guillermo prieto - manuelita

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llhru .l viajero' =i;,;-,,hicos, su carta no puede mentir, aquí debe aPearse' =t( l*n¡rrio! es tardísimo, yo no 1o espero' =l( ltn;rrio! es tardislmo, yo no Io esPcro' =t'il,rrrcio Matraca a nadie esPera; sus atenclones"' =i ;i;. que sl, si ustedes ,t'pi"t* !a importancia de mis q::h:::: V.*,', ,rrr.des (Leyendo)t Vtt a Laforgue que T: venda una ñ;;;';;;í*cierre a h *ád""" mif.rac; ':s""*o: ', .irÁ, Luz Girásol; ,ir"",o' Preguntar a Taconini' por la salud le prima-donna dela 6Pera' MANUELITA * GuIrrrRuo Pnraro I IJn cuarto nos da un tabardillo. hacer a caballo laiornada de Ltroyozarco a ¿(]uieres callar? l'lstá visto, Miguel ¿(lué, se ProPone érit,o? - Ñ., ,.nor.s, debería haber llegado hace dtt {i:i Pero.un esunto p,", i',,i""J"*"l ." i"r'-",eflig::ireo infalible su llegada' .Vcndrá tosado por el sol, lleno de polvo' Qil--^in ^iorrr cahallos. Silencio... oigan caballos. .Prlsaron de largo. tln cliálogo poco más o menos como el referido' se entablaba hace t't,s,t cle un año "r, *i-"""*o, donde esperábamos ansiosos a Miguel l'irrríquez, de su viaje atierra adentro' " Publicado en El Siglo Diez y Naette,2^ éP'' aíro u' núm' 338 (México' 16 may' 1843)' ¡r¡'. 2-3 [Firma Fidel].

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Novela corta México XIX

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Page 1: Guillermo Prieto - Manuelita

llhru .l viajero'

=i;,;-,,hicos, su carta no puede mentir, aquí debe aPearse'

=t( l*n¡rrio! es tardísimo, yo no 1o espero'=l( ltn;rrio! es tardislmo, yo no Io esPcro'

=t'il,rrrcio Matraca a nadie esPera; sus atenclones"'

=i ;i;. que sl, si ustedes ,t'pi"t* !a

importancia de mis q::h::::V.*,', ,rrr.des (Leyendo)t Vtt a Laforgue que T: venda una

ñ;;;';;;í*cierre a h *ád""" mif.rac; ':s""*o:',

.irÁ, Luz Girásol; ,ir"",o' Preguntar a Taconini' por la salud

le prima-donna dela 6Pera'

MANUELITA *

GuIrrrRuo Pnraro

I

IJn cuarto

nos da un tabardillo.hacer a caballo laiornada de Ltroyozarco a

¿(]uieres callar?

l'lstá visto, Miguel

¿(lué, se ProPoneérit,o?- Ñ., ,.nor.s, debería haber llegado hace dtt {i:i Pero.un esunto

p,", i',,i""J"*"l ." i"r'-",eflig::ireo infalible su llegada'

.Vcndrá tosado por el sol, lleno de polvo'Qil--^in ^iorrr cahallos.Silencio... oigan caballos..Prlsaron de largo.

tln cliálogo poco más o menos como el referido' se entablaba hace

t't,s,t cle un año "r,

*i-"""*o, donde esperábamos ansiosos a Miguel

l'irrríquez, de su viaje atierra adentro'

" Publicado en El Siglo Diez y Naette,2^ éP'' aíro u' núm' 338 (México' 16 may' 1843)'

¡r¡'. 2-3 [Firma Fidel].

Page 2: Guillermo Prieto - Manuelita

154 curLLERMo PRTETo

Era este Miguelito, bullicioso y sentimental, de ojos ardientes yrasgados, naríz romartez moren un sl es no es_, emprendedor y entu-siasta, con sus puntas de literato y sus ribetes de hombre de mundo.

Fecunda en aventuras su vida, la relación de sus viajes era fácil,amena, sin exageración ni petulancia; en fin, era nuestro amigo, ycuanto salía de sus labios teniaparanosotros la doble bellezade perte-necer a él,y de ser en sí mismo interesante.

El teatro donde debía representarse la escena de su llegada, era nada

menos que mi cuarto, en donde hasta una docena de cócoras en las

hrdes de invierno matábamos el fastidio entregándonos a esa charlachismográfico-burlesca, charla alborotadora y enciclopédica que ha

dejado recuerdos tan vivos en mi mente,y excítarásiempre sentimien-tos tiernos en mi coraz6n.

Y ya que bambolea en el extremo de mi pluma, nada menos que la

descripción de mi suso-expresado cuarto, ánimo y pintarlo, que están

en moda las pinturasr )ra eue con alzar los ojos de sobre el papel puedo

ver el original a mis anchuras.Hasta doce sillas, que por lo enteleridas podrían creerse viudas de

militares; hasta un par de cuadros, que por lo discordantes se podríantomar por la representación del Gobierno y el Congreso que cayó;

una mesa tan mal paradacomo la hacienda pública; una librería comola del canónigo del Gil Bks,y multitud de papeles borradores, obleas,

puros, tarjetas y billetes, en la anarquía más completa; he aquí cl

centro de reunión de los doce muchachos, todos parlanchines, todotentusiastas, fumadores de profesión, que tan Pronto discutían lrt

crinica escandalosa del país, corno analizaban a Byron; tan Prontoreferían sentimentales sus amores, como generosos proponían y so

esforzaban por el remedio de los males de algun desdichado; tan prontorparaidear una contradanza, como para improvisar una oda; tan deci'

didos en un ambigú como en un duelo; tan jocosos en un corrillotcomo circunspectos en un entierrot de este iaez eran los autores dol

diálogo con que comencé mi tan cierta como verdadera historia'

-Ahora sí es é1.

-Hola, mozo, toma ese caballo, quita el equipo de esa mula, ere

cajoncito con cuidado...*Miguel.

-Bribón.-Venga un abrazo.

-Sube.

MANUELITA 155

aron las preguntas y respuestas de estilo, los abrazos yimientos, Ia revista de sus ficciones, y el atropellamiento coí

querié.ndose pregunrar todo y ,"rporrj"" "

todt, se forma unarebia lrnda, que no es posible trascribir con exactitud.f transcurrieron algunas horas, siempre desviándose y revolvién-ra conversaclon, srempre comenzarTdo de nuevo la noticia deldesde el díade la salida, siempr¡ perdiéndose en alegres "pi;;di;rla belleza de las muchachasiel périrrro estado d;;;";Jr, *;:

la ruz6n dg los amigos, y cosas que por mucho ti.-po'lrCi,

cle ver el vra¡ero.las anécdotas amarorio-pecaminosas de que sembró Miguel

mi malicia percibió el nombre de una Manueiita,

1:yrl, Miguel tomaba,cierto .aire grauey *"l*"óli"o, l Jmal con.lguella fisonomía revolucioáarí^ y ,iu^u;i;;#h,

con privilegio exclusivo parala alegríay el trr.n hrr-or.hacer algo de provecho, Migu"el.

cosa?

Qué gordo vienes!ate pare Miguel.

Viva el recién venido.

sl, la historia.

:arnos ¿s pe. apalahistoria de esa Manuelita que sale y setan a menudo en tu conversación.

ás de mil dimes y direres, bajando su sombrero tendido hastacruzando sus piernas, y asegurado entre una nube de humoante fuego de su habano,.Ji;o, atención noble

""di;;rir¡tó en medio del silencio púbÍico la susodicha historia.clcorazínseco comoump-*", salíde México, cabizbajo comonc juega proyecto, y deseoio de avenruras como a HiáAgo á.

