, en 1830: "Slo tiene la historia loque es por s mismo principio de su cambio!". De este (modo, el perspectivismo histrico se haba transformado )completamente, pasando de ser una categora histrica a )ser una dererminacin fundamental, procedente de la his- ltoria misma, para toda experiencia y toda expectativa. La "diferencia temporal entre pasado y futuro ganaba su pro-pia cualidad histrica, que slo permita ser juzgada porconocimientos que fueran conscientes de su propia reali-

    285. L, Srein. Die Municipal/lerfassung F,ankreichs. Leipzig, 1843.p. 68: .

    286. L. Feuerbach, Todesgedanken (1830), en SW, ed, de W. Bolin yF. Jodl,' ,11960, vol. 1, p. 41l d . H. Blumenberg, Die Legirimitilt de'Neui'it,Ftankfurr a. M., 196~. p. 74.

    125

  • iIiI

    i

    I1

    127

    290. , C. T. Perches, Friedrich Perthes'Leben, cit. vol. 2, pp. 240 s.

    futduro por cr~ar y las miradas orientadas a un pasadca a vez se pierde rn ' I h] , o que, h] d s, y que so o Istoricamente [histo

    "" .r,ue e recuperarse, empiezan a separarse aun ue aipnncrpio, ambas fueran puestas al descubierto' l'cepto de historia. En el curso'del siglo XIX se vaPfoor e codn-

    , dif " rman ouna cierta I erenclacln que asigna la dirn i d fis bl l ensi n e utu-ro mas len a progreso-y la del pasado m' , b. Ihi , as len a a

    rsrona, aunque este par de ningn modo puede aplie _c, d ' . A b I ar

    se ce mo o annr tICO. m os se renen en la historia pen-sada como evolucin o desarrollo,

    _ Era algo ampliamente difundido el saber de que en losanos alrededor de .1800 se estaba ante un inminente giroepocal. Toda comparacin de nuestra poca con otros~omentos de cambio en la historia de los pueblos y de losSIglos se queda pequea, escriba Perthes tras la cada deNapolen. El inmenso significado de estos aos slo po-dr ?arruntarse cuando se reconozca que todo nuestrocontinente se encuentra en-un tiempo de transici6n en elque chocan los opuestos del medio milenio que perece yel medio milenio que se avecina/". La correspondenciade Perthes es como la caja de resonancia de la opini6npblica de la poca, y numerosos pasajes de sus cartasremiten a aquella experiencia de la aceleraci n que se dis-tingua como algo especfico del tiempo nuevo que despe-gaba. Cuanto ms inmediato sea el modo en que la histo-ria agolpa la serie de los sucesos, tanto ms violenta yuniversal ser la disputa. Las pocas anteriores s610 ha-blan conocido cambios de direccin que se prolongabandurante siglos, "pero nuestro tiempo ha unido en las tresgeneraciones que ahora viven algo completamente incon-ciliable. Las enormes tensiones de los aos 1750 , 1789 r1815 prescinden de cualquier solucin de continuidad yno aparecen como una sucesin, sino como una yuxtapo-

    > .,.... .

    .. . ~

    .I1I

    .;.

    J;

    : .'~

    \>\, , -- ,__ 'e ,';gt$~ior-es , no recibe una historia anterior y ya hecha para;~~~~~i~i rl a inalterada a los descendientes!".

    ~!~;;1J.1~;&i~?1Po del que siempre se espera que sea un tiern-1~\g~~~8go puede sino impulsar desde s una historia que',n;t~~~~~r~ puede experimentarse de modo perspecrivis-~~,~grr: cada nuevo futuro surgen nuevos pasados...1mpo-

    I ;\!~~;~,~dr todo lo que an ser historia algn da. iQui-~;{~!~p~!gO siga estando, en lo esencial, sin descubrir!

    &esitl{ an de tantas fuerzas retroacri vas!" (Nierz-H::Z'i' ', ',,,e

  • 293. lbid. , pp. 24 ss.294. f . Che. Dahlmann, Die Po/itik, leipzig, J1847, p. 291.

