guia sobre el cambio climÁtico · en 1979 en la primera conferencia mundial sobre el clima....

GUIA SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO

Subvencionado por:

F U N D A C I Ó N G O N D W A N A PA R A E L D E S A R R O L L O S O S T E N I B L E

CAMBIO CLIMÁTICO: Has hecho mucho por él ¿Serás capaz de hacer algo por evitarlo?

CAMBIO CLIMÁTICO: Has hecho mucho por él

¿Serás capaz de hacer algo por evitarlo?

Campaña sobre CC y Gestión Residuos con

enfoque de género.

Subvencionado por: MINISTERIO DE

MEDIO AMBIENTE

Fundación Gondwana

C/ Pablo Casal, 2. Bajos. Entrada por Enrique Granados.

18320. Santa Fe (Granada).

Teléfono: 958 51 16 48 Fax: 958 51 17 84

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[email protected] [email protected]

AdfsdfsAutor: Vera Moreno, Jose Carlos.

CONTENIDOS

3 INTRODUCCIóN

8 LA BASE CIENTíFICA

13 IMPACTOS, ADAPTACIóN y VULNERABILIDAD

27 ACCIóN INTERNACIONAL CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

31 LA UNIóN EUROPEA y EL PROTOCOLO DE KyOTO

34 ANEXO: EL IPCC

36 BIBLIOGRAFíA

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Introducción

El clima de la Tierra, entendido como el conjunto de valores promedio de las condiciones atmosféricas que caracterizan una región durante un periodo de tiempo suficientemente largo, depende esencialmente del equilibrio entre la energía que recibe y la que es capaz de devolver al espacio exterior. Así, la Tierra absorbe la radiación proveniente del Sol, sobre todo en la superficie, en una cuantía media de unos 240 w/m2. Esta energía incidente es redistribuida luego por la biosfera mediante las circulaciones atmosférica y oceánica, y es irradiada nuevamente al espacio en longitudes de onda más largas (infrarrojas). Para el planeta en su conjunto, la energía de la radiación solar que ingresa debe equilibrarse aproximadamente con la radiación terrestre saliente. Por tanto cualquier factor que altere la radiación recibida del Sol o la perdida en el espacio, o que altere la redistribución de energía dentro de la atmósfera y entre atmósfera, tierra y océano, afectará al clima. De hecho, el llamado efecto invernadero modifica el clima muy significativamente: fruto del equilibrio energético descrito y sin gases de efecto invernadero que retengan la radiación infrarroja saliente, la temperatura media de la tierra debería ser de – 18 ºC aproximadamente. Dado que la temperatura media real es de +15 ºC, podemos deducir que el efecto invernadero recalienta la superficie del planeta unos 33 ºC (haciendo así el planeta habitable) de una manera totalmente natural.

En consecuencia, por cambio climático hemos de entender cualquier variación del clima a lo largo del tiempo, ya sea debido a la variabilidad natural o como consecuencia de la actividad humana1.

De hecho, el clima mundial ha ido cambiando siempre de forma natural a lo largo de la historia del planeta, cifrada en unos 4.500 millones de años. Ello no quiere decir que lo haya hecho siempre de forma suave, lineal o inocua para las especies que lo han habitado, pues incluso la famosa extinción de los dinosaurios pudo tener su origen en un cambio climático severo provocado por la colisión de un meteorito. Así distintas glaciaciones se han sucedido interrumpidas por períodos interglaciales, sin que se comprenda aún con detalle los mecanismos que los gobiernan. En cualquier caso, hay que tener presente que la climatología, como ciencia, no posee aún el conocimiento ni la certeza absolutos en cuanto a la explicación del porqué de los distintos estadíos climatológicos terrestres. En la actualidad, empero, la mayoría de la comunidad científica está convencida de que estamos asistiendo a un nuevo tipo de cambio climático, que en esta ocasión no tendría un carácter natural sino que estaría provocado por la actividad humana, principalmente por la sociedad industrial. En concreto se señala a la emisión de gases de efecto invernadero procedente de la generación energética basada en los combustibles fósiles como la principal acción humana nociva para el clima.

1 Esta acepción, proveniente del IPCC, es distinta de la que se da en la Convención Marco sobre el Cambio Climático, donde cambio climático se refiere a un cambio del clima directa o indirectamente debido a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima que se observa en períodos de tiempo comparables.

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Figura1: Esquema del funcionamiento del efecto invernadero natural existente en nuestro planeta que se presume reforzado por la emisión antropogénica de gases de efecto invernadero.

Remontándonos a los comienzos, las primeras pruebas sobre la injerencia humana en el clima terrestre, obviando la poco valorada en su día predicción de Arrhenius2, se presentaron en 1979 en la primera Conferencia Mundial sobre el Clima. Durante el decenio de 1980 la preocupación pública por las cuestiones ambientales fue en aumento, y los gobiernos tomaron cada vez más conciencia sobre los problemas del medio ambiente en general y del clima en particular. Como uno de los primeros hitos reseñables, en 1988 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución en la que se pedía “la protección del clima para las generaciones actuales y futuras de la humanidad”.

Durante ese mismo año los órganos rectores de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) crearon un nuevo organismo internacional, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), con la tarea fundamental de orientar y evaluar la información científica sobre este tema en sus múltiples facetas.

2 En realidad ya en 1896 el físico y químico sueco Svante August Arrhenius (premio Nobel de Química en 1903) formuló la teoría de que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la combustión del carbono provocarían un aumento del efecto invernadero en la atmósfera; afirmó todo ello en su estudio llamado “Sobre la influencia en la temperatura del suelo del ácido carbónico en el aire”

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Ya en el presente 2007, los datos disponibles más recientes indican que en los últimos 100 años (1906-2005) la temperatura media superficial3 ha aumentado 0,74 ºC. Es más, en los últimos 50 años la tendencia lineal del calentamiento es de 0,13 ºC por década; es decir, casi el doble que para los últimos 100 años4. Además, once de los últimos doce años (1995-2006) se encuentran entre los doce años más calurosos desde que se cuenta con registros instrumentalizados (1850). Este incremento generalizado de la temperatura media justifica que se hable popularmente de calentamiento global.

Figura2: Variaciones de la temperatura media global de la Tierra durante los últimos 140 años (a) y del hemisferio norte en los últimos mil años (b).

En cuanto a la temperatura del mar, las observaciones muestran que desde 1961 la temperatura media del océano ha aumentado hasta profundidades de, al menos, 3000 metros. Paralelamente los glaciares de montaña y la capa de nieve han disminuido en

3 Media de la temperatura del aire cercano a la superficie de la tierra y la temperatura de la superficie del mar.4 Entre los años 40 y 70 se produjo, de hecho, un descenso generalizado de las temperaturas que aún es objeto de polémica.

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ambos hemisferios. Todo ello ha contribuido a que en el siglo XX el nivel del mar haya aumentado 0,17 metros por término medio.

Por tanto, el calentamiento global existe y se está acelerando en los últimos años. Este hecho, como realidad física, resulta indiscutible y para disipar cualquier duda que aún pudiera existir, el cuarto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), documento del grupo de trabajo 1 aprobado en París en febrero de 2007, concluye que “el calentamiento del sistema climático es inequívoco, tal y como evidencian ahora las observaciones de los incrementos en las temperaturas medias del aire y los océanos, el derretimiento generalizado de hielo y nieve y el incremento medio del nivel del mar”.

Y es que se han observado numerosos cambios a largo plazo en el clima, tanto a escala continental como regional. Estos cambios incluyen variaciones en el hielo y las temperaturas del Ártico, cambios generalizados en la cantidad de precipitación, salinidad de los océanos, patrones de viento y aspectos meteorológicos extremos, que incluyen sequías, precipitaciones fuertes, olas de calor e intensidad de ciclones tropicales. Teniendo presente este amplio abanico de efectos, las previsiones apuntan a que los efectos del cambio climático sobre la población humana y los ecosistemas pueden ser drásticos, e incluso dramáticos.