,interrumpió en las dos primeras jornadas de mi viaje la monoro_hostigosa; pero como áonde *árro, se piensa r"ltá l, [rbr", ;;nrco.en un abrir y cerrar de ojos, eitando en la fonda'mecI más tresco y sazonado plato de ensalada, una chicuela comoquince afios, lige.ra y pizpireta,de enaguas de castor y ";i;;r y bordados sobre el abultado seno, fisonomía heimosa y]fg pi. y hasta la cu afta pefiede ,rr" piern, Ut*., y ,orrr"ráJ,llito que en naturales óndas c.ía sobr. su frente co*o ,rr,

r los lados del cuadro de una imagen. C"*á ,rp".i-prr"

Page 3: Guillermo Prieto - Manuelita

t56 GUILLERMO PRIETO

prolongar la doble tentación de comer bien, y al frente de aquellabeldad figonista, y ya en mi alborotada cabeza cnnaban mil planes

subversivos, cuando caten ustedes que pasó por enfrente de mí untalle esbelto, con su andar desembarazado y majestuoso.

No vi su rostro, y cuando desapareció exclamé sin sentir:

Pasó, no erd mujer, errt. un ensueñoque atrevida forjó mi fantask

Dos, dos lindas para un hombre solo y amante de lo bello... era de

volverse loco. Mi maldita propensión a 1o ideal y novelesco, me hizoolvidar del terreno afecto de la fonderita... y cuasi loco me decidí e

hablar, a enamorar y armar pendencia por decir un yo te amo a midesconocida.

La abertura estrecha que dejaba su cuarto, no me permitió dir.tinguir absolutamente nada, casi me decidía a entrar; pero me loimpidió el enérgico ruido de unas botas que daban por consecuen.cia unos pies que servían de base a un hombrón, cuya vista, maldi.to 1o que hubiera tenido de agradable.

No me retiré sin embargo, notando que el exagerado compañero,ni hablaba ni se acercaba ala sombra que en la pared proyectaba lrincógnita; tal indiferencia me dio mdísima espina, dije para mi sayot

este helado acompañante, es marido sin duda, y como yo no sé qué

tienen de antipáticos tales animales, me fui a mi cuarto, enamoradocomo un tuerto, y cuidado que no es mal decir [sic].

Como es de suponerse, a las cuatro de la mañana estaba en pie, milcaballos ensillados, y todo en disposici ón para partir, a la vez que ltdiligencia cuyas cadenas crujían por los impacientes caballos que ltestaban uncidos.

Entre arrieros dormidos, aparejos y bestias, inclusive los cochcrolde otros carruajes, se deslizó aquel talle airoso, gallardo, divino, hpresidía el sospechoso de maridá, con el farolillo del huésped y dUjunto al estribo, mientras acomodaban algunos envoltorios en el esrruaje, la vi, ¡Jesús me ampare! la vi.

I

Bella como el lucero refulgente,

fi.n d,e la noche y precilrsor d,el alba

Era la realizaciín de las ideas que tendría sobre la belleza Ruf¡el

MANUEUTA 157

,1.^!*y"O sus vírgenes. ¡Cuán bella era! Su frente apacible comoros angeles que prnran contemplando a Jesucristo ricién nacido,u,ojos rasgados con esape staña iia., ,, "ir"-o, cuya sombra cae

lfilt: como ta d"l-s"uce ,.b; .l;i*l d" t;;r;i; ",'r^r;,, labios delgados, su sonrisa forzada ir¡^A^ver su dentadura

pare)a; yo estaba parapetado con un pilaí, como en el éxtasis deque ve a Dios desde la tierra.

resPr¡*::? ",

agitada.,,alg6n movimi ento indelib erado, n o sé ; p ero

],i?, fijó.h atinfgl ¡o estaba al hinca*ne iñ;il""#;;

al marido... Subió al coche, sonó el látigo... yi*do r"_U.,ia salió... yo la seguí, aunque ".¿,,"?ir, caminé mucho

tras el carruaje que volaba, "

irr"oortrote y dando ,"ito. ,.:t:iir:tible segui':la, el sudor de mi cabaílo hrbír;ñ;p;:

t;1r1"1,^1,-r-:"tí, en, I a b or a. I a s an gre. cali e"i. ¿"i r"i-;í ;t;¡sgaoos por rrus espuelas los ij

feliz, vi también a su marido.is espuelas los ijares...1a luz vino y la volví a ver;

un inglés como de treinta y cinco añoi, entrecano, el sombrero

::l:::l:':.lo; 3io', trni^nr' "olor..,

cartatar;, *;ii* ;:tzdanarizparalela a su puro, que despedía rorrenres d" hrr*o, ,íera sombría , feroz;noté el miimo siiencio, l, p."p;i;i"ld"d.:

tfl.euerí.a decir,yame soñaba un paladín ... lr¿i"abailo desfalle_orlrgencra se precipitaba en las cuestas, y como una exhalación

los llanos; por fin, sentí flaque ^,

Áil^iit ... .r, ;;;;ibl"la diligencia; perdida la.erpárurza, ¿.t.rrr" -i "^rr"ri,r-;vi la nube Í: p..olyo, , oí q,r" salía áeefla e] ruido aa

"^íru^¡", Y. t*"ró distinguir ,rn,

"ora negra por un posrigo, .r" ,.,

su lindísima cabezafdespré, d.r"pri. r¡2, v cómo con la ma-:aución por el mismo poitigo p.r"ibí ,r, *rrro con un pañuelo

gfe s9 agiraba... Corrí desatinaáo, resollaba el caball. ;;fu"r_{:Í:::g"fl agitándose, de repente

"". d",irUit.... l¿i ñ;"cstaba muerto.a la conside raciónde ustedes las interpreraciones que haría de

IT":1de su indigesto compañer; y robr" todl, ;;"r""1que flotaba delante dl mp ojo, comoil ü;;r" d"l'"áJ;;t, como la materialización de una confianza, tal vez d. ,ri,vez como su último recurso a la liberrad, a la vida.distraerme; comenzaba por entona, ,á-".rr.ión y seguíago de declaración amorása, o fingí1un diálog;.lq;;T;:ias contra el inglés y contra todoi los hijos del Támesis.

Page 4: Guillermo Prieto - Manuelita

158 GUILLERMO PRIETO

Así llegué a San Juan del Río, en un' caballo -que

compré €n una

*t*rUfJ ,anchrria; no había remedio: la diligencia pasó.hasta

q"Jr--t no obstante,y 9oT9 laesp.erat'zaes también suPersticiosa'

oi.*rrté si efectivam "ní"1^habían

,irto, potq.re deseaba de coraz1n

i"ri, .o." con todo y el custodio'

Ni el natural deseo de ver el pueblo, ni nada, me distrajo: había en

mi- corazinun sobresalto horrible, y yo mismo crié un misterio' un

romance, para fascinarme y hacerme i¡feliz'- -

t;";, "staba

dado , á d.-onios, revolvlame en 1a carna, querh

silbar, u"i^ "nla

oscuridad la catadel inglés, y aquélla era una especio

de locura, sí de locura.Pasé el siguiente día infernal; preguntaba por ella en las ventas' y en

toJo* t "rtosura

había sorprendiáo, y en todas notaron el contrastQ

y el silencio eterno del que la-acompañaba'' En qrr.rétrro,

"o*o población mayor-que San Juan del Río' ¡e

h^"i^niá, irrúriÍ., las páquisas, r Yo estabá Por Poner avisos en l¡l

esquinas y provocar .t irglét, "l'q"e.ttt'í'

la oiadíá tan en silencio d¡

;";;p,ri";a la hermosrrri q.r" -á hi'o seña con su pañuelo'

Nrd", y cien r..., ,"dr; áo,,'o ""'loco

vagaba poil" calles' que nl

".rr, "ooo"ía, recorrl uno a uno los mesones, todas eran resPuestf¡l

bestiales, en corresPondencia exactade mis bestiales Pregunta:'- -

-H"átp.d, ¿ha }isto us*d una mujer muy linda' con un hombrl

muy feo?