    129

    ~~ difci.1 porque el futuro est cambiando cada vez msrpido. {Dnde est el hombre que vea, aunque s610 seabajo una luz crepuscular, las enormes transformaciones dun futuro ,cercano?n El proceso de transforrnacion, lJega~b~ de~aslado hondo ?a~a ~ue se pudiera escribir ya unahistoria del pasado. NI siquiera los legitimistas, que se co-locaban a la contra de la marcha del tiempo, ni siquieraellos se apoyaban en el pasado. Y redactar una historiadel presente era algo que le estaba vedado al historiadordistanciado, pues s610 serva, a lo sumo, para atizar las L----luchas de los partidos. La moraleja de todas estas reflexio-nes era que de una histor ia que se escriba ahora no esposible esperar nada duradero, ninguna historia real". Aspues, la historia" del historiador qued asociada -a di-ferencia del uso lingstico de nuestro editor- con la du-racin. EH otras palabras, la .aceleracin de la historia lepona obstculos a los historiadores en su oficio. Pero, dehecho, stos cambiaron la direccin de avance de su traba-jo; se lanzaron a una investigacin que reconstruyera unpasado que se perda. As lo concedan nuestros testigos en1822: que los sucesos de nuestro tiempo han despertadoen el hombre individual la necesidad de una investigacinhistrica a fondo,,293 .:La fundacin de la historia comoinvestigacin del pasado segn una metodologa estricta,tal como ya la haba ironizado Hegel, tiene lugar precisa-mente en estos aos, cuando el espacio de experienciasheredado coincide cada vez menos con las expectativas defuturo emergentes que de golpe se levantaban. Pronto ven-dran las amargas palabras d Dahlmann de una Historiademasiado elegante como para llegar hasta el da dehoynl9~.

    La Revoluci6n francesa, en expresin de la enciclope-dia Brockhaus der Gegenwart, haba trazado una sangrien-

    IIIII

    I

    I

    .~.

    \~&~c!\~i2"h :en la que los hombres que ahora viven son~ en cada: .ch1~~a;\. :~bu e l os , hijos o nietos. Con este diagnstico de laj!iiiriiItaneidad de lo si multneo, consegua Perrh es una:IB~~itr'p~ra l a increble rapidez del cambi o!" : La expe-- '

    tiempos ae aecadericj,~gl1e no han hecho ms que comen-zar. Y PoeLlo confirmaba: No es el estado de las cosasprovisional entod~l~~ltes, en la vida civil, poltica, reli-iosa y fi .nciera:~i~~~~g \.~a .W~ta de la historia no es el de-

    deverii . Rconocer esto se haca cada vez

  • 299. R. Sohrn, Frnkisches und rrnisches Recht.. , Zeitschrift frRechtsgescbichte, seco 1.., 1880, p. 80.; cf. E.W. Bckenforde, Die His-torische Rechtsschule und das Problem der Geschichtlichkeit des Rechts,en Col/egium Phi/osophicum. Festschrift fr Joachim Ritrer, BaseVStutt-gart, 1965, p. 24.

    300. F. Schlegel, "AthaneumsFragmeoc.. n." 222, SW, vol, 2, p. 201-301. B. Bauer, Die[uden-Frage, en Deutscbe[ahrbcher, 274 (1842),

    p. 10lJ4.302. Briete uon und an Hegel, cd. de J. Hoffmeister, vol. 3, Ham-

    burg, 1954, pp. 246 s. .303. A. Cieszkowski, Prolegomena ~ur Hiucriosophie, Berlin, 1838,

    p. 9.

    131

    respecto a la historia actual, haba ayudado a fomentarla ruptura con la historia!".

    De modo. que el concepto de historia, como corres-ponde a la experiencia fracturada que le caracteriza, tieneun aspecto cambiante. Por un lado, al referirse nicamentea la permanencia del pasado en desaparicin, puede recla-mar ala vez un giro continuado hacia el futuro, mostrar ladireccin a seguir. El deseo revolucionario de realizar elreino de Dios es el punto elstico de la formacin progre-siva.y.comienzo de la historia moderna, anotaba Schlegelen 1799Joo. Esto caracteriza al horizonte de expectativas, sies que no al uso lingstico de los revolucionarios, que enAlemania seran ms tarde los hegelianos, sobre todo losde izquierda. La historia quiere evolucin, nuevas figuras,progreso, cambios y transformaciones", enfatizaba BrunoBauer-'?'. Este giro hacia el futuro, si se deja de lado a unHegel entendido al modo quietista, poda ser impulsadohasta el punto de que la historia se entendiera ya nica-mente como historia del futuro. En una carta de 1828 di-rigida a Hegel, Feuerbach esperaba una nueva historia,una segunda Creacin", el ocaso de la historia habidahasta ahoraJ02. Por eso, constatar la posibilididad de co-nocer el futuro es una cuestin previa imprescindible parael organismo de la historia, conclua Cieszkowski en1838JOJ. El atraso de la experiencia anterior, comparado

    j

    13Q

    .~.

