hacia una teoria comprensiva de la formacion y resultados de los partidos étnicos
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Hacia una teoría comprensiva de la formación y actuación de los partidos étnicos.
Los partidos políticos son el enlace primario entre el Estado y la sociedad en las democracias modernas. La calidad
de la representación tiene un impacto significativo en la calidad y estabilidad de las instituciones democráticas. Ésta
es asegurada a través de los partidos y la responsabilidad del sistema de partidos con los intereses y demandas de los
grupos organizados. Por esa razón uno de los interrogantes más persistentes en la ciencia política es cómo las
divisiones sociales y los intereses colectivos son trasladados al sistema de partidos. En las sociedades multiétnicas,
las divisiones étnicas comúnmente generan partidos políticos y organizan la competencia política. Aún anteriormente
a la década de 1990 existieron en América Latina unos pocos partidos políticos organizados alrededor de identidades
étnicas, a pesar de la diversidad étnicas de la región. En estos pocos casos que existieron no lograron alcanzar un
éxito electoral persistente y tuvieron poco impacto en el sistema de partidos políticos o en la representacion de su
distrito electoral en partidos formales.
En los noventa, al mismo tiempo que muchos sistemas de partidos latinoamericanos comenzaban a mostrar estrés
severo y descomposición los movimientos sociales indigenistas incrementaron su nivel de movilización política y, en
algunos casos, formaron partidos políticos. Los pueblos indígenas son los descendientes de los pueblos y culturas
existentes antes de la llegada de los europeos, quienes buscan preservar las formas contemporáneas de estas culturas
dentro de territorios específicos, a través del ejercicio considerable de poderes de auto gobierno. Algunos de estos
nuevos partidos que las organizaciones de los pueblos indígenas formaron en los noventa alcanzaron resultados
impresionantes en un periodo corto de tiempo. En Ecuador, la confederación de nacionalidades indígenas de ecuador
(CONAIE) formó un partido que fue parte de la coalición que ganó las elecciones presidenciales de 2002 y dos de
sus lideres mas antiguos fueron designados para formar parte del gabinete. En Bolivia los plantadores de coca
Quechua y Aymara formaron un partido que estuvo a dos puntos porcentuales del primer lugar en las elecciones
presidenciales de 2002. Aunque ambos partidos fueron formados en 1995 sólo siete años después ellos estuvieron
disputando el control del gobierno. Lo que es más intrigante es que este éxito no está limitado a países con grandes
poblaciones indígenas. En Colombia y Venezuela donde la proporción de indígenas en la población no excede el 3%
los partidos étnicos fueron elegidos como gobernadores en varios estados y alcanzaron representación en la
legislatura nacional compitiendo con partidos mejor establecidos y financiados. Los pueblos indígenas también han
formado partidos en Argentina, Guyana, México, Nicaragua y Perú con resultados no tan impresionantes. La
convergencia en el tiempo de estos eventos sugiere que pueden existir una relación entre la descomposición de los
sistemas de partidos políticos establecidos, la declinación de las identidades y divisiones de clase, y la emergencia de
nuevos partidos organizados en torno a la etnicidad, una novedosa división politizada. Y plantea las preguntas: ¿por
qué luego de décadas de inactividad las divisiones étnicas se vuelven políticamente importantes al mismo tiempo que
las divisiones de clase parecen corroerse? ¿Por qué entre un deterioro general de los partidos y sus vínculos con la
sociedad, los pueblos indígenas forman partidos viables que están firmemente enraizados en movimientos sociales
vibrantes? ¿Por qué estos partidos triunfaron en algunos países y no en otros?
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Defino Partido étnico como una organización autorizada a participar en las elecciones. La mayoría de sus lideres y
miembros se identifican a si mismos como parte de un grupo étnico no dominante, y cuya plataforma electoral
incluye entre otras cosas sus programas centrales de demandas por una naturaleza étnica y cultural. Mientras utilizo
el término partido étnico en sentido amplio para orientar mi revisión bibliográfica en los partidos étnicos, este estudio
se enfoca en los partidos basados en una identidad étnica “indígena” entendiéndolo como fue definido anteriormente
en el texto. Mi definición de partido étnico incluye entidades que se llaman a sí mismas “movimientos políticos” para
diferenciarse de las connotaciones negativas asociadas con los partidos políticos, pero que por lo demás coindice con
en su definición. También incluye partidos que incorporan candidatos no indígenas y formas de alianza electoral con
partidos no indígenas y movimientos sociales, a condición que el reconcomiendo y los derechos indígenas sean
centrales en la plataforma del partido y que los indígenas constituyan por lo menos la mitad del liderazgo político. La
homogeneidad étnica de los miembros y el énfasis en las demandas étnicas dentro de la plataforma del partido puede
variar en los diferentes niveles del sistema político y en las diferentes regiones. Por ejemplo, un partido étnico en
Ecuador podría ser casi exclusivamente indígena y en una provincia Amazona pero incorporar más candidatos no
indígenas en una provincia semiurbana [Highland], y podría enfocarse mas en los problemas de autonomía territorial
en la primera que en la última. Excluyo de esta categoría a los partidos que son clientes dependientes de otros
partidos.
Las explicaciones convencionales para la formación y actuación de los nuevos partidos étnicos no son muy útil. El
tamaño proporcional de la población étnica no es un factor determinante porque partidos étnicos formados en países
con una población indígena minúscula fueron exitosos (Colombia, Venezuela) y han tenido una actuación pobre o
fallida para formarse en varios países con vastas poblaciones indígenas (Peru y Guatemala). Los partidos étnicos no
son un resultado natural de la democratización de los ochentas y noventas puesto que ocurrieron en casi cualquier
lugar, pero partidos étnicos exitosos se formaron en una minoría de países. Y su formación no es atribuible solamente
al colapso o la declinación del sistema de partidos, puesto que uno de los colapsos mas espectaculares ocurrió en
Perú, donde los partidos étnicos han tenido un éxito pequeño.
Como la actuación de los partidos como canales para la expresión de intereses colectivos ha declinado, otras formas
de representación política se han vuelto mas importante. Los Movimientos sociales no solamente ofrecen un medio
de expresión igualmente efectivo, ofrecen también metas programáticas sustantivas que los partidos son incapaces de
cumplir a través de sus legislaturas [deadlocked], fragmentadas y corruptas. En algunos países las organizaciones
indígenas pueden participar en las elecciones sin formar partidos. ¿Por qué entonces los movimientos sociales de los
pueblos indígenas efectivamente forman partidos? Esta elección es particularmente extraña porque la razón de ser de
los movimientos indígenas es la defensa de las instituciones culturales indígenas y las formas de autogobierno y la
construcción de nuevas instituciones políticas que refuercen la cultura tradicional y la autoridad mientras enlazan las
culturas indígenas al Estado.
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