-Sí señor, la vi.

-¡Hombre!-Una señora muY bonita.

-Si; el hombre como extranjero, alto, fuma puro'

-Sl, señor, sé quien es. I

-¿Cómo se llama? toma.

-Se 11ama...

-Acaba.-Lo r.rrgo en la punta de la lengua' Se llama, Válgate Dios'

-¡Maldito!.-El señor cura con su Pnma.

-Eres un pícaro.

-¿Cu,ándo dice usted que Pasaron?

-Ayer.-¡Ánr no, pues no; esto hace ya como ocho dias'

-Eres un bnrto.

MANUELITA L59

-Como decía usted que era como extranjero.*S! iy qué renía de extranjero el cura? '

-¿Cómo qué? el pelo.

-Reniego de tu estampa; y seguía corriendo, faltando a mi cuerpofr.rerzas, y sobrando." -i ..ribro.l

"rior.La joven tan linda, tan tímida, trr, ¿.rdilh"¿a, era mi bello ideal, mii.:H:1:b:i..,". tenía.el tal amor:, y;;.;;" ;;;;;^L,^

^plar con cierro recelo justo, ,i r. ,iiárrd.;;t;;;; ;#"r* *,a solas, y a pasarme de claro en claro las noches.

Así crucé por diversas_poblacione, "l ""rro

guiado por mi mozo,mdo pasar como nubes árboles y

"ho.u, Áteas y cimborrios, comot.una prolongada pesadilla.

:Yo "o sé si alguno de ustedes habrá varsado con una enmascarada

una noche y visro su mano rorneaday oídol, ".*o,,í, J" *;;

ica, y que üjobqoel disimulad otafetán:yo-r. ,-o, y d.rrprr..ió.una cosa semejante lo que yo probaba, sí, muy sérrejarrt..

Era un sueño no mrís; pero tan bello

años de mi vida hubiera dado al diabro confidente del barónpor saber la historia de aquella belleza.

así ala villita de la Encarn aci6n, que está a una jornada de

I^P] l t*1en el mesón de m.ás "réiirof 'o*brrdír, ;iikó"

IJ:'"X{f", lo mismo que et.cuamo dá ilr;;d, ;";#rj"y,f,icioso por el agen; metálico, posma;,iloo á¡;["";

decidido con las mujáres y lo, ""rr.r.algunos cuar[os

"í br;o'.on su silla y su mesa y un poyo dequ:.fu"g! de banco d".arrr" y d, "r*ártisma:

poca luz, item,colección de insectos para los amantes y t, ,,o amantes

natural.a la puerta del dicho mesón, se elevaba regular y proporcio_escalerita con su balaustrado de madera

"pirrtráá de verde,

unos cuartos en alto que respirab", "rao-y

hasta cincuerrtace comodrdad: por mi-desgracia estaban todos ocupados,*t,qrr. tenderme en-el ruJlo a soñar."; D;.i;:;,;;

que la severa frente de un macho o de un caballo¡ooucia en fnr cuarto su pescuezo, husmeando la mesa redon_tc.servla a los de su géneio a diezpasos de distancia.

¡

t hacer un paréntesis] por demás driri"" y prosaico: a pesar de

Page 5: Guillermo Prieto - Manuelita

160 GUILLERMO PRIETO

mi ternura, no obstante mi arrobamiento fantástico' y cuando no debía

'i,"* I +',,r" :d:{1".Lim*m**ft** rtiJ'

::ilflli:ffi' $il;;;ió.el espíritu' dominó la materia'

Entré al figón tt";ñ;;!o dt "" t'i"iero aguerrido' dirigíme con

llanezaa la Patrona' ;;;';';é el campo Ñt"'"¿*ico como si fuera

el Bonapar,t ¿" r""n'J"'iit"' i"nr""'Ji;;;;"a una chisgarabís

iaranita, me¿i' ¿o""*I"'"^*i"ttt t'"Ufaban de Ia iornada sigutente y

i" 1", enfermedad"i'á" il;;:' y n"tt" ""' fígo'"t devastadoras

competían ".' d""o#;i;;t" to' *t*i¿o' pl"L' que se sucedían

, ,,rir"rrr.; 1' 1* ¿"li'*i" i"it"'a':*t; el biasero' quefor sí per'

teteciar lo' tt'"'po':';;i; **¿tt"t" "tpJti*' qu" la rodeaba'

me hizo ,ro dirtirrgji:ffi;;íiri".ipi" q"iar,-", .r* los persona¡es' v

qirffit'f"T,"'#"Tr=Ti:üvabé.tale1sanguínea',a

d;;ili;r1,;53;ifh#S,;*H";::"fr f:H".;xii";,rá ,írr"op", y reprimiendo :t ""t::;lr:;;;;'rr.rr, me retiré al

silenciosos q*" tt';;i';;d"' oculto frente a su Presa' me

interior a buscar ""iodo' los cuartos y a escabullirme en alguna aven-

ililñ;l*d;; descomunal Que tuT,ii"*n. de luz salía de un"-'í"ii

r' "'"*l"t't la noche era'oscurrsrr

cuarto; .'" tl """'JJ il;ü;;;1' vi"' sola medio reclinada en su rnesa'

linda como 1' "figiJ;i a"'lÍg* g"*a"'rt' Ñ"'os' bl'nca como la

az.ocert^de l' '"1"'l'"ü"?afit" ái:."t iirio de la montaña'

Iba a entrar' '"'"?' ft"Ularla' porqu" ,,,"-p"*ta una visión aérea'

capaz dedi'iP*'Jt;; mi aliento: -t "t"ttj¿'""' id"" retrocedí veloz

"ár. "r *r;,

"n ffi *U*ln;f#",f""11'ál ;l":,?uTel suYo Y con un

* tati*" permite usted que encienda mi vela' señorita?

-Sí señor.-Sí señor.

Me acercó su buiía ardiendo' *t l"^:1i',::"1ff ::n:tó'creo, se'

*.ffi H::;H ffi il;,*; :;:"I$"ffi ,:X'ilT;n 10 que sentía' q"9 *i l"Ir" r:;i;-irrd"titti¿' de dulzura y terror

-¡Ah! . .._exclamo,' -r^^

,"gó' Po, sus labios "i:-*:*t;;ó por sus labrosv'1Í]tll"'i.",rla a usted que la adoro' Porque Por

-No quiero vela, qu. -: i,l.,latrla. mi divinidad: que yo

-No quiero vela, qurercr,ü;;itd;f.trír, *i divinidad: que yo

usted he extraviado c'

*Iffi.1.rt.,r,'od quc Ésr es una decl*¡ción"'

MANUELITA T6L

Sin oírla proseguía: -aquí a sus pies de usted se lo juro, unamosra suerte. Usted es desgraciada; quiero la desgracia, la muerte, el

no.Y me hinqu é, y conuna rodilla en tierra me volví a ella, y sentía el

rtor de la agonia; mi pelo estaba derramado y caia sobre mis ojos;

boca seca sonaba uno contra otro mis labios como si fuesen de

mi mano temblaba... Si hubiese durado aquella escena diez

os, yo habría muerto.

-Yo le diré a usted.

-Diga usted que me ama.

-Usted se expone.

-Por Dios, retírese usted...

-Oiga usted sus botas...

-Seño...Silencio!