    , - 'lI, ,

    :;Cj.':S~hulz, art Zeltgeist-, cit., p. 464 .;~J~~~:~'Hcin , se expresaba Rosenkranz, con la vista pues-

    ml.historia del pasado?". A la inversa, Sohm, en 1880,;;.~~~,:-,y ,:~":::~~:: ; : : .. "-

  • 133

    308. K. Marx y ~. Engels, Die 'de,14tsche ~deologie. cir., ~. 37.309. K. Marx, Okonomisch-ph'osophlsche Manusk,,~te (1844),

    MEW complemento al vol. 1, 1968, p. 536 [rrad. de F. Rubio Llorenre,Manu;critos de economta y (i/oso((a, Alianza, Madrid, 20031

    310 Novalis Allg. Brouillan, n.? 927, GW, vol. 3, p. 446., ,311: G. Schoil'Z, -Historismu als spekulatil/e Geschichtsphl/osoph,e:

    Christlieb ]ulius Braniss 17921873, Frankfurr a,.M., ,1973, p. 130, don-de se encuentra la hasta ahora m~s completa histora del concepto deO(hist8rici~mo .., que aplicamos en lo sucesivc.

    que la historia se transforme completamente en hisror amundial!". El comunismo es la solucin al enigma de I

    ~toria, Y, sabe que es esa solucirr'". La expectativa ha~, / ba engullido completamente a la experiencia.

    ~l concepto de historia- tena que servir, pues, paracubrir todos los tramos temporales, desde la esperanza,tan pobre en experiencias, en el futuro hasta la investiga-cin del pasado, despojada de expectativas. La terceraccmponente, que no seguiremos aqu, para mediar entreambos a travs del concepto de evolucin, se aplic, qui-z ms que en ningn otro sitio, en el lenguaje cotidianodel siglo XIX. La apelacin a la historia, una vez descu-bierta sta, produca un eco tan mltiple como puntosde vista" haba. En todo caso, la diferencia entre expe-r~iYb e~&-ta.tiva indujo una permanente tensin tern-

    r. peral de la que pareca brotar la historial! en su carcternico cada vez.

    Es caracterstico de esto el uso igualmente ambivalentede la expresin hisroricismo, una vez que apareci. Lapalabra Historism, documentada por primera vez en No-valis y asociada en l con el misticismo yel sistema de laconfusin iConfusionssystemr'", no lleg al lenguajecientfico de modo definitorio hasta el Premarzo.

    En los aos cuarenta, Feuerbach calificaba de hisrori-cisma a una conciencia deformada por una falsa relacincon la historia! 11, y poda llamar al historiador HeinrichLeo la envidia personificada del historicismo frente a las .

    "o";:

    con el futuro que caba esperar, cara crerizaba el hor izont eutpico de expectativas recin descubicrt~. As, para Bru-no Bauer se trataba "de prepararle a la historia su nuevocamino de una vez para siempre:'?", "No podemos coru i-

    " nuar nuestro pasado mas que rompiendo decisivamente"', con l , le escriba Ruge en 1843 a Marx, quien, sin em-

    bargo, afn a Hegel, invocaba el movimiento interno de lahistoria: "Se mostrar que no es cuestin de trazar una

    . raya entre pasado y futuro, sino de consumar el pensa-e' ;, . miento del pasado:'?'.c,;;:" .e., : Marx, que vea a Alemani a por debajo del nivel de la

    .......... hisroria"J06 y aspiraba a sacarla aceleradamente de su atra-

    . .>c,;'),S,e,7t.lando el pas realizase su filosofa, traslad la fract ura~~~0~f:'~~f\entre pa sado y futuro al futuro mismo: slo cuando se haya

  • ":f9fts'::.d . del presenrev'!'. Mientras que Feuer-asgot~s esangre ' . . ' .(i!I'..' ".('i:> , -:Isst':'tck"fJ!iche Aufgabe der Gegenu/art

    \\\I.i!->/..:.'.'.1S'. \. ....i..'. ! .~......J...,........................... .... ..'.....' B I u 184 8 PP 1O6 ss .. tUulum, .res a , ,. .,' S \ ~~ i . ~ ~P;. ..Historismus-, en Histo -I /.de J. Rirter, 1974. vol. 3,

    iI

    ,~ ..

    J

    forma parte del ~oncepto moderno de historia el que fue-ra desde el c?mlenzo propenso a caer en la ideologa y,por ello) hubiera de ser puesto en cuestin por la crticad,e I~s. ide?!ogas. Esta ambivalencia, contenida en la pluri-significacin que hemos expuesto hasta aqu) la comparteel concepto de historia con los dems conceptos gua de lamodernidad.

    4. La historia entre la ideologay la crtica de las ideologas

    Bien es verdad que se invoca a la historia como rbitro)pero slo de modo aparente; pues) al cabo, cada uno usalos hechos histricos [historisch] exclusivamente comomedio, con el fin de fundamentar y justificar sofsticamen-te una opinin irrevocable que ya tena de antemano... Laobservacin es del conde Cajus Reventlow, quien la hizoen 1820) describiendo el debate sobre la nobleza que seencenda por entonces!". Ciertamente, la aplicacin deargumentos histricos [historisch] haba sido desde siem-pre un asunto de la retrica, ya' fuera para fortalecer posi-ciones jurdicas o sociales, teolgicas, morales o polticas.Pero los argumentos de este gnero fueron ganando pesocuando la historia ascendi hasta convertirse en una espe-cie de instancia ltima de fundamentacin. A la vez, sinembargo, perdan univocidad) pues en seguida comenza-ban a deslizarse -por las lneas de fuga perspecrivisras quecaracterizaban al concepto moderno de historia. Desde quela historia se haba convertido en un concepto de re-flexin las demostraciones que recurran a argumentoshistri~os quedaron engullidas en un torbellino .q,ue lleva-ba a la pluralidad de significados. Se las poda utilizar paracrricar las ideologas, pero, a la vez, y consecuentemente,se hacan propensas a caer en la ideologa.