El debate y la controversia que se mantienen sobre el cambio climático se centran en las causas de dicho proceso: ¿fenómeno natural o causado por la civilización humana más industrializada?. Aunque existe un amplio consenso científico en culpar del cambio climático a los gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana no faltan quienes defienden otras hipótesis, como la variación de la actividad solar y su influencia en los rayos cósmicos, para explicar el calentamiento global detectado. En todo caso resulta demostrado que los niveles de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera han subido vertiginosamente desde el inicio de la revolución industrial (1750) y su posterior extensión. Así, las concentraciones de los GEI han aumentado sobre todo por la utilización de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) como principal fuente de energía, pero también por la deforestación y otras actividades humanas de elevado impacto ambiental como la agricultura y la ganadería, impulsadas todas ellas por un crecimiento económico y demográfico inauditos en la historia. Recordemos que los gases de efecto invernadero actúan como una manta que envolviera todo el planeta, impidiendo en cierta medida que la energía reemitida escape de la superficie y la atmósfera terrestres demasiado rápidamente. El núcleo de la preocupación mundial se fundamente en la creencia de que si los niveles atmosféricos de los GEI ascienden de forma descontrolada un calentamiento excesivo de la superficie terrestre puede trastornar significativamente las pautas actuales del clima, incluso de una forma abrupta.

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Figura 3: Esquema que relaciona distintos aspectos e implicaciones del Cambio Climático.

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La base científica

Como ya se ha citado, es posible afirmar, con un nivel muy alto de confianza5, que el cambio climático actual está provocado fundamentalmente por un refuerzo artificial del efecto invernadero natural, es decir, generado por la actividad humana. En otras palabras, el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en el aire reduce la eficiencia con la que la superficie terrestre irradia energía al espacio, lo que provoca un recalentamiento de la atmósfera inferior y de la superficie. Se concluye, así, que el efecto neto medio de las actividades humanas desde 1750 constituye una alteración del balance energético terrestre preexistente; a esta alteración se la denominada forzamiento radiativo6. En este caso, y dado que el resultado es de incremento energético el sistema, el forzamiento resulta positivo, cifrándose ahora en + 1,6 W m-2.

Sin embargo, no todas las acciones humanas recalientan el clima; existen algunas que presentan un efecto contrario: de enfriamiento.

En concreto, las distintas actividades antropogénicas se comportan del siguiente modo: el forzamiento radiativo combinado debido a los incrementos de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) es el más elevado (+ 2,30 W m-2) y, por tanto, el máximo responsable del aumento de las temperaturas. Por el contrario, las contribuciones antropogénicas a los aerosoles7 (emisión de partículas sólidas, principalmente sulfatos y nitratos, que permanecen en suspensión en el aire) producen forzamientos radiativos negativos y, por tanto, un efecto de enfriamiento: se le asigna un forzamiento radiativo directo total de – 0,5 W m-2 y un forzamiento de albedo en las nubes indirecto de – 0,7 W m-2 . Por otra parte, el incremento del ozono troposférico (contaminación atmosférica urbana debida a emisiones de sus precursores químicos como óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles) contribuye al calentamiento con un forzamiento radiativo positivo: + 0,35 W m-2. Igualmente el efecto de los halocarbonos es de calentamiento: + 0,34 W m-2. Otros efectos menores serían debidos a cambios en la cobertura de la superficie terrestre (forzamiento negativo de - 0,2 W m-2 ) y a la deposición de aerosoles de hollín sobre la nieve (forzamiento positivo de + 0,1 W m-2).

En cuanto a las posibles causas naturales que podrían estar participando en la alteración climática tan solo se contempla ahora un ligero incremento en la irradiancia solar desde 1750, que se traduciría en un forzamiento radiativo de + 0.12 W m-2. Esta última estimación oficial sobre la contribución natural del sol al cambio climático resulta ser menos de la mitad

5 Por lo menos 9 de 10 posibilidades de ser correcto (90%).6 Se habla de forzamiento radiativo como una medida de la influencia que un factor tiene en alterar el balance de energía entrante y saliente en el sistema Tierra-atmósfera y es un índice de la importancia del factor como un mecanismo potencial de cambio climático. El forzamiento positivo tiende a calentar la superficie mientras el forzamiento negativo tiende a enfriarla. Se expresa en vatios por metro cuadrado.7 Básicamente sulfato, carbono orgánico, hollín, nitrato y polvo.

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que la facilitada en 2001 en el tercer informe de evaluación del IPCC. Por tanto, la teoría de un cambio climático por causa natural pierde fuerza.

Figura3: Forzamientos radiativos, tanto positivos como negativos, de las acciones humanas.

Ya en 2001 el IPCC afirmaba, que “existen pruebas nuevas y más convincentes de que la mayor parte del calentamiento observado durante los últimos 50 años se puede atribuir a actividades humanas”. Aunque las incertidumbres que rodean a la proyección de las tendencias futuras crean amplios márgenes de error en las estimaciones, el IPCC preveía en 2001 un aumento de 1,4 a 5,8 °C en las temperaturas superficiales medias de nuestro planeta para los próximos 100 años (año 2100).

Ahora, en 2007, el IPPC declara que “el conocimiento de la influencia antropogénica en el calentamiento o enfriamiento del clima ha mejorado desde el tercer informe de evaluación, lo que lleva a afirmar con un nivel muy alto de confianza que el efecto neto medio de las actividades humanas desde 1750 ha resultado en un calentamiento”. Es decir, existe un amplísimo consenso entre los científicos del clima en cuanto a que la principal causa del cambio climático está constituida por las emisiones de gases de invernadero producidas por la actividad humana.

Y es que las concentraciones de gases de efecto invernadero en el aire son mayores ahora de lo que lo han sido en los pasados 650.000 años, y la previsión es que sigan aumentando en el futuro. Refiriéndonos al dióxido de carbono, como gas de efecto invernadero más importante, su concentración atmosférica global se ha incrementado de 280 ppm8, como valor preindustrial (año 1750), a 379 ppm en 20059. Esta concentración, excede ampliamente el rango natural de los últimos 650.000 años (180 a 300 ppm) según muestran los testigos de hielo analizados10. Además, la tasa de crecimiento anual de la concentración para este gas ha sido mayor durante los últimos diez años considerados (media de 1995-2005: 1,9 ppm por año) que lo que había sido registrado desde que se iniciaron las mediciones atmosféricas directas (media de 1960-2005: 1,4 ppm por año). Ello es resultado, a su vez,

8 ppm (partes por millón): es la relación entre el número de moléculas de gas de efecto invernadero con respecto al número total de moléculas de aire seco. 9 Según los últimos datos de la NASA (2007) la concentración de CO2 actual es de 384 ppm10 Se analiza el contenido en CO2 de las micro burbujas de aire atrapadas en el hielo.

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de un aumento en las emisiones antropogénicas: de las 23,5 GtCO211 emitidas por año en la década de los 90 hemos pasado a 26,4 GtCO2 por año en el período 2000-2005.

Figura 4: Concentraciones históricas de CO2 desde el año 1000 y proyección de las concentraciones futuras hasta el año 2100 correspondientes a los distintos escenarios considerados.

En cuanto al metano (segundo GEI en importancia), la concentración atmosférica aumentó de un valor preindustrial de 715 ppb12 a 1774 ppb en 2005. Tal y como sucede con el caso del dióxido de carbono (CO2), la concentración actual de metano supera con mucho el rango natural de los últimos 650.000 años (320 a 790 ppb). Se cree que es muy probable13 que el aumento observado de este gas sea debido también a actividades antropogénicas, fundamentalmente la agricultura y el uso de combustibles fósiles.