Esto 1o dijo con un tono imperativo irresistible, me tendió la mano,

í la luz y salí excusando la cara del antropófago compañero

estaba en la puerta silencioso y sin dejar ver más que el filo de la

del sombrero, la punta de su nariz y su Puro.estuve en la puerta de mi aposento, sin más mundo ni objeto de

que su cuano.o sé cuántas horas pasarían así; yo mandé ensillar mi caballo creo

a media noche.

r, poco ensillaron otras cabalgaduras; er^n Para ellos, despuésba1a-

lós dos, ella con su manga, su sombrero tendido, su paño de sol...

frente de mi cuarto la vi hacer un movimiento, pasó una cosa

mis ojos... era un papelito, decla: "Camino de Aguascalientes": la

estaba borrada.yo me dirígia a Guadalalara, fácil es conocer que aquel día

para Aguascalientes, tomando mil precauciones para no ser

por el inglés.jornada fue pesadísima: llegamos a la ciudad temPrano; Pero como

ivaban mucha distancia, cuando entré a la población habia de-

cido mi pareia.quién priguntar? ¿Cómo saber? Aquello erafatal, era una nube

me disipaba al tocarla, era una luzfatua que la alejaba de mí mialiento; era soñarse f.eliz y despertar para llorar.

por una de las calles más apartadas de Aguascalientes al entrat a

icda y oigo: "Mafiana a las cuetro, camino de Zacatecas" .

Page 6: Guillermo Prieto - Manuelita

t62 GUILLERMO PRIETO

Era su voz armoniosa y melanc'lica como la corriente del arroyo

solitario del bosque.volví la cara* tod"r las casas: estaban cerradas; tal cual gente Pa-

seaba, varios operarios estaban trabqanáo en la alameda misma. Al

día siguient. , i6 cuatro estaba enla garíta, nadie pasó, comenzaroll

^ gor-1"^r los pájaros y a percibirse comosaliendo de un mar de tinie-

bür,ir, .úprrl"s de las ttrres, la pirámide de la plaza,las azoteas dc

las casas; córrí creyendo que habría pasado.

A poáo la distinguí, iba sola, acompañada de un criado: manejab,r

.or, ü, destrezaaJmirable su caballo, que era mohíno brioso, delga-

do de cintura, ágrl de movimientos, de cabeza erguida y de un pasi-

trote cómodo.

-Se durmió usted...

-Temía que usted fuese menos puntual.Después de varias generalidades sobre el tiempo,_la soledad y aspe.

,"2^ dilcamino, notique la banda en que se apoyaba ry pie estaba al

desararse; apeéme del cába[o con garbosa galantería,y fui a componer

el mete-piei al ejecutarlo mi mano imprudente oprimió con el extre.

mo de lo, d"dÁ aquel pie tan leve, tan mórbido: un vivo escarlatt

cubrió su rostro, y io' un tono que no era el de una agreste campcsi.

na, me dijo, "rrrli gracias", en"errrndo su palabra una reconvención

llena de urbanidad y efitereza.

Buen tiempo me tuvieron callado las tales gracias'

-No hay^que perder tiempo, me dijo, voy a sacat a usted dc un

error por "joír*o,

porque estóy a ello decidida; usted se engaña si crsG

que nuestra entrevista es amorosa...'

-¡Có-o!, repliqué, sacando tantos ojos, me ProPuse seguir-y el'

tarle las |.y"r yior^filósofos, y hasta los evangelistas, para proh,rrlt

que debía amarme...

-Ni a besar su mano, ni con el amor de un niño' ¿Quién es €['hombre?, ¿cómo se llama usted?

-Lo va usted a saber todo; va usted a aborrecerme, y con todo, dno dijera a usted mi secreto, agtavarlamis males como el cabell«¡

impide la cicatrización de la herida.

Yo escuchaba at6nito.

-Sé que usted se dirige a Guadalajara; allí tal Yez muy Prontousted el áer"rrlr"" de 1o que voy a contarle, y entonces, cuando sept

""*Ur" y el nombre ¿.ti mádre, búsquela usted, seffor, consuélelt

arroje en su mano rugosa' un¡ monede Para Pan'

MANUELITA

-¿Su nombre de usted?*Llámeme usted Manuela. Oiga mis penas: si el instinto de mi

163

,,^:: "":" rnas amarga mt suerte: si por el contrario, me oyecompasrvo... entonces Dios pagará a usted los bienes que dis_ala familia de la pobre desconácida.

los bienes que dis-

En esto habíamos llegado al monre, desigual, lleno de incomodi_y precipicios, una vegetación severa i gig^ntr,aves armonio-

de una barranca salváje y sahaba f.rti"" ,lr, ür;"íá; ;caudaloso y tranquilo, coTg Ln niño juguetón que va a ,"po"r.

en el seno de su nodriza.

racia me ha burlado, juzgandá, ,rrrád ."b"ll"ro, una gora másiel no hará más amarga ái ,.r.rr", si po, el

"ooirrriol-. ov"

í en el borde del río y a la sombra de un madroño se quitó elsombrero; la inundaron el rostro ,", proi rros rizos, y cercio_

mi atención, sin más ruido que el def río y lo, árbriÁ, así me

§a¡i.en un pueblo de Guadalajara, ricacon el trabqode mis pa_y feliz.con su cariño; tuvo mi niñez ilusiones ; y eneLr*brjd"

tntud tropecé con el sepulcro de mi padre, y un remprano amorenlapobreza fue todá mi porvenir. "

amaba a Julio: la mujer riene, como las flores, un día decl del amor; quisiera

"ont^í ahora,.rr,

",r* nuestras conversa_¡, nuestros celos, nuestra resolución, aquel reír sólo con mirado,llorar con la risa en los l"bior,hrtlr;i;;; su fisonomía, de susies fav,oritas, aquel ver con sus ojos, pensar con su inteligencia,peru él con su corazón: y" l, Á^bi y

"r^ ^iJulio,.,madre se senraba ala puertadel patiá ,oJ.rd, de las flores dely yo veía a luJig junto de ella silmpre afec¡uoso; allí estaba eiI mi cuna y el de mi sepulcro, ,ri prradi mi porvenir, mi

y ml amante.tfermedad repentina y gravosísima de mi madre vino a turbarcelma: fue torzoso trasladarnos a Gtadalajara; pero antes qui_,mi madre una explicación con Julio ,..i"á ¿. ,r, plrr.. ,oLr"unión.

recordaré aquel día en que se decidió de mi suerte: misentada en su recáma¡a frenre a la puertar Julio la oía

vela por la cerradura de la llave: *i .ái.rán saitab, comosalir de mi pecho; tenÍa un sobresalto inJecible,

'Julio, dijo mi rnadre, cuáles son les inteiciones de usted res-

Page 7: Guillermo Prieto - Manuelita

t64 GUILLERMo PRTETo

pecto de Manuela, como que es de limpia sangre y-no ha dado hasta

iho,r^qué decir: usted ha ienido tiempá pararrararla,Y Yo no puedo

áfo".r.*" a la volunrad de ambos, por aquello de.dar estado a los

hi;o, .orforme a su voluntadr vieja-estoy, mis enfermedades están

abriéndome bl sepulcro; y el fuego junto a la estopa"'

-Señora, ,rsteá tiene raz6n; pero mis recursos son ningunos; yo no

ouedo ,.rrrff la idea d" crrrrme y la de sostener a su niña con las

io*odidrd"s que hacen la felicidad; señora, soy tan pobre'-- -t" oo qrr'i"ro riquezas para mi hija, quiero un hombre de bien

que la cuide,'que la qrrierr, que le tolere su genio; que al darle esta joya

i. -i "or^íón,la aprecie "o*o

yo, que soy su madre, y Dios los

bendiga...

