gran bretaña: la huelga de los mineros, una guerra de...

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111 Gran Bretaña: la huelga de los mineros, una guerra de clase implacable E n el momento de escribir estas líneas, la huelga de 150.000 mineros ingleses (80% del total) entra en su onceava semana. Primer balance: enfrentamientos casi diarios cuerpo a cuerpo de miles de mineros (piquetes de apoyo secundario) contra miles de policías movilizados en pie de guerra; 2.700 detenciones; 300 heridos reconocidos y un muerto, y pozos abandonados que rápidamente se degradan. El capital, más decidido que nunca a romper la acción de esta fracción del proletariado, disponiendo de numerosas cartas para conseguirlo. Los mineros, más decididos que nunca a continuar la lucha con renovadas acciones que podrían cambiar los «datos objetivos» de los políticos, de los dirigentes del National Coal Board (N.C.B., la patronal del carbón) y de los burócratas sindicales atrapados en sus respectivas estrategias. En este momento, y sea cual sea el desenlace, puede decirse que de nuevo se trata de un enfrentamiento directo de clase como los que el capital inglés ha conocido durante los últimos diez años. Por un lado, el poder del Capital intenta probar las armas renovadas en los últimos años para romper la acción autónoma del proletariado inglés. Por otro lado, un proletariado que emplea todas las tácticas de lucha que durante estos 20 últimos años ha ido experimentando y que intenta forjar otras nuevas en dialéctica respuesta al poder. En esta guerra de clase, parece primordial analizar el por qué de la lucha y las condiciones en que, de un modo u otro, se ha desencadenado, así como analizar las manipulaciones del Capital y de las burocracias sindicales. Lo haremos más adelante ya que no podemos comprender el desarrollo de una lucha y todas sus implicaciones sin un pormenorizado análisis de sus vicisitudes y de sus supuestos. Pero todo esto no es lo esencial en este nuevo episodio de un combate que continúa con distintas vicisitudes y específicas formas autónomas desde el final de la II Guerra Mundial. Lo importante es la continuidad de esta guerra de clase y lo que anhelan, tanto las «grandes luchas» como las simples pero constantes escaramuzas. El Capital ha intentado superar en varias ocasiones esta crisis específica de Gran Bretaña mediante distintas medidas represivas, empleando uno tras otro los medios tradicionales (la policía, el sindicato, legislaciones específicas), o los medios indirectos como pueden ser las nacionalizaciones, el «welfare state», la participación de los sindicatos al nivel del Estado, actualmente al nivel de las empresas. El resultado ha sido que durante estos últimos diez años el capital inglés ha debido enfrentarse a tres respuestas sucesivas y distintas del proletariado contra las tentativas de reducir la relación de fuerzas que bloqueaba toda evolución favorable para la explotación. En primer lugar, las huelgas de los mineros y dockers durante los años 1972-74 que condujeron a la caída de un gobierno conservador y al fracaso de la primera tentativa de romper legalmente la acción autónoma. Después, las huelgas del invierno del 1978-79 que condujeron a la caída de un gobierno laborista con el fracaso de otra tentativa de romper la acción autónoma mediante el control «persuasivo» de los sindicatos y del Labour party. Por último, las revueltas del verano de 1981 que eran la respuesta a una tentativa de manipular la crisis creando, mediante la reducción del welfare, un ejército de reserva capaz de presionar al máximo para acrecentar la tasa de explotación. Es difícil decir cual será el alcance de la actual huelga de los mineros y cuales serán las consecuencias no sólo políticas sino fundamentalmente económicas.

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Gran Bretaña: lahuelga de los

mineros, una guerrade clase implacable

En el momento de escribir estas líneas, la huelga de 150.000 mineros ingleses (80% del total) entra en su onceava semana.

Primer balance: enfrentamientos casi diarios cuerpoa cuerpo de miles de mineros (piquetes de apoyosecundario) contra miles de policías movilizadosen pie de guerra; 2.700 detenciones; 300 heridosreconocidos y un muerto, y pozos abandonadosque rápidamente se degradan. El capital, másdecidido que nunca a romper la acción de estafracción del proletariado, disponiendo denumerosas cartas para conseguirlo. Los mineros,más decididos que nunca a continuar la lucha conrenovadas acciones que podrían cambiar los «datosobjetivos» de los políticos, de los dirigentes delNational Coal Board (N.C.B., la patronal del carbón)y de los burócratas sindicales atrapados en susrespectivas estrategias.

En este momento, y sea cual sea el desenlace, puede decirse que de nuevo se trata de un enfrentamientodirecto de clase como los que el capital inglés ha conocido durante los últimos diez años. Por un lado, el poderdel Capital intenta probar las armas renovadas en los últimos años para romper la acción autónoma delproletariado inglés. Por otro lado, un proletariado que emplea todas las tácticas de lucha que durante estos 20últimos años ha ido experimentando y que intenta forjar otras nuevas en dialéctica respuesta al poder.

En esta guerra de clase, parece primordial analizar el por qué de la lucha y las condiciones en que, de unmodo u otro, se ha desencadenado, así como analizar las manipulaciones del Capital y de las burocraciassindicales. Lo haremos más adelante ya que no podemos comprender el desarrollo de una lucha y todas susimplicaciones sin un pormenorizado análisis de sus vicisitudes y de sus supuestos.

Pero todo esto no es lo esencial en este nuevo episodio de un combate que continúa con distintas vicisitudesy específicas formas autónomas desde el final de la II Guerra Mundial. Lo importante es la continuidad de estaguerra de clase y lo que anhelan, tanto las «grandes luchas» como las simples pero constantes escaramuzas.

El Capital ha intentado superar en varias ocasiones esta crisis específica de Gran Bretaña mediante distintasmedidas represivas, empleando uno tras otro los medios tradicionales (la policía, el sindicato, legislacionesespecíficas), o los medios indirectos como pueden ser las nacionalizaciones, el «welfare state», la participaciónde los sindicatos al nivel del Estado, actualmente al nivel de las empresas. El resultado ha sido que duranteestos últimos diez años el capital inglés ha debido enfrentarse a tres respuestas sucesivas y distintas delproletariado contra las tentativas de reducir la relación de fuerzas que bloqueaba toda evolución favorablepara la explotación. En primer lugar, las huelgas de los mineros y dockers durante los años 1972-74 quecondujeron a la caída de un gobierno conservador y al fracaso de la primera tentativa de romper legalmente laacción autónoma. Después, las huelgas del invierno del 1978-79 que condujeron a la caída de un gobiernolaborista con el fracaso de otra tentativa de romper la acción autónoma mediante el control «persuasivo» de lossindicatos y del Labour party. Por último, las revueltas del verano de 1981 que eran la respuesta a una tentativade manipular la crisis creando, mediante la reducción del welfare, un ejército de reserva capaz de presionar almáximo para acrecentar la tasa de explotación. Es difícil decir cual será el alcance de la actual huelga de losmineros y cuales serán las consecuencias no sólo políticas sino fundamentalmente económicas.

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Todas las luchas de estos diez últimos años hanremarcado el miedo de la burguesía inglesa que se hatraducido en la elaboración de una nueva legislacióndirectamente represiva contra la última manifestaciónde la autonomía: los piquetes de apoyo, mediante laconstitución de una fuerza de policía capaz de actuarcontra todas las manifestaciones del proletariado.Aparentemente, esta nueva táctica ha sido perfiladapor los conservadores en un contexto de oposiciónverbal del Labour party y de las Trade Unions, perotodo esto disimula mal un real consensus expresadoclaramente en la idea general de que todo el mundodebe someterse a la ley. Está claro que la actual huelgade los mineros es una respuesta a este último intentodel Capital por romper «definitivamente» elmovimiento autónomo.

Los puntos fuertes de las luchas que acabamos dever no deben esconder el hecho de que expresan elenfrentamiento directo y diario de dos clases, en unascircunstancias precisas que, unificando la acción delproletariado, lo han llevado al nivel de un ataquedirecto contra el capital y su expresión política. Tantoen estas luchas diarias como en los enfrentamientosnacionales, no hay necesariamente unificación entrelos distintos elementos de la clase o entre los distintosfrentes de lucha; las revueltas de 1981 pueden parecermuy alejadas de las batallas semanales de los partidosde fútbol como de las batallas entre policías y piquetes;la proliferación agresiva de los piquetes en el inviernodel 78-79 puede parecer muy lejana tanto de losejércitos bien controlados de Grunwick o deWarrington como de los rechazos diarios a cumplircon las normas del trabajo en la empresa. Todos estoselementos no hacen más que expresar, en condi-ciones extremadamente diversificadas de lugares,causas, métodos de lucha, elementos del proletariadoimplicados... un combate único del cual los propiosinteresados no tienen, a menudo, conciencia de launidad de lo que hacen con otras formas de luchaproletaria. Es el Capital el que integra esta unidad y latransporta al proletariado por el efecto global de estasluchas dispersas sobre el nivel de explotación y deextracción de la plusvalía por la unidad de su represión.

La huelga de los minerosmuestra claramente como eldesarrollo de la lucha y ladeterminación de los tra-bajadores obliga a las partesconcernidas a desenmas-cararse de manera que al finalsólo quedan frente a frente elproletariado por un lado,utilizando indiferentementetodos los métodos de lucha

antes fraccionados, y, por el otro lado, los auxiliaresdel capital unidos por la voluntad común de romper

la autonomía y acabar con la lucha presentada comouna «catástrofe».

Dos elementos aparecen, de entrada, en esta huelgade los mineros:

- el abandono de los pozos en huelga sinmantenimiento, lo que hará que algunos se deterioren.

- el restablecimiento, a pesar de la reciente ley, delos piquetes secundarios que intentan no sólo pararlos pozos actualmente en actividad, sino bloquear todomovimiento del carbón hacia las industrias que hande utilizarlo, así como bloquear los productos quepodrían sustituirlo.

Esta acción se enfrenta inmediatamente a undespliegue policial sin precedentes, con batallas demiles de mineros y miles de policías frente a frente.El gobierno utilizará una táctica ensayada durante lasrevueltas del verano de 1981 con una especie degabinete de guerra instalado en plena zona minera ydisponiendo de unidades estacionadas en lugaresprecisos y dotados de gran movilidad: se ha entabladouna verdadera guerra. El aparente fracaso actual delos mineros en extender su lucha no puede atribuirseni a los mineros, ni a la extensión de la represión, nitampoco a la eficacia de las burocracias sindicales. Nohay duda de que la acción de los mineros haencontrado eco y que pueden citarse numerososejemplos de solidaridad que han impedido losmovimientos de combustibles. Pero es tambiénevidente que la lucha de los mineros contra el cierrede los pozos, y contra la reestructuración no es la luchade otras fracciones del proletariado, incluyendo unaparte de los mismos mineros y por tanto la lucha nose ha desplazado hacia otro plano donde hubierapodido encontrar esa fuerza unificadora.

La dialéctica de la lucha ha llevado a ésta a un cambiode métodos en la acción de piquetes o de pequeñosgrupos de espontáneos. Vemos aparecer una especiede guerrilla donde se junta el sabotaje, la violenciafísica, la intimidación, etc... Esta evolución de losmétodos de lucha puede comprenderse a través de laevolución de los medios de represión utilizados. Deentrada, el Capital piensa poner en acción la ley sobrelos piquetes secundarios; la acción jurídica emprendidase acaba en un juicio. Pero tal juicio no será jamásaplicado ya que atañe obligatoriamente al sindicatopero no a los mineros. Intentar aplicarlo tendría dosefectos:

- lograr la unidad de todos los mineros detrás delsindicato ahora que tal unidad no existe y es unelemento capital para la represión de la huelga.

- dividir el sindicato que debería más o menosreplegarse a la ley, en tanto la base no se veríadirectamente concernida al proceso judicial, lo quereforzaría la autonomía.

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Es importante para el futuro de las luchas lo queesta lucha de los mineros ha demostrado, ya que lalucha misma hacía inoperante a la ley y dejaenfrentados a los mineros frente a la represión directade la policía. La evolución de los métodos de lucha dela que hemos hablado condujo a requerimientosjudiciales por «disturbios» contra los mineros; elmismo tipo de requerimiento empleado durante larevuelta del verano del 81. Asistimos a unaconvergencia de la represión organizada en funciónde un tipo de acción proletaria que acaba porencontrarse frente a este mismo tipo de acción; perosin duda con características distintas ya que la policíadebe crear en este momento unidades especialesdotadas de medios excepcionales para hacer frente aesta guerrilla de nuevo cuño.

La represión sindical sobre el movimiento es másdifícil de enmarcar. Las medidas pueden hacer depantalla apuntalando el «radicalismo» de Scargill(presidente de la Unión Nacional de Mineros) y de lamayoría de la U.N.M. opuesta a las diversas burocraciassindicales. Igual que por lo que respecta a la acción dela policía, la autonomía obrera obliga a una «izquierdasindical» a utilizar una fraseología nueva que «infringela ley» en varios terrenos: reconocimiento implícitode la orientación del movimiento de base. Esto esnecesario para guardar el control de esta base. Esta«izquierda» del U.N.M. entró en acción al ver el empujedel movimiento autónomo. Ante estas maniobras deunos generales contra otros generales, los mineros seencuentran aislados; divididos, desarmados, teniendoque luchar prácticamente solos con su únicadeterminación, con la organización de su vida (elsindicato no da ninguna indemnización por la huelgay por tanto los mineros deben autoorganizarse parasobrevivir), con la organización de su lucha. Unejemplo de tales maniobras es lo referente al voto

nacional por o contra la huelga. Presentada por losdirigentes del U.N.M. como una afirmación de lavoluntad de huelga de los mineros, se ha convertidoen un arma de doble filo contra los mismos mineros:

- al persistiren rechazaresta votaciónen un momen-to en el quehubiera hubie-ra podido daruna mayoríapor la huelga y

crear una unidad en la acción, la dirección sindicalmantiene la división y autoriza la explotación de la si-tuación por los media y por el gobierno: la unidad sehace todavía más difícil entre los trabajadores,

- reservándose esta posibilidad de voto nacional, ladirección sindical se reserva la posibilidad de romperla huelga situándose al margen de la decisión ydevolviéndola a los mismos mineros con la falacia dela «democracia».

Es muy pronto para ver como va a evolucionar todo:si en la acción autónoma la huelga ha recompuestoelementos de la acción global del proletariado delperíodo anterior desde los piquetes hasta la prácticade la guerrilla, no ha podido sin embargo recomponerla unidad del proletariado. Pero la determinación delos mineros cogida entre la represión policial y larepresión sindical, puede conducirles no al abandonoy al desánimo, como esperan los estrategas de estabatalla, sino por otros derroteros autónomos cuyoefecto podría ser determinante sobre la recomposiciónde la lucha de todo el proletariado.

H. S. Londres, mayo 1984

Algunos datos sobre la huelga

El movimiento se desencadenó en la semana del 12 al18 de marzo de 1984, cuando los mineros de Escocia,Yorkshire, Kent y Durham son convocados a la huelgapor sus representantes de zona, ante el anuncio de unareducción de empleos de 20.000 puestos. Los minerosde Midlands y Cumbric votan contra la huelga.

La N.B.C. (patronal) presenta un requerimientojudicial contra el N.U.M. (sindicato minero) en base aldecreto de Empleo con el fin de detener los piquetesde apoyo. Se produce un muerto durante la represiónde los piquetes y el Centro Nacional de Scotland Yardpasa a dirigir todas las operaciones policiales,

centrando la mayor parte de los operativos disponiblesen Gales e Inglaterra.

Posteriormente, los mineros de Derbyshire se unena la huelga con lo que se alcanza un nivel del 80% deyacimientos parados. Los mineros de Kent pierdenen el Tribunal Supremo una demanda presentada paraque fuesen demostradas las facultades legales de lapolicía para detener los piquetes volantes en Midlands.

Los mineros de Lanceshire son convocados a lahuelga, secundándola la mayoría. La factoríasiderometalúrgica de Scumthorpe es parcialmentecerrada.

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En previsión de la continuidad de la huelga, elConsejo Central de Producción Eléctrica comprapetróleo en el mercado de Amsterdam por valor de50 millones de libras, para conservar los stocks decarbón. Paralelamente se adopta la decisión deincrementar la producción en sus cinco grandesplantas alimentadas por petróleo.

El ala moderada del N.U.M. presiona para que seaconvocado un referéndum nacional entre los mineros.Por otro lado, el Instituto de Opinión Pública revelaque el 69% de los mineros es favorable al referéndum.

Los trabajadores deltransporte ignoran el e-dicto sobre el trans-porte de carbón,solidarizándose así conlos mineros.