    315. Cit. por C. T. Perthes, op. cit., vol. 2, pp. 192 S5.

    135

  • 137! ."

    ;:." .... ~:

    Recurdese que Geschichte remite al verbo geschehen: aconte-cer. suceder.

    317. K. H. HerrnesSteffens und die geschichtliche Schule.. (1831),en d., Blicke aus de' Zeit.... cr., vol. l. p. 314. Hermes habfa tenidoproblemas para habilitarse en Breslau. Cf, Brockhaus de, Gegenwart, vol.2. 1839. p. 851.

    proch~ crtico-ideolgico que Karl Heinrich Hermes leplanteo en 1837 a l~ Escuela Histrica. Hay en nuestra

    .... ,' ~ lengua pocas, expre~lOnes con las que se est perpetrando.. ,. ' un abuso mas punible que la palabra "histrico". P

    ,> como es s:pido, hi~tori'a significa todo lo que aconte:ees;a,contecera n. Previsoramenr-, Hermes elimina la dimen-sin ~el pasa??; pero no es aqu adonde apunta, sino queenfatiza el altsimo grado de universalidad que es inherenteal conce~to de h!~toria, de tal manera que, propiamente,no perm.lte excluir ab~olutamente nada. Igual que no haynada al final que estuviera fuera de la historia, tampoco haynada que no fuera histrico en uno u otro senrido..

    Resulta totalmente arbitrario, aade, por parte de losrepresenranres de la Escuela Histrica cuando creen nonecesitar ya ninguna prueba desde el momento en quepueden llamar histrica a cualquier cosa con la que se tro-piecen. Del igual manera podra decirse ahisrrico, yaque, al aplicar la palabra, se trata exclusivamente de opi-niones preconcebidas. Yresultara del todo oscuro por quhaba de ser histrico todo lo que reivindique durareternamente. Por qu haba de ser la evolucin ms his-trica que la revolucin, el nacer ms que el perecer?Cmo poda afirmarse -con Steffens- que "roda lo quela historia quiera hacer de nosotros acontece sin concien-cia? En ese caso, valdra ya slo como histrico aquellode lo que no sabemos cmo acontece y por quJl7.

    La crtica de Hermes se dirigfa, pues, de modo espe-cial, a ques aplicase el concepto de historia unilateral-mente, dirigindolo al pasado y con pretensiones de per-manencia; vea en ello una mendacidad interna de la

    ii~~h~ Geschichre- : Eos, 59 (1828);-S8I1' P' 49 s,

    ~-----.. ,_... , .

    Corres regi straba, lamentndolo, est~ proceso irrever-sible. Hasta entonces, la hi stori a haba Sido la m~estra dela vida se crea todava .. de corazn en la existencia de unagran v~ rd a d , objetiva e indestructible [...] La Edad Moder-na ha perdido del todo esta fe; para , e l ~ a , la ~egla de laverdad est plantada en el intelecto subjetivo ; mientras quetodo lo histricamente [historisch] objetivo es para ella

    "producto de los prejujci~s, errores y la torpeza de los si-e; ? glos ms tenebrosos, y tiene que acreditarse ahora ante, " este guardin.' , impartida presu ntuos a-aesa~fbservatorio actual ' 16.~r~e~s-;II!;~~f~, i ba un paso ms all en su crtica. Men os

    -; a~;m~~~i ras dictadas por la situacin que, antes4;1f~ grincip i o transcendental de elaborar la

    s o'fJ i ~tays de una teora de posibles historiasob ga a ;'n~~'~S~rimente a hacer interpretaciones in-correctas. U;:~I~i~J~fiografa semejante no podra hacerotra cosa que ';~7 bBlf" ar.'los hechos a la opinin que ya se

    .t;'';'~':'):''''

    tena previamen -r,;7tZ .Pero, (CO ...._ caQar _a esta arbitrariedad, si no era po-

    ~ , -"< ,",_~ ~~''O--_- -, : ,~;_>-:fl_}'it~:Z 1(0"':. -:":'

    o al (les 'i~~!gi'~y~-premisas tericas? No hacer esto':-- .' ' ~mcnte a la historia /ue el re-

  • 139

    319. H. Hoffmann v, FallersJ~ben ...Die hisrorische Schule-, en id .Unpolitische Lieder, Hamburg, 1841. vo~, 2. p. 5~, , .