-depito que Por ahora no puede ser nuestro casamiento; él derla

por resultado la miseria, la desgracia' .' yo oía todo esto hecha,r, *r de lágrimas, jamás había pensado en

la suerte de Julio, aquel cálculo me parecía una evasiva' un desprecio"'

,ro "r"

posiÉl"... hrrti"ra querido morir de despecho y de vergüenza'

-Srrpuesta er, ,.soLrcilón de usted, continuó mi madre' un tanto

of""áid, de tan lacónica respuesta, siento decirle que sus visitas en lo

sucesivo las veo como perjuáiciales al honor de mi hija"'

-sí señora, hrrto t"-í, yo que esta conversación tuviera por resul'

tado despedirme. ¡Maldito á1hó*br. que no sabe disfrazar sus afectosl

S.;r;; i"rri-orrio la desgracia: si mis intenciones fueran pérfidas; si

yo frroá suficientemente"hipó"titaP?r?exagerarle mi fortuna; si no

íi"r. rr* el altar la miseria; ,i r,," tt-l'iera aiolemnizat conla bendi'

ción el sacrificio de su hija de usted... usted no me despediría, y ella me

atrLara... Es tan tierno íe"ir ^una

mujer ámame, comeremos el pan

q". ,Jq"i*a con mis sudores, la felicidad sazonaránuestros manjarel

Érrmild"r, la paz nos reirá a'la auroray gaatdará nuestro tranquilo

sueño...El oro... el oro ¿amurallará un corazin contra las inquietudes? el

oro sin el amor... ¡oh, no! el alma quiere otta alma gue la comPren'

da... Con el oro ,á "o*prr,,," *'j"', un placer; sólo el.amor coo'

;;;;; ,or:^r6n,"oro.r"", usted, 'iño'*, diría: este hombre ado* I

;ñt;,-y Mrorr"Íit" con arrobamienro se lanzaria a mis brazos 1l¡'

mándome esposo.

Acaso usted me dirá, que si conocía mi situación por.qué.introduio

el desasosiego.rr rrrm i.*ili", por qué envenené laveiez-de usted fil;;;¿-.J;;;";i; un desengafto ian terrible a su hiia' Pocos ióve"

MANUEI.ITA 165

nes reflexionan en esto, señora, el amor en su origen es un pasatiempo,después cuando enamorados de nuesrros sacrific"ios, y;;;i;;;""*_bre de..ver y hablar a una-mujer, continuamos en el empeño, ya esrimposible retroceder: muchos se deciden a_casarse, aunque una mujerlde§dichada y vna generación hambrienta rr. ;"idig;-i"rpJl, orro,::Ti y.o, v;rt'uso¡ de su propio coraz6n, ahogandl .t giiioi" ,r,Pasron trenétrca, desesperada, dicen francamente, fui rin marvado:

"¡borréceme, familia adárada,"borré.e-" amor, sobre mi odio funda.otro porvenir que rc haga, sí, dichosa, con otro ho*bre,-qrr. t",...yo d;;;;i'ii;.

::l.lfio, re veré, sin turbar,r, p1"."r", Ái prererrcir, ,in q.r.rostr-o p.álido y febril aparezcaen tus-festin.r, .ri r, *.-."i.J¿.ll:J"li" no pudo proseguir, su voz hueca y ,t ogJ, ,;fu;;"._

; mi madre lo oia arónita, y yo lo vi p^Áir ¿.r:n*i¿"¿"*í""

A los dos días de esra conferencia, partimos a Guadalajara, donde

:.-,lr:".d* a nuesrras necesidades,

"osí" y -" .rrrr.grbrí".Lpr"i"_

¡ de miserables productos.un día se presentó en nuestra casa er extranjero que ha visto ustedmi compañia, con el objeto de mandar hacer unas camisas; las ter_né en muy poqps dlas, porque estábamos en extremo necesitadas; éllg.ocurrió por ellas, y al retirarse dejó sobre una mesira dos on_diciendo a mi madre: reciba.rrt"d

"ro como un obsequio.

,Como aquella remuneración 91a ¡uperiorísima a mi traÉajo, propu-

t mi madre, devolverle la cantidad; iero debíam., ,l;¿di;,'á.ürr-en la botica, mi madre agonizab,a'por falta d" *"ilior, yi.-J;*mucho candor: ror, *ny g"o.rorJr los extranjeror;

"río ^, ¿uádías más de vida.

y hacen mal,

frecuentes sus visitas Kildar, y con notable repugnancia notéque mi madre le cobraba por ser católico, por sus miramientos

con todos y por el interés que mostrab" ", J,, restablecimiento.

t un hombre de aquellor qrr".o'sus sacrificior, ".;;;;;;;á,lus favores excitan una estéril gratitud, que se esÍuerzaer enten-

bnto por amarlos; perg que el"corazóiii, odi", y ".rrorr..,

io,importunan, los miramientos hostigan, cada'úenefi"io

", ,rn

cada vínculo una insoporrable cadeá ; Lay caricia, qr" "rrf"r-

[o podré dar a usted una idea exacta de semejante hombre. Dorouet¡so no conocerlo, cra frlo y reservado, ha'blaba *.ry po.o .ái-

Page 8: Guillermo Prieto - Manuelita

t66 GUILLERMO PRIETO

mieo. v se sentaba las horas enteras ala cabecerade la cama de mi madre

;i:;í";;, t"""i""¿t uno de sus pies' y fumando sin descansar'

' ;;;;;; r.írr., y las pocas vecás que-lo oí era su risa ronca' en-

,rrr"rr^¿^y diror,,"á Lmtj"b' dgá al. gruñido de una fiera: sin

embareo, su alma "tltái""it y ap'st"ad""' si mi agrado no variaba

il'ff;i;;;;'i;;' il" 'ig"o

i" desprecio 1o ponía encendido' v

Á"t^i^A"áir"drt que me sobrecogían de terror'

Poco a Poco este ño*b'" silenciJso' esre caráúer indómito' fue

haciéndose superior ;;i;t" repugtraba sus órdenes' Pero las obede-

cía; fascinadora su *i'"d" tornoi' á" una serpiente' rne hacla someter

a su voluntad.Mi madre estaba al morir, é1 la velaba, él pagaba.los.médicos' é1

cuidaba de 1o más minucioso con escrupulosidad; Io 1o aborrecía''-§"lt"f"tión

de "ot"i"i""te 1o oblig'ba a ma1¡!?'r"^lj'b'

Mazarlán,con elobi.* á" ttsidir allí t"' áño'; en casa se le dispuso el

;"^,;;;;;;h" i" i;;""'a más intemPestiva' me diio' arroiándo-

rne un envoltorio t;;;;" rnesa: "ahl l'tá eso' vlstase usted; estrt

noche nos casamor'i. s'lió de la pieza,y mi madre con el tono más

..,oú" me diio: Yo 1o he hecht todo;le debo lavida''"'üti;:il'o;;i"., -" arrepiento' Porque mi enojo con mi madrc

fue imprudente, fue temerario'';ró;;Kiid*r, il;* de ello más que el nombre' después dc

do, dír, 1o ""o*p"ñ

é ala garitaque conduce para,Tepic' I"-L"

f, *it*rno"h" y "stando

alaventanatomando fresco' oi unavoll

conocida,lavozdeJulio;pasabatarareandosucanciónfavorita:aldíarüi** t"";bió "ú;;dtt'""

t*' de é1' concebida en estos términor:

Por fin, soy feliz, puedo ya TPll" a la mano de Manuelita; me han dackt

un buen partido.t"iá *ittiJtión que "d*i"i't-' mi primer cuidado sl

llegar a cuadalaia'r'a,"*T;t:"ñ; I *iJ I Áit"t'"t pt"p"'" l" d:1{:

conducenre ^

l^ riÁir^rión de mis proyectos, y lo.gro estrechar-la en mll

brazos, reciba el t"'"^" átl q"t Á'y'pio"'t'" li"*"rá su hijo' que h

ama Y B.S.P. -Julio'

Yo misma Ieí a mi madre esta cafta' y deio a Ia consideración d¡

usted,lo que *i "r;i;;t"ititi' con ella; era como el grito de perdón

ü""11.'"lr.r, d"ó;il;;;o'"""i""t ia irrevocable sentencia dc un

reo de muerte'Aouella carta me causó una impresión horrorosa: y aunque mi

1naclr-e

.*;¿i;;;1*arla, mostrándome los deberes que me imponía mt osttr'