En cuanto a las proyecciones futuras, las mejores estimaciones descritas en este último informe prevén para el año 2100 un aumento de la temperatura media entre 1,8 ºC y 4

11 Giga (símbolo: G) es un prefijo del Sistema Internacional de Unidades que indica un factor de 109,

o 1.000.000.000 (Mil millones). 1 GtCO2 = Mil millones de toneladas de CO2.12 ppb: partes por billón (1 billón = 1.000 millones)13 Probabilidad superior al 90 %.

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ºC (con un rango completo de 1,1 ºC a 6,4 ºC para el conjunto de los seis escenarios contemplados).

Los efectos del calentamiento, incluso en los extremos inferiores de esa banda, podrían ser dramáticos. Se considera que las repercusiones en los seres humanos serán inevitables y, en algunos lugares o momentos, extremas.

Si bien es cierto que la población de algunas zonas puede verse incluso beneficiada con el cambio climático, serán muchos más los casos en que se verá afectada negativamente. Se asume como una certeza que los países pobres sufrirán más que los ricos ante un clima modificado rápidamente, ya que su falta de recursos los hace especialmente vulnerables a la adversidad o a las emergencias de escala relativamente grande. Sin embargo, la población de estos países pobres ha producido (y produce) sólo una pequeña parte de los gases de efecto invernadero emitidos históricamente, por lo que su grado de responsabilidad resulta mínimo en comparación con las sociedades industriales más opulentas. Se puede concluir sin temor a equivocarnos que la completa ausencia de equidad en el fenómeno del cambio climático es una triste realidad; en otros términos pero similar significado se declara que existe una profunda injusticia en los impactos del cambio climático14. Puede afirmarse que esta asimetría se encuentra también presente en el distinto papel que juegan hombres y mujeres, tanto en las causas como en los impactos del cambio climático. Sin embargo, el análisis del cambio climático desde una perspectiva de género15 no ha sido aún abordado con la suficiente profundidad. Así, la consejera mundial de género de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) afirma16 con rotundidad que la dimensión de género no ha sido considerada en las iniciativas relacionadas con el cambio climático. Además, se nos recuerda desde este organismo internacional que se ha mostrado poco interés por entender y atender las implicaciones sociales del cambio climático, y las amenazas que éstas plantean para los hombres y las mujeres en condiciones de pobreza, o la forma en que las condiciones políticas y económicas de las personas influyen en su capacidad de responder a los desafíos que plantea el cambio climático.

Sin embargo, debe asumirse como una realidad que cuando suceden acontecimientos naturales extremos, las mujeres y los hombres resultan afectados de distinta manera debido a los roles sociales tradicionales y las responsabilidades asociadas al género. Además, si partimos de la premisa de que la población pobre sufrirá más por causa del cambio climático y de que un 70% de los pobres en el mundo son mujeres17 podremos concluir que el cambio climático es también una cuestión de género.

Parece fundamentada, por tanto, la necesidad de profundizar más en un análisis social del cambio climático, sin menospreciar la investigación física del fenómeno. En esa línea trabaja actualmente la oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México y la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) al realizar una investigación18 sobre los temas de mitigación y adaptación al cambio climático, desde el enfoque de género. Este trabajo culminará con la publicación de una guía sobre cambio climático y género.14 Informe de Intermon Oxfam “Adaptarse al Cambio Climático” 2007 15 En este contexto, el concepto género designa lo que en cada sociedad se atribuye a cada uno de los sexos, es decir, se refiere a la construcción social del hecho de ser mujer y hombre, a la interrelación entre ambos y las diferentes relaciones de poder/subordinación en que estas interrelaciones se presentan. (OXFAM, 1997).16 “Cambio climático y mitigación de los desastres” Lorena Aguilar (UICN)17 “Las mujeres son más vulnerables al cambio climático” (UICN, 2007).18 http://www.generoyambiente.org

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Por otra parte, a causa de los efectos retardados sobre el sistema climático (inercia del clima), las emisiones de gases invernadero del pasado producirán un aumento adicional de la temperatura durante el siglo XXI, y además se espera que las emisiones sigan incrementándose en las próximas décadas. En consecuencia, para evitar un escenario de calamidades muy probables hay que conseguir que el cambio climático se desacelere primero y, en último término, se detenga. Sobre la base del segundo informe de evaluación del IPCC (1995), el Consejo de Ministros de la UE afirmó ya en 1996 que consideraba “que las temperaturas medias mundiales no deberían sobrepasar en más de 2 ºC las temperaturas preindustriales”. Lo más complicado es que este objetivo de los 2 °C como máximo aumento admisible debe ser traducido técnicamente en términos de políticas y estrategias. A menudo este mismo objetivo se presenta en términos de máxima concentración atmosférica de gases de efecto invernadero, expresándose en partes por millón (ppm), aunque esta traducción no está exenta de incertidumbre. La investigación reciente indica que un nivel de 550 ppm de CO2e (CO2 equivalente19) ofrece como máximo una probabilidad de 1 entre 6 de alcanzar el objetivo de los 2 °C, mientras que si la concentración llegara a los 650 ppm de CO2e la probabilidad de alcanzarlo sería solamente de 1 entre 16. Por consiguiente, limitar el aumento de la temperatura a 2 °C exigiría muy probablemente una estabilización de las concentraciones de gases de invernadero a niveles mucho más bajos. Dado que la concentración de CO2e se sitúa ya por encima de 400 ppm (465 ppm en 2007 según la NASA) y crece a un promedio del 0,5 % anual (2 ppm/año), conseguir el objetivo de los 2 °C exigiría un importante recorte de las emisiones a nivel mundial (algunas estimaciones cifran esta reducción en un 80 % de las emisiones mundiales actuales).

Figura 5: Fuentes y sumideros de CO2

19 Concentración de CO2 que produciría el mismo nivel de forzamiento radiativo que una mezcla dada de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

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Impactos, adaptación y vulnerabilidad

Impactos: detectados y previstos

En cuanto a los impactos20 generados por el cambio climático, las evidencias observadas en todos los continentes y en la mayoría de los océanos, muestran que muchos sistemas naturales se están viendo afectados ya por cambios climáticos regionales, particularmente por incrementos de temperatura.

En relación con los cambios en la nieve, hielo y suelos helados, hay en la actualidad un nivel de confianza alto21 en que los sistemas naturales están afectados por algunos de los siguientes efectos:

Ampliación y aumento del número de lagos glaciares•

Inestabilidad creciente del suelo en regiones con permafrost• 22, y avalanchas de rocas en regiones montañosas

Cambios en algunos ecosistemas Árticos y Antárticos•

En los sistemas hidrológicos hay un nivel de confianza alto de que están teniendo lugar los siguientes efectos:

Mayor escorrentía y adelanto del máximo primaveral de descarga en muchos • ríos que se nutren de glaciares y nieve.

Calentamiento de lagos y ríos en muchas regiones.•

Sobre los sistemas biológicos terrestres existe un nivel de confianza muy alto23 en que el calentamiento reciente los está afectando fuertemente, incluyendo cambios como:

Adelanto en el comienzo de la primavera.•

Desplazamiento hacia el polo y hacia alturas superiores de especies de • animales y plantas.

20 Se entiende por impactos las consecuencias del cambio climático sobre los sistemas naturales y humanos21 Nivel de confianza alto: posibilidad alrededor de 8 de 1022 Suelo permanentemente congelado que se produce donde la temperatura se mantiene por debajo de 0°C durante varios años23 nivel de confianza muy alto: al menos 9 de 10 posibilidades de ser correcto.

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En cuanto a los sistemas biológicos de aguas dulces y marinas existe un nivel de confianza alto de que los cambios observados están relacionados con el aumento de la temperatura del agua.