    320. A. Glassbrenner, Die Geschicbtlinge, hacia 1844. en Um Einheitund Freiheit 18151848. ed, de E. Volkrnann, DLE Politische Dichtung,Lelpzig, 1936, vol. 3, p. 223.

    321. F. v, Sal1et, Geschichtliche Entwicklung, ed. de M. Henning,Frankfurt a. M" 1913, pp. 190 s,

    322. F. Nietzsche. Am dem Nachlass der Achtzigeriahre. en Wnke.vol. ~, 1956, p. 518.

    historia! / Pero lo antiguo es ya escoria'v., Glassbrennerda~a: otra, vuelta de tuerca en 1844 al mofarse de los his-roriadorcillos [Geschichtslinge]: Del tribunal mundial dela hist~ria / jams ah~rcar nos dejamos / pues su despotis-mo odiarnos / sus sablOndas'brujas bobasl--". Fue Friedri-eh von Sallet quien' coloc de modo ms claro el sentidode la historia en un contexto de accin revolucionaria :Nuestro diccionario dice: hechos / lo que deviene, y nolo antiguo y viejo [...] / ihistorial S, t, elemento de lavida / [...] la historia es el asalto a la Bastilla / y los debatesasaltan los conventos [...]321.

    El campo semntico de este elstico concepto univer-sal poda desplazarse segn las intenciones polticas, y pre-cisamente aqu resida la eficacia de su aplicacin. Puestodo el mundo se hallaba potencialmente afectado por l,

    j sin que se tratase del conocimiento del pasado, sino, enpalabras de Nietzsche, de ..

  • 141' .'

    . dll~fa un programa que Schluz haba desenmascarado an-terl,or~el1te desde la perspectiva opuesta. As pues", con-

    I ~lula ~Iehl, ~e trata de ir crendole poco a poco" al traba-jador industrial una historla una patria una d li , '6' l ' , ,e irmracr nsocia , q,u.e el tendra que encontrar, para empezar enuna familia!". '

    . En esta situacin de aplicaciones opuestas o divergen-tes del c,o,ncepto, Marx ofreci una crtica de la ideologaq~e clas~flcaba el ,uso ?ellenguaje dominante desde la pro-pia teoria de la historia , Marx se mofaba de Bruno Bauerpreguntndose cmo poda ser que, para l, la historiaexisnera con el fin de servir como acto de consuncin dela comida terica, de la prueba". Y, sugestivamente, se pre-gunta qu~ his~oria se~fa esa para que la verdad llegue a laaU,toconclencla. La historia se convierte, por eso, en algoasi como una persona aparte, un sujeto metafsico, cuyosmeros portadores son los individuos humanos efectivamen-te reales". Y Marx lo muestra en una serie de frases he-chas: "La historia no permite que se burlen de ella la histo-ria dirige sus mayores esfuerzos hacia..., la historia se haocupado de..., para qu habra de estar all la historiar,erctera!".

    Las argumentaciones ms extensas basadas en la teorade la historia que realiz la crtica marxiana de la ideologano llegaron a ser efectivas hasta nuestro tiempo, dado elcarcter posturno de la Ideologfa alemana. En los pasajesiniciales, Marx y Engels ofrecen una red formal de carego-ras para todas las historias posibles, dispuesta de tal modo

    325. W. H, Rlehl, Die bIJrgerliche Gese//schaft Stungart/TUbingen,1851, pp. 345 s.

    326. K. Marx y F. Engels, Die heiligl Famt1il,od"", I{ritill, t:I..,lI,riti..schen KritiR (1843), MEW, vol. 2, HJS1, pp. 83 s. [trad. de P. Seaton.lA,sagrada familia , en OME 6. BareelcUla, Grijalbo. 1978J; d . tamb~nK. Marx, Z,,, fudenfrage (1844), MEW vol. 1, p.372 [trad. de A. Mel'''mosa, .lA c.utstin ud/a. Madrid. Sal1tWi\I1l\, l~.9cn dondcl1t~nta ....qper la concepcin teolgica- de las cuesdones que plantcaBaucr. '

    ~ \il_&;!1l!;;\iiU.~,~.;;;;.. /i'i. : ';. .i' '~liJ':m! ; , i l !, rl ~: :W i 'i,..:', ' ! ' ," ' .\" X , :" ~~ ,':,: , ; 'i : ' : I :: ':< ' " ,,I': : , ," , ; , ,

    ,:',;;,::":,,

    ~::::::}i:::,,:::.:.::::'::: '\:'::'/,(:::"\\:":':":: ' .:"':':'i\:1~r~j~0~/I :l~ clases inferiores, particularmente a la ~llev a claseM~:~)il?aJado ra industrial que estaba surgiendo, e Integrarl as,;

  • 143

    328. K. Marx) Der acbzehnt Brumaire..., cir., p. lIS.329. C. v. Clausewirz, Bekenntnisscbrift (1812), en Polit. Scbriften

    und Briefe, ed, de H. Rothfels, Mnehen, 1922, p. 86.330. F. Chr. Dahlmann, Ein Wort uber die Verfassung (1815). edi-

    cin de Lelpzig, 1919, p. 17. "331. G. Weerth, Die Industrie (1845), en Die Achtundlliertiget,ed.

    de B. Kaiser, Weimar, 1960. p. 285. ride las clases dominantes.