En vez del referén-dum, el ejecutivo na-cional del N.U.M.convoca una confe-rencia especial de dele-gados. Entretanto, enun mayúsculo alarde decinismo, MargaretTatcher declara a TV:«ningún gobierno ha

hecho nada mejor por la industria del carbón que éste»La Conferencia Especial de delegados del N.U.M.

hace un llamamiento a la huelga a todas las zonas,mostrando su acuerdo con un cambio de direcciónque permita al sindicato convocar una huelga nacionalcon mayoría simple en lugar del 55%. Aunque loslíderes de Notts y Midlands llaman a la huelga, el 80%en Notts y algunos en Midlands continúan trabajando.

Ante el cariz que toman los acontecimientos, MacGregor, representante de la patronal (N.B.C.) declaraque tenía la facultad de alargar el plan de cierre de lospozos por un plazo mayor de los doce meses ya fijados.

A comienzos de mayo, las plantas Didcot enOxfordshire y Aberthaw en Gales del Sur, cesaron ensu actividad para ahorrar carbón.

En ese momento el consumo de carbón representamenos de la mitad del fuel usado en la industria eléctrica,mientras que antes de la huelga representaba el 75%.

Ante la imposibilidad de transportar carbón porferrocarril, se recurre a su transporte por carretera.Se producen enfrentamientos entre piquetes demineros y esquiroles el 1º de mayo en Mensfield.

A mediados de mayo, el N.U.M. concede permisopara que sean abastecidas de fuel las acerías deRavenscraig y Llanwem en Gales del Sur, para evitardaños en los hornos.

En este mismo mes de mayo el Partido Laborista yla patronal establecen conversaciones para poner final conflicto. Se produce una concentración de 45.000mineros en Mansfield. Son detenidos 50 mineros einculpados por desorden público dentro de un procesode delito común. La policía establece patrullasespeciales para combatir la acción de los piquetescontra los esquiroles.

Por otra parte, con el fin de estrechar el cerco contralos huelguistas, Rhodes Boyson, Ministro de laSeguridad Social, manifiesta que la «ayuda alimentaria»,así como cualquier otro tipo de percepción regular«en especie» por un valor de 4 libras por semana seríaconsiderado como una forma de ingreso y, por tanto,sería deducido de su seguridad social.

Ya en el mes de julio los estibadores iniciaron unmovimiento huelguístico que paralizó el tráficomarítimo de mercancías en la mayor parte de lospuertos de Gran Bretaña. Representaba la certezainminente de una escasez generalizada de productosalimenticios (no olvidemos que Gran Bretaña dependebastante de sus importaciones de hortalizas y frutas...).

El motivo de esta huelga radicó en el incumplimientopor parte de la patronal portuaria del acuerdo segúnel cual la contratación de estibadores dependería de lapropia organización sindical de los portuarios. Puesbien, dado que el sindicato de portuarios había puestode manifiesto su solidaridad con los mineros,negándose a descargar el carbón importado, la patronaloptó por la contratación de esquiroles no sindicados.Frente a esta actitud de la patronal, la resolución delos estibadores fue negarse a descargar cualquiermercancía. Una vez que la patronal dio marcha atrásen sus pretensiones se reestableció la «normalidad»dentro del acuerdo de no descargar carbón.Posteriormente y por la misma razón, se retomaría lahuelga de portuarios.

Finalmente, el congreso anual de las Trade Unions,celebrado el verano en Brighton, acordó apoyar a lahuelga de los mineros por parte del conjunto desindicatos británicos.

En el momento de redactar estas líneas (mes deoctubre) el mantenimiento de posiciones por partede los mineros hace pensar en la prolongación delconflicto y en la posibilidad de su repercusión en laindustria del acero.

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PRESENCIA Y REALIDAD DE LA CRISIS

Este artículo, escrito por unos compañeros de Boston,apareció en el último nº de su boletín MIDNIGHTNOTES. Se puede conectar con ellos:

Midnight NotesP.O. Box 204.Jamaica Plain. MA. 2130. U.S.A.

La crisis energética fue la respuesta del capital ala crisis impuesta por la lucha de clases inter-nacional, que se proyectó en una recomposición

de la acumulación mundial basada, a su vez, en unaremodelación de la formación de clase a nivelinternacional. El aumento del precio del petróleopermitió un incremento de la plusvalía (acarreando,por eso, una reducción salarial de los obreros de USAen particular) y un cambio en los beneficiarios deaquella plusvalía (las multinacionales de la energía, losbancos y los países exportadores de petróleo). Laacumulación se materializó en una modernización yexpansión de la capacidad productiva en cuatro áreasgeográficas: en Europa Oriental, particularmente enPolonia; en Oriente Medio, sobre todo el Irán; en lospaíses exportadores del Lejano Oriente, Taiwan, Coreadel Sur, Singapur, Hong Kong; y en algunas nacionesde América Latina exportadoras de petróleo(Venezuela, México) y exportadoras de productosmanufacturados (particularmente Brasil con su amplio,aunque relativamente subdesarrollado mercadointerior). En esta circulación del valor productivo, lasdeudas empezaron rápidamente a subir con elcombustible en un próspero «desarrollo». Con elaumento de las importaciones de capital y demercancías en los países del Tercer Mundo y con elaumento de sus exportaciones, se incrementó elcomercio con USA, Europa Occidental y Japón,ampliándose la interdependencia tanto entre losEstados nacionales como del mismo capital que sehizo así más internacional a un más amplio y profundonivel. El flujo de capital-dinero se aceleró, así comosus repercusiones expresadas en la emigración a granescala, intensificada especialmente en los movimientosmigratorios del Tercer Mundo, p.e., los trabajadoresdel Sudeste Asiático fueron llevados a los pozos depetróleo del Golfo Pérsico.

No obstante este plan para un nuevo ciclo dedesarrollo, colapsó en 1979. Este artículo, escrito enla víspera del décimo aniversario de «La Crisis»,analizará las consecuencias de este colapso del 79 ylas perspectivas de la «recuperación capitalista».Nuestros análisis se basan sobre criterios generalmente

aceptados en los análisis de la lucha de clases e incluyenpor tanto datos sobre luchas y otros tipos de análisisque consideramos necesarios a tales efectos.

Desglose del balance por zonas

En la primera fase de «La Crisis», entre 1973 y 1979,la clase obrera USA pareció ser el «eslabón débil», delciclo internacional de la lucha de clases. Sin embargolas demandas salariales en USA se extendieronnuevamente después de la recesión provocada por lasubida «deliberada» del petróleo del 1974-75,mostrando que la «presión inflacionista de los salarios»no había sido suficientemente sojuzgada, ni en suterreno fuerte de siempre: las cadenas de montaje enfábricas y minas, ni en el nuevo terreno de las luchassociales: mujeres, gais, antinuclear, etc. En Europa yJapón, los salarios, al nivel de clase, habían alcanzadouna brusca paridad con los de USA. A través de esteperíodo una persistente lucha salarial continuóextendiéndose por Europa, lo que aparte de algunasderrotas puntuales en Italia supuso un desarrollo dela crisis de rentabilidad. Así pues, en este período laesperanza de un cambio positivo de la relaciónbeneficio/salario era más bien remota.

De este modo, el capital llegó a depender cada vezmás del éxito de sus planes de acumulación en Europadel Este, Asia, África y América Latina. Pero fueprecisamente en estas áreas donde el capital descubriósus mayores riesgos:• Irán fue el más importante. Este foco de la

estrategia capitalista explotó ante sus propias narices,no sólo desplazando billones de dólares de lasinversiones sino, lo que es más importante, mostrandoun profundo «rechazo del desarrollo» por parte delproletariado mejor pagado del Tercer Mundo. Que larevolución de los técnicos, trabajadores industriales,habitantes «lumpen» de las ciudades y campesinos sevolviera en su contrario enfrentándolos entre sí, ytodos atacaran a mujeres y gais, fue ciertamente ungran alivio para el capital. La contra-revolución deJomeini demostró, enseguida, que el fundamentalismoislámico no amenazaba al capitalismo ni tan siquiera

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a escala regional y si algo hizo fue bloquear y sofocarlas fuerzas insurreccionales en Oriente Medio, p.e., elarrasamiento israelí de Beirut presuponía la masacrede la joven revolución iraní y la guerra Irán-Irak. Enresumen, la revolución de febrero de 1979 fue, comoya explicamos, una «mutua destrucción de clases» peromostró definitivamente que la «crisis del petróleo»como modelo de acumulación mundial no podíaproseguir como se había proyectado.• El plan, apoyado conjuntamente por el

capitalismo de Estado del Este Europeo y por el capitaltransnacional de Occidente, y encaminado a utilizarla fracción del proletariado del Este Europeo, másdisciplinado y peor pagado, de cara a una acumulaciónsobre bases más «modernas», fue abortado por larevuelta de los obreros polacos de 1980. De nuevo la

religión, en este caso elcatolicismo, contribuyó a quela revuelta quedara estancada,al tiempo que los bancosoccidentales y la amenazainmediata de los tanquessoviéticos la yugulaban; peroPolonia se hundió más aún ensu ruina ante las exigencias delos trabajadores polacos, lo

que hizo necesaria la demanda de continuas ayudaspor parte del capital del Este y del Oeste. Ciertamentela revuelta de Gdansk se esparció sobre Rusia y supusouna ducha de agua fría para los planes desarrollistasde Andropov.• Los acontecimientos de 1978 y 79 perturbaron

también los planes del capital en África y en AméricaLatina. La victoria de los sandinistas en Nicaraguaayudó a superar el pánico de la izquierda desde el golpede Chile con el que empezó «La Crisis» y creó unaocasión que amenazó con desencadenar la guerra civilen una amplia región que, de ponerse en marcha, nonecesariamente se hubiera quedado al sur de los pozosde petróleo de México y al norte del Canal de Panamá.Al mismo tiempo que al otro lado del Atlántico Sur,el éxito total de la guerra en Zambia agudizó laamenaza en uno de los mayores centros deacumulación y de altos beneficios del continente:Sudáfrica.

Estas revueltas y guerras civiles fueron cruciales para«La Crisis» a causa de su coincidencia en el tiempo ysu dispersión en el espacio mundial. Destruyeron lareal distribución de la fuerza de trabajo que la «crisisenergética» había producido: la integración del trabajosocialista fue bloqueada (Polonia); la constitución deuna economía de exportación basada en el dinero delpetróleo fue abortada (Irán); la dictadura en los países«basket case» fue derrocada (Nicaragua, Zambia). Lahoja de balance de 1979 arrojaba definitivamente

números rojos. La combinación de estas derrotas conla ausencia de unos límites definitivos en los aumentossalariales en Europa, Japón y USA, obligó al capital aacabar con la táctica de la «crisis del petróleo».Ciertamente, la clase obrera internacional no habíasido lo suficientemente fuerte como para aprovecharesta coyuntura favorable a fin de generalizar eincrementar el nivel de lucha; de esta forma, aquellasvictorias quedaron bloqueadas aún en los sitios demayor éxito inmediato (p.e., el mismo Irán, Polonia,Zambia de nuestro inventario). Efectivamente, elcapital tuvo que ahondar la crisis con el fin de atacara la clase obrera allí donde se mostraba más fuertepara enfrentarse a la situación de quiebra generalizada.La nueva solución capitalista fue la «crisis rampantegeneralizada».

La crisis rampante generalizada

La depresión de 1980-83 fue la respuesta capitalista alfracaso de la «crisis del petróleo» para reajustar lacomposición orgánica del capital a nivel mundial y ladistribución internacional de la fuerza de trabajo. Fueinducida conscientemente por el nombramiento parael «FED» de Paul Volker por parte de Carter, y empezóen el otoño de 1.979 con la subida de la tasa de interés.Todo esto se hizo con el beneplácito del capitalinternacional, con varios propósitos:

- El capital se dio cuenta de la necesidad que teníade acabar con los viejos centros de poder de la claseobrera USA, reduciendo cada vez más las prestacionessociales, particularmente para las categorías más bajas,mujeres y niños acogidos a la «asistencia social». Elobjetivo: «austeridad». El significado: un indefinidodescenso del nivel de vida, unido a una mayorintensificación del trabajo y de la disciplina social,agudizando las divisiones y la competencia entre laclase obrera.

- La «crisis rampante» era un mecanismo para frenare invertir la espiral salarial en Europa Occidental dondelas luchas sociales se habían incrementadorápidamente llegando al punto culminante con laextensión del «rechazo del trabajo» de la generaciónposterior al 68. La estrategia capitalista intentabaigualmente dividir a los obreros entre «nativos» e«inmigrados», la mayoría de las veces con lacomplicidad de la izquierda (p.e., las acciones contralos argelinos del P.C. francés). Japón «necesitó» ademásuna congelación salarial.

- Desde lo de Irán quedaba claro que latransformación capitalista mediante la manipulacióndel precio del petróleo podía ser, en general, saboteada,y que tenía que atenuarse el ritmo de la transformación.La depresión en USA e Inglaterra, la recesión en Japóny Europa, restringió las posibilidades de valorización

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para los países productores de petróleo. Los beneficiosde las compañías petrolíferas habían disminuido, peroése era el riesgo. Esta estrategia permitió también laintensificación de las divisiones entre las regiones deÁfrica y de Oriente Medio, p.e., la expulsión en Nigeriay la matanza de «los trabajadores acogidos» en Ghana.

- La aceptación de la derrota por la clase obreraUSA llevó en parte a un aumento del chovinismo(contra Irán, por ejemplo) y a una incapacidad dedespegarse de las faldas de la burguesía liberal. Estoallanó el camino para el aumento del militarismo,incluyendo una amplia expansión de la ayuda militara El Salvador, Guatemala, Honduras; ayudandoasimismo a Sudáfrica contra Swapo en Namibia yorganizando abiertamente la contra-revolución enNicaragua y en Angola.

La cuestión fundamental, no obstante, consistía enque el capital no había sido capaz de resolver susproblemas militarmente. USA no podía enviar«marines» a Irán, Zambia o Nicaragua. La operatividadde semejante intervención radica en la represiónprecisa y concreta del foco subversivo. Si USA hubierapodido responder a las situaciones en América Latinao África militarmente, sus planes no hubieran sidotan fallidos a nivel mundial. Aunque seguramente USAtenía los medios técnicos para atacar estas rebeliones,estaba políticamente bloqueada en casa y fuera. Deesta manera el medio de ataque fue el dinero. Lacombinación de una mayor tasa de interés y de unarecesión global creó también una diferente forma derepresión. La intervención por medio del dinero esuna forma diferente de la intervención militar puestoque su gran universalidad y abstracción lo hace difícilde limitar geográficamente. Como consecuencia, eldinero no sólo atacó los centros conflictivos sinotambién los centros exportadores de América Latina,Asia y África, que estaban relativamente bajo sucontrol; conflictos gratuitos pero beneficiosos paraUSA. La forma de crisis en vez de conducir a unaguerra general, ha sido la «crisis de suspensión depagos».

La prisión internacional de los países deudores

Cuando el capital respondió con la «crisis rampantegeneralizada», los países que habían jugado un papelen la estrategia del «precio del petróleo», importandocapital a precios desorbitados, se vieron incapaces decumplir los pagos puesto que se redujo el mercadodonde colocar sus productos. Las sumas adeudadaseran ahora inmensas, totalizando 650 billones dedólares o más, la mayor parte adeudado a los bancosprivados de Occidente, siendo el remanente delreciclaje de los «petrodólares». No sólo la deuda habíaaumentado, sino que los pagos debidos excedían a

menudo las exportaciones realizadas. De hecho eldesfalco había sido ingresado por Polonia, México,Argentina, Brasil y Rumanía, para proseguir con todaseguridad por este camino.

¿Qué significa realmente todo esto? ¿Se trata delinminente colapso del sistema monetario y bancario?Muchos analistas de la lucha de clases piensan así, puescreen que el capital proseguirá sus propias directrices.Pero en esto están equivocados, porque estos analistasse quedan en el «reino de las apariencias» y lasdirectrices del capital pueden ser modificadas pararevelar imperativos más profundos.

Una cuestión importante es que, como señaló HenryKissinger, «más pronto o más tarde se dará unaexplosión si los países deudores son obligados aprolongar la austeridad simplemente para proteger elsaldo de los bancos extranjeros». Argentina ya harechazado tal cosa; en noviembre de 1982 anuncióunilateralmente que quería convertir 5 billones dedólares de deuda en bonos de bajo interés a cincoaños, y los bancos lo han aceptado. En diciembre, losmotines llevaron a aumentar los salarios y lasprestaciones de desempleo en detrimento de lasmedidas de austeridad del F.M.I. aceptadaspreviamente por el Gobierno. En enero de 1983, JorgeTriaca, líder de la Confederación General del Trabajode Argentina, declaró: «si no hay señales derecuperación, Buenos Aires será un Beirut en seismeses».