En resumen, el IPCC manifiesta en 2007 que “un análisis global de los datos desde 1970 ha mostrado que es probable24 que el calentamiento antropogénico haya tenido una influencia perceptible en muchos sistemas físicos y biológicos”. En otras palabras, parece probado que el cambio climático comienza ya a mostrar sus efectos en la biosfera.

Sobre los impactos futuros, se prevé que para mediados de siglo (2050) el promedio anual de escorrentía y de disponibilidad de agua se incrementen entre un 10 % y un 40 % en latitudes altas y en algunas áreas tropicales húmedas; por contra, se prevé que disminuyan entre un 10 % y un 30 % en algunas regiones secas de latitudes medias y en los trópicos secos. Se cree, igualmente, que las áreas afectadas por la sequía aumentarán en extensión mientras que los episodios de lluvias intensas se incrementarán. El agua se sitúa así como recurso natural limítrofe en muchas sociedades y en un futuro relativamente próximo.

Además, resulta probable que la absorción neta de carbono por los ecosistemas terrestres alcance su máximo antes de mitad de siglo y a partir de entonces decrezca o incluso se invierta (y se produzca una emisión neta), amplificando así el cambio climático y convirtiéndose en una realimentación positiva del fenómeno.

Se teme, por otra parte, que la progresiva acidificación de los océanos (a causa de la absorción del dióxido de carbono en el agua) tenga impactos negativos en la formación de organismos marinos con concha y sus organismos dependientes.

Como efecto positivo, se espera que la productividad de los cultivos aumente ligeramente en latitudes medias y altas por el aumento local de la temperatura media. Por el contrario, en latitudes más bajas resulta previsible un descenso de la productividad de los cultivos, incluso para aumentos pequeños de la temperatura local (1 a 2 ºC). En términos globales se proyecta que el potencial de producción de alimentos crezca mientras los incrementos de temperatura permanezcan bajos (1 a 3 ºC); para mayores temperaturas es probable que disminuya. Se estima, en todo caso, que el cambio climático puede comprometer la seguridad alimentaria humana, ya de por sí muy precaria en amplias regiones del planeta.

Para los sistemas costeros el pronóstico es una exposición a riesgos crecientes, debidos tanto al aumento del nivel del mar como a una erosión costera reforzada. Las áreas densamente pobladas y de menor altitud se configuran como de alto riesgo, pues su capacidad de adaptación resulta relativamente pequeña.

Resulta previsible además que los efectos sobre la sociedad y la economía varíen ampliamente según los casos, aunque existe acuerdo en que estos efectos tenderán a ser más negativos cuanto mayor sea la alteración en el clima.

24 Probable: 66 % al 90 % de probabilidad

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Figura 6: El incremento en el deshielo estacional en las zonas congeladas del planeta es seguido con gran preocupación por la comunidad científica

Uno de los aspectos más preocupantes del cambio climático es su posible impacto sobre la salud humana; se prevén los siguientes efectos:

Aumento de la malnutrición•

Aumento de muertes, enfermedades y daños debidos a las olas de calor, • inundaciones, tormentas, incendios y sequías

Aumento de enfermedades diarreicas, consecuencia de las inundaciones • principalmente.

Incremento de enfermedades cardiorrespiratorias debido a las mayores • concentraciones de ozono troposférico como contaminación atmosférica local.

Modificación de la distribución espacial de algunos vectores de enfermedades • infecciosas como la malaria o el dengue.

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Los únicos efectos positivos sobre la salud que resultan previsibles ante el cambio climático se centran en el posible descenso de muertes provocadas por exposición al frío en las áreas templadas.

En general se espera que, mientras que los países en desarrollo experimenten porcentajes mayores de pérdidas económicas, la media global de pérdidas se sitúe entre el 1 % y el 5 % del producto interior bruto (PIB) para unos 4 ºC de calentamiento. En todo caso, las estimaciones económicas son aún muy poco precisas, encontrándose la media de valoración del coste social de la tonelada de CO2 para 2005 en 12 dólares, pero variando según los estudios entre los 3 y los 95 dólares por tonelada. Se piensa, en definitiva, que resulta probable que los costes económicos por el cambio climático sean significativos y se incrementen a lo largo del tiempo.

España, por su situación geográfica y sus características socioeconómicas, es un país muy vulnerable al cambio climático, tal y como aseguran las últimas investigaciones efectuadas. Además, las temperaturas en España han aumentado, de forma general, con una magnitud algo superior a la media global del planeta. Los efectos más evidentes se centran en la disminución de los recursos hídricos y la regresión de la costa, las pérdidas de la biodiversidad biológica y ecosistemas naturales y el incremento del fenómeno de la erosión del suelo.

Uno de dichos estudios, “Evaluación Preliminar de los Impactos en España por Efecto del Cambio Climático” realizado al amparo del Convenio de colaboración entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Universidad de Castilla-La Mancha y publicado en 2005, ofrece como principal conclusión que “el clima venidero de España sufrirá cambios más que notorios, sobre todo en su temperatura, y se volverá más cálido”. Este aumento térmico será mayor en verano que en invierno y más acusado en el interior peninsular que en las zonas costeras. Los cambios en las lluvias se concretan en una tendencia generalizada a una menor precipitación acumulada anual en todo el territorio.

Las consecuencias de dicho cambio, según el citado estudio, se pueden sintetizar en la siguiente afirmación: “en la mayoría de sectores analizados los impactos serán negativos y, en algunos casos, altamente negativos”. Más concretamente, los impactos del cambio climático en España pueden tener consecuencias especialmente graves, entre otras, en lo referente a la disminución de los recursos hídricos y la regresión de la costa, pérdidas de la diversidad biológica y ecosistemas naturales, aumentos en los procesos de erosión del suelo y pérdidas de vidas y bienes derivadas de la intensificación de sucesos adversos asociados a fenómenos climáticos extremos, tales como inundaciones, incendios forestales y olas de calor.

Por tanto, debemos asumir como un hecho que el cambio climático previsto puede afectar a España negativamente y de manera muy significativa.

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Figura 7: Evolución de la temperatura media en los últimos 1.000 años y proyección de las temperaturas futuras hasta el año 2100 correspondientes a los distintos escenarios considerados.

Adaptación

Como parece inevitable que el cambio climático genere efectos negativos importantes en un futuro próximo resulta vital que tanto los países, como las organizaciones de todo tipo, adopten con prontitud medidas de protección eficaces.

Así, por adaptación al cambio climático hemos de entender el ajuste en los sistemas naturales o humanos en respuesta a estímulos climáticos previstos o a sus efectos, que mitiga los daños o explota oportunidades beneficiosas. Es decir, se considerarán medidas de adaptación aquellas que permitan amortiguar los peores efectos del cambio climático o incluso que logren obtener algún beneficio parcial.

Pueden distinguirse diversos tipos de adaptación: anticipadora y reactiva, privada y pública, autónoma y planificada.

Algunas de las últimas conclusiones25 sobre la adaptación son las siguientes:

Algo de adaptación se está produciendo ahora, para el cambio climático • observado y proyectado, pero de forma muy limitada.

25 Resumen para responsables de políticas del informe del grupo de trabajo II del IPCC “Cambio Climático 2007”

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La adaptación será necesaria para abordar los impactos resultantes del • calentamiento que ya es inevitable debido a las emisiones del pasado.

Una selección de opciones de adaptación está disponible, pero se necesita • una adaptación más extensiva que la que está teniendo lugar actualmente para reducir la vulnerabilidad al cambio climático futuro. Hay barreras, límites y costes, pero no están entendidos en su totalidad.

La posibles medidas adaptativas son muy variadas y van desde las puramente tecnológicas (p.e. construcción de diques en zonas costeras) hasta las políticas (p.e. elaboración de nuevas normas y leyes), pasando por las sociales y de gestión. Sin embargo, se detectan importantes barreras de todo tipo para mejorar la adaptación (medioambientales, políticas, económicas, sociales, etc.).