    ' ;:;'~f, pues , la ~rftica rnarxiana, dirigida contra toda,~~.Rg.pn de la historia habida hasta ahora, ataca en ~n

    ri~0l1~ profundo. No slo criticaba el concepto de his-~~~T~9+t9~a historia de los conceptos. No obstante el

    ",~~~W~,ttiiz rsta erti~a tambin puede aplic~rse mtodo-, oglcam$Dt~ ..~llS p~OplOs conceptos, tanto ~as cuanto q~e. im ta~lF~ ~~s categoras unas metas masivamente uto-

    ;fM~r" una ventaja decisiva. Su crtica de la ideo-logra p J1g~~,tericamente un concepto proces~al de?istoria;gH.~;,i!~mpre postula su cumplimie~to empr,lco en

    -tanto qu l) as;fu~r~.sproductivas, las relaciones SOCIales yla conciene! ~s,~~ti que ser puestas mutuamente en rela-cin' ' ig;~;~~~biante327 . De este modo, Marx pen-saba ~ ~ ' ~!!,t~;".lps dos polos que, en el uso lingsirco "Habitual, gueaaD~

  • :~ ---,.;" ';',

    145

    Baste con estos ejemplos. El "poder de la historia" d Ique hablara Droysen!" para esbozar su fuerza mor l e_

    , di id I a suprain IVI ua se extenda o aplicaba como concepto _, . d' " por

    que segura sien ? II1SUstlt~lble. Precisamente, el esloganevocaba expectativas y ordenaba experiencias cuyas cuali-dades comunes, supra o interhumanas, no se podan califi-car de otra manera. La historia" se convirti en el focodonde se venan a convergir todas las ideologas imagina-bles. Esto se revela con ms fuerza todava cuando se mues-tra el otro plano de la argumentacin, la factibilidad de lahistoria.

    La misma expresin "historia" poda designar un do-minio de objetos para los hechos de hombres seguros de smismos. Como plantilla sirve el uso que hace Droyssen dela palabra en una carta a Gustav Freyrag!". La noblezaprusiana habra hecho descarrilar nuestra historia, arrui-nndola para un par de siglos), con lo que la historia efec-tiva quedaba puesta como vctima de la violencia, a la vezque se daba aviso de una historia deseable que era la ver-dadera. Depositar tal cantidad de significados en un con-cepto significa argumentar con claras propensiones ideol-gcas, a menos que acepte que es legtimo que en un eslogansea el lugar donde se ofuscan mutuamente los deseos y lasdisposiciones anmicas.

    La historia como hecho [TatJ') es, entonces, un giroestrictamente a contracorriente de otros significados msantiguos de la palabra, en la medida en que stos connota-ban destino o destinacin. Tambin este giro pudoempezar a decirse slo despus de que la expresin hubie-

    .ra .cuajado en un colectivo singular. Desde entonces, lahistoria pudo hacerse tambin factible, y no en el senti-do de que fuera narrable; como deca Eichendorf confron-

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    . Caracterstico del uso corno eslogan es que borra [;1;); ,;.?fpsibilidad de diferenci ar ent re la histor ia ~arrada y la;;'~i histo r i a que crea ella misma, y seguramente t1en,e que bo-\~f r~~ r1 o a fav or de la ideologa. Esto se muestra all donde,l a;'.;,;;;c;;~"J' ies i 6n consigue cuajar h~sta ,convertirse en s~ostancl a,

    ;/.'i;?i l;ii~;~" r8 3 1 , la orden de los Jesuitas tuvo que oir que " la'l i0;l~liltl~;f~fi la desprecia"JJ2. "Sin revolucin, no hay mod o deiii;0'lilwpe~ar una nueva historia", aseguraba ~ose.s He~s)JJ, El;j i~;\: Q~~ rsmo choca "con los intereses de la historia afirmaba

    ltitit>i'BauerlH Ernst Moritz Arndt invocaba en 184 8 elH,gifi>ig'r de la historia alemana!", y Treitschke advert a en"S80;Cbl1tra los amigos de los judos, que "pecan contra laxcel'riaHrde la historia alemana-r':", e interpretaba reol -I~i'~'e;rite+ l rla sustancia nacional. "La historia tenemos