Argentina no está sola. El golpe de Sergeant enLiberia fue precedido por motines en demanda dealimentos. El golpe de Estado de Rawling en Ghanaexpresaba una especial inquietud en torno a laeconomía. En México la lucha en este terreno ha sidoendémica y el temor profundo es que la intranquilidadde los indios en Guatemala pueda extenderse al sur deMéxico. En las recientes elecciones en Brasil, laoposición ganó arrolladoramente el voto popular. Etc.

En respuesta a todo esto, los planteamientos delcapital se han movido en varias direcciones. Una es lade «racionalizar» la deuda. Los programas de austeridaddel F.M.I. han pasado a ser contraproducentes,despertando críticas desde distintos puntos de vista.La falta de un mecanismo suficiente para organizar lareestructuración de la deuda ha sido incesantementelamentado. Si el F.M.I. puede ser remodelado paraacoger las nuevas necesidades o si ha de crearse unanueva organización, es un tema de debate. Que estaforma de crisis pudiera ser la ocasión para un mayornivel de organización y de planificación del capitalismomundial, a través del sistema monetario, es ampliamenteaceptado. Sobre estos puntos están básicamente todosde acuerdo, empezando por Kissinger, el Secretario delTesoro, el anterior director del New York City MAC

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Felix Rohatyn, Citibank’s Walter Wriston, NormanBailey del Consejo Nacional de Seguridad, liberales yconservadores, como lo han manifestado hasta lasaciedad.

Pero como hemos visto, la raíz del problema no esla falta de planificación capitalista, sino más bien lafalta de control sobre la clase obrera. La verdaderadiscusión no gira en torno a los mecanismosmonetarios «en sí mismos», sino sobre quién pagarálas deudas.

La posibilidad de un cartel crediticio es, de estamanera, presentado como una amenaza (Kissinger,Busines Week) o una esperanza (elementos de laizquierda). De hecho hablando desde un punto de vistacapitalista, si uno o varios negociadores se sientan ala mesa, lo que pretenden es, simplemente, una salidatáctica. El cartel OPEC unido sirvió para laacumulación en una etapa; desunido ahora sirvetambién a la estrategia de descenso de la acumulaciónnecesaria para la acumulación de ésta. Que un cartelcrediticio deba obtener unas mejores condiciones denegociación para sus miembros y que estas mejorescondiciones deban suponer una mejora para la claseobrera de los distintos estados-nación, no es enabsoluto evidente. Quien pague, saldrá de las luchasque se den en el seno de la clase obrera y entre ésta yel capital, fuera de la sala de conferencias y de la mesade negociación.

Las sumas adeudadas, que repercutiríannegativamente en el futuro sobre la fuerza de trabajo,menos una deducción para disminuir la inflación, puestoque dejan en pie el principal y «real» interés (de tenercon el mínimo coste el mayor beneficio), deben serpagadas por alguien. Para los trabajadores, pagar loscostos significa disminuir los salarios reales; para elCapital, disminuir los beneficios. Las propuestaslanzadas a la circulación por figuras mundiales sugierenuna extensión a gran escala de la deuda, una reducciónde las tasas de interés para que sea por lo menossubvencionada parcialmente por los gobiernos(directamente o vía agencias tales como el F.M.I. o elBanco Mundial), y quizás, imponiendo una forma dereembolso de la deuda estableciendo un porcentaje fijo(24-25%) de la exportación nacional destinada a aquelreembolso. Lo que estas propuestas significan es que laparte de la deuda que va a ser pagada por las clasestrabajadoras y los capitales de estos países deudores sereduce (aunque todavía sea exorbitante, intensificandola lucha sobre quien ha de contribuir a pagar esta suma).Los bancos y detrás de ellos los países árabes rentistas,han aceptado bajar más los beneficios (especialmentelos Estados rentistas). El balance será asumido por losgobiernos de Occidente, quienes lanzarán la cuestióndel pago dentro de la lucha entre obreros y capital enlas propias naciones crediticias y entre las naciones

acreedoras puesto que han de intentar extraer el máximoposible de sus trabajadores. Las «negociaciones»obviamente serán muy delicadas, pues a los abogadossiempre siguen los fusiles y el dinero.

En torno a los planteamientos reales de la

recuperación económica

Aunque se diere un «éxito total» en la reestructuraciónde la deuda, no captaría las razones verdaderas de lacrisis: aún más, tal «solución» pospondría el momentodel ajuste de cuentas. No obstante, la verdaderaexistencia de la «crisis de la deuda» refleja el hecho deque la «crisis rampante» ha extendido sus límites y suoposición: habiéndose catalogado como«relanzamiento». Pero el verdadero planteamiento delrelanzamiento trae a la vista una miríada de cuestiones.¿El capital ha logrado un control suficiente delproletariado internacional para empezar lareaceleración de la acumulación? ¿Un «mejor climapara los negocios internacionales» ha sido establecidorealmente como S.S. Ramphal, Secretario General dela Comnonwealth, declara?

Por otra parte, el capital, está siendo demasiadotemerario y avaricioso al reclamar una renovadarentabilidad?; y, ¿el mundo está preparado para padecerun reajuste durante 4 ó 5 años» como Toyo Gyohten,el Director Ejecutivo del Banco del Japón, declaraba?¿Significará el relanzamiento económico una escaladaen la reivindicación de aumentos salariales y de lasluchas sociales en USA y en Europa? ¿La acumulaciónvía recuperación, expandirá el problema de Irán a otrossitios? ¿Puede un aumento salarial («keynesiano») enpaíses como el Brasil ser un éxito o conducirádirectamente a la crisis del keynesianismo impuestapor los trabajadores de USA y de Europa –a mássalario, menos trabajo–? ¿Puede el orden socialmantenerse cuando las mujeres toman el espacioabierto creado por la economía fundada sobre elsalario para atacar la esclavitud asalariada?

Como la respuesta a estas cuestiones está en laintensidad y en la amplitud de la respuesta de la claseobrera internacional, vamos de nuevo a analizar lasfuerzas y las flaquezas de esta «entidad».

Análisis USA y Europa

La respuesta de la clase obrera a los ataques de estosúltimos tres años no da motivos de optimismo acercade su capacidad para bloquear los planes del capitalque tienden a impulsar la recuperación en base a unmayor recorte salarial y una más rigurosa división deltrabajo. A pesar de todo, respecto a USA el capitalactúa cauteloso. Reagan está planificando una«recuperación» que reactivará la producción,

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manteniendo una tasa de desempleo del 10%. Cadavez más USA se está convirtiendo en un centroexportador de materias primas y de algunos productosmanufacturados al mismo tiempo que en un centromundial de tecnología. La recuperación consiste enapresurarse en diversificar la economía «post-industrial». Pero los planes de Reagan están sujetos aserios problemas, como los debates sobre la continua«re-industrialización». Además, las luchas en torno allamados «contenidos sociales» (particularmente razay sexo) no han sido completamente erradicadas. Porejemplo, Busines Week, entre otros, cree que lostrabajadores de la industria básica desencadenaránrápidamente una escalada de reivindicacionessalariales. Mientras que USA no nos ofrece optimismo,quizás la clase obrera pueda llegar a ser de nuevo el«centro de la amenaza».

Europa es otra historia.Solamente en el pasado añoel salario ha empezado adeclinar, habiendo subidodurante la depresión, adiferencia de lo ocurrido enUSA. El capital europeoahora «comprende quedebe también reducir elcosto de producción»declaró Busines Week. No

obstante en Francia, los obreros inmigrados de Renaulthabían conseguido aumentos salariales, lo que supusoel desbaratamiento de las directrices impuestas por elgobierno socialista. Inglaterra continúa hecha «un lío»a pesar de la gloriosa victoria en Las Malvinas.Alemania esta en recesión bajo el programa deausteridad de los cristiano-demócratas, frente aexplosiones en contra del «estilo de vida» capitalista yfrente a los misiles USA. En Italia, los ataques delEstado contra los obreros, ayudado por los líderessindicales, han sido respondidos con un «inviernocaliente». En suma, el crecimiento en EuropaOccidental parece ralentizarse, con una lucha salarialy una lucha social contra el trabajo que podríaamenazar el desarrollo de la reac- tivación económica.

Así pues, un plan que reactive la econo- mía mundialmediante una reexpansión en USA y en Europa,resulta problemático. Una recuperación en USA seríade corta duración a menos que se ponga de manifiestoque la clase obrera haya aceptado la reestructuracióny la reducción salarial impuestas por el capital y quese comprometiera a no lanzar nuevos ataques. Si USAes un mercado para el resto del mundo, un 10% dedesempleo y un descenso salarial no serían por tantoun reclamo. Ciertamente, la no recuperación del«primer consumidor» sería lejana. En Europa, larecuperación será, esta vez, sobre la base de una clase

obrera que no ha tenido un compromiso tan dramáticocomo en los años posteriores a la II Guerra Mundialy podría así ser amenazada de un modo más rentable(aunque aportando un «buen mercado»).

Análisis del resto del Planeta

Mientras que USA y Europa pueden serproblemáticos, el resto del mundo ciertamente lo es.Para que en América Latina, África y Asia hayaexpansión, los mercados interiores y los mercados enUSA y Europa deben expandirse. Este proceso esdoble ya que el Tercer Mundo representa actualmenteel 40% de las exportaciones USA y el 28% del totalde las exportaciones de la OCDE. La propuesta deestabilizar el pago de la deuda a través del control deuna parte del producto nacional que vaya de un cuartoa un tercio del ingreso por exportaciones, dejando unexcedente para la expansión, es un momento de laexpansión planificada en la que el Estado jugaría unmayor papel y la clase obrera no afrontaría la«necesidad de la austeridad» para rembolsar lospréstamos. No obstante, aunque este es un balancedesde un punto de vista posible, porque es posible laexpansión fuera de la OCDE, presupone un cambiodefinitivo en la relaciones de clase.

Este imperativo de unas nuevas relaciones entre laclase dominante y la clase obrera es un presupuestomuy cuestionable. Históricamente, las formas dederrota del pueblo trabajador en el Tercer Mundo noutilizaban la lucha de la clase obrera como «un motordel desarrollo», sino que al contrario, generalmenteintentaban sofocar las energías de la clase obrera yreafirmar simplemente los viejos modelos de ladominación de clase; unas pocas experiencias habíanintentado alterar dinámicamente estos modelosmientras retenían su esencia. Las Juntas militares, lasucesión de pequeños tiranos, importantes hombresliberales, débiles coaliciones gubernamentales que secolapsaban dentro de las Juntas militares, sonjustamente una expresión institucional de unaprimitiva forma capitalista de la relación de clases. Peroesto debe cambiar. Puesto que la clase obrera de USAy de Europa ha bloqueado el nivel de acumulaciónconsiderado «necesario» para el capital, una mayorparte de la materialización de la acumulación debeorientarse hacia el Tercer Mundo. Ahora bien, estosólo puede hacerse si la estructura institucional,económica y política, es radicalmente transformada.

La tarea esencial para esta nueva orientación de laacumulación capitalista consistiría en aceptar a la claseobrera de Europa y USA, como una nueva fuerza parael desarrollo; pero hacer esto supondría aceptar lalucha de la clase obrera e involucrarla en el procesoacelerado de producción social. Esta propuesta ha sido

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insinuada y deseada varias veces (p.e., la «Alianza parael Progreso» de los años 60)pero al más leve signo deconflicto ha sido abandonada (p.e., con la escalada dela rebelión en Chile). Ahora, sin embargo, lainsinuación debe ser más seria, pues si el resto delPlaneta va a ser integrado a la producción demercancías, se requerirá un keynesianismo modificado.

Inmediatamente, no obstante, salen obstáculos.Primero, levantar la «tapadera» de la lucha de clasesconlleva el riesgo de que llegue a ser incontrolable.Chile continúa siendo el ejemplo clásico de como lalucha obrera que el capital pretendió desviar hacia unamayor producción social, se intensificó bajo Frei, másaún bajo Allende, hasta que «se le fue de las manos» ylos militares, la CIA y Milton Friedman entraron. Noobstante, el resultado no fue el de una situación quellevara el necesitado modelo de desarrollo... antes bien,fue contraproducente. Algunos Chiles pueden sernecesarios para usarlos como «casos ejemplares», perogeneralmente tal forma de represión no puede ser algoampliamente generalizado. Los cadáveres y lostrabajadores muertos de hambre no son seriosincentivos para la creación de un mayor nivel deproducción y consumo. La artimaña del capital serámás bien volver la lucha de clases dentro del trabajo ydel reformismo.

El segundo obstáculo es la naturaleza de las clasesdominantes locales. En América Latina, lo quepodríamos llamar los «hábitos de consumo» de la clasedirigente tendrán que cambiar. Por ejemplo, elPresidente de México no podrá en adelante construirpalacios para su familia con los fondos del Estado, nosólo a causa del «despilfarro», sino por lo que es másimportante aún, porque tal derroche refleja unasrelaciones de clase del equipo gobernanteincompatible con la necesidad formal más igualitariade una democracia social integrando a la clase obreraen el Gobierno y en la sociedad. Las relaciones agrariasdel latifundio deben ser abolidas para permitir undesarrollo agrícola (como «necesidades básicas» queteorizadores y socialistas han argüido de igual modo).

Una mayor parte de las masas que habitan en losbarrios y favelas deben ser considerados como unaproductividad potencial susceptible de ser integradadentro del mercado y de la producción a gran escala,y no ser considerada simplemente como ejército dereserva para hacer bajar los salarios en el propio paísy a nivel internacional. Semejante proceso conllevauna profunda lucha entre las mismas clases dirigentes.En América Latina, tales luchas han producido golpesmilitares que, a su vez, han casi universalmenterechazado la reforma agraria y la integración de lasmasas urbanas dentro de un proyecto de «desarrollo».Velasco en Perú queda al margen como excepción y

su excesivo reformismo fue demasiado lejos, por loque condujo a un contragolpe.

Del mismo modo que la creación del «Nuevo Sur»requirió una extraña coalición del capital «extranjero»y de la lucha de la clase obrera en los años 1950-60,así también esta experiencia puede repetirse en elTercer Mundo. De todas formas, tal acción tienedelante aún dos contradicciones mayores. Una, elcapital se ha desplazado hacia estos lugaresprecisamente a causa de los bajos salarios. La existenciade un amplio ejército de reserva/sector de subsistenciano empuja al capital a subir los salarios y de estamanera se frustraron más fácilmente las posibilidadesde desarrollo. Dos, la nación con una más ampliainfluencia sobre la economía mundial y con más podermilitar, USA, es gobernada frecuentemente por unrégimen que ve la represión de la clase obrera comola única solución de todos los problemas. Lo que llevepues al Tercer Mundo al reformismo, aún el másmodesto, será una causa de fuerza mayor.

El tercer obstáculo estriba en la misma naturalezadel desarrollo capitalista. Hemos visto el movimientodel capital orientarse hacia el resto del Planeta con elfin de sacar provecho del trabajo «barato»,contradiciendo la «necesidad de la expansión delmercado». Más aún, la mayor parte del desarrollorealizado por las multinacionales es de capital intensivo«aportando» relativamente pocos puestos de trabajo.Esto no es debido a que la distinta maquinariaproductiva adaptada a las necesidades locales y a lascaracterísticas particulares de la fuerza de trabajo nopuede producirse de un modo rentable, sino a que elmodo de capital intensivo es todavía, a un nivel global,más rentable, a pesar de lo barato de la fuerza detrabajo, que la producción de bienes de consumo.¿Cómo entonces pueden ser explotadas las masasurbanas? Una propuesta de solución es el modelochino, aunque al menos en América Latina laproporción de la población que vive en áreas urbanasen mucho mayor, y sobre todo, esta gente hademostrado que rechaza volver al «sol caliente» aunquesea a «su propia» y subvencionada granja.

Desde el punto de vista capitalista los problemasesbozados quitan importancia a la necesidad de unadrástica reorganización de la distribución de la rentey de su relación con la producción. Pero un esfuerzoque exigiría un reformismo radical ¿podrá ser realizadopor simple reformismo? En América Latina, para queel desarrollo y la acumulación se desarrollen a granescala, el capital necesitaría una clase dirigente creativa(y una clase obrera dócil), cosa que no ha sidopreviamente demostrada.