La adaptación temprana (antes de que aparezcan los primeros problemas) está considerada como muy conveniente, pues las opciones para una adaptación exitosa disminuyen (y los costes asociados aumentan) con el incremento del cambio climático.

No obstante se concluye, en suma, que la adaptación es necesaria pero no suficiente en la batalla contra el cambio climático: “solamente con la adaptación no se puede hacer frente a todos los efectos previstos del cambio climático, y especialmente a largo plazo, ya que la mayoría de los impactos aumentarán en magnitud”26.

En consonancia con este pesimista pronóstico general y con vistas a minimizar sus consecuencias negativas se ha adoptado en 2006 y por parte del Gobierno de España el Plan Nacional de Adaptación al cambio Climático. Los principales objetivos de este plan son los siguientes:

Integrar la adaptación al cam bio climático en la planificación y gestión de los • distintos sec tores socioeconómicos y sis temas ecológicos españoles.

Establecer un proceso continuo y acumulativo de generación de conocimientos • y fortaleci miento de capacidades para aplicarlos.

Proporcionar asistencia a todas aquellas Administraciones y Organizaciones • interesadas, tanto públicas como privadas, para evaluar los impactos del cambio climático en su área de interés, facilitando conocimientos, he rramientas y métodos.

Promover procesos de par ticipación que conduzcan a la definición de las • mejores opciones de adaptación al cambio climático.

26 IPCC 2007

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Vulnerabilidad

Con el término vulnerabilidad nos referimos en este contexto a la medida en que un sistema es capaz o incapaz de afrontar los efectos negativos del cambio climático, incluso la variabilidad climática y los fenómenos extremos. Dicha vulnerabilidad está en función del carácter, la magnitud y el índice de variación climática a que está expuesto un sistema, su sensibilidad y su capacidad de adaptación.

Hay que tener en consideración, además, que otros factores no climáticos (desigualdad económica y pobreza, inseguridad alimentaria, conflictos armados, enfermedades, etc.) pueden aumentar la vulnerabilidad al cambio climático del sistema socioeconómico considerado a través de la reducción de la resilencia27, y pueden también reducir la capacidad adaptativa por el uso de los recursos disponibles para cubrir las necesidades más apremiantes.

En otras palabras, puede afirmarse que la vulnerabilidad futura de una sociedad dependerá no solo del cambio climático que se produzca finalmente, sino también de la senda de desarrollo que haya elegido previamente. Es lógico pensar que el logro de un desarrollo sostenible puede reducir la vulnerabilidad al cambio climático; sin embargo, es cierto también que la aparición del cambio climático podría dificultar la capacidad de las sociedades para lograr acercarse al desarrollo sostenible.

La mejor respuesta al cambio climático podría ser una combinación de estrategias que incluyan mitigación28, adaptación, desarrollo tecnológico e investigación. Si se quieren asegurar logros reales, las políticas a desarrollar deberían involucrar todos los niveles organizativos: desde el ciudadano hasta las organizaciones internacionales, pasando por los estados y las empresas.

Mitigación

Como situación de partida nos encontramos con que las emisiones globales de gases de efecto invernadero29 continúan aumentando: entre 1970 y 2004, ponderadas por su potencial global de calentamiento30, han aumentado un 70%, desde 28,7 a 49 Gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2-eq)31. Pero lo más preocupante es la previsión de que esta tendencia alcista se mantenga en el tiempo futuro; en ese sentido el IPCC32 27 Resilencia o resiliencia: cantidad de cambio que puede experimentar un sistema sin modificar su estado.28 Intervención humana para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o ampliar los sumideros.29 Gases de efecto invernadero contemplados: CO2, CH4, N2O, HFCs, PFCs y SF630 Este índice aproxima el efecto de calentamiento integrado en el tiempo de una masa unitaria de un determinado gas de efecto invernadero en la atmósfera actual, en relación con la del dióxido de carbono.31 La definición de dióxido de carbono equivalente (CO2-eq) es la cantidad de emisiones de CO2 que causaría el mismo forzamiento radiativo que una mezcla de un gas de efecto invernadero o una mezcla completa de gases de efecto invernadero, todos multiplicados por sus respectivos potenciales globales de calentamiento para tener en cuenta los tiempos diferentes que permanecen en la atmósfera.32 Cambio climático 2007: Mitigación del cambio climático. Resumen para responsables de políticas.

20


concluye que “con las políticas actuales de mitigación del cambio climático y las prácticas de desarrollo sostenible relacionadas, las emisiones globales de GEI continuarán creciendo a lo largo de las próximas décadas”.

Hay que considerar con especial atención el hecho de que el mayor crecimiento de las emisiones globales de GEI entre 1970 y 2004 procede del sector de suministro de energía, el cual con un incremento del 145% duplica la tasa general. Esto explica la íntima conexión entre el modelo energético actual y el cambio climático y como la lucha eficaz contra el calentamiento pasa inexcusablemente por una transformación profunda del paradigma energético imperante.

Así, sin políticas de mitigación del cambio climático adicionales a las ya dispuestas (escenarios de no mitigación) se proyecta entre 2000 y 2030 un incremento de las emisiones globales que va del 25 % al 90 % (de 9,7 GtCO2-eq a 36,7 GtCO2-eq).

No obstante, de acuerdo con las conclusiones del IPCC adoptadas en Bangkok, Tailandia, el día 4 de mayo de 2007, una actuación decidida que emplee las tecnologías hoy disponibles permitiría alcanzar los objetivos de estabilización a un coste inferior al previsto con anterioridad. Ello se traduce en que es imprescindible adoptar medidas de gran calado de modo urgente con la convicción de que la solución resulta factible con una voluntad conjunta decidida.

Con esta tesis se alinea claramente la Unión Europea al defender que la limitación del cambio climático a un nivel razonable (aumento máximo de 2ºC en la temperatura media mundial sobre los valores preindustriales) es técnicamente factible y económicamente viable. Todo ello, además, sin comprometer el crecimiento económico ni los esfuerzos de lucha contra la pobreza de los países en desarrollo.

Uno de los protagonistas europeos de este enfoque en positivo ha sido Tony Blair que ha llegado a afirmar en 2007 que Europa lleva en este momento la delantera en la batalla contra el calentamiento global o que las medidas aprobadas en el último Consejo Europeo sitúan a la UE en la vía adecuada para convertirse en la primera economía mundial en emisiones más bajas de carbono.

21

Figura 8: Campaña de la Unión Europea de lucha contra el cambio climático.

A la hora de contemplar las medidas concretas a adoptar es preciso aceptar, en primer lugar, que ningún sector o tecnología puede asumir el reto completo de la mitigación del cambio climático. Además, los sectores afectados son tan variados (suministro energético, transporte, residencial, industria, agricultura, silvicultura y residuos) que abarcan la práctica totalidad de la actividad socioeconómica. Sin embargo, si se acepta que la solución definitiva al cambio climático pasa inexcusablemente por un cambio en el paradigma energético imperante, debiéndose lograr economías bajas en carbono como un primer paso de esta transformación.