    ,iHl~F~~I~l la historia 'es la religin de nuestro tiempo,V '4\~.~$f~l'ia es adecuada a los tiempos [zeitgemdm", se

    i {,lt1.9AQ.ya casi insuperable, en 1876337 "Pero laorl iig~J1 .;puede crear lo nuevo, aquello que ocu-

    or BrM~,ff.ravez)), aseguraba Julius Leber en 1933 a. e Qislp~!d~s dl1;das que el pasado pudiera poner en

    nosotros'J' ;~~, ;

    ~i,ph;e der Tat (1843), Philosophische und sozia-i' jtn!i'p:\{22. 1.... .fi' d~i;1J.~age, en Deutsche [ahrbiicher, 275 (1842) ,

  • ".~.-.> :

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    .....;s~i~~ii/. .-

    .};14 ~" C. T. Perches, Priedrich Perthes' Leben, cir., vol. 3, p. 23.34S;c,lbid., pp, 271 s,3..~ 6~\:: M, . S tirncr, Gescbichte d,er Reaktion, seco2.a, Berln, 1852, v.~j?~;c,q. v. Bismarck, ..Edicto para el delegado en Mtlich, barn vonrc~.e,rn,~~l 26-2-18 6~J", FA, vol. 6 b, 1931, p . 2. ' . "

    ?X}W;;'.',

    editar ,para las ,personas prcticas, para los hombres denego.closj,Y SIn embargo, son ellos, y no los eruditos, losque mtervrerien en los asuntos y por as d '1 hhi ' 344 " eclr o, acenIstona , "

    Muy pronto abogara a favor de una clase media orgu-llosa y consciente de s misma que, dirigida a a'1canzar nue-vos logros, te,ndra ~ue ~enunc!ar a las enseanzas del pa-sad?, a la antigua historia magistra vitae. Si cada partidotuviera que gobernar por turno y ordenar las institucionesento,nces, por la historia que ellos mismos hacen, todos lospartidos se haran ms justos e inteligentes. La historiah~cha por otros, por mucho que se la escriba y se la estu-die, r,ar~ vez proporciona honestidad y sabidura poltica;esto ultimo lo ensea slo la experiencia':". El colectivosingular historia, en cuanto categora transcedentalsiempre estuvo referido a la accin. Entre los sellos del

    . nuevo mundo burgus que irrumpa entonces no estabaslo el descubrimiento de la historia", sino, sobre todo, eldespejamiento de una historia factible.

    , De este modo, tambin la reaccin [...] se haba con-vertido en un poder histrico que, en palabras de Stirner,en 1852, se dispona a hacer historia!". Ciertamente,Bismarck se resisti siempre a la idea de que se pudierahacer historia. Una intervencin arbitraria, determinadanicamente por motivos subjetivos, en el desarrollo de la

    "historia ha provocado siempre, nicamente, que cayeran' los frutos todava inmaduros [...] Podemos adelantar losrelojes, pero el tiempo no va a ir ms rpido por ello!" ,escriba en un decreto de 1869, Yse vea corroborado en

    . ' suvejez: De ninguna manera se puede hacer historia, pero'''''' ...... siempre es posible aprender de ella cmo se ha de dirigir la

    '~R alemn quedara en adelante.f Rykiencia divina, no se poda

    ' ~fgen de lo factible. Perther,2~;.~.t2 a la hora de aplicar el

    lsrris,s,. [historisch] las quera

  • '..352. Proclamacin de adhesin a la Asociaci~n Pang~rm~nica, cit.por H. Grell, Der Al/deutsehe Verband, seine Geseh,eht" setn B,strebun-genund Erfolge, Mnchen, 1898, p. 7. ,

    353. Hitlers uueites Bvch, ed. por G. L Wemberg, Sturtgart, 1961,

    138. Red d354. A. Hitler, ..Discurso del 4.1.1933 en Detmold-, en .en un

    '. . 1932 bis 194J, cd.,de M.Domarus, vol. 1/1, Mnchen,',- - -.' -, ...,. . .. ~~....- - . ,,' " . '~ -, -

    76; ' ,5 0

    tiva utpica. As, en lo que se refiere a la inminente dorni-"';: nabilidad de la' historia, su visin se acerca al uso lingsti-

    .co de los pangermanistas que, en 1898, con un significati-vo desplazamiento, hacan constar que el (seorial puebloalemn estaba autorizado y obligado [..,) a participar enla direccin de la historia del mundo enteroJSl,

    Hitler y sus secuaces, finalmente, se regodeaban en laaplicacin de la palabra historia, a la que tanto se invo-

    . caba como destino cuanto se la manejaba como algo facti-ble: pero la inconsistencia de los giros propagandsticosdesvela por s misma, cuando se la interroga en ese senti-do, su contenido ideolgico. ((Los valores eternos de unpueblo slo forjan en hierro y acero con el martillo de lahistoria universal con el que se hace la historia, decaHitler en su libro de 1928JSJ Y una frase hecha de la cam-paa electoral de Lippe antes del 30 de enero de 1933muestra que incluso las figuraciones forzadas ideolgica-mente tienen su sentido de pronstico: En definitiva, esindiferente qu tanto por ciento del pueblo alemn hacehistoria. Lo esencial es que los ltimos que hagamos histo-ria en Alemania seamos nosotros-'" . No podan formular-se mejor los autoultimatums bajo cuya coercin hacaHitler su poltica creyendo hacer historia. Tambin l hizohistoria -pero de un modo distinto del que pensaba.