MANUELITA 167

do, etcétera' esto no acallaba el grito frenético de mi pasión desespera-da que se asla de aquel pr.r.oo"prra dominars"

".*pf.ir-."il.En esa misma noche al acostarme (yo dormía., l" r"l" q* d^b^ ^l^, calld ol unos suaves golpecitos

" la ráotrna, y d.rprré, i*

"'", J. ¡*fi",que decía con un acento inexplicable: ,.lo sj íodoi.' No volví a saber más, ni a tener noticia de ninguna clase: para enga-fiarme rectrrl a la religión, y mi rabio hipóc r¡t^'^irl^ir'Jo"ir, ,,i_,plicas un nombre criminal,'que pasaba.á-o ,, r"lámpago

"rrtr" l*

,nubes blancas que anuncia" U r.aU¿rd d. i;r;;*;"r,lpli*'¿" *1,lL,:!::,t:íll* Ii aislamiento y mi tucha int.riorl

".,i'-i, ,p*i."-s frías; y mi volcán oculto de iasiones terribles!A esta conducra reservada, me obligó más ra presencia del corres-

al de Kildar que nos visitaba "ooir".r.r, cii, y era"r, ,., firorro_

en su carácrer, en todo, la viva efigie de mi marido.Este corresponsal, míster samuel, rios suministraba lo necesario;: acompañaba silencioso_a mis visitas, y fue el que el dí, _.rro,

[o, sin antecedente alguno, ," pr".árrtó "r,

lá "*r"

;;;ñit;;sándole una confian rá ili^it^i^.

, Rehusé entablar con él conversación, lo traté con aspereza, no conlcsprecio, y mi madre engañadp

"o" "q"at, apariencii, * há[JpeU_en sus visitas, ni motivo alg'no p*á -ortr* p",

"tir, .i;á"í;

Los primeros días las conversaciones generales; después, astuto, meparecía las buenas cualidades de mi es"p.oso; d"rpréi *"'""."..iru,

lleno a_mis deberes, diciendo qr" él ," li*ii"b, a reclamaí mird: a mí me ofendían sus consejós, yo le mosrraba un, irrrrlt*t"

ia a sus proresras de amigo; pero al hablar asl, nos ""í;;;,ndonos otra cosa, reconviniéndonos, adorándonos, acercába_nuestras sillas, el roce imperceptible de nuestros vestidos hacía

mr sangre, yo me apartabadejando a medias nuestras conversa_y yendo a llorar a lo más retirado de la habitación.

I a armarme de resolución: le dije con la voz trémula y lasal bordede.mis ojos, que sus visitas nos perjudi"rb*; ,qí¿ii,

rte era la declaración vergonzosa de mi ,-oi, a" *i ¿áuiliJ"á,aprovecharse de esto.

es imposible, me decía; humillado, vendido, pisoteadas mis, -transigí con la infamia, arrostré tu odio por verre; )¡o te

, la ilegitimidad vino a salemnizar "rtu

uniórr, il;,i;;ir'hi;la hará el infierno...

Page 9: Guillermo Prieto - Manuelita

GUILERMO ?RIETO

168

Esta decisión rne espanr aba,teríracontradecirla, aquellavo'u^

,o'* ]

,Jibil. ., ,tsu rerraro.:*r: T.Tr.J:d".?,?ff:;"1'r1#ffi

t)

A pocos dli:-t^"TJ, *" ,"iu" qlecursol *^::H§:;;rr"",r.dón de su retrato. Pt':'i::;" ,rrr" 11"r" nos propor",to"":t'i ' ,

ffii;;.0:-,"1,'*]ffi ;tl;;",l;;';lnlli'lll,'il"*'u"tas excusaditt ," l::":"aLru

¡¡r""-* ' ,rO, U.'

;;;;; mi deshonrll, .,irir"b" la casa, y ni el más leve signo c

Samuel entre tan'

-'*,"$;ri=:**".r'*r,.,rlr$il:+h'i*#lh'1fu ,'"";

aoué' era un lncloeutE

"-"**i¿"'' *':" ielrz; elremordrmrento rnis"

r"*':n,,t* ilJ;;;con Julio' e' manos, con rnis o¡o' "fl"¡án'

tfi$#*r;xr#-*ru*ti*'¡'**

X*-{*"ry*i:l*i::{":ft rulgiffi1";¡il"?J;;;ii*P"ibl" extraniero' nr v

---i{n¡me- a . , -^-+n nnr.ll]'e no deiará Ii*r" v unirorme' a parre ¿: $ *r"_":".1l},li,ffi:::#i:ü;;

Temía llegar a esta.lJ."r.r1.irrl".or.f.lrrnar su pror.""rorr, ni ,u

usted de sorprender Hñ;;;-"t u""-:,llr"rior, que no volveré a vlf

de horrorizarlo, con' Hiri" ai* "l_i:i vez llevamo, "r "r*i,i

drp iedad: Pe ro vo "' i ul;; ho rro riza: rr1 "",,ll:"::?:,i,'.il r"¿. in'" mi madre' Y esta I

?,Áf ie',,'1' :*-li:#;i3},m ü"""1'#? üif r ;; ;¡ori.Tr¿"r, "lr" "o1]rrr" er último i"*rrr.ti"ji "r1;"t"

para su vcill

árdr"; sabrá que ft -u-,1^r srr intortuoro. ,- lr^-t^ §úmadrel saura eu"

. aliviar su inforturuo. niio, su primer llanto

'"?#ffi",tJff[ 3i .ffi;i ^d^' ^ru' ^i*, *" produio ra sacrl

, iii?, -";."'" "ag1a-1' pelisro' su vt'

.. 1,.-.r-§an:: il;#;"ia e n mi

1ilili*',,i T:T:: T ;:::tlT t3',*i ffiiAtribuí a una casut

-t{:'.lilt*:;'rxn: : :tr Tífff ,t".': mil

azotaba violentament

vió, emprendimos la marcha, sabe Dios a dónde.

MANUELITA r69

puertas y ventanas el viento impetuoso, el trueno se descargaba sobre

iotror, y los relámpagos serpeaban por entre las hendiduras de las

era una noche horrible, cada calle estaba convertida en un ríosonaba en el empedrado; la horrible tempestad nos rcnía mudos.

Mi madre, baldada hacía mucho dempo, estaba enlas piezas inte-

Julio estaba silencioso bajo un arbortante de la Virgen, donde

lrallaba laluz,yo con mi hijo al lado rezabe... quién 1o creerá...

El viento combaba la ventana haciendo crujir la aldaba y dando

a relámpagos que parecían una llamarada, eraPara mi como ladel Dios de la justicia que escudriñaba mis secretos: la tempes-

seguía, era llegada la hora de queJulio se retirase, y yo lo detenia

temor...Repentinamente un azote delviento desclavó la aldaba y se abrie-

n las dos puertas de la ventana con terrible estrépito: alcé el rostro

,lal:rrz se apagó; viendo que nadie la cerraba, probé gritar,:1o serpeó un relámpago, le siguió otro con su luz amoratada

rica; ¿Sabe usted lo que distinguí? lo que vi, qué horror, el

de Kildar como de piedra, con su pelo en orden, sus facciones

ponerse, su mirada fría y horriblemente a plomo sobre

Quedé muda, con el cutis como en yelo y queriendo, sin_poder,

: volvió otro relámprgo "orrt, luz abañ,ár la frente y siempre

brí inmóvil, fija en aquel cuadro de la ventana. Un movi-de mi hijo me contuvo; retumbó un rayo esPantoso, apreté

iva a mi hiio contra mi coraz6n, resonó aquella carcaiada

ol rugido de la hiena sedienta; Kildar seguía riendo, y yo loca como

dienáo a mi hijo debajo de las sábanas sin saberlo, sin sentirlo,

oprimiendo a mi hijo escondiéndolo con mi cuerpo y mi cora-

rdispareció aquel espectro de mi vista, separé a mi hijo, para

pero mi hijo se desprendió como si fuera de una pieza: ¡Quéhabía ahogado a mi hijo, ¡Ah qué horror, a mi propio hijois brazos!... ¡Qué horror![a de sentido permanecí dos días; lo primero que vi junto de

sobre una mesita, fue un papel, la letra era de Kildar: "dispón

mañana partimos a México".tc atrevl a preguntar nada, ni por nadie; emprendimos fluestra

r México, y no sé hasta ahora cuáles el metal delavoz de mi¡t pocos dlas permanecimos en aquella capital, y siempre silen-

liJmpre delante de mí, sin inmutarse, sin contraer La ceia como

Page 10: Guillermo Prieto - Manuelita

t70 GUILLERMO PRIETO

Dijo la muchacha, y sin darme lugar a dirigirle ll p4t* dio un

oorJ ^su

caballo, y r"l*como urla fi"cha despareció en la intrincada

espesura del bosque...--'-¿qrra., "rof ¿por qué no sigues? replicamos aulnr-voz a Miguel'

-Ñi ,igo, porqu. ttá -" queda nada que decir'

-Pues está linda tu historia'

-li ".rrtdo estuviste en Guadalajara, 1o supiste de la familia de

Manuelita?

-Nada, absolutamente nada'

-il;; r.ñor, hablemos de otra cosa, que bastante mal hemos em-

pleado el tiempo.

II

Tal fue la historia que nos contó Miguel, cuyo desenlace contaré al

i"oor., po"a, p"lrb ras,yaque en pocas palabras 1o supe Por una raril

casualidad.Una de las cosas que más excitaban mi atención' ahora que emPren'

dí mi viaje por tieria adentro, era ver una mina por la variedad con

que de ellas me habían hablado'==Arí

es que, luego que llegué al pueblo H' del Departamento N"

prJ-r"urá , *ir""rn"s de"recomendación, con el objeto de tener

aquel placer. O"opudo .,, t'l op"'*ción me hallaba' cuando dos ami'

sos mexicano, "rrr.rro,,

a mi türro del mesón con el obieto de llevar'

il;;^;il;;-;i;;;; a. donde se había descubierto un ojino de

plata verde. r r -,__)! ^-No me hice de togar, como es de suponerse: me hundí en mit

"h;;;;; J" "."r¿o] "Áé "lchapeo,

y sin requerir espada' cátennot

*"i"fr*¿. alegres por aquellas bárrancas inaccesibles'

Cuantos objetos ";;;á;;b*, J"'p"n'b* vivamente mi curiosidrd'

;;;;ñ", p.ulr"ia" d"'át t"" altura' hunüdas en el fondo dl

unabarrancrlrr"rrrr,robresaliendolastorres'tendiéndoselasplazlliseroeando rorruosas ú;;Jil, ,*o.rtorrárrdose las cúpulas de las igltr

'irí á#"á."Jr;;; ;;'"dal chozas v.ca¡ltas'. Y *"* 'Ílfi1,i:!or" ¿"i* ver sus interiores, trepando otras habitaciones por la fll

ili;;;, I t"*"r"do l"t "'b"nas

en.una quiebra t+""',t',t::l':

ffiiffiT;#,#;i;;i.ro."'i'i'nta de 1o' *ontes donde t*f§;;;*d" *tpi."d. y mucho más a un mexicano' Salía de la ciur llamas y chispas,lo pricipiíarbn abajo rugiendo por l.."orrí_

MANUELITA 171

viento.como la respiración de un gigante, ros cascos de los cabanosresonaban como si fuéramos

"" ""J bóveda, y ." tr, "o.irrr'¿. l"montaña nos velamos como en un caracol cabaigando, ,ro,

" *rr.h,

ilTll :?b* nuestras. cabezas, mienrras lo, otrol nos dirigían l^ ro"

_ Llegamos a la mina: en el patio quebraban los peones, sentados en

elsuelo co.n u,,a piedradelani" y ui ^^ro de hierio,l.ríi.ál"rli""-

rales, conduciéndolas "l

yunquá y afirmándol"".o-r, ür;;;;;" """,velocidad prodigiosa.

Allí en aquel patio nos esperaban nuestros amigos [enos de urbani-l, respirando franquezay con las maneras de lim"jor;;ñ;;. -Procedieron a mostrarnos las diversas oficinas con una pacienctayagrado, que nos complació.

" debajo de nuesrros pies.

C",*, de la boca del tiro vi un cuarto oscuro, pregunté cómo se

-La bartolina.

-¿Cómo es eso?

Abrieron una especie de cotillón y gritaron: ,,una zorra,,. A pocos

,mentos, como cuental que aparecían ciertos genios a la váz del

-;H^y dos modos de balar: uno por la banolina, esto es, por lasleleras que ahora verá, y

"l ot.o pár honda en el tiro.

ro, brotó de aquella boca tenebrosa un mucha'cho de unos ;;;desnudo. ro_ralmenre, con una ligera excepción de li"rro

"r, l,

ra: prendió la zorrauna mecha y alumbró'la escalera, ñ ;; ;,cosa sino una viga cgn u_nT moscas de distancia

"r, dirtrri.i",-d;;-

apenas los dedos de los pies.el cuerpo, sosteniendo con una mano su mecha que alum_

sutez.tiznada, sus_ojog relucientes y su cabello árp"ro y;iJ"un vellón, se hundió como volando aquella famásiicauon, se nuncuo como volando aquelia fantásticavisión, la

ia ,rápíla hasta perderse como una chispa, ", lm pio_de la mina.

las pro-

que están a cierra disrancia áel tiro.

boca del tiro es cuadrada, con su marco de muy fornidas vigastjantap.izando muchos pies el pozo, sobre el tiro .r;á"1;;;ü;:garruchas para sostenei lrs boas del desagüe d. l" roirrr,i3i",das de dos cueros de toro, las que suben ior.l i*p"lr.'J" i;;

que calculásernos sobre la profundidad de aquella mina, encen-

liI:lt" de estopa (quangoghg) que hecho una bola a. i".go y

Page 11: Guillermo Prieto - Manuelita

173MANUELITA

GUILLERMO PRIETO

zorra;después que no tenía remedio, é1 es quien cuida el patio donde

acabamos-de estar, y alahora de la hora no dijo esta b.oca es m1a'* H;;;";o, dírr',rirro a e$a negociación' recomendado' don Julio

A1;;;;"; prófugo, t"gú" decíai, por una querella personal en

172 ^ nor¡e7.^diabólica desprendida de

p resión ¿"r, a*¿ illfi 3i;:il:#:Iff:* .3§if#r nm;..,, cuello, alumbra'9]l'¿'r"¿" ;;Ti"j :1;n el f ondo dela mrna, yocorno un espeio,, "tilil;;unaluciérnag

un vaclo horribte, ."lr^a^fue a perde.rS€ corÍIo Ia ril*

"" A estómagc

me 'ávanté

"t"*"9oi"ir;;;t Tgo- -r- verernos 1o demás.los ojos Y "b'Y\)L;:J";;'. Dlspués

-Vamos a alrnor

-A almorzar' blado:la rnesa tue e¡tab11

'.l*,f,itffi{}x:'r*r#ril*iiliiffi

r,

i,t§rf|'¿tmf;",[' JI' o'"'ll^f,r"¿o s, se ve rán ras

-1o ntañar

;x#i+fi"n:h'r;fli;il',ffi '"mi*r+=:".*'ili

inconstante' iorrr anstrl

Gradala)ara.-lil"í"i., dij",,interrumpiendo; silencio' ¿don Julio Aldarso dice

usted?

-Sí señor.

-Diie para m!., éste es el mismo de Manuelita'

al"l-¿f'* -"r", á. [.grdo Julio, vino aquí también a liquidar cier-'".,J,;;

D. N. c. Kiliar; pero el tal recomendado' luego que suPo

";;;; ""pr"r"do .oá.'"i*tt, puso oies en polvorosa y no le

lvimos a ver la "rrr,

,o oÚstante q" ttg"t' t'''p" d"tp"és'-dormla'

[;:;:*"-' raanimada:?li:,li#[il:_"I;JJ;Jn'iiLa conversac'"" "::;;'J;9i?"v fil]r

rodo, eran unos: palahr{ban el trato de *""t"^t'fli"r, á.i "tt"-p"nhorror"t de la.casa: a , )^*^o.le aroof. orrndis.honores de la.casa: a;d*;;J"

arnor, brindis'arfebatadas, risas.' ane

"'^]irirr¿o por la hermosura' --esabala atmóslera';,^

rffiffi T::: 5; :íi1i"]"tr"J ,.:illi"#''"'p i""do

de los puros y aÍrave --^ ^^*iáa de arnrgos'

l"# :U,oiJ o""'j i;';"; comida de amigos'

-Brittdo: coPa en rnano'

-Brindo "" "o""" de los maridos celosos'

-Yo no brindo'

-Sí.-No. no'

-ilJ i,,u ¿ " r uiT"l"";

:T: :l::# i§?:#:ir:1i:l:de gracioso' P"to 1T

1v.ttg" el cuento'

-Altá-va' en silencio; atizamos las copas' nos Pu

J $Éiii:Ti:ltiii::ru'n quc cuen" mc r.

-E¡tán u¡tcdcr Pr:

ié;;;t. de FI, en "l

,lm*cén d"l pti-"t patio' sin que nadie lo su-

il fr"Ui.""i¿n que PreParamos a Kildar, que vino aquí con su seño-

IÁ5" *-Uiér, ,1 itiá., p'tio' Todos ntsotros habíamos 'otado;;t;;;btir*o'hrérp"á ,'o

"tt"'"saba palabra con su señora y

no salía de su cuarto ,irro ,la hora de comer' todo el tiempo que

on en esta finca.;G;;irp""i¿" de Kildar, después d: b: *-Pl'-1i:::*áflp.tra"" i"l ,vío, encargo a loi criadol de qu9 madrugasen'

". t'. *it¿ con tal tranquili"dad, que ni el demonio hubiera sos-

1o que sucedió desPués.

Jt:;;;;; ;;;r¿ q"e como a la una de la noche-:ti:::

aar"r da la boca del tiro, estuvo en acecho-, Porque eran una

y un hombre; la noche estaba oscurlsima' 9t t"P."i'-::11:::""

lio L t" manga de Kildar un farolillo; a su luz vio a una mu'er

;;; i; *".ñ., el inglés sin articular una síIaba, sacó un cua-

reño y 1o puso en sus rnanos,la mujer-l-o rechazí gimiendo'

,r, "ái[o,^lrrego

una llave, luego una falla de niño;,la ^u)"',;;;;.;.ir"iiidas, "rr",rá"doíe

de rodillas en el suelo' qué sé

;iri.,;;ñ.r'el ^ií"soplaba.del lado.opuesto v sólo a medias

oltt"t.t pál"btrt, entre gemidos y sollozos'

una calma horrorosa r. rlp"'ó el áxtraniero de la señora' *i",rr-

;;;;;;.*o det patio; " ioto ardió en "'-"tto "1ff1"g"t1"

i cncandilado, bamboleó sobre Ia boca del tiro'.Ktldar rcma

ü;;;aru*tj.r; l.l.r, o,.il*nte del guangoche descubrif

lle cuadro; aquellas caras con afectos tan disttntos' y aquer

-Yo sí.

Page 12: Guillermo Prieto - Manuelita

t74 GUILLERMO PRIETO

abismo, tan profundo, como excusándose de los que estaban en el

tiro, pasó otá sombra junto al espectador, tan rápiáa,-que a p-esar de

habeile cuasi atropellado, no fiió en élla atención; colocóse del ladt¡

opuesto "n.l q,r"-"rtaba Kildar: soltó la bola de !.go, baió zumban'

do y arrojardo hrrrt o y chispas: salió un momentáneo esplendor des'

prrá, y "úrrrdo

to"ó ,i, duáa el fondo de la mina el guangoche: l*r"";"t lanz6 ungrito horroroso; el hombre la *lz6 en Peso, la meció

sobie el precipicio, y... ella logró asirse de uno de los cables; entoncefl

apareció Jr[á, Kildar lanz6 wacarcaiadaque retumbó en las entrá.

ñas de la mina; empez'la lucha, uno Por salvar, otro Por Precipitarala'mtjer;la sangrá de las manos de ésta dejó teñido el cable, disputa.

.or, ,rí algunos minutos; la posición de Julio era muy ventajosit,

porque ,rio d" sus brazos tini^ apoyo en uno de los palos de lr

irrá"h* bramaban los contendiet t"s; t" oía su resollar esforzado¡

i"r.í, casi Julio: enronces Kildar sacó una navaia de entre su banda y

toz6 el "rÉ1", "ry"rdo

con la muier al precipicio; Julio, perdido ol

equilibrio, vaciló unos instantes; brincó incierto por el brocal del tiro¡

dásp.rés dio una media vuelta, cay6 de espaldl, sonando su cerebro

"o*rr la boca del tiro... se oyó a[á como di lo 1e¡ot un golpe, luego el

segundo, luego un eco cofiro el quejido de un niño... después, todo

quedó en silencio.

los regocijos y demostraciones públicas con que celebraron elal puerto de Veracruz de don srltar", d. Línig -G")Ái"

'.yor,y,M:"7"r?:.{1q"" de Arión y marQués d" V;;;;iil;lot,9",

ano de..L7.17, como sucesor en el gobierno del benéficode Linares, se distin guiero o "rp..irl;;;;;

"rig""", b ril.; ;; ; ;ron mas escogida del pueblo yeracruzano deqplegó,rr rrrái.ioirl

a los ojos del representante del ,rrgr*o;.;;;.---'-*a tan selecras reuniones un capitál mexicano residente

plaza, que aunque por su graduaciSn ¿"i"ri^r.r.*"lrrido j"ratas tertulias, poseía una mujer hermosísimr, y *y;;;;-

el canro formaba árton"", .l .rr,6.l.ro J" ü "fr,

sociedad vera-

i:,T: :f'l*:e su habilida d rara,.y elesmerado ,r"t. ;;;;distin guía en

.

r o das p arres, t" *iáa".""ir' ;#;' r*n ":r;'ir'

il.rcta, siendo citada generalmenre como un modelo d;;ñ;, ;

EL MARQUÉS DE VALERO ,,

Grmr¡nuo Pnr¡ro

conyugal.

1u; vio el presunto ylrey a Lucesita Ruiz, que éste era el

1. li,:ro:ra del.capitár, i" ,irg.rt^rii-"" cortejarla conexpresión le permitía la dignidad áel puerto que ran pronro

ocupar. Muy especialmente qiriro "*pt* t, "ot"riá;;i;;il;de la protección más Í.raniay lisonjera; pero él rehu_

fkm37a todo pretexto de intimid"dí."ir.rriendo sin duda el

:!i::" de tan intempestiva munifiá"""i". i"rp"rrrrdo, como

l1."Iiló", continuó cáncurriend. , i", f*r;r, *ir-.r'qr. .f; pero con mucha menos frecuencia, ydrrrdo ,,rrr ri*im i,

duración posible.

an El Mu¡oo Muiceno,t.l (Máxico, Ig1l), pp, ZZ.gt [Firmr Fidol].