Algunas de las principales tecnologías barajadas como pertinentes para mitigar el cambio climático, ya maduras en la actualidad y dispuestas para su aplicación inmediata, son:

SECTOR ENERGÉTICO:•

Mejora de la eficiencia en la producción y distribución de la electricidado

Cambio de combustibles del carbón al gaso

Producción de energía y calor mediante renovables (hidroeléctrica, solar, eólica, o

geotérmica, y bioenergía),

Generación combinada de energía eléctrica y calor (cogeneración)o

TRANSPORTE:•

Mayor eficiencia de uso de combustibles en los vehículoso

22


Vehículos híbridoso

Vehículos diesel más limpioso

Empleo de biocombustibleso

Cambios modales de transporte por carretera a trenes y sistemas transporte o

público

Transporte no motorizado (bicicleta, caminar)o

Planificación del uso del suelo y el transporteo

RESIDENCIAL•

Iluminación eficiente y aprovechamiento de la luz diurna o

Electrodomésticos y aparatos de refrigeración y calefacción más eficienteso

Mejora de las cocinaso

Mejora del aislamiento térmico en viviendas y oficinaso

Diseño de sistemas de refrigeración y ventilación pasivos y activos a través de la o

energía solar

Fluidos de refrigeración alternativoso

Recuperación y reciclado de gases fluoradoso

INDUSTRIA•

Equipamientos para el uso final de la electricidad más eficienteso

Recuperación de calor y energíao

Reciclado y substitución de materialeso

Control de las emisiones de gases no-CO2o

AGRICULTURA•

Gestión mejorada de las tierras de cultivos y pastos para aumentar la absorción de o

carbono en el suelo

23

Restauración de suelos turbosos en tierras cultivadas y tierras degradadaso

Mejora en las técnicas de cultivo del arroz y la gestión de la ganadería y el estiércol o

para reducir las emisiones de metano (CH4)

Mejora en las técnicas de aplicación de fertilizantes de nitrógeno para reducir las o

emisiones de óxido nitroso (N2O)

Uso de los cultivos energéticos para sustituir el uso de combustibles fósileso

Mejora de la eficiencia energéticao

SILVICULTURA•

Forestacióno

Reforestacióno

Mejora en la gestión forestalo

Reducción de la deforestación o

Gestión optimizada de los productos madereroso

Uso de productos forestales como bioenergía para sustituir el uso de combustibles o

fósiles

RESIDUOS•

Recuperación del metano de los vertederoso

Incineración de residuos con recuperación de energíao

Compostaje de residuos orgánicoso

Tratamiento controlado de las aguas residualeso

Reciclaje y minimización de los residuoso

Además, existe otro conjunto de tecnologías emergentes que se estiman de posible aplicación para el año 2030. Entre ellas se pueden citar:

Captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CCS) para instalaciones • para la generación de electricidad mediante gas, biomasa y quema de carbón

Biocombustibles de segunda generación (algas, paja, madera, etc.)•

24


Electricidad solar fotovoltaica integrada en los edificios•

Mejora de especies arbóreas para aumentar la productividad de biomasa y el • secuestro de carbono.

Sobre el coste económico de la mitigación, los estudios elaborados concluyen resultados muy variables. Según dichos estudios, en 2030 los costes macroeconómicos de la mitigación “multi-gas” (actuación sobre todos los GEI), consistentes con las trayectorias de emisiones hacia una estabilización entre 445 y 710 ppm CO2-eq, se estiman entre un 3% de disminución del PIB global y un pequeño incremento, comparado con la base de referencia.

Mención aparte merece el llamado Informe Stern (Stern Review on the Economics of Climate Change). Se trata de un informe sobre la economía del cambio climático encargado por el gobierno británico al economista y antiguo miembro del Banco Mundial Sir Nicholas Stern. Publicado el 30 de octubre de 2006 y con una extensión de 700 páginas, este informe ha supuesto un hito en las investigaciones sobre la trascendencia económica del cambio climático.

Las principales conclusiones del mismo son las siguientes:

El cambio climático constituye una seria amenaza mundial, que exige urgentemente una respuesta asimismo mundial.

Los beneficios de la adopción de medidas prontas y firmes superarán con creces los costes económicos de la pasividad.

De permanecer inactivos, el coste y riesgo total del cambio climático equivaldrán a la pérdida de un mínimo del 5% anual del PIB global (otros cálculos de los daños que se producirían aumentarían a un mínimo del 20% del PIB).

El coste de la adopción de las medidas precisas para una reducción de las emisiones de gases invernadero que evite las peores consecuencias del cambio climático puede limitarse al 1% del PIB global cada año.

La inversión realizada en los próximos 10-20 años tendrá un profundo impacto sobre el clima durante la segunda parte del presente siglo y en el siglo próximo. Nuestras acciones actuales y de las próximas décadas podrían crear el riesgo de que se produzca una importante perturbación de las actividades económicas y sociales, cuya escala sería comparable a la asociada con las grandes guerras y depresión económica de la primera mitad del siglo XX.

Si bien todos los países se verán afectados, aquellos que sufrirán antes y más intensamente serán los países y poblaciones más pobres, a pesar de que son los que menos han contribuido a las causas del cambio climático

El coste de la estabilización del clima es significativo pero viable; todo retraso resultaría peligroso y mucho más costoso.

La estabilización de la concentración de GEI en gama “segura” (entre 450 y 550 ppm de CO2 equivalente) requeriría que, para el 2050, las emisiones fueran, como mínimo, un 25% inferiores a los niveles actuales y aun quizá mucho más. En última instancia, la estabilización de la situación a cualquier nivel requerirá que las emisiones anuales se reduzcan en más del 80% de su nivel actual.

25

De adoptarse firmes medidas inmediatas, el coste anual de la estabilización entre 500 y 550ppm de CO2e ascendería, aproximadamente, al 1% del PIB global.

Resultaría altamente difícil y costoso tratar de estabilizar la situación a 450ppm de CO2e. Si retrasamos la adopción de medidas, es posible que la oportunidad de estabilización a 500-550ppm de CO2e desaparezca.

Es necesario que se tomen medidas sobre el cambio climático en todos los países, sin por ello recortar las aspiraciones de crecimiento de los países, ricos o pobres.

El mundo no tiene que elegir entre evitar el cambio climático y promover el crecimiento y el desarrollo, pudiendo afirmarse que el crecimiento económico se verá negativamente afectado si se ignora el cambio climático.

A plazo más largo, hacer frente al cambio climático es la estrategia adecuada a favor del crecimiento, estrategia que podrá llevarse a la práctica sin recortar las aspiraciones de crecimiento de los países ricos o pobres.

Con objeto de que las concentraciones atmosféricas de CO2e puedan estabilizarse por debajo de 550 ppm, el sector mundial de la energía deberá ‘descarbonizarse’ en un mínimo del 60% para el año 2050. También se requerirá una reducción drástica en las emisiones procedentes del sector del transporte.

Es posible que los combustibles fósiles sigan representando más del 50% del suministro mundial de energía en el 2050 y, por consiguiente, será necesario conseguir una vasta captura y almacenamiento de carbono para poder permitir el uso continuado de los combustibles fósiles, sin dañar la atmósfera.

El cambio climático es el mayor fracaso del mercado jamás visto en el mundo. Toda respuesta global eficaz requerirá tres elementos de política: el precio del carbono, aplicado por medio de impuestos, comercio o reglamentación; una política de apoyo a la innovación y a la aplicación de tecnologías bajas en carbono; y finalmente, la adopción de medidas para eliminar cualquier barrera a la eficiencia energética e informar, educar y persuadir a los individuos sobre lo que pueden hacer, a nivel individual, para responder al cambio climático.

Todo marco internacional futuro debería incluir los siguientes elementos clave: canje de emisiones, cooperación tecnológica, medidas para reducir la despoblación forestal y adaptación.

Todavía estamos a tiempo para evitar las peores consecuencias del cambio climático, si se adoptan ahora firmes medidas.

26


Figura 9: Nueva Orleans tras el paso del huracán Katrina. Los costes económicos asociados a los fenómenos climáticos extremos pueden ser muy cuantiosos.

27

Acción internacional contra el cambio climático

Desde su creación en 1988 el IPCC (también conocido como panel internacional del cambio climático) ha venido elaborando una serie de informes de evaluación, informes especiales, documentos técnicos, metodologías y otros productos sobre el cambio climático que se han convertido en obras de referencia, ampliamente utilizadas por los responsables de políticas, científicos y otros expertos.