    As, pues, la pluralidad de significados del conc,eptomoderno de historia, por la que ste puede columpiarseentre la factibilidad y su poder superior, abre la entrada asu utilizacin ideolgica. Pero en el mismo hallazgo lin-

    ...,. .

    I~ida'polft i ea de un gran pueblo demo~l,o que corresponda"l su desarrollo y su destin o hist ri co 8. La renuhcia .1 1.1

    Ianificabilidad de curso histrico resalta enseguida la arrafOlla de sentido propia del desarrollo a largo plazo en el

    ; 6f1~~pto de historia. Asf, la aplicaci n de la palabra , sobre~6do la atribucin de posibles polos de significado, puede

    re~(~$e.ntar un test de urop a. , , ' . {. >Xi:::igo nstantin Franrz, adversario Intelectual de Blsmar~k

    ,'!{::;WYJ;~i~Wi~ic:lot .de Schelling, vislumbraba en 1879 e,n la ~IS;& ft :!B!J~ .H~. fe i no particular [...), que no p~ocede de D;~s, sino

    >g;'c::i! ' qMi;!' ~~,i ~8mbres crearo~ y ~r;an continuamente,, 'r ' .ii. i;P:>i

  • 151,,o..

    Desde en,tonces se han venido proponiendo posicionespara alternativas para escapar a esto, tipologizaciones ha-sad~s e~ I,a naturaleza o en la antropologa, sin que hayatenido exito, por ahora, una deshistorizacin de la con.ciencia general, o al menos"de las ciencias-".

    , El Esboz? para una ~rtica de la razn histrica [his-torischs. de Dilthey, tan rico en matices, alcanza muy den-tro de las ciencias sociales y del espritu; ms adentro, pro-bablemente, que los esfuerzos epistemolgicos de losneokantianos para asegurarle a la ciencia de la historia undominio genuino de conocimiento al lado de las cienciasde la naturaleza.

    Con el concepto de historicidad", la filosofa de laexistencia y la hermenutica hacan suya una categoraapropiada para fundamentar rnetahistricamente, por asdecirlo, la relatividad de todo lo histrico, que constante-mente se rebasa a s misma; el objeto era, as, eliminar laparte ms enojosa de ella!". La historicidad" expresa, encierto modo, lo que en el siglo XVII! se quera decir con lahistoria como tal", como condicin de las historias po-sibles.

    Tambin' se han fortalecido otros acentos del arran-que transcendental de otrora. As, Theodor Lessing, consu historia corno.donacin de sentido al sin sentido, se-gua al pie de la letra los presupuestos subjetivisras-". A la

    iuconvenientes de la historia para la vida, Biblioteca Nueva, Madrid., . 1999].

    356. Cl. K. Heussi, Die Krisis des Historismus, Tbingen, 1932; O.' . Marquard, Schwierigkeiten der Geschichtsphilcsophie, Frankfurt a. M. ,.:. 1973.. ;(i

    . . 3:57; H.-G. Gadamer. arto ..Geschichrllchkeir-, RGG. vol. 2, J1958.)0 \ PP;l496 ss.; G. Bauer, .Geschichtlichkeit.... cit., passim; L. V. Renthe-';;< Fink;:'GlSchicht/ichkeit. lhr tenninoJogischer und begrifflicher Ursprung

    p".I;llgel. Haym, Dilthey und Yorck, Gtrlngen, 21968.< 3i~~ T. Lessing, Geschichte als Sinngebung des Sinnlosen, Mnchen,

    ' lr'e,, 2,1. ~ "ci\

    v:

    '2J1!f, 'ti rsti t o se encuentran criterios para dese masca ra r el ca -!" &a~r ideo I 6gico de esta uti Iizacin.

    ---~~)(:~; . :- . ' - - :".. , . .> .:; ..j ..:::'::

  • ~c;f.sa '~ en el campo marxista poda afirmarse que "j L3""jf"'~~""" ' irifjQsma es parcial! Toma partido a favor de lo

    o ,Fcjt) tra lo viejo, a favor de lo superior contra lo~N;" 9" ;'iV"" ,

    !:'\Y?:"'i,:;:';,

    ~tgge; rns acerbo contra el concepto de .. historia " ::

    slgY~J,s~F ;f~fi e ren : "No hay que asombrarse de~ p'cgeflo*c