Dejadnos considerar cada región específicamenteen relación a su potencial contribución a larecuperación capitalista mundial. Al África sub-

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sahariana (con la excepción de Sudáfrica) es todavíademasiado marginal como para ser significativa. Lamayor exportación orientada a las pequeñas nacionesdel Sur y del Este asiático son demasiado pequeñascomo para tener el menor efecto. Si han deexpansionar sus exportaciones hacia otras nacionesdel Tercer Mundo, estas otras naciones debendesarrollarse para llegar a convertirse ellas mismas enmercados. Todo lo cual no hace más que reintroducirlos problemas antes apuntados. Las mayores naciones,como la India, poseyendo un excesivo capital industrialintensivo dentro de sus fronteras, parece un país sindeseos y quizás con menos probabilidades de ir haciauna nueva organización capitalista de la acumulaciónque América Latina.

Así, a escala mundial, nuestro balance de deudas ycréditos implica que la recuperación presupone elabandono del modelo keynesiano de la acumulación,en USA y Europa, y la adopción de un «semi»keynesianismo para el resto del Planeta.

La palabra «semi» se refiere aquí al problemafundamental que el capital afronta con las masas obrerasdel Tercer Mundo; éstas saben que el mundo es redondoy los deseos frustraciones del trabajo de fábrica en Detroitserán perfectamente comprendidos por un trabajadorindustrial en Sao Paulo. Es decir, un trabajador brasileñode los años 80 no reaccionará de la misma manera queun trabajador de la Ford en los años 20.

Por el contrario, el capital afronta en todas partes alos trabajadores del Tercer Mundo los cuales han sido«rodeados». Por eso la idea de que el capital puede darmarcha atrás al reloj de la historia mediante la«industrialización» de América Latina, Asia y África,es iluso pensarlo.

Totales, balances y números rojos

Ahora nosotros, como cronistas autorizados de lalucha, tenemos la responsabilidad de resumir y dar anuestros lectores un juicio de su viabilidad.

El capital será capaz de sobrevivir hasta el fin delsiglo si la clase obrera tolera una economía mixta enUSA, Europa y Japón y un renacimiento delkeynesianismo en determinadas partes del TercerMundo (con miseria endémica, genocidio ydesesperación en las áreas «no escogidas para eldesarrollo»). Sino, la marcha del sistema mundial será,no obstante, empujado a sobrevivir. Pero ¿será posiblela aquiescencia indefinida de la clase obrera a los planesdel capital? ¿Será aceptado un nuevo «contrato social»a escala mundial incluyendo a los anteriores«miserables de la Tierra»? La complejidad internacionalde la lucha de clases y la lucha nacional, que va desde

la lucha armada en El Salvador hasta las chovinistasmanifestaciones en Nigeria y en la India, lleva, porsupuesto, a una interpretación de la situación muyproblemática.

Con esta «resignación de la clase obrera» quizás elcapital sea capaz de tirar adelante despacio, paso apaso, hacia la salida del túnel en la próxima década. Alfinal varios factores entrarían en juego:

- Unas relaciones nuevas con URSS y sus satélites yel comienzo de la integración de China dentro de laeconomía mundial será necesario. Después de todo,el bloque soviético está dispuesto a dar un «nuevosalto» en su modo de acumulación.

- En América Latina y en varias regiones del TercerMundo, el capital tendrá que intensificar laindustrialización y crear un fuerte movimiento paraintegrar a la clase obrera dentro de la economía y dela política, un movimiento que incluya al proletariadorural. La Revolución Verde tendría que producir unanueva generación de especies agrícolas que fuesenalimenticias y que requirieran escasas inversiones ytecnología, abriendo así el camino con algún tipo dereforma agraria y un desarrollo rural que conservasela clase de los pequeños granjeros.

- En USA, Europa y Japón emergen nuevastecnologías desde lo que por ahora son sóloexperiencias de biogenética y computer/informáticaindustrial, que llegarán a ser la punta de lanza de laproducción en una mayor medida de lo que ahora sepiensa... dominando totalmente un nuevo modo decrecimiento y de represión.

Todas estas consideraciones definen el«escenario ideal» para el desarrollo del capital,dependiendo de las simultáneas derrotas de los dos polosde la clase obrera mundial y con esto, una superacióntecnológica usando la energía de la clase obrera,encauzando las derrotas dentro de los nuevos modelosproductivos. Por otra parte, la incapacidad del capital dederrotar definitivamente a la clase obrera, deja al capitalmuy vulnerable en este momento de transición. Aunquelas derrotas de la clase obrera por el capital pueden nopresentar las proporciones que en Chile 1973, y muchomenos la «apocalíptica y genocida» visión de nuestroscolegas, debemos advertir a los lectores que la derrotadel capital debe siempre asumir una drástica dimensióntotal, si no, será simplemente una victoria temporal«reformista». A pesar de todo, en este estadio crítico, losreveses temporales podrían representar para el capitaluna especial significación ya que aquel intentarestablecerse de su propia crisis. Porque en un tiempo decrisis, acciones aparentemente insignificantes seamplifican y sobrepasan sus primeras intenciones.¨♦

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Correspondencia

Respuesta a A.B. (ver Etcétera nº 3)

(…) Al anteponer solidaridad a abundancia, al hablar decomunismo, lo que pretendía era precisamente subrayar loque en tu contestación afirmas: que la abundancia es unhecho social y no un nivel físico o tecnológico determinado.

Lo mismo puede decirse de la escasez. Hoy es unarelación social determinada, el capital, la que instaura laescasez y no el grado técnico. Economía y dinero postulanla escasez: mientras haya dinero siempre habrá poco. Poresto hablamos del comunismo como un mundo sin dinero,corno el fin de la Economía.

De todas formas cuando más abajo en tu contestacióndices que la abundancia es una condición previa alcomunismo vuelves a introducir la confusión, pues entoncesabundancia se vuelve a entender corno nivel técnico.

El fin del capitalismo y el inicio del comunismo se daránen el mismo nivel técnico. Será pues el comunismo lo queinstaurará la abundancia y no al revés (corno pretenden los«abundancistas»).

Esto no quiere decir que el comunismo sea indiferenteal nivel técnico, o que lo podamos entender como un repartode la pobreza (ni el comunismo primitivo lo fue comoseñala Sahlins). Hay evidentemente una relación mutuaentre nivel técnico y relación social.

Cuando yo hacía primar la relación social sobre el niveltécnico lo que pretendía era precisamente impedir unacomprensión mecanicista del comunismo, como frutomaduro de la tecnología actual, para hacer incapié en lacomprensión del comunismo como un nuevo tipo deactividad humana. Actividad que ciertamente estácondicionada por el actual nivel técnico.

J. S.

(...) En Renfe han sucedido cosas muy importantes que meatañen a mi y a otros compañeros, como consecuencia dequerer defender la postura de los trabajadores de mi tallercontra la represión que la empresa quiere establecer debidoa la reestructuración que está haciendo y que consiste en lamayor productividad, mejor calidad y en recompensa igualretribución económica; al mismo tiempo ha establecido un

sistema de comportamiento que supera a lo establecido en elRégimen anterior y que el régimen socialista estáimponiendo porque piensa que los 20.000 millones depesetas de déficit que tiene la Renfe tien que sacarlos de lostrabajadores, y mientras, establece medidas dictatoriales alos obreros, las clases altas siguen disfrutando de un tratoespecial, y no sólo eso sino que aumentan los cargos, creandonuevos directores que a la vez repercute en otros puestos queestán vinculados a ellos, con ingresos de verdadero lujo ycontinuando invirtiendo millones en materiales que no sonnecesarios sino para el negocio de ellos.

Sobre la plantilla, existen en la actualidad 75.000ferroviarios pero están haciendo lo posible, y lo estánconsiguiendo, reducirla creando circulares para jubilacionesanticipadas y así de esta forma conseguir que la plantillabaje a 60.000. Sin embargo, se están haciendo 20millones de horas extras al año y no obstante no admiten aun grupo de obreros que están aprobados de nuevo ingresohace un año; este grupo son 600 trabajadores que esperanimpacientes que la empresa cumpla lo prometido.

También quieren eliminar algunos conceptos que sonbeneficios conseguidos hace años y que ahora quieren quitar,como son: el Economato Laboral, número de kilómetros deviaje para familiares, la eliminación del 50% del sueldo quetienen los compañeros que hacen el servicio militar, laeliminación de la Escuela de Aprendices, reducción de losdías azules para viajar que significa no poder hacerlo ningúnferroviario en los días blancos, eliminación de la tercera parte

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de líneas de ferrocarril con el consabido perjuicio para lasregiones afectadas, etc...

Esto es en síntesis una parte de la reestructuración quequiere hacer de Renfe una empresa rentable cuando no haypaís que la tenga si no como empresa pública y por lo tantoestatal ya que en todos los países son deficitarias, pero enEspaña es diferente y van a conseguir su propósitosacándolo única y exclusivamente de los trabajadores, yaque las luchas son totalmente nulas, a pesar de que veas yleas en los periódicos las luchas de los ferroviarios; no creasnada porque es todo puro apaño de los sindicatos y de laempresa, ya que hay que aparentar algo pero te puedogarantizar que no existe: conciencia de lucha en Renfeporque la represión que ha impuesto la Dirección a lostrabajadores y la poca eficacia de los sindicatos hace que losobreros se desanimen porque no ven una solidaridad entreellos y están desengañados porque cada sindicato va por suparte y de la noche a la mañana alguno de ellos ha firmadocon la empresa un pacto y queda rota toda posible lucha,aunque de esto lógicamente los puntos de menorimportancia se consigan y ellos los pongan como unaconquista importante, a pesar de la huelga programada nohay una firme postura y esto lo sabe la Dirección y seafianza en sus exigencias.

Debido a esta falta de unidad entre los sindicatos y losfracasos que ambos han tenido, el nivel de sindicación esbajísimo al menos en los talleres, y la organización entrelos obreros es nula porque los sindicatos se han encargadode eliminarla, y es por lo que te digo al principio que me hevisto involucrado en un problema por luchar contra ladictadura patronal y por lo tanto la represión impuestacontra un grupo que ellos eligieron fue brutal, llegando a lapetición y aviso de despido para 20 trabajadores, y que alfinal descubrimos que estaba pactado por los sindicatospara atemorizar a todo el personal, y lo consiguieron,puesto que no hubo despido pero sí traslados que yo diría,mejor desterrado, puesto que los han repartido por todaEspaña, por ejemplo: Barcelona, Bilbao, Salamanca,Valladolid, etc.. Yo por no transigir por este pacto hepedido la jubilación y por este motivo estoy en esta situacióndesde primeros de febrero, por tener 60 años y 43 deservicio, que no tuvieron en cuenta para nada ni lossindicatos ni la Empresa.

Por todo lo expuesto tengo que decirte que lostrabajadores a consecuencia de estas medidas de castigopara este grupo que somos los que estábamos en contactopara exponer en las asambleas nuestras posturas, hantomado unas medidas pasivas a petición de los sindicatos,porque dicen que de esta forma nos defienden mejor, por lotanto, la participación en las asambleas es nula totalmentey las opiniones de los delegados son las que prevalecenporque no hay oposición (otro objetivo ganado por la

empresa), pero a nivel de grupos existe una desconfianzacontra los partidos políticos y los sindicatos, al no veratendidas sus reivindicaciones sino todo lo contrario,conseguir a petición de estos que la producción aumente del100% que es lo normal al 140 y 150% para que de estaforma conseguir más pesetas que es lo que puede llenar lasmentes de sectores de obreros sin la suficiente capacidadpara comprender el perjuicio que ocasionan con estapostura, y las horas extraordinarias a otros compañerosque no tienen empleo.

La finalidad de estas intervenciones de este grupo en lasasambleas era conseguir que los sindicatos tomaran unapostura clara en defensa de los trabajadores, apartándosede las miserables concesiones propuestas por la Direcciónque tienen fines capitalistas y que a cambio de algúnbeneficio que pudiera afectar a los trabajadores, siempre demuy poca importancia, el fin es siempre el beneficio que acosta de los obreros se benefician los cargos políticos deRenfe; estas intervenciones mías en asambleas eranacogidas por los obreros como la única alternativa paraconseguir nuestros derechos que cada día se estáneliminando más en beneficio de otros cargos, y que ahora yano tienen oposición.

Esto que ocurre en Renfe es digno de hacer una películao escribir un libro, porque hay tantas cosas en la historiade Renfe, desde la militarización del año 76 que fue elpunto clave de todos los acontecimientos que a continuaciónvinieron, entre ellos el primer convenio colectivo de Renfe: ya partir de esa fecha, los fenómenos sindicales y susconsecuencias de índole nacional como son: Pacto de laMoncloa, Acuerdo Marco Interconfederal, AcuerdoNacional sobre Empleo, etc., así como las primeraselecciones sindicales democráticas en Renfe y el ansia deprotagonismo de algunos oportunistas que por desgraciacontinúan en cargos importantes sindicales y políticos y queen gran parte tienen mucha culpa de todos losacontecimientos negativos nacionales y en particular deempresas como en este caso es Renfe: y que tiene mucho quedecir sobre estos «sindicalistas» que con sus posturas hanperjudicado las luchas obreras en beneficio particular y quepor estas circunstancias han desaparecido de los centros detrabajo y pisan por dependencias de altas esferas. (...)

Un ferroviario.

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LUCHA DE CLASES EN ITALIA

En los puestos de trabajo reina el más absolutodespotismo patronal, –como siempre–, segúndicen los obreros que, sin llevar a cabo una

resistencia real, han sufrido reestructuracionesproductivas; o sea, convertidas en productivas a costade la explotación creciente e ilimitada de aquellos.Agotados y enfermos por el trabajo siguen yendo atrabajar presionadas por el miedo de acabar sometidosal régimen de regulación de jornada y empleo (cassa deintegrazione) o despedidos; aunque, a pesar de todo, cadavez más a menudo, corran esta suerte. Han sufrido,también reducciones de la «escala móvil» por las cualesel salario va perdiendo, sustancialmente, poderadquisitivo y el nivel de vida ha llegado a nivelespreocupantes. A menudo el salario se paga con retraso,de forma fraccionaria o, simplemente, no se paga.

Los obreros han realizado largas y costosas huelgaspor los convenios con el fin de que supusieran unamejora en sus condiciones de vida. Pero las huelgas ylas oposiciones clamorosas en las asambleas de fábricano son suficientes. Los nuevos convenios se hanfirmado, pero con peores condiciones. Los sindicalistascontinúan con conversaciones a nivel nacional y defábrica con el fin de legitimar todo lo que la patronalsolicita; o sea, para empeorar continuamente lascondiciones de trabajo. No se conceden ayudas nisiquiera a los obreros que tienen más necesidad de ellas.

La impotencia y la desesperación han llevado a unretraimiento general de ciertos comportamientosobreros. Se reproducen imágenes de otros tiempos; delos primeros momentos del movimiento obrero. Losobreros imploran la salvación de sus puestos de trabajoa los gobernantes, en tanto las mujeres llevan la comidaa las puertas de las fábricas ocupadas sin ningunaconvicción.

En este sentido, puede ser mostrado un caso quepodría ser ilustrativo de esta situación. En la Fornicokede Vado Liguria durante dos años se han sucedidohuelgas, marchas y ocupaciones de la estación deferrocarril. Pero el aislamiento de la lucha la redujo a laimpotencia y los despidos acabaron por producirse.Ante ello, encontraron un último e insólito recurso dehacerse oír: encerrarse en la fábrica y convertirla en unhospital, por medio de la huelga de hambre. Desde loscentros de poder en Roma se dio la orden de salvartodos los puestos de trabajo. Esforzados de lademocracia y el pacifismo, los profesionales delsindicalismo tuvieron que apoyar esta forma de lucha.Aunque, al igual que los patronos, la considerasen conpocas simpatías. (L’Expresso, 5-2-84). El interroganteque se plantea, entonces, es: ¿qué ocurriría si seextendiese la huelga de hambre en la Fiat o si alguienamenazase con arrojarse por las ventanas con el fin de

obtener algo? En sí mismos, actos inocuos como lahuelga de hambre no tienen fuerza material paraimponer sus objetivos. Sin embargo, en un contextosocial explosivo se convierten en actos peligrosos; enactos de coacción indirecta. Se pone en juego la vidade alguien y si muere ya se tendrá la víctima inmoladapor todos; un símbolo tras el cual hacerse fuertes; unagran indignación; un pretexto emotivo para suscitar laexplosión de una revuelta más dura que las anteriores,mediante actos de coraje de otro modo inimaginables.Sería como si dijéramos: esperemos que nos suceda algoa cualquiera de nosotros y daremos rienda suelta anuestra sed de venganza. Está claro el significado dedesafío, de provocación frente al poder, como preludioa la ofensiva. No por casualidad Pintor (PDUP)recomienda a sus patrones prudencia, para no poneren marcha un ataque salvaje «ya que la gente, antes odespués, encuentra siempre un modo de reaccionarincluso cuando parece que nadie está dispuesto a ello.Desde las armas a la huelga de hambre la gama deposibilidades de lucha es inagotable» (L’Expresso, 5-2-84). Claro que para ajustarse mejor a la realidad habríaque invertir los términos y de ir de la huelga de hambrea las armas... A menudo los obreros han reaccionadocon una rabia impotente. Han amenazado o golpeadocon santas razones sindicales de las que ahoraprescinden. Han roto el carné sindical. Actualmente, lasituación se ha modificado de forma sustancial.

Los sindicalistas superan cualquier límite a la hora dehacer concesiones a los patronos. Los trabajadores hanperdido la paciencia y ya no se atienen a gestossimbólicos. Comienzan a dar la batalla en serio, con loshechos. Empezaron algunas fábricas aisladas y algunospuestos de trabajo (portuarios) a desencadenar huelgas,a cortar carreteras, vías de ferrocarril y aeropuertos,mostrándole al poder que son los dueños de la callecómo y cuando quieren. Tan numerosas manifes-taciones de agitación espontánea de las bases representauna fuerte presión hacia la autoorganización de la luchamisma.

Los consejos de fábrica han sido barridos por lainiciativa autónoma de los trabajadores, viéndoseobligados a representar en serio a los trabajadores y ahacerse reconocer como únicos representantes. Por eso,han sido desautorizados por los sindicalistas de todaslas delegaciones, sea a nivel de empresa, como nacional.Una vez más, también, los obreros pudieron permitirsellamar al orden a quienes no los representaban comoera debido (consejos de fábrica) y expulsar a quieneslos apuñalaban por la espalda (sindicalistas). Así, losconsejos de fábrica comienzan a organizar eficazmentela lucha. Cualquiera puede tomar la iniciativa de la huelgay encuentra rápidamente la respuesta de todos los demás

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consejos. Esto ya se ha producido un poco a todo lolargo y ancho de Italia. El consejo de fábrica de OM deBrescia ha convocado una reunión nacional de los ccff.encontrando una favorable acogida con vistas a plantearluchas a nivel general (Il Giorno, 9-2-84). Con lo cualexisten todas las premisas para un desarrollo autónomode las luchas.

Según la CCl y otras corrientes afines, el Capital creacontinuamente diabólicas maquinaciones para atrapara los trabajadores. Los sindicalistas se hancomprometido demasiado en estas maniobras y su juegoha sido descubierto por los trabajadores. Así, pues, elCapital debe inventar otro tejemaneje más eficaz, elsindicalismo de base; es decir, los cc.ff. como únicosinterlocutores válidos. Es, por tanto, tarea de losrevolucionarios desenmascarar también esto ante lostrabajadores, hacerse reconocer como sus verdaderosrepresentantes en una organización creada «ex novo»en el curso de la lucha. Nos tememos que se tomen losdeseos por realidad y que en definitiva se permanezcaen el plano de las simples formalidades y de lasabstractas preconcepciones ideológicas.

En realidad, sindicatos y cc.ff. son institucionesdelegadas directamente por los trabajadores, vinculadasy necesariamente influenciadas por el modo de actuarde éstos. En tiempos de prosperidad son órganos decolaboración con el Capital y de paz social. Pero en laépoca de crisis aguda de la vieja sociedad y de tránsitoa la nueva, o sea, en una bien definida circunstanciahistórica, la base reacciona, lucha y se da aquella formaorganizativa más adecuada a sus objetivos. Noslimitamos a describir la tendencia actual, el movimientoreal que expresa. Los cc.ff., o bien los delegados defábrica, han tenido que ajustarse a cumplir las órdenesde la base. Han transformado su propia función, deórganos legales se han visto impulsados a convertirseen ilegales, de combate, con una perspectiva de poder.La famosa afirmación «delegados revocables en todomomento» como característica central de laorganización revolucionaria, parece desmentida. Peroello no depende de las personas sino sólo de lascircunstancias en las cuales cada cual se ve obligado areplegarse. Esta hipótesis parece confirmarse inclusoen el caso del corrompido vértice sindical del CGILque se ha alineado con la base al ver que peligraba supropia representatividad. Igualmente, tras la oposiciónverbalista, los defensores a ultranza del Capital, los jefesdel CISL y UIL, deberán dar marcha atrás. Parece quevuelven a reaparecer los viejos sindicatosrevolucionarios con sus formas de lucha: de la fábrica ala calle. Pero el contexto ha cambiado. La proletarizaciónes casi total y el papel productivo de los proletarios haadquirido una importancia decisiva. En cambio, elCapital está en crisis de envejecimiento avanzado y lefaltan las fuerzas para acometer a tal enemigo. Elsindicalismo reúne todas las condiciones paratransformarse en Comunismo de consejos.

Últimamente, en las fábricas en crisis, los trabajadores«razonables y astutos» llegan a acuerdos con lospatronos para salvar su puesto de trabajo a costa de losotros compañeros. La Talbot francesa representa unbuen ejemplo de esto. Los trabajadores de Alfasud hanestablecido un acuerdo con la patronal a costa de otroscompañeros de trabajo y de los trabajadores del norte.En Turín en 1980 los jefes y empleados de la Fiathicieron la llamada marcha de los 40.000 contra losobreros que combatían los planes de regulación dejornada y plantilla (cassa integrazione). Son astucias decorto alcance. También a los esquiroles les toca perderel trabajo a medida que se generaliza la implantaciónde la electrónica.

Se están desmantelando las cadenas de montaje y eltradicional sistema taylorista de trabajo junto con sucorrespondiente clase trabajadora, técnicamenteenvejecida (obsoleta). Se incorporan nuevos sistemasproductivos altamente automatizados. En las fábricasy en las oficinas se toman las órdenes de lasinstrucciones programadas en los computadores porlos más altos niveles de dirección. Va desapareciendola vieja distinción salarial y de función (quien manda yquien recibe las órdenes) entre los jefes, los técnicos,los empleados y los obreros. Se tiende a la equiparaciónsalarial junto con la equiparación de las distintasactividades productivas: todos sometidos a la máquinapara servirle mientras son indiferentes la naturaleza delas contribuciones y resultados ya sean manuales ointelectuales. El resultado es una clase compacta contrauna dirección bastante reducida numéricamente. En laAnsaldo de Génova, los nuevos trabajadores (de «cuelloblanco») son mayoría y tienen un peso productivosuperior a su número. Por consiguiente, llevan a cabolas luchas en total armonía con los trabajadorestradicionales (de «mono»). En los grandes complejosindustriales, como la Fiat, la revolución industrial esaún más radical. Millares de trabajadores son sustituidospor algunos cientos de técnicos especialmentepreparados para la nueva forma de producir, por tantodotados de una alta capacidad técnica. El tiemporelativamente largo unido a los costes de formaciónharán de los nuevos técnicos una especie codiciada parael Capital y como no pueden ser sustituidos en bloque,su fuerza de negociación comienza a ser desde ahoraun motivo de preocupación para el Capital que los hacreado y se ve obligado a seguir creándolos. El ejemplode Fiat demuestra cómo una renovación cada vez mayordel aparato técnico, desarmará completamente al Capitalen la fábrica.

A diferencia de la industria, donde de lo que se trataes de evitar el cierre, los servicios públicos son cadavez más indispensables. Exigen un grado deespecialización más o menos elevado, de los pilotos-controladores de vuelo al personal médico, todos ellosreducidos al régimen corriente de asalariados hasta el

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personal subalterno y de los transportes terrestres-marítimos. Se ha intentado reducir la lucha de loscontroladores aéreos y de los sanitarios con elesquirolaje de los militares. Pero la insuficiencia de sunúmero unido a su escasa capacidad les haimposibilitado cumplir su objetivo. La misma operaciónno ha podido ser puesta en práctica con los pilotos,con el personal médico y con los adscritos a lostransportes ordinarios. La notable fuerza de negociaciónde las categorías antes mencionadas ha obligado a hacerconcesiones. Sin embargo, la base, insatisfecha de losacuerdos sindicales ha opuesto resistencia, continuandola lucha de forma fragmentaria. Pero aislada ydecepcionada, atenazada por las imposicionescircunstanciales, acabó por poner fin a la lucha. En líneasgenerales, estas luchas han desbordado al sindicato y sehan dotado de una organización autónoma durante eltiempo que duró la lucha. Las luchas espontáneas delos ferroviarios de Florencia y Roma han sidolegitimadas por los sindicatos oficiales: con mayoramplitud de miras, previeron el peligro de aparecercomo oficiales sin ejército (así, al menos, consideran ala organización).

En otros textos hemos desarrollado un análisis entorno a la guerra que contrapone la CEE y USA. Hoyse recrudece la guerra comercial. La CEE no tiene aún

un armamento equiparable al USA. Esto le imponesumisión militar, como lo pone de manifiesto el casodel Líbano. Sin embargo, tiene todas las posibilidadeseconómicas para convertirse en superpotencia militar.Debe convertirse en superpotencia para superar la crisiscon la guerra. Si la preparación bélica no se realiza deuna forma clara, como lo exigen las condiciones decrisis, sólo es debido a las dificultades internas delimperialismo europeo. Mientras la clase obrera luche ysea reacia a someterse a la disciplina militar, no existiránbuenas condiciones para la guerra. Ni las fuerzasarmadas profesionales pueden reprimir un movimientode lucha ascendente, una sociedad entera puesta en pie.Si este argumento es válido para un país atrasado comoTúnez, con mayor razón lo será para Occidente.Mientras la crisis se expande dramáticamente, laposibilidad de satisfacción de las necesidades proletariases cada vez más restringida; se imponen cada vez másduras luchas defensivas hasta unos límites en que sehará difícil distinguirlas de las luchas ofensivas. Eltiempo juega a favor del proletariado, no es por tanto,descabellado suponer a corto plazo, ampliasperspectivas revolucionarias.

Tendencia Comunismo de los Consejos.Febrero 1984

¿Qué es trabajar?Transformar una materia destinada a la vida de la humanidad, es trabajar o actuar,

crear, producir, fabricar, en una palabra: vivir. En realidad todo lo que vive trabaja. Por loque respecta a la vida humana, no son solamente la cabeza y las manos los que transformanlas materias recibidas del exterior, para que el hombre viva, sino también los otros miembrosy órganos del cuerpo humano. Así , por ejemplo, la boca recibe los alimentos para darlosal estómago y éste los transforma para darlos a la sangre, etc. Esto quiere decir que cadaórgano del cuerpo humano, igual que cada miembro de la sociedad humana, produce otrabaja o crea para el conjunto, cuando parece que solamente consuma o goce; y, de lamisma forma, goza de su propia vida cuando parece que solamente trabaje y produzcapara el conjunto. Esta armonía entre trabajo y gozo solamente se da en la vida orgánicau organizada, como vamos a verlo ahora.

¿Qué clases de trabajos hay?Hay trabajo organizado y trabajo no organizado. En otras palabras, hay actividad libre y

hay trabajo obligatorio o forzoso.¿Qué es la actividad libre y qué es el trabajo forzoso?La actividad libre es todo lo que se hace en virtud de un impulso interno; el trabajo

forzoso, por el contrario, es todo lo que resulta de un estímulo externo o de la necesidad.Si el trabajo es el resultado de un impulso interno, es una alegría que favorece el placerde vivir, una virtud que lleva en ella misma su recompensa. Pero si el trabajo se hace poruna necesidad exterior, se convierte en una carga que humilla a la naturaleza humana y laoprime, un vicio practicado a cambio de un vil salario de pecador: es trabajo asalariado yservil. El hombre que busca fuera de él mismo un salario para su trabajo, es un esclavoque trabaja por objetivos que le son extraños, una máquina inanimada que se hacefuncionar.

Moses Hess. 1846

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CONFLICTO EN TALBOT - FRANCIA

Reproducimos a continuación la traducción de un texto que nos ha llegado sobre lapasada huelga de Talbot en Francia, y que más allá de criterios valorativos como porejemplo el grado de violencia para cifrar la radicalidad anticapitalista de una lucha,muy discutibles y que no compartimos, muestra la aparición durante el conflicto deuna serie de comportamientos obreros de desafección al trabajo, derecho a vivir,etc. en ruptura con los más generalizados de defensa del empleo, que nos parecende particular interés conocer y discutir aquí entre nosotros donde tales comporta-mientos son también aún minoritarios

Desde la lucha de los siderúrgicos de Vireux,en las Ardenas, ningún conflicto en laindustria francesa había alcanzado un grado

tal de claridad y de violencia como el que se da ahoraen la fábrica Talbot de Poissy. El conflicto ha puestomalo al enemigo: el PC y la CFDT, el PS y la CSL, elGobierno y la dirección de Peugeot-Talbot, sin olvidaral más crapuloso de todos, los burócratas de la CGT,todos ellos se insultan y se reprochan recíprocamentela responsabilidad de haber permitido taldesbordamiento; aunque todo ello no nos conciernerealmente. Más nos interesa ir a los hechos reales yanotar las conclusiones que tales hechos nos inspiran.

Con el fin de mejorar el rendimiento de su ramaTalbot, el grupo Peugeot S.A. decidió disminuir sucapital variable: así, a finales del 83 anuncia el despidode 3000 especialistas de la fábrica de Poissy. En estavieja fábrica que la dirección quiere modernizar, lamayoría de los especialistas son inmigrados. Para ladirección, estos despidos son una medidaindispensable para descargar el presupuesto deficitariode la empresa Talbot, en el momento en que debemovilizar capitales necesarios a la modernización.

El 7 de diciembre del 83, los especialistas empiezanla huelga contra esta medida y ocupan la fábrica.Empiezan a continuación negociaciones entre ladirección, el Estado y los sindicatos -es decir, la CGT,mayoritaria entre los especialistas de Poissy-. Para elEstado socialdemócrata se trataba de un arregloamistoso entre sindicatos y dirigentes del aparatoindustrial ante este desplazamiento de capital que deesta forma se haría propiamente. Pretendía mostrar alos obreros que el sistema industrial puede evolucionarsin necesidad de pisotearlos, y esto gracias a suasistencia.

Como si en cada desplazamiento del capital ¡nofueran los pobres quienes lo pagaran! Como si elcapitalismo no pisoteara, desde que existe, millonesde gentes, y como si no hubiera fundado suprosperidad precisamente sobre la deportación deestas gentes, ¡a la medida de sus necesidades! ¿Y quéhay de la pretendida asistencia del Estado? En el

mismo momento en que se discute, con la CNPF ylos sindicatos, sobre una nueva reducción del segurode paro. El Estado socialista teme a los desocupados,desde que le han jugado varias malas pasadas, porejemplo en Venissieux. Por tanto trata de ocupar sutiempo, de controlarlo: a los planes Barre les siguenlos planes Rigout; se vuelve atrás de su decisión inicialde disminuir la duración del servicio militar, ya queello aumentaría el número de parados (¿para cuándolos campos de parados como en Rumanía?). El Estadoquiere ciertamente asistir a los pobres pero no a lospobres desocupados, dejados a ellos mismos, ya quecon ellos no puede haber la paz social. En Chiers, enVireux, la propuesta de pagar durante cinco años atodos los despedidos no readmitidos en cualquier otraparte, se acompaña con medidas policiales:actualmente los obreros están obligados a presentarsecada día a la fábrica, aunque no haya nada que hacer.

Todo esto, los especialistas inmigrados de Talbot-Poissy lo realizaron el 17 de diciembre al rechazarfuriosamente el plan asistencial amañado por el Estadoy los sindicatos... «Ahora que ya tienen nuevos robots,olvidan los viejos» (risas amargas). El acuerdo rebajabalos despidos, de 2905 a 1905, y preveía distintasmedidas asistenciales para los despedidos: 1000 iríana «formación», 100 se formarían en la fábrica en oficiosdel ramo del automóvil (¿para trabajar en un garaje?),500 o 700 irían al paro, pero la empresa que fuerasuficientemente temeraria como para emplear a uninmigrado de Talbot recibiría 20.000 F. de bonificación.Como se decía del lado de los huelguistas: «20.000 F., elpatrón los gasta en una noche en el restaurante; haríamejor en dárnoslos». Y esto no es todo: los despedidosque montasen una empresa (???..) tendrían 20.000 F. debonificación en la compra ¡de un vehículo utilitario!Esta última broma hizo reír a los especialistas. Si esteacuerdo lo aprobaba calurosamente la dirección centralde la CGT sobre el terreno la sección CGT de Poissytenía que afrontar el rechazo y la cólera de losespecialistas. Durante los cuatro o cinco días siguientes,guardó una actitud equívoca e hipócrita, despistandobajo la presión de la base.

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En esos días el descontento y la amargura de losespecialistas inmigrados se ampliaron. Desengañadosya por las medidas del paro técnico que redujeron susalario durante el 83 no se sintieron ya vinculados a laempresa Talbot. Decidieron imponer sus condicionesal inevitable despido, rechazadas las del Estado, las dela patronal y las del sindicato.

El 22 de diciembre, el ministro estalinista de trabajoRalite había anunciado vagamente que ayudaría aaquellos inmigrados que quisieran volver a su país. Eldía 23, cuatro delegados inmigrados expresaban laexigencia general de la base. En una conferencia deprensa explicaron la farsa que representaba el acuerdodel día 17. En tanto que inmigrados y de Talbot notendrían demasiadas oportunidades de encontrartrabajo; y cuando se miran las limosnas que la sociedadda a los parados vía la Assedic, se comprende suansiedad. En cuanto a los planes de formación: «lamayoría de nosotros no sabe leer ni escribir, entonces...Hace 10, 15 ó 20 años que estamos aquí y nadie nos haenseñado, no será ahora que vais a hacerlo». Este 23 dediciembre han dicho bien alto que han perdido sus vidasen la fábrica y que de todas formas van a dejarla. Pocoimporta que sea para volver a sus pueblos como losmayores dicen, o para continuar en Francia, pero loscuatro delegados han exigido un precio a esta nuevadeportación después de estos años usados en la fábrica.Ya que el Estado ha anunciado que puede dar un dineropara asistirlos, podrá darlo enseguida sin tener que sufrirlos múltiples controles a través de los cuales se distribuyea cuentagotas este dinero. Así pues, los especialistas hanreclamado 200.000 F. en mano, lo mismo que costaríaun parado a la sociedad durante un año, bien entendidoque nada les devolverá su juventud perdida en la fábrica.

Tal reivindicación obedecía a algo que ignoran losaparatos sindicales, algo que escapa a la lógica del cálculoeconómico, algo cualitativo: la desgana del trabajo, quetoma cuerpo en este momento en que se anuncia a losespecia listas que se han de largar. Y he aquí posturasclaras: «Francia nos hizo venir aquí bajo sus condiciones,ahora puede escuchar las nuestras»; «nosotros somosla generación usada»; «200.000 F. porque hemos dejadoaquí nuestra juventud, nuestros dedos cortados, nuestrasalud». Un delegado subió hasta los 300.000 F. «Es comoun tribunal en el que el juez dice: es esto y eso es todo.Yo valoro mi juventud y mis humillaciones en 30millones, como un castigo».

La CGT tuvo que apoyar débilmente la continuaciónde la huelga, después del rechazo del acuerdo por elconjunto de los huelguistas. Pero cuando éstosafirmaron por su propia iniciativa su exigencia de unaindemnización de 200.000 F. por su despido, la CGTperdió el control que había podido ejercer sobre la baseinmigrada durante el conflicto del verano del 82 contrala CSL... «Los sindicatos se han servido de nosotrospara acrecentar su poder. Nosotros nos hemos servidode ellos para tener un medio de expresión. Ahora se ha

acabado». Ante esta iniciativa de los especialistas, queno puede controlar, la CGT reacciona según el viejoreflejo estalinista: les acusa de estar manipulados desdefuera («los disidentes están manipulados por lasasociaciones de trabajadores inmigrados»). Laindignación y la cólera de los especialistas ante estamaniobra obligaron a la CGT a replegarse discretamentedurante los días siguientes. No fue hasta el 28 dediciembre que volvió sobre el terreno para organizaruna reunión de los afiliados CGT, a puerta cerrada,cuando la dirección de la empresa había obtenido deltribunal la expulsión de los huelguistas. Aprovechándosede la ansiedad suscitada por la amenaza policial, la CGTintentó retomar el control de los especialistas. Hablóde posibles ayudas a la vuelta, de las 35 horas, de suresponsabilidad de organización sindical, sin decir nadade preciso; para concluir sobre la no-representatividadde unos centenares de especialistas huelguistas enrelación al conjunto de los asalariados de Talbot: «Aquíestamos 200 como máximo, y en la fábrica hay 17.000obreros, la base son ellos pues y no nosotros». Loshuelguistas nunca habían pretendido representar a otrosasalariados sino sólo a ellos mismos, al revés de losburócratas sindicales que pretenden pretenciosamenterepresentar a los otros. A partir de este momento, laCGT sólo tiene un interés: que se vuelva al trabajo loantes posible a fin de evitar la quiebra de Talbot queamenazaría a 15.000 empleos.

Es en nombre de este mismo principio que la CSLha combatido el movimiento desde el exterior y la CGTdesde el interior: la defensa de la empresa Talbot y lade sus 15.000 puestos de trabajo. A partir de esto laactitud de la CGT es clara: de los 2000 despedidos sóloespera una cosa, que se resignen a su suerte. A lo cuallos huelguistas han respondido: «Nos trae sin cuidadola muerte de Talbot, nosotros ya estamos muertos».Dicen que su vida está antes que la de la empresa.

Ya, durante la reunión a puerta cerrada del 28, losjerifaltes cegetistas habían impedido que los especialistaspresentes en la reunión intervinieran, cuando uno sedio cuenta que la dirección sacaba los estocks de coches.Se puede pensar que esta reunión estaba acordadasecretamente con la dirección para que ésta pudierasacar este estock. Algunos días antes los especialistasse habían opuesto violentamente a los militantes CGTque proponían dejar salir 100 coches a cambio de unapromesa (de negociación con la dirección). Losburócratas desbordados no podían sino esperar eldesalojo de los huelguistas por las CRS cosa que tuvolugar finalmente el 31 de diciembre a las 2 de la mañana.Incluso estuvieron allí para asegurar la marcha«dignamente».

El 3 de enero, cuando la fábrica volvió a abrir laspuertas, los especialistas la volvieron a ocupar. Elacuerdo del 17 lo habían precedido 10 días de ocupacióny toda la fábrica había estado en paro técnico a partir

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del 19. De hecho la ocupación continuó hasta el 31,fecha de la expulsión. El 3 de enero, encargados ypersonal cualificado están decididos a acabar con laocupación que paraliza la fábrica y los hecha a la calle.Por la mañana del día 3 los huelguistas se enfrentancon los encargados que habían intentado poner enmarcha las cadenas y logran impedirlo. Inmediatamenteel secretario de la CGT, Nora Tréhel, vino a intentarcalmar a los especialistas y afirma que se han de asegurarlas condiciones para que el trabajo continúe. Al oír esto,ahora que acababan de enfrentarse con los esquiroles,los huelguistas se enfurecieron: «CGT asesinos., «CGTa la basura». Por su parte la CFDT que hacía ver queparticipaba en la ocupación, se las arregló para hacersalir a los huelguistas de la nave ocupadas con lospretextos habituales («evitar las provocaciones», etc).

El 5 de enero por la madrugada, encargados y otrosesquiroles junto con burócratas del CSL atacan encomandos a los huelguistas que habían vuelto la nocheanterior a instalarse en el taller 83. Los enfrentamientosduran más de una hora y media con una enormeviolencia: los esquiroles atacan con tirachinas, conpernos y con gases lacrimógenos a lo que los huelguistasresponden con piezas de motor y con pernos que tirandesde lo alto de las pasarelas. Por la tarde de este día 5los bonitos coches tan queridos por la CGT estándestrozados: parabrisas rotos, capós hundidos -y estoque ella, al principio de la ocupación, no quería que loshuelguistas durmieran en los coches en curso defabricación («los coches son para los clientes. Esto lohan de saber los clientes»). Mientras que los huelguistasse organizan para defenderse y continuar la ocupación,ya que no han obtenido nada, la CGT los condenaabiertamente por boca de Krasucki que los trata de«minorías excitadas», llegando hasta identificar laviolencia de los especialistas con la del CSL. De paso,el repugnante personaje arregla sus cuentas con laCFDT, poniendo así el toque final a la actitud de laburocracia estalinista.

En cuanto a la CFDT, más bien minoritaria en Poissy,desde el comienzo del movimiento ha mantenido unaposición totalmente abstracta: rechazo puro y simplede todo despido y punto. Esto a fin de no arriesgarse aser desaprobada por la base, como la CGT, es decirpara seguir el movimiento real. La CFDT nunca sostuvola reivindicación de los especialistas inmigrados de hacerpagar su salida con un precio fuerte. Al contrario, habíaincluso insinuado la posibilidad de una ayuda a la vueltaa su país de origen, negociable con sus gobiernos. Unavez afirmada su posición tan cabezona comoimpracticable, no ha hecho más que calmar el ardor delos huelguistas y restringir su esfuerzo de autodefensa.Al final, capituló ante las tropas de la CSL y llamarondébilmente a los CRS. El 5 de enero estos señores de laCFDT tuvieron miedo mientras algunos centenares de

especialistas luchaban e impedían a la CSL entrar en el83. Cuando éstos acababan de ganar la batalla por lamañana, la CFDT se puso lívida de pánico.

A pesar de estos tumultos (hubo cerca de 130 heridos,60 sólo en la jornada del 5), los sindicatos lograron hacerdesalojar la fábrica por tres veces: el 31 de diciembre, el3 y el 5 de enero. Los huelguistas no dejaron que laCGT ni la CFDT dirigieran su movimiento, pero nollegaron totalmente a perder este desmovilizadorrespeto al aparato sindical y a sus jefes. Vimos comoNora Tréhel, esta inmunda estalinista, lograba organizarreuniones en los talleres ocupados mientras que laposición de su sindicato era ya bien conocida comocontraria a las reivindicaciones de los especialistas. LaCFDT llamó directamente a los CRS desde el principiode los tumultos, y apañó enseguida con los policías lasalida de la tarde, interrumpiendo de esta manera unaocupación que muchos estaban dispuestos a continuar.Se recordará la amargura de la CFDT por no habersido invitada a los acuerdos con la policía durante laevacuación del día 31. La CGT participó con laignominia que le es característica. Después de haberdicho a los especialistas «sois unos imbéciles, pero laCGT os apoyará» (gracias), unos treinta cegetistas queno habían participado en los enfrentamientos, lograron,a pesar de las protestas de centenares de personas, salirde la fábrica encabezando el cortejo. Aquellos quehabían combatido contra la CSL por la mañana dejaronhacer ahora esto. ¡De esta manera la resistencia de loshuelguistas quedó ensuciada!

Los huelguistas de Talbot, a pesar de la claridad y delcoraje de que han hecho prueba durante estos agitadosdías, no pudieron combatir francamente esta actitudde la organización sindical siempre dispuesta areaparecer para enterrar a los luchadores bajo suprotección cuando hay tumultos en el aire. A propósitode esta deficiencia, es notorio que los especialistas noeligieron su propio comité de huelga independiente delas organizaciones sindicales. Cuando cuatro delegadosde la cadena tomaron la palabra el 23 de diciembre paraanunciar sus exigencias, expresaban espontáneamentela voluntad del conjunto de la base. De todas formaslos especialistas quedaron a merced de las maniobrasde las direcciones sindicales a las que no llegaronpropiamente a rechazar y a tener alejadas de su lucha.

Todos los aparatos sindicales combinaron susmaniobras para ahogar la única reivindicación racionalexpresada durante la huelga por la base de loshuelguistas, la de la indemnización de 200.000 F. Estenúcleo duro de los especialistas tuvo que asegurarfinalmente la lucha efectiva él solo.

De todas formas, los especialistas inmigrados deTalbot hicieron un buen escándalo. Es algo que no seolvidará. Hasta aquí habían sido siempre objeto decompra y venta. Lo del 17 de diciembre fue

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particularmente repugnante. Lo echaron por tierra,como echaron por tierra la imagen de paz social queEstado y sindicatos querían que aplaudieran. «Al menospodíais consultarnos», gritaban los huelguistas al díasiguiente. No contentos con esto, osaron hablar en supropio nombre –en nombre del daño sufrido en estafábrica, como inmigrados en particular y como obrerosen general–. He aquí un golpe que el enemigo encajamal. Enseguida han puesto brutalmente las cosas enclaro por lo que se refiere a la asistencia del Estado:que pague el rescate de sus vidas hechas chapuza en lafábrica. Todo lo otro no es más que espectáculo: tantoel acuerdo del 17 como todos los otros del mismogénero. Es pues la táctica del Estado social-demócrataque los especialistas de Talbot, un año después de losobreros de la siderurgia de Vireux, acaban de denunciarpúblicamente. No están dispuestos los especialistas asacrificarse por la buena marcha de la empresa Talbot.No están dispuestos a aceptar las migajas que el Estadoy la patronal les dan tan generosamente. Con ello, estodo el discurso sindicalista de «Defensa del empleo»que recibe un golpe certero. El Estado y los patronospodrían dar estos francos que los especialistas exigen,pero qué ejemplo... Y para acabar, con su intransigenteocupación, los huelguistas se han tenido que enfrentarfatalmente al personal de la CSL y a otro personalaltamente cualificado. Ante la gran consternación delgobierno, de la patronal y de los sindicatos, handemostrado que la fábrica es la guerra. Que lasrelaciones de trabajo, jerarquizadas, están en permanenteconflicto. Que el interior de una fábrica es un campode batalla, a pesar de todas las apariencias contrariasque el enemigo se esfuerza en mantener.

Hagámosles justicia ante las acusaciones de lossindicatos contra su reivindicación: según los sindicatostal reivindicación crea una separación entre losinmigrados y los franceses, en contra del eslogan sindical«trabajadores franceses-inmigrados todos unidos». Laoposición entre trabajadores europeos y trabajadoresinmigrados existe, como una forma particularmenteaguda de la oposición entre los trabajadores en general.En Talbot, recubre una oposición social entre losespecialistas, la masa de la mano de obra no cualificaday mal pagada, y la capa de los obreros altamentecualificados, y cuadros. En este sentido la huelga de losespecialistas de Renault en el otoño del 81 fue yasignificativa, ya que se pedía el pase automático al gradoP1. La fábrica de Poissy es vieja: ha funcionado durantemucho tiempo bajo el arcaico régimen de sindicato deempresa, la CSL antes CFT. Durante años la direcciónenvió agentes para que reclutaran en Marruecos,Senegal,... un personal analfabeto, necesitado de dineroy obligado a trabajar doblando la espalda a bajo precio.La lucha de los especialistas de Talbot (como la de los

de Citroen) en el 82 comprometió definitivamente estemétodo sistematizado por el encuadramiento policialde la CSL. Y feliz coincidencia para Talbot, justo unaño después le es preciso desembarazarse de algunosmiles de especialistas, y entre éstos, los que en el 82fueron más activos. La deportación de una masa denecesitados, a despecho de las necesidades y de losintereses de industrias nacionales, siempre ha sido unresorte sobre el que todo mercado nacional toma bríos.La inmigración puede ser interna al mismo país: ver ladeportación de millares de metalúrgicos de Lorraine aFos-sur-Mer, durante los años 70, donde encontraronunas condiciones salariales y de vivienda lamentables.Fue también contra una medida administrativa queagravaba su deportación, que se rebelaron lostrabajadores del apartado postal en Octubre 83. Todoesto para ver como en Francia y en todas partes, losinmigrados están bien situados para no hacerse ilusionessobre su suerte de trabajadores, o sobre su porvenir deparados. Aunque lo digan bien alto como en Talbot,no por esto va a agravarse la oposición Inmigrados/Europeos. No es su reivindicación la que instaura estaoposición: es el sistema mundial de la mercancía delcual su reivindicación denuncia la ignominia. Aparteque no es precisamente la perspectiva de ver agravarseuna tal oposición que molesta a los sindicatos, sino elhecho de que unos obreros, inmigrados, hayan dichoen voz alta lo que muchos, sin derecho a la palabra,piensan secretamente.

Inútil es pues invocar una comunidad de trabajadoresfranceses y de trabajadores inmigrados, ya que lostrabajadores no pueden constituir una comunidad. Larelación entre los trabajadores es una relación demercado, de competencia. Por ejemplo, si los perrosguardianes de la CSL tanto odian a los especialistas esporque éstos les sacaron sus privilegios en el 82, y hoycon su huelga amenazan su estatuto de trabajadoresacomodados. Lo inteligente de los especialistas deTalbot fue precisamente partir de esta oposición sinpretender sobrepasarla abstractamente como hacen lossindicatos, los izquierdistas o más recientemente lamarcha antirracista. Si en Talbot los especialistas, es decirla mano de obra industrial, son casi todos inmigrados,es a causa de los imperativos del mercado. Lo demás espolvareda para desviar la atención de la gente -comopor ejemplo la marcha no violenta de los antirracistas,en noviembre-diciembre del 83, quienes invocabanreligiosamente la igualdad de todos los hombres (¿quéhombres?). En esto los especialistas no han dado lugara ningún equívoco: no hay tiempo ni lugar para estetipo de discursos. Pero han tocado en lo esencial: elmecanismo de mercado. Y esto hace daño.

En cuanto a las consignas de ritual de «unidad de laclase obrera» o de «solidaridad de los trabajadores», no

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son sino cánticos que los sindicatos recitanmecánicamente. Estos mismos sindicatos tienen buencuidado de aislar un movimiento de protesta en laspuertas de la empresa –ni la CGT, ni la CFDT quisieronllamar a la huelga a los trabajadores de la industria delautomóvil en apoyo de los de Talbot–. Entonces,¡mierda al ecumenismo estalinista! Por contra, entre losmismos proletarios sí hay un reconocimientoespontáneo, por encima de los muros de cada empresay que no obedece a ninguna consigna sindical: el día 5,al enterarse de los enfrentamientos, obreros de empresasvecinas llegaron a las puertas de Talbot para cubrir alos que se habían encerrado y hecho fuertes en la nave83. Ningún sindicato los convocó y de una manera másgeneral, muchos proletarios se habrán reconocido enla lucha de Talbot hartos ya de ser obreros.

Los reformistas tratan de consolarse diciendo queTalbot es una empresa «atípica», donde no se habríanaplicado las medidas adecuadas. Y esto para hacer creerque la lucha de los especialistas inmigrados es también«atípica», ¡y que no veremos otra igual! Sin embargo noson los únicos en luchar para hacerse pagar cara supartida. En condiciones distintas, los metalúrgicos dela Chiers, en Vireux, lanzaron una ofensiva idéntica.Los de Vireux luchan porque no quieren ser deportados,los de Talbot porque ya lo han sido.

A propósito de la violenta lucha de Vireux en el 82-83, podemos anotar dos hechos que corroboran lo queacabamos de decir. Sobre la competencia entretrabajadores: los de Vireux apenas se movieron en el79 para ayudar a los de Longwy y Denain, y éstos pocohan ayudado a aquellos. Sobre el reconocimiento entreproletarios fuera de toda lógica sindical: los de la Chiersenseguida supieron frenar a los burócratas sindicales,primero a los de la CGT, y más recientemente a losjefecillos de la Intersindical (CFDT/FO/CGC). Yaparte de las acciones violentas que por su propiainiciativa acometieron, lanzaron estos encuentros delúltimo sábado de cada mes, sin el «apoyo» ni la«solidaridad» de ningún racket sindical y político. Sobreesta iniciativa se reconocieron también otrostrabajadores de la región igual que otros parados-de-por-vida como nosotros (una gran parte de los que seenfrentaron a los CRS y a los gendarmes móviles), alos que poco nos afecta la evolución de la siderurgia,pero que sí todos sufrimos la misma necesidad dedinero. La lucha de los obreros de Vireux continúa apesar de la hostilidad de los aparatos sindicales -fueronincendiados coches de jefes de la Chiers, saqueada unacooperativa alimenticia de la Chiers, fueron secuestradosalgunos responsables de la «reconversión», etc. ¡Y esoaún no es todo!

Acabamos con dos palabras sobre estos trabajadoresque poseen una cualificación profesional estable,

empleados en tareas de dirección, de control y deorganización del trabajo de otro, pagados por encimadel salario medio, y que hemos visto en Talbot oponersea la huelga de los especialistas. Los insultos racistas queproferían el 5 de enero dejan claro quienes son: juntocon la masa de los pequeños tenderos y pequeñospropietarios, constituyen en Francia lo principal de loque puede llamarse la clase media. Sería un errorsubestimar su importancia numérica. Son como losperros guardianes: ladran. Nosotros, como parados-de-porvida los conocemos bien. Son ellos quienes tiran sobrelos jóvenes delincuentes, sobre los jóvenes inmigrados,sobre los jóvenes ruidosos, sobre todo lo que les pareceque pone en peligro los pocos bienes que poseen. Sonaquellos que se creen siempre en estado de legítimadefensa ante la vaga amenaza que flota por las callessuburbiales. Hemos visto en Talbot que toda lucha obrerachoca violentamente contra ellos. El odio racista de estosnocivos delatores es significativo de la mentalidad mediade esta clase. En los inmigrados no querían ver más queuna clase de especialistas sin pensamiento, rebaño fabrilatado a su máquina. Esta capa merece doblemente eldesprecio: en tanto que trabajador que se encuentra bienen su trabajo, y en tanto que pobre que se cree rico. Vistoel comportamiento crónico durante estos últimos añosvemos que esta clase media ha hecho su opción. Todaagitación de los pobres, ya sea en los suburbios ya sea enlas fábricas se enfrenta a su reacción defensiva. Un futuromovimiento insurreccional tendrá que reducirlodefinitivamente por la fuerza.

En el momento en que escribimos esto, la fábrica dePoissy está cerrada, la dirección sólo deja entrar a loscuadros y los empleados para ella seguros. Ya ha advertidoque la reapertura se hará sólo con aquellos obreros quela dirección escogerá para evitar una repetición delconflicto. Los especialistas huelguistas están, pues,bloqueados ya que no tienen otro medio de presión quela ocupación. Estas consideraciones generales sobre lahuelga en nada prejuzgan pues la continuación o no delconflicto. A pesar de la incertidumbre de su suerte, losespecialistas de Talbot han creado un precedente. Serábueno recordarlo cuando el Estado proceda a despidosmasivos en el sector naval y en el siderúrgico. Cuandolos sindicatos quieran asegurar la paz social en nombrede «la defensa del empleo» y cuando se trate para losdespedidos de hacer pagar caro su despido, como es yael caso para los parados-de-por-vida aparcados en lossuburbios que no se resignan al mínimo vital. Es tiempode abrir el debate sobre este vencimiento que a todosnos concierne, para que no se reproduzca el aislamientode los especialistas de Talbot dentro de la empresa.

Les Fossoyers du Vieux Monde, 5/1/84

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ITALIA: EN TORNO A LA

CONTRATACIÓN DE LA EMPRESA

PÚBLICA

El debate en torno a la necesidad de reducir elgasto público, puesta de relieve comoresponsable principal de la inflación interna

italiana junto con el costo del trabajo, ha atraídopoderosamente la atención a la hora de discutir lascontrataciones en el empleo público, en el momentode poner fin a las negociaciones nacionales entregobierno y sindicatos.

En realidad, si miramos atentamente tras lasimputaciones que son hechas al incremento de losempleados públicos, descubrimos que el gasto delEstado para sus propios empleados (al igual que el delos otros entes públicos que desempeñan funcionessocialmente útiles) no ha aumentado mucho, entérminos reales a lo largo de los últimos siete años.Incluso, en algunos sectores, más bien, ha disminuido.Los incrementos se destinan, de hecho, a los sectoresencargados de la represión (Justicia) o a los destinadosa garantizar el consenso y la estabilidad de lasrelaciones sociales (el I.N.P.S., instrumento quecanaliza la asistencia social en Italia), en particular paralas pensiones de las categorías del trabajo autónomoy agrícola así como para las intervenciones económicasde ayuda a las empresas que ha permitido a algunasde ellas, como la Fiat, sin reestructuración, eliminandotasas de fuerza de trabajo, excedentes, y presentarbalances con activo y sustanciales dividendos a la vezque llevó a la «cesca integrezione» (A) a 30.000 obreros.Igualmente, también se destina parte del gasto públicoa las intervenciones orientadas a atenazar la rabia y elmiedo de los trabajadores debidos a la pérdida delpuesto de trabajo en los sectores de la siderurgia, laquímica básica, la parte más obsoleta de la metalurgiay en los puertos.

Los propios intentos de poner coto a las partidasdestinadas a las pensiones se han transformado,paradójicamente, en un nuevo motivo de gasto. Dehecho, el intento de poner cortapisas al fenómeno dela «pre-pensión» ha desencadenado una huida deempleados públicos que habían obtenido la antigüedadnecesaria para poder hacerla (especialmente, en lossectores de la administración financiera y en la escuela)y que tuvieron miedo de que la ley afectase a susderechos adquiridos. El gobierno ha tenido así, quereplegarse en torno a una previsión que, aunqueincremente en breve plazo el éxodo de los empleadosde la administración pública, alarga la edad necesariapara acogerse a la situación de pensionista de los más

jóvenes que actualmente están en activo y que tendráalgún efecto sobre las partidas destinadas a tal fin alcabo quince años aproximadamente. Frente a estaprevisión, sin embargo, se ha reducido el porcentajede la escala móvil para los pensionistas anticipados,con efectos quizás marginales sobre la entidad delgasto público, pero de indudables efectos en el planopsicológico y en el de las preferencias políticas.

No obstante, el factor fundamental del incrementodel déficit público es aportado por la deuda del Estadoque continúa garantizando el incremento de losintereses, por lo menos un par de puntos por encimade la tasa de inflación, a todas las empresas que sededican a la especulación financiera, con los bancos ala cabeza.

A lo largo de la polémica suscitada hemos vistocualificados exponentes de la Confindustria, de laprensa especializada (Mundo Económico, en particular)y, a veces, también a los sindicatos, como en el casode las «pensioni baby» (prestaciones a la infancia)enfrentarse a los «inadmisibles privilegios» salariales ylegales de los que gozan los trabajadores del EmpleoPúblico, mientras que en el sector privado los obreroscargaban con los sacrificios. A fin de reparar estapatente injusticia, se pedía mayor rigor y menos «pasta»(dinero). L’Expresso del 22 de mayo pasado (1983)desconfiaba hasta de los cuadros de datos en los queeran cuantificados los beneficios medios.

El único muro de contención frente a la mareamoralizante (además, naturalmente, de la defensaprofesional de los sindicatos) fue el Ministro de laFunción Pública. A continuación son señaladosalgunos aspectos dignos de ser tenidos en cuenta deestos acuerdos y que el propio Schetrone no dejó deacoger:

a) los porcentajes de incremento salarial no sonhomogéneos entre los diversos sectores de la empresapública por el hecho de que existían enormesdiferencias previas que era necesario nivelar. Con estacontratación se obtiene como resultado lahomogeneización en la consideración de las funcionesanálogas desarrolladas en sectores diferentes;poniéndose, así, fin a los desajustes salariales que

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durante más de una treintena de años han perturbadoel sueño de los sindicatos y de decenas de ministrosdel Tesoro y de Hacienda.

b) los incrementos salariales previstos por los nuevosconvenios son inferiores a los techos de inflaciónprogramados para los próximos cuatro años(especialmente, teniendo en cuenta el hecho de que elaño 82 los ha superado; se han adelantado en un añoel período de vigencia) para todas las categorías demedia y baja cualificación; o sea, para la mayoría deempleados.

c) con gran satisfacción del Gobierno y del sindicatose ha dado un buen golpe a la nivelación de los salariosen todo el sector. En realidad, mientras losincrementos para los niveles más bajos oscilan entreel 15 y el 25% con contrato normal (en el 85), para losdirigentes se va del 70 al 116%, más numerosos plusessustanciosos. Es decir, se han reestablecido los valoresde profesionalidad y jerarquización salarial que danpie a las diferencias de poder en la toma de decisionesy de apoyo a las estructuras.

d) se han reducido notablemente los incrementosautomáticos (como los de vejez) a favor de la llamada«parte negociada del salario», restituyendo significadoa la existencia del sindicato en un sector en el que seestaba convirtiendo en un apéndice del departamentoencargado del personal.

Con un puñado de calderilla se ha cerradodefinitivamente el contencioso de la «ancianidadanticipada» que en los años pasados había sido unode los caballos de batalla de los sindicatos autónomos,causa de litigio entre sectores distintos y dedescontento entre el personal con más tiempo de ser-vicio. Reaparecen numerosos pluses (complementos)que en la fase precedente habían sido eliminados paradar transparencia a los salarios: de vigilancia para losvigilantes, de riesgo para los trabajadores en losservicios de alcantarillas, de disposición permanentepara los del servicio de aguas, etc, hasta la introducciónde complementos por asistencia y productividad y alas actualmente denostados «servicios extras» en elsector sanitario. En este aspecto, el intento de colmarla diferencia precedente que existía con el sectorprivado, ha acabado por producir unos resultados,incluso, demasiado halagüeños y firmes.

Fundamentalmente, las manipulaciones sobre elsalario permiten, con las primas a los directivos ofreceruna sólida base material a la aplicación de la ley marco,

la cual prevé que los dirigentes de los negociados sehagan plenamente responsables de la gestión deaquéllos. Paralelamente, se ha previsto formas deselección y estratificación de las funciones directivasque deberán garantizar una mejor identificación entrelos políticos que gestionan la administración y lostécnicos que la aseguran. No es por casualidad quesea este uno de los puntos de mayor discrepancia entreAdministración y sindicatos (por ejemplo en los enteslocales) y entre los mismos sindicatos. El otro motivode discrepancia ha venido a ser la clasificación de lascategorías medias-altas en los grandes ayuntamientosen relación a los entes de menor dimensión. De hecho,se viene a crear una considerable diferencia de salariosentre funciones similares, según sean desarrolladas enentes locales más o menos grandes. Naturalmente, másque de una abstracta cuestión de igualdad retributivade lo que se trata es de una cuestión de poder efectivogestionado a nivel nacional y a través del cual pasanlas clientelas de los partidos y sindicatos.

En conjunto nos encontramos frente a una estructuracontractual bastante rígida y centralizada que respondea la exigencia de reducir el salario social (servicios) paratodo el trabajo de contratación pública en un momentoen el cual se encuentran grandes dificultades paraintervenir sobre el salario directo con el arma de lainflación cifrada por los índices previstos. El bloqueode los órganos puestos en marcha en el 77, el aumentoprogresivo de todas las tarifas en los servicios, el sistemade tickets imperante en la asistencia sanitaria por unlado y las nuevas atribuciones impositivas de los enteslocales, por otro, son la expresión correcta del cortedado a los gastos y del aumento de los ingresos a travésde los cuales el gobierno intenta controlar el déficit.Un monetarismo de rostro humano, donde las asperezassociales de la Escuela de Chicago son atenuadas porun uso elástico de la capacidad ocupacional del sectorpúblico, bien ofreciendo trabajo a un numeroso grupode eventuales bien por la estabilización de una tasa deempleo en función del tum-over o, en fin, eliminandocualquier fracción demasiado conflictiva y dividiendocada vez más de un modo artificial las categorías a finde impedir peligrosas vinculaciones. Las vicisitudes delos contratados eventuales de la enseñanza en losúltimos años es ilustrativa de la astucia del gobierno ylos efectos de pacificación progresiva han sidoparticularmente evidentes para quienes han asistido alas últimas oposiciones.

Esta función de amortiguadores sociales atribuida alsector público explica, posiblemente, la cautela y ladosificación con la que es modificada la organizacióndel trabajo y el impacto modesto de la informática, conla excepción de los sectores encargados de lacontabilidad financiera y de la compulsa y certificaciónde documentos.

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Para incrementar la productividad se ha preferidogeneralmente intervenir sobre el salario, ocultando losincentivos y los complementos que los sindicatos seaprestan a presentar como las verdaderas conquistasde la última ronda de convenios antes que sobre lasestructuras de los servicios mismos. Los únicoscambios efectivos han estado presididos por la lógicadel ahorro en aquellos sectores directamentedestinados a los usuarios: enseñanza, medicina,pensiones, guarderías, etc, donde la «recualificación»del personal encuadrado en las categorías inferioresse ha visto correspondida por un aumento de lasresponsabilidades laborales y por un empeoramientode la calidad de los servicios. Se ha utilizado personalcon baja calificación (y bajo salario) en funciones quehasta hace pocos años eran desempeñados porpersonal con calificación superior.

Se han incrementado las horas extraordinariasobligatorias para los enseñantes, reduciéndose lassuplencias y aumentados los ritmos de los turnos enlas instituciones sanitarias. A la utilización másrestringida de las horas extraordinarias en los sectoresadministrativos, corresponde su aplicación en losservicios sociales, donde sirve para cubrir una carenciaendémica de personal.

El hecho de que la productividad aumente de formagradual y la reorganización de los servicios no se realicede golpe sólo ha permitido que se continúereproduciendo la vieja y difundida opinión según lacual poco es lo que realmente cambia. O, por lo menos,ha permitido que así ocurra en los sectoresadministrativos poco afectados aún por el cambio. Porcontra, en el sector de servicios se empiezan a apreciaruna preocupación generalizada y, en más de unaocasión, significativas reacciones e iniciativas de lucha.

No es por mera casualidad que las únicas luchascon objetivos salariales igualitarios de esta primavera(1983) se hayan realizado en los hospitales milaneses.Tampoco es casual que se haya incubado en el senode las dificultades que entrañan la puesta en prácticade los acuerdos referidos a los entes locales, lasiniciativas de lucha de sectores como guarderías,enseñanza, asistencia a los ancianos y hasta de losguardias municipales así como algunos destellos delos sectores obreros. Las movilizaciones se vanextendiendo en el sector del transporte, entre loscontroladores de vuelo, entre los médicos adscritos alos hospitales, con motivaciones y objetivos diferentes.

Si es cierto que la crisis del sindicato es menor en laempresa pública que en la empresa privada, esigualmente cierto que el rechazo es mitigado casiexclusivamente por las relaciones clientelares con quelos sindicatos garantizan la estabilidad a algunascategorías de trabajadores. Una parcial explicación de

la resistencia del sindicato la podemos encontrar enel hecho de que la estabilidad ocupacional de la mayorparte del sector (excluidos obviamente los eventuales)y el cumplimiento de la escala móvil, han permitidoque no se delatase la disposición del sindicato a hacerconcesiones.

La acción conjunta de los topes de incrementosalarial que afectan actualmente a la parte másimportante de la nómina y de la previsión fiscalprogresiva, ha permitido a lo largo del tiempo unagradual equiparación de los salarios de los empleadosprivados y públicos, sin que estos últimos se viesenafectados por la inestabilidad y los problemas delsector privado. Además, no debe olvidarse que, a igualsalario, no se corresponde, sin embargo el mismotrabajo: de hecho, a pesar de todo, las condiciones devida han permanecido netamente mejores en laempresa pública.

La charlatanería en torno a la profesionalidad y aalgunos incentivos salariales ofrecidos en el curso delas reestructuraciones que ha afectado a la sanidad y alos entes locales ha permitido la división y elmantenimiento de la calma en los sectores mássensibilizados respecto a las retribuciones. Son contodo, sectores que empiezan a apuntar a sus propioslímites y es previsible que en el caso de queposteriormente sea violada la escala móvil, lascontradicciones se agudizarán.

Si analizamos el convenio de los entes localesdescubrimos que, seis meses después de suformalización como ley, no existe una región en Italiadonde haya sido aplicada. Hemos visto anteriormentelos puntos de fricción entre los distintos sindicatos ylos representantes de las administraciones de los entes;pero si intentamos hacer una lectura de estascontradicciones desde el punto de vista de lacomposición de clase, encontramos posicionamientosbastante matizados:• la C.I.S.L., que tradicionalmente encuentra su

audiencia en los sectores administrativos y técnicos

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de media calificación, los profesionales de laenseñanza, guardias, así como algunos grupos decuadros, a privilegiar el trato de los niveles directivos,acepta que sean generalizados los guardias yprofesionales de la enseñanza con la esperanza de quea los primeros se les contente con los complementosintroducidos y a los segundos con la equiparación (desu situación) respecto al sector estatal a la espera deproceder a una mejor homogeneización.• la U.I.L. tiene su clientela entre las categorías de

calificación media jugando con habilidad el papel deuna profesionalidad de contenidos bastante vagos, queasume la forma de una confrontación entre pequeños«lobbies» (grupos de presión) que anteponen susrespectivas particularidades. En el desarrollo de susfunciones, la U.I.L. no se ve obstaculizada como lasotras dos grandes confederaciones y no tiene lasmanos atadas por relaciones demasiado estrechas concualquier sector, en particular: es como el perejil (perocon demagógico entusiasmo) que vale para muchosguisos. Junto al C.I.S.L. propone aplicar el convenio endos fases: la primera, más bien restrictiva, deberíaabarcar a todos los empleados; en la segunda, se deberíarealizar una especie de censo para «reconocer» eleventual desarrollo de tareas superiores. En resumen,una especie de premio a la fidelidad para los trabajadoresmás celosos en el cumplimiento de su labor.• el C.G.I.L. es quien está en mayores dificultades:

mientras sus relaciones con el poder local han sufridoduros reveses de un tiempo a esta parte no puedeexcederse dejando las manos libres a sus corrientesde izquierda: muchas veces tensiones de escasaimportancia y localizadas se han transformado enoleadas difícilmente controlables. Por otro lado debeexplicar a las categorías de trabajadores entre los queencuentra implantación que son exactamente ellosquienes son los más perjudicados con estos convenios:personal subalterno, educadores de guardería, obreros,guardias, salen en conjunto poco favorecidos. Algúnayuntamiento podrá jugar alguna baza jurídica paraincorporar en mejores condiciones a algunas categoríasde obreros; pero es difícil ir más allá de esto, la dificultadde elaborar un proyecto claro y autónomo sobre lacuestión de la escala móvil paraliza al C.G.I.L.

Las divisiones llevadas a cabo dentro de los sectoresde más baja calificación han permitido controlar lastensiones en los años pasados, pero a costa de perderinfluencia en estos sectores que crecientemente se dancuenta que no están representados en el interior de lasestructuras sindicales. No deja de ser significativo queuna de las principales reivindicaciones del ciclo de luchasde finales de año ha sido la de poder elegir delegadospropios, fuera del sindicato, que contradicen lasconversaciones con la administración sobre la aplicación

de los convenios. Es de estos trabajadores de dondeprovienen las señales más patentes de insatisfacción yque, en un futuro próximo podrían crear obstáculosserios.

Esta es la situación en los entes locales pero conmodificaciones de escasa importancia, podríaextenderse a los otros sectores.

El aspecto más paradójico de estos convenios esque conllevan el riesgo, a causa de la excesiva rigidezde la normativa jurídica general y de sus propiasestructuras, de desencadenar una serie de tensionesquizás sectoriales, locales, categoriales, que puedentener un efecto detonador respecto a un descontentoque hasta hoy ha sido controlado de formaextremadamente elástica.

Después del ciclo de luchas del 78-79, el Estadohabía dirigido sus esfuerzos en el sentido dedescomponer el carácter unificador de clase que habíasido el eje de la lucha y había respondido en el terrenode la política salarial, aunque no de la misma formaen todos los sitios. Reestructuraciones ente por ente,habían creado un nivel de fragmentación difícilmenterecomponible desde la base. En este aspecto se haretornado el trabajo de homogeneización entre losdiversos sectores con la ley Marco con la programacióncentralizada de los techos máximos del gasto y con laformal abolición de la contratación local en lo que afijación de salario se refiere. Estos conveniosgeneralmente gestionados a nivel central, entrañan elpeligro de ser un lastre demasiado pesado de cara alobstáculo que se pretende salvar: muchos de estosconvenios chocan con las condiciones jurídicaspreexistentes; pero sobre todo chocan con lasexpectativas de incremento salarial esparcidas sin tasadurante los procesos de reestructuración. ¿Hasta quépunto la necesidad de obtener apoyo en sectorestradicionalmente regidos por sistemas clientelaresaguantará la prueba de este nuevo rigor?

La contratación local y empresarial, echada por lapuerta, parece querer entrar por la ventana: sinacuerdos locales específicos que consideren lasparticularidades jurídicas organizativas y salarialesanteriores ya consolidadas, los convenios pareceninaplicables y en cualquier caso, parecen destinados adejar tras de si una larga estela de descontento einestabilidad. Volver a conceder un espacio a lacontratación descentralizada querría decir de un ladovolver a abrir los grifos del gasto público que contantas dificultades se ha encontrado y por otro, dejarabiertos los canales de lucha con contenidos al alcancede los foros espontáneos de autoorganización de lostrabajadores.

G. Soriano. Florencia, invierno 1983-84

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Hemos recibido...

De Buenos Aires y Brasil nos han llegado algunosmateriales de grupos más o menos libertarios yautogestionarios que están a vuestra disposición.

Firmado por GRUPOS DE AUTOGESTIÓN deBuenos Aires, agosto 1983, uno de ellos titulado «Lalucha desde abajo es el único camino», empieza elartículo repasando el proceso de los últimos años:

«Estos siete años del llamado Proceso deReorganización Nacional, desembocaron en la miseriapara todo el pueblo argentino. Los salarios de hambre,la desocupación, los continuos tarifazos y aumentosde precios, la falta de viviendas, el desastroso estadode la salud pública, la degradación cultural y educativa,la represión en todo sentido, la censura, en fin, no esnecesario profundizar la denuncia de una situaciónque todos vivimos en carne propia.

Lo que si es necesario recordar frente al actualcarnaval politiquero es quiénes fueron los instigadoresdel golpe y cómplices de la dictadura.

El socio mayor y principal beneficiado con elrégimen ha sido la patronal. La «patria financiera» hizosu agosto por medio de maniobras y tranzasfraudulentas de todo tipo con el ahorro y el créditopúblico. Las grandes empresas multinacionaleshicieron y deshicieron a su gusto y antojo: pagandosueldos miserables, cerrando fuentes de trabajo,aumentando los ritmos de producción, pisoteando lasconquistas laborales. La patronal argentina, mientrasdejaba caer sus lágrimas de cocodrilo por «ladestrucción del aparato productivo», cerraba tambiénsus fábricas para dedicarse a la especulación financieray al contrabando legalizado, o bien, continuarexplotando a los trabajadores. Los jerarcas de lasempresas estatales se enriquecieron con suculentossueldos y escandalosos negociados.

Hoy se nos quiere hacer ver a Martínez de Hoz ysus secuaces y al imperio capitalista como los únicosresponsables de la bancarrota económica. Ocultandoque toda la patronal fue el principal soporte y laprimera beneficiaria del proceso, aumentandomuchísimo la explotación a los trabajadores.

Los políticos y la iglesia que hoy nos hablan dedemocracia apoyaron decididamente o hicieron la vista

gorda mientras se saqueaba a los trabajadores y sereprimía sangrientamente, con asesinatos,desapariciones y persecuciones de todo tipo, cualquierintento de oposición o reclamo. Ahora se nos quierehacer creer que Massera y los grupos para-militaresfueron los únicos que reprimieron. Sin embargo, locierto es que absolutamente todos los organismos deseguridad fueron los protagonistas de la represión,comandados por la Junta Militar y con lascomplicidades ya apuntadas.

Amplios sectores de la burocracia sindicalcapitaneados por Triaca, Etchezar y compañía, fueronlos sirvientes de la intervención militar en lossindicatos a cambio de que se les mantuvieran suslujos y privilegios. A otros burócratas, luego de algunasfricciones con la dictadura les fueron devueltos todoslos privilegios para servir como fusibles de reserva enel próximo gobierno. Tal es el caso de Lorenzo Miguelen su reclusión con T.V. color incluida. De este modotodos ellos cumplieron su tradicional papel de frenode las luchas obreras y de sometimiento de lostrabajadores a los planes de la patronal. Todo estoocurría mientras miles de militantes obreros eranencarcelados, torturados, asesinados y perseguidos».

La crisis

«La dictadura desenfrenada de los militares y eldescontento popular que se iba gestandosilenciosamente hizo que algunos sectores dominantesdieran un paso al costado del seguro desastre al quese dirigía el Proceso. Así, se formó la Multipartidariaque comenzó a insinuar tímidamente la salida electoral.El sector «duro» de la burocracia sindical comenzó areorganizarse con el mismo objetivo.

Ante el manifiesto desastre económico y la previsiblereacción popular, la dictadura, desesperada yenceguecida intentó perpetuarse en el poder con laaventura de las Malvinas. Es así que después de laferoz represión del 30 de marzo, el 2 de abril, seanuncia la toma de las islas.

El triste final de la guerra es la gota que rebasa elvaso de una crisis que hace peligrar a los privilegiados:la ganancia de los patrones y el poder de sus socios,

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los militares, los políticos, los sindicalistas, en fin, elpoder de los que mandan. Una crisis que hace peligrarla seguridad del orden autoritario que permite que atodos nos dominen.

El Proceso de Reorganización Nacional desorganizóhasta tal punto todos los sectores de la sociedad, quellegó a entorpecer los mismos intereses que vino adefender, los intereses de la clase dominante. Fue tantoel descontrol que hoy los mismos militares no sabena quién mandar al frente como culpable del desastre.Esto produjo una crisis de poder en las institucionesdel Estado enfrentando a los distintos grupos deintereses entre sí, con el peligro de que sus diferenciasles hagan perder la mínima unidad que deben tenerpara mantener al pueblo bajo su control. Estas pugnasse reflejan con mayor intensidad en la institución másconcentrada y poderosa del Estado: las fuerzasarmadas, amenazando con terminar en gravesenfrentamientos internos entre los militares».

«Con la derrota en la guerra se produce el virtualderrumbe de la dictadura que se ve obligada a llamara elecciones. Ante el desorden reinante y la posibilidadde una explosión popular, tan cacareada por lospolíticos, las elecciones son una válvula de escape parala caldera social, y una nueva manera de reorganizarlas bases del privilegio. Son una concertación entrelos patrones, los militares, los políticos, los curas y laburocracia sindical, para salvar los intereses de ellosmismos. Y esta concertación sigue en pie aunquealgunos sectores militares amenacen con patear eltablero dando un nuevo golpe de Estado.

Todos recordamos como después de las Malvinasdesde los mismos canales de televisión y medios dedifusión donde las eminencias del Proceso habíandeclarado que «las urnas están bien guardadas», seempezó a bombardear al pueblo con las «virtudes dela democracia», poniéndola una vez más como lafórmula mágica que soluciona todos los problemas.

Las elecciones han sido alentadas desde arriba, comoúnica salvación de los que se benefician con el sistemade privilegio, ante el descalabro creado por la dictadura.Después de tanto machacar lograron convencer a lamayoría del pueblo de que va a haber una solución.

Nosotros sostenemos que esto no es más que unacortina de humo para mantenernos oprimidos. Lo quedecimos puede parecer a primera vista como unanálisis muy pesimista de lo que vendrá, pero veamosel fondo de la cuestión».

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Posteriormente el artículo pasa a analizar el esquemade democracia parlamentaria o indirecta que criticanen base a lo que ellos creen como alternativa, lademocracia directa o de base (autogestión, luchaautónoma de los trabajadores, asambleas y delegadosrotativos y revocables...).

Análisis por otra parte muy manidos aquí entrenosotros estos últimos años pero que hoy nos parecenfaltos de una mejor comprensión de lo que es y haceel proletariado hoy y de una mejor comprensión delcomunismo como negación y superación histórica delcapitalismo y como inicio de una nueva actividad

humana, centros ma-yores de interés denuestro boletín.

Otro escrito recibido es La autonomía de la clasetrabajadora, editado por el grupo AUTONOMÍAOBRERA también de Buenos Aires. Insiste en lacrítica del reformismo y del sindicalismo reformista,así como del sindicalismo combativo o izquierdistapara recabar en las ideas de autoorganización,autogestión, acción directa, desde una posiciónmilitante.

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Dentro también del medio libertario, elCOLECTIVO AUTONOMÍA escribe el folleto Apropósito de la campaña por las elecciones directas, (Sao Paulo-Río de Janeiro 1984) denunciando la demagogia detal campaña dirigida por los sectores de la clasedirigente actualmente alejada del poder central y en laque participan las capas intermedias y que podríavislumbrar una nueva estrategia del capital en Américadel Sur cara a canalizar la insatisfacción real hacia unapráctica política propia (elecciones, partidos...) en elsentido de ceder un poco para guardar lo esencial.Reafirma la única alternativa posible: la acciónautónoma y directa de los trabajadores.

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Damos referencia de la revista TODOS A UNA quees el medio de información de los compañerosorganizados en torno a los colectivos autónomos detrabajadores con presencia en diversas empresas deCataluña.

Se trata de una revista que, partiendo de una explícitaafirmación de la autonomía obrera y de una posiciónnetamente anticapitalista se propone reflejar lasinquietudes, reflexiones y noticias de primordial interéspara los trabajadores desde los propios trabajadores.

Como ellos mismos confiesan, no pretenden ago- tarseen la mera temática laboral sino abrirse a la reali- daddiversa de la vida del proletariado mediante «artículosde actualidad que reflejen las posiciones de la autonomíaobrera ante los hechos cotidianos, de supervivencia através de temas ecológicos, vivenciales...».

Si deseáis suscribiros (cosa que recomendamos),podéis contactar en la siguiente dirección: TODOSA UNA, calle Rech Comtal, 18, 1º 1ª, 08003BARCELONA.