En 1990 el IPCC publicó su primer informe de evaluación en el que ya se confirmaba que la amenaza del cambio climático era real (2º en 1995, 3º en 2001 y 4º en 2007).

En la segunda Conferencia Mundial sobre el Clima celebrada en Ginebra en 1990 se pidió la creación de un tratado mundial para abordar el problema del cambio climático. La Asamblea General de Naciones Unidas respondió aprobando una resolución en la que se ponían oficialmente en marcha las negociaciones acerca de una convención sobre el cambio climático. Este proceso culminó en mayo de 1992 con la adopción de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que entró finalmente en vigor en marzo de 1994.

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (conocida popularmente como Cumbre de la Tierra), celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992, la nueva Convención se abrió a la firma. Ocho años más tarde, se habían adherido a la Convención 188 Estados y la Comunidad Europea (la Secretaría de la Convención ha recibido hasta abril de 2007 un total de 191 instrumentos de ratificación). Esta adhesión prácticamente mundial hace de la Convención uno de los acuerdos ambientales internacionales que goza de apoyo más universal.

Después de intensas negociaciones, en la tercera Conferencia de las Partes de la Convención (COP3), celebrada en Kyoto (Japón) en diciembre de 1997, se aprobó una considerable ampliación, en la que se esbozaban compromisos jurídicamente vinculantes. Era el Protocolo de Kyoto. En él se recogían las normas básicas, pero no se especificaban con detalle cómo deberían aplicarse. Se preveía un proceso independiente y oficial de firma y ratificación por los gobiernos nacionales antes de que pudiera entrar en vigor. Tras años de negociaciones tensas y las grandes dudas provocadas por el sonado abandono de Estados Unidos, primer emisor mundial de GEI en esos momentos, el Protocolo de Kyoto entró finalmente en vigor el 16 de febrero de 2005.

Hasta junio de 2007 un total de 174 países (más la UE) han ratificado el Protocolo, siendo responsables del 61,6 % de las emisiones de GEI de 1990.

28


El Protocolo de Kyoto es considerado, a pesar de todo, como el acuerdo de más largo alcance adoptado por la comunidad internacional en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible, y refleja la voluntad de aplicar medidas efectivas para reducir los riesgos derivados del cambio climático.

Los aspectos más importantes del Protocolo de Kyoto son:

Se aplica a 6 gases de efecto invernadero (o familias de GEI) de elevado • potencial de calentamiento global:

Dióxido de carbono (CO2)1.

Metano (CH4)2.

Oxido Nitroso (N2O)3.

Hidrofluorocarbonos (HFC)4.

Perfluorocarbonos (PFC)5.

Hexafluoruro de azufre (SF6)6.

Establece el compromiso, jurídicamente vinculante, de que se reducirán las • emisiones globales de los citados gases de efecto invernadero (expresadas en CO2 equivalente) en un 5,2% durante el período 2008-2012, en relación con las registradas en 1990. Para ello, se fijan compromisos individuales cuantificados de limitación o reducción de emisiones –expresados en % del nivel del año base– para 38 países, además de la UE (todos ellos países desarrollados). En el año 2005 los países afectados deberían demostrar avances concretos en el cumplimiento de los compromisos contraídos.

Contempla tres mecanismos de flexibilidad para ayudar a los países • desarrollados a cumplir sus compromisos de reducción o limitación de emisiones:

Régimen de comercialización de derechos de emisiones entre los • países del Anexo 1 (a desarrollar en el período 2008-2012) por el que los países podrán transferir a otros, o adquirir de los mismos, parte de la cuota de emisiones que se les haya asignado. Así, los países que reduzcan sus emisiones en mayor medida que los objetivos asignados en el Protocolo de Kyoto podrán vender sus excedentes a aquellos otros que no puedan, o les resulte más costoso, cumplir sus compromisos por sus propios medios.

Mecanismo de Aplicación Conjunta (AC/JI): en virtud del mismo • y, en determinadas condiciones, un país desarrollado (del Anexo 1) se atribuye las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la realización de un proyecto de inversión en otro país desarrollado (del Anexo 1).

29

Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL/CDM), mediante el • cual, en determinadas condiciones, un país desarrollado (del Anexo 1) se atribuye las reducciones certificadas de emisiones derivadas de la realización de proyectos de inversión en países en desarrollo firmantes del Protocolo de Kyoto (no incluidos en el Anexo 1). De esta forma, el país inversor puede cumplir sus compromisos con costes más reducidos, el país receptor, de menor nivel de desarrollo, se beneficia de la transferencia de tecnología para proyectos compatibles con el desarrollo sostenible y se respeta el objetivo global del Protocolo de Kyoto.

Establece obligaciones específicas para los países más desarrollados (del • Anexo 1) dirigidas a garantizar un seguimiento adecuado del cumplimiento de los compromisos aceptados. Destacan las siguientes:

Definición y aplicación de un sistema nacional para la estimación • de las emisiones netas de los GEI de acuerdo con la metodología establecida por el IPCC y las Conferencias de las Partes de la UNFCCC.

Elaboración de un inventario anual de emisiones de GEI, con la • metodología y contenido establecidos con carácter general, que se remitirá a los órganos competentes de la UNFCCC.

Elaboración y aplicación de programas nacionales de lucha contra • los efectos negativos del cambio climático que contendrán las políticas y medidas adecuadas para avanzar en la consecución de los compromisos del Protocolo de Kyoto.

Creación de un registro nacional y de un sistema contable para • registrar las atribuciones y transacciones de cuotas y derechos de emisión.

Integración de estos elementos de información en las • comunicaciones nacionales sobre el clima que deban remitirse a los órganos de la UNFCCC.

La entrada en vigor del Protocolo significa que a partir del 16 de febrero de 2005:

Treinta países industrializados están obligados jurídicamente a 1) cumplir los objetivos cuantitativos para reducir o limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero.

El mercado internacional del carbono pasa a ser una realidad jurídica 2)

y práctica. El régimen de “comercio de derechos de emisión” del

Protocolo permite a los países industrializados comprar y vender

mutuamente créditos de emisión; este planteamiento basado en

30


el mercado mejorará la eficiencia y rentabilidad de los recortes de

emisiones.

El Mecanismo para un desarrollo limpio (MDL), pasa de la fase inicial 3)

a la plena operatividad. El MDL debe alentar las inversiones en

proyectos en países en desarrollo que limiten las emisiones al mismo

tiempo que promuevan un desarrollo sostenible.

El Fondo para la Adaptación, del Protocolo, establecido en 2001, 4)

comienza a prepararse para ayudar a los países en desarrollo a hacer

frente a los efectos negativos del cambio climático.

31

La Unión Europea y el protocolo de Kyoto

Tanto la UE (entonces CE) como todos sus Estados miembros ratificaron el Protocolo de Kyoto el 31 de mayo de 2002, a tiempo, tal como se habían comprometido, para la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de Johannesburgo (septiembre de 2002). A falta de ratificación por al menos 55 países, responsables además del 55 % de las emisiones de GEI de 1990 como mínimo, el Protocolo no podía aún entrar en vigor. Sin embargo, la ratificación europea del Protocolo antes de la Cumbre de 2002 supuso una señal importante para que otros países industrializados comprendieran que Kyoto representaba la mejor oportunidad que tiene el mundo de invertir el cambio climático. Japón ratificó también el Protocolo antes de la Cumbre Mundial de Johannesburgo y, durante el desarrollo de ésta, Rusia y Canadá anunciaron su intención de proceder a su ratificación, haciendo posible así su posterior entrada en vigor.

La segunda propuesta importante que presentó en su día la Comisión Europea estableció un régimen interno para el comercio de emisiones de dióxido de carbono. El régimen entró en vigor en el año 2005 y su primera fase (hasta 2007) cubre unas 12.000 instalaciones (centrales eléctricas y otras actividades industriales intensivas en energía) que generan aproximadamente la mitad de las emisiones europeas de dióxido de carbono. Hay que tener presente que el comercio de derechos de emisión no implica nuevos objetivos ambientales sino que facilita un cumplimiento menos costoso de los objetivos vigentes de conformidad con el Protocolo de Kyoto. Desde su implantación las autoridades nacionales conceden anualmente a cada instalación una cantidad limitada de derechos de emisión de CO2. Quienes logren mantener sus emisiones por debajo de los derechos asignados podrán vender a otras industrias los derechos de emisión de los que no hayan hecho uso. La UE considera que este sistema, al convertir el CO2 en una mercancía comerciable, incentivará a las empresas para que reduzcan sus emisiones a la atmósfera.

En todo caso, la UE y sus Estados miembros están obligados a adoptar medidas para permitir que la Comunidad pueda cumplir sus obligaciones con arreglo al Protocolo, sin perjuicio de la responsabilidad individual de cada Estado miembro en relación a la Comunidad y a los demás Estados miembros de cumplir sus propios compromisos.

El Consejo dio su visto bueno a las contribuciones relativas de cada uno de los Estados miembros al compromiso global de reducción de la Comunidad (reparto de la carga) en el Consejo de 16 de junio de 1998.

Como es sabido, en este acuerdo interno de la UE, España no se comprometió a reducir sus emisiones de GEI, sino a limitar su incremento a un 15% en el período 2008-2012 sobre las del año base (1990).

32


Sin embargo, en el año 2005 las emisiones totales de GEI alcanzaron en España las 440,6 Mt33 de CO2-equivalente, lo que supone un 52,2 % de aumento respecto a las emisiones del año base, o lo que es lo mismo, casi 37,2 puntos porcentuales de exceso sobre el compromiso adquirido en el Protocolo de Kyoto.

Como principal herramienta para intentar solventar esta situación adversa, el gobierno de España ha finalizado en 2007 la elaboración de la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia (Horizonte 2007-2012-2020). Dicha Estrategia define el marco de actuación que deben abordar las Administraciones Públicas en España para asegurar el cumplimiento por nuestro país de sus obligaciones en el Protocolo de Kyoto.

Como primer paso de dicha estrategia, se ha diseñado el Plan de Medidas Urgentes de la Estrategia de Cambio Climático y Energía Limpia (EECCEL). Mediante este plan se trata, por tanto, de identificar aquellas iniciativas indicadas en la estrategia que, siendo competencia del Gobierno de la Nación, puedan ponerse en marcha durante el presenta año 2007.

Este paquete de medidas urgentes comprende por un lado iniciativas adicionales a las ya puestas en marcha, y otras medidas que requieren una implantación urgente. Entre ellas pueden citarse:

Nuevo Plan de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética 2008-2012•

Establecimiento de un porcentaje mínimo de biocarburantes sobre el total de • carburantes para el transporte

Modificación del impuesto de matriculación, que estará basado en las • emisiones de CO2 por kilómetro recorrido

Evaluación de la modificación del impuesto de circulación, para que se aplique • sobre la base de las emisiones de CO2

Elaboración obligatoria de Planes de Movilidad Sostenible•

Medidas de apoyo al Transporte de Mercancías por Ferrocarril•

Reducción de emisiones en las flotas de vehículos de la Administración • General del Estado

Ahorro, eficiencia energética y energías renovables en los edificios de la • Administración General del Estado.

Alumbrado público: Elaboración de una norma técnica de ahorro y eficiencia • energética en el alumbrado público.

Campaña de difusión de ahorro y eficiencia energética y etiquetado de • electrodomésticos.

Instalaciones térmicas de edificios: nueva reglamentación que incluya la • prohibición de las calderas domésticas de carbón a partir de 2012.

33 Mt: millones de toneladas

33

Sustitución progresiva de las bombillas de filamento incandescente y otras de • baja eficiencia.

Estrategia de eficiencia energética en el ciclo de vida del sector de la • Edificación.

Repotenciación de parques eólicos•

Nueva regulación sobre Energía eólica marina•

Instalación de contadores digitales•

Regulación de determinados gases fluorados de efecto invernadero.•

Recuperación de biogás en vertederos•

Plan de Biodigestión de Purines•

Reducción del uso de fertilizantes nitrogenados•

Figura 10: Cartel de la exposición Cambio Climático del Proyecto Europeo de Acción Educativa por el Clima, Clarity, en el que participan cinco socios europeos incluyendo España.

34


ANEXO: EL IPCC

Al detectar el problema del cambio climático mundial, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) crearon el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en 1988. Se trata de un grupo abierto a todos los Miembros de las Naciones Unidas y de la OMM.

La función del IPCC consiste en analizar, de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo. El IPCC no realiza investigaciones ni controla datos relativos al clima u otros parámetros pertinentes, sino que basa su evaluación principalmente en la literatura científica y técnica revisada por homólogos y publicada.

Una de las principales actividades del IPCC es hacer una evaluación periódica de los conocimientos sobre el cambio climático. El IPCC elabora, asimismo, Informes Especiales y Documentos Técnicos sobre temas en los que se consideran necesarios la información y el asesoramiento científicos e independientes, y respalda la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC) mediante su labor sobre las metodologías relativas a los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero.

El IPCC consta de tres Grupos de trabajo y un Equipo especial:

El Grupo de trabajo I evalúa los aspectos científicos del sistema climático y el • cambio climático.

El Grupo de trabajo II evalúa la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos • y naturales al cambio climático, las consecuencias negativas y positivas de dicho cambio y las posibilidades de adaptación al mismo.

El Grupo de trabajo III evalúa las posibilidades de limitar las emisiones de • gases de efecto invernadero y de atenuar los efectos del cambio climático.

El Equipo especial sobre los inventarios nacionales de gases de efecto • invernadero se encarga del Programa del IPCC sobre inventarios nacionales de gases de efecto invernadero.

Centenares de expertos de todo el mundo están contribuyendo a la preparación de los informes del IPCC en calidad de autores, colaboradores y examinadores. Son seleccionados por las Mesas de los Grupos de trabajo a partir de las candidaturas recibidas de los gobiernos y organizaciones participantes, o identificados directamente por sus conocimientos especializados, comprobables mediante sus publicaciones y trabajos.

35

Figura 11: Esquema de los distintos órganos que forman el IPCC.

36


BIBLIOGRAFÍA

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El cambio climático. Servicio de estudios del BBVA. Serie el campo de las ciencias y las artes. 2000

Gobierno de España. Medidas urgentes de la estrategia española de cambio climático y energía limpia (EECCEL). 2007

Gobierno de España . Estrategia española de cambio climático y energía limpia: horizonte 2012

Informe Stern: La economía del cambio climático. 2006

IPCC.Contribución del grupo de trabajo I al cuarto informe de evaluación: Cambio Climático 2007. Las bases científicas y físicas. Resumen para responsables de políticas.

IPCC.Contribución del grupo de trabajo II al cuarto informe de evaluación: Cambio Climático 2007. Impactos, adaptación y vulnerabilidad al cambio climático. Resumen para responsables de políticas.

IPCC.Contribución del grupo de trabajo III al cuarto informe de evaluación: Cambio Climático 2007. Mitigación del cambio climático. Resumen para responsables de políticas.

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Intermon – Oxfam. Adaptarse al cambio climático. 2007.

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UE. Comunicación de la Comisión de la UE: Limitar el calentamiento mundial a 2 ºC. Medidas necesarias hasta 2020 y después. 2007.

UE. Acción de la Unión europea contra el cambio climático. Comisión europea. 2002.

DIRECTORIO WEBIPCC: http://www.ipcc.ch/

Secretaria de la Convención Marco sobre el cambio climático de Naciones Unidas: http://unfccc.int/

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http://www.uicn